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TEMA 7.- INICIOS DE LA REPÚBLICA (509-250 a.

C)

1.- Introducción.
El origen de la República romana está ligado, según la tradición, a un relato que narra
cómo el hijo del rey ultrajó a una matrona cuyo marido trataría de arrebatar el trono
al monarca, pero falló y se vio obligado a refugiarse en Cumas, donde moriría al
mismo tiempo que se proclamaba la Res Publica en Roma. Esta se trata de una
leyenda falsa como tantas otras que incluye la analística antigua, principalmente la de
Tito Livio, lo que sumado a la falta de fuentes contemporáneas tanto internas como
externas, dificultan mucho la labor de establecer un inicio claro de la República.

2.- Situación Interna.


El ordenamiento social de la ciudad estaba en manos de una restringida aristocracia
patricia que luchaba por mantener el control político y sus privilegios frente al resto
de la población. De esta forma, la vida interna de Roma en los inicios de la república
basculaba entorno al conflicto entre los 2 órdenes sociales: patricios y plebeyos.

El Patriciado Romano era un grupo de familias que durante el periodo monárquico


monopolizó la dirección de la vida religiosa y el conjunto de bienes inmuebles,
aunque los llamados reyes etruscos trataron de disminuir su poder política pero, para
ello, tuvieron que concederles amplios privilegios que les elevó a una primera línea
con el cambio del sistema político.

No se sabe cómo accedió esta aristocracia al poder, solo que al principio tenía una
relación cordial con la plebe por la comprometida situación exterior de Roma y que
con el tiempo radicalizaron su postura y transformaron el Estado en un régimen
oligárquico de base gentilicia, el llamado “Serrata del Patriciado” en el que las
familias patricias dirigían la vida pública. Por lo tanto, era el Senado quien ejercía la
Soberanía através de la Auctoritas, es decir, el poder autoritario, ya que las funciones
ejecutivas, militares y civiles las asumían magistrados elegidos por los patricios y
sometidos a su control. Con el tiempo, esas magistraturas se convertirían en un
órgano colegial compuesto por 2 miembros: los cónsules.

La Classis Plebeya era aquella parte de la población cuyos recursos econóicos les
permitía formar parte del cuerpo político solo como subordinados de los patricios,
mientras que a nivel militar tenían las mismas obligaciones o más que estos. A esa
desigualdad política se añade una de índole jurídica-religiosa, ya que no tenían el
derecho de interpretar la voluntad de los dioses, por lo que los patricios eran los
únicos capacitados para aplicar las normas sobre el restos de personas de acuerdo a lo
dictado por las divinidades, provocando así la inseguridad en los plebeyos. La mayor
de las desigualdades se encuentra en el ámbito económico debido a 2 cuestiones
principales: la utilización del Ager Publicus, que era el territorio estatal cedido para el
disfrute de los ciudadanos pero que los patricios monopolizaron; y el endeudamiento
en el que podían entrar los campesinos si se vieran obligados a solicitar préstamos a
los ricos propietarios, llegando incluso a caer en la esclavitud.
Esto hace referencia a la conocida como Plebe Urbana, pero también existíana
algunas familias plebeyas con buen poder económico, ya que la Plebe no era un
estamento social sino una masa heterogénea que tomó conciencia de clase por su
sentimiento antipatricio. Por este motivo, las reivindicaciones plebeyas estaban
divididas entre las que exigiían derechos y las que exigían privilegios.

Para hacer frente al estamento patricio, la Plebe necesitaba una organización propia,
por lo que se marchó de Roma y condicionó su regreso a la concesión de
magistraturas en las que la aristocracia se mantuviese al márgen. En esta especie de
movimiento secesionista del año 494, la classis plebeya, incluso, amenazaba con dar
un Golpe de Estado, abandonar el ejército y fundar una nueva ciudad si no les
reconocían, al menos, como una comunidad.

La dirección del Estado pasaría a comunicarse con la clase plebeya mediante los
representantes de estos: los Tribunos, unos personajes a los que dotarían de
protección religiosa mediante la Lex Sacrata, por la cual se establecía que la figura
del tribuno era inviolable y que todo aquel que atentase contra él, sería juzgado
sumarísimamente. Inicialmente eran 2, pero el número ascendió a 10 y desarrollarían
2 funciones para con los plebeyos: el Auxilium, que ofrecía protección a este grupo; y
el Intercessio, que era la herramienta para llevar a cabo esa labor frente a las
injusticias patricias. De esta forma, el Estado podía verse paralizado ante el poder de
los tribunos, aunque este solo tenía vigencia dentro de los muros de la ciudad. Se
crearon otros 2 funcionarios plebeyos: los Ediles, que eran los encargados de
conservar los archivos de la plebe y de ejercer la custodia y la tesorería del templo
que levantaron en honor a la tríada de dioses plebeya: Ceres, Líber y Líbera. En el
471 se creó el Concilium Plebis, una asamblea que se articuló en base a los distritos
territoriales y no al dinero. Estaba presidido por un magistrado y se encargaba de
tomar decisiones que solo afectasen al conjunto de los plebeyos: los Plebiscitos.

Con esta fuerte organización, la Plebe continuó presionando al gobierno aristocrático


de los patricios hasta que en el 451 se suspendió el orden constitucional y se hizo
cargo de la gobernabilidad romana un colegio de 10 personajes que tendrían la tarea
de redactar el derecho romano en el plazo de un año. Estos Decenviros se
prolongaron en el poder con el pretexto de no haber acabado su labor, por lo que
fueron acusados de tiranos y depuestos de sus cargos, reestableciendo así la
magistratura consular en Roma. Se recopilaría un total de 12 tablas con todo el
derecho romano en las que se incluían, también, leyes favorables a la plebe como la
imposición de los plebiscitos como obligatorios para todos los ciudadanos, fuesen o
no plebeyos. Estas 12 tablas tenían elementos literarios cuya veracidad no se ha
contrastado, pero es un documento muy importante porque se trata de la primera
codificación legal romana.

La vuelta del consulado no fue más que la restauración del poder patricio al frente de
la dirección del Estado, aunque este sufriría una serie de viscistudes que provocaron
violentas luchas e inestabilidad política.
Sería a mediados del s.V a.C cuando un tribuno propuso que uno de los dos cónsules
fuese plebeyo, petición que fue esquivada otorgando el poder a los tribunos militares
del ejército, que podían ser tanto patricios como plebeyos. De esta manera, la
aristocracia prefería apostar por que algunas veces coincidiesen 2 patricios en el
consulado antes que tener siempre de manera obligatoria a un plebeyo en el poder. A
partir del 425 a.C, los 3 Tribunos Militares con Poder Consular se convirtieron en la
regla sin excepción, aunque a finales de siglo se elevarían al número de 6.

Se produjeron una serie de innovaciones como el monopolio del Censo por parte del
Patriciado, convirtiéndose estos en administradores de la propiedad del Estado y en
supervisores de la moral pública. Al mismo tiempo, el afianzamiento de la posición
de Roma en el Lacio conllevó una transformación socio-económica que se tradujo en
el aumento de bienes y riquezas de la Plebe, que se fortaleció tras tejer una red de
relaciones sociales tanto entre las propias familias plebeyas como con el patriciado. A
pesar de esto, el sector más humilde de la Plebe seguía siendo pobre y la élite plebeya
comenzó a obtener menos beneficios.

Continuaron las reivindicaciones hasta que en el 375 a.C fueron nombrados tribunos
Licinio y Sextio, cuyas propuestas a la autoridad patricia fueron aprobadas en las
Leyes Licinio-Sextias: En primer lugar, se redujo la cantidad de tierras que podía
tener cada persona, abriendo paso así a que la Plebe entrase en ese reparto del Arge
Publicus; en segundo lugar, se resolvió el problema de las deudas aboliendo la
esclavitud en ese ámbito; y por último, se asignó 1 de los 2 puestos consulares a la
élite plebeya. Por ese motivo, el Patriciado trató de reservarse para él algunas de las
funciones más importantes del Consulado, como la administración judicial, pero la
paridad política conllevó la decadencia de los monopolios patricios, que cayeron
ahora en manos de plebeyos. Este acceso de la plebe a las magistraturas no era
general, ya que solo tenía derecho a él la élite y contando con el apoyo del sector más
progresista del patriciado, alianza que se conoce como Oligarquía Patricio-Plebeya.
Se incluyó, entonces, las instituciones de la Plebe en el Estado, haciendo del Tribuno
un defensor del Pueblo y del Concilium una nueva asamblea estatal, mientras que los
Plebiscitos se convirtieron en auténticas leyes.

Desde el final de la lucha entre patricios y plebeyos, el Estado Romano es una


comunidad de ciudadanos libres: el Populus Romanus, aunque, a pesar de estar en
una Res Publica, no era el pueblo quien tomaba las decisiones sino una serie de
instituciones públicas que se dividen en 3 ámbitos:
• Magistraturas: Son las instituciones gubernamentales, que estaban divididas a
su vez en varias esferas de competencias y sujetas a elección anual excepto un
par de ellas. La magistratura era colegial de cara a evitar el abuso de poder
salvo en la dictatorial. La jerarquía interna de la magistratura se establecía en
base a las funciones de cada magistrado, la llamada Potestas, mientras que el
poder de un mando concreto se denomina Imperium, restringido a las más altas
magistraturas. Los portadores de ese imperium eran los únicos capacitados
para interpretar la voluntad divina y para dirigir el ejército en campaña.
Al tratarse de un honor gratuito pero cuyo cumplimiento exigía ciertos gastos,
el ejercicio de las magistraturas solo podía llevarlo a cabo una clase
privilegiada que acabó haciéndose con el monopolio del mismo y estableciend
una carrera que ascendiese grado a grado (según la edad) a los miembros de
esas familias pudientes que la cursasen. Este Cursus Honorum quedó fijado por
ley en un decreto. Son varias las magistraturas:
◦ Cuestura era el más bajo grado en las magistraturas y sus funciones eran
administrar el Tesoro público y los archivos del Estado. Fueron 2 miembros
inicialmente, pero alcanzarían la cifra de 20.
◦ Edilidad era un colegio compuesto por 2 magistrados patricios y 2 plebeyos
cuya función era principalmente la policial, aunque también se encargaban
de controlar los juegos públicos.
◦ Tribunado de la Plebe tenía el mismo grado que la anterior magistratura y,
en número de 10, tenía la función de proteger al pueblo frente a posibles
abusos por parte de los magistrados.
◦ Pretura era el siguiente grado en la escala de las magistraturas y su función
era la de administrar justicia. El número de miembros fue en aumento y
eran investidos con el Imperium.
◦ Consulado era la magistratura suprema, ya que sus funciones eran las de
dirigir el Estado y el ejército. Poseían el Imperium y tenían la capacidad de
convocar asambleas y al Senado y de juzgar causas civíles o penales.
◦ Censura era una magistratura especial consistente en un colegio de 2
miembros que eran elegidos cada 5 años y cuya función era la de elaborar
una lista de ciudadanos y su reparto tanto militar como territorial. Con el
tiempo, también controlaría al Senado.
◦ Dictadura era una magistratura extraordinaria ejercida durante 6 meses por
una persona electa por los cónsules en caso de emergencia. Concentraba
todos los poderes del Estado en su figura.
• Senado: Es un Consejo Supremo destinado a asesorar a los magistrados cuyos
miembros, inicialmente, eran los jefes de los Gens, pero la institución pasaría a
ser la reunión de todos los ex-magistrados, quedando así en manos de la
aristocracia. El nombramiento era vitalicio y el número de 300 senadores se
mantuvo hasta el s.I a.C. Este órgano era el elemento que daba solidez y
continuidad a la política romana, ya que, dada la experiencia de sus miembros,
suponía ser el núcleo permanente del Estado frente a las magistraturas anuales.
De esta manera, el Senado tenía también la Auctoritas porque los gobiernos se
sometían a sus conocimientos, aunque con el tiempo, las decisiones de esta
institución adquirirían un carácter preventivo. En cuanto a sus competencias,
en el ámbito religioso se dedicaba a gestionar los cultos, a guardar los templos,
a incluir nuevos dioses, etc... En política interior, sus funciones eran las
relativas a las finanzas públicas como gestor del Tesoro y a la administración
de los bienes estatales, especialmente del Ager Publicus; pero era a nivel
exterior donde este órgano tenía más relevancia, ya que se encargaba de las
políticas belicista y diplomáticas, así como de los medios para llevarlas a cabo.
• Comitias: Eran las asambleas de ciudadanos que representaban en su conjunto
la voluntad del Populus Romanus, aunque desde distintos puntos de vista. A
pesar de esto, el principio de Soberanía del pueblo por el que se caracterizaban
las asambleas era una mera formalidad, ya que en la realidad estaban sometidas
al control de los magistrados, porque eran estos quienes las convocaban y
establecían el orden del día; y del Senado, porque era este quien tenía la
capacidad de ratificar o no lo aprobado en los comicios. Hay varias asambleas:
◦ Comicios por Curias eran los más antiguos, aunque su función quedó
reducida a conceder el Imperium a los magistrados. Para estas asambleas, el
pueblo se agrupaba en 30 curias.
◦ Comicios por Centurias reunía a la población en clases censitarias de
acuerdo a las riquezas personales y al ordenamiento militar. Los miembros
de la classis, que eran quienes podían permitirse ir al ejército, se dividieron
en 193 centurias atendiendo a un criterio económico para fijar así los
derechos políticos de cada persona. Los más ricos se agruparon en 98
centurias, que era el número necesario para aprobar una propuesta, por lo
que las decisiones ern tomadas solo por la clase pudiente. Sus funciones se
resumen en la elección de los magistrados superiores, las labores
diplomáticas y su acción como tribunal por lo penal.
◦ Consilium de la Plebe y Comicios por Tribus eran las asambleas cuyas
articulaciones responden a un criterio territorial. La primera se convertiría
en asamblea popular y su principal función sería la de someter a votación
las leyes; y la segunda era una asamblea general de todo el cuerpo
ciudadano sin división estamentaria cuyas votaciones se realizaban teniendo
en cuenta la voluntad de las tribus al completo y no de cada uno de sus
miembros individualmente. Las funciones de esta última eran la elección de
los magistrados inferiores y su acción como tribunal para castigos menores.

Teniendo en cuenta las instituciones públicas de Roma y la alianza formada entre la
Plebe y el Patriciado, se creó un Estado gobernado por esa nueva aristocracia
Patricio-Plebeya: la Nobilitas, que integraba solo a familias que tuviesen algún
miembro ocupando una alta magistratura, aunque también podían acoger a miembros
de otras familias que ocupasen altos puestos para ennoblecer sus filas. De esta
manera, la sociedad experimentó una fase de estabilización polarizada en 2 aspectos:
el reparto de tierras y el problema de las deudas; cuestiones cuyas soluciones
conllevaron un fortalecimiento de la masa campesina.

El Estado Patricio-Plebeyo entró en contacto con las regiones más avanzadas


económicamente de Italia, por lo que se fijaron nuevos horizontes económicos que
preveían, por ejemplo, la introducción de la política monetaria. Se acuñaron monedas
con la leyenda “ROMA” que se acabarían convirtiendo en instrumentos
imprescindibles a la hora de hacer negocios. Las tendencias económicas de la
Nobilitas se basaban en los intereses mercantiles defendidos por la élite plebeya y en
los intereses agrarios defendidos por el campesinado. Ambas 2 tenían ambiciones
expansionistas, tanto hacia el sur de la península como hacia el norte de la misma.
3.- Situación Externa.
La política exterior de Roma tuvo un papel crucial en las transformaciones de las
bases socio-políticas del Estado. Buena prueba de ello es la ocupación de la ciudad
por parte de Porsenna de cara a extender sus dominios por el Lacio frente a la Liga
Latina, la cual se alió con los griegos para vencerle. Una vez derrotado, se refugió en
Roma y animó a la aristocracia patricia a dar vida a la república, pero a su muerte les
enfrentó con la Liga Latina por la vía armada, lucha que se saldó con una victoria
romana al firmar el pacto Foedus Cassianum, el cual integraba a Roma en la liga y la
situaba en una posición hegemónica dentro de esta, según la tradición.

Los pueblos del Apenino, por su parte, rodeaban el Lacio y realizaban incursiones a
él para tratar de implantarse en la llanura debido a que eran tribus con escasez de
recursos. Las guerras contra Ecuos y Volscos se prolongaron durante todo el s.V y no
sería hasta comienzos del s.IV cuando estos pueblos apeniníacos dejarían de ser una
amenaza. Los Hérnicos, sin embargo, firmaron un pacto de alianza con la Liga
Latina; mientras que los Sabinos, por último, firmarían unos acuerdos que les
permitía ejercer la transhumancia en Roma cuando esta extendió por sus terrenos
mediados el s.V.

La Liga continuó su actividad militar llevando a cabo la fundación de colonias


federales con fines estratégicos de cara a ganar la avanzadilla en Italia, siendo
algunas de ellas Signia, Lora y Norba. Estos lazos federales permitían políticas
independientes, por lo que Roma llevó a cabo su propio proyecto expansionista en
lugares ajenos a los intereses del Lacio. El caso más destacado es el de la vecina
ciudad etrusca de Veyes, con la que mantenía una fuerte enemistad que les condujo a
un sangriento conflicto armado para hacerse con los recursos económicos de la zona
y con las vías de acceso a ellos. Las guerras duraron más de un siglo y se saldaron
con la victoria de un dictador romano frente a la resistencia de Veyes. Su anexión por
parte de Roma duplicó el territorio de esta, lo que conllevó un extenso reparto de
tierras a título individual entre la población romana. De esta manera pasó a ser la
ciudad más poderosa del Lacio, ya que tenía las mismas tierras que el resto de los
integrantes de la Liga Latina juntos.

Ya a principios del s.IV, los galos provenientes de Europa Central irrumpieron


violentamente en Italia, rompiendo así el equilibrio de las fuerzas existentes en la
península. Se aproximaron a Roma para tratar de saquearla y las fuerzas romanas
salieron a detenerles pero fueron derrotadas, abriéndose paso los galos para devastar
la ciudad, a excepción del Capitolio, hasta que aceptaron retirarse a cambio de una
contribución. Mientras abandonaban Roma, fueron sorprendidos por las tropas del
dictador romano y, finalmente, vencidos.

La invasión gala fue aprovechada por varias ciudades de la Liga Latina para aliarse
contra Roma, acudiendo a sus antiguos enemigos apeniníacos, por lo que la potencia
hegemoníaca en el Lacio se vio obligada a estrechar relaciones de amistad con la
ciudad etrusca de Caere y con la enemiga de los griegos, Cartago.
A pesar de los múltiples frentes antirromanos, la confederación volvió a posicionarse
junto a Roma, quien la sometería años más tarde hasta anexionar el Lacio
definitivamente. Este proceso abarcó medio siglo protagonizado por guerras contra la
Liga Latina y demás enemigos de Roma, quien salió reforzada del conflicto y se negó
a aplicar una política represiva contra los vencidos. De esta manera, también, Roma
fundaba sus primeras colonias: Ostia y Tarracina.

La confederación Samnita se alió con Roma para luchar contra la Liga Latina, pero
una vez pasado el conflicto, se enfrentó a ella en una serie de guerras debido al cruce
de intereses respecto a la Campania. El conflicto bélico se saldó con una victoria de
Roma, quien posteriormente tendría que hacer frente a un nuevo levantamiento galo
que pudieron detener en la Italia Central. Los romanos se lanzaron a la conquista del
sur peninsular, enfrentándose con la Magna Grecia y con Tarento, quienes solicitaron
ayuda a Pirro. Este caudillo griego fue derrotado por las guarniciones romanas, hecho
que aceleró la unificación de Italia baho la hegemonía de Roma.

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