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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

DEFENSORÍA DEL PUEBLO


DIRECCIÓN GENERAL DE SERVICIOS
JURÍDICOS
DIRECCIÓN DE RECURSOS JUDICIALES

Ciudadano
Juzgado de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil, de la Circunscripción Judicial del
Estado Nueva Esparta.
Su Despacho.-

Nosotros, Víctor Avila, Tiisay Romero, y Daniel Bruno, venezolanos, mayores de edad, de
gprofesión abogados, titulares de las cédulas de identidad N° __________, _________, y
________, e inscritos en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo los N° _______ ,
_______ , y _______ respectivamente y de este domicilio, procediendo con el carácter de
Defensor del Pueblo Delegado del Estado ________ el primero, según se evidencia de
________________, Defensora Adjunta la segunda, y Defensor Auxiliar, respectivamente,
actuando en este acto por delegación del ciudadano GERMÁN MUNDARAÍN HERNÁNDEZ,
venezolano, mayor de edad, de este domicilio, en su condición de Defensor del Pueblo de la
República Bolivariana de Venezuela, tal como se evidencia de la designación publicada en
Gaceta Oficial número 37.105, de fecha 22 de diciembre de 2000, respetuosamente y de
conformidad con las atribuciones conferidas en los artículos 280 y 281 numerales 2ro, 3ro de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en concordancia con los artículos 2
y 5 de la Ley Orgánica de Amparo Sobre Derechos y Garantía Constitucionales, acudimos
ante su competente autoridad a los fines de interponer como en efecto interponemos en este
acto, ACCIÓN DE AMPARO CONSTITUCIONAL, contra medida de cierre del vertedero de

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basura ubicado en el sector el Piache, Municipio Mariño , del estado Nueva Esparta, y el cual
constituye el único vertedero de basura legalmente establecido en el Estado. Medida
adoptada por la empresa Karcom, sucesión Fermín, y demás personas a solicitud de éstas.
Situación que constituye una amenaza inminente a los derechos constitucionales de los
habitantes del Estado. En este sentido seguidamente se expone:

CAPÍTULO I
DE LA LEGITIMACIÓN ACTIVA

La Defensoría del Pueblo de la República


Bolivariana de Venezuela está,
constitucionalmente legitimada y es competente
para interponer la presente Acción de Amparo,
de conformidad con las disposiciones contenidas
en los artículos 280 y 281 numerales 1, 2 y 3 de
la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, toda vez que tiene a su cargo la
defensa y vigilancia de los derechos y garantías
constitucionales y en ejercicio de esta función, la
Constitución le faculta para ejercer en forma
general todas las acciones que considere
pertinentes a los fines de garantizar estos
derechos.

En este sentido, el numeral 2 del artículo 281


anteriormente señalado, establece como una
atribución específica del Defensor del Pueblo,
velar por el correcto funcionamiento de los
servicios públicos, amparar y proteger los

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derechos e intereses legítimos, colectivos y
difusos de las personas, contra las
arbitrariedades, desviaciones de poder y errores
cometidos en la prestación de los mismos ,
interponiendo cuando fuere procedente las
acciones necesarias para exigir al Estado el
resarcimiento a los administrados de los daños y
perjuicios que les sean ocasionados con motivo
del funcionamiento de los servicios públicos.

Con relación a lo aquí expuesto, la Sala


Constitucional de Tribunal Supremo de Justicia
estableció entre otras cosas, en su sentencia de
fecha 17 de mayo de 2001, la cualidad específica
del derecho colectivo en lo que atañe a la lesión
concreta y determinable en la cual un grupo de
personas habitantes en una zona del país se
vieran afectadas ante la no prestación del
servicio público. A tal efecto la Sala expone:

“...es diferente la lesión que se localiza


concretamente en un grupo, determinable como
tal, aunque no cuantificado o individualizado,
como serían los habitantes de una zona del país,
afectados por una construcción ilegal que genera
problemas de servicios públicos en la zona.
Estos intereses concretos, focalizados, son los
colectivos, referidos a un sector poblacional
determinado (aunque no cuantificado) e
identificable, aunque (no) individualmente, dentro

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del conjunto de personas existe o puede existir
un vínculo jurídico que los une entre ellos.”

Nos encontramos entonces ante la


inminencia de la violación de los derechos de los
ciudadanos habitantes del Estado Nueva Esparta
derivado de la acción de cierre del vertedero de
basura del Piache.
En el presente caso, Ciudadano Juez, la
intervención de la Defensoría del Pueblo se
justifica en vista del riesgo manifiesto de que se
materialice una lesión de carácter definitivo al
derecho que tienen los habitantes del Estado, a
un ambiente sano y a la salud, los cuales se
pudieran ver afectados en virtud de que el cierre
de dicho único vertedero , trae como
consecuencia que el servicio de recolección se
paralice, produciendo acumulación de basura en
las aceras y calles de todo nuestro Estado.

En consecuencia, la legitimación por parte de


este Despacho para interponer la presente
acción, se deriva del hecho que tiene a su cargo
la defensa y vigilancia de los Derechos y
Garantías establecidos en la Constitución y en
los Tratados Internacionales sobre Derechos
Humanos suscritos y ratificados por la República,
así como de los intereses legítimos, colectivos y
difusos de los ciudadanos, y en específico los
correspondientes al mal funcionamiento de los
servicios públicos, por lo que en ejercicio de

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estas atribuciones la Constitución le faculta, para
ejercer todas las acciones que considere
pertinentes a los fines de garantizar estos
derechos. Es por ello que acudimos a este
honorable Juzgado Superior en lo Contencioso
Administrativo, a los fines de interponer la
presente acción de amparo constitucional.

CAPÍTULO II
DE LA COMPETENCIA

Es competencia de estos Juzgados Contencioso


Administrativo de la Región (___...) conocer de la
presente acción de amparo, toda vez que la
misma está dirigida a salvaguardar los derechos
fundamentales de los ciudadanos que habitan en
el Estado _______ , de conformidad con el
criterio de distribución de competencia
establecido en nuestro ordenamiento legal y
jurisprudencial.

En este orden de ideas, el encabezado del


artículo 5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales señala,
en relación con la competencia para conocer del
amparo, que:

La acción de amparo procede contra todo acto


administrativo, actuaciones materiales, vías de
hecho, abstenciones u omisiones que violen o
amenacen violar un derecho o una garantía

5
constitucionales, cuando no exista un medio
procesal breve, sumario y eficaz acorde con la
protección constitucional.

Asimismo la sentencia Emery Mata Millán vs.


Ministro del Interior y Justicia y otros, de fecha 20
de enero de 2002, estableció que:

Corresponde a los Tribunales de Primera


Instancia, afín con la materia del amparo, el
conocerlos en los casos distintos a los
anteriormente señalados, siendo los Superiores
de dichos tribunales los que conozcan de la
apelación o consulta.

Se debe tomar en cuenta además el criterio


establecido por la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia de fecha 08 de
diciembre de 2000, caso Yoslena Chanchamire
Bastardo, en la cual señaló:

“D) La Sala está consciente de que los órganos


de la administración central o descentralizada, al
dictar actos administrativos, o realizar uno de los
supuestos del artículo 5 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, pueden lesionar derechos y
garantías constitucionales de personas tanto en
el Área Metropolitana de Caracas, como en
diversas partes del país.

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En estos casos la infracción constitucional se
reputa que ocurre en el lugar donde se
desmejora o lesiona la situación jurídica; es
decir, en el lugar donde se concreta el efecto del
acto, y conforme a lo explicado en este fallo, lo
natural será acudir en amparo ante los
Tribunales de Primera Instancia de dicho lugar, o
los excepcionales del artículo 9 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales.
 
Sin embargo, mientras no se dicten las leyes que
regulen la jurisdicción constitucional o la
contencioso-administrativa, y a pesar de la letra
del artículo 7 de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales, el
conocimiento de los amparos autónomos afines
con la materia administrativa, corresponderá en
primera instancia a los Tribunales Superiores con
competencia en lo Contencioso Administrativo,
que tengan competencia territorial en el lugar
donde ocurrieron las infracciones
constitucionales, a pesar de que no se trate de
jueces de primera instancia. Esta determinación
de competencia se hace en aras del acceso a la
justicia y a la celeridad de la misma, evitando así,
que las personas lesionadas deban trasladarse a
grandes distancias del sitio donde se concretó el
hecho lesivo, a fin de obtener la tutela
constitucional. En beneficio del justiciable, si en

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la localidad en que ocurrieron estas
transgresiones, no existe Juez Superior en lo
Contencioso Administrativo, pero sí un Juez de
Primera Instancia en lo Civil, éste podrá conocer
del amparo de acuerdo al procedimiento del
artículo 9 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales.

Ahora bien, si en la localidad en que ocurrieran


las transgresiones constitucionales, tampoco
existe Juez de Primera Instancia en lo Civil,
conocerá de manera excepcional de la acción de
amparo, el juez de la localidad, y éste, de
conformidad con el artículo 9 antes citado, lo
enviará inmediatamente en consulta obligatoria
al Juez Superior en lo Contencioso
Administrativo, para que se configure la primera
instancia. (énfasis añadido)

En este sentido, se observa que en la presente


acción de amparo contra las conductas omisivas
realizadas por la Unión de Transportistas
Distribuidores de Derivados de Hidrocarburos
pueden traducirse en violaciones flagrantes de
servicios esenciales de los ciudadanos
habitantes en los estados que se han visto
afectados ante la imposibilidad de consumo de
gasolina, situación que ha generado la limitación
en la prestación de servicios públicos tales como,
gas, agua, electricidad, entre otros.

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CAPÍTULO III
DE LA PROCEDENCIA

La presente Acción de Amparo debe ser admitida


por cuanto hay lugar a derecho, toda vez que no
está incursa en ninguna de las causales
establecidas en el artículo 6 de la Ley de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales y
por cuanto se han cumplido todos los requisitos
establecidos en el artículo 18 de dicha ley. En
efecto, existe la violación de derechos
fundamentales de los habitantes de la
comunidad del Estado ________ por parte de la
Unión de Transportistas Distribuidores de
Derivados de Hidrocarburos que se han negado
a servir de medio de traslado dentro del territorio
nacional del principal producto del país como lo
es el petróleo, situación que se ha presentado
una vez en apoyo al denominado paro cívico
convocado por la Confederación de Trabajadores
de Venezuela (C.T.V), Federación de Cámaras y
Asociaciones de Comercio y Producción de
Venezuela (FEDECÁMARAS) y la Sociedad Civil
iniciado el 2 de diciembre de 2002.

La situación jurídica infringida que viven y que se


indicará más adelante, es únicamente reparable
por esta vía, dado la urgencia del caso y la
violación directa, flagrante e inmediata de los

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derechos humanos fundamentales que
seguidamente se detallan.

CAPÍTULO IV
DE LOS HECHOS

La seguridad, la paz y la estabilidad de un país


dependen de manera directa de los órganos de
gobierno designados constitucionalmente para
cumplir esa tarea. El gobierno, se constituye por
lo tanto como garante del cumplimiento de los
derechos humanos de todos sus habitantes.
Específicamente, el mantenimiento del orden,
como una de sus tareas elementales, consiste en
velar por el derecho de un grupo de personas a
ejercer sus derechos y libertades legales sin
infringir los derechos de otros.
La constitución de la República Bolivariana de
Venezuela establece en su artículo 3 que: El
Estado tiene como fines esenciales la defensa y
el desarrollo de la persona y el respeto a su
dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad
popular, la construcción de una sociedad justa y
amante de la paz, la promoción de la prosperidad
y bienestar del pueblo y la garantía del
cumplimiento de los principios, derechos y
deberes consagrados en esta Constitución.
La educación y el trabajo son los procesos
fundamentales para alcanzar dichos fines.

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Asimismo el artículo 19 dispone: El Estado
garantizará a toda persona, conforme al principio
de progresividad y sin discriminación alguna, el
goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e
interdependiente de los derechos humanos. Su
respeto y garantía son obligatorios para los
órganos del Poder Público de conformidad con la
Constitución, los tratados sobre derechos
humanos suscritos y ratificados por la República
y las leyes que los desarrollen.
En este mismo sentido, el artículo 23 de la Carta
Magna establece “Los tratados, pactos y
convenciones relativos a derechos humanos,
suscritos y ratificados por Venezuela, tienen
jerarquía constitucional y prevalecen en el orden
interno, en la medida en que contengan normas
sobre su goce y ejercicio más favorables a las
establecidas por esta Constitución y la ley de la
República, y son de aplicación inmediata y
directa por los tribunales y demás órganos del
Poder Público”.
No es intención de esta Defensoría realizar una
enumeración de todo el articulado de la Carta
Magna que se relacione con la obligación de
garantía del Estado frente a los ciudadanos
respecto de la tutela de los derechos humanos
de estos. Pero ante esta situación de conflicto
que viene atravesando el país, debido al paro
indefinido que fuera declarado, nos lleva a
analizar desde el punto de vista de los derechos
humanos y a la luz de la Constitución, las

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situaciones que se generan a consecuencia de
esta medida.
En el artículo 1, párrafo 2, del Protocolo II
adicional a los Convenios de Ginebra de 1949 se
considera que las "situaciones de tensiones
internas y disturbios interiores" no son conflictos
armados. Aunque no figura una definición como
tal, se deja claro, no obstante, que, como las
tensiones internas y los disturbios interiores no
son conflictos armados, el Comité Internacional
de la Cruz Roja ha tratado de definir a las
mismas (CICR, Ginebra, 1986; publicado,
asimismo, en la Revista Internacional de la Cruz
Roja, nº 85, 1988, pp. 11-37), realizando la
siguiente descripción de los disturbios interiores:
“Se trata de situaciones en las que, sin que haya,
propiamente hablando, conflicto armado sin
carácter internacional, existe sin embargo, a nivel
interior, un afrontamiento que presenta cierto
carácter de gravedad o de duración y que da
lugar a la realización de actos de violencia. Estos
últimos pueden revestir formas variables, que
van desde la generación espontánea de actos de
sublevamiento hasta la lucha entre grupos más o
menos organizados y las autoridades que
ejercen el poder. En estas situaciones, que no
degeneran forzosamente en lucha abierta, las
autoridades que ejercen el poder apelan a vastas
fuerzas de policía, o bien a las fuerzas armadas,
para restablecer el orden interno. El número

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elevado de víctimas ha hecho necesaria la
aplicación de un mínimo de reglas humanitarias".
El mantenimiento del orden público genera en
estas situaciones conflictos entre los derechos
enunciados en la Constitución. Las personas
tienen derecho a tener una opinión y a
expresarla, a reunirse pacíficamente y a
asociarse con otras personas, siempre que
cumplan sus responsabilidades de conformidad
con la ley. Tanto el respeto de los derechos y las
libertades de otras personas o de su reputación
como el orden y la seguridad pública, la defensa
nacional, la salud y la moral pública son razones
posibles para restringir el ejercicio de los
derechos mencionados anteriormente. Los
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley
se ocuparán de hacer efectivas tales
restricciones cuando las autoridades
competentes lo estimen necesario.
Los principios esenciales del derecho de los
derechos humanos, aplicables en situaciones de
disturbios y tensiones, y especialmente
importantes para la aplicación de la ley son el
derecho a la vida, la libertad, la salud y la
seguridad de las personas.
En este orden de ideas, entendemos que el goce
y ejercicio de un derecho no puede afectar otras
garantías previstas por la constitución de la
República, como son los derechos antes
enunciados, máxime cuando ello afecte a

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personas inocentes o que no se encuentran
involucradas en la situación de conflicto.
Al mismo tiempo, que existen servicios públicos
básicos o mínimos que deben resguardarse en
toda situación de tensión interna, ya que la
suspensión de esta prestación puede acarrear
graves lesiones en el orden público.
§1
Las empresas contratadas por Petróleos de
Venezuela, S.A. (PDVSA)

PDVSA es un empresa cuyo único accionista es


el Estado. Desde 1975, el Estado se reserva, por
razones de conveniencia nacional, todo lo
relativo a la exploración, explotación, refinación,
transporte y comercialización del petróleo y
sus derivados, tales como orimulsión, química,
petroquímica, gas, carbón, entre otros. En este
sentido, la empresa PDVSA es responsable de
las operaciones de un considerable número de
empresas, bajo la guía y supervisión del
Ministerio de Energía y Minas.

Ésta constituye una de las empresas energéticas


más importantes del mundo, como podemos
observar, se trata de una empresa básica cuya
actividad constituye la principal fuente de
ingresos de nuestro país, y uno de los motores
fundamentales de la economía nacional.

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Considerando esta realidad, la Constitución
prevé, en su artículo 303, que por «razones de
soberanía económica, política y de estrategia
nacional, el Estado conservará la totalidad de las
acciones de PDVSA».

Asimismo, el artículo 1.° de la Ley que Reserva


al Estado la Industria y el Comercio de los
Hidrocarburos, establece que:

Se reserva al Estado, por razones de


conveniencia nacional, todo lo relativo a la
exploración del territorio nacional en busca de
petróleo, asfalto y demás hidrocarburos; a la
explotación de yacimientos de los mismos, a la
manufactura o refinación, transporte por vías
especiales y almacenamiento al comercio interior
y exterior de las sustancias explotadas y
refinadas, y a las obras que su manejo requiera,
en los términos señalados por esta ley. Como
consecuencia de los dispuesto en este artículo,
quedarán extinguidas las concesiones otorgadas
por el Ejecutivo Nacional y la extinción se hará
efectiva el día 31 de diciembre de mil
novecientos setenta y cinco. Se declaran de
utilidad pública y de interés social las actividades
mencionadas en el presente artículo, así como
las obras, trabajos y servicios que fueren
necesarios para realizarlas. Lo referente a la
industria del gas natural y el mercado interno de
los productos derivados de hidrocarburos, se

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regirá por la Ley que Reserva al Estado la
Industria del Gas Natural y la Ley que Reserva al
Estado la Explotación del Mercado Interno de los
Productos Derivados de Hidrocarburos,
respectivamente, en cuanto no colida con lo
dispuesto en la presente ley» (énfasis añadido).

Ahora bien, el transporte, distribución y expendio


de los derivados de los hidrocarburos, en
especial la gasolina, lo realiza distintas personas
jurídicas a través de los contratos otorgados por
PDVSA, previa autorización del Ministerio de
Energía y Minas, constituyendo tales actividades
como servicios públicos.

Estas disposiciones constitucionales y legales


revelan la importancia que significa para
Venezuela y su lugar dentro del concierto
internacional, la industria del petróleo y sus
derivados. De esta manera se garantiza que la
política petrolera se encuadre dentro del marco
del sistema socioeconómico diseñado por la
Constitución de la República, siempre en
defensa de los intereses nacionales.

§2
Antecedentes del conflicto

Conforme a la nota de prensa de fecha 08 de


diciembre de 2002 publicada en el web side de
Internet el universal.com, denominada

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“Transportistas de hidrocarburos se paran por los
hechos de Altamira”, se observa que la Unión de
Transportistas y Distribuidores de Derivados de
Hidrocarburos decidió unirse al paro convocado
por FEDECAMARAS, la CTV y la Coordinadora
Democrática, como protesta por los hechos
sangrientos ocurridos en la Plaza Altamira el
pasado viernes 06/12/02. En tal sentido el
comunicado expresa:

“...nos solidarizamos y apoyamos


irrestrictamente los lineamientos de
Fedecámaras, la Coordinadora Democrática y la
Confederación de Trabajadores de Venezuela...”

En consecuencia, el servicio público de


transporte de hidrocarburos se ha paralizado en
el país, afectando así el abastecimiento del
combustible que debe ser conducido a las
diferentes estaciones de servicio del país.

§3
Del conocimiento de estos hechos por parte
de la Defensoría del Pueblo

La Defensoría del Pueblo conoce de lo narrado,


no solamente en virtud de constituir un hecho
notorio comunicacional, sino que además, en
fecha 5 de abril de 2002, el ciudadano Adolfo
Miquilena, en representación de la Fuerza de

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Profesionales Bolivarianos, solicitó la
intervención de esta Institución en el conflicto
suscitado por un sector de la nómina mayor de la
empresa PDVSA, ya que considera que el mismo
es ilegal y está afectando la viabilidad económica
del país.

Asimismo, en fecha 6 de abril de 2002, los


miembros de la Coordinadora Cultural Simón
Bolívar de la parroquia 23 de Enero, así como de
la Asociación Antonio José de Sucre de la misma
parroquia, también solicitaron la intervención de
la Defensoría del Pueblo en el conflicto
planteado, argumentando que éste ocasiona
serias consecuencias a los sectores populares,
ya que las acciones de protesta de un sector de
la industria petrolera, está poniendo en peligro el
destino de miles de personas. En este sentido,
manifiestan en su solicitud que «todos y cada
uno de nosotros sentimos que está en juego
nuestro derecho al trabajo, nuestra estabilidad
económica, la educación de nuestro hijos y la
salud y la vida de los que habitamos las zonas
populares».

CAPÍTULO V
DEL DERECHO

La Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela en su artículo 236 numeral 16, le
otorga al Presidente de la República atribuciones

18
para nombrar no sólo al Presidente de Petróleos
de Venezuela, así como a la Directiva que la
conforma; sino también, en conjunto, con el
Ministro de Energía y Minas tener las
competencias de formulación, regulación y
seguimiento de las políticas y la planificación,
realización y fiscalización de las actividades en
materia de hidrocarburos, lo cual comprende lo
relativo al desarrollo, conservación,
aprovechamiento y control de dichos recursos;
así como al estudio de mercados, al análisis y
fijación de precios de los hidrocarburos y de sus
productos.

En tal sentido, el Ministerio Energía y Minas es el


órgano nacional competente en todo lo
relacionado con la administración de los
hidrocarburos y en consecuencia tiene la facultad
de inspeccionar los trabajos y actividades
inherentes a los mismos, así como las de
fiscalizar las operaciones que causen los
impuestos, tasas o contribuciones establecidos
en este Decreto Ley y revisar las contabilidades
respectivas, en virtud de ser PDVSA una
Empresa del Estado.

Ahora bien, ciudadano Juez, este Despacho está


convencido de la necesidad de analizar esta
situación a la luz de los intereses colectivos de la
Región ________ y las consecuencias que las
acciones emprendidas por este grupo de

19
trabajadores puedan tener de forma directa
sobre los servicios públicos que se prestan a la
población y que se encuentran vinculados
directamente al sector petrolero, tales como la
gasolina y el gas, así como también, otros
servicios públicos esenciales como el servicio de
agua, luz, salud, educación y alimentos, cuya
distribución y funcionamiento también dependen
de forma directa o indirecta del funcionamiento
de los servicios que presta la industria petrolera.

Nos encontramos frente a un pretendido conflicto


de intereses en donde algunos trabajadores de
PDVSA, así como algunas contratistas de dicha
empresa han tomado medidas contradictorias
que lejos de mejorar la eficiencia de la empresa,
amenazan afectar de forma directa e inminente
servicios públicos esenciales vinculados con el
sector petrolero del país y en consecuencia
derechos humanos previstos en nuestra
normativa constitucional y legal. Es por ello, que
este Despacho, considera necesario y urgente la
protección de los intereses de los ciudadanos y
de la población, en consecuencia denuncia como
afectados los siguientes derechos conexos:

§1
Sobre el derecho a disponer de bienes y
servicios de calidad

20
El artículo 117 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, consagra:

«Todas las personas tendrán derecho a disponer


de bienes y servicios de calidad, así como a una
información adecuada y no engañosa sobre el
contenido y característica de los productos y
servicios que consumen; a la libertad de elección
y a un trato equitativo y digno. La ley establecerá
los mecanismos necesarios para garantizar esos
derechos, las normas de control de calidad y
cantidad de bienes y servicios, los
procedimientos de defensa del público
consumidor, el resarcimiento de los daños
ocasionados y la sanción correspondiente
por la violación de estos derechos» (énfasis
añadido).

Este artículo establece que todos los ciudadanos


y residentes de la República Bolivariana de
Venezuela tienen el derecho a disponer de
servicios de calidad, que en el presente caso
serían los servicios públicos vinculados con la
empresa petrolera de forma directa o indirecta.
Vale decir, el servicio de gas domiciliario e
industrial, el servicio de energía eléctrica, el
servicio de gasolina, el servicio de transporte, el
servicio de salud, el servicio de educación, entre
otros. Todos estos servicios sin lugar a dudas se
verán afectados de una u otra forma de continuar
las medidas emprendidas por un grupo de

21
trabajadores de la mencionada empresa
petrolera y las empresas contratadas para la
prestación del transporte de sus productos, en
consecuencia, dichas acciones amenazan de
manera directa la prestación de los mismos y la
calidad de vida de la población venezolana.

Esta conducta arbitraria del ente prestador del


servicio público, contratistas, que afecta a los
consumidores es lo que hace al presente caso
objeto de protección especial, puesto que se
subsume en el supuesto de hecho previsto en el
artículo 113 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, el cual dispone:

‘...Se declara contrarios a los principios


fundamentales de esta Constitución (...) el abuso
de la posición de dominio que (...) una empresa o
conjunto de empresas, adquiera o haya adquirido
en un determinado mercado de bienes o de
servicios, con independencia de la causa
determinante de tal posición de dominio, así
cuando se trate de una demanda concentrada
(...) el Estado adoptará las medidas que fueren
necesarias para evitar los efectos nocivos y
restrictivos (...) del abuso de la posición de
dominio y de las demandas concentradas,
teniendo como finalidad la protección del público
consumidor...” (énfasis añadido).

22
La naturaleza propia de la actividad del servicio
público consiste en mantener y sostener la
calidad de vida de la sociedad, lo cual no es otra
cosa que –conforme lo ha señalado la Sala
Constitucional en sentencia de fecha 30 de junio
de 2000- «...el producto de la satisfacción
progresiva y concreta de los derechos y
garantías constitucionales que protegen a la
sociedad como ente colectivo, como cuerpo que
trata de convivir en paz y armonía, sin estar
sometida a manipulaciones o acciones que
generen violencia o malestar colectivo, por lo que
ella, en sentido estricto, no es el producto de
derechos individuales como los contenidos
puramente en el Capítulo de los Derechos
Humanos, sino del desenvolvimiento de
disposiciones constitucionales referidas a la
sociedad en general» (énfasis añadido).

Por cuanto la actividad prestadora de servicios


públicos constituye el sostén de la calidad de
vida del pueblo venezolano el Tribunal Supremo
de Justicia, en la mencionada sentencia, ha
establecido la máxima referente a la
interpretación de la ley en un Estado Social de
Derecho y de Justicia, la cual es la siguiente:

“Un Estado de esta naturaleza (Estado Social de


Derecho y de Justicia), persigue un equilibrio que
permita el desenvolvimiento de una buena
calidad de vida y para lograr su objetivo, las

23
leyes deben interpretarse en contra de todo lo
que perturbe esa meta, perturbaciones que
pueda provenir de cualquier área del
desenvolvimiento humano, sea económico,
cultural o político.” (énfasis añadido)

Es así que los servicios públicos se encuentra


intrínsicamente relacionados con «...garantizar a
los ciudadanos una calidad de vida integral,
signada por el valor dignidad del ser humano...»,
como lo ha señalado la Sala Constitucional en la
sentencia antes referida. De tal manera, que la
afectación de estos servicios como consecuencia
directa de las acciones emprendidas por un
grupo de trabajadores pertenecientes a la
industria petrolera y en el presente caso de las
empresas contratadas para el transporte de los
productos, pondrían en riesgo manifiesto la
calidad de vida de la población por el menoscabo
en la prestación de estos servicios, además de
generar un estado de angustia permanente y
generalizado que también afecta de manera
directa y proporcional la calidad de vida.

Es así, que tenemos que el control de la


actividad de los prestadores de servicios públicos
en beneficio de los consumidores ha de resultar
provechoso en la práctica, puesto que los
prestatarios, por su condición de personas
jurídicas de carácter privado, se han sustraído de

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un efectivo control gubernamental y
jurisdiccional.

Esas empresas ejercen y explotan una actividad


de carácter mercantil que por la magnitud de sus
operaciones trasciende el mero ámbito privado,
ya que de ellas depende la calidad de vida del
pueblo venezolano. A este respecto, citamos al
autor Miguel Marienhoff, quien en su tratado de
Derecho Administrativo, volumen I, ha escrito:

“La actividad del comerciante, especialmente la


del que se dedica al tráfico de artículos de
primera necesidad (alimentos, medicamentos,
etc.) tiene una sustancia tal que trasciende a lo
meramente ‘privado’ para ubicarse en una zona
francamente regulada por el derecho público. En
muchos casos hallamos que la actividad del
comerciante implica un verdadero servicio
público (...) [por] tratarse de actividades
vinculadas con necesidades ‘vitales’ de la
colectividad. En todo esto el derecho
administrativo tiene una amplia esfera de
aplicación, sea a través de normas reguladoras o
de normas de control (...) la importancia del
servicio público, considerado como institución
política es indiscutible, constituye una institución
fundamental del derecho administrativo.” (énfasis
añadido)

25
Todas esas características, así como la actividad
que realizan, equiparan a los comerciantes cuya
actividad implica un verdadero servicio público,
con la misma administración, por lo que estas
empresas se encuentran sujetas principio de
legalidad. En consecuencia, el presente conflicto
pone de manifiesto la amenaza inminente de
violación de este derecho constitucional, ya que
además de las consecuencias económicas que
sufriría el país por la continuidad de las acciones
ilegales de este grupo de trabajadores de
PDVSA y de las empresas contratadas para la
distribución mediante transporte terrestre de los
productos de PDVSA, se estaría afectando de
manera directa el derecho a tener servicios
públicos de calidad y en consecuencia se
violarían también derechos conexos a los
mismos, tales como, el derecho el derecho al
libre tránsito, el derecho al libre ejercicio de
ciertas y determinadas actividades económicas e
incluso hasta el principio de seguridad
alimentaria de la Nación, en virtud de la posible
escasez de combustible que se generaría por el
cierre o la deficiente operatividad de las centrales
petroleras del país.

Igualmente, se crearía un clima de crisis social


por la escasez de servicios domiciliarios tales
como luz, gas y transporte, que afectarían el
normal desenvolvimiento de la actividades
cotidianas de la familia venezolana –sobre todo

26
las de escasos recursos- quienes utilizan el gas
para cocinar, el transporte público para
movilizarse, entre otros aspectos. Por su parte, la
ausencia de combustible, no sólo afectaría a los
pequeños y medianos empresarios entre los que
se encuentran dueños de bombas y gasolineras,
taxistas y transportistas que requieren del vital
líquido para ejercer su actividad económica, sino
que además traería como consecuencia directa
en corto plazo, graves deficiencias al servicio
público del transporte, lo cual no sólo afectaría a
los trabajadores sino a toda la actividad
productiva y en general al funcionamiento normal
de las actividades del país.

Es por ello, que la Defensoría del Pueblo ve con


honda preocupación la existencia de un conflicto,
que compromete derechos esenciales del ser
humano y que requerirá para su definitiva
solución, no sólo de la voluntad de las partes,
sino también de la disposición de todos los
actores de este conflicto para que el mismo sea
resuelto, sin afectar el buen funcionamiento y
normal desarrollo del país. Es nuestro deber
constitucional, como defensores de los intereses
colectivos y difusos de la sociedad, garantizar
que por este medio se corrijan las amenazas de
violación de derechos constitucionales que
actualmente denunciamos.

27
§2
Del derecho de Propiedad

Hay que hacer notar que dentro de las nuevas


concepciones jurídicas y avances doctrinarios y
jurisprudenciales que se han producido a nivel
mundial nos encontramos, que conceptos como
el concepto de propiedad han sufrido cambios,
sobre todo si tomamos en consideración que se
ha abandonado el esquema del Estado liberal
burgués a un Estado social, democrático, de
derecho y de justicia (artículo 2 de la
Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela), en el que el derecho de propiedad
no se ve como una institución clave para el
sistema económico, sino que por el contrario
esta se limita modificando la noción jurídica
sobre la cual se reconoce la importancia de la
protección social.

Esta transformación se produce acorde a las


nuevas características económicas de la
sociedad industrial que tiene un fin social y que
es legitimador de la propiedad privada que opera
dentro de ella y desde su interior, conformando el
contenido del derecho y no como anteriormente
lo hacía que era desde afuera y no sobre ésta.
Esto no significa que tenga unos límites
derivados de las necesidades sociales, sino que

28
el interés general y colectivo que se encuentra
políticamente institucionalizado le confiere las
características al derecho de propiedad, junto
con el derecho de disposición del titular, el cual
no desaparece.

Es por ello, que el concepto constitucional del


derecho de propiedad es más amplio y
comprensivo que el que corresponde al derecho
de propiedad civil. En efecto, mientras la
propiedad civil se refiere exclusivamente al
derecho real de dominio, la propiedad
constitucional comprende todos los derechos
patrimoniales de una -persona; es decir, todo lo
que sea susceptible de valor, los intereses
apreciables que un hombre puede poseer fuera
de sí mismo, de su vida y de su libertad.

La Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela consagra este derecho en su artículo
115, que expresamente señala:

“Se garantiza el derecho de propiedad. Toda


persona tiene derecho al uso, goce, disfrute y
disposición de sus bienes. La propiedad estará
sometida a las contribuciones, restricciones y
obligaciones que establezca la ley con fines de
utilidad pública o de interés general. Sólo por
causa de utilidad pública o interés social,
mediante sentencia firme y pago oportuno de
justa indemnización, podrá ser declarada la

29
expropiación de cualquier clase de bienes”.
(énfasis añadido)

Establece el artículo 115 de la Constitución,


antes citado, que toda persona tiene derecho al
uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes.
Asimismo, este derecho se encuentra
desarrollado en el artículo 545 del Código Civil,
cuando define la propiedad como “el derecho de
usar, gozar y disponer de una cosa de manera
exclusiva con las restricciones y obligaciones
establecidas en la Ley”. El derecho de propiedad
de conformidad con lo establecido en la
normativa señalada, comprende el derecho de
usar, gozar y disponer de la cosa.

Es importante realizar la división doctrinaria


sobre el derecho de propiedad la ha sido
interpretada desde una doble vertiente, por un
lado se encuentra la diferenciación de la
propiedad constitucional y la civil; y la otra se
enmarca en la propiedad constitucional la cual a
su vez se divide en propiedad constitucional
privada o particular y la propiedad constitucional
colectiva.

Ahora bien, el derecho de propiedad


constitucional colectivo tiene un objeto
netamente social, el cual tiene como horizonte el
bienestar de un colectivo que se ve, de una

30
forma u otra, beneficiada del ejercicio efectivo de
dicho derecho.

Como señala Luciano Parejo Alfonso: “...el


derecho de propiedad clásico es un producto
decantado históricamente, es una institución del
pasado, que contempla los bienes patrimoniales
en su misma existencia, es decir, estáticamente,
mientras que la empresa es una institución
moderna, surgida en la era postmanufacturera
del capitalismo, que concibe la propiedad
dinámica, en su inserción en el proceso
productivo: la propiedad creando propiedad. De
esta forma, cabe decir que la propiedad, en las
dos vertientes expuestas, constituye la clave del
modelo económico de la Constitución Española,
sirviéndose ésta, para su traducción jurídica, de
figuras subjetivas (derechos) y objetivas
(instituciones), ...” (Luciano Parejo, Alfonso.
Algunas consideraciones sobre el derecho de
propiedad a la luz de la jurisprudencia
constitucional. Libro Homenaje. Universidad
Central de Venezuela. Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas 20 años Especialización en
Derecho Administrativo. Estudios de Derecho
Administrativo. Volumen II. Caracas / Venezuela.
2001. Página 278.)

En este sentido, la función social determina la


definición misma del derecho de propiedad
privada y delimita su contenido, en la que no se

31
da un concepto abstracto de libre disposición o
señorío sobre el bien objeto del dominio
reservado a su titular, que se encuentra limitado
a través de las leyes para salvaguardar los
legítimos derechos o intereses de terceros, la
función social o el interés general. La
delimitación del contenido del derecho de
propiedad privada en virtud de su función social,
debe ciertamente regularse por la ley, pero
también por la Administración de acuerdo con las
leyes.

El Estado democrático, social de derecho y de


justicia, se fundamenta en la voluntad popular de
los ciudadanos, respetuoso de los derechos y las
libertades de la persona en el que su sustancia
consiste en el ordenamiento jurídico, para la
solución de los problemas sociales y la
realización efectiva de los valores y los objetivos
colectivos. Todo esto es con la finalidad de
promover el progreso de la cultura y de la
economía para asegurar a todos los ciudadanos
una digna calidad de vida, que no es otra cosa
que el bien común, y que se concreta en el
desarrollo de un crecimiento armónico del
sistema económico y la preservación del sistema
natural.

Ante esto la propiedad privada esta


constitucionalmente vinculada al valor central del
personalismo social, relacionada con la dignidad

32
de la persona en sociedad a través del libre
desarrollo de su personalidad, que se encuentra
supeditada a órdenes o valores superiores o
supraindividuales como son los derechos
colectivos o de la sociedad dentro de un Estado
social de derecho. Por esto, la garantía
institucional de la propiedad privada consiste en
su correcta interpretación constitucional desde la
perspectiva de la nueva realidad y que es el
Estado democrático, social de derecho y de
justicia.

Ahora bien, como fue señalado anteriormente, la


delimitación del contenido del derecho de
propiedad privada en virtud de su función social,
debe ciertamente regularse por la ley, pero
también por la Administración de acuerdo con las
leyes. En este orden de ideas, es imperioso traer
a colación el contenido de la Ley Orgánica de
Hidrocarburos, Capitulo VIII, Sección II, artículos
59 y siguientes, los cuales desarrollan lo relativo
a las actividades de comercialización en el
comercio interior.

La gasolina como fuente esencial para la


prestación de servicios públicos de calidad,
entiéndase, el agua; gas; electricidad;
alimentación; educación; transporte; salud; entre
otros, es considerada como un producto derivado
de los hidrocarburos y en consecuencia tiene

33
que ser regulado por el Ministerio de Energías y
Minas.

En este sentido, el artículo 60 de la Ley Orgánica


de Hidrocarburos, establece lo siguiente:

Constituyen un servicio público las actividades


de suministro, almacenamiento, transporte,
distribución y expendio de los productos
derivados de los hidrocarburos, señalados por el
Ejecutivo Nacional conforme al artículo anterior,
destinados al consumo colectivo interno. El
Ejecutivo Nacional, por órgano del Ministerio de
Energía y Minas, fijará los precios de los
productos derivados de los hidrocarburos y
adoptará medidas para garantizar el suministro,
la eficiencia del servicio y evitar su interrupción.
En la fijación de los precios el Ejecutivo Nacional
atenderá a las disposiciones de este Decreto Ley
y a las previsiones que se establezcan en su
Reglamento. Estos precios podrán fijarse
mediante bandas o cualquier otro sistema que
resulte adecuado a los fines previstos en el
presente Decreto Ley, tomando en cuenta las
inversiones y la rentabilidad de las mismas.
(énfasis añadido)

Como puede observarse, la propia Ley


Orgánica de Hidrocarburos establece que la
actividad de suministro, transporte,
distribución y expendio de la gasolina,

34
(derivado de hidrocarburos), es un servicio
público y en consecuencia deben operar
medidas mínimas, a los fines de producir el
menor daño posible a la población.

En consecuencia, el fin social que tiene las


actividades de suministro, almacenamiento,
transporte, distribución y expendio de los
productos derivados de los hidrocarburos, en
especial el de la gasolina, constituye el fin social
que delimita el derecho de propiedad, trayendo
ello como resultado la necesidad de intervención
por parte de este órgano jurisdiccional, a los
fines de evitar un daño en mayores proporciones,
en el que se permita el acceso a los órganos del
estado dentro de las instalaciones y propiedades
privadas, en razón de garantizar la prestación del
servicio público esencial.

§3
De los intereses en conflicto

El conflicto planteado nos pone en la obligación


de analizar la legalidad de las acciones que han
sido emprendidas por este grupo de trabajadores
y empresas contratistas y en consecuencia, el
apego de las mismas al Estado de Derecho y de
Justicia que impone la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.

35
Este grupo de trabajadores y empresas
contratistas, han utilizado la figura del «paro»
interrumpiendo sus jornadas laborales y
prestación de servicios a PDVSA como
herramienta para la ruptura del hilo democrático
que alegan defender y que según sus dichos ha
regido siempre a esta empresa del Estado. Estas
figuras no se encuentran contempladas de
manera autónoma en nuestra normativa laboral,
la cual sólo prevé estos mecanismos como parte
de un sistema de reivindicaciones laborales en el
marco del ejercicio del derecho a huelga, y no
como lo es el presente caso que se trata de una
protesta en contra de un sistema de gobierno
instaurado democrática y constitucionalmente.
Sin embargo, en el caso de autos, no nos
encontramos en el ejercicio legítimo de este
derecho, pues el mismo, tal como lo establece la
Constitución, los tratados internacionales en
materia laboral y la ley, requieren el agotamiento
de unos requisitos previos sin los cuales su
ejercicio deviene en ilegítimo e ilegal, pero cómo
se mencionó el presente caso no se trata de una
huelga laboral, sino de acciones de otra índole,
llegando incluso a realizar protestas de tipo
políticas.

En el caso de este conflicto con las empresas


transportistas y distribuidoras, no nos
encontramos frente a una paralización de la
jornada del trabajo, la cual incluso no busca

36
reivindicaciones laborales, muy por el contrario,
busca levantar una decisión tomada dentro de
las atribuciones legales y constitucionales del
Presidente de la República y la salida del mismo
del gobierno de una manera no establecida en la
Constitución.

Igualmente, resulta oportuno destacar que por


ser PDVSA una empresa como la señalada
anteriormente, algunos derechos se ven
limitados por razones de seguridad de la nación
y por el hecho de ser un servicio esencial, cuya
regulación permite establecer mayores
limitaciones a estos derechos, lo cual incluiría el
derecho de propiedad y demás derechos
conexos con las empresas contratistas que
prestan el servicio de distribución y transporte de
los productos de PDVSA.

En otro orden de ideas, la realización de estas


actividades en el marco de la industria petrolera
venezolana, específicamente de PDVSA además
de las limitaciones legales y constitucionales
señaladas, también exige requisitos expresos
para que su cumplimiento se de en el marco de
la legalidad, es por ello, que pese a que algunos
sectores han pretendido legitimar estas acciones
indicando que las mismas se encuentran en el
marco de una «desobediencia civil»
fundamentada en el artículo 350 de la
Constitución, nosotros afirmamos, que la mismas

37
no se corresponden con el ejercicio legítimo de
un derecho, sino muy por el contrario, que son
acciones ilegales que están afectando y
amenazan afectar en mayor medida los intereses
de la Nación y en consecuencia los derechos e
intereses regionales.

Ciudadano Juez, estas acciones que han iniciado


un grupo de trabajadores de PDVSA al igual que
un grupo de empresas contratistas insistimos, no
se corresponde con los requisitos que establece
claramente la ley, en consecuencia dichas
acciones son abiertamente inconstitucionales e
ilegales, no sólo por sus efectos nefastos sobre
la economía del país y los derechos de los
venezolanos, sino porque además estas
acciones no cumplen ninguno de los requisitos
legalmente exigidos para ejercer el derecho de
protesta contra los órganos del Estado o el
derecho a huelga que exige nuestro
ordenamiento. Es por ello, que solicitamos que
sea solucionado el presente problema por el
Juzgado Superior Contencioso.

CAPÍTULO VI
MEDIDA CAUTELAR

Como se ha desarrollado en el presente escrito


se encuentran en juego un servicio público
esencial que afecta otros servicios públicos
esenciales como el de salud, electricidad,

38
alimentos, gas, agua, educación, entre otros. Por
ello, es evidente que se encuentra involucrado el
orden público de la nación, en el que las
tensiones internas y los disturbios interiores
pueden conducir a una situación que el
Gobierno, dadas las circunstancias, y recurriendo
a las medidas de que normalmente dispone, no
se considere capaz de controlar. La situación
puede llegar a ser tan grave que incluso peligra
la posición del Gobierno elegido
democráticamente. Al respecto, el artículo 4 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos contiene importantes disposiciones.

La teoría cautelar ortodoxa no ha podido dar


respuestas adecuadas a ciertos requerimientos
de los justiciables que claman por soluciones
inmediatas, en tiempo razonable, ante la
situaciones que no admiten demora. Ello así, tal
como lo señala Jorge W. Peyrano en su artículo
“Lo Urgente y lo Cautelar” (JA, 1995-I-899), la
procesalística moderna nos habla hoy de la
necesidad de concebir una suerte de tutela
judicial urgente, partiendo de la idea de que lo
urgente es distinto y más amplio que lo cautelar.
La Tutela anticipada o medida autosatisfactiva es
la acción procesal urgente autónoma, que puede
tramitar inaudita parte, con la finalidad de
obtener una resolución de mérito orientada a la
protección de los derechos del peticionante

39
dictada en tiempo oportuno para evitar la
producción del daño o hacerlo cesar.
En este orden de ideas, cabe recordar que
“proceso urgente” reconoce en la actualidad tres
tipos principales de mecanismos diferenciados
entre sí: a) Las medidas cautelares: que nunca
constituyen un fin por si mismas, sino que están
ineludiblemente preordenadas a la emanación de
una ulterior providencia definitiva y al resultado
práctico que aseguran preventivamente. Más que
a hacer justicia contribuyen a garantizar el eficaz
funcionamiento de la justicia (CALAMANDREI,
Piero, “Introducción al estudio sistemático de las
providencias cautelares”, Edit. “El Foro”, 1997,
p.44/45). b) La medida autosatisfactiva: es el
requerimiento urgente formulado al órgano
jurisdiccional por los justiciables que se agota –
de ahí lo autosatisfactiva- con su despacho
favorable, no siendo entonces necesaria la
iniciación de una ulterior acción principal para
evitar su caducidad o decaimiento (PEYRANO,
Jorge W., ”Régimen de las medidas
autosatisfactivas. Nuevas propuestas”, La Ley,
1998-A-968). c) La tutela anticipatoria: es aquella
que apunta a la satisfacción inmediata total o
parcial de la pretensión contenida en la
demanda, cuando de la insatisfacción pueda
derivar un perjuicio irreparable.

En este contexto nace la necesidad de legislar


sobre las tutelas de urgencia para asegurar la

40
tutela efectiva en la oportunidad adecuada
aparecen tanto en el ámbito nacional como en el
Derecho comparado, las tutelas de urgencia o,
como se las denomina en nuestro medio, los
“procesos urgentes”. La nota característica de
tales procesos es la prevalencia que se asigna al
principio de celeridad, que conduce a reducir la
cognición y a postergar la bilateralidad a los fines
de asegurar una tutela eficaz (DE LOS
SANTOS, Mabel “Conveniencia y necesidad de
legislar sobre las tutelas de urgencia”, FUNDESI,
Escuela Judicial, “Procesos urgentes”, clase del
10-4-00).

La tutela anticipada es un importante instrumento


para la efectividad del proceso (adelanta la
provisión de lo solicitado por el actor –
anticipación de tutela-); 2) no produce efecto de
cosa juzgada material ya que es dictada
mediante una cognición necesariamente
sumaria; 3) no causa instancia ya que “exige
reversibilidad jurídica a cualquier proveimientos”;
4) es de ejecutabilidad inmediata. En síntesis,
medida anticipatoria es aquella que apunta a la
satisfacción inmediata total o parcial de la
pretensión contenida en la demanda cuando de
la insatisfacción pueda derivarse un perjuicio
irreparable.

Incluso el juez que conoce de esta medida


cautelar constitucional anticipada, puede dictarla

41
aunque no sea el juez competente o no se lo
hayan solicitado, de conformidad con el artículo 9
de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales, debiendo remitir
posteriormente a su pronunciamiento sus
actuaciones, lo cual ha sido reiterado por la
jurisprudencia patria en la Sala Constitucional y
en la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo.

Igualmente al respecto mediante decisión de


fecha 3 de febrero de 2000, la Corte Primera de
lo Contencioso Administrativo, en ejecución de la
teoría de la "tutela cautelar constitucional
preventiva anticipativa" acordó, en un juicio de
amparo, el restablecimiento preventivo y con
carácter provisional de la situación jurídica del
agraviado.
En este sentido, la Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo en ejercicio de la
facultad que le confiere el artículo 27 de la
Constitución a toda autoridad judicial de
"restablecer inmediatamente la situación jurídica
infringida" consideró:
1. Que el mandato previsto en el artículo 27 de la
Constitución impone el deber a la autoridad
judicial de buscar, en el contexto del
ordenamiento jurídico, mecanismos que permitan
cristalizar el objetivo de la norma contenida en el
artículo 257 eiusdem conforme al cual "el

42
proceso constituye un instrumento fundamental
para la realización de justicia".
2. Que no obstante lo anterior, en aquellos casos
en los que el tiempo constituye un factor
fundamental para la tutela judicial, se hace
necesario un análisis ajustado a la nueva
filosofía de la Constitución, pues si bien el
procedimiento de amparo debe garantizar la
defensa del agraviante, es lo cierto que en el
caso sometido a su consideración, el derecho
invocado por el accionante quedaría totalmente
inerme y, en caso de resultar victorioso en su
pretensión de amparo, su derecho no podría ser
concretado de todas formas.
3. Que a los fines de que el procedimiento no se
convierta en una herramienta en contra de
quienes tienen la razón o pueden tenerla, se ha
diseñado el mecanismo de las medidas
cautelares innominadas que fungen como un
verdadero amparo en el proceso mientras se
dilucida la pretensión de mérito.
4. Que si bien el accionante no solicitó tal
protección cautelar y esa falta de impulso no
puede ser suplida por el juez, se ha plasmado en
la doctrina la tesis de la "Tutela Cautelar
Constitucional Preventiva Anticipativa" que
permite un restablecimiento preventivo y
provisional de la situación mientras se resuelve
el fondo del asunto planteado. En este sentido la
Corte señalo:

43
Que la tutela preventiva configura un género que
comprende diversas posibilidades cautelares y
que dentro de ese género preventivo se
encuentra la "Tutela Cautelar Constitucional
Preventiva Anticipativa" representada por
medidas que previenen un peligro inminente
(periculum in damni) en perjuicio de unos
derechos legítimamente invocados (fumus boni
iuiris) y que pueden aplicarse en aquellas
situaciones en las cuales la cautela tradicional es
inoperante o las razones del proceso así lo
imponen.
Que en materia de amparo constitucional, este
tipo de tutela cautelar facultaría al juez para
acordar un restablecimiento provisional de una
situación que se presenta como inminente y en la
que, además, el procedimiento se convierte en el
peor obstáculo para la realización de justicia.
Que este era el espíritu que se desprendía del
derogado artículo 22 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales y que el artículo 27 de la
Constitución recoge nuevamente al facultar al
juez para restablecer inmediatamente la
situación jurídica infringida.
5. Este restablecimiento será siempre y
necesariamente provisional mientras se
desarrolla el trámite procesal correspondiente
para debatir la veracidad de lo alegado por el
accionante y para garantizarle al presunto

44
agraviante el uso de sus derechos procesales a
la defensa.
Sin embargo, de la misma forma, el Tribunal
Supremo de Justicia, en sentencia de la Sala de
fecha 24 de Marzo de 2001, expediente Nº: 00-
0436, sobre este tema expresó:
Pero para la provisión de dichas medidas, y al
menos en los amparos contra sentencias, al
contrario de lo que exige el Código de
Procedimiento Civil, al peticionario de la medida
no se le pueden exigir los requisitos clásicos de
las medidas innominadas: fumus boni iuris, con
medios de prueba que lo verifiquen; ni la prueba
de un periculum in mora (peligro de que quede
ilusoria la ejecución del fallo), como sí se
necesita cuando se solicita una medida en base
al artículo 585 del Código de Procedimiento Civil,
donde también han de cumplirse los extremos
del artículo 588 eiusdem, si se pide una cautela
innominada.
...omissis...
Lo importante de la medida que se solicita con el
amparo, es la protección constitucional que se
pretenda y, al igual que en los artículos 3 y 5 de
la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales, la protección
constitucional se concreta suspendiendo efectos
lesivos o amenazantes, y es éste el tipo básico
de medidas que puede pedir el accionante, y
cuyo decreto queda a criterio del juez de amparo
si lo estima o considera procedente para la

45
protección constitucional sobre la cual gravita la
inmediatez del daño. Es más, no permitiendo la
estructura del proceso de amparo una específica
oposición a la medida que se pide con la solicitud
de amparo, el juez debe analizar muy bien los
efectos que puede causar la medida que decrete,
teniendo en cuenta la actuación de los afectados
y el carácter reversible de lo que decrete, en el
sentido de que si el accionante no tuviese razón,
la medida no perjudica al accionado. Esto sin
perjuicio de la responsabilidad proveniente del
error judicial.
 
Por la urgencia que esta causa amerita debido a
las informaciones aparecidas en todos los
medios de comunicación social, siendo un hecho
notorio comunicacional, según las cuales este
grupo de empresas transportistas, contratados
por PDVSA, han manifestado la radicalización
del conflicto y en consecuencia, la agudización
de las medidas que hemos señalado como
atentatorias de los derechos constitucionales, es
que la Defensoría del Pueblo solicita a este
honorable Juzgado actuando como órgano
constitucional, que ordene en protección de los
derechos e intereses difusos de la población
venezolana:

1.- El cese inmediato de las acciones que


puedan suponer un riesgo manifiesto de
afectación del suministro normal de cualquier

46
combustible requerido para el normal desarrollo
de los servicios públicos de transporte de la
gasolina y gas domiciliario, no sólo en para el
Estado _____ sino en los demás Estados y las
demás ciudades del país donde sea requerido el
suministro de dichos insumos.

2.- Se ordene permitir el acceso a las


instalaciones y propiedades de la empresa
____________ por parte de los órganos del
estado, civiles o militares, que se designen para
realizar el transporte del combustible y gas
necesario para la nación.

3.- Se ordene la colaboración de la empresa


__________ permitiendo el acceso y uso de las
instalaciones de la empresa, así como de los
camiones que se encuentran a su disposición.

4.- Se ordene se permita a los trabajadores de la


transportista _________ que deseen manejar,
realicen sus actividades normales de distribución
de los productos derivados del petróleo y en
caso de no querer se permita a las personas
civiles o militares designadas, sustituyan a estos
en sus actividades para garantizar el suministro
de los bienes y servicios de calidad.

CAPÍTULO VII
DEL PETITORIO

47
Por las razones de hecho y de derecho que se
han expuesto, es criterio de la Defensoría del
Pueblo solicitar a esta Honorable Juzgado, en
vista de la gravedad de los hechos señalados y
luego de haberse comprobado la amenaza de
violación de derechos fundamentales a la
prestación de bienes y servicios de calidad
(servicios domiciliarios), derecho a la salud,
derecho a la educación, derecho a la
alimentación, entre otors, que las acciones
emprendidas por este grupo de empresas y
trabajadores sean declaradas inconstitucionales
y en consecuencia se ordene la reanudación
normal de las actividades de las empresas y la
faena de los trabajadores de dichas empresas,
cumpliendo con ello lo establecido en cada uno
de los contratos, so pena de incurrir en desacato,
de no darse cumplimiento a este mandato.

Domicilio de los agraviantes: Falta el domicilio


de las empresas contratistas.
Domicilio del accionante: **************

Caracas, a la fecha de su presentación.

NOTA: ES IMPORTANTE RESALTAR QUE


CADA Defensoría del Pueblo DELEGADA
DEBE COMPLEMENTAR LA NARRATIVA DE
LOS HECHOS DE ACUERDO A LO SUCEDIDO
EN SU REGIÓN, ASÍ COMO LOS ESPACIOS

48
QUE SE ENCUENTRAN RAYADOS. DE IGUAL
FORMA DEBERÁN COMPLEMENTAR EN EL
CAPÍTULO DEL DERECHO AQUELLOS
ASPECTOS QUE VINCULEN LA PRESTACIÓN
DE SERVICIOS PÚBLICOS MENCIONADOS
EN EL PRESENTE ESCRITO CON LA
SITUACIÓN QUE SE PRESENTARE EN SU
ESTADO

49

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