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INTRODUCCION

Los rasgos más importantes del paradigma sistémico, según interesa a los terapeutas, son
los siguientes:

1) Parte y todo.- No la parte individual ni el contenido aislado merecen atención inicial,


sino el sistema más vasto y el proceso transaccional que ocurre en su interior. Este sistema
es el contexto ambiental en que las partes funcionan y los contenidos particulares ocurren.

2) Información, error y realimentación.- Los sistemas vivos tienen lazos de realimentación


comunicacionales que producen información sobre las actividades del sistema. Esta
información consiste en señales de “error” que dicen a una subunidad si su conducta es o no
es conciliable con el diseño global de vida del sistema total.

3) Realimentación y homeostasis.- En caso de que la información señale una diferencia


respecto de una línea de base del diseño global, pueden ocurrir conductas reductoras de
desviación. Estas inducen constancia homeostática en el sistema, un estado constante de
existencia que es indispensable para la vida.

4) Realimentación y crecimiento.- Si la información señala una diferencia respecto de una


línea de base del diseño global, pueden ocurrir conductas amplificadoras de desviación.
Estas inducen cambio y diversidad en el sistema, un estado fluctuante de existencia que es
indispensable para la vida.

5) Vida y tensión.- La alternancia continua entre periodos de crecimiento y periodos de


estabilidad constituye la tensión dinámica de la vida.

6) Circularidad.- Causa y efecto se consideran ahora circulares, no lineales.

7) Cambio.- Para producir cambio en el sistema total así como en una parte individual se
tiene que intervenir en el todo así como en la parte. Tanto la parte como el todo tienen que
cambiar guardando entre sí conjunción, aunque no tiene es preciso que lo hagan
simultáneamente. 
El paradigma sistémico, es un enfoque nuevo para comprender la conducta humana que se
basa en tres pilares: La teoría general de los sistemas, La cibernética, La teoría de la
comunicación

Esto lleva al psicólogo a que, en lugar de intentar entender por qué el individuo se
comporta de determinada manera, examine qué ocurre en el intercambio de información y
el proceso relacional entre las personas y su contexto familiar o vincular. De esta manera, la
unidad de observación, para pensar el síntoma, es una díada (es decir, que por lo menos
debe haber dos personas) porque lo que surge de un individuo es una respuesta a algo que
está en algún lugar del sistema. Por ejemplo, la agorafobia de una mujer puede entenderse
como una respuesta al alcoholismo social de su marido, de este modo, se abstienen de salir
y, por lo tanto, el señor bebe menos.

Al adoptar esta perspectiva, en lugar de buscar una explicación histórica de los problemas
actuales, se busca los factores de mantenimiento que actúan en las interacciones actuales

DESARROLLO

En el decenio de los cuarenta del siglo XX emerge un nuevo punto de vista o "paradigma"
dentro de las ciencias: el enfoque sistémico. La teoría general de los sistemas es la
exploración científica de 'todos' y 'totalidades' que no hace tanto se consideraban nociones
metafísicas que salían de las lindes de la ciencia.” La introducción clásica a la teoría de
sistemas sigue siendo la Teoría general de los sistemas de Ludwig von Bertalanffy.
Holismo “El todo es más que la suma de las partes” (en sociología Durkheim, por ejemplo,
podría encarnar el holismo). Aunque ello está abierto a interpretación: Harry Alpert y
Raymond Boudon lo caracterizarían como un “relacionalista realista”, para quien la
realidad social está constituida por los sistemas concretos de interacción social.

Un sistema es como primera aproximación, y si se quiere una definición muy sencilla pero
no trivial, sistema es un conjunto de elementos en interacción. Con más precisión: sistema
es una totalidad, compuesta por elementos y relaciones entre estos elementos, en la que las
relaciones entre los elementos son más importantes que los elementos mismos
Precisamente éste es el punto de vista que adopta la ciencia ecológica.
La teoría de sistemas tiende a generar un punto de vista particular, un pensamiento
sistémico. Se concibe al mundo como un haz de pautas de comportamiento
interrelacionadas que se desarrollan dinámicamente.

“El ser humano es el más abierto de todos los sistemas, el más dependiente en la
independencia. La civilización jamás había dependido de un número tan grande de factores
ecosistémicos, y entiendo aquí por ecosistema no sólo la naturaleza, sino el ecosistema
tecnosocial, que se superpone al primero y lo vuelve todavía más complejo.”

ROL DEL PSICOLOGO EN RELACION AL PARADIGMA SISTEMICO

Originalmente esta orientación en Psicología comenzó utilizándose en el ámbito familiar de


enfermos con psicopatologías severas, evidenciando que el miembro que expresa síntomas
es el emergente de la relación patológica de todo el grupo.

Con el tiempo, este enfoque en Psicología continuó utilizándose no solamente con


enfermos mentales sino también con personas no necesariamente enfermas sino con
perturbaciones psicológicas, producidas por una dinámica familiar distorsionada; con fallas
de comunicación, confusión de roles y patrones de comportamiento alterados que son los
que ocasionan esos trastornos. Este método en Psicología modifica el abordaje terapéutico
en cuanto a la forma de realizarlo, la duración de los tratamientos y el rol del Psicólogo; y
dada sus características, no es imprescindible la presencia de todo el grupo sino que pueden
participar algunos de los miembros y hasta solamente uno de ellos; porque en todo sistema,
el cambio de una de sus partes produce una modificación en todas las demás, dando lugar a
otro sistema con una nueva configuración.

El Psicólogo, dentro de este enfoque, también tiene una participación activa y no pasiva
como tienen los tratamientos tradicionales, orientando el discurso, con una intención
práctica, que brinde alternativas, señale las emociones que surjan y pueda detectar valores y
entender qué es lo que no le permite ser feliz a ese individuo.

Para dar inicio, primeramente debemos definir que entendemos por “sistema”, es un
conjunto de elementos que interactúan y mantienen relación entre sí. Por consecuencia un
suprasistema es un sistema que se encuentra dentro del sistema interactuando con los demás
suprasistemas.
Entendiendo lo anterior, toda psicología la podemos considerar como un sistema que a la
vez es un suprasistema y que de ella se desprenden también suprasistemas, los cuales
contienen elementos que interactúan entre sí conservando una homeostasis relativa tales
como la psicología social, la psicopatología y la psicología organizacional, por mencionar
algunas las cuales estudian a la persona desde diferentes puntos de vista y diferentes
ambientes.
Y por ende el psicólogo esta inmerso dentro de este gran sistema y suprasistemas, ya que
estudia diferentes áreas de la psicología entendiéndose estas como suprasistemas, pues son
partes importantes del todo que interactúan entre si de una u otra manera, directa o
indirectamente para formar, modificar o integrar un nuevo conocimiento.
También considero que el psicólogo es parte del sistema porque de una u otra manera
depende de los conocimientos y aportaciones de la psicología, pues sus actividades estarán
en función de sus conocimientos principales y nuevos, además de valerse de estos
suprasistemas de psicología para llevarlos a la práctica y desempeñarse en el campo laboral,
y así darle un toque netamente humanista al trato con las personas dentro de cualquier
ambiente relacionado con la psicología.

Por todo esto partiendo de la teoría sistémica fundada por Bertalanffy que afirma que el
todo está en función de sus partes es fácil entender y comprender, que el psicólogo depende
de la psicología como sistema y de sus áreas de estudio como suprasistemas por tanto
también se dará de manera viceversa

EL MODELO SISTÉMICO APLICADO AL CAMPO EDUCATIVO

El enfoque sistémico, aplicado al campo educativo, contempla la conexión entre los


individuos y el contexto: tanto el inmediato, familiar, educativo, entre iguales, como el más
amplio y genérico, social, político, religioso, cultural, etc., teniendo en cuenta sus
interacciones recíprocas en un constante feedback de comunicación.
Esta metodología, en contraposición a la reduccionista, favorece una visión integradora de
los fenómenos, capaz de relacionar circularmente las partes y de sustituir los conceptos que
hablan de "sumatividad" por aquellos que hablan de "totalidad". Esta visión, también
llamada ecológica, permite ver cómo el grupo (familia, centro, alumnos, etc.) no se adapta a
un ambiente dado sino que coevoluciona con el ambiente.
En base a este modelo, se define el Centro Educativo (CE) como un sistema abierto,
compuesto de elementos humanos que se relacionan entre sí y que tienen características
propias. Se subdivide en subsistemas que, como el sistema, son identificables a través de la
definición de sus Límites, Funciones, Comunicación y Estructura.

CONCLUSION

El pensamiento de los sistemas como entidades conformadas por diferentes elementos


orgánicos totalmente interrelacionados entre sí, y a su vez como interactuantes y
funcionales con otros de diferentes jerarquías, es lo que ha ido moldeando una nueva
apreciación y estudio de los organismos vivos desde esta perspectiva integradora.
Sin duda es necesario construir nuevos caminos sustentados incluso en nuevas
metodologías, métodos de observación, técnicas para abordaje de los sistemas y tratarlos
como tales, como un todo organizado con interdependencias y relaciones con otros de
mayor o menor jerarquía.
Educar a los jóvenes de ahora, desde la única posición de aumentar sus conocimientos, es
difícil, pues se mueven en un mundo cargado de información a la que acceden fácilmente
en su entorno.
Pero el apoyo afectivo no lo dan Internet ni los videojuegos; sin embargo el contacto diario,
la relación, la educación en su sentido global, el profesor como referente en el proceso de
convertirse en "persona", siguen estando en manos del educador dispuesto a afrontar el
cambio
Bibliografía:
Tres enfoques terapéuticos. Terapia sistémica. Páginas 107-110.

Abadi, J. E., Fernández Álvarez, H. & Herscovici, C.R. (1999). El bienestar que buscamos.

Umbarger C, “Terapia familiar estructural”, Barcelona, Paidós. 

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