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La psicoterapia estructural
de Minuchin
Existe toda una rama de la terapia familiar que se reúne en torno a la obra del médico de
origen argentino Salvador Minuchin, conocida como terapia estructural. Se basa en el estudio de
la estructura de la familia, es decir, de cómo están repartidas esas funciones (la estructura
interna) y de la forma en que la familia se relaciona con el exterior (cómo son los límites de la
estructura). Hay estructuras que funcionan bien y otras que son potencialmente disfuncionales,
de modo que es posible recorrer la trayectoria de un síntoma o un trastorno a través del análisis
de la estructura familiar. La disfuncionalidad puede radicar en la poca claridad de los límites, o
en lo férreo de los mismos, o en que los papeles de cada uno no estén claros, o en que unos
miembros hayan asumido papeles que no les corresponden, o porque existen alianzas o
antagonismos que perjudiquen a otros.
En los años 60, Minuchin dirigía una investigación en la Wiltwyck School de Nueva York,
un centro dedicado a niños afroamericanos con problemas sociales graves, y buscaba una teoría
que pudiera dar cuenta de lo que observa en la red social de estos niños. Sus ideas, que devienen
finalmente en su propuesta terapéutica estructural, parten de un estudio sociológico, pues lo que
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Yolanda Alonso · Departamento de Psicología · Universidad de Almería
TERAPIAS PSICOLÓGICAS I
Terapias sistémicas: Terapia estructural.
La estructura familiar
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Minuchin, S. (1974/1979). Familias y terapia familiar. Barcelona: Gedisa. Véase también Minuchin, S; Rosman,
B; y Baker, L. (1979). Psychosomatic Families. Cambridge, Mass: Harvard University Press.
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TERAPIAS PSICOLÓGICAS I
Terapias sistémicas: Terapia estructural.
Los conceptos con que se describe a las familias en términos estructurales son:
Los subsistemas. La familia como sistema más grande engloba subsistemas menores.
Son subsistemas naturales los formados por los padres, por la pareja (estos dos son
funcionalmente diferentes, aunque suelan estar integrados por las mismas dos personas), y por
los hijos. Los subsistemas pueden funcionar en calidad de alianza (dos personas actúan de
acuerdo para obtener beneficio mutuo o apoyarse mutuamente). Son deseables las alianzas
parentales y de pareja y también las constituidas por hermanos que comparten una afición o
colaboran para algún fin. También pueden darse alianzas entre miembros de generaciones
diferentes, movidos por algún interés y objetivo común. También pueden tomar la forma
potencialmente disfuncional de antagonismos, en los que en lugar de cuidado mutuo habría
hostilidad y ataques. La situación más indeseable es aquella en la que existe una colusión2, que
consiste en la unión de dos para dañar a un tercero. Por regla general, las alianzas y
antagonismos se establecen independientemente de los objetivos: la gente se lleva mal o bien
independientemente del tema o del objetivo. Si dos se llevan mal, se llevarán la contraria sea
cual sea la cuestión a debate.
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Término que proviene del derecho y alude a un pacto ilícito que daña a un tercero. Con frecuencia se ha
venido llamando a esto coalición, aunque este término carece de la connotación negativa que se quiere
expresar.
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TERAPIAS PSICOLÓGICAS I
Terapias sistémicas: Terapia estructural.
ciertos momentos deseables.3 Lo que sí es cierto es que ese tipo de límites se suelen encontrar
en familias que no funcionan bien, y el tipo de problemas a los que se asocian van desde los
celos, ansiedades de separación, agresiones, evitaciones de conflictos hasta patologías más
graves.
Las jerarquías. Está en una relación jerárquica aquel grupo de personas en el que uno
dice al otro más lo que tiene que hacer, que el otro al uno. Jerarquía significa en definitiva
reparto asimétrico de libertades, tanto para actuar como para pensar. El concepto de jerarquía
es útil para determinar cómo se distribuyen los derechos y obligaciones y cómo definen la
posición de las personas que integran el sistema. Existen repartos de jerarquías disfuncionales,
como las inversiones jerárquicas: alguien en una posición inferior intenta controlar al que está
por encima. Las jerarquías definen las relaciones de poder y por lo tanto diferencia los papeles
de padres e hijos y los límites entre las generaciones. Una forma de inversión jerárquica es la
parentalización, que consiste en la asunción de roles de adulto por parte de un hijo, cuando
alguno de los progenitores está ausente o existe dejación de funciones.
Lo que Minuchin y sus colaboradores llaman estructura tiene mucho que ver con el
concepto de regla, de rutina, y se deduce de las pautas de interacción que se repiten y son
predecibles. “Estas pautas reflejan las afiliaciones, tensiones y jerarquías importantes en las
sociedades humanas y confieren significado a la conducta y las relaciones … Las pautas
organizadas son la expresión de reglas implícitas”4. Más adelante añaden: “Dado que definen las
expectativas y los límites, los miembros de la familia saben lo que está permitido y lo que no lo
está5”. En efecto, lo que Minuchin llama límites vendrían a ser reglas de reserva y de
participación: los deberes y derechos de los miembros de la familia a la hora de conocer las
actividades de los demás y a participar en ellas. Otras reglas se refieren a la autoridad o el
control (jerarquías), que atañe a los deberes y obligaciones de restringir o de aceptar la libertad
de acción. Otras más se refieren a procurar beneficios, cuidados o protección.
La palabra estructura sugiere algo estático, pero sólo si nuestra observación es puntual.
La estructura está en constante transformación, sujetas como están las familias a cambios
constantes.
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Por ejemplo, la relación deseable entre un bebé y su cuidador debe ser “aglutinada”, en el sentido de que no
existen límites entre cuidador-bebé (por la supervivencia de éste) y el cuidador está permanentemente
involucrado en las actividad básica del bebé.
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Minuchin, Colapinto y Minuchin 1998 p 27
5
Op cit p 29
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Terapias sistémicas: Terapia estructural.
Subsistemas peligrosos
Las familias son más o menos funcionales, funcionan mejor o peor. Las familias más
funcionales serán capaces de adaptarse frente a las crisis (situaciones nuevas que exigen
cambios), mientras que otras aumentaran la rigidez de sus pautas y la de sus fronteras, de forma
que les resulta difícil explorar alternativas y hacer cosas nuevas. En último término, la visión de
la terapia estratégica nos suele remitir al concepto de “homeostasis”, en la que los movimientos
observados en las interacciones redundan finalmente en la conservación de lo que hay.
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Terapias sistémicas: Terapia estructural.
padre, que se siente relegado, y opta por salir más con sus amigos y volver en ocasiones con alguna
copa de más. Por su parte, la madre de Marta se queja desde el principio de que su marido no la
ayuda lo suficiente con el cuidado de la niña, y que toda la carga de la crianza y de la casa descansa
sobre ella, que trabaja fuera de casa también. Su vida sexual ha sido también muy escasa y señal de
que algo va mal entre ellos, y hasta el momento, el insomnio de la niña es una buena forma de
mantener ese problema entre paréntesis. Ahora las cosas van a cambiar mucho porque un
hermanito de Marta está a punto de nacer, y ella debe abandonar la cama de mamá para ceder el
paso al recién nacido. Poco antes de nacer su hermano, y después de haberla convencido su madre
de que tenía que volver a dormir en su cama (en vista de lo que se avecinaba), una noche Marta dio
un buen susto a sus padres: en el transcurso de un resfriado sufrió una ataque de tos muy fuerte y,
tan difícil le resultaba respirar que terminaron en urgencias. Los médicos les dijeron que podía
tratarse de un episodio asmático. Asustados, los padres siguen las instrucciones del pediatra a
rajatabla, observándola bien y permaneciendo atentos a la posible aparición de una nueva crisis.
No ocurre nada más hasta que le hermanito tiene 3 meses, cuando una noche Marta dice que no
puede respirar bien y vuelven a oírse silbidos en sus pulmones. La madre se carga otra vez con la
responsabilidad del cuidado nocturno trayéndose a la niña de nuevo a la cama matrimonial. Su
marido esta vez es fácil de convencer, porque como ella debe levantarse cada noche para dar el
pecho al bebé y eso interrumpe su descanso, accede sin apenas resistencia. Con el tiempo, los
ataques de asma de Marta se hacen más frecuentes y siempre tiene cerca el inhalador presurizado.
Cuando Marta se pone a buscarlo, los padres se unen inmediatamente en su atención a la niña. El
resto del tiempo el padre sigue más bien ausente, y la madre tiene mucho trabajo con el bebé, así
que Marta no recibe mucha atención genuina, sólo cuando la acompaña su ataque de asma. Los
padres son poco atentos a las necesidades de la niña, sólo a las señales de si sus pulmones marchan
bien o no. Por lo demás, la madre tiende a resaltar la relevante y lo fatigoso del cuidado del bebé,
ya que así resalta la desatención de su marido, de modo que la vida familiar se dibujando en torno
al cuidado del bebé y la preocupación por Marta, asuntos ambos sobre los cuales la madre lleva la
voz cantante.
Si en una familia existe un miembro, generalmente un hijo, que padece una disfunción
orgánica específica, o es fisiológicamente vulnerable, ello puede ser utilizado como vehículo de
las relaciones familiares, y como protección del equilibrio familiar. La disfunción adquiere así
una función de aglutinador de la familia o estabilizador de los conflictos. Minuchin llama a esto
“tríada desviadora-asistidora”, en la cual los padres enmascaran sus diferencias volcándose en la
sobreprotección del hijo enfermo. Lo que caracteriza a estas familias, con miembros que
padecen enfermedades psicosomáticas, sería según Onnis (1990):
Rigidez. Aspecto que con más frecuencia caracteriza a los sistemas patológicos. La familia
es particularmente resistente al cambio, sus relaciones con el exterior son escasas y se busca la
conservación de la propia homeostasis.
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TERAPIAS PSICOLÓGICAS I
Terapias sistémicas: Terapia estructural.
En base a estas informaciones, se intentan introducir pautas nuevas que consigan una
estructura diferente. Entre otras cosas, se intenta no patologizar, y presentar el síntoma a la
familia como dotado de sentido dentro del esquema familiar actual. Esto supone un
cuestionamiento de la forma en que la familia ha entendido los síntomas hasta el momento, y
supone un desafío para la familia y un cambio de visión. Los terapeutas estructurales trabajan
mucho con el cuestionamiento, la redefinición y la inducción terapéutica de crisis.
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