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UNIVERSIDAD DEL CENTRO DE MÉXICO

POSGRADOS
MAESTRIA EN EDUCACIÓN
MODELOS PEDAGÓGICOS

Fabiola Gallegos García


Dr. Eduardo Oliva Cruz
211205

Las emociones y el contexto educativo


La dinámica de cambio constante en la que estamos inmersos como sociedad, requiere
transformaciones en varios ámbitos de nuestra vida y quehacer diario, mismas que deben
realizarse a partir del análisis de la realidad y el análisis de diferentes teorías pedagógicas
en el ámbito de la educación, como lo menciona Paulo Freire1969) “La educación es un
proceso de conocimiento, formación política, manifestación ética, búsqueda de belleza,
capacitación científica y técnica”, esto hace énfasis en la formación integran del alumnado
no solo en el aspecto cognitivo, sino incluyendo la parte social, ética y emocional del
individuo, siendo esta última en la que este trabajo se ha centrado.
Actualmente el ámbito de la investigación en educación abarca temas que van más allá
de los conceptos y teorías básicas que incluyen el binomio de la enseñanza y aprendizaje
desde el punto de vista pedagógico, incluyendo temas de carácter psicológico, social y
humanista; ya que se busca analizar aspectos desde diferentes ángulos y reflexionar
sobre las creencias, tendencias, prácticas y teóricas pedagógicas y ofrecer una educación
más humana y contextualizada a las necesidades sociales.
Los temas relacionados con las emociones, el apego y su relación con el contexto
educativo, han ido cobrando mayor importancia e impacto para las planeaciones y
proyectos escolares. Esta tendencia es explicada por Sisto (2006) clasificándola en tres
líneas: el paradigma cognitivo, el modelo de la inteligencia emocional y el modelo del
apego; haciendo énfasis en que no necesariamente tienen relación entre sí, enfatizando
los niveles de complejidad diferentes de cada uno.
A principios del siglo XX surge el paradigma denominado cognitivo, el cual sugiere que los
seres humanos son individuos que están separados de su entorno y que su interacción
con éste se produce a través del procesamiento de la información, que consiste en
ordenar y categorizar la realidad (Sisto, 2006).
En esta perspectiva teórica la mente es comparada con una computadora, la cual
depende de procesos internos para su funcionamiento y de elementos proporcionados por
el entorno, estos aspectos (internos y externos) actúan independientemente, lo cual hace
que los seres humanos generen como resultado conductas derivadas de los estímulos
recibidos del contexto y procesadas e interpretadas por la mente.
De esta manera, las emociones son introducidas en proporción a la cognición y sus
necesidades y se procesan como un elemento que se desglosa en una serie de
habilidades que pueden servir tanto para lograr los objetivos de la vida cotidiana como los
de la educación. (Mayer & Salovey, 1990)
Esta perspectiva ha generado una tendencia en el ámbito de la investigación, señalando
su importancia y pertinencia en la elaboración de estudios, desarrollo de teorías que
vinculan la dimensión emocional del aprendizaje y su importancia en el desarrollo de la
educación formal, para desarrollar y fortalecer la inteligencia emocional (Ibáñez, 2002;
Miras, 1990; Shapiro, 1997; Vallés & Vallés, 2000).
La ultima perspectiva mencionada por Sisto, se desarrolla durante los años 1969 a 1980
donde John Bowlby desarrolló dentro del campo de la psicología una teoría para
comprender la relación profesor- estudiante y para hacer propuestas en la esfera
emocional de la educación, explicando cómo los vínculos impactan en la salud mental y el
comportamiento de los estudiantes.
Años después, esta teoría fue retomada por otros autores como Mary Ainsworth
afirmando que ciertos comportamientos normativos respecto de cómo debe comportarse
la figura significativa del niño o niña, que usualmente es la madre, puede ayudar a
disminuir el riesgo de generar un aparato psíquico disfuncional, afirmando ciertos
procesos como el siguiente: “El apego es dinámico (se enriquece, remodela y está sujeto
a la experiencia de la persona) y dura toda la vida, por eso cuando los niños van
ampliando su mundo fuera del hogar encuentran otras figuras de apego, como puede ser
el profesor” (Toro & Berger, 2012, p. 19).
Esta perspectiva nueva y arriesgada proponía retos y exigencias para los profesores
relacionadas a las dinámicas afectivas y el trato con los estudiantes, convirtiendo la
escuela en un espacio terapéutico que dejaba de lado las necesidades educativas, para lo
que no estaba preparado el docente y podían desencadenarse conflictos de roles,
intereses y malentendidos derivados del trato y el acercamiento afectivo con los
estudiantes (Bergeret al., 2014; Céspedes & Silva, 2013),
Por lo tanto para la elaboración de este trabajo como propuesta de investigación gira en
torno a las perspectivas desarrolladas por Vygotsky mencionadas en la teoría socio
cultural, donde sugiere algunos de los planteamientos que podrían sostener una
concepción de las emociones por ejemplo:
I) Las emociones poseen una dimensión biológica que siempre está en diálogo con
su dimensión histórico cultural. Esto quiere decir que para el autor, si bien existe
una base biológica, las emociones son construidas principalmente en cada cultura
y momento histórico. II) Las emociones no son sustancias que se configuran de
manera individual sino que son el producto de las relaciones sociales entre seres
humanos. De ahí su conexión con la cultura y la historia. III) Las emociones no se
diferencian entre primarias y secundarias, su diferencia estaría dada por el nivel de
interrelación con distintos elementos dados por la cultura. IV) Hay una relación
dialógica entre las emociones y la razón. Los sentimientos se despliegan en
sintonía con la comprensión que las personas hacen del mundo. De esta manera,
no existiría una división entre emoción y razón, como dos componentes que
funcionan de manera separada (Vygotsky, L. S. 2004)

Por lo tanto para desarrollar los ámbitos emocionales, sociales y culturales e integrar las
competencias relacionadas con las emociones en el ámbito escolar resulta apremiante
para el desarrollo de los procesos de socialización e integración de conocimientos y
actitudes, mismos que serían aplicables al desarrollo del estudiante en diferentes ámbitos
de su vida y adaptación al contexto y entorno, esperando que le sea más llevadera y
eficaz, sin comprometer los objetivos educativos de la institución y el profesorado.
Debemos estar dispuestos a ampliar nuestra visión de la educación, mejorarla y de ser
necesario cambiar de paradigmas, junto con un cambio actitudinal ante lo que se hace y
se debe de hacer, incluyendo el trabajo pedagógico desde una transdisciplinariedad ya
que la complejidad que implica abordar la educación es un fenómeno dentro de un
contexto mucho más amplio.

La perspectiva pédagogica que se desarrolle e implemente debe orientar y articular con


un conjunto de actitudes, saberes y habilidades deseables para las diversas necesidades
sociales y del mercado laboral (soft skills) teniendo en cuenta que para ser pieza clave del
proceso de aprendizaje no es suficiente dominar la asignatura que se pretende dar a
conocer, no solo acumulando saberes (Morin, 2002”)

Referencias
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