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PATRICIOS Y PLEBEYOS.

DESDE LA CREACIÓN DE LOS TRIBUNOS DE LA


PLEBE (494 A.C.) HASTA LA DICTADURA DE QUINTO HORTENSIO EN 287 A.C.

Con la proclamación de la República va a dar comienzo a un largo


enfrentamiento social, que duró algo más de dos siglos y se concluyó en el
287 a.C., año en el que la actuación del dictador Quinto Hortensio hizo cesar
definitivamente las protestas de la plebe, al conceder poder vinculante a
las decisiones adoptadas en la asamblea plebeya.

Los patricios entraron en posesión de las mejores y más grandes parcelas


de terreno durante el largo proceso de privatización de la tierra, mientras
que los plebeyos solamente contaban con minúsculas propiedades, se
dedicaban al artesanado, al comercio o bien trabajaban como asalariados en
las fincas de los patricios.

El ejercicio de la política ha llevado a los patricios a agruparse en torno


a unos líderes naturales y a las instituciones; por el contrario, los
plebeyos no poseen una conciencia de grupo definida, lo que dificultó su
agrupamiento para hacer frente de modo comunitario a los problemas que
les acuciaban.

Mientras pervivió la amenaza del regreso de la monarquía, personificada en


las aspiraciones de Tarquinio, los patricios necesitaron de la plebe para
hacerle frente, pero con la muerte de Tarquinio este peligro desapareció y
los patricios no se sintieron obligados a ceder ni un ápice de sus
privilegios. En adelante aspiraron a establecer en Roma un régimen
oligárquico, en el que estuviera vedada a las clases inferiores cualquier
participación de relevancia.

El patriciado se convirtió así, en un grupo aristocrático cerrado, mientras


que entre los plebeyos, el sistema de propiedad privada provocó la
acumulación de ésta en reducidas manos y la consecuente aparición de una
élite económica plebeya, dispuesta a liderar la lucha por la igualdad
política.

Las causas concretas del enfrentamiento podemos englobarlas en tres


apartados:

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PATRICIOS Y PLEBEYOS. DESDE LA CREACIÓN DE LOS TRIBUNOS DE LA
PLEBE (494 A.C.) HASTA LA DICTADURA DE QUINTO HORTENSIO EN 287 A.C.

1. Causas políticas, es decir, la lucha por la igualdad de derechos y, de


manera especial, por conseguir el acceso de los plebeyos al desempeño
de la magistratura suprema, el consulado.
2. Causas económicas. Acceso al reparto equitativo del ager publicus. A
falta de grandes intercambios comerciales, la riqueza se basó en la
posesión de la tierra. Para poder aumentar esta riqueza fue necesario
desarrollar una política agresiva sobre las poblaciones del Lacio,
que dio como resultado la constante anexión de nuevas tierras. Estas
se convirtieron en propiedad comunal del pueblo romano, ager
publicus, cuyo usufructo se cedió a ciudadanos particulares
produciéndose un acaparamiento por el patriciado. El objetivo de la
plebe fue, por tanto, un acceso más justo por parte de ambos grupos
al ager publicus.
Otra causa económica es la progresiva situación de endeudamiento y
crisis económica de los sectores plebeyos, ligados a actividades
urbanas de tipo artesanal y comercial, que salen claramente
perjudicados en la revolución antimonárquica. La situación se puede
deteriorar hasta el extremo de la pérdida de la libertad personal.

Con el afianzamiento de la clase patricia, la situación de la plebe se hizo


cada vez más insostenible, surgiendo las primeras reivindicaciones, que
eran de tres tipos:
 De orden económico, centradas principalmente en el problema de las
deudas, el más equitativo reparto de tierras cuya explotación les
permitiera subsistir con más dignidad, así como una pronta y eficaz
solución al problema de la escasez de grano.
 De orden social. Los plebeyos reclamaban insistentemente un código
de leyes más equitativo, que tratara a todos por igual y que se
suprimieran leyes discriminatorias, como la que impedía el
matrimonio entre patricios y plebeyos.
 De orden político. Su principal reivindicación era el que se les
permitiera una participación activa en la vida pública y en las
instituciones ciudadanas.

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PATRICIOS Y PLEBEYOS. DESDE LA CREACIÓN DE LOS TRIBUNOS DE LA
PLEBE (494 A.C.) HASTA LA DICTADURA DE QUINTO HORTENSIO EN 287 A.C.

En el año 494 a.C., la presión era tal, que los plebeyos, a pesar de estar
involucrados en la guerra contra los volscos, abandonaron el servicio y se
retiraron al Monte Sacro con la intención de fundar allí una nueva ciudad.
Los patricios se vieron sorprendidos por estos hechos, y se dieron cuenta
de que eran incapaces de hacer frente por sí solos a la amenaza exterior, y
en consecuencia debían llegar a un rápido acuerdo con los sublevados
plebeyos. Entre las concesiones destaca la creación de la magistratura
específica que atendiera a sus necesidades, así aparece el tribunado de la
plebe, que fueron dos. Su misión era la de proteger a los plebeyos de la
arbitrariedad de los magistrados patricios. Su poder, no obstante, estaba
limitado al pomerium, el recinto sagrado de la ciudad. Fuera de él tenía
preferencia el poder militar de los magistrados patricios.

Con el paso del tiempo, el número de tribunos de la plebe irá aumentando,


llegando hasta diez; lo mismo sucederá con su poder, cada vez mayor y que
alcanzará su máximo apogeo con la crisis de la República.

Los años siguientes fueron de un continuo tira y afloja entre las


aspiraciones plebeyas por conseguir una codificación igualitaria de la ley,
y las negativas patricias a darles cumplimiento, dado que esto supondría
una merma de sus privilegios.

La resistencia patricia todavía duró algunos años pero, finalmente, en el


451 a.C., se vieron obligados a ceder en su posición y permitir la creación
de una comisión de diez miembros (decemviri), cuya misión sería la redacción
de una ley en la que se delimitasen claramente las atribuciones de los
cónsules.

Para que la comisión trabajara lo más libremente posible, se suspendieron


el resto de las magistraturas en tanto no acabaran sus trabajos. El plazo
previsto era de un año, durante el que se creó la mayor parte de la
legislación, contenida luego en la llamada Ley de las XII tablas. Esta supuso
un avance considerable en la codificación del derecho romano.

El poder de los Decemviri se volvió tiránico, aspirando a perpetuarse en el


cargo. Los plebeyos, esta vez en su totalidad, se retiraron al Aventino,
amenazando con ello la estabilidad del Roma.

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PATRICIOS Y PLEBEYOS. DESDE LA CREACIÓN DE LOS TRIBUNOS DE LA
PLEBE (494 A.C.) HASTA LA DICTADURA DE QUINTO HORTENSIO EN 287 A.C.

Los decemviri se vieron obligados a dimitir, con lo que se produjo el


restablecimiento de las magistraturas. Los nuevos cónsules, decididos a
congraciarse de nuevo con la plebe, promulgaron tres leyes en su beneficio:

- Se prohibía la creación de nuevas magistraturas.


- Se confirmaba la inviolabilidad de tribunos y ediles de la plebe.
- Se establecía el obligado cumplimiento de las decisiones tomadas en
las asambleas de la plebe.

El principal logro de los decemviri fue llevar a cabo una primera


codificación del derecho romano, aunque no se puede decir que los plebeyos
sacaran ventaja de su mandato.

Se alterna la ley del talión, cuando se producen lesiones graves, con la


compensación económica, cuando estas son leves, y se hace distinción entre
los diferentes tipos de homicidio. Se regula el derecho de familia y herencia,
con el sometimiento del grupo familiar a la autoridad del pater familias.

A pesar de sus carencias, la codificación del derecho en la publicación de


las XII Tablas supuso un gran avance para la historia de Roma.

Las leyes de las XII Tablas no son una constitución sino una recopilación
de normas de derecho consuetudinario, no ordenadas y a veces en
contradicción, de la tradición romana, pero también presentan influencias
de otros pueblos, principalmente de la Magna Grecia, más avanzados en el
aspecto legislativo que los romanos.

La pervivencia de algunos privilegios patricios hizo que la lucha social


entre patricios y plebeyos no se diese por concluida a pesar de esta
legislación.

En 443 a.C. se creó una nueva magistratura, la censura, con el fin de


controlar un poder fundamental, la realización del ceso de ciudadanos y si
clasificación timocrática, que antes correspondía a los pretores. Sus
funciones se ampliaron, posteriormente, con la elaboración de la lista de
Senadores y la vigilancia de las costumbres.

En 421 a.C. los plebeyos consiguen el libre acceso a la cuestura, que duplica,
por ello, su número, pasando a ser cuatro (dos patricios y dos plebeyos).

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PATRICIOS Y PLEBEYOS. DESDE LA CREACIÓN DE LOS TRIBUNOS DE LA
PLEBE (494 A.C.) HASTA LA DICTADURA DE QUINTO HORTENSIO EN 287 A.C.

Esto, junto con la política exterior, que una a patricios y plebeyos frente
enemigos comunes, y la duplicación de ager romanus, hizo que el conflicto
quedase adormecido.

El acceso de los plebeyos al consulado, previsto en las leyes Licinio-Sextias,


aunque no siempre se respetó, supuso que poco a poco se abrieron a ellos el
resto de las magistraturas.

Ese mismo años (367 a.C.) se puso fin a la fase más encarnizada de la lucha
de los plebeyos por conseguir una equiparación de derechos con los patricios.
80 años después, en el 287 a.C., tras el conflicto suscitado por la ley
Hortensia, el dualismo patricio-plebeyo desapareció jurídicamente. En
adelante el conflicto se planteó en otros términos, el de la nobleza
patricio-plebeya por un lado y las masas populares por otro. En adelante
ya no será una cuestión de nacimiento, sino de poder económico.

En materia religiosa, en el 300 a.C. la ley Ogulnia abrió a los plebeyos


también los cargos religiosos. Con ello se alcanzó una autentica igualdad
de derechos políticos entre patricios y plebeyos.

En el 312 a.C. el censo Claudius Caecus renovó la lista de Senadores,


admitiendo como criterio de riqueza, no sólo la tierra, sino también la
riqueza mobiliaria. Ello produjo la introducción en el Senado de gente
nueva, incluso hijos de libertos, y permitió la libre inscripción de los
ciudadanos en las tribus. Esta reforma fue parcialmente contrarrestada en
los años siguientes pero abrió ya un proceso irreversible.

En el 287 a.C., tras nuevos desórdenes el dictador plebeyo, Q. Hortensius,


estableció definitivamente la obligatoriedad para el conjunto de la
población de las decisiones tomadas en plebiscito por la lex Hortensia, con
que se considera concluido el proceso de luchas entre patricios y plebeyos.

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