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UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
ALDEA UNIVERSITARIA MARISCAL SUCRE
ESPECIALIDAD: PSICOLOGÍA SOCIAL
UNIDAD CURRICULAR: TEORÍAS PSICOLÓGICAS I
RESUMEN
Existen corrientes o escuelas de psicología que aportan estudios para comprender al ser
humano en diferentes contextos, sin embargo para este trabajo investigativo solo se han
seleccionado seis de estas escuelas que contribuyen al conocimiento de los estudiantes del
curso Teorías Psicológicas I, Trayecto I del tramo I, de la carrera Psicológica con la guía y
orientación de la Profa. Rosa Ortiz.
El estudio investigativo psicológico en Teorías Psicológicas I, contribuye al conocimiento
científico teórico que se requiere para el aprendizaje correspondiente al trabajo de campo, en
el que el estudiante debe de comprender, interpretar, racionalizar y generalizar y concientizar
conceptos para su intelecto que le den un enfoque más profundo intelectualmente en su
desempeño tanto como en su proceso como estudiante y desarrollo profesional que requiere la
psicología donde el conocimiento sobre las diferentes corrientes son primordiales por las
tendencias que existen hasta hoy, y son las que han contribuido al aprendizaje del
razonamiento profundo para poder comprender la salud mental y emocional de las personas,
así como también con su entorno en el que convive y se desarrolla individualmente como en
grupos sociales.
Sin embargo, cada escuela o corriente es diferente a la otra, aunque algunas tengan aportes
de las otras o casi todas, su clasificación depende de diferentes maneras de sus estudios,
experimentos y métodos, ya que mientras que una se dedica al estudio de la mente, psiquis
(pensamiento y su función y como lo hace), otra se dedica al estudio del comportamiento
(como se relaciona mente y cuerpo), otras a los ambientes en el que convive el ser humano,
también tenemos aquellas que sus teorías que van dirigidas al deporte, al crecimiento vital,
está la educativa, organizacional, está la psicología social que de alguna manera toma un poco
de cada una para comprender al sujeto e su forma de pensar y actuar en el ambiente, existe
también la denominada psicología latinoamericana entre otras., todas estas pertenecientes a
una escuela en particular como son: humanista, conductista, cognitiva, la Gestalt, tenemos la
escuela de psicoanálisis, y la Latinoamericana, que son las que estarán presentes para este
trabajo investigativo, en los que se toman en cuenta su métodos, hipótesis, datos objeto de
estudio, técnicas que le dan sustentos a la investigación para luego ser explicada con detalle en
la que se dan a conocer los procesos que conllevan a interpretar los descubrimientos
alcanzados por medio de la indagación paso a paso con cautela, ya que en psicología no puede
haber margen de error por tratarse del estudio principalmente sobre el ser humano sea en el
contexto que sea.
Se inicia el estudio con un cuadro resumen de las seis escuelas a investigar
El Gestaltismo se basa, pues, en una reflexión fenomenológica sobre "lo vivido" y afirma
que, en la percepción humana, la totalidad es vivida antes que las partes que la forman, y que
el valor de cada parte depende de su participación en el conjunto. La "Gestalt" (o "forma") es
justamente el modo en que las partes se encuentran dispuestas en el todo. Procurando
desarrollar estudios significativos sobre la conducta humana. Podemos sintetizar sus criterios
básicos en los siguientes enunciados:
- hay que considerar al hombre como una entidad indivisible; - no hay que
descomponer analíticamente la conducta ni el psiquismo; - la acción del cerebro
desarrolla un complejo campo de interrelaciones en continuo fluir; - el hombre percibe
su entorno en forma de unidades complejas e integradas, o sea como "Gestalt" o formas
utilizadas, con pautas estructuradas y organizadas; - la formación de esas estructuras
depende de factores tales como - la similitud de los elementos presentes; - la
proximidad, contigüidad, etc.; - la dirección: origen, trayectoria, destino; - la
percepción está regida por dos leyes: - la "ley de cierre", según la cual el observador
humano tiende a cerrar o "completar" las pautas parciales o fragmentadas; - la "ley de
concisión", según la cual el hombre tiende a estructurar sus percepciones según la
forma más simple y "mejor"; -
La TEORÍA DEL CAMPO ("Field Theory") es principalmente obra de uno de los creadores
de la "Gestaltpsychologie", Kurt Lewin (1890-1947), psicólogo alemán emigrado a los
EE.UU. cuando se produjo el advenimiento del nazismo. Fue profesor en Berlín y luego en
varias universidades norteamericanas. Según sus propias palabras, "...difícilmente cabe llamar
teoría a la teoría del campo...más exacto es denominarse método...un método para analizar las
relaciones causales y erigir construcciones científicas". Lewin parte de un enfoque gestaltista
ortodoxo, tomando en consideración la situación total del individuo, su "espacio vital", que es
psicológico, cercado por el entorno físico (con el que interactúa) y definido en términos de
presente. Para armar su modelo (con un sentido más descriptivo y heurístico que explicativo)
toma muchas ideas y elementos del lenguaje de la Geometría Topológica y del Análisis
Vectorial, pero no los combina en una estructura matemática formal, sino que los usa
libremente, de acuerdo a sus necesidades.
Sobre ese modelo topológico, más bien estático, K. Lewin introduce el dinamismo
psicológico por medio de "vectores" que indican los movimientos de aproximación o
alejamiento de la persona, de acuerdo a las valencias (positivas o negativas) de esas regiones.
La personalidad, en este modelo, es un "sistema de regiones"; su diferenciación individual se
explica en términos de cambios de región, de fuerza de vectores, de situación de fronteras, etc.
D. Cartwright y A. Zander agrupan en cinco áreas los estudios hechos sobre dinámica de
grupos: - cohesión del grupo; - presiones y criterios del grupo; - motivos individuales y
finalidades del grupo; - dirección ("leadership") y logros del grupo ("performance"); -
propiedades estructurales de los grupos. Otros temas que aparecen en la bibliografía
especializada como son: - los campos de fuerza ("power fields"); - los conflictos internos del
grupo; - las comunicaciones intra e intergrupales. Se han realizado muchos estudios sobre este
tema para tratan de establecer la interrelación de algunos factores y elementos componentes de
los grupos, tales como: - estratificación social y cohesión grupal; - dirección autoritaria y
uniformidad grupal; - efectos de las interrupciones sobre la actividad del grupo; - posición del
dirigente, ambiente grupal y comunicación, este temario da una idea clara de sus contenidos y
también de las afinidades y sugerencias que presenta para las ciencias sociales en general y
para la Ciencia Política en particular. En este último caso, la dinámica de grupos se ha
mostrado especialmente útil para el análisis de la estructura y dinámica de los comités y otros
grupos decisorios, vale decir, en estudios de micro política, más que en estudios de nivel
macro político.
Los mensajes llegan a nosotros "tamizados" por los valores colectivos de nuestro grupo de
pertenencia. En la medida en que valoramos nuestra pertenencia al grupo, nos sentimos
obligados a adoptar sus valores. Todo mensaje acorde con ellos tiene buena acogida, y si es
contrario, encuentra una fuerte oposición. Kurt Lewin solía decir, en ese sentido, que es más
fácil hacer cambiar de opinión a un grupo que a un individuo. Ahora bien, al parecer la única
técnica adecuada para lograr esto es la "discusión en grupo", que está en las antípodas de las
técnicas de difusión masiva... Con respecto a éstas, un importante corolario que deriva de las
experiencias antedichas es que el mensaje difundido por los medios de comunicación de masas
tiene por efecto reforzar las opiniones preexistentes, más bien que hacer aceptar nuevas
opiniones. Otra consecuencia es que se puede lograr una acción más precisa y eficaz del
individuo si se logra clarificar y reforzar su pertenencia al grupo.
Volvamos al tema del cambio de opinión en los grupos, porque allí encontramos otra
cuestión de relevante importancia para la Ciencia Política: la modificación de los hábitos
colectivos. Sabemos que las tentativas de modificar hábitos sociales arraigados despierta en
general grandes resistencias. Esto es un problema fundamental en el cambiante mundo
moderno, que muchas veces requiere una flexibilidad mayor de la que, al parecer, están
dispuestos a adoptar individualmente los hombres. Los experimentos de Lewin y su grupo
mostraron la superioridad del procedimiento de la discusión en grupo y de las decisiones
tomadas en común para lograr cambios de hábitos sociales. La razón de ello estriba en que la
discusión libre compromete a los individuos en una interacción social, de tal manera que la
inseguridad producida por el cambio es atenuada por el sentimiento de pertenencia al grupo.
El cambio individual de actitud es facilitado si se piensa que, en realidad, es el propio grupo el
que está cambiando.
Según el enfoque de Lewin, un grupo (antes de que se intente un cambio) puede ser
definido como un "estado casi estacionario"; un equilibrio, en definitiva, de fuerzas
psicosociales. Para superar la resistencia inicial y producir un cambio, los pasos a dar son: -
"descristalizar" los hábitos colectivos mediante la libre discusión; - promover nuevas normas
mediante la decisión del grupo; - consolidar esas normas mediante la instauración de una
organización adecuada. De ese modo, las técnicas de la dinámica de grupos facilita el cambio
de hábitos sociales de un modo que es políticamente muy importante: por consenso y con
mínima coacción.
Otro enfoque muy interesante para los estudios politológicos es la llamada "teoría de la
disonancia cognoscitiva" de Leo Festinger. En síntesis, Festinger sostiene que el hombre
normal tiene un estado interno que revela un grado elevado de coherencia. Sus ideas,
representaciones, creencias y actos son bastante coherentes, homogéneos, equilibrados,
consonantes. Si esa equilibración interna se rompe por algún motivo, el hombre experimenta
un malestar que lo mueve a actuar en alguna forma para restaurarla. Un hombre, por ejemplo,
puede verse obligado a hacer un acto o una declaración contrarios a sus valores; o percibe una
contradicción entre sus ideas y sentimientos personales y la representación que se hace de la
opinión predominante en su grupo de pertenencia o en su sociedad, etc. Se crea entonces una
"disonancia cognoscitiva" que es fuente de un malestar interior porque lesiona la anterior
coherencia. En tales casos, el hombre, para reducir la disonancia, puede modificar su opinión
hasta llegar a estar de acuerdo con los demás; o percibir la opinión de los demás como menos
contraria a la suya de lo que es en realidad; o rechazar toda información contraria a su opinión;
o interpretar esa información de una manera más acorde con su opinión; o disgustarse con la
persona que disiente de su criterio, etc. En definitiva, la "disonancia" o incompatibilidad entre
cogniciones distintas del individuo lo impulsan a realizar acciones orientadas a reducir la
disonancia.
Esta idea (a la que parece exagerado llamar "teoría") contiene sugerencias interesantes para
los estudios politológicos, en particular para explicar la difusión y aceptación de contenidos
ideológicos, habida cuenta de la escasa consistencia que en general presentan las ideologías
desde el punto de vista lógico-formal. La mayoría de las personas busca adaptarse a la opinión
consagrada por el grupo, o experimenta diversas distorsiones en su percepción, de modo que
un mismo contenido ideológico puede ser aceptado por muy diversas personas en función de
sus diferentes representaciones del mismo.
La "teoría del poder social" de John R.P. French es un esfuerzo por aplicar la teoría del
campo en Ciencia Política. Es interesante desde un punto de vista heurístico pero adolece de
algunas indefiniciones conceptuales y de una limitada operacionalidad. Está desarrollada
como una estructura deductiva que abarca: - las relaciones de poder dentro de un grupo; - las
formas de comunicación dentro de un grupo; - otras relaciones internas. Consta de tres
axiomas y de algunos teoremas: Axioma 1: En cualquier discrepancia de opiniones entre A y
B, la potencia de la fuerza resultante que un inductor A puede ejercer sobre un inducido B para
hacerle aceptar la opinión de A es proporcional a la potencia de las bases del poder de A sobre
B.
French define el poder como "el máximo de fuerza que A puede ejercer sobre B menos la
máxima resistencia que B puede oponer a A. "Base de poder" es la relación duradera entre A y
B que permite el surgimiento del poder.
Axioma 2: La potencia de la fuerza que un inductor A ejerce sobre un inducido B para
hacerle aceptar la opinión de A es proporcional a la magnitud de la discrepancia entre ambas
opiniones.
Axioma 3: En una unidad (que en su lenguaje es el tiempo necesario para que todos los
miembros del grupo sometidos a influencia cambien sus opiniones hasta llegar al punto de
equilibrio de todas las fuerzas actuantes al comienzo de la unidad) cada una de las personas
sometidas a influencia cambiarán su opinión hasta alcanzar el punto de equilibrio en el que la
fuerza resultante es cero.
EL PSICOANÁLISIS Y EL NEOPSICOANÁLISIS
Desde sus inicios el Psicoanálisis ha sido ampliamente estudiado. Inicialmente fue creado
por Freud y a lo largo de la historia ha sido uno de los modelos más influyentes para explicar
las conductas humanas a través de los procesos inconscientes. Freud tenía varios discípulos,
algunos de ellos (Adler, Jung) tuvieron diferencias con él y decidieron crear su propio modelo
de Psicoanálisis. Las aportaciones de éstos y otros de los seguidores de Freud como Horney,
Sullivan y Erikson formaron las bases de lo que hoy se conoce como neopsicoanálisis. Los
fundadores del neopsicoanálisis en general renuncian a la teoría sexual de la neurosis
propuesta por Freud y se concentran en otros aspectos de la persona. En Psicología Online,
con el presente trabajo, hacemos una revisión sobre el neopsicoanálisis y sus fundadores,
asimismo presentamos las aportaciones de los neo psicoanalistas al campo de la psicología
clínica. Sigue leyendo y descubre una amplia revisión del neopsicoanálisis y sus
aportaciones a la psicología clínica.
Introducción a las aportaciones del neopsicoanálisis a la psicología clínica
El propósito de este trabajo es exponer a la comunidad científica los rasgos principales de
las perspectivas Neo psicoanalistas ya que la información sobre el Neopsicoanálisis es escasa
excluyéndose en ocasiones de la literatura y el campo científico, a pesar de que la estructura
de la psicología actual tenga fundamentos psicoanalíticos y aspectos de la personalidad que
fueron en un principio diseñados por neo psicoanalistas. ¿Cuáles son las aportaciones del Neo
psicoanálisis a la Psicología Clínica?, en este trabajo se señala que existen varios aspectos en
la obra de los neo psicoanalistas que pueden ser considerados como aportaciones relevantes
para la Psicología Clínica, es por ello que este trabajo hace énfasis en tales aspectos y
pretendemos hacerlos visibles para su análisis.
Las contradicciones de Freud con algunos de sus discípulos fueron el primer paso histórico
para el surgimiento del Neopsicoanálisis. Entre los primeros analistas que rompieron con
Freud y desarrollaron sus propias escuelas de pensamiento están Alfred Adler y Carl G.
Jung. Ambos fueron primero seguidores importantes de Freud, Adler fue presidente de la
Sociedad Psicoanalítica de Viena y Jung presidente de la Sociedad Internacional
Psicoanalítica. Ambos se separaron de Freud porque sentían que había un énfasis excesivo en
las pulsiones sexuales. Durante 10 años Adler fue miembro activo de la Sociedad
Psicoanalítica de Viena. Sin embargo, en 1911, cuando presentó sus ideas a los demás
miembros de este grupo, la respuesta fue tan hostil que tuvo que dejarlo para formar su propia
escuela de Psicología Individual. Adler dio mayor énfasis a los impulsos sociales y los
pensamientos conscientes más que a los impulsos sexuales instintivos y los procesos
inconscientes. Se interesó posteriormente en los sentimientos de inferioridad psicológicos y en
los esfuerzos compensatorios para enmascarar o reducir esos sentimientos dolorosos. Adler
consideraba que las defensas eran manifestaciones de esfuerzos compensatorios contra los
sentimientos de inferioridad asociados con una debilidad infantil, la manera en que la persona
intenta enfrentar esos sentimientos llega a ser parte de su estilo de vida. Adler habló de la
voluntad del poder como una expresión de los esfuerzos de la persona para enfrentar los
sentimientos de debilidad provenientes de la infancia. La teoría de Adler hace énfasis en la
manera en la cual la gente responde a los sentimientos acerca de si mismos, cómo responde a
las metas que orientan su conducta hacia el futuro y el modo en que el orden de nacimiento
entre hermanos puede influir en el desarrollo psicológico.
Jung se separó de Freud en 1914, pocos años después que Adler y desarrolló su propia
escuela de pensamiento llamada Psicología analítica. Al igual que Adler, Jung estaba en
desacuerdo con lo que él sentía que era un énfasis excesivo en la sexualidad. De hecho, Jung
veía a la libido como una energía vital generalizada. Aunque la sexualidad forma parte de esta
energía básica, la libido también incluye otros impulsos de placer y creatividad. Jung aceptó el
énfasis que hizo Freud en el inconsciente pero le agregó el concepto de inconsciente colectivo.
De acuerdo con Jung, la gente tiene almacenadas en el interior de su inconsciente colectivo,
las experiencias acumulativas de las generaciones anteriores. El inconsciente colectivo, al
contrario del inconsciente personal, es compartido por todos los seres humanos como
resultado de la raza en común. Jung señala que una parte importante del inconsciente colectivo
son las imágenes universales o símbolos, conocidos como arquetipos. Jung hacía énfasis en la
manera en la cual la gente lucha contra las fuerzas opuestas de su interior. También afirmaba
que existía una lucha entre la parte masculina (animus) y una parte femenina (anima) de los
seres humanos.
Karen Horney se educó como una analista tradicional en Alemania y llegó a los Estados
Unidos en 1932. Poco después se separó del pensamiento psicoanalítico tradicional y
desarrolló su propia orientación teórica y programa de formación psicoanalítica. Las
afirmaciones de Freud con respecto a la mujer hicieron pensar a Horney en la importancia de
la influencia cultural en las neurosis. El énfasis de Horney en el funcionamiento neurótico está
en la manera en que los individuos intentan enfrentar la ansiedad básica, el sentimiento que
tiene un niño de estar aislado y débil en un mundo potencialmente hostil. De acuerdo con su
teoría de la neurosis, en la persona neurótica existe un conflicto entre las tres maneras de
responder ante esta ansiedad básica. Estos tres tipos, o tendencias neuróticas, se conocen como
acercamiento, enfrentamiento, alejamiento. En el acercamiento, la persona intenta afrontar la
ansiedad mediante un excesivo interés en que se le acepte, se le necesite y se le apruebe. En el
enfrentamiento, la persona supone que toda la gente es hostil y que la vida es una lucha contra
todos. En el alejamiento, el tercer componente del conflicto, la persona se aparta de las demás
personas en un acto neurótico de separación. Aunque cada persona neurótica muestra una u
otra tendencia como un aspecto especial de su personalidad, el problema en realidad es que
existe un conflicto entre las tres tendencias en su esfuerzo por manejar la ansiedad básica.
Harry Sullivan nunca tuvo contacto directo con Freud y fue el que más acentuó el papel de
las fuerzas sociales e interpersonales en el desarrollo humano. De hecho, a su teoría se le
conoce como Teoría de Psiquiatría interpersonal. Sullivan dio gran importancia a las primeras
relaciones entre el niño y la madre, así como al desarrollo de la ansiedad y el sentido del sí
mismo. La madre puede comunicar la ansiedad en las primeras interacciones con el niño. Para
Sullivan el “sí mismo” tiene un origen social y se desarrolla a partir de los sentimientos que se
experimentan en contacto con los demás y de apreciaciones reflejadas o percepciones que el
niño hace de la manera en que es valorado o apreciado por los demás. El sí mismo está en
relación a la experiencia de ansiedad como opuesta a la seguridad, por lo tanto existe el buen
yo que está asociado con las experiencias placenteras, el mal yo, que está asociado con el
dolor y las amenazas a la seguridad, y el no yo, o la parte del sí mismo que se rechaza debido a
que está asociada con la ansiedad intolerable.
Erik Erikson uno de los principales psicoanalistas del yo, describe el desarrollo en
términos psicosociales más que meramente sexuales, Erikson enfatizó las bases psicosociales
así como las instintivas para el desarrollo de la personalidad; extendió las etapas del desarrollo
para incluir el ciclo entero de la vida y articuló los principales problemas psicológicos que se
enfrentan en esas etapas posteriores; reconoció que la gente mira hacia el futuro así como
hacia el pasado y la manera en la cual construyen su futuro puede ser una parte tan
significativa de la personalidad como el modo en el que interpretan su pasado. Erikson
desarrolló una teoría psicosocial que hace hincapié en la adaptación mutua entre el individuo y
el ambiente, subrayando el papel que Freud, asigno al yo, pero le proporciona otras cualidades
como la necesidad de confianza, esperanza, destreza, intimidad, amor e integridad.
Consideraba al yo como una fuerza creativa que permite manejar los problemas de manera
eficaz. Erikson considera que el desarrollo es un proceso que dura toda la vida, su punto de
vista refleja su interés por las necesidades interpersonales y culturales del individuo en
desarrollo. Describe un ciclo vital de etapas cada una de las cuales presenta al individuo las
tareas que debe de llevar a cabo. El fracaso para resolver los conflictos de una etapa en
particular hace que sea más difícil el afrontamiento en las etapas posteriores. Las etapas de
Erikson van desde la adquisición de una sensación de confianza hacia los demás hasta la
satisfacción consigo mismo y los logros propios, además de una sensación de orden y
significado de la vida que se desarrolla en los últimos años. Era más optimista que Freud en su
creencia de que el ego podría dominar tanto los impulsos instintivos y los desafíos
ambientales, lo que daría como resultado una vida de relativa satisfacción. Erikson se
interesaba particularmente en la capacidad de una persona para lograr tano el dominio como la
creatividad.
Entre las reelaboraciones del psicoanálisis más seguidas en la actualidad se encuentra la
de Jacques Lacan quien fundamenta su teoría en la lingüística estructuralista al afirmar que el
inconsciente está construido como un lenguaje. Con Lacan se tiende un nuevo puente entre
psicoanálisis y lingüística que revoluciona la teoría y práctica psicológica, en especial la
psicoterapia; razón por la que algunos teóricos lo consideran como el psicoanalista más
importante después de Freud. Mención especial también requiere Wilhelm Reich, entre sus
aportes a una nueva visión psicoanalítica de la psiquis se encuentran: su interpretación de la
neurosis como derivada de una reactivación de la libido en su teoría de la energía vital del
argón o de los biones y la utilización de experimentos psicofísicos y la creación de equipos
para demostrar sus teorías y transformar los estados mentales de los sujetos en sustitución de
las tradicionales terapias verbales psicoanalíticas, así como por ejemplo, su denominada
“vegetoterapía”. Es necesario mencionar también por su importancia para una interpretación
psicoanalítica del desarrollo psíquico infantil, la obra de Ana Freud quien puede ser
considerada como la fundadora del psicoanálisis infantil y de Melanie Klein quien subrayó la
importancia del juego para el conocimiento del inconsciente infantil y el papel determinante
de la madre en el psiquismo de los menores. Con posterioridad se desarrolla un fuerte
movimiento Neo psicoanalítico que llega hasta nuestros días en múltiples escuelas y teorías
que realizan sus propias elaboraciones a partir de nociones freudianas acerca de la psiquis tales
como el inconsciente, los instintos, la sexualidad, la experiencia individual y las vivencias
traumáticas (en particular en los primeros años de la infancia), la dinámica de la personalidad,
lo normal y lo patológico, el método psicoanalítico, etc.
Respecto a las aportaciones de Freud a la psicología Antonio Damasio afirma: “A medida
que pasen los años y acumulemos más datos sobre el funcionamiento del cerebro, la gente
cada vez se dará más cuenta de que la neurología confirma muchas de las ideas de Freud”.
(Citado en Paniagua, 2004). En 1958, Geoffrey Gorer escribió sobre la “influencia diluida” del
psicoanálisis en nuestra cultura: “Gracias al trabajo de Freud los débiles y los desheredados
son comúnmente tratados con solicitud y compasión, y con un intento de comprensión que
constituye uno de los pocos cambios del que no tenemos que avergonzarnos en el clima de
opinión del presente siglo” (citado en Waelder, 1960). Con lo de “influencia diluida”, este
antropólogo británico se refería precisamente a las repercusiones de las ideas de Freud en
campos diferentes a la aplicación clínica del psicoanálisis. Ha existido a lo largo de los años
un debate acerca de las teorías Neo psicoanalíticas, y de acuerdo con Ramírez, J.(2006) la
mayoría de textos que se producen por partes de algunos analistas, refleja una actitud muy
cercana al desmerecimiento que muchos teóricos de las Terapias Cognitivo-Conductuales
atribuyen a la clínica psicoanalítica por no arrojar datos empíricamente demostrables.
El psicoanálisis y el neo psicoanálisis y sus autores
Ramírez J. (2006) también señala que a lo largo del tiempo el psicoanálisis se ha tomado
como un antagonista del procedimiento científico, ya que su principal sustrato se encuentra del
lado de lo inmaterial y alejado de la conciencia ligada a la razón.
Es difícil resumir los avances que se han logado en la terapia psicoanalítica durante los
últimos años debido a que son tantos y tan variados que muchas veces han llegado a constituir
sistemas teóricos y terapéuticos por sí mismos. No se refiere a aquellos que desde el inicio no
estuvieron de acuerdo con sus postulados básicos del psicoanálisis freudiano (Jung, Adler,
Rank) Explícitamente, hoy se acepta que el término “psicoanálisis” se reserva para aquellos
modelos que se fundamentan en los descubrimientos de Sigmund Freud. Con esta
consideración en mente, puede intentarse una cierta clasificación (muy arbitraria) de los
avances y ampliaciones que el psicoanálisis ha tenido, dependiendo de:
La edad del paciente y el tipo de patología: en cuanto a la primera, en la actualidad el
psicoanálisis se aplica a prácticamente todo el rango de edades: niños (A. Freud, Jelin)
adolescentes (Box), adultos y jóvenes (que siempre ha sido el grupo principal) e,
incluso ancianos. En lo referente al tipo de patología, ya se ha indicado que, hoy por
hoy, se hace psicoanálisis con la mayor parte de los psicopatológicos, aparta de las
neurosis: psicóticos (Rosenfeld, Searles), trastornos fronterizos de la personalidad
(Kernberg), trastornos narcisistas (Kohut, Kernberg), personalidades psicopáticas,
disfunciones sexuales, trastornos psicosomáticos y, aún, algunas adicciones (como
complemento de otros tratamientos), entre otros.
La modalidad de tratamiento: además de la terapia individual, el psicoanálisis se aplica
a parejas (Dicks, Willis, Laemaire), grupos (Bion, Foulkes, Anzieu, Kaës, Yalom),
familias, sistemas educativos (Pichón Reviére, Bleger), instituciones (Schavartein), etc.
El elemento de la teoría que se destaca: la psicología del yo (Hartmann, Lowenstein,
Kris), la teoría de las relaciones objétales (Klei, Fairbasir, Balint, Kernberg), el
narcisismo (Kohut, el proceso de separación-individuación (Mahler), el lenguaje y el
significante (Lacan), entre otros.
Haciendo una revisión sobre las aportaciones del Neopsicoanálisis al campo de la
psicología clínica podemos partir de las investigaciones de Alfred Adler y William Glasser,
Adler (1870-1937), psicoanalista austríaco neo-freudiano, conocido por su enfoque de la
Psicología Individual y William Glasser (1925), psiquiatra norteamericano, humanista creador
de la Terapia de Realidad y la Terapia de la Elección. Estos dos teóricos hicieron propuestas
sobre las explicaciones de la conducta criminal y los aspectos a tener cuenta por los psicólogos
y otros investigadores con el fin de comprender esta amenaza mundial. Tanto Adler como
Glasser realizaron observaciones desde las cárceles y hospitales mentales. Adler ha sido
considerado como precursor del humanismo en la psicología Europea, mientras que Glasser se
hizo famoso con sus controversiales planteamientos sobre la personalidad criminal. Adler es
uno de los primeros teóricos en plantear la particularidad de decisión consciente del yo y en
postular la responsabilidad consciente de las decisiones. La visión de Adler era de una
personalidad compuesta pero funcionalmente unitaria. Otorgó gran importancia a los procesos
sociales de la persona y en donde el ser humano nace con un gran sentimiento de inferioridad
que le motiva consciente o inconscientemente a luchar por su superación.
Feist y Feist muestran un estudio longitudinal realizado por Douglas Daugherty, Michael
Murphy y Justin Paugh (2001) que comprueba la relación entre bajos niveles de interés social
y la conducta delictiva. Aunque los investigadores diferencian entre dos tipos de delincuentes
encontrados en las cárceles que estudiaron, los de bajo interés social y los de normal interés
social, encontraron que los de bajo interés social, al ser puestos en libertad, tendían a reincidir
con mayor frecuencia en tanto que los que mostraron buen nivel de interés social mostraron
mejores tendencias adaptativas, reintegrándose a la sociedad (trabajo, familia, comunidad) y
evitando caer de nuevo en las cárceles. Un interesante y minucioso estudio sobre la
criminalidad de los años setenta en Guadalajara, México (Jiménez, 2006), coincide con las
características demográficas señaladas por Adler relacionadas al efecto del fallido sentido de
comunidad. Se encontró que la mayor parte de las personas encarceladas residían en áreas de
pocos recursos y servicios, muchos de ellos provenían de otros Estados y estaban viviendo
temporalmente (avecinados, migrantes) en Guadalajara con dificultades de integración
comunitaria, y la mayor parte tenían muy baja escolaridad (el 48 % no rebasaba la educación
primaria, sólo el 16 % iniciaron, pero no terminaron, estudios de educación media básica, 20%
no tenían nada de escolaridad, y solo 8% tenían licenciatura).
De otra parte, el Dr. Bernardo Kliksberg (2001) en su artículo titulado El crecimiento de
la criminalidad en América Latina: Un tema urgente, indica otra condición social, también
señalada por Adler como un factor de predisposición a la criminalidad y al neuroticismo,
referido a las condiciones de trabajo. En su libro, El sentido de la vida (1935), Adler identificó
algunas características específicas de la personalidad criminal, sugiriendo una tipología de la
conducta desviada. En síntesis, la causa de la criminalidad en Adler responde a tres postulados
centrales de su teoría de la Psicología Individual: el sentimiento de inferioridad mal manejado,
la necesidad de poder mal encausada, y al fallido o débil sentido de comunidad. El fracaso es
una experiencia psicológica y social nefasta que produce estilos de vida nada saludables. Es
inútil seguir trabajando con la persona aislada a su contexto sin ejecutar modelos de
transformación social.
Glasser por su parte considera que el ser humano es responsable de encontrar satisfacción
apropiada de ambas necesidades y no puede considerarse víctima de nada ni de nadie, sino
asume esta responsabilidad, es responsable hasta de su deficiencia asunto que ha resultado
muy controversial ya que contradicen la política pública, judicial y forense de rresponsabilizar
victimizando al enfermo mental. El ser humano aprende a ser libre en la medida en que
aprende a ejercer sus elecciones y asumir la responsabilidad de buscar la persona clave en su
vida con la que se puede canalizar y satisfacer sus necesidades emocionales. En general Adler
y Glasser proponen las siguientes perspectivas: La importancia de los procesos de la
consciencia, el enfoque de responsabilidad, la importancia del proceso de toma de decisiones,
el enfoque del humanismo.
Méndez, Ibáñez y Ramos (1999) ponen de manifiesto en un estudio con dos pacientes con
depresión dos caminos que puede tomar el modelo psicoanalítico, ambos tratamientos se
realizan en el marco de un Servicio de Salud Mental de la Comunidad de Madrid con un
encuadre de una sesión semanal y una duración limitada a un año. En uno de los pacientes el
objetivo terapéutico fue intentar entender al paciente trabajando la temática concreta que
aparece en su discurso, esto es, buscando la disminución de su culpa persecutoria ofreciendo
un modelo de mandato superyoico menos exigente o más acorde con el sentido de realidad. En
el otro paciente el objetivo era abrir un marco en el que la queja sintomática pudiera ser
expuesta sin cuestionamiento, intentando su articulación con el resto de los componentes de la
personalidad en un doble ámbito: articulación consigo mismo. Este estudio pone de manifiesto
que muchos pacientes no tienen la capacidad para representar causas y efectos, atribuir y
experimentar intencionalidad a su conducta o sentimientos, por lo cual el trabajo terapéutico
Psicoanalítico no se concentra en estos pacientes en revelar significados, sino de crearlos en el
marco de la relación terapéutica, las intervenciones del terapeuta se enfocaron en ayudar al
paciente a experimentar el significado mismo disipando las dudas sobre la validez de su
experiencia. El trabajo psicoterapéutico actual tiene diferentes abordajes terapéuticos sin
embargo también defiende la implantación de tratamientos combinados o multidimensionales
necesarios cuanto más graves son los trastornos psicopatológicos a tratar.
Las investigaciones de Margareth Mahler sobre las fases tempranas de la infancia han
permitido comprender detalladamente los procesos de individuación y de la formación
temprana de la identidad. Sus aportaciones al campo clínico, han brindado información más
precisa sobre el desarrollo de las relaciones objétales. La relevancia de los estudios de Mahler
(1975) se debe, en gran parte, a su estrategia metodológica, en la cual la observación directa
de niños fue siempre conectada con la indagación casuística y la interpretación teórica. Ello le
permitió evitar un modelo empirista limitado.
El estudio de Valadez (2006) sobre la relación de la emoción con la cognición en la
creatividad: estudio del caso Carl Gustav Jung revela algunas de las aportaciones de éste a la
psicología actual. Jung se introdujo a su propio mundo inconsciente y es así como configura su
teoría sobre el inconsciente colectivo, Jung estructuró su propia experiencia como un proyecto
científico. Con esto se desprende que existe un proceso inseparable entre teoría, vivencia y
método, un sello que ha sido característico de los Neo psicoanalistas. Esto se extiende aún
más allá de la cognición y con esto se avala que las emociones son de igual forma importantes
en cuanto que se convierten en una vía de conocimiento; y pueden mostrar el proceso de
configuración de un nuevo campo simbólico.
Para Lacan (1966) en “La Ciencia y la Verdad”, el sujeto del cogito inauguró la vía de la
ciencia moderna por lo que ha sido necesario este paso para el surgimiento mismo del
psicoanálisis; en tanto que el sujeto sobre el que este opera es el sujeto de la ciencia. Lacan
propone que la misma ciencia da paso a la creación de la idea del inconsciente pues a partir del
vacío que esta genere por medio del lenguaje, es que el inconsciente hablara desde ese sitio,
entendiéndose que la ciencia al expulsar al sujeto lo relega a una función que solo por medio
de considerarse efecto del lenguaje es que podrá dar cuenta de su existencia como efecto de
ese vacío. Lacan (1964), afirma que la terapia psicoanalítica será entendida como una acción
concertada por el hombre, que le da la posibilidad de tratar lo real mediante lo simbólico,
consistiendo justamente en hacer hablar. Existe un punto dentro del mismo acto de hablar que
puede evocar lo más profundo de cada sujeto, elucidándose una relación entre palabra y deseo,
vía el afecto. En contraparte, están las acciones de algunos especialistas, que prestan poca
atención al decir de cada “paciente”.
En una investigación más reciente Ramírez (2007) hace un abordaje sobre el psicoanálisis
y la educación especial con niños; dentro de su aportación menciona que
para Pernicone (2001), es fundamental saber escuchar al niño con necesidades educativas
especiales, pues tiene necesidad y derecho propio a expresar, como sujeto, su sufrimiento y ser
atendido como algo más que un mero objeto-cuerpo. Por eso deberá existir un psicoanálisis
especial para dichas necesidades especiales diagnosticadas, que adapte su clínica y
planteamientos a las exigencias del lenguaje particular emitido por el sujeto que grita por ser
atendido. Ranieri (2000) menciona que para hablar de la intervención de un psicoanalista
dentro de la constitución del sujeto, basta el ejemplo otorgado por la clínica analítica con
niños, que actúa desde la construcción de la escena del juego. Dicho acto, que no sólo
acompaña y entretiene, constituye un modelo de expresión (en algunos casos el único), ya que
incluye el planteamiento de la relación estrecha del mismo con la fantasía. Así, es posible
hablar de un lenguaje que se expresa de forma tan cotidiana, que muchas veces es desatendido.
Otros autores del neo psicoanálisis y estrategias terapéuticas
Melanie Klein trabaja la concepción del juego en su artículo La personificación del juego
en los niños (1929), donde explicita la forma en que el juego sirve como representación de las
fantasías, deseos y experiencias inconscientes del niño que no puede transmitir con palabras.
Esto significa que la angustia generada en el proceso de desarrollo se convierte en un posterior
síntoma desencadenante de una perturbación en la vida del niño, por lo que el análisis presto a
la escucha del lenguaje del juego permite una liberación de esta angustia, aun cuando existen
problemas con el simbolismo. Para Klein el juego es una nueva expresión de un simbolismo
arcaico, hecho que podría incluso explicar los problemas de expresión, lenguaje y
socialización. Lo anterior conduce a concebir, junto con Aberasturi (2004), una técnica
dentro de la clínica en la que el chico pueda aportar una parte de su expresión de forma libre
en el juego y donde el terapeuta observe el tipo de juego y los roles donde se ubica el sujeto,
para luego realizar interpretaciones orales o dentro del mismo juego. Esto, siempre y cuando
existan juegos repetitivos y se tome en cuenta el lenguaje propio de cada sujeto, para que surja
libremente como individuo autónomo. Todas estas técnicas se aplican en la actualidad en la
terapia con niños y adolescentes en el campo de la psicología clínica.
Otro de los autores más sobresalientes del Neopsicoanálisis reconocidos está Heinz Kohut.
Las aportaciones de Kohut han constituido la llamada Escuela de la Psicología del self, que en
la actualidad congrega a muchos seguidores de diversas disciplinas entre las cuales se cuentan
a psicoanalistas, psicólogos, psiquiatras, médicos y pedagogos, de diversas partes del mundo.
En 1977 publica su libro El análisis del self, respecto a este concepto; Kohut lo define como
“una abstracción psicoanalítica del nivel bajo (cercano a la experiencia), es decir, como el
contenido del aparato psíquico”. Es decir, que es algo que los sujetos pueden describir de sí
mismos como experiencia de un sentimiento y una representación cognitiva que engloba la
sensación de ser una persona en el tiempo.
La patología fundamental de la personalidad narcisista, nos dice Kohut, radica en el
hecho de que ni el self ni los objetos narcisistas arcaicos, están suficientemente catectizados,
por lo que están expuestos a la fragmentación temporaria. O bien, pueden estar
suficientemente bien catectizados pero no integrados con el resto de su personalidad,
privándose así el self maduro de las catarcis narcisistas. De esta forma, la conciencia de
vulnerabilidad del self es lo que genera la angustia de los narcisistas. La fuente principal de su
malestar es la incapacidad psicológica para regular la autoestima y conservarla en niveles
normales. Este malestar se manifiesta en la clínica terapéutica con la siguiente sintomatología
transitoria: Sentimientos de vacío y depresión sutiles pero penetrantes, que se alivian tan
pronto se establece la transferencia narcisista o se intensifican si la relación con el analista
sufre alguna perturbación.
El paciente, en ocasiones, tiene la impresión de que no es completamente real o tiene
emociones embotadas. Realiza su trabajo sin entusiasmo, se deja llevar por la rutina y no tiene
iniciativa. Estos problemas se presentan cuando se ha quebrado la transferencia narcisista. Se
ha perdido el self-objectivo proveedor externo de autoestima. En estos casos se refiere a
transferencia narcisista, en la medida en que la sensación de autoestima se establece y se
sostiene mediante el vínculo con el terapeuta. Kohut, creía que los trastornos psicológicos se
presentan cuando hay deficiencias importantes en la estructura del yo. Las experiencias
tempranas indeseables pueden interferir en el desarrollo del yo.
Aksenchuck (2006) pone de manifiesto que en un país como Francia en épocas actuales
donde se hacen campañas contra la depresión el gobierno considera que el mejor método para
contrarrestar este padecimiento es el farmacológico y que el psicoanálisis es la opción menos
viable, puesto que en un mundo de vértigo y extrema competitividad; para todo aquello que
disfuncional es necesario encontrar recetas híper-rápidas. Aksenchuck (2006) frente a las
terapias conductuales para las que poco o nada importa la singularidad del padecimiento del
sujeto, ya que la receta a aplicar es siempre la misma: sugestión; propone el psicoanálisis
como una terapia que: No se conforma con mejorías sintomáticas no duraderas, No implica el
retorno a un estado anterior, Ni consiste en forzar al sujeto a coincidir con ideales universales
de salud, maduración o adaptación a ‘la’ realidad.
Blatt (2009) señala que existen diferentes tipos de pacientes y que los pacientes altamente
autocríticos, perfeccionistas e introyectivos demuestran una ganancia significativamente
mayor en la psicoterapia intensiva de largo plazo y en el psicoanálisis. Los individuos
excesivamente preocupados por cuestiones de autodefinición y autovaloración, tienen
usualmente los recursos intelectuales y las capacidades de autorreflexión necesarias para
involucrarse constructivamente en un tratamiento psicoanalítico intensivo a largo plazo.
Blatt (1992) sugiere que un tratamiento substancialmente más largo e intensivo puede ser
requerido para los pacientes introyectivos, altamente autocríticos para permitirles establecer
una relación terapéutica y comenzar a cambiar las enraizadas representaciones mentales
negativas de sí mismo y otros. Es también probable que los pacientes introyectivos que están
preocupados por cuestiones de autonomía y control reaccionen negativamente a limitaciones
arbitrarias en el proceso terapéutico y que respondan más constructivamente a un proceso de
tratamiento en el que ellos participan decidiendo cuando terminar. Estos hallazgos son
consistentes con los provenientes de una reciente encuesta realizada por Consumer Reports
(Seligman 1995) la cual encontró que los pacientes reportaban mayor ganancia terapéutica en
un proceso de tratamiento con final abierto.
Investigación realizada en 2004 por Alonso, menciona que la psicoterapia es la
interacción entre la teoría, la técnica y la práctica, sin embargo esta debe ser flexible y no
estandarizada para todas las personas , por esto se considera que no existe una terapéutica
idéntica para cada una de las personas, más bien Jung propone un abordaje en el que por
medio de la experiencia, realizar un contacto en que se intente conocer en cada caso individual
los sueños, las tendencias curativas para activarlas para que se manera consiente se utilicen y
lleven al sujeto a la auto-curación. En la terapéutica aportada por Jung. Las neurosis no tienen
una connotación negativa, pues se perciben como una oportunidad de lograr la transformación
creativa. Visualizó las siguientes estrategias terapéuticas (Alonso 2004):
El proceso por lograr la individuación.- este se logra diferenciando al yo de la sombra,
el ánima, animus, y el sí mismo evitando la identificación con los mismos y logrando
con esto un “Completamiento” y una integridad.
El trabajo con la persona y la sombra, el ánima y animus.- a partir del cual el sujeto
logra manifestar tanto sus partes aceptadas como aquellas no aceptadas. Esta fase
consiste en un momento de doloroso reconocimiento ante el que hay que ayudar al
paciente a aprender a utilizarle para la auto-transformación.
Disolución de complejos.- esta estrategia busca que la persona evite la identificación o
proyección y consiga identificar y dar voz a aspectos reprimidos para lograr integrar
los opuestos a partir de actividad afectiva que se logra cuando se vivencia el suceso
que origino el complejo.
La interpretación de símbolos por medio de los sueños.- esta interpretación permitirá
conocer la causa y el propósito del sueño, además facilitara el conocer aspectos de la
realidad del sujeto que se están compensando cuando sueña. Esto se logra mediante
asociación libre del sueño cuidando no alejarse de los símbolos que se encuentran en
su contenido.
El uso de métodos auxiliares como la imaginación activa que consiste en llevar acabo
un dialogo donde se combine lo racional con lo irracional.
El análisis didáctico.- este de trascendental importancia desde la perspectiva de Jung,
pues implica la necesidad de todo analista de ser analizado antes de analizar a otras
personas.
Principios fundamentales del psicoanálisis
Lama (2001) señala que en el psicoanálisis el objeto de estudio es "el material verbal del
paciente que expresa su versión subjetiva del mundo", ya que, "lo que se analiza no es la vida
del paciente, sino su psiquismo". Y el estudio del psiquismo, consciente e inconsciente, es la
tarea que mejor distingue el psicoanálisis del resto de terapias. Lama (2001) afirma que las
investigaciones con técnicas de imagen cerebral han mostrado que el cerebelo juega un papel
importante desde el nacimiento del niño y a lo largo de todo el primer año de vida. El cerebelo
constituye el substrato del sistema mnémico más primitivo, el cual conserva y organiza las
memorias más arcaicas, especialmente las relativas a la experiencia motora, pero también las
originadas a partir de otras modalidades sensoriales. Con las primeras experiencias el cerebelo
crea mapas o planos del propio self y del mundo circundante que permiten desarrollar un
modelo de self-en-el-mundo. Es trascendente lo que sucede cuando en el curso del primer año
el cerebelo conecta con el tálamo y el córtex parietal.
Mientras estas estructuras van madurando, activan sus propios sistemas mnémicos y son
capaces de crear sus propios mapas de la experiencia, los mapas cerebelosos previos no se
destruyen. No sólo no se destruyen sino que la información procedente de los mapas
cartografiados por el cerebelo perdura, se comparte e influencia la elaboración de los nuevos
mapas/representaciones tálamo cortical. Es decir, las memorias más arcaicas van a ser
transferidas a los centros superiores y casi nada de nuestra biografía se va a perder. Por tanto,
el nuevo modelo de self-en-el-mundo, llamémoslo "cortico-límbico", que albergará
representaciones complejas del self, del mundo y de las relaciones entre ambos, no se va a
crear desde la nada sino bajo la influencia de la experiencia previa cerebelosa. De hecho, el
cerebelo sigue ejerciendo cierto control sobre las funciones cognitivas del adulto y, por eso, ya
no se considera un mero órgano de control del movimiento. En este sentido, los sistemas
mnémicos cerebelosos son los mapas del SNC necesarios para poder "mapear".
Desde el punto de vista del funcionamiento cerebral, durante la etapa edípica ocurre un
hecho de importancia capital: la mielinización interhemisférica comienza a ser suficiente para
que se produzca un notable intercambio de información. Aunque esta mielinización
interhemisférica es todavía incompleta a los 9 o 10 años de vida, durante el tercer año las
relaciones interhemisféricas cambian drásticamente y el hemisferio izquierdo -el hemisferio
del lenguaje-se vuelve dominante respecto al hemisferio derecho. Por tanto, el comienzo de la
etapa edípica, un periodo evolutivo crítico psicológica y neuroanatómicamente, coincidiría con
un cambio radical en el procesamiento de la información. La maduración del SNC permitiría a
los hemisferios cerebrales funcionar de una manera más coordinada y consolidaría el
funcionamiento de los sistemas mnémicos relacionados con el logro de un self cohesivo. El
éxito de la transición desde la etapa preedípica a la edípica dependería de la capacidad cerebral
para coordinar diversas funciones interhemisféricas, entre ellas, la integración del
funcionamiento según el proceso primario -hemisferio derecho- con el funcionamiento según
el proceso secundario -hemisferio izquierdo.
Otra consecuencia de la colaboración interhemisférica sería la puesta en marcha de nuevos
y más maduros -neuróticos-mecanismos de defensa. De hecho, la represión no sería sino el
resultado de cierto bloqueo del intercambio interhemisférico, que sería susceptible de
verificarse mediante técnicas de neuroimagen. El conflicto psíquico sólo sería posible cuando
las diferentes unidades funcionales cerebrales estuvieran conectadas pues, de lo contrario,
esquemas o patrones arcaicos podrían coexistir aunque fueran mutuamente incompatibles.
La maduración fisiológica y psicológica puede llevar un ritmo diferente en un niño
particular con respecto a la media, por ejemplo en la talla, sin que ello implique patología. No
parece que la dinámica pulsional edípica pueda ser experimentada y elaborada de manera
idéntica. Un cerebro "bihemisférico" pondría a disposición del aparato psíquico una serie de
mecanismos sublimatorios muy necesarios en el escenario edípico. En caso de demora en la
mielinización, la colaboración interhemisférica precisaría que la información compartida
siguiera transitando por estructuras arcaicas del SNC. De esta forma, el riesgo que
cogniciones, afectos o conductas primitivas impregnaran los conflictos y relaciones objétales
edípicas parecería evidente.
Estas hipótesis, aunque basadas en hallazgos empíricos, son todavía especulativas, pero son
una muestra del tipo de relación que puede establecerse entre la neurociencia y el psicoanálisis
durante el recién comenzado siglo XXI.
En muchas de las grandes ciudades del mundo se han formado redes de investigación
interdisciplinar que unen los campos de la neurología y el psicoanálisis, y que han dado origen
a la Sociedad Internacional Neuropsicoanalítica (Fundada en Londres en el año 2000).
Mark Solms, neuropsicología de la Universidad de la ciudad del Cabo (Sudáfrica) en un
reciente artículo publicado en la revista Investigación y ciencia, que lleva por título Vuelve
Freud señala que los neurólogos están encontrando pruebas que avalan algunas de las teorías
de Freud y que, a la vez, están atando cabos acerca de los mecanismos subyacentes a los
procesos mentales que describió, también afirma que los neurólogos están cayendo en la
cuenta de que las descripciones biológicas del cerebro resultan más coherentes si se les integra
en las teorías psicológicas que Freud enunció hace un siglo confirmando la existencia de los
procesos mentales inconscientes, por último afirma que los neurólogos creen que los
mecanismos instintivos que rigen la motivación humana son aún más primitivos que lo que
Freud se imaginó cuando hablaba del ello,
Con el transcurso de los años, el psicoanálisis se ha desarrollado hacia una enorme
pluralidad de concepciones teóricas y técnicas diferentes; en 1979, Joseph E. ex Presidente de
la Asociación Psicoanalítica Internacional, concluyó que aunque existan diferentes
conceptuaciones, los psicoanalistas se mantienen unidos alrededor de tres principios
fundamentales:
1. Existen procesos psíquicos inconscientes y barreras que se oponen a su concienciación.
2. Existe una continuidad en la vida psíquica.
3. Existe una energía psíquica que proviene de fuentes somáticas, pero que es diferente a
ellas.
Las aportaciones del Neo psicoanálisis, aunque por su variabilidad de enfoques,
concepciones y su intensa evolución histórica durante más de medio siglo resulta difícil
establecer generalizaciones acerca de los rasgos característicos, pero de manera resumida se
pueden distinguir:
Su contemplación de los procesos sociales y culturales, incluyendo a la educación como
elementos formadores de la personalidad y/o desencadenantes de los conflictos intrapersonales
y/o interpersonales.
Profundización en los problemas de la existencia humana (cómo debe vivir el hombre y qué
debe hacer), transitándose de esta manera, de lo estrictamente psicológico en su manifestación
clínica a lo filosófico en sus aspectos axiológicos, éticos, etc.
Actitud crítica ante la sociedad moderna que deshumaniza al hombre y enajena su
personalidad, produciendo a un sujeto reprimido, patológico, lleno de conflictos y traumas. Es
por tanto, función del neo psicoanálisis reformarlo para en muchos casos considerar a su vez
esta vía como la idónea para modificar a esta sociedad misma, enfermiza y pervertida.
Búsqueda de determinados valores vitales que deben ser objeto de atención psicológica
como vía de armonización de los intereses personales con los de la sociedad.
Búsqueda de la individualidad y de la acción volitiva del hombre en la superación de sus
conflictos y traumas, y para el desarrollo de su personalidad; de ahí que en su cuerpo
categorial predominen términos tales como el autodesarrollo, autodeterminación,
autorrealización, autorreflexión, personalidad madura, personalidad desarrollada, etc.
Para Gottingen (citado en Laverde, 2008) la Terapia Psicoanalítica es: “Una terapia que
incluye una cuidadosa atención a la interacción terapeuta-paciente, opera con un uso continuo
de intervenciones de interpretación y soporte, a la medida de las necesidades del paciente”. Y
de acuerdo con Marzi (Citado en Laverde, 2008) el método clínico psicoanalítico es una
condición que se activa a través del vínculo que sostiene la pareja analista-analizado, basada
en los conceptos primarios del psicoanálisis: inconsciente dinámico, fantasía, transferencia,
contratransferencia, que le otorgan una dimensión tridimensional a la realidad psíquica.
Las terapias Neo psicoanalíticas se enfocan en la reconstrucción y la interpretación, el
psicoanalista no maneja las reconstrucciones e interpretaciones buscando el hallazgo
científico, sino que intenta originar una serie de efectos clínicos deseables, a partir de los
cambios metapsicológicos que pone en marcha en los conflictos inconscientes del analizado.
La teoría y la práctica psicoanalíticas mantienen que el trabajo psicoanalítico, y en
particular la interpretación, ocasiona que los contenidos inconscientes, que mantienen activos
los conflictos, puedan pasar a la esfera de lo consciente, al proceso secundario o al dominio
del yo, a través de la eliminación de las defensas/resistencias y de los oportunos.
Existe una infinidad de detractores de Freud que aseguran que sus teorías no son más que
el producto final del autoanálisis de su personalidad, Eynseck (2004) por ejemplo recopiló y
criticó todos los estudios sobre la efectividad del psicoanálisis, llegando a la conclusión de que
el tratamiento psicoanalítico no supone ninguna mejora sobre la tasa de remisión espontánea
de las neurosis. Sin embargo, frente a estas críticas tan demoledoras, científicos de la talla
de Antonio Damasio o Eric Kandel, dos de los grandes de la neurociencia actual, consideran
que la biología podría realizar grandes contribuciones a la comprensión de los diversos
procesos mentales inconscientes y a la explicación de los beneficios terapéuticos del
psicoanálisis; y que, a su vez, el psicoanálisis podría ayudar al avance de la investigación
neurocientífica; y también, que las principales ideas de Freud sobre el mundo emocional son
consonantes con las perspectivas más avanzadas de la neurociencia actual. El debate continúa
abierto en torno a los Neo psicoanalistas, quienes continúan haciendo investigaciones
incorporando nuevos enfoques dentro del mismo campo.
Freud y sus seguidores fueron sin duda personajes influyentes del siglo XX, sus teorías
marcaron las fronteras de un antes y un después en la comprensión de la naturaleza humana, la
cultura, el arte, la religión. Las aportaciones del Neo psicoanálisis han abierto nuevos caminos
en diferentes esferas del comportamiento humano y han supuesto un fuerte estímulo para la
investigación. El Psicoanálisis es la más popular de las doctrinas psicológicas, forma parte de
nuestra cultura, ha dejado su huella en ámbitos tan diversos como la neurología, la psiquiatría,
la psicología, la pedagogía, la sociología , la filosofía, la hermenéutica, la antropología, la
historia, la religión, la literatura, el arte, el cine, etc.
El Neo psicoanálisis también está vigente más por su polémica que por la cantidad de
aportaciones. Parte de esto se debe a que la comunidad científica lo ha encasillado en las
pseudociencias con lo cual ha perdido su identidad y esencia. A pesar de extensas
afirmaciones de lo contrario, parece ser claro que el Neo psicoanálisis continua haciendo
contribuciones vitales para la comprensión contemporánea de la naturaleza y la etiología de
varios tipos de psicopatología y a su vez estas contribuciones favorecen a una mejor
comprensión de las dinámicas del proceso terapéutico. Tomando en cuenta la revisión que
hicimos de las aportaciones del Psicoanálisis consideramos que hace falta evaluar las etapas
del curso de la terapia en el enfoque Neo psicoanalítico y hacer más investigaciones en ésta
área para que se reformulen las técnicas con lo cual se alcanzaría un nivel más aceptable en el
campo clínico.
Y con respecto al proceso terapéutico consideramos que la aplicación del saber
psicoanalítico debe evolucionar a distintas formas de psicoterapia que pueden ser
relativamente breves y focalizadas rompiendo el esquema del largo y arduo tratamiento de
diván. Es necesario que los Neo psicoanalistas actuales se enfoquen en establecer un nuevo
marco conceptual para la psicología actual que permita concluir la tarea iniciada por Freud en
donde el campo clínico y el Psicoanálisis se reconcilien.
LA PSICOLOGÍA HUMANISTA
La psicología humanista se centra en el estudio de la persona como un todo y parte de la
idea de que los seres humanos somos innatamente buenos. Los psicólogos humanistas no se
observan la conducta humana solo a través de los ojos del observador sino también a través de
la persona que actúa o piensa. Entienden que el comportamiento humano no puede separarse
de sus sentimientos, intenciones, autoimagen o historia personal. Se centra en la libertad, el
potencial y creatividad humanas.
Uno de los primeros referentes de esta corriente psicológica fue Carl Rogers, uno de los
creadores del enfoque humanista. Esta corriente que es holística recoge ideas de algunos
estudios muy conocidos Abraham Maslow. En este artículo de Psicología-Online, te contamos
las qué es la psicología humanista y sus características principales.
Desarrollo de la psicología humanista
El humanismo surge alrededor de los años 50 como la tercera fuerza en psicología como
respuesta a las limitaciones significativas manifestadas por algunos psicólogos de los enfoques
conductual y psicoanalítico. El conductismo ha sido criticado por no centrarse en la conciencia
humana y la personalidad, así como por ser determinista, mecanicista y muy dependiente de
estudios animales. El psicoanálisis fue rechazado por su excesivo énfasis en el inconsciente y
las fuerzas instintivas y, además, por su determinismo.
En 1957 y 1958, Abraham Maslow y Clark Moustakas se reunieron con psicólogos que
compartían su mismo objetivo, establecer una asociación profesional que siguiera un enfoque
más positivo y humanista. En estas reuniones se trataron los conceptos o temas que se
consideraban fundamentales del enfoque humanista: autorrealización, creatividad, salud,
individualidad, naturaleza intrínseca, el yo, ser, devenir y significado.
La Asociación Americana de la Psicología Humanista se fundó en 1961. Los principales
contribuyentes para el desarrollo de la psicología humanista fueron: Carl Rogers, Gordon
Allport, James Bugental, Charlotte Buhler, Rollo May, Gardner Murphy, Henry Murray, Fritz
Perls, Kirk Schneider, Louis Hoffman, and Paul Wong.
Psicología humanista: definición
Algunas asunciones fundamentales de la psicología humanista son:
La experimentación (pensar, percibir, sensaciones, recordar, sentir…) es algo
fundamental
La experiencia subjetiva de la persona es el primer indicador del comportamiento
Una comprensión precisa del comportamiento humano no se puede conseguir a través
del estudio de animales
El libre albedrío existe y las personas deberían aceptar su responsabilidad para el auto
crecimiento y cumplimiento. Ningún comportamiento está determinado
La autorrealización (la necesidad de la persona de buscar su máximo potencial) es
natural
Las personas son innatamente buenas y crecerán así si se dan las condiciones
adecuadas, sobre todo en la infancia
Cada persona y cada experiencia es única, así que los psicólogos deben tratar a cada
caso de forma individual, única y no seguir en pautas provenientes de estudios de
grupo
Características principales del humanismo
Hay una serie de elementos de la psicología humanista que cuando se llevan cabo dentro
del contexto de terapia reciben el nombre terapia centrada en la persona. Algunos de los rasgos
más importantes de la psicología humanista son:
1. No juzgar
Las teorías y técnicas del humanismo se basan en un enfoque en el que el profesional no
juzga lo que la persona cuenta en terapia
2. Empatía
Un aspecto fundamental de la terapia centrada en la persona es la empatía. Los terapeutas
que adoptan un enfoque humanista se “acercan” a sus clientes cuando exploran los aspectos
emocionales.
3. No patologizar
Muchos terapeutas humanistas dejan a un lado la jerga clínica, así como el diagnóstico y
se centran en la esencia de la persona. Muchos humanistas emplean el enfoque centrado en la
persona para animar al cliente a centrarse en sus fortalezas.
4. Énfasis en el yo
El objetivo de esta terapia es promover la expresión de sentimientos, pensamientos y
emociones a través del diálogo. En algunos casos, se anima al cliente a escribir, pintar y actuar
(psicodrama) como formas de expresar los sentimientos.
5. Existencial
Los componentes existenciales son una de las características más importantes del
humanismo. Los terapeutas existencialistas ayudan a los clientes a trabajar patrones
restrictivos y enfoques que fomentan la creatividad como una forma de expresarse. Las 4
dimensiones existencialistas exploradas son: física, psicológica, social y espiritual.
Limitaciones de la psicología humanista
El humanismo sostiene que las experiencias subjetivas de las personas dificultan la medida,
evaluación y estudio de las variables humanas y sus características. Trabajar principalmente
con datos cualitativos hace imposible medir y verificar cualquier observación hecha en
terapia. No solo es complicado comparar datos cualitativos con otros, sino que también la falta
de datos cuantitativos hace que las teorías no puedan ser apoyadas por evidencia empírica.
Otros expertos que critican al humanismo hablan también de su falta de eficacia para
tratar trastornos mentales graves y las generalizaciones hechas sobre la naturaleza humana,
como el completo rechazo de algunos conceptos comportamentales y psicoanalíticos.
Por ejemplo, aunque la psicología humanista sostiene que los estudios animales no sirven
para estudiar la conducta humana, algunos datos de estudios animales han permitido establecer
conceptos aplicables a personas. Además, la psicología humanista se centra exclusivamente en
el libre albedrío y el consciente.
PSICOLOGÍA COGNOSCITIVA
Desde su introducción en la Psicología, por el psicolingüista norteamericano Noam
Chomsky (1), el término competencias ha sido, probablemente, uno de los más usados en los
últimos años en el área de la Psicología. Esto se debe a que en todas las áreas en donde se
inserten los psicólogos se promueve el desarrollo humano. Como consecuencia, se han
derivado teorías de todo tipo al respecto y se pueden encontrar diferentes aplicaciones y usos
para este concepto.
Introducción: marco contextual
Desde su introducción en la Psicología, por el psicolingüista norteamericano Noam
Chomsky (1), el término competencias ha sido, probablemente, uno de los más usados en los
últimos años en el área de la Psicología. Esto se debe a que en todas las áreas en donde se
inserten los psicólogos se promueve el desarrollo humano. Como consecuencia, se han
derivado teorías de todo tipo al respecto y se pueden encontrar diferentes aplicaciones y usos
para este concepto.
Estas aplicaciones se han utilizado para estudiar tanto fenómenos del lenguaje y del
pensamiento, como para predecir el éxito en un puesto de trabajo en una empresa, o, de
manera general, en la vida. No obstante, a pesar de que esta noción tiene claro su origen y
sigue una línea de avance dentro de la Psicología Cognitiva, ha tomado otro camino en el
campo de la Psicología Empresarial y del Management, a partir de los trabajos de McClellan
(2) y sus estudios acerca de las competencias laborales.
Por mucho tiempo ha habido en la Psicología una especie de divorcio entre las teorías que
surgen a partir de la investigación científica y las teorías que surgen como resultado de una
práctica profesional. Esta división se ha producido debido a que las investigaciones en la
Psicología Cognitiva se realizaban tomando la forma de construcción del conocimiento
científico propia del paradigma positivista. Esta forma de investigación radicaba en aislar un
elemento de forma tal que se mantuviera puro, estable y repetible, provocando que
prácticamente estas investigaciones no tuvieran un uso de valor práctico, salvo excepciones,
que pudieran utilizar campos de Psicología aplicada como la Psicología Organizacional.
Es por ello que, la Psicología Organizacional, se vio abocada a desarrollar paralelamente a
las investigaciones en la Psicología Cognitiva los mismos conceptos que habían sido
introducidos por esta última, ya que las investigaciones en el campo de la Psicología General,
al aislar tanto los componentes, impedían un acercamiento al sujeto desde un punto de vista
holístico, y no permitía una visión real de todos los factores que intervienen a la hora de que
un trabajador realice determinada tarea (García Ascanio, 2003).
Según García Ascanio (2005, 2006a), en los últimos años los psicólogos cognitivos han
girado el rumbo de sus investigaciones, y, en lugar de reproducir experimentalmente los
fenómenos, estudian los procesos cognoscitivos en situaciones naturales. Esto posibilita que
haya un acercamiento entre los teóricos de la Psicología General y los de la Psicología
Empresarial, hecho que hace algunos años era improbable por el nivel de las investigaciones
en Psicología General que reducían la posibilidad de aplicación de las mismas a diferentes
campos.
En la actualidad, y por la complejidad que van tomando las investigaciones de campo, es
de vital importancia el hecho de que se integren los hallazgos que se han
obtenido, recientemente, en el marco de la Psicología General con las concepciones que
pueden surgir derivadas de estudios en la acción profesional. Esto por varias razones. Primero,
permite enriquecer el marco teórico con el que se asume la acción profesional. Segundo, le da
a esta acción profesional instrumentos metodológicos con los que enfrentarse a la práctica
cotidiana. Tercero, permite a las investigaciones en Psicología General tener una salida
práctica mediante la cual se pueda obtener una retroalimentación que posibilite enriquecer y
perfeccionar dichas investigaciones. Y por último, permite a la Psicología General un abordaje
más natural en el estudio de los seres humanos (García Ascanio, 2006b).
Este trabajo tiene como objetivo exponer la situación del paradigma de investigación de la
cognición humana en el contexto científico-social actual. Para ello se revisan los
planteamientos realizados por algunos especialistas y se esbozan algunos puntos de vista al
respecto, centrándose en las causas que han forzado el paso del “estudio de laboratorio” al
“estudio en condiciones naturales” tomando como referencia los estudios acerca de las
capacidades humanas.
Desarrollo
La avidez por desentrañar y comprender la mente humana no es nueva. Ella está asociada a
la historia de la humanidad. Filósofos como Aristóteles, Humé, Locke, Descartes, Kant,
etcétera, han realizado sus aportes al tema, y sus nociones aún perviven en nuestra cultura.
Este estudio ha llegado a nuestra actualidad y los científicos de los procesos cognoscitivos se
enfrentan a una tarea tan difícil como interesante, puesto que estos fenómenos son inaccesibles
a la observación pública, son muy veloces e interactúan unos con otros de forma tal que
resulta difícil estudiar un fenómeno aislado al existir una dependencia funcional de todos los
componentes del sistema (De Vega, 1994).
Ésta es una de las razones por las cuales el Conductismo nominó al cerebro como “la caja
negra” y se limitó a estudiar las manifestaciones externas de la psique humana: el
comportamiento. No obstante al arraigo de este paradigma, existieron numerosos
investigadores que no se conformaron con los resultados obtenidos y procuraron profundizar
en los estudios “prohibidos” hasta ese momento. Así, el desarrollo de las ciencias del
ordenador corrió, de una vez y por todas, el velo que existía sobre la mal llamada “caja
negra”, y desde entonces surgió lo que en la actualidad se conoce como el Enfoque del
Procesamiento de la Información (EPI).
Numerosas teorías fluyeron con la intención de explicar fenómenos que iban desde el
recuerdo de palabras hasta el proceso de resolución de problemas. Todas ellas con una
característica común: se trató de aislar cada uno de los procesos a estudiar con el fin de
obtener resultados que fueran aceptados según la manera de hacer ciencia propia del
Positivismo. Así se utilizó el ordenador para la programación que permitiera modelar la mente
humana. A esto se le conoce como la analogía mente-ordenador, en la cual se planteaba que la
mente humana simulaba al procesamiento de la información realizado por un ordenador a la
hora de resolver problemas.
Surgimiento de nuevas teorías
En este contexto surge la teoría de la Gramática Generativa y
Transformacional (Chomsky (4), 1971,1981), en la cual introduce el término competencia-
actuación. De esta forma Chomsky (1971), define la competencia lingüística como un
conocimiento tácito intrínseco, que se obtiene de modo incidental y no por un aprendizaje
formal, que posee el hablante-oyente sobre la lengua. Esta puede ser expresada idealmente por
un sistema de reglas que relaciona representaciones fonéticas con sus interpretaciones
semánticas, o sea, por una gramática. Por su parte, la actuación (o performance) se refiere al
uso que hace el hablante-oyente del lenguaje en situaciones concretas. La actuación provee
los datos para la investigación de la competencia.
Este concepto ha sido aplicado, dentro de la psicología cognitiva de múltiples formas, y
existen lo que Miller (1975) llama versiones (5) diferentes de la distinción entre competencia y
actuación. Ellas son:
1. versión lingüística,
2. versión cognitiva,
3. versión racionalista,
4. versión de desarrollo o desarrollista,
5. versión situacional,
6. versión crítica,
7. versión metodológica,
8. versión autónoma.
Estas versiones aunque difieren en la manera en que operacionalizan el término, coinciden
en las formas de investigar el fenómeno que estudian. Así, la búsqueda del conocimiento en
las investigaciones científicas se caracterizó por el montaje de experimentos donde se ubica al
individuo en un ambiente “adecuado” para el estudio, pero que dista mucho de la realidad en
la que este se inserta en su vida cotidiana.
Una respuesta al por qué se “desnaturalizó” el estudio de los procesos cognitivos en las
décadas del 70 al 80 se puede encontrar en los planteamientos de Miller (1974), según el cual
existen dos períodos de desarrollo de una ciencia. Un primer período, en el cual, la actividad
científica que se empieza a formar, utiliza elementos e ideas que forman parte de la común
experiencia de todos los seres humanos. Durante este período, la ciencia resulta ampliamente
inteligible, o sea, resulta accesible, incluso, para personas legas.
En un segundo período, esta ciencia se hará más precisa, alcanzará una comprensión más
profunda o remontarse a mayores alturas de virtuosismo intelectual. En esta etapa, la ciencia
perderá el impacto sobre la visión que el hombre medio posee de sí mismo y del mundo que lo
rodea, habrá dejado de ser una realidad viva, excepto para un pequeño grupo de especialistas.
(Miller, 1974).
La psicología cognitiva no escapó a esos dos momentos señalados por Miller. Durante su
nacimiento como paradigma era accesible para muchas personas. De hecho se le
incorporaron investigadores de diferentes campos, que se dieron a la tarea de tratar de explicar
los procesos que subyacen el comportamiento humano y sus consecuencias.
Pero sucede que estas investigaciones estaban dirigidas por una concepción de la ciencia
que hacía uso del método de experimentación positivista, los sistemas se dividían en
elementos cada vez más pequeños y se estudiaba con un especialísimo esotérico. En este
paradigma, se trataba de reducir al máximo la incertidumbre y los riesgos, y la localización en
tiempo y lugar y el proceso son irrelevantes para las explicaciones. Ejemplo de esto es que se
estudiaba a la cognición separada de la personalidad del individuo.
Así, su objetivo era tomar un elemento aislado de la naturaleza que se conservara
artificialmente puro, estable y reproducible, para llevar a cabo experimentos con él. Así se
podría, en un ambiente supercontrolado de laboratorio, determinar las propiedades de este
elemento. Entonces, la psicología cognitiva llegó a la segunda etapa, donde las
investigaciones y sus resultados se vieron, al mismo tiempo que refinadas, restringidas a una
elite de investigadores que se especializaban en el tema. Es por ello que, la noción de
competencia - actuación, a pesar de que tiene claro su origen y sigue una línea de avance
dentro de la psicología cognitiva, tomó otro camino en el campo de la psicología empresarial y
del Management. Esto se debe a la importancia que reviste hoy en día el estudio de las
capacidades humanas, en un mundo donde la tecnología parece ya no marcar mucha diferencia
en el mercado, siendo esta diferencia un resultado del nivel de desempeño y capacitación que
tengan los individuos que laboren en dicha organización.
Es curioso que se haya hecho una extrapolación de conceptos del área de la psicología
general hacia la psicología aplicada, en este caso la empresarial, sin que se siga el desarrollo
que ha tenido estos términos en su campo de origen. Es decir, se han desarrollado
planteamientos y conceptos referentes a la competencia, así como métodos de estudio que han
sido instrumentados, que no toman de referente a las múltiples investigaciones que se han
desarrollado en la actualidad en el campo de la psicología cognitiva acerca de este tema.
La psicología aplicada a las organizaciones, es un recurso tecnológico al que deben echar
manos numerosos individuos cuyas profesiones pueden estar relacionadas o no con la
psicología, como por ejemplo, managers, empresarios, directivos, consultores, economistas,
contadores, ingenieros, etc. Estos individuos necesitan conocimientos de psicología que
puedan aplicar fácilmente y de paso que se puedan dar a conocer al trabajador medio para su
uso, para así elevar la productividad y la capacidad competitiva de la empresa.
Desde este punto de vista, el nivel alcanzado por la psicología cognitiva tenía muy poco
que ofrecer, pues sus investigaciones estaban en un plano tan divorciado de la realidad que
brindaban pocos recursos metodológicos a los profesionales de la psicología empresarial. De
hecho, es poco probable que algún libro de psicología cognitiva logre convertirse en un best-
seller, por estas mismas cuestiones de no poder “aterrizar” el contenido para un lector medio,
restringiendo su lectura sólo a especialistas en el tema.
El papel de la tecnología en la psicología
Esto, además, comprende la participación de las personas, y de los investigadores
técnicamente preparados en un tema. Todos estos implicados forman una comunidad de pares
ampliada para una estrategia efectiva de solución de problemas de riesgos ambientales
globales. Dicha comunidad de pares, o personas implicadas en el proceso, también se va
ampliando a medida que el problema se va acercando a la ciencia postnormal. Según estos
autores, la ciencia postnormal ocurre cuando las incertidumbres son de tipo epistemológico o
ético, o cuando los riesgos reflejan objetivos contradictorios entre los pares. En este sentido, se
le denomina postnormal, para indicar que los ejercicios de resolver acertijos y de aislar los
elementos de la naturaleza en un laboratorio a fin de estudiarlos, ya no resultan apropiados
para resolver los problemas de las políticas de riesgo y de medio ambiente. (Funtowicz y
Ravetz, S/A).
Esta nueva forma de hacer ciencia se hace presente sobre todo en las ciencias sociales
(incluyendo a la psicología), y en los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS), en
donde se necesita tener una mirada más humanista, más centrada en el hombre, tal y como éste
se desenvuelve en su entorno cotidiano. (Núñez Jover, 2001; López Cerezo, 2001). Así, la
tecnología depende cada día más del desarrollo científico y los límites entre éstos se
vuelven cada vez menos claros. Se plantea así, que la “nueva ciencia” es, por su esencia,
tecnológica. Esta debe tener un enfoque histórico-social, diferenciado de la tradición
positivista, y tener una expresión en el ámbito práctico, ejemplo: en la industria, en los
servicios, etcétera (Núñez Jover, 1994, 1999a).
Miller (1974), plantea que los logros científicos suelen afectar en dos niveles. Por un
lado, sirven de base para que se desarrolle la tecnología y se puedan solucionar con relativa
facilidad los problemas prácticos que se plantean a las personas en su vida cotidiana. Por otra
parte, moldean la visión de la realidad, al alterar la forma en que se comprende el mundo en
que vivimos. De este modo, la tecnología debe basarse en el desarrollo científico, y, al mismo
tiempo, la ciencia estar al servicio de la tecnología, para permitir así el desarrollo de la
humanidad. Para Pimentel Ramos (1994) la ciencia y la técnica tienen una posición
de relativa dependencia con respecto a las condiciones sociales, las cuales determinan su
posición actual y evolución. La “nueva ciencia” se inserta en aquel contexto donde se
expresan nuevas demandas prácticas y culturales (Núñez Jover, 1999b).
En la actualidad cubana se tiene un ejemplo clave cuando se analiza todo el proceso de
universalización de la enseñanza, donde una buena parte del saber científico, su transmisión,
los estudios priorizados y las tecnologías que se desarrollan, se encuentran en función de ella.
Todo esto, producto de una política del estado a partir de que las condiciones histórico-
sociales están creadas para ello.
En la actualidad, los estudios en psicología han evolucionado, producto del cambio de
paradigma dominante de la ciencia, y se abocan a estudiar al individuo en su ambiente
natural. Dentro de esta nueva concepción de la investigación científica han surgido nuevas
corrientes cognitivistas y se han reformulado y renovado las existentes. De esta forma
investigadores como Gardner (1997, 1999), Sternberg (1997, 1999, 2001) y Goleman (1996,
1999), realizan sus investigaciones acerca de las competencias humanas con una concepción
menos arbitraria, artificial, y más natural, logrando considerables resultados y sus conceptos se
desarrollan a la luz de nuevos descubrimientos tecnológicos en el marco de la neuropsicología
y por nuevos estudios transculturales que ellos mismos denominan esenciales para entender el
fenómeno estudiado.
Hoy en día, en la psicología cognitiva, no se niega la importancia que tiene la cultura en
la formación del individuo y en la potenciación de sus capacidades. Existen, por ello,
estudios transculturales, entre otros, en los que se ubica al ser humano en su ambiente natural,
y se logra obtener una capacidad predictiva del comportamiento altamente efectiva. Es un
hecho que los investigadores en el campo de la psicología general ya no se interesan sólo por
el conocimiento puro, sino que buscan darle a éste conocimiento una salida práctica para
resolver problemas en la vida cotidiana. Estos avances en el marco de la psicología cognitiva
no han sido lo suficientemente explorados por los psicólogos o, de manera más general,
managers que se dedican al perfeccionamiento de la capacidad de rendimiento de los
individuos en las organizaciones. Hoy por hoy se utiliza el dúo competencia-actuación, tal y
como se desarrolló por McClellan (1973) en el marco de la psicología empresarial y se deja
fuera el avance que ha tenido lugar en este tema dentro de los investigadores cognitivistas, a
excepción de los planteamientos de Goleman (1996, 1999) acerca de la inteligencia emocional
en las organizaciones.
Además, siguiendo a Miller (1974), la tecnología y la psicología aplicada se deben de
servir de los adelantos que se producen en las investigaciones de psicología general. Del
mismo modo, la psicología general debe aportar también hallazgos que puedan ser utilizados
por la tecnología para su desarrollo. Es por ello que se comparte la idea de que tiene que
existir una estrecha relación entre las ciencias, la tecnología y las ciencias aplicadas para
potenciarse mutuamente. Es decir, no solamente la ciencia brinda elementos que permiten
desarrollar la tecnología y la ciencia aplicada, incluso la misma ciencia se beneficia de los
datos que aportan las ciencias aplicadas, no solamente para comprobar, sino también para pulir
sus postulados.
Además, como ésta es una época donde el conocimiento acerca de las potencialidades del
ser humano reviste vital importancia para el desarrollo, se deben tomar en cuenta todas las
concepciones que estudien al mismo (García Ascanio, 2006b). Esto permitiría enriquecer el
marco teórico que trabaja al individuo y su desarrollo, y brinda una base sólida que permite
mejorar los principios metodológicos para estudiarlo en un futuro no muy lejano.
Al estudiar la obra de autores como Vygotsky (1979) y Bruner (7), se desprende
necesariamente de ella que los criterios de éxito son elementos culturales, así es imposible
elaborar listas de criterios de éxito que sean útiles y aplicables en diferentes culturas.
Siguiendo esta idea, concebir al hombre como ser social, reviste importantes implicaciones,
pues implica que, estudiar al hombre no puede ser separado de las características de la cultura
donde este se inserta.
El estudio holístico del ser humano en su inserción en diferentes ámbitos en los que
interactúa en su vida cotidiana, en un contexto histórico-social determinado, permite un
verdadero acercamiento a la comprensión de la cognición humana. Esto “humaniza” las
prácticas en procesos tales como el de selección de personal y el de capacitación en el mundo
empresarial, puesto que mientras mayor sea el conocimiento sobre el componente humano en
una empresa, más adecuadas serán las exigencias que se le impongan y mejores resultados se
obtendrán en la potenciación de su desarrollo.
En Cuba, por ejemplo, no está prevista la selección de personal que excluya a las
personas, a pesar de que se puede implementar, y de hecho se realiza, pero como un
formalismo, ya que existe todo un sistema de valores sociales y toda una concepción del ser
humano y su prioridad, que posibilita que el énfasis recaiga más en desarrollar a los seres
humanos que en utilizarlos únicamente como fuente de ganancias. Este último tipo de sistema,
a pesar de ser eficiente en una sociedad capitalista, no tendría éxito en la nuestra.
Otro ejemplo de lo ligado que se encuentra el pensamiento científico a las condiciones
histórico-socio-político de un país, lo tenemos en la sociedad cubana donde se prioriza el
desarrollo integral del hombre y las investigaciones van dirigidas en este sentido. Así, cuando
en una organización se pone en práctica el I+D, o se promueve la capacitación, esta va estar en
función de los individuos que estén involucrados y su potencial a estimular. En el caso de una
sociedad capitalista todas estas investigaciones se ponen en práctica en función de la
organización, de este modo, cuando se habla de gestionar al hombre en la empresa, lo
importante no es el hombre en sí, sino el producto que del hombre se deriva y las ganancias
que esto implica.
En este sentido, se debe estar atento al traslado de ese tipo de modelos de gestión
empresarial de una sociedad a otra. Definitivamente hay que tener cuidado con los conceptos
que se trabajan, puesto que la cultura y el sistema social cubano, tienen peculiaridades que se
diferencian notablemente de los sistemas donde son estudiadas e implementadas este tipo de
gestiones, los cuales provienen de sociedades capitalistas. Ésta es una de las causas por las
cuales algunas empresas cubanas no tienen el éxito que se espera de ellas, pues copian
modelos sin realizar los estudios pertinentes.
Por ello, el estudio científico, en Cuba, en condiciones naturales donde permita ver al sujeto
sin independencia de la sociedad en la que se inserta, posibilita, primero, que se adecuen los
resultados obtenidos con la realidad que vive el individuo; segundo, que la tecnología que se
desprenda de la investigación sea utilizada con más efectividad. Por último, favorece la
obtención de un mayor desarrollo tanto del individuo como de la sociedad en la que se inserta,
a partir de la relación dialéctica que existe entre el individuo y la sociedad.
En resumen, con este acercamiento entre campos diferentes, no sólo se potencia el área de
la psicología aplicada con los estudios de la psicología general, sino que también se puede
encontrar en la psicología empresarial, material que permita un mejor desarrollo de las
concepciones teóricas planteadas por la psicología cognitiva. Es, precisamente, el abordaje
científico en terrenos como el de una organización, el que brinda esa visión más natural del ser
humano.
Alternativas a la investigación en psicología cognitiva
Además las investigaciones en psicología cognitiva, enfrentaban un segundo
problema. Como las investigaciones se realizaban tomando la forma de construcción del
conocimiento científico propia del paradigma positivista, la forma de investigación radicaba
en aislar un elemento de forma tal que se mantuviera puro, estable y repetible,
prácticamente estas investigaciones no tenían un uso de valor práctico, salvo en
excepciones, que pudieran utilizar campos de psicología aplicada como la psicología
organizacional.
Sternberg (1986) reconoce que, a pesar de las diferencias de enfocar el estudio de las
capacidades humanas dentro de la psicología cognitiva, estas propias diferencias se reducen a
un valor despreciable cuando se comparan los diferentes tipos tareas que se proponen en una
investigación con las tareas cotidianas que debe realizar el hombre común, ya que existe una
diferencia muy grande entre estos dos tipos de actividades.
Según Norman (1989) (6), se puede describir un componente de cognición pura, pero el
ser humano es más que eso, es un organismo con una base biológica y una historia evolutiva y
cultural, es un ser social que interactúa con otros, con el ambiente y consigo mismo. Las
discusiones centrales de la ciencia cognitiva han ignorado estos aspectos de la conducta. Los
resultados indican que ha habido un progreso considerable en algunos aspectos pero una gran
esterilidad en otros. Esta forma de concebir el conocimiento científico logra hacer que la
naturaleza sea predecible y controlable, pero esto es hasta cierto límite, una vez que el objeto
se coloque nuevamente en su ambiente natural las posibilidades de predicción disminuyen
drásticamente. Es decir, la riqueza de la vida real no puede ser captada por los estudios
que propone la psicología cognitiva.
Por ello, la psicología organizacional desarrolló, paralelamente a las investigaciones en la
psicología cognitiva, conceptos que habían sido introducidos por esta última, para lograr un
acercamiento al sujeto desde un punto de vista holístico, y permitir una visión real de todos los
factores que intervienen a la hora de que un trabajador realice determinada tarea, ya que las
investigaciones en el campo de la psicología general, al aislar tanto los componentes lo
impedía.
En este sentido, la psicología empresarial, como resultado del nivel abstracto en que se
movían las investigaciones en el marco de la psicología general y por la poca utilidad práctica
de dichas aplicaciones, se dedicó a realizar estudios más concretos que ubicaban al individuo
en su ambiente natural, y la finalidad de estas investigaciones es, fundamentalmente, resolver
problemas en la práctica de las empresas y brindar metodologías para ello, a partir de una
conceptualización, que si bien le brindaba carácter teórico a estas investigaciones, no intenta
constituir una teoría que vaya más allá de sus utilidades prácticas.
En este sentido, mientras las investigaciones científicas de la cognición humana se
dedicaron a atomizar los fenómenos de la vida cotidiana, en el ámbito empresarial los
psicólogos estudiaron al ser humano, en su interacción con otros humanos, en una ambiente
organizacional insertado, en un contexto socio-cultural determinado.
Ahora bien, en la actualidad, producto de los problemas de divorcio de la realidad y de poca
utilidad práctica que han presentado los estudios de la cognición humana, las teorías
cognitivistas han cambiado su manera de estudiar los procesos cognitivos.
Una explicación a la cuestión se puede encontrar en el marco de la epistemología y en la
manera pasada y actual de concebir a la ciencia y a las investigaciones científicas, teniendo en
cuenta que ha habido un cambio de paradigma dominante en el abordaje de las ciencias.
Para abordar esto se debe hacer referencia a la obra Kuhn (1962) y sus nociones de crisis,
paradigma, período normal, revoluciones científicas y concepción discontinua del progreso de
la ciencia. Para este autor, un paradigma es una matriz disciplinar que incluye desde
creencias y preconcepciones, hasta prescripciones aceptadas por la comunidad científica (tipos
de problemas que se plantean, cómo se deben instrumentar), los modelos teóricos que a los
cuales se acuden, y sus aplicaciones. (De Vega, 1994).
Según las ideas de Kuhn (1962), la ciencia no progresa de forma continua y
acumulativa. Por el contrario, es una evolución discontinua jalonada por crisis y
revoluciones. Existe un período de ciencia normal, en la que está presente un paradigma
dominante, al cual se acogen las diferentes comunidades de científicos, especialistas en
diferentes ramas de la ciencia, y según la cual se van guiando y acumulando todas las
investigaciones científicas.
Durante estos períodos se van acumulando también hallazgos difíciles de explicar, que se van
incorporando al paradigma original, hasta que su acumulación mine la propia esencia del
paradigma en cuestión. Entonces sobreviene un período de crisis, al cual le sucede un período
de ciencia revolucionaria, donde aparece un nuevo paradigma, que va cobrando fuerza y
adeptos, hasta que se instala completamente y sobreviene de nuevo un período de ciencia
normal. (Kuhn, 1962; De Vega, 1994).
Esta forma de concebir el desarrollo de la ciencia, si bien no es la única, ha sido una de
las más utilizadas, y en nuestro caso nos permite ilustrar el movimiento que ha tenido lugar en
los últimos años en el marco de la concepción de las investigaciones científicas, y en la
relación entre la ciencia y la tecnología, con el cambio de paradigma dominante del
positivismo hacia la ciencia postnormal.
Así, Funtowicz y Ravetz (S/A), siguiendo las ideas anteriormente planteadas por Kuhn
(1962), plantean que ha emergido un período al que ellos denominan la ciencia
postnormal, que ha pasado a sustituir al positivismo como paradigma dominante en la forma
de hacer ciencia. En esta nueva concepción de la investigación científica, no se trata de aislar
los elementos para su estudio en un laboratorio. Todo lo contrario, se intenta estudiar los
elementos tal y como se dan en la vida real.
Según esta nueva concepción de la ciencia, se deben emplear la interacción de las
incertidumbres de los sistemas y los riesgos de la toma de decisiones. La incertidumbre de los
sistemas conlleva el principio de que el problema se interesa en la comprensión o el manejo de
una realidad inherentemente compleja, y no en el descubrimiento un hecho en particular. El
riesgo en las decisiones comprende a los diferentes costos, ganancias y valores comprendidos
en el tema a través de los diferentes involucrados. (Funtowicz y Ravetz, S/A).
De esta manera, Funtowicz y Ravetz (S/A), proponen un diagrama (figura 1) de estrategias
para solucionar problemas, en cuyos ejes ubican al riesgo en las decisiones y la
incertidumbre de los sistemas, así, muestra la interacción de los aspectos epistémicos
(intensidad de la incertidumbre) y axiológicos (intensidad de los riesgos en las decisiones). En
este diagrama se representan, además, las ciencias básicas y aplicadas, la consulta profesional
y la ciencia postnormal, que forman parte de un continuo y según el grado de intensidad de la
incertidumbre y/o de los riesgos de un problema determinado, este caerá en cada una de las 4
áreas anteriormente planteadas.
Tras muchos años de trayectoria e investigación en diversas universidades europeas y
americanas, la psicología humanista ha alcanzado un estatus propio como tercera fuerza de
la psicología en la actualidad. La visibilidad de un determinado modelo psicoterapéutico
depende tanto de factores intrínsecos -las aportaciones teóricas y las técnicas de intervención
que ofrece a la comunidad de psicólogos- como de factores extrínsecos, que se correlacionan
con el poder que emana de las instituciones.
El porqué de la psicología humanista
Como nos legó Descartes empezamos a pensar cuando somos capaces de dudar, de
entrecomillar, nuestra herencia. En este sentido, las psicologías humanistas se sentían
incómodas con un enfoque atomista, con el reduccionismo, con el mecanicismo, con el
determinismo, con la focalización exclusiva en la psicopatología, con una epistemología que
únicamente aceptaba el método de las ciencias naturales, con la formación de escuelas
cerradas y con las luchas de poder. Después de la tarea demoledora con la actividad creativa se
va construyendo un nuevo andamiaje. Así, las psicologías humanistas comparten los
siguientes fundamentos:
1. Una posición holista y sistémica
2. Un reconocimiento de la libertad y la creatividad intrínseca al ser humano
3. Un estudio de las personas autorrealizadas.
4. El reconocimiento de las limitaciones de las metodologías científicas
5. La formación de escuelas como sistemas abiertos.
De la piscología humanista se deriva una psicoterapia humanista que asume los
siguientes principios:
El respeto al pluralismo en psicoterapia
El crecimiento personal como meta
La prioridad de las actitudes del psicoterapeuta
La pluralidad y creatividad tecnológicas
La preferencia de lo “experiencial” respecto a lo “informativo”.
El movimiento humanista se inició en Estados Unidos por la necesidad de crear un modelo
más holista, que incluyera dimensiones como el crecimiento personal, la capacidad creativa
del ser humano o la importancia de la dimensión emocional y corporal. Las diversas escuelas,
próximas o encuadradas, en el movimiento humanista, como la psicoterapia de la Gestalt
(Fritz Perls), el Análisis Transaccional (Erich Berne), Bioenergética (Alexander Lowen) o
autores como Carl Rogers, Erwin Yalom, Abraham Maslow o Rollo May han sido las fuentes
principales que sustentan el modelo de la psicoterapia integradora humanista (PIH).
La psicoterapia integradora humanista (PIH) y sus principios filosóficos
Los principios filosóficos subyacentes en PIH son.
Una perspectiva holista y sistémica, que implica que la personalidad del un individuo
no es la suma o yuxtaposición de funciones o procesos (cognitivos, emocionales,
conductuales, etc.), sino como un sistema o conjunto organizado idiosincrático, en
constante evolución y desarrollo.
Una perspectiva existencial, que implica un enfoque dinámico que se concentra en las
preocupaciones enraizadas en la existencia del individuo.
Una perspectiva constructivista, que conlleva que todo ser humano goza de la
creatividad necesaria para reconstruir su propia cosmovisión, afrontando sus bloqueos
y distorsiones que le permitirán ser el protagonista de su propio guion de vida.
Objetivo de la terapia PIH
El objetivo de la terapia en el modelo PIH es la expresión de la personalidad creadora. En
el proceso terapéutico subyace la idea que las personas somos capaces de superar los
obstáculos psicológicos que nos impiden la apertura a la experiencia, a la independencia de
juicio o la fortaleza del Yo.
PSICOLOGÍA COGNITIVA
El cognitivismo, apareció en los años sesenta con las investigaciones de U. Neisser, que
hizo la primera formulación teórica en Psicología Cognitiva (1967), se ha expandido con las
investigaciones de A. Collins, G.A. Miller, D. Norman, G. Mandler, D.E. Rumelhart, J.S.
Bruner, para desembocar en un primer corpus doctrinal con H. Gardner en La ciencia de la
mente (1985) y con M. Minksy con La sociedad de la mente (1986), donde la postura
cognitivista reconoce su deuda con la filosofía, la antropología, la neuropsicología, la
informática y la cibernética.
Por tanto, el cognitivismo no es una escuela psicológica, sino una orientación que se
remonta a las diferentes corrientes y escuelas psicológicas, oponiéndose en especial al
conductismo.