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Introducción a la práctica de lenguas extranjeras

María Rosa Lordi

¿Qué es ser profesor de lengua extranjera?

Cualquier tipo de enseñanza implica al mismo tiempo aprender, y entender esto es


fundamental para no sentir que fracasamos como docentes. Pasamos años preparándonos y
aprendiendo sobre pedagogía y técnicas de enseñanza, pero recién cuando estamos frente a una
clase, cuando somos nosotros y nuestros alumnos en el acto de enseñanza, nos damos cuenta
que nuestro amor por la docencia no alcanza para ser buenos profesores.

Cuando estamos frente a una clase nos encontramos con que no es tan sencillo ser el tipo
de profesor que habíamos decidido ser y aún más, que ninguno de los métodos que nos enseñaron
parecen ser útiles. En el caso de la enseñanza de lenguas extranjeras este desánimo es aún
mayor porque nos damos cuenta que estamos frente a un grupo de personas que traen consigo un
curriculum, que muchas veces no es tan oculto, que está cargado de prejuicios con respecto a la
cultura de la lengua que se pretende enseñar. Muchas veces los alumnos tienen una idea ya
formada sobre esa lengua porque la asocian a un grupo de personas, país o acontecimiento en la
historia que le otorga una connotación negativa. Sumemos a esto el hecho de que la mayoría
considera el aprendizaje de una lengua extranjera como algo secundario dentro de la curricula
escolar, una materia que no está dentro de las principales.

Por eso, ser profesor de una lengua extranjera es observar, analizar, discutir y traspasar
esas barreras que podamos encontrar. Es ser crítico, tener conciencia sobre nuestras propias
limitaciones como profesores y sobre la diversidad con la que seguramente nos encontraremos en
el aula y reconocer que podemos fallar pero que eso no implica la imposibilidad de enseñar sino
que debe ser el impulso para volver a empezar de otra manera. Ser profesor de otra lengua es
sentir la responsabilidad de enseñar ese otro idioma situándolo en un contexto social concreto, que
no queda sólo en la teoría del aula. Es hacer que los alumnos vean la lengua extranjera como un
vehículo de cultura y herramienta de comunicación. Es ser facilitador y guía, en el sentido de
ayudarlos a construir sus conocimientos motivándolos en un ambiente dinámico.

Ser profesor de una lengua extranjera, en suma, es traspasar obstáculos teniendo una
conciencia crítica. Es enseñar una lengua y también valores y creencias de otra cultura. Es abrir
una puerta al mundo, a la comunicación y a la realidad. Lo importante es pensar en los alumnos y
tener la capacidad de reflexionar y modificar aquellas creencias que nos han acompañado siempre
y que un día nos permitimos cuestionar .

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