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DIFERENCIAS ENTRE CONCEPCIÓN FORMAL, MATERIAL Y

PRAGMÁTICA DE LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA

Chamochumbi Pizzali, Maryory


Universidad César Vallejo

Palabras clave: concepción, formal, material, pragmática, argumentacion, juridico.


Contexto:

En este tema, desarrollare algunas concepciones de la argumentación jurídica,


diferenciando entre la concepción formal, material y pragmática de la argumentación,
así como también abordaremos el contexto de descubrimiento y contexto de
justificación, con lo cual se busca que el discente conozca y aplique los conceptos
elementales vinculados a la teoría de la argumentación jurídica.

Como se señala la teoría de la argumentación jurídica hace referencia al análisis


teórico de los procesos argumentativos en el derecho. Está orientada a la descripción,
conceptualización y sistematización de la argumentación jurídica. En ese sentido, cumple
una función descriptiva, pero también prescriptiva pues, en ocasiones, se refiere al modo
en que debería ser la práctica del Derecho.

Conjuntamente, dentro de las teorías argumentativas, resalta más en el campo del


mundo jurídico, fue la que brindó la escuela Alicantina, especialmente el exponente
Manuel Atienza, quien sostiene que existen tres concepciones o formas de entender la
argumentación jurídica: una concepción formal, centrada en la forma del razonamiento;
una concepción material, referida a la idea de que es necesario ofrecer razones acerca
de la veracidad, validez o corrección de las premisas; y, finalmente, una concepción
pragmática, que atiende al modo en que el sujeto busca persuadir a un auditorio o al
sujeto o sujetos con los que debate. Así mismo, se tipifica que dichas concepciones se
encuentran conectadas de tal manera que no necesariamente son incompatibles entre
sí.

Por un lado, argumentando con más profundidad tenemos la concepción formal de


la argumentación, que para mi considero como una actividad compuesta de una serie de
enunciados independientemente de su verdad, de la corrección de sus premisas o la
verdad de sus conclusiones. Prima la cuestión lógica y el problema de la interpretación
gravita en torno a si a partir de determinadas premisas puede lógicamente derivarse la
conclusión alcanzada, a través de específicas reglas de inferencia, que constituye los
criterios de corrección del argumento. Son esquemas, formas de argumentos, categorías
con prescindencia de su contenido material. Su modelo más frecuente es la inducción,
pero ello no excluye el uso de otras formas de razonamiento.

Por otro lado, la segunda concepción, lo esencial no es la forma de los


argumentos, sino su contenido material, esto es las normas o hechos en tanto ser o
deber ser; “responde al problema de en qué debemos creer o qué debemos hacer y
consiste en una teoría de las premisas: de las razones para realizar una determinada
acción y sus criterios de corrección ya no se hallan desde una consideración formal. Lo
importante es verificar bajo qué condiciones un razonamiento prevalece sobre otros en
función de sus contenidos reales, es decir, como es, o debería ser el mundo, según
precisa el autor. Tiene cabida acá la consideración de los contenidos de verdad y
razonabilidad de los argumentos.
Y como último punto, la pragmática que hace alusión a un tipo de actividad que
busca lograr la interacción del intérprete para el logro de la persuasión o el acuerdo con
un auditorio, respetando ciertas reglas; se trata de una actividad final dirigida a los
propósitos antes mencionados, que se nutre de la retórica y la dialéctica como procesos
de comunicación, por tanto ya no se trata de actividades individuales –como las dos
primeras- sino de carácter social, que persiguen un fin específico o varios a la vez. La
persuasión, el convencimiento, el acuerdo y el consenso son las ideas finales que se
persiguen con la misma.

Como conclusión, pienso que conforme a estas ideas puede considerarse oportuno
además, destacar la posibilidad de diversas “soluciones”, según sea la concepción que
sirva de punto de partida en la interpretación que se realice. Ello conduce a reconocer la
variada gama de soluciones que es dable obtener a partir de estas concepciones, lo
determinante es que la interpretación requiere de estar debidamente justificada con
buenas razones y en la forma adecuada, que puedan ser evaluadas mediante criterios.

Referencias Bibliográficas

Gonzales, M. (2009). La concepción formal, material y pragmática de la argumentación


jurídica y su aplicación en el análisis de sentencias. Revista del Instituto de la
Judicatura Federal. N-28.
https://revistas-colaboracion.juridicas.unam.mx/index.php/judicatura/article/view/32
253/29248

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