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2. SITUACIONES DE CLIENTES
CLIENTE DIFÍCIL: Caso de la vida real: cliente con tarjeta de crédito se comunica con el fin de
saber el estado actual de su tarjeta de crédito, se le brinda y no está conforme con los valores a
adeudados porque dice que el ya pago la deuda y que solo son intereses y que la verdad no va a
cancelar, clara mente se le rebaten sus objeciones, se le dan beneficios y consecuencias de estar al
día, además de eso se verifica un estado del producto para confirmar finalmente el valor que se
adeudo durante la mora, se le explica, pero el cliente simplemente arremete contra mi
exaltándose y refiriéndose con insultos ya de un calibre mayor, diciendo que somos ladrones que
eso es mentira lo que se le está informando, que él no va a cancelar y que hiciéramos lo que
quisiéramos, finalmente después de una cantidad de insultos el titular simplemente opto por
finalizar la llamada.
- CLIENTE AMIGABLE: Una vez tuve un cliente en el bar donde trabajaba de mesera él iba a
comprarme una botella de tequila importada, pero después comenzó como a salírseme de la
compra y era como hablarme de la vida del como confianzudo contándome sus desamores y me
decía que si le ayudaba a buscar un buen sitio o sea una mesa centrada me daba propina y pues a
la final no resultó comprándome nada compraba era solo cerveza nacional y pues a uno como
vendedor lo perjudica.
Es si la decisión se alarga mucho, lo más conveniente es realizar un resumen de los aspectos del
producto sobre el cual él está interesado
No debemos confiarnos demasiado, ya que si se tarda mucho en cerrar la comprar puede que no
se decidan a no realizarla en ese momento debido a su tendencia de indecisión
- CLIENTE TÍMIDO: Llega al banco una mujer en busca de un producto para comprar su casa
se le dan varias opciones, pero no dice nada y se queda en silencio se le hacen preguntas y
responde con voz baja como si se sintiera incomoda por eso trato de ser amigable pero aun así es
muy callada no realiza objeciones.
- CLIENTE IMPACIENTE: Una de las situaciones que se presentan con este tipo de clientes, es
cuando el cliente no presta mucha atención porque siempre esta afanado, preocupado por otro
tipo de situaciones y siempre quiere que vallamos a la fija atendiéndolo muy rápido porque para
él, el tiempo es muy importante y valioso.
Cómo actuar: No es necesario que le demostremos que podemos ir muy lentos si nos presionan. Si
le hacemos saber que necesitamos un tiempo mínimo para atenderle correctamente, puede
mostrarse más colaborador. Pero si se le puede atender rápido y bien, que es lo que quiere, mejor.
“Puedo entender que pienses que somos caros, pero déjame explicarte lo que hay detrás
de esta propuesta de valor” (el ahorro en consumibles, el incremento de productividad…)
Si conoces la realidad del mercado y sabes que tus precios son más elevados, una buena
opción puede ser anticiparte a la objeción proponiendo al comprador varias opciones de
servicios/productos con precios diferentes, dejando muy claras las desventajas de las de
menor precio.
NO TENEMOS PRESUPUESTO
En este caso la objeción puede ser fácilmente una excusa. Es importante, pues, realizar la
tarea de identificación correcta de la objeción y, si es real y verdadera, se puede proponer
aplazar la compra para cuando se aprueben los nuevos presupuestos, pactar un pago
fraccionado… Se trata un poco de aplicar la técnica que algunos denominan “nivelación
con ventajas/balanza”.
Aceptas una desventaja y aportas ventajas que la compensan. “Si lo prefieres podemos
volvernos a reunir en diciembre cuando tengas los presupuestos” “Si le resulta más
cómodo podemos gestionar el pago en tres plazos e incluimos también estas otras dos
partidas”.
Aquí pueden encajar muy bien las técnicas que propone un consultor: “Suponiendo que
(posible solución) entonces (realizaría la acción)”. “¿Suponiendo que arreglamos todos
estos problemas, entonces llegamos a un acuerdo?”
Yo soy la persona que va a hablar con usted. Es muy importante que acudamos a la
reunión con toda la documentación necesaria para poder facilitársela al comprador.
“Me parece genial. Aquí te dejo toda la documentación relativa al producto. Pero, ¿qué te
parece si te acompaño en la reunión con el responsable y facilito todo lo que necesites”.
LA DECISION NO DEPENDE DE MI
Es muy típico el comprador que apela a un jefe, un comité, un asesor o cualquier otro
superior que es responsable de tomar la decisión. Un antídoto que funciona bien en estos
casos es intentar desconectar esa autoridad superior desde el principio: “¿Hay alguna
circunstancia que nos impida tomar la decisión hoy? ¿Es posible que puedas tomar la
decisión sólo?”
– “Entiendo tus dudas, pero has de saber que otros clientes también las tenían y, al cabo
de dos meses después de utilizar nuestro servicio, comprobaron que su productividad se
incrementaba en un porcentaje del 15%”
«La solución que proponemos va a permitir ser un 20% más rápido en nuestros servicios
porque supone automatizar e integrar la gestión comercial y logística y eso puede suponer
un incremento de las ventas del 25%”
LA COMPETENCIA ME OFRECE
Ésta suele ser otra objeción habitual, pero es importante anticiparse a ella. “Tienes que ser
un partner o un socio, de manera que les puedas ayudar a crear valor. La mejor manera de
bloquearla es conocer los puntos fuertes de la competencia y preparar alternativas
reales”.