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El Delirio Digital

Por Martín Groisman

EL DISEÑO Y LOS MEDIOS MASIVOS


DE COMUNICACIÓN
se han ubicado en el centro de la escena; en su pre-
“El mundo, el ser, la realidad, todo, es un sueño sin soñador; sencia cotidiana, la televisión, el vine, los carteles de
un solo sueño, sólo un sueño y el sueño de uno solo, por tanto la vía pública, los diarios, las revistas, entre otros ¿han
el sueño de nadie, tanto más real cuanto más es enteramente sustituido a la realidad?
un sueño.”
Desde la década
—Macedonio Fernandez. del 60, algunos autores
como McLuhan o Eco
se preocuparon por re-
Un siglo que termina, un milenio que comien- definir la función so-
za. La información rebota enloquecida entre satélites, cial de los medios, lle-
antenas parabólicas y pantallas encendidas las 24 ho- gando a conclusiones
ras del día, en los puntos más recónditos del planeta. que aún hoy son bas-
Realidad virtual, interactividad, multimedia, hiper- tante perturbadores: Si
texto, conforman el nuevo vocabulario que define la un acontecimiento no
relación del hombre con lo real. La instauración defi- es captado y reprodu-
nitiva del imperio de la comunicación visual obliga a cido por algún medio
una reformulación permanente de los conceptos que masivo simplemente no existe. Los medios se retro-
intentan explicar los mecanismos de transmisión cul- alimentan de la información que ellos mismos gene-
tural. El ritmo de la vida frenético impuesto a los com- ran.
portamientos sociales, ordenados por la aceleración
de los tiempos de profucción y consumo de los bie- En los 80, este planteo es llevado al extremo por
nes culturales-industriales, conduce a la acumulación autores como Baudrillard, que a través del concepto
de información y a su derivación incesante a través de “simulacro” encuentra a cada paso una situación
de circuitos y redes infinitas, Esto ha provocado una de lo real por su modelo, a partir de las consecuencias
verdadera mutación en la función de la percepción. de la hiperinflación de la imagen y sus efectos de per-
mutación.
Los medios de comunicación masiva, conce-
bidos en su origen como instrumentos para la di- Esta noción “neoplatónica” (Machado, 1994), en
fusión a distancia de acontecimientos de la reali- tanto supone la existencia de una realidad “auténtica”
dad o de su re-presentación a través de ficciones, que es sustituida por los artificios que engendran los
medios, es radicalmente cuestionada por teorías que todo y un todo que ninguna imaginación puede superar en
superan las dicotomías clásicas entre esencia y apa- su intensidad de efectividad, hasta el punto de abrumarnos
riencia, original y copia, verdadero o falso: y desesprerarnos frecuentemente”.

—Macedonio Fernández
“La realidad, conforme defendía Marx (a partir de Hegel)
y después toda la física contemporánea, no nos es dada aca-
bada y predestinada, impresa en forma inmutable en los Es bastante sorprendente el carácter casi pre-
objetos y seres del mundo: ella es algo que adviene y como monitorio de esta teoría, leída desde la perspectiva
tal necesita ser intuida, analizada, interpretada, en una de los acontecimientos actuales. La persistencia de
palabra: representada”. impresiones y percepciones provocadas hoy por los
medios asignan a la imagen la función de garantizar
—Arlindo Machado. la existencia de lo real. En la dimensión plena de la
imagen, lo superficial es lo profundo: “Todo es lo que
parece”. Lo que se muestra es verdad.
En este punto introducimos otra perspectiva
que proviene de un texto escrito en 1924 (Fernán-
dez, 1968). Como es habitual en él, navegando entre
la mística y la metafísica, Macedonio arroja ideas que
se articulan con una lógica implacable: “Todo lo es el
sueño; lo que no es sueño, no es. La materia, lo que nos
pre-existe y post-existe, nada es, ni sustancia ni apa-
EL DISEÑO, UNA POLÍTICA DE LA DIFERENCIA
riencia”. Ya desde el título mismo de su escrito —No
toda es vigilia la de los ojos abiertos— y bajo la forma de
definiciones de apariencia delirante, nos ayuda a pen-
sar en los problemas fundamentales de este presente “Ser diseñador no tiene ningún interés; es una profesión que
que nos toca vivir. se dedica a hacer objetos bellos, y de eso no tengo ni idea, ni
me interesa. Lo único que busco con mi profesión es ejercer
Hoy como ayer soñamos con los ojos abiertos. una acción política, es decir, una intervención para mejorar
Sin embargo, las condiciones objetivas han cambia- la calidad de la vida”.
do, y el entorno que nos rodea es “más artificial” que
entonces. Lo cual no significa menos verdadero. Un —Philippe Starck
ejemplo serían las imágenes sintéticas producto de la
escritura binaria, que actúan ya no como metáforas
de lo real, sino como entidades abstractas que sólo re- Todos aquellos que hoy reflexionan acerca de la
miten al lenguaje en el que fuerno creadas. Continúa función social del diseño coinciden en señalar su im-
Macedonio: potencia estratégica en los procesos de producción y
consumo de las sociedades actuales. La intervención
directa sobre la imagen y la identidad institucional
“Quiero decir que todo es lo que parece y esto ya es bastante de empresas y productos ubica al diseñador en un
y hasta total; y que es un antojo irresponsable que haya algo espacio de poder, muy lejos de la idea —a esta altura
más que el aparecerse a la conciencia, como si los estados de ciertamente ingenua— del diseñador como “cosmetó-
la conciencia fueran una mera burla o falsificación, cuando son el logo” o “decorador” de superficies.
“De la gráfica hasta la indumentaria del personal; de la ARTEFACTOS Y ARTIFICIOS:
arquitectura y el ambiente interior hasta las relaciones DEL DAGUERROTIPO A LA IMAGEN NUMÉRICA
humanas y estilos de comunicación verbal; de los recursos
tecnológicos hasta las acciones parainstitucionales; todos
los medios corporativos —materiales y humanos— devie-
“Y algún día habrá un aparato más completo. Lo pensado y
nen portavoces de la identidad organismo, osea canales de
lo sentido en la vida —o en los ratos de exposición— será
imagen.”
como un alfabeto, con el cual la imagen seguirá compren-
diendo todo (como nosotros, con las letras de un alfabeto po-
—Norberto Chaves
demos entender y comprender todas las palabras).
La vida será pues, un depósito de la muerte”.
Independientemente del medio o soporte en el
—Adolfo Bioy Casares
que se desarrolle el trabajo de diseñador, su objetivo
en el trabajo sobre el perfil de la imagen institucional
desemboca inevitablemente en un planteo o replan-
teo de la identidad institucional, “pues la imagen es el
Desde el punto más lejano de la historia, esto es,
efecto público de un discurso de identidad (Chaves,
desde que el hombre fue capaz de inscribir de alguna
1988).
forma su paso por el mundo, se verifica la necesidad
de representar en un registro diferente los sucesos
Pensar la imagen como efecto de un discurso
que conforman la llamada “vida cotidiana”.
implica que toda decisión —estética o formal— está
respaldada por una teoría o una ideología (explícita
Esta especie de obseción por el relato, la repre-
o no). Trabajar con la imagen es operar con palabras.
sentación, la copia o la parodia de lo vivido ha ido
Diseñar es un acto político: “Mi sueño es hacer un di-
adoptando diversas formas, al compás de los avances
seño de crisis, un objeto barato para 800 millones de
en los campos científicos, tecnológicos y cultural. De
chinos” (Starck dixit).
las pinturas rupestres en las cuevas de Altamira a los
desarrollos cibernéticos de la realidad virtual median
La vieja discusión entre lo bello y lo útil se ha
15.000 años y una misma pasión. La aparición de la
terminado. El eje del diseño se ha desplazado y lo que
escritura marca el primer corte histórico, provocando
está en juego no son ya las características intrínsecas
una transformación cultural. El descubrimiento de la
del objeto (esenciales o accesorias), sino la idea misma
imprenta genera un efecto multiplicador. La “Galaxia
de sujeto hacia el que se dirige el mensaje contenido
Gutenberg” revoluciona la comunicación.
en ese “acto” de comunicación.

La irrupción de la fotografía en el campo de la


representación introduce la ilución de objetividad, en
tanto que la mediación de un aparato garantiza la ve-
racidad de la reproducción de la realidad. La captura
de un instante y un espacio precisos, y una inscrip-
ción en un espacio bidimencional, representa el pri-
mer indicio del carácter alucinatorio de la imagen, en
tanto se opera una sustitución de la realidad por un
signo. Un hecho es convocado a través de su represen-
tación. La mamoria obtiene un auxilio, a costa de su
aplanamiento. El cine complejiza enormemente esta Otro corte histórico que revoluciona las posi-
situación al incorporar el movimiento y, fundamen- bilidades de comunicación visual se produce a partir
talmente, el tiempo: “Por intermedio del objetivo, el de la trasformación de la energía lumínica en señal
fotógrafo procede a una auténtica impresión lumino- eléctrica. La transmisión de imágenes y sonidos a dis-
sa, a un moldeado [...] pero el cine realiza la paradoja tancia, la velocidad, la inmediatez y la economía de
del moldearse sobre el tiempo del objeto y de adoptar, recursos, convierten a la televisión en un medio in-
por añadidtura, la impresión de su duración” (Bazin). sustituíble para el manejo de la información. Su poder
de penetración en la vida cotidiana de todos los hoga-
res del mundo transforma a un simple aparato en el
monstruo sagrado de la economía y la política.

Unos pasos más acá, los desarrolladores tecno-


lógicos de la iagen electrónica y la imagen numérica
obligan a reformular los concepros tradicionales de la
narración.

“Las nuevas imagenes ya no tienen exterioridad (fuera de


campo), y tampoco se interiorizan en un todo: poseen más
bien un derecho y un revés, son reversibles y no superponi-
bles, tienen algo así como el poder de volverse sobre sí mis-
La idea del “encuadre”, definida como el recor- mas.
te de una porción del espacio a partir de la elección Son el objeto de una reorganización perpetua donde una
de un punto de vista, asume un sentido nuevo al in- nueva imagen puede nacer de cualquier punto de la imagen
troducir el concepto de “plano, entendido como “la precedente.
determinación del movimiento que se establece en el La organizacion del espacio pierde con ello sus direcciones
sistema cerrado (cuadro), entre elementos o partes del privilegiadas, y ante todo el privilegio de la vertical, aún
conjunto” (Deleuze, 1985). sostenido por la posición de la pantalla, en provecho de un
espacio omnidireccional que no cesa de modificar sus án-
En sus primeros balbuceos, el cine adopta una gulos y coordenadas, de intercambiar la vertical y la hori-
estética teatral, reproduciendo las escenas desde un zontal”.
punto de vista fijo. A partir de las experiencias de Gri-
ffith y el montaje convergente, y posteriormente Ei- —Gilles Deleuze
senstein con el montaje dialéctico, aparece un nuevo
lenguaje, la narrativa visual. El punto de vista se mul- Los simuladores de realidad virtual son la me-
tiplica, las acciones se fragmentan, los movimientos táfora más acabada del nuevo estatuto de lo real. Las
de cámara tienen un sentido. La organización de frag- imágenes fluyen en una nueva dimensión —ni exte-
mentos de espacio y tiempo, su ubicación en un orden rior ni interior— cumpliendo una función muy seme-
determinado, posibilitan contar una historia. jante a la de los sueños y los delirios: la realización
alucinatoria del deseo. Cualquier fantasía es realiza-
La incorporación del sonido a la imagen fílmi- ble. El caudal de realidad provisto por los medios es
ca consagra al cine como vehículo privilegiado de la inagotable, la mirada ya está domesticada para gozar
comunicación de masas durante el transcurso de la de las superficies, cada día más coloridas, brillantes y
primera mitad del siglo XX. reales.
“[...] todo, es un sueño sin soñador, un solo sueño, sólo un
sueño y el sueño de uno solo, por tanto, el sueño de nadie,
tanto más real, cuanto más es enteramente un sueño...”

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

¿Qué es el cine? — Bazin André, Madrid, RIALP, 1966.

La invención de morel — Bioy Casares, Adolfo. Buenos


Aires, Emecé, 1972.

La imagen corporativa — Chaves, Norberto. Barcelona,


Gustavo Gili, 1985.

La imagen movimiento — Deleuze, Gilles. Buenos Aires,


Paidós, 1985.

La imagen tiempo — Deleuze, Gilles. Buenos Aires, Pai-


dós, 1985.

Selección de escritos — Fernández, Macedonio. Buenos


Aires, Centro Editor de América Latina, 1968.

El imaginario numérico — Machado, Arlindo. Video-


cuadernos VI, 1994.

Transcripción del fragmento a digital:


Contreras Salazar, Dalmiro Vicente. Chaco, 2021.

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