Está en la página 1de 92

UNIDAD 8

“Existencia”- CAP 1:Orígenes y significado


del movimiento existencial en psicología
May, Rollo
En los últimos años se ha desarrollado una creciente conciencia de qué existen serios baches
en nuestro conocimiento de los seres humanos. Podemos estar seguro de qué vemos al
paciente tal como verdaderamente es, de lo que lo conocemos en su propia realidad; o
estamos simplemente proyectando sobre el nuestras propias teorías?
Si bien nos acercamos al paciente desde un sistema de conceptos que parten de una escuela
determinada, siempre tenemos que tender el puente entre el sistema y el paciente: cómo
podemos tener seguridad de que nuestro sistema por muy bonito que sea y por muy bien
elaborado que esté tiene algo que ver con este señor, con su personalidad, sentado entre
nosotros en nuestra sala?
Cómo podemos saber que estamos viendo al paciente en su mundo real, en ese mundo en que
vive, se mueve y existe y que es para el un mundo aparente, concreto y diferente de nuestras
teorías generales de cultura? Todas estas cuestiones eran las que agitaban a los psiquiatras y
psicólogos que luego constituyeron el movimiento analítico existencial.
La psicoterapia basada en el análisis existencialista estudia el historial vital del paciente a
quien trata pero no explica ese historial ni sus idiosincrasias patológicas conforme a las
enseñanzas de ninguna escuela psicoterapéutica. En vez de eso trata de comprender ese
currículum como modificación de la total estructura de la posición particular del paciente en
el mundo.
El existencialismo se diferencia de las demás escuelas en dos aspectos: primero en que no fue
obra de ningún líder sino que creció espontáneamente y segundo, en que no pretende fundar
una nueva escuela contra las preexistentes y establecer nuevas técnicas terapéuticas frente a
las antiguas, lo que se propone es analizar la estructura de la existencia humana.
Sin embargo este movimiento va a encontrar resistencias, en primer lugar el primer foco de
resistencia contra esta como contra cualquier otra innovación es la presunción de que en estos
Campos lo principal está ya descubierto y que sólo falta rellenar los detalles.
El segundo foco de resistencia merece una respuesta fondo y en la sospecha de qué el análisis
existencial es una instrucción de la filosofía en la psiquiatría y que tiene poco que ver con la
ciencia.En este sentido el movimiento del análisis existencial es una protesta contra la
tendencia a vestir al paciente con trajes cortados a medida de nuestros prejuicios o a formar
una imagen de nuestras predilecciones. Lo que busca es ampliar el conocimiento del hombre
con las perspectivas teóricas existencialistas sirviéndose del arte, literatura y filosofía y
aprovechando estas adquisiciones
El tercer foco de resistencia y el más crucial es la tendencia reinante de preocuparnos
excesivamente por la técnica e impacientarse ante de los esfuerzos por buscarLas bases sobre
las que descansa en todas las técnicas. Se refiere a este impulso optimista y activista por
ayudar y mejorar a la gente. En nuestro afán por la técnica tendemos a olvidar el hecho de
qué la técnica por sí misma termina hasta con la técnica.En este sentido sostenemos que no
buscamos sólo técnicas sino más bien el golpe de vista comprensivo que debe iluminar todas
las técnicas particulares.
❤️¿Qué es el existencialismo?
Es una expresión de profundas dimensiones que reflejan el temperamento moderno
emocional y espiritual y se manifiesta en casi todos los aspectos de nuestra cultura. Este
movimiento cultural tiene sus raíces en la misma situación histórica y en las mismas crisis
psicológicas que originaron el psicoanálisis y las otras formas de psicoterapia. En una palabra
podemos decir que el existencialismo es el esfuerzo por comprender al hombre eliminando la
decisión entre sujeto y objeto que torturó al pensamiento y la ciencia occidental.
Existir deriva del latino que significa salir, emerger, aflorar. Está etimología indica
exactamente lo que buscaban estos representantes culturales a saber: retratar al ser humano
no como una colección de sustancias estáticas y esquemas si no como algo emergente, algo
existente. Cada aclarar que los existencialistas no pretenden eliminar el estudio de los
dinamismo y esquemas de conducta, lo que sostienen es que todos esos conocimientos no
pueden comprenderse en un sujeto concreto sin tener en cuenta el hecho vital de que nos
encontramos ante una persona que existe, que es.El problema que se nos plantean 📌
Psicología es ese abismo entre la verdad trata de los principios y la realidad palpitante, la
existencial del individuo vivo.
Los existencialista se proponen volver a descubrir a la persona viva entre el encasillamiento y
deshumanización de la civilización moderna, y para lograrlo se embarcan en análisis
psicológicos de profundidad, en el ser psicológico del hombre vivo que está viviendo su
experiencia.
Fenomenología psiquiátrica y análisis existencial

Cap 3:Introducción clínica a la


fenomenología psiquiátrica y al análisis
existencial
Rollo May
Encontrar un prejuicio Corriente, no representan una intromisión desconcertante de la
filosofía en el campo de la psiquiatría. Es verdad que existe una corriente filosófica
denominada fenomenología y existe otra corriente filosófica llamada existencialismo, pero
existe un abismo entre la fenomenología filosófica y la fenomenología psiquiátrica igual que
entre la filosofía existencialista y el método psiquiátrico llamado análisis existencial.
Los fenomenologistas psiquiátricos Y los analistas existenciales son psiquiatras que utilizan
ciertos conceptos nuevos de la filosofía como instrumentos de la investigación psiquiátrica.
❤️Fenomenología psiquiátrica
La fenomenología de Husserl es fundamentalmente un principio metodológico, Destinado a
proporcionar una firme base para la fundación de una nueva psicología y de una filosofía
universal. A vista de un fenómeno sea externo o un estado mental, el fenomenologo Lo
aborda con absoluta imparcialidad observándolo tal como se manifiesta y sólo como se
manifiesta. El observador pone el mundo entre paréntesis, excluye de su mente no sólo
cualquier juicio de valor sobre el fenómeno en cuestión sino también cualquier afirmación
relativa a sus causas o a su transfondo. Con este método la observación adquiere gran relieve.
El fenomenologo Presta especial atención a su propio estado de conciencia frente al paciente.
Tenemos la fenomenología descriptiva que se basa enteramente en la descripción que hace el
paciente de sus experiencias subjetivas, en segundo lugar el método genético-estructural que
presupone 1 U fundamental en el estado de conciencia de un individuo e intenta encontrar el
denominador común, el factor genético concurso ayuda puede entenderse reconstruirse el
resto. Por último el análisis categorial que adopta un sistema de coordenadas fenomenológica.
El investigador analiza como experimenta el paciente cada una de ellas con el fin de trazar
sobre esa base una reconstrucción Perfecta y detallada de su mundo interior experimental.
Ahora con detalle: los Metodos
         1.     Fenomenología descriptiva.
Fue la primera forma de fenomenología que se aplicó a las investigaciones psiquiátricas. Karl
Jaspers la definió diciendo que es una descripción cuidadosa y exacta De las experiencias
subjetivas de los enfermos mentales, en un esfuerzo por empanizar lo más íntimamente
posible con esas experiencias. Jaspers y sus asociados dedicaba mucho tiempo interrogar a
sus pacientes sobre su mundo interior y comparamos los resultados con los relatos dados por
los mismos o por otros pacientes después de su restablecimiento.
El psiquiatra concentra su mayor interés y su máxima atención en la experiencia subjetiva del
paciente y se esfuerza por comprender su estado de conciencia con el fin de establecer
contacto con él.
         2.     Fenomenología genética-estructural
La observación fenomenológica no se contenta con proporcionar al observador un arsenal de
datos sino que puede conducirle también a reconocer sus mutuas conexiones e
interrelaciones. Hasta puede suceder que en el contenido total de los datos de conciencia salte
espontáneamente a la vista del observador cierta estructura y entonces el fenomenologo
Intentará describirla y definirla. De esta forma realiza un análisis estructural. fenomenologo
         3.     Fenomenología categorial
El fenómenologo intenta reconstruir el mundo interior de sus pacientes sobre el análisis de su
manera de experimentar el tiempo, el espacio, la causalidad, la materialidad y otras categorías

“Existencia” Cap. II puntos 3 y 4.


Rollo, May

❤️Punto 3:Ser en el mundo


Otra de las aportaciones de mayor importancia y alcance de la terapia existencial es la
comprensión de la persona en su mundo. Para comprender por ejemplo el compulsivo
debemos empezar por comprender su mundo y esto puede aplicarse a todos los otros tipos de
enfermos a decir en realidad, a todo ser humano. Convivir significa vivir juntos en el mismo
mundo y el mundo de cada paciente particular debe mirarse desde dentro y ver si
comprenderse en lo posible desde el punto de vista del que está metido en el.
Este problema de la pérdida de la sensación de su mundo no es sólo falta de relaciones
interpersonales, sus raíces llegan por debajo de la capa social hasta la alienación del mismo
mundo natural. Encontramos un profundo denominador común a saber: es alienación que
constituye la última consecuencia de cuatro siglos de esfuerzos por separar al hombre como
sujeto, del mundo como objeto.Esto quiere decir que no estaría fácil superar esta situación de
aislamiento y que exige algo mucho más fundamental que la simple reelaboración de algunas
de nuestras ideas actuales.
Vamos a examinar lo que hacen los analistas existenciales para descubrir de nuevo al hombre
en sus interrelaciones personales con su mundo y para volver a revelar el sentido que encierra
el mundo para el hombre. Empiezan afirmando que la persona es un mundo forman un todo
unitario y estructural, los dos polos que son el Show y el mundo están siempre relacionados,
el Yo implica el mundo y el mundo implica el yo como una relación dialéctica donde ninguno
es independiente del otro.
El mundo es la estructura de relaciones significativas en que existe una persona y en cuya
configuración toma parte. El mundo abarca sucesos del pasado que condiciona mi existencia
y toda la inmensa variedad de influencias determinantes que actúan sobre mí pero en tanto
abarca todos estos elementos en cuanto me relaciono con ellos, tengo conciencia, los llevo
conmigo formando los y moldeándonos. El tener conciencia del propio mundo significa estar
estructurándolo.
El mundo nunca es una cosa estática, algo se ha hecho con que se encuentra el individuo y
que este no tiene más que aceptar, ajustar o combatir sino más bien un molde dinámico que
yo debo ir formando y estructurando mientras estoy en posición de mi autoconciencia.
❤️Punto cuatro: Los tres mundos
Los analistas existenciales distinguen tres tipos del mundo, es decir tres aspectos simultáneo
del mundo que caracterizan la existencia de cada ser en el mundo. El primero es el mundo
alrededor que es el mundo biológico llamado ambiente. El segundo es el co- Mundo Que
designa el mundo de los seres de nuestra misma especie, Es el mundo de las interrelaciones
entre los hombres, Donde encontramos relaciones que consisten en que ambas personas
cambian al encontrarse.
Y el tercero es el mundo propio y comprende las relaciones personales del individuo consigo
mismo. Supone autoconciencia y auto relación únicamente se presentan los seres humanos
pero no sólo es una experiencia interior y subjetiva, sino más bien el fondo que nos ayuda a
ver el mundo real en su verdadera perspectiva y el fundamento de nuestra relación, es la
captación de lo que significa para mí determinada cosa en el mundo.
Cabe aclarar que el ser humano vive simultáneamente en estos tres mundos que no son
diferentes sino que son tres facetas simultáneas de ser en el mundo. Si una se acentúa con
exclusión de las otras se pierde la realidad de ser en el mundo

Aspectos terapéuticos de este movimiento

“Existencia” Cap. II punto 7


Rollo, May
❤️Punto siete: Algunas consecuencias para la técnica psicoterapéutica
El análisis existencial es un modo de comprender la existencia humana y sus representantes
creen que uno de los obstáculos principales para comprender al ser humano en la civilización
occidental es la importancia exagerada que se da la técnica y que va de la mano con la
tendencia considerar al hombre como objeto que hay que calcular manejar y analizada. Es por
ello una de las principales razones por las cuales esto psiquiatras no se preocupan demasiado
por formular técnicas. La teoría existencialista sostiene lo contrario, la técnica es la que sigue
a la comprensión donde la tarea sustancial y la responsabilidad del terapeuta consiste en
comprender al paciente como un ser y como un ser en el mundo.
No es primero La técnica para así comprender, sino que primero comprendo y luego deviene
la técnica
Un punto importante rescatar es la atmósfera en que se mueve la terapéutica existencialista, el
contexto, el clima lo forma del paciente no como una cadena de mecanismos psíquicos sino
como un ser humano en trance de elegir, de adquirir un compromiso y orientarse hacia algo
positivo.Debe quedar claro que la contribución importante de este método es su profunda
comprensión de la existencia humana
En primer lugar hay que aclarar que la técnica existencialista debe tener flexibilidad y
elasticidad para poder variar de un paciente a otro y de una fase a otra en el tratamiento de un
mismo paciente. Para decidir la técnica concreta que debe emplearse en cada momento
particular ante tenerse en cuenta: qué es lo que manifiesta mejor la existencia de este
individuo particular en este momento es historia? Qué es lo que iluminará con más claridad
su ser en el mundo?
Un segundo punto a tener en cuenta es que los dinamismo psicológico siempre derivan su
sentido de la situación existencial de la vida personal e inmediata de cada paciente.Se observa
e interpreta cada manifestación de conducta a la luz de la existencia del paciente como un ser
en el mundo.
Un tercer punto de la terapéutica existencialista es la importancia que concede a la presencia.
Se toma como real la relación entre el paciente y el terapeuta, donde no es un reflector sino
un ser humano vivo que en este momento no se interesa Por sus propios problemas sino por
comprender y sentir en lo posible el ser de su paciente. Todo terapeuta es existencialista
desde el momento en que es capaz de relacionarse con el paciente de existencia existencia.
No entra en contacto como un científico ni como un médico que puede diagnosticar y curar
con toda precisión, sino como una persona que entablar una relación personal.
Un cuarto punto Para la técnica del análisis existencial se deduce inmediatamente de nuestra
discusión sobre la presencia: la terapéutica debe intentar analizar y eliminar las formas de
conducta que matan la presencia. Una de ellas puede ser relacionar de manera rígida o
preestablecida
Un quinto punto Se refiere al objetivo del proceso terapéutico. Ese objetivo consiste en que el
paciente experimente su existencia como real, se trata de qué se ve plenamente cuenta de ella
lo cual implica percibir sus potencialidades y capacitarse para actuar a base de ellas. La
función del analista consiste en estar allí presente en la relación. De aquí se sigue que en
interpretar los mecanismos o dinamismo siempre se hará dentro del plan de qué el paciente se
dé cuenta de su propia existencia. La función del psiquiatra no consiste en curar los síntomas
neuróticos del paciente aunque este es el motivo que induce a la gente a acudir a la terapia.
La psicoterapia se preocupa de algo más fundamental que es ayudar a la persona a que
experimente su existencia, cualquier curación de los síntomas que esté llamada a durar debe
ser un subproducto de esto.
Por otra parte puede darse un sentido más profundo y verdadero a la palabra curación, a saber
orientarse hacia la expansión de la propia existencia. Lo importante es que la persona
descubra su ser
En sexto lugar, dentro de las implicaciones que distingue la terapéutica existencialista es la
importancia del compromiso. Generalmente se pasa por alto el hecho de Que el paciente no
puede permitirse el lujo de adquirir nuevos conocimientos a fin de tomar mejores decisiones,
sino hasta que esté dispuesto a decidir, tome una orientación decidida sobre su vida y adopte
las resoluciones previas en marcha. La decisión es el sentido de actitud decisiva frente a la
existencia, una actitud de compromiso. En este plano el conocimiento y la intuición siguen a
la decisión y no al revés.
Terminamos con dos advertencia finales: la primera es el peligro que acecha en el fondo de la
concepción existencialista que es el peligro de la generalización. La otra observación se
refiere a la actitud existencial ante el inconsciente. La doctrina sobre el inconciente ha
servido para racionalizar la conducta y las relaciones para sortear la realidad de la propia
existencia y para actuar como si no fuera uno quien se está haciendo su vida. Se critica
mucho el inconsciente desde el existencialismo ya que el gran descubrimiento de Freud y su
contribución consistió en ensanchar los límites de la personalidad humana rebasando la
frontera del voluntarismo irracionalismo del hombre para incluir nuevos continentes en las
profundidades.

INCOMPRENSIBLE II
ES LA EXISTENCIA POSIBLE, EL AMBITO DE LA LIBRETAD.
ES LO INCOMPRENSIBLEEXISTENCIAL, QUE SE PUEDE ILUMINAR EN EL
FILOSOFAR.
ES EL ESCLARECIMIENTO DEL YO (NO EL RECONOCIMIENTO DEL YO);
SON LAS CIFRAS DE LA TRASCENDENCIA.
C) Fenomenos subjetivos
individuales A) Hechos objetivos percibidos

Son los hechos típicos Es la parte que investiga los


particulares de la vida psíquica. rendimientos, son las funciones
Este es el espacio en que se psíquicas: los fenómenos globales
investigan las vivencias. Se trata de la inteligencia.
de captar “desde dentro” Hechos psicosomáticos básicos.
Psicología de la expresión, del
mundo y de la obra.
COMPRENSION IDEAL
Comprensión psiconoetica o real de la personalidad
humana, que surge del análisis de las relaciones
comprensibles de cada caso particular
B) Contenido de la vida psiquica
En su manifestación verbal como juicios lógicos. Aquí encontramos principios, convicciones,
ideas, imágenes, genes, símbolos, autoexigencias. También deberes y valoraciones.
INCOMPRENSIBLE I – (también denominado explicativo causal)
Aquí encontramos hechos somáticos, crudamente biológicos; es el ámbito de los mecanismos
extraconcientes. Se encuentra lo que la investigación biológica aun no ha podido develar,
aunque prosigue su tarea.

PERSONA Y PERSONALIDAD-
CAPITULO 13
Oro Oscar

Oro Oscar primera parte: La psicología comprensiva de Karl Jaspers


Se lo conoce más como filósofo que como hombre proveniente de la medicina y la
psiquiatría. En su autorretrato dice: con mis padres me sentía seguro. Cuando yo le
contradecía nunca cortaba con un mandato si no que me exponía las razones
Damos cuenta la idea de libertad que impregna toda su vida y obra y en segundo lugar, el
valor de sentirse seguro en la infancia hecho comprobado por la psicología existencial se
expresan las dificultades que puede padecer un hijo que creció en inseguridad ontológica.
Desde niño padeció dificultades respiratorias que llevó preocupación a sus padres. Tomo
conciencia de su ser enfermo cuando a los 18 años le hicieron el diagnóstico de su
padecimiento. El médico que lo diagnosticó le señaló que para hacerse dueño de la
enfermedad el paciente tiene que integrarla en su vida. Debe aceptarla como un hecho, contar
con ella en sus planes para que con el resto Sano pueda rendir lo máximo posible.
A los 55 años escribe la historia de su enfermedad no centrada en una descripción psicofísica
sino sobre sus vivencias, su auto comprensión y su actitud personal frente a la enfermedad.
En este caso, la enfermedad, nos encontramos ante una situación límite. El hecho de estar
frente algo inevitable y tomar conciencia conduce a la maduración de la persona.
❤️Fundamentación de la práctica psicoterapéutica:
Habiendo adoptado el aspecto concreto de la fenomenología de husserl Jasper introduce la
fenomenología empírica. Esta metodología le permitía describir las vivencias personales de
los enfermos mentales. El relato de los enfermos cobra valor y se produce un importante
cambio en la actitud metodológica dado que de esta forma se lo intenta captar desde dentro y
no sólo emitir un diagnóstico desde fuera tal como era la psiquiatría tradicional.
Otro paso importante para su tarea orientada hacia la psicología lo constituyó el
descubrimiento y lectura de la obra de Dilthey Sobre todo su psicología descriptiva y
analítica en la cual resultaba la psicología explicativa propia del medio psiquiátrico. Jasper
toma sus escritos ya se escucha en la tarea que denomina psicología comprensiva y que
básicamente consiste en captar las conexiones genéticas de los psíquico, las vinculaciones a
un sentido, las motivaciones humanas.
Con respecto al inconciente de la psicología comprensiva no omite o elimina aspectos
inconscientes, pero si lo sitúa en un plano de dependencia de la conciencia, la libertad y la
responsabilidad humana.
La comprensión es el método fundamente en psicología mediante el cual podemos
introducirnos en el sentido de las vivencias y captar las conexiones espirituales en forma de
conocimiento objetivo. Eso no quiere decir que podamos reproducir exactamente las
vivencias del entrevistado pero si intentar convencerlas. Tampoco es lo mismo que simpatizar
sino más bien empatizar.
Por otro lado con respecto a las dos guerra mundiales podemos decir que son sucesos inéditos
y feroces con todas las atroces experiencias y secuelas que es algo que modifica de raíz
nuestra concepción del hombre y del mundo.Incluso Jasper la relata en su experiencia donde
aquella vida paradisíaca de antes de la guerra ingenua, no podía volver nunca más. La
filosofía en su profundidad se volvió más importante que nunca.
 
Señala Jasper la necesidad de tener en cuenta lo heterogéneo de la realidad que se intenta
captar en el campo de la psicología donde teniendo en cuenta su objeto de estudio, el hombre,
todo conocimiento total está vedado en nuestro presente por lo tanto no se puede formular
ninguna imagen acabada como la única ni un método de conocimiento con validez universal.
El psicólogo con formación humanista debe mantener vigente ese respeto por la persona que
sufre. El que acude a una consulta psicológica debe ser rescatado como ser único e irrepetible
y para la conciencia del profesional.
Si bien nuestra tarea es el estudio de las conductas y de las vivencias en el doble nivel de lo
conciente y lo no conciente, debemos agregar la irrepetible autoafirmación de la persona que
en el ser humano maduro se apoya en su libertad. Es decir, que me encuentro ante mis
propias decisiones concientemente elegidas con la particularidad de que Perdura mientras yo
exista. Éste es el punto más alto que alcanza la personalidad, ser uno mismo, en que se
manifiesta la autenticidad de mis elecciones
Oro Oscar segunda parte
Uno de los libros que elabora Jasper es el de psicopatología general donde tiene la siguiente
intención: en primer lugar a una en una exposición sistemática de conjunto todos los puntos
de vista de las teorías existentes, abarcar todas las imágenes posibles sin entregarse ninguna
en particular, en segundo lugar proporcionar claridad conceptual sobre los conocimientos que
se dispone, de qué forma se llega a obtenerlos y por último dejar aclarado el modo más
circunscripto posible lo que no se sabe.
Con respecto a algunas pautas de comunicación con el entrevistado se realiza en una
conversación en la que se tratará de no imponerse ni oponerse si no más bien de generar una
relación a través de un atenta escucha, de la convivencia, de la observación de la conducta y
un registro de la expresión. En cada caso particular con nuestra actividad tratamos de llegar a
completar una biografía de la persona que consulta considerada en sus aspectos corporal,
Psico, Social, comunitario, espiritual y existencial para lo cual partimos de los relatos y de la
comprensión del ideal. Este término no alude a lo que podríamos señalar como lo mejor si no
al concepto de tipo ideal, que son la Multitud de formas en distintas actividades que despliega
el hombre en el mundo. El concepto de persona aparece de muy distintas formas que nosotros
aprendemos intuitivamente por medio de tipos.
Se hace necesaria la reflexión sobre qué valores nos mueven en esta vida dado que en gran
medida la desorientación que padece el ser humano actual está estrechamente ligada al no
saber qué valores elegir. Es precisamente la temática de los valores vividos la que otorga un
determinado Matisse a la existencia de cada uno. En gran parte de la estructura de la
personalidad descansa en las cosas que la persona ha hecho suyas, aquello por lo que se ha
decidido. Vivir los valores, mantener una congruencia entre la escala de valores y la conducta
es lo que organiza internamente en la vida de una persona.
Con respecto a la psicología comprensiva podemos decir que es el intento de ordenar sin
reducir, de comprender, de sistematizar la historia personal pero no por ello materializar a la
persona.Cuanto más rica sea nuestra experiencia en conocimientos comprensivos tanto más
fina y exactamente podremos en los casos particulares, llegar a conclusiones más acertadas.
No debe quedar en claro que la comprensión del ser humano no se agota nunca, el sistema
clínico comprensivo es interminable.
La comprensión psiconoetica Es aquella en la cual no sólo podemos hacer una comprensión
psicológica sino que es posible un mayor acercamiento, porque la facultad de desarrollo
espiritual se actualiza en un nivel connatural y por la autorreflexion
❤️Captaciones parciales de la personalidad, que denominamos el a, B, C de la
comprensión psiconoetica.
Se trata de entrevista semi estructurada haz, dependiendo de lo que vamos percibiendo, como
realizamos nuestras preguntas o como introducimos los temas que estimamos pueden ser
significativos para lograr una comprensión mayor. En el primer punto A Encontramos una
serie de hechos que percibimos e incluso en algunos casos podemos realizar una medición
aproximativa como suele ser por ejemplo la inteligencia o la motricidad. Es lo que Jasperse
denomina psicología de las funciones o rendimientos.
En el punto B Damos cuenta de hechos objetivos y contenidos objetivos, los hechos objetivos
son las cosas concretas que el psicólogo comprensivo ve, capta, mide y describe. No quedan
de lado los hechos psicosomáticos básicos que es aquello que la persona percibe como
sensaciones corporales.
Los impulsos que no están concretados, los que se perciben como subjetivos o
indiferenciados en el punto C,objetivamente lo podemos percibir en la tarea que la persona
realiza. Encontramos un transfondo de lo que observamos y sentimos en una entrevista, que
se percibe de manera tal que lo denominamos un estado general de la conciencia del
entrevistado. Se trata de los objetivos y son estados personales globales pero no son la
totalidad de la personalidad. (esta parte está muy mal explicada, no se entiende en el texto, y
el no lo dio. Lo dejo así)
Poder percibir el peso de los simbólico personal en la realidad de la vida es parte de la ardua
tarea del psicólogo comprensivo.
 
❤️Distintas formas de comprensión que podemos emplear en nuestra tarea
Comprender es captar la forma psíquica del otro, penetrar en su vida psíquica, también captar
sus vivencias en su manera peculiar; el objetivo en sus manifestaciones, lo expresado e
incluso la iluminación filosófica del existencia posible. Nuestra tarea tiende más bien a
diagnosticar una personalidad y dar esclarecimiento a los entrevistados que a diagnosticar una
enfermedad. La psicología comprensiva sería el lazo que integra lo comprensible y lo
incomprensible.
❤️Tarea de integración o la comprensión del caso en particular
La tarea de integración es la comprensión real del caso en particular. Por su pretensión de
integración y amplitud la podríamos denominar comprensión existencial. La tarea del
psicólogo comprensivo frente a los consulta antes es por un lado la ayuda a que reflexionen si
es que se mueve con predominio de lo inconsciente, o comprender su autorreflexión y toma
parte en ella e intenta impulsar la hacia delante y continuando la metáfora espacial hacia
arriba.
Surge así uno de los aportes más valiosos de la psicología comprensiva, a través de la
incorporación de los conceptos de autenticidad e Inautenticidad. En este caso están referidos
a la coherencia o no con respecto a la concepción del mundo. La autenticidad en el contexto
de la psicología Comprensiva consiste en la toma de posición para consigo mismo, y se da
tanto en el psicólogo como en el entrevistado.
La comprensión de AB y C Sirve para la personalidad normal lo cual no invalida el esquema
para intentar comprender otros ámbitos más cercanos a la psicopatología. La psicología
comprensiva es un serio intento de abordaje sistemático de la persona y de la personalidad sin
que el sistema aparezca por encima de la persona y ésta quede subsumida a una descripción
abarcadora. Nuestra tarea se apoya en tres pilares: antropología, metodología y epistemología
 

PERSONA Y PERSONALIDAD-
CAPITULO 14 
Oro Oscar

Oro Oscar primera parte : La logoterapia de Víctor Frankl

❤️Ambiente socio-espiritual
El deseo de comprender el sentido de la vida es una intuición precoz del autor con la que se
comprometió. Junto a los intereses señalados, filosóficos y socio-políticos, ya desde temprana edad
manifestó interés por un deporte por el que mantenía vivo su entusiasmo.Retomando a lo que ya
constituía su preocupación principal, la psicología y la psiquiatría, a través de sus dos modelos, Freud y
Adler, con sólo 18 años publicó un artículo en la selección juvenil de un periódico y a las 19 Un artículo
que tiempo después Freud lo publica en su revista internacional de psicoanálisis.
En su época de estudiante de medicina fue percibiendo las limitaciones del psicoanálisis por la visión
reduccionista de la persona y por la rigidez de los conceptos que utilizaba.Tiempo después en el año
1926 utilizó por primera vez el término logoterapia con el cual aborda el problema espiritual en la
psicoterapia.

❤️Declaración de principios de 1927: bases formales de la logoterapia

A lo largo de la vida Victor luchó con la pregunta de si la vida tenía o no sentido, tanto en su vida
personal o para la vida de cualquier ser humano.
Con respecto al psicoanálisis, Victor trata de forma filosófica de la teoría psiquiátrica de Freud, mantiene
que el psicoanálisis se limita sólo a la especto erótico del hombre olvidando los elementos de significado
inmoralidad. La psicoterapia debe inferir en la imagen del hombre psíquicamente enfermo una visión
del hombre considerado como unidad corpóreo-Psico-espiritual y por consiguiente un concepto más
comprensivo y unitario. Por otro lado también se refiere a la actitud personal del terapeuta ante un
determinado sistema filosófico. El tercer punto se refiere a la relación entre el tratamiento
psicoterapéutico y los valores. Si al fin principal de un psiquiatra es conducir al enfermo a un estado de
salud mental, Se comprende fácilmente como tal concepto en cuanto refleja un deber ser, es un concepto
de valor, entonces la psicoterapia debe hacer absolutamente una valoración, debe conocer los valores
éticos valiéndose al servicio de la ética. El último aspecto se refiere a la necesidad de una educación en
la responsabilidad al final del tratamiento psicoterapéutico. El hombre dolorido necesita reconocer la
propia y específica responsabilidad frente a las tareas singulares y específicas que debe realizar. Debe
ver su posición única e individual en el mundo y la misión que va íntimamente ligada a su personal
existencia. La conciencia de una tarea específica que debe realizar adquiere un valor enorme para la
comprensión integral del ser humano y para superar las dificultades presentadas por las situaciones
particulares.

Con respecto a la Segunda Guerra Mundial que Víctor Frankl tuvo que pasar, Sólo por el hecho de ser
judío. Ante esta auténtica situación límite, la impotencia y la angustia se hicieron presentes y cada uno
trataba de salvarse cómo podía.El mismo se encargó de falsificar muchos diagnósticos afines de qué los
judíos enfermos no fueran enviados a las cámaras de gas. Vemos en el un permanente y comprometido
ejercicio de su sentimiento comunitario. Éstos son los detalles que hacen a un compromiso existencial y
que habilitan a la logoterapia en la actualidad para tenerla en cuenta como una herramienta válida en el
momento de pensar en una psicología comunitaria. Cuando el autor rescata el valor de la persona por
encima de los grupos étnicos o de los partidos políticos está abogando por una despolitización de la
persona y una humanización de la política. Está rescatando lo individual por encima de la
generalizaciones.
Si bien contaba con un pasaporte americano para irse, la avanzada edad de sus padres, los pacientes de
la clínica le señalaron el camino correcto frente a la lucha entre sus sentimientos opuestos. Quería irse
pero dejó caducar el pasaporte americano.

El drama más terrible surge a partir de la llegada al campo de concentración donde ya no es médico ni
psiquiatra sino el prisionero número 119,104. Trabajaba como excavador de zanjas, es un precio más
que duerme en el/con helado y que debe soportar el maltrato de los guardias.De esta experiencia elabora
el texto de el hombre en busca de sentido, donde no es un relato sólo de penurias y lamentos sino que
muestra la mayor Probabilidad y posibilidad humana de acceder al sentido a través del sufrimiento. Esta
es una de las virtudes más fuertes del autor, la de poder ver en las situaciones más negativas un rayo de
luz. Y así el contenido de esperanza que se encuentra en la logoterapia.

Nuestras conductas también pueden no ser dictadas por las condiciones del medio sino por las
decisiones que tomamos. Como señala Jasper el hombre es un ser decisivo.
Frankl ha sufrido mucho en los campos de prisioneros pero es evidente que no se queda en el
sufrimiento, si no en el sentido que pueda extraer de él.Señala: “ sufrir significa realizar esfuerzos y
crecer pero también significa madurar. El hombre que se eleva sobre sí mismo avanza hacia la madurez.

El verdadero trabajo del sufrimiento no es otra cosa que un proceso de maduración. La madurez sin
embargo se basa en el hecho de que el hombre alcance una libertad interior a pesar de su dependencia
exterior. Pensemos en una situación extrema como el campo de concentración, una situación en la cual
el hombre se encuentra en una dependencia extrema de condiciones que le han sido impuestas pero
vemos que estas condiciones le hace independiente tan sólo en cuanto a su obra y a sus experiencias
pero le dejan libre en cuanto a su actitud y a su orientación hacia esta situación de dependencia externa.
Esto significa que el hombre es dependiente en cuanto a la realización de los valores creadores y
experiénciales Pero es libre respecto a la realización de valores de actitud, libre de todas las condiciones
y circunstancias y libre para la superación interna de su destino, para el sufrimiento. Es una libertad que
está hasta el último aliento“
Con respecto a Adler y Freud, podemos decir que en la actualidad no se repriman los impulsos sexuales
como en la época del psicoanálisis ni las personas están tan acosada por sus sentimientos de inferioridad,
sino que la sensación de falta de sentido es el vacío existencial como la problemática que ha cobrado
vigencia en nuestro tiempo.

Oro Oscar segunda parte


❤️Tercera escuela Vianesa de psicoterapia

Ya luego terapia forma parte de este movimiento que se gesta en Viena después de la primera escuela
representada por el psicoanálisis de Freud y la segunda escuela que había fundado Adler. Victor expresa
que el mismo no se considera de la misma altura de Freud ideal leer y que la expresión tercera
orientación Vianesa no precede sino de otro autor que definió hacia el análisis existencial.
Para comprender y captar los fundamentos de la logoterapia y luego captar lo que será el sentido de la
vida es importante tomar conceptos de Allers. Podemos señalar el tema de la autenticidad como factor
clave en las teorías existenciales.Señala: “ la conducta humana es psicológicamente auténtica cuando se
acepta la radical finitud; la existencia humana es auténtica y saludable cuando la vivencia de aceptación
se superpone a la vivencia de la limitación del propio ser humano y también a su defectuosidad e
impotencias circunstanciales. El actuar inauténtico No consiste en negar la radical finitud, sino más bien
en actuar como si se negara.”

❤️Incidencias científicas en el pensamiento de Frankl.

Raíces filosóficas y psicológicas que han influido en el pensamiento y constitución de la escuela de


logoterapia. En primer lugar el autor rescata aportes de la psicología profunda como son los de Adler,
Freud y Jung. No se valúa a la luz de sus propios pensamientos y reflexionando sobre ellos y sobre los
filósofos, la mayoría de corte existencial, alavés que en concordancia con sus propias experiencias
personales y profesionales va articulando su logoterapia.
Reconoce al psicoanálisis y a los desarrollos de Freud como adelantados para su tiempo pero que no
agota lo abismal del ser humano.
En cuánto a leer, encontramos que su apertura de lo comunitario marca una de las huellas por las cuales
va a transitar la logoterapia.
En Jung Encontramos un autor que tiene pocos pero fundamentales puntos de contacto con la
logoterapia . uno de sus más importantes aportes al campo de la psicología es el concepto de inconciente
colectivoSin embargo este no es el hecho que lo une a La Logoterapia, sino el hecho de ver en la
neurosis un aspecto positivo: el de la persona que está buscando nuevas vías, nuevas formas de
expresión para su vida. Y por eso está vinculado el sentido de la vida tal como él mismo lo definió.
Sostiene que la gente no está más arraigada en su mundo y pierde la orientación, simplemente anda a la
deriva. La necesidad un sentido para su vida sigue sin respuesta porque los objetivos biológicos y
racionales son incapaces de expresar la totalidad irracional de la vida humana. De esta manera la vida
pierde sentido.Este psicoanalista calificó a la neurosis como el sufrimiento del alma que no ha
encontrado su sentido.
La propuesta de la logoterapia es no encerrarse en lo biológico o en lo psicológico, dado que el ser
humano si bien es 1 Unidad psicofísica no lo es menos una realidad espiritual. Por lo tanto una
separación es imposible. La perspectiva parcial es reduccionista y perjudicial para el existente humano.
❤️La personalidad desde la perspectiva Frankliana
En esta escuela uno no se instala cómodamente detrás de una técnica y de una batería de Test para
realizar un estudio de la personalidad sino que sale al encuentro de las dificultades existenciales siendo
en el mundo con nosotros, en este caso en la situación particular de dificultades vitales, por las cuales
otro ser humano solicita nuestra asistencia. Lo cual no implica el abandono de la metodología ni de las
técnicas psico métricas si no su integración ponderada.
Victor señala lo siguiente: “ Jasper define al hombre en una fórmula feliz como un ser decisivo que
nunca es sin más, sino que cada vez decide lo que es. Pero la existencia humana así que también la
persona del hombre sea un ser decisivo. Si el ser de la persona es un ser decisivo el carácter es un ser
devenido. Hay algo además del medio ambiente y de la herencia que constituye el hombre, lo que el
hombre hace de sí mismo, el hombre, la persona.
El hombre se decide, como ser decisivo que es, el hombre no se limita a decidir algo sino que se decide
así mismo. Toda decisión es auto decisión y la auto decisión es auto configuración. Mientras configura
el destino configuró la persona que soy, el carácter que tengo y se configura la personalidad que llego a
ser. La persona puede adoptar una actitud ante el destino que la vida le presenta: es lo que denominamos
decisión existencial. A partir de la revisión histórica de las decisiones que la persona tomó en el
transcurso de su existencia, se produce la auto comprensión de la propia personalidad.
Señala: “llamamos persona aquello que puede comportarse libremente en cualquier estado de cosas “.
Las posibilidades de la libertad en el ser humano es la esencia de la persona. Esta libertad es la que
permite tomar distancia de las situaciones en las cuales se encuentra la persona y así puede decidir frente
al temperamento, frente a los instintos u otro tipo de predisposiciones que se hacen presentes en toda
existencia. Esta condición humana la podemos denominar libertad espiritual

Ahora vamos a exponer y desglosar las 10 tesis sobre la persona:


- La primer tesis se refiere a la unidad de la persona por lo tanto, no se le puede dividir ni escindir.
Esta idea de la persona en los tres planos: biológico, psicológico y espiritual. La estructura
humana no responde a la sumatoria de cuerpo alma y espíritu sino del diálogo que puede
mantener lo espiritual con lo físico y con lo psíquico.

- La segunda propuesta de ocupa de señalar la insumabilidad de la persona. Cada persona no


sólo es 1 Uunidad sino también una totalidad única e irrepetible, por eso no se le debe masificar.
No es asimilable totalmente en las categorías engloba antes en que se pierde la individualidad.

- La tercera consideración alude a la novedad absoluta en qué consiste cada ser humano, la
novedad es absoluta y podemos citar a diversos filósofos cuando nos presentan las posibilidades
que constituye todo ser humano. Las elecciones que la persona realiza le darán la personalidad
que presentará a la hora de la entrevista.

- La cuarta propuesta hace referencia al concepto de persona espiritual. Es la que introduce el


concepto del organismo como un instrumental del ser espiritual. La persona necesita su
organismo para actuar y expresarse en el mundo.Durante mucho tiempo se ha confundido en
una visión reduccionista y materialista, que el hombre es fuerza de trabajo y esto sucedió en los
campos de concentración. Muy por el contrario el criterio inverso a lo utilitario es la dignidad de
la persona que le pertenece más allá de la utilidad social o de mero instrumento laboral.

- La quinta propuesta se vincula con la existencialidad de la persona. La persona no es un ser


fáctico, de hecho es acabado. Es un ser en devenir, un ser siendo. Éste se está cargado de
características. La libertad que tiene escondes cierta responsabilidad. Pero podemos
preguntarnos porque el ser humano es libre? Si aceptamos la pregunta, el para qué de la libertad
se torna en el camino por el cual va a transitar el sentido de nuestra vida. La orientación de la
persona hacia el sentido se constituye en la estrella guía existencial
- En sexto lugar,También debemos rescatar el hecho de qué elyo no es algo completo, Sino que
tiene constantemente la posibilidad de ser de otro modo.

- En referencia a la séptima tesis, señala que el ser humano es el representante de la unidad


corpóreo-anímico-espiritual. El ser humano es el único que tiene autoconciencia que coexiste
con el organismo psicofísico.

- Cómo octava tesis sustenta el dinamismo que implica la facultad humana de auto
distanciamiento.El diálogo interior que mantenemos con nosotros mismos, esta instancia que
posibilita la deliberación interior es gracias al ser espiritual.

- En noveno lugar, retomando la capacidad de ensimismamiento, Podemos adelantar que el


animal no tiene esa capacidad. De esta forma introducimos la novena propuesta: lo que
diferencia el hombre del animal es que este no tiene capacidad de trascendencia ni de auto
distanciamiento, menos aún, puede comprender el sentido del sufrimiento.

- Llegamos a la 10ª y última tesis con respecto a la persona, la cual aborda el tema de la
trascendencia humana. Define al hombre en su aspecto auto comprensivo como un ser
estrechamente vinculado y dependiente de la trascendencia.

LA TAREA TERAPÉUTICA Y EL
ENFERMAR HUMANO, DESDE LA
LOGOTERAPIA DE V. FRANKL
Prof. Graciela Clément
Tarea terapéutica: siempre es bueno volver al origen para rescatar el significado primero de
las palabras, él que les dio vida y que, a veces, se ha perdido o gastado junto a las palabras
mismas.
Terapia, terapeuta: derivan del verbo griego, ser servidor, estar al servicio de, cuidar, guardar,
tener cuidado de, atender, cuidar de, atender, cuidar y curar enfermos, heridos, etc.
El terapeuta es entonces: curador, cuidador. Por ello en el significado primigenio de la
palabra, no solo el médico o psicólogo, sino también el/la enfermera, es un terapeuta.
La relación terapéutica tiene dos polos, o dos integrantes: el terapeuta y el hombre que sufre.
Viktor Frank, dice que la relación terapéutica es una ecuación con dos incógnitas: T= X + Y.
Estas dos incógnitas, son el terapeuta y el hombre enfermo. Los dos seres humanos que
entran en relación son únicos e irrepetibles, como también lo es la relación.
Por ello no sirven las recetas, reglas, técnicas o esquemas fríos. Cada técnica o modo de tratar
al hombre enfermo, debe ser utilizada de manera creativa en cada caso.
Pero, además, es necesario decir que el terapeuta no está frente a un enfermo: Paciente-
Objeto- Cosa, sino a un ser humano en el cual el “enfermar” es un estado pasajero o terminal,
una situación que vive, de la cual es actor y no solo paciente, y ante la cual tiene que asumir
una actitud.
Decíamos que por ahora, nos interesa la actitud del terapeuta ante el hombre que sufre:
“homo patiens: hombre doliente”. La actitud que asumamos depende de la concepción, cc o
no, que se tenga del ser humano. Es decir, la antropología en que fundamentemos nuestra
tarea terapéutica. Viktor Frankl critica a la medicina biologista y mecanicista que, a través de
reduccionismos (ven solo lo orgánico, el mecanismo descompuesto) no alcanzan al ser
integral que aparece como hombre doliente.
El tratamiento psicoterapéutico es un aprendizaje de la responsabilidad. Es conducir a la
salud para que ese ser humano que sufre- y quien el dolor sacude y pone en crisis- se haga
conciente del ser único e irrepetible y descubra que tiene una tarea fundamental: la de hacerse
responsable de su propia vida.
A los estudios de V.F, hay que sumar como algo decisivo, el que sea sobreviviente de cuatro
campos de concentración. Esa terrible experiencia de treinta y un meses la que tiñe de
significado cada una de sus afirmaciones. Es la vida en Auschwitz, Dachau, Turkheim, esa
terrible “experimentum crucis” vida que dedico a asistir curar y cuidar a sus compañeros, la
que le permitió encamar sin ninguna duda, que la motivación fundamental del ser humano es
la búsqueda de sentido de su vida.
Y hay una frase que sintetiza el sentido que V.F descubrió para la suya y a la cual me adhiero
desde la psicología y la terapia. “He encontrado el significado de mi vida ayudando a los
demás encontrando en su vida un significado”.
El análisis existencial sostiene una antropología y concepción del hombre a la que nos vamos
a referir ahora; y la logoterapia es su aplicación terapéutica que, como toda terapia, busca
acercarse al ser humanos o sufriente y lo hace a través de un camino específico: en este caso
logos= sentido.
Esta palabra griega tiene varios significados, Frank rescata los sentidos y espíritu. Es la
terapia que, por un lado; ayuda a descubrir y satisfacer la necesidad profundamente humana
de vivir una vida en sentido, y por otro, llega a la dimensión espiritual existencial del ser
humano.
La logoterapia no solo es utilizada para la cura de neurosis y psicosis, sino que se aplica
también en enfermos de cáncer, cardiacos, en la drogodependencia, el S.I.D.A y todo tipo de
enfermedad terminal, justamente porque muestra la posibilidad de darle un sentido al
sufrimiento.
La pregunta que nos planteamos es: ¿Qué es el hombre? Y no es una pregunta cualquiera. Me
compromete a mí misma y estoy involucrada en la respuesta. Porque mi ser es la única
realidad que conozco, comprendo y vivo desde dentro.
Estamos preguntando por el sentido del ser humano, cuando decimos “hombre” o “ser
humano”, no debemos pensar en algo abstracto. El Hombre no existe. Existen seres humanos
concretos: “esta que soy yo, estos que míos nosotros, aquí, ahora, en este contexto histórico o
social nuestro.
La reflexión antropológica sobre nosotros mismos nos lleva a distinguir en el ser humano tres
dimensiones en una unidad antropológica. Esas dimensiones son: la somatica (corpórea o
biológica), la psíquica (anímica) y la espiritual (noetica o del logos). Estas tres dimensiones
están dadas en una unidad que hace al hombre un ser corpóreo- anímico- espiritual o
biológico- espiritual. Las dos primeras dimensiones son copias de todos los seres vivos
animados. La tercera y única y específica, en ella descubrimos ciertos caracteres.
El ser humano es irrepetible: no soy hecho en serie, anónimo ni intercambiable. Estoy
viviendo cada momento una sola vez. Y soy irreemplazable en el hacerme responsable de mi
propia existencia.: El ser humano está llamado a la libertad: todo hombre tiene la experiencia
de que la libertad existe.
No es absoluta ni tiene determinismos que la anulen. Es condicionada. No se está libre de los
condicionamientos, pero sí en la actitud frente a ellos.
Dice V. Frankl “Preguntar por el sentido, buscarlo en tareas concretas y realizar valores, es
ser plenamente hombres”.
El ser humano está llamado a la responsabilidad: es la otra cara de la libertad. Cuando elijo
debo hacerme responsable de ello. Es la habilidad para responder.
• El ser humano está Llamado a buscar un sentido: y el sentido no se inventa, se descubre.
Cada situación nos desafía a encontrarlo y ante ellas debemos responder. Se trata de descubrir
el sentido y de realizar valores. Es único para cada persona y debe ser buscado a partir de las
propias experiencias.
La necesidad de encontrar el sentido de la vida es tan importante para cada ser humano que,
cuando esa motivación se ve frustrada, enferma. V. Frankl dice desde hace mucho estas cosas
y hoy lo comprobamos: la falta de sentido o vacío existencial, o frustración existencial, es la
enfermedad de nuestro tiempo.
El hombre es una unidad indisoluble y lo que afecta preponderadamente a una de sus
dimensiones, hiere también a las otras dos.
¿Y cómo descubrimos el sentido? Cuando trascendemos hacia algo: una tarea, un ideal; hacia
alguien: un tú, amigo, pareja, comunidad; y hacia Dios (si tienen fe) que es el sentido último
y punto de llegada de los sentidos y encuentros logrados en nuestra vida.
El sentido puede encontrarse y lograrse en principio, independientemente de que se trate de
un hombre o mujer, independientemente de la edad, de la estructura del carácter, del
coeficiente intelectual, de la educación recibida, del medio ambiente, de ser o no religioso y
en caso de profesar una religión, independientemente de la religión que se trate.
No necesitamos prescribir una receta, tampoco debemos ni podemos imponerle el sentido.
Son tres pistas muy concretas las que podemos señalarle:
1) Realizando una acción o creando una obra
2) Conectándose con algo: naturaleza o arte; o con alguien, en forma de amistad y amor
3) Cuando somos víctimas de una situación dolorosa, encontrando un sentido al
sufrimiento
Estos tres caminos se refieren a tres experiencias humanas, a tres sentidos y valores:
Valores de creación: lo que un ser humano da en forma de trabajo, creación, transformación.
El trabajo es un vínculo de unión entre el individuo y la comunidad. Porque soy único e
irrepetible, debo tomar mi trabajo de cada día como una misión en el mundo. Importa no el
tipo de trabajo (todos son importantes) sino el cómo se lo realiza. No las reglas frías, sino lo
que pongo de mí. Nuestra tarea común es la terapéutica: en ella debemos poner nuestro sello
personal.
Valores de experiencia: lo que un ser humano recibe gratuitamente del mundo, en forma de
vivencia estética, contemplación de la naturaleza y encuentro humano. Así se realizan la
amistad, el amor y la comunidad humana.
Valores de actitud: encontrar sentido al trabajo, a la creación, al amor, al arte, es más fácil.
Encontrar le sentido al sufrimiento no lo es. Para los primeros necesito aptitudes, capacidad
creadora; para los segundos capacidad de sentir y vivenciar, para el tercero capacidad de
sufrimiento. Y no la poseemos, no se trae consigo, tenemos que adquirirla, se conquista en el
padecimiento mismo. “Para realizar, en cambio, valores actitudinales, necesito, además de la
capacidad creadora y la capacidad vivencial, la capacidad de sufrimiento. Pero el hombre ‘no
posee’ esta capacidad; nadie se la puso en la cuna; se poseen órganos y se puede poseer
talento, pero la capacidad de sufrimiento debe adquirirla el hombre por sí mismo; tiene que
padecerla primero para sí.”
Y este es un punto central de nuestras reflexiones En la relación terapéutica, el terapeuta
(médico, enfermera, psicólogo) acude con la idoneidad de su trabajo profesional (valores de
creación) y, para realizar el pleno sentido de terapeuta, debe brindar también afecto y
solidaridad (valores de experiencia) y en el otro polo de la relación, está el hombre enfermo
que se presenta con su indigencia, sufrimiento y espera ayuda (valores de actitud).
La sociedad y los medios de comunicación no pre paran para el sufrimiento: acentúan el valor
del éxito, la juventud y el poder. La imagen del hombre doliente (homo patiens) no es
rescatada por nuestra cultura.
El sufrimiento es parte de nuestro modo humano de existir. “No hay ser humano que pueda
decir que él no ha fallado, que él no sufre y que él no morirá”.
Es la tríada trágica que integra la vida y que debemos asumir, como asumimos los aspectos
felices y luminosos. “de los aspectos negativos y quizá especialmente de ellos, se puede
‘extraer’ un sentido, transformándolos así en algo positivo: el sufrimiento en servicio; la
culpa en cambio; la muerte en acicate para la acción responsable."
Cuando hablamos de sufrimiento se hace necesario plantear algunas distinciones:
1) Entre dolor y sufrimiento'. Dolor: es lo que se siente, remite a los síntomas. Un cólico,
un infarto, una herida, producen dolor, es una sensación.
SALUD NO ES AUSENCIA DE ENFERMEDAD SINO SENTIDO DE VIDA. ES
COMPROMETERSE A AMAR, TRABAJAR, CREAR, VIVIR Y CONVIVIR
El dolor es experimentado por los animales y los hombres. El sufrimiento: es la conciencia
del dolor. Sufrir dolor, padecer, es una capacidad específicamente humana porque sólo el ser
humano se da cuenta del sufrimiento que implica sentir dolor.
2) Entre sufrimiento innecesario, evitable o reversible /y sufrimiento inevitable e
irreversible. Frente al primero debe ponerse en marcha la capacidad profesional del
terapeuta quien recurre a todo lo que la ciencia brinda para curar (medicamentos,
cirugía, etc.). Lo primero es eliminar el sufrimiento. Para el enfermo, recuperar la
salud y volver a la actividad es prioritario. Frente al segundo, que coincide con las
enfermedades llamadas crónicas y las terminales, puede llegar a aliviarse, pero es
cada vez más difícil.

3) Entre el enfermar como un estado pasajero y un /estado terminal.


La medicina tradicional: era mecanicista. Se componía lo que funcionaba mal. Sano-
enfermo. No veía al hombre» sólo el éxito o el fracaso.
La medicina causalista: se centra en la enfermedad. Se la estudia, se buscan sus causas. El
objetivo es la enfermedad. Se aleja cada vez más del hombre concreto sufriente. Y aparecen
los no especialistas. Para el terapeuta volca- o al especialismo, el homo patiens no cuenta
como ser único e irrepetible. Y, cuando llega al hospital habla así: “hoy tengo un apéndice,
una vesícula, un cáncer de estómago”. Reduce al ser humano sufriente a la enfermedad o al
órgano enfermo. Dice Frankl que, en estos casos, el médico difiere del veterinario sólo en la
clientela.
La medicina antropológica: considera que la enfermedad es un acontecimiento personal,
único e irrepetible. Y el terapeuta debe llegar a ese centro personal.
El sufrimiento puede penetrar en la conciencia humana desde sus diferentes dimensiones:
• Somática: en forma de padecimientos orgánicos.
• Psicológica: en forma de trastornos neuróticos o psicóticos.
• Espiritual: cuando el hombre sufre por conflictos morales, metafísicos, etc.
Pero en tanto hemos dicho que el ser humano es una unidad bio-psico-espiritual y lo que se
manifiesta en una dimensión hiere también a las otras, no hay enfermedades orgánicas
exclusivamente, o psicológicas, sino que hay enfermedades humanas.
La enfermedad es padecimiento porque hay dolor y sufrimiento, pero también y
fundamentalmente: es acción, construcción. Es Patos y Ergon, padecer y protagonizar.
Preferimos hablar del Enfermar Humano, porque el hombre es actor y marga a la enfermedad
con su impronta. Hay una actuación libre del hombre sobre la enfermedad. Y los aquí
presentes sabemos que, cuando el hombre que está enfermo baja la guardia, se entrega y se
convierte sólo en Paciente, renunciando a ser Actor, a presentar batalla, es muy difícil
ayudar lo a recuperar la salud.
La Logoterapia hace un giro de 180° y en vez de centrarse en la enfermedad, se centra en el
sujeto actor y paciente En este enfoque el terapeuta es mediador, curador y cuidador.
Y si recordamos las notas distintivas del ser humano, Salud no es ausencia de enfermedad
sino Sentido de vida. Es comprometerse a amar, trabajar, crear, vivir y convivir.
Cuando el terapeuta comprende y encama su tarea de curador y cuidador, de quien acompaña
y ayuda al hombre doliente, su actitud se convierte en Logoactitud, en actitud plena de
sentido. Así se puede rehumanizar la medicina.
Hay que capacitar para sufrir. La vida del que sufre sigue teniendo sentido. No se le puede
decir a alguien cuál es el sentido de su padecer. No se le puede dar su propio sentido, pero sí
ayudar a encontrarlo.
Esta es la propuesta de la logoterapia: junto al hombre doliente se necesita el Terapeuta
Humano. Viktor Frakl dice en relación a las neurosis noogenas: “no te dejare hasta que
puedas ser tú mismo, hasta que puedas ejercer tu libertad”.
Esta actitud terapéutica requiere eficiencia profesional pero también tiempo y amor. Los
terapeutas enamorados de su tarea lo pueden hacer.
Cuando llega el sufrimiento ineludible que nos lleva a la muerte inevitable, tenemos 1
posibilidad de caer en la desesperación o convertir la tragedia en algo positivo. La posibilidad
de darle u sentido al sufrimiento. “El sufrimiento, para no so masoquista, debe ser con
sentido: para alguien o par algo. Hay que consagrarlo como sacrificio. El sufrimiento tiene
capacidad iluminadora”.
Dice V.F que el hombre no alcanza su plenitud si no es capaz de reconocerse como hombre
doliente. El homo patiens es aquel que asume que su humanización plena ha de contar con
arrojo de atreverse a sufrir. “Si una persona se enfrentada a una enfermedad incurable, un
cáncer que no puede operarse, una minusvalía severa, puede cambiar algo, es decir su
actitud frente a el destino, puede hacer uso de esa capacidad específicamente humana de
convertir una tragedia personal < un logro". (. ..)
¿Cómo se vive la relación terapéutica cuando i terapeuta sabe que el enfermo va a morir?. Ya
heme |dicho que nuestra sociedad no da cabida al hombi doliente. Y respecto a la muerte
sucede algo parecid el tema asusta y se lo elude. Sin embargo, es incue tionable que en algún
momento vamos a morir. 1 nacer se toma como algo natural y luminoso y el mor como un
castigo injusto y oscuro.
Los terapeutas están acostumbrados a la muerte lo que no significa que la acepten. A veces se
forma una coraza de dureza para no derrumbarse y poder desempeñar su profesión con
eficiencia. Y ello necesario. Pero también es necesario que hablen sobre el tema, que nos
demos un espacio para reflexionar.
“El modelo médico tradicional nos enseña que médico debe cuidar y curar al paciente.
Lamentablemente y por una variedad de razones que no podemos tocar aquí por la extensión
de este trabajo, los médicos hemos ido olvidando nuestra obligación de cuidar y nos hemos
concentrado, con toda la tecnología disponer a curar”.
Como el médico ha sido preparado paro curar y no para cuidar, muchas veces, cuando
comprende que el enfermo va a morir, lo vive como un fracaso, siente rechazo (a veces
inconsciente) y se va retirando. Queda así el enfermo muriente, cada día más, al cuidado de
las enfermeras.
Pero no sólo los terapeutas conocen la gravedad del caso. Lo experiencia clínica de los
oncólogos, cardiólogos, etc., muestra que en la mayoría de los casos el paciente sobe que va a
morir, pero no siempre lo comunica y entra en el doloroso juego de médicos, enfermeros y
parientes, que le dicen que se va a mejorar. Sigue en esa situación falsa en lo que no le dejan
expresar sus sentimientos. Y el resultado es un gran sufrimiento espiritual que le impide
morir con aceptación y tranquilidad.
V. Frankl sostiene que el enfermo no debe ser engañado y hay que darle oportunidad para
hablar del tema, expresar sus dudas, angustias, deseos. Decirle que se hará lo mejor posible
pero que hoy límites, que se admira su lucha y que no se le dejará solo. El que sabe que
pronto va a morir no deja de estar vivo por ello. Ayudar a recorrer la última etapa es tan
importante como ayudar a superarlas primeras.
No se puede ser terapeuta sin venerar al ser huma no. Ante los casos terminales hay que tener
claro que la persona es perturbada por la enfermedad, pero no destruida. El derrumbamiento
orgánico no anula la persona y su dignidad es inviolable.
El terapeuta tiene que aprender a armonizar la eficiencia profesional con el amor y saber
decir la palabra justa en el momento justo, lo cual, por su puesto, no es fácil pero tampoco
imposible.
En la relación terapéutica se debe curar y, si no se puede, cuidar y consolar. Interesa la actitud
humana de estar de veras con el otro. La Logoterapia insiste en la necesidad de ayudar,
asistir, amparar al hombre doliente.- Porque cree que el hombre necesita la asistencia del
semejante, del prójimo (el aproximado). La Logoterapia Ves asistencia de un hombre a otro
hombre. No olvidar que coda ser humano tiene derecho n elegir su modo de vivir, de sufrir y
de morir. Y si la persona no desea pasar por la fría eficacia de los salas de terapia intensiva o
perder la lucidez con sedantes que alivian el dolor pero entorpecen la conciencia, su decisión
debe ser respetada.
Esta es la propuesta de la Logoterapia: junto al Hombre Doliente se necesita el Terapeuta
Humano. V. Frankl dice en relación a los neurosis noógenas: “No te dejaré hasta que puedas
ser tú mismo, hasta que puedas ejercer tu libertad".
Y yo propongo, modestamente, como lema paro todo terapeuta el siguiente: “Estaré contigo,
junto o tu sufrimiento y no te dejaré hasta que hoyos superado esta situación. Y si no puedes,
si esto es irreversible, voy o cuidarte hasta el fin".

“LA HUMANIDAD POSIBLE”- VIKTOR


FRANKL
Claudio Garcia Pintos

Primera parte: LA HUMANIDAD POSIBLE


Muy posiblemente, la cuna de la cultura occidental contemporánea haya estado en
Viena. Tanto en el arte como en la ciencia. Basta mencionar a Freud, Mahler, Adler,
Schñitzler, entre otros, para cercioramos de que fue así.
En ese mismo lugar, un 25 de marzo de 1905 recibía un nuevo hijo, Víktor
Emilquien terminaría siendo el segundo de tres hijos (Walter, el mayor y Estela, la
menor).
Su familia y su infancia
Su padre, Gabriel Frankl era oriundo de Moraría del Sur y de origen judío. Se trataba
de un hombre simple y sereno, hijo de un encuadernador de libros. Si bien inició
estudios de medicina, debió abandonarlos a causa de la pobreza económica. Comenzó
entonces su vida como empleado.
Su madre, Elsa Lion, pertenecía a una importante familia patricia de Praga, pero con
fuertes relaciones culturales con los ambientes vieneses.
Desde muy niño solía declarar que de grande sería médico, muy posiblemente
influenciado por el ambiente de la época y la historia del propio padre. De todas
formas, ya entonces planteaba que sería un médico distinto, dado que trataría de no
utilizar fármacos para curar a sus enfermos.
Adolescencia
A pesar de todo, no podemos olvidar que la infancia de Frankl transcurrió en el
clima de la pre-guerra.
Con gran fuerza de voluntad para superar las condiciones del contexto, Víktor decide
ingresar en el Realgymnasium, compartiendo con la mayoría de los jóvenes vieneses la
inquietud de transitar por las aulas por las que lo había hecho el paradigma de la
época, Sigmund Freud.
Esta expresa inquietud acerca del sentido de la vida no solo fue alimentada por las
enseñanzas reduccionistas de su profesor Fritz sino, y muy especialmente, .por el
clima reinante en su Viena natal, en un tiempo en el cual el suicidio de jóvenes
desesperanzados y destruidos moral mente, era un hecho cotidiano. Pensemos que en
este momento de la vida de Frankl, la “convulsión” se manifestaba en todos los
ámbitos:
** por un lado, un clima de postguerra, con cuestiones geopolíticas y militares aún no
resueltas definitivamente sobre las cuales se establece una paz inestable; en ese sentido
podemos hablar de un clima de convulsión política;
** por otro lado, esta misma situación mantiene plan teadas y sin resolución
demandas sociales de diversa índole, pobreza, desocupación, cambios profundos de
organización social que se manifiestan en un clima de convulsión social;
** y, finalmente, el mundo científico particularmente sacudido por los trabajos
realizados por Sigmund Freud, para este tiempo en su apogeo, quien también generó
un cierto clima de convulsión científica.
Todos querían o aspiraban seguir los pasos del maestro. El 1921, contando con 16
años, Frankl se decide a escribirle a quien por entonces era profesor de psiquiatría de
la Universidad de Viena.3 La respuesta de Freud y su invitación a continuar la
relación epistolar, no solo genera una gran excitación en Frankl sino que al mismo
tiempo le confirma el entusiasmo por el estudio de la medicina y la psiquiatría.
El elemento principal que decide a Frankl a separarse de Freud para acercarse a Adler
es que al mismo tiempo que Freud desvalorizaba la búsqueda de un sentido de la
vida, Adler planteaba desde la Psicología del Individuo una mayor atención de los
problemas existenciales, en especial de éste.
En esa ocasión Frankl plantea que la neurosis, además de ser un disfraz instrumental
de un complejo psíquico no resuelto, podría ser también, la manifestación expresiva de
una insuficiencia motivacional. Esto molesta a Adler porque considera que estas ideas
son disonantes con las que él enuncia. Es así que la presentación de la neurosis como
una posible expresión de una profunda necesidad de sentido, no fue publicada en las
actas del congreso por expresa indicación de Adler.
También en 1926, ya utiliza por primera vez el término “Logoterapia” y ciertamente
aún de manera muy incipiente. Pero ya estaba encontrando respuesta a su gran
interrogante.
Una gran preocupación de Frankl era evitar caer en el psicologismo, en aquel nuevo
reduccionismo que fragmentaba la naturaleza del hombre, su condición real. En la
búsqueda de elementos que pudieran sustentar sus teorías con base cierta, es que
Frankl se inicia en la lectura y comprensión profunda de Scheller.
En la magnífica obra de Guillermo Pareja Herrera, el autor se pregunta ¿cuál fue la
diferencia filosófica entre Frankl y Adler que motivó su expulsión?, y deja al propio
Frankl darle la respuesta: “En cierto modo, usted comprenderá, Adler fue un gran
hombre en muchos aspectos, pero él simplemente careció de lo que yo llamo el órgano
receptivo para problemas filosóficos. Por ejemplo, a lo largo de mi vida yo luché con
la pregunta de si la vida tenía o no sentido, en mi vida personal o para la vida de
cualquier ser humano. Adler publicó un libro referente al significado de la vida, pero
si usted lo lee cuidadosamente, usted encontrará que en ese excelente libro la
verdadera pregunta del sentido de la vida ha sido respondida por adelantado. Esto
significa que él presupuso desde el principio que la vida tiene un significado. La pregunta
vino a su mente. Esto no es un defecto; tal vez el defecto está en aquellos que formulan la
pregunta”.
La situación sociopolítica
Ante el implacable avance del enemigo nazi y el horroroso riesgo que esto
significaba, la familia Frankl trató de considerar distintos planes para sobrevivir al
momento. Estela, la hermana menor, logró un visado y partió rumbo a Australia;
Walter, el hermano mayor, trató de huir vía Italia, pero lamentablemente fue apresado
en el intento y confinado en Auschwitz. Finalmente quedaban por resolver qué hacer
Víktor y sus padres, ambos mayores.
Septiembre de 1942. La Gestapo apresa, finalmente, a la familia Frankl. Gabriel, Elsa,
Tilly y Víktor fueron confinados en campos de concentración. A partir de ese
momento comienza lo que el propio Frankl dio en llamar el experimentum crucis, su
experiencia de la cruz, aquella que lo llevó por distintos campos de concentración
como el número 119.104. Porque en esa historia no era ni el médico, ni el psicólogo,
ni siquiera el hombre sino sólo un número más; como los otros, como todos, Víktor
pasó a formar parte de un mundo en el cual la dimensión humana era extra viada, la
condición humana era anulada. Todos eran sólo números.
El 27 de abril de 1945, a un mes de haber cumplido sus 40 años de edad, las tropas
aliadas llegan a Türkheim, poniendo fin al experimentum crucis que lo había llevado a
perderlo todo o a ganarlo, tal vez.
La adecuación a la vida en libertad no es fácil después de haber vivido el horror.
Recuperar la dignidad, la condición humana tan fuertemente apabullada y arrasada
significa un gran esfuerzo. Reparar el daño moral, la fractura interior, recomponer la
identidad es difícil, más aún en medio de un clima convulsionado, turbulento,
desconfiado. Víktor Frankl, como tantos otros que compartieron con él ese tiempo y
ese lugar, pudieron luego dar testimonio de la fuerza opositora del espíritu, aquella
que se resiste en el campo a la destrucción y se orienta en la libertad a la realización
del sentido de la vida.
Recuperado como hombre, entre abril y noviembre de 1945, Frankl va recuperando su
actividad. Casi inmediatamente retoma su tarea como Jefe del servicio de
NeuroPsiquiatría en la Allgemeine Poliklinik der Staat Wien (Policlínica General de la
Ciudad de Viena). Con pequeños papelitos en los que pudo taquigráficamente
conservar re cuerdos, reflexiones e ideas en los últimos tiempos de prisionero,
comienza a reconstruir aquel manuscrito que le habían arrebatado al ser apresado en
el '42.
Pero no sólo los ámbitos científicos comienzan a interesarse en Frankl y su
logoterapia. También van llegando los reconocimientos populares y de la comunidad.
La gente común comienza a acudir a sus artículos y presentaciones; en 1955, es
galardonado con el Premio Nacional para la Formación del Pueblo, otorgado por las
autoridades austríacas.
Ha llándose pronto a partir de regreso para Viena, después de los agitados días del
“l2 Encuentro Latinoamericano de
Logoterapia”, una señora, acompañada de un muchacho, insiste en poder hablar un
momento con el Dr.Frankl. Si bien los organizadores pretendían preservarlo del asedio
de la gente que quería saludarlo y tocarlo, la persistencia de este muchacho y el
hecho de que el propio Frankl se diera cuenta de la circunstancia, hicieron posible
que accedieran a él. Para sorpresa de todos los presentes, incluido Frankl, esa señora
mayor era su cuñada, la hermana de Tilly.
La mujer, Ella Mayery fue quien acompañó a Tilly en su agonía final, cuando fue
inmolada en el campo de concentración de Bergen-Belsen.
Ella se había afincado en Brasil. Pudo narrarle los últimos momentos de Tilly y el
recuerdo de amor que palpitaba permanentemente respecto de Víktor. La intimidad del
encuentro, la profundidad de la vivencia no sólo es inenarra ble sino imposible de
transmitir. Nos queda como especta dores el relato de un hecho altamente significativo
para la vida de un hombre que durante 39 años mantuvo un diálogo intenso, interior
con su mujer, convencido de que algún día se reencontraría con ella.
Tercera parte: LOGOTERAPIA
Como ya ha quedado dicho, LOGOS está tomado en su acepción “sentido” (esta palabra
griega tiene otros muchos significados posibles) y TERAPIA como “cuidado, cura”. En sí,
podemos definirla entonces como terapia centrada en el sentido, o como psicoterapia por
el encuentro del sentido (vital). "Una traducción literal del término 'logoterapia' es la de
‘terapéutica mediante el logos, mediante el sentido. Desde luego podría traducirse también
como 'curación mediante el sentido’, aún cuando ello implicaría un cierto acento religioso
que no está necesariamente presente en logoterapia. En cualquier caso, la logoterapia es una
psicoterapia centrada en el sentido”.
Es reconocida en Europa como “la 3a escuela de psicoterapia de Viena”, siendo las
primeras la de Sigmund Freud (psicoanálisis) y la de Alfried Adler (psicología del
individuo)? y se inscribe en el movimiento americano que originó la “3 fuerza”, siendo —
en este caso— las primeras el psicoanálisis freudiano y el cónductismo.
"Pues hemos puesto de . relieve la necesidad de complementar la psicoterapia, tal y como
viene siendo practicada, con un método psicoterapéutlco que se mueve, por así decirlo, más
allá del complejo de Edipo y del de inferioridad, o, en términos más generales, más. allá de
toda dinámica emotiva. Lo que se echa de menos según esto, es una psicoterapia que se
remonte más allá de esa dinámica y que, por detrás de los padecimientos psíquicos del
hombre neurótico, se de cuenta de su combate espiritual. Se trata, por tanto, de una
psicoterapia que arranca de lo espiritual.”
ANALISIS EXISTENCIAL LOGOTERAPIA
1) Es un análisis sobre 1) Es un análisis desde lo espiritual y parte
lo espiritual y conduce a lo espiritual. de lo espiritual.
2) Trata de despertar leus posibilidades 2) Trata de movilizar los valores en la
de la existencia. psicoterapia.
En una meditación sobre el poder ser. Es una meditación sobre el debe ser.
3) No es un análisis “de la” existencia 3) No es una “imposición de valores”, como
porque la existencia como tal no es critica Rollo May ni un método de
analizable. La existencia “ES”; es un “persuasión” del paciente, como lo señala
análisis “de cara” a la existencia. Paul Dubois. El sentido, el “logos” tampoco
es analizable, no se puede imponer ni puede
ser persuadido “con la lógica en la mano”.

La Logoterapia rescata al hombre de ese estado y rehumaniza la psicoterapia al


momento de reinsertar la reflexión sobre el sentido. Pero, obviamente, en respeto de la
dignidad hu mana, apuesta a la libertad axiológica del individuo y de ninguna manera
“impone” o “persuade” al paciente sobre valor alguno. “El hombre es un ser empeñado en
la búsqueda de un sentido, del logos, y ayudar al hombre a encontrar ese sentido es un
deber de la psicoterapia y el' deber de la logoterapia”.
“La Logoterapia trata no con medicamentos atento a las funciones orgánicas, no con la
ayuda de transferencias afectivas atentas a la dinámica emocional del paciente, sino con
armas espirituales sobre la lucha espiritual que ocurre dentro del paciente".
Porque sin desatender o considerar lo orgánico o lo psicodinámico, esa voluntad de
sentido se encuentra muchas veces resquebrajada o inmovilizada —reprimida, permanece
inconsciente—, de modo tal que resta al individuo el gran potencial desafiador aún de las
peores adversidades.
¿Significa esto que la logoterapia o el logoterapeuta debe ser moralizador en su práctica?
Evidentemente no. El logoterapeuta no puede prescribir ni puede dar sentido a la vida del
paciente. El sentido debe ser descubierto por cada uno y una vez descubierto, solo tiene valor
motivante para uno mismo, siendo intransferible.
Es así entonces que la Logoterapia “no procede en realidad por la vía moralista, sino por la
vía fenomenología.
La Logoterapia tiene por intención movilizar en el paciente la voluntad de sentido cuando
está adormecida o reprimida, reorientarlo al hombre hacia el descubrimiento del sentido
de su propia vida cuando está desorientado o aún ya caído en un vacío existencia, ponerse del
lado del valor y apelarlo al hombre en su libertad axiológica para que se trascienda.
Cuarta Parte: PERSONA
El hombre, entonces y tal como ya se lo preguntaba el joven Frankl a su profesor de ciencias
naturales, no puede ser contemplado y explicado —o supuestamente comprendido— bajo la
luz del biologicismo. De modo tal que Frankl le devuelve, insisto, el objeto de estudio a las
ciencias del hombre al momento de presentar la imagen verdadera de éste.
Diez tesis sobre la Persona
1. La persona es un. individuo: no admite partición, subdivisión o escisión alguna
porque es una unidad.
2. La persona no es sólo un in-dividuum, sino también in-sumniabile: tú se puede partir
ni se le puede agregar nada, porque al tiempo que es “unidad” es “totalidad”.
Estas dos primeras tesis plantean un tema que retoma Frankl, muy posiblemente del “unitas
multiplex” escolástico, a través del cual, desde el inicio, sale al cruce de las concepciones
reduccionistas o particionistas que terminan planteando que el hombre es “nada más que...”
una parte de su compleja o múltiple unidad.
Ni siquiera criticar en realidad el determinismo; si lo hace respecto del “pandeterminismo”.
Por ejemplo, hay fenómenos biológicos determinados por el cuerpo, que. se pueden explicar
de una manera, digamos, cerrada. Pero de allí a pensar que “todo” el hombre puede explicarse
a partir de, o “nada más que por”, tales procesos, hay un paso muy grande e inconsistente.
Frankl nos presenta su ontología dimensional, una imagen del ser humano que opera con
analogías geométricas. La bondad de la presentación frankleana está dada por la posibilidad
de jugar con las tres dimensiones. En tal sentido, el esquema de Hartmann fragmenta, de
alguna manera, la realidad humana en “capas” —como si fueran las capas de una torta
— que si bien en su conjunto conforman un todo —la torta—, son divisibles o hasta
separables. Respecto del esquema scheleriano, la unidimensionalidad de su pre sentación
no permite el reconocimiento de las diferencias ontológicas de las tres dimensiones. De
esta manera, la ontología dimensional pretende salvar la continuidad de un fenómeno con
los otros, a pesar de señalar la especificidad del fenómeno de la dimensión superior.
Ahora bien, esta ontología dimensional frankleana reconoce o se apoya en dos leyes: de
proyección y de ambigüedad. Veamos:
l. Ley: DE PROYECCIÓN: si sacamos de su propia dimensión un objeto cualquiera, y
lo proyectamos sobre diversas dimensiones que sean inferiores a la suya, toma figuras que
se contradicen entre sí.
2. Ley: DE AMBIGÜEDAD: si diversos objetos —no uno solo— son sacados de su
dimensión propia y proyectados en una misma dimensión, inferior a la original, se presentan
figuras que no se contradicen entre sí sino que son ambiguas o polivalentes.
Esta presentación del hombre como conformado por tres dimensiones no debe confundirnos y
hacernos olvidar, insisto, del carácter de unidad o de continuidad que posee y manifiesta
propiamente el hombre. En ese sentido Frankl nos insiste que “no olvidemos nunca la unidad
de la forma humana de ser, que tiende un puente sobre la multiplicidad de las modalidades
diferenciables del ser” Y esto es así “porque hay unidad antropológica a pesar de las
diferencias ontológicas, a pesar de las diferencias entre las modalidades diferenciables del
ser.
3. Cada persona es absolutamente un ser nuevo.
Esta tesis pone el acento en el carácter peculiar, singular y original de cada individuo. Cada
existencia es original y se manifiesta como un valor único e irrepetible. La propia naturaleza
espiritual del hombre, acentuada por este carácter de unicidad e irrepetibilidad, por un
lado compromete al individuo a la realización de su propia existencia y, por otro lado, se
presenta como el mayor y mejor argumento en favor de la defensa de la dignidad de la vida y
del hombre.
4. La persona es espiritual.
La naturaleza de la persona humana es espiritual. Afirmar ésto no significa
caer en un reduccionismo espiritualista, tal como nos podría hacer pensar la expresión
de Paracelso, "solamente la alteza del hombre es el hombre”. Es más, esa dimensión
biológica, por ejemplo, que también comparte con el animal, es en sí igual a la de aquél, pero
al mismo tiempo distinta. Veamos: los instintos del hombre y los del animal, en sí, son
iguales, pero en el hombre su instintividad al estar incluida en su espiritualidad, son
diferentes. Por eso es importante la distinción de “estrato” y “dimensión”. Si fueran
“estratos” esas diferencias no existirían (porque no habría continuidad del fenómeno, en este
caso, humano); siendo dimensiones, es posible que la instintividad sea “espiritualizada”,
por decirlo de alguna manera. “El hombre tiene instintos, el animal ES sus instintos.”
5. La persona es existe ricial.
Con esto quiere significarse que no es un ser fáctico sino un ser facultativo. Es un ser que se
decide, se elige. Y esto nos lleva a la reflexión acerca de la libertad del hombre. Ser
facultativo significa ser libre. Ser espiritual implica ser libre. De hecho es libre frente a sus
instintos (como ya quedó expresado en la tesis anterior) que si bien están, el hombre puede
manejarlos o liberarse frente a ellos y gobernarse; también es libre frente a la herencia, dado
que la disposición genética en sí es neutra respecto del valor; finalmente, también es libre
respecto de las presiones del medio ambiente. “Por consiguiente el hombre es algo más que
un producto de la herencia y del medio ambiente. Tertium datar: la decisión —al fin y al
cabo el hombre decide sobre sí mismo”
6. La persona es yoica.
Un señalamiento que podría hacerse al psicoanálisis desde la perspectiva frankleána es,
precisamente, la “elloificación” de la persona humana. Al punto de aparecer ésta como
“impulsada”. Precisamente en la tesis anterior se ha presentado y definido al hombre como un
“ser facultativo”, opuesto conceptualmente al “ser impulsado”. Y esta definición como
facultativo significa, precisamente, que “no se halla bajo la dictadura del ello, una dictadura
en que Freud pudo haber pensado cuando afirmó que el Yo no era amo en su propia casa”. Es
más, agrega Frankl que “la persona, el Yo no se puede derivar del Ello por lo instintivo, ni
dinámica ni genéticamente; el concepto del Yo instintivo hay que rechazarlo por ser
completamente contradictorio”.
7. La persona no es solo unidad y totalidad en sí misma, sino que la persona brinda
unidad y totalidad: ella presenta la unidad físico-psíquico-espiritual y la totalidad
representada por la criatura Hombre.
Básicamente, las tesis 1 y 2 nos plantean al hombre como una unidad y una totalidad. Ahora
bien, nos recuerda el autor que el hombre representa y resulta del cruce de tres dimensiones o
niveles de la existencia; pero aún dentro de este inter-juego, de esta totalidad integrada, lo
espiritual se contrapone a la físico y a lo psíquico. Y esta noción es la que denomina
“antagonismo noopsicológico”. En éste reside, precisamente, el “poder de resistencia del
espíritu”, aquel al que debemos apelar, pero hacerlo con fe en “esta capacidad del hombre,
bajo cualquier circunstancia y condiciones, de desapegarse de lo psicofísico y ubicarse a una
distancia fecunda”.
8. La persona es dinámica.
Ese antagonismo noopsíquíco, al ser facultativo y permitirle a la persona autodistanciarse de
sí misma como organismo psicofísico, constituye la característica de dinamismo.
Precisamente, en ese movimiento de autodistanciamiento, de apartarse de lo psicofísico, es
que se manifiesta lo espiritual. Es entonces que “únicamente cuando el hombre entabla un
diálogo consigo mismo, se desglosa lo espiritual ele lo psicofísico”, constituyéndose la
persona espiritual como tal.
9. El animal no es persona puesto que no es capaz ele autodistanciarse,
trascenderse y enfrentarse a sí mismo.
Es decir, ese antagonismo noopsíquíco, facultativo, que le permite-al hombre distanciarse de
sí mismo, oponerse o resistirse al apremio de lo psicofísico, lo constituye, en espiritual.
10. La persona no se comprende a si misma sino desde el punto de vista de la
trascendencia.
Más aún, bien podría decirse que el hombre es tal solo en la medida en que se comprende
desde la trascendencia, desde la conciencia de que existe ese mundo omniabarcante que le da
sentido a todo sentido. No se habla exclusivamente de la religión en sentido estricto, teísta,
sino de la conciencia de un Suprasentido.

MANUAL DE PSICOTERAPIA CON


ENFONQUE LOGOTERAPEUTICO
Efren Martinez Ortiz
CAPITULO 1 - Introducción a la psicoterapia centrada en el sentido o
psicoterapia de orientación logoterapéutica
Las bases de una psicoterapia de orientación logoterapéutica, logoterapia clínica o
psicoterapia centrada en el sentido implican ir más allá de sus orígenes, en donde fue
considerada por su fundador como un complemento de la psicoterapia, pues la logoterapia
nació y tuvo su primera infancia en medio del psicologismo extremo de los planteamientos
psicoanalíticos de hace un siglo y del behaviorismo de décadas atrás.
Lo que Frankl pretendía con la logoterapia y el análisis existencial no era suplantar la
psicoterapia “en uso” de aquella época (Frankl, 1999) pues sabía que el futuro de la
logoterapia estaba en que la causa de la misma fuera tomada y dirigida por espíritus
independientes e inventivos, innovadores y creativos que no fueran como robots y loros que
repitieran la voz del amo (Frankl, 1995, 1999).
De esta forma, la logoterapia y el análisis existencial como dos caras de la misma moneda
(Frankl, 1994) implican el análisis existencial como la antropología psicoterapéutica que
subyace a la logoterapia -y que en general Frankl deseaba para toda la psicoterapia- y una
terapéutica o logoterapia específica e inespecífica; la primera destinada a abordar la
problemática del sentido, la crisis exitencial, el vacío existencial, la neurosis noógena y en
síntesis la crisis de sentido; y la inespecífica dedicada al abordaje clínico y terapéutico de lo
psicógeno, incluso de lo somatógeno.
Hoy en día, como bien lo mencionaba Frankl, la logoterapia es una psicoterapia humana
centrada en la persona: “Por cuanto la logoterapia se dirige, no al síntoma, sino a introducir
un cambio en la postura, una conversión personal del paciente frente al síntoma, se puede
decir de ella, que es una auténtica psicoterapia personalista” (Frankl, 1999).
LA PSICOTERAPIA DE ORIENTACIÓN LOGOTERAPÉUTICA EN LA
ACTUALIDAD
Los desarrollos no solo se han dado en torno a trastornos clínicos específicos y diferentes
contextos, sino en cuanto a las metodologías de abordaje que van más allá de la clásica
logoterapia individual que predominaba. En la actualidad se encuentran desarrollos en terapia
de pareja (Schulemberg et al., 2010; Martínez, 2007; Cantu, 2001; Ovejas, 2009; Fernández,
2005), el divorcio (Bóschemeyer, 1997; Fasja, 2001); la terapia de familia (Lukas, 1992,
2004, 2009; Lantz, 1993; Winters, 2002) y la logoterapia grupal (Lukas, 2006; Martínez,
2002, 2003, 2013; León, 2001; Fabry, 2001; Berti & Schneider, 2003; Luna, 1999), así como
los trabajos específicos con poblaciones según el desarrollo evolutivo: la tercera edad
(Guttmann, 2008; Lukas & García, 2002), adolescentes (Schulenberg, 2002, 2003) y
logopsicoterapia con niños (Martínez, 2009).
En la actualidad, diferentes formas de intervención logoterapéutica y de aplicaciones de
prácticas, han empezado a evaluarse para mostrar un número mayor de resultados acerca de
su utilidad.
LA LOGOTERAPIA CLÍNICA COMO PSICOTERAPIA CENTRADA EN EL
SENTIDO

La psicoterapia de orientación logoterapéutica suele llamarse en algunos escenarios


‘logoterapia clínica’ o 'psicoterapia centrada en el sentido’, siendo importante aclarar que
hablar de una psicoterapia centrada en el sentido no significa que la misma sea solamente una
logoterapia específica o dedicada a tratar la problemática del sentido, la neurosis espiritual o
las crisis existenciales; mas bien es un distintivo porque el tema del sentido indudablemente
atraviesa toda la intervención clínica, pues como bien planteaba Frankl se puede suprimir o
trabajar un trastorno, pero queda un vacío, la persona se adapta bien, pero surge la ausencia
de sentido (1992). En la logoterapia, además del sentido de la vida se trata también el
significado de los síntomas.
En la actualidad el sentido de la vida es un tópico importante para diversas formas de
psicoterapia, pues ya no es un tema concerniente de forma exclusiva a las psicoterapias
existenciales o logoterapéuticas.
Sin embargo, en la logoterapia el sentido no solo se refiere al significado de la perspectiva
que cada quien asume en un contexto dado, pues una cosa es el significado situacional
atribuido a un contexto particular y otra el sentido de vida descubierto en dicha situación.
Hoy se sabe que las personas con baja percepción de sentido tienen más depresión,
ansiedad y problemas clínicos, son menos felices y menos satisfechas con sus vidas,
presentan más sufrimiento psicológico, más psicopatología y tienen más problemas (Steger,
2012; Steger, Frazier 8c Zacchanini, 2008).
Es por todo ello que el sentido de vida es un factor de salud importante, y su ausencia un
elemento relevante en la resolución de diversas formas de psicopatología, asi como de crisis
existenciales que suelen ser un elemento cotidiano y frecuente al que se enfrenta el
psicólogo clínico, necesitando de herramientas de evaluación e intervención para enfrentar
este tema.
UNA INTRODUCCIÓN A LA EVALUACIÓN DEL SENTIDO
En el mundo en general, especialmente en los Estados Unidos, la investigación acerca del
sentido de vida está creciendo de manera significativa (ver por ejemplo, Markman, Proulx, &
Lindberg, 2013; Wong, 2012; Dik, Byrne, & Steger, 2013); sin ‘embargo este crecimiento
está especialmente asociado con el aumento de interés en el sentido de vida y es resultado de
áreas relacionadas a la logoterapia, tales como la psicología positiva, sin reflejar un interés
científico creciente desde la misma logo- terapia (Schulenberg, Baczwaski, & Aiena,*2012;
Schulenberg & Flórez, 2013).
En otras palabras, actualmente, desde un amplio sentido, en principio desde un marco externo
a la logoterapia, investigadores estadounidenses están llevando a cabo un trabajo
sustancial, conceptual, empírico y aplicado, que pretende obtener un mejor entendimiento de
la relación del sentido de vida con el bienestar.
RELACIÓN CON OTRAS FORMAS DE PSICOTERAPIA
La logoterapia como complemento de la que hablaba Frankl, dista mucho de la psicoterapia
contemporánea, pues la psicoterapia actual se ha acercado a planteamientos existenciales, se
ha alejado del dogmatismo de hace un siglo y ha empezado a dar amplio reconocimiento al
sentido de la vida, los valores y otros conceptos comunes y típicos de la orientación
logoterapéutica, motivo por el cual tender puentes con otras formas de psicoterapia es
hoy en día más importante que la pretensión histórica de simplemente complementarla.
Las diferencias de la psicoterapia de orientación logoterapéutica con el cognitivismo clínico
no se dan solo a nivel epistemológico; también a nivel antropológico hacen referencia a
concepciones del ser humano parcialmente diferentes, pues mientras para la PCS el ser
humano es proactivo e intencional, para el cognitivismo estándar es reactivo y determinista.
Tal vez sea la terapia racional emotiva, dentro de las terapias cognitivas estándar, la que
mayor cercanía tiene con la logoterapia, contemplando el uso del humor, la visión de la
angustia de expectativa, la hiperreflexión o rumiación de pensamientos, la relación
terapéutica y el diálogo socrático, como elementos que permiten ver una buena
complementariedad, o como dicen Hutchinson y Chapman (2005), una buena compatibilidad.
Sin embargo, a pesar de la cercanía con diferentes formas de psicoterapia, las líneas maestras
de la logoterapia están en fuerte contraste con la concepción clásica de la psicoterapia que
propone abolir la dimensión espiritual, orientada hacia concepciones naturalistas de la
medicina, de la economía y de la ciencia empírica. Un análisis sobre las tendencias actuales
en el ámbito psicoterapéutico, indica que éstas se orientan al naturalismo como filosofía de
base.
PALABRAS FINALES
En este texto se exponen los fundamentos y reflexiones que constituyen una propuesta
psicoterapéu- tica de orientación logoterapéutica que abarca asunciones como las siguientes:
1. La logoterapia como psicoterapia puede llamarse 'psicoterapia centrada en el
sentido’, ‘logoterapia clínica’ o 'psicoterapia de orientación logoterapéutica’,
aunque el sentido no sea lo único importante en una psicoterapia orientada logo-
terapéuticamente y sea especialmente utilizado en el componente que solemos
denominar 'logoterapia específica’.
2. La logoterapia como psicoterapia abarca la llamada ‘logoterapia inespecífica o
clínica’, aunque comprenda y haga suya la ‘logoterapia específica’ que no es ex
clusiva de la profesión del psicoterapeuta. En Italia, en Colombia, en los Estados
Unidos, y en general, en la mayoría de los países, cada técnica que se indica con el
sufijo ‘terapia1 es necesario que se aplique por un profesional que tenga una
calificación como terapeuta .
3. La logoterapia tiene una estructura teórica que permite leer la realidad y comprender
los fenómenos psicopatológicos y de cambio que tienen las personas, también en
términos de aceptación para las situaciones que no pueden ser cambiadas.
4. La logoterapia clínica tiene un modelo de funcionamiento con una relación tera péutica
explícita y central para su proceder.
5. La logoterapia clínica posee en la actualidad técnicas de evaluación cualitativa y
cuantitativa que permiten formular casos, generar diagnósticos, conocer etiolo gías,
desarrollar anamnesis y pronósticos específicamente existenciales.
6. La psicoterapia orientada logoterapéuticamente tiene técnicas de intervención
psicoterapéutica que facilitan la resolución de los problemas clínicos que se pre sentan.
7. Cuenta con un amplio y profundo bagaje epistemológico, así como con una vi sión
antropológica sólida y explícita.
8. En cuanto la búsqueda de sentido y la aceptación del binomio ‘libertad-respoma- bilidad',
de cada persona, la logoterapia es capaz de respetar al individuo en su unicidad, situándolo en
su natural tensión hacia otras cosas.
9. Este binomio ‘libertad-responsabilidad’ es el punto para comprobar la cercanía o lejanía
de un enfoque psicoterapéutico con la logoterapia. El papel de este binomio especifica
e identifica la logoterapia en sus diferentes aspectos clínicos de la etiología, anamnesis,
diagnóstico, pronóstico y en sus diferentes aspectos psicosocio-pedagógicos.
10. Sin embargo, todavía queda mucho por investigar sobre la eficacia terapéutica del nivel
de consciencia (o de inconsciencia*) de los significados de la libertad-responsabilidad. En
otras palabras, ya sabemos que la interacción entre los significados subjetivos de libertad-
responsabilidad del terapeuta y del consultante son muy importantes para la curación, pero lo
que todavía debemos demostrar científica mente es, cuándo y cuál grado de consciencia de
estos significados constituye una “aceleración de los procesos terapéuticos.
12. La logoterapia y, en especial, una psicoterapia de orientación logoterapéutica, está, como
bien decía Frankl, abierta a su propia evolución. Por ello, la reflexión sobre el quehacer
psicoterapéutico y la profesionalización del mismo, son ejes fundamentales de una
logoterapia clínica.
13. Por todo lo anterior, la psicoterapia de orientación logoterapéutica es llevada a cabo por
profesionales formados para ejercer la misma. Pues antes de ser un psicoterapeuta de
orientación logoterapéutica, se es un psicoterapeuta. Antes de ser un psicoterapeuta se es un
psicólogo clínico, antes de ser psicólogo clínico se es psicólogo y antes de ser psicólogo se es
persona. No basta solo con ser persona, aunque sin ello no se pueda hacer nada.
CAPITULO 2 - Antecedentes filosóficos de la psicoterapia centrada en el
sentido
APORTES DE LA FILOSOFÍA EXISTENCIAL Y LA FENOMENOLOGÍA A LA
PSICOTERAPIA
La filosofía existencial es un movimiento filosófico que comprende las perspectivas de
diversos pensadores que hicieron de la existencia su foco principal de reflexión.

Como movimiento filosófico podemos situar sus inicios en el siglo xix, con las reflexiones
del filósofo danés S. Kierkegaard (1813-1855) y las de F. Nietzsche (1844- 1900). Sin
embargo, es propiamente en el siglo XX cuando tuvo un claro desenvolvimiento y alcanzó
plena popularidad, principalmente en épocas de la posguerra.

Aunque la fenomenología y el existencialismo se encuentran fuertemente vinculados, no es


correcto asumir de inmediato que todo fenomenólogo es también un filósofo existencial; ni
tampoco que todo filósofo existencial es fenomenólogo.
La fenomenología-existencial ofrece como alternativa un acercamiento desde la reflexión
filosófica, que no busca en primera instancia diagnosticar, solucionar o ‘sanar’ una situación
disfuncional o enferma; en vez de ello, coloca en primer plano la importancia del análisis y la
comprensión de las situaciones y problemáticas humanas.
Evidentemente la perspectiva fenomenológico-existencial puede ser retoma da por
cualquier estilo o escuela de psicoterapia. Sin embargo sus reflexiones no han sido asumidas
seriamente en cuenta por la mayoría de enfoques psicoterapéuticos. Algunos modelos
psicodinámicos toman ciertos aspectos de la mirada fenomenológica y/o existencial, pero
los traducen a su propia manera de concebir al ser humano y su mundo. Las escuelas
pertenecientes a la llamada 'tercera fuerza de la psicología’, las psicoterapias humanistas,
suelen mostrarse orgullosas de sus ‘fundamentos existenciales’.
Existe también una serie de escuelas o modelos terapéuticos que surgen directamente del
pensamiento fenomenológico y existencial. El hecho de que haya diferentes formas de
fenomenología y filosofía existencial, hace comprensible que sus perspectivas puedan ser
comprendidas y aplicables de manera diferente por las distintas escuelas de psicoterapia
existencialmente orientadas. Esto promueve que no exista un estilo unificado de ‘psicoterapia
existencial’.
Aportaciones principales del método fenomenológico a la psicoterapia
La mejor forma de entender la fenomenología consiste en iniciar por considerarla una forma
anti-tradicional de filosofar que enfatiza el intento de aproximarse a la verdad de lo que se
presenta a la consciencia del sujeto de la experiencia. En otras palabras, le interesa la
experiencia directa de la persona que la vive, tratando de evitar imposiciones de significados
existentes a priori, previos a la experiencia en sí, provenientes de la tradición religiosa,
cultural, del sentido común, de experiencias previas, incluso de la ciencia.
El psicoterapeuta que trabaja con este marco de referencia, reconoce que no sabe lo que le
ocurre a la persona a la que intenta ayudar; desconoce las razones y los orígenes de su estado
y/o experiencias y, de la misma forma, tampoco puede estar seguro de estar frente a una
problemática con o sin solución.
En vez de ello este psicoterapeuta se encuentra deseoso de comprender las situaciones,
contextos, dilemas y experiencias del paciente, de la manera como él mismo las vive.
De lo anterior puede desprenderse que el método fenomenológico no es solamente una
manera de trabajar por parte del psicoterapeuta, sino un método que este sugiere a su
paciente para la exploración de sus experiencias.
Por lo tanto un proceso psicoterapéutico que se apoya en la fenomenología, más que intentar
que el cliente o paciente cambie de perspectiva, trata de promover una ampliación de
perspectivas, lo que también ha sido llamado: ampliación de la consciencia. La búsqueda
consiste en considerar que una perspectiva sólo es mejor que otra, en la medida en que sea
más amplia y pueda, incluso, incluir perspectivas distintas.
En el caso del ser humano no sucede lo anterior. De nueva cuenta aunque un Dios hubiera
planeado las características de los seres humanos en general, no son estas las características
que hacen que una persona sea precisamente ella y no otra. Su unicidad la separa de las
demás personas dejándola con la responsabilidad de cons truir su propia vida y ser el autor de
su existencia.
Esto nos aclara una típica confusión con respecto al concepto existencial de la libertad. Ser
libre no significa estar exento de condiciones y situaciones limitantes. Por el contrario, este
concepto se refiere a la forma como cada ser humano va enfrentándose y respondiendo
precisamente a dichas condiciones.
Estas temáticas (muerte, libertad, responsabilidad, soledad existencial), junto con la
pregunta y búsqueda de sentido que todos los seres humanos realizan con relativa (o mucha)
frecuencia, constituyen lo que en otro lugar hemos llamado ‘atributos existenciales’
(Martínez, 1999). Estos atributos son aspectos inalienables de nuestro ser. Vienen incluidos
en el ‘paquete’ de la existencia. Cada persona requiere encontrar su propia manera de
hacerles frente.
Evidentemente los atributos existenciales son de extrema importancia para la psicoterapia.
La filosofía existencial propone que, en vez de huir y tratar de eliminar definitivamente la
angustia de nuestras vidas, la reconozcamos como la experiencia de tomarse en serio a sí
mismo y a su vida y, como tal, que podamos aprovecharla como motor de nuestra existencia.
Otro aspecto importante en la imagen existencial del ser humano es que, para esta
perspectiva, la primera condición de la existencia es la interrelación básica del ser humano.
Nuestro ser-en-el-mundo, nuestro ser-con. Nuestra inseparable relación con el mundo y con
los demás: la co-existencia. Esta concepción desafía nuestra forma cotidiana de mirar la
realidad humana y por ello suele costar trabajo comprenderla, y más aún, integrarla a nuestra
manera de pensar sobre nosotros mismos y sobre la realidad.
Todos los psicoterapeutas se enfrentan cotidianamente a la incertidumbre. Por un lado los
clientes llegan a la psicoterapia buscando encontrar alguna certeza. La incertidumbre los
atormenta con posibles amenazas por doquier. Esperan que el pro ceso psicoterapéutico les
ayude a encontrar respuestas que eviten dicho estado de incertidumbre y les apoye en la
toma de decisiones. El problema es que -desde la visión existencial- no es solo que al
psicoterapeuta no le corresponda brindar el con suelo de las certezas y las respuestas a las
preguntas importantes de la vida, sino que de hecho, él mismo no tiene certezas ni respuestas
para las mismas preguntas.
APORTES ESPECÍFICOS A LA PSICOTERAPIA CENTRADA EN EL SENTIDO
La psicoterapia centrada en el sentido goza del privilegio de no haberse apartado de la
filosofía como lo ha hecho la mayoría de escuelas psicológicas. Si bien, el pensamiento de
Viktor Frankl tiene características propias, no es realmente un pensamiento nuevo, pues el
mismo integra saberes filosóficos que se han acumulado durante siglos, siendo coincidente
encontrar grandes similitudes entre diferentes autores, especialmente de la primera parte del
siglo xx.
El pensamiento de Max Scheler y el pensamiento de Viktor Frankl
La fenomenología formulada por Scheler y por Husserl, busca conservar lo humano de los
fenómenos humanos (Frankl, 2001). Para Scheler (2001a), la persona vive y existe
únicamente en la realización de actos intencionales, considerando el mundo como el correlato
objetivo de la persona.
La influencia de Scheler en el pensamiento de Frankl se refleja en puntos tan importantes
como la persona espiritual consciente e inconsciente, ejes fundamentales de la propuesta
logoterapéutica.
La libertad de los espiritual para tomar distancia de lo psicofísico, la autoconciencia del ser
humano, el antagonismo psiconoético ya se ven con claridad en las propuestas de Scheler,
incluyendo el humor como elemento autodistanciante y exclusivo del ser humano
(Scheler, 2001a). En cuanto a la autotrascendencia, es para Frankl (1994d) la esencia en
donde yace la existencia humana, lo que en Scheler se denomina ‘estar abierto al mundo.
Hasta acá han sido mencionados los encuentros en el tema de los espiritual y sus
características, así como la común epistemología de Frankl y Scheler; sin embargo, aun se
encuentran grandes influencias para el pensamiento logoterapéutico en cuanto al tema de los
valores y la voluntad de sentido que menciona Frankl.
La voluntad de sentido de Frankl (1994c) es la tensión entre el ser y los valores, pero dicha
tensión se da por la atracción que ejercen los mis mos sobre el ser y no como una tendencia
instintiva; en cuanto al tema de los valores dice Frankl (1994c): “Los valores me atraen pero
no me empujan. En situación de libertad y de responsabilidad me decido por la realización de
valores, me determino por la realización de los valores, me abro al mundo de los valores”,
clara evidencia de la influencia de la ética material de los valores de Max Scheler en el
pensamiento frankliano (Scheler, 2001a).
En cuanto al sufrimiento, Scheler considera que ningún hombre llega a ser feliz gracias al
dolor, pero éste si le permite cierto recogimiento que le ayuda, dando luces acerca del sentido
del sufrimiento y su diferencia con el masoquismo (Frankl, 1994a). Finalmente en cuanto a la
muerte, Scheler tiene un hermoso tratado sobre la misma (Scheler, 2001b), dejando entre sus
líneas alguna cercanía con el problema de la mortalidad que expone Frankl (1994a) y la
supervivencia de la persona.
El maestro Rudolf Allers y Frankl
Frankl ha considerado a Rudolf Allers como su gran maestro (Frankl, 1999) con quien trabajó
en el laboratorio neurofisiológico de la escuela médica de la Universidad de Viena cuando era
estudiante de medicina. Sin embargo, dicha relación de aprendi zaje parece haberse superado
y transformado en un colegaje de mutua admiración, pues para Allers la logoterapia ha sido
uno de los grandes avances de la psicoterapia, resaltando y diciendo que:
Uno de los aciertos de la “logoterapia" de V. E. Frankl es el haber considerado la posibi lidad
de que los problemas del paciente sean tenidos seriamente en cuenta y de que la tarea del
psicoterapeuta consista en parte en ayudar al paciente a ver más claramente sus problemas.
Porque solo una existencia inauténtica puede escapar superficialmente al enfrentamiento de
sus problemas básicos. (Allers, 1959)
Allers y Frankl mantienen una postura existencial y una aproximación feno menológica que
busca, en palabras de Allers (1959): "Comprender el otro significado, justamente ver las
cosas desde ‘su punto de vista’, llegar a representarse el mundo de la misma manera
que él”.
Siendo dicha terapia propuesta por Allers una orientación psicoterapéutica que se convierte
en compromiso, no siéndole ya permitido al terapeuta mantener su pos tura objetivante y
distante.
Jaspers y Frankl: dos grandes contemporáneos
Ya Frankl (1994a, 1994b, 1994c, 1999, 2001) en numerosas publicaciones plantea que
la captación de la realidad es captación de una realidad ontológica y no óntica, postura que
concuerda con la fenomenicidad del mundo que plantea Jaspers (1985). De tal manera que,
tanto en Jaspers como en Frankl, queda en claro que su visión epistemológica haría más parte
de las ciencias del espíritu que de las ciencias naturales (Jaspers, 1958; Frankl, 1994a),
aunque para Frankl (1994a) esto sea solo para el ámbito de la psicoterapia y no de la
psiquiatría como ciencia.

Cayendo en los riesgos del reduccionismo


Para Jaspers y para Frankl, el reduccionismo se da en esa aspiración hacia el conocimiento
absoluto del hombre desde una disciplina en particular, siendo la siguiente reflexión de
Jaspers (1985) el ejemplo de tal pretensión:
Pero todas esas ramas del conocimiento conciben algo que hay en el hombre, algo que sucede
de hecho, pero nunca al hombre en su totalidad. En la medida en que semejantes teorías
científicas se erigen en conocimiento absoluto del hombre total -y todas ellas lo han
hecho- pierden de vista al verdadero hombre y empujan en los creyentes en ellas la
consciencia del hombre y finalmente la humanidad misma hasta el límite de la extinción...
Jaspers y Frankl son defensores de la dignidad de la persona, de sus características
antropológicas, de su verdadera dimensión, siendo notorias las coincidencias entre un autor y
otro.
Frankl (1994c) plantea que hay un 'de qué de la libertad’ y una 'para qué’ de la misma,
indisoluble, pues allí radica el tema del sentido y de la responsabilidad, ya que no encontrar el
'para qué’ de la libertad deja al hombre en la incertidumbre y la angustia, situación con la que
concuerda Jaspers (1958b) al plantear:
La libertad, que es posible en el saber, el albedrío, la ley y la idea, dejan, todavía, por así
decir, un espacio vacio. Si la pregunta acerca de la «libertad de qué» se contesta mediante la
destrucción de todas las objetividades, surge tanto más apremiante el problema de «la
libertad para qué».
Dirección que en Frankl apunta hacia el sentido y los valores a través de la autotrascendencia,
tema que no deja Jaspers sin tocar al decir: “Cuando decidimos libremente y elegimos llenos
del sentido de nuestra vida, somos conscientes de no debernos a nosotros mismos”.(Jaspers,
1985)
El encuentro entre Martin Buber y Viktor Frankl
Martin Buber es otro de los filósofos que se ha relacionado con el pensamiento
frankliano, siendo el tema de la libertad y la espiritualidad uno de los más importan tes
puntos de encuentro; sin embargo y casi,por tradición, es el tema de la relación y el encuentro
el que en definitiva da mayor fuerza a la filosofía dialógica en relación al pensamiento de
Frankl, pues la relación terapéutica en la logoterapia no se derivó de la psicología humanista,
siendo más bien la misma la que lo tomó de las propuestas buberianas.
Plano que funda el mundo de la relación dialogal, pues existe reciprocidad que, ‘como dice
Buber (1998): “Mi tú me afecta a mí como yo le afecto a él".

CAPITULO 7 - Evaluación, diagnóstico e intervención en la psicoterapia centrada en el


sentido
RELACIÓN TERAPÉUTICA
La relación terapéutica, o más bien el encuentro existencial entre la persona del terapeuta y la
persona del consultante, es la pieza fundamental del proceso psicoterapéutico; sin relación no
hay proceso dialógico, sino mero monólogo, generando la frustración de la existencia al no
poder salir de sí (existir). Al respecto dice Frankl (1994b): “cualquier diálogo que se limite a
la mera autoexpresión no participa de la cualidad autotrascendente de la realidad humana.
El encuentro auténtico es un modo de coexistencia que está abierto al logos".
El encuentro terapéutico en la psicoterapia centrada en el sentido, bien puede tener sus bases
en las propuestas de Martin Buber9 (1998) sobre el fundante mundo de la relación de la
palabra básica Yo-Tu, pues solo esta palabra puede ser dicha con la totalidad del ser, es
decir, de persona a persona, con sus dimensiones de unicidad y espiritualidad, guiados por
la característica antropológica fundamental de la autotras- cendencia que permite el ‘estar
junto a otro’; como bien dice Frankl (1994c).
La relación terapéutica busca generar una base segura para los procesos de cambio a
través de las vivencias que se manifiestan en medio de los vínculos in terpersonales;
en ella, el terapeuta debe velar por aumentar la esperanza en que el cambio es
posible y generar en el consultante la confianza en la capacidad técnica del terapeuta.
Para la PCS, la relación terapéutica constituye un prerrequisito fundamental para los
procesos de desrrestricción de lo noético, así como para el despliegue de lo espiritual.
Sin embargo, es importante considerar que en las biografías de alta res tricción de lo
espiritual, el establecimiento de la relación terapéutica se hace difícil, aunque al
mismo tiempo más necesario que nunca, haciéndose vital la autorrefe- rencia del
terapeuta para captar posibles obstáculos o crisis de la relación manifes tados en
dificultad para percibir la mente del otro, la persona y la personalidad del consultante
en su continuo fluir, dificultad que deja al terapeuta con la sensación de estar perdido
y desconectado ante la invisibilidad de la persona espiritual, apelando en estos
momentos al credo psiquiátrico de la logoterapia, a la posición de apertura que facilita
el surgimiento del encuentro, pues el mismo, como bien dice Buber (1998): “no se
crea, se da, no se fabrica, se manifiesta”.
En la psicoterapia el terapeuta no puede ser simplemente un amigo, conseje ro o
maestro como ocurre en otro tipo de relaciones, sin embargo, tampoco puede ser
simplemente un técnico que opera a la persona (Dorr, 1995), al respecto dice
Binswanger (1973).
EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO
La evaluación y el diagnóstico son los primeros momentos del proceso terapéutico, en
cuya condición previa, se requiere de la relación terapéutica y el encuadre del proceso
a realizar, siendo el encuentro, ya de por sí, la parte inicial del proceso y la
condición fundamental del mismo. La evaluación terapéutica representa la valoración
de las potencialidades y restricciones de una persona en un momento histórico-social,
con una conceptualización de la noodinamia y concepción de mundo del consultante,
así como las posibles rutas que faciliten el cambio y el despliegue efe una personalidad
auténtica (Martínez, 2011). Para desarrollar dicho proceso, la psicoterapia centrada en
el sentido cuenta con una serie de procedimientos técnicos, dentro de los cuales se
incluyen las técnicas de evaluación diagnóstica, las pruebas logoterapéuticas, las
entrevistas, la formulación de caso del consultante y el registro de seguimiento de
caso (Martínez, 2007, 2009).
Técnicas de evaluación diagnóstica
La logoterapia es una teoría abierta a su propia evolución (Frankl, 1995); ya Frankl,
décadas atrás, planteaba la importancia de la utilización de tests y la logoterapia ha
trabajado en ello en muchas oportunidades (Halama, 2009; Guttmann, 1998); sin
embargo, en la actualidad se cuenta con infinidad de técnicas psicodiagnósticas
producidas desde posturas integracionistas y algunas ateóricas que son recursos apro
vechables en el ámbito de la PCS, aunque muchas de ellas, lamentablemente, obvian
las características antropológicas fundamentales, expuestas en capítulos anteriores; sin
embargo, podemos encontrar inventarios, test o escalas que pueden ayudar al terapeuta
centrado en el sentido a comprender lo que acontece en lo psicofísico y que puede,
en un momento dado, ser la restricción que hace impotente o invisible a la persona
espiritual.
Pruebas logoterapéuticas usadas en la PCS
Los logoterapeutas también han trabajado en la construcción y validación de pruebas para
evaluar diferentes aspectos y realizar estimaciones empíricas de la dimensión noética;
dentro de las más importantes se encuentran:
El PIL Test (Purpose In Life), desarrollado por Crumbaugh y Maholick en 1964; es
el test logoterapéutico de mayor uso y difusión en el mundo (Releer & Chamberlain, 2000;
Halama, 2009); su objetivo es evaluar el ‘sentido de vida’ o su contraparte el ‘vacío
existencial’ a través de una estructura cuantitativa y cualitativa.
La Escala Existencial de Lángle (Lángle, Orgler, & Kundi, 2003) tiene como objetivo
documentar la dimensión noética de la persona (Landaboure, 2002), especialmente
el proceso de llegar a una vida plena de sentido, a través de cuatro pasos evaluados por la
escala: autodistanciamiento, autotrascendencia, libertad y responsabilidad (Ha- lama, 2009).
Tiene 46 ítems y una utilidad clínica importante.
El Logotest, desarrollado por Elisabeth Lukas a partir de estudios iniciales llevados a cabo en
Viena hace cuatro décadas, formula nueve aéreas de sentido: bienestar pro pio,
autorrealización, familia, ocupación principal, sociedad, intereses, experiencias, servicio a
ideales y necesidad vital (Lukas, 1996).
Algunos otros instrumentos son el Life Meaningfulness Scale desarrollado por Halama
en 2002, que busca evaluar los componentes cognitivos, afectivos y motiva- cionales
del sentido (Halama, 2009); el Meaning in Suffering Test de Patricia Starck que mide
el grado de sentido que una persona ha encontrado en una experiencia de sufrimiento
ineludible (Guttmann, 1998; Reker & Chamberlain, 2000); el Spi- ritual Meaning Scale
de Mascaro, Rosen y Morey (2004), construido con 83 ítems y centrado en evaluar la
creencia en una fuerza espiritual que guía el propósito.
Por su parte la Escala de Sentido Vital, también fue creada con un interés clínico
evaluando la percepción afectiva y cognitiva de valores que invitan a la persona a
actuar de un modo u otro ante una situación particular o ante la vida en general,
confiriéndole a la persona identidad y coherencia personal para desde allí desarrollar
intervenciones terapéuticas que aumenten la percepción de sentido, (Martínez, 2007,
2009a).
Entrevistas
La entrevista centrada en el sentido se realiza en su mayoría bajo un procedimiento
socrático, utilizándose a sí mismo como terapeuta, para detectar las posibles restric
ciones de la persona y ayudarla a aumentar su autodistanciamiento. La entrevista
requiere de un estilo terapéutico particular que requiere del encuadre terapéutico, la
relación terapéutica y las características personales del terapeuta. La entrevista se
centra en la formulación de preguntas que brinden material para el adecuado desarrollo
de la formulación de caso y la movilización del autodistanciamiento del consultante.
Formulación de caso: la estructura del psicodiagnóstico
La formulación de caso en la psicoterapia centrada en el sentido es la construcción
diagnóstica desarrollada entre el terapeuta y el consultante, sistematizando los da tos
que constituyen una evaluación adecuada desde esta perspectiva, con el fin de
optimizar la terapéutica y aumentar la calidad del abordaje (Martínez, 2007, 2009, 201
la). Su estructura contempla el desarrollo de los siguientes puntos:
1. Historia clínica
2. Datos familiares
3. Debilidades de la historia
4. Dificultades actuales
5. Evaluación por áreas
6. Restrictores psicofísicos de lo noético
7. Actividad y pasividad (estrategias de afrontamiento)
8. Diagnóstico alterno
9. Iatrogenia e hiperreflexión
10. Diagnóstico interactivo e integrativo de los datos
11. Plan de tratamiento
12. Plan de seguimiento
Registro de seguimiento de caso
El registro de seguimiento de caso es un instrumento de optimización de la inter
vención que ayuda al terapeuta a realizar procesos con una línea coherente y no
inmediatista; se estructura al finalizar cada sesión y contempla los siguientes puntos:
1. Ubicación de datos generales
2. Autodescripción
3. Recuento de la sesión
4. Revisión de tareas
5. Tareas propuestas
6. Elementos a tener en cuenta en la próxima sesión
7. Autorreferencia
EL PROCESO PSICOTERAPÉUTICO CENTRADO EN EL SENTIDO
Los cambios terapéuticos no suelen darse de manera lineal y en muy pocos casos de
manera espontánea; generalmente se requieren procesos y estrategias que faciliten el
buen desarrollo del mismo, motivo por el cual los procesos terapéuticos se adecúan a
las necesidades exclusivas del consultante y no tienen una tendencia al lecho de Pro
custo, en donde se intentaría acomodar a las personas a los procesos y no los
procesos a las necesidades personales.
En una psicoterapia centrada en el sentido se reconocen tres momentos funda mentales
del proceso psicoterapéutico: primeros momentos, segundos momentos y momentos
finales.
Primeros momentos
Los primeros momentos del proceso se centran en el encuadre del proceso, la gene
ración de un contexto seguro, la evaluación y el diagnóstico, la consolidación de la
relación terapéutica, la motivación para el cambio y la reducción de síntomas a través
de la movilización de la facultad de autodistanciamiento y sus respectivas capacida des
de autocomprensión, autorregulación y autoproyección.
1. El encuadre terapéutico. Es el planteamiento del marco en el cual se desenvolve rá el
proceso terapéutico de forma consistente.
2. El contexto seguro.
3. La evaluación y el diagnóstico. Debe desarrollarse como insumo para la generación de
un contexto seguro, así como para la configuración del plan de tratamiento.
4. La consolidación de la relación terapéutica. De la cual depende la apertura sufi
ciente para desarrollar una buena evaluación y la generación de un espacio seguro que le
permita a la persona avanzar en su proceso de cambio.
5. La motivación para el cambio. Así como la relación terapéutica y el contexto
seguro deben mantenerse a lo largo del proceso terapéutico, la motivación para el cambio
inicia desde los primeros momentos y se mantiene a lo largo del proceso.
6. La reducción de síntomas. Parte de los primeros momentos del proceso terapéu tico, pasa
por la reducción de síntomas, siendo la misma, parte integral de los procesos de logo
terapia inespecífica (Lukas, 2003); es necesario reducirlos antes de que puedan causar nuevos
problemas, pues la terapia en ocasiones es una ca rrera contra el tiempo (Lukas, 2006).
Además de los seis puntos anteriores, el terapeuta centrado en el sentido debe buscar la
adecuada formulación del caso del consultante, facilitando el autodistancia- miento de la
persona para el posicionamiento del mismo ante el proceso y ante lo que le acontece, el
autoconocimiento, el monitoreo de las actividades y pasividades inco rrectas, y la regulación
inicial de síntomas.
- Momentos iniciales de la autocomprensión: En los momentos iniciales se busca que
la persona pueda monitorearse a sí misma para reconocer y comprender lo que le
pasa, cómo le sucede y qué implicaciones tie ne. Identificar las pasividades y
actividades incorrectas (estrategias de afrontamiento) y lograr que la persona pueda
ver su participación en lo que está viviendo y la manera como mantiene y enfrenta lo
que sucede.
- Momentos iniciales de la autorregulación: En los primeros momentos, la capacidad
de autorregulación se centra en la reducción de los síntomas del consultante y en el
control adecuado de las estrategias de primer nivel; se busca manejar el contexto
seguro implementado, paliar las crisis emociona les y controlar la impulsividad.
- Momentos iniciales de la autoproyección: La capacidad de autoproyección se centra
en aumentar la motivación para el cambio en el consultante, buscando que renueve su
tensión entre el ser y el deber ser, supere el miedo al cambio y otorgue fuerza a la
persona para superar la tendencia a la homeos- tasis. La autoproyección evalúa
el precio que implica cambiar, observando las ganancias que pueden gatillar el
cambio y fomenta la esperanza en que el cambio es posible.
Segundos momentos
Los segundos momentos se destinan a la intervención recíproca entendida como el
proceso a través del cual se da curso a la consecución del cumplimiento de los obje
tivos terapéuticos planteados en los primeros momentos; se denomina intervención
recíproca porque en una relación terapéutica en donde ambas partes no se transfor
man no se puede hablar de verdadero encuentro (Martínez, 2007).
Los segundos momentos del proceso centrado en el sentido se enfocan en el
mantenimiento de la relación terapéutica y el uso de la misma en el proceso de
cambio.
1. Mantenimiento de la relación terapéutica y uso de la misma en el proceso de
cambio. El trabajo fundamental de los segundos momentos tiene que ver con la
resignificacion del organismo psicofísico que ha venido restringiendo la expre sión
auténtica de la persona; una vez la relación terapéutica se ha consolidado, adquiere un
poder de cambio potente, pues moviliza los recursos de la persona utilizándose a sí
misma para que pueda verse de forma profunda.
2. Cambio de estrategias de segundo nivel por estrategias de tercer nivel. Una vez la
persona reduce sus síntomas, aumenta su motivación para cambiar y desarrolla un sano
autodistanciamiento; aquí se encuentra lista, no solo para monitorearse a si misma,
sino también para regularse y resignificarse.
3. Resignificacion o flexibilización de las restricciones que implanta lo psicofísico a lo
noológico. En los segundos momentos el organismo psicofísico debe ser flexibi-
lizado, soltando el carácter cerrado de la dimensión psicológica para que enfrente la
incertidumbre de la resignificación.
- Momentos intermedios de la autocomprensión: La capacidad autocomprensiva
en los segundos momentos busca que la persona acepte radicalmente lo que le sucede,
logrando observar las emociones que surgen al movilizarse sus vivencias restrictoras,
aceptándolas sin luchar o huir de las mismas.
- Momentos intermedios de la autorregulación: En los segundos momentos, la capacidad
de autorregulación se centra en el aumento de la tolerancia al malestar, experienciándolo sin
intentar huir o eliminarlo; se po nen en marcha comportamientos alternativos, a pesar de las
fuerzas psicofísicas que intentan preservar los viejos patrones, resignificando de esta forma el
modo de ser y fijando nuevas estrategias.
- Momentos intermedios de la autoproyección: La capacidad de autoproyección en los
momentos intermedios se centra en promover e incentivar la motivación para el cambio en el
consultante, ayudando a la persona a mantener su tensión entre el ser y el deber ser.
- Momentos intermedios de la diferenciación: En resumen, moviliza la capacidad básica
para generar contextos interpersonales en donde pueda ampliar su soporte social y afectivo.
- Momentos intermedios de la afectación: Los momentos intermedios de la capacidad de
afectación buscan que la persona se deje tocar por los valores que le pertenecen, resonando
afectivamente ante su reco nocimiento.
Momentos finales
Los últimos momentos se dedican especialmente al desemboque de la logoterapia en
un análisis existencial que busca el contacto con la espiritualidad, ayudando a expresar
sus contenidos y desplegando el sentido de la vida, consolidando el cambio a través de la
prevención de recaídas y aceptando aquello que no se puede cambiar.
1. Consolidación del cambio. Es el momento en el que se normaliza el nuevo orden
funcional adquirido por el consultante.
2. Prevención de recaídas. Se centra en la anticipación de posibles regresiones u
obstáculos que puedan desatar una vuelta a viejos patrones de funcionamiento,
desarrollando las estrategias para identificar pequeños pasos que indican regre sión,
alternativas para manejar dichos momentos y los procesos que se llevarían a cabo para
prevenir la recaída.
3. Sentido de vida y despliegue espiritual. Representa la consolidación final del pro ceso de
cambio, y se consideran como el paso de las estrategias de tercer nivel a estrategias de cuarto
nivel.
Los tres puntos anteriores se desarrollan facilitando el autodistanciamiento de la persona
para la prevención de recaídas, pero especialmente la autotrascendencia para la
consolidación del cambio y el despliegue del sentido de la vida. El terapeuta debe centrarse
en la movilización de la facultad autotrascendente y sus capacidades de afectación y entrega.
En los momentos finales la capacidad autocomprensiva busca que la persona asuma sus
vulnerabilidades, aceptando lo humano en lo cotidiano; busca reconocer lo logrado,
transitando entre el antes y el ahora, observando y haciendo suyo lo alcanza do en el proceso
terapéutico.

PAREJA HERRERA, GILLERMO


“Viktor Frankl. Comunicación y
resistencia”
- CAPITULO 1
Primer fundamento del ANÁLISIS EXISTENCIAL Y LA
LOGOTERAPIA.

La libertad de la voluntad humana


1. El ser humano es único
La conciencia de sí mismo no basta para sentir el significado de ser-único. Hace falta el asombro. Ese
asombro que lleva a la contemplación que aquilata el valor de la vida, de tu vida, de mi vida, como
única. Este asombro de sí mismo es análogo al que experimenta el ser humano, cuando vive el evento
de contemplar una obra de arte, sea ésta una pintura, escultura o una obra musical.
Si las relaciones humanas quieren ser genuinamente humanas, y han de volver al punto de partida que,
con frecuencia, se da por supuesto. La conciencia de lo único es generadora de actitudes llenas de
sentido, con la propia responsabilidad y el sentido de admiración y respeto por el Tú.
Así, entre esas concesiones distorsionadas y distorsionantes del ser humano, se intuyen las afirmaciones
de una psicología fuera de cauce, que termina en psicologismo, cuando trata de explicar al ser humano
como alguien que no-es-más-que sus fuerzas instintivas, sujeto a ellas y vivido por ellas.
Por último, el pensamiento frankliano señala, a menudo, que si, en el campo filosófico, ha logrado gran
repercusión la afirmación del pensamiento nihilista -la afirmación de la Nada y el Absurdo de la
existencia humana-, también es importante el nihilismo científico. Este nihilismo se caracteriza por
el reduccionismo intrínseco que simplifica al ser humano y lo for mula como el ser humano-no-es-más-
que o el ser humano-no-es- sino-producto-de.
El intento es ofrecer una respuesta ante el reduccionismo y una afirmación de la unicidad-en-totalidad
del ser-humano que no es otra cosa que una afirmación de su humanidad más profunda. Nikolai
Hartmann señala la presencia de dimensiones en el ser humano como:
1ra. La corporal.
2da. La mental
3ra. La espiritual en sentido noético y no religioso
Hartmann presenta su formulación denominando a estas dimensiones estratos. Los estratos, a su vez,
están jerárquicamente estructurad conteniendo un apex espiritual.
Max Scheler, por su parte, concluye también en su reflexión sobre la unidad-en-la-diversidad, diciendo
que el ser humano puede considerarse como dimensiones concéntricas que se hallan más o menos
cercanas a ese centro. Por lo tanto, distingue un círculo biológico, otro psicológico, que se sitúan en
torno a un centro o axis espiritual, tomándose lo espiritual también en un sentido noético y no teológico.
Frankl complementa las justas observaciones de Nikolai Hartmann y Max Scheler, al afirmar que
no sólo hay diferencias ontológicas en esas dimensiones, sino que, además, existe una unidad
antropológica (soma, psique y logos o cuerpo, alma y espíritu).
Dos leyes de la ontología dimensional
Primera: Uno y, al mismo tiempo, el mismo fenómeno proyectado fuera de su propia dimensión,
dentro de diferentes dimensiones interiores de la suya propia, se muestra de tal manera, que las
figuras individuales resultantes se contradicen una a la otra.
Segunda: Cuando fenóménos diferentes se proyectan fuera de sus dimensiones propia dentro de una
sola dimensión inferior a las suyas propias, se muestran de tal manera, que las figuras resultantes son
ambiguos.
Necesitamos encontrar una solución al problema del cuerpo y alma-soma y psique, y, por otro lado,
vemos que la unidad del ser humano ha de hallarse en otra dimensión; la noética, espiritual o del logos.
El ser humano, antológicamente, está abierto al mundo y no es una mónada. Esta apertura se denomina
autotrascendencia, que consiste fundamentalmente en la capacidad de salir de sí mismo, sin dejar de ser
uno mismo, para llegar al encuentro con las personas y las cosas.
En palabras de Frankl, la autotrascendencia se define como:
Ser humano siempre significa el estar dirigido intentado hacia alguien o hacia algo diferente de uno
mismo.
El pensamiento frankliano, visto dialécticamente, incorpora y asimila sintéticamente a la primera y
segunda escuelas vienesas de psicoterapias-anteriores: la psicoanalítica freudiana y la adleriana.
El ser humano es irrepetible
Cuando nos referimos al ser humano como irrepetible, estamos señalando dos aspectos implícitos20. El
primero, que el ser humano, al tener conciencia de su ser único, concluye de modo natural en su
irrepetibilidad -fuente propicia de crecimiento y desarrollo de la autoestima personal-. La irrepetibilidad
puede favorecer también la sensibilización de la conciencia de la libertad y responsabilidad de la propia
vida. El segundo aspecto es que el ser humano descubre que no es reemplazable, pues no es un objeto
de producción en serie.
Sin embargo, la irrepetibilidad del ser humano no se circunscribe exclusivamente a la consideración de
sí mismo, sino que se proyecta, también, a la consideración de la irrepetibilidad de los demás seres
humanos.
La conciencia de la irrepetibilidad de cada ser humano es piedra fundamental de todo humanismo que
se precie de tal.
En el fluir de mi existencia, descubro qué estoy viviendo una sola vez y que el momento presente, al
hacerse pasado, me muestra su irrepetibilidad. La vivencia de la irrepetibilidad puede ser ambivalente.
El ser humano está llamado a la libertad
El tema de la libertad constituye el eje de la antropología frankliana.
El pensamiento de Frankl, en torno a la libertad humana, se originó en en un dato elemental y directo
cqmb fue aquella ocasión en que, siendo un adolescente de catorce años en bachille rato, se puso de pie
para interpelar a su maestro de ciencias naturales, quien afirmó que el ser hurjtá&o no-era-más-que un
proceso de combustión y oxidación. Eleven Frankl se quedó con la inquietud clavada: Si así es, ¿qué
sentido tiene la vida humana, si no somos nada-más-que eso, no somos libres para ser de otra manera?

- CAPITULO 2
7. Neurosis Noógenas
La totalidad humana nos muestra tres dimensiones funda mentales:
1. La Somática.
2. La Psicológica y
3. La Existencial-esüiritual.
La terapéutica aborda, con frecuencia, los padecimientos, so- mato-psíquicos, y el
terapeuta verá, con frecuencia, que la pro blemática que presenta el paciente va más
allá de la bidimensio- nalidad psico-física y entra en la dimensión existencial-espiritual.
Lo espiritual (logos) es una dimensión propia del ser humano donde se manifiesta la
genuina humanidad de la persona que pade ce. En esta dimensión pueden asentarse y
arraigar cierto tipo de neurosis llamadas Noógenas (en cuanto se desencadenan en la
dimensión espiritual-noos). Los problemas que pueden dar ori gen a una neurosis Noógena
son:
1. Conflictos que comprometen la conciencia moral.
2. Problemas de corte espiritual.
3. Crisis existenciales ubicadas en el conflicto de valores, en el proceso de
maduración humana, cambios de estado de vida, etc.95
Las personas que padecen tales circunstancias con frecuen cia hacen mención de un
vacío interior, de una ausencia de sen tido y dirección en su vida. Este conjunto de
manifestaciones (apatía, depresión, hastío, angustia, etc.) se denominan Vacío existencial
o Frustración existencial.
El experimentar estas duras situaciones no es patológico en sí mismo, pero la
presencia de este vacío puede ser el punto de partida para un conflicto neurótico.
La neurosis Noógena nos dice de un conflicto que hunde sus raíces en colisiones
entre diferentes valores, que la persona capta como una confusión.
El Vacío existencial o Frustración existencial, que puede terminar en neurosis
Noógena, es un fenómeno característico de nuestro tiempo en occidente.
La Frustración existencial está presente en la vida humana y no es enfermiza en sí
misma, ni es necesariamente patógena, salvo cuando va acompañada de una situación
ubicada en la di mensión psico-fisica (rasgos neuróticos).
Así como puede darse un psicologismo que ve en la proble- mática espiritual algo
patógeno (per-se), también hay una ten dencia opuesta. La tendencia opuesta es el
Noologismo, cuyo error básico es atribuir a toda neurosis, una raíz que parte de lo espiritual.
La Logoterapia es una terapéutica específica para la neurosis Noógena, aunqtie por
ello no deja de ser un comple mento constructivo para abordar otros tipos de neurosis.
8. Neurosis Colectivas
En casos extremos de crisis social, política y económica, para dójicamente. es cuando se
movilizan los recursos internos del ser humano a nivel espiritual. Por el contrario. los
tiempos caracte rizados por la abundancia, el ocio y la opulencia en las sociedades
consumistas, muestran mayor incidencia de problemas tales como ¿uicidios,
desorganización de la pareja, toxicomanías, delincuen cia juvenil, etc.
Hay otro grupo de neurosis —Paraclínicas, de las que for man parte las neurosis
Colectivas. En sentido amplio o traslaticio son cuasi-neurosis y tienen cuatro sintomas
básicos—.
A. ACTITUD DE EXISTENCIA PROVISIONAL
Este síntoma muestra un vivir al día e inseguridad ante el mañana, pérdida de otros
aspectos valiosos por centrarse en la provisionalidad. Esta actitud, curiosamente,
engendra una angustia de expec tación, Esta angustia de expectación tien de a generar
aquello que teme. En esta misma línea Frankl re toma lo enunciado por Freud
muchos años antes respecto del compromiso personal en el presente.
B. ACTITUD DE VIDA FATALISTA
El segundo síntoma de la patología del espíritu de la época se caracteriza porque la persona o
el grupo social se dicen a sí mis mos que, ni siquiera es posible intentar la situación y el
asumir la responsabilidad personal. O con otras palabras, haga lo que haga, los
acontecimientos se sucederán unos tras otros porque ya están determinados. Para la
persona en actitud provisional, el futuro no tiene relevancia como misión y el presente
carece de sentido. Por el contrario, la actitud fatalista lleva la tendencia a la propia
exculpación y asigna las propias responsabilidades a la situación social o a sus
disposiciones anímicas y corporales.
C. EL PENSAR COLECTIVISTA
El pensar Colectivista y el Fanatismo, que se estudiarán a continuación, se distinguen de
la actitud Provisional y de la acti tud Fatalista en un punto: Para el pensar colectivista como
para el fanático no es posible que las personas se conciban a sí mis mas como tales y
eso hace que no permitan el mismo derecho a los demás. La autoenajenación genera una
masa, que es lo opues to a la comunidad y a la fraternidad.
La dimensión comunitaria de lo humano tiene dos notas de necesidad:
1. El individuo, para ser persona necesita de la comunidad, y para crear comunidad es
necesario que aporte lo mejor de su persona en libertad y responsabilidad.
2. La comunidad para ser genuina no puede prescindir de las personas individuales.
La fraternidad, como cúspide de la comunidad humana, es fruto de quienes han asumido el
com promiso radical de su humanidad, en libertad y responsabi lidad creativas, con
orientación al sentido y los valores.
D. EL FANATISMO
Este cuarto síntoma muestra el desentendimiento efectuado por los individuos, los grupos,
las instituciones y las grandes solo hace.
La limitación profunda y deshumanizante del pensar fanático es no admitir otra forma
de pensar y de actuar que la propia. Y la propia opinión no es otra que la opinión-pública
que tiene capturada a la persona y por eso la persona renuncia a ejercer su libertad
interior.
Este problema de la neurosis Colectiva no es privativo de un régimen político en
particular, sino que pesa como riesgo y ame naza para todas las sociedades —
independientemente de su orien tación particular—. El origen de estas manifestaciones es
la evasión de la responsabilidad y el miedo a la libertad. “Pero la libertad y la
responsabilidad constituyen la espiritualidad del hombre”.

FUNDAMENTOS Y APLICACIONES
DE LA LOGOTERAPIA
VIKTOR FRANKL

Implicancias metaclínicas DE LA PSICOTERAPIA


No existe una psicoterapia sin una teoría del hombre y una filosofía de vida
subyacente.
El concepto logoterapéutico de hombre está basado en tres pilares: la libertad de la voluntad,
la voluntad de sentido y el sentido de la vida. El primero de ellos, la libertad de la
voluntad, es opuesto al principio que caracteriza muchos abordajes del hombre
conocidos como determinismos. Sin embargo, en realidad, solamente se opone a aquello
que usual mente llamo pandeterminismo, porque hablar de la libertad de la voluntad no
debe implicar ningún tipo de indeterminismo a priori. Después de todo, la libertad de la
voluntad significa la libertad de la voluntad humana, es decir, la libertad de un ser finito. La
libertad del hombre no es una libertad respecto de todo condicionamiento, sino, más bien,
la posibilidad de tomar posición ante cualquier condición que deba enfrentar.
El humor y el heroísmo nos refieren a Ja capacidad, excíusi va- mente humana, de
autodistanciamiento. En virtud de tal capaci dad, el hombre es capaz de tomar distancia
no sólo de una situación, sino también de sí mismo. Puede elegir una actitud ante sí mismo.
Sin embargo, como "espiritual" tiene una connotación religio
sa, es preferible evitar esta denominación todo lo posible. La dimensión noética debe
entenderse como dimensión antropológica más que teológica. Esto mismo vale para "logos"
en el caso de "logoterapia". Cuando se habla de "sentido", "logos" significa espíritu, pero
nuevamente sin connotación religiosa. Aquí "logos" significa lo humano del ser
humano, (más el sentido de ser humano)
El hombre pasa a la dimensión noética cada vez que re flexiona acerca de sí mismo
-cada vez que se establece como objeto- o que se hace objeciones a sí mismo; cada vez que se
hace consciente de sí mismo -o cada vez que manifiesta capa cidad de obrar según su
conciencia.
Reducir la conciencia al mero resultado de condicionamientos es, en primera instancia,
un reduccionismo.
Para dar un ejemplo, permítanme considerar dos fenómenos que, posiblemente, son los más
humanos de todos: el amor y la conciencia. Ambos son las más contundentes manifestaciones
de otra capacidad exclusivamente humana, la capacidad de autotrascendencia. El hombre
se trasciende a sí mismo, tanto hacia otro ser humano como hacia el sentido.
El reduccionismo es capaz de interpretar al amor como una mera sublimación del sexo, y
la conciencia, simplemente en términos de Superyó.
Y la conciencia no puede ser el Superyó, por la simple razón de que ella, de ser necesario,
está dispuesta a oponerse a aquellas convenciones y estándares, tradiciones y valores que
son transmitidos por el Superyó. Es decir, si la conciencia puede tener, en un caso
determinado, la función de contrade cir al Superyó, seguramente no puede ser el mismo
Superyó. La reducción de la conciencia al Superyó y la deducción del amor del Ello, ambas,
están destinadas al error.

PSICOTERAPIA Y HUMANISMO
Por otra parte; el ser humano se halla profundamente caracterizado por estar abierto al
mundo, como han demostrado Max Scheler, Arnold Gehlen y Adolf Portmann. O b.en,
como ha dicho Martin Heidegger, ser humano es “ser en el mundo**. Lo que he designado
como autotrascendencia de la existencia, corresponde al hecho fundamental de que ser
humano significa hallarse referido a algo o a al-'- guien distinto de uno mismo, ya se trate
de un sentido que cumplir o de otros seres humanos con los que en contrarse. Y la
existencia vacila y se colapsa a no ser que sea vivenciada esta cualidad autotrascendente.
Es comprensible que la cualidad autotrascendente de la existencia, la apertura propia de
ser hombre, pueda corresponder a una sección y no a otra. Cerramiento y apertura se
han hecho compatibles. Y yo pienso que lo mismo cabe decir con respecto a la libertad y
al determi- nismo. Existe determinismo en la dimensión psicológica y libertad en la
noológica, que es la dimensión humana, la dimensión de los fenómenos humanos. Por lo
que se refiere al problema cuerpo-mente, se le puede aplicar la frase, antes
mencionada, “unidad a pesar de la diversi dad”; y al problema del libro albedrío, la de
“libertad a pesar del determinismo”, que guarda paralelismo con la frase, debida a
Nicolai Hartmann, de “autonomía a pensar de la dependencia”.
Comparemos ahora el determinismo y el pandetermi- nismo. Es decir: intentemos una
explicación estricta mente causal de este último. Preguntémonos cuáles son as causas
del pandeterminismo. Yo dina que es la au sencia de discriminación lo que causa el
pandeterminis mo. Por una parte, las causas son confundidas con razo nes. Por otra, las
causas son confundidas con condicio nes. ¿Cuál es entonces la diferencia entre causas y razo
nes? Si se pica cebolla, se llora: las lágrimas tienen una causa. Mas no se tiene razón para
llorar. Si se hace montañismo y se llega a una altitud de 3 000 metros, se experimenta una
sensación de opresión y ansiedad. Ello puede proceder de una causa o de un motivo. La
falta de oxigeno puede ser la causa. Mas si se sabe que se está mal equipado o escasamente
entrenado, la ansiedad tie-. ne una razón.
Ser humano ha sido definido como “ser en el mun do”. El mundo incluye razón y
sentido. Pero la razón y el sentido quedan excluidos si el hombre es concebido como un
sistema cerrado. Todo queda reducido a cau sas y efectos. Los efectos están representados
por refle jos condicionados o por respuestas a estímulos. Las causas, por procesos
condicionantes o por impulsos e instintos. Los impulsos y los instintos empujan, mas
la razón y el sentido atraen. Si se concibe al hombre como un sistema cerrado, tan sólo se
advierten fuerzas que im pulsan, mas no motivos que atraen. Consideremos, por ejemplo,
las puertas de entrada de cualquier hotel ameri cano. Desde el hall tan sólo se ve el rótulo de
“empuje”, el de “tire” se ve tan sólo desde el exterior. El hombre, al igual que el hotel, tiene
también puertas. No es una mó nada cerrada, y la psicología degenera en alguna clase de
monadología a no ser que reconozca la apertura del hombre al mundo.
Esta apertura de la existencia es refle jada por la autotrascendencia del ser humano (véase la
Nota 2 en p. 66). La cualidad autotrascendente de la realidad humana se refleja, a su vez, en
la cualidad “intencional” de los fenómenos humanos, como han señalado Franz Brentano y
Edmund Husserl. Los fenómenos humanos se refieren y apuntan a “objetos intencionales”. La
razón y el sentido representan objetos de esta índole. Son el “logos” al cual tiende la psique.
Si la psicología ha de ser merecedora de su nombre, deberá reconocer las dos mitades de que
se compone su nombre, tanto el “logos” como la “psique”.
Cuando es denegada la autotrascendencia de la existencia, la propia existencia queda
distorsionada. Es cosificada. El ser es reducido a una mera cosa. El “ser hombre” queda
despersonalizado. Y lo que es más importante, el sujeto se convierte en objeto. Esto es debido
al hecho de que lo característico de un sujeto es que se relaciona con objetos.
Y es una característica del hombre el hecho de que se relaciona con objetos intencionales en
términos de valores y significados que sirven como razones y motivos. Si es denegada la
autotrascendencia y es cerrada la puerta hacia los valores y los sentidos, las razones y los
motivos son sustituidos por procesos condicionantes, y son entonces los “persuasores
ocultos” los que realizan el condicionamiento, los que manipulan al hombre. Y viceversa,
si alguien ha de manipular a seres humanos, ha de cosifícarles primeramente y, a este
fin, adoctrinarles con arreglo al pandeterminismo. “Tan sólo despojando al hombre
autónomo —dice B. F. Skinner— podemos transformar las auténticas causas del
comportamiento humano, desde lo inaccesible a lo manipulable.
DEPORTE: EL ASCETISMO DE HOY DIA
Por mi parte pienso que el hombre no está primordialmente preocupado por tal estado
interno, sino más bien por algo o alguien que está situado fuera, en el mundo, ya se trate de
una causa a la cual servir o alguien a quien amar (lo cual significa que ese alguien no es
considerado tan sólo como un medio para satisfacer necesidades). Es decir: la existencia
humana —al menos mientras no está distorsionada neuróticamente— apunta y se refiere
siempre a algo distinto de uno mismo. He designado esta característica constituyente de la
existencia humana como autotrascendcncia de esta última. La autorrealización tan sólo
resulta posible como producto secundario de la autotrascendcncia.
No hay que confundir esto con cualquier cuestión trascendental en sentido religioso. La
“autotrascendencia" se refiere al hecho de que cuanto mis se olvida un ser humano de si
mismo y se entrega, tanto más humano es. La existencia humana se caracteriza.no sólo por la
autotrascendencia, sino también por la capacidad de autodesprendimiento. Hemos de hacer
observar también que es algo intrínseco al ser humano una cierta distanda entre el auténtico
estado de cosas y el ideal. La investigación empírica ha demostrado que una tensión
demasiado escasa entre el yo y el ideal del yo es tan nociva para la salud mental como una
tensión excesiva entre ambos.
No hemos de olvidar, sin embargo, que el sentido del humor es exclusivamente humano;
ningún animal es capaz de reír. El humor ha de ser considerado como una
manifestación de la capacidad peculiarmente humana que es designada en logoterapia
como autodesprendimiento (Frankl, 1966). Ya no se puede deplorar, como Lorenz (1967)
que “hasta ahora no hayamos tomado al humor lo suficientemente en serio”. Nosotros,
los logoterapeutas, lo hemos venido haciendo, me atrevería a decir, desde 1929.
Dentro de este contexto resulta notable que incluso los terapeutas del comportamiento
han reconocido recientemente la importancia del humor.
Hand y cois. (1974), que han “tratado eficazmente a pacientes con agorafobia crónica
mediante exposición de grupo in vivo”, han observado que “un potente procedimiento
utilizado por los grupos fue el humor [véase la “intención paradójica” de Frankl, 1960]. El
humor era utilizado espontáneamente, y con frecuencia ayudaba a salvar situaciones
difíciles. Cuan do todo el grupo estaba asustado, alguien rompía el hie lo con un chiste, que
era agradecido con una risa de ali vio”.
Como enseña la logoterapia, la capacidad de autodesprendimiento —junto con otra
capacidad: la de autotrascendencia (Frankl, 1959)— es un fenómeno intrínseca y
definidámente humano y, como tal, elude cualquier tentativa reduccionista de referirle
a fenómenos subhumanos. En virtud del autodesprendimiento, el hombre es capaz de
bromear acerca de sí mismo, de reírse de si mismo y de ridiculizar sus propios miedos.
En virtud de su capacidad de autotrascendencia puede olvidarse de si mismo, entregarse
y abrirse al sentido de su existencia. Desde luego, también puede resultar frustrado en
cuanto a su búsqueda de sentido, mas esto también es comprensible a nivel humano. Los
puntos de vista psiquiátricos que se adhieren, bien al “modelo de la máquina” o al
“modelo de la rata”, como los denomina Gordon Allport (1960), se privan a si mismos de
medios terapéuticos. Después de todo, ninguna computadora es capaz de reirse de si
misma, ni es capaz una rata de preguntarse a ¿ .misma si su existencia tiene sentido.

DIEZ TESIS SOBRE LAS PERSONAS


Siempre que nos referimos a la persona, la asociamos, involuntariamente, a otro concepto,
que se entrecruza con el concepto de persona: el concepto de «individuo». Y ésta es ya la
primera tesis que presentamos aquí:
1- La persona es un individuo: la persona es algo que no admite partición, no se puede
subdividir, escindir, porque es una unidad. Hoy en día ni siquiera se habla de
«'doble conciencia», sino más bien de conciencia alternante.
2- La persona «no es sólo un individuo sino también insionmabile: quiero decir que
no solamente no se puede partir sino tampoco se puede agregar, y esto porque no es
sólo unidad sino que es también una totalidad.'' Como tal, tampoco puede
incorporarse del todo en clasificaciones incluyentes, como son, en la masa, en la clase
o en la raza: todas estas '«unidades» o «totalidades», que representan jerarquías en que
se engloba al hombre, no son entidades personales, sino a lo sumo pseudopersonales.
El hombre que cree asimilarse a ellas, en realidad, solamente se hunde en ellas; si se
asimila a ellas en cuanto persona, se abandona a sí mismo.
3- Cada persona es absolutamente un ser nuevo. Ya vemos: con cada persona que viene
al mundo, se inserta en la existencia un nuevo ser, se le trae a la realidad; pues la
existencia espiritual no puede propagarse, no puede pasarse de padres a hijos. Lo
único propagable son los ladrillos, pero no el constructor.
4- La persona es espiritual. Por su carácter la persona espiritual se halla en
contraposición heurística y facultativa con el organismo psicofísico. Este, el
organismo, es la totalidad de los órganos, es decir de los instrumentos. La
función del organismo -la misión que debe llenar para la persona que lo lleva (y a la
que lleva)- es, por lo pronto, instrumental, y, más allá, expresiva: la persona ne
cesita de su organismo para actuar y expresarse. Como instrumen to que es en este
sentido, constituye un medio para un fin y, como tal, tiene valor utilitario.
5- La persona es existeneial: con esto se significa que no es fáctica ni pertenece a la
faeticidad. El hombre, como persona, no es un ser fáctico sino un ser facultativo;
él existe de acuerdo a su propia posibilidad para la cual o contra la cual puede
decidirse. Ser hombre es ante todo, y como siempre vuelvo a decir, ser profunda y
finalmente responsable. Con eso también se significa que es más que meramente
libre: en la responsabilidad se incluye el para qué de la libertad humana -aquello para
lo que el hombre es libre-, en favor de qué o contra que se decide.
6- La persona es yoica, o.sea, no responde al «ello»», no se halla bajo la dictadura del
«ello», una dictadura en que Prcud pudo haber pensado cuantío afirmó que el
«yo»» no era amo en su propia casa. Las persona, el «yo» no se puede derivar del
«ello» por lo instintivo, ni dinámica ni genéticamente; el concepto del «yo»* ins
tintivo hay que rechazarlo por ser completamente contradictorio.
7- La persona no es sólo unidad y totalidad en sí misma (ver las tesis 1 y 2), sino que
la persona brinda unidad y totalidad: ella presenta la unidad Físico-psíquico-
espiritual y la totalidad representada por la criatura «hombre»». Esta unidad y esta
totalidad sólo será brindada, fundada y dispensada por la persona; se constituye, se
funda y garantiza solamente por la persona. Nosotros, los hombres, conocemos a la
persona espiritual sólo en coexistencia con su organismo psicofísico. El hombre,
entonces, representa punto de interacción, un cruce de tres niveles de existencia,
lo fisico, lo psíquico, y lo espiritual, pues es unidad o totalidad, pero dentro de esta
unidad y totalidad, lo espiritual del hombre se contrapone a lo físico y lo psíquico.
Justamente, la psicoterapia no debe desoír esta llamada, lo he denominado cl
segundo credo, el credo psico- terapcutico: la fe en esta capacidad del espíritu del
hombre, bajo cualquier circunstancia y condiciones, de desapegarse de lo psico-
físieo y ubicarse a una distancia fecunda.
8- La persona es dinámica: justamente por su capacidad de distanciarse y
aparcarse de lo psicofísico es que se manifiesta lo espiritual. Por ser dinámica
no debemos bipostasiar a la persona espiritual, y por eso no podemos
calificarla de substancia, por lo menos no en el sentido corriente.
9- El animal no es persona puesto que no es capaz de trascen derse y de enfrentarse a sí
mismo. Por eso el animal no posee el correlato para ser persona, no tiene un mundo
sino sólo un medio ambiente. Si tratamos de extrapolar la relación «animal-
hombre*», respectivamente medio ambiente-mundo, llegamos al mundo «su
perior.
10- La persona no se comprende a sí misma sino desde el punto de vísta de la
trascendencia. Más que eso: el hombre es tal, sólo en la medida en que se comprende
desde la trascendencia, también es sólo persona en la medida en que la trascendencia
lo hace persona: resuena y reverbera en el la llamada de la trascendencia. Esta llama
da de la trascendencia lo recibe en la conciencia. Para la logoterapia, la religión es y
no puede ser otra cosa que un tema, nunca una posición básica. La logoterapia debe
manejarse más acá de la le en la revelación y responder al interrogante por el sentido
desde más acá de la bifurcación que divide la visión del mundo en teísta y
ateísta.

EL SENTIDO DE LA VIDA
Viktor Frank
El tercer supuesto básico de la existencia del hombre es el sentido de la vida. El hombre
como “buscador de sentido”, es decir, un ser en procura del descubrimiento de un valor para
realizarlo y al hacerlo constituirse en “si mismo”. Este experimenta necesidades que
provienen del cuerpo y reconoce objetos específicos de satisfacción, o por su naturaleza
psicológica experimenta necesidades que provienen de esa dimensión y reconoce objetos
específicos de satisfacción.
El sentido se refiere a la coherencia y que la búsqueda de sentido termina siendo en realidad
una búsqueda de coherencia personal. El descubrimiento y la realización de aquel valor, le
confiere a mi vida orientación (porque me marca un “hacia donde”), unidad o integración
(porque nuclea mis esfuerzos en torno a esa orientación preservándome de la distracción y la
dispersión) y dirección (porque conduce mi vida en la realización de tal tarea).
JUNG: “la carencia de un significado vital desempeña un papel crucial en el desarrollo de las
neurosis. En última instancia, hay que entender la neurosis como un sufrimiento del alma que
no ha descubierto su significado. Aproximadamente la tercera parte de mis casos no padecen
de ninguna neurosis clínicamente definible, sino de la falta de sentido y de propósito en sus
vidas”. (neurosis existencial)
La frustración de sentido implica o genera una sensación de disolución del significado, una
disolución de los fundamentos sobre los que descansa la vida. De modo tal que en tales
circunstancias hay una verdadera “irrupción” de la vida. No se trata del hombre
preguntándose por el sentido de la vida sino más bien la vida cuestionando al hombre sobre
su sentido. “El individuo debe buscar una respuesta a la vida, buscar el sentido de la vida,
para encontrarlo y no para inventarlo; el individuo no puede dar sin más un sentido a la vida,
sino que debe tomarlo de ella”.
Otro aspecto importante es el rescate que hace Frankl sobre la importancia del sentido de la
vida como “cuestionamiento” dentro del proceso terapéutico y como signo de salud. No es el
hombre preguntando sino el hombre cuestionando por aspectos cosmovisionales.
Cuestionarse acerca del sentido de la vida no es síntoma de neurosis o enfermedad alguna, tal
como lo plantea Freud: “El problema del sentido de la vida no debe interpretarse nunca como
síntoma o expresión de algo enfermizo, patológico o anormal en el hombre; lejos de ello, es
la verdadera expresión del ser humano de por sí, de lo que hay de verdaderamente humano,
de más humano en el hombre”. La pregunta o preocupación por el sentido de la vida se
reduce a ser una elaboración secundaria de la libido, una especie de producto de mecanismos
de elaboración de energías primarias.
Para la logoterapia frankleana la preocupación por el sentido de la vida es uno de los
supuestos básicos de la existencia y se constituye en el fenómeno en sí mismo, no en un
epifenómeno de lo primario, no en el producto de elaboración de contenidos inferiores.  Al
sentido de la vida puedo acceder, puedo descubrir tomando contacto con los valores: “de
acuerdo con la logoterapia, podemos descubrir este sentido de la vida en tres modos: (1)
realizando una acción; (2) teniendo algún principio; (3) por el sufrimiento.
Cuando se habla del sentido de la vida, o cuando nos enfrentamos con alguien que se halla
desorientado al respecto, es habitual la expresión “hacer algo” que le dé sentido a la
existencia. Es así que muchas personas tratando de “llenar “de sentido sus vidas se abarrotan
de actividades y quehaceres de diversa índole, no alcanzando más que aturdimiento o huir
compulsivamente de su propia vivencia. Es que en realidad existen otros valores dadores de
sentido que se realizan no por la acción. 3 categorías:
·         VALORES CREADORES: Aquellos que son realizables por medio de actos de
creación.
Evidentemente, “hacer algo” significativo, sea una obra de arte, ciencia, una obra de caridad,
paternidad, etc.; constituye “quehaceres” que se orientan y configuran en virtud de una
percepción valorativa, quiero decir, lo hacemos por “algo”. A este rubro pertenecen los
valores de creación o creadores. Sea tal vez en ellos en los que más claramente pueden
observarse la relación valor-sentido.
·         VALORES VIVENCIALES: que se realizan por medio de la vida misma,
vivenciándola.
Estas se realizan en la entrega a las vivencias que la vida nos ofrece. Sea la belleza de la
naturaleza, del arte, el instante vivido con la persona amada, la sonrisa de un hijo, etc. Del
mismo modo, momentos “particularmente altos” en lo que hace a su impacto vivencial
establecen la imponencia de toda una vida.
·         VALORES DE ACTITUD: Están representados por las actitudes que asume la
persona ante las limitaciones que la vida le impone.
Consiste en la actitud que adopta el individuo ante las limitaciones que la vida le propone:
“una existencia al parecer empobrecida -aunque, en realidad, solo sea pobre en valores
creadores y vividos – puede ofrecer, a pesar de todo, una última posibilidad, y la más grande,
de realización de valores”. Aquí lo que interesa es cómo afronta la persona estas
circunstancias cuando no puede optar no vivirlas. D esta manera, la vida del hombre conserva
hasta los peores momentos y hasta el final, un sentido, siendo su tarea la de descubrir ante
cualquier circunstancia.
La vida encierra y conserva un sentido. Ese sentido es peculiar y original respecto de cada
uno de nosotros.
El Suprasentido:
“Todos los seres humanos son esencialmente iguales en el mundo entero, Todos desean la
paz, comida, un hogar, un empleo, familia. Sobre todo, los inspira una fe común en un ser
Divino...”
No hay alternativas en las que no se pueda descubrir el sentido de la vida. Lo cotidiano y lo
excepcional, todo lo que nos ocurre “viviendo”, se plantea verdaderamente como una ventana
hacia su descubrimiento. Allí se manifiesta el “ser consciente” del hombre.
Todo esto constituye la posibilidad de que me integre en lo persona y aun en la trascendencia
horizontal.
El Suprasentido refiere a la conciencia de que existe un “sentido2 ultimo o primero que es a
su vez dador de sentido a todos los sentidos personales posibles. El hombre se siente siempre
reconfortado por la creencia o conciencia de que hay un patrón de coherencia por encima de
él.
La diferencia sustancial, en este caso, entre el animal y el hombre es que este puede
comprender la existencia de un mundo superior, un mundo que está por encima de él, una
sabiduría suprahumana que implanto en los animales sus instintos y en el hombre su
inteligencia. A esta convicción, el hombre accede por medio del conocimiento que se da a
través de la fe. El reconocimiento de ese Suprasentido que deriva de una sabiduría supra-
huamna, tranquiliza al hombre en tanto le permite comprender, vislumbrar, un referente
coherente, superior a él y continente.

EL ROL DEL LOGOTERAPEUTA


El logoterapeuta es un instrumento fundamental, no solo en su formación técnica profesional
sino en su formación personal y su posibilidad y disposición para encontrarse con el paciente
en un encuentro humano y humanizante. El encuentro logoterapeutico es fundamentalmente
humano, en tanto terapeuta y paciente son pares existenciales que se acompañan en la
búsqueda y descubrimiento del sentido. Es así que lo humano del logoterapeuta se establece
como el elemento excluyente, necesario, funtamental para conducir el proceso.
Dra. Elisabeth Lukas, detalla una lista con las características fundamentales que debía asumir
el “logoterapeuta ideal” en cuatro enunciados contradictorios, que completan o desarrollan un
perfil muy interesante:
1.       Primer principio contradictorio: el logoterapeuta tiene que ser pesimista y
optimista:
El optimismo esta generado en el descubrimiento, aceptación y comprensión de una
naturaleza humana que encierra potenciales riquísimos y que se constituyen a partir de la
dimensión espiritual en una verdadera y poderosa “fuerza de oposición y resistencia”. El
reconocimiento de una humanidad rica en posibilidades de elección y acción alienta al
logoterapeuta en una actitud de franco optimismo respecto de las posibilidades de este
hombre concreto, en esta circunstancia correcta. El logoterapeuta no puede ser un idealista,
no puede tratarse de un optimismo vano, hueco; la logoterapia, apelando a ese potencial
puede generar verdaderas renovaciones en una persona, o no.
La logoterapia no es la panacea universal ni todos los hombres pueden llegar a conectarse con
esos potenciales efectivamente ni todos los problemas que presentan los enfermos se refieren
al sentido de la vida. “haga lo que haga el psicoterapeuta, una cosa no debe hacer nunca:
sobrevalorarse”.
2.       Segundo principio contradictorio: el logoterapeuta debe buscar las causas y debe
saber ignorarlas.
La formación del terapeuta como científico y como tal, nos inclina necesariamente a la
búsqueda de las causas de los padecimientos de nuestros pacientes y aun nos lleva a elaborar,
en base a las “pistas “halladas, hipótesis causales de los padecimientos actuales. Muchas
veces esas causas son irremediables, no se pueden modificar, son contundentes y,
especialmente, conocerlas hace más mal que bien. Si bien el logoterapeuta debe saber
descubrir las causas e incluso hacer hipótesis causales, debe saber también ignorarlas cuando
estas pueden afectar especialmente la condición y situación del paciente.
3.       Tercer principio contradictorio: el logoterapeuta tiene que comprender a quien,
efectivamente, no ha tenido nunca la posibilidad de una evolución sana, pero debe
comprender también a las personas que han tenido todas las posibilidades y no las ha
utilizado.
4.       Cuarto principio contradictorio: el logoterapeuta debe poseer un sistema de valores
propio, pero también tiene que respetar el d ellos demás.
Toda persona posee un sistema de valores propio que da sustento y respuesta a sus propios
cuestionamientos. Sería ilógico esperar que el terapeuta sea y se manifieste, en sentido,
neutro, como si no tuviera ese sistema de valores. Por otra parte, sería poco razonable que el
terapeuta imponga su sistema de valores al paciente, en una especie de adoctrinamiento o
“lavado de cerebros”. El terapeuta debe tener una amplitud tal que le permita ser “completo”
o completamente humano ante su paciente y a la vez respetuoso de la completa humanidad
del otro, cosa que influye su propio sistema de valores.
“.. su sistema de valore tiene que ser suficientemente amplio para permitirle aportar alguna
cosa en muchos campos”.
Frankl ha definido que cualquier psicoterapia muestra una ecuación de dos incógnitas
representadas por la personalidad única e irrepetible del paciente y la personalidad única e
irrepetible del terapeuta.

LA VOLUNTAD DE SENTIDO
Las neurosis no enraízan necesariamente en el complejo de Edipo o en el complejo de
inferioridad, sino que pueden ser también un problema espiritual, pueden estar
fundamentadas en un conflicto de conciencia o en una crisis existencial.
El psicoanálisis nos ha dado a conocer la voluntad de placer, a partir de la cual podemos
concebir el principio de placer. La psicología individual nos ha familiarizado con la voluntad
de poder, bajo la forma de tendencia al prestigio. Pero en el ser humano tiene raíces mucho
mas profundas lo que ha designado como voluntad de sentido: su esfuerzo por el mejor
cumplimiento posible del sentido de su existencia. Apenas se da una razón para ser feliz,
aparece esta felicidad, brota espontáneamente del placer.
Desviación del “fundamento de felicidad” lo que impide a los neuróticos sexuales alcanzar la
felicidad. Esta desviación respecto al “fundamento de la felicidad se da por una inclinación
forzada hacia la felicidad buscada en razón de si misma, hacia el placer en sí. Esto se explica
a partir de la razón de su voluntad de sentido, el hombre esta referido a la búsqueda de un
sentido y a su cumplimiento, pero también esta referido al encuentro con otro ser humano, al
que amar bajo la forma de un tu. Estas dos cosas, el cumplimiento y el encuentro, son las que
proporcionan al hombre el fundamento de la felicidad y del placer. Pero en los neuróticos esta
tendencia primaria queda como desviada hacia una tendencia directa a la felicidad, a la
voluntad de placer. El placer se convierte en objetivo único de una intención forzada, de una
hiperintencion. Y con esta hiperintencion se da la mano una hiperreflexion. El placer se
convierte en contenido y objeto único de la atención. Pero en la medida en que el neurótico se
preocupa por el placer, pierde de vista el fundamento del placer, y ya no puede obtenerse el
efecto placer.
El hombre solo es capaz de autorrealizarse en la medida en que cumple un sentido de
voluntad de placer y voluntad de poder: mientras que el placer no es sino un efecto
secundario, concomitante, del cumplimiento del sentido; el poder es un medio para el fin en
cuanto que, como cumplimiento del sentido, esta vinculado a ciertos condicionamientos y
presupuestos sociales y económicos.
Solo se forma esta voluntad de placer o, respectivamente, esta voluntad de poder cuando se
ha frustrado la voluntad de sentido o, dicho con otras palabras, cuando el principio del placer
se convierte, en no menor grado que el anhelo de prestigio, en una motivación neurótica.
Hoy ya no nos hallamos insertos, como en los tiempos de Freud, en una época de frustración
sexual. Nuestra época es la de frustración existencial. Frankl dice que las gentes viven hoy en
un vacío existencial, y que este vacío existencial se manifiesta sobre todo en el aburrimiento.
La frustración existencial
No existe tan solo la frustración sexual, la frustración del instinto sexual o de la voluntad de
placer, sino que se da también lo que en la logoterapia llamamos frustración existencial, es
decir, el sentimiento de falta de sentido de la propia existencia. El hombre actual no sufre
tanto bajo el sentimiento de que tiene menos valor que otros, sino mas bien bajo el
sentimiento de que su existencia no tiene sentido. Esta frustración existencial es patógena, es
decir, puede ser causa de enfermedades psíquicas, con la misma frecuencia al menos que la
tantas veces denostada frustración sexual.
El hombre existencialmente frustrado no conoce nada con lo que poder llenar lo que yo llamo
vacío existencial.
·         Schopenhauer: la humanidad oscila entre la necesidad y el aburrimiento.
Se advierte que, en el fondo de numerosos casos de frustración sexual, late la frustración de la
voluntad de sentido: solo en el vacío existencial prolifera la libido sexual.
Hay autores que llegan incluso a afirmar que los suicidios deben atribuirse, en ultima
instancia, a aquel vacío interior que responde a la frustración existencial.
·         Neurosis de paro laboral: crisis de jubilados, un problema de suma actualidad e
importancia para la medicina de la tercera edad. Permanente
Hans Hoff: “En numerosos casos, la posibilidad de dar un sentido a la vida, también en el
futuro, retrasa la aparición de los síntomas de vejez”.
Solo existe una manera de hacer frente a la vida: tener siempre una tarea que cumplir.
·         Neurosis dominguera: periódica, pasajera. Una depresión que acomete a aquellas
personas que se hacen conscientes del vacío de contenido de sus vidas cuando, al llegar el
domingo y hacer alto en su trabajo cotidiano, se enfrentan con el vacío existencial.
La frustración existencial no es manifiesta, sino latente. El vacío existencial puede quedar
larvado, permanecer enmascarado.
El horror vacui- la angustia del vacío- no se da tan solo en el ámbito físico, sino también en el
psicológico. En la tentativa de ensordecer el vacío existencial con el rugido de los motores y
la embriaguez de la velocidad veo yo el psicológica vis a tergo del vertiginoso aumento de la
motorización. Considero el ritmo acelerado de la vida actual como un intento de
automedicación de la frustración existencial. Cuanto mas desconoce el hombre el objetivo de
su vida, mas trepidante ritmo da a esta vida.
Preocuparse por algo así como el sentido de la existencia humana, dudar de tal sentido o
incluso hundirse en la desesperación ante la supuesta falta de sentido de la existencia, no es
un estado enfermizo, un fenómeno patológico. Es cabalmente la preocupación por el sentido
de su existencia lo que caracteriza al hombre como tal y no podemos reducir esto humano a
un simple “demasiado humano”, calificándolo, por ejemplo, de debilidad, de enfermedad, de
síntoma, de complejo.
La voluntad de sentido, esta pretensión humana de una existencia llena, hasta el máximo
posible, de sentido, es en sí misma tan poco enfermiza que puede movilizársela como factor
terapéutico. Conseguir este objetivo es uno de los propósitos primordiales de la logoterapia lo
que, en un contexto concreto, significa un tratamiento orientado al sentido.
El sentido del sufrimiento
La capacidad de sufrimiento no es, en definitiva, otra cosa que la capacidad de realizar lo que
yo llamo valores de actitud. En efecto no es solo la creación la que puede dar sentido a la
existencia, ni es solo la vivencia, el encuentro y el amor lo que puede hacer que la vida tenga
sentido, sino también el sufrimiento. Se trata de realizar el valor supremo, de la ocasión de
cumplir el más profundo de los sentidos.
Así pues, desde la perspectiva médica, o por mejor decir, desde la perspectiva del enfermo, el
problema central gira en torno a la actitud con que uno se enfrenta con la enfermedad, la
disposición o talante con que se contempla la enfermedad. Se trata de la actitud adecuada, del
adecuado y sincero sufrimiento de un auténtico destino.
Cuando ya no existe ninguna posibilidad de cambiar el destino, entonces es necesario salir al
encuentro de este destino con la actitud acertada.
·         La suprema dignidad del hombre es el sufrimiento
Los valores de actitud demuestran ser mas excelentes que los valores creadores y vivenciales,
en cuanto que el sentido del sufrimiento es superior, dimensionalmente considerado, al
sentido del trabajo y al sentido del amor. Son perfectamente compatibles el cumplimiento y el
fracaso y, por el lado opuesto, el éxito y la desesperación.
La posibilidad de realizar obras creadoras, es decir, de apoderarse del destino mediante la
actuación correcta, garantiza la primacía frente a la necesidad de realizar valores de actitud.
Aunque la posibilidad de sentido que entraña el sufrimiento es, según la categoría de los
valores, superior a la posibilidad de sentido creador, es decir, por mucho que corresponda al
sentido de sufrimiento la primacía, la prioridad recae sobre el sentido creador. Efectivamente
para aceptar un sufrimiento que no viene necesariamente marcado por el destino, sino un
sufrimiento innecesario, no seria servicio, sino petulancia. Se trataría mas bien del
sufrimiento petulante. El afectado tendría que recurrir al valor, es decir, al valor de someterse
a la operación, mientras que el que se enfrenta rabiosamente con un cáncer inoperable debería
recurrir a la humildad.
El medico goza de la repentina oportunidad de ver como un paciente va llevando a cabo el
cambio de rumbo, desde el primer plano de la consciencia cotidiana, desde la posibilidad, al
alcance de toda existencia media, de dar un sentido a su vida mediante una actividad
creadora, a la necesidad de dar un sentido a la existencia mediante el sufrimiento, mediante la
aceptación de un destino doloroso.
La renuncia al amor puede inducir a una persona a aceptar y realizar un oportunidad del
cumplimiento de sentido, elegida de entre las diversas posibilidades que se encierra en este
empobrecimiento marcado por el destino.

EL HOMBRE DOLIENTE
La realización de los valores puede producirse por tres vías:
1.       La primera posibilidad de realizar valores consiste en crear algo, en configurar un
mundo
2.       Segunda posibilidad consiste en vivir algo, asumir el mundo, asimilar la belleza o la
verdad del ser
3.       Consiste en padecer, en sufrimiento el ser, del destino.
La realización de los valores en el sufrimiento del mundo y del destino muestra a las claras
que la no realización de valores creativos y de valores vivenciales ofrece la posibilidad de
realizar otros valores adoptando la actitud correcta ante esa limitación de posibilidades: los
valores actitudinales. De ese modo la renuncia forzosa supone un acicate para las máximas
posibilidades de sentido y de valor: las que solo se contienen en el sufrimiento.
Las posibilidades axiológicas del hacer creativo y de las vivencias pueden ser limitadas y
pueden agotarse; pero las posibilidades del sufrimiento son ilimitadas. Por eso los valores
actitudinales son superiores en rango ético a los valores creativos y vivenciales. También
porque lo que yo necesito para realizar obras creativas es algún tipo de talento; si lo tengo,
me basta utilizarlo. Para realizar valores vivenciales me basta asimismo con algo que ya
poseo: los órganos correspondientes.
Para realizar, en cambio, valores actitudinales, necesito, además de la capacidad creadora y la
capacidad vivencial, la capacidad de sufrimiento. Esta capacidad el hombre no la posee, debe
adquirirla el hombre por si mismo; tiene que padecerla primero para sí.
Jaspers define el ser del hombre como ser decisivo, que nunca es sin más, sino que cada vez
decide lo que es.
Hay algo además del medio ambiente y de la herencia, que constituye al hombre: lo que el
hombre hace de si mismo (carácter). Yo no actúo únicamente con arreglo a lo que soy, sino
que llego a ser lo que soy con arreglo a lo que hago.
El hombre se decide; como ser decisivo que es, el hombre no se limita a decidir algo, sino
que se decide a si mismo. Toda decisión es autodecisión y la autodecisión es
autoconfiguración. Mientras configuro mi destino, configuro la persona que soy, el carácter
que tengo, y se configura la personalidad que llego a ser.
Las decisiones son cada vez menos premeditadas, pero siguen siendo voluntarias, decisiones
libres. El ser humano se esta decidiendo en todo momento, si cada decisión, es en este
sentido, autodecisión, otro tanto cabe decir, y con mas razón, sobre la decisión primordial. La
bondad del obrar da como fruto, a la larga, la bondad del ser.
Sabemos que la acción es en definitiva la transmutación de una posibilidad en realidad, de
una potencia en acto. Pero en lo que respecta a la autoconfiguración, el agente no puede
conformarse con la unicidad de una acción; hace algo más: fija el acto en un hábito. Lo que
era acción, pasa a ser actitud. Pero su valor no es ahora menos, sino más elevado.
El hombre conoce la capacidad de sufrimiento como valor. El sufrimiento es un acto valioso.
El psicoterapeuta brinda animo y consuelo. Aunque se trate de casos aislados, el
psicoterapeuta fue testigo de que el ser humano no solo necesita siempre realizar el acto de
renuncia, sino que ese acto es posible. El psiquiatra se convierte en espejo que devuelve la
imagen de los enfermos que sufren de modo ejemplar, que hacen la renuncia. Solo el puede
descubrir posibilidades de sentido de vida, en el sufrimiento del otro, y despertar su anhelo de
sentido.
Cuando asumo un sufrimiento, cuando lo hago mío, crezco, siento un incremento de fuerza:
hay una especie de metabolismo. En el plano humano se trata de la transformación de ese
material bruto que es el destino: el doliente ya no puede configurar el destino externamente,
pero el sufrimiento le capacita para dominar el destino desde dentro, transportándolo del
plano de lo factico al plano existencial.
Sufrir significa obrar y significa crecer. Pero significa también madurar. El ser humano se
supera, madura hacia su mismidad. La maduración se basa en que el ser humano alcanza la
libertad interior, a pesar de la dependencia exterior.
Las situaciones extremas, por tanto, además de hacer que el hombre alcance la libertad
interior, le ayudan a conseguir la madurez plena. Tales situaciones vienen a ser una piedra de
toque de su madurez, un experimentum crucis.
El sufrimiento no significa solo obrar, crecer y madurar, sino también enriquecerse. El
hombre que, como queda dicho, madura hacia su mismidad, madura al encuentro de la
verdad. El sufrimiento no posee solo una dignidad ética; posee además una relevancia
metafísica. El sufrimiento hace al ser humano lucido y al mundo difano. El ser se vuelve
transparente, dejando asomar una dimensionalidad metafísica.
·         Homo faber: le hombre meramente productor; la absolutización, la divinización de los
valores creativos. El ser del hombre parecía activo, no pasivo. El hombre era un ser vivo y no
un ser sufrido.
Es necesario asumir el sufrimiento. Para asumirlo, para poder aceptarlo, yo debo afrontarlo.
Solo el sufrimiento asimilado deja de ser sufrimiento.
El hombre que busca el placer lo pierde. El placer solo puede ser un efecto, mas no una
intención; el placer se puede efectuar, mas no perseguir. Si se persigue, en lugar de buscar y
amar al ser humano, si la intención no va dirigida al otro, el hombre pierde también el placer.
La disposición al sufrimiento, la disposición al sacrificio, puede degenerar en masoquismo.
El sufrimiento solo tiene sentido cuando se padece a causa de. Al aceptarlo, no solo lo
afrontamos, sino que a través del sufrimiento buscamos algo que no se identifica con el:
trascendemos el sufrimiento. El sentimiento con plenitud de sentido es el sacrificio.
La presentación de sentido, la dotación de sentido que se produce cuando el sufrimiento pasa
ser sacrifico, llega hasta el punto de implicar toda la vida. El sacrificio puede dar sentido a la
misma muerte, mientras que el instinto de conservación es incapaz de dar siquiera sentido a la
vida: vivimos en una época de pulmones de acero, corazones artificiales y cerebros
electrónicos.
El sufrimiento puede ser necesario en la línea de una necesidad superior que le hace a uno
asumirlo libremente. El sufrimiento voluntario por excelencia es, por ejemplo, el martirio.
La conciencia del medico debe ser lucida y la confianza del enfermo debe ser ciega.

EL MODO HUMANO DE ENFERMAR


Acevedo Geronimo

Salud
La salud es el desarrollo del ser en su esencia y sentido. El sentido no es la causa de la salud
sino el motivo para tenerla.
Salud es capacidad de respuesta, no ausencia de cualquier falta. Por lo tanto, para expandir la
salud es preciso transformar al paciente en un protagonista activo y responsable, capaz de dar
respuesta. La salud es la capacidad de poder caer enfermo y defenderse, en tanto que la
enfermedad, por el contrario, es la reducción del poder y de superar las dificultades.
Para encarar el fenómeno de la salud del ser humano es necesario tomarlo como un intertexto.
Las dificultades de la salud no son nunca un problema sino un campo de problemas.
Un campo integrado por el hombre y su quehacer en el mundo, en la búsqueda del sentido,
seria el campo de ese intertexto que llamamos salud y al cual aportan las distintas ramas del
saber: la antropología, la psicología, la filosofía, la medicina, la sociología, las ciencias de la
educación y demás.
Con la logoterapia se trata de dar un paso mas y mirar alhombre en su indigencia espiritual,
detrás de lo psicógeno, más allá de cualquier dinámica emocional de la neurosis, para
ayudarlo desde aquí a encontrar el sentido de la vida y vivir el sentido de su vida. Los
psicoterapeutas no debemos formar hombres sin posibilitarlos.
El sentido no se da ni se transmite, se encuentra y se transita, siempre está combinado, pero
nunca cesa. Representa una magnitud vectorial. El hallazgo del sentido esta orientado a
aquella posibilidad de valor que cada individuo tiene y que al fin de cuentas puede realizar en
la unidad de su existencia.
El sentido de la vida debe buscarse a partir de la experiencia de cada ser humano: es único
para cada persona y se devela a través de los innumerables significados parciales que ofrece
cada una de las situaciones existenciales y de las opciones fundamentales de las personas
dentro del contexto personal, familiar, histórico, social en continua evolución.
1.       Valores de creación (dar)
Estos valores son realizados por el ser humano con su aporte al mundo en forma de creación,
trabajo y transformación. Esta dimensión humana postula el reconocimiento del “otro”.
2.       Valores de experiencia (recibir)
Estos valores se realizan a partir de lo que el ser humano recibe gratuitamente del mundo, en
forma de vivencia estática, en la contemplación de la naturaleza y a través del amor, meta
ultima y mas alta de la dimensión humana. “La salvación del hombre esta en el amor y a
través del amor”
3.       Valores de actitud (ante una circunstancia)
Estos valores corresponden a la postura que el ser humano toma ante aquellas situaciones
tipificadas por su irreparabilidad y fatalidad: a su actitud ante la “triada trágica “: culpa,
sufrimiento (dolor) y muerte.
·         Cuando el dolor es evitable, es innecesario sufrirlo; se debe erradicar a través de la
terapéutica en el caso del sufrimiento físico, a través de la terapia en el caso del sufrimiento
psíquico o con la actividad política o comunitaria en el caso del sufrimiento causado por la
injusticia social o la dictadura. Frente al dolor inevitable, la tarea consiste en encontrarle el
sentido; no todo es curable, ni dominable, y en ese caso aceptarlo es la actitud adecuada. Se
puede rescatar tres aspectos positivos en lo negativo del dolor: el valor de prestación, el
crecimiento y la madurez. Estos tres aspectos ayudan a superar el sufrimiento de inutilidad
del sufrimiento.
La tarea del terapeuta es no solo capacitar a sus pacientes para trabajar y disfrutar, sino
también ayudarlos a que sean capaces de sufrir, a que adquieran el sentido del sufrimiento. Si
no realiza esa tarea, tiene que ser consciente de que lo único que lo diferencia del veterinario
es la clientela.
Nuestro concepto de salud
Salud como:
·         Sentido de vida, en un plan de vida incluido en un proyecto familiar y social.
·         La posibilidad de escribir la propia historia vital en la propia familia, el trabajo y la
comunidad
·         La posibilidad de expresar lo “no dicho” en el dialogo y la reflexión
·         La posibilidad de sentirse querido y de querer, privilegiando el encuentro con el otro
·         La posibilidad de transformar y transformarse
·         La posibilidad de comprometerse, de participar y de sentirse participando
·         La posibilidad de establecer vínculos afectivos solidarios, de convivir.
Concepto de salud que apunta a la totalidad del hombre, es decir, bio-psico-espiritual a la
promoción de todo el hombre y de todos los hombres. Se trata de salir de uno mismo sin dejar
de ser uno mismo.
La enfermedad
Enfermedad: un angostamiento del ser en el mundo (Bisvanger)
Teoría de la armonía: en esta teoría se esta interpretando un fenómeno como el de la armonía
por la vía de reducirlo a una dimensión numérica, que se puede medir y pesar.
El error no está en la dificultad para entender el fenómeno de la armonía, sino en querer, por
medio de una extrapolación, explicarlo solo como una relación entre sus componentes. Esto
es lo que sucede en medicina y en psicoterapia cuando un fenómeno perteneciente a una
dimensión se analiza en otra, sin tomarse en cuenta su multidimensionalidad.
Teoría de los componentes: según algunos, los componentes del organismo eran las fuerzas
activas del organismo, la “dynameis”. Según otros, eran los humores de la sangre y la bilis, la
orina, etcétera. Se suponía que era la dynameis o bien los humores, y no que los humores se
movilizan por una dynameis. Se oponía lo uno a lo otro en lugar de integrar lo uno y lo otro
pero en distinta dimension.
Paracelso (1493-1541)
Era un medico con extensos conocimientos de química. Mostro gran interés en enfermedades
como la gota y la artritis, y le llamo la atención el hecho de que había una gran analogía entre
los procesos fisiológicos y patológicos del cuerpo humano y las reacciones químicas que
observaba en su laboratorio. Se planteo la pregunta: ¿no seria posible explicar el mecanismo
de la enfermedad en termino químicos? Explicar el mecanismo en términos químicos implica
en primer lugar un reduccionismo, porque lo químico es una parte del fenómeno que
interactúa con los otros componentes del fenómeno, y en segundo lugar, un exclusionismo
porque no se tiene en cuenta la dimensión de la respuesta antropológica.
Wiliam Harvey (1578-1657)
Describió la circulación de la sangre y demostró que un problema difícil de fisiología podía
resolverse experimentalmente aplicando principios físicos. Si la física podía explica la
circulación de la sangre, era muy posible que también pudiese explicar otros fenómenos
fisiológicos y aun los patológicos.
Explico solo aquello que podía demostrar por medio de la experimentación y no tuvo miedo
de admitir que ni podía resolver otros problemas. Esta actitud lo coloca entre los verdaderos
hombres de ciencia. Lo más importante para un médico es “saber lo que no sabe”
La enfermedad y el enfermo
Diferentes tipos de visión con respecto a la enfermedad:
·         Visión estática- anatómico: dimensión preponderante: espacio; expresión
predominante: forma; manifestaciones predominantes: tamaño y lugar.
·         Visión dinámica- fisiológico: dimensión preponderante: tiempo; expresión
preponderante: proceso; manifestación preponderante: función.
·         Visión antropológica: dimensión preponderante: “sentido”; expresión preponderante:
ser en el mundo (existencia); manifestación preponderante: respuesta.
Anatomía y fisiología
Anatomía: en el orden científico e la ha considerado como sustrato imprescindible para la
función y previa al conocimiento de esta.
La visión cosmológica (todo el padecimiento viene de afuera) genera una concepción de
hombre como esclavo de sus circunstancias. Así surge la mentalidad cosmopatológica, que
ejerció y aun ejerce, una poderosa influencia en la medicina.
Existe una visión de la enfermedad médico-causalista: hay una causa que produce el mal,
interna y externa. Este es un concepto etiológico especifico de la enfermedad. Con
posterioridad, la medicina fue brindando una visión mas dinámica, no solo etiológica sino
también fisiopatológica, por lo cual se entendió que el agente que causaba la enfermedad era
el mecanismo de acción que producía en el organismo una reacción. Esto es también cierto
pero insuficiente porque el enfermar humano no es solo un mecanismo.
Freud: no es el fundador de la medicina psicosomática ni de la hominización de la medicina,
sino que es el posibilitador de una medicina que incorpora lo psicológico a lo somático; seria
un posibilitador de la medicina psicosomática. La medicina psicosomática constituye un
límite, porque su visión del hombre no llega a abarcar la dimensión espiritual, si bien la
posibilita a partir de su enfoque antropológico.
Circulo de Viena: concepto de “órgano neurosis”, la importancia de las manifestaciones
somáticas como consecuencia de los trastornos psíquicos. La historia clínica del hombre
enfermo se extiende a todas las enfermedades, es decir, lo que pasa en la historia clínica del
hombre enfermo, en la biografía del hombre, no solo tiene importancia en las enfermedades
psicológicas sino en todas las enfermedades. Krehl: la enfermedad no se agota en ser un
proceso: es, además, primordialmente, un sufrimiento. Se ve la enfermedad como totalidad
del hombre; la realidad es el hombre enfermo.
Von Weizsacker: cambio fundamental en donde se pone el acento en el enfermo antes que en
la enfermedad. Se empieza a hablar de tratamiento y no de terapéutica, de hombre y no de
organismo, de cardiópata y no de cardiopatía. Estos cambios fundamentales se deben a Von
Weizacker, que trata de encontrar el sentido de la enfermedad de4ntro de la biografía del
enfermo. La enfermedad debe ser no solo conocida y explicada por el médico, sino
comprendida por el medico y el paciente. Se empieza a hablar del fenómeno de la
comprensión. La histeria clínica es la biografía del enfermo, es su propia existencia. La
primera parte de la historia clínica es la anamnesis, o sea el recuerdo, de “recordi”, que es
acordarse con el corazón y no solo con la razón; es el recuerdo de los acontecimientos
vividos. Los acontecimientos biográficos constituyen la sobrecarga en el proceso del
padecimiento que estamos viviendo.
El enfermo no es, ante lo patológico, mero cuerpo ni simple ser viviente, sino persona: un
individuo vivo dotado de intimidad, inteligencia racional y libertad, que hace su vida- con
mayor o menor deliberación- proyectándola según una idea de si mismo y del mundo, y
cumpliendo o intentando cumplir sus propios proyectos.
El método biográfico no es una explicación, sino un modo de percibir observando. Con el no
se obtienen nuevos factores o substancias, algo así como radiaciones de la explicación
misma. La introducción del sujeto en el método de la investigación es el punto sobre que se
aplica esa variación en el fundamento.
Frankl reconoce el valor biográfico como un valor de expresión personal y lo define como la
explicación de la persona. Así también, la persona se revela en su biografía, se abre en su
esencia, en su ser inconfundible o una explicación biográfica, mientras que se cierra para un
análisis directo.
El enfermo es quien le da sentido a su enfermedad y al enfrentarse con ella como destino. En
el enfrentamiento con el destino de su enfermedad, en la actitud que adopte frente a este su
destino, cumple el hombre enfermo, el homo patiens, no un sentido, sino el mas profundo
sentido; consigue no un valor, sino el supremo valor. El sentido no esta en el hecho de sufrir,
sino en la manera de sufrir.
Se habla de lo físico y lo espiritual como de dos facetas que completan al hombre, pero no
como cosas paralelas. El hombre tiene que ser visto como naturaleza, como physis, en cuanto
sujeto o individuo que se proyecta en su manifestación psicofísica. Es el hombre en cuanto
persona, portador de valores, protagonista del mundo del espíritu, en comunicación con los
otros hombres y proyectando hacia un mundo suprapersonal.
Crecer consiste en armonizar y transformar los distintos aspectos internos y externos de
nuestro ser en un equilibrio cambiante, en el que avanzamos hacia nuevos descubrimientos,
aparecen nuevas alternativas, surgen nuevos problemas. Este es el gran desafío al
estancamiento, a la apatía, a la inercia y es el continuo fluir de la transformación: el ser
siendo.
La actitud del médico y del terapeuta es la de tratar de comprender no lo que le dicen, sino al
que habla. Su tarea consiste no solo en analizar que ocasiono el padecimiento de su paciente
y comprender su sufrimiento, sino también y principalmente, en concebir junto con el
paciente nuevas alternativas plenas de sentido, transformando la enfermedad en un desarrollo
de la conciencia producido por un proceso corporal.
El vitalismo nos remite un poco a una cultura “ligth” actualmente existente, a la vida como
solo vida vegetativa. La existencia del ser humano precisa no solo vivir y le es insuficiente
solo convivir: necesita consistir. Hay una patología en el ser humano y esto es que su vida
carezca de consistencia. Se puede vivir, convivir y ser inconsistente; es la patología de la falta
de sentido.
El espíritu es más que la energía: se manifiesta en la energía. El vitalismo se basa en la
materia, pero el espíritu no se puede manejar en las dimensiones temporoespacial que se
maneja la materia.
En este modo de ser “hombre enfermo”, el hombre viene implicado en su totalidad, de
manera tal que el accidente morboso emerge y se manifiesta en cada una de las dos facetas
que al integrarse completan al hombre.
Enfermedad y enfermar
La enfermedad es una cualidad, algo abstracto, conceptual e inasible y no se la puede estudiar
aisladamente, sino insita en el hombre enfermo, que es el sustentáculo concreto que la
soporta.
Se puede hablar de enfermedades considerando la vida humana desde distintas facetas: en un
sentido biológico, social o existencial. Jaspers: la enfermedad de por si carece de significado
objetivo y la considera como un concepto normativo que depende más de la concepción
imperante en los medios culturales que del juicio del médico. No existen enfermedades sino
problemas de salud que, por lo común son multifactoriales.
El enfermar humano
El hombre recrea la enfermedad a cada instante; esto es lo que denominamos el modo
humano de enfermar.

EL DON DE LA TERAPIA
Yalom Irvin
Uno de nuestros principales modos de negar la muerte es la creencia en la condición especial
de la propia persona, la convicción de que estamos exentos de la necesidad biológica y de que
la vida no nos tratará con la misma dureza con que trata a los demás.
Erik Erikson: etapa tardía de la vida como generatividad, una era posnarcisista en la que la
atención pasa de la expansión de si mismo al cuidado y preocupación por las generaciones
siguientes.
Los psicólogos clínicos enfrentan las mismas presiones de mercado y la mayoría de las
escuelas de psicología enseñando una terapia orientada al síntoma, breve y, por ello mismo,
reembolsable.
Dentro del campo de la psiquiatría, tuvo dos intereses: terapia de grupo y terapia existencial
las dos modalidades son diferentes, no solo a causa del formato, sino de su marco de
referencia fundamental. En cuanto a la terapia de grupo, trabajo desde un marco de referencia
interpersonal y parto de la suposición de que los pacientes caen en la desesperación debido a
su incapacidad para desarrollar y mantener relaciones interpersonales gratificantes. Desde el
marco existencial de referencia, parto de una suposición muy distinta: los pacientes caen en la
desesperación como resultado de una confrontación con los hechos crueles de la condición
humana, las condiciones o datos de la existencia.
Definición de psicoterapia existencial: la psicoterapia existencial es un enfoque terapéutico
dinámico que se centra en problemáticas que tienen sus raíces en la existencia. El termino
dinámico tiene tanto un sentido vulgar como un sentido técnico. En el sentido mas prosaico
de dinámico y que implica la posesión de energía o vitalidad obviamente resulta relevante
para la definición.
En sentido técnico retiene la idea de fuerza, pero enraizado en el modelo del funcionamiento
mental propuesto por Freud, que postula que fuerzas en conflicto en el interior del individuo
generan sus pensamientos, sus emociones y su comportamiento. Estas fuerzas en conflicto
existen en distintos niveles de conciencia; de hecho, algunas son completamente
inconscientes.
La psicoterapia existencial es una terapia dinámica que, como las distintas terapias
psicoanalíticas, parte del supuesto de que las fuerzas inconscientes influyen en el
funcionamiento consicnete.
El enfoque de la psicoterapia existencial postula que el conflicto interior que nos atormenta
surge no solo de nuestra lucha con fuerzas instintivas reprimidas o con figuras adultas
significativas que tenemos internalizadas o con fragmentos de recuerdos traumáticos, sino
también de nuestra confrontación con los hechos de la existencia. Cuatro cuestiones ultimas
son especialmente relevantes para la psicoterapia: la muerte, el aislamiento, el sentido de la
vida y la libertad.
Proceso y contenido: los dos aspectos fundamentales del discurso terapéutico
·         Contenido: las palabras exactas que se dicen, los temas sustanciales que se tocan.
·         Proceso: se refiere a una dimensión enteramente distinta y de una importancia enorme:
la relación interpersonal entre el paciente y el terapeuta.
Un terapeuta eficiente no debería nunca forzar la discusión de ninguna de las áreas del
contenido: no es la teoría la que debe guiar la terapia, sino la relación. Influencia
profundamente en la naturaleza de la relación entre el terapeuta y el paciente y afecta cada
una de las sesiones de terapia.
Para algunos el termino paciente sugiere una postura terapéutica autoritaria, descomprendida,
desinteresada y altiva. Mi propósito es alentar todo el tiempo una relación terapéutica basada
en el compromiso, la apertura y la igualdad.
Mis metas terapéuticas con estos pacientes son ambiciosas; además de la desaparición del
síntoma y el alivio del dolor, intento facilitar el crecimiento personal y un cambio básico de
carácter
Evite el diagnostico (excepto para las compañías de seguro) cap 2
Los administradores de los servicios de salud exigen que los terapeutas lleguen rápidamente a
un diagnostico preciso y luego prosigan con un plan de terapia breve y puntual que se ajuste a
ese diagnostico particular. Tiene muy poco que ver con la realidad. Representa un intento
ilusorio de generar mediante una ley la precisión científica cuando no resulta posible ni
deseable.
Aunque el diagnóstico es indiscutiblemente crítico para la consideración de tratamientos en
muchas condiciones graves con un sustrato biológico, el diagnostico a menudo resulta
contraproducente en la psicoterapia cotidiana de pacientes menos severamente dañados. La
psicoterapia consiste en un proceso de desarrollo gradual en el que el terapeuta intenta
conocer al paciente tan completamente como sea posible. Un diagnostico limita la visión;
disminuye la habilidad de relacionarse con el otro como persona. Una vez que realizamos un
diagnóstico, tendemos selectivamente a desatender aspectos del paciente que no encajan con
ese diagnóstico; particularmente y correspondientemente prestamos una atención exagerada a
rasgos sutiles que parecen confirmar el diagnostico inicial. Un diagnostico puede actuar como
una profecía autocumplida. relacionarse con el paciente rotulándolo de borderline o de
histérico puede servir para estimular y perpetuar esos mismos rasgos.
En el quehacer terapéutico debemos seguir una fina línea de un cierto grado de objetividad,
pero nunca debe ser exagerada.
Empatía: mirando por la ventana del paciente. Cap 6
Tratemos de ver le mundo como lo ven nuestros pacientes.
Carl Rogers-- empatía exacta: una de las tres características esenciales de una terapia efectiva
(justo con una mirada incondicionalmente positiva y el ser genuino) e inicio el campo de la
investigación psicoterapéutica, que termino por reunir bastante evidencia en apoyo de la
efectividad de la empatía
La terapia se potencia si el terapeuta ingresa con precisión en el mundo del paciente. Los
pacientes se benefician muchísimo por la sola experiencia de ser vistos y comprendidos en su
totalidad. De allí que sea muy importante reconocer el modo en que nuestros pacientes
experimentan el pasado, el presente y el futuro.
Una empatía exacta es sumamente importante en la esfera del presente inmediato. Recuerde
que los pacientes ven la hora de terapia de una manera muy distinta que los terapeutas. No
suponer que el paciente y yo tenemos la misma experiencia durante la sesión.
La empatía forma tanto parte de nuestro discurso cotidiano que tendemos a olvidar la
complejidad del proceso. Es extremadamente difícil saber realmente lo que el otro siente;
muchísimas veces proyectamos nuestros propios sentimientos sobre él.
Naturalmente, conocer el pasado del paciente potencia la propia capacidad para mirar por la
ventana del paciente. La investigación del pasado sea importante, no para la construcción de
cadenas causales, sino porque nos permite ser empáticos con mayor exactitud.
Enseñe la empatía. Cap 7
Una empatía exacta es un rasgo esencial no solo para los terapeutas sino también para los
pacientes y debemos ayudarles a desarrollarla para con los otros.
Ayude a sus pacientes a experimentar empatía con usted y automáticamente realizaran las
extrapolaciones necesarias a las personas importantes de sus vidas.
Enseñanza: incito al paciente a que se dirija a mi o me interrogue directamente y me esfuerzo
por contestar de una.
Sí comete algún error, admítalo. Cualquier intento de taparlo terminará por jugar en su
contra. En algún nivel el paciente sentirá que usted esta actuando de mala fe y la terapia se
resentirá. Además, una admisión franca del error es un buen ejemplo para los pacientes y otro
signo de que ellos le importan.
Cree una nueva terapia para cada paciente. Cap 10
Los terapeutas deben establecer con el paciente una relación caracterizada por un lazo
genuino, por una mirada positiva e incondicional y por la espontaneidad. Instan a sus
pacientes a comenzar cada sesión con sus “puntos de urgencia” y a explorar.  
Recuerden el principio terapéutico fundamental de que todo es aprovechable.
El acto terapéutico, no la palabra terapéutica. Cap 11
Aproveche toda oportunidad que se presente de aprender de sus pacientes. Tómese la
costumbre de indagar sus puntos de vista sobre lo que le resulta provechoso del proceso
terapéutico. Los puntos de vista del paciente sobre los hechos provechosos de la terapia son
en general relacionales y casi siempre implican algún acto del terapeuta que excedió el marco
de la terapia o algún ejemplo gráfico de su consistencia y presencia.
  

EL PROCESO PSICODIAGNOSTICO Y
SUS PROBLEMAS
Guberman Marta
Los que partimos de una concepción humanista de nuestro quehacer y de nuestro vivir nos
encontramos con el viejo problema de la objetividad.
La objetividad de las ciencias es una construcción del hombre. Por lo tanto, la realidad que
revela dicha objetividad no puede ser independiente del hombre, ya que es la respuesta a una
pregunta o a un problema planteado desde el propio sujeto.
 El científico racionalista se rige por el “principio de razón suficiente”; mientras que el
fenomenólogo adopta una actitud natural, que lleva implícita la aceptación de la realidad que
tiene delante, tal como se da. Estas formas de conocimiento reflejan dos maneras de
vincularse con el objeto de conocimiento, ya que el racionalista pone distancia con la
realidad, mientras que el fenomenólogo se implica en ella.
Es así como la fenomenología describe la objetividad como el “no cubrimiento de la
realidad”, y sostiene que la subjetividad es la encargada de descubrir. Descubrimiento que es
posible por medio de la sensopercepción. Es decir, cuando percibimos, no solo obtenemos
una información intelectual o cognoscitiva del mundo, sino que también este mundo será
aprehendido en forma patica o emocional. El factor emocional enriquece la percepción y hace
que la verdad sea relativa y absoluta.
Todo diagnóstico es un recorte posible de la realidad de un Tú; realidad cuya subjetividad
cubre y que mi subjetividad intentará descubrir. Significa, desde una postura humanista, pasar
de la relación sujeto-objeto a la relación sujeto-sujeto unidos por una misma intencionalidad,
que es la introversión o el conocimiento existencial.
El “otro lugar”: es lo que en las ciencias humanas llamamos “sentido”. Implica nada menos
que las inagotables connotaciones de un fenómeno.
Cuando esta relación sujeto-sujeto es medida por técnicas auxiliares de diagnóstico, puede
suceder que nuevamente corramos el riesgo de quedar entrampados en la pretendida
“objetividad” de ellas.
El abordaje humanista del diagnóstico, exige la conciencia de que, por encima de toda
técnica, hay una clínica; es decir, una praxis que integra los datos cualitativos y cuantitativos
a esa totalidad que es el ser humano. Y también la conciencia de que, por encima de toda
clínica, hay una metaclínica; esto es, un “otro lugar” más allá de la clínica.
Nuestra tarea es ayudar a hallar el enlace de sentido entre una y otra orilla del
repliegue(enfermedad), para darle esa sensación de continuidad que necesita su identidad, ya
que un diagnóstico que no tenga en cuenta el sentido de tal repliegue, no será útil para nadie.
El diagnóstico en psicología debe pasar por 3 momentos:
1.       Momento genérico: en el que se responde la pregunta general acerca de si esta la
persona sana o enferma. Una persona será tanto más sana cuanto mayor sea su libertad para
“pensar de acuerdo consigo misma y con sus propias capacidades”, “actuar sin compulsión o
inhibición exagerada”, “sublimar impulsos y conflictos” y “establecer, mantener y gozar de
los vínculos humanos”
2.       Si resulta que la persona tiene restringida alguna de estas libertades, o todas ellas,
pasamos al segundo momento, que es el “específico”.
3.       Momento “de personificación”, al que se llega únicamente si se ha establecido una
relación sujeto-sujeto. Se intentará hallar el sentido del padecimiento, el significado que tiene
para esta persona.
Momento genérico del diagnóstico. Cap 1
Se responde a la pregunta general acerca de si esta persona está sana o enferma.
Cuando hablamos de libertad, podemos hacerlo en cuatro niveles:
·         Físico: el de la naturaleza, donde predomina fundamentalmente la necesariedad y el
determinismo.
·         Psicológico: en el cual la libertad se expresa como libre albedrío: somos conscientes y
capaces de discernir entre lo que queremos y lo que no queremos, entre lo que nos conviene y
lo que no nos conviene. El libre albedrío tiene que ver con la posibilidad de elegir frente a
una variedad de situaciones que tienen que ver con el polo placer-dolor o agrado-desagrado.
·         Racional: la libertad se relaciona con el obrar de acuerdo con una ética. Elegir entre
algo que debo realizar o no de acuerdo a mi conciencia moral.
·         Ontológico: libertad exterior. La libertad es de índole interior o radical. Es la libertad
creadora, la libertad que trasciende, la que pertenece a nuestra misma esencia. Es una
facultad, intrínseca a nuestra existencialidad, de la que nunca se nos podrá despojar.
Esta última es la libertad de la que habla Frankl. El hombre ya no depende de sus
condicionamientos, sino que tales condicionamientos dependen de la decisión del hombre en
cuanto a rendirse ante ellos o superarlos. El ser es potencia y posibilidad; siendo la libertad la
aceptación consciente del desarrollo de nuestras posibilidades. La libertad ontológica es la
que nos faculta para elegir un camino, un proyecto, un sentido. Por eso, Pareja Herrera no
habla del hombre como ser libre, sino como ser llamado a ser libre. Y Frankl habla de
hombre incondicionado, porque es el que en todas las condiciones nunca deja de ser hombre.
El hombre es un ser fáctico, es decir, depende de su cuerpo y del mundo que lo rodea; y esta
facticidad lo condiciona, por lo que su libertad solo puede ser tal dentro de los límites que ese
cuerpo y ese mundo imponen. Es dueño de sus actos y de su situación para poder desarrollar
sus potencialidades; las cuales están contenidas dentro de su facticidad. La facticidad nos
encarcela, pero la espiritualidad nos da alas.
Ser libre y responsable equivale a ser el dueño de nuestro propio destino. El acto libre
conlleva a los riesgos del fracaso y de la falibilidad, y aparece el miedo porque nos sabemos
incompletos, imperfectos, capaces de fallar. Por eso, la superación de este temor es también
un indicador de salud.
La normatividad se define como la coherencia o continuidad que subyace en la fluctuación
entre los polos salud-enfermedad. Esto significa que la aparición de un síntoma en la
conducta de la persona, o su descompensación, será evaluada clínicamente dentro de su
normatividad subjetiva.
Tenido en cuenta estos dos parámetros (libertad y normatividad) es patológico en la vida de
la persona:
·         Toda puesta en marcha de una energía mayor a la suficiente y necesaria para una tarea
determinada
·         Toda función que se desestructura, tornándose en disfunción; es decir que, en lugar de
llevar a la adaptación, la dificulta.
·         Toda alteración de los valores hasta ahora sostenidos.
·         Toda conducta o pensamiento que restrinja o coarte la posibilidad de elegir.
Momento específico del diagnóstico. Cap 2
El momento específico arranca con la respuesta afirmativa al interrogante anterior. Comienza
así un proceso de investigación para intentar develar qué tipo de enfermedad es la que
padece.
 El diagnóstico en psicología se basa exclusivamente en la observación de la conducta y en la
posterior valoración que hacemos de ella. Dos consecuencias: 1- problema de cómo adquirir
los conocimientos necesarios para dicha valoración; 2- por ser precisamente una valoración,
no podemos prescindir de la investigación psicológica.
Método fenomenológico:
a)       Elementos de vivenciar: referidos a elementos básicos del psiquismo: sensopercepción,
pensamiento, afectividad, psicomotricidad.
b)      Instrumentos del vivenciar: son los factores cuya presencia o ausencia condiciona los
elementos del vivenciar: conciencia, inteligencia, atención, memoria, orientación
Lo más importante de este método descriptivo es que nunca toma los fenómenos
aisladamente, sino que todo fenómeno está referido a un yo. El yo apunta a la experiencia de
uno mismo, ya que es una organización compleja, dinámica y temporal.
Noción de estructura: distribución y orden de las partes de un todo. Armadura que sustenta
alguna cosa. Modo en que se organizan las funciones de los elementos dentro del sistema del
que forman parte. Disposición, manera de ser.
Aplicando el Psicodiagnóstico, la estructura de la personalidad es la organización profunda y
estable que se caracteriza por un dinamismo determinado, es decir, por una manera más o
menos típica de relacionarse con el mundo, con los otros y con uno mismo.
La investigación psicodiagnóstica también nos permitirá establecer si lo patológico está
pasando, no por la estructura de la personalidad, sino por un trastorno predominante de la
esfera somática.
Para establecer el tipo de estructura de la personalidad, tendremos en cuenta, siguiendo a O.
Kernberg, los siguientes criterios:
·         Contacto con la realidad:
El yo percibe un mundo externo del cual elabora un juicio de realidad y, al mismo tiempo,
está en contacto con su mundo interno, conformado por su propia imaginación, sus deseos y
sus fantasías. Un yo sano y maduro delimita con precisión las fronteras de uno y de otro.
La construcción de la dimensión realidad-irrealidad tiene lugar a lo largo del desarrollo del
sujeto; por lo tanto, va a tener características propias en cada edad. La función yoica que se
pone en juego para integrar los polos de esta dimensión es el principio de realidad: refiere al
grado de discriminación entre el yo y el no-yo, entre el mundo interno y el mundo externo.
Este principio de realidad puede estar afectado en grados más o menos leves, como sucede en
algunos cuadros de neurosis, o en grados más severos, en las psicosis.
Principio de realidad, se expresa fenomenológicamente en 3 niveles:
1.       Apreciación de la realidad: es la base de la estabilidad y la fortaleza yoica, ya que la
discriminación de los dos mundos le permite al sujeto enriquecerse con el medio y, al mismo
tiempo, transformarlo.
2.       Adaptación a la realidad: es la función que nos permite elaborar proyectos, y está más
comprometida en las estructuras fronterizas que en las neuróticas.
3.       Juicio de realidad: función que le permite al yo el registro del significado de lo
percibido, y le da posibilidad de compartir la misma verdad con sus semejantes. Depende de
la percepción y el pensamiento.
 
·         Integración de la identidad
La identidad es el más alto grado de nivel de organización psíquica. Es la vivencia de ser la
misma persona a lo largo del tiempo y a pesar de los cambios. A mayor grado de integración
de la identidad, mayor nivel de salud, y viceversa.
Fenomenológicamente, la integración de la identidad puede ser investigada en tres
dimensiones polares: la de la actividad-pasividad, la del acercamiento-evitación, y la de la
dependencia-independencia.
o   Dimensión actividad-pasividad: un yo con una buena integración de su identidad es capaz
de responder a las demandas del ambiente, lo cual requiere una actitud alerta y activa; es
decir que la actividad del yo consiste en controlar las circunstancias. Pero también requiere
de una actitud pasiva, en el sentido de que hay ciertas demandas del ambiente o ciertas
circunstancias que precisan un dejarse llevar por ellas, aceptándolas tal como llegan.
o   Dimensión acercamiento-evitación: describe la relación con los demás. Un yo bien
integrado disfruta el contacto afectivo y se siente atraído a establecer vínculos. Al mismo
tiempo, se siente capaz de diferenciarse del otro, sin que por ello el vínculo corra el riesgo de
romperse.
o   Dimensión dependencia-independencia: una identidad bien integrada conoce sus límites y
pide ayuda cuando las circunstancias lo exceden. También valora la opinión de los demás y
reconoce su propia necesidad del otro y su capacidad para ayudar.
Operaciones defensivas
Los mecanismos de defensa son conductas inconscientes que se realizan para lograr una
adaptación y evitar una situación que pondría en riesgo el equilibrio entre el mundo interno y
el mundo externo. Su función es la de preservar el yo. La conducta defensiva estereotipada
implica un psiquismo menos saludable.
Defensas evolucionadas:
1.       Represión
2.       Formación reactiva
3.       Aislamiento
4.       Anulación
5.       Regresión
6.       Racionalización
7.       Negación de nivel superior (omisiones)
Defensas primitivas
1.       Escisión
2.       Idealización
3.       Negación de bajo nivel (desmentida)
4.       Identificación proyectiva
5.       Proyección
6.       Devaluación
Pronóstico: juicio que emite un agente de salud respecto de la evolución de cierto cuadro. A
Passalacqua: el pronóstico tiene doble vertiente:
o   Pronóstico personal: alude a la apreciación de la evolución del sujeto si se mantuvieran las
actuales condiciones y conductas
o   Pronóstico terapéutico: modo en que respondería la psicoterapia
Todo diagnóstico deberá acompañarse de una impresión pronostica, características:
·         Cierto grado de conciencia de conflicto
·         Flexibilidad defensiva
·         Flexibilidad del pensamiento que le permita modificar sus ideas
·         Capacidad de introspección
·         Tolerancia a la frustración
·         Capacidad para el cambio y la adaptación
·         Capacidad creativa
·         Sentido del humor
·         Capacidad para gozar
De mal pronóstico…
·         Rigidez de pensamiento
·         Rigidez defensiva
·         Tendencia a la intelectualización
·         Tendencia a la actuación
·         Tenencia a la somatización
Todo este proceso de investigación se realiza dentro de una relación interpersonal de gran
comunicación, que llamamos “encuentro”, en el cual el investigador está dirigido
intencionalmente a la vida psíquica del otro. Esta dimensión, que es el aquí, ahora y entre
nosotros, nos introduce en el tercer momento del diagnóstico, el de la personificación.
Momento de personificación del diagnóstico. Cap 2
Intentará la comprensión e interpretación de su padecimiento, de qué modo lo transita, cual es
el sentido de su enfermedad.
Intentamos ubicarnos junto al otro en esa relación especial, el encuentro y la mutua
participación en la existencia del otro, de modo tal que la presencia de cada uno conmueve
profundamente al otro. Pedro Lain Entralgo considera que el encuentro posee un soporte
psicofisiológico que lo posibilita; sostén que tiene 5 columnas:
·         Bidepestacion: implica no solo una postura erecta, sino también una posición de la
cabeza que privilegia la posibilidad de mirar a los ojos del otro. También deja en libertad de
acción los miembros superiores, con todas las posibilidades táctiles y de acción que ello
conlleva.
·         Estado vigil de la conciencia: sin lucidez de la conciencia no podría darme cuenta de
la presencia del otro.
·         Órganos exteroceptores: necesarios para la percepción del otro
·         Órganos encargados de la percepción: sin los cuales no tendríamos conciencia de
nuestro cuerpo.
·         Estructura como la del cerebro: dirigir la expresión afectiva y motora
Además de este soporte psicofisiológico, la posibilidad de encuentro entre los seres humanos
se fundamenta en dos realidades: la del cuerpo material y la de sus expresiones.
La expresión es el aspecto del ser en el mundo por el cual cada existente puede manifestar al
mundo del otro y al propio que intuye, percibe o vivencia. El encuentro implica
necesariamente estar uno frente al otro en un permanente y recíproco intercambio de gestos,
emociones y palabras. Esto se da en un ámbito bidireccional.
Para que el diálogo sea posible deben darse tres condiciones:
·         Debe existir un destinatario al que se desea llamar
·         El destinatario debe comprender el contenido del discurso
·         Debe dar una respuesta que, a su vez, convierta al emisor inicial en su destinatario
El encuentro de la psicoterapia, a diferencia de otras, persigue una finalidad preciosa de
naturaleza transformadora. El encuentro terapéutico tiene características propias que le son
dadas por los métodos científicos utilizados.
La empatía resulta sumamente importante, porque si el sentido hallado se nos presenta como
desconcertante, como algo imposible de comprender, estaríamos frente a lo que Jaspers llama
“un incomprensible”. Se trata de un fenómeno biológico o perteneciente al ámbito de lo
existencial espiritual.
En el campo de la psicoterapia, el diálogo tiene tres funciones: la diagnóstica, la pedagógica y
la terapéutica.
·         Diagnóstica: permite la organización de la información y la complementación de los
datos
·         Pedagógica: diálogo como guía para ayudar a la reflexión
·         Terapéutica: se centra en la reorganización del mundo percibido, la toma de
conciencia de las propias limitaciones, así como de las propias potencialidades, y la toma de
posición respecto a todo ello.
El desarrollo del diálogo lleva a terapeuta y paciente a lo que Gadamer llama “fusión de
horizontes”, el cual no es un mero trasplante de un horizonte a otro, sino que desde cada
horizonte se intenta captar lo que en un principio parece extraño hasta lograr un
ensanchamiento tal que produce un horizonte común, con la consiguiente amplitud de la
conciencia y el descubrimiento del sentido.
Otro método que nos permite personalizar el diagnóstico es el “interpretativo”. Se trata de
aventurar una hipótesis, una intuición, tal vez un pálpito.
En el área clínica, específicamente en el campo de la psicoterapia, se pueden describir dos
caminos de acceso por lo que la hermenéutica llega a la revelación de un símbolo:
1.       Por la vía del psiquismo: es la que usan Freud y Jung, considerando la simbolización
como un proceso que parte desde el mundo interno y la subjetividad hacia el mundo externo y
la realidad.
2.       Por la vía del lenguaje: es la que elige Lacan, considerando la simbolización como un
proceso que permite al ser humano pasar de la enunciación de las cosas a las cosas mismas, a
su esencia.
Interpretar es una de nuestras actividades como terapeutas. La tentación de interpretar es
mucha. El riesgo más grave es que olvidemos que estamos interpretando y nos convenzamos,
a nosotros mismos y al paciente de que lo que develamos es ciertamente la realidad, cuando
en verdad se trata de otro orden de la realidad: aquel que se instala en lo que Winnicott llama
“zona transicional”. Es un área intermedia donde la subjetividad del mundo interno se
objetiviza por medio de la función simbólica, en el mundo externo, como sucede con el
juego.
Cuando con el paciente nos internamos juntos en ese ámbito transnacional y metafísico
creado por el símbolo e intentamos interpretarlo, nos desatamos de la realidad y creamos otra.
Es una realidad, con un orden nuevo, que observa y describe el mundo en forma diferente.

EL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO


Frankl Viktor
Conceptos básicos de logoterapia
La logoterapia mira más bien al futuro, es decir, a los cometidos y sentidos que el paciente
tiene que realizar con el futuro. La logoterapia se desentiende de todas las formulaciones del
tipo círculo vicioso y de todos los mecanismos de retroacción que tan importante papel
desempeñan en el desarrollo de las neurosis. Al aplicar la logoterapia el paciente ha de
enfrentarse con el sentido de su propia vida para, a continuación, rectificar la orientación de
su conducta en tal sentido.
De acuerdo con la logoterapia, la primera fuerza motivante del hombre es la lucha por
encontrar un sentido a la propia vida. Por eso hablo yo de voluntad de sentido, en contraste
con el principio de placer en que se centra el psicoanálisis, y en contraste con la voluntad de
poder que enfatiza la psicología de Adler.
Voluntad de sentido
La búsqueda por parte del hombre del sentido de la vida constituye una fuerza primaria y no
una racionalización secundaria de sus impulsos instintivos. Este sentido es único y específico
en cuanto es uno mismo y uno solo quien tiene que encontrarlo; únicamente así logra
alcanzar el hombre un significado que satisfaga su propia voluntad de sentido.
·         La voluntad de sentido para muchas personas es cuestión de hecho, no de fe.
Si ese sentido que espera ser realizado por el hombre no fuera nada más que la expresión de
sí mismo o nada más que la proyección de un espejismo, perdería inmediatamente su carácter
de exigencia y desafío; no podría motivar al hombre ni requerirle por más tiempo
Nunca el hombre se ve impulsado a una conducta moral: en cada caso concreto decide actuar
moralmente. Y le hombre no actúa así para satisfacer un impulso moral y genera una buena
conciencia; lo hace por mor de una causa con la que se identifica, o por la persona que ama, o
por la gloria de Dios.
La voluntad de sentido del hombre puede también frustrase, y en tal caso la logoterapia habla
de la frustración existencial. El termino existencial se puede utilizar de tres maneras: para
referirse a la propia existencia, es decir, el modo de ser específicamente humano; el sentido
de la existencia y el afán de encontrar un sentido concreto a la existencia personal, o lo que es
lo mismo, la voluntad de sentido.
Las neurosis neógenas tienen su origen no en lo psicológico, sino mas bien en la dimensión
noologica, de la existencia humana. Este término logo terapéutico denota algo que pertenece
al núcleo espiritual de la personalidad humana.
Neurosis noógena: estas no nacen de los conflictos entre los impulsos e instintos, sino mas
bien de los conflictos entre principios morales distinto; en otras palabras, de los conflictos
morales o expresándonos en términos, las generales, de los problemas espirituales entre los
que la frustración existencial suele desempeñar una función importante.
En estos casos, la terapia apropiada e idónea no es la psicoterapia en general, sino la
logoterapia, es decir, una terapia que se atreva a penetrar en la dimensión espiritual de la
existencia humana
No todos los conflictos son necesariamente neuróticos y, a veces, es normal y saludable cierta
dosis de conflictividad. Análogamente, el sufrimiento no es siempre un fenómeno patológico;
más que un síntoma neurótico, el sufrimiento puede muy bien ser un logro humano, sobre
todo cuando nace de la frustración existencial.
La frustración existencial no es en sí misma ni patológica ni patógena. El interés del hombre,
incluso su desesperación por lo que la vida tenga de valiosa, es una angustia espiritual pero
no es en modo alguno una enfermedad mental.
La logoterapia considera que es su cometido ayudar al paciente a encontrar el sentido de su
vida. En cuanto la logoterapia le hace consciente del logos oculto de su existencia, es un
proceso analítico. La logoterapia difiere del psicoanálisis en cuanto considera al hombre
como un ser cuyo principal interés consiste en cumplir un sentido y realizar sus principios
morales, y no en mera gratificación y satisfacción de sus impulsos e instintos ni en poco más
que la conciliación de las conflictivas exigencias del ello, del yo y del superyo, o en la simple
adaptación y ajuste a la sociedad y al entorno.
Noodinamica
Cierto que la búsqueda humana de ese sentido y de esos principios pueden nacer de una
tensión interna y no de un equilibrio interno.
Ahora bien, precisamente esta tensión es un requisito indispensable de la salud mental. Y yo
me atrevería a decir que no hay nada en el mundo capaz de ayudarnos a sobrevivir, aun en las
peores condiciones, como el hecho de saber que la vida tiene un sentido.
La salud se basa en un cierto grado de tensión, la tensión existente entre lo que ya se ha
logrado y lo que todavía no se ha conseguido; o el vacío entre lo que se es y lo que no se
debería ser. Esta tensión es inherente al ser humano y por consiguiente es indispensable al
bienestar mental.
Lo que el hombre realmente necesita no es vivir sin tensiones, sino esforzarse y luchar por
una meta que le merezca la pena. Lo que precisa no es eliminar la tensión a toda costa, sino
sentir la llamada de un sentido potencial que está esperando que él lo cumpla. Lo que el
hombre necesita no es la homeostasis, sino lo que yo llamo la noodinamica, es decir, la
dinámica espiritual dentro de un campo de tensión bipolar en el cual un polo vive
representado por el significado que debe cumplirse y el otro polo por el hombre que debe
cumplirlo. Y no debe pensarse que esto es cierto solo para las condiciones normales; su
validez es aún más patente en el caso de individuos neuróticos.
El vacío existencial
El vacío existencial es un fenómeno muy extendido en el siglo xx. En los últimos tiempos de
su transcurrir, el hombre ha sufrido otra pérdida: las tradiciones que habían servido de
contrafuerte a su conducta se está diluyendo a pasos agigantados. Carece de un instinto que le
diga lo que ha de hacer, y no tiene ya, tradiciones que le indiquen lo que debe hacer. En su
lugar, desea hacer lo que otras personas hacen o hace lo que otras personas quieren que haga.
A veces la frustración de la voluntad de sentido se compensa mediante una voluntad de
poder, en la que cabe su expresión, es primitiva: la voluntad de tener dinero. En otros casos
en que la voluntad de sentido se frustra, viene a ocupar su lugar la voluntad de placer. Por
esta razón, la frustración existencial suele manifestarse en forma de compensación sexual y
así, en los casos de vacío existencial, podemos observar que la libido sexual se vuelve
agresiva.
El sentido de la vida
El sentido de la vida difiere de un hombre a otro. Lo que importa no es el sentido de la vida
en términos generales, sino el significado correcto de la vida de cada individuo en un
momento dado. No deberíamos buscar un sentido abstracto a la vida, pues cada uno tiene en
ella su propia misión que cumplir; cada uno debe llevar a cabo un cometido correcta. Por
tanto, ni puede ser reemplazado en la funciona, ni su vida puede repetirse; su tarea es única,
como única es su oportunidad para instrumentarla.
La logoterapia considera que la esencia íntima de la existencia humana está en su capacidad
de ser responsable.
La esencia de la existencia
Este énfasis en la capacidad de ser responsable se refleja en el imperativo categórico de la
logoterapia: vive como si ya estuvieras viviendo por segunda vez y como si la primera vez ya
hubieras obrado tan descaradamente como ahora estás a punto de obrar.
La logoterapia intenta hacer al paciente plenamente consciente de sus propias
responsabilidades; razón por la cual ha de dejarle la opción de decidir por qué, ante qué o
ante quien se considera responsable. Y por ello el logoterapeuta es el menos tentado de todos
los psicoterapeutas a imponer al paciente juicios de valor, pues, nunca permitirá que éste
traspase al médico la responsabilidad de juzgar. El paciente decide si debe interpretar su tarea
vital siendo responsable ante la sociedad o ante su propia conciencia.
La logoterapia no es ni labor docente ni predicación. El papel que el logoterapeuta representa
es más el de un especialista en oftalmología que el de un pintor. Este intenta poner ante
nosotros una representación del mundo tal como el lo ve. La función consiste en ampliar y
ensanchar el campo visual del paciente de forma que sea consciente y visible para él todo el
espectro de las significaciones y los principios. La logoterapia no precisa imponer al paciente
ningún juicio, pues en realidad la verdad se impone por sí mismo sin intervención de ningún
tipo.
La autorrealización no puede alcanzarse cuando se considera un fin en si misma, sino cuando
se toma como efecto secundario de la propia trascendencia.
El sentido del amor
El amor constituye la única manera de aprehender a otro ser humano en lo más profundo de
su personalidad.
El sentido del sufrimiento
Lo más importante de todo es la actitud que tomemos hacia el sufrimiento, nuestra actitud al
cargar con ese sufrimiento. El sufrimiento deja de ser en cierto modo sufrimiento en el
momento en que encuentra un sentido, como puede serlo el sacrificio.
Uno del los postulados básicos de la logoterapia estriba en que el interés principal del hombre
no es encontrar el placer, o evitar el dolor, sino encontrar un sentido a la vida, razón por la
cual el hombre está dispuesto incluso a sufrir a condición de que ese sufrimiento tenga
sentido.
Hay situaciones en las que a unos se le privan de la oportunidad de ejecutar su propio trabajo
y de disfrutar la vida, pero lo que nunca podrá desecharse es la inevitabilidad del sufrimiento.
Al aceptar el reto de sufrir valientemente, la vida tiene hasta el último momento un sentido y
lo conserva hasta el fin.
UNIDAD 9

CARL ROGERS

“La actitud psicoterapéutica en torno a C.


Rogers.” ~ Capítulo 1, 2 y 4.
Artiles, M.
CAPITULO 1. Su persona y su obra
En su vivir actual tal vez realiza cierta serena “sabiduría” que encarna las cepas
diversas donde se amalgaman los injertos del cristianismo, del zen y de la
investigación científica, que en su trayectoria personal pudieran en forma más o menos
implícita o explícita detectarse.
Urge consagrar tanto tiempo y dinero a la liberación de la persona como a la
investigación nuclear, “declara con un acento apasionado”. Rogers tiene una impactante
presencia personal que irradia una rara combinación de serenidad, benevolencia,
energía y calidez.
“El abismo llama al abismo”, expresa un viejo adagio latino. La persona es un
abismo que- invoca a la persona como otro abismo. Todo abismo está lleno- de
fascinante misterio.
“En este libro se tratará también de mí, que estoy en com pañía de mi paciente,
sentado frente a él, tomando parte tan in tensamente como pueda, con toda mi
sensibilidad, en la lucha que él lleva a cabo; se trata de mí, lamentando la humana
debi lidad que me impide comprenderlo y aun a veces la posibilidad para percibir la
vida tal como a él le aparece, de todos esos obstáculos que caen como pesadas
piedras sobre la trama deli cada y compleja de ese proceso de crecimiento que se
está realizando.
Sus caminos.
“Mi infancia transcurrió en el seno de una familia nume rosa, feliz y estrechamente
unida, en la cual reinaba el espíritu de trabajo y Jos principios de un protestantismo
austero. Cuando tenía doce años mí familia fue a instalarse al campo, donde comenzó
la explotación de una granja.” Es en esa granja, donde el hijo de un próspero
comerciante americano comienza su futuro hoy conocido. “Me hice un niño solitario”,
reconoce Rogers; tímido, ese clima distantemente cálido de familia, signado por
hábitos puritanos y voluntarismo de raigambre calvinista, se prestó a que se convirtiera
en “lector asiduo”, corno dice al dibujarse; pero además, reflexivo, curioso y observador
del universo rural que lo rodeaba.
“Ese fue mi caso. Sentí que continuaría estando interesado en todo lo concerniente al
estudio del sentido de la vida y en la posibilidad dé una constructiva mejora de la
vida del individuo, pero que ya no podría obrar en el cuadro de una doctrina religiosa
específica que me fuera prescripta.”
Dejando atrás fe y vocación religiosa su atención se focaliza cada día más en esa
elusiva realidad inmediata que son los hombres.
Tanteando oscuramente el sendero que aun no es camino, se inscribe en la
Universidad de Columbia para realizar estudios de pedagogía clínica.
Comienza luego su vida de profesional. Casado con una compañera de la
infancia,- padre- de dos hijos, su rol como psicólogo no es fácilmente aceptado
en un medio polarizado por los ‘psiquiatras, y la familia Rogers vive duros
momentos. Sin embargo, en 1928 ingresa como psicólogo en la Child Scudy
Departament de La Society for the Prevención of Cruelcy to Children, una
sociedad protectora de la infancia en Rochester (Nueva York).
Por otra parte, el ex discípulo de Freud dedicó una especial atención a las actitudes y
la persona del terapeuta en la Telación terapéutica. Estos y otros conceptos
impulsaron el giro de Rogers y su naciente perspectiva personal.
Hay aquí una singularidad del camino científico de Rogers. El no parte de
presupuestos filosóficos para elaborar su práctica ni su teoría, sino de las
constataciones que en su experiencia como terapeuta van surgiendo en su tarea. Sus
“descubrimientos” continuaron y así expresa: “Había adquirido más fineza y paciencia
cuando daba a un paciente una interpretación de su comportamiento, tratando
dulcemente de hallar el momento oportuno en el cual podría él aceptarla.
Entonces comencé a comprender que, si quería hacer algo más que demostrar mi habilidad
y sabiduría, tenía que remitirme al “paciente” para seguir la dirección y el
movimiento del proceso terapéutico”.
Obviamente el ejemplo transcripto no es sino la ilustración de la progresiva y personal
intuición en cuyo curso Rogers acabaría por afirmar su concepción de la “relación
centrada en el paciente” como característica fundamental de su modalidad de encuentro
terapéutico. En él, aquel individuo que solicita esa ayuda es considerado en
realidad un “agente", perfectamente activo y eje de la situación, razón por la cual
Rogers desestima el término de “paciente” para designarlo y utiliza el de “cliente”
(client).
Aun a riesgo de equivocarnos, estimamos que, en la Argentina, la palabra “cliente”
tiene una connotación peyorativa, un sabor a transacción comercial o simplemente un
intercambio material, que no dice lo que Rogers intenta con su equivalente inglés: la
libertad y decisión en la opción de los objetivos y re cursos en condición de igualdad
con quien los facilita. En este caso se reafirma el respeto y consideración por el
cliente como persona. A eso apunta Rogers en la relación de terapeuta y “paciente”. El
“explotar”, presionar, manejar, conducir, aconsejar.
En un reportaje Rogers se refiere al Centro diciendo: “Somos quizás un estudio piloto
de lo que podría ser la organización del futuro, capaz de atraer la adhesión y la
creatividad de la gente joven. Nuestro propósito como organización es el de permitir
que cada miembro haga lo que desee Nadie es allí una autoridad frente a nadie. Los
problemas se resuelven mediante el examen franco de los sentimientos, las actitudes y
los hechos.
Allí ha establecido el “anciano jardinero” su última, tal vez, tierra de cultivo. Obra de
madurez, libre interior y exteriorraente, en franca creatividad, al unísono en humilde
colaboración con quienes de una u otra manera buscan auxiliar a la sociedad y al
hombre en su camino de realización plenamente humana. Ya no es el psicólogo, ni el
psicoterapeuta, ni el profesor; simplemente, un hombre lleno de experiencias, vivienda
de ellas, tratando constantemente de aprender y comunicar cuan to acierta a vislumbrar
en su horizonte.

Capítulo 2. El método terapéutico


¿Cuáles son las coordenadas fundamentales de la misma? En la situación terapéutica la
posibilidad “sanante” de la comprehensión empática y en el orden teórico de la misma, la
posibilidad de su verificación experimental. Para él espontaneidad no es ceguera. Y la
ciencia de la relación humana intenta, de alguna manera, “palpar” y “tener idea” de
aquello que se opera en función de una determinada experiencia, en nuestro caso, la de
la psicoterapia.
El término empatia no es precisamente, en general, un término muy agraciado. Por
distintas razones, que a menudo son irracionales prejuicios, se lo mira con un a priori de
desconfianza.
Por empezar, el término empatia á veces no dice lo que debe decir. Expresado así se
presta a confusión con lo que pudiera ser una casi operación mágica por la cual el
interlocutor ve develada su interioridad ante los ojos “privilegiados” del “empatizador”.
“Precisemos ante todo que el termino “comprehensión” es tomado aquí en su sentido
esencialmente cognitivo referido a la aprehensión del sentido de las palabras u otros
medios de expresión empleados por el “cliente”.
Dentro de una comprehensión psicológica del discurso •distingue la a) dinámica (“en
términos de motivaciones pro fundas, pulsionales, tendencias y necesidades inconcientes o
semiconcientes”, o simplemente interpretaciones metalógicas) y la b) empática, respecto
de la cual aclara que, “como la forma dinámica, tiene relación con la economía interna,
sobre todo la emocional del individuo. La diferencia esencial que las separa, y que de hecho
las opone, se encuentra en el cuadro de referencia a partir del cual se practica.
El rol del terapeuta rogeriano “consiste en captar y reflejar la significación, personal de
las palabras del “cliente”, más que responder a su contenido intelectual”, razón por la cual
tal terapeuta “sabe- hacer abstracción de sus propios valores, sentimientos y necesidades,
absteniéndose de aplicar los criterios realistas, objetivos o racionales que lo guían
fuera de su interacción con sus ‘clientes”.
En nuestro lenguaje deberíamos hablar de la empatia como una capacidad de “sensibilidad” y
compenetración en. relación al mundo personal de aquellos con quienes dialogamos. El
mérito de Rogers está en haber hecho de esta conocida posibilidad humana un instrumento
directamente terapéutico y haber verificado experimentalmente 'lo acertado de tal
concepción.
En Rogers la empatia es directa mente transmitida al otro por medio del Reflejo, que
“refleja” ese tipo de comprehensión, ambos elementos enmarcados en las distintas
actitudes ya enumeradas. “El estado de empatia, o el hecho de ser empático, consiste en
percibir el cuadro.de referencia interno de otra persona con exactitud y con los
componentes emocionales y las significaciones que le son anexas, como si uno fuera
la otra persona, pero sin perder jamás la condición del “como si”.
“El terapeuta rogeriano se esfuerza por comprehender lo que el ‘cliente’ busca expresar
desde el punto de vista del ‘cliente’ mismo. Comunica al ‘cliente’ aquello que cree
haber comprendido por medio de la técnica del espejo o reflexión de los sentimientos.
El terapeuta prueba su formulación, comunicando al mismo tiempo al “cliente” que
acepta y valoriza positivamente esa experiencia.
Es por lo tanto buscando comprehender al cliente y comunicándole esta comprehensión
como el terapeuta pue de testimoniar, de una manera única, el positivo valor que le
atribuye”.’ ,Surge aquí el trasfondo implícito en la empatia rogeriana; esa
comprehensión busca expresar la profunda estima y valoración del otro como otro,
sea cual fuere su “cuadro” humano o psicopatológico.
El ofrecer la posibilidad de una relación distinta de la habitualmente experimentada,
en el cuadro que denominamos psicoterapéutico, conduce al proceso “sanante” de una
imagen de sí neurótica o psicóticamente estructurada.
“La empatia rogeriana tiene lugar en una aguda conciencia de la separación, de la
contingencia, de la diferencia, de la individualidad de dos seres que se comunican. Es al
mismo tiempo percepción del otro y percepción de mi, que no sou ese otro y jamas lo sere.
En la interacción terapeuta-paciente, según Rogers, lo que asegura su eficacia es el
cumplimiento de tres condiciones básicas, sobre las cuales ha elaborado numerosos estudios
de laboratorio, a saber: 1) que el terapeuta, por lo menos durante la hora de terapia, sea
una persona en congruencia consigo mismo, es decir, en lo que vive frente al paciente y lo
que expresa al mismo verbal o no verbalmente, 2) que el terapeuta experimente
auténticamente una consideración o aceptación positiva incondicional del paciente sea quien
y como fuere éste, 3) que experimente una comprehensión empática adecuada- a las
circunstancias del momento y además sea capaz de comunicar esa empatía.
El terapeuta no es un “repetidor” sino un receptor y retrasmisor de la defectuosa o
acertada autocomunicación del paciente.
VALORACION DE LA COMPREHENSION PRACTICA
Esto último nos lleva al concepto rogeriano de centromiento en el “paciente”
“Comprender el mundo del cliente como éste lo ve es fundamental para que se
realicen cambios terapéuticos.
“Para ellos (los terapeutas de otras escuelas) llegar a comprender el universo fenoménico
del cliente es casi consignar la historia, es sólo un primer paso. En cambio los terapeutas
centrados en el cliente, apuntan a permanecer en el universo fenoménico durante el curso
completo de la.terapia y sostienen que salirse de él, ofrecer interpretaciones externas,
dar consejo, sugerir, juzgar, sólo constituyen retrasos para los logros terapéuticos”.
Comprensión lo vemos como sinónimo de entender, expresiones en las cuales se da una
primacía al “inteligere” en términos de lo racional. Esto en cuanto al uso, pues la
etimología latina nos devela muy bien el carácter do ”intuslegere”, de “ leer-adentro”,
es decir, de la referencia al campo de significados que implica la auténtica
comprensión de lo simplemente dicho.
Con tal distinción, que no consideramos superflua, pues el uso habitual de la
lengua crea y recrea significaciones, usamos los términos de comprehensión empatica.
¿Qué comprehendemos empáticamente? El signo mismo de nuestro interlocutor en
primer lugar, lo que quiere significar al usarlo y sobre todo el significado personal del
hecho de. que utilice ese signo aquí y ahora, conmigo, y en determinado contexto.
Surge aquí justamente un elemento básico en la comunicación empática: la participación.
Participar, para mí, será poder ponerme en la misma frecuencia de onda del discurso
de ese otro; si intento escuchar en una frecuencia que no es la del transmisor, la
comunicación se hará imposible.
“Se cree que el término Empatia fue inventado por el psicólogo alemán Th. Lipps en la
palabra Einfühlung . Lo mismo que la Simpatía hace referencia a la apreciación
emocional de los sentimientos de otro (Empatizar) es penetrar en los sentimientos de otra
persona, cosa o idea: uno puede sentirse a sí mismo en las cosas que contempla o en las
personas que observa.
En la Simpatía existiría una afinidad emocional y una asociación a la imagen del otro,
más que con lo que ese otro realmente es, pues la imagen surge de lo imaginado, terreno
de las fantasías proyectadas.
En la Empatia tiene que haber esencialmente un “como si” en mi percepción del otro.
Mi percepción no es identificatoria sino empalica. Lo que percibimos en una
comprehensión empática es el concreto y vivencia! sentido del mundo personal que el
otro (el paciente en este caso) se atribuye, permitiendo así una comprehensión molar y
molecular de su discurso; comprehendemos lo connotado del mismo, lo referencial y
lo afectivo. Volveremos sobre esto al hablar de la noción rogeriana de Reflejo.
El terapeuta que intentando empatizar termina por identificarse emocionalmcnte con el
paciente, fracasa en su tarea, pues el esencial venir de la operación se hace imposible
al quedar apegado, fusionado, al mundo emocional del otro.
APORTES SOBRE EL TEMA
El principal motivo de la empatia es obtener una comprensión del paciente”, agregando
una distinción sobre la cual nos hemos expresado más arriba: “la empatia necesita ser
diferenciada de la identificación, aunque parece haber una relación muy cercana entre
ellas. La identificación, es esencialmente un fenómeno inconciente y permanente, mientras
que la empatia es preconciente y temporaria”.
La patología, la psicología y la metapsicología de la Empatia.
Respecto del primer aspecto que denomina “patología”, pero con referencia no al paciente
sino al terapeuta en su actividad, seríala que las perturbaciones de la Empatia en este último
están dadas por la inhibición y la pérdida de control de la misma. La primera la ve como-la
dificultad reiterada para ' reconocer los afectos y motivaciones del paciente, con distintas
características' de transitoriedad, cronicidad, generalización o parcialización. Sus raíces
estarían en la red conflictiva, en mayor o menor grado neurótica o psicoide del propio
terapeuta. La segunda surge en una Empatia que ve de pronto bloqueado su curso, o se
desata, expresándose con reacciones contratransferenciales negativas.
Respecto de la psicología de la Empatia sostiene que la misma se caracteriza por ser
un proceso automático, diríamos nosotros una disposición de escucha sostenida, y
precisa además que sólo se la puede observar retrospectivamente. Coincidimos en
ambas afirmaciones.
La supervisión pues, justamente en función de la Empatia, tiende a centrarse en el
terapeuta como agente empatizante para retomar, a niveles .de posible elaboración reflexiva,
lo que ha sido una experiencia vivida en común.
El oportuno Reflejo da entonces en el centro emocional de la vivencia en curso, abriendo al
paciente a un fructuoso insight desde ese entretejido emocional que nos vincula.
Greenson indica además una secuencia del proceso empatica según la cual:
a) el terapeuta permite que parte de sí mismo se “convierta” en el paciente;
b) b) el terarapeuta lentamente construye dentro de sí un “modelo de trabajo” del
paciente, como contraparte o réplica de las observaciones e insights del terapeuta;
c) c) . traslación de ese “modelo” al primer plano del “escuchar”,
d) “escuchando” a través del mismo;
e) d) transformación de las palabras del paciente en imágenes y sentimientos
desde sus recuerdos y sus experiencias;
f) c) respecto del primer plano, el “resto” del terapeuta queda relativamente
aislado y desémpatizado; lo que es peculiar y únicamente suyo pasa al
trasfondo, mientras que cerca del “modelo” permanecen las experiencias y
reacciones del terapeuta similares a las del paciente.
No es infrecuente confundir Empatia con intuición, Greenson distingue ambas, aunque las
estima relacionadas en cuanto las dos se orientan a una aprehensión, -rápida y
profunda del otro. Relaciona la primera a los sentimientos, la segunda al pensamiento y eso
es lo que cada una, en su modo peculiar, nos alcanzan. La primera es función del yo
experienciante, la segunda del yo analizador.
Cari Rogers al tratar de determinar los elementos conducentes a una adecuada
formación de psicoterapeutas señala: “Se consideran factores importantes los siguientes:
Datos de una formación amplia, incluyendo no sólo psicología sino sociología,
antropología cultural, filosofía y materias afines.
Empatia por lo tanto puede operar corno "traductora” de individualidades, puede
“hacer presente” a aquel por mí comprehendido en otro tiempo y otra situación.
Ciertamente que estamos aquí ante una forma deja Empatia distinta de la que
utilizamos en la inmediatez de un diálogo corno es el terapéutico: persona a persona
y no perdona a obra de una persona como es la hasta aquí expuesta.
Al final del párrafo una frase corona estas palabras intensas de Rogers transmitiendo
su experiencia vivida de la cual: “el cliente y yo, dice, emergemos al final de la hora
como de un pozo o un túnel”.25 Lo vivido en común como la estrechante y alargada
intimidad” de un túnel, desemboca en una mutua conciencia de encuentro tal como
Buber en su concepción del “Yo-Tú” lo analiza y Rogers en el mismo párrafo lo cita.
Fenomenológicamente, el yo entendido aquí como conciencia no es “interioridad” sino
intencionalidad., es orientación constante y dinámica hacia lo que no es él mismo, es
siempre, como dice Sartre: “conciencia de algo”. Si no hay “algo” presente, no hay
conciencia, puesto que ella es “conciencia-de” o no es nada.
En este sentido, lo vivido es siempre susceptible de comprehensión pero nunca de
conocimiento”. Cuando en psicología y psicoterapia hablamos de la cosificación del
bombre es porque estamos entonces reduciéndolo a un efecto, un mero resultado de
“mecanismos” (¡justamente!), procesos, fuerzas, cuyo conocimiento nos permite a
nosotros, los técnicos, mediante una hábil manipulación técnica que modifique las
“causas” del mal funcionamiento, producir un “hombre sano”.
Cerremos lo dicho con un último apuntalamiento.17 Ser
sujeto es tener experiencias. Ser experimentado por otro como sujeto implica serlo
como alguien teniendo experiencias. En la Empatia, por lo tanto, yo “experimento” las
experiencias de los otros a quienes reconozco como sujetos (teniendo sus experiencias) y
aprehendo el mundo-en-torno-suyo y el mundo-en-torno- mío como uno, diferenciado por el
distinto modo de afectarnos a cada uno de nosotros.
Capitulo 4. La actitud terapéutica
Rogerianarnente estamos en un punto clave y como tal revelador de lo que implica la
situación que confronta dos personas: la del paciente y la del terapeuta. Sobre este tema G.M.
Kinger nos advierte que el mismo moviliza factores morales y humanos, factores que,
consecuentemente, nos llevarán a cuestionar no ya el modo de operar del terapeuta sino,
fundamentalmente, la calidad personal que el mismo puede traducir.
Por eso mismo Rogers afirma que no cualquiera puede ser rogeriano, pues una mentalidad
sociopolíticamente facista, paternalista, individualista o cientificista, como ejemplos, no
podrían coherentemente adoptar las actitudes que son esenciales en tal aproximación.
Mi modalidad terapéutica no puede ser sino el brote, el florecimiento, de una realidad
profundamente mía en la cual tiene sus raíces. . Ser terapeuta compromete la expresión de lo
mejor de mí mismo si busco alcanzar una efectividad seria, valiosa, consistente. Ser
terapeuta supone el conocimiento de un constante ahondamiento, capaz de impulsarme
furia de mí hacia quien reclama mi servicio llevando lo que auténticamente soy v
poniéndolo a disposición de sus necesidades que son las especificadas por el vínculo peculiar
que entablamos.
Tal ver. podríamos decir, sin traicionar el pensamiento de Rogers, que se trata simple y
profundamente, de dejarse-ser ante el otro como una persona a quien ese otro invoca como
auxiliar necesario y transitorio en determinado momento de su vida; momento en el cual es
justamente esa otra presencia personal el recurso mediante el cual aquel a quien, en esa
relación, llamamos “paciente”, puede acceder a la situación liberadora de sus propias
capacidades para hacer su propia existencia.
La presencia del terapeuta tiene singulares características que la constituyen como tal
intencionadamente, tanto para quien demanda como para quien ofrece ese. servicio. Rogers,
justamente, ha logrado definir y estudiar sistemáticamente tales características, englobando
las que considera fundamentales en la denominación de Actitudes.
Por Actitud podemos entender la tendencia constante a percibir y reaccionar en. un
determinado sentido. Ligando este concepto general a nuestro tema podemos decir que la
Actitud. rogeriana implica la tendencia constante a percibir al “paciente” como una persona
con las capacidades adecuadas para la actualización de las mismas (dadas las condiciones
que Rogers indica para tal desarrollo). Además esa Actitud implica la tendencia a
reaccionar, por parte del terapeuta con: congruencia, aceptación incondicional y
comprehensión empática.
Estas tres condiciones son básicas y suficientes para dar origen aun verdadero proceso
terapéutico.
Lo que en definitiva hará Rogers, coherentemente, es estructurar una modalidad terapéutica
(la que nosotros llamamos rogeriana, pues él no pretende haber creado escuela alguna) donde
tales actitudes están facilitadas y potenciadas al máximo, sin que ello implique negar su
existencia en mayor o menor grado, con sus peculiaridades, en otras formas de terapia, y con
mayor precisión, en otras formas personales por las cuales distintos terapeutas hacen terapia
sea cual fuere la corriente a la cual teóricamente adscriban.
Señala además la necesidad de que el terapeuta sea percibido como: realista, empatico,
actuando con aceptación positiva incondicional.
Las actitudes de todo terapeuta, cualquiera sea su tendencia, traducen siempre su propio
cuadro de valen. La actitud es una conducta; por lo tanto, está cargada de intencionalidad; y
como conducta traducirá los valores a los cuales, concientemente o no, se ajusta el terapeuta,
dado que éstos son criterios organizadores de sistemas de acción (comportamientos).
Rogerianamente el terapeuta no enseña ni impone valores específicos, no señala conductas,
no propone modelos, pero no puede negar que aplica una orientación terapéutica que implica
una filosofía de la vida asi como una filosofía de la relación terapéutica, con las cuales
coincide en determinada proporción.
En Rogers hay tres “valores-creenciales” fundamentales ) 1) el valor del individuo, 2)
su dignidad- de persona, 3) su capacidad de autodeterminación, muy propios del “mundo
americano" en el cual nació y se educó.
Conviene aquí hacer una necesaria referencia a la Etica como reguladora de la conducta
del terapeuta.
La Etica es un conocimiento sistemático, reflexivo y fundante de la Moral y consideramos a
ésta como la acción realiza da por los hombres en función del valor.
El psicólogo no debe aceptar condiciones de trabajo que atenten contra su independencia
profesional, es decir, que le impidan aplicar los principios deontológicos enunciados en el
presente código.”
De todas maneras sabemos que no hay una Etica sino éticas diversas que implican
coherentemente una cosmovisión que descifra y pauta los modos de obrar, dé ahi su valor
responsable.
En orden a la relación terapéutica concreta, todo paciente sensato debe suponer que su
terapeuta tiene su ética y todo terapeuta debe ser responsable de la misma esforzándose al
máxima por no transmitirla cómo pauta para el otro sino como estructuración responsable de
sus actos y de la cual, en determinadas circunstancias, debe dar cuenta al paciente como
realidad suya personal.
Afirma el autor francés: “Para Rogers el terapeuta se asume a-sí mismo y asume sus valores.
Hemos visto ya que el terapeuta no puede pretender el desprendimiento del hombre de
ciencia.
En la terapia, el terapeuta ya no es un terapeuta freudiano“ o rogeriano que ejerce cierto rol
social, no es ni siquiera el Sr. X • •o Y dotado de cierta personalidad, jugando cierto rol
personal^ •es una persona, un "yo” que se define en cada instante, o más bien que obra en
cada instante descubriendo al mismo tiempo que es él quien obra.
El concepto de transparencia de Rogers tiene su eco en este párrafo. Pero pensamos que una
Etica autenticamente humana referida a la tarea terapéutica no cumple con sus postulados, si
no pone de relieve el marco social en el cual se incluye y cuya dimensión no puede serle
ajena.
El trabajo psicotcrapéutico consistirá en facilitar transformación de una personalidad
"enferma** en una personalidad "sana". por medio, fundamentalmente, de la interacción
verbal y utilizando determinados recursos técnico-científicos.
La forma en que los terapeutas facilitan la transformación aludida está determinada por el
tipo de relación que ellos establecen en el proceso terapéutico, por las formas de control o
do minio que los terapeutas ejercen sobre los recursos terapéuticos y el proceso mismo del
trabajo terapéutico.
Estamos convencidos, sin embargo, de que la modalidad rogeriana es una de las más aptas,
por los postulados que la sustentan teóricamente y la. Actitud concreta que éstos promueven,
para facilitar el cumplimiento de lo aquí apuntado.
LA CONGRUENCIA
Para más de un terapeuta no puede sino sonar extrañamente la exigencia de una actitud que
podemos muy bien resumir conceptualmente en la expresión: autenticidad personal.
Rogers ha subrayado reiteradamente y con mucha atención el carácter tan especial de esa
relación, frágil,' sutil, honda y comprometedora como pocas. Se necesita realmente de mucha
responsabilidad, madurez, apertura al otro, sensibilidad a sí mismo, desgarradora sinceridad,
humilde espíritu. de servicio para animarse a entablar un diálogo fecundo en toda su
dimensión humana.
Es la conciencia de todo esto la que está implícita en la palabra congruencia, que ante todo
significa una exigencia: la de ser realmente uno mismo en el encuentro terapéutico.
Años atrás rogerianamente se denominó a esta Actitud como “estado de acuerdo interno”,
significando la particular unidad personal en la cual debía operar el terapeuta.
Por congruencia o también transparencia, genuinidad, coherencia, como Rogers expresa,
debemos entender sustancialmente Que el terapeuta en su relación con el paciente sea capaz
de no esconderse tras fachada alguna, tras alguna máscara individual o social que le permita
aparecer no como quien es sino como quien desea ser, o quien “debe” ser, o como quien
supone que el paciente desea que sea.
El logro de esa congruencia conduce rectamente a una libertad y disponibilidad que
constituyen a un hombre en una. presencia personal.
Ni significa que el terapeuta descubre su ser total al cliente. Significa, sin embargo, que el
terapeuta no se niega a sí mismo ninguno de los sentimientos que está experimentando
deseoso asimismo de experimentar transparentemente cualquier sentimiento persistente que
exista en la relación y dejar que esto sea conocido por el cliente.
Precisaremos además que la congruencia exigida a la persona del terapeuta, Rogers la
plantea por lo menos durante el tiempo de la entrevista. Lo esperado es un particular
esfuerzo de auto- percepción y sinceridad en ese lapso de cincuenta minutos; supone una
intención general en tal sentido y cierto nivel de realización, en caso contrario caeríamos en
el absurdo de una “autenticidad inauténtica”, de una “autenticidad profesional” y no la
personal de la cual aquélla debe ser expresión.
LA CONSIDERACION POSITIVA INCONDICIONAL
La “consideración positiva incondicional” es fundamental mente eso: sincera aceptación del
otro-tal cómo es y se presenta, real interés por su persona y su drama, verdadero amor que,
por lo tanto, es renuncia a la posesión del otro. Si aun rogeriano le cae mal la expresión
“paciente”, aún peor resulta la de “mi paciente”; estas dos expresiones son chocantes en
relación al concepto en análisis.
Asumir tal actitud puede no ser fácil, incluso puede ser imposible y en esta última instancia la
relación no podrá sostenerse terapéuticamente; entonces la sinceración y eventual derivación
se imponen.
La “consideración” o “aceptación incondicional” no es algo distante, frío, “neutro”, sino
que lleva necesariamente a la calidez, a la proximidad y al compromiso de la persona del
terapeuta, como Rogers subraya, al mismo tiempo que a una clara conciencia de la
insuperable distinción de personas, a la mutua e infranqueable soledad de ambos polos de la
relación; existencialmente se dará esa vivida percepción del límite que todo vínculo
humano supone con dolorosa e inevitable lucidez.
La “aceptación incondicional” es puente que une en la distancia. Toda asimilación, toda
simpatía de analogía, toda identificación en relación a ese otro, serán una quiebra
irrespetuosa, del presupuesto relacional que une terapeuta y paciente.
La “aceptación’incondicional”.es por lo tanto renuncia de la narcisista omnipotencia que
tienta cada hora del terapeuta ante el paciente que le agrada o al que le repele.
Es conveniente en consecuencia, señalar que la “aceptación incondicional” no es ingenuidad
bobalicona pues supone “conocer a fondo” las tortuosidades del otro; tampoco esa
“aceptación” es aprobación o justificación de conductas para mí, o socialmente,
reprobables o injustificables.
La visión que plantea Rogers es esencialmente dinámica al situar esa aceptación del otro
en un proceso, en cuanto devenir. Rogers siente horror de ese vacío de la persona que
implica el determinismo conceptual de los diagnósticos, las nosologías, las clasificaciones
estereotípicas, aplicadas a la relación terapéutica.
La relación Yo-Tu para ser plenamente real debe ser mutua y en esa mutualidad cada uno de
sus miembros debe permanecer real por sí mismo independientemente del otro. Buber se
refiere al “verdadero terapeuta” como aquel que no se contenta con “analizar” al enfermo,
sino que se da como tarea “la regeneración del centro atrofiado de la persona” lo cual no se
logrará “si con un gran ojo clínico uno no aprehende la unidad latente, sepultada bajo
los escombros del alma que sufre.
Creemos que el concepto aquí indicado de “concentración” es equivalente al rogeriano de
“congruencia” por el cual entiende Rogers la posibilidad de ser todo uno ante el otro. El
peligro está en concebir esto como un movimiento centrípeto, vagamente “autístico”
'diríamos, que ignore ese Tú del cual habla Buber.
En el encuentro con ese otro adquiero conciencia de mi vivir verdadero que es coexistir.
Psicológicamente hablando, con la ruptura de la identificación primaria adquiero identidad
personal, es decir, posibilidad de discernirme como un Yo en relación a los Tú que me rodean
y en primer lugar a mi madre, polo de simbiótica confusión de identidades y mediadora de la
definitiva diferenciación personal que, en su momento, habrá de instaurar la figura del padre,
suprema escisión de identidades personales.
Es éste un punto interesante para considerar. Quienes miran lo rogeriano desde la vereda de
enfrente, con frecuencia malentienden el concepto de consideración positiva incondicional
confundiéndolo con una actitud afín a una tolerancia llena de bonhomía, con una
permisividad vecina a la debilidad, con una complacencia que resulta complicidad implícita.
Rogers es muy claro al respecto: “Si el terapeuta adopta un rol de autoridad o una actitud
de superioridad, el paciente reaccionará naturalmente con una actitud de sumisión y
dependencia. Dicho de otro modo, si uno juega al “papá” el otro jugará al ‘nene’. Por el
contrario, si el terapeuta se presenta como igual, el paciente tendrá tendencia a responder
como igual, si no inmediatamente, al menos gradualmente.
El terapeuta afirma su superioridad, el paciente experimenta su inferioridad o lo que él
vive como tal”. El texto, creemos, evidencia la delicada atención que Rogers presta a las
formas aún sutiles del manejo paternalista, ahorrando mayores comentarios.
El contenido psicológico básico del paternalismo terapéutico es el autor posesivo por el cual
el terapeuta se afirma como autoridad, como poder constituido socialmente, a los efectos de
satisfacer su voluntad necesidad de posesión recurriendo a una conducta combinada de
“solicitud” y rigor por la cual logra apoderarse de la personalidad del paciente, jugando a su
política de dominio en las esferas emocionalmente primarias del mismo.

Carl Rogers: cómo alcanzar la plenitud


Sanchez bodas.
Parte 1.
Rogers fue el primer psicólogo y con señor creador de una línea, de una manera de
comprender lo humano que trascendió el estrecho marco de la ayuda interpersonal le
dándonos una modalidad de relacionarnos que puede facilitar nuestro mundo y hacerlo mejor.
Desde sus inicios como psicoterapeuta siendo uno de los principales creadores del
movimiento humanístico en la 📌 Psicología, denominado como la tercera fuerza de la
psicología contemporánea, amplió su campo de acción tanto profesional como teórico hacia
ámbitos sociológicos, organizacionales, educacionales y políticos.
Esta trayectoria puede sintetizarse como un pasaje de la psicoterapia no directiva con estadios
intermedios, al enfoque centrado en la persona siendo este último un planteo global que
apunta a un modo de ser en el mundo con cualidades específicas.
Usted atiende adultos? Esta fue la pregunta que le hizo la madre de un niño a Rogers, al que
le intentaba ayudar psicológicamente en un centro asistencial. Este chico era muy
problemático y no avanzaba adecuadamente. En esta pregunta de la madre estaba la respuesta
al tratamiento: el de ella y sus dificultades matrimoniales que fueron tomadas en cuenta para
ser ayudada junto con su hijo. Dice la historia que es allí donde comienza el despliegue
profesional del autor hacia una modalidad de ayuda que lo distingue entre los principales
creadores de la 📌 Psicología y el Couseling.
Ranking: Rosa señaló que el organismo es sabio, sabe lo que quiere, lo que le hace bien, se
acerca a lo que le beneficia y se aleja de lo que nos perjudica. Saben síntesis lo que tiene que
saber para vivir. Por otra parte, cuando como humano al desarrollo social ser persona quiere
nación conceptual de sí mismo este toma en cuenta el mensaje orgánico, lo regule y
determina conductas adecuadas para el todo que es. El organismo determinan las vivencias y
el yo o noción  de sí mismo las hace sentimientos y conductas.
Es un esquema simple el inicial para ir comprendiendo una de las ideas base de Rogers,
aquella que apunta la coherencia y congruencia entre la noción de sí mismo y el organismo
que le porta siendo clave en salud mental.
En un principio el organismo humano es un organismo vivo que tiende a la supervivencia y
para ello cuenta con reflejos y respuestas automáticas que le indican que le conviene y que
no. Su organismo regula sus conductas y es siempre sabio, mientras es bebé, cuando quiere le
habla se hace cargo de mediatizar los mensajes y comienza no sólo a sentir y responder si no
hacer intervenir el pensar y el reflexionar. Éste pensar a reflexionar se adquiere En relación
con el otro, por ello es tan importante esta primera etapa con las que Rogers denominó “
personas criterio “, aquellas que marcan los primeros pasos de valor, de criterio de evaluación
de la realidad que en general son los padres y luego otras personas.. Vale aclarar que no es
bueno para nadie y menos para un niño que los valores de otros se impriman de tal manera en
el psiquismo que anulen o distorsión en el propio esquema valorativo que en un principio
marca al organismo y que luego lo autoconstruye la persona. Una persona está bien cuando es
congruente entre lo que siente, lo que piensa y lo que hace, desde así es libre ante sí misma y
se hace responsable ante el otro de todo lo que es o hace. Una persona está mal cuando hay
perturbaciones entre su sentir pensar y hacer, cuando una de las tres instancias se obtura o
predomina demasiado sobre las otras.
La vida pugna por ser: rosas denomina que todo ser vivo tiene una tendencia vital, una
pulsión de vida que denomina: una tendencia al crecimiento, la tendencia actualízante de lo
vivo.
Descubre que escuchando a los consultantes sin prejuicios teóricos, Sin rotularlos y sin hacer
un diagnóstico y menos un1 pronóstico, simplemente acompañándolos y ayudándolos a
esclarecer sus discursos y vivencias ellos mismos encontraban la salida y el desarrollo.
Entonces aprendió que su tarea era esa. La de escuchar atentamente, estar presente con todo
su ser persona, intervenir verbalmente para dilucidar aspectos esenciales de lo dicho, no
colocar ninguna teoría así en el encuentro terapéutico, no pretender ninguna curación y
sobretodo no ejercer ningún poder profesional.
El enfoque centrado en la persona descansa sobre la tendencia actualízante, la cual está
presente en todo organismo vivo, la tendencia a crecer, desarrollarse, realizar su total
potencialidad. Tal manera de ser confía en esta tendencia direccional progresiva del ser
humano que lo lleva hacia un más complejo y completo desarrollo. De esto se trata del
modelo de ayuda de Rogers, del donde y el cómo ayudar en la expansión de lo personal
Parte 2.
De las actitudes: tal como generamos las relaciones entre nosotros es tal como estas
establecer, para bien o para mal de las partes que se contactan. Cuando nos comunicamos con
el otro podemos hacerlo desde nuestro pensar, tomando en cuenta el sentir pensar del otro o
en un mix de ambas modalidades.
Comunicarnos desde nosotros mismos y nada más, es la modalidad más habitual que las
personas utilizan. Hacerlo tomando en cuenta el otro, escucharlo desde sí mismo es enfatizar,
disponer de la empatía para comunicar más profundamente. Disponer de un encuentro
comunicacional mixto es tomar en cuenta el otro enfatizando, entregarse desde la propia
disposición para que ese otro empatarse con nosotros y es ahí donde se realiza el verdadero
encuentro contacto. Acercarse al semejantes sin ningún juicio previo o con la menor cantidad
posible de ellos abierto a la aceptación total de sea lo que sea que el otro me comunica decí
mismo en relación a mí. Eso es aceptación positiva incondicional.
Estar en esa relación en plena conexión con mi sentir y pensar y hacer, y para decirlo más
profundamente con mi mismidad, eso es estar siendo congruente y auténtico con los demás.
Para Rogers la empatía, la aceptación incondicional y la congruencia son las tres actitudes
fundamentales que facilitan comunicaciones verdaderas, auténticas y saludables.
Creer en la potencialidad del otro, facilitar ese despliegue desde una posición no directiva,
considera la tendencia formativa del universo, descubrir un marco actitudinal Imprescindible,
crear una teoría sobre la relaciones humanas en general y una praxis de la terapia y el
counseling en particular, ampliar su mirada en la educación de las organizaciones han sido
los principales aportes de este pensador
(En las últimas tres paginas de esta parte hay frases del autor interesantes para pensar, no para
el final, por eso no las puse )
Parte 3.
Su teoría y práctica terapéutica: el enfoque centrado en la persona.
Aportes de otto rank Que incidieron directamente en Roger: primero considera la terapia con
un proceso de activa participación del consultante, en su lucha contra ambos miedos tanto a la
vida y la muerte, y su necesidad de desarrollo. Segundo la búsqueda de la integración y la
auto actualización, tercero facilita la expresión liberada del consultante y no toma en cuenta
los conceptos de resistencia y transferencia, cuarto la voluntad del paciente no debe atacarse
si no fortalecerse. Quinto coincide acerca del placer por la atención y plantea la auto
actualización en consonancia con los humanísticos . Sexto se ubica desde el pensar el
funcionamiento humano motivado por una tendencia en lugar de la homeostasis, concibe la
neurosis no como una enfermedad sino como en intento de una persona para liberarse y
ligarse de otra manera con los otros, octavo la terapia no es una técnica sino una actitud una
posición filosófica frente a otro, noveno el terapeuta no cura sino que es el propio paciente
quien encuentra su auto curación. Decimos importante además de comprender
cognitivamente lo que le pasa al paciente, integrarse en su mundo emocional y sensible. Es
por eso que insiste en la importancia de la verbalización de los sentimientos y el trabajo
terapéutico con los mismos. Por otro lado el objetivo de una terapia constructiva es conducir
esa relación profesional se conserva la aceptación voluntaria de sí mismo, décimo , una
terapia adecuada no debe querer cambiar el paciente sino ayudarlo hacia el auto desarrollo y
por último, el terapeuta debe permanecer en una pasiva actividad procurando favorecer la
comprensión del individuo desde sí mismo siendo su rol el de generador de una expresión
creadora del desarrollo de la personalidad
Con respecto a la teoría centrada en la persona que labora Roses este modelo puede dividirse
en dos grandes momentos, un primero de ellos consiste en una modalidad de ayuda
psicológica o psicoterapia y una segunda etapa como abordaje o enfoque de las relaciones
humanas en general.
El enfoque como terapia es un método para facilitar cambios y transformaciones en
individuos que consultan por dificultades psicológicas. Posee para tal objetivo una teoría de
la personalidad rigurosamente documentada y vastamente experimentada en sus dispositivos
de acción y un marco actitudinal fundamente ubicándose como línea en la psicología
humanística
El enfoque como abordaje no es una teoría ni una niña de la psicología, sino un modo de
pensar las relaciones humanas, un modo de ser siendo con los demás, una filosofía de vida o
marco de creencias apuntalado en la importancia de los encuentros.
El enfoque como terapia y sus campos de aplicación están vinculados a todos los tipos de
demanda de ayuda psíquica.
El enfoque, abordaje integral implica: una perspectiva de vida positiva, una creencia en la
tendencia formativa del universo, un respeto por la dignidad del individuo por su autonomía y
libertad, una aceptación de la insertezay las ambigüedades Y una facilitación del despliegue
personal, grupal y social.
Es una apuesta al mejoramiento de las relaciones interpersonales como camino hacia la
transformación positiva de las personas la sociedad y el mundo.
Las siete nociones principales:
         1.     La no directividad
Es una decisión de ayudar a un otro a que desarrolle su persona tal como lo desee en la
dirección que opte tomar y desde el propio modo en que se haga responsable de su
problemática. Es la no dirección desde el que se supone, debe dirigir, para habilitar la
autodirección del que pide ayuda en el camino de la liberación de su potencial humano. Es
una posición existencial desde la cual nos instalamos en la vida creyendo que nadie posee la
verdad, que cada persona cuando valora y opina lo hace desde su particular recorte de
experiencia
         2.     Tendencia actualizante.
Es definida como la capacidad que tiene el ser humano de comprenderse asimismo y de
resolver sus problemas de modo suficiente para lograr la satisfacción y la eficacia necesaria a
un funcionamiento adecuado. Se trata de una orden de evolución hacia un mayor orden
organización, mayor complejidad y mayor capacidad de interrelación.
         3.     Escucha empatica
Es la capacidad de entender, comprender y responder a la experiencia única del próximo. Es
una modalidad de estar que resulta de sentirse en la experiencia vivida del otro, colocándose
en los zapatos que el otro calza. Por ser resultado de una actitud no es simplemente una
disposición unidireccional desde el terapeuta ser consultante sino una manera de relacionarse
en donde se propone la empatía vincular. Es de ida pero también es de vuelta a modo de
ejercicio terapéutico útil para una mejor comunicación.
         4.     Aceptación positiva incondicional
Implica aceptar al otro tal cual es en el momento en que se está ofreciendo la ayuda. Es una
actitud de importancia para crear un clima de cambio, es la aceptación o estima positiva
incondicional que significa que cuando el terapeuta experimenta una actitud positiva, no
calificativa, de aceptación hacia cualquier cosa que el paciente sea en ese momento, el
cambio es más probable.
         5.     Congruencia
Define la importancia de ser el que uno es en la relación sin construirse máscaras o fachadas
que ocultan los verdaderos sentimientos que circulan en la misma. El terapeuta debe estar
abierto a su experiencia, en plena conexión consigo mismo.
Es muy importante que el terapeuta experimente la congruencia ya que se ha comprobado que
son más eficientes y eficaces con la ayuda que brindan.
         6.     Su modo terapéutico. Técnicas?
Si decidimos colocar como pregunta la palabra técnicas es porque si hay algo que distingue a
nuestro autor es el intento de alejarse de las mismas y tomarle ayuda psicológica de una
noción de encuentro entre personas en donde una de esas ejerce el rol del profesional de la
ayuda y la otra de ser ayudado y lo más importante para que la ayuda sea ficas es que nunca
se descuide este aspecto, aunque el profesional utilice un encuadre de trabajo y recursos
metodológicos específicos.
Las intervenciones terapéuticas sean estas de carácter verbal, gestual o desde recursos
imaginarios, corporales o de acción fueron desencadenadas en la práctica misma que realizó a
través del tiempo de su evolución personal.
 Las intervenciones o devoluciones que realicemos ante lo discursivo de nuestro consultante
serán siempre un intento de acercamiento a lo que éste, y nosotros en relación con él, estemos
percibiendo, expresado en el intento de búsqueda que estamos facilitando. Lo que hagamos o
digamos si posee esta base, será siempre una intención relativa desde el lugar del no saber
más que lo que nos dice.
         7.     El funcionamiento personal
La noción de sí mismo es el conceptos centrales del cual se construye toda la teoría de la
personalidad que se sustenta los desarrollos de Rogers. Desde allí es donde se construye una
hipótesis acerca del funcionamiento normal. Encimismo es el conjunto organizado y
cambiante de percepciones de un sujeto que se refieren a el mismo. Es una estructura
perceptual que incluye las características, atributos, cualidades y defectos, capacidades y
límites, valores y relaciones que el sujeto reconoce como descriptivos de sí mismo y que
percibe como datos de su identidad.
Las vivencias de consistencia o inconsistencia definen el funcionamiento psíquico. Estas dos
posibilidades se dan: entre sí mismo tal como lo percibe el individuo y la experiencia
Organism ica, entre el sí mismo y un sí mismo deseado y entre sí mismo y la realidad.
Cuando el organismo humano se percibe consistente en los tres niveles, fluya y funciona
óptimamente por lo tanto crece y se desarrolla y expresa su potencial actualízante. Cuando el
organismo perciben consistencia en alguno de los tres niveles se siente amenazado y se
defiende, se les organiza y distorsiona su Actualización.
Cuándo en el proceso del desarrollo infantil el niño recibe valoraciones positivas por parte de
sus padres y el entorno tiende a aceptar su propio mundo experiencia como válido para sí
mismo y se instala de esa manera en un sistema vital fluyente de auto reconocimiento y
congruencia. En cambio cuando eso no se le brinda tiende a decrecer sus propias valoraciones
perceptual es, acepta a la de los otros como válidas y se aleja de sí mismo. De esta forma se
percibe inconsistencia, vive amenazado y se defiende. En su autoconcepto incorpora
elementos extraños que no son el resultado de su propia experiencia. En esta condición se
instalan defensas, rigidez perceptual, que a veces se perciben como malestares o síntomas y
no pudiendo funcionar óptimamente, el organismo psíquico se enferma.
Si somos terapeutas nuestras percepciones e intervenciones serán siempre centradas en la
persona y facilitadoras de cambios y transformaciones positivas del sí mismo de nuestros
consultantes.
 
“El proceso de convertirse en persona.”
Introducción “Este soy yo.”
Carl Rogers.
Algunas enseñanzas significativas: en mi relación con las personas he aprendido que en
definitiva no me resulta beneficioso comportarme como si yo fuera distinto de lo que soy,
mostrarme tranquilo y satisfecho cuando en realidad estoy enojado y descontento, aparentar
que conozco las respuestas cuando en verdad las ignoro, ser cariñoso mientras me siento
hostil, manifestarme aplomado cuando en realidad siento temor.
No es útil tratar de aparentar ni actuar exteriormente de cierta manera cuando en lo profundo
de mi mismo siento algo muy diferente. Nada de esto me ayuda a lograr relaciones positivas
con individuos.
La segunda enseñanza que puede expresarse en los siguientes términos: soy más eficaz
cuando puedo escucharme con tolerancia y ser yo mismo. Puedo reconocer que estoy enojado
o que experimento rechazo hacia esta persona, que siento calidez y afecto hacia este
individuo, que estoy aburrido y no me interesa lo que está pasando, que estoy ansioso por
comprender a este individuo que mi relación con determinada persona me produce ansiedad.
Me resulta más fácil aceptarme como un individuo decididamente imperfecto que no siempre
actúa como yo quisiera.
No podemos cambiar, no podemos dejar de ser lo que somos en tanto no nos aceptemos tal
como somos. Una vez que nos aceptemos el cambio parece llegar casi sin que se lo advierta.
Es en este punto donde las relaciones se tornan reales. Las relaciones son atractivas por ser
vitales y significativas.
Llegamos ahora a una enseñanza capital, que ha tenido gran significación. He descubierto el
enorme valor de permitirme comprender a otra persona. Nuestra primera reacción ante las
afirmaciones que oímos de otras personas suele ser una evaluación inmediata o un juicio más
que un intento de comprensión. Cuando alguien expresa un sentimiento, una actitud o
creencia tendemos a pensar: está en lo correcto, es una tontería, es incorrecto entre otras. Muy
pocas veces nos permitimos comprender exactamente lo que su afirmación significa para
él.Lo que sucede es que si me permito comprender realmente a otra persona tal comprensión
podría modificarme y todos experimentamos temor ante el cambio. Por ende no es fácil
permitirse comprender a un individuo.
Otra enseñanza que ha sido muy importante: he descubierto que abrir canales por medio de
los cuales los demás puedan comunicar sus sentimientos, su mundo perceptual privado me
enriquece. En la relación terapéutica existen una serie de recursos mediante los cuales puedo
facilitar al cliente la comunicación. Con mis propias actitudes puedo crear una sensación de
seguridad en la relación que posibilite tal comunicación. Es necesario que el enfermo advierta
que se lo ve tal como él mismo se ve y que se lo acepta con sus percepciones y sentimientos.
Otra enseñanza: me ha gratificado en gran medida el hecho de poder aceptar a otra persona.
He descubierto que aceptar realmente otra persona con sus propios sentimientos no es de
modo alguno tarea fácil tal como tampoco lo es comprenderla.Esto es así porque nos resulta
muy difícil permitirle a los demás sentir de modo diferente al nuestro con respecto
determinados temas o problemas. Estas diferencias entre los individuos, el derecho de cada
uno utilizar su experiencia su manera y descubrir en ella sus propios significados es una de
las potencialidades más valiosas de la vida. Cada persona es una isla en sí misma, un sentido
muy real y sólo puede construir puentes hacia otras islas si efectivamente desea ser el mismo
y está dispuesto a permitírselos. Cuando puedo aceptar a un individuo lo cual significa
aceptar los sentimientos, actitudes y creencias que manifiesta como una parte real y vitales sí
mismo, lo estoy ayudando a convertirse en una persona
La siguiente enseñanza: cuanto más me abras y a las realidades mías y de la otra persona
menos deseo arreglar las cosas. Va desapareciendo las tendencias a corregir las cosas, fijar
objetivos, moldear a la gente o manejarla y encausar la en la dirección que de otro modo
querría imponerles. Experimento mayor satisfacción al ser yo mismo y permitir que el otro
sea el mismo.
Una de las más importantes y de las que quizás sean la base de todas las anteriores es la
siguiente: la experiencia me ha enseñado que las personas se orientan en una dirección
básicamente positiva. Cuando puedo comprender empática mente los sentimientos que
expresan los clientes y soy capaz de aceptarlos como personas que ejercen su derecho a ser
diferentes descubro que tienden a moverse en ciertas direcciones. He llegado a sentir que
cuanto más comprendido y aceptado se siente un individuo más fácil le resulta abandonar los
mecanismo de defensa con quien encarado la vida hasta ese momento y comenzar a avanzar
hacia su propia maduración.
La vida en su óptima expresión es un proceso dinámico y cambiante en el que nada está
congelado. Siempre se encuentra en un proceso de llegar a ser. 

También podría gustarte