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El cliente compró un traje en una tienda y acordó arreglos con el dependiente. Cuando fue a recogerlo, la dependienta no le dejó probarse el traje. El cliente insistió amablemente en probarse el traje y se dio cuenta que uno de los arreglos no estaba correcto. La dependienta se negó a volver a tomar medidas inicialmente, pero el cliente continuó insistiendo de forma asertiva pero respetuosa hasta que logró que la dependienta aceptara volver a tomar medidas y consultar el tema del pago con el encargado.
El cliente compró un traje en una tienda y acordó arreglos con el dependiente. Cuando fue a recogerlo, la dependienta no le dejó probarse el traje. El cliente insistió amablemente en probarse el traje y se dio cuenta que uno de los arreglos no estaba correcto. La dependienta se negó a volver a tomar medidas inicialmente, pero el cliente continuó insistiendo de forma asertiva pero respetuosa hasta que logró que la dependienta aceptara volver a tomar medidas y consultar el tema del pago con el encargado.
El cliente compró un traje en una tienda y acordó arreglos con el dependiente. Cuando fue a recogerlo, la dependienta no le dejó probarse el traje. El cliente insistió amablemente en probarse el traje y se dio cuenta que uno de los arreglos no estaba correcto. La dependienta se negó a volver a tomar medidas inicialmente, pero el cliente continuó insistiendo de forma asertiva pero respetuosa hasta que logró que la dependienta aceptara volver a tomar medidas y consultar el tema del pago con el encargado.
"Hemos comprado un traje en una tienda de ropa que dispone de un
servicio de costura, el cual se cobra aparte; al probarnos el traje, acordamos con el dependiente los arreglos oportunos. Cuando acudimos a recoger el traje, la dependienta nos lo ha envuelto y no parece darnos opción a probárnoslo, estableciéndose el siguiente diálogo:
• CLIENTE: Disculpa, pero antes de llevármelo me gustaría probarme el
traje
• DEPENDIENTE: No creo que sea necesario, nuestra modista no suele
equivocarse nunca
• CLIENTE: No dudo de la calidad de su modista. Pero me quedaré más
tranquilo si me pruebo el traje
(Tras probarse el traje, el cliente se da cuenta de que uno de los
arreglos no se ajusta a lo acordado):
• CLIENTE: Fíjese, el largo de los pantalones no ha quedado como
quería. ¿Me podría volver a tomar las medidas para arreglarlo?
• DEPENDIENTE: ¿Está seguro? El largo está tal y como se señaló la otra
vez. Ya le digo que nuestra modista no se equivoca.
• CLIENTE: Pienso que el largo no es el acordado anteriormente. Claro
que puede que esté equivocado, aunque me siento bastante seguro. En cualquier caso, ¿me podría tomar nuevamente las medidas? Quiero que el traje me quede perfecto. ¿No le ocurre a usted igual? Seguramente se sentirá satisfecha cuando sus clientes están contentos con la compra
• DEPENDIENTE: Está bien, le puedo tomar las medidas. Pero la modista
no viene hasta finales de la semana. Además, le tendré que cobrar el nuevo arreglo.
• CLIENTE: No me importa esperar, ya le digo que lo principal para mí
es que el traje me quede bien. Pero no estoy de acuerdo con el hecho de tener que pagar de nuevo. Yo no estoy pidiendo un arreglo diferente, sino terminar uno correctamente.
• DEPENDIENTA: ¡Desde luego, con clientes como usted! Escuche, esas
son las reglas. Tengo la tienda llena, y necesito atender a otros clientes.
• CLIENTE: De veras que siento llegar a esta situación tan incómoda.
Pero pienso que esta tiene fácil solución. Usted me toma las medias, y yo me encargo de hablar con el encargado para solucionar el tema del pago. Así puede seguir haciendo su trabajo.
• DEPENDIENTA: De acuerdo, disculpe, estoy un poco nerviosa con
tanto trabajo. Voy a tomarle las medias y esta tarde le consultaré la cuestión del dinero a mi encargado."
Si el cliente no insiste en sus intereses, probablemente hubiera salido de
la tienda con el traje sin probar. Pero en ningún momento ha culpabilizado a la dependienta, o le ha ofendido.