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INCOMPRENSIBLE II
ES LA EXISTENCIA POSIBLE, EL AMBITO DE LA LIBRETAD.
ES LO INCOMPRENSIBLEEXISTENCIAL, QUE SE PUEDE ILUMINAR EN EL
FILOSOFAR.
ES EL ESCLARECIMIENTO DEL YO (NO EL RECONOCIMIENTO DEL YO);
SON LAS CIFRAS DE LA TRASCENDENCIA.
C) Fenomenos subjetivos
individuales A) Hechos objetivos percibidos
PERSONA Y PERSONALIDAD-
CAPITULO 13
Oro Oscar
PERSONA Y PERSONALIDAD-
CAPITULO 14
Oro Oscar
❤️Ambiente socio-espiritual
El deseo de comprender el sentido de la vida es una intuición precoz del autor con la que se
comprometió. Junto a los intereses señalados, filosóficos y socio-políticos, ya desde temprana edad
manifestó interés por un deporte por el que mantenía vivo su entusiasmo.Retomando a lo que ya
constituía su preocupación principal, la psicología y la psiquiatría, a través de sus dos modelos, Freud y
Adler, con sólo 18 años publicó un artículo en la selección juvenil de un periódico y a las 19 Un artículo
que tiempo después Freud lo publica en su revista internacional de psicoanálisis.
En su época de estudiante de medicina fue percibiendo las limitaciones del psicoanálisis por la visión
reduccionista de la persona y por la rigidez de los conceptos que utilizaba.Tiempo después en el año
1926 utilizó por primera vez el término logoterapia con el cual aborda el problema espiritual en la
psicoterapia.
A lo largo de la vida Victor luchó con la pregunta de si la vida tenía o no sentido, tanto en su vida
personal o para la vida de cualquier ser humano.
Con respecto al psicoanálisis, Victor trata de forma filosófica de la teoría psiquiátrica de Freud, mantiene
que el psicoanálisis se limita sólo a la especto erótico del hombre olvidando los elementos de significado
inmoralidad. La psicoterapia debe inferir en la imagen del hombre psíquicamente enfermo una visión
del hombre considerado como unidad corpóreo-Psico-espiritual y por consiguiente un concepto más
comprensivo y unitario. Por otro lado también se refiere a la actitud personal del terapeuta ante un
determinado sistema filosófico. El tercer punto se refiere a la relación entre el tratamiento
psicoterapéutico y los valores. Si al fin principal de un psiquiatra es conducir al enfermo a un estado de
salud mental, Se comprende fácilmente como tal concepto en cuanto refleja un deber ser, es un concepto
de valor, entonces la psicoterapia debe hacer absolutamente una valoración, debe conocer los valores
éticos valiéndose al servicio de la ética. El último aspecto se refiere a la necesidad de una educación en
la responsabilidad al final del tratamiento psicoterapéutico. El hombre dolorido necesita reconocer la
propia y específica responsabilidad frente a las tareas singulares y específicas que debe realizar. Debe
ver su posición única e individual en el mundo y la misión que va íntimamente ligada a su personal
existencia. La conciencia de una tarea específica que debe realizar adquiere un valor enorme para la
comprensión integral del ser humano y para superar las dificultades presentadas por las situaciones
particulares.
Con respecto a la Segunda Guerra Mundial que Víctor Frankl tuvo que pasar, Sólo por el hecho de ser
judío. Ante esta auténtica situación límite, la impotencia y la angustia se hicieron presentes y cada uno
trataba de salvarse cómo podía.El mismo se encargó de falsificar muchos diagnósticos afines de qué los
judíos enfermos no fueran enviados a las cámaras de gas. Vemos en el un permanente y comprometido
ejercicio de su sentimiento comunitario. Éstos son los detalles que hacen a un compromiso existencial y
que habilitan a la logoterapia en la actualidad para tenerla en cuenta como una herramienta válida en el
momento de pensar en una psicología comunitaria. Cuando el autor rescata el valor de la persona por
encima de los grupos étnicos o de los partidos políticos está abogando por una despolitización de la
persona y una humanización de la política. Está rescatando lo individual por encima de la
generalizaciones.
Si bien contaba con un pasaporte americano para irse, la avanzada edad de sus padres, los pacientes de
la clínica le señalaron el camino correcto frente a la lucha entre sus sentimientos opuestos. Quería irse
pero dejó caducar el pasaporte americano.
El drama más terrible surge a partir de la llegada al campo de concentración donde ya no es médico ni
psiquiatra sino el prisionero número 119,104. Trabajaba como excavador de zanjas, es un precio más
que duerme en el/con helado y que debe soportar el maltrato de los guardias.De esta experiencia elabora
el texto de el hombre en busca de sentido, donde no es un relato sólo de penurias y lamentos sino que
muestra la mayor Probabilidad y posibilidad humana de acceder al sentido a través del sufrimiento. Esta
es una de las virtudes más fuertes del autor, la de poder ver en las situaciones más negativas un rayo de
luz. Y así el contenido de esperanza que se encuentra en la logoterapia.
Nuestras conductas también pueden no ser dictadas por las condiciones del medio sino por las
decisiones que tomamos. Como señala Jasper el hombre es un ser decisivo.
Frankl ha sufrido mucho en los campos de prisioneros pero es evidente que no se queda en el
sufrimiento, si no en el sentido que pueda extraer de él.Señala: “ sufrir significa realizar esfuerzos y
crecer pero también significa madurar. El hombre que se eleva sobre sí mismo avanza hacia la madurez.
El verdadero trabajo del sufrimiento no es otra cosa que un proceso de maduración. La madurez sin
embargo se basa en el hecho de que el hombre alcance una libertad interior a pesar de su dependencia
exterior. Pensemos en una situación extrema como el campo de concentración, una situación en la cual
el hombre se encuentra en una dependencia extrema de condiciones que le han sido impuestas pero
vemos que estas condiciones le hace independiente tan sólo en cuanto a su obra y a sus experiencias
pero le dejan libre en cuanto a su actitud y a su orientación hacia esta situación de dependencia externa.
Esto significa que el hombre es dependiente en cuanto a la realización de los valores creadores y
experiénciales Pero es libre respecto a la realización de valores de actitud, libre de todas las condiciones
y circunstancias y libre para la superación interna de su destino, para el sufrimiento. Es una libertad que
está hasta el último aliento“
Con respecto a Adler y Freud, podemos decir que en la actualidad no se repriman los impulsos sexuales
como en la época del psicoanálisis ni las personas están tan acosada por sus sentimientos de inferioridad,
sino que la sensación de falta de sentido es el vacío existencial como la problemática que ha cobrado
vigencia en nuestro tiempo.
Ya luego terapia forma parte de este movimiento que se gesta en Viena después de la primera escuela
representada por el psicoanálisis de Freud y la segunda escuela que había fundado Adler. Victor expresa
que el mismo no se considera de la misma altura de Freud ideal leer y que la expresión tercera
orientación Vianesa no precede sino de otro autor que definió hacia el análisis existencial.
Para comprender y captar los fundamentos de la logoterapia y luego captar lo que será el sentido de la
vida es importante tomar conceptos de Allers. Podemos señalar el tema de la autenticidad como factor
clave en las teorías existenciales.Señala: “ la conducta humana es psicológicamente auténtica cuando se
acepta la radical finitud; la existencia humana es auténtica y saludable cuando la vivencia de aceptación
se superpone a la vivencia de la limitación del propio ser humano y también a su defectuosidad e
impotencias circunstanciales. El actuar inauténtico No consiste en negar la radical finitud, sino más bien
en actuar como si se negara.”
- La tercera consideración alude a la novedad absoluta en qué consiste cada ser humano, la
novedad es absoluta y podemos citar a diversos filósofos cuando nos presentan las posibilidades
que constituye todo ser humano. Las elecciones que la persona realiza le darán la personalidad
que presentará a la hora de la entrevista.
- Cómo octava tesis sustenta el dinamismo que implica la facultad humana de auto
distanciamiento.El diálogo interior que mantenemos con nosotros mismos, esta instancia que
posibilita la deliberación interior es gracias al ser espiritual.
- Llegamos a la 10ª y última tesis con respecto a la persona, la cual aborda el tema de la
trascendencia humana. Define al hombre en su aspecto auto comprensivo como un ser
estrechamente vinculado y dependiente de la trascendencia.
LA TAREA TERAPÉUTICA Y EL
ENFERMAR HUMANO, DESDE LA
LOGOTERAPIA DE V. FRANKL
Prof. Graciela Clément
Tarea terapéutica: siempre es bueno volver al origen para rescatar el significado primero de
las palabras, él que les dio vida y que, a veces, se ha perdido o gastado junto a las palabras
mismas.
Terapia, terapeuta: derivan del verbo griego, ser servidor, estar al servicio de, cuidar, guardar,
tener cuidado de, atender, cuidar de, atender, cuidar y curar enfermos, heridos, etc.
El terapeuta es entonces: curador, cuidador. Por ello en el significado primigenio de la
palabra, no solo el médico o psicólogo, sino también el/la enfermera, es un terapeuta.
La relación terapéutica tiene dos polos, o dos integrantes: el terapeuta y el hombre que sufre.
Viktor Frank, dice que la relación terapéutica es una ecuación con dos incógnitas: T= X + Y.
Estas dos incógnitas, son el terapeuta y el hombre enfermo. Los dos seres humanos que
entran en relación son únicos e irrepetibles, como también lo es la relación.
Por ello no sirven las recetas, reglas, técnicas o esquemas fríos. Cada técnica o modo de tratar
al hombre enfermo, debe ser utilizada de manera creativa en cada caso.
Pero, además, es necesario decir que el terapeuta no está frente a un enfermo: Paciente-
Objeto- Cosa, sino a un ser humano en el cual el “enfermar” es un estado pasajero o terminal,
una situación que vive, de la cual es actor y no solo paciente, y ante la cual tiene que asumir
una actitud.
Decíamos que por ahora, nos interesa la actitud del terapeuta ante el hombre que sufre:
“homo patiens: hombre doliente”. La actitud que asumamos depende de la concepción, cc o
no, que se tenga del ser humano. Es decir, la antropología en que fundamentemos nuestra
tarea terapéutica. Viktor Frankl critica a la medicina biologista y mecanicista que, a través de
reduccionismos (ven solo lo orgánico, el mecanismo descompuesto) no alcanzan al ser
integral que aparece como hombre doliente.
El tratamiento psicoterapéutico es un aprendizaje de la responsabilidad. Es conducir a la
salud para que ese ser humano que sufre- y quien el dolor sacude y pone en crisis- se haga
conciente del ser único e irrepetible y descubra que tiene una tarea fundamental: la de hacerse
responsable de su propia vida.
A los estudios de V.F, hay que sumar como algo decisivo, el que sea sobreviviente de cuatro
campos de concentración. Esa terrible experiencia de treinta y un meses la que tiñe de
significado cada una de sus afirmaciones. Es la vida en Auschwitz, Dachau, Turkheim, esa
terrible “experimentum crucis” vida que dedico a asistir curar y cuidar a sus compañeros, la
que le permitió encamar sin ninguna duda, que la motivación fundamental del ser humano es
la búsqueda de sentido de su vida.
Y hay una frase que sintetiza el sentido que V.F descubrió para la suya y a la cual me adhiero
desde la psicología y la terapia. “He encontrado el significado de mi vida ayudando a los
demás encontrando en su vida un significado”.
El análisis existencial sostiene una antropología y concepción del hombre a la que nos vamos
a referir ahora; y la logoterapia es su aplicación terapéutica que, como toda terapia, busca
acercarse al ser humanos o sufriente y lo hace a través de un camino específico: en este caso
logos= sentido.
Esta palabra griega tiene varios significados, Frank rescata los sentidos y espíritu. Es la
terapia que, por un lado; ayuda a descubrir y satisfacer la necesidad profundamente humana
de vivir una vida en sentido, y por otro, llega a la dimensión espiritual existencial del ser
humano.
La logoterapia no solo es utilizada para la cura de neurosis y psicosis, sino que se aplica
también en enfermos de cáncer, cardiacos, en la drogodependencia, el S.I.D.A y todo tipo de
enfermedad terminal, justamente porque muestra la posibilidad de darle un sentido al
sufrimiento.
La pregunta que nos planteamos es: ¿Qué es el hombre? Y no es una pregunta cualquiera. Me
compromete a mí misma y estoy involucrada en la respuesta. Porque mi ser es la única
realidad que conozco, comprendo y vivo desde dentro.
Estamos preguntando por el sentido del ser humano, cuando decimos “hombre” o “ser
humano”, no debemos pensar en algo abstracto. El Hombre no existe. Existen seres humanos
concretos: “esta que soy yo, estos que míos nosotros, aquí, ahora, en este contexto histórico o
social nuestro.
La reflexión antropológica sobre nosotros mismos nos lleva a distinguir en el ser humano tres
dimensiones en una unidad antropológica. Esas dimensiones son: la somatica (corpórea o
biológica), la psíquica (anímica) y la espiritual (noetica o del logos). Estas tres dimensiones
están dadas en una unidad que hace al hombre un ser corpóreo- anímico- espiritual o
biológico- espiritual. Las dos primeras dimensiones son copias de todos los seres vivos
animados. La tercera y única y específica, en ella descubrimos ciertos caracteres.
El ser humano es irrepetible: no soy hecho en serie, anónimo ni intercambiable. Estoy
viviendo cada momento una sola vez. Y soy irreemplazable en el hacerme responsable de mi
propia existencia.: El ser humano está llamado a la libertad: todo hombre tiene la experiencia
de que la libertad existe.
No es absoluta ni tiene determinismos que la anulen. Es condicionada. No se está libre de los
condicionamientos, pero sí en la actitud frente a ellos.
Dice V. Frankl “Preguntar por el sentido, buscarlo en tareas concretas y realizar valores, es
ser plenamente hombres”.
El ser humano está llamado a la responsabilidad: es la otra cara de la libertad. Cuando elijo
debo hacerme responsable de ello. Es la habilidad para responder.
• El ser humano está Llamado a buscar un sentido: y el sentido no se inventa, se descubre.
Cada situación nos desafía a encontrarlo y ante ellas debemos responder. Se trata de descubrir
el sentido y de realizar valores. Es único para cada persona y debe ser buscado a partir de las
propias experiencias.
La necesidad de encontrar el sentido de la vida es tan importante para cada ser humano que,
cuando esa motivación se ve frustrada, enferma. V. Frankl dice desde hace mucho estas cosas
y hoy lo comprobamos: la falta de sentido o vacío existencial, o frustración existencial, es la
enfermedad de nuestro tiempo.
El hombre es una unidad indisoluble y lo que afecta preponderadamente a una de sus
dimensiones, hiere también a las otras dos.
¿Y cómo descubrimos el sentido? Cuando trascendemos hacia algo: una tarea, un ideal; hacia
alguien: un tú, amigo, pareja, comunidad; y hacia Dios (si tienen fe) que es el sentido último
y punto de llegada de los sentidos y encuentros logrados en nuestra vida.
El sentido puede encontrarse y lograrse en principio, independientemente de que se trate de
un hombre o mujer, independientemente de la edad, de la estructura del carácter, del
coeficiente intelectual, de la educación recibida, del medio ambiente, de ser o no religioso y
en caso de profesar una religión, independientemente de la religión que se trate.
No necesitamos prescribir una receta, tampoco debemos ni podemos imponerle el sentido.
Son tres pistas muy concretas las que podemos señalarle:
1) Realizando una acción o creando una obra
2) Conectándose con algo: naturaleza o arte; o con alguien, en forma de amistad y amor
3) Cuando somos víctimas de una situación dolorosa, encontrando un sentido al
sufrimiento
Estos tres caminos se refieren a tres experiencias humanas, a tres sentidos y valores:
Valores de creación: lo que un ser humano da en forma de trabajo, creación, transformación.
El trabajo es un vínculo de unión entre el individuo y la comunidad. Porque soy único e
irrepetible, debo tomar mi trabajo de cada día como una misión en el mundo. Importa no el
tipo de trabajo (todos son importantes) sino el cómo se lo realiza. No las reglas frías, sino lo
que pongo de mí. Nuestra tarea común es la terapéutica: en ella debemos poner nuestro sello
personal.
Valores de experiencia: lo que un ser humano recibe gratuitamente del mundo, en forma de
vivencia estética, contemplación de la naturaleza y encuentro humano. Así se realizan la
amistad, el amor y la comunidad humana.
Valores de actitud: encontrar sentido al trabajo, a la creación, al amor, al arte, es más fácil.
Encontrar le sentido al sufrimiento no lo es. Para los primeros necesito aptitudes, capacidad
creadora; para los segundos capacidad de sentir y vivenciar, para el tercero capacidad de
sufrimiento. Y no la poseemos, no se trae consigo, tenemos que adquirirla, se conquista en el
padecimiento mismo. “Para realizar, en cambio, valores actitudinales, necesito, además de la
capacidad creadora y la capacidad vivencial, la capacidad de sufrimiento. Pero el hombre ‘no
posee’ esta capacidad; nadie se la puso en la cuna; se poseen órganos y se puede poseer
talento, pero la capacidad de sufrimiento debe adquirirla el hombre por sí mismo; tiene que
padecerla primero para sí.”
Y este es un punto central de nuestras reflexiones En la relación terapéutica, el terapeuta
(médico, enfermera, psicólogo) acude con la idoneidad de su trabajo profesional (valores de
creación) y, para realizar el pleno sentido de terapeuta, debe brindar también afecto y
solidaridad (valores de experiencia) y en el otro polo de la relación, está el hombre enfermo
que se presenta con su indigencia, sufrimiento y espera ayuda (valores de actitud).
La sociedad y los medios de comunicación no pre paran para el sufrimiento: acentúan el valor
del éxito, la juventud y el poder. La imagen del hombre doliente (homo patiens) no es
rescatada por nuestra cultura.
El sufrimiento es parte de nuestro modo humano de existir. “No hay ser humano que pueda
decir que él no ha fallado, que él no sufre y que él no morirá”.
Es la tríada trágica que integra la vida y que debemos asumir, como asumimos los aspectos
felices y luminosos. “de los aspectos negativos y quizá especialmente de ellos, se puede
‘extraer’ un sentido, transformándolos así en algo positivo: el sufrimiento en servicio; la
culpa en cambio; la muerte en acicate para la acción responsable."
Cuando hablamos de sufrimiento se hace necesario plantear algunas distinciones:
1) Entre dolor y sufrimiento'. Dolor: es lo que se siente, remite a los síntomas. Un cólico,
un infarto, una herida, producen dolor, es una sensación.
SALUD NO ES AUSENCIA DE ENFERMEDAD SINO SENTIDO DE VIDA. ES
COMPROMETERSE A AMAR, TRABAJAR, CREAR, VIVIR Y CONVIVIR
El dolor es experimentado por los animales y los hombres. El sufrimiento: es la conciencia
del dolor. Sufrir dolor, padecer, es una capacidad específicamente humana porque sólo el ser
humano se da cuenta del sufrimiento que implica sentir dolor.
2) Entre sufrimiento innecesario, evitable o reversible /y sufrimiento inevitable e
irreversible. Frente al primero debe ponerse en marcha la capacidad profesional del
terapeuta quien recurre a todo lo que la ciencia brinda para curar (medicamentos,
cirugía, etc.). Lo primero es eliminar el sufrimiento. Para el enfermo, recuperar la
salud y volver a la actividad es prioritario. Frente al segundo, que coincide con las
enfermedades llamadas crónicas y las terminales, puede llegar a aliviarse, pero es
cada vez más difícil.
Como movimiento filosófico podemos situar sus inicios en el siglo xix, con las reflexiones
del filósofo danés S. Kierkegaard (1813-1855) y las de F. Nietzsche (1844- 1900). Sin
embargo, es propiamente en el siglo XX cuando tuvo un claro desenvolvimiento y alcanzó
plena popularidad, principalmente en épocas de la posguerra.
- CAPITULO 2
7. Neurosis Noógenas
La totalidad humana nos muestra tres dimensiones funda mentales:
1. La Somática.
2. La Psicológica y
3. La Existencial-esüiritual.
La terapéutica aborda, con frecuencia, los padecimientos, so- mato-psíquicos, y el
terapeuta verá, con frecuencia, que la pro blemática que presenta el paciente va más
allá de la bidimensio- nalidad psico-física y entra en la dimensión existencial-espiritual.
Lo espiritual (logos) es una dimensión propia del ser humano donde se manifiesta la
genuina humanidad de la persona que pade ce. En esta dimensión pueden asentarse y
arraigar cierto tipo de neurosis llamadas Noógenas (en cuanto se desencadenan en la
dimensión espiritual-noos). Los problemas que pueden dar ori gen a una neurosis Noógena
son:
1. Conflictos que comprometen la conciencia moral.
2. Problemas de corte espiritual.
3. Crisis existenciales ubicadas en el conflicto de valores, en el proceso de
maduración humana, cambios de estado de vida, etc.95
Las personas que padecen tales circunstancias con frecuen cia hacen mención de un
vacío interior, de una ausencia de sen tido y dirección en su vida. Este conjunto de
manifestaciones (apatía, depresión, hastío, angustia, etc.) se denominan Vacío existencial
o Frustración existencial.
El experimentar estas duras situaciones no es patológico en sí mismo, pero la
presencia de este vacío puede ser el punto de partida para un conflicto neurótico.
La neurosis Noógena nos dice de un conflicto que hunde sus raíces en colisiones
entre diferentes valores, que la persona capta como una confusión.
El Vacío existencial o Frustración existencial, que puede terminar en neurosis
Noógena, es un fenómeno característico de nuestro tiempo en occidente.
La Frustración existencial está presente en la vida humana y no es enfermiza en sí
misma, ni es necesariamente patógena, salvo cuando va acompañada de una situación
ubicada en la di mensión psico-fisica (rasgos neuróticos).
Así como puede darse un psicologismo que ve en la proble- mática espiritual algo
patógeno (per-se), también hay una ten dencia opuesta. La tendencia opuesta es el
Noologismo, cuyo error básico es atribuir a toda neurosis, una raíz que parte de lo espiritual.
La Logoterapia es una terapéutica específica para la neurosis Noógena, aunqtie por
ello no deja de ser un comple mento constructivo para abordar otros tipos de neurosis.
8. Neurosis Colectivas
En casos extremos de crisis social, política y económica, para dójicamente. es cuando se
movilizan los recursos internos del ser humano a nivel espiritual. Por el contrario. los
tiempos caracte rizados por la abundancia, el ocio y la opulencia en las sociedades
consumistas, muestran mayor incidencia de problemas tales como ¿uicidios,
desorganización de la pareja, toxicomanías, delincuen cia juvenil, etc.
Hay otro grupo de neurosis —Paraclínicas, de las que for man parte las neurosis
Colectivas. En sentido amplio o traslaticio son cuasi-neurosis y tienen cuatro sintomas
básicos—.
A. ACTITUD DE EXISTENCIA PROVISIONAL
Este síntoma muestra un vivir al día e inseguridad ante el mañana, pérdida de otros
aspectos valiosos por centrarse en la provisionalidad. Esta actitud, curiosamente,
engendra una angustia de expec tación, Esta angustia de expectación tien de a generar
aquello que teme. En esta misma línea Frankl re toma lo enunciado por Freud
muchos años antes respecto del compromiso personal en el presente.
B. ACTITUD DE VIDA FATALISTA
El segundo síntoma de la patología del espíritu de la época se caracteriza porque la persona o
el grupo social se dicen a sí mis mos que, ni siquiera es posible intentar la situación y el
asumir la responsabilidad personal. O con otras palabras, haga lo que haga, los
acontecimientos se sucederán unos tras otros porque ya están determinados. Para la
persona en actitud provisional, el futuro no tiene relevancia como misión y el presente
carece de sentido. Por el contrario, la actitud fatalista lleva la tendencia a la propia
exculpación y asigna las propias responsabilidades a la situación social o a sus
disposiciones anímicas y corporales.
C. EL PENSAR COLECTIVISTA
El pensar Colectivista y el Fanatismo, que se estudiarán a continuación, se distinguen de
la actitud Provisional y de la acti tud Fatalista en un punto: Para el pensar colectivista como
para el fanático no es posible que las personas se conciban a sí mis mas como tales y
eso hace que no permitan el mismo derecho a los demás. La autoenajenación genera una
masa, que es lo opues to a la comunidad y a la fraternidad.
La dimensión comunitaria de lo humano tiene dos notas de necesidad:
1. El individuo, para ser persona necesita de la comunidad, y para crear comunidad es
necesario que aporte lo mejor de su persona en libertad y responsabilidad.
2. La comunidad para ser genuina no puede prescindir de las personas individuales.
La fraternidad, como cúspide de la comunidad humana, es fruto de quienes han asumido el
com promiso radical de su humanidad, en libertad y responsabi lidad creativas, con
orientación al sentido y los valores.
D. EL FANATISMO
Este cuarto síntoma muestra el desentendimiento efectuado por los individuos, los grupos,
las instituciones y las grandes solo hace.
La limitación profunda y deshumanizante del pensar fanático es no admitir otra forma
de pensar y de actuar que la propia. Y la propia opinión no es otra que la opinión-pública
que tiene capturada a la persona y por eso la persona renuncia a ejercer su libertad
interior.
Este problema de la neurosis Colectiva no es privativo de un régimen político en
particular, sino que pesa como riesgo y ame naza para todas las sociedades —
independientemente de su orien tación particular—. El origen de estas manifestaciones es
la evasión de la responsabilidad y el miedo a la libertad. “Pero la libertad y la
responsabilidad constituyen la espiritualidad del hombre”.
FUNDAMENTOS Y APLICACIONES
DE LA LOGOTERAPIA
VIKTOR FRANKL
PSICOTERAPIA Y HUMANISMO
Por otra parte; el ser humano se halla profundamente caracterizado por estar abierto al
mundo, como han demostrado Max Scheler, Arnold Gehlen y Adolf Portmann. O b.en,
como ha dicho Martin Heidegger, ser humano es “ser en el mundo**. Lo que he designado
como autotrascendencia de la existencia, corresponde al hecho fundamental de que ser
humano significa hallarse referido a algo o a al-'- guien distinto de uno mismo, ya se trate
de un sentido que cumplir o de otros seres humanos con los que en contrarse. Y la
existencia vacila y se colapsa a no ser que sea vivenciada esta cualidad autotrascendente.
Es comprensible que la cualidad autotrascendente de la existencia, la apertura propia de
ser hombre, pueda corresponder a una sección y no a otra. Cerramiento y apertura se
han hecho compatibles. Y yo pienso que lo mismo cabe decir con respecto a la libertad y
al determi- nismo. Existe determinismo en la dimensión psicológica y libertad en la
noológica, que es la dimensión humana, la dimensión de los fenómenos humanos. Por lo
que se refiere al problema cuerpo-mente, se le puede aplicar la frase, antes
mencionada, “unidad a pesar de la diversi dad”; y al problema del libro albedrío, la de
“libertad a pesar del determinismo”, que guarda paralelismo con la frase, debida a
Nicolai Hartmann, de “autonomía a pensar de la dependencia”.
Comparemos ahora el determinismo y el pandetermi- nismo. Es decir: intentemos una
explicación estricta mente causal de este último. Preguntémonos cuáles son as causas
del pandeterminismo. Yo dina que es la au sencia de discriminación lo que causa el
pandeterminis mo. Por una parte, las causas son confundidas con razo nes. Por otra, las
causas son confundidas con condicio nes. ¿Cuál es entonces la diferencia entre causas y razo
nes? Si se pica cebolla, se llora: las lágrimas tienen una causa. Mas no se tiene razón para
llorar. Si se hace montañismo y se llega a una altitud de 3 000 metros, se experimenta una
sensación de opresión y ansiedad. Ello puede proceder de una causa o de un motivo. La
falta de oxigeno puede ser la causa. Mas si se sabe que se está mal equipado o escasamente
entrenado, la ansiedad tie-. ne una razón.
Ser humano ha sido definido como “ser en el mun do”. El mundo incluye razón y
sentido. Pero la razón y el sentido quedan excluidos si el hombre es concebido como un
sistema cerrado. Todo queda reducido a cau sas y efectos. Los efectos están representados
por refle jos condicionados o por respuestas a estímulos. Las causas, por procesos
condicionantes o por impulsos e instintos. Los impulsos y los instintos empujan, mas
la razón y el sentido atraen. Si se concibe al hombre como un sistema cerrado, tan sólo se
advierten fuerzas que im pulsan, mas no motivos que atraen. Consideremos, por ejemplo,
las puertas de entrada de cualquier hotel ameri cano. Desde el hall tan sólo se ve el rótulo de
“empuje”, el de “tire” se ve tan sólo desde el exterior. El hombre, al igual que el hotel, tiene
también puertas. No es una mó nada cerrada, y la psicología degenera en alguna clase de
monadología a no ser que reconozca la apertura del hombre al mundo.
Esta apertura de la existencia es refle jada por la autotrascendencia del ser humano (véase la
Nota 2 en p. 66). La cualidad autotrascendente de la realidad humana se refleja, a su vez, en
la cualidad “intencional” de los fenómenos humanos, como han señalado Franz Brentano y
Edmund Husserl. Los fenómenos humanos se refieren y apuntan a “objetos intencionales”. La
razón y el sentido representan objetos de esta índole. Son el “logos” al cual tiende la psique.
Si la psicología ha de ser merecedora de su nombre, deberá reconocer las dos mitades de que
se compone su nombre, tanto el “logos” como la “psique”.
Cuando es denegada la autotrascendencia de la existencia, la propia existencia queda
distorsionada. Es cosificada. El ser es reducido a una mera cosa. El “ser hombre” queda
despersonalizado. Y lo que es más importante, el sujeto se convierte en objeto. Esto es debido
al hecho de que lo característico de un sujeto es que se relaciona con objetos.
Y es una característica del hombre el hecho de que se relaciona con objetos intencionales en
términos de valores y significados que sirven como razones y motivos. Si es denegada la
autotrascendencia y es cerrada la puerta hacia los valores y los sentidos, las razones y los
motivos son sustituidos por procesos condicionantes, y son entonces los “persuasores
ocultos” los que realizan el condicionamiento, los que manipulan al hombre. Y viceversa,
si alguien ha de manipular a seres humanos, ha de cosifícarles primeramente y, a este
fin, adoctrinarles con arreglo al pandeterminismo. “Tan sólo despojando al hombre
autónomo —dice B. F. Skinner— podemos transformar las auténticas causas del
comportamiento humano, desde lo inaccesible a lo manipulable.
DEPORTE: EL ASCETISMO DE HOY DIA
Por mi parte pienso que el hombre no está primordialmente preocupado por tal estado
interno, sino más bien por algo o alguien que está situado fuera, en el mundo, ya se trate de
una causa a la cual servir o alguien a quien amar (lo cual significa que ese alguien no es
considerado tan sólo como un medio para satisfacer necesidades). Es decir: la existencia
humana —al menos mientras no está distorsionada neuróticamente— apunta y se refiere
siempre a algo distinto de uno mismo. He designado esta característica constituyente de la
existencia humana como autotrascendcncia de esta última. La autorrealización tan sólo
resulta posible como producto secundario de la autotrascendcncia.
No hay que confundir esto con cualquier cuestión trascendental en sentido religioso. La
“autotrascendencia" se refiere al hecho de que cuanto mis se olvida un ser humano de si
mismo y se entrega, tanto más humano es. La existencia humana se caracteriza.no sólo por la
autotrascendencia, sino también por la capacidad de autodesprendimiento. Hemos de hacer
observar también que es algo intrínseco al ser humano una cierta distanda entre el auténtico
estado de cosas y el ideal. La investigación empírica ha demostrado que una tensión
demasiado escasa entre el yo y el ideal del yo es tan nociva para la salud mental como una
tensión excesiva entre ambos.
No hemos de olvidar, sin embargo, que el sentido del humor es exclusivamente humano;
ningún animal es capaz de reír. El humor ha de ser considerado como una
manifestación de la capacidad peculiarmente humana que es designada en logoterapia
como autodesprendimiento (Frankl, 1966). Ya no se puede deplorar, como Lorenz (1967)
que “hasta ahora no hayamos tomado al humor lo suficientemente en serio”. Nosotros,
los logoterapeutas, lo hemos venido haciendo, me atrevería a decir, desde 1929.
Dentro de este contexto resulta notable que incluso los terapeutas del comportamiento
han reconocido recientemente la importancia del humor.
Hand y cois. (1974), que han “tratado eficazmente a pacientes con agorafobia crónica
mediante exposición de grupo in vivo”, han observado que “un potente procedimiento
utilizado por los grupos fue el humor [véase la “intención paradójica” de Frankl, 1960]. El
humor era utilizado espontáneamente, y con frecuencia ayudaba a salvar situaciones
difíciles. Cuan do todo el grupo estaba asustado, alguien rompía el hie lo con un chiste, que
era agradecido con una risa de ali vio”.
Como enseña la logoterapia, la capacidad de autodesprendimiento —junto con otra
capacidad: la de autotrascendencia (Frankl, 1959)— es un fenómeno intrínseca y
definidámente humano y, como tal, elude cualquier tentativa reduccionista de referirle
a fenómenos subhumanos. En virtud del autodesprendimiento, el hombre es capaz de
bromear acerca de sí mismo, de reírse de si mismo y de ridiculizar sus propios miedos.
En virtud de su capacidad de autotrascendencia puede olvidarse de si mismo, entregarse
y abrirse al sentido de su existencia. Desde luego, también puede resultar frustrado en
cuanto a su búsqueda de sentido, mas esto también es comprensible a nivel humano. Los
puntos de vista psiquiátricos que se adhieren, bien al “modelo de la máquina” o al
“modelo de la rata”, como los denomina Gordon Allport (1960), se privan a si mismos de
medios terapéuticos. Después de todo, ninguna computadora es capaz de reirse de si
misma, ni es capaz una rata de preguntarse a ¿ .misma si su existencia tiene sentido.
EL SENTIDO DE LA VIDA
Viktor Frank
El tercer supuesto básico de la existencia del hombre es el sentido de la vida. El hombre
como “buscador de sentido”, es decir, un ser en procura del descubrimiento de un valor para
realizarlo y al hacerlo constituirse en “si mismo”. Este experimenta necesidades que
provienen del cuerpo y reconoce objetos específicos de satisfacción, o por su naturaleza
psicológica experimenta necesidades que provienen de esa dimensión y reconoce objetos
específicos de satisfacción.
El sentido se refiere a la coherencia y que la búsqueda de sentido termina siendo en realidad
una búsqueda de coherencia personal. El descubrimiento y la realización de aquel valor, le
confiere a mi vida orientación (porque me marca un “hacia donde”), unidad o integración
(porque nuclea mis esfuerzos en torno a esa orientación preservándome de la distracción y la
dispersión) y dirección (porque conduce mi vida en la realización de tal tarea).
JUNG: “la carencia de un significado vital desempeña un papel crucial en el desarrollo de las
neurosis. En última instancia, hay que entender la neurosis como un sufrimiento del alma que
no ha descubierto su significado. Aproximadamente la tercera parte de mis casos no padecen
de ninguna neurosis clínicamente definible, sino de la falta de sentido y de propósito en sus
vidas”. (neurosis existencial)
La frustración de sentido implica o genera una sensación de disolución del significado, una
disolución de los fundamentos sobre los que descansa la vida. De modo tal que en tales
circunstancias hay una verdadera “irrupción” de la vida. No se trata del hombre
preguntándose por el sentido de la vida sino más bien la vida cuestionando al hombre sobre
su sentido. “El individuo debe buscar una respuesta a la vida, buscar el sentido de la vida,
para encontrarlo y no para inventarlo; el individuo no puede dar sin más un sentido a la vida,
sino que debe tomarlo de ella”.
Otro aspecto importante es el rescate que hace Frankl sobre la importancia del sentido de la
vida como “cuestionamiento” dentro del proceso terapéutico y como signo de salud. No es el
hombre preguntando sino el hombre cuestionando por aspectos cosmovisionales.
Cuestionarse acerca del sentido de la vida no es síntoma de neurosis o enfermedad alguna, tal
como lo plantea Freud: “El problema del sentido de la vida no debe interpretarse nunca como
síntoma o expresión de algo enfermizo, patológico o anormal en el hombre; lejos de ello, es
la verdadera expresión del ser humano de por sí, de lo que hay de verdaderamente humano,
de más humano en el hombre”. La pregunta o preocupación por el sentido de la vida se
reduce a ser una elaboración secundaria de la libido, una especie de producto de mecanismos
de elaboración de energías primarias.
Para la logoterapia frankleana la preocupación por el sentido de la vida es uno de los
supuestos básicos de la existencia y se constituye en el fenómeno en sí mismo, no en un
epifenómeno de lo primario, no en el producto de elaboración de contenidos inferiores. Al
sentido de la vida puedo acceder, puedo descubrir tomando contacto con los valores: “de
acuerdo con la logoterapia, podemos descubrir este sentido de la vida en tres modos: (1)
realizando una acción; (2) teniendo algún principio; (3) por el sufrimiento.
Cuando se habla del sentido de la vida, o cuando nos enfrentamos con alguien que se halla
desorientado al respecto, es habitual la expresión “hacer algo” que le dé sentido a la
existencia. Es así que muchas personas tratando de “llenar “de sentido sus vidas se abarrotan
de actividades y quehaceres de diversa índole, no alcanzando más que aturdimiento o huir
compulsivamente de su propia vivencia. Es que en realidad existen otros valores dadores de
sentido que se realizan no por la acción. 3 categorías:
· VALORES CREADORES: Aquellos que son realizables por medio de actos de
creación.
Evidentemente, “hacer algo” significativo, sea una obra de arte, ciencia, una obra de caridad,
paternidad, etc.; constituye “quehaceres” que se orientan y configuran en virtud de una
percepción valorativa, quiero decir, lo hacemos por “algo”. A este rubro pertenecen los
valores de creación o creadores. Sea tal vez en ellos en los que más claramente pueden
observarse la relación valor-sentido.
· VALORES VIVENCIALES: que se realizan por medio de la vida misma,
vivenciándola.
Estas se realizan en la entrega a las vivencias que la vida nos ofrece. Sea la belleza de la
naturaleza, del arte, el instante vivido con la persona amada, la sonrisa de un hijo, etc. Del
mismo modo, momentos “particularmente altos” en lo que hace a su impacto vivencial
establecen la imponencia de toda una vida.
· VALORES DE ACTITUD: Están representados por las actitudes que asume la
persona ante las limitaciones que la vida le impone.
Consiste en la actitud que adopta el individuo ante las limitaciones que la vida le propone:
“una existencia al parecer empobrecida -aunque, en realidad, solo sea pobre en valores
creadores y vividos – puede ofrecer, a pesar de todo, una última posibilidad, y la más grande,
de realización de valores”. Aquí lo que interesa es cómo afronta la persona estas
circunstancias cuando no puede optar no vivirlas. D esta manera, la vida del hombre conserva
hasta los peores momentos y hasta el final, un sentido, siendo su tarea la de descubrir ante
cualquier circunstancia.
La vida encierra y conserva un sentido. Ese sentido es peculiar y original respecto de cada
uno de nosotros.
El Suprasentido:
“Todos los seres humanos son esencialmente iguales en el mundo entero, Todos desean la
paz, comida, un hogar, un empleo, familia. Sobre todo, los inspira una fe común en un ser
Divino...”
No hay alternativas en las que no se pueda descubrir el sentido de la vida. Lo cotidiano y lo
excepcional, todo lo que nos ocurre “viviendo”, se plantea verdaderamente como una ventana
hacia su descubrimiento. Allí se manifiesta el “ser consciente” del hombre.
Todo esto constituye la posibilidad de que me integre en lo persona y aun en la trascendencia
horizontal.
El Suprasentido refiere a la conciencia de que existe un “sentido2 ultimo o primero que es a
su vez dador de sentido a todos los sentidos personales posibles. El hombre se siente siempre
reconfortado por la creencia o conciencia de que hay un patrón de coherencia por encima de
él.
La diferencia sustancial, en este caso, entre el animal y el hombre es que este puede
comprender la existencia de un mundo superior, un mundo que está por encima de él, una
sabiduría suprahumana que implanto en los animales sus instintos y en el hombre su
inteligencia. A esta convicción, el hombre accede por medio del conocimiento que se da a
través de la fe. El reconocimiento de ese Suprasentido que deriva de una sabiduría supra-
huamna, tranquiliza al hombre en tanto le permite comprender, vislumbrar, un referente
coherente, superior a él y continente.
LA VOLUNTAD DE SENTIDO
Las neurosis no enraízan necesariamente en el complejo de Edipo o en el complejo de
inferioridad, sino que pueden ser también un problema espiritual, pueden estar
fundamentadas en un conflicto de conciencia o en una crisis existencial.
El psicoanálisis nos ha dado a conocer la voluntad de placer, a partir de la cual podemos
concebir el principio de placer. La psicología individual nos ha familiarizado con la voluntad
de poder, bajo la forma de tendencia al prestigio. Pero en el ser humano tiene raíces mucho
mas profundas lo que ha designado como voluntad de sentido: su esfuerzo por el mejor
cumplimiento posible del sentido de su existencia. Apenas se da una razón para ser feliz,
aparece esta felicidad, brota espontáneamente del placer.
Desviación del “fundamento de felicidad” lo que impide a los neuróticos sexuales alcanzar la
felicidad. Esta desviación respecto al “fundamento de la felicidad se da por una inclinación
forzada hacia la felicidad buscada en razón de si misma, hacia el placer en sí. Esto se explica
a partir de la razón de su voluntad de sentido, el hombre esta referido a la búsqueda de un
sentido y a su cumplimiento, pero también esta referido al encuentro con otro ser humano, al
que amar bajo la forma de un tu. Estas dos cosas, el cumplimiento y el encuentro, son las que
proporcionan al hombre el fundamento de la felicidad y del placer. Pero en los neuróticos esta
tendencia primaria queda como desviada hacia una tendencia directa a la felicidad, a la
voluntad de placer. El placer se convierte en objetivo único de una intención forzada, de una
hiperintencion. Y con esta hiperintencion se da la mano una hiperreflexion. El placer se
convierte en contenido y objeto único de la atención. Pero en la medida en que el neurótico se
preocupa por el placer, pierde de vista el fundamento del placer, y ya no puede obtenerse el
efecto placer.
El hombre solo es capaz de autorrealizarse en la medida en que cumple un sentido de
voluntad de placer y voluntad de poder: mientras que el placer no es sino un efecto
secundario, concomitante, del cumplimiento del sentido; el poder es un medio para el fin en
cuanto que, como cumplimiento del sentido, esta vinculado a ciertos condicionamientos y
presupuestos sociales y económicos.
Solo se forma esta voluntad de placer o, respectivamente, esta voluntad de poder cuando se
ha frustrado la voluntad de sentido o, dicho con otras palabras, cuando el principio del placer
se convierte, en no menor grado que el anhelo de prestigio, en una motivación neurótica.
Hoy ya no nos hallamos insertos, como en los tiempos de Freud, en una época de frustración
sexual. Nuestra época es la de frustración existencial. Frankl dice que las gentes viven hoy en
un vacío existencial, y que este vacío existencial se manifiesta sobre todo en el aburrimiento.
La frustración existencial
No existe tan solo la frustración sexual, la frustración del instinto sexual o de la voluntad de
placer, sino que se da también lo que en la logoterapia llamamos frustración existencial, es
decir, el sentimiento de falta de sentido de la propia existencia. El hombre actual no sufre
tanto bajo el sentimiento de que tiene menos valor que otros, sino mas bien bajo el
sentimiento de que su existencia no tiene sentido. Esta frustración existencial es patógena, es
decir, puede ser causa de enfermedades psíquicas, con la misma frecuencia al menos que la
tantas veces denostada frustración sexual.
El hombre existencialmente frustrado no conoce nada con lo que poder llenar lo que yo llamo
vacío existencial.
· Schopenhauer: la humanidad oscila entre la necesidad y el aburrimiento.
Se advierte que, en el fondo de numerosos casos de frustración sexual, late la frustración de la
voluntad de sentido: solo en el vacío existencial prolifera la libido sexual.
Hay autores que llegan incluso a afirmar que los suicidios deben atribuirse, en ultima
instancia, a aquel vacío interior que responde a la frustración existencial.
· Neurosis de paro laboral: crisis de jubilados, un problema de suma actualidad e
importancia para la medicina de la tercera edad. Permanente
Hans Hoff: “En numerosos casos, la posibilidad de dar un sentido a la vida, también en el
futuro, retrasa la aparición de los síntomas de vejez”.
Solo existe una manera de hacer frente a la vida: tener siempre una tarea que cumplir.
· Neurosis dominguera: periódica, pasajera. Una depresión que acomete a aquellas
personas que se hacen conscientes del vacío de contenido de sus vidas cuando, al llegar el
domingo y hacer alto en su trabajo cotidiano, se enfrentan con el vacío existencial.
La frustración existencial no es manifiesta, sino latente. El vacío existencial puede quedar
larvado, permanecer enmascarado.
El horror vacui- la angustia del vacío- no se da tan solo en el ámbito físico, sino también en el
psicológico. En la tentativa de ensordecer el vacío existencial con el rugido de los motores y
la embriaguez de la velocidad veo yo el psicológica vis a tergo del vertiginoso aumento de la
motorización. Considero el ritmo acelerado de la vida actual como un intento de
automedicación de la frustración existencial. Cuanto mas desconoce el hombre el objetivo de
su vida, mas trepidante ritmo da a esta vida.
Preocuparse por algo así como el sentido de la existencia humana, dudar de tal sentido o
incluso hundirse en la desesperación ante la supuesta falta de sentido de la existencia, no es
un estado enfermizo, un fenómeno patológico. Es cabalmente la preocupación por el sentido
de su existencia lo que caracteriza al hombre como tal y no podemos reducir esto humano a
un simple “demasiado humano”, calificándolo, por ejemplo, de debilidad, de enfermedad, de
síntoma, de complejo.
La voluntad de sentido, esta pretensión humana de una existencia llena, hasta el máximo
posible, de sentido, es en sí misma tan poco enfermiza que puede movilizársela como factor
terapéutico. Conseguir este objetivo es uno de los propósitos primordiales de la logoterapia lo
que, en un contexto concreto, significa un tratamiento orientado al sentido.
El sentido del sufrimiento
La capacidad de sufrimiento no es, en definitiva, otra cosa que la capacidad de realizar lo que
yo llamo valores de actitud. En efecto no es solo la creación la que puede dar sentido a la
existencia, ni es solo la vivencia, el encuentro y el amor lo que puede hacer que la vida tenga
sentido, sino también el sufrimiento. Se trata de realizar el valor supremo, de la ocasión de
cumplir el más profundo de los sentidos.
Así pues, desde la perspectiva médica, o por mejor decir, desde la perspectiva del enfermo, el
problema central gira en torno a la actitud con que uno se enfrenta con la enfermedad, la
disposición o talante con que se contempla la enfermedad. Se trata de la actitud adecuada, del
adecuado y sincero sufrimiento de un auténtico destino.
Cuando ya no existe ninguna posibilidad de cambiar el destino, entonces es necesario salir al
encuentro de este destino con la actitud acertada.
· La suprema dignidad del hombre es el sufrimiento
Los valores de actitud demuestran ser mas excelentes que los valores creadores y vivenciales,
en cuanto que el sentido del sufrimiento es superior, dimensionalmente considerado, al
sentido del trabajo y al sentido del amor. Son perfectamente compatibles el cumplimiento y el
fracaso y, por el lado opuesto, el éxito y la desesperación.
La posibilidad de realizar obras creadoras, es decir, de apoderarse del destino mediante la
actuación correcta, garantiza la primacía frente a la necesidad de realizar valores de actitud.
Aunque la posibilidad de sentido que entraña el sufrimiento es, según la categoría de los
valores, superior a la posibilidad de sentido creador, es decir, por mucho que corresponda al
sentido de sufrimiento la primacía, la prioridad recae sobre el sentido creador. Efectivamente
para aceptar un sufrimiento que no viene necesariamente marcado por el destino, sino un
sufrimiento innecesario, no seria servicio, sino petulancia. Se trataría mas bien del
sufrimiento petulante. El afectado tendría que recurrir al valor, es decir, al valor de someterse
a la operación, mientras que el que se enfrenta rabiosamente con un cáncer inoperable debería
recurrir a la humildad.
El medico goza de la repentina oportunidad de ver como un paciente va llevando a cabo el
cambio de rumbo, desde el primer plano de la consciencia cotidiana, desde la posibilidad, al
alcance de toda existencia media, de dar un sentido a su vida mediante una actividad
creadora, a la necesidad de dar un sentido a la existencia mediante el sufrimiento, mediante la
aceptación de un destino doloroso.
La renuncia al amor puede inducir a una persona a aceptar y realizar un oportunidad del
cumplimiento de sentido, elegida de entre las diversas posibilidades que se encierra en este
empobrecimiento marcado por el destino.
EL HOMBRE DOLIENTE
La realización de los valores puede producirse por tres vías:
1. La primera posibilidad de realizar valores consiste en crear algo, en configurar un
mundo
2. Segunda posibilidad consiste en vivir algo, asumir el mundo, asimilar la belleza o la
verdad del ser
3. Consiste en padecer, en sufrimiento el ser, del destino.
La realización de los valores en el sufrimiento del mundo y del destino muestra a las claras
que la no realización de valores creativos y de valores vivenciales ofrece la posibilidad de
realizar otros valores adoptando la actitud correcta ante esa limitación de posibilidades: los
valores actitudinales. De ese modo la renuncia forzosa supone un acicate para las máximas
posibilidades de sentido y de valor: las que solo se contienen en el sufrimiento.
Las posibilidades axiológicas del hacer creativo y de las vivencias pueden ser limitadas y
pueden agotarse; pero las posibilidades del sufrimiento son ilimitadas. Por eso los valores
actitudinales son superiores en rango ético a los valores creativos y vivenciales. También
porque lo que yo necesito para realizar obras creativas es algún tipo de talento; si lo tengo,
me basta utilizarlo. Para realizar valores vivenciales me basta asimismo con algo que ya
poseo: los órganos correspondientes.
Para realizar, en cambio, valores actitudinales, necesito, además de la capacidad creadora y la
capacidad vivencial, la capacidad de sufrimiento. Esta capacidad el hombre no la posee, debe
adquirirla el hombre por si mismo; tiene que padecerla primero para sí.
Jaspers define el ser del hombre como ser decisivo, que nunca es sin más, sino que cada vez
decide lo que es.
Hay algo además del medio ambiente y de la herencia, que constituye al hombre: lo que el
hombre hace de si mismo (carácter). Yo no actúo únicamente con arreglo a lo que soy, sino
que llego a ser lo que soy con arreglo a lo que hago.
El hombre se decide; como ser decisivo que es, el hombre no se limita a decidir algo, sino
que se decide a si mismo. Toda decisión es autodecisión y la autodecisión es
autoconfiguración. Mientras configuro mi destino, configuro la persona que soy, el carácter
que tengo, y se configura la personalidad que llego a ser.
Las decisiones son cada vez menos premeditadas, pero siguen siendo voluntarias, decisiones
libres. El ser humano se esta decidiendo en todo momento, si cada decisión, es en este
sentido, autodecisión, otro tanto cabe decir, y con mas razón, sobre la decisión primordial. La
bondad del obrar da como fruto, a la larga, la bondad del ser.
Sabemos que la acción es en definitiva la transmutación de una posibilidad en realidad, de
una potencia en acto. Pero en lo que respecta a la autoconfiguración, el agente no puede
conformarse con la unicidad de una acción; hace algo más: fija el acto en un hábito. Lo que
era acción, pasa a ser actitud. Pero su valor no es ahora menos, sino más elevado.
El hombre conoce la capacidad de sufrimiento como valor. El sufrimiento es un acto valioso.
El psicoterapeuta brinda animo y consuelo. Aunque se trate de casos aislados, el
psicoterapeuta fue testigo de que el ser humano no solo necesita siempre realizar el acto de
renuncia, sino que ese acto es posible. El psiquiatra se convierte en espejo que devuelve la
imagen de los enfermos que sufren de modo ejemplar, que hacen la renuncia. Solo el puede
descubrir posibilidades de sentido de vida, en el sufrimiento del otro, y despertar su anhelo de
sentido.
Cuando asumo un sufrimiento, cuando lo hago mío, crezco, siento un incremento de fuerza:
hay una especie de metabolismo. En el plano humano se trata de la transformación de ese
material bruto que es el destino: el doliente ya no puede configurar el destino externamente,
pero el sufrimiento le capacita para dominar el destino desde dentro, transportándolo del
plano de lo factico al plano existencial.
Sufrir significa obrar y significa crecer. Pero significa también madurar. El ser humano se
supera, madura hacia su mismidad. La maduración se basa en que el ser humano alcanza la
libertad interior, a pesar de la dependencia exterior.
Las situaciones extremas, por tanto, además de hacer que el hombre alcance la libertad
interior, le ayudan a conseguir la madurez plena. Tales situaciones vienen a ser una piedra de
toque de su madurez, un experimentum crucis.
El sufrimiento no significa solo obrar, crecer y madurar, sino también enriquecerse. El
hombre que, como queda dicho, madura hacia su mismidad, madura al encuentro de la
verdad. El sufrimiento no posee solo una dignidad ética; posee además una relevancia
metafísica. El sufrimiento hace al ser humano lucido y al mundo difano. El ser se vuelve
transparente, dejando asomar una dimensionalidad metafísica.
· Homo faber: le hombre meramente productor; la absolutización, la divinización de los
valores creativos. El ser del hombre parecía activo, no pasivo. El hombre era un ser vivo y no
un ser sufrido.
Es necesario asumir el sufrimiento. Para asumirlo, para poder aceptarlo, yo debo afrontarlo.
Solo el sufrimiento asimilado deja de ser sufrimiento.
El hombre que busca el placer lo pierde. El placer solo puede ser un efecto, mas no una
intención; el placer se puede efectuar, mas no perseguir. Si se persigue, en lugar de buscar y
amar al ser humano, si la intención no va dirigida al otro, el hombre pierde también el placer.
La disposición al sufrimiento, la disposición al sacrificio, puede degenerar en masoquismo.
El sufrimiento solo tiene sentido cuando se padece a causa de. Al aceptarlo, no solo lo
afrontamos, sino que a través del sufrimiento buscamos algo que no se identifica con el:
trascendemos el sufrimiento. El sentimiento con plenitud de sentido es el sacrificio.
La presentación de sentido, la dotación de sentido que se produce cuando el sufrimiento pasa
ser sacrifico, llega hasta el punto de implicar toda la vida. El sacrificio puede dar sentido a la
misma muerte, mientras que el instinto de conservación es incapaz de dar siquiera sentido a la
vida: vivimos en una época de pulmones de acero, corazones artificiales y cerebros
electrónicos.
El sufrimiento puede ser necesario en la línea de una necesidad superior que le hace a uno
asumirlo libremente. El sufrimiento voluntario por excelencia es, por ejemplo, el martirio.
La conciencia del medico debe ser lucida y la confianza del enfermo debe ser ciega.
Salud
La salud es el desarrollo del ser en su esencia y sentido. El sentido no es la causa de la salud
sino el motivo para tenerla.
Salud es capacidad de respuesta, no ausencia de cualquier falta. Por lo tanto, para expandir la
salud es preciso transformar al paciente en un protagonista activo y responsable, capaz de dar
respuesta. La salud es la capacidad de poder caer enfermo y defenderse, en tanto que la
enfermedad, por el contrario, es la reducción del poder y de superar las dificultades.
Para encarar el fenómeno de la salud del ser humano es necesario tomarlo como un intertexto.
Las dificultades de la salud no son nunca un problema sino un campo de problemas.
Un campo integrado por el hombre y su quehacer en el mundo, en la búsqueda del sentido,
seria el campo de ese intertexto que llamamos salud y al cual aportan las distintas ramas del
saber: la antropología, la psicología, la filosofía, la medicina, la sociología, las ciencias de la
educación y demás.
Con la logoterapia se trata de dar un paso mas y mirar alhombre en su indigencia espiritual,
detrás de lo psicógeno, más allá de cualquier dinámica emocional de la neurosis, para
ayudarlo desde aquí a encontrar el sentido de la vida y vivir el sentido de su vida. Los
psicoterapeutas no debemos formar hombres sin posibilitarlos.
El sentido no se da ni se transmite, se encuentra y se transita, siempre está combinado, pero
nunca cesa. Representa una magnitud vectorial. El hallazgo del sentido esta orientado a
aquella posibilidad de valor que cada individuo tiene y que al fin de cuentas puede realizar en
la unidad de su existencia.
El sentido de la vida debe buscarse a partir de la experiencia de cada ser humano: es único
para cada persona y se devela a través de los innumerables significados parciales que ofrece
cada una de las situaciones existenciales y de las opciones fundamentales de las personas
dentro del contexto personal, familiar, histórico, social en continua evolución.
1. Valores de creación (dar)
Estos valores son realizados por el ser humano con su aporte al mundo en forma de creación,
trabajo y transformación. Esta dimensión humana postula el reconocimiento del “otro”.
2. Valores de experiencia (recibir)
Estos valores se realizan a partir de lo que el ser humano recibe gratuitamente del mundo, en
forma de vivencia estática, en la contemplación de la naturaleza y a través del amor, meta
ultima y mas alta de la dimensión humana. “La salvación del hombre esta en el amor y a
través del amor”
3. Valores de actitud (ante una circunstancia)
Estos valores corresponden a la postura que el ser humano toma ante aquellas situaciones
tipificadas por su irreparabilidad y fatalidad: a su actitud ante la “triada trágica “: culpa,
sufrimiento (dolor) y muerte.
· Cuando el dolor es evitable, es innecesario sufrirlo; se debe erradicar a través de la
terapéutica en el caso del sufrimiento físico, a través de la terapia en el caso del sufrimiento
psíquico o con la actividad política o comunitaria en el caso del sufrimiento causado por la
injusticia social o la dictadura. Frente al dolor inevitable, la tarea consiste en encontrarle el
sentido; no todo es curable, ni dominable, y en ese caso aceptarlo es la actitud adecuada. Se
puede rescatar tres aspectos positivos en lo negativo del dolor: el valor de prestación, el
crecimiento y la madurez. Estos tres aspectos ayudan a superar el sufrimiento de inutilidad
del sufrimiento.
La tarea del terapeuta es no solo capacitar a sus pacientes para trabajar y disfrutar, sino
también ayudarlos a que sean capaces de sufrir, a que adquieran el sentido del sufrimiento. Si
no realiza esa tarea, tiene que ser consciente de que lo único que lo diferencia del veterinario
es la clientela.
Nuestro concepto de salud
Salud como:
· Sentido de vida, en un plan de vida incluido en un proyecto familiar y social.
· La posibilidad de escribir la propia historia vital en la propia familia, el trabajo y la
comunidad
· La posibilidad de expresar lo “no dicho” en el dialogo y la reflexión
· La posibilidad de sentirse querido y de querer, privilegiando el encuentro con el otro
· La posibilidad de transformar y transformarse
· La posibilidad de comprometerse, de participar y de sentirse participando
· La posibilidad de establecer vínculos afectivos solidarios, de convivir.
Concepto de salud que apunta a la totalidad del hombre, es decir, bio-psico-espiritual a la
promoción de todo el hombre y de todos los hombres. Se trata de salir de uno mismo sin dejar
de ser uno mismo.
La enfermedad
Enfermedad: un angostamiento del ser en el mundo (Bisvanger)
Teoría de la armonía: en esta teoría se esta interpretando un fenómeno como el de la armonía
por la vía de reducirlo a una dimensión numérica, que se puede medir y pesar.
El error no está en la dificultad para entender el fenómeno de la armonía, sino en querer, por
medio de una extrapolación, explicarlo solo como una relación entre sus componentes. Esto
es lo que sucede en medicina y en psicoterapia cuando un fenómeno perteneciente a una
dimensión se analiza en otra, sin tomarse en cuenta su multidimensionalidad.
Teoría de los componentes: según algunos, los componentes del organismo eran las fuerzas
activas del organismo, la “dynameis”. Según otros, eran los humores de la sangre y la bilis, la
orina, etcétera. Se suponía que era la dynameis o bien los humores, y no que los humores se
movilizan por una dynameis. Se oponía lo uno a lo otro en lugar de integrar lo uno y lo otro
pero en distinta dimension.
Paracelso (1493-1541)
Era un medico con extensos conocimientos de química. Mostro gran interés en enfermedades
como la gota y la artritis, y le llamo la atención el hecho de que había una gran analogía entre
los procesos fisiológicos y patológicos del cuerpo humano y las reacciones químicas que
observaba en su laboratorio. Se planteo la pregunta: ¿no seria posible explicar el mecanismo
de la enfermedad en termino químicos? Explicar el mecanismo en términos químicos implica
en primer lugar un reduccionismo, porque lo químico es una parte del fenómeno que
interactúa con los otros componentes del fenómeno, y en segundo lugar, un exclusionismo
porque no se tiene en cuenta la dimensión de la respuesta antropológica.
Wiliam Harvey (1578-1657)
Describió la circulación de la sangre y demostró que un problema difícil de fisiología podía
resolverse experimentalmente aplicando principios físicos. Si la física podía explica la
circulación de la sangre, era muy posible que también pudiese explicar otros fenómenos
fisiológicos y aun los patológicos.
Explico solo aquello que podía demostrar por medio de la experimentación y no tuvo miedo
de admitir que ni podía resolver otros problemas. Esta actitud lo coloca entre los verdaderos
hombres de ciencia. Lo más importante para un médico es “saber lo que no sabe”
La enfermedad y el enfermo
Diferentes tipos de visión con respecto a la enfermedad:
· Visión estática- anatómico: dimensión preponderante: espacio; expresión
predominante: forma; manifestaciones predominantes: tamaño y lugar.
· Visión dinámica- fisiológico: dimensión preponderante: tiempo; expresión
preponderante: proceso; manifestación preponderante: función.
· Visión antropológica: dimensión preponderante: “sentido”; expresión preponderante:
ser en el mundo (existencia); manifestación preponderante: respuesta.
Anatomía y fisiología
Anatomía: en el orden científico e la ha considerado como sustrato imprescindible para la
función y previa al conocimiento de esta.
La visión cosmológica (todo el padecimiento viene de afuera) genera una concepción de
hombre como esclavo de sus circunstancias. Así surge la mentalidad cosmopatológica, que
ejerció y aun ejerce, una poderosa influencia en la medicina.
Existe una visión de la enfermedad médico-causalista: hay una causa que produce el mal,
interna y externa. Este es un concepto etiológico especifico de la enfermedad. Con
posterioridad, la medicina fue brindando una visión mas dinámica, no solo etiológica sino
también fisiopatológica, por lo cual se entendió que el agente que causaba la enfermedad era
el mecanismo de acción que producía en el organismo una reacción. Esto es también cierto
pero insuficiente porque el enfermar humano no es solo un mecanismo.
Freud: no es el fundador de la medicina psicosomática ni de la hominización de la medicina,
sino que es el posibilitador de una medicina que incorpora lo psicológico a lo somático; seria
un posibilitador de la medicina psicosomática. La medicina psicosomática constituye un
límite, porque su visión del hombre no llega a abarcar la dimensión espiritual, si bien la
posibilita a partir de su enfoque antropológico.
Circulo de Viena: concepto de “órgano neurosis”, la importancia de las manifestaciones
somáticas como consecuencia de los trastornos psíquicos. La historia clínica del hombre
enfermo se extiende a todas las enfermedades, es decir, lo que pasa en la historia clínica del
hombre enfermo, en la biografía del hombre, no solo tiene importancia en las enfermedades
psicológicas sino en todas las enfermedades. Krehl: la enfermedad no se agota en ser un
proceso: es, además, primordialmente, un sufrimiento. Se ve la enfermedad como totalidad
del hombre; la realidad es el hombre enfermo.
Von Weizsacker: cambio fundamental en donde se pone el acento en el enfermo antes que en
la enfermedad. Se empieza a hablar de tratamiento y no de terapéutica, de hombre y no de
organismo, de cardiópata y no de cardiopatía. Estos cambios fundamentales se deben a Von
Weizacker, que trata de encontrar el sentido de la enfermedad de4ntro de la biografía del
enfermo. La enfermedad debe ser no solo conocida y explicada por el médico, sino
comprendida por el medico y el paciente. Se empieza a hablar del fenómeno de la
comprensión. La histeria clínica es la biografía del enfermo, es su propia existencia. La
primera parte de la historia clínica es la anamnesis, o sea el recuerdo, de “recordi”, que es
acordarse con el corazón y no solo con la razón; es el recuerdo de los acontecimientos
vividos. Los acontecimientos biográficos constituyen la sobrecarga en el proceso del
padecimiento que estamos viviendo.
El enfermo no es, ante lo patológico, mero cuerpo ni simple ser viviente, sino persona: un
individuo vivo dotado de intimidad, inteligencia racional y libertad, que hace su vida- con
mayor o menor deliberación- proyectándola según una idea de si mismo y del mundo, y
cumpliendo o intentando cumplir sus propios proyectos.
El método biográfico no es una explicación, sino un modo de percibir observando. Con el no
se obtienen nuevos factores o substancias, algo así como radiaciones de la explicación
misma. La introducción del sujeto en el método de la investigación es el punto sobre que se
aplica esa variación en el fundamento.
Frankl reconoce el valor biográfico como un valor de expresión personal y lo define como la
explicación de la persona. Así también, la persona se revela en su biografía, se abre en su
esencia, en su ser inconfundible o una explicación biográfica, mientras que se cierra para un
análisis directo.
El enfermo es quien le da sentido a su enfermedad y al enfrentarse con ella como destino. En
el enfrentamiento con el destino de su enfermedad, en la actitud que adopte frente a este su
destino, cumple el hombre enfermo, el homo patiens, no un sentido, sino el mas profundo
sentido; consigue no un valor, sino el supremo valor. El sentido no esta en el hecho de sufrir,
sino en la manera de sufrir.
Se habla de lo físico y lo espiritual como de dos facetas que completan al hombre, pero no
como cosas paralelas. El hombre tiene que ser visto como naturaleza, como physis, en cuanto
sujeto o individuo que se proyecta en su manifestación psicofísica. Es el hombre en cuanto
persona, portador de valores, protagonista del mundo del espíritu, en comunicación con los
otros hombres y proyectando hacia un mundo suprapersonal.
Crecer consiste en armonizar y transformar los distintos aspectos internos y externos de
nuestro ser en un equilibrio cambiante, en el que avanzamos hacia nuevos descubrimientos,
aparecen nuevas alternativas, surgen nuevos problemas. Este es el gran desafío al
estancamiento, a la apatía, a la inercia y es el continuo fluir de la transformación: el ser
siendo.
La actitud del médico y del terapeuta es la de tratar de comprender no lo que le dicen, sino al
que habla. Su tarea consiste no solo en analizar que ocasiono el padecimiento de su paciente
y comprender su sufrimiento, sino también y principalmente, en concebir junto con el
paciente nuevas alternativas plenas de sentido, transformando la enfermedad en un desarrollo
de la conciencia producido por un proceso corporal.
El vitalismo nos remite un poco a una cultura “ligth” actualmente existente, a la vida como
solo vida vegetativa. La existencia del ser humano precisa no solo vivir y le es insuficiente
solo convivir: necesita consistir. Hay una patología en el ser humano y esto es que su vida
carezca de consistencia. Se puede vivir, convivir y ser inconsistente; es la patología de la falta
de sentido.
El espíritu es más que la energía: se manifiesta en la energía. El vitalismo se basa en la
materia, pero el espíritu no se puede manejar en las dimensiones temporoespacial que se
maneja la materia.
En este modo de ser “hombre enfermo”, el hombre viene implicado en su totalidad, de
manera tal que el accidente morboso emerge y se manifiesta en cada una de las dos facetas
que al integrarse completan al hombre.
Enfermedad y enfermar
La enfermedad es una cualidad, algo abstracto, conceptual e inasible y no se la puede estudiar
aisladamente, sino insita en el hombre enfermo, que es el sustentáculo concreto que la
soporta.
Se puede hablar de enfermedades considerando la vida humana desde distintas facetas: en un
sentido biológico, social o existencial. Jaspers: la enfermedad de por si carece de significado
objetivo y la considera como un concepto normativo que depende más de la concepción
imperante en los medios culturales que del juicio del médico. No existen enfermedades sino
problemas de salud que, por lo común son multifactoriales.
El enfermar humano
El hombre recrea la enfermedad a cada instante; esto es lo que denominamos el modo
humano de enfermar.
EL DON DE LA TERAPIA
Yalom Irvin
Uno de nuestros principales modos de negar la muerte es la creencia en la condición especial
de la propia persona, la convicción de que estamos exentos de la necesidad biológica y de que
la vida no nos tratará con la misma dureza con que trata a los demás.
Erik Erikson: etapa tardía de la vida como generatividad, una era posnarcisista en la que la
atención pasa de la expansión de si mismo al cuidado y preocupación por las generaciones
siguientes.
Los psicólogos clínicos enfrentan las mismas presiones de mercado y la mayoría de las
escuelas de psicología enseñando una terapia orientada al síntoma, breve y, por ello mismo,
reembolsable.
Dentro del campo de la psiquiatría, tuvo dos intereses: terapia de grupo y terapia existencial
las dos modalidades son diferentes, no solo a causa del formato, sino de su marco de
referencia fundamental. En cuanto a la terapia de grupo, trabajo desde un marco de referencia
interpersonal y parto de la suposición de que los pacientes caen en la desesperación debido a
su incapacidad para desarrollar y mantener relaciones interpersonales gratificantes. Desde el
marco existencial de referencia, parto de una suposición muy distinta: los pacientes caen en la
desesperación como resultado de una confrontación con los hechos crueles de la condición
humana, las condiciones o datos de la existencia.
Definición de psicoterapia existencial: la psicoterapia existencial es un enfoque terapéutico
dinámico que se centra en problemáticas que tienen sus raíces en la existencia. El termino
dinámico tiene tanto un sentido vulgar como un sentido técnico. En el sentido mas prosaico
de dinámico y que implica la posesión de energía o vitalidad obviamente resulta relevante
para la definición.
En sentido técnico retiene la idea de fuerza, pero enraizado en el modelo del funcionamiento
mental propuesto por Freud, que postula que fuerzas en conflicto en el interior del individuo
generan sus pensamientos, sus emociones y su comportamiento. Estas fuerzas en conflicto
existen en distintos niveles de conciencia; de hecho, algunas son completamente
inconscientes.
La psicoterapia existencial es una terapia dinámica que, como las distintas terapias
psicoanalíticas, parte del supuesto de que las fuerzas inconscientes influyen en el
funcionamiento consicnete.
El enfoque de la psicoterapia existencial postula que el conflicto interior que nos atormenta
surge no solo de nuestra lucha con fuerzas instintivas reprimidas o con figuras adultas
significativas que tenemos internalizadas o con fragmentos de recuerdos traumáticos, sino
también de nuestra confrontación con los hechos de la existencia. Cuatro cuestiones ultimas
son especialmente relevantes para la psicoterapia: la muerte, el aislamiento, el sentido de la
vida y la libertad.
Proceso y contenido: los dos aspectos fundamentales del discurso terapéutico
· Contenido: las palabras exactas que se dicen, los temas sustanciales que se tocan.
· Proceso: se refiere a una dimensión enteramente distinta y de una importancia enorme:
la relación interpersonal entre el paciente y el terapeuta.
Un terapeuta eficiente no debería nunca forzar la discusión de ninguna de las áreas del
contenido: no es la teoría la que debe guiar la terapia, sino la relación. Influencia
profundamente en la naturaleza de la relación entre el terapeuta y el paciente y afecta cada
una de las sesiones de terapia.
Para algunos el termino paciente sugiere una postura terapéutica autoritaria, descomprendida,
desinteresada y altiva. Mi propósito es alentar todo el tiempo una relación terapéutica basada
en el compromiso, la apertura y la igualdad.
Mis metas terapéuticas con estos pacientes son ambiciosas; además de la desaparición del
síntoma y el alivio del dolor, intento facilitar el crecimiento personal y un cambio básico de
carácter
Evite el diagnostico (excepto para las compañías de seguro) cap 2
Los administradores de los servicios de salud exigen que los terapeutas lleguen rápidamente a
un diagnostico preciso y luego prosigan con un plan de terapia breve y puntual que se ajuste a
ese diagnostico particular. Tiene muy poco que ver con la realidad. Representa un intento
ilusorio de generar mediante una ley la precisión científica cuando no resulta posible ni
deseable.
Aunque el diagnóstico es indiscutiblemente crítico para la consideración de tratamientos en
muchas condiciones graves con un sustrato biológico, el diagnostico a menudo resulta
contraproducente en la psicoterapia cotidiana de pacientes menos severamente dañados. La
psicoterapia consiste en un proceso de desarrollo gradual en el que el terapeuta intenta
conocer al paciente tan completamente como sea posible. Un diagnostico limita la visión;
disminuye la habilidad de relacionarse con el otro como persona. Una vez que realizamos un
diagnóstico, tendemos selectivamente a desatender aspectos del paciente que no encajan con
ese diagnóstico; particularmente y correspondientemente prestamos una atención exagerada a
rasgos sutiles que parecen confirmar el diagnostico inicial. Un diagnostico puede actuar como
una profecía autocumplida. relacionarse con el paciente rotulándolo de borderline o de
histérico puede servir para estimular y perpetuar esos mismos rasgos.
En el quehacer terapéutico debemos seguir una fina línea de un cierto grado de objetividad,
pero nunca debe ser exagerada.
Empatía: mirando por la ventana del paciente. Cap 6
Tratemos de ver le mundo como lo ven nuestros pacientes.
Carl Rogers-- empatía exacta: una de las tres características esenciales de una terapia efectiva
(justo con una mirada incondicionalmente positiva y el ser genuino) e inicio el campo de la
investigación psicoterapéutica, que termino por reunir bastante evidencia en apoyo de la
efectividad de la empatía
La terapia se potencia si el terapeuta ingresa con precisión en el mundo del paciente. Los
pacientes se benefician muchísimo por la sola experiencia de ser vistos y comprendidos en su
totalidad. De allí que sea muy importante reconocer el modo en que nuestros pacientes
experimentan el pasado, el presente y el futuro.
Una empatía exacta es sumamente importante en la esfera del presente inmediato. Recuerde
que los pacientes ven la hora de terapia de una manera muy distinta que los terapeutas. No
suponer que el paciente y yo tenemos la misma experiencia durante la sesión.
La empatía forma tanto parte de nuestro discurso cotidiano que tendemos a olvidar la
complejidad del proceso. Es extremadamente difícil saber realmente lo que el otro siente;
muchísimas veces proyectamos nuestros propios sentimientos sobre él.
Naturalmente, conocer el pasado del paciente potencia la propia capacidad para mirar por la
ventana del paciente. La investigación del pasado sea importante, no para la construcción de
cadenas causales, sino porque nos permite ser empáticos con mayor exactitud.
Enseñe la empatía. Cap 7
Una empatía exacta es un rasgo esencial no solo para los terapeutas sino también para los
pacientes y debemos ayudarles a desarrollarla para con los otros.
Ayude a sus pacientes a experimentar empatía con usted y automáticamente realizaran las
extrapolaciones necesarias a las personas importantes de sus vidas.
Enseñanza: incito al paciente a que se dirija a mi o me interrogue directamente y me esfuerzo
por contestar de una.
Sí comete algún error, admítalo. Cualquier intento de taparlo terminará por jugar en su
contra. En algún nivel el paciente sentirá que usted esta actuando de mala fe y la terapia se
resentirá. Además, una admisión franca del error es un buen ejemplo para los pacientes y otro
signo de que ellos le importan.
Cree una nueva terapia para cada paciente. Cap 10
Los terapeutas deben establecer con el paciente una relación caracterizada por un lazo
genuino, por una mirada positiva e incondicional y por la espontaneidad. Instan a sus
pacientes a comenzar cada sesión con sus “puntos de urgencia” y a explorar.
Recuerden el principio terapéutico fundamental de que todo es aprovechable.
El acto terapéutico, no la palabra terapéutica. Cap 11
Aproveche toda oportunidad que se presente de aprender de sus pacientes. Tómese la
costumbre de indagar sus puntos de vista sobre lo que le resulta provechoso del proceso
terapéutico. Los puntos de vista del paciente sobre los hechos provechosos de la terapia son
en general relacionales y casi siempre implican algún acto del terapeuta que excedió el marco
de la terapia o algún ejemplo gráfico de su consistencia y presencia.
EL PROCESO PSICODIAGNOSTICO Y
SUS PROBLEMAS
Guberman Marta
Los que partimos de una concepción humanista de nuestro quehacer y de nuestro vivir nos
encontramos con el viejo problema de la objetividad.
La objetividad de las ciencias es una construcción del hombre. Por lo tanto, la realidad que
revela dicha objetividad no puede ser independiente del hombre, ya que es la respuesta a una
pregunta o a un problema planteado desde el propio sujeto.
El científico racionalista se rige por el “principio de razón suficiente”; mientras que el
fenomenólogo adopta una actitud natural, que lleva implícita la aceptación de la realidad que
tiene delante, tal como se da. Estas formas de conocimiento reflejan dos maneras de
vincularse con el objeto de conocimiento, ya que el racionalista pone distancia con la
realidad, mientras que el fenomenólogo se implica en ella.
Es así como la fenomenología describe la objetividad como el “no cubrimiento de la
realidad”, y sostiene que la subjetividad es la encargada de descubrir. Descubrimiento que es
posible por medio de la sensopercepción. Es decir, cuando percibimos, no solo obtenemos
una información intelectual o cognoscitiva del mundo, sino que también este mundo será
aprehendido en forma patica o emocional. El factor emocional enriquece la percepción y hace
que la verdad sea relativa y absoluta.
Todo diagnóstico es un recorte posible de la realidad de un Tú; realidad cuya subjetividad
cubre y que mi subjetividad intentará descubrir. Significa, desde una postura humanista, pasar
de la relación sujeto-objeto a la relación sujeto-sujeto unidos por una misma intencionalidad,
que es la introversión o el conocimiento existencial.
El “otro lugar”: es lo que en las ciencias humanas llamamos “sentido”. Implica nada menos
que las inagotables connotaciones de un fenómeno.
Cuando esta relación sujeto-sujeto es medida por técnicas auxiliares de diagnóstico, puede
suceder que nuevamente corramos el riesgo de quedar entrampados en la pretendida
“objetividad” de ellas.
El abordaje humanista del diagnóstico, exige la conciencia de que, por encima de toda
técnica, hay una clínica; es decir, una praxis que integra los datos cualitativos y cuantitativos
a esa totalidad que es el ser humano. Y también la conciencia de que, por encima de toda
clínica, hay una metaclínica; esto es, un “otro lugar” más allá de la clínica.
Nuestra tarea es ayudar a hallar el enlace de sentido entre una y otra orilla del
repliegue(enfermedad), para darle esa sensación de continuidad que necesita su identidad, ya
que un diagnóstico que no tenga en cuenta el sentido de tal repliegue, no será útil para nadie.
El diagnóstico en psicología debe pasar por 3 momentos:
1. Momento genérico: en el que se responde la pregunta general acerca de si esta la
persona sana o enferma. Una persona será tanto más sana cuanto mayor sea su libertad para
“pensar de acuerdo consigo misma y con sus propias capacidades”, “actuar sin compulsión o
inhibición exagerada”, “sublimar impulsos y conflictos” y “establecer, mantener y gozar de
los vínculos humanos”
2. Si resulta que la persona tiene restringida alguna de estas libertades, o todas ellas,
pasamos al segundo momento, que es el “específico”.
3. Momento “de personificación”, al que se llega únicamente si se ha establecido una
relación sujeto-sujeto. Se intentará hallar el sentido del padecimiento, el significado que tiene
para esta persona.
Momento genérico del diagnóstico. Cap 1
Se responde a la pregunta general acerca de si esta persona está sana o enferma.
Cuando hablamos de libertad, podemos hacerlo en cuatro niveles:
· Físico: el de la naturaleza, donde predomina fundamentalmente la necesariedad y el
determinismo.
· Psicológico: en el cual la libertad se expresa como libre albedrío: somos conscientes y
capaces de discernir entre lo que queremos y lo que no queremos, entre lo que nos conviene y
lo que no nos conviene. El libre albedrío tiene que ver con la posibilidad de elegir frente a
una variedad de situaciones que tienen que ver con el polo placer-dolor o agrado-desagrado.
· Racional: la libertad se relaciona con el obrar de acuerdo con una ética. Elegir entre
algo que debo realizar o no de acuerdo a mi conciencia moral.
· Ontológico: libertad exterior. La libertad es de índole interior o radical. Es la libertad
creadora, la libertad que trasciende, la que pertenece a nuestra misma esencia. Es una
facultad, intrínseca a nuestra existencialidad, de la que nunca se nos podrá despojar.
Esta última es la libertad de la que habla Frankl. El hombre ya no depende de sus
condicionamientos, sino que tales condicionamientos dependen de la decisión del hombre en
cuanto a rendirse ante ellos o superarlos. El ser es potencia y posibilidad; siendo la libertad la
aceptación consciente del desarrollo de nuestras posibilidades. La libertad ontológica es la
que nos faculta para elegir un camino, un proyecto, un sentido. Por eso, Pareja Herrera no
habla del hombre como ser libre, sino como ser llamado a ser libre. Y Frankl habla de
hombre incondicionado, porque es el que en todas las condiciones nunca deja de ser hombre.
El hombre es un ser fáctico, es decir, depende de su cuerpo y del mundo que lo rodea; y esta
facticidad lo condiciona, por lo que su libertad solo puede ser tal dentro de los límites que ese
cuerpo y ese mundo imponen. Es dueño de sus actos y de su situación para poder desarrollar
sus potencialidades; las cuales están contenidas dentro de su facticidad. La facticidad nos
encarcela, pero la espiritualidad nos da alas.
Ser libre y responsable equivale a ser el dueño de nuestro propio destino. El acto libre
conlleva a los riesgos del fracaso y de la falibilidad, y aparece el miedo porque nos sabemos
incompletos, imperfectos, capaces de fallar. Por eso, la superación de este temor es también
un indicador de salud.
La normatividad se define como la coherencia o continuidad que subyace en la fluctuación
entre los polos salud-enfermedad. Esto significa que la aparición de un síntoma en la
conducta de la persona, o su descompensación, será evaluada clínicamente dentro de su
normatividad subjetiva.
Tenido en cuenta estos dos parámetros (libertad y normatividad) es patológico en la vida de
la persona:
· Toda puesta en marcha de una energía mayor a la suficiente y necesaria para una tarea
determinada
· Toda función que se desestructura, tornándose en disfunción; es decir que, en lugar de
llevar a la adaptación, la dificulta.
· Toda alteración de los valores hasta ahora sostenidos.
· Toda conducta o pensamiento que restrinja o coarte la posibilidad de elegir.
Momento específico del diagnóstico. Cap 2
El momento específico arranca con la respuesta afirmativa al interrogante anterior. Comienza
así un proceso de investigación para intentar develar qué tipo de enfermedad es la que
padece.
El diagnóstico en psicología se basa exclusivamente en la observación de la conducta y en la
posterior valoración que hacemos de ella. Dos consecuencias: 1- problema de cómo adquirir
los conocimientos necesarios para dicha valoración; 2- por ser precisamente una valoración,
no podemos prescindir de la investigación psicológica.
Método fenomenológico:
a) Elementos de vivenciar: referidos a elementos básicos del psiquismo: sensopercepción,
pensamiento, afectividad, psicomotricidad.
b) Instrumentos del vivenciar: son los factores cuya presencia o ausencia condiciona los
elementos del vivenciar: conciencia, inteligencia, atención, memoria, orientación
Lo más importante de este método descriptivo es que nunca toma los fenómenos
aisladamente, sino que todo fenómeno está referido a un yo. El yo apunta a la experiencia de
uno mismo, ya que es una organización compleja, dinámica y temporal.
Noción de estructura: distribución y orden de las partes de un todo. Armadura que sustenta
alguna cosa. Modo en que se organizan las funciones de los elementos dentro del sistema del
que forman parte. Disposición, manera de ser.
Aplicando el Psicodiagnóstico, la estructura de la personalidad es la organización profunda y
estable que se caracteriza por un dinamismo determinado, es decir, por una manera más o
menos típica de relacionarse con el mundo, con los otros y con uno mismo.
La investigación psicodiagnóstica también nos permitirá establecer si lo patológico está
pasando, no por la estructura de la personalidad, sino por un trastorno predominante de la
esfera somática.
Para establecer el tipo de estructura de la personalidad, tendremos en cuenta, siguiendo a O.
Kernberg, los siguientes criterios:
· Contacto con la realidad:
El yo percibe un mundo externo del cual elabora un juicio de realidad y, al mismo tiempo,
está en contacto con su mundo interno, conformado por su propia imaginación, sus deseos y
sus fantasías. Un yo sano y maduro delimita con precisión las fronteras de uno y de otro.
La construcción de la dimensión realidad-irrealidad tiene lugar a lo largo del desarrollo del
sujeto; por lo tanto, va a tener características propias en cada edad. La función yoica que se
pone en juego para integrar los polos de esta dimensión es el principio de realidad: refiere al
grado de discriminación entre el yo y el no-yo, entre el mundo interno y el mundo externo.
Este principio de realidad puede estar afectado en grados más o menos leves, como sucede en
algunos cuadros de neurosis, o en grados más severos, en las psicosis.
Principio de realidad, se expresa fenomenológicamente en 3 niveles:
1. Apreciación de la realidad: es la base de la estabilidad y la fortaleza yoica, ya que la
discriminación de los dos mundos le permite al sujeto enriquecerse con el medio y, al mismo
tiempo, transformarlo.
2. Adaptación a la realidad: es la función que nos permite elaborar proyectos, y está más
comprometida en las estructuras fronterizas que en las neuróticas.
3. Juicio de realidad: función que le permite al yo el registro del significado de lo
percibido, y le da posibilidad de compartir la misma verdad con sus semejantes. Depende de
la percepción y el pensamiento.
· Integración de la identidad
La identidad es el más alto grado de nivel de organización psíquica. Es la vivencia de ser la
misma persona a lo largo del tiempo y a pesar de los cambios. A mayor grado de integración
de la identidad, mayor nivel de salud, y viceversa.
Fenomenológicamente, la integración de la identidad puede ser investigada en tres
dimensiones polares: la de la actividad-pasividad, la del acercamiento-evitación, y la de la
dependencia-independencia.
o Dimensión actividad-pasividad: un yo con una buena integración de su identidad es capaz
de responder a las demandas del ambiente, lo cual requiere una actitud alerta y activa; es
decir que la actividad del yo consiste en controlar las circunstancias. Pero también requiere
de una actitud pasiva, en el sentido de que hay ciertas demandas del ambiente o ciertas
circunstancias que precisan un dejarse llevar por ellas, aceptándolas tal como llegan.
o Dimensión acercamiento-evitación: describe la relación con los demás. Un yo bien
integrado disfruta el contacto afectivo y se siente atraído a establecer vínculos. Al mismo
tiempo, se siente capaz de diferenciarse del otro, sin que por ello el vínculo corra el riesgo de
romperse.
o Dimensión dependencia-independencia: una identidad bien integrada conoce sus límites y
pide ayuda cuando las circunstancias lo exceden. También valora la opinión de los demás y
reconoce su propia necesidad del otro y su capacidad para ayudar.
Operaciones defensivas
Los mecanismos de defensa son conductas inconscientes que se realizan para lograr una
adaptación y evitar una situación que pondría en riesgo el equilibrio entre el mundo interno y
el mundo externo. Su función es la de preservar el yo. La conducta defensiva estereotipada
implica un psiquismo menos saludable.
Defensas evolucionadas:
1. Represión
2. Formación reactiva
3. Aislamiento
4. Anulación
5. Regresión
6. Racionalización
7. Negación de nivel superior (omisiones)
Defensas primitivas
1. Escisión
2. Idealización
3. Negación de bajo nivel (desmentida)
4. Identificación proyectiva
5. Proyección
6. Devaluación
Pronóstico: juicio que emite un agente de salud respecto de la evolución de cierto cuadro. A
Passalacqua: el pronóstico tiene doble vertiente:
o Pronóstico personal: alude a la apreciación de la evolución del sujeto si se mantuvieran las
actuales condiciones y conductas
o Pronóstico terapéutico: modo en que respondería la psicoterapia
Todo diagnóstico deberá acompañarse de una impresión pronostica, características:
· Cierto grado de conciencia de conflicto
· Flexibilidad defensiva
· Flexibilidad del pensamiento que le permita modificar sus ideas
· Capacidad de introspección
· Tolerancia a la frustración
· Capacidad para el cambio y la adaptación
· Capacidad creativa
· Sentido del humor
· Capacidad para gozar
De mal pronóstico…
· Rigidez de pensamiento
· Rigidez defensiva
· Tendencia a la intelectualización
· Tendencia a la actuación
· Tenencia a la somatización
Todo este proceso de investigación se realiza dentro de una relación interpersonal de gran
comunicación, que llamamos “encuentro”, en el cual el investigador está dirigido
intencionalmente a la vida psíquica del otro. Esta dimensión, que es el aquí, ahora y entre
nosotros, nos introduce en el tercer momento del diagnóstico, el de la personificación.
Momento de personificación del diagnóstico. Cap 2
Intentará la comprensión e interpretación de su padecimiento, de qué modo lo transita, cual es
el sentido de su enfermedad.
Intentamos ubicarnos junto al otro en esa relación especial, el encuentro y la mutua
participación en la existencia del otro, de modo tal que la presencia de cada uno conmueve
profundamente al otro. Pedro Lain Entralgo considera que el encuentro posee un soporte
psicofisiológico que lo posibilita; sostén que tiene 5 columnas:
· Bidepestacion: implica no solo una postura erecta, sino también una posición de la
cabeza que privilegia la posibilidad de mirar a los ojos del otro. También deja en libertad de
acción los miembros superiores, con todas las posibilidades táctiles y de acción que ello
conlleva.
· Estado vigil de la conciencia: sin lucidez de la conciencia no podría darme cuenta de
la presencia del otro.
· Órganos exteroceptores: necesarios para la percepción del otro
· Órganos encargados de la percepción: sin los cuales no tendríamos conciencia de
nuestro cuerpo.
· Estructura como la del cerebro: dirigir la expresión afectiva y motora
Además de este soporte psicofisiológico, la posibilidad de encuentro entre los seres humanos
se fundamenta en dos realidades: la del cuerpo material y la de sus expresiones.
La expresión es el aspecto del ser en el mundo por el cual cada existente puede manifestar al
mundo del otro y al propio que intuye, percibe o vivencia. El encuentro implica
necesariamente estar uno frente al otro en un permanente y recíproco intercambio de gestos,
emociones y palabras. Esto se da en un ámbito bidireccional.
Para que el diálogo sea posible deben darse tres condiciones:
· Debe existir un destinatario al que se desea llamar
· El destinatario debe comprender el contenido del discurso
· Debe dar una respuesta que, a su vez, convierta al emisor inicial en su destinatario
El encuentro de la psicoterapia, a diferencia de otras, persigue una finalidad preciosa de
naturaleza transformadora. El encuentro terapéutico tiene características propias que le son
dadas por los métodos científicos utilizados.
La empatía resulta sumamente importante, porque si el sentido hallado se nos presenta como
desconcertante, como algo imposible de comprender, estaríamos frente a lo que Jaspers llama
“un incomprensible”. Se trata de un fenómeno biológico o perteneciente al ámbito de lo
existencial espiritual.
En el campo de la psicoterapia, el diálogo tiene tres funciones: la diagnóstica, la pedagógica y
la terapéutica.
· Diagnóstica: permite la organización de la información y la complementación de los
datos
· Pedagógica: diálogo como guía para ayudar a la reflexión
· Terapéutica: se centra en la reorganización del mundo percibido, la toma de
conciencia de las propias limitaciones, así como de las propias potencialidades, y la toma de
posición respecto a todo ello.
El desarrollo del diálogo lleva a terapeuta y paciente a lo que Gadamer llama “fusión de
horizontes”, el cual no es un mero trasplante de un horizonte a otro, sino que desde cada
horizonte se intenta captar lo que en un principio parece extraño hasta lograr un
ensanchamiento tal que produce un horizonte común, con la consiguiente amplitud de la
conciencia y el descubrimiento del sentido.
Otro método que nos permite personalizar el diagnóstico es el “interpretativo”. Se trata de
aventurar una hipótesis, una intuición, tal vez un pálpito.
En el área clínica, específicamente en el campo de la psicoterapia, se pueden describir dos
caminos de acceso por lo que la hermenéutica llega a la revelación de un símbolo:
1. Por la vía del psiquismo: es la que usan Freud y Jung, considerando la simbolización
como un proceso que parte desde el mundo interno y la subjetividad hacia el mundo externo y
la realidad.
2. Por la vía del lenguaje: es la que elige Lacan, considerando la simbolización como un
proceso que permite al ser humano pasar de la enunciación de las cosas a las cosas mismas, a
su esencia.
Interpretar es una de nuestras actividades como terapeutas. La tentación de interpretar es
mucha. El riesgo más grave es que olvidemos que estamos interpretando y nos convenzamos,
a nosotros mismos y al paciente de que lo que develamos es ciertamente la realidad, cuando
en verdad se trata de otro orden de la realidad: aquel que se instala en lo que Winnicott llama
“zona transicional”. Es un área intermedia donde la subjetividad del mundo interno se
objetiviza por medio de la función simbólica, en el mundo externo, como sucede con el
juego.
Cuando con el paciente nos internamos juntos en ese ámbito transnacional y metafísico
creado por el símbolo e intentamos interpretarlo, nos desatamos de la realidad y creamos otra.
Es una realidad, con un orden nuevo, que observa y describe el mundo en forma diferente.
CARL ROGERS