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EdUcar PARA
el siglo XXI
REFORMAS Y MEJORAS
Coordinación de la obra:
JOSÉ MOYA OTERO
FLORENCIO LUENGO HORCAJO
Educar para el S. XXI. Reformas y mejoras. LOMLOE - TIRALÍNEAS - Código: 8490027 - ET045308
© Del conjunto de esta edición: GRUPO ANAYA, S.A., 2021 - C/ Juan Ignacio Luca de Tena, 15 - 28027 Madrid
ISBN: 978-84-698-8490-4 - Depósito Legal: M-32884-2021 - Printed in Spain.
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además
de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren
públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada
en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización.
EdUcar PARA
el siglo XXI
REFORMAS Y MEJORAS
Coordinación de la obra:
JOSÉ MOYA OTERO
FLORENCIO LUENGO HORCAJO
En la realización de esta obra han intervenido:
Edición: Miguel Ángel Muñoz Sanjuán y Manuel Andaluz
Diseño de cubierta e interiores: Marta Gómez Peso
Maquetación: Discript
Corrección: Sergio Borbolla
© Del conjunto de esta edición: GRUPO ANAYA, S.A., 2021 - C/ Juan Ignacio Luca de Tena, 15 - 28027 Madrid
ISBN: 978-84-698-8490-4 - Depósito Legal: M-32884-2021 - Printed in Spain.
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además
de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunic aren
públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada
en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización.
ÍNDICE
Sabemos que los comportamientos humanos de los últimos siglos han llevado a
una situación de extrema gravedad a los sistemas natural, social y económico;
como consecuencia de esta situación, cada vez somos más conscientes de lo
difícil que va a resultar la vida humana en el planeta Tierra.
Los dos procesos que están modelando nuestro mundo, la globalización y la
digitalización, son procesos impulsados por los seres humanos y, ambos, están
cambiando profundamente las condiciones de habitabilidad del planeta Tierra,
nuestra casa común. Dicho brevemente, cada vez parece más evidente que los
modos de vida basados en el consumo desmedido de los recursos naturales
son insostenibles.
Superar esta situación requiere un cambio profundo de mentalidad, es decir,
del conjunto de ideas, de creencias, de actitudes y, sobre todo, de prácticas so-
ciales que hagan posible tanto la convivencia pacífica, como la preservación de
las condiciones de habitabilidad del planeta. Sabemos, en consecuencia, que
las soluciones de futuro pasan por importantes y drásticas modificaciones del
comportamiento humano.
Para ser claros, debemos ser conscientes de que, en este momento, la humani-
dad se enfrenta a un reto sin precedentes: seguir contribuyendo al desarrollo
humano y al desarrollo social, pero garantizando las condiciones de habitabili-
dad del planeta.
Lo que no sabemos es si seremos capaces de crear nuevos estilos de vida soste-
nibles, nuevos estilos de vida que no solo promuevan nuevos comportamientos,
sino que, ante todo, generen nuevas prácticas sociales. Algo para lo que será
necesario alcanzar el dominio de nuevas capacidades y de nuevas competen-
cias.
Tampoco sabemos el papel que jugarán las instituciones educativas en la reso-
lución de este nuevo reto, aunque es evidente que el desarrollo sostenible está
vinculado no solo a profundas transformaciones estructurales, sino también a
cambios culturales muy significativos (Moya y Zubillaga, 2020).
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• Desarrollar una actitud responsable a partir de la toma de conciencia de la degradación del
medio ambiente basada en el conocimiento de las causas que la provocan, la agravan o la
mejoran, desde una visión sistémica, tanto local como global.
• Identificar los diferentes aspectos relacionados con el consumo responsable, valorando sus
repercusiones sobre el bien individual y el sobre el bien común, juzgando críticamente las
necesidades y los excesos, y ejerciendo un control social frente a la vulneración de sus dere-
chos como consumidor.
• Desarrollar hábitos de vida saludable a partir de la comprensión del funcionamiento del or-
ganismo y la reflexión crítica sobre los factores internos y externos que inciden en ella, asu-
miendo la responsabilidad personal en la promoción de la salud pública.
• Ejercitar la sensibilidad para detectar situaciones de inequidad y de exclusión desde la com-
prensión de sus causas complejas, para desarrollar sentimientos de empatía y compasión.
• Entender los conflictos como elementos connaturales a la vida en sociedad que deben resol-
verse de manera pacífica.
• Analizar de manera crítica y aprovechar las oportunidades de todo tipo que ofrece la socie-
dad actual, en particular, las de la cultura digital, evaluando sus beneficios y sus riesgos, y
haciendo un uso ético y responsable que contribuya a la mejora de la calidad de vida perso-
nal y colectiva.
• Aceptar la incertidumbre como una oportunidad para articular respuestas más creativas,
aprendiendo a manejar la ansiedad que puede llevar aparejada.
• Cooperar y convivir en sociedades abiertas y cambiantes, valorando la diversidad personal y
cultural como fuente de riqueza, e interesándose por otras lenguas y por otras culturas.
• Sentirse parte de un proyecto colectivo, tanto en el ámbito local como en el global, desarro-
llando empatía y generosidad.
• Desarrollar las habilidades que le permitan seguir aprendiendo a lo largo de la vida, desde la
confianza en el conocimiento como motor del desarrollo, y la valoración crítica de los riesgos
y de los beneficios de este último.
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riencias de aprendizaje pertinentes y satisfactorias en la infancia, en la juventud
y en la edad adulta. De ahí que una mayoría de países haya emprendido o esté
en proceso de emprender reformas de sus respectivos currículos hacia enfo-
ques basados en las competencias, que permiten al alumnado de todas las eda-
des desarrollar competencias para hacer frente a los desafíos actuales y futuros,
lo que —paralelamente— exige que los currículos sean sistemas de aprendizaje
permanente, capaces de renovarse y de innovar constantemente.
Así pues, la finalidad última del cambio curricular que proponemos no es otra
que transformar las experiencias de aprendizaje en las aulas que contribuyan a
desarrollar modos de vida sostenibles.
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La nueva estructura curricular obedece, en gran medida, a tres razones:
1. Eliminar las barreras creadas por la LOMCE para que el alumnado pueda
ejercer su derecho a una efectiva igualdad de oportunidades de aprendizaje.
2. Actualizar el perfil competencial de las personas que concluyan la enseñanza
obligatoria, siguiendo las orientaciones de la Unión Europea y de otros orga-
nismos internacionales.
3. Incorporar a los contenidos de las diferentes áreas, de las distintas materias y
de los diversos ámbitos la nueva cultura relevante surgida de la necesidad de
crear modos de vida sostenibles (tal y como ha reconocido la ONU en la
Agenda 2030; en concreto en el ODS 4).
Pues bien, las tres razones están profundamente relacionadas entre sí. De he-
cho, la posibilidad de superar las barreras depende del modo en que se resuel-
van las razones 2 y 3.
Tal y como queda definida en los avances de cada uno de los reales decretos, la
nueva estructura curricular consta de cuatro elementos, cada uno de los cuales
ocupa un lugar diferente en la estructura y cumple una función diferente. Estos
cuatro elementos aparecen representados en el Gráfico 3.1.
Objetivos Saberes
y competencias básicos
Estructura
curricular
Principios Situaciones
de aprendizaje
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Así, la nueva estructura curricular no solo incorpora un enfoque competencial y
un enfoque disciplinar, sino que, además, incluye una visión de la transversali-
dad que contribuye a singularizar el currículo real de los centros educativos.
Estos tres enfoques son la base de la nueva estructura, y su convergencia en una
sola estructura supone que en el proceso de transposición didáctica, que va a
convertir el currículo prescrito en el currículo escolar, el profesorado tendrá que
emplear un complejo cálculo de criterios muy alejado de cualquier intento de
«deducir» una determinada práctica educativa de uno de los enfoques o de una
síntesis apresurada de ellos. Dicho de otra forma, los objetivos y las competen-
cias (lo que podríamos considerar aprendizajes esenciales), los saberes básicos
y los principios son la matriz generadora de las situaciones de aprendizaje. Sin
olvidar otro elemento que, si bien está presente en el preámbulo del real decre-
to, no aparece entre sus principios pedagógicos: el Diseño Universal de
Aprendizaje (DUA).
En cuanto a las situaciones de aprendizaje, son el único elemento no prescripti-
vo que aparece en la norma y conforman la base sobre la que el alumnado po-
drá alcanzar los niveles de dominio en cada una de las competencias clave. El
reto al que se enfrentan los centros educativos, de acuerdo con lo previsto en la
LOMLOE, es crear situaciones de aprendizaje inclusivas partiendo de la estruc-
tura curricular prescrita por las administraciones públicas. Pues bien, para com-
prender y para valorar hasta qué punto la estructura prescrita puede facilitar o
dificultar la generación de situaciones de aprendizaje inclusivas, es preciso ana-
lizar detenidamente la nueva estructura y prestar mucha atención al modo en
que se han alineado cada uno de los elementos.
No obstante, debemos hacer una mención especial en relación con el denomi-
nado «perfil de salida», dado que este concepto ocupa un lugar muy relevante
en la configuración de la enseñanza obligatoria. El «perfil de salida» de la ense-
ñanza básica se considera la herramienta clave que ha de dar continuidad, co-
herencia y cohesión a la progresión de cada alumna o alumno en el desempeño
competencial entre las etapas que integran la enseñanza básica del sistema
educativo: la Educación Primaria, la Educación Secundaria Obligatoria y los
Ciclos Formativos de Grado Básico.
«El Perfil de salida del alumnado al término de la enseñanza básica es la herra-
mienta en la que se concretan los principios y fines del sistema educativo espa-
ñol referidos a dicho periodo. El perfil identifica y define, en conexión con los
retos del siglo XXI, las competencias clave que se espera que las alumnas y los
alumnos hayan desarrollado al completar esta fase de su itinerario formativo»
(Borrador del RD de Enseñanzas Mínimas para la ESO. Anexo).
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cias específicas de área y los criterios de evaluación asociados a cada una de las
competencias. Estos cuatro formatos constituyen un solo elemento en la medi-
da en que cada uno de ellos se construye como una concreción del elemento
inmediatamente anterior (ver Gráfico 3.2).
Objetivos de etapa
Competencias clave
(perfil de salida)
Competencias específicas
de área
Criterios de evaluación
de las competencias específicas
Gráfico 3.2. Relación entre los diferentes elementos que configuran los aprendizajes esenciales.
En consonancia con esta visión podríamos considerar que los objetivos de eta-
pa, las competencias y los criterios de evaluación conforman los aprendizajes
que contribuyen al logro y al reconocimiento del «perfil de salida». Pues bien,
teniendo en cuenta que el perfil de salida» es la referencia obligada tanto para
la promoción como para la titulación, podríamos definir este conjunto de apren-
dizajes como «aprendizajes esenciales».
De acuerdo con esta definición, los elementos didácticos que configuran las áreas
curriculares cumplen la función de dotar de contenido a esos aprendizajes (sabe-
res básicos), facilitando su concreción y su contextualización (competencias espe-
cíficas) y permitiendo su reconocimiento y su valoración (criterios de evaluación).
Teniendo en cuenta esta distribución de funciones entre los elementos que con-
figuran los elementos prescriptivos del currículo, se hace evidente que los
«aprendizajes esenciales» constituyen la base para la adaptación del currículo a
las singularidades del alumnado, así como de los informes de promoción del
alumnado y de los informes para el alumnado que no obtengan titulación, así
como podría ser también un referente muy importante para las evaluaciones de
diagnóstico.
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En este sentido, la cuestión más relevante que cada centro educativo debe con-
siderar es la alineación entre cada uno de los elementos que configuran los
«aprendizajes esenciales», dado que sin una alineación adecuada dejaría de ser
cierta la relación de mayor nivel de concreción que conecta cada uno de los ele-
mentos otorgándoles un sentido compartido. Llegados a este punto podemos
formular abiertamente una de las ideas fuerzas en el nuevo orden escolar: los
«aprendizajes esenciales» son la base sobre la que cada centro debe generar las
situaciones de aprendizaje y sobre la que ha de lograr el equilibrio entre inclusi-
vidad y comprensividad.
Cada uno de los elementos aporta al conjunto de los «aprendizajes esenciales»
un valor diferencial, como corresponde a su singularidad, pero lo verdadera-
mente significativo es el conjunto. Así, se considera que los objetivos de etapa
representan un conjunto amplio de capacidades que requieren para su logro un
cierto nivel de dominio de las competencias clave.
Las competencias deben ser entendidas como un desempeño, lo que significa
que no son una capacidad ni una habilidad… No es un «poder hacer» ni un «ser
capaz de», sino un hacer real. Es la resolución con eficacia de una tarea de la vi-
da real en un contexto determinado. En el nivel más alto de dominio de una
competencia está presente, además, un elemento original y creativo en la reso-
lución de esa tarea. Integra tres dimensiones: dimensión cognitiva —conoci-
mientos—, dimensión instrumental —destrezas— y dimensión actitudinal —ac-
titudes—. Las tres dimensiones deben estar presentes para que la competencia
desemboque realmente en un desempeño eficiente.
Por lo que se refiere a las competencias específicas, se podrían definir como
desempeños que el alumnado debe poder desplegar en actividades o en situa-
ciones de aprendizaje cuyo abordaje requiere los saberes básicos de cada área,
de cada ámbito o de cada materia. Las competencias específicas establecen los
objetivos del área, del ámbito o de la materia, y constituyen un elemento de
conexión entre las competencias y los saberes básicos correspondientes.
Esta forma de definir cada uno de los componentes de los «aprendizajes esen-
ciales» es deudora de una idea en la que no dejaremos de insistir: que el con-
junto, es decir, los «aprendizajes esenciales», es más que cada una de sus par-
tes, dado que se trata de un conjunto ordenado, no de un agregado de
elementos.
Siguiendo con esta visión, debería quedar claro que los criterios de evaluación
también aportan un valor diferencial: son los referentes que indican los niveles
de desempeño esperados en el alumnado en las situaciones o en las activida-
des a las que se refieren las competencias específicas de cada área, de cada
ámbito o de cada materia en un momento determinado de su proceso de
aprendizaje.
Todo lo escrito hasta el momento se podría resumir en una formula sencilla: los
«aprendizajes esenciales» se pueden definir como un conjunto ordenado de ca-
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pacidades, de competencias y de comportamientos, representados en cada
etapa por diferentes elementos didácticos.
AE = {Ca * Co * co} AE = {Oe * Cc * Ce * Cre}
Esta fórmula sintetiza, en gran medida, el proceso de construcción histórica de
nuestro sistema educativo y pone de manifiesto la verosimilitud de la imagen
que hemos propuesto en otro lugar para comprender mejor el actual sistema
educativo. Así, mientras que en las primeras reformas del currículo se hizo hin-
capié en los comportamientos, mediante la definición de objetivos operativos,
en la reforma curricular asociada a la Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de
Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE, 1990) se insistió en las ca-
pacidades, situando los objetivos de etapa como el vínculo de integración de
los objetivos de área. Finalmente, con la aprobación de la LOE, se incorporaron
las competencias básicas, un elemento curricular que se mantuvo con la LOMCE.
En este proceso de construcción, la LOMLOE incorpora la idea de «aprendiza-
jes esenciales», haciendo hincapié en el conjunto de elementos y, por tanto, fa-
voreciendo su integración dentro del mismo marco curricular.
En el Cuadro 3.2 se puede apreciar la relación entre los objetivos correspon-
dientes a la Etapa Secundaria Obligatoria y las competencias clave definidas
por la Unión Europea.
El sentido de este cuadro o matriz de relación es poner de manifiesto el modo
en que el dominio de cada una de las competencias clave contribuye a lograr
los objetivos de etapa. Sin embargo, lo que este cuadro no hace visible es la
relación entre los objetivos de etapa y el «perfil de salida» de cada una de las
etapas. Esta es una tarea pendiente que convendría que llevaran a cabo las ad-
ministraciones públicas o, en su defecto, otras entidades mediadoras, lo que
facilitaría, como material complementario, la tarea de los centros.
Este mismo Cuadro sirve de referencia para interpretar el «perfil de salida» del
alumnado en la medida en que este «perfil» pone de manifiesto un determina-
do nivel de dominio al concluir cada una de las etapas educativas. En el
Cuadro 3.2 puede verse un ejemplo del «perfil de salida» de la competencia
ciudadana en cada una de las etapas.
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CONCIENCIA Y EXPRESIÓN
PERSONAL, SOCIAL Y DE
APRENDER A APRENDER
EMPRENDEDORA
COMUNICACIÓN
CULTURALES
LINGÜÍSTICA
PLURILINGÜE
CIUDADANA
DIGITAL
STEM
La educación secundaria obligatoria con-
tribuirá a desarrollar en los alumnos y las
alumnas las capacidades que les permi-
tan:
Cuadro 3.2. Relación entre los objetivos de etapa y las competencias clave (Fuente: MEFP, 2021).
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Al completar la Educación Primaria, Al completar la enseñanza básica,
el alumno o la alumna… el alumno o la alumna…
CC1. Entiende los hechos históricos y sociales CC1. Analiza y comprende ideas relativas a la
más relevantes relativos a su propia identidad dimensión social y ciudadana de su propia
y cultura, reflexiona sobre las normas de convi- identidad, así como a los hechos sociales, his-
vencia, y las aplica de manera constructiva, tóricos y normativos que la determinan, de-
dialogante e inclusiva en cualquier contexto. mostrando respeto por las normas, empatía,
equidad y espíritu constructivo en la interac-
ción con los demás en diferentes contextos
socio-institucionales.
CC2. Participa en actividades comunitarias, la CC2. Analiza y asume fundadamente los prin-
toma de decisiones y la resolución de los con- cipios y valores que emanan del proceso de
flictos de forma dialogada y respetuosa con integración europeo, la Constitución española
los procedimientos democráticos en el marco y los derechos humanos y del niño, participan-
de la Unión Europea y la Constitución españo- do en actividades comunitarias, como la toma
la, los derechos humanos y del niño, el valor de decisiones o la resolución de conflictos, en
de la diversidad y el logro de la igualdad de actitud democrática, respeto por la diversidad,
género, la cohesión social y los Objetivos de y compromiso con la igualdad de género, la
Desarrollo Sostenible. cohesión social, el desarrollo sostenible y el lo-
gro de la ciudadanía mundial.
CC3. Reflexiona y dialoga sobre valores y pro- CC3. Comprende y analiza problemas éticos
blemas éticos de actualidad, comprendiendo fundamentales y de actualidad, considerando
la necesidad de respetar diferentes culturas y críticamente los valores propios y ajenos, y de-
creencias, cuidar el entorno, rechazar prejui- sarrollando sus propios juicios para afrontar la
cios y estereotipos, y oponerse a cualquier for- controversia moral con actitud dialogante, ar-
ma de discriminación y violencia. gumentativa, respetuosa, y opuesta a cual-
quier tipo de discriminación o violencia.
CC4. Comprende las relaciones sistémicas en- CC4. Comprende las relaciones sistémicas de
tre las acciones humanas y el entorno y se ini- interdependencia, ecodependencia e interco-
cia en la adopción de hábitos de vida sosteni- nexión entre actuaciones locales y globales, y
bles, para contribuir a la conservación de la adopta, consciente y motivadamente, un esti-
biodiversidad. lo de vida sostenible y ecosocialmente res-
ponsable.
Cuadro 3.3. Ejemplo del «perfil de salida» de la competencia ciudadana (Fuente: MEFP, 2021).
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información, de planificar, de tomar decisiones, de manipular objetos, de
ejecutar acciones… Se trata del «hacer».
3. Actitudes: las actitudes constituyen la dimensión actitudinal (valores, afectivi-
dad, emociones) de la competencia. Hacen referencia a una disposición po-
sitiva para la acción. Las actitudes están moduladas en cada persona por sus
valores, por sus principios, por sus experiencias e, incluso, por su mundo
afectivo y emocional. Las actitudes tienen que ver con aspectos volitivos de
la persona. Se trata del «querer».
Esta visión de los saberes básicos es la que se ha incorporado a la selección de
contenidos en las diferentes áreas y asignaturas, pero sin que la diferenciación
sea apreciable en los diferentes bloques o apartados de las áreas curriculares.
Esta ausencia, sin ser determinante, es importante por cuanto obliga a los cen-
tros educativos a ser muy cuidadosos con los elementos del contenido que se-
leccionan para el aprendizaje de las competencias específicas (Cuadro 3.4).
La presencia del bloque de «Retos del mundo actual» contribuye a que en todos los cursos se
preste especial atención a los desafíos y a los problemas del presente y de los entornos local y
global, destinado a despertar en el alumnado una mirada crítica y responsable. También se in-
cide en el desarrollo de procesos de aprendizaje relacionados con la sociedad de la informa-
ción y del conocimiento, que exigen una constante actualización y puesta al día, así como a
disponer de las habilidades y de las actitudes necesarias para actuar adecuadamente en las
plataformas digitales y en las redes de comunicación. A través de este enfoque basado en pro-
blemas sociales relevantes se pretende despertar la conciencia histórica sobre problemas, so-
bre conflictos y sobre incertidumbres actuales. De este modo se complementan las visiones
geográfica e histórica de la sociedad a través de su dinámica y de su evolución en el tiempo. Se
persigue con ello que los juicios propios y la capacidad de diálogo y de debate estén funda-
mentados y argumentados, previniendo la desinformación, la falta de criterio y las actitudes
intolerantes.
Esta difícil situación se hace mucho más evidente si tenemos en cuenta la relación
entre los saberes básicos, las competencias específicas y los criterios de evaluación.
Para ayudar a comprender esta dificultad, hemos seleccionado, en el Cuadro 3.5,
una competencia específica y los criterios de evaluación que podrían estar relacio-
nados con el bloque de contenidos que hemos presentado anteriormente.
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Competencia específica 3. Conocer los principales desafíos a los que se han enfrentado distin-
tas sociedades a lo largo del tiempo, identificando las causas y las consecuencias de los cam-
bios producidos y de los problemas a los que se enfrentan en la actualidad, mediante el de-
sarrollo de proyectos de investigación y a partir del uso de fuentes fiables, para realizar
propuestas que contribuyan al desarrollo sostenible.
Esta competencia específica se conecta con los siguientes descriptores del «perfil de salida»:
STEM3, STEM4, STEM5, CPSAA3, CC3, CC4, CE1, CCEC1.
Criterios de evaluación
3.1. Adquirir y construir conocimiento relevante del mundo actual y de la historia, a través de
procesos inductivos, de la investigación y del trabajo por proyectos, retos o problemas,
mediante la elaboración de productos que reflejen la comprensión de los fenómenos y de
los problemas abordados.
3.2. Identificar los principales problemas, retos y desafíos a los que se ha enfrentado la huma-
nidad a lo largo de la historia, los cambios producidos, sus causas y sus consecuencias, así
como los que, en la actualidad, debemos plantear y resolver en torno a los Objetivos de
Desarrollo Sostenible.
3.3. Representar adecuadamente información geográfica e histórica a través de diversas for-
mas de representación grafica, cartográfica y visual.
3.4. Utilizar una secuencia cronológica con objeto de examinar la relación entre hechos y pro-
cesos en diferentes períodos y lugares históricos (simultaneidad y duración), utilizando
términos y conceptos apropiados.
3.5. Analizar procesos de cambio histórico de relevancia a través del uso de diferentes fuentes
de información, teniendo en cuenta las continuidades y las permanencias en diferentes
períodos y lugares.
Cuadro 3.5. Ejemplificación del modo en que se definen las competencias específicas y de su
relación con las competencias clave y con los criterios de evaluación.
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cipios pueden condicionar, en gran medida, la elección de los métodos y de las
técnicas de enseñanza. En el Cuadro 3.7, puede verse un ejemplo de este tipo
de principios.
1. Los centros elaborarán sus propuestas pedagógicas para todo el alumnado de esta etapa
atendiendo a su diversidad. Asimismo, arbitrarán métodos que tengan en cuenta los dife-
rentes ritmos de aprendizaje del alumnado, favorezcan la capacidad de aprender por sí
mismos y promuevan el trabajo en equipo.
2. En esta etapa se prestará una atención especial a la adquisición y el desarrollo de las com-
petencias establecidas en el «perfil de salida» del alumnado al término de la enseñanza
básica y se fomentará la correcta expresión oral y escrita y el uso de las matemáticas. A fin
de promover el hábito de la lectura, se dedicará un tiempo a la misma en la práctica do-
cente de todas las materias.
3. Para fomentar la integración de las competencias trabajadas, se dedicará un tiempo del
horario lectivo a la realización de proyectos significativos y relevantes y a la resolución cola-
borativa de problemas, reforzando la autoestima, la autonomía, la reflexión y la responsa-
bilidad.
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posible el proceso que va desde la estructura hasta la situación de aprendizaje,
o lo que es lo mismo, el proceso que permite transformar el currículo prescrito
en currículo escolar. De este modo queremos poner también en evidencia
un hecho: todos los centros educativos en los que se imparta enseñanza de la
misma etapa tendrán el mismo currículo prescrito, pero no el mismo currículo
escolar. La razón es sencilla, los centros educativos parten de la misma estruc-
tura curricular, pero generan diferentes situaciones de aprendizaje para su
alumnado.
Para que la adquisición de las competencias sea efectiva, dichas situaciones deben estar bien
contextualizadas y ser respetuosas con las experiencias del alumnado y con sus diferentes for-
mas de comprender la realidad. Asimismo, deben estar compuestas por tareas complejas cuya
resolución conlleve la construcción de nuevos aprendizajes. Con estas situaciones se busca
ofrecer al alumnado la oportunidad de conectar y de aplicar lo aprendido en contextos cerca-
nos a la vida real. Así planteadas, las situaciones constituyen un componente que, alineado con
los principios del Diseño Universal de Aprendizaje (DUA), permite aprender a aprender y sentar
las bases para el aprendizaje a lo largo de la vida, fomentando procesos pedagógicos flexibles
y accesibles que se ajusten a las necesidades, a las características y a los diferentes ritmos de
aprendizaje del alumnado.
El diseño de estas situaciones debe suponer la transferencia de los aprendizajes adquiridos
por parte del alumnado, posibilitando la movilización coherente y eficaz de los distintos cono-
cimientos, de las distintas destrezas y de las diversas actitudes propios de esta etapa. Las situa-
ciones deben partir del planteamiento de unos objetivos claros y precisos que integren diver-
sos saberes básicos. Además, deben proponer tareas o actividades que favorezcan diferentes
tipos de agrupamientos, desde el trabajo individual al trabajo en grupos, permitiendo que el
alumnado asuma responsabilidades personales y actúe de forma cooperativa en la resolución
creativa del reto planteado. Su puesta en práctica debe implicar la producción y la interacción
verbal, e incluir el uso de recursos auténticos en distintos soportes y formatos, tanto analógicos
como digitales. Las situaciones de aprendizaje deben fomentar aspectos relacionados con el
interés común, la sostenibilidad o la convivencia democrática, esenciales para que el alumnado
sea capaz de responder con eficacia a los retos del siglo XXI.
Una vez expuestos los elementos que configuran la nueva estructura curricular
creemos que es mucho más fácil que tanto las administraciones educativas co-
mo las organizaciones privadas o los centros educativos puedan comprender y
valorar mejor sus fortalezas y sus debilidades. En todo caso, es evidente que
queda mucho trabajo por hacer y que en esa tarea resulta esencial que los
agentes educativos puedan aprovechar las ventajas que ofrecen las innovacio-
nes educativas generadas en las últimas décadas para lograr que la estructura
curricular contribuya a la mejora del currículo que cada centro educativo ofrece-
rá a su alumnado.
22
• Luhmann, N., y Schorr, K. E. (1993): El sistema educativo (problemas de re-flexión).
México: Universidad Iberoamericana.
• Moya, J., y Zubillaga, A. (2020): Un currículo para un mundo sostenible:
#ODS2030. Madrid: Anaya.