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¿DE DÓNDE VIENEN LOS MEMES?

:
EL ESPÍRITU DADAÍSTA-SURREALISTA EN LA
SOCIEDAD DE INTERNET

Resúmen:

Este trabajo de investigación analiza las ideologías e influencias aportadas por el


Dadaísmo, Marcel Duchamp y René Magritte que forman parte de nuestra
conciencia colectiva, y que permiten la posibilidad de que hoy en día, en la sociedad
posmodernista, acelerada por internet, se den este tipo de creaciones con bases en
el absurdo y el feísmo, llamadas, memes de internet. Se muestra también un
enfoque político de estos, y lo igualmente influenciado por las vanguardias artísticas
de inicios del s. XX, que se encuentra este enfoque.

Historia del arte contemporáneo. Las Vanguardias.


Escuela TAI. Universidad Rey Juan Carlos.
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 3
LA POSMODERNIDAD VIRALIZADA, INTERNET 3
MEMES Y DADAISMO, READY-MADE 4
MEMES Y MAGRITTE, LAS PALABRAS Y LAS IMÁGENES 7
APLICACIONES POLÍTICAS 8
CONCLUSIONES 9
Bibliografía 10
INTRODUCCIÓN

Todo acontecimiento cultural pasado trasciende a nuestra conciencia colectiva,


modificando nuestra forma de pensamiento social, sentando unas bases, y
condicionando la posibilidad de que ahora el mundo se desarrolle como lo hace.
“Existen correlaciones entre los fenómenos del pasado y los del presente, siendo los
primeros implicaciones o prefiguraciones «necesarias» de los segundos” (Garrido,
2018). La intención de este trabajo es mostrar, a través de similitudes y
comparaciones, la base ideológica que nos han dado el Dadaísmo (especialmente
Duchamp con el ready-made) y Magritte, (y en general las vanguardias artísticas);
que nos ha llevado a la sociedad actual, de memes, de espíritu paródico y dadaísta.
Cabe aclarar que, por supuesto, el pensamiento colectivo que poseemos es
infinitamente ecléctico, por lo que analizar absolutamente todos los pensamientos
de los que bebe el espíritu dadaísta-digital actual, sería prácticamente imposible, por
ello, nos centraremos en esta pequeña parte.

Según Richard Dawkins, que definió los memes en la era pre-internet, los memes
son unidades culturales que se transmiten de persona a persona o de generación a
generación. En la actualidad, los memes de internet son objetos de consumo, que
combinan unidades culturales (imágenes, vídeos o textos con sus respectivos
significados y connotaciones) para crear un significado o una lectura nueva, satírica,
irónica, hilarante. Además de ser fáciles de digerir; y gracias a lo que veremos en el
siguiente apartado, de alcance universal. Debemos tener en cuenta también que
son creaciones que, para ser comprendidas, precisan de unas experiencias previas
(colectivas, a las que todo el mundo puede acceder y de hecho está expuesto).

LA POSMODERNIDAD VIRALIZADA, INTERNET

Los memes, actualmente podrían ser vistos como creaciones artísticas


posmodernas: son parodias derivativas, intertextualidades; y estas, son “un
fenómeno que se halla en el centro del postmodernismo” (Hutcheon, 1993, 1)

Internet permite la creación de nuevos espacios públicos, a los que se democratiza


el acceso. Internet aporta también anonimato, o más bien hace que la identidad se
diluya y pierda importancia (quizá por culpa de la sobremodernidad, término
acuñado por Marc Augé; quizá internet sea un no-lugar, en el que nos mantenemos
anónimos parte de una masa). Internet permite a sus usuarios la omnipresencia. Es
un (ya no tan) nuevo espacio que en realidad no se ubica en ningún lugar concreto y
al que se puede acceder desde (casi) cualquier lugar. Internet multiplica
exponencialmente el concepto y capacidad de viralidad. Por todo esto, internet
acelera los procesos de transformación de la realidad, por la velocidad a la que se
mueve la información.

Los conceptos de resignificación, modificación, etc. están constantemente presentes


en los usuarios (ya veremos de dónde vienen), es por eso la viralidad. Toda
información publicada en internet, y sobre todo los memes, cae (conscientemente)
en una “deriva metonímica infinita”, una cadena que no para de repetirse (Nehuen
López, 2022). Somos prosumidores de contenido publicado en Internet, y el dar a
toda persona -con sus subjetividades- capacidad de modificación del pensamiento
común, provoca esta infinitud. (Y de nuevo, viralidad)

Con esto, y los antecedentes a largo plazo (vanguardias) que veremos a


continuación, se ve el contexto que fue preparando el terreno para que el meme sea
lo que hoy conocemos.

MEMES Y DADAISMO, READY-MADE

Dadá psicología, dadá literatura, dadá burguesía y vosotros, muy


respetados poetas, que siempre habéis hecho poesía con palabras, pero
nunca habéis poetizado la palabra misma. Dadá Guerra Mundial sin fin,
dadá revolución sin principio. Dadá vosotros, amigos y poetas como yo,
evangelistas sumos. Dadá Tzara, dadá Huelsenbeck, dadá m ’dadá, dadá
mhm’dadá, dadá Hue, dadá Tza. (Hugo Ball, 1916)

Es fácil de ver que los memes y el movimiento dadaísta tienen en común el uso de
la ironía y el absurdo, en respuesta al mundo también absurdo que nos rodea (como
crítica y a través de la metacrítica). Es obvia la ligera ideología nihilista necesaria
para comprender ambos movimientos, para crear imágenes que ponen en evidencia
la absurdidad del mundo que nos rodea. Vemos aquí la primera similitud entre
ambos.

Recordemos que un meme es una imagen (conocida y reconocible por todos (de
esta forma entraría también por cierto, en la definición de kitsch))
descontextualizada y recontextualizada (generalmente por medio de relacionarla
con otro texto o imagen) ¿No recuerda esto demasiado al ready-made? Pasemos a
analizar lo que tenía Duchamp que decir sobre el ready-made.

Duchamp, en la creación de los ready-made utiliza objetos cotidianos, que libera de


sus finalidades funcionales y los convierte en arte a través de las intenciones, a
través de las relaciones que captan las miradas de un artista y de un público. El
artista, en sus escritos sobre el ready-made sienta unas ideas claves sobre ellos,
que se aplican también ahora al funcionamiento de los memes.

Por un lado, Duchamp disocia el arte de la belleza, no es la creación de una imágen


bella lo que se busca, de hecho se busca provocar lo que el llama “una anestesia
completa” con el ready-made. Explica en Escritos: “La elección de estos
ready-mades nunca me vino dictada por ningún deleite estético. Se basaba en una
reacción de indiferencia visual, adecuada simultáneamente a una ausencia total de
buen o mal gusto. De hecho una anestesia completa” (Duchamp, 1978). El fin de los
ready-mades no es evocar un sentimiento, tampoco es deleitar a los sentidos, el
arte no debe ser retiniano (esto es, según él, arte que busca halagar el ojo (antes
que la mente)), “ha de afectar a nuestra materia gris, a nuestro apetito de
comprensión”, decía en una entrevista. Duchamp con su obra, busca desestabilizar
las convicciones que el espectador tiene asumidas (esto también lo veremos en
Magritte más adelante) y que éste saque conclusiones.

Duchamp explica el funcionamiento de los ready-mades dándole extrema


importancia al texto que acompaña, o mejor dicho, es parte del ready-made, explica:
“Esa frase, en lugar de describir el objeto como lo hubiese hecho un título, estaba
destinada a transportar la mente del espectador hacia otras nociones más verbales”
(Duchamp, 1978). Es decir, el componente textual no reafirma, no cobija la
significación del soporte visual, sino que lo problematiza, definitivamente
recontextualizándolo (Garrido, 2018). Y tiene vital importancia en la obra final, ya
que el significado final surge de la relación (que debe entender o crear el
espectador) del objeto con el texto acompañante.

Duchamp recalca que no es el artista el creador último, pues, como hemos


mencionado antes, este proceso de recontextualización, de síntesis del texto con el
objeto, le corresponde al espectador.
El artista no es el único que consuma el acto de creación, pues el
espectador establece el contacto de la obra con el mundo exterior,
descifrando e interpretando sus profundas calificaciones para añadir así
su propia contribución al proceso creativo. (Duchamp, 1978)

El espectador pues, es el que recontextualiza con las herramientas (obra de arte,


dispositivo abierto) que le da el artista (con función de mediador), creando o
descifrando ese nuevo mensaje que surge del diálogo entre el objeto y su título. El
ready-made, en su encuentro con el receptor, crea una “trama de posibilidades de
definición” (Garrido, 2018) en parte controladas por el artista, quien es conocedor
del contexto en el que presenta su obra; contexto que el espectador porta en su
imaginario, y que actúa sobre el significado final de la obra, ya que condiciona su
interpretación de la misma. Vemos este mismo mecanismo en los memes: el
significado final del meme se condiciona por la relación que el espectador establece
(influida por sus experiencias y competencias) entre la imagen y el texto (o imagen e
imagen). El meme hace alusión a propósito a una relación concreta, a una “broma
interna”; y el espectador por sus experiencias debe conocer esta relación.

De nuevo, volvemos a encontrar esa idea clave de recontextualizar, al tratarse de un


objeto común el que se presenta como obra final: el mensaje parte de que algo
común en un lugar que no le pertenece por definición, hace que las connotaciones
de dicho objeto cambien (y esto Duchamp lo sabe y lo controla). De esta forma, los
objetos distanciados de su contexto normativo, pueden ser considerados arte. Tanto
en el ready-made como en los memes encontramos el uso de imágenes u objetos
pertenecientes a nuestro imaginario colectivo, conocidas y reconocidas por todos.
Con esto, los límites de la originalidad y el plagio se difuminan, puesto que, como
Duchamp explica, una característica fundamental del readymade es que “no tiene
nada de único. La réplica de un ready-made transmite el mismo mensaje”
(Duchamp, 1978). Si nada es original, y la significación final de la obra no pertenece
sólo al autor sino también al espectador, nada puede ser plagiado. Y el
funcionamiento del meme es análogo a esto. El meme no crea nada completamente
original, parte de imágenes de nuestra cultura cotidiana y deconstruye sus
significados hegemónicos y los resignifica. (Garrido, 2018) Y de hecho, por este
funcionamiento explicado anteriormente, ahora mismo en los memes ya no importa
la autoría, se ha diluído.
También cabe resaltar que para realizar este tipo de resignificación de los
conceptos, se necesita un cierto distanciamiento de ellos, una falta de respeto quizá
(véanse Figuras 1 y 2, la primera un ready-made de Duchamp, LHOOQ; la segunda
un meme de internet (uno cualquiera))

MEMES Y MAGRITTE, LAS PALABRAS Y LAS IMÁGENES

Tal y como se mencionaba anteriormente, Magritte coincidía con las ideas de


Duchamp en algunos aspectos. Por un lado, encontramos también entre las
intenciones de Magritte en cuanto a su arte, que éste no lo hace para ser
contemplado, sino que exige una reflexión activa por parte del espectador; y por lo
tanto una participación, tal y como veníamos viendo con Duchamp, para llegar a la
significación de la obra. Magritte también comprende, como Duchamp, que “Cuando
las imágenes y las palabras están en un cuadro, uno las ve de otra manera”
(Magritte, 1929, 60-61) tal como explicaba en Les mots et les images. Es decir,
expuestas en una obra (y por lo tanto fuera de su lugar original), las cosas (o las
representaciones de las cosas) junto con los textos, se recontextualizan, cambian de
significado. Magritte habla de cómo la palabra y la imágen son sólo dos formas de
representación (de las cosas) y ninguna superior a la otra. Es perfectamente
consciente de las connotaciones de los objetos, “Un objeto nos hace suponer que
hay otros objetos detrás de él” (Magritte, 1929) y al representarlos en imágenes no
solo representa las cosas sino también los términos y conceptos que asociamos a
ellas (ésto es metáfora visual, (P. P. Roberts-James se refiere a él como el poeta
visual)). Estos conceptos pasan a entrar en diálogo con las palabras y crean un
significado nuevo. Incluía Magritte en el reverso de una postal (de Ceci n’est pas
une pipe) enviada a Foucault: “el título no contradice al dibujo, afirma de otro modo”
(Magritte, 1966). Es decir, le aporta un nuevo significado. (Tal como veíamos antes
con Duchamp, y tal y como vemos en los memes).

Magritte por otra parte, demuestra ser conocedor del concepto de viralidad
(relativamente a su época), y de hecho la busca por medio de difusión de sus
postales en revistas, “Magritte utiliza la revista como medio de difusión de la obra en
el marco de un trabajo de multiplicación anónima. Mediante la tarjeta postal, la
imagen circula, se difumina en una red, encuentra sus ramificaciones y ecos”
(Draguet, 2006: 61). Ramificaciones a las que llega al ser interpretada por
numerosos y distintos individuos, que, como creadores, encuentran una relación
entre las imágenes y los textos que Magritte les ofrece. Podemos encontrar aquí
una descripción primitiva de la viralidad de los memes. Algo muy cercano a nuestra
actualidad, casi parece querer postear analógicamente.

APLICACIONES POLÍTICAS

Vemos ya en Magritte, y en Duchamp, que sus obras tienen implicaciones


sociopolíticas, al exigir una revisión de las convicciones del espectador.
Observamos además, que ambas vanguardias (dadaísmo y surrealismo) surgen en
respuesta al turbulento contexto social de la época. Vemos que los memes siguen
una estrategia similar al dadaísmo, en cuanto a respuesta a la política: se recalca y
refleja la absurdidad del mundo y de la política, a través de la creación de obras.

En nuestra sociedad, se necesita una comunicación de “el pueblo” con la política, se


abren así espacios que median entre ellos, espacios en los que el malestar
individual pasa a ser un asunto público, tan visible que la política deberá ocuparse
de ello (Rowan, 2018). Ahí es donde entra en juego el papel del arte, y ahora
también de los memes. En la actualidad, el “espacio de liberación gráfica”, en el que
se manifiesta el malestar del pueblo, ha pasado a ser el ciberespacio, convirtiendo
así a los memes en un objeto omnipresente en nuestro imaginario digital,
permitiendo su máxima difusión y por tanto, impacto en la política.
Sin embargo, quizá en los memes esta crítica social y política, a pesar de estar muy
presente, no sea tan intencionada como lo es en las vanguaridas. Quizá más bien
se deba a que tenemos en nuestra conciencia colectiva más asimilada (gracias a las
vanguardias) esta necesidad de participación en la política por todos. Los memes
adquieren un compromiso social, pero de manera menos consciente que en las
vanguardias.

CONCLUSIONES

En conclusión a todo lo explicado anteriormente, y en respuesta a lo planteado al


inicio, considerando los memes parte (inintencionada) del arte posmoderno,
podremos ver que evidentemente, han sido influenciados por las vanguardias
artísticas pertenecientes a la modernidad. Concretamente el Dadaísmo, Duchamp y
Magritte, que con su creación y teorización sobre la misma, han establecido unas
ideas pilares, que han pasado a ser parte de nuestra ideología, y a partir de las que,
inconscientemente, funcionamos. Así ha ocurrido con los memes, en los que
podemos destacar la importancia de la idea de que el espectador es también
creador de la obra, dándole o comprendiendo el significado (que a veces es crítico,
aunque hilarante) de la relación de dos unidades culturales, que pone el creador del
meme (u obra) a dialogar. También cabe resaltar la disolución de la autoría, debido
al uso de imágenes populares, y a esta coautoría del espectador antes explicada.
Anonimato que además se maximiza al darse estas creaciones posmodernistas en
Internet.
Bibliografía

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