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Licenciatura: Derecho
Actividad 2
NRC: 20458
Matricula: 201908047
La obra de Atienza sobre Argumentación Jurídica constituye un gran aporte a los
juristas del derecho puesto que este tratadista trata de explicar en forma sencilla
las concepciones de la argumentación, formal, material y pragmática que de una
forma articulada sirven para dar respuestas jurídicas a los tan grandes problemas
que se plantean en los diferentes ordenamientos jurídicos y no se han podido
resolver. Es por esto que el Jurista trata de que se entienda la argumentación
jurídica del derecho desde una concepción distinta. Entendiéndolo como una
nueva forma de estudiar el derecho desde diferentes concepciones del formalismo
jurídico.
Por otra parte, en el primer capítulo del libro en mención, Atienza también se
refiere a los límites del silogismo jurídico y su insuficiencia para considerar juicios
de valor aportados por el juez, y para la comprensión de las consecuencias
pragmáticas (performativas) de la decisión jurídica. El autor considera que el
silogismo judicial no permite reconstruir satisfactoriamente el proceso de
argumentación jurídica, porque las premisas de que se parte en un caso difícil
piden justificación, y porque la argumentación jurídica es normalmente
entimemática. “Un argumento entimemático puede expresarse siempre en forma
deductiva, pero ello supone añadir premisas a las explícitamente formuladas, lo
que significa reconstruir, no reproducir, un proceso argumentativo”. Como es
conocido, un entimema bien puede disfrazar una falacia, es decir, las premisas
añadidas no necesariamente resultan de un procedimiento lógico deductivo.
En segundo lugar, sobre los problemas metodológicos (esto es, cómo se explica la
teoría), se propone, frente a las insuficiencias de los métodos propuestos por la
teoría estándar, un método que permita representar el proceso real de la
argumentación, así como los criterios de corrección de las premisas y sus
resultados (las decisiones jurídicas). Para el efecto, parte de la constatación sobre
el proceso real de la argumentación, que no es lineal, sino reticular, es decir
expresado mediante un trama, en la que los argumentos pueden ser “un
argumento a favor de, y ser un argumento en contra de, que no pueden traducirse
adecuadamente en términos de la noción habitual de inferencia lógica: x puede
ser un argumento a favor de y y x ser verdadero (o, en general, válido), sin que
por ello tenga que serlo y; por ejemplo, porque z es un argumento en contra
de y que tiene mayor peso que x.”
Una concepción del Derecho viene a ser un conjunto de respuestas, con cierto
grado de articulación entre sí, a una serie de cuestiones fundamentales en
relación con el Derecho: cuáles son sus componentes básicos, cómo se determina
el Derecho válido, qué relación mantiene con la moral o con la política, en qué
consisten las operaciones de interpretarlo y aplicarlo.
En sus propias palabras “lo que el enfoque del Derecho como argumentación trata
de hacer es conectar todos esos elementos de análisis a partir de una concepción
dinámica, instrumental y “comprometida” del Derecho que arranca de la noción de
conflicto”