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Biología

Metabolismo y energía

La vida depende del flujo de energía procedente de las reacciones


termonucleares que tienen lugar en el núcleo del Sol. Una célula puede
entenderse como un complejo de sistemas especializados en transformar
energía. Los sistemas vivos transforman energía radiante del sol en distintos
tipos de energía, entre ellas química y mecánica, que a su vez son utilizadas
por todo ser vivo. Este flujo de energía es la esencia de la vida.

Clases de energía y transformaciones energéticas

La energía se manifiesta en nuestro ámbito físico de diferentes formas:


energía eléctrica, energía radiante, energía química, energía nuclear entre
otras. A pesar de que ante nuestros sentidos estos tipos de energía se
presentan de manera muy diferente, estas formas energéticas pueden ser
interconvertidas casi sin restricciones, solo se requiere un medio o dispositivo
físico adecuado para producir esa conversión. Dentro de las células de los
organismos vivos pueden ocurrir gran parte de los tipos de transformaciones
energéticas que se observan en el mundo físico. Proteínas especiales de las
células musculares son capaces de convertir la energía química almacenada
en los enlaces químicos de ciertas moléculas en movimiento mecánico.

Así se fue conformando la termodinámica, ciencia que estudia las


transformaciones de energía. Mas tarde los biólogos que aspiraban a dar
explicaciones físicas de la vida, incorporaron en sus interpretaciones los
principios fundamentales derivados de esta disciplina.

Principio de conservación de la energía: primera ley de la termodinámica

“La energía del universo permanece constante”


Los sistemas biológicos son abiertos, es decir que pueden intercambiar
libremente materia y energía con su entorno. Aun así, en los sistemas abiertos
el principio de conservación de energía continúa cumpliéndose. La diferencia
radica en donde se establecen los limites del sistema en estudio. En un
organismo vivo, la energía perdida o disipada por este es igual a la ganada por
su entorno y viceversa.

Sin embargo, el primer principio de la termodinámica se refiere a la


conservación de una forma total de energía y no aclara que cada vez que se
realiza un proceso, parte de la energía involucrada se transforma de energía
útil en energía que no puede ser aprovechada de nuevo. En rigor, cada vez que
se utilice cualquier tipo de energía para conducir un proceso, de manera
inevitable parte de ella se perderá como calor.

La primera ley de la termodinámica y los organismos vivos

Los organismos vivos están dotados de dispositivos más eficientes que


las máquinas para convertir energía. Por ejemplo, los organismos
bioluminiscentes producen luz verdosa y fría que no produce calor alguno. La
notable eficiencia energética de este mecanismo sigue siendo un misterio para
los investigadores. Los organismos fotosintéticos poseen moléculas de
pigmento, las antenas mas eficientes para atrapar la luz.

Según la primera ley de la termodinámica, la suma de la energía de los


productos más la energía liberada durante la reacción es igual a la energía
inicial contenida en las sustancias que reaccionan. Es importante comprender
que esta ecuación representa el cambio químico global producido en la
degradación de la glucosa. En los organismos vivos hay una gran cantidad de
pasos intermedios que aumentan la eficiencia con que una gran parte de la
energía contenida en los enlaces químicos de la glucosa puede ser convertida
en energía aprovechable o energía útil.
Cada vez que se emplea una cantidad de energía, entonces,
inevitablemente una fracción de ella se disipa como calor. Pero la energía total
del universo es siempre la misma y dado que la energía no se crea ni se
destruye, resulta claro que el calor va en constante aumento.

Dirección de los procesos naturales: segunda ley de la


termodinámica.

Establece la noción de que existe una dirección hacia la cual cualquier


sistema que esté fuera del equilibrio tiene a desplazarse. Al hacerlo se disipa
energía. Cuando toda la energía útil se haya disipado, en el sistema no podrán
ocurrir más procesos. En términos energéticos, podemos pensar en los
desequilibrios y heterogeneidades como almacenamientos de energía útil que
permiten que se lleven a cabo los procesos.

Durante la transformación, el sistema disipa energía útil y la entropía


aumenta, en el estado final de equilibrio, las heterogeneidades iniciales
desaparecen y el sistema se homogeneiza y pierde información. Así el estado
más probable es el de mayor desorden o entropía.

En los sistemas aislados, la entropía nos permite predecir la dirección de


los procesos espontáneos. En síntesis: los dos principios fundamentales de la
termodinámica se enuncian de la siguiente manera:

Primera ley: la energía del Universo es constante.

Segunda ley: la entropía del Universo tiende a un máximo.


Los participantes celulares en la transformación energética

Las enzimas y la energía de activación.

Algunas enzimas son moléculas de RNA, la mayoría de ellas son


proteínas globulares de gran tamaño, formadas por una o más cadenas
polipeptídicas. Las cadenas están plegadas formando un surco o bolsillo, el
“sitio activo” en el que encajan las moléculas del sustrato y donde ocurren las
reacciones. Solo unos pocos aminoácidos de la enzima están involucrados en
un determinado sitio activo. A veces son aminoácidos contiguos en la cadena,
pero es frecuente que los aminoácidos del sitio activo ocupen posiciones
distantes y que su cercanía en el sitio activo se deba al intricado plegamiento.
En una enzima con estructura cuaternaria, los aminoácidos del sitio activo.

Las enzimas son catalizadores biológicos. Un catalizador es una


sustancia que modifica la velocidad de una reacción química permanente en el
proceso.

Una sola molécula de enzima puede catalizar la reacción de decenas de


miles de moléculas iguales en tiempos del orden de un segundo. Por esto las
enzimas son particularmente efectivas en cantidades muy pequeñas.

En los ciclos catalíticos, las enzimas interactúan con los reactantes con
una altísima especificidad. Así, las enzimas pueden acelerar un solo tipo de
reacción química en un sistema en el que están ocurriendo cientos de miles de
reacciones diferentes.
Cofactores en la acción enzimática

La actividad catalítica de algunas enzimas no depende de manera


exclusiva de las interacciones físicas y químicas entre los aminoácidos del sitio
activo y el sustrato. Muchas enzimas requieren sustancias adicionales para que
puedan funcionar. Estas sustancias no proteicas y de bajo peso molecular se
denominan cofactores.

Ciertas moléculas orgánicas no proteicas no proteicas llamadas


coenzimas, también funcionan como cofactores en reacciones catalizadas por
enzimas. Estas moléculas se unen en forma temporaria o permanente a la
enzima, en general, bastante cerca del sitio activo. Algunas coenzimas
funcionan como aceptores de electrones en reacciones de oxidorreducción.

En resumen

Clases de energía y transformaciones energéticas

1. La energía se manifiesta de diferentes formas que pueden ser


interconvertidas casi sin restricciones. La termodinámica estudia una
forma de energía en otra.
2. En los seres vivos, las conversiones energéticas están gobernadas por
las leyes de la termodinámica.

Principio de conservación de la energía: la primera ley de la


termodinámica.

1. La primera ley de la termodinámica dice que la energía del universo


permanece constante, esto significa que la energía no se crea ni se
destruye, pero puede ser transformada.
2. Los seres vivos son sistemas abiertos que intercambian materia y
energía con el ambiente. Cuando en un ser vivo ocurre un proceso
determinado, la energía que se pierde o se disipa es igual a la que gana
el ambiente.
3. La vida es un proceso de combustión. Los organismos oxidan
carbohidratos y convierten la energía almacenada en los enlaces
químicos en otras formas de energía.
4. La energía liberada durante la oxidación de la glucosa está compuesta
por una fracción útil y una fracción que se disipa en forma de calor.
Reacciones químicas en los seres vivos
1. Las reacciones químicas de oxidorreducción son aquellas que implican
el movimiento de electrones de un átomo a otro. El átomo que cede un
electrón se oxida; el que lo recibe se reduce.
2. La entalpía es la cantidad de energía puesta en juego durante una
reacción química, en condiciones de presión constante. Esta energía es
igual al calor cedido o ganado al ocurrir la reacción. La entalpía global de
una reacción es siempre igual a la diferencia de entalpía entre los
productos y los sustratos.

ATP: la moneda energética de la célula

3. El trifosfato de adenosina (ATP) está formado por la base nitrogenada


de adenina, el azúcar de cinco carbonos ribosa y tres grupos fosfato son
de alta energía. La energía que se libera cuando estos enlaces son
hidrolizados es suficiente para poner en marcha muchas reacciones
celulares.
4. La fosforilación es la transferencia del grupo fosfato terminal del ATP a
otra molécula. La desfosforilación es la eliminación de los grupos fosfato.
Ambas reacciones son catalizadas por enzimas y cumplen un papel
importante en la regulación de muchas actividades de la célula.

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