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Amparo por derechos difusos al medio ambiente

Señor Juez:
………… , mayor de edad, comerciante, con domicilio real en calle de
Capital Federal, y constituido conjuntamente con mi letrado patrocinante , abogado, Tº
Fº , Monotributista (o responsable inscripto) en calle Nº de esta ciudad, a V.S. me
presento y con todo respeto digo:
Objeto: Que en tiempo y forma vengo a promover formal demanda de
amparo, conforme lo normado por los artículos 14, 17, 18 y 43 de la Constitución
Nacional, contra con domicilio en calle de esta ciudad, con expresa imposición de
costas.
Legitimación activa: A partir del caso Rusconi la Corte Suprema ha
establecido que se reconoce esta calidad a quien invoque un “derecho subjetivo
administrativo”, en el ámbito del derecho público provincial se ha abierto la postura
amplia que reconoce dicha potestad también para el interés legítimo, e inclusive para el
difuso. En efecto, la CSJN desde un precedente del año 1994 (fallos 120:190) sostuvo
que “en materias regidas especialmente por leyes de orden administrativo, no es de
estricta aplicación la regla de derecho común que admite acción en juicio para la
defensa de todo derecho o interés legítimo”.
Para hablar de Derecho Comparado debemos manifestar que el Derecho
Español cambió su postura limitativa de la ley 1.888 hasta la promulgación del artículo
28 inc. a) de la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, hablando ahora de
“interés directo”, principio que fuera reafirmado por el Tribunal Supremo.
Para concluir cabe repetir palabras de la SCBA en el caso Rusconi: “Esta
Corte, abriendo parcialmente una brecha, prescindió de esa nota de exclusividad en
relación a los “concursantes” y “oferentes” desplazados, al sostener que la exigibilidad
concurrente no desplaza la vinculación jurídica de ellos con la Administración mediante
la participación en el procedimiento reglado”.
En el presente caso puede constarse esa circunstancia, ya que si bien el
actor no participó en un procedimiento reglado, alega un perjuicio personal, directo y
legítimo, y sólo él puede pedir la revisión del obrar ilegítimo que afecta a su persona y
patrimonio”.
Por ello, en mi calidad de comerciante y en virtud de las exigencias
administrativas y tributarias que la habilitación trae, y ante la eventual ilegalidad del
obrar de quien no tiene las obligaciones a su cargo ya que no está habilitado y por la
ordenanza actual que rige la instalación de grandes superficies cubiertas nunca lo estará,
es que me encuentro legitimada para promover el presente. Procedencia: La
garantía de amparo procede, conforme la Constitución provincial, cuando por cualquier
acto, hecho decisión u omisión, proveniente de autoridad pública o un tercero, se
lesione, amenace, en forma actual o inminente con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta,
el ejercicio de los derechos individuales o colectivos constitucionalmente consagrados.
Y según la Carta Magna toda persona tiene derecho a interponer una
acción expedita y rápida de amparo contra todo acto u omisión de autoridades públicas
o particulares que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con
arbitrariedad ilegalidad manifiesta derechos y garantías reconocidos por la Constitución,
con lo que evidentemente, se encuentra abierta la vía. Que la presente se funda en las
siguientes consideraciones de hecho y de derecho que paso a exponer:
Hechos: Que con fecha de la firma demandada procedió a iniciar las
actividades en el establecimiento que explota en el lugar que se da como domicilio real
de la misma.
Que según la zonificación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la
habilitación de dichas actividades se encuentran sujetas a clasificación conforme el
grado de peligrosidad de los vertidos conforme las leyes que reglamentan el medio
ambiente.
Dicha legislación establece en forma clara qué tipo de actividades
pueden desarrollarse y en qué lugares pueden tener su asiento conforme la clasificación
realizada de la actividad, lo que no se ha cumplido por parte del establecimiento ahora
demandado, en especial la realización de un estudio evaluativo del impacto
socioeconómico que pudiera ocasionar, estudio este que deberá considerar la población
y su nivel socioeconómico, el área de influencia y la existencia de una estructura
comercial adecuada en la zona...”.
La empresa accionada no ha cumplimentado con el requisito que es
conditio sine qua non para que se le pueda otorgar la correspondiente habilitación, lo
que se le hizo saber en reiteradas oportunidades a la demandada por parte de la
Municipalidad no cumplimentándolo hasta el presente.
Sin perjuicio de ello se presentó el pedido que se acompaña a las
autoridades respectivas, comunicando que la puesta en marcha de la empresa traería
aparejado un daño al medio ambiente y los vecinos de la zona.
Debo manifestar a V.S. que los actos que impugno por esta acción
traspasan los límites del ambiente público para meterse dentro del ámbito privado, de
los comerciantes y personas que habitan el lugar de zona de influencia, toda vez que la
posibilidad de que abra sus puertas de factum haría que la zona sufra una crisis
económica que no se podría superar, y ello peor, basado en la ilegitimidad de su
accionar, ya que, reitero, no se encuentra habilitado para funcionar.
Vengo en consecuencia, ante la publicidad de que la accionada
comenzaría sus actividades el día del corriente año, es que solicito, el cese de tales
actos, como también que se realicen las medidas conducentes a los fines de que por el
medio que corresponda las autoridades públicas y la justicia a través de las fuerzas de
seguridad, arbitren los medios necesarios para que no abra las puertas en la
clandestinidad. Estimo que se está violando en forma ilegal y manifiesta el artículo 43
de la Constitución Nacional que tiene cabida también en la provincial en su mandato 7 y
10.
No cabe ninguna duda que nos encontramos ante la afectación de los
llamados intereses difusos o colectivos.
Podemos decir, como sostuvo Augusto Morello que el tránsito del
proceso individual al colectivo es por demás asombroso y nos brinda ávidos de estudio
y comprensión, el arsenal de las técnicas y soluciones que la gente aguarda del moderno
derecho procesal, para asegurar los bienes colectivos y lograr -al mismo tiempo- la
tutela especial que proteja y defienda los singulares derechos afectados.
La presente acción de amparo, está expresamente consagrada para la
defensa de estos derechos en el propio artículo 43 de la Carta Magna. Expresa el
segundo párrafo del citado artículo: “...podrá interponerse esta acción contra cualquier
forma de discriminación en lo relativo a los derechos que protegen el ambiente, a la
competencia, al usuario y al consumidor, así como los derechos de incidencia colectiva
o general, el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que propendan a esos
fines, registrada conforme a la ley, la que determinará los requisitos y formas de su
organización...”.
O sea, que en el derecho argentino, la protección de “estos intereses
colectivos o difusos”, o más propiamente, de estos derechos de la tercera generación,
encuentran en la acción de amparo un medio constitucionalmente consagrado a tal
efecto.
Sin lugar a dudas el amparo consagrado en el artículo 43 de la C.N.,
según reforma de 1994, ha significado la confirmación de este mecanismo de tutela para
los derechos mencionados. Coincido con Guillermo F. Peirano en J. A., cuando expresa:
“Es más, hasta nos animamos a decir que no hubiéramos visto con desagrado que esta
garantía se hubiera mantenido exclusivamente dentro de la esfera jurisdiccional,
correspondiendo a la judicatura reformarla permanentemente en sus límites y alcances
de acuerdo con las mutables necesidades de la sociedad”.
En este sentido, recurrimos una vez más a la siempre clara pluma del
maestro Augusto Mario Morello, quien en ocasión de presentar su obra escrita junto con
Carlos Vallefin nos enseña: “Las reflexiones vuelan sobre el núcleo conceptual del
amparo, se centran en el punto de la necesidad de empeñarnos -pese a la resistencia que
ofrece nuestra agobiante circunstancia- en que aquel vuelva por sus fueros, reconocerle
sin hipocresías su virtualidad práctica, y que debe vivir con “espontaneidad”.
Que para ello requiere de los aires de la libertad, sin agobiadoras
reglamentaciones, detallistas y paralizantes, tanto de una “osada prudencia” de los
jueces sin los cuales el amparo no puede desplegar sus espléndidas posibilidades de
acordar protección”.
En consecuencia, debemos manifestar aquí que el derecho que se
encuentra afectado es el de la libertad de comercio y competencia, sin contar el derecho
de cada ciudadano a que se cumpla con las normas legales que rigen su comunidad.
En tal sentido el criterio de CSJN ya desde el conocido caso Quinteros,
el bien común es un valor constitucional, identificado con el “bienestar general” del
preámbulo (fallos 179-113). El orden público y la moral pública están explícitamente
citados e injertados en la Constitución en el artículo 19, la “buenas costumbres”, aunque
no se declaren expresamente en la Constitución, bien pueden incluirse en la idea de
moral pública; esta demanda respetar a las “buenas” y en cambio, descarta a ciertas
“malas” costumbres.
Sin perjuicio de ello, y como ampliación, debemos definir que legítimo
es un concepto más amplio que la legalidad, es un juicio de justificación de algo o
alguien, y se da únicamente ante tres requisitos de la conducta; a) justa (justificación en
función de valores); b) lícita (justificación por la legalidad); y c) socialmente aceptada
(justificación social), para resumirlo, un acto legítimo es un acto justo. Si tenemos en
cuenta el accionar y la decisión de la firma nos encontramos con que el mismo es
ilegítimo e ilegal, pues carece de la habilitación, acto administrativo propio que autoriza
a un comercio a funcionar conforme la legislación comunal.
Cabe resaltar que el hecho que abra sus puertas sin la habilitación
municipal, que todos los demás comerciantes debieron obtener para ejercer la industria
lícita, produce el efecto, es decir, pone en marcha la lesión que autoriza el amparo.
Debemos exponer que la Constitución Nacional, y las leyes que
reglamentan el ejercicio son la ley suprema de la nación, y en la comuna local,
coordinadamente con la ley Nacional, ha establecido que para habilitar un comercio de
las características del de la demandada, debe cumplirse con lo normado en la
legislación, y no habiéndolo hecho la demandada no tiene autorización legal para
funcionar.
Por ello es inconstitucional, arbitrario e ilegítimo, lo que pretende hacer
al querer abrir sus puertas sin la autorización municipal, y por ello violadora de la ley
fundamental.
A tal efecto conviene recordar aquí las palabras del Juez Marshall en el
caso “Marbury vs. Madison” que consagra la doctrina de la Supremacía de la
Constitución en los siguientes términos: “La Constitución es, o bien una ley Suprema y
Soberana, no susceptible de ser modificada por medios ordinarios, o bien está al nivel
de las leyes ordinarias y, como todas las otras leyes, puede ser modificada cuando a la
legislatura le plazca modificarla.
Si la primera parte de la alternativa es cierta, una ley contraria a la
Constitución no es una ley; si la última parte es verdadera, las constituciones escritas
son tentativas absurdas por parte del pueblo para limitar un poder que, por su naturaleza
misma, no puede ser limitado.
Ciertamente, todos aquellos que han elaborado las constituciones
escritas, las contemplaron como formando la ley fundamental y suprema de la Nación y,
consecuentemente, la teoría de cada uno en tal gobierno debe ser que una ley de la
Legislatura repugnante a la Constitución es nula.
Esta teoría acompaña esencialmente a la Constitución escrita, y debe ser
considerada en consecuencia por las Cortes, como uno de los principios fundamentales
de nuestra sociedad”.
En otras palabras y respondiendo al concepto de lógica jurídica para que
el ordenamiento legal no caiga en caótica contradicción es menester que nunca una ley o
norma o acto, ya sea público o privado, pueda derogar derechos que la Constitución
consagra a los habitantes, esto es, sin importancia de la técnica de funcionamiento,
órganos encargados de controlar que la Constitución no se torne en una promesa
irrealizable.
Para ello existe el Poder Judicial debiendo traer a colación palabras de
Gray en “The Nature and Sources of the Law” (The Mc Millan Company, New York,
1948, 2 ed. ps. 103) cuando dice: “El Estado existe para la protección y desarrollo de los
intereses humanos, principalmente a través de los derechos y deberes. Si cada miembro
del Estado conociera perfectamente sus propios derechos y deberes, y los derechos y
deberes de los demás, el Estado no necesitaría órganos judiciales. Pero no existe tal
conocimiento universal. Para determinar en la vida real, cuáles son los derechos y
deberes del Estado y de sus ciudadanos, el Estado necesita y establece los órganos
judiciales, los jueces. Para determinar derechos y deberes, los jueces establecen qué
hechos existen, y también sancionan las normas son el Derecho”.
El pedido que se realiza se fundamenta en que carece de la habilitación
correspondiente, y no ha cumplido siquiera con lo normado por la Ordenanza n°
……………, aplicable al caso, y le provoca a todos los comerciantes de la zona una
serie de daños y perjuicios que no están obligados a tolerar, y por consiguiente se
solicita de V.S. no se le permita comenzar con su funcionamiento hasta tanto no cumpla
con la legislación vigente en la Comuna, es decir, obtenga su habilitación.
Medida de no innovar: Cabe consignar que si bien los particulares no
tienen derecho a que las normas se mantengan inalteradas, sí tienen a que el orden
existente sea respetado por los terceros encargados de su ejecución, por lo que se
solicita se decrete medida de no innovar y no se le permita a abrir sus puertas hasta
tanto se dicte sentencia en las presentes actuaciones.
Derecho: Fundo la presente en lo dispuesto por el artí- culo 43 de la
Constitución Nacional, Doctrina y Jurisprudencia. Prueba: Ofrezco la
siguiente:
Posiciones: Se libre oficio a fin de que el Intendente Municipal absuelva
posiciones a tenor del interrogatorio que en oficio oportunamente oportunamente se
acompañará;
Testimonial: Se cite a prestar declaración testimonial a las siguientes
personas: a) ……………., con domicilio en calle ……………. de ……………; b)
……………, con domicilio en calle …………. de …………….; c) ……………., con
domicilio en calle de …………. Oficio: Se libre oficio a la
Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires a fin de que remita el expediente
………………, asimismo informe si existe un pedido de estudio de impacto
socioeconómico para la instalación de una superficie Comercial en la intersección de las
calles y de esta ciudad.
Por todo lo expuesto solicito:
a) Se me tenga por presentado, parte y por constituido domicilio;
b) Se corra traslado de la presente por el término y bajo apercibimiento de ley;
c) Se haga lugar a la medida de no innovar solicitada;
d) Se haga lugar a la prueba ofrecida;
e) Oportunamente se dicte sentencia haciendo lugar a la demanda en todas sus partes
con expresa imposición de costas.

Proveer de conformidad
SERÁ JUSTICIA

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