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1
VILLAVICENCIO, Felipe. Derecho Penal Parte General. Editora Jurídica Grijley E.I.R.L. Lima, Perú. 2006.
Pág. 94.
2
VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ. 2002. Pág. 42 citado por VILLAVICENCIO, Felipe. Ob.Cit. Pág. 94.
Citando a Villavicencio “Primero, defendiendo al bien jurídico solo contra
aquellos ataques que impliquen una especial gravedad, exigiendo además
determinadas circunstancias y elementos subjetivos” 3 para que sea necesaria y
requerida la intervención del derecho penal es necesario que las circunstancias
suscitadas se realicen sobre los determinados supuestos. De esta manera se
deben de ven expresas los elementos necesarios para la criminalización y
posterior sanción de la conducta realizada, teniendo así los elementos
subjetivos y a la vez objetivos que respondan al encuadramiento de esta
conducta en lo que el derecho penal considera peligroso, típico antijurídico y
culpable. De otro modo si no cumple las condiciones previstas el sujeto o
sujetos que realizaron hechos contra bienes jurídicos no responden frente al
derecho penal y sus conductas no son más que inmorales más no típicas.
“… segundo [menciona Villavicencio] tipificando sólo una parte para lo que las
demás ramas del ordenamiento jurídico se estiman como antijurídico” 4 las
conductas exteriorizadas de los diversos agentes son tipificadas de diferente
manera por el derecho penal y para encuadrarse cumplir los requisitos es
esencial de otro modo la pena no puede ser merecedora por parte del ya
mencionado agente. Mientras que otras diversas ramas del derecho ven ciertas
conductas como antijurídicas inmorales el derecho penal las castiga, rigiéndose
a través de las condiciones previamente establecidas en los tipos penales que
este en su cuerpo contiene.
Finalmente manteniéndonos a lo que desarrolla el autor “tercero, dejando, en
principio, sin castigo las acciones meramente inmorales” 5 este último
fundamento representa lo previamente dicho a modo de resumen agregando la
palabra inmoral, a esto hacemos referencia cuando decimos que muchas
conductas son inmorales, pero no todas son típicas. Por ejemplo, el incesto es
una figura completamente inmoral y reprochable por la sociedad, sin embargo,
esta conducta no se asemeja o, mejor dicho, encuadra en ningún tipo penal
establecido en el cuerpo del derecho penal, es decir, en el código penal. De
otro modo, el homicidio, parricidio, violación sexual, entre otros sí están
inmersos y además de ser inmorales e irreprochables gozan de algo que la
conducta de incesto mencionada anteriormente no goza: tipicidad.
Para recurrir al derecho penal, la ultima ratio, se necesita que los aspectos de
la conducta inmoral también cumplan los requisitos o condiciones necesarias
para su intervención penal adecuada de otro modo no podrá ser intervenida ni
procesada.
Por lo tanto, finalizamos diciendo que el principio desarrollado de
fragmentariedad es la garantía limitante de la cualidad punitiva del derecho
penal puesto que solo permite sancionar aquellas conductas que transgreden
bienes jurídicos específicos y determinados por esta la ultima ratio. De esta
manera aquellas acciones antijurídicas, típicas, culpables e inmorales pueden
3
VILLAVICENCIO, Felipe. Ob. Cit. Pág. 94.
4
VILLAVICENCIO, Felipe. Ob. Cit. Pág. 94.
5
VILLAVICENCIO, Felipe. Ob. Cit. Pág. 94.
ser abarcadas, sancionadas y procesadas dentro de la jurisdicción del derecho
penal (última ratio) a favor de los bienes jurídicos de las personas que
conforman la sociedad a la cual esta rama protege.