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Se entiende por derecho penal la parte del ordenamiento jurídico formada

por disposiciones legales asociadas a delitos y estados varios de


peligrosidad criminal. Estas disposiciones contemplan penas y medidas de
seguridad de distinto calibre para responder en proporción a la gravedad
del delito, que son aplicadas por el jurado durante un juicio penal y
ratificadas por el juez correspondiente.
Grosso modo así puede ser considerado desde un punto de vista formal el
derecho penal. Sin embargo, también puede ser entendido desde un punto
de vista más material, en cuyo caso podríamos decir que el derecho penal
tendría por objeto la protección de bienes jurídicos elementales tanto
para el individuo como para la sociedad. En este sentido, funcionaría
como un instrumento de control para mantener el orden social.
Y es que el hecho de que el derecho penal tenga precisamente la misión de
proteger los bienes jurídicos del individuo y de la sociedad en general, hace
que sea este mismo el componente central del derecho penal. Su fin último,
la protección de este ámbito del derecho.
Resumen del artículo
 Características del derecho penal
 Principios del derecho penal

Características del derecho penal


Simplificando un poco la definición técnica del derecho penal, este puede
ser considerado como el conjunto de normas que se encarga de
establecer penas o medidas de seguridad a conductas de las personas
físicas o jurídicas que lesionen derechos de los demás.
A grandes rasgos, el derecho penal es, por definición, el instrumento que se
emplea para castigar a quienes atenten contra los derechos de los
demás. El derecho penal es un derecho público y universal (es decir,
imperativo), y no puede ser dispuesto por las partes. Es la rama del derecho
que se encarga de definir los delitos y sus penas, las cuales están recogidas
en el Código Penal y que tienen como finalidad evitar que se produzcan
actos dolosos contra bienes jurídicos de otra persona.
El derecho penal es la última ratio, lo que significa que únicamente se
emplea para aquellas conductas catalogadas como especialmente
peligrosas. El conjunto de normas que forma parte del derecho penal debe
ser preciso y solo pueden ser aplicadas por los tribunales de justicia.
Principios del derecho penal
Seis son los principios sobre los que se sustenta el derecho penal. Estos
pilares son inviolables y dan forma al conjunto de normas jurídicas que
forman parte de esta rama del derecho.
Principio de legalidad. El principio de legalidad establece que toda
conducta que sea punible desde el punto de vista penal mediante una
sanción de carácter jurídico debe estar recogido en una norma escrita para
que los ciudadanos puedan conocer qué conducta está prohibida y cuáles
son los castigos recogidos por la ley. Las sanciones son solo aplicables a
los delitos tipificados. Por tanto, no son punibles aquellas actuaciones que
no estén desarrolladas en la normativa.
Presunción de inocencia. Se trata de un principio fundamental del derecho
penal. Se le conoce más técnicamente como una presunción iuris tantum,
es decir, que da cabida a pruebas en contra. Esto significa que desde un
primer momento se asume que la persona acusada es inocente, y para que
se dictamine que no lo es se tendrán que presentar pruebas en contra de
peso.
Principio de irretroactividad. Establece la imposibilidad de que el derecho
penal pueda tener consecuencias sobre hechos que ocurrieron en el
pasado. Por tanto, resulta imposible castigar una conducta delictiva si esta
ha tenido lugar antes de que el derecho penal la considerara como tal.
Principio de igualdad. El derecho penal recoge distintos tipos de delitos y
las diferentes penas en función del hecho y su gravedad, y esa es la única
clasificación y diferenciación que debe establecer. Este principio tiene la
misión de garantizar que no exista diferencia alguna en el trato hacia el
acusado ni la pena aplicada, sin que afecte ningún tipo de circunstancias
personales, más que la propia conducta de la que el acusado haya podido
hacer gala.
Principio de proporcionalidad. En derecho penal, los diferentes tipos de
delitos cuentan con su correspondiente pena y esa es la base que permite a
los jueces aplicar los castigos correspondientes. Sin embargo, siempre debe
imperar el principio de proporcionalidad para garantizar que la sanción
impuesta al acusado sea proporcional al delito cometido.
Non bis in idem. Si buscamos qué es el derecho penal, por definición se
considera el conjunto de normas diseñadas para establecer penas a
personas cuya actitud haya incurrido en una situación dolosa o haya
vulnerado los derechos de los demás.
Sin embargo, las penas recogidas en las leyes que se engloban dentro de
esta rama del derecho no podrán ser aplicadas si se establece que la
persona acusada ya ha sido procesada con anterioridad por el mismo
delito y la víctima es la misma.
Por tanto, este principio establece la imposibilidad de procesar a un
acusado si se da una triple coincidencia: que el proceso tenga como
protagonistas al mismo procesado, a la misma víctima y se haya cometido
el mismo delito, garantizando así que no se produzcan duplicidades, y
considerándose la causa cerrada por haber sido ya juzgada.
Por tanto, el derecho penal recoge varios tipos de delitos que han sido
tipificados como actitudes negligentes y establece las correspondientes
penas en caso de que se dictamine al término del proceso judicial la
culpabilidad del acusado. Así pues, puede ser considerado como una
garantía reguladora para castigar aquellas actitudes que sean negligentes
hacia los demás, estableciendo los principios de convivencia básicos de una
sociedad civilizada.

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