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De la pintura
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De la pintura
Colección MATHEMA
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De la pintura
Leon Battista Alberti, Autorretrato
Galería Nacional de Arte
Washington, D. C.
MATHEMA
Introducción y notas
J. V. Field
'"BIBLIOTECA.•
Primera edición en español 1996.
De J. R.M. E.
Libro ]]]
ciados con labios delgados. Cada parte posee algo en particu lar
que cuando está presente altera considerablemente toda la extre
m i dad en mayor o menor grado. Deberíamos también fijarnos en
que n uestros m ismos m iembros, que en nuestra j uventud estaban
redondeados y, podría decirse, suaves y bien moldeados, con el
paso del tiempo han pasado a ser ásperos y angu losos. Todas estas
cosas deben ser aprendidas de la naturaleza, y por ello el estudiante
de pintura debe meditar asiduamente acerca de la apariencia de
cada parte y continuar su búsqueda apelando tanto a la vi sta como
a la mente. En una figura sentada observará el regazo y con qué
elegancia le cuelgan las piernas. En una persona de pie revisará
la postura y toda su apariencia, y no habrá parte cuya función y
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simetría -como la llaman los griegos- le sea desconocida.
Tomando en cuenta todas estas partes deberá tener cuidado no
sólo con la similitud de las cosas sino también, y especialmente,
con la belleza, porque en la pintura la belleza es tan agradable
como necesaria. Demetrio, un pintor de la antigüedad, fracasó en
alcanzar los más grandes elogios por ocuparse con mayor devo
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c ión de la similitud de las cosas y no de su bel leza. Por ello deben
ser seleccionadas las mejores partes de los más hermosos cuerpos,
y se debe invertir el mayor de los esfuerzos para percibir, entender
y expresar lo que es la bel leza. A pesar de ser esto lo más difícil
de todo, ya que los méritos de la bel leza no se encuentran todos
en un sólo sitio, sino que están dispersos aquí y al lá, en muchos
l ugares, de cualquier manera se debe poner todo empeño en
6. ' Simetría', palabra griega, es util izada por Plinio, Historia natural, XXXlV. 65. La
palabra no tiene exactamente el mismo significado que sus derivaciones modernas. Indica
que existen una serie de proporciones entre las partes de la cosa bajo estudio (las simetrías
a las que se refiere la matemática moderna serían un subconjunto de las simetrías a las que
hace referencia el sentido griego original).
7. Quintiliano, /nslituciones de oratoria, 1 2, 1 O, 9.
Alberti aparentemente comete un error al identificar a Demetrio como un pintor. Quin
til iano lo menciona después de referirse a varios artistas, todos lo cuales eran escultores,
y por lo tanto a quien posiblemente se refiere es al escultor Demetrio de Alopecia (siglo
V/IV a.C:), quien era muy conocido por sus retratos tan característicos.
1 40 Leon Battista Alberti
8. Para esta historia véa�e C icerón, De la invención, 1 1 , 1 , 1 -3, y Plinio, Historia natural,
XXXV, 64.
Para Zeuxis véase la nota 3, Libro 11, 25.
Lucina era l a diosa romana del alumbramiento. Sin embargo Alberti tal vez cometió un
error al leer a Plinio, quien señala que l a pintura fue realizada para ser colocada en el templo
de Hera Lacinia (para l lera véase la nota 21 en 44). La ciudad griega de Crotona, situada
al sur de Ital ia, tenía un importante templo dedicado a Hera Lacinia. La pintura de Zeuxis
mostraba a Elena de Troya.
deberían crear. En este cam ino lo único que adquieren son malos
hábitos que son muy difíciles de abandonar, aun si se desea. Pero
el pintor que se ha acostumbrado a tomar de la n aturaleza todo l o
que ésta genera, educará su mano d e manera que todo l o q u e hace
será un reflejo de lo que existe en la naturaleza.
Es fáci l constatar qué tan deseable es esto en la pintura cuando
la istoria incluye un personaje muy conocido, pues a pesar de que
otras personas hayan sido representadas de manera más l lamativa,
el rostro conocido atrae la mirada de todos los espectadores. Así
de extraordinaria es la fuerza y el atractivo de lo que ha sido
extraído de la naturaleza. Por ello tomen siempre de la naturaleza
lo que deseen pintar y escojan las cosa más bellas y dignas de ser
representadas.
57. Sin embargo, tengan cuidado de no pintar sobre superfi
cies muy pequeñas, cosa que muchos hacen. Preferiría q ue se
acostum braran a pi ntar figuras grandes, si es pos ible tan grandes
en tamaño como los objetos que se desea representar. En las
pinturas pequeñas los errores más grandes son fáci les de d isimu
lar; en una grande aun los errores más pequeños resultan eviden
tes. Galeno escribió haber visto, grabado sobre un an i l lo, a Faetón
gu iando cuatro caballos, con sus riendas, patas y pechos clara
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mente vis ibles Los pintores deberían dejar este arte para los
escu ltores de piedras preciosas y ocuparse en el cultivo de campos
más amplios y dignos de elogio. Qu ien ha aprendido a pintar
figuras grandes fác ilmente lo hará con figuras pequeñas, m ientras
q ue qu ien ha acostumbrado su mano y su talento a estas pequeñas
j oyas fáci !mente cometerá errores cuando intente real izar trabajos
mayores.
1 O. Plinio, Historia natural, XXXIV, 47, donde Zcnodoro copia a Calamís, escultor griego
en activo durante la segunda mitad del siglo V a.C.
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era e l más rápido de los p intores. E l talento que ha surgido y se
ha estimulado a través de la práctica se entrega al trabajo fáci l e
inmediatamente, y la mano corre fáci lmente cuando tiene por guía un
juicio seguro y ordenado. S i existen artistas lentos es porque intentan
realizar lenta y pausadamente algo que no han pensado claramente;
conforme vagan, con temor y virtualmente ciegos en la oscuridad de
su error, como el ciego con su bastón, con su pincel exploran e
i nvestigan sendas desconocidas. Por ello nunca deberían iniciar un
trabajo sin la guía de una mente bien infonnada.
60. Como la parte más importante del trabaj o del p i ntor es l a
istoria, en l a c u a l debe haber abundancia y elegancia e n las cosas,
debemos ocuparnos de aprender a p intar correctamente, tanto
como nuestro talento lo permita, no sólo la figura h umana sino
también e l cabal lo, el perro y todas las demás cosas vivas y,
también, cual quier otro objeto d igno de ser contemplado. De esta
manera no estarán ausentes de nuestros trabajos la variedad y la
abundancia, s i n las cuales ninguna istoria merece elogios. El que
un hombre destaque por su sap iencia en todas las cosas, y no en
grado superlativo, sino sólo moderadamente, es un don extraor
d inario, algo q u e no le fue concedido a los antiguos. S in embargo
debemos invertir todos nuestros esfuerzos para que no
carezcamos, por nuestra negl igencia, de aquel las cosas q ue nos
aportan honores cuando son alcanzadas y censura si son dcscui-·
dadas. Nicias, el pintor ateniense, p intó a las m ujeres con mucho
cuidado; pero se dice que Zeuxis aventajó con mucho a quienes
se ocuparon de la pintura del cuerpo femenino. Herácl ides fue
e logiado por p intar barcos . Serapión fue incapaz de pintar hom
bres, pero todo lo demás lo h izo de forma espléndida. D ioni sio no
podía p i ntar otra cosa que no fueran hombres. El A lejandro que
p intó el pórtico de Pom peyo era excelente en representar
cuadrúpedos, sobre todo perros. Por estar siempre enamorado,
14. Plutarco, De la educación de los hombres libres, 7. Para Apeles véase la nota 20 en 3 1 .
1 5 . Plinio, Historia natural, XXXV, 80. Para Protógenes véase l a nota 1 0 en 27.
1 46 Leon Battista Alberti
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Introducción
J. V. Field
DE LA PINTURA
Libro I 63
Libro II 99
Libro III 1 35
De Leon Battista Alberti se dice que fue el precur-
sor perfecto de Leonardo. Hombre de mente prodigiosa
=-segun Poliziano-, ademas de musico brillante y dies-
tro en el arte ecuestre, fue filosofo, arquitecto, pintor, escultor,
ingeniero y, para sus contemporaneos, la imagen encarnada
del nuevo humanista.
Hermanado con los mas destacados practicantes de
las artes mecanicas -Brunelleschi, Donatello, Luca
della Robia y Ghiberti-, en 1435 dedico a ellos un
pequefio tratado sobre pintura que sobriarriente llam6 Della
pittura. Fue este un acontecimiento memorable que escan-
daliz6 a los medios intelectuales, pues al desarrollar una
teoria de la pintura colocaba a esta en la misma categoria
que alas artes liberales.
Della pittura no es una simple revisi6n 0 re-
copilacion de textos antiguos , y tampoco es un libro de
recetas. Es, entre otras cosas, la primera obra conocida
que vincula la tarea del artista con las leyes de la optica,
Con Alberti la superficie pintada deja de ser un elemento
decorativo y se convierte en el espacio pict6rico en el que
se colocan objetos cuyas dimensiones quedan determi-
nadas segun reglas geometricas que dan lugar a la lla-
mada perspectiva artificial. Estas reglas permiten crear
la ilusion de tridimensionalidad para una escena que se
plasma sobre una superficie.
EI tratado de Alberti se convirti6 en ellibro profetico
del academicismo. Al escribirlo y presentar en el la
ciencia de la perspectiva, Alberti creo un octavo arte
liberal y situo al artista en la posici6n 4e interprete del
orden divino en el universo visible. EI pintor, entusias-
mado con las matematicas de la luz y del espacio, paso
a ser 'casi un dios' que contemplaba su propia belleza en
los reflejos de la naturaleza.