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ANTROPOLOGÍA.

Es la ciencia que estudia al ser humano de una forma integral, de sus características
físicas como animales y de su cultura, que es el único rasgo no biológico. Para abarcar la materia de su
estudio, la antropología recurre a herramientas y conocimientos producidos por las ciencias sociales y las
ciencias naturales. La aspiración de la disciplina antropológica es producir conocimiento sobre el ser humano
en diversas esferas, intentando abarcar tanto las estructuras sociales de la actualidad, la evolución biológica
de nuestra especie, el desarrollo y los modos de vida de pueblos que han desaparecido y la diversidad de
expresiones culturales y lingüísticas que caracterizan a la humanidad.

ANTROPOLOGÍA SOCIAL. Es la rama de la antropología general que estudia la estructura social de las
diversas sociedades humanas.

LA NATURALEZA SOCIAL DEL SER HUMANO.

Dice Aristóteles: El ser humano es un ser social por naturaleza, y el insocial por naturaleza y no por azar o
es mal humano o más que humano. La sociedad es por naturaleza anterior al individuo el que no puede vivir
en sociedad, o no necesita nada para su propia suficiencia, no es miembro de la sociedad, sino una bestia
o un dios.

"El hombre es un ser social por naturaleza" es una frase del filósofo Aristóteles (384-322, a. de C.) para
constatar que nacemos con la característica social y la vamos desarrollando a lo largo de nuestra vida, ya
que necesitamos de los otros para sobrevivir.

Según Aristóteles se "es" en tanto se "co-es". Esto significa que cada hombre posee una dimensión individual
que desarrolla su personalidad o su "ser", y que dicha dimensión está integrada en la dimensión social del
hombre, para la convivencia en comunidad desde que nace, resultando en la coexistencia.

En su obra de filosofía política, Aristóteles afirma, entre otras cosas, que el hombre es un ser social y político.
La sociabilización es la naturaleza del hombre. Según este filósofo, la familia es la primera comunidad o
sociedad formada, que es necesaria para el ser social. Sin embargo, la familia no es suficiente para satisfacer
todas las necesidades del ser humano, por lo que este genera naturalmente una sociedad. Para ello, se
organizarían aldeas y luego estas constituyen la polis, o ciudad griega de aquel entonces.

La organización de la sociedad requiere de la naturaleza política del hombre, y esta organización deriva en
el derecho, gracias a la virtud de los ciudadanos y a la práctica de la justicia. El derecho o lo justo como tal
sólo tiene sentido para el hombre en sociedad, y dicho derecho asegura la felicidad del mismo.

NIVELES DEL CONOCIMIENTO. "Metodología Científica".

El hombre nunca actúa directamente sobre las cosas. Siempre hay un intermediario, un instrumento entre
él y sus actos.

Pero, ¿qué es conocer? Es una relación que se establece entre el sujeto que conoce y el objeto conocido.
En el proceso del conocimiento, el sujeto se apropia, en cierta forma, del objeto conocido.

El conocimiento siempre implica una dualidad de realidades de un lado, el sujeto cognoscente y, del otro, el
objeto a conocer. Mediante el conocimiento, el hombre penetra las diversas áreas de la realidad para tomar
posesión de ella.

● Conocimiento empírico.

También llamado vulgar, es el conocimiento popular, obtenido por azar, luego de innumerables tentativas.
Es ametódico y asistemático.

A través del conocimiento empírico, el hombre común conoce los hechos y su orden aparente, tiene
explicaciones concernientes a las razones de ser de las cosas y de los hombres, todo ello logrado a través
de experiencias cumplidas al azar, sin método y mediante investigaciones personales cumplidas al calor de
las circunstancias de la vida; o valido del saber de otros y de las tradiciones de la colectividad; e, incluso,
extraído de la doctrina de una religión positiva.

● Conocimiento científico.

Este conocimiento va más allá del empírico: por medio de él, trascendido el fenómeno, se conocen las
causas y las leyes que lo rigen.

Es metódico porque conoce las causas. De ahí las características del conocimiento científico:

o Es cierto, porque sabe explicar los motivos de su certeza, lo que no ocurre con el empírico.
o Es general, es decir, conoce en lo real lo que tiene de más universal, válido para todos los
casos de la misma especie. La ciencia, partiendo de lo individual, busca en él lo que tiene en
común con los demás de la misma especie.
o Es metódico, sistemático. El sabio no ignora que los seres y los hechos están ligados entre
sí por ciertas relaciones.

● Conocimiento filosófico.

Este conocimiento se distingue del científico por el objeto de la investigación y por el método. El objeto de
las ciencias son los datos próximos, inmediatos, perceptibles por los sentidos o por los instrumentos, pues,
siendo de orden material y físico, son por eso susceptibles de experimentación. El objeto de la filosofía está
constituido por realidades inmediatas, no perceptibles por los sentidos, las cuales, por ser de orden
suprasensible, traspasan la experiencia.

En la acepción clásica, la filosofía estaba considerada como la ciencia de las causas por sus causas
supremas. Modernamente, se prefiere hablar del filosofar. El filosofar es un interrogar, un continuo cuestionar
sobre sí y sobre la realidad. La filosofía es una búsqueda constante de sentido, de justificación, de
posibilidades, de interpretación al respecto de todo aquello que rodea al hombre y sobre el hombre mismo,
en su existencia concreta.

Oportunamente Jaspers, en su Introducción a la Filosofía coloca la esencia de la filosofía en la búsqueda


del saber y no en su posesión. La filosofía se traiciona a sí misma y se degenera cuando es puesta en
fórmulas.

La filosofía procura comprender la realidad en su contexto más universal. No da soluciones definitivas para
un gran número de interrogantes. Habilita, entonces, al hombre en el uso de sus facultades para ver mejor
el sentido de la vida concreta.

● Conocimiento teológico.

El conocimiento relativo a Dios, aceptado por la fe teológica, constituye el conocimiento teológico. Es aquel
conjunto de verdades a las cuales los hombres llegan, no con el auxilio de su inteligencia, sino mediante la
aceptación de los datos de la revelación divina. Se vale, de modo especial, del argumento de autoridad. Son
los conocimientos adquiridos a través de los libros sagrados y aceptados racionalmente por los hombres,
después de haber pasado por la crítica histórica más exigente. El contenido de la revelación, hecha la crítica
de los hechos allí narrados y comprobados por los signos que los acompañan, se reviste de autenticidad y
de verdad.

Pasan tales verdades a ser consideradas como fidedignas y por tal razón son aceptadas. Esto se cumple
con base en la ley suprema de la inteligencia: aceptar la verdad venga de donde viniere, en tanto que sea
legítimamente adquirida.

ENFOQUE EPISTEMOLÓGICO.

Una clasificación detallada es la que considera dos variables de convicciones cognitivas (y filosóficas): lo
que privilegian como fuente del conocimiento (con dos valores: empirismo y racionalismo) y lo que privilegian
dentro de la relación entre el sujeto y el objeto del conocimiento (con dos valores: idealismo y realismo). El
cruce de ambas variables genera cuatro tipos de enfoques epistemológicos.

Lo que muestra esta clasificación puede verse en la Tabla, donde la segunda y tercera columnas reflejan
los criterios de clasificación, mientras que las columnas subsiguientes son criterios asociados a los dos
anteriores (consecuencias o implicaciones filosóficas).

ENFOQUE AXIOLÓGICO.

Axiología o Filosofía de los valores, término empleado por primera vez para designar la rama de la Filosofía
que estudia la naturaleza de los valores y juicios valorativos.

Proviene del siglo II, y significa axios, "lo que es valioso o estimable", y logos, "ciencia", teoría del valor o de
lo que se considera valioso. La axiología no sólo trata de los valores positivos, sino también de los valores
negativos, analizando los principios que permiten considerar que algo es o no valioso, y considerando los
fundamentos de tal juicio. La investigación de una teoría de los valores ha encontrado una aplicación
especial en la ética y en la estética, ámbitos donde el concepto de valor posee una relevancia específica.
Algunos filósofos como los alemanes Heinrich Rickert o Max Scheler han realizado diferentes propuestas
para elaborar una jerarquía adecuada de los valores. En este sentido, puede hablarse de una "ética
axiológica", que fue desarrollada, principalmente, por el propio Scheler y Nicolai Hartmann.

ENFOQUE ONTOLÓGICO.

La ontología es aquello que estudia el ser, en cuanto ser, el interés por estudiar el ser se origina en la historia
de la filosofía, cuando esta surge de la necesidad de dar explicaciones racionales, no mitológicas, a los
fenómenos del mundo físico, también debemos recordar que el carácter universal de la filosofía, tuvo su
origen en la necesidad de un conocimiento válido a todo fenómeno, y en las deficiencias de los conceptos
inicialmente desarrollados, para ser llevados a la práctica concreta en los fenómenos físicos, o sociales. Es
por esto que muchos pensadores se dedicaron a reflexionar sobre cuál podría ser el fundamento del mundo
físico, pero qué pasa, nosotros al observar a los objetos que percibimos en el mundo físico nos damos cuenta
que existen objetos líquidos, sólidos o gaseosos, que algunos se componen de materia inerte, como la
piedra, y otros, de materia viva. Es así como encontramos diferentes elementos físicos, pero la razón nos
exige pensar en un solo elemento constitutivo de los demás. Dicho elemento fue propuesto por algunos
pensadores quienes suponían que podría ser: el agua (Tales de Mileto), el fuego (Heráclito de Éfeso), el aire
(Anaxímenes), y la combinación de los cuatro (Empédocles), pero Anaximandro propuso una solución lógica,
es decir que dicho elemento, debería ser indeterminado (a lo que llamó Apeiron).

Pero fue Parménides quien propuso la mejor solución, este pensador sostuvo que existen dos caminos para
llegar al conocer, que son los sentidos, y la razón, por los sentidos se llega a lo cambiable, a lo inseguro, y
a lo desconfiable en los objetos, y por la razón se llega a lo universal, confiable e inmutable. Tomando el
segundo camino

Parménides encontró algo común e indispensable a todo objeto: Que cualquier elemento natural antes de
tener alguna característica específica, tiene una sin la cual no existiría, la de Ser, este ser es un elemento
fundamental y no una característica que tienen las cosas. Desde entonces se constituye a la Ontología como
Ontos = Ser, y logos= estudio, en este caso lo real es igual al ser, y el ser es igual al fundamento de toda
realidad.

EL CONCEPTO DEL HOMBRE A TRAVÉS DE LA HISTORIA.

1 Filósofos griegos.

● La literatura más antigua.


o En la de Homero (s. VIII-VII a.C) falta todavía la conciencia de la unidad y la autonomía
de la vida psíquica del hombre. Las decisiones humanas se relacionan inmediatamente
con decisiones de los dioses.
o En los trágicos griegos, el hombre se debate entre sus pasiones, su conciencia de
libertad y la sensación de un destino que se cumple inexorablemente y que acaba con
la muerte siempre misteriosa.

● Los filósofos presocráticos.

No se plantearon directamente la pregunta por el hombre porque la primera admiración se la causaron los
fenómenos de la naturaleza y se preguntaron cuál era el principio último de fenómenos naturales tan distintos
como los que observaban.

● Sócrates.

Fue quien centró el pensamiento griego en torno al hombre • Sobre la posible búsqueda y consecución de
la verdad, sobre la dignidad humana, el conocimiento de sí mismo y la vida conforme a las normas morales
que dictaba la razón.

● Platón.

Para Platón el hombre es ante todo un alma, de origen divino, inmaterial, eterna e inmortal, unida
accidentalmente al cuerpo como consecuencia de un pecado y con la misión de gobernar y dirigir el cuerpo
como el timonel de la nave. El cuerpo es la cárcel del alma.

● Aristóteles.

Define al hombre como un animal político/racional o como animal que tiene la razón, y propone la teoría
hilemórfica, donde explica que el alma y el cuerpo unen sustancialmente como dos naturalezas incompletas,
como materia y forma en una sola naturaleza. Contempla también al hombre como animal sociable por
naturaleza.

Sólo en la comunicación social tiene el hombre asegurado un género de vida en el que puede satisfacer
todas sus necesidades. En su política afirma que aislado sólo podrían vivir una bestia o un dios.

2 El cristianismo.

Representa un conjunto de verdades sobre el hombre que han supuesto una revolución ideológica de
alcances insospechados y definitivo para el humanismo mundial. Esta revolución tiene en su raíz a la cultura
hebrea y alcanza su plenitud en el cristianismo.
En la cultura hebrea Dios es personal pero además es el principio y fundamento absoluto y único de todos
los seres: del hombre y la mujer. El Cosmos nace de un libre acto creador de Dios. El hombre es una criatura
de Dios, no es un elemento desprendido de la substancia divina. Es un ser que surge del acto creador de
Dios que le transmite un aliento vital para entrar con él en una relación personal. Porque es libre en sus
decisiones fundamentales, el hombre es plenamente responsable de sus actos, no está sometido a ningún
destino fatal. Dios mantiene relaciones de tipo personal con el hombre, dialoga con él, le orienta y le declara
lo que es bueno y lo que es malo, le ayuda, respeta su libertad, le premia y lo corrige y con todo eso le
dignifica.

3 Antropología medieval. Cosmovisión judea-cristiana.

● San Agustín.

San Agustín por influencia platónica atiende sobre todo al alma como sede y habitáculo de la divinidad.

El hombre es visto a la luz de Dios que es principio último de su ser, perfección única, hogar único de toda
verdad, principio modelo y fin de todo hombre. En el conocimiento de la verdad, nuestra felicidad define el
gozo de poseer la verdad. Por eso el vivir humano es un anhelo intenso y continuado de Dios.

Distingue entre el libre albedrío o la capacidad de elegir y libertad como realización del bien. El hombre
posee la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, pero para elegir y practicar el bien necesita del auxilio
de la gracia divina. El hombre sólo se realiza en el amor.

● Santo Tomas.

El hombre es un ser situado en las fronteras de lo material y de lo espiritual porque es un ser en el que dos
substancias incompletas, cuerpo y alma se funden para formar una naturaleza completa, singular.

El alma humana ocupa un ínfimo lugar entre los seres espirituales. El alma por su naturaleza simple y
espiritual, es creada por Dios El alma humana es una sustancia incompleta destinada a formar con el cuerpo
una única naturaleza o principio de acción.

Sólo el hombre es persona, no lo es el alma de por sí, aunque pueda subsistir con independencia del cuerpo.
El alma es simple y espiritual por eso no perece con el cuerpo y es ella la que puede poseer plenamente a
Dios. Alcanzar esa posición depende del ejercicio de la libre voluntad humana que no es sino el apetito
racional, facultad humana que tiene como objeto el bien en sí y como último bien el Bien absoluto. El fin
último del hombre es Dios poseído plenamente como verdad y Bien supremos. Por eso la sabiduría consiste
no sólo en el conocimiento sino en el amor.

● Renacimiento.

El Renacimiento no es más que un humanismo nuevo, es decir, una nueva comprensión del hombre. Renace
el entusiasmo por las humanidades clásicas, griega y romana, y ello comporta la exaltación del hombre en
cuanto a hombre.
Los grandes pintores y escultores italianos pintan y esculpen al hombre y a la mujer buscando siempre su
expresión más bella, más vigorosa, más natural. Todos los artistas son cristianos, pero sus pinceles y sus
gubias, no buscan una representación de lo divino en lo humano sino sólo lo humano. Se acentúa en un
antropocentrismo. Por eso avanza un proceso de autonomía del hombre y de sus realizaciones que,
andando los años, desembocará en la secularización de la razón, de la ciencia, de la sociedad y de la
política.

**Aspectos negativos del renacimiento. Fanatismo por la antigüedad – cierta búsqueda de lujo,
desatendiendo a Dios – aparición de un resentimiento a la escolástica – antropocentrismo (Concepción
filosófica que considera al ser humano como centro de todas las cosas y el fin absoluto de la creación).

● Racionalismo.

Descartes explica al hombre mediante las ideas claras y distintas que éste tiene en su mente. Establece un
método para pasar del pensamiento a la realidad, no de la realidad al pensamiento. El ser queda subordinado
al pensar. En adelante importará más lo subjetivo que lo objetivo, la representación que la realidad, el
fenómeno que el ser, lo psicológico que lo ontológico, las ciencias de lo mensurable que las ciencias
humanas. El hombre queda definido como "una máquina que piensa”.

● Empirismo.

El hombre es un ser de sensaciones y asociaciones, por ello debe renunciar a la pretensión de cualquier
otro conocimiento racional trascendente. El instinto de la naturaleza es la mejor guía del hombre, quien no
necesita saber lo que es verdadero sino lo que es útil y agradable. El hombre está enclaustrado en la
subjetividad de sus sensaciones, a las que llamaba "ideas", sumido en la ignorancia de toda verdad
trascendente, sin explicación posible del sentido de su vida. Es un muñeco de impresiones agradables.

● La ilustración (Siglo XVIII).

El hombre es un ser racional. Si se guía por la razón no necesita de otra instancia, ni siquiera de la revelación
divina. La razón no nos engaña ni se engaña nunca. La naturaleza del hombre es por sí misma buena y, si
no se la deforma con prejuicios sociales y religiosos, le dicta mediante los instintos cómo debe proceder.
Razón y naturaleza llevarán al hombre a la felicidad para la que está hecho y a la que tiene derecho en este
mundo, no en otro hipotético.

Los iluministas pretendían rechazar a Dios y reemplazarlo por la razón. Los monarcas/príncipes aprovechan
el surgimiento de esta ideología para poder separarse de la iglesia católica, por esa razón esta es una etapa
de conflictos entre los monarcas/príncipes y los papas.

● Kant.

En La crítica de la razón pura el hombre es visto en tres dimensiones distintas: “yo empírico”, “yo
trascendental” y “yo metafísico”. En La crítica de la razón práctica establece los postulados metafísicos del
hombre: la libertad, la inmortalidad del alma, y la existencia de Dios, los tres exigidos por la conciencia moral
del imperativo categórico. Exalta la dignidad de la persona humana y su libertad sobre todo mecanicismo de
la naturaleza. El hombre es fin en sí mismo y con él toda la humanidad.

● Hegel.

Define al hombre como autoconciencia: el ser donde la idea o absoluto se hace consciente de sí misma. Ve
en la manifestación de la idea tres fases: a) espíritu subjetivo, b) espíritu cognoscente y c) espíritu objetivo
Privilegia al estado, suprema manifestación de la racionalidad, sobre la sociedad, la familia y el individuo. El
espíritu absoluto se manifiesta en el arte, la religión y la filosofía. El hombre perfecto no es el religioso sino
el filósofo que profesa el Idealismo absoluto.

4 Filósofos de la edad moderna.

● Marx.
El hombre es un ser material y de naturaleza material: de ella nace, en relación laboral con ella vive, en esa
relación mediante el trabajo se humaniza y se naturaliza, y a ella vuelve después de la muerte. Es también
un ser social: es el conjunto de relaciones sociales, económicas, de producción y de intercambio. El hombre
es visto por Marx no como un individuo personal, sino como miembro de la especie, como ser social y
comunitario.

Para Marx existir como ser humano es tener conciencia de sí mismo y ser capaz de tomar decisiones. La
desalienación es “creación” (Garaudy, R. en Perroux) Lo que significa que el sujeto pueda crear su proyecto
de vida. Claro que este proceso no es individual; la liberación de cada sujeto se encuentra en la liberación
colectiva. Para que esto ocurra tiene que eliminarse: la división del trabajo, el sistema de mercado y la
propiedad privada. La única posibilidad de superación es la toma de conciencia, el reconocimiento de la
situación de dominación en la que se encuentra el hombre que es deshumanizado, lo que conduciría a la
reapropiación de su trabajo, es decir, reencontrarse con su propio ser. Claro que esto presupone un modelo
de sociedad donde las relaciones sociales se establezcan en un marco de reciprocidad y justicia social.

5 Dualismo cartesiano.

Es un movimiento intelectual suscitado por el pensamiento de René Descartes. Según Descartes, el ser
humano es un compuesto de sustancia pensante y sustancia extensa. La separación de sustancias que hizo
fue entre:

● Alma: Para Descartes es la que tiene la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo,
juega el papel de lo que ahora llamamos “mente”.
● Cuerpo: Determinado por el ambiente y se reduce a leyes mecánicas.

6 El hombre en el positivismo.

El hombre, según el positivismo, no ha conocido desde un principio los verdaderos límites de su inteligencia,
ni la senda que esta debe recorrer, ni los verdaderos métodos que debía emplear para llegar al conocimiento
de la verdad depurada de toda ficción o hipótesis. Para llegar a este estado de verdadera emancipación
mental, era necesario que pasase por otros estados más imperfectos, era necesario que estuviese bajo el
dominio de la teología y de la metafísica, pues el hombre, como ser perfectible, no alcanza desde luego toda
la perfección a que debe llegar según su naturaleza. Esto da lugar a la manifestación del desarrollo
progresivo de la humanidad bajo la forma de tres estados o evoluciones, que son el estado teológico o de la
ficción sobre naturalista, el estado metafísico o de las hipótesis filosóficas y el estado positivo o científico.

7 El hombre en el evolucionismo.

El evolucionismo afirma que todos los seres vivos actuales somos el resultado de una serie de cambios
graduales que se han ido produciendo a partir de antecesores comunes. Aunque no son exactamente lo
mismo, el evolucionismo se relaciona con las teorías de Darwin.

8 El hombre en el existencialismo.

Se orienta alrededor de la propia existencia humana a través del análisis de la condición humana, la libertad,
la responsabilidad individual, las emociones, así como el significado de la vida. Sostiene que la existencia
precede a la esencia y que la realidad es anterior al pensamiento y la voluntad a la inteligencia.23 Plantea
que el punto de partida del pensamiento filosófico debe ser el individuo y las experiencias subjetivas
fenomenológicas, así como el «angst» o la angustia existencial que genera la aparente absurdidad del
mundo. Sobre esta base, los existencialistas sostienen que la combinación del pensamiento moral y el
pensamiento científico son insuficientes para entender la existencia humana, por lo tanto, es necesario un
conjunto adicional de categorías, gobernadas por la norma de autenticidad.456Una virtud primordial en el
pensamiento existencialista es la autenticidad.

● Kierkegaard.
Es un pensador filosófico y religioso, que busca reivindicar a la religión; y propone que la tarea del humano
es pensar su existencia. Kierkegaard piensa que la vida consiste en elegir y es de esta forma como se va
desarrollando nuestra existencia. Nuestras elecciones hablan de quiénes somos, a través de lo que elegimos
y lo que descartamos porque ‘el yo’ tiene libertad absoluta para elegir y el silencio de Dios nos condena a la
incertidumbre.

Kierkegaard se opuso a las ideas de Hegel, quien decía que todo lo real es racional, para defender que la
existencia humana no se rige por valores absolutos, sino por el libre ejercicio de la voluntad que permite al
individuo construir su propia vida. Para él lo importante es lo singular, el yo. Se le considera precursor del
existencialismo porque defiende que somos pura existencia, con libertad para elegir entre el bien y el mal.

Para Kierkegaard hay tres esferas de la existencia: la estética, la ética y la religiosa. A estas tres etapas
corresponden dos confines: la ironía es el confín entre lo estético y lo ético; el humor es el confín entre lo
ético y lo religioso.

o Estadio Estético.

Lo estético engloba el contenido del primer estadio de la existencia que se expresa por medio de la
inmediatez, la comprensión finita, la ironía sin interioridad. Parte de un estado de inocencia o ignorancia
original.

Los representantes mayores de este estadio son Don Juan, Fausto y El Judío Errante. Ilustrativo de este
estadio es el ensayo estético en el cual analiza el Don Juan de Mozart, otorgándole a su autor un lu-gar
privilegiado entre los hombres inmortales “cuyos nombres y obras nunca serán olvidados, porque los
recuerda la eterni­dad aquella eternidad que no está fuera del tiempo, sino dentro de la misma temporalidad”.
Además de la sensualidad y el erotismo, el deseo, la pena y el dolor, son los datos sensibles del sujeto
perteneciente a este estadio. “… el deseo … no logra atraer del todo su objeto, y no porque éste sea infinito,
sino porque el deseo es incapaz de convertir esa infinitud en objeto propio”.

Desesperación: Él esteta vive en el instante. Por ello su existencia lo conduce hacia la desesperación. La
desesperación es el estado propio de quien ya no espera nada, pero no sabe qué esperar. La desesperación
es el camino para llegar al estadio ético. Por eso Kierkegaard aconseja a quien desespera: “Elige la
desesperación. La desesperación misma es una elección, ya que se puede dudar sin elegir, pero no se
puede desesperar sin elegir. Desesperándome uno se elige de nuevo, se elige a sí mismo, no en la propia
inmediatez, como individuo accidental, sino que se elige a sí mismo en la propia validez eterna.”

o Estadio Ético.

Mientras que el héroe trágico puede encontrar ayuda en la ética como bien general, el caballero de la fe, se
encuentra solo frente a la ejecución de su acto y a la arbitrariedad de Dios. Sólo le queda la obediencia
irracional y no podrá hablar del mandato dado que no podrá dar más razón que la razón de su propia fe.

Angustia: “La angustia es el vértigo de la libertad, un vértigo que surge cuando la libertad echa la vista hacia
abajo por los derroteros de su propia posibilidad, aferrándose a la finitud para sostenerse. En ese vértigo la
libertad cae desmayada y cuando se incorpora de nuevo ve que es culpable.”

El hombre ético teme hacerse culpable, ya que la culpa es lo contrario de la libertad. Pero, al mirar el futuro,
ve a la culpa como una posibilidad, y se angustia. Colocándolo frente a sus propios límites, la angustia pone
al hombre ante lo único inconmovible (Dios), empujándolo a dar el salto a la existencia religiosa.

o Estadio Religioso.

Ilustrado, según la genealogía del autor, por la figura trágica de Antígona, quien no podrá olvidar la culpa
original, la culpabilidad hereditaria que determina el sufrimiento. Antígona permanece ligada a un linaje,
está incluida en la cadena generacional, es parte de la serie, cuenta como una entre otros. Estará orgullosa
de haber sido elegida por los Dioses para salvaguardar la gloria y el honor de la familia de Edipo. Ella es
silencio, está llena de misterio. En ese retorno sobre sí misma, en su reflexión, carga con una pena que,
engendrando dolor, la hace nacer a ella misma a partir de ese dolor.
● Heidegger.

La principal obra de Heidegger es “Ser y tiempo”. En ella el autor trata de responder a una pregunta clave:
¿qué significa exactamente “ser”? ¿En qué consiste la existencia, y cuál es su característica fundamental,
si es que existe una? De este modo recuperó una cuestión que, en su opinión, había sido dejada de lado
por la filosofía desde el periodo clásico.

En este libro Heidegger plantea que esta pregunta debe ser reformulada en busca del sentido del ser, más
que de éste en sí mismo. En torno a esto afirma que no es posible separar el sentido del ser de un contexto
espacial y temporal (con la muerte como elemento estructurador) determinado; así, habla de la existencia
humana como “Dasein” o “ser-en-el-mundo”.

A diferencia de lo que planteaba Descartes y otros autores previos, Heidegger consideraba que las personas
no somos entes pensantes aislados del mundo que nos rodea, sino que la propia interacción con el entorno
es un aspecto nuclear del ser. Es por esto que no es posible dominar el ser e intentar hacerlo lleva a una
vida carente de autenticidad.

En consecuencia, la capacidad humana para pensar tiene un carácter secundario y no debe ser entendida
como aquello que define nuestro ser. Descubrimos el mundo a través del ser-en-el-mundo, es decir, de la
existencia en sí misma; para Heidegger la cognición es tan sólo un reflejo de ésta, y por tanto también lo
son la reflexión y otros procesos similares.

La existencia no depende de la voluntad, sino que somos “arrojados” al mundo y sabemos que es inevitable
que nuestra vida termine. La aceptación de estos hechos, así como la comprensión de que somos una parte
más del mundo, permite dar sentido a la vida, que Heidegger conceptualiza como el proyecto del ser-en-el-
mundo. Posteriormente los intereses de Heidegger se trasladaron a otros temas. Destacó la relevancia del
lenguaje como herramienta fundamental para entender el mundo, exploró la relación entre el arte y la
búsqueda de “la verdad” y criticó la actitud despectiva e irresponsable de los países occidentales con
respecto a la naturaleza.

● Nietzsche.

Exalta la vida como valor supremo del hombre, una vida entendida como instinto y voluntad de poder. Influido
por el darwinismo exige que, así como los monos fueron capaces de engendrar el hombre, así los hombres
deben llegar a producir el superhombre. El superhombre será́ libre de los valores de la turba; creador en
cuanto que él se dará́ a sí mismo todos los valores; legislador del rebaño de los hombres, su dueño y su
tirano; orgulloso y bélico, pues necesita de la guerra para obtener la victoria; duro e inflexible; solitario ya
que se mantiene por encima de la turba, resistente a todos los sufrimientos. En suma, creador del bien y del
mal. Ni siquiera la muerte lo vencerá. Exalta lo instituir y dionisíaco frente a lo equilibrado, lo apolíneo y lo
cristiano.

● Sartre.

Considera que la vida humana es un sufrimiento inútil pues carece de sentido. No hay proyecto ni esencia
del hombre porque “la existencia precede a la esencia”. Nos encontramos arrojados en este mundo sin que
nadie haya proyectado nuestra vida. Cada uno tiene que darse a sí mismo sus valores y sus verdades. Ser
libre significa una total autonomía y autoposesión. Dios no puede existir porque si existiese el hombre no
sería libre. La experiencia filosófica fundamental del hombre es la náusea, la experiencia del absurdo de
todo. El hombre es una cosa entre las cosas. Ni siquiera puede consolarnos la convivencia con los demás
porque los demás son "el infierno”, son límites a mi libertad y no me permiten realizar mi esencia. La angustia
es una estructura permanente del ser humano. La gente huye de ella construyendo mitos tranquilizadores
como los derechos humanos, las pautas de conducta, las normas morales. Con ello huyen de su propia
libertad y de la radical soledad que el hombre debe aceptar.

PROBLEMAS QUE OCUPAN A LA ANTROPOLOGÍA.


En la Edad antigua diversos autores ofrecieron reflexiones filosóficas sobre el ser humano. Como síntesis
de sus ideas podemos evocar a algunos de ellos: Sócrates, quien propone una mirada reflexiva sobre sí
mismo; Platón, quien sostuvo que el hombre tiene un alma unida a un cuerpo y necesita mover a ambos
simultáneamente (Timeo), si bien el alma tiene el primado sobre el cuerpo (Fedón, República). Aristóteles
en cambio, sostuvo que el hombre es una sustancia compuesta de cuerpo y alma.

En la Edad Media reinó un periodo teocéntrico, en el que todo giraba en torno al concepto de Dios. Al
hombre se le interpreta por su relación con Dios, visto como un ser creado por Dios a su imagen y semejanza
(posesión de inteligencia y capacidad de amar). El hombre es considerado un compuesto de cuerpo y alma,
y esta es considerada algo de naturaleza espiritual, libre e inmortal. San Agustín se apoya en un argumento
platónico y dice respecto a Platón: «Nadie como Platón se ha acercado tanto a nosotros».

En la Edad Moderna el filósofo francés René Descartes puso la certeza del conocimiento en la pura auto
certeza de la conciencia (cogito ergo sum). El «yo» de la conciencia está seguro de su propia existencia
antes que de la existencia del resto de las cosas. Con la conciencia Descartes no se refiere al hombre, sino
a la pura razón. De este modo en el modelo cartesiano el ser humano se presenta como un agregado de
dos realidades distintas e incomunicables. Por un lado, la razón, la conciencia pensante (res cogitans) y por
otro el mundo corporal extenso (res extensa). Con ello se niega la unidad substancial entre cuerpo y alma
espiritual en el hombre y la posibilidad de una interacción entre las dos substancias. Más tarde, Immanuel
Kant se contrapone a los conceptos de naturaleza y persona. Según Kant, la persona posee conciencia
moral y es el único ser que la posee. Kant define a la persona como «la libertad e independencia frente al
mecanicismo de la naturaleza entera». La persona es el único ser del universo sometido a leyes propias, es
decir, sometido a leyes puras, prácticas establecidas por su propia razón. «La persona es la libertad de un
ser racional sometido a leyes morales». Estas leyes morales de las que habla Kant se las da el ser racional
a sí mismo, lo cual no quiere decir que sean arbitrarias.

En la Edad Contemporánea se abre espacio a una amplia diversidad de corrientes que proponen una visión
sobre lo que es el hombre. La mayoría de éstas son el resultado de una radicalización de las posturas
surgidas en la Edad Moderna. Por un lado, se posiciona fuertemente una visión materialista sobre el hombre,
según la cual en el ser humano no existe más que el ser y el acontecer materiales. Se niega con ello lo
espiritual en el hombre, que siglos antes había sido considerado como la esencia misma del ser humano. A
favor de esta teoría se han intentado esgrimir argumentos surgidos de la teoría de la evolución de Darwin.
Por otro lado, la corriente existencialista ha negado que en hombre se dé una esencia que lo determine,
abogando que el hombre es ante todo indeterminación y libertad pura. En esta doctrina se enfatiza la
inmediatez de la experiencia personal y la autodeterminación de la propia existencia por parte de cada
individuo, con el peligro de caer en el relativismo ético. Una tercera corriente muy fuerte surgida en la Edad
Contemporánea para tratar el tema del hombre es el personalismo. Esta corriente filosófica busca poner el
énfasis en el significado del ser personal del hombre y su apertura constitutiva hacia los demás. Parte de la
segunda formulación del imperativo categórico kantiano según el cual la persona se debe tratar como un fin
y nunca como un medio. En los últimos años, algunos intelectuales de Latinoamérica han analizado esta
temática, tal como nos explica el antropólogo ecuatoriano Daniel Xavier Calva Nagua (2013): "la mezcla de
filosofía y de antropología, es el caldo de cultivo perfecto para la investigación socio-humana, dos grandes
disciplinas académicas que se parecen tanto, pero que estudian a su manera a la humanidad, juntas intentan
darnos una mejor concepción del ser humano, no sólo como un ser racional o como un ser biótico, sino
como un ente que ama, que siente, que forja su destino".

EL PROBLEMA DE LA NATURALEZA DEL SER HUMANO.

● Naturalismo o monismo antropológico.

Según esta tesis, no hay una diferencia esencial entre el hombre y el animal, sino diferencias de grado, de
modo que la vida superior del hombre resulta ser una forma más desarrollada, perfeccionada o evolucionada
de la serie animal. Las formas más altas de la vida humana (pensamiento, lenguaje, arte, etc.) no son más
que las resultantes genéticas de procesos inherentes a las manifestaciones más elementales. Las dos
variantes de esta teoría son la concepción mecánico-formal, y la concepción vitalista. La primera tiene dos
variedades: el materialismo, que reduce los fenómenos vitales y psíquicos a fenómenos físicos-químicos; y
el sensualismo, que considera que todas las formas de fenómenos psíquicos son formas más complejas de
los datos sensibles. La segunda explica al hombre en su integridad por la vida: el hombre se convierte en el
último producto de la evolución vital. Esta concepción se diversifica según qué se considere como decisivo
en la variedad de los impulsos vitales. Algunos les dieron importancia a los impulsos nutritivos, otros a los
impulsos de poder y otros a los impulsos sexuales.

● Esencialismo o dualismo.

Esta tesis afirma que el hombre se distingue esencialmente, y no puramente de grado, de los demás seres
vivos pues en él hay un principio que le pertenece en exclusividad y que entraña la posibilidad de una
separación radical entre el hombre y el animal. El principio que diferencia al hombre puede concebirse de
distintas maneras: según el hombre es el que razona al animal, en cambio el animal por no tener raciocinio
no puede razonar al hombre.

Según autores del mundo antiguo y medieval, la diferencia básica entre hombres y animales está en el hecho
de que el hombre poseería un alma espiritual, no reducible a los elementos materiales que componen el
cuerpo humano.

● Hermenéutica.

El hombre no es algo que viene dado «esencialmente», sino que se configura a través de sus relatos, mitos,
narraciones, saberes, creencias y construcciones culturales. En todo esto tiene una importancia capital el
lenguaje, que le brinda la posibilidad de expresión y de «sentido», pero también le muestra sus límites.

El hombre no está «atado» a algo fijo o estático, sino que se va configurando. El ser humano se debe a un
desarrollo temporal (historia) y a la vez a un «proyecto» que le configura como alguien en desarrollo, nunca
acabado. En esta historicidad, el hombre no es un espectador imparcial de los fenómenos, sino que se ubica
frente a los mismos desde presupuestos «heredados» (tradición) que le orientan.

LAS VIRTUDES CARDINALES.

Las virtudes cardinales, llamadas también virtudes morales, son aquellas virtudes que son esenciales para
las relaciones humanas y el orden social. Reciben su nombre de la palabra latina “cardo”, que quiere decir
principal o fundamental. Así, se entiende que las virtudes cardinales son aquellos valores principales y
fundamentales.

Estas virtudes, asociadas también a las virtudes teologales, son punto de referencia para la orientación de
la conducta de la persona hacia una plena humanización, así como hacia la construcción de una sociedad
más justa y sana. Las virtudes cardinales son:

● PRUDENCIA.

Es una virtud que tiene como propósito enmendar o sanar la ignorancia de entendimiento. La prudencia es
la capacidad de reflexionar antes de hablar o actuar, así como de evaluar el modo y los medios adecuados
para intervenir en una situación. Implica, por lo tanto, el sentido de la oportunidad, es decir, de juzgar cuál
es el momento adecuado para actuar o hablar.

La prudencia es la virtud de la razón que la hace juzgar con rectitud el acto que vamos a realizar y nos hace
querer hasta el final lo que así ha sido juzgado bueno. Por eso la gente llama prudentes a los que tienen la
capacidad de decidir convenientemente lo que es útil y bueno”.

● FORTALEZA.

Es la virtud que se contrapone a la debilidad. Se trata de la virtud de tener fuerza para luchar por el bien
difícil, es decir, por aquellas metas constructivas o principios nobles que requieren esfuerzo. Asimismo, la
fortaleza ayuda a la persona a moderar su audacia cuando ésta es excesiva.
La fortaleza implica actuar en dos sentidos: atacar y resistir. Atacar se refiere a actuar de inmediato para
conquistar lo deseado. Junto a esto es necesario resistir a la desesperanza y al temor. Para ello, es necesario
que la persona tenga también un camino en el autoconocimiento.

● TEMPLANZA.

Es una respuesta al desorden de la concupiscencia. Se trata de la virtud de moderar los apetitos


desordenados, así como las tentaciones de los sentidos. Para ello, la persona antepone el uso de la razón.
Mediante el ejercicio racional, la persona logra el dominio de sus pasiones para preservar el bien común.

Los medios de la templanza son la abstinencia, la sobriedad, la castidad y la continencia. Otras virtudes que
suelen acompañar a la templanza son la humildad y la mansedumbre.

● JUSTICIA.

Es una virtud que surge para contraponerse a la malicia de voluntad. Así, la justicia se comprende como la
voluntad de que cada quien reciba lo que le corresponde. Por lo tanto, el justo respeta los derechos
adquiridos del otro.

Aristóteles consideró a la justicia como una virtud individual, pero le agregó su teoría de término medio,
según la cual la justicia se presenta como una virtud que es el punto de equilibrio entre el exceso y el defecto.
Realizó una consideración de lo que llamo justicia social, como alteridad. Teniendo en cuenta a la justicia
como alteridad, diferencia a la justicia distributiva de la correctiva, que a su vez se subdivide en conmutativa
y judicial.

La justicia distributiva es aquella a través de la cual se reparten los premios y los honores de acuerdo al
mérito de cada uno, de manera tal que lo justo consiste en dar a cada uno lo suyo. Aristóteles desarrolló que
en esta justicia existe una relación de proporción geométrica.

Mientras que, en la justicia correctiva, la relación es aritmética, es el caso que se da en los contratos de
intercambio, en donde el valor que se integra es igual al valor que se recibió. Esto es lo que Aristóteles llamó
justicia judicial, según la magnitud del delito, debe ser la magnitud de la pena.

Por otro lado, Santo Tomás tenía la misión en la vida de hacer el bien y evitar el mal, y este concebía a la
justicia como una virtud que en lo individual la consideraba como el hábito según el cual, con constante y
perpetua voluntad, da a cada uno su derecho, y en lo social es vinculado con el derecho natural, el cual está
constituido por 4 leyes: **La ley eterna. Caracterizada por ser la voluntad de Dios, consiste en el gobierno
del mundo según la voluntad y la sabiduría de Dios, la cual no es cognoscible por la razón humana, sino que
Dios la comunica al hombre por medio de la revelación y este la acepta por su fe. **La ley natural. El
hombre, por medio de un conocimiento intuitivo capta los principios de la ley natural, que se resumen en
hacer el bien y evitar el mal; estas proposiciones son evidentes a todos los seres humanos por estar dotados
de inteligencia, entonces, la ley natural se distingue de la ley eterna porque solo comprende a los seres
racional que participan en ella por su razón y la acatan libremente. **La ley humana o positiva. Es producto
de la actividad del hombre y la esencia de su obligatoriedad, cabe agregar que sin los fundamentos de la ley
natural la ley humana no es una verdadera ley; por otro lado, Santo Tomas basa su concepción de la justicia
a partir de las definiciones de Ulpiano y Aristóteles, concluyendo que existe una justicia de carácter
conmutativo (relación aritmética), constituida por las obligaciones de los individuos entre sí, una justicia
distributiva (relación geométrica), constituida por las obligaciones del estado hacia los individuos, y
finalmente una justicia legal, conformada por las obligaciones de los individuos para con el estado (obligación
de cumplir la ley).

MITO DE PROMETEO.

El Mito de Prometeo hace referencia a la voluntad del titán Prometeo, hijo de Jápeto y la oceánide Clímene,
por garantizar beneficios y proteger a los humanos. Tal fue su campaña, que se arriesgó a robar el fuego de
los dioses para dárselo a los mortales, a quienes Zeus prohibió de tenerle.
Como era de esperar, Prometeo sería sometido al peor de los castigos por enfrentar la decisión de Zeus.
Por lo cual sería confinado en el Cáucaso a fuerza de Hefesto, el propio dios del fuego y con la ayuda de
otras deidades. Una vez allí encadenado, Zeus se encargaría de que un águila estuviera cerca y se comiera
su hígado. Pero debido a su condición divina, este volvía a crecer rápidamente y el águila regresaba otra
vez a su objetivo día tras día.

Y es que la hazaña de Prometeo y el fuego hizo aparecer la ira de Zeus por ir en contra de lo que ya estaba
establecido para él. Sin embargo, Prometeo logró liberarse de su castigo por ayuda de Heracles, quien, al
ver su situación, decidió disparar una flecha certera al águila. Acabando definitivamente con su martirio.

La historia de Prometeo y el fuego ejemplifica a lo que estuvo sometido este titán, por luchar en defensa de
los mortales en todo sentido. Rompiendo con el status quo propio del grupo de los dioses y enfrentarse a
las peores calamidades. De cualquier modo, fue en contra de los dictámenes de Zeus y logró que el hombre
pudiese contar con uno de sus más importantes recursos para la supervivencia: el fuego.

Es un relato mágico que deja entrever el desarrollo del conocimiento humano, al descubrir otros medios
que garantizaran su propia subsistencia. Como relato, el Mito de Prometeo puede explicar cómo los
hombres se dieron a la tarea de encontrar otros medios para poder subsistir, de una manera creativa.
Aunque también es cierto que habla de una relación de poder y desobediencia en beneficio de lo más
desfavorecidos, que está muy marcada en la historia.

Sin embargo, ambas ideologías se oponen a la religión, y también, ambas surgen como
reacción a cambios económicos profundos en la historia.

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