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ROMA POTENCIA ITÁLICA.

LA CONQUISTA DE ITALIA POR ROMA


(509-287 A.C.). PROCESO Y CONSECUENCIAS.

Tras la proclamación de la República, Tarquinio el soberbio, logró que la


Liga Latina se pusiera en contra de Roma, a la que acusaba de ser la
ejecutora del poder etrusco sobre el Lacio. Finalmente, la Liga Latina se
enfrentó militarmente a Roma en las proximidades del Lago Regilo, en una
batalla que fue totalmente favorable a las aspiraciones romanas.

La Liga Latina, en virtud del pacto foedus Cassianum, admitió de nuevo en


seno a Roma, como un miembro más, y con los mismos derechos y obligaciones.
El texto del pacto fue el mecanismo del que Roma se sirvió, durante el
siguiente siglo para poner las bases de su futuro dominio territorial.

En los últimos años del siglo IV a.C. y los primeros del V a.C., Roma tuvo que
hacer frente a la amenaza de otros pueblos, provocada por los primeros
movimientos de las poblaciones celtas del norte. Estas poblaciones
intentaron aprovechar la debilidad romana, consecuencia de la caída de la
monarquía, para adueñarse de sus muy superiores recursos económicos.

El enemigo principal de esa primera época de la República romana estaba


al norte, por un lado los etruscos, al frente de los cuales estaba la opulenta
ciudad de Veyes y, por otro, los galos.

Si en los enfrentamientos anteriores Roma tuvo el auxilio de sus aliados


latinos y hérnicos, las guerras contra Veyes, debió hacerlas frente ella
sola.

Desde muy antiguo las relaciones con Veyes siempre habían sido difíciles y
el enfrentamiento con la ciudad etrusca había sido un lugar común en todos
los reinados.

Probablemente, la raíz del problema estaba en la lucha por el dominio de


las vías de comunicación que unían Etruria y Campania, lo que suponía el
control efectivo de prácticamente todo el tráfico comercial que se producía
en la Italia central.

Tres fueron los enfrentamientos entre Roma y Veyes, que concluyeron con la
destrucción de la ciudad etrusca en el 396 a.C.

Los primeros enfrentamientos debieron dar comienzo en torno al año 485


a.C., y probablemente, se trató de simpes escaramuzas, que poco a poco fueron
subiendo de tono. Se alternaron en el tiempo victorias y derrotas, hasta
llegar a la heroica acción de los fabios en el río Cremera. La victoria de
los etruscos en este primer enfrentamiento con los romanos, supuso un
periodo de tregua que duró algo más de 40 años.

Durante el casi medio siglo de tregua, la posición etrusca se vio debilitada


por los acontecimientos internacionales. Los acontecimientos de esta
segunda guerra son confusos y parecen una repetición de parte de los
sucesos de la primera. Tienen su fase inicial en torno al 438 a.C., con

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(509-287 A.C.). PROCESO Y CONSECUENCIAS.

epicentro en la ciudad de Fidenae, que convencida por Veyes, se rebeló contra


Roma y mató a cuatro magistrados que habían sido enviados por el Senado.
Mamerco Emilio conquistó definitivamente para roma, en el 426 a.C., la
ciudad de Fidenae, que fue saqueada y sus habitantes vendidos como esclavos.

La definitiva toma de Fidenae supuso una nueva tregua, que tan sólo duró
20 años. En el año 407-406 a.C. dio comienzo el episodio final del
enfrentamiento con Veyes. En su fase final adquirió un carácter más
internacional interviniendo en ella los latinos junto a Roma y faliscos y
capenates junto a Veyes.

El desencadenante fue la reclamación realizada por Roma de los daños de


guerra, impuesto a Veyes tras la guerra anterior, y que ésta aún no había
satisfecho. La rotunda negativa de la ciudad etrusca y el maltrato
infligido a los embajadores romanos hicieron que estallaran de nuevo las
hostilidades entre ambas ciudades.

Durante esta guerra se produjo un hecho importante, y es que por primera


vez los campesinos, que formaban parte del ejército, recibieron una paga
por su labor, lo que produjo un significativo cambio en la milicia, ya que
permitía mantenerla en pie de guerra todo el año y no sólo estacionalmente.

La conquista de Veyes, el sometimiento de algunos de sus aliados, y la


anexión de su territorio, fue un logro importantísimo para Roma, pues con
ello comenzaba a tener una verdadera posición de privilegio en el Lacio, y
se convertía en la ciudad más grande de toda la región. Este hecho llevó
también a que su trato con la Liga Latina comenzara a cambiar, con lo que
poco a poco dejó de ser un hecho aquella alianza entre iguales que a
principios del siglo V a.C. había marcado las relaciones entre Roma y las
otras ciudades latinas.

Desde inicios del siglo V a.C., la Liga Latina había sido un eficaz
instrumento utilizado por Roma para lograr sus propósitos, pero a medida
que iba aumentando su poder imponía con más vigor sus deseos a las otras
comunidades, dado que su dependencia de ellas era menor. En el 340 a.C. las
comunidades latinas toman la decisión de hacer un frente común y solicitar
a Roma independencia e igualdad de derechos, incluida la exigencia de que
se les diera a ellos la capacidad de nombrar a uno de los cónsules, y a la
mitad de los miembros del Senado.

La negativa del Senado desencadenó la sublevación de las ciudades latinas.


Buscaron la alianza de volscos y sedicinios, en tanto que Roma contaba con
la ayuda de los samnitas, con lo que poco antes había estado en guerra.

En sucesivas batallas Roma derrotó a los latinos. Tras tres años de desigual
enfrentamiento, Roma logró la victoria definitiva, disolvió la Liga Latina
y tomó Ancio, la capital de los volscos. Algunas ciudades pasaron a integrar

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(509-287 A.C.). PROCESO Y CONSECUENCIAS.

el territorio romano y a sus habitantes se les concedió el derecho de


ciudadanía; con otras se establecieron acuerdos bilaterales, que les
concedían cierta autonomía y no las supeditaba íntegramente a los deseos
de Roma.

El enfrentamiento entre las tribus samnitas y Roma era inevitable desde


el momento en el que dio comienzo la expansión romana por la Italia central.
La historiografía nos habla de tres guerras, pero las verdaderamente
importantes fueron las dos últimas, tanto por sus acciones militares, como
por las consecuencias que de ellas se derivaron.

La tercera guerra samnita trajo consigo algunas novedades en todo lo


referente al periodo de mando que la constitución republicana asignaba a
sus dirigentes, dado que el imperium de algunos generales fue prorrogado
de modo sistemático en varias ocasiones hasta que finalizó la contienda,
cosa que sólo había sucedido en ocasiones muy excepcionales.

La guerra contra Tarento puso fin a la conquista de Italia, tal y como la


entendían los romanos, pues consideraban las tierras que había al norte de
Etruria como territorio de los galos, le daban el nombre de Galia Cisalpina
y su anexión como provincia romana tuvo lugar algo más tarde.

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