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TEMA 3.

TERAPIAS FENOMENOLÓGICAS Y HUMANISTAS


1. INTRODUCCIÓN

Mientras el psicoanálisis puso el foco de atención sobre la vida inconsciente, la fenomenología va a enfatizar la
vida consciente. Otra forma de hacer referencia a la vida consciente es hablar de la experiencia. En sentido amplio,
la experiencia es lo que nos pasa. Pero lo interesante es que para darnos cuenta de lo que nos pasa, hay que mirar
desde dentro. En otras palabras, ser consciente requiere de un sujeto.

Aunque la dimensión interior del hombre tiene una larga tradición en el ámbito de la teología cristiana, en la
modernidad tardía aparece como un tema filosófico. Durante el siglo XX, como veremos en este tema, se configura
también como un tema clave, mejor dicho, el tema clave de la Psicoterapia.

Dentro del marco de la Filosofía, el término “fenómeno” fue contrapuesto por I. Kant al término “noumeno”, que hace
referencia a las cosas en sí mismas. La distinción entre el “noumeno” y el “fenoumeno” servía para enfatizar el hecho
de que no podíamos acceder al conocimiento de las cosas en sí mismas, sino que sólo podíamos conocer las
cosas en cuanto fenómenos, es decir, en cuanto cosas conocidas en nuestra consciencia y, por tanto, ya
estructuradas por ella.

- En este tema se revisan enfoques terapéuticos que provienen de la tradición fenomenológica europea, por un
lado, y del fenómeno americano de la psicología humanista, por otro.
- Estos enfoques abarcan un amplio espectro y no cuentan con un hilo conductor común, como sucede con las
terapias psicodinámicas que tienen un origen común en la obra de Freud.
- Al contrario, en este caso las influencias son diversas:
o provienen de la tradición de la fenomenología filosófica como en el caso de K. Jaspers (psiquiatría
fenomenológica),
o otros provienen de la tradición religiosa como en el caso de C. Rogers (terapia centrada en el cliente)
o o del propio psicoanálisis como en el caso de F. Perls ( terapia gestalt).

Así, los enfoques que se exponen en este tema son heterogéneos. Pero todos ellos han hecho contribuciones
relevantes a la historia de la psicoterapia y todos ellos comparten algunas características, como:

a. Mantienen una concepción holista e integradora del ser humano y se oponen, de manera radical, a las
concepciones reduccionistas y mecanicistas.
b. También comparten un énfasis en los valores integrales del ser humano como la autonomía, la libertad y la
dignidad.
c. En el plano terapéutico, más que cambiar o corregir disfunciones, se centran en el análisis de los significados
personales y el desarrollo del potencial humano

2. DESARROLLO HISTÓRICO

La fenomenología de E Husserl

El padre de la Fenomenología moderna fue E. Husserl, matemático y filósofo. Entendió la Fenomenología como una
ciencia que serviría de fundamento a todas las demás ciencias. Etimológicamente, la palabra fenomenología está
formada por dos términos que provienen del griego: fenómeno, que significa lo que aparece, lo que se muestra o
manifiesta y logos, que equivale a estudio. Así, la fenomenología es el estudio de los fenómenos tal y como aparecen
en la conciencia.

Más allá del dualismo sujeto-objeto; interno-externo; mental-físico

Para apreciar la profundidad de la perspectiva fenomenológica, conviene reflexionar sobre el dualismo cuerpo-mente,
objeto-sujeto o mundo externo-mundo interno. Desde el marco dualista, se tiende a pensar en los objetos como
realidades que pertenecen al mundo externo, que están ahí fuera, mientras que, aquí dentro, en nuestra mente, en
nuestro mundo interno, lo que hay son percepciones, imágenes, contenidos de conciencia, etc. Esta mentalidad
dualista tiende a ver la realidad como una cuestión de correspondencia entre los objetos de mundo externo y las
imágenes del mundo interno, pasando por alto el hecho de que antes de que pueda haber una correspondencia, el
sujeto está ya en una relación con el mundo

Acceso pre-reflexivo al mundo.

Nuestro acceso al mundo es pre-reflexivo, como indica la fenomenología. Antes de que podamos reflexionar, nos
encontramos ya viviendo en un mundo. En realidad, a poco que profundicemos en nuestra experiencia nos daremos
cuenta de que no tenemos acceso a los objetos (o cosas) como realidades físicas o como realidades externas, sino
que sólo tenemos acceso a los objetos o cosas tal y como se nos muestran en la conciencia. Por esta razón , para
conocer un fenómeno, es necesario tener en cuenta las estructuras básicas de la conciencia a través de las
cuales éste se manifiesta.

Estas estructuras son:

- la autoconciencia,
- la corporalidad,
- la espacialidad,
- la temporalidad
- la intersubjetividad.

En síntesis, la fenomenología se ocupa del estudio de los fenómenos desde el punto de vista de la experiencia vivida,
es decir, desde la perspectiva de la primera persona.

La conciencia es intencional (Brentano)

Siguiendo la noción de intencionalidad de Brentano, que muestra la naturaleza activa de todo acto psíquico y pone de
manifiesto el hecho de que toda conciencia es conciencia de algo, Husserl estableció un método de investigación
para indagar en las estructuras de la conciencia, conocido como epoché (epojé) o reducción fenomenológica.

- La idea central de este método es que, para poder observar un objeto en la conciencia, hay que observarlo
con una “mente pura” – por decirlo así. En la práctica, esto significa que la observación tiene que estar libre
de cualquier prejuicio, teoría o explicación sobre el fenómeno, método que requiere un minucioso
entrenamiento, igual que en la práctica de la Atención Plena (o mindfulness).

M. Heidegger, giro existencialista, ser-en-el-mundo

Históricamente, uno de los principales discípulos de Husserl fue M. Heidegger que imprimió un sello existencialista a
la estructura relacional que la conciencia es, por medio de la noción de Dasein (ser en el mundo). Abordó temas
existenciales como el significado de la vida, la muerte y la ansiedad existencial, entre otros, que despertaron el
interés de los psiquiatras, como por ejemplo de L. Binswanger. También fue maestro de Hanna Arendt, una de las
filósofas más interesantes, prolíficas e influyentes del s. XX.

Fenomenología psiquiátrica

K. Jaspers, descripción de las vivencias de los pacientes, ej.: ¿cómo es vivir una alucinación?

A principios del s. XX, la perspectiva fenomenológica despertó el interés de los psiquiatras, porque vieron en esta
perspectiva la posibilidad de profundizar en la investigación de los estados psicopatológicos. Por ejemplo, sabemos
que una alucinación es una percepción sin objeto, pero ¿cómo es la vivencia de una alucinación?, ¿qué es una
alucinación desde el punto de vista del sujeto que la vive?

El autor más relevante en la fenomenología psiquiátrica es K. Jaspers que entendía la fenomenología como una
ciencia fundacional para la psicopatología.

- Su método de investigación consistía en llevar a cabo una minuciosa descripción de las experiencias de los
pacientes, indagando sobre cómo se sentían con sus síntomas, y así empatizar lo más íntimamente posible
con esas experiencias.
- Jaspers pensaba que la psicopatología como ciencia se centraba en la idea de que incluso las experiencias
anormales tienen significado y, en consecuencia, no pueden ser exhaustivamente explicadas como una
colección de síntomas. En contraste con la neurología, que correlaciona déficits concretos con lesiones
físicas localizadas, la psicopatología comienza donde la estructura holística o global del mundo
experimentado y del sí mismo sufre un trastorno. Por ejemplo, en el trastorno depresivo tanto la estructura de
la corporalidad como de la temporalidad están alteradas, de modo que el cuerpo se experimenta como una
carga y el presente como un estancamiento.

Ejemplos de la investigación actual de las estructuras de la conciencia en los pacientes Fuchs:

T. Fuchs (2010) psiquiatra que en la actualidad sustenta la cátedra K. Jaspers en la Universidad de Heilderger
(Alemania), ha planteado las siguientes preguntas para ilustrar el tipo de dimensiones que interesan a la
fenomenología psiquiátrica:

 ¿Cómo es para el paciente estar en cierto estado mental, por ejemplo, sentirse deprimido o escuchar voces?,
¿cuál es el significado personal de ese estado? En otras palabras, qué es lo que el paciente quiere decir
cuando dice, por ejemplo, “me siento deprimido”.
Algunos pacientes utilizan este
término para implicar que se
Ejemplos de la investigación:
sienten tristes, desilusionados o
desesperanzados debido a a. Indagar sobre la autoconsciencia y significado personal del síntoma
alguna situación adversa, como o experiencia  ¿Cómo experimenta el paciente su mundo?, ¿cómo se
en el episodio depresivo o lo
expresa, se mueve y define el espacio como un sujeto encarnado o
que, en términos clásicos, se
denomina depresión reactiva. corpóreo?
Sin embargo, otros pacientes b. Indagar sobre la vivencia del propia cuerpo (corporalidad) 
pueden utilizar este término ¿Muestra el paciente una tendencia a tomar una perspectiva externa
para describir estados en los sobre su propio cuerpo, sus acciones y sobre sí mismo?
que se sienten vacíos o c. Indagar sobre la estructura del espacio y del tiempo vividos 
aburridos, como en los ¿Cómo experimenta el paciente su tiempo existencial?, ¿tiene un sentido
pacientes con Trastorno Límite de continuidad en el tiempo o experimenta lagunas en la autoconciencia?
de la Personalidad. También ¿Se siente el paciente como un agente eficaz en el mundo o se siente
sentirse deprimido puede
ajeno al mundo?
significar que se siente incapaz
de sentir, como si hubiera d. Indagar sobre la vida intersubjetiva del paciente  ¿Cómo es la
perdido la resonancia afectiva, capacidad del paciente para empatizar con los demás o cambiar de
lo que en términos clásicos se perspectiva? ¿Cómo es su experiencia de sus relaciones con los demás?
denomina depresión endógena.
Por otro lado, en otros casos, Como resulta fácil imaginar, conocer estas dimensiones resulta crucial para llevar
con esta expresión algunos a cabo un diagnóstico correcto y también para conducir una psicoterapia eficaz.
pacientes pueden estar Así mismo, resultan cruciales para abordar la rehabilitación psicosocial de los
haciendo referencia a la pérdida pacientes graves. En todos estos casos, para conocer estas dimensiones, se
de su núcleo de identidad, como requiere ir más allá de los síntomas, situándolos en la comprensión empática del
si fueran anónimos o como si no contexto vital de la persona que los padece
existieran, como en algunas
fases de la esquizofrenia. Logoterapia

V. Frankl, psiquiatra, vienés, superviviente de un campo de concentración nazi.

La Logoterapia es un sistema terapéutico creado por V. Frankl, un psiquiatra vienés que en los años 30 dirigía el
pabellón de suicidas de un hospital psiquiátrico de Viena. Cuando el nazismo se extendió por Europa, Frankl y su
familia fueron perseguidos (su mujer, sus padres y su hermano fueron asesinados y él mismo sobrevivió en un campo
de concentración). Estas experiencias marcaron su vida y le ayudaron a construir una poderosa concepción
terapéutica. Frankl contó sus experiencias en un libro que se ha convertido en un texto clásico, muy leído y
recomendable, El hombre en busca de sentido. La idea central de la logoterapia es que “la vida es potencialmente
significativa hasta el último momento, hasta el último suspiro, debido a que se puede extraer significado hasta del
sufrimiento” (Frankl, 1985, pág. 298). En el campo de concentración, observó que aquellas personas que podían
darle algún sentido a las experiencias que estaban viviendo tenían más probabilidades de sobrevivir que los
que no encontraban sentido y caían en un vacío existencial.

Neurosis “noogena”, vinculada a la pérdida de significa en las sociedades industrializadas consumistas.

Acuñó el término de “neurosis noogena” para hacer referencia a la neurosis que se origina en la pérdida de sentido
existencial, en la pérdida de significado. Opina que la mayor parte de la neurosis que se experimenta en las
sociedades industrializadas y consumistas son de este tipo. La tarea del terapeuta es ayudar al paciente a
encontrar sentido o significado en su vida.

Para ello, el terapeuta utiliza un conjunto de recursos técnicos, tales como dialogar con el paciente al modo socrático
para cuestionar sus interpretaciones, o ayudarle a redirigir su atención de modo que no preste una atención
inadecuada al síntoma (des-reflexión), o la intención paradójica, en la que se anima al paciente a intensificar su
síntoma, de modo que se crea un nuevo contexto para su aparición, ya que si el paciente puede intensificarlo o
hacerlo aparecer, el síntoma queda bajo su control y no al revés. Muchas de las técnicas terapéuticas descritas
por él, fueron incorporadas en sistemas terapéuticos como las terapias cognitivas o las terapias sistémicas.

Psicodrama

J. Moreno, psiquiatra vienés, aficionado al teatro y la literatura, emigró a los EE.UU.

Sus aportaciones a la psicoterapia son notables y abarcan un amplio espectro. Se le considera iniciador de la
terapia de grupos. La idea central del psicodrama es que los conflictos internos que vive el paciente pueden
representarse, como si se estuviera en un teatro, con la ayuda de los miembros del grupo. Éstos se transforman en
actores que pueden representar figuras relevantes de la vida del paciente o partes en conflicto del propio paciente,
que se convierte en el protagonista. El terapeuta tiene el rol de director de escena . La noción terapéutica clave en
el psicodrama es la noción de catarsis. Moreno pensaba que toda verdadera repetición nos libera del
episodio original.

Además del psicodrama, se considera que Moreno introdujo

- la noción de encuentro en el ámbito terapéutico, que fue recogida y adaptada por la psicología humanista.
- enfatizó la vivencia del presente en el aquí y ahora.
- Creó técnicas o recursos terapéuticos, como
o la silla vacía (para trabajar un conflicto con una persona ausente)
o el diálogo de las dos sillas (para trabajar conflictos con dos partes diferenciadas de uno/a mismo/a)
o o el juego de roles, que fueron recogidos y adaptados por otros enfoques dentro de las terapias
humanistas e incluso en la terapia de conducta.

Terapias corporales

W. Reich, que inicialmente fue discípulo de Freud, desarrolló un enfoque que concebía los conflictos como
bloqueos energéticos localizados en el cuerpo.

- Desarrolló una forma de análisis del carácter a partir del estudio del cuerpo, que fue ignorada o activamente
criticada por los psicoanalistas ortodoxos. Aunque más tarde evolucionó hacía planteamientos marginales
como la “orgonterapia”, su idea central de que los conflictos se manifiestan en el cuerpo contó con
numerosos seguidores que desarrollaron recursos para “romper” los bloqueos corporales.

En este sentido, uno de los planteamientos más seguidos por el movimiento de la psicología humanista fue la
bioenergética (A. Lowen), que podía practicarse en grupo en talleres de fin de semana.

- Consistía en llevar a cabo una serie de ejercicios corporales para liberar la energía constreñida, limitando el
diálogo verbal. La reivindicación del cuerpo como elemento esencial de la identidad es característica de todas
las terapias corporales.
- Se postula que el cuerpo tiene su propia dinámica, que expresa el ser del individuo a través de sus gestos,
movimientos, posturas, etc.
- Así mismo, se sostiene que existe una memoria corpórea. Por todo ello, conviene analizar los bloqueos y
rigideces corporales como forma de acceder al estado conflictivo de la persona.

Durante los años 60 y 70 del siglo pasado, la bioenergética se hizo muy popular en EE.UU.

En la actualidad, los modelos psicoterapéuticos que enfatizan la conciencia corpórea han experimentado un
resurgimiento, especialmente en el marco del tratamiento del estrés post-traumático.

Formación de la Psicología Humanista

Mientras la fenomenología, incluyendo el existencialismo, son fenómenos europeos de la primera mitad del s. XX, la
psicología humanista se organizó como un movimiento en EE.UU. durante los años 60.

Antecedentes e influencias:

- Pragmatismo americano (J. Dewey y W. James)  enfatizaba una visión del ser humano como activo,
volitivo y social
- Autores psicodinámicos (K. Horney, A, Adler, E. Fromm)
- Escuela de la Gestalt (holismo, el organismo de K. Goldstein)  el antecedente más importante de la
psicología humanista es la escuela de la Gestalt, con su énfasis en la concepción del ser humano como una
Gestalt, una totalidad. K. Goldstein en su obra El organismo, publicada en inglés en 1939, expuso la
concepción del organismo como una totalidad que tiende hacia la auto-realización. El ser humano contiene
en sí mismo un potencial inherente que debe ser realizado o actualizado, de un modo similar a una semilla
que contiene en sí misma el potencial de convertirse en árbol. En último término, estas nociones suponen
una actualización del pensamiento aristotélico.
- A. Maslow y C. Rogers  En los años 30 las obras de G. Allport y H. Murray abordan el tema de las
necesidades humanas, en oposición a la mentalidad conductista. Una década más tarde, aparecen las
primeras aportaciones terapéuticas de C. Rogers, así como las primeras propuestas de A. Maslow sobre la
motivación humana. Pero no es hasta los años 50 que estas propuestas cobran fuerza.
o En 1954, Maslow publica su influyente obra Motivación y Personalidad, en la que propone una
concepción jerárquica de las necesidades humanas en cinco categorías, en la base de la pirámide se
encuentran las necesidades fisiológicas, a continuación, las necesidades de seguridad, de amor y
pertenencia, de estima y en la cúspide sitúa la auto-realización.
- Configuración institucional, formación de la Asociación de Psicología Humanista  En 1961 se
constituye la American Association of Humanistic Psychology (AAHP) y se publica la revista Journal of
Humanistic Psychology. Un año más tarde J. Bugental, un psicoterapeuta existencialista, presenta el primer
manifiesto humanista en la American Psychological Association (APA). En las conferencias que organizan y a
las que acuden psicólogos como Allport, Murray, Kelly, Rogers, Maslow o May, se experimenta un clima de
insatisfacción tanto con la psicología académica (conductismo) como con la visión psicoanalista.
- La “tercera vía”  La psicología humanista se presentaba a sí misma como la tercera vía entre el
conductismo y el psicoanálisis, que representaban concepciones reduccionistas del ser humano. Durante los
años 60, la psicología humanista fue creciendo en popularidad, al abrigo del clima inconformista y de
reivindicación de los valores humanos que se produjo en estos años.

3. MARCO CONCEPTUAL

Elementos de consenso, comunes a todos los modelos humanistas:

En la declaración programática con la que se constituyó la AAHP, se presentaban cuatro nociones centrales, que
sirvieron de elementos de consenso entre modelos terapéuticos que, en la práctica, resultan heterogéneos entre sí.

1) El ser humanos es autónomo y socialmente responsable: Que es autónomo significa que tiene la
capacidad para dirigir su propio desarrollo, tomando decisiones y aceptando responsabilidades. Esta
autonomía no se concibe de un modo individualista o egoísta, sino de un modo que resulta complementario a
la responsabilidad ante uno/a mismo/a y ante los demás.
2) La acción humana es intencional y busca tener sentido, basada en valores (libertad, dignidad, justicia,
etc.): de modo que los valores tales como la libertad, la justicia, la dignidad, etc. son poderosas fuentes de
motivación humana, más allá de las necesidades fisiológicas o materiales.
3) Visión holista del ser humano como una Gestalt: El ser humano se concibe como una Gestalt, un conjunto
integrado en el que el pensamiento, el sentimiento y la acción forman un todo orgánico y unitario.
4) Impulso intrínseco hacia la auto-realización: El ser humano posee un impulso inherente hacia la auto-
realización que le lleva al crecimiento y la diferenciación.

Consecuencias pragmáticas de la búsqueda de auto-realización en una sociedad consumista:


democratización de la psicoterapia.

Esta noción de auto-realización en el contexto de los años sesenta, funcionó como lo que se conoce en sociología
como una categoría social negativa, porque el efecto pragmático que tiene el oír hablar de auto-realización y de
personas realizadas –la cúspide de la jerarquía de Maslow- conduce a darse cuenta de que uno/a no está realizado.
A continuación, surge el deseo de auto-realizarse. De este modo, el “mercado” de la psicoterapia se extendió
considerablemente. Gracias a la psicología humanista, la psicoterapia se democratizó, es decir, se convirtió en algo
para todo el mundo. No hacía falta padecer un trastorno psicológico. Se trataba simplemente de sentirse algo
enredado con uno/a mismo/a y de buscar el desarrollo del propio potencial para llegar a la auto-realización.

La psicoterapia centrada en el cliente de C Rogers

C. Rogers (1902-1987). Notas biográficas.

Realizó un doctorado en Psicología en la Universidad de Columbia en Nueva York y comenzó a trabajar como
psicólogo en un centro como orientador infantil. En esta ciudad conoció e hizo un curso con O. Rank, que había sido
secretario de Freud y del que aprendió la respuesta de reflejo empático que será su principal herramienta terapéutica.
Además fue el primero en grabar las sesiones terapéuticas para estudiar el proceso terapéutico.

El terapeuta debe ser no-directivo, ¿por qué?: La idea de que el terapeuta debe ser no-directivo se fundamenta en
la confianza radical de Rogers en el cliente como un ser capaz de conocer y desarrollar su propio camino. Propuso
que, si el terapeuta ofrecía en la sesión las condiciones necesarias y suficientes para el cambio terapéutico, éste
sucedería por sí mismo. Tal era su confianza en estas condiciones que llevó a cabo una investigación en la que
proponía que incluso con pacientes esquizofrénicos graves hospitalizados, estas condiciones permitirían el desarrollo
personal

Los sentimientos siempre son lo que son: A su vez, esta confianza radical en el cliente se asienta sobre la idea de
que el mundo personal se construye a partir de los sentimientos. Éstos proporcionan una evidencia orgánica que
define la realidad de la persona. Los sentimientos siempre son lo que son; en otras palabras, no mienten. Pero, a
partir de la interacción con los demás, la persona se forma una imagen consciente de sí misma (self) que puede estar
distorsionada.

- Cuando la imagen consciente de sí mismo/a discrepa del proceso de valoración orgánico y personal, se
producen desajustes psicológicos. En consecuencia, la psicoterapia centrada en el cliente se dirige a facilitar
la emergencia de una imagen de sí mismo/a congruente con la experiencia o evidencia orgánica personal, la
experiencia realmente vivida.

El desarrollo psicológico implica dos procesos: la tendencia a la actualización y la evaluación de la


experiencia: El origen del sufrimiento o la inadaptación psicológica reside en perturbaciones del sistema de
evaluación de la experiencia, debido a influencias exteriores. Para que pueda cambiar, es necesario que perciba y
evalúe de un modo adecuado su experiencia vivida. La comprensión empática del terapeuta, le ayuda al cliente a
reconocer la realidad de la experiencia vivida. Así mismo, la consideración positiva incondicional del terapeuta, ayuda
al paciente a reducir las defensas y a aumentar la aceptación de sí mismo/a.

Método

La relación terapéutica es el vehículo imprescindible para el cambio: La relación terapéutica es el vehículo


imprescindible para el cambio terapéutico. Hacía el final de su carrera, Rogers afirmó que el ingrediente terapéutico
más importante es la relación de persona a persona que se establece entre cliente y terapeuta. En esta relación, lo
que resulta determinante son las actitudes que toma el terapeuta.

El terapeuta proporciona las condiciones necesarias y suficientes para el cambio:

a. Consideración positiva incondicional o aceptación radical: También podría denominarse aceptación radical,
ya que supone una actitud de respeto y aceptación total de las vivencias y sentimientos del cliente. Éste debe
sentir que todo aquello que sienta o exprese será aceptado por el terapeuta. Esto no significa que el
terapeuta deba compartir o estar de acuerdo con los sentimientos u opiniones del cliente; se trata de que
acepte que lo que el cliente expresa forma parte de su experiencia vivida.

b. Empatía: Requiere la capacidad de entrar en el mundo del cliente y comprender como éste lo vive, así como
comunicar dicha comprensión. Cuando el terapeuta refleja o devuelve al cliente la comprensión de sus
vivencias, facilita que éste sea capaz de integrarlas en su experiencia. También facilita que éste se sienta
comprendido.

c. Congruencia: Esta actitud también se denomina autenticidad. Significa que debe existir congruencia entre lo
que el terapeuta dice, hace y siente; de forma que si el terapeuta siente que no puede empatizar con el
cliente por algo que este ha dicho, debe comunicarlo y compartirlo; de otro modo, estaría siendo
incongruente, en el sentido de que estaría sintiendo una cosa y mostrando otra.

Existe acuerdo en que estas condiciones son necesaria, pero no en que sean suficientes.

La psicoterapia Gestalt de Fritz y Laura Perls

Fritz Perls (1893-1970) y Laura Perls( 1905-1990) se formaron en el psicoanálisis en Alemania. Vivieron 10 años en
Sudafrica y de allí se trasladaron a EE.UU.

- Punto clave del trabajo terapéutico: facilitar la toma de conciencia del paciente: El énfasis principal del
trabajo terapéutico en este enfoque se sitúa en facilitar la toma de conciencia o el darse cuenta del paciente
en el aquí y ahora de la sesión; se presta mucha importancia a la congruencia entre lo que se expresa
verbalmente y lo que se expresa no-verbalmente, con los gestos y la postura corporal.
- Patología como gestalts incompletas o alienación de las propias necesidades: Desde el punto de vista
teórico, se concibe la existencia de la persona como una Gestalt, es decir, impregnada de una tendencia
natural a completar su existencia, de modo análogo a la idea de auto-realización. Este impulso hacia el
completamiento, no obstante, puede malograrse produciendo una Gestalt incompleta o desajustada; esto es,
un proceso de alienación en el que se niegan o distorsionan las necesidades o deseos legítimos. Una
persona insatisfecha continúa elaborando los asuntos inacabados o inconclusos del pasado en su mente, de
modo que no puede estar plenamente presente en el aquí y ahora de su experiencia. En la terapia, se
enfatiza el trabajo en el presente, en la sesión se evita que la persona se refugie en el pasado. También se
prima el trabajo con la toma de conciencia y la aceptación de la experiencia, trascendiendo los discursos
intelectuales o las interpretaciones.
- Introducción de recursos del psicodrama: La persona se entiende como un conjunto de polaridades. Pero
algunos polos pueden despertar temor, de modo que se bloquean o se generan defensas. Para facilitar el
crecimiento y la integración, se considera necesario que la persona pueda establecer contacto con las
polaridades bloqueadas, viviéndolas plenamente y explorando sus opuestos. Esta exploración tiene lugar en
el espacio de la sesión terapéutica, que puede ser individual o grupal. Como ya se ha indicado, para facilitar
el trabajo con la toma de conciencia, se propone que las personas se expresen en el tiempo presente. Por
ejemplo:¿de qué tiene conciencia en este momento?, ¿qué está pasando ahora?, ¿qué está sintiendo en este instante?
La terapia Gestalt ha generado muchos otros recursos para mantener el contacto con el tiempo presente.
Algunos de estos recursos pueden resultar artificiosos, pero cumplen la función de sustraer a la persona del
diálogo verbal y de lo que se consideran las defensas habituales. Entre ellos destacan los siguientes
o Sustitución del “Por qué” por el “Cómo”  Este es un recurso muy útil e interesante. La pregunta por el
“por qué” conduce a la búsqueda de teorías o interpretaciones, mientras que la pregunta por “cómo” suele
conducir a observar procesos concretos. Por ejemplo, imaginemos que un paciente siente mucha ansiedad y se
pregunta por qué la siente. En función de su orientación y formación, puede generar todo tipo de teorías, desde
el castigo divino, a su constitución física, su disposición genética, incluso pensar que alguien le hizo vudú no
deja de ser una respuesta a la búsqueda de causas a la pregunta de por qué me pasa lo que me pasa. Aunque
relevantes, este tipo de explicaciones tienen un impacto terapéutico muy limitado. En cambio, si la pregunta es
“cómo” siente la ansiedad, se dirige al paciente a observar, por un lado, las ocasiones concretas en las que
siente ansiedad y, por otro, a observar de qué está hecha la ansiedad que siente, cómo es su vivencia, siente
palpitaciones, sudores, temblores, miedo a morir, etc. Esta orientación hacia la observación del síntoma a
medida que sucede, resulta terapéutica en la mayoría de los casos.

4. VALORACIÓN CRÍTICA

La psicología y las terapias humanistas han sido fenómenos genuinamente americanos que surgieron en un contexto
socio-histórico concreto. Por un lado, la economía se hacía cada vez más consumista y el marketing y la publicidad
se centraba en generar nuevas necesidades y nuevos deseos. Por otro lado, existían poderosos movimientos
sociales que pedían la igualdad racial, así como la igualdad de género. A la vez, hacía la mitad del siglo XX, las ideas
psicoanalistas habían penetrado en las capas populares, especialmente el potencial patológico de la represión. Se
había creado un contexto para la búsqueda de libertad y en especial la liberación de las restricciones sexuales, como
en el movimiento hippy. Pero el psicoanálisis seguía siendo muy elitista y sólo era accesible a unos pocos. En este
marco, las psicoterapias humanistas se constituyeron como una vía a través de la cual la psicoterapia se popularizó y
se democratizó.

Desde el punto de vista técnico, las terapias humanistas han aportado un verdadero arsenal de recursos, muchos de
los cuales han sido adoptados por otros enfoques. Desde el punto de vista teórico, sin embargo, estas terapias
carecen de una articulación coherente con la psicología científica. Entre otras razones, porque la psicología científica
hasta hace unos pocos años no ha considerado el tema de la conciencia como un tema legítimo de estudio científico,
en consecuencia, los terapeutas humanistas del pasado sentían que la psicología científica tenía poco que ofrecerles,
pues se centraba en poco menos que el estudio de la conducta de los zombis. Por otro lado, la fenomenología y las
terapias fenomenológicas, como ya indicamos, están experimentando un resurgimiento importante en la actualidad,
especialmente en el tratamiento de los pacientes graves. Este punto de vista también ha despertado el interés de
algunas versiones actuales de la Terapia de Conducta, como la Terapia de Aceptación y Compromiso, que ha
incorporado a su planteamiento muchas de las reivindicaciones de los humanistas, como la importancia de los
valores, etc. Con el desarrollo actual de las neurociencias y el estudio científico de la conciencia, cabe esperar que
las terapias fenomenológicas experimenten una expansión considerable en el futuro. Las dimensiones clásicas de la
auto-conciencia, la corporalidad, el sentido del tiempo y del espacio, así como la intersubjetividad, se encuentran en
el punto de mira de la investigación actual, a medida que aprendemos a navegar por el mundo virtual que supone una
alteración fundamental de tales dimensiones.

Puntos fuertes:

- Importancia de la
relación terapéutica
- Defensa de los valores
integrales y clásicos
del humanismo y de la
vida consciente
- Arsenal de recursos
técnicos
- Investigación sobre los
procesos terapéuticos

Puntos débiles:

- Falta de conexión con


la psicología científica,
sobre el que cabe
esperar cambios a
medida que la
psicología científica se
abre al estudio de la
conciencia

Desarrollo futuro: Cabe


esperar desarrollos
importantes, aunque tal vez

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