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1Taller N° 4/5/6

LISBETH STHEFANIA PALADINES

Universidad del Cauca


Ciencia Política
Epistemología de las ciencias sociales
Wallerstein, Inmanuel Maurice. (2004). “La contribución histórica de las ciencias

sociales desde el siglo XVIII hasta 1945”. Abrir las ciencias sociales: informe de la

Comisión Gulbenkian para la reestructuración de las ciencias sociales. FCE.

México, 2004. pp. 3-36

Historia de las ciencias sociales


En los siglos XVII y XVIII La ciencia natural derivaba del estudio de la mecánica
celeste, en un principio los que intentaban establecer la legitimidad y prioridad de la
búsqueda científica de las leyes de la naturaleza no separaban la filosofía y la ciencia. Y
en la medida en que los diferenciaban los pensaban como aliados en la búsqueda de la
verdad secular, pero a medida que el trabajo experimental y empírico tuvieron más
relevancia para la ciencia, la filosofía para los científicos naturales reemplazó a la
teología, culpable de afirmaciones a priori de verdades imposibles de poner a prueba. A
comienzos del siglo XIX el conocimiento como era conocido ya había perdido el
sentimiento que eran dos esferas separadas pero iguales, cambiando a un aspecto más
jerárquico, donde estaba el conocimiento cierto y un conocimiento imaginado o
imaginario. En la misma época el triunfo de la ciencia fue consagrado por la lingüística
porque el término ciencia pasó a ser identificado con la ciencia natural donde ya tuvo una
legitimidad socio-intelectual totalmente separada y además en oposición a la filosofía.
La ciencia natural era mucho más constituida que su alternativa porque los científicos
sociales no estaban de acuerdo en un único nombre, en la cual para unos eran artes, a
veces humanidades, a veces letras, también filosofía y por último la cultura, en donde ha
tenido distintos rostros y variables, con incoherencias internas que no ha permitido a sus
practicantes a defenderse de las autoridades porque no presentaban resultados prácticos.
La constante lucha epistemológica sobre lo que era conocimiento válido no era solo una
lucha sobre quien iba a controlar el conocimiento sobre la naturaleza, sino que quien
controlaría el conocimiento del mundo humano.
Desde el siglo XVIII surgieron nuevas categorías sobre el conocimiento, pero tales
categorías no estaban definidas y sus fronteras eran inciertas. Los filósofos sociales
hablaron del físico social y los pensadores europeos comenzaron a reconocer los distintos
tipos de sistemas sociales en el mundo, que tenían que ser explicados y las universidades
revivieron a finales de este siglo y comienzos del XIX como sede institucional para la
creación del conocimiento, donde sufrió la facultad de teología donde perdió relevancia y
casi desaparece, siendo reemplazada por departamentos de estudios religiosos dentro de
las facultades de filosofía. La facultad de medicina conservó su papel dentro del
conocimiento científico aplicado. Principalmente dentro de las facultades de filosofía y
de derecho donde se formaron las modernas estructuras del conocimiento.
En el siglo XIX la historia intelectual estuvo marcada por la disciplinarización y
profesionalización del conocimiento, para producir nuevos conocimientos y a los
productores de los mismos. Las ciencias naturales no contaban con la resurrección de la
universidad para formar una vida institucional libre, porque eran capaces de mostrar
resultados. En los siglos XVII y XVIII las academias reales y las grandes escuelas
creadas por Napoleón, plasmaban el apoyo de los gobiernos hacia las ciencias sociales.
La Revolución Francesa provocó un trastorno cultural clarificó el debate, pero la
transformación política y social adquirió una urgencia y legitimidad que no era fácil de
contener por medio de teorías sobre un supuesto orden natural de la vida social, era
necesario estudiarlo y comprender las normas que lo gobernaban.
A mediados del siglo XIX las bases de las divisiones internas de las ciencias sociales, la
diversificación intelectual reflejada en la estructura disciplinaria de las ciencias sociales
solo fue reconocida por las principales universidades en las formas que hoy conocemos
en un periodo comprendido entre 1850 y 1914, La creación de las diversas disciplinas de
ciencia social fue parte del intento general de obtener e impulsar el conocimiento objetivo
de la realidad con base a descubrimientos empíricos, en donde se intentaba aprender la
verdad y no inventarla o intuirla, y el proceso de esta actividad de conocimiento no fue ni
simple ni directo. En un principio no se sabía si esa actividad era una sola o debía
dividirse en varias, y lo que menos estaba claro era si las ciencias sociales podrían ser
consideradas como una tercera cultura entre la ciencia y la literatura, y hasta ahora no han
tenido respuesta definitiva estas preguntas.
La actividad social durante el siglo XIX tuvo desarrollo en Gran Bretaña, Francia,
Alemania, Italia y Estados Unidos donde los estudiosos y mayoría de universidades
estaban en estos lugares, las obras que hay de este siglo se escribieron en estos países,
también se propusieron un gran conjunto de nombres de temas o disciplinas. Sin
embargo, para la Primera Guerra Mundial había un consenso en torno a unos cuantos
nombres los cuales eran: historia, economía, sociología, ciencia política y antropología.
La historia fue la primera ciencia social que alcanzó una existencia institucional
autónoma, aunque algunos historiadores rechazan el nombre de ciencia social en la
actualidad. Había una constante lucha entre la filosofía y la historia, pero esto acercó a la
historia y la ciencia como modos de conocimiento moderno, los historiadores rechazaban
la filosofía y en sus obras reflejaron el nuevo dominio de la ciencia en el pensamiento
europeo y anunciaron y propusieron con fuerza una postura idiográfica y antiteórica. En
la primera década del siglo XX la ciencia social en Alemania empezó a conformarse en
categorías disciplinarias se usaron en Gran Bretaña y en Francia. Para 1920 Max Webber
y otros fundaron la Sociedad Sociológica Alemana, donde la economía estaba establecida
en las universidades y nació la sociología como una nueva disciplina, y debía ser la reina
de las ciencias, integrada y unificada era positivista, pero en la práctica la sociología se
desarrolló en la segunda mitad del siglo XIX, porque la sociología se ha preocupado por
la gente común y por las consecuencias sociales de la modernidad.
En cuanto a la ciencia política surgió como disciplina, pero era resistida por las facultades
de derecho a renunciar al monopolio que tenía, pero los científicos políticos le dieron
gran importancia al estudio de la filosofía política o teoría política hasta la revolución
conductista del periodo posterior a 1945. La filosofía política permitió a la ciencia
política tomar posesión del patrimonio que se remontaba a los griegos y tenían autores
que tenían un lugar asegurado en los planes de estudio universitarios. La ciencia política
como disciplina separada respondía a un objetivo ulterior: dar legitimidad a la economía
como ciencia separada.
Este cuarteto de disciplinas tal como llegaron a ser parte de la universidad desde el siglo
XIX, no solo se practicaba en los cinco países mencionados, sino que describía la
realidad social de estos lugares. La creación del sistema mundial en Europa con los
pueblos del resto del mundo dividió dos tipos de pueblos y estructuras sociales donde
había pueblos donde no tenían datos, ni escritos o pertenecían a algún sistema político y
geográfico y estos pueblos se les llamaron tribus, dando origen a la antropología, donde
comenzó fuera de la universidad como práctica de los exploradores y funcionarios de las
potencias europeas y al igual que la sociología fue posteriormente institucionalizada
como disciplina universitaria aunque está apartada de las otras ciencias sociales que
estudiaban el mundo occidental.
La geografía fue fundada en las universidades alemanas como una nueva disciplina,
donde tenían los intereses de una ciencia social, pero se resistió a ser categorizada porque
se quiso acercar a las ciencias naturales gracias al interés por la geografía física y las
humanidades dentro de su preocupación por lo que se llamaba geografía humana.
Además, antes de 1945 la geografía intentó ser una disciplina consciente de carácter
mundial en su práctica, en su objeto de estudio, donde fue su virtud y su desgracia,
porque a finales del siglo XIX es estudio de la realidad social se fue dividiendo en
disciplinas separadas más clara y la geografía se convirtió en anacrónica. La psicología
también se separó de la filosofía para formarse como nueva forma científica, pero su
práctica en vez de ir por el campo social se fue hacia el campo médico, porque tenía una
relación con las ciencias sociales y siguió esa corriente gracias a los positivistas. Los
estudios legales tampoco llegaron a convertirse en ciencia social porque ya existía la
facultad de derecho y su plan de estudios estaba dedicado a preparar abogados, los
científicos sociales veían a la jurisprudencia con escepticismo, por ser muy normativa y
sin raíces en la investigación empírica, la ciencia política se apartó del análisis de las
leyes y su historia para analizar las reglas abstractas.
La mayoría de las ciencias sociales nomotéticas acentuaba ante todo los que las distinguía
de la disciplina histórica, los científicos sociales nomotéticos querían separar sus terrenos
unos de otros. Pero en 1945 la variedad de disciplinas que conforman las ciencias
sociales estaba institucionalizada en la mayoría de universidades en el mundo entero, en
los países fascistas y comunistas hubo resistencia, incluso rechazo, pero al fin de la
Segunda Guerra Mundial se adhieren alemanes e italianos y a fines de la década de 1950
se unió los países del bloque soviético, donde las ciencias sociales ya estaban definidas y
distinguidas de las ciencias naturales porque las humanidades estudiaban la producción
cultural mental y espiritual de las sociedades humanas mientras que las ciencias naturales
estudiaban sistemas no humanos.
Desde 1945 las ciencias sociales tres procesos afectaron profundamente la estructura de
las ciencias sociales, siendo el primero el cambio en la estructura política del mundo,
donde los Estados Unidos salieron fortalecidos de la Segunda Guerra Mundial
económicamente, en un mundo definido geopolíticamente por la Guerra Fría entre
Estados Unidos y la URSS y la reafirmación históricas de los pueblos no europeos del
mundo. El segundo se refiere al hecho que en los 25 años después a 1945 el mundo tuvo
la mayor expansión de su población y su capacidad productiva jamás conocida, que
incluyó una ampliación de las actividades humanas, y el tercero fue la consiguiente
expansión extraordinaria tanto cuantitativa como geográfica del sistema universitario en
todo el globo lo que condujo a la multiplicación del número de científicos sociales
profesionales, donde cada una de estas realidades sociales planteaba un problema para las
ciencias sociales tal como han sido establecidas históricamente.
La estructuración institucional de las ciencias sociales no era aún completa, estudiosos e
instituciones estadounidenses la estimularon de manera directa e indirecta siguiendo el
modelo de tendencia nomotética dentro de las ciencias sociales, la gran inversión pública
y privada en investigación científica dio un polo de desarrollo científico una gran ventaja
sobre las orientaciones menos rigurosas y encaminadas hacia la política. La expansión
económica revalidó la legitimación mundial en las ciencias sociales de los paradigmas
científicos subyacentes a las realizaciones tecnológicas que los apoyaban. Pero el
dominio político de Occidente sobre el resto del mundo se estaba terminando y al mismo
tiempo el ingreso de nuevas voces en escena no solo desde la política sino desde la
ciencia social.
Está claro que la división tripartita entre las ciencias sociales, ciencias naturales y las
humanidades ya no es tan notoria como antes. Además, las ciencias sociales tienen la
impresión de ya no ser un pariente pobre, desgarrado entre los dos clanes polarizados de
las ciencias naturales y las humanidades: y ha pasado a ser el sitio de su potencial
reconciliación.

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