Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
- González Rey, Fernando L.; Mitjáns Martínez, Albertina; Bezerra, Marília; (2016).
Psicología en la educación: Implicaciones de la Subjetividad en una perspectiva
cultural-histórica. Revista Puertorriqueña de Psicología, Julio- Diciembre, 260-274.
http://www.redalyc.org/pdf/2332/233247620005.pdf [2]
instituciones educativas
- Dubet, F. (2016) ¿Por qué preferimos la desigualdad? (aunque digamos lo contrario).
Buenos Aires: Siglo XXI editores.
4.2 - La docencia -y las prácticas del psicólogo- como compromiso ético político
- Cullen, C (2011) La docencia: un compromiso ético-político entre huellas
sociohistóricas y horizontes emancipadores. Montevideo,
-Cullen, C. (2008) Entre desarrollo y educación, ética ¿dónde habitas? Conferencia,
IPES, 22/02/2018, Montevideo. Educarnos, año 1, Nro. 2, mayo 2008. Montevideo,
Uruguay, pp.34 a 42
-Cullen, C. (2004) Perfiles ético-políticos de la educación, Ed. Paidos, Buenos Aires,
Argentina. Cap.10 y 12
Pedagogía de la crianza
Inclusión socio-educativa
Educación y encierro
MODULO 1
Aplicacionismo y contexto en PE: hay dos niveles distintos que deben tomarse en
consideración: El primero, tiene que ver con planteamientos epistemológicos internos
de la disciplina sobre cómo se entienden las relaciones entre el conocimiento
Diego Velázquez.
aplicados, sino más bien básicos. Yo creo que hay que distinguir en dónde nos
situamos desde el punto de vista de la exigencia de generar conocimiento propio que
tiene la psicología de la educación; para mi está claro que se tiene que referir al
conocimiento propio que nos permita entender los cambios que se producen en las
personas, lo cual tiene que ver con el hecho de que participen en situaciones
educativas de manera formal, informal, etcétera. Cada uno puede pensar lo que quiera,
pero lo que a mí me parece que es lo específico de los psicólogos, es que intentamos
comprender y explicar cambios en el comportamiento; definamos el comportamiento
como queramos, si no queremos usar el concepto de comportamiento, digamos
actividad. Yo como psicólogo necesito entender por qué una persona actúa como actúa
en un momento determinado, pero para entender eso no lo puedo hacer al margen de
la dimensión temporal. Por lo tanto, mi objeto son los cambios en la manera como las
personas actúan o se comportan, esos cambios pueden ser vinculados con la edad y
entonces estás en la psicología evolutiva, o vinculados con la participación en
determinado tipo de actividades sociales de grupo y entonces estarás en la psicología
social; pero para mí, lo que estudia toda la psicología son los cambios, porque es
imposible estudiar el comportamiento humano estáticamente.
educación, difícilmente puede tener una intervención él solo con el aval de una
institución educativa, al margen de lo que es un equipo multiprofesional. Bajo el
marco de un equipo multiprofesional circulan o aparecen conocimientos que provienen
de disciplinas, de referentes distintos; pero mi experiencia me dice que los equipos
multiprofesionales que funcionan, no funcionan porque cuando llegan las tareas, éstas
se dividen y se dice “este trozo es para ti que eres psicólogo, este trozo para mí, este
trozo para tal”, no, son multiprofesionales, y es lo que garantiza que el conocimiento
relevante procedente de las diferentes disciplinas converja, pero luego ¡todos hacen
todo!. Y lo que permite que todos hagan todo es que fundamentalmente ese
conocimiento circula y se instancia ahí porque los diferentes profesionales que ahí
aparecen lo pueden aportar.
que implican otras áreas de atención y tratamiento, quiere decir que, con
independencia de la génesis de una dificultad, esta se configura subjetivamente
dentro de los espacios de vida de ese individuo, y es esta configuración el objeto
esencial de cualquier práctica educativa.
Esta particular situación, sobre la que vale la pena detenerse, hipotetizamos que está
relacionada con una peculiaridad constitutiva del pensamiento sobre la educación. Es
de destacar que el educativo es un quehacer estatal, una función concreta que remite a
políticas prácticas. Si es así, las ‘ciencias de la educación” se encuentran en una
condición histórica, material, sumamente diferente alas del resto de las ciencias
sociales. Obviamente, éstas también se hallan influidas por las políticas estatales y los
modelos sociales productivistas. Pero la producción intelectual en temas de educación
estaría sometida a una especie de doble determinación: por una parte la que hace a
cualquier disciplina social, en cuanto a los limites del discurso tolerado y a las “políticas
sobre lo científico” que se dé el Estado. La otra determinación, que se “entrecruza” con
ésta (no se le suma simplemente) es la del control estatal sobre la politica educativa, y
por tanto sobre la producción textual que se da sobre las temáticas que le son
Diego Velázquez.
inherentes. Como es esperable, los márgenes con que se cuente, por ejemplo, en una
investigación determinada, dependerán del grado de inserción e influencia de ésta
sobre aspectos de las políticas educativas concretas. Pero estas influencias son,
habitualmente, mucho más inmediatamente prácticas que las de trabajos realizados en
otras áreas de la reflexión social.
Más de una vez hemos llamado la atención sobre las limitaciones de constitución
epistemológica de los escritos sobre temas educativos. Estas saltan a la vista si se
compara esos textos con los de las ciencias sociales “básicas”: sociología,
antropología, economía, ciencia politica. Incluso ha podido ironizarse, no sin razón,
respecto de que el “número uno” de una determinada área del pensamiento sobre
educación (por ejemplo, sociología de la educación) dista a menudo de ser el “número
uno” de la disciplina básica correspondiente (en este caso, de la sociología a secas).
Creemos que una clave de intelección de ese problema reside en que, en sentido
estricto, no existen ciencias “de” la educación, sino “aplicadas” a ésta. Dicho de otro
modo, no puede considerarse ala economía o ala ciencia política como “siendo para” la
educación, dado que sus desarrollos temáticos son autónomos. Ni tampoco imaginar
que haya ciencias de la educación independientes de la ciencia fundamental
correspondiente (V. gr., suponer la sociología de la educación marginada a autónoma
respecto de la sociología).
Mientras en los países avanzados la filosofía ha regresado con todo vigor, porque la
ciencia ha expresado dramáticamente sus limites, y tal posición, que cree que son
racionalizables los medios y procedimientos pero nunca los fines, deja por completo de
lado —y desprecia tanto explicita como implícitamente— la reflexión filosófica. Cuando
(pareciera que) los problemas centrales de la educación son el aumento de la
matricula, la racionalización del presupuesto, la formación cuantitativa de un alto
número de docentes, etcétera, semeja un lujo exótico y formalizante la pregunta por los
supuestos últimos de la función educativa, la reflexión sobre el tema de la ideología
a “los valores”. Estos, casi habitualmente, se los toma por ya dados, en tanto “sentido
común” social a versión particularizada de la politica estatal. Pero éste es precisamente
el error que va confinando al pensamiento sobre la educación a una serie de
mecanismos formales y carentes de contenido, basados en la apología del método y la
estadística. Error que no nos permite pensar en torno a problemas que están exigidos
por la situación contemporánea, tales como los límites de la racionalidad e
intelectualización (tanto en general, como en el caso de lo educativo en particular),
desfasajes entre unicidad discursiva escolar y pluralidad social y politica, las rupturas
entre el lenguaje escolar y el de los restantes medios de educación de los sujetos
(familia, iglesias, medios de comunicación de masas, con sus mutuas contradicciones
entre sí), modernidad industrial y administrativa y tradicionalismo cultural en las
escuelas y los docentes, etcétera.
Diego Velázquez.
No hay, por tanto, fin de la filosofía; ésta retorna necesariamente cada vez que se
requiere discutir los primeros principios, en cualquier orden (epistemológico, ético,
estético). Lo que sí existe es el fin de una cierta idea de la filosofía: aquella
universalizante que ubicaba “a su interior” al conjunto de las ciencias, subordinándolas
a su propio método y teoría; o aquella otra posterior, más sutil, que no planteaba un
cierto camino de “ida y vuelta” entre ciencia y filosofía, sino que ponía a esta en una
preeminencia absoluta, “derivando” hacia las ciencias particulares ciertos principios
generales establecidos en el campo de la reflexión filosófica.
Modulo 1.2.
Diego Velázquez.
El panorama de la humanidad, transcurridos los dos primeros lustros del siglo XXI, se
caracteriza por el recrudecimiento de las desigualdades económicas, sociales y
culturales en este mundo unipolar y globalizado. Se continúan violando derechos
elementales de la infancia, de las mujeres y los hombres de todas las edades en gran
parte del mundo, como el derecho a la alimentación, educación, salud, educación física
y práctica de los deportes, por señalar algunos de los motivos por los cuales se
intensifican en el mundo de hoy los conflictos, con secuelas de manifestaciones de
violencia, problemas en el empleo, el desempleo, el trabajo infantil, las migraciones
masivas, el número de refugiados, el racismo, la xenofobia, la discriminación por sexo,
o etnia, la drogadicción, las pandemias, la pobreza crítica, la degradación del medio
ambiente y el terrorismo.
La Educación no es solo un derecho para todos, sino ella tiene por objeto el
fortalecimiento de los derechos humanos. La educación ayuda a los seres humanos a
ser autónomos, a tener mejor calidad de vida, a tomar decisiones, a ser solidarios. No
solo se tiene derecho a acceder a la educación, sino acceder a una educación de
calidad.
Diversos autores (Álvarez, 1999; Freire, 1993; Castellanos, 1999; Suchodolski, 1978)
definen la educación como un proceso sistemático y dirigido, encaminado al desarrollo
multilateral del hombre para cumplir determinado papel en el sistema de relaciones
sociales en que está inmerso. Tiene un carácter histórico - concreto y clasista; cada
época, cada clase, prepara a los hombres para que cumplan determinados roles en ese
sistema, en la medida que se apropian de la cultura que le ha antecedido para que
pueda enfrentar los retos del momento histórico que les toca vivir. En un sentido amplio
Diego Velázquez.
Adaptabilidad: esto significa que los programas deben adecuarse a los cambios de la
sociedad.
A partir de los años 90 se avanza hacia una traducción política del mandato de educar
en y para los derechos humanos, al proclamar la ONU la década para la educación en
los derechos humanos (1995-2004).
Diego Velázquez.
Plan de Acción Integrado sobre la Educación para la paz, los Derechos Humanos y
la democracia, en la Conferencia General de la Unesco (noviembre, 1995).
1998; Muñoz, 2002; Krug, 2003; Newell, 2003; Avellanosa, 2003; Tinoco, 2004)
orientados esencialmente hacia comunidades, sujetos y escuelas con altas tasas de
violencia, con un carácter preponderantemente correctivo.
La educación como importante instrumento para construir una cultura que responde
al derecho humano de la paz propiciando un cambio en la visión del mundo de niños y
jóvenes así como en la manera de educar, comunicar y vivir juntos.
importancia de todas las formas de vida y el equilibrio de los recursos naturales del
planeta, la búsqueda colectiva de un modo de vivir y de relacionarse, que contribuya a
construir un mundo más justo y solidario en beneficio de toda la humanidad.
….plantean que el eje central de los currículos no esté en las disciplinas sino integrada
a todo el currículo escolar, combinando la educación, la ciencia, la cultura y la
comunidad en un mismo ámbito de acción.
La educación cubana, como parte medular del proyecto social crea condiciones
óptimas para el desarrollo de la educación para la paz en la escuela, las cuales pueden
sintetizarse:
Un sistema jurídico que legitima estos principios a favor de los más desfavorecidos.
La educación popular, como un derecho y un deber de todos sin distinción de ningún
tipo, con igualdad de oportunidades, donde solo pesan las capacidades y la voluntad
de cada uno.
Este modelo se hace viable en las condiciones concretas de Cuba en que el régimen
sociopolítico crea condiciones favorables para el desarrollo de la educación para la paz
como parte de su objetivo esencial, que es la formación del hombre y la realización de
su condición humana.
La concepción que se propone está conformada por ideas rectoras, principios que la
sustentan y puntos de vista que deben ser cambiados.Las ideas rectoras que se
exponen a continuación refieren las líneas directrices a seguir para la Educación en
derechos humanos. Se propone una educación en derechos humanos que:
Más que una enseñanza teórica la educación para los derechos humanos debe
convertirse en una forma de enseñar a adquirir las competencias básicas que se
requieren para desenvolverse en la vida respetando los derechos humanos.
5. Vínculo teoría práctica: significa educar para los derecho humanos desde la
cotidianidad, en vínculo estrecho con la vida, avanzar desde las experiencias vitales del
hombre en la medida que transforma la realidad se transforma a si mismo como ente
activo y transformador.
En la actualidad, los asuntos educativos no son sólo asuntos de la vida cotidiana, sino
cuestiones públicas que plantean problemas de gobernabilidad, cuando se acumula la
crítica negativa a los sistemas escolares, cuando suceden acontecimientos que
impiden el funcionamiento habitual de las escuelas, o cuando se rompe de alguna
manera la regularidad esperada en la vida escolar.
Diego Velázquez.
El llamado fracaso escolar acompaña a los sistemas escolares desde los inicios de la
universalización e institucionalización de la escuela. “Creada la escuela”, nos recuerda
Lus, “se advirtió la existencia de niños que no aprendían según lo esperado y este
hecho fue interpretado desde el modelo patológico individual" (Lus, 1988:106). Cada
nuevo esfuerzo por ampliar la escolarización ha producido nuevos contingentes de
niños, niñas, adolescentes, jóvenes, que no ingresan a la escuela, que ingresando no
permanecen, o que permaneciendo no aprenden en los ritmos y de las formas en que
lo espera la escuela.
Durante muchas décadas, el fenómeno nombrado como “fracaso escolar masivo” fue
explicado desde un modelo individual. A partir de tal modelo, y bajo el propósito de
prevenir el fracaso escolar, se generaron mecanismos de diagnóstico, derivación y
recuperación de los niños considerados en dificultad, mecanismos que adquirieron
cada vez mayor relevancia en los sistemas educativos de nuestros países (Terigi y
Baquero, 1997). Conocemos los procesos de etiquetamiento y segregación producidos
por esos mecanismos, que buscaban en supuestos fallos cognitivos y en la condición
de origen de los alumnos la explicación de sus dificultades para ingresar y permanecer
en la escuela y para aprender en ella. La interpretación del fracaso desde el modelo
individual se constituye, a partir de entonces, en el núcleo del sentido común desde el
cual fue pensado el problema de los niños y niñas que no aprendían en los ritmos y de
las formas en que lo esperaba la escuela. Este núcleo de sentido común ha tenido
consecuencias devastadoras para la población pobre, convalidando la identificación en
los sujetos de condiciones que los harían pasibles de ser educados y la atribución a los
sujetos de las dificultades para que ello suceda.
Diego Velázquez.
En 80´s, La superación del fracaso escolar dejó de ser asunto de mejores diagnósticos
y circuitos de derivación y atención especializada, y comenzó a ser asunto de políticas
sociales de atención a la primera infancia y de políticas educativas compensatorias de
las desigualdades.
modelo único de maestro y de método a seguir” (Serra y Canciano, 2007: 15/16), hoy
se considera que es justamente en aquella clave homogeneizadora donde reside parte
del problema de la inclusión educativa. Se puede aprender lo mismo, y sin embargo ser
víctima de exclusión, si lo que se aprende son contenidos elitistas, sectarios o
parciales.
3. Que esa formación compartida no arrase con las singularidades y la cultura local, ni
codifique como única cultura autorizada la de sectores específicos de la población; por
el contrario, que promueva en todos una comprensión de la cultura y de los intereses
de los otros.
5. Que cada vez que surge una nueva barrera para el acceso a la escuela o para el
aprendizaje en ella, el Estado asuma sin dilación medidas positivas que remuevan esas
barreras y permitan a quienes las sufren disfrutar a pleno de su derecho a la educación.
Ahora bien, analizando las trayectorias reales de los sujetos, podemos reconocer
itinerarios frecuentes o más probables, coincidentes con o próximos a las trayectorias
teóricas; pero reconocemos también itinerarios que no siguen ese cauce, “trayectorias
no encauzadas”,18 pues gran parte de los niños y jóvenes transitan su escolarización
de modos heterogéneos, variables y contingentes. Un conjunto complejo de factores
incide en “las múltiples formas de atravesar la experiencia escolar, muchas de las
cuales no implican recorridos lineales por el sistema educativo” (DINIECE-UNICEF,
2004: 8).
Durante varias décadas, la mirada sobre estas formas no lineales, producida desde los
enfoques del modelo individual del fracaso escolar, conceptualizaba toda diferencia
como desvío y responsabilizaba a los sujetos por tales desvíos.19 Evidentemente, la
transformación de la mirada sobre el problema de la inclusión trae consigo una
preocupación por asegurar, desde las políticas educativas, que los sujetos realicen
trayectorias escolares continuas y completas. No se trata de desconocer que la
discontinuidad de las trayectorias escolares es un perjuicio para quien la sufre; se trata
de que la perspectiva de trayectoria educativa (y no sólo de trayectoria escolar) puede
sustentar políticas de ampliación de las oportunidades de aprendizaje fuera de la
escuela, y puede permitir reconocer los aprendizajes que los sujetos realizan fuera de
la escuela.
de las cronologías reales. Así, por ejemplo, sabemos que los adolescentes y jóvenes
de condición socioeconómica vulnerable tienen mayores dificultades para ingresar al
nivel medio, permanecer en él y aprender; pero no siempre relacionamos estas
dificultades con sus trayectorias escolares previas, frecuentemente desplegadas en
circuitos de escolarización que no les han asegurado los aprendizajes que la escuela
secundaria da por establecidos en quienes asisten a ella en calidad de alumnos.
Este escrito se produce teniendo en cuenta al menos tres límites importantes que se
plantean a las recomendaciones en política educativa: el carácter experimental de la
educación, que carga de incerteza las hipotéticas bondades de las propuestas hasta
que se convierten en experiencia real y podemos evaluarlas; la distancia entre los
problemas que afrontamos y el saber pedagógico del que disponemos; y la singularidad
de las situaciones que atraviesan los países, los gobiernos, los programas y las
escuelas, que nos impide realizar afirmaciones de valor universal.
“superior”; o el respeto a las diferencias que sin embargo no funcione como coartada
para la segmentación escolar. Esos problemas y otros de similar tenor no encuentran
una respuesta ya probada en el saber disponible, sino que las respuestas deben ser
construidas, en el marco de políticas que aborden un conjunto concreto de problemas y
los exploren de manera sistemática.
Capitulo 3.
Dos razones:
Sabemos que, en nuestra región, la pobreza es una condición estructural que afecta
a numerosas familias y comunidades, y a los niños y niñas en sus condiciones de
crianza. Los presupuestos educativos (y, en general, los recursos del Estado) son
exiguos pero, en los últimos años, han sido dirigidos en una proporción importante a
otorgar a las escuelas, en especial a aquellas a las que asisten los alumnos y
alumnas de los sectores más pobres de nuestras sociedades, el equipamiento
didáctico adecuado para crear mejores condiciones para enseñar y aprender. Ese
equipamiento (útiles, libros, recursos didácticos, tecnologías) ofrece a muchos
alumnos la primera oportunidad para tomar contacto y para aprender a usar
instrumentos culturales como el libro o la computadora. Y, sin embargo, hemos
aprendido también que colocar recursos en las escuelas no es suficiente. Más allá
de la remanida pero realista imagen que muestra escuelas dotadas de recursos que
permanecen encerrados en las cajas que sirvieron para transportarlos, la
experiencia de las escuelas que sí han hecho uso de los recursos muestra que
disponer de ellos no es suficiente para promover una experiencia escolar rica en
aprendizajes. Los libros no funcionan de igual modo como un elemento más
colocado en los estantes del aula (aunque que se encuentren en el aula tiene toda
su importancia) que en el marco de un proyecto institucional de formación de
lectores.
estrategias, hay que hacer cosas distintas para que todos y todas puedan aprender
(Terigi, 2008).
La idea de Rossano ilumina no sólo la transición que ella estudia (una transición
prevista por las trayectorias teóricas), sino también las que se suman en las
trayectorias reales, debidas a la repitencia que separa del grupo de pares, al cambio
de escuela, al abandono temporario. En estos cambios, se reproduce la “tierra de
nadie” de que habla Rossano, y los niños, adolescentes y jóvenes vuelven a
invisibilizarse. Esta reflexión abre el desafío de encontrar modos sistémicos de
ocupar esa “tierra de nadie”, como constituir redes que contribuyan a dar visibilidad
a los sujetos y los apoyen en el sostenimiento de sus recorridos escolares.
Así, como hemos señalado en otras ocasiones (Terigi, 2005b), no se trata de “los
niños o adolescentes con sobreedad”, sino de “los niños o adolescentes con
sobreedad en la escuela graduada”; no se trata de “las adolescentes que son
madres”, se trata de “las adolescentes que son madres en escuelas con régimen
presencial”. El mismo análisis debe hacerse sobre cualquier otra situación que
estemos considerando como productora de riesgo educativo.
Por consiguiente, se requiere que las estrategias impulsadas por las políticas de
inclusión educativa no sean posibles sólo para docentes excepcionales, con
características elusivas de formación, capacidad o experiencia previa. Éste es un
gran requisito para las políticas, que en su oportunidad denominamos accesibilidad
didáctica. Al hablar de accesibilidad didáctica, nos referimos al grado hasta el cual
las implicaciones didácticas de una cierta medida de política educativa se hacen
accesibles para los docentes, en función de su conocimiento didáctico (Terigi,
2005a).
“Aunque la trayectoria social y escolar guarda íntima relación con las posiciones de clase,
género y etnia, no depende exclusivamente de ellas ya que se pone en relación con por lo menos
tres dimensiones: los condicionamientos materiales, la esfera subjetiva (representaciones,
expectativas, sentimientos) y las estrategias, no siempre racionales que con cierto margen de
autonomía van armando los agentes en el delineado de sus recorridos.” (Kaplan, 2006: 40).
“Nuestros desarrollos didácticos se apoyan en los ritmos que prevén las trayectorias teóricas,
continúan basándose en el supuesto de la biografía lineal estándar. Suponen, por ejemplo, que
enseñamos al mismo tiempo los mismos contenidos a sujetos de la misma edad, con dispersiones
mínimas. Insisto, no se trata de que no sepamos que en las aulas se agrupan chicas y chicos de
distintas edades; se trata de la relativa inflexibilidad de nuestros desarrollos pedagógico- didácticos
para dar respuestas eficaces frente a la heterogeneidad…” (Terigi, 2007:5)
Considerar las propuestas escolares para definir el riesgo educativo implica mirar
las condiciones pedagógicas e institucionales. De este modo, atender el riesgo
educativo requiere diversidad de respuestas pedagógicas, complejas e integrales,
en las que el proyecto institucional también se pone en juego. Así, aun cuando
puedan definirse estrategias y herramientas generales, se entiende que las
respuestas pedagógicas no serán únicas o universales, sino fundamentalmente
singulares y requerirán la reflexión informada respecto a cada situación. A la vez
compromete a todos los actores del centro educativo y muy especialmente a los
docentes en tanto responder a estas situaciones involucra la enseñanza y los
aprendizajes de tal modo que muchas veces se requiere poner en juego saberes y
conocimientos pedagógico- didáctico diferentes a aquellos a los dispuestos
habitualmente. Supone también estrategias y dispositivos especiales, no asociadas
directamente a la enseñanza y siempre en el marco escolar- educativo como el
soporte informático de información, el acompañamiento educativo; la actuación de
actores específicos; la modificación de espacios y tiempos escolares.
El acompañamiento educativo.
• Identificar - planificar con el/los adolescentes las metas – desafíos que cada uno tiene
y para lo que se le apoyará, revisando con él o ellos los caminos para alcanzarlos. Este
equipo de seguimiento y acompañamiento actúa en el marco del SPTE el que supone
diversos niveles de acción a la vez que implican la articulación con otros actores. Si se
hace una radiografía de los actores que intervienen de manera sistemática, se podría
visualizar:
En el centro educativo:
Egresados /as de Educación Media Básica del año n que no hayan registrado
inscripción en Educación Media Superior en diciembre de dicho año.
Adolescentes matriculados en 1er año de Educación Media Superior en el año n,
con fallo de repetición en diciembre/ n, que no registran re-inscripción a 1er año
de EMS en diciembre / n Elaboración de estrategia comunitaria de
acompañamiento en vacaciones. En el marco de las articulaciones territoriales,
se propone generar planes de acompañamiento en los momentos de
vacaciones, tanto julio como en el verano. En dichos planes se propone la
elaboración de una estrategia comunitaria (Centros MEC, Plazas de deporte,
actividades culturales, talleres temáticos, entre otros). Dicha estrategia tendrá
distintos niveles, por ejemplo:
1- Difusión de actividades recreativas, culturales, comunitarias, locales y
departamentales.
2- - Visitas guiadas y coordinada a actividades fuera del centro educativo.
3- Coordinación de actividades en conjunto de los centros educativos y
otros actores de la comunidad.
4- Realización de actividades dentro de los centros educativos.
b. Del acompañamiento
entre ellos. Estos espacios podrán ser dentro de los centros educativos, a contra
turno y serían coordinados por docentes que utilizando horas asignadas, para
tutorías y/o coordinación. También se podrá desarrollar en instituciones de la
comunidad educativa, en las cuales se podrá coordinar con otras propuestas
socioeducativas, articuladas y tomadas como ampliación del tiempo pedagógico
desde el propio centro. Espacios de Referencia entre Pares Son espacios de
encuentro entre estudiantes de Educación Media Superior y estudiantes terciarios
que participan de forma voluntaria acompañando su trayectoria educativa desde su
condición de pares. Son considerados espacios de aprendizaje colaborativo que
trascienden lo estrictamente curricular. Esto supone, comprenderlos y habitarlos en
el marco de un encuadre general con objetivos educativos amplios pero precisos,
donde se configuran espacios singulares a partir del “encuentro” y cuyo desarrollo
depende de los actores que participan y de su intersubjetividad. Funcionan como
espacios abiertos a todos los estudiantes del Centro Educativo, donde se promueve
la participación. Se realizan actividades con los estudiantes a demanda de sus
intereses y aspiraciones. Pueden configurarse bajo diversas modalidades de
funcionamiento y contenidos.
Tutorías académicas
Se propone generar una iniciativa en la cual desde las distintas propuestas que
trabajan en los centros educativos, (Tutorías, Programa Uruguay Estudia,
Compromiso Educativo, entre otros) se coordinen con el fin de en el primer
semestre del año se puedan realizar los mayores esfuerzos para que los
estudiantes de segundo año de EMS en adelante, puedan rendir sus exámenes de
previas, generando escenarios propicios, que faciliten la preparación y la mejor
coordinación de los equipos docentes, con este fin.
Modelos pedagógicos. Aparece como desafío mirar las propuestas curriculares por
ejemplo en su organización y temporalización, considerando atender entre otros
asuntos la realidad de estudiantes que trabajan. A la vez que mirar y repensar
modelos pedagógicos que se plasman en tales propuestas y por tanto en las
prácticas educativas, que se reflejan en el relacionamiento entre adultos y
adolescentes, en las propuestas didácticas de aula (de enseñanza y de evaluación),
en las propuestas de espacios extracurriculares, en la gestión y en el
relacionamiento del centro con la comunidad local.
Todo aprendizaje y desarrollo asociado a las prácticas formales era más reconocido
en términos no solo materiales, con el otorgamiento de las certificaciones, sino
también simbólicos, en tanto se los consideraba como los más adecuados y válidos
para la formación de las personas en la sociedad.
Desde el sentido común estamos acostumbrados a pensar el contexto como “lo que
contiene”. Si pensamos al contexto educativo de esta manera, las diferencias que
se produzcan en los aprendizajes no dependerán de el sino de las posibilidades y
limitaciones de los sujetos. Esta es la perspectiva tradicional desde la que se
entiende cualquier situación de déficit no como algo que depende de la propuesta
educativa sino de “los problemas del sujeto, su familia, su entorno, etc”. Vista como
“continente” la propuesta educativa es entendida como un elemento neutral que no
cambia en nada las posibilidades de apropiación y de aprendizaje de los sujetos
que participan de ella.
Michael Cole (1999), - “definir al contexto como aquello que entrelaza, supone
visibilizar que se trata de una relación cualitativa entre los hilos de un entramado.
Yrgo Engestrom )1994) plantea que la trama esta conformada por las reglas de
la actividad, las metas que esta tiene, los instrumentos de mediación cultural
que se ponen en juego, la comunidad que la realiza y la división de roles entre
los sujetos que participan en ella.
Cole sostiene que los límites entre la tarea y su contexto no son claros ni estáticos y
que por el contrario se trata de una creación ambigua y dinámica.
Teoria de la actividad:
Mas allá de los grados de formalizacion del contexto educativo, otros aspectos
cobran relevancia: su conformacion histórica y las metas que propone,
entramados en ello pero también ligados a la actividad particular que realizan
los sujetos determinados: los sentidos y propósitos de la tarea; como circulan
los instrumentos de mediación cultural (por ejemplo los usos del lenguiaje); que
reglas y que distribuciones de roles operan.
Diego Velázquez.
Las racionalidades políticas tienen que ver con los procesos de producción
discursiva en torno al gobierno y su ejercicio:
Diego Velázquez.
En las últimas décadas del siglo XX suceden proceso económicos y políticos (crisis
del Estado de bienestar, políticas neoliberales, proceso dictatoriales y
recomposición de la matríz democrática), sociales (procesos de desintegración
social, proceso de marginalización y exclusión) y educativos (Crisis de los sistemas
educativos) que desafiaron la capacidad de los sistemas para dar respuesta a las
necesidades e intereses de la población.
Diego Velázquez.
Ante las crisis mencionadas se consideraba pertinente contar con una educación
más solida que llegara a todos y que impactara en las clases más bajas, ya que una
apuesta al desarrollo era lo deseado (desarrollo entendido como accesibilidad a
dominación de nuevas formas de producción).
En el marco rioplatense:
Aparecen las ENF mencionadas con otra enunciacion: Educacion Socail, Educacion
Popular, Educacion especializada, Pedagogía social, etc.
¿Es cometido esencial de la ENF ser puente para lo formal?, ¿no existe una
especificidad de la ENF?, y ¿si existe, y se reconoce en diversos documentos, poruqe
Diego Velázquez.
Sabemos que las leyes por si solas no cambian las realidades pero si recogen, en el
mejor de los casos, experiencias y movimients e instauran nuevas coordenadas para
pensar la realidad.
La nueva Ley de Educacion del Uruguay (Ley 18.437, aprobada en diciembre del
2008), refleja, entre sus novedades, lamencion específica al campo de la ENF.
Des-armando problemas:
Pensar el pensamiento.
Pensar lo que (nos) afecta en la relación con las cosas. En este sentido, la escuela sólo
se convierte en la oportunidad accesible para dar rienda suelta a las preguntas que
nacen de estar ahí. Las imágenes y balbuceos que van tomando forma interpelan
modos de hacer, sentir y conceptualizar que suceden en prácticas sin frontera.
Un pensamiento filosófico implica ir más allá o más acá de la anécdota, incluso de los
supuestos significados que procuramos develar; más bien se trata de “escuchar” un
cierto malhumor contra un modo de estar en el mundo. Advertimos, a veces más
Diego Velázquez.
la escuela carga con una imagen de sí misma que sostiene el peso de ser la única
institución legitimadora de los saberes sociales. Para funcionar como condición de
pensar lo que no se sabe, hay que intervenir, al menos, en esa carga heredada. Pero
además, en esa imagen de reproductora del saber, en esa escuela que sabe, también
nosotros, los adultos, los docentes, somos sabidos por la escuela, la escuela nos sabe,
nos ha pensado, estamos pensados por ella -nos provee estado.
Podríamos decir que hoy las escuelas exhiben un tipo de problemáticas cuasi
existenciales. Y cuando decimos existencial no nos referimos a un existencialismo que
brota del interrogante por el gran sentido sino a cuestiones que rozan el corazón de lo
social. La vida misma en su “gestión” cotidiana se ha vuelto inquietante por su grado
extremo de imprevisibilidad y las escuelas se presentan como reservorios de máxima
notoriedad de las tensiones sociales. La escuela es más territorio de visibilidad de
pasiones y modos artesanales de tramitación que centro de transmisión de valores y
producción centralizada de subjetividad. Tenemos la impresión de que las cuestiones
que toman la preocupación de los maestros y directivos son aquellas que hacen a la
búsqueda de posibles encuentros. Encuentros con la literatura, con campos de
conocimientos, con los otros. El encuentro sucede en el medio, entre fuerzas vivas
(personas, cosas). No es una cuestión de buen entendimiento. El encuentro no se
realiza de persona a persona: el encuentro es con lo que nos mueve en el seno de las
relaciones. Nos encontramos con la oportunidad de una experiencia, con la necesidad
de investigar el vínculo con aquello que nos sacude, nos inquieta. El encuentro no se
busca sino que cuando va sucediendo advertimos que lo estábamos buscando.
El sentido de la escuela:
Tanto hemos leído y oído sobre el sentido de la escuela: gestar ciudadanía, seres
ilustrados, hombres y mujeres disciplinados para el mundo del trabajo, hombres y
mujeres libres, seres críticos... Muchos de estos sentidos encarnados en funciones
socio-históricas determinadas produjeron fuertes creencias y sentimientos de
pertenencia, envueltos de la mística y la épica que fundan los grandes relatos. Aún
resuenan sus ecos en el universo de representaciones. No pocos de estos enunciados
mostraron costados reales sobre todo en el auge de los Estados-nación. Gran parte de
esas promesas también se han hecho añicos.
¿Se puede vivir sin sentido? ¿Puede la escuela construirse más allá del Sentido? A la
primera pregunta nos arriesgamos a decir que no. A la segunda decimos que sí en
tanto preferimos pensar nuestra existencia más allá de tareas que cumplir, de
prescripciones que realizar, de significados dotados por poderes que nos exceden y
sustraen nuestro poder de querer y pensar. Y además porque constatamos, cada vez
más, que cuando se trata de una micropolítica (porque en última instancia es en el
plano de las tramas de lo cotidiano donde se verifica el efecto de una política, de una
praxis), los que se las tienen que ver con las fuerzas reales, escapan de estructuras y
aparatos que se erigen en la lejanía de las prácticas.
los modos de vivir que hacen a modos de existir. Pensar el sentido es pensar el
devenir... el valor del pasar de las cosas que nos pasan (Deleuze, 1994).
Para ser más claros: la escuela pensada desde la trascendencia tiene el sentido de su
hacer por fuera de sí misma. Era la escuela que trasladada a los niños desde las
manos de sus padres a la de sus capataces. Correa de transmisión entre instituciones.
Podía hacerlo porque contaba con la alianza de la familia, con el consenso adulto
acerca de cómo educar y también porque conocía el estadio siguiente al que pasarían
estos niños, luego de la escuela. Este era el mundo de las certezas del progreso.
Reduplicación del diagrama disciplinario en sus diferentes modalidades. La escuela
pensada desde la inmanencia, en cambio, está envuelta en su propio sentido. Ya no
puede descansar en la alianza con las familias porque no tiene garantizada la
presencia de los adultos responsables ni su aquiescencia sobre las decisiones
escolares.
- Frigerio, G. (2010) La educación: una escena del vivir entre otros / con-
otros. Reflexiones para compartir. Encuentro en Montevideo.
Convivir.
La noción y las prácticas de convivencia - vivir entre o vivir con otros- expresan aquello
que de manera constante y continua es necesario construir, cuidar, alentar. La noción,
las prácticas y las experiencias dan cuenta y condensan deseos detrás de los cuales se
vislumbran temores. Muchos de los cuales encuentran fundamento empírico en las
dificultades y obstáculos que los humanos encuentran para hacer y compartir un
“mundo común”4 del que todos formen y tengan parte.
…Son las prácticas sistemáticas de hostilidad las que reclaman con urgencia a las
políticas de la amistad12 , convocan a las buenas conciencias y solicitan el trabajo de
la educación.
Una de las expresiones de esos montajes normativos a los que aludíamos se expresa
en el concepto más amplio de Institución (siendo desde nuestra perspectiva la
institución educación la que debe asegurar una oferta de posibilidades sublimatorias).
C. Castoriadis expresa esto en términos de la institucionalización de la sociedad. Es a
la “Institución” a la que se apuesta y en la que se le confía. Institución que tomará
forma de “institución” para darse una organización, volverse contexto específico de
acción y alojar la tramitación de la vida colectiva. Si la institucionalización es la gran
apuesta de lo humano es porque -tal como lo advierte el psicoanalista Enriquez13
metafórica y simbólicamente las instituciones son creaciones de los hombres para
“exorcizar la violencia originaria”….
Diego Velázquez.
Así convivir, vivir con otros / entre otros, en paz, es una necesidad que conoce avatares
tanto por obstáculos externos (sociales, políticos, económicos) como por la trama
misma del mundo interno de los sujetos.
Una institución es en principio un objeto cultural que expresa cierta cuota de poder
social. La institución expresa la posibilidad de lo grupal o colectivo para regular el
comportamiento individual. (normas-valores).
Las normas que más anclan en los sujetos son las que se presentan al individuo de
manera múltiple, son expresas y dichas en las relaciones. Son las representaciones
colectivas, las cuales configuran las tramas vinculares en la que cada sujeto hace
posible la identificación con los otros y con el grupo.
Violar los marcos que establecen las instituciones, desviarse de ellas, contestarlas
críticamente, no acarrean solo el riesgo de castigo interno y externo de la autoridad,
sino que además se corre el riesgo de ser desmembrado del cuerpo del grupo social.
Cuando el poder regulador de las instituciones internalizadas fracasa, el conjunto
ejerce su poder de vigilancia y castigo a través de las formas sociales encargadas de la
protección de lo establecido.
Las instituciones que preservan la subsistencia del conjunto social son también
maneras de preservar la particular forma como se ha distribuido el poder para el uso
privilegiado de bienes económicos, sociales y culturales.
Diego Velázquez.
La peligrosidad que para los sujetos reviste la elucidación, expresión o “puesta sobre
tablas” de ambos tipos de significado se vincula a la operación de prohibiciones y
sanciones relacionadas con la protección de estilos sociales e institucionales y con el
riesgo que representa la liberación de tendencias instituyentes.
Diego Velázquez.
La metodología de análisis nos llevará a precisar, por lo menos y con diferentes grados
de sostificacion:
Los analizadores:
Los tests, las entrevistas, las encuestas, en gral cumplen la función de analizadores.
Desencadenan la aparición de un material no controlado que expresa el estilo y la
idiosincrasia del que lo produce.
Diego Velázquez.
Cada hecho o conjunto de datos, cada situación de una realidad institucional particular,
deben ser analizados en todos los ámbitos de expresión (individual, interpersonal,
grupal, organizacional y comunitaria), desde el punto de vista de todos los actores (la
síntesis de la mirada de todos nos da aquello que es único pero colectivo y que
expresa la idiosincrasia del establecimiento), en la trama de significaciones develadas
por esa síntesis pero a la luz de sus sentidos universales y sociohistóricos.
Los esquemas referenciales que nos sirven de marco conceptual para el análisis deben
aceptr la contradicción y los diferentes significados de un mismo hecho. No sirven en
esta área los esquemas unidireccionales o monocausales.
En esta última década muchos de los debates acerca de la crisis educativa se han
encarnado en la dicotomía modernidad-modernidad líquida, por lo que nos
preguntamos -y apostamos a ello- si es posible pensar la realidad en la que estamos
insertos en lo individual, en lo grupal, en lo institucional, en lo social sin quedar
atrapados en la idealización de una y la demonización de la otra.
Diego Velázquez.
Convocamos a pensar los modos de habitar las instituciones educativas y las tensiones
que la atraviesan usando metafóricamente una manifestación propia de la modernidad
liquida: el vintage. El vintage es un concepto que se comenzó a usar esta última
década muy asociado al mundo del diseño y de la estética. Se considera vintage a
ciertos objetos o accesorios caracterizados por su diseño artístico y su calidad que
fueron creados y “consumidos” hace algunas décadas pero que aun no pueden
catalogarse como antigüedades. Estos se incorporan al diseño y la estética logrando
una composición singular con los objetos y formatos actuales.
Las netbook, las tablet, los celulares conviven con la dialéctica cara a cara docente-
alumno, los pizarrones, tizas, carpetas y libros…
Oferta de capacitaciones – muchas gratuitas- hay muchas. Pero lo que hay que revisar
es la lógica y contenidos de esas capacitaciones y el impacto subjetivo que ellas tienen
en el docente y en sus prácticas.
El docente por un lado encarna los ideales propios de la modernidad con lo que se
identificó en su formación. Aunque ya quedan quizás pocos docentes formados en el
más puro normalismo (que brindaba una formación principalmente enciclopedista la
cual avalaba un saber incuestionado que garantizaba un lugar de poder); si quedan
muchos formados allí cuando el normalismo resistía su muerte anunciada y el sistema
educativo argentino no lograba encontrar otro dispositivo formador que alcanzara la
fuerza y eficacia avasalladora que había tenido el normalismo a principios de siglo.
Pese a ello y a los cambios que se produjeron en la formación docente argentina,
algunos dispositivos simbólicos propios de la sociedad disciplinaria siguen vigente,
aunque sin la eficacia de antaño. La dinámica escolar cotidiana sigue reproduciendo el
encierro, el aula sigue siendo un dispositivo espacial que intenta controlar el espacio, el
tiempo y los cuerpos de los estudiantes y la clase un dispositivo pedagógico en el que
el docente pretende enseñar e intenta sostener la vigilancia apelando a un lugar de
autoridad hoy altamente cuestionado. La modalidad por donde transita el proceso de
formación de los sujetos y la monopolización de contenidos que la posibilitarían son
quizás las características de la educación de la sociedad disciplinaria más
cuestionadas por los docentes en su práctica docente cotidiana.
Pero al mismo tiempo lo largo de su trayectoria laboral también se identifica con las
premisas de la sociedad de control, que conciben al sujeto aprendiente como
estudiante – y no como alumno6 - como sujeto que tiene un saber importante de ser
escuchado, en tanto esta escucha posibilita desplegar dispositivos de enseñanza que
promueven tanto la resignificación de ese saber como el aprendizaje. También el ideal
de una formación permanente forma parte de su identidad docente, porque por un lado
Diego Velázquez.
en su formación aprendió que ésta era una premisa básica que garantizaba ser un
“buen docente”, pero por otro lado por la fuerza que tienen los dispositivos de control
del sistema educativo a partir de los cuales la evaluación del docente está fuertemente
atravesada por un sistema de puntajes por cursos realizados.
Podríamos pensar que otro punto de tensión que puede devenir en conflicto psíquico,
se configura entre la ignorancia admitida por docente y la ignorancia impuesta por el
sistema educativo. La ignorancia admitida tiene una faz positiva porque implica que el
sujeto puede enfrentarse a su propia castración, tolerar la angustia emergente y
devenir en motor para realizar aprendizajes significativos que impacten en su práctica
docente.
El conflicto interno suscitado puede adquirir la forma del malestar docente, que muchas
veces parece consumir progresiva y casi imperceptiblemente el deseo del docente.
Comienza a perder de vista una de las funciones más valiosa de su labor: la función
subjetivante que su quehacer cotidiano conlleva. El riesgo es que su función
íntimamente subjetiva y profundamente subjetivante devenga en una tarea instrumental
de enseñanza con el riego de convertirse en un técnico que a partir de ciertos
dispositivos prefijados enseña a leer y escribir, sumar, restar…
Diego Velázquez.
En primer lugar consideramos que “para que los docentes puedan salir de esta
“encerrona” probablemente se requiera –entre otras cuestiones- que recuperen
determinados saberes previos que les fueron expropiados por políticas de docente de
corte neoliberal a los que fueron sometidos fundamentalmente durante la década
noventa y que los despojó de ciertos valores en torno al sentido de la educación y al
poder de las prácticas sociales en la producción de subjetividades”. 7 En muchas
ocasiones redujeron de manera muy eficiente las complejidades propias de la tarea de
educar a un conjunto de estrategias y técnicas de instrucción y adiestramiento
orientadas fundamentalmente a desarrollar competencias en los alumnos; como si
estos sólo fueran un soporte biológico descontextualizado de un conjunto de funciones
cognitivas que se pueden programar en función de los intereses del mercado.
Es necesario pensar la “capacitación” desde una lógica diferente, que se corra del mero
lugar de trasmisión de conocimientos pedagógicos o disciplinarios porque no sólo
deviene en acumulación de conocimientos, sino porque el impacto que estas tengan en
la práctica docente dependerá del malestar docente imperante. En tanto los formatos
de las capacitaciones tradicionales–en algunos contextos- parecen ser anacrónicos, se
torna necesario trabajar con este malestar para que un aprendizaje subjetivante
docente sea posible.
Trabajar lo subjetivo que se entrelaza con la identidad docente, para recién luego
abordar lo didáctico habilitaría pensar éticamente dispositivos que permitan configurar
respuestas posibles. Invita a pensar formas alternativas de pensar la educación, la
escuela, la profesión, las infancias y adolescencias actuales que implique
desnaturalizar lo que entendemos de ellas. Esto permite habitar las instituciones a
partir de la potencia del hacer sin asfixiarse en el discurso de la crisis de las
instituciones. Entre la novedad –que se nos impone incesantemente en las aulas- y la
urgencia de situaciones que demandan respuestas inmediatas tiene que ser posible
elaborar alternativas, porque si bien es verdad que hay formas destituyentes en el
acontecer institucional es posible encontrar formas instituyentes.
Diego Velázquez.
Los muy ricos son aun más ricos, y las desigualdades de patrimonio incrementan aún
más rápido que las salariales. La tendencia está bien consolidada, porque ahora las
rentas rinden más que el trabajo. Desemple y precareidad se instalan, mientras que se
multiplican los trabajadores pobres; se forman guetos donde se concentran más los
pobres, los migrantes y sus hijos. Nos acostumbramos a las presencias de mendigos y
personas sin techo. Continúa con varios ejemplos actuales de desigualdad.
…En una palabra, y auqnue todos lo lamenten, los lazos de solidaridad que nos llevan
a desear la igualdad social están, al parecer, irreediablemente debilitados.
No se trata solo de que las desigualdades y las crisis económicas afecten los lazos de
solidaridad; la cuestión también es que la debilidad de esos lazos sociales explica la
profunidzacion de las desigualdades.
Otro riesgo es el de índole intelectual. Consiste en creer que no hay otro modelo de
solidaridad que el de las sociedades industriales socialdemocráticas de los años de
crecimiento europeo. Ante la crisis de las instituciones, la mercantilización del mundo,
el egoismo y la soledad atribuidas al triunfo neoliberal, no habría otro futuro que el
retorno a la década de 1960, a los años anteriores a la crisis, olvidando de paso que
estos no fueron tan dichosos y solidarios como los imaginan quienes no los vivieron.
Un alumno por el simple hecho de serlo participa de una cultura institucional que
tienen, entre otras cosas, muy peculairescodigos o normas que regulan la convivencia
y la amplia gama de interacciones que en ella se establecen. El alumno se inserta en
dicha cultura con propósitos u objetivos formalmente estipulados y que se encuentran
determinados, entre otras cuestiones, por rigurosas coordenadas espaciotemporales.
El alumno admite una relación asimétrica con quien se denomina maestro odocente.
Asume la intencionalidad de la cultura escolar, la cual prescribe aquello que resulta
conveniente y preferible incorporar y aquello que está debidamente desaconsejado.
El sujeto de la enseñanza:
Mantiene una relación asimétrica con sus alumnos en varios sentidos (aunque
simétrica en otros).
El modo de colocar esta asimetría a favor del aprendizaje de sus alumnos dependerá
en gran medida de su pericia técnica; este topoci no está en discusión, pero la misma
se verá sostenida por su dimensión psico-afectiva.
Docencia como “virtud ciudadana”: implica aprender a elegir, deliberando con razones
a cada caso, el buen enseñar, además conlleva una responsabilidad pública, que hace
la virtud ciudadana, en el sentido de derecho universal a la educación, de la posibilidad
de contraste yh la apretura a lo nuevo que se enseña, , y todavía, en la intención
misma de generar lo común desde las diferencias y no a costa de las diferencia.
Supuestos:
Desde fines del siglo XIX y en todo el siglo XX surge la sospecha si contamos
con un fundamento cierto, objetivo, promesa que nos permitiría distinguir y
nombrar la verdad.
¡Qué lejos parece estar el siglo de las luces, que tanto alimentó la mergencia
moderna de los sistemas educativos! No es fácil educar, es decir, enseñar y
aprender saberes, cuando se nos ha borrado el horizonte y se nos movió el piso.
Diego Velázquez.
Qué fascinante puede ser enseñar y aprender saberes, sin embargo, cuando
entendemos, como dice G. Steiner: “que nuestro destino es abrir puertas,
aunque no sepamos adonde nos llevan”4 (Steiner, o.c.)
El punto clave en esta crisis profunda que afecta, entre otras cosas, la materia
prima de la educación, que es el conocimiento, radica en resistir al desánimo de
no poder hacer nada e insistir en apostar a o mucho que podemos hacer y a las
alternativas. En esta línea invito a que critiquemos, simultáneamente, una
ilusión, una tentación y una confusión, que condensan la crisis.
No es comprobable afirmar que el uso de las TIC mejora los procesos de aprendizaje
de alumnos de educación formal y escolar, de contextos complejos, en los que
intervienen otros muchos factores. No es en las TIC, sino en las actividades que
desarrollan profesores y estudiantes, gracias a las posibilidades que estas les ofrecen,
donde hay que buscar las claves para comprender su impacto sobre la enseñanza y el
aprendizaje.
capacidad que parecen tener estas tecnologías para impulsar y promover procesos de
innovación y mejora de las prácticas educativas. Habitualmente las TIC no han
transformado las prácticas, sino que han reforzado las existentes.
El uso de las TIC en las aulas a menudo está relacionado con los profesores, que
tienden a ser coherentes con sus pensamientos pedagógicos y su visión de los
procesos de enseñanza y aprendizaje. Los más tradicionales usan las TIC para reforzar
sus estrategias de presentación y transmisión de los contenidos, mientras que los que
tienen una visión más activa o "constructivista" las usan para promover actividades de
exploración de los alumnos, el trabajo autónomo y colaborativo.
Diego Velázquez.
Las TIC tienen una serie de características específicas que abren nuevos horizontes y
posibilidades a los procesos de enseñanza y aprendizaje y son susceptibles de
generar, cuando se explotan adecuadamente, es decir, cuando se utilizan en
determinados contextos de uso, dinámicas de innovación y mejora imposibles o muy
difíciles de conseguir en su ausencia.
La novedad de las TIC digitales reside en que permiten crear entornos que integran los
El potencial educativo de las TIC está en usarlas como herramientas para pensar,
sentir y actuar solos y con otros, como instrumentos psicológicos en el sentido
vygotskiano de la expresión. La potencialidad semiótica de las TIC digitales, es
enorme, así como su potencialidad como instrumentos psicológicos, mediadores de los
procesos intra e inter mentales implicados en la enseñanza y el aprendizaje. Esta
potencialidad sólo se hace efectiva, cuando las TIC son utilizadas por alumnos y
profesores para planificar, regular y orientar las actividades, transformando los
procesos intra e inter-psicológicos implicados en la enseñanza y el aprendizaje.
Los usos de las TIC dependen, en gran medida, del equipamiento y los recursos
tecnológicos puestos a su disposición: el diseño tecnológico. Lo que cuenta son las
posibilidades y limitaciones que ofrecen esos recursos para representar, procesar,
Diego Velázquez.
transmitir y compartir información. Estas posibilidades pueden ser muy variadas y estas
variaciones
Es clara la necesidad de desarrollar una tipología de usos de las TIC que tenga en
cuenta al mismo tiempo las características de las herramientas tecnológicas y las
principales
Los autores presentan dos ideas base para la construcción de esta tipología: 1- Las
TIC pueden funcionar como herramientas psicológicas mediadoras de los procesos
inter e intra-psicológicos implicados en la enseñanza y el aprendizaje. 2- Las TIC
cumplen esta función cuando median las relaciones entre los elementos del triángulo
interactivo –alumnos, profesor, contenidos– y contribuyen a conformar el contexto de
actividad en el que se tienen lugar estas relaciones.
2- Las TIC como instrumentos mediadores de las relaciones entre los profesores y los
contenidos (y tareas) de enseñanza y aprendizaje. Ej: Uso de las TIC por parte de los
profesores para: • buscar, seleccionar y organizar información relativa a los contenidos
de la enseñanza; • acceder a objetos de aprendizaje; • acceder a bancos de propuestas
de actividades de enseñanza y aprendizaje; • elaborar registros de las actividades de
enseñanza y aprendizaje realizadas; • planificar actividades de enseñanza y
aprendizaje (calendarios, agenda, presentaciones, etc.).
3- Las TIC como instrumentos mediadores de las relaciones entre los profesores y los
alumnos o entre los alumnos. Ej: Uso de las TIC para: • intercambios comunicativos
Diego Velázquez.
Otra perspectiva es la de incorporar las TIC a la educación escolar con el fin de hacer
más eficientes y productivos los procesos de enseñanza y aprendizaje, aprovechando
los recursos que estas ofrecen. En este caso, los datos de estudios evaluativos son
menos positivos. Las TIC se utilizan todavía muy poco en la mayoría de las aulas, y
cuando se usan, a menudo es para hacer lo que de todos modos ya se hacía: buscar
información para preparar las clases, escribir trabajos, hacer presentaciones en clase,
etc.
Diego Velázquez.
Si consideramos las TIC como instrumentos mediadores de los procesos intra e inter-
psicológicos implicados en la enseñanza y en el aprendizaje, lo que se persigue
En este sentido, los estudios de evaluación y seguimiento arrojan unos resultados muy
pobres a nivel general y las previsiones son inciertas. Esto se debe más que nada a la
rigidez de un sistema educativo que es incompatible, en muchos aspectos, con el
aprovechamiento de las nuevas posibilidades de enseñanza y aprendizaje que ofrecen
las TIC.
- Las TIC, en su doble condición de causa y efecto, han sido determinantes en esta
transformación, sobre todo por la enorme reducción de costos producto de la facilidad
de comunicación e intercambio de información.
Las otras dos fuerzas apuntadas por SHAYO y sus colaboradores tienen también
Por otra parte, crece también el número de usuarios que diariamente acceden a
Internet y, consecuentemente, las necesidades de alfabetización digital.
-La segunda etapa representa la clara hegemonía del ser humano sobre el resto de las
especies; ya no se trata sólo de sobrevivir, sino de que mediante el desarrollo de
técnicas alimenticias, de construcción, de vestimenta, etc., se adapta la naturaleza a
las necesidades humanas potenciando, por ejemplo, mediante la agricultura y el
pastoreo unas especies animales y vegetales por encima de otras e influyendo de este
modo en la selección natural. Nuevamente la necesidad de registrar ciertos datos, a
modo de memoria externa, y de trasladar y compartir con otros informaciones,
experiencias, consejos, etc., está en
física entre los interlocutores, sí precisa de cierta cercanía por cuanto, primero los
mensajeros, y después el correo postal, no podían abarcar una excesiva distancia.
-Tanto la imprenta como el correo postal revolucionan la sociedad del momento y están
en la base de la progresiva industrialización de la economía, de la emigración urbana y
de la formación de una sociedad de masas. En educación estas tecnologías
comunicativas encuentran sus referentes en una enseñanza centrada en los textos y en
el nacimiento de los libros escolares y la enseñanza a distancia por correspondencia.
Desde entonces hasta nuestros días, la consecución de una mente alfabetizada,
letrada, capaz no sólo de decodificar fonéticamente los grafemas, sino de comprender
los contenidos de manera significativa para utilizarlos, ha sido probablemente el
principal objetivo de la educación formal.
limitado. - -Ello se debe en buena medida a la entrada en escena del lenguaje digital y
a la posibilidad de que las diferentes tecnologías existentes puedan converger en un
mismo sistema de codificación que además emplea soportes más fiables, más fáciles
de transportar, más económicos y con mayor capacidad de almacenamiento. Fruto de
la nueva tecnología son los primeros ordenadores digitales, a finales de la década de
1940, que encontrarán en la corriente conductista y sus máquinas de enseñar
analógicas un terreno abonado para el desarrollo de la enseñanza asistida por
ordenador que, pese a las críticas recibidas, continúa gozando de buena salud y sigue
presente en muchas aplicaciones edumáticas actuales.
•La rapidez de los procesos y sus consecuencias. La rapidez con que se producen los
cambios y transformaciones, aumentando el impacto y la imprevisibilidad de sus
efectos y consecuencias, es otro de los rasgos distintivos de la SI (CEBRIÁN, 1998).
Rapidez que se traduce en todas las áreas y que afecta los procesos de toma de
decisión forzados por la necesidad de responder a una realidad sometida a un proceso
de cambio incesante e incierto.
•La preeminencia de la cultura de la imagen y del espectáculo. Las TIC, en especial las
tecnologías audiovisuales y multimedia, han contribuido a configurar y afianzar una
auténtica “cultura del espectáculo” donde prima lo sensorial —o multisensorial— y hay
primacía de lo concreto sobre lo abstracto y simbólico; de lo narrativo sobre lo analítico;
Diego Velázquez.
La universalización del acceso, siendo aún una utopía, avanza a pasos agigantados y
no parece tener marcha atrás. En cuanto a la usabilidad, los esfuerzos para que las
interfaces resulten cada vez más amigables, intuitivas y fáciles de usar por cualquier
persona están dando sus frutos.
El reto ahora de las empresas de hardware y software, es que sus tecnologías sean
capaces de convertirse en un alter ego para el usuario, auxiliándole en las tareas de
manera personalizada gracias a la posibilidad de “aprender” de sus acciones,
omisiones y decisiones, se trata de los llamados “agentes artificiales”. También los
usuarios participan activamente en el diseño y desarrollo de software libre, diseño de
personajes y juegos, o creación y oferta de contenidos a través de Internet. Esta
corriente, donde el usuario es productor y difusor de contenidos se conoce con el
nombre de Web 2.0, en contraposición a la Web 1.0 que confería al usuario un mero
papel de consumidor.
Nuevos escenarios
Los escenarios educativos están constituidos por un conjunto de variables que los
definen: unos actores particulares con unos roles y unos formatos de interacción
establecidos, unos contenidos concretos y unas modalidades de organización del
tiempo, el espacio y los recursos específicos. La entrada en escena de las TIC modifica
en buena medida cada una de esas variables y extiende los procesos educativos más
allá de las paredes del centro escolar.
Se puede aventurar que en los próximos años los dispositivos serán omnipresentes
(ubicuos) —al menos en los países desarrollados y en los contextos socioculturales
propios de la clase media— en cualquier contexto.
En cuanto al rol de profesores y alumnos y las formas de interacción que las TIC
propician, los cambios también parecen irreversibles. La imagen de un profesor
transmisor de información, protagonista central de los intercambios entre sus alumnos y
Diego Velázquez.
Nuevas finalidades
¿Cuáles son los competencias que, en este nuevo escenario, deberán adquirir y
desarrollar las personas para poder afrontar con garantías de éxito los procesos de
cambio y transformación que se están produciendo? De acuerdo con el proyecto
DeSeCo —Definition and Selection of Competencies— de la OCDE, estas
macrocompetencias, competencias básicas o competencias clave que deberían
adquirir todos los ciudadanos y ciudadanas pueden agruparse en tres categorías : ser
capaz de actuar con autonomía (incluye las capacidades de formar y poner en práctica
planes de vida y proyectos personales, de defender y afirmar los propios derechos,
intereses, limitaciones y necesidades, y de actuar teniendo en cuenta el contexto o
marco más amplio); ser capaz de interactuar en grupos socialmente heterogéneos
(incluye las capacidades de cooperar, de relacionarse bien con los demás y de
controlar y resolver conflictos); y ser capaz de emplear recursos e instrumentos de
modo interactivo (incluye las capacidades de utilizar con flexibilidad datos, lenguajes y
textos, y en especial los medios digitales).
por una parte están en el origen de las nuevas necesidades educativas y de formación,
pero por otra parecen destinadas a jugar un papel decisivo en su satisfacción.
Desde la aparición de Internet en 1991 han pasado apenas dos décadas en las que la
red de redes ha experimentado un desarrollo espectacular. En esta primera fase,
Internet era concebida como un inmenso repositorio de contenidos: “Web 1.0” o fase
“puntocom”, la infancia de la red. Su paralelismo con una visión tradicional de la
educación y un modelo transmisivo-receptivo de la enseñanza y del aprendizaje es
evidente.
Diego Velázquez.
La nueva fase de Internet en que nos encontramos actualmente, se conoce como “Web
2.0” o “Web social”, la pubertad. La red ya no es solo un espacio para buscar y
descargar todo tipo de archivos. Además, comienza a coordinar información de fuentes
distintas, relacionando datos y personas (mash-up de recursos y contenidos).
La Web 2.0. pone el acento en los programas, utilidades y servicios que permiten al
usuario crear y difundir sus propios contenidos, así como en la posibilidad de
intercambiar, compartir y reutilizar los contenidos creados por uno mismo y por otros.
En este sentido, esta etapa abre perspectivas de sumo interés para la puesta en
marcha de propuestas pedagógicas y didácticas basadas en dinámicas de colaboración
y cooperación.
En primer lugar, veremos aulas y centros educativos cada vez más “virtualizados”; en
segundo lugar, una extensión de las aulas y los centros educativos a otros espacios
(bibliotecas, museos, centros culturales, etc.); y en tercer lugar, un escenario global y
omnipresente, una especie de “mega-centro educativo”, en el que la ubicuidad de las
TIC y el desarrollo de las tecnologías móviles y de las redes inalámbricas hacen posible
el aprendizaje en prácticamente cualquier lugar y situación. En estos tres escenarios
acabarán definiéndose los usos efectivos que profesores y alumnos, hagan finalmente
de las TIC.
Hay discursos que presentan las escuelas como instituciones obsoletas que acumulan
todos los males y las TIC e Internet como el remedio capaz de acabar con estos males
y de refundar la institución escolar. Estos discursos son inaceptables por al menos los
siguientes motivos: porque los centros educativos y los profesores siguen siendo los
únicos depositarios y transmisores fiables y significativos de la cultura a las nuevas
generaciones; porque algunos aprendizajes que se llevan a cabo en las escuelas,
como aprender a hablar, a leer y escribir, son fundamentales para llegar a ser un
usuario competente de las TIC; y porque las informaciones que soporta Internet
requieren ser filtradas, ordenadas, seleccionadas y contextualizadas para poder ser
asimiladas y convertidas en conocimiento, y los que mejor pueden realizar esa labor
son los profesores.
Otro frente de debate lo constituyen las distintas “brechas digitales”, las distancias que
se crean en la Sociedad de la Información entre los “info-ricos” y los “info-pobres”,
quienes acceden a un uso constructivo, enriquecedor y creativo de las TIC y los que no
acceden a ellas o lo hacen solo como consumidores. Esta brecha afecta a sectores de
la población muy definidos (personas con bajo nivel de ingreso y sin estudios o con
estudios básicos, personas mayores, emigrantes, personas con discapacidades, etc.).
También es un hecho la distancia que separa a los países desarrollados de los países
en vías de desarrollo en lo que concierne al acceso y uso de las TIC. A esto se suman
aún las críticas que se han dirigido en ocasiones a las TIC y a Internet por sus efectos
colaterales, negativos para la educación, la enseñanza y el aprendizaje.