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LEDESMA direcci6n
El debido oroceso o en al
DOCTRINA. ANALISIS JURISPRUDENCIAL.
FAUOS FUNDAMENTALES
hammurabi
JOSE LUlS DEPALMA EDITOR
EL DEBIDO PROCESO PENAL
volumen 3
O Copyright by
editorial hammurabi s.r.1.
Talcahuano438- lo piso "A"
C1013AAI - Buenos Aires -Argentina
Tel.: (54-1 1)4371-8179 -1lneas rotativas-
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Putlhicción integral
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de FERNANDO LUCAS DEPALMA
Colaboradores de coordinación
- -
LUCíA MONTENEGRO SOFíA RAMíRU GASTÓN LEANDRO BIEGAS
ANGELALEDESMA dirección
EL DEBIDO PROCESO PENAL
hammurabi
JOSE LUlS DEPALMA EDITOR
índice general
Introducción
Máximas del defensor penal
M a ~ Antonio
o Terragni
5 1. Concepto de «abogar» _ - - _ - - - - - - - _ - - - - - - - _ - - - - - - - _ - - - - - -
. ..
5 2. Ejercicio de la defensa _ - _ _ - _ _ - _ - _ _ - _ _ - - - - _ - _ _ - _ - _ _-__-----
. .
a) Finalidad de la defensa - - _ - - _ - _ - - _ - - - - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - - - _ -
.,
b) Pasion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. .
C) Conocimiento _ - _ - - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
o)' Estrategia - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - _ - - - - - - - - - - - - - -
. , .
e) Diagnostico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
f) Examinar al defendido - - _ - - - - _ - - _ - - - - _ - - _ - - - - _ - - _ - - - - _ -
g) Guardar el secreto - _ - _ - - _ - _ - - - _ - _ - _ - - - _ - _ - _ - - - _ - _ - _ - - -
h) Deber de examinar su propia capacidad _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
0 Deber de utilizar medios técnicos auxiliares .. -----_-------_------
5 3. Autopuesta en peligro - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
5 4. Comienzo y fin de intervención del defensor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. . . ..
5 5. «Noble y áspero ejercicio de pedirjusticia» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Capítulo l
La reparación del daño en el nuevo sistema penal argentino
A raíz de su incorporación al Código Penal
y al nuevo Código Procesal Penal (ley 27.063)
Carlos Christian Sueiro
5 1. Introducción - - _ - _
8 índice general
Capitulo II
Nuevos desafíos a partir de la instauración
del juicio por jurados.
Comentario al fallo «López»
del Tribunal de Casación Penal
. , El fallo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 l . introduccion.
5 2. La concepción del recurso en el sistema anglosajón - _ _ _ _ _ - _ - _ _ _ _ _ - _ - _
a) El origen del recurso en el «common law» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
b) El recurso como garantía del acusado. ¿Qué sucede con el acusador? -----
5 3.
..
La doble instancia en la cultura del «civil law»_-_--_--_-_--_--_-_--
a) El origen del recurso en nuestro sistema procesal penal - - - - - - - - - - - - -
b) El problema de la bilateralidad de los recursos _ - _ _ _ - - - _ - _ _ _ - - - _ - _
5 4. El impacto del jurado clásico en la cultura del «civil law» - - - - - - - - - - - - - - -
5 5. La resistencia al cambio. El rol de los acusadores y los nuevos desafíos _ _ _ _ - -
Capitulo lll
Plazos legales para juzgar delitos:
una garantía de respeto
a los derechos humanos
Gustavo L. Vitale
5 5. Plazo máximo del proceso en casos viejos: necesario plazo menor que los nuevos 75
., . .
a) Una instruccion fiscal ilegal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
b) Un fallo ilegal - _ - - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - 77
5 6. Plazo para formular cargos o formalizar la investigación _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - 79
5 7. Plazo máximo de la llamada ((prisión preventiva)) - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - 80
5 8. Colofón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
Capítulo IV
La oralidad en el procedimiento penal
Alberto Bovino - Mariano Bertelotti
6 1. Introduccion
., .........................................
a)
. . .
Principio estructural _ - - _ - - - - _ - - _ - - - - _ - - _ - - - - _ - - _ - - - - _ -
b)
. .,
Oralidad y Constitucion Nacional - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
C) Oralidad como instrumento - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - -
. .
5 2. El procedimiento de partes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. .
5 3. Oralidad y procedimiento - - _ - - - - _ _ - _ - - - - _ _ - _ - - - - _ _ - _ - - - - _ -
. ..
a) Su calidad de principio estructural _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ -
b) Oralidad en los actos procesales anteriores al juicio - - - - - - - - - - - -
..
C) Oralidad y actividad probatoria - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
d) División de la prueba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.,
e) El orden en la produccion de la prueba _ - - - - - _ - _ - - _ - _ _ - _ - - - - - -
f) Problemas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Capítulo V
La actividad procesal defectuosa
en el nuevo Código Procesal Penal de la Nación
(ley 27.063)
., .........................................
5 1. Presentacion
. .
5 2. Principios generales _ _ - _ - - _ - - - - _ _-_----_ _-_----_ _-_----_ -
. . ,.
a) Referencia historica _ _ - - _ - - - - _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ - _ _ - - - - _ -
b) Antecedentes normativos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
C) Principio constitucionalista y triple funcionalidad - - _ - - _ - _ - - _ - - _-_-
5 3. Saneamiento - - - - - - - _ - _ _ - - - - - - - _ - _ _ - - - - _ - - - - - - - _ - _ _ - - -
a) Antecedentes - _ - - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
b) Ejes rectores del saneamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. ., . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 4. Convalidacion
a) Antecedentes normativos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. .,
b) Ejes rectores de la convalidacion _ - - _ - - - - _ - - _ - - - - _ - - _ - - - - _ -
10 índice general
5 5. Nulidad - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ 124
a) Antecedentes normativos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
b) Ejes rectores de la nulidad - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - 125
5 6. Oralidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
a) Antecedentes normativos - - _ - _ - - _ - - _-_--_-- _-_--_-- _-_-- 126
. .
b) Importancia de la audiencia - - - - - _ - - - - - - - _ - - - - - - - _ - - - - - - 126
5 7. Desafíos - _ - - _ - - _ - _ - - _ - 131
Capitulo VI
El legajo fiscal y la investigación de la defensa
María Laura Riccardo
.,
5 1. Introduccion - - - - - - _ - _ - _ - - - _ - _ - _ - - - _ - _ - _ - - - _ - _ - _ - - - _ - 133
. .
5 2. El legajofiscal - - - - - - - - _ - - - - - - - - - - - - - - - _ - - - - - - - - - - - - - - 134
a) Documentación de los actos de la investigación penal preparatoria y su infor-
malidad - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ 134
. .,
b) Medios de registracion. Normativa - - - - - - - - - - - - - - - - - 136
C) Descubrimiento de la investigación. Fundamento. Alcance _ - - _ - - _ - _ - - 137
. .,
3. Investigacion de la defensa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
a) La defensa ¿tiene obligación de llevar un legajo de investigación?- - _ - _ - - 139
b) En caso de tener un legajo ¿tiene obligación de mostrárselo a la Fiscalía? - 139
C) En caso de acceder a la investigación de la defensa ¿la Fiscalía puede citar a los
testigos de la contraparte? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
. .
5 4. Consecuencias del no descubrimiento - _ - _ - - - _ - _ - _ - - - _ - _ - _ - - - _ - - 142
5 5. A modo de conclusión: algunas consideraciones prácticas _ _ - _ _ - _ _ _ _ _ 143
Capitulo VI1
La regla de la exclusión probatoria
desde la concepción de los organismos internacionales
de derechos humanos en casos de tortura
Román De Antoni
Capítulo Vlll
El delator «arrepentido»
en el marco del proceso penal
Luis R. J. Salas
5 1.
., .
Introduccion. Dilemas que se suscitan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 2. Antecedentes en el sistema continental europeo - - _ _ _ - - - - - _ _ _ - - - - -
5 3. Repasando el «common law» _ - - - _ _ - - _ - - - _ _ - - _ - - - _ _ - - _ - - - _ _ -
5 4. ~ L a spromociones se adecuan a las garantías constitucionales? - _ _ - _ _ - - - _ -
5 5. «La práctica es un maestro excepcional» (Cayo Plinio) - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
a) El «colaborador premiado)) en Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.,
6) La situacion en la Argentina _ - - - - - _ _ _ - - - - - _ _ _ - - - - - _ _ _ - - - - -
5 6. Si la complejidad actual del crimen organizado impulsa reformas, Les plausible es-
tandarizar las delaciones en los delitos asociativos? _ - - _ - - _-_--_-- _-_-
5 7. Pinceladas finales ------------------
Capítulo IX
Razones para sostener
la inconstitucionalidad de las detenciones
por averiguación de antecedentes
Pablo Larsen -Adrián Martín
.,
5 1. Introduccion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 2. La ubicación de la detención por averiguación de identidad dentro del esquema
constitucional de restricciones a la libertad ambulatoria _ - - - - - - - _ - - - - - -
5 3. Refutación de los argumentos que intentan brindarle respaldo jurídico _ - - - - -
. .
a) La pretendida «nimiedad» _ - - - _ _ - - _ - - - _ _ - - _ - - - _ _ - - _ - - - _ _ -
6) Su posible «legalidad» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
C) La supuesta «necesidad» para la eficaz prevención de delitos --_--_-_-
5 4. Conclusionesfinales y algunas reflexiones en torno al verdadero problema
Capítulo X
Procedimientos abreviados.
Juicio directo
Del acuerdo a la imposición
Tobias José Podestá
5 1. Introducción --
5 2. Estudio comparado _ - - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
5 3. Juicio directo voluntario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
a) Presupuesto _ - _ - - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
6) Partes involucradas - - - - - - - - - - - - - - - - _ - - - - - - - - - - - - - -
C) Alcance del acuerdo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
dl Oportunidad _ - _ - - _ - - _ - _--_--_-_--_--_-_--_--_-_-
12 índice general
, .
e) Tramite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
fl Otras cuestiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
O 4. Juicio directo obligatorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
a ) Presupuestos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
b) Postergado juicio directo obligatorio, se busca reemplazo - - - - - - - - - - -
l . Proyecto de proceso de flagrancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2. Algunasobservaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.,
5 5. Conclusion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Fallo 1
«Ruano Torres y otros v. El Salvador»
5 1.
. ..
Palabras iniciales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 2. Particularidadesdel caso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 3. La autonomía de la defensa pública como primera garantía de efectividad _ - _
5 4. El derecho de defensa y el debido proceso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 5. Más allá de la formalidad - _ - _ - - - _ - _ - _ - - - _ - _ - _ - - - _ - _ - _ - - - _ - -
5 6. El reaseguro de la garantía como deber de los órganos judiciales _ - - - - - - -
a) Condiciones previas para el ejercicio de una defensa adecuada _ _ _ - - - _ _ _
b) Deberes de contralor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 7. Algunas definiciones que deja la Corte IDH sobre asistencia técnica efectiva _ _ _
. . ..
a) Los criterios de inefectividad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
b) La efectividad ligada al agotamiento de las vías recursivas - _ - _ _ _ _ _ - _ - _
C) La estrategia de defensa. Entre la autonomía técnica y la voluntad del defen-
. ..
dido. Límites al control judicial - - - _ - - - - - - - _ - - - - - - - _ - - - - - - -
dl Representación conjunta de intereses encontrados - _ - - - _ - _ - _ - - - _ - _
5 8. A modo de cierre
índice general 13
Fallo 2
«Torres, Juan José»
A - RESUMENDEL FALLO
CNCC, Sala 1,29/12/15, "Torres, Juan José", reg. n0824/2015
B - ANÁLISISDEL FALLO
CONTRADICTORIO, ORALIDAD E INMEDIACIÓN EN EL PROCESO PENAL:
EL DEBER DEL ESTADO DE ASEGURAR UNA OPORTUNIDAD ÚTIL
Y EFECTIVA DE CONTROLAR LA PRUEBA DE CARGO
María Virginia Barreyro
5 1.
.,
Introduccion - - _ - _ - - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
5 2. Elcaso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 3. Los argumentos de la defensa _ _ - - - - - _ _ _ - - - - - _ _ _ - - - - - _ _ _ - - - - -
5 4. La decisión de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional _ _ -
a) El voto del juez Gustavo Bruzzone (al cual adhirió el juez Horacio L. Dias) _ -
b) El voto del juez Luis M. Garcia - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
5. ~ Q u énos deja el fallo «Torres»? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.,
a) Dos reglas y una excepcion (a una de las reglas) _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
b) Diferentes etapas del proceso penal. Una advertencia sobre prácticas que des-
virtúan la finalidad del juicio oral - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
C) La cuestión del peso relativo de la prueba excluida, carga probatoria, principio
de inocencia y, ante la duda. a favor del imputado _ _ _ - _ - _ _ - _ _ - - - _ -
5 6. A modo de conclusión
11. ARREPENTIDO
l . CNCCC, Sala 111,29/10/15, (Margas, Juan Domingo dHomicidio simple)). causa n07118/02,
reg.no628/15 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2. CNCCC, Sala l. 12/2/16. «Pérez, Juan José sIRecurso de casación)), causa no45.111/02,
reg. no 76/16 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3. CNCCC, Sala II. 14/12/15, «Ripoll, Carlos Javier dlncidente de prescripción de la acción
penal», causa no 53.744106. reg. no 760115 _ - _ _ _ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
l . TCPBA, Sala VI, 4/2/16, ~López,Mauro Gabriel s/Recurso de queja (art. 433, CPP) inter-
puesto por el agente fiscal)), causa no 71.912/15 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2. TCPBA, Sala 1, 11/5/16, ((Antonacci, Kevin Gustavo slRecurso de queja (art. 433, CPP)
interpuesto por el agente fiscal», causa no 75.466 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Bibliografía general
Abreviaturas
-
RA realidad aumentada
reg . registro
5.155. siguientelsiguientes
Abreviaturas 17
5 1. Concepto de «abogar»
Abogares el "noble y áspero ejercicio de pedir justicia" como dice Ossorio en la
dedicatoriadesu recordado libro1.Descomponiendo lafrase,tenemosqueelsustan-
tivo esejercicio, losadjetivosnobleyáspero, elverbopediry el objetodirectojusticia.
En lo que sigue procuraré ceñirme al desarrollo de la explicación deesos elementos.
5 2. Ejercicio de la defensa
Para que la intervención profesional sea legítima debe, ademásde perseguir el
fin de obtener la decisión judicial más favorable, ejecutarse conforme a las reglas
su accionar no es irrelevante para la decisión del caso. Tiene que eliminar o dismi-
nuir el riesgo, en lugar de crearlo, dejarlo latente o elevarlo.
Todoellosignifica actuar con habilidad: noessuficiente poseer conocimientos,
debe actualizar la habilidad; o sea, la capacidad de hacer que el conocimiento re-
sulte efectivo. La defensa es más arte que ciencia.
También la ausencia de losdebidos resguardos puede provenir de la inobservan-
cia de los reglamentos o de los deberes que se encuentran a su cargo. En este senti-
do, cabe señalar que algunas reglas están escritas y son aquellas que establecen có-
mo deben ejecutarse ciertos actos procesales a cargo de la defensa. Otras no cons-
tan en ningún texto. Están dadas por la experiencia, son aceptadas generalmentee
indican cómo sedebe actuar frente a diversassituaciones. Existen distintas escuelas
jurídicas(corrientesdepensamiento orientadasen un sentidodeterminado) yel de-
fensor tiene la libertad de elegir algunas de ellas, entre las que cuenten con mayor
respaldo científico y sustenten la postura que ha adoptado. Además, loscasos pue-
den asemejarse pero no ser iguales y los defendidos - c o m o personas- son dife-
rentes unos deotros. Ello hace necesario adecuar la actuación de la defensa a cada
situación en particular. Pero, por sobre todo, no olvidar la frase de Ossorio: "En el
abogado la rectitud de la conciencia es milveces más importantequeel tesorode los
conocimientos. Primeroesserbueno; luego, serfirme: después, ser prudente; la ilus-
traciónvieneen cuarto lugar; la pericia, en el ú1tim0"~.
En el mismo orden de pensamiento, como fue Ossorioquien prologósu libro, es
oportuno citar a Voguet Marsal cuando dice: "El ejercicio digno de esta profesión
(la de abogado) implica un sentimiento de la nobleza y de la importancia de sus
funciones y un conocimiento acabado de toda la extensión de sus empeño^"^.
a) Finalidad de la defensa
bJ Pasión
C) Conocimiento
gado es-casi- un actor de teatro. Este modula su voz, hace sus gestos y se mue-
veen el escenariosegúnvecuál es la reacción que provoca en losespectadoresque
están sentados en las primeras filas. Si quiere mantener la atención, el abogado
hará lo mismo. No puedo sustraerme a la tentación de evocar la actuación de
Charles Laughton en "Testigo de cargo" (Witness for the Prosecution, film de
1957 dirigido por Billy Wilder) como ejemplo de lo queacabo deescribir.
dJ Estrategia
Lo primero estener una teoría del caso y luego elegir qué clasede defensa va a
utilizar. Puedeser laqueapelaa laemoción, como prefería Ferri80la predominan-
temente técnica, como hacía Frías Caballerog.
Losegundoesdecidir quéeslo másconveniente. Por ejemplo, ¿enqué momen-
t o presentar todas las pruebas y usar todos los argumentos? ¿En el curso de la in-
vestigación preparatoria, con el fin deevitar el procesamiento? ¿Oesperar el juicio
y desplegar allítodo el arsenal defensivo para eludir la condena?
~ -
~ l e ~una
i r de las alternativas requierede una fina intuición porque del acierto
o del error del defensor puede depender la suerte del acusado.
e) Diagnóstico
fJ Examinar al defendido
Conforme al relato de Ferri, Carrara se interiorizó de las circunstancias del he-
cho y luego de conocerlas aplicó a ellas las teorías jurídicas. Lo que yo estoy propo-
niendova másallá:conoceral hombrey saber cuálesson losmotivos; "quelodeter-
minaron a delinquir", dice el art. 41.2 del CP, pero acá hay que introducir u n cam-
bio, pues el defensor parte d e la base de que la persona a la que asiste n o ha delin-
quido o, si hubiese cometido u n acto típico pueden haber existido razones por las
cuales aparece involucrado en el hecho1'.
'0 Ferri, "Francesco Carrara", en Carrara, Programa de derecho criminal, 1967, p. 63 y si-
guientes.
l1 Es útil indagar "por que motivaciones conscientes o inconscientesha podido cometer un
hechodelictivoy qué factores conductuales se correlacionancon él. También resulta factible rea-
lizarevaluacionesparala prevención. predicción.estudiosepidemiológicos,y del rol de los medios
de comunicación social sobreel crimen como factor propiciatorio o inhibidor" (Del Popolo, Psico-
logíajurídica. 1996. p. 95).
Máximas del defensor penal
gJ Guardar el secreto
Hemos sostenido en otro trabajo que: "Se requiere un esfuerzo para practicar
un autoexamen permanente, de manera de adquirir conciencia de los límites del
conocimiento y de la habilidad propios. En ello consiste la reflexión: considerar
nueva y detenidamente la situación a la que (...) se enfrenta, para estimar si cono-
cedequésetrata y cómo resolverla, apartede si él personalmente tendrá ladestre-
za necesaria para ejercitar la l e x a r t i ~ " ' ~ .
También que: "Si no emplea tiempo para meditar sobre su propia capacidad
obrará precipitadamente. Los antónimos de la voz reflexivo son fatuo y necio. Lo
primero significa no solamente la falta de razón o de entendimiento, sino que
identifica al que está lleno de presunción o devanidad infundada y ridícula. El ne-
cio, por su parte, es ignorante, terco y porfiado. Si debido a esa actitud desencade-
nase un resultado infausto, no habría obrado cuidadosamente. La culpa consiste,
entre otras posibilidades, en hacer más de lo quesedebe: imprudencia. Oen no to-
mar las precauciones indispensables: negligencia" 13.
Entre los deberes del defensor está el de actualizar sus conocimientos, lo que es
cadavez más necesario dada la rápida evolución y el perfeccionamientode los méto-
dosjurídicos. Hoy es necesario conocer no solo el derecho interno, el derecho argen-
tino, sino también el internacional. Ello a raíz de la incorporación a la Constitución
Nacional delostratadosinternacionalesprotectoresdelosderechoshumanos, lacre-
ación detribunalesextraterritorialesy latendencia aconsiderar obligatorioel segui-
miento de los criterios que emanan de las resolucionesqueadoptan los mismos.
Esta obligación de estar permanentemente informado es la contrapartida del
monopoliodelquegozaeldefensor en el cumplimientodesu misión, loque nosig-
nifica que le esté impedido realizar consultas sobre temas complejos dirigidas a
quienes estén en condiciones de evacuarlas. Así como la Corte Suprema de Justicia
de la Nación habilita la posibilidad deque alguien opinea título de amicuscuriae,
nada impide que el defensor presente al tribunal los aportes al caso, que puedan
hacer juristas especializados.
cimientos. Por lo mismo, el defensor debe aprovechar aquellos avances que prove-
en nuevas facilidades, que pondrá a disposición de la persona a la que asiste. Si no
lo hiciese y le privase de la posibilidad de obtener una resolución favorable, tam-
bién mediante una conductade omisión detalescaracterísticas incumpliría su deber.
5 3. Autopuesta en peligro
Puedeconsistir en que el reo confiese contra la opinión del defensor. El imputa-
do puede defenderse a sí mismo, pero si tiene defensor, quien lleva las riendas es
él. Esto debeser favorable para el imputado e implica la responsabilidad para el de-
fensor desuplir lo que el defendido no sabe.
En el caso de que el defendido, suficientemente enterado y en condiciones de
decidir libremente, opte por no seguir las indicaciones del profesional, este no in-
currirá en responsabilidad por omisión. Debe tenerseen cuenta que el daño que el
defendidose procureasímismoqueda en la esfera desusaccionesautónomasy esa
consecuencia no le puede ser cargada a un tercero.
La evolución favorable del proceso muchas veces requiere la colaboración del
defendido. Por ejemplo, no confesar lo que no le conviene, orientar acerca de cuál
es la prueba que le resultefavorabley cómo contrarrestar la desfavorable, analizar
si obtendrá alguna ventaja de la propuesta que haga el fiscal o si esta le resultará
perjudicial. Al defensor le corresponde, en su caso, contrarrestar la coacción, el en-
gaño o el error que pueda ser inducido a cometer.
Es conveniente que, en casosen que ello lo amerite, el profesional procure que
su defendido apruebe con su firma lo que aquel propone. Obviamente esta no es
una sugerencia novedosa como que para los casos generales era una obligación
prevista por la Ley 10, Título XXll de la Novísirna Recopilación, que consistía en to-
mar del litigante, firmada desu mano ode la de otra persona desu confianza, una
relación o instrucción del hecho que motiva el pleito, y de todo lo conducente a su
derecho, para que, en caso necesario, pueda conocerse por ella que hicieron lo que
estaba de su parte, o que perdieron el pleito por su culpa14.
la multa (tendría que informarle sobre los alcances del art. 21 del CP) y la inhabili-
tación, ya quetendría queanoticiarlo de la posibilidad de rehabilitación que brin-
da el art. 20 ter del mismo cuerpo legal.
Otros instantesfinales de la actuación profesional son el de la renuncia y el de
la separación porque así lo haya decidido el tribunal.
5 1. Introducción
En la última década de este comienzo del siglo XXI, la reparación del daño ha
pasado de ser un tema periférico a situarse en el epicentro mismo del sistema pe-
nal argentino.
Todos los anteproyectos y proyectos de ley de reformas integrales y actualiza-
cionesconcordadasdirigidasal Código Penal de la Nación o al Código Procesal Pe-
nal de la Nación, han abordado indefectiblementeeste instituto.
A tal punto, que durante el 2015, la reparación del daño se incorporó definiti-
vamente a nuestro sistema normativo, mediante su inclusión en el nuevo Código
Procesal Penal (ley 27.063) y en el Código Penal de la Nación (ley 27.147).
A través del presente trabajo buscaremos exponer la evolución de este institu-
t o en nuestro sistema jurídico, en primer lugar, rastreando "La naturaleza jurídica
de la reparación del daño".
Posteriormente nos adentraremos en el tratamiento otorgado a "La repara-
ción del daño en los proyectos de reforma penal", incursionando en el análisis de:
Esasíque, como instituto jurídico, la reparación del daño puede adoptar lafor-
ma dentro de un sistema normativo de:
1. Composición privada del conflicto.
2. Una tercera clase de pena.
3. Un nuevo fin de la pena.
La reparación del daño como composición privada del conflicto por vía de la au-
tonomía privada es impulsada por autoresabolicionistas y minimalistas.
Sin embargo, su recepción por medio de la composición privada del conflicto
presenta un sinnúmero defalencias o desventajasque han sido puestasde relieve
y manifiesto por la doctrina tanto nacional como extranjera.
' Roxin, "La reparación en el sistema de los fines de la pena", en De los delitos y de laspe-
nas, Julio B.J. Maier(comp.), 1992, p. 141.
La reparación del daño en el nuevo sistema penal argentino 33
Las principales críticas y falencia5 que presenta como composición privada del
conflicto son:
1. La reparación del daño desde la composición privada del conflicto desde
una postura abolicionistase presenta como una idea de realización utópica
en el tiempo próximo2.
2. La reparación del daño desde la composición privada del conflicto desde
una postura minimalista exhibe un escasoámbitodeaplicación, ya queseve
limitada aaquellasfigurasque seencuentran inmersasen el rnarcodisponi-
ble para la despenalización3.
3. La solución privada de conflictos sociales deja un plus de injusto sin rerne-
diar4.
4. Conlleva el peligro de regresar al imperio de los poderosos deviniendo en
un derecho penal autoritario, que refuerza la selectividad el poder puniti-
voal permitir la impunidad deldelitodecuello blancoycriminalizandoa los
Por estos motivos, es que la recepción de la reparación del daño desde un rno-
delo de autonomía privada orientada a la composición privada del conflicto sin
control estatal alguno, aparececomodesaconsejada por gran partede ladoctrina.
Roxin, "La reparación en el sistema de los fines de la pena", en De los delitosy de laspe-
nas, JulioB. J. Maier (comp.), 1992, p. 139.
"La amplitud de tales posibilidadesestá limitada. esencialmente. al marco disponible pa-
ra la despenalización (...) ir más lejos sería, por principio criticable: pues existe el peligro de que, si
el Estadose retiradel ámbitode laslesionesmásimportantesa los bienesjurídicos. nosea másel de-
rechoel que opere, sinoel más poderosoy de que presiones y contrapresiones pongan en peligro
la paz jurídica quizás en mayor grado que el hecho mismo" -Roxin, "La reparación en el sistema
de los fines de la pena", en De losdelitosy de laspenas, Julio B. J. Maier (comp.), 1992, p. 143-.
"La solución privada de losconflictossociales (...)deja un plusde injusto sin remediar. De
esta critica se des~rendetambién el escaso valor de ~revenciónaeneral de la solución. en tanto,
sepa quedevolviendo la cosa intacta o reparandoel daño, consesuirá la impunidad. que nodebe:
rá paqar'sobreprecio' por el delito cometido" (Maier, "¿Es la reparación una tercera vía del dere-
cho p&al?", en ~ l ~ e n a l i sliberal,
ta 2004, p. 217)
"NO prevé ningún límite superior en relación al contenidodel injustoy de la culpabilidad.
Los delincuentes económicos y habituales son incluidos de este modo en la eximición de pena"
(Hirsch, Derechopenal. Obrascompletas, 2000, t. II, p. 153).También"el instituto de la reparación
del daflo como composición privada del ~0nflict0decorte minimalista tendría, entreotras, la pro-
blemática de llevar a la impunidad del 'delitode cuello blanco' acentuando así la selectividad del
poder punitivo" (Sueiro, La naturaleza jurídica de la reparación del daño desde una perspectiva
penológica, criminológica, dogmática, procesalista y político criminal, prólogo de Carlos A. Chia-
ra Díaz. 2006. p. 30).
El debido proceso penal
Sobre su análisis como tercera clase de pena se han vertido las siguientescríticas:
1. La reparación del daño no puede ser fundada desde la teoría retributiva. La
reparación significa la renuncia a la retribución8.
2. La reparación no puede ser fundada desde una teoría de la prevención es-
pecial positiva o en la prevención especial negativa. La reparación del daño
como pena producequeel efecto preventivo sea igual a cerog.
3. La reparación no puede ser sustentada desde una teoría de la prevención
general negativa. La reparación del daño como pena produce que el efecto
preventivo sea igual a cero. El autor solo puedeganar y nunca perderlo.
4. La reparación del daño no puede fundarse sobre una teoría mixta, ecléctica
odela unión por padecerdetodaslasfalenciasenunciadasen lasteoríasab-
solutasy relativas1'.
Por consiguiente, adoptar este instituto como una tercera clase de pena en el
derecho penal alemán, junto a la pena privativa de la libertad y la multa; o bien, co-
mo una cuarta clase de pena en el derecho penal argentino, junto a la pena priva-
tiva de la libertad, multa e inhabilitación; presenta las críticasy lasdesventajaspre-
sentadas previamente.
-Roxin. "La reparación en el sistema de los fines de la pena". en De losdelitosyde laspenas, Ju-
lio B. J. Maier(comp.), 1992, p. 138-.
Una prueba cabal de ello fueel Anteproyecto decódigo Penal de la Nación 2006
(Reso1ucionesM.J.yD.H. 303104~136105)24,elaborado por unacomisión de losmás
destacadosjuristas nacionalesque había sido convocada por el Ministerio de Justi-
cia y Derechos Humanos, bajo la coordinación de la Secretaría de Política Criminal
y Asuntos Penitenciarios.Anteproyecto este que no fue tratado en el Congreso de
la Nación por razón de índole netamente política.
Pesea ello, el Anteproyecto de Ley de Reforma y Actualización Integral del Có-
digo Penal de la Nación 2006 (Resoluciones M.J.yD.H. 303104 y 136/05), constituyó
una pieza jurídica excepcional devanguardia, a punto tal que es un trabajo de tal
valor normativo que debería tenerse en consideración ante futuras actualizacio-
nes, reformas y recodificacionesde la legislación penal de la República.
Sin embargo, el período comprendido entre los años 2007-201 1 constituyó un
lapso temporal de seria intensificación de la inflación y la expansión de la legisla-
ción en materia penal.
Durante estos cinco años, se sancionaron numerosas leyes penales especiales y
modificatorias al Código Penal de la Nación, pudiendo mencionarse solo a modo
de ejemplo las siguientes leyes: 1. Ley 26.268. "Modificación del Código Penal.
Asociación ilícita terrorista"; 2. Ley 26.364. "Prevención y sanción de la trata de
personas"; 3. Ley 26.472. "Ejecución de la pena privativa de la libertad. Detención
domiciliaria"; 4. Ley 26.377. "Seguridad Social. Convenio de responsabilidad gre-
mial"; 5. Ley 26.695. "Modificación de la ley 24.660 de ejecución de la pena priva-
tiva de la libertad"; 6. Ley 26.705. "Modificación del Código Penal. 'Ley Piazza'.
Prescripción de delitos contra la integridad sexual"; 7. Ley 26.733. "Modificación
del Código Penal"; 8. Ley 26.735. "Modificaciones al Régimen Penal Tributario";
9. Ley 26.734. "Modificación del Código Penal (Prevención, Investigacióny Sanción
deActividades Delictivascon FinalidadTerrorista)"; 10.Ley 26.735. "Modificación
del Régimen Penal Tributario (ley 24.769)"; 11. Ley 26.738. "Modificación del Có-
digo Penal" (sustituyeel art. 132), y 12. Ley 26.791. "Femicidio".
E I mundo académico, la magistratura y la doctrina nacional habían registrado y
analizado seriamente este proceso de inflación en las leyes penales, y habían dado
cuenta de él a través de distintas obras jurídicas e informes. Un claro y nítido ejem-
plo de ello fueel trabajo realizado durante 200625y 200726por parte de la Asocia-
ción Argentina de Profesores de Derecho Penal (AAPDP).
A raíz de la aceleración del proceso de descodificación que se había produci-
do en el período comprendido entre 2007-201 1, es que a partir del mes de mayo
27 Decr. 678112 del Poder Ejecutivo Nacional, del 7 de mayo, publicado en el Boletfn Oficialel
8/5/12.
28 Pastor, La recodificación penal en marcha. Una iniciativa ideal para la racionalización le-
gislativa, en "Pensaren Derecho". 2012. p. 38.
El debido proceso penal
la recepción de la multa reparatoria, sino que esta aparece como una facultad o
prerrogativa del juez de imponerla.
Asimismo, tampoco alude a si el pago de la multa reparatoria se podría tomar a
cuenta de futuros reclamos en vía civil por parte del sujeto pasivo del delito.
Tampocoserestringeo limita el montoa retenerleal autor del hecho quedesea
reparar el daño, en posdequeesequantum no impactenegativamente en su man-
tenimiento personal o el desu grupo familiar.
No obstante, locierto es que la reparación del daño en el Anteproyecto analiza-
do aparece regulada como un nuevo fin de la pena, tercera vía, o alternativa a la
pena, descartándose la adopción del instituto bajo las modalidades de composi-
ción privada del conflicto o como una tercera clase de pena.
32 Texto conforme decr. 678112 del Poder Ejecutivo Nacional, del 7 de mayo. publicado en el
Boletín Oficialel 8/5/12, y el IibroAnteproyecto de Códiqo Penalde la Nación, Comisiónpara la ela-
boración del Proyecto de Ley de ~efoirna,~ c t u a l i z a c i ~enIntegración del Código penal de la Na-
ción (decr. PEN678112). 2014, p. 346.
33 Zaffaroni, "Exposiciónde Motivosal Anteproyecto decódigo Penal de la NaciónArgentina".
Los años 2014-2015 se han caracterizado por una intensa actividad legislativa
en torno a las reformas integralesal sistema penal argentino.
Puntualmente nos referimosa los proyectosde reforma integral y actualización
del Código Penal de la Nación, y por la sustitución y reemplazo del vigente Código
Procesal Penal (ley 23.984) de modelo de enjuiciamiento mixto, por un nuevo Có-
digo Procesal Penal (ley 27.063) acusatorio de corte adversarial.
El año2014comenzócon la presentaciónoficial por partede la Comisión elabo-
radora del Anteproyecto de Ley de Reforma, Actualización e Integración del Códi-
go Penal de la Nación (decr. PEN 678/12), al Poder Ejecutivo de la Nación34.
Luegode ello, el Anteproyecto de Ley de Reforma, Actualización e Integración
del Código Penal de la Nación (decr. PEN 678/12), fue expuesto y sometido a un
profundo debateen diversosámbitos, que involucraron a la académica, la magis-
tratura, los partidos políticos, medios masivos de comunicación y la ciudadanía en
general.
-
Esta ley fue promulgada por el Poder Ejecutivo Nacional por decr. 2321 del 9 dedi-
ciembre de2014"37.
En lo que a la reparación del daño respecta, el nuevo Código Procesal Penal de
la Nación (ley 27.063), alude a ella de forma poco sistemática, como si incluso hu-
biera sido objeto de un error de técnica legislativa.
Más precisamente, se refiere al instituto en cuestión en el art. 236 destinado a
las causales de sobreseimiento: "Causales del sobreseimiento. El sobreseimiento
procede si:
a) El hecho investigado no se ha cometido.
b) El hecho investigado no encuadra en una figura legalpenal.
c) El imputado no ha tomado parte en él.
d) Media una causa dejustificación, inculpabilidad o ausencia de punibilidad.
e) Agotadas las tareas de investigación, no existe razonablemente la posibili-
dad de incorporarnuevoselementos deprueba y no hay fundamentossufi-
cientespara requerir la apertura deljuicio.
f ) La acción penalse ha extinguido.
g) Se ha aplicado un criterio de oportunidad, conciliación, reparación o sus-
pensión delproceso aprueba, yse han cumplido lascondicionesprevistasen
e l Código penaly en este Código".
Como puede apreciarse, la reparación del daño aparece al final del art. 236, es
decir, en el inc. g), junto a otras causales como el criterio de oportunidad, la conci-
liación, y la suspensión del proceso a prueba.
Lo llamativo, a nivel de sistematización del nuevo Código Procesal Penal de la
Nación (ley 27.063), es que la reparación del daño no aparezcajuntocon las restan-
tes causales contempladas en el art. 30.
41 Art. 25. "De la pena de multa reparatoria. La pena de multa reparatoria obligará al con-
denado a trabajary a pagara la victima o a su familia una parte de sus ingresos mensuales, con el
sistema previsto en el art. 12. El juez controlará que el trabajo sea el más productivo posible con-
forme a la capacidady perspeciiva laboralesfuturas del penado", Anteproyectode Ley de Refor-
ma y Actualización Integral del Código Penal de la Nación (Resoluciones M.J.yD.H. 303104 y
136105); y art. 29. "De la multa reparatoria. l . La pena de multa reparatoria obligará al condena-
do a pagar a la víctima o a sus derechohabientes una suma de dinero o una parte de sus ingresos
mensuales, provenientes de su trabajo o de su renta. 2. Conforme a la gravedad del daño inferi-
do por el delito, se fijará un porcentaje mensual que no excederá de la tercera parte de sus ingre-
sosdel condenadoy por un período no mayorde un año, o una suma total equivalente. 3. Esta pe-
na se aplicará si la víctima o la familia de esta la aceptaren. En caso de mediar reparación civil, la
multa reparatoria setendrá como partedeesta", del textoconformedecr. 678112del Poder Ejecu-
tivo Nacional, de 7 de mayo, publicado en el Boletín Oficial el 8/5/12, y del libro Anteproyecto de
Código Penalde la Nación, Comisión para la elaboración del Proyecto de Ley de Reforma, Actuali-
zación e Integración del Código Penal de la Nación (decr. PEN678112). 2014. p. 346.
42 Art. 236. "Causalesdelsobreseimiento. Elsobreseimientopmcedesi: a) El hecho investi-
gado no se ha cometido; b) El hecho investigado no encuadra en una figura legalpenal; c) El ¡m-
putado no ha tomado parte en él; d) Media una causa de justificación, inculpabilidado ausencia
de punibilidad; e) Agotadas las tareas de investigación, no existe razonablemente la posibilidad
de incorporar nuevos elementos de prueba y no hay fundamenms suficientes para requerir la
apertura deljuicio; fJ La acción penal se ha extinguido; g) Se ha aplicado un criterio de oportuni-
dad, conciliación, reparación o suspensión del proceso a prueba, yse han cumplido las condiciones
previstasenelCódigoPenalyeneste Código", conf. nuevoCódigoProcesalPenal de la Nación(ley
27.063).
El debido proceso penal
Esasíquea travésdel art. 59, inc. 6"de la ley 27.147 seincorpora definitivamen-
te al Código Penal de la Nación la reparación del daño como una causal de extin-
ción de la acción penal.
En concordancia con el nuevo Código Procesal Penal de la Nación (ley 27.063),
que reguló al instituto como una causal de sobreseimiento, el Código Penal de la
Nación la incorpora como causal de extinción de la acción penal.
Si bien la puesta en vigencia del nuevo Código Procesal Penal de la Nación (ley
27.063), ha sido aplazada y p o ~ t e r g a d aaguardándose
~~, futuras reformassobre el
texto aprobado, lo cierto es que la reparación del daño se encuentra plenamente
incorporada y vigente en nuestro sistema jurídico penal por su introducción en el
Código de fondo.
Lejos han quedado los proyectos que procuraban incorporarlo como un nuevo
fin de la pena, tercera vía, o alternativa a la pena, bajo la modalidad de multa re-
paratoria.
5 6. Conclusión
A lo largo de este comentario se ha buscado exhibir la evolución de la repara-
ción del daño atravésde nuestrosistema jurídico nacional, y observamosqueen el
último año ha logrado su concreción y materialización como causal deextinción de
la acción en nuestro Código Penal de la Nación.
Constatamosquea nivel de su naturaleza jurídica, el mencionado institutojurí-
dico puede adoptartres formas o modalidades normativas bien definidas, como lo
son:
1. La composición privada del conflicto.
2. Una tercera o cuarta clase de pena.
3. Como un nuevo fin de la pena, tercera vía o resolución alternativa del con-
flicto.
Se han plasmado las profundas críticas vertidas por la doctrina nacional y ex-
tranjera a las dos primeras modalidades de adopción normativa de la reparación
del daño dentrode un sistema jurídico, y se han resaltado lasventajas interdiscipli-
narias e integradoras con las diversas áreas del sistema penal, que presenta su
adopción bajo la modalidad de un nuevo fin de la pena, terceravía o resolución al-
ternativa del conflicto.
Analizamos cómoen lasdos últimas reformas integralesencaradasen los inicios
de estesiglo: el Anteproyecto de Ley de Reforma y Actualización Integral del Códi-
go Penal de la Nación 2006 (ResolucionesM.J.yD.H. 303104 y 136105) y el Antepro-
yecto de Ley de Reforma, Actualización e Integración del Código Penal de la Nación
(decr. PEN 678/12), se intentó incorporar a la reparación del daño bajo la forma ju-
50 El debido proceso penal
g l.
Introducción. El fallo1
' TCPBA, 4/2/16, causa 71.912. "López, Mauro Gabriel s/Recurso de queja (art. 433, CPP)
interpuesto por agentefiscal".
52 El debido proceso penal
por otro lado, reflexionar acerca de los desafíos que plantea este nuevo instituto
en nuestra cultura judicial.
las Cortes Federales constituyen una instancia de apelación de las condenas esta-
duales. Esasícomo, actualmente, el derecho del condenado de contar con una ins-
tancia de revisión se encuentra reconocido por la legislación federal y demás dis-
posiciones de carácter legal y constitucional5.
De esta manera, vemos que la apelación en el common lawfueconcebida como
una garantía en cabeza del condenado frente a losabusos que pudieran existir en
los procesos penales y se mantuvo así hasta nuestros días.
El derechoa una revisión amplia por hechosy derecho, que poseen hoy por hoy
los países del common law, se basa en la posibilidad de que el acusado declarado
culpable pueda demostrar con amplitud de mediosy por cualquier circunstancia la
necesidad de un nuevo juicio. En otraspalabras, es la posibilidad deexigir el respe-
t o al debido proceso en el caso concreto y del contenido de las pruebas producidas
durante el juicio, lo cual es absolutamente posiblegraciasa las instruccionessobre
el derechoaplicableque brindael juezal jurado, los registrosdeaudio, laeventual
producción de prueba en el tribunal del recurso y la argumentación oral en la
audiencia6.
La apelación al ser considerada un derecho resideexclusivamenteen el acusado
que ha sido declarado culpable de un delito. Tal es asíque en los Estados Unidos de
América frentea una absolución, por regla, se debe aplicar el resguardo contra la
doble persecución. Esto se puede observar en varios precedentes jurisprudencia-
les, como en el caso "United Statesv. BallU7,en el que sedistinguió la situación de
quien había sido absuelto respecto de quienes habían sido condenados en el mis-
mo juicio. Como consecuencia de la anulación del juicio por objecionesde los con-
denados, se produjo un nuevo juicio donde se confirmó la condena de estos últi-
El recurso que tenemos en nuestro país proviene del sistema inquisitivo, el cual
se estructura con una lógica de organización vertical y jerárquica de poder donde
los jueces, delegados del monarca, debían cumplir sus reglas y devolverle la juris-
dicción delegada cuando él lo dispusiera. De esta manera el rey ejercía un control
sobre las causas que no podía atender. De allí surge el efecto devolutivo de los
recursos22.Es entonces, en un escenario autoritario con concentración de poder,
donde naceel recurso como un medio de control.
La implementación de la escritura con el expediente, la exigencia de motivación
de las decisiones y la valoración legal de la prueba contribuyeron a esta visión del
recurso, en cuanto posibilitan la devolución del poder delegado por el soberano
para queestecontrole la decisióndesussubordinados. En estesentido, el hecho de
que la prueba pudiese perdurar en el tiempo mientrasdurase el elemento que la
contenía (el registro en acta), favorecía la posibilidad de ser revisada por el monar-
ca cuando él lo dispusiera. Esto generó un estado permanente de incertidumbree
inseguridad, pues no era posible determinar cuándo podía recaer el ejercicio del
El sistema bilateral de los recursos contra la sentencia, es decir, aquel que permi-
te recurrir tanto al acusado como al acusador, trae consigo una serie de problemas
que no han tenido solución en la prácticajurídica y que, a mi ver, se han multiplica-
do debido a los remedios pretorianos que se han creado a nivel jurisprudencial.
Dentrode losproblemasqueacarreael permisoa un recursodel acusadorpode-
mos mencionar la afectación de los principios de ne bis in idem y reformatio in
peius, la falta de inmediación del tribunal revisor y el regreso al infinito de los re-
cursosZg.
La garantía del ne bisin idem determina que el Estado no puede someter a pro-
ceso penal a un imputado dos veces por el mismo hecho, en forma simultánea o
sucesiva30.Su finalidad no es otra que proteger al individuo de múltiples ataques
contra su seguridad individual. Por esta razón debe interpretarse que una persona
no podrá ser sometida a unadoblecondena ni a afrontar el riesgodeello, median-
te un nuevo sometimiento a juicio, si ya lo ha sufrido por el mismo hecho3'. Así lo
han establecido los pactos i n t e r n a c i ~ n a l e que
s ~ ~gozan hoy de jerarquía constitu-
cional en nuestro derecho interno (art. 75, inc. 22, CN). Actualmente no quedan
Enmienda V prohíbe que una persona sea penada o juzgada dos veces por el mis-
mo hecho, cualquiera sea la gravedad del delito en cuestión. Asimismo aclaró en
ese mismo caso, que la garantía comprende toda clase de delitos y no solo los que
estuvieran castigados con penas capitales o corporales.
Actualmente, la Enmienda V prescribe que "no podrá someterse a una persona
dos veces, por el mismo delito, al peligro de perder la vida o alguno de sus miem-
bros"14.
La regla general es el impedimentoa un nuevo proceso cuando ya hubounoan-
terior, sin importarsi aquel terminóen absolución, condenaonoterminó (mistrial,JT5.
Ahora bien, en caso de existir un veredicto absolutorio por parte del jurado, es
preciso determinar cuándo se activa la cláusula de la doble exposición, para lo cual
se debe tener en cuenta que un veredicto no es final hasta que haya sido aceptado
por el tribunal y leído en corte abierta16.
Es importante advertir que esta manera de obrar se corresponde con un mode-
lo acusatorio cuyascaracterísticasdeprocedimiento se basan en el desarrollo de un
debate oral, público, continuo y contradictorio, donde existe una división clara de
las funciones de acusar y juzgar, y la verdad surge del debate, el cual se realiza con
participación ciudadanaT7.Sobre esta cuestión volveré más adelante.
En un modelo de enjuiciamiento de estascaracterísticas, como lo esclaramente
el sistema procesal penal estadounidense, es importante advertir que el fiscal,
comotitular de la acción penal, tiene ampliasfacultades para decidir llevar un caso
a juicio o no en virtud del principio de oportunidadla. Desde esta perspectiva,
resulta ilógico permitirle al fiscal una nueva chance de acusar y presentar pruebas
mediante la revisión del veredicto absolutorio, dado que ya ha tenido la oportuni-
dad de hacerlo en el momento más garantizador del proceso: el debate oral y
público. Ese era el momento que debió haber aprovechado, pues existió, por su
parte, un análisis previo y discrecional en cuanto a la importancia del caso y con-
tundencia de las pruebas para llevarlo adelante. Dicho análisis es claramente posi-
ble a través de la elaboración de una teoría del caso estratégica.
Tampoco es posible admitir, por un error judicial, un nuevo riesgo de obtener
una consecuencia jurídico-penal a una persona que no tiene por qué soportarlo
poder penal sobre una persona. En este sistema, la ley determinaba lascondiciones
que el juezdebía observar para tener por acreditado un hecho y el tribunal del re-
curso solo debía limitarse a certificar que el juzgador hubiera observado las reglas
de apreciación establecidas por la ley23.
En consecuencia, el recurso no fue considerado como una garantía a favor del
imputadocomosucedióen laculturadel commonlaw, sinocomoun mediodecon-
trol por partede lostribunalessuperioresacerca del grado deadecuación de lostri-
bunales inferiores a la ley del Estado24.De acuerdo a esta lógica, es sencillo com-
prender al recurso como un medio de control viable que le concede al Estado la
posibilidad de revisar una sentencia absolutoria.
En base a ello es posible suponer que lo que se pretendía no era el surgimiento
de laverdad de lo acontecido a partir de la contradicción de las partes en un debate
oral y público, sino que quienes ejercían la función de juzgar delegada por el mo-
narca no sealejaran del cumplimiento de la ley que él mismo había confeccionado.
Esta ideología es la que acompañó la evolución histórica de nuestro proceso
penal y la que condujo a la bilateralidad de los recursos, es decir, a la permisión del
recurso fiscal. Así, pues, nuestro Código federal, que contempla un sistema proce-
sal penal mixto, reconoce el poder de recurrir la sentencia no solo al acusado y su
defensor sino también al acusador público y privado25.
Por su parte, el Código Procesal Penal de la provincia de Buenos Aires también
prevé el recurso del acusador26,no obstante haber adoptado un sistema procesal
acusatorio formal.
45 Chiesa Aponte, Derecho procesalpenal de Puerto Rico y Estados Unidos, 1995, vol. II, p.
233.Allisostiene que "el jurado es, esencialmente el juzgadorde los hechos. Una vezadjudicados
(...), debe entonces rendir su veredicto aplicando las normas de derecho sustantivo a los hechos,
tal como estos han sido adjudicados por [él]".
46 Enel caso"Pueblov. GonzálezColón". 110. DPR812.815í1981)sesostuvo
. . . .
aue: "El ,iuezaue
preside un juicio criminal tiene la suprema eniomienda de evitar que el culpable escape al castigo
O que el inocente lo sufra. Mas esa determinación de encauzar el proceso hacia unveredicto justo
está moderada porel mandato constitucional dequesea el jurado; y no el juez, quienadjudiq-ue la
credibilidad de lostestigosy resuelva los conflictosen la prueba, librede influenciaso presiones".
47 LOSregímenes recursivos en los sistemas procesalespenales acusatoriosen las Américas:
aspectos centrales, Informe del CEJA, 31/8/09, disponible en http://desal.cejamericas.orglhand-
le1201515121.
Nuevos desafíosa partir de la instauración deljuicio porjurados. .. 65
cepción de una porción insignificante, y desde luego todas las absoluciones, pro-
nunciadas por el sistema de justicia penal norteamericano, son exclusivamente
obra de los tribunales de primera instancia, sin participación de los tribunales de
apelación" 50.
Ese control horizontal basado en el juicio oral público y por jurados se contra-
pone con el control vertical o de doble instancia que aún subsiste en nuestro país.
Si bien en la provincia de Buenos Aires como en otras provincias del interior se
han implementado sistemas acusatorios, lo cierto es quelas prácticas formalistas
de los operadores judiciales han tendido a desvirtuar gran parte de los esfuerzos
por implementar adecuadamente esos sistemas.
Un ejemplo de ello está en la concepción que los operadores judiciales aún tie-
nen del recurso. Para la mayoría de ellos el papel central del proceso lo ocupa la ins-
tancia deapelación.
El mantenimiento de un sistema vertical de revisión de las sentencias, hundido
en la formalidad del "trámite" y las prácticas burocráticas desmerece al juicio,
transformando a su producto final en un proyecto de sentencia, que seva consoli-
dando a medida que va subiendo los escalone^^^. En este sentido, se observa una
falta de preparación en los litigantes que se presentan al debate apoyados en la
tranquilidad dequesiempre habrá una nuevaoportunidad paraarreglar losdefec-
tos de su preparación. Existe así la suposición de que los jueces revisores sabrán
comprender los problemas del ejercicio profesional.
En un escenario de esta naturaleza, los incentivos para las partesnoestán pues-
tosen su participación en el debatesino en la posibilidad de influir sobre las Cáma-
rasquevan a leer lasactas (por loque lo relevante ya no es lo que el juezescucha o
perciba, sino aquello que las actas registran). Esto disminuye fuertemente la cen-
tralidad del juicio como mecanismo de control y por lo tanto impide la realización
del debido proceso52.
Con la implementación del juicio por jurados, esta metodología de trabajo ya ~ ~
48 En cambio, en ciertas oportunidades los jueces permiten que los ciudadanos cordobeses
tomen conocimiento del expediente a fin de estar en igualdad de condiciones al momento de
resolver. Para mayorinformaciónvéase Mauri. C. - Rossi. l. - Soria, P., La reforma procesalpenalen
Córdoba, Informe del CEJA.Véase en http:llwww.cedjus.orglpdflpubliredex.pdf.
49 Maier, Derecho procesalpenal. 2aed., 2004, t. l. ps. 715 a 717.
El debido procesopenal
procesa¡, pues él determinará todo lo que deben haceren las instancias previas (la
actuación de la policía, las acusaciones de los fiscales, las estrategias de la defensa,
etcétera).
Siendo así, los fiscales, que tienen a su cargo la investigación, necesariamente
debenasumir mayor liderazgoen el cumplimiento de su función. Esto significa que
deben salir en busca de la prueba y tomar decisiones constantemente respecto al
destino que habrán de tener los casos que ingresan al sistema, para que solamen-
te lleguen a juicioaquellosque, deacuerdoa un previo análisisdepolíticacriminal
y de 6s pruebas que pueden sustentarlo, sean factibles de alcanzar una condena.
Para esto es necesario que el Ministerio Público Fiscal construya sistemas de inves-
tigación modernos y flexibles que le permitan recolectar información pertinente
para cumplir losobjetivosde persecución con éxito.
Es importante que los fiscales se anticipen de manera estratégica a las hipótesis
defensistas de modo que les permita una mejor preparación de sus casos. En este
sentido, se espera que cuenten con un plan estratégico, es decir, que trabajen con
la elaboración de teorías del caso que les permita manejar hechos, derecho y prue-
ba adecuadamente, para tomar decisionesdesdeel principio. La teoría del caso se
convierte en la carta de navegación del abogado durante el juicio y en un elemen-
t o central para un trabajo exitoso54.Le permite al fiscal evaluar la posibilidad de
solicitar una medida cautelar, elegir una salida alternativa, desenvolverse en una
audiencia de adrnisibilidad de prueba y de vior dire e f i ~ a z m e n t ey ~plantear
~ los
hechosy la prueba de manera ordenada y estratégica en el debate.
Además, tanto los fiscales como los defensores deben adquirir capacidad para
enunciar la información del caso que van a presentary la forma en que intentarán
lograr su objetivo en el juicio, utilizando la herramienta del alegato de apertura.
Por otro lado, forma parte de su función mostrar el respaldo probatorio que
han logrado colectar durante la investigación y presentarlo al juicio para demos-
trarleal juradoquesu caso noes una simple historia sinoquetienecontenido penal
y prueba suficiente para obtener una decisión favorable. Para ello, deben utilizar
las herramientas de producción de información talescomo el examen de testigos y
peritos, la introducción de prueba material, el uso de apoyo gráfico y de declara-
ciones previas para refrescar la memoria del testigo, etcétera. Asimismo, deben
efectuar un rigurosocontrol dela informaciónaportada por lacontraparte, defor-
ma tal de impedir que ingrese información irrelevante, impertinente o ilegal, en
definitiva, de baja calidad. Para realizar ese control las partes deben conocer y
manejar el contraexamen detestigosy peritos, el uso dedeclaraciones previas para
marcar inconsistenciasy las o b j e ~ i o n e s ~ ~ .
Por otra parte, es imprescindible que los litigantes modifiquen el lenguaje y co-
miencen a plantear los hechos mediante el método de story telling, es decir, na-
rrando historiaspersuasivasque logren instalar imágenesen la mentede los miem-
bros del jurado. Está comprobado que los seres humanos receptan mejor la infor-
mación si setransmite de esa forma. Por ello, los litigantes, deben tener manejo de
los hechoscontrovertiblesy no controvertibles, ya que toda historia para tener una
base verosímil, y por ende persuasiva, se debe sustentar en hechos incontroverti-
ble~~~.
Por último, una vez presentada toda la prueba y controlada por la otra parte
durante el transcurso del debate, sedebe valorar todo lo producido y explicar por
qué debe considerarse una decisión favorable a la pretensión realizada. Para ello
se deben valer de los alegatos de clausura58.
Todas estascuestiones que deberían ser moneda corriente en cualquier juiciose
tornan verdaderamente imprescindibles cuando el juicio se celebra con jurados
populares, pues los ciudadanos, legos en derecho, deben resolver los casos solo en
base a la prueba presentada en el juicio, de modo tal que serán extremadamente
exigentes en cuanto a la calidad de información que ingresa al debate para poder
alcanzar un veredicto.
Se debe tomar conciencia de los desafíos que presenta esta institución y la exi-
gencia de capacitación que ello supone para todos los operadoresdel sistema judi-
cial, quienes necesitan de un proceso de adaptación para eliminar las tan arraiga-
das prácticas inquisitivas.
Es sumamente importante que el cambio normativovaya acompañado de nue-
vas prácticas, completamente reactivas a las anteriores. Por eso, los desafíos están
Lorenzo, Manual de litigación. 2012, ps. 160 a 245; Beytelman -Duce, Material de destre-
za de litigación en juicio oralpara el Ecuador, 2003.
Conceptos brindados por el profesor Martin Sabelli, abogado norteamericano especiali-
zadoen derecho penal. Sedesempeñócomodefensor públicofederal en San Francisco. Segraduó
de la Universidad de Harvard, la London School of Economics and Political Science. y la Yale Law
School.
Lorenzo, Manual de litigación, 2012, ps. 160 a 245.
Nuevos desafíosa partir de la instauración deljuicio porjurados. .. 69
' En relación a la provincia del Neuquén. puede verse. entre otros, Vitale, llegalidaddel
poder, en diario "Río Negro", ejemplar del 24/2/16,
El debido procesopenal
Continúa diciendo el texto que: "... La rebeldía o la suspensión del trámite por
cualquiera de las causasprevistas en la leysuspenderán e lplazo antes referido ..."
(art. 113).
Acontinuación, el último párrafo del mismo art. 113 agrega que: "... Elincum-
plimiento del plazo previsto en e l párrafo anterior hará incurrir aljuez y a l repre-
sentante del Ministerio Público Fiscal en falta grave y causal de mal desempeño".
En este último supuesto particular, ya no se exige reiteración del incumplimiento
-
legal para constituir falta grave y mal desempeño (a diferencia del texto del art. 18
que establece la consecuencia general que producen las dilaciones indebidas rei-
teradas).
El art. 87 del CPP-Neuquén nos dice que: "Todo procedimiento tendrá una dura-
ción máxima de tres años improrrogables, contados desde la apertura de la inves-
tigación penal preparatoria. No se computará a esos efectos e l tiempo necesario
para resolver el recurso extraordinario federal..." (sí, como se dijo respecto del Có-
digo nacional, el tiempo que demanden los recursos locales contra una sentencia
de condena).
En forma más clara que en el CPPN, aquí se consigna que: "... Transcurrido ese
plazo se producirá la extinción de la acción penal y deberá dictarse e l sobresei-
miento delimputado" (cfr. art. 87, CPP-Neuquén).
Ambos códigos establecen, entonces, un plazo máximo del proceso: tres años
desde la intimación (desde el acto de la formalización de investigación preparato-
ria -en el caso del CPPN- y a partir de la apertura de la investigación penal pre-
paratoria o formulación de cargos -para el CPP-Neuquén-).
En amboscuerpos legales, la perentoriedad de los plazosobliga al Estadoa dis-
poner el sobreseimiento por extinción de la acción penal ante el vencimiento de
estos plazos máximos del proceso.
No es necesario consignar, en forma expresa, que ese ese1 efecto que ocasiona
el vencimiento del plazo máximo del proceso, tal como lo hace el CPP-Neuquén.
Ello es sí conveniente, frente a cualquier intento de desconocer esa consecuencia
por la hoy común vía de la supuesta distinta "interpretación" del texto legal (que,
en verdad, es un directo desconocimiento desu contenido). En otras palabras, ad-
quiere relevancia la aclaración legal (aunque innecesaria), debido al tan común
desconocimiento de la ley por partede los órganosjudicialesdel Estado.
Es cierto que estos plazos máximos de todo el proceso debieron tomar como
comienzo el momento realdesu iniciación y no tan solo el instanteen el quesefor-
maliza la intimación, pues no hay duda que el carácter de imputado se adquiere
antes(y avecesmuchoantes)de la intimación formal. Por ello tiene razón Pastor al
decir que "sorprende que la ley disponga que a partir de ese momento se compu-
ta ese plazo, debidoa que los pronunciamientos unanimesde losórganos interna-
cionales de protección de los derechos humanos (...) [establecen que] ese plazo se
cuenta desde la primera actuación del proceso, sea la que fuere (denuncia, deten-
Plazos legalesparajuzgar delitos. ..
En el texto del CPP-Neuquén, en cambio, para los casosviejos, además del tiem-
po que ya transcurrió por ser anterior, la ley acuerda el plazo adicionalde dos años
(art. 56, Ley Orgánica de la Justicia Penal); ya no tres, porque lascausasviejasya tu-
vieron su tiempo de tramitación (algunas incluso son demasiadoviejas-y llevaban
años de trámite-); a ese tiempo de duración se le agregan todavía dos años más.
Dejo de lado, aquí, el cuestionamiento constitucional al que se hacen acreedo-
res las legislacionesque, como la recién mencionada, no aplican retroactivamente
-
los plazosdeduración máxima del proceso que antes no existían o bien los nuevos
plazos menores, pueselloafecta el derechodetodo imputado a la aplicación retro-
activa de la ley más benigna (como consecuencia de la garantía de legalidad)4. En
Neuquén, incluso, existe un expreso respaldo constitucional a la crítica que solo
mencionamos en esta ocasión, al sostener la Carta Magna provincial, al tratar el
"debido proceso", que: ". .. Siempre se aplicará, aun p o r efecto retroactivo, la ley
penalmás favorable alimputado..." (art. 63). En consonancia con ello, incluso, el
art. 8"del CPP-Neuquén dispone que: "... Siempre se aplicará la leyprocesalpenal
más benigna para el imputado ".
Ese aspecto de la problemática de los plazos y, como tal, del derecho del impu-
tado a ser juzgado en un plazo razonable, se dejará de lado porque lasviolaciones
a tal potestad que sevienen produciendo en nuestro país son mucho más graves,
pues, en muchos supuestos, directamente se desobedece la ley que establece el
tiempo máximo deduración.
Es más, ese plazo adicional de dos años para las causas viejas fue directamente
desconocido en algunos casos puntuales.
Cfr. Vitale, Libertad y prisión durante el proceso. Aplicación inmediata y retroactiva del
nuevo Código Procesal Penalde Neuquén, en www.jusneuquen.gov.ar,201 5.
Plazos legalespara juzgar delitos...
interpretar el alcancede la ley. En tal sentido, los fiscales (que juraron cumplir con la
Constitución) en lugar decumplir una instrucción ilegítima, deben actuarcon "suje-
ción a la ley" y con "total autonomía", debiéndose "romper (...) la idea de que los
órganos de la acusación deban ser estructurados jerárquicamente" 5. La democra-
cia necesitafiscalesautónomosysujetosa la leyy nofiscales ilícitosogenuflexosque
obren por "obediencia debida" frente a cualquier tipo de directiva "superior".
b) Un fallo ilegal
Adviértase que, en el caso citado, se tuvo en cuenta una ley que nunca entró en
vigencia (la ley 2974, propuesta incluso por el propio Tribunal Superior de Justicia
-lo que le hizo perder imparcialidad-, precisamente para que no se extinga la
acción penal en relación a lascausasviejas,ya que, en virtud del texto del art. 56 de
la LOJP, se extinguían el 14 de enero de 2016). En el peor de los casos, si se tuviera
en cuenta una tardía publicación deesa ley ocurrida el 15 deenero de2016, escla-
roque no puedeaplicarse a causas anteriores, como la presente, en la cual el plazo
máximo del proceso había operado el día anterior (ya que esa sería una aplicación
retroactiva prohibida expresamente por el ordenamiento jurídico vigente).
De todas maneras, no solo se citó una ley no vigente (respecto de la cual existe
una denuncia penal por falsificación ideológica de documento público, puesfalsa-
mente se habría hecho aparecer como publicada dicha ley con anterioridad), sino
que esa ley fue proyectada sobre la base de reconocer que el plazo de dos años del
art. 56 de la LOJPabarca la etapa recursiva local. Es quede otro modo tal proyecto
legislativo no hubiera tenido sentido alguno: ¿para qué modificar una ley con el
objeto de impedir la extinción de la acción penal, si la ley vigente ya la impedía?
Obvio que no la impide, sino, al contrario, obliga a declarar la extinción del poder
penal persecutorio en un plazo necesariamentemenora los tres años previstos en
el art. 87 del CPP-Neuquén para los casos nuevos. Es que si no fuera así no seenten-
dería el propósito de haber proyectado una ley para, retroactiva e ilegítimamente,
prorrogar plazos de extinción de la acción penal de casos anteriores.
Esto último incluso es una consecuencia ineludible del principio de igualdad
ante la ley: ¿cómo se entendería que un casoviejo, que ya tuvo tiempo de tramita-
ción (y a veces un largo tiempo), unavez que entra a regir un código nuevo pueda
durar más tiempo que los nuevos (iniciados después de su entrada en vigor)? Esa
sería una interpretación legal irrazonable, violatoria del principio republicano de
racionalidad de losactosde gobierno (art. lo, CN).
Demos un ejemplo: un caso por estafa comenzado a partir de la entrada en
vigor del nuevo CPP-Neuquéntiene un plazo máximo de duración de tres años (cfr.
art. 87). Un casoviejo por estafa, que comenzó en el año 2005, tuvo nueve años de
tramitación hasta el 14 de enero de 2014 (fecha de comienzo de vigencia del nue-
vo CPP) y, a partir de esa fecha, no tiene tres años más (como si fuera un caso nue-
vo), sino dos años adicionales. Si los tres años para los casos nuevos comprenden la
etapa recursiva local (cfr. art. 87), obviamente losdosaños para loscasosviejostam-
bién abarcan esa etapa local de impugnación. La desigualdad a la que lleva el fallo
aquí tratado resulta repugnante al sistema de garantías ciudadanas y, como tal,
constituye una consecuencia irracional de un ilegítimo acto de gobierno.
El texto de la ley y su sentido político-criminal son demasiado claros.
El art. 56 de la LOJPestablece un plazo reducido (menor) en relación al de tres
añosdel art.87del CPP-Neuquény este último incluye el tiempo quedemanden los
recursos locales contra la sentencia.
80 El debido procesopenal
proceso tendrá una duración máxima de tres añoscontados desde elacto de la for-
malización de la investigaciónpreparatoria ...").
Para el CPPN, el plazo para formalizar la investigación preparatoria vence a los
quince días desde la denuncia, querella, prevención o investigación preliminar
(art. 21 5) o bien a los noventa días (en el caso del art. 220, párr. 3").
A su vez, el mismo CPPN añade que: "La etapa preparatoria tendrá una dura-
ción máxima de un año desde la formalización de la investigación.
El cumplimiento del plazo previsto en e l párrafo anterior constituirá falta gra-
ve y causal de mal desempeño del representante del Ministerio Público Fiscal..."
(art. 232).
Ello significa que la formalización de la investigación esel acto procesal a partir
del cual comienzaa computarsetantoel plazo máximodela etapa de investigación
preparatoria, como el plazo máximo de todo el proceso.
Lo importanteesaquí recordar que ese plazo para formalizar la investigación es
un plazo perentorio (tal como lo exige el citado art. 108). Ello es importante por-
que el vencimiento de esetérmino produce necesariamenteefectosjurídicos, pues
de otro modo no sería perentorio.
En rigor, el efecto que produceel vencimiento del plazo para formular cargoso
para formalizar la investigación preparatoria ese1comienzodel cómputo, a partir de
allí, del plazo máximo de la etapa de investigación preparatoria o el de todo el pro-
ceso. De modo quesi transcurre el plazo para formular cargoso formalizar la inves-
tigación y, no obstante, nose lleva a cabo esa formulación oformalización, entonces
el vencimiento de ese plazo produce, como efecto, el comienzo del cómputo del
plazo máximo de la etapa de investigación preparatoria y, al mismo tiempo, el co-
mienzo del plazo máximo de todo el proceso.
Esto ya lo ha reconocido buena partede la jurisprudencia de lostribunales de Im-
pugnación de la provincia del Neuquén (cfr. casos "Fuentes", legajo 13.984114, del
1514115; "Morales", legajo 13.233114, del 2014115; "Pino López", legajo 11.393114,
del 2914115; "Martínez"; "Sartori", legajo 16.164114, del 819115, entre muchosotros).
5 8. Colofón
En suma, ante el incumplimiento de los plazos legales máximos para mantener
presasa las personas imputadaso paraconcluirsujuzgamiento, se impone un irres-
El debido proceso penal
' Distinto fue el caso de la creación de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Co-
rreccional de la Capital Federal, por ley 26.371 -habilitada seis años después por Acordada
3812014 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación-. Allí, una ley coetánea a aquella -la ley
26.374-incorporóel art.465 bisal CPPNque estableció la obligatoriedad de la realización de au-
diencias para el tratamiento de los recursos de casación contra autos o decretos equiparables a
sentencias definitivas. En la práctica. eso originó que también en el trámite de los recursos contra
lassentencias definitivasse generalizara el uso de la audiencia.
Capítulo 4
La oralidad en el procedimiento penal
Alberto Bovino * - Mariano Bertelotti * *
5 l.Introducción
a) Principio estructural
A esta altura del desarrollo dogmático de nuestro derecho, resulta una verdad
indiscutida que la Constitución Nacional, cuando estableció la garantía del juicio
previo, no dejó librado al arbitrio del legislador la elección del sistema de enjuicia-
miento a implementar. Por el contrario, no sólo su matriz liberal, al ser hija del mo-
vimiento constitucional decimonónico que, en lo que a nuestra materia importa,
reformó la Inquisición, nos proporciona una pauta histórico-cultural que confirma
esa aseveración, sino que, además, varias de sus normas nos ponen de manifiesto
la clara voluntad del constituyentedeque el juicio sea oral y público. Un repaso rá-
pidodeellas nos lleva, para empezar, al principio republicano degobierno del art.
lo, pues si estamos en una República, el juicio integra sin dudar el catálogo de acti-
vidades que el Estado debe llevar a cabo de manera pública. Por lo demás, los linea-
mientos que su art. 18 le imprime al proceso penal, nos llevan también a similar
conclusión. A eso debemos sumarle que el único juicio regulado por la Ley Funda-
mental, el juicio político, esoral y público. Yfinalmente, si alguna dudacupiera to-
davía,en tresartículos (arts. 24,75, inc. 12, y 118), mandóestablecer el juicio porju-
rados, que no conoce otra manera de realización que no sea oral y pública.
Pesea tan clara manda constitucional, durante másde un siglo rigió en el orden
- -
Maier incluso afirma, al comentar esta norma, que "el procedimiento escrito torna más
que imposible. ridícula, la publicidad popular" (Derecho procesalpenal, 2"ed., 1996, t. l. p.411).
CYN-Fallos, 328:3399, de 2005, consids. 17 y 18del voto de losjueces Petracchi, Maqueda.
Zaffaroni y Lorenzetti.
88 El debido proceso penal
ro solo formas, al fin y al cabo, sin presentar el verdadero dilema cultural y político
que representa la elección por uno de los tipos de enjuiciamiento. Es así que, en
nuestro país, la necesidad de un estudio histórico, introductorio de esta rama del
conocimiento jurídico, sirvea dos fines específicos, además del universal: ayudar a
comprender nuestra ubicación político-cultural y su desarreglo parcial con el siste-
ma republicanoque proclamamos, y, a partirdeallí, colaborar en la persuasión im-
prescindible para transformar el sistema de enjuiciamiento penal, a fin de que se
corresponda con nuestra forma de gobierno y con los modos de persecución penal
hoy utilizados en el mundo civilizado, y en mirasa la solución de los problemas ac-
tuales que el derecho penal representa. Mal que les pesea muchos, la cuestión de
la reforma denuestroenjuiciamiento penal notienecomo trasfondo un problema
deorden técnico, sino quetrasunta un verdadero problema cultural" 16.
De todos modos, no deja de ser cierto que, tal como sostiene Binder, "... la ora-
lidad es un instrumento, un mecanismo previsto para garantizar ciertos principios
básicos del juicio penal. En especial, ella sirve para preservar el principio de inme-
diación, la publicidad del juicio y la personalizaciónde la función judicial" 17.
La relevancia de la oralidad, en estesentido, esqueella seconfundecon losprin-
cipiosquela caracterizan. Deallísu especial importancia. Lo que no se puededejar
de lado, sin embargo, esquelaoralidad da contenidoa estos principios, y, por ello,
no es un instrumento neutro: "Esta importancia de la oralidad proviene del hecho
de que ella es el único modo eficaz que nuestra cultura ha encontrado hasta el mo-
mento para darle verdadera positividad o vigencia a los principios políticos men-
cionados. ¿Dequé nos valdría proclamar la publicidad, la inmediación o la perso-
nalización de la judicatura, si luego no tenemos medios eficaces para ponerlas en
práctica?Al ser condición necesaria de la eficacia de estos principios, la oralidad se
convierteen un instrumentode primer orden y con esa importancia debeser estu-
diado" 18.
La oralidad, en consecuencia, es un modo de comunicación, esto es, un método
de ingreso de información y de discusión en el marco de un procedimiento, y, tam-
bién, es mucho más que ello. En este punto, sus particularidades permiten que la
oralidad opere como cristalización de una serie de principios políticos estructura-
lesdel procedimiento penal.
De allí la especial relevancia de la oralidad, a pesar de su carácter instrumental.
En lo que sigue veremos cómo nos podemos encontrar con diversos grados y cali-
dades de oralidad, y en qué medida sus diferencias pueden resultar más o menos
acordescon los principios políticosque la oralidad instrumenta.
que si se pretende construirello a travesde la memoria y relato de un testigo. Estan sencillo como
hacer unejerciciogrupal. consistenteen que una persona describafrentea otras una situación. de
lo más simple. y con detalles. Luego de ello. si uno pregunta a cada oyente qué imagino y con qué
características, es muy probable que todos hayan imaginado situaciones o detalles sustanciales
distintos.
La oralidad en elprocedimientopenal 91
5 2. E l procedimiento de partes
Independientemente de la oralidad, el procedimiento puede ser organizado
como procedimiento de partes, esto es, donde la actividad procesal depende casi
exclusivamentede la iniciativa deacusadory acusado, ocomo procedimientoa car-
go del tribunal, donde este juega un papel protagónico en la conducción y desa-
rrollo del procedimiento y de la actividad procesal.
Cada modelo de procedimiento acarrea un modelo de oralidad. En este senti-
do, la oralidad queen mayor medida realiza el principio de inmediación, el princi-
piodela publicidaddel juicioy la personalización dela función judicial, es, induda-
blemente, la oralidad propia del procedimiento de partes.
Una de las maneras de evaluar la calidad de la oralidad propia de un procedi-
mientoconsisteendeterminarel papel delaspartesendichoprocedimiento. En es-
te sentido, un sistema penal acusatorio ideal puede ser descripto sintéticamente
como un modelo procesal que depende de un órgano neutral y pasivo que deter-
mina los hechoscontrovertidos-tribunal ojurado- para resolver litigiossobre la
base de la información presentada por las partes enfrentadas en un procedimien-
to
El procedimiento de partes no puede ser considerado como una simple técnica
procesal o conjunto de técnicas. Se trata de una estructura conceptual vinculada a
distintos mecanismos procesales interconectados entre sí, cada uno de los cuales
reviste real importancia para el proceso como un todo.
La idea central del procedimiento de partes consiste en que como resultado del
enfrentamiento de loselementos de prueba y alegatos presentados por las partes,
enfrentadas en un contexto forense altamente estructurado en el marco del pro-
cedimiento, esmás probableobtener la informacióna partir de lacual un juzgador
neutral y pasivo podrá resolver el conflicto litigioso de manera tal de que sea con-
siderada una solución aceptabletanto por los litigantes como por los miembros de
la comunidad2'.
20 Landsman. A Brief Suwey o f the Development o f the Adversary System, en "Ohio State
Los elementos centrales del procedimiento de partes son, entonces, los tres si-
guientes:
a) Juzgador neutral y pasivo.
b) Información y alegatos presentados por las partes.
C) Complejas reglas que organizan el procedimiento.
22 Así, desde el sistema estadounidensese ha dicho que: "El procedimiento de partes esta-
dounidense no es una manera 'inevitable' en que se deben resolver los litiqios
- judiciales. Históri-
.
camente, este no ha sidoel método utilizado una gran mayoría deculturas" (cfr. Neef - Nagel,
The adversaryNature o f the American Legal System from a Historical Perspective. en "New York
Law Forum", 1974,vol. 20, p. 128).
23 En nuestro país, el sendero del reconocimiento de la importancia de la imparcialidad como
garantía primaria se hatransitado. en loesencial, desdeel caso"Llerena" (CSJN-Fallos, 328:1491, del
17/5/05), pasando portodos los restantesprecedentesquedelinearonel estándara la luzde las nor-
mas constitucionales y convencionales.En este sentido, tenemos los fallos, todos de la Corte, que,
siempre con base en el principio rector sentado en "Llerena" -"juez que instruye no puede juz-
gar"-,fueronampliandosu alcance: "Dieser" (CSJN-Fallos, 329:3034. del 8/8/06,queagregó: "juez
que revisa un autode mérito no puede hacer lo propio con la sentencia definitiva"). "Alonso" (CVN-
Fallos,330:1457,del10/4/07,quesentóla máxima:"juezquerevisa unaabsolucióny la revocay reen-
vía el caso a la instancia, no puede luego revisar la segunda sentencia"), y "Lamas" (L. 117.XLll. del
8/4/08, queestablecióel criterio"juezquejuzgóel caso no puedevolvera hacerlo"), entreotros. En
consonanciaconesosprincipios, pueden consultarsetambiénlosprecedentes"Pranzetti"(CVN-Fa-
110s. 331:1605, del 1/7/08), "Ibáñez" (l. 24.XLV.RHE, del 5/2/13) y "Maciel" (M. 1457.XLVlll.RHE. del
17/3/15), solo para mencionaralgunos.Asuvez, no puede perdersedevista cómoen el nuevo CPPN
por ley 27.063 ha sido también reconocido este aspecto(cfr. arts. 24 8"y 9". entre otros).
24 Desde principiosdesiglo la Corte Suprema de los Estados Unidos de América ha reconoci-
do la posibilidad de una función judicial másactiva: "En un juicio porjurados en un tribunal fede-
La oralidad en elprocedimiento penal 93
El juez suele ser descripto como un árbitro que desempeña un papel neutral. Su
tarea consiste en interpretar el derecho aplicable al litigio a través de un procedi-
miento en el cual las partes pueden probar cuál de ellas tiene razón y, también, en
verificar el respeto de las reglas de procedimiento que organizan el proceso de lu-
cha ante el tribunal para asegurarse desu correcta a p l i ~ a c i ó n ~ ~ .
Se ha señalado que la principal responsabilidad del juez consiste en mantener
la integridad del sistema judicial; en verificar que se respete el debido proceso le-
gal, el principio de igualdad ante la ley y las garantíasfundamentales de un juicio
justo. Se señaló, también, que el juez representa el símbolo de la justicia imparcial
y quees una figura central de la administración de justicia26.
La pasividaddel tribunal implica que se respeta en gran medida a las partes en la
dirección y presentación del caso. Consecuencia adicional de la exigencia de neu-
tralidad del tribunal ese1 favorecimiento de la participación de jueces legos-ju-
rados- antes que de jueces profesionales, pues se considera que el juez profesio-
nal, al decidir cuestiones incidentalesanterioresalveredicto, corre mayor riesgo de
involucrarse en el
5 3. Oralidad y procedimiento
a) Su calidad de principio estructural
ral, el juez noes un mero moderador, sino quien gobierna el juicio con el propósito de asegurar la
conducta apropiada y de decidir las cuestionesjurídicas". Cfr. "Quercia v. United States". 289 U.S.
466,469 (1933). Las Reglas Federales de Prueba (Federal Rules ofEvidence) admiten, por ejemplo,
que el juez cite de oficio a un testigo que las partes no han convocado -Regla 614(a)-, y que in-
terrogue personalmente a cualquiertestigo-Regla 614(b)-. Sin embargo, en la práctica los jue-
ces nosuelenejercertalesfacultades, consideradascontrariasa la exigencia de imparcialidad pro-
pia de esa cultura jurídica.
25 Neef - Nagel, The adversaryNature o f the American LegalSystem from a Historical Pers-
pective, en "NewYork Law Forum", 1974. vol. 20. p. 126.
26 "United States ex rel. Elksnisv.Gilligan". 254. El juzgador pasivo no emite opiniones has-
ta que ambas partescompletan su formulación de la cuestión litigiosa. y no puede comprometer-
se activamente en la recolección de elementos de prueba o en la presentación que las partes ha-
cen del caso. Se considera que un juzgador activo puede comprometerse prematuramente con
cierta versión de los hechosy, en consecuencia, no estar en condiciones devalorar adecuadamen-
te la totalidad de loselementos de prueba.
27 Landsman, A Brief Suwey o f the Development o f the Adversary System, en "Ohio State
LawJournal". 1983.vol.44. p. 715.
La oralidad en elprocedimientopenal 95
ley del Poder Ejecutivo Nacional que, con una regulación similar, sustituyey amplía
los casos del art. 353 bis del vigente CPPN.
La idea central de estos modelos es dotar a los procesos penales de característi-
casque profundicen el acusatorio -en lo que se ha dado en llamar sistema adver-
sarial-, ya que se ha detectado queeste no ha logrado modificar la estructura ju-
dicial propiadel inquisitivo, al mantener alexpedientecomoforma principaldeco-
municación, registro y toma dedecisiones, en procesos que no lograron reducir su
duración. A ello se suma que los actores que debían asumir roles protagónicos en
el nuevo diseño (fiscal y defensor), no se han hecho cargo de modo cabal de su pa-
pel, permitiendo que los jueces conservaran las riendas del caso. Para lasvoces más
críticas, ello ha significado, en los hechos, el virtual fracaso de los objetivos políti-
cos de las reformas procesales penales de los '80en adelante29.
Es decir, que no sólo se atribuye a lossistemasdeenjuiciamiento tributarios del
inquisitivo reformado (v. gr., CPPNvigente) una perpetuación de las prácticas pro-
piasdel modelo más cercano al puro (Código deobarrio), sino quesimilar crítica se
encuentra en las legislacionespretendidamente más acusatorias (por ejemplo, Có-
digo Procesal Penal de la Provincia de BuenosAires). En todos ellos, y en detrimen-
t o de la oralidad, el eje central del proceso continúa siendo el expediente. Si bien
estesiempre tiene un "dueño", que cambia según el sistema (el juezen el CPMP; el
juez o el fiscal, según el caso, en el CPPN; el fiscal en el CPPPBA), lo cierto es que es
a él a quien reportan y en dondeactúan los protagonistas del caso. Aún más, es cla-
roe1ejemplode la provincia de Buenos Aires, en donde no existe un soloexpedien-
te, sino queeste se duplica, pues mientrasel fiscal dirige la denominada investiga-
ción penal preparatoria, el juezde garantías la controla en su propia carpeta deac-
tuaciones, lo que genera el despropósito de que quien quiera acceder al conoci-
miento del caso (un pretenso defensor antes de asumir el cargo, un abogado que
intente incorporarseal proceso como letradodel particular damnificado, etcétera)
deberá transitar por ambos legajos, pues si bien uno se retroalimenta con el otro,
hay elementos que están en uno de ellos y no en el otro, y viceversa. El monstruo
pasa a tener dos cabezas, cada una de las cuales funciona en relación con la otra,
pero, a la vez, también de manera autónoma.
Al respecto, no podemos pasar por alto la continuidad de la organización judi-
cial en compartimentosestancos, propia del inquisitivo, que replican la mayoría de
las fiscalías, juzgados y defensorías oficiales de los sistemas de enjuiciamiento ac-
tuales, cada una de ellas con un magistrado titular y su cuerpo de funcionarios y
empleados, lo cual contribuye al mantenimiento de una de las prácticas enemigas
28 El USO sistemático de la incorporación por lectura, las facultades investigativas de los jue-
ces de juicio, las limitaciones al ejercicio del derechode defensa en juicio que sufre el imputado a
la hora de declararen el debate. etcétera.
El debido proceso penal
otros, han ido llegando, con mayor o menor fuerza, al sistema europeo continen-
tal, aun cuando muchos no terminan de hacer pie. Por ello, no extraña la importa-
ción, también, del plea bargaining. Pero la potencia con la cual se impuso el juicio
abreviado nosdemuestra la resistencia cultural a la oralidad, puessutrámite impli-
ca, en la práctica, la reaparición de elementos inquisitivos que, en realidad, nunca
nos abandonaron, como el secreto, la relevancia de la prueba de la instrucción, la
confesión, la no contradicción, y, en lo que a este trabajo interesa, la escritura.
Por ello, debe resultar bienvenido el esfuerzo de oralizar el trámite previo a la
decisión decuestiones previas al juicio, en un intento más de llegar a la siempre de-
clamada, pero nunca concretada cabalmente, desformalización de la investiga-
ción. Tomamos el ejemploahora del Código ProcesalPenal de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires. Al momento de imponer el juez una prisión preventiva, o de re-
solver una nulidad, ode discutir la pruebaque ingresará al debate, la ley establece
la realización de una audiencia, con intervención de todas las partes. Allí, enton-
ces, la decisión jurisdiccional ya no tiene por base informativa un expediente, sino
a losalegatos del fiscal y el defensor-y, en su caso,el que representas lavíctima-
vertidosen su presencia. Ello elimina la delegación de funciones, mejora notable-
mente la calidad de información que, en vivo y en directo, recibe el juez antes de
decidir, implica la asunción de una responsabilidad moral indelegabledecada uno
de los actores procesales, aumenta la transparencia institucional en un poder del
Estadocomoel judicial, habitualmentealejadodel control de la sociedad, y, en ca-
sos como la audiencia de prisión preventiva, permite la presencia de imputados,
víctimas y familiares, es decir, de quienes son objeto de lasdecisiones, sin mediati-
zación. Esto, a la par, humaniza el proceso penal, pues el sistema de audiencias re-
cuerda a jueces y abogados que lo que están discutiendo y resolviendo son conflic-
tos entre personas, y no papeles. Ya no es más el "imputado Fulano" o el "damni-
ficado Mengano", sino gente de carne y hueso que debe ser escuchada. Además,
fiscal ydefensorargumentanen presenciadeellos,ocasión propicia paraqueel im-
putado, que ha escuchado directamente lo alegado por el fiscal sobre, por ejem-
plo, los riesgos procesales, aporte elementos al defensor para su respuesta. A ello
debesumarse que ya no es másel empleado del juzgado el que le notifica al impu-
tado si siguedetenido o recupera su libertad, sino quees el juez quien le comunica
las decisiones cara a cara32.
Alguien podrá reprocharnosqueexisten modelosdeenjuiciamiento con esteti-
pode audienciasen los que la consecuencia esaún más deshumanizadora, pues los
imputados pasan en audienciasen serie, unotrasotro, delantedel juez, y losresul-
tados conllevan a graves avances del más rancio punitivismo (el clásico ejemplo de
los EE.UU., o, más cerca, Chile). Aun así, los ejemplos en nuestro país parecen ir en
sentido contrario: por un lado, las audienciasde prisión preventiva que diariamen-
te secelebran en la justicia penal de la Ciudad Autónoma de BuenosAiresarrojan
como resultado un registro muy bajo de detenidos a disposición de los jueces por-
teños-aunque a ello también coadyuve la escasa gravedad de los delitos transfe-
ridos a la órbita local-, y, por otro, los procesos de flagrancia en la provincia de
Buenos Aires generan, en comparación, menos detenidos que el antiguo sistema
escrito, con aplicación de medidas de alternativas al encierro33.
En el tema materia de este acápite estamos, claramente, en una etapa embrio-
naria. Habrá que dejar transcurrir el tiempo para poder arribar a conclusiones más
definitivas, pues también se corre el riesgo de que las heredadas prácticas burocrá-
ticas decoloren el sistema de audiencias preliminares. Deberemos esperar para ver
si el nuevo CPPN según ley 27.063 entra en vigencia, y analizar los datos que arroje
esta metodología de resolución de incidencias en la etapa preliminar en una orga-
nización judicial como la nacional en donde la escritura está tan arraigada. Pero pa-
receevidentequesu implementacióndebieracontribuircabalmenteadotardemás
oralidad a los procesos penalesy, por ende, a un mayor respeto a los principios bási-
cos del modelo acusatorio, que nosviene impuesto por mandato constitucional.
CJ OralidadyactiYidadpmbatoria
za la adquisición del acervo probatorio es claro. La realidad es que ya son pocos los
códigos vigentes que regulan un sistema burocrático, formalizado y poco contra-
dictorio, y, por otra parte, existen códigos más recientesqueorganizan un sistema
acusatorio, dinámico y plenamente contradictorio.
Entre estos últimos, es bueno acudir al ejemplo del nuevo CPPN por ley 27.063,
en el cual se regula un sistema probatorio efectivamente contradictorio, dándose
contenido a la oralidad. En la regulación del juicio, establece:
Art. 255. - "Oralidad. Toda intervención de quienesparticipen en la audiencia de de-
bate se hará en forma oral. Las resoluciones serán dictadas y fundamentadas verbal-
mente por los jueces yse entenderán notificadas desde elmomento de supronuncia-
miento, lo que se hará constar en el registro del debate.
Los jueces no admitirán la presentación de argumentaciones o peticionespor escrito
durante la audiencia, sin perjuicio de autorizar a los intervinientes a recurrira notas
para ayudara su memoria.
Sin embargo, quienes no pudieren hablar o no lo supieren hacer en el idioma nacio-
nal, intervendrán por escrito o por medio de intérpretes".
Art. 256. - "Excepciones a la oralidad. Sólo podrán serincorporadosaljuicio porsu
lectura o exhibición audiovisual:
a) Las pruebas recibidas conforme a las reglas delanticipo jurisdiccionalde prueba,
siempre que no sea posible la presencia de quien participó o presenció el acto.
b) La prueba documental o de informes y las certificaciones.
c) Los registros de declaraciones anterioresde testigos operitos que hubieren falle-
cido o caído en incapacidadfísicao mental, o estuvieren ausentesdelpaís,o cuya
residencia se ignorare o que por cualquier motivo difícil de superar no pudieren
declararen eljuicio, siempre que ellas hubieren sido recibidas notificando previa-
mente a la defensa y en conformidad con las demás pautas establecidas en este
Código.
La lectura o exhibición de los elementos esenciales en la audiencia no podrá omitirse
nisiquiera con elacuerdo de las partes.
Toda otra prueba quesepretenda introduciraljuicioporsulectura o exhibición, con
excepción de lo previsto en elart 158, inc. f), no tendrá ningún valor, sin perjuicio de
la presentación de documentos al testigo, perito o al imputado para facilitar su me-
moria o darexplicacionessobrelo queallíconsta, previa autorización de losjueces. En
todo caso, se valorarán los dichos vertidos en la audiencia".
dj División de la prueba
39 Esto, sin perder devista que al juicio oral no seva a investigar, sino a producir la informa-
ción que la prueba contiene, de lo cual cada litigantedebería tener plenoconocimiento, porestar
en esa instancia. Bajo esta lógica. es que se recomienda utilizar la herramienta de la teoría del ca-
so. como un esauema aue . ~ermiteoraanizar
. mi información. comoasítambién laauecontiene mi
contraparte. A¡ respecto, puede consultarse: Lorenzo. anuald de litigación. 2012;"éase Oscar De
Vicente y Mauro Lopardo, "Técnicasde litiqación.
- Notassobre un cambio de actuación procesal",
enel t. 1-deestacolección, ps. 151y 152.
40 Cfr. Oscar DeVicentey Mauro Lopardo. "Técnicasde litigación. Notassobre un cambiode
actuación procesal", en el t. 1 deesta colección. p. 142; Lorenzo, Manualde litigación, 2012, p. 154
y SS.;véase además, Adrián Martín, "En base a qué se juzga. Notas sobre el juicio de admisibilidad
de la prueba y el cambiode paradigma". en el t. 1 deesta colección, p. 103 y siguientes.
La oralidad en elprocedimientopenal 103
Por otra parte, esta solución contribuye a simplificar la actividad procesal, pues
en el caso de que alguno de los elementos de la imputación no logre ser compro-
bado-~. gr., una circunstanciaagravantetal como el uso dearma en un robo-, no
resulta necesario que la defensa produzca prueba contradiciendo esa circunstan-
cia, con lo cual se ahorra actividad procesal.
judicial de los hechos. Nos referimosa la decisión legal que establece el orden de la
incorporación de la prueba.
En general, los códigos solían tener una regla que establecía un orden deter-
minado como principio general. En estos casos, el orden se establecía según el ti-
pode medio de prueba4'. Así lo dispone, por ejemplo, el art. 382, párr. l o del CPPN
vigente: "Después de la indagatoria e l tribunalprocederá a recibir la prueba en el
orden indicado en los artículos siguientes, salvo que considere conveniente alte-
rarlo ..."42.
Nótese que la aplicación regular deestetipo desolucionesotorga aljuezel con-
trol absoluto sobre la organización del relato que debe llevarse a cabo en el esce-
nariode la sala de audiencia^^^. Ello no solo conduce a resultados irracionales sino
que, además, como ya hemos mencionado, restringe un derecho fundamental de
laspartes, pues les impidetoda posibilidad de presentar loselementosdeprueba44
ofrecidos conformes una estrategia adecuada para proteger los interesesque re-
presentan, en el momento y en la forma que así se considere. Pese a estas explica-
ciones, todos somos testigosde la arbitrariedad jurisdiccional al resistirsea acceder
a los pedidos de las partes sobre el orden de producción de pruebas.
Tomando comoejemplo el CPPBA, es interesante mencionar queeste nocontie-
ne regla alguna que establezca-ni siquiera de manera subsidiaria-que los dife-
rentes elementos de convicción deban ser introducidos teniendo en cuenta el me-
dio de prueba de que se trate-v. gr., documental, testimonial, etcétera-.
Por otra parte, el art. 367 de ese texto legal, bajo la denominación de "Iniciati-
va probatoria", disponeque "[a]la acusaciónincumbelaprueba dela culpabilidad
delacusado. A laspartes civilesincumbe la de los hechosen que funden suspreten-
siones, defensasy excepciones".
f) Problemas
bunal, su ingreso por lectura atenta contra la publicidad, y por ambas circunstan-
ciassevulnera el principio de personalización de la función judicial49.
49 Sin perjuicio de ello, debemos destacar que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha
restringido el desmedido alcance que la ley le atribuye al mecanismo. Así, en el leading case "Be-
nítez" (CVN-Fallos. 329:5556, de2006). si bien nodescalificó porilegítimoel procedimientode in-
corporación por lectura del art. 391 del CPPN, sentó como criterio rector que la prueba de cargo
utilizada para fundar una condena debe haberpodidosercontrolada por el imputado y su defen-
sa. a lo que sumó que el empeño infructuoso puesto de manifiesto por el tribunal en las diligen-
cias para dar con el paraderode los testigos no podía ser usado como pretensofundamento para
sanear las deficiencias del procedimiento. Luego, en "Patri" (P. 483.XXXIX. 8/5/07), el Máximo Tri-
bunal se remitió a lo resuelto en "Benítez". en respuesta al argumento de la Casación y del procu-
radorfiscal ante la Corte de que el testimonio respecto del cual el imputado y su defensa no ha-
bían podido ejercer el debido control no revestía carácter "dirimente". Al poco tiempo, en "Alf-
onso"(A. 935.XLI. 25/9/07), la Corteafirmó, comoobiterdictum, que la palabra "instrucción"em-
pleada porel art. 391 del CPPNno podía abarcara la prevención policial. por loque lostestimonios
obtenidos en esta etapa no podían ser utilizadoscomo base de una condena nivaloradossiquiera
a titulo indiciario. Empero, en "Barbone" (B. 219B.XLll. 8/4/08), en donde toda la prueba de cargo
se habia producido en sede policial, la mayoría de la Corte rechazó el recurso defensista con base
en el art. 280 del CPCCN. Corresponde aclarar que dicha prueba habia sido incorporada al debate
conacuerdo de las partes. En disidencia, Lorenzetti, FaytyZaffaroni. remitiéndoseal dictamendel
procurador fisca1,votaron por declarar la nulidad del debate porcuanto, deacuerdoa lo resuelto
en el ya citado "Alfonso", no correspondía la incorporación al debate de la prueba obtenida en
policía; lo contrario (dijeron dichos ministros), esto es, convalidar un debate donde no se produjo
prueba alguna, importaba falsificar el sistema de la oralidad y vaciar de contenido el juicio.
Sobreel carácter incomprensible del lenguaje jurídico, cfr. Courtis, La estrategia de nues-
tra araña. Una visión crítica delderecho ydelroldelabogado desdeperspectivascontemporáneas,
en "Leccionesy Ensayos", 1989, no53, p. 115 y siguientes.
El debido procesopenal
8 1. Presentación
El proceso de reforma que transita Latinoamérica en los últimos años no ha sido
lineal y se ha enfrentado a múltiples obstáculos y contramarchas propios de un
cambio cultural tan intenso. Especialmente en la Argentina a nivel federal, los es-
fuerzos por dejar atrás lasestructuraras burocráticasdelviejoordenaún no han da-
do los resultados deseados. Luego de la reforma de la ley 27.063 que finalmente
consagró un ordenamiento procesal adversarial, se ha postergado su implementa-
ciónl, lo cual no debe sorprendernosen un contexto judicial y político que todavía
se resiste a un modelo de justicia moderno y transparente.
Dentro de los aciertos del nuevo Código, se destaca una nueva visión en orden
a la invalidación de los actos procesales. Este tema, si bien muchasveces es ubicado
en un segundo lugar, revisteespecial relevancia, pues constituye uno de los princi-
palesejes para pasar de un modelo de justicia basado en la burocracia y la escritu-
ra haciaformas basadasen el litigio y en el conflicto. Por ello, abordaremos los as-
pectos esenciales del nuevo ordenamiento en relación a esta temática.
g 2. Principios generales
El nuevo Código Procesal Penal de la Nación (ley 27.063) establece en el art. 122
el principio general en materia de actividad procesal defectuosa. La norma regula
que: "No podrán ser valorados para fundar una decisiónjudicial, ni utilizados co-
a) Referencia histórica
el fortalecimiento del Parlamento. Como dice Binder, "la historia del régimen de
las nulidades es en gran parte la misma que la del recurso y los tribunales de casa-
ción y es clara en este último la función centralizadora y de control político sobre
los jueces ..."'l.
Estos ideales no lograron cristalizarse en un cambio sustancial del modelo de
justicia, pues lascontradicciones propiasdel proceso políticoque lo atravesó deter-
minaron que mantuviera muchos de los rasgos esenciales del sistema inquisitivo,
-
pues "el uso de las formas procesales como manifestación principal del poder no
sufrió alteracionesy extendiósusalcancesa nuevas institucionescomo el juicio oral
mismo" 12,siemprealserviciodelacontinuidadycentralidaddelaorganizaciónes-
tatal.
El formalismo se consolidó comoel ejede lasprácticasde lostribunalesy el aná-
lisis sobre quiebresformales quedó divorciado de las funciones de las formas pro-
cesales.
El modelo bonapartista que fundaría la segunda etapa del Estado moderno y
del sistema inquisitivo, mantuvo su fuerza por siglos y recién comenzó a ser cues-
tionado hace algunos años. Si bien los códigos napoleónicos tomaron ciertos ele-
mentos de la vieja tradición europea, mantuvieron los rasgos esenciales del siste-
ma inquisitivoT3.
Este sistema es el que rigió hasta la actualidad en el ámbito de la justicia federal
de nuestro país, basado en la cultura de la legalidad decimonónica con un fuerte
apego a la validez de la ley (pas de nullite san5 texte)14 y a las formas instituciona-
lesT5.Las prácticas, además, acentuaron los rasgos más burocráticos del sistema y
miento de reemplazo del método composicional de los conflictos por sus protago-
nistas, bajo la forma de un juicio, sustituyéndolo por la persecución penal pública
y la encuesta escrita y secreta, desarrollada por el inquisidor, funcionario del sobe-
rano (el Papa, el rey), en busca de la verdad histórica, como forma básica de la ad-
ministración dejusticia penalu6.Lasformasduranteeste períodoeran laexpresión
de un sistema formalista, secreto y curialesco.
La Ilustración cuestionó el modelo despótico del Antiguo Régimen y propuso
retomar el sistema romano-germánico que existía con anterioridad al modelo in-
quisitivo y que sólo p e ~ i v í en
a Inglaterra, y que conocemos como el sistema adver-
sarial que toma la tradición judicial deoccidentede baseen la cultura popular y el
pragmatismo romano7.
La Revolución Francesa adoptó el ideario de la Ilustración y proponía fulminar
los postuladosdel régimen anterior mediante la implementación de un sistema de
división de poderes, en el que la posición de los jueces frente a la verdad seencon-
traba reducida a la meradecisión, peroel poder dedecidirsobre los hechosfuecon-
fiada a los jurados populares. Frente al derecho, el juez quedaba circunscripto a la
aplicación de las leyes que otra instancia (donde se hallaba la razón) había elabo-
rados. Desde esta perspectiva toda noción de interpretación era entendida como
un elemento patológico. En su carácter de máximo representante de la época, Bec-
caria propiciaba la existencia de jueces encargados únicamente de aplicar la ley,
despojados de todo poder político y capacidad interpretativa9.
En el marco de este pensamiento se inscribe el principio legalista (pasde nullite
sans texte)que limita la interpretación de losjuecesen función de una cláusula res-
trictiva que remite a lossupuestosexpresamentesancionadoscon pena de nulidad.
El proyecto político de racionalizar las prácticasjudiciales que culminó con los
códigosde Napoleónl0 es la expresión de un temor a la discrecionalidad judicial y
te Código salvo que el defecto haya sido saneado, de acuerdo con las normas que
regulan la corrección de las actuacionesjudiciales".
A nivel nacional, son antecedentes de esta norma el proyecto INECIP, el proyec-
t o Albrieu y el proyecto Artaza.
En idéntico sentido, los códigos procesales dechubut, Neuquén y Río Negro re-
gulan el principio general constitucionalista en materia de nulidades, dejando
atráselviejoestándardetaxatividad. El Código ProcesalPenal desanta Fetambién
poneel acento en la afectación de derechos constitucionalescomo pauta delimita-
dora en materia de invalidación de los actos defectuoso^'^.
l8 La norma establece que: "Aunque pueda formularse, no será necesaria la protesta previa y
podrán ser invalidados aun de oficio, en cualquier estado ygrado de la causa, los defectos concer-
nientesa la intervención, asistencia y representacióndel imputado en los casosy formas que la ley
establece o los que implicaran inobservancia de derechos y garantíasprevistospor la Constitución
Nacional, porlos tratadosinternacionales con idénticajerarquía yporla Constituciónprovincial.
En estos casos el imputado podrá impugnar, aunque tuviera responsabilidadpor la provoca-
ción del defecto" (art. 248). Además, la regulación del Código santafecino incorpora un criterio
que exige la necesidad de acreditar la existencia de perjuicio (sansde nullitesansgrief).
l9 Maiersostiene que la sanción de nulidad constituye "... más un arma del verticalismo judi-
cial contra tribunales inferiores que una función propia del procedimiento tendente a ejecutar uno
desusfines" (comentarioa Elincumplimiento delasformasprocesales,en "NDP". 2000-8-811y 812).
20 Cfr. Creus. La invalidez de losactos procesales penales. 2004; Torres, Nulidades en el pro-
ceso penal, Ved., 2010, especialmente la resefla de losautoresqueallí realiza. En relación a la po-
sición de Pessoa. Binder sostiene que si bien el autor critica el principiode legalidad. luego inten-
ta "salvarlo" dándole una base constitucional que es ajena a la realidad de la cual proviene (cfr.
Binder, Elincumplimientodelasformasprocesales, lareimpr., 2009, p s . 2 4 25.y ~ la respuesta aesas
críticas por Pessoa, La nulidaden el proceso penal. Lossilencios normativosaparentes. 2013).
La actividadprocesal defectuosa en el nuevo CPPN 115
bJ Antecedentes normativos
En este esquema, las normas sobre actividad procesal defectuosa guardan co-
herencia con todo el cuerpo del Código, pues refuerzan la vigencia del sistema de
garantíasy la tutela judicial efectiva, quitan el focodel quiebre formal, evitan el li-
tigio indirecto y potencian el trabajo de los litigantes en base a discusiones en au-
diencia que expresen los intereses en juego.
La regla general de interpretación amplia del art. 122 compatibiliza con la doc-
trina de Ferrajoli: "... la sujeción del juez a la ley ya no es (...) sujeción a la letra de
~ ~
sos( ...) Muchos de sus atributos centralescomo el carácterescrito, secreto, formalista. lento, curia-
lesco, dependiente,burocrático.etcétera, soncualidadesesencialesdeestesistemay nodefectos"
(Binder, ~lincum~limiento de las formas procesales, la reimpr., 2009, p. 44),
24 Ferrajoli, "El derecho como sistema de garantías". en La ley delmásdébil, 1999, p. 26.
25 Binder, Elincumplimientode las formasprocesales, 2000, p. 17, con cita de Carrara, Fran-
cesco. Programa ..., t. II.
La actividadprocesal defectuosa en el nuevo CPPN 119
5 3. Saneamiento
El art. 123 del nuevo Código establece que: "Todoslosdefectosdeberán serin-
mediatamente saneados, renovando elacto, rectificando e l error o cumpliendo el
acto omitido, de oficio o a petición del interesado.
Silainvalidezse fundaseenla violaciónde una garantía establecida en favordel
imputado, elprocedimiento no podrá r e t r o t r a e ~ ae etapas anteriores.
Se entenderá que elacto se ha saneado si, no obstante la irregularidad, hubie-
ra conseguido su fin respecto de todos los interesados".
a) Antecedentes
lidad de actosalegando una afectación del imputado, cuando esa decisión en reali-
dad lo perjudicaba porque importaba el retroceso del caso a etapas anteriores.
5 4. Convalidación
En el art. 124, ley 27.063, se regula la convalidación, mediante la siguientefór-
mula: "Los defectos formales que afecten al representante del Ministerio Público
Fiscalo a la víctima quedan convalidados en lossiguientes casos: a) S i laspartes no
hansolicitadosusaneamiento mientrasse realizaba elacto o dentro de los tresdías
de practicado y quien lo solicita no ha estado presente; sipor las circunstancias del
acto ha sido imposible advertir oportunamente eldefecto, elinteresado deberá re-
clamarlo dentro de las veinticuatro horasde advertido; b) S i han aceptado, expre-
sa o tácitamente, los efectos del acto".
a) Antecedentes normativos
sos, pues es necesario atender a la función específica que cumple cada forma pro-
cesal.
Mediante la convalidación "se prioriza frente a la inercia de los interesados, la
preservación de los principios de preclusión procesal y seguridad jurídica que exi-
gen de aquellos la protesta inmediata, a excepción de los defectos absolutos que,
comoveremos, ni el tiempo ni la voluntad tempestiva de las partes ni la del órgano
jurisdiccional, pueden sanearU4O.
La idea de que el proceso marcha hacia adelante vuelve claro que este concepto
es inaplicable para el imputado, ya que el proceso "corre" hacia el juicio, como mo-
mento central en el quedebetener mayor nivel de facultades y defensas. Distinto es
para lasotraspartes, queen basea su actuación anterior pueden llegaral debatecon
las facultades e instrumentos menguados, entre otras razones, por la preclusión4'.
Esta distinción marca nuevamente la necesidad de que la ley procesal ofrezca
instrumentos precisos y diferenciados para que, frente a la afectación de una for-
ma procesal, no se produzca una respuesta automática de invalidación, sino quese
privilegieel análisissobrelafunciónquecumpleesaforma,quétipodeinteréspro-
tege dentro del proceso y si es posible sanear el principio afectado o si ha mediado
convalidación por la parte interesada en el caso de la víctima y el fiscal. Este diseño
ordena la respuesta según sea el interés y además modifica el centro de gravedad
de las formas hacia la discusión sobre los principios protegidos.
5 5. Nulidad
Finalmente, la última respuesta que regula el ordenamiento es la declaración
de nulidad. Así lo establece el art. 125 del Código (ley 27.063): "Sino fuera posible
sanearun acto nise tratase de casosdeconvalidación, eljuezdeberá declararsunu-
lidadseñalándolo expresamente en la resolución respectiva, de oficio o a petición
de parte.
La nulidadde unacto invalida todoslos efectos o losactos consecutivos que de-
pendan directamente de este".
a) Antecedentes normativos
2009. p. 196.
41 Binder, El incumplimiento de las formas procesales. 2000, p. 106.
La actividadprocesal defectuosa en el nuevo CPPN 123
la oportunidad para articularla por la parte interesada, siendo inadmisibles los in-
tentos posteriores por plantearla; o bien, cuando se aceptaron expresa o tácita-
mente los efectos del acto viciado antes de la caducidad. Explica que esta confor-
midad produce p r e c l u ~ i ó n ~ ~ .
Maier señala que aceptar los defectos del acto pese a su defecto, significa con-
sentir la producción válida de ese efecto; el vencimiento del plazo para denunciar
el defecto y requerir la nulidad del acto constituye, precisamente, uno de los casos
de consentimiento presunto (aceptación tácita), que conforma la categoría de la
realización por el autorizado a denunciar el defecto, de actos propios incompati-
bles con la misma denuncia37.
Según Maier, la convalidación también se producecuando los defectosdel acto
no consiguen impedir queestecumpla con la finalidad a la cual está destinado38.
El Código según ley 27.063 regula la convalidación, pero no para todos loscasos,
pues, este institutosolo aplica en relación a la función de lasformasprocesalesvin-
culadas con la tutela judicial efectiva y las condiciones de legitimidad que defien-
de el fiscal, pues el imputado no puede absorber los efectos irregulares de un acto,
dado que ello contradice la lógica de protección del sistema de garantías.
A los fines de consagrar una visión más sustancial en materia de normasque re-
gulan la actividad procesal defectuosa, debe existir una respuesta diferenciada se-
gún los derechos de las distintas partes y la función que respecto de cada una de
ellascumplen los actos y sus formas. Así, no es igual la respuesta estatal cuando se
afecta el sistema de garantías que protege al imputado que cuando se lesionaron
las formas que procuran la tutela de la víctima y que afecten los derechos quede-
fiendeel fiscal en el proceso.
El derecho a la tutela judicial (como derivación de la prohibición de auto-tute-
la), está establecida a travésde las formas procesalesque regulan la institucionali-
zación del conflicto. En el caso del Ministerio Público Fiscal, lasformascumplen una
función distinta para reforzar la posición de la víctima, ya sea individual o colecti-
va. Pero esta int;rvención debe "respetar los principios de protección del ciudada-
no y de institucionalización del conflicto", ya que allí se juegan las funciones mis-
masdel Estado, tanto su misión pacificadora como la legitimidad quesurgedel tra-
t o respetuoso al imputado39.
En este escenario, la nueva regulación presenta diferentes soluciones según
sean losinteresesen juego, para evitar dar respuestasunificadaspara todoslosca-
42 Cfr. al respecto, Binder, Elincumplhiento de las formasprocesales, 2000, con cita de Cala-
mandrei, Piero, La casacióncivil, Ejea, BuenosAires, ytambien, LópezMesa.lneficaciaynulidadde
los actosjurídicos procesalesyadministrativos, Zaed., 201 5.
43 Ledesma define la inadmisibilidad como la sanción de naturaleza roces sal aue i m ~ i d e a b
initioque produzcan efectos los actos de parte que no han sido objeto de decisión j;dicial'alguna
yque
. . carecen deaptitud para
. producirporsisolosefectosjurídicossobreel
. proceso. En cambio, la
nulidad puede darse solamentecon relación a losactos prócesales que son ;usceptibles de produ-
cir efectos jurídicos autónomos, como lo son aquellos actos emanados del órgano jurisdiccional o
de sus auxiliares (cfr. Nulidadesprocesales, en "Revista de Derecho Privado y Comunitario". no8.
jun. 1995. p. 329).
Cfr. casos "Rayford". "Daray". entreotros.
El debido proceso penal
5 6. Oralidad
El aspecto más sobresaliente y novedoso en términos de reforma se refiere a la
incorporación de la oralidad para resolver las discusiones sobre la invalidación de
los actos. El art. 126 del Código aún no implementado establece que: "Lassolicitu-
des de saneamiento o declaración de nulidad deberán ser resueltaspor eljuez en
audiencia, con intervención de todas laspartes interesadas".
a) Antecedentes normativos
bj Importancia de la audiencia
La norma compatibiliza con la regla general del Código, según la cual el proce-
so se rige por los principiosde un sistema acusatorio: "... igualdadentre laspartes,
oralidad, publicidad, contradicción, concentración, inmediación, simplicidad, ce-
leridady desformalización ...". Y que: ". .. Todas las audiencias deben serpúblicas,
salvo las excepciones expresamenteprevistas.. ." (art. ZO, CPPN)45.
La nueva regulación en materia denulidadesofrece una herramientafundamen-
tal para lograr superar el apego a los ritualismos propios del modelo inquisitivo y
permite que las discusiones sobre la actividad procesal defectuosa giren en torno a
las funciones de las formas procesalesy de losverdaderos intereses de las partes.
No obstante ello, el cambio legal resulta insuficiente si no se produce una co-
rrecta implementación a través del establecimiento de una etapa preparatoria
desformalizada donde las cuestiones im~ortantesse resuelvan en audiencias.
Esto implica un primer paso para abandonar el análisisformalistaen materia de
nulidades de modo tal de encauzar la respuesta frente a la actividad procesal de-
fectuosa hacia los principios afectados, pues muchas de las discusiones que se dan
en lossistemas escritos se refieren a cuestiones propias del trámite, que en un siste-
ma oral no tienen sentido. Con la desformalización se pretende dejar atrás el expe-
diente para erradicar la rigidezen la acumulación de información. Esta ausencia de
52 "Ya lo decía Montesquieu 'por lo mismo que los juicios, lejos de ser actos de ostentación
agradables a los noblese interesantes para los hombresdeguerra, seconvirtieron envulgarrutina
que ni conocían ni la querían aprender', lo quedespuésde 200 años aún siguesiendo una constan-
te, donde los jueces y abogados escriben para ellos, cual si fuera un concurso de erudición jurídica
queentremasincomprensible mejor, porloqueen latradiciónjurídica penal, losjueceshicieron uso
de licuacioneslatinasque progresivamentefueron inculcando a losabogados ..." (Juárez, Dela re-
forma normativa a la reforma de lasprácticas. Segunda generación, "Primer Congreso Nacional de
Derecho Penal y Procesal Penal", Universidad San Carlos de Guatemala, "La oralización y el despa-
cho judicial", del 27 de agosto al 1" de septiembre de 2007, Guatemala y Quetzaltenango).
Duce - Riego Ramírez, Introducción alnuevosistema procesalpenal, 2002, vol. 1, ps. 235 a
240.
La actividadprocesal defectuosa en el nuevo CPPN 131
g 7. Desafíos
lmplementar un nuevo sistema de justicia adversaria1 supone ante todo cam-
biar la lógica del trámite por ladel litigio. Esteesel objetivo másdifícil dealcanzar.
5 2. El legajo fiscal
a) Documentación de los actos de la investigación penal preparatoria
y su informalidad
El legajo fiscal es aquella carpeta que reúne todos los elementos de la investi-
gación en relación a un hecho con apariencia delictiva. En el nuevo sistema penal,
lasinvestigacionesseindividualizan por mediodeunCUlJ común (Código Únicode
Identificación Jurídica1) en donde se agrupan todos los elementos de interés en
relación a esa investigación. Entre ellos, podemos mencionar las actuaciones del
personal policial (antiguamente llamado parte preventivo); las actuacionesde po-
licía científica;fotos; videos; investigacionescon respecto a lostestigos; actasde le-
vantamiento; oficios enviados inspecciones oculares; declaraciones de testigos;
etcétera.
Ya no hayfórmulassacramentales,sedesformalizó el modode registrode la evi-
dencia recabada. Estos cambios solo se explican si se entiende que la investigación
es simplemente preparatoria del juicio oral.
Su fundamento radica en que, durante la investigación, seobtienen evidencias
que sirven para tomar las decisiones propias de las audiencias previas y de la etapa
preliminary para que laspartesevalúen la viabilidaddelcasoen un juicio. Lasmedi-
dasde investigación las producen las partes y las documentan de la forma prevista
por ellas. Sin embargo, en las audiencias previas al juicio, el material probatorio
reunido no llega al juezen forma directa sino a través de las partes. De este modo,
la información contenida en los legajos no tienevalor para el juicio oral salvo para
refrescar memoria y evidenciar contradicciones2. Al respecto, debe verse que no
5 l.Introducción
El nuevo sistema penal arrojó cambios de los cuales solo a muy pocos hemos sa-
bido acostumbrarnos.
El presentetrabajo tienecomo objetoabordar una deestascuestiones, quizá no
la más importante, pero sin duda una de las más emblemáticas. Se trata del legajo
de investigación, no ya el expediente judicial en cabeza del órgano acusador, sino
la investigación llevada a cabo por fiscal, de corte informal y, paralelamente, el le-
gajo de la defensa. Una de las grandes consecuencias del sistema acusatorio, esto
es, la imposibilidad de que la defensa llegue a un juicio oral sin contar con una in-
vestigación propia e independiente de la del Ministerio Público de la Acusación.
Se propone entonces hacer un recorrido mínimo por el contenido del legajo de
una y otra parte, y, en consecuencia, abordar cuáles son los medios de documenta-
ción de las actuaciones que resultan más eficaces y10 acordes al nuevo sistema pe-
nal. Luego se abordarán cuestiones sobre la obligación que pesa sobre el órgano
acusador de dar acceso a todas las partes en lo que respecta a su investigación, para
finalizar con unode lostemas máscuestionadosal momento de preparar un juicio
oral, esto es: el legajo de investigación de la defensa y su obligación -o no-deex-
hibirla al fiscal. A su turno se expondrán las consecuencias de una u otra situación,
como asítambién los principios involucrados.
son prueba porque no se incorporan al debate sino que es el testigo quien declara
la circunstancia que allí consta regresando luego a la carpeta fiscal o de la defensa.
Si bien rige el principiode informalidad dedocumentación,valeaclararque no hay
que perder de vista la necesidad de registro en cualquiera de sus formas, ya que
antes del juicio será la guía de la teoría del caso3y, a su vez, que podrá ser utilizada
en el debate para los dos objetivos antes previstos (refrescar memoria y evidenciar
contradicciones).
Cuandose habla de hojasde ruta, mapa o guía de la teoría del caso, se hace refe-
renciaa que el juiciooral se preparará con loselementosreunidosdurante la inves-
tigación. La registración de aquellas evidencias facilitará la preparación del deba-
te, ya que, con ellos, las partes sabrán sobre qué versará la declaración de los testi-
gos y podrán consecuentemente prepararse para los interrogatorios y contrainte-
rrogatorios.
Resulta obvio que ni el fiscal, ni los policíasactuantes, ni lostestigos podrían re-
cordar todos los detalles del hecho investigado y es por ello que deben documen-
tar dealguna manera lasactuacionespreparatorias. Estos registrosservirán nosolo
para que la defensa tome conocimiento de los cargos que pesan en contra de su
defendido, sino también queserán losdocumentoscon los cuales las partessepre-
pararán para la presentación del caso al tribunal, juez o jurado.
Lorenzo, Manualde litigacion. 3" reimpr., 2014, define a la teoría del casocomo la versión
propia de cada litigante una vez llegados a juicio, y asimismo comenta que deben asumirse una
serie de cuestiones que deben tenerse en cuenta desde el inicio para podertrabajar en forma efi-
ciente, esto es, ser simple, consistente y nocontradictoria.
El debido proceso penal
este motivo que la documentación solo debe cumplir con este requisito, es decir,
que puedan reproducir el contenido en medio del debate.
A nivel nacional, también se observan artículosqueestablecen como regla la in-
formalidad de losactosde investigación. Así, puede observarsecomoejemplo, que
el art. 154 del nuevo CPPN5regula la declaración de testigos en la etapa prepara-
toria, y específicamente dice: ". .. Para las declaracionesregirán las reglas delprin-
cipio de desformalización, debiendo garantizarse el contenido de las mismas.. .",
y10 el art. 197que regula el legajo de investigación fiscal, y estableceque: "Elrepre-
sentante del Ministerio Público Fiscalformará un legajo de investigación, con e l fin
deprepararsusplanteos, elque no estará sujeto a formalidadalguna, salvo lasnor-
masprácticas sobre registro que dicte elprocurador.. .".
Por su parte, en el artículo siguiente, esto es, el art. 198 de la normativa men-
cionada, se regula el valor probatorio que debedarse a lasevidencias recabadasen
la investigación: "Las actuaciones de la investigación preparatoria no tendrán
valorpara fundarla condena delacusado. No obstante, aquellaspodrán invocarse
para solicitaro fundar una medida cautelar, plantearexcepcionese instarelsobre-
seimiento". Así las cosas, resulta lógico que el Código autorice a invocar estas ac-
tuaciones solo para cuestiones propiasde la etapa preparatoria, pues bien, en jui-
cio no podrán utilizarse sino que debe presentarse al testigo, quien depondrá so-
bre la declaración (que consta en un registro de la investigación), o en su casoal pe-
rito que realizó el informe dentro del legajo fiscal.
5 3. Investigación de la defensa
Para poder abordar esta temática, hay que responder a tres interrogantes: 1 )
La defensa ¿tiene obligación de llevar un legajo de investigación?; 2) En caso de
Asuturno, la ley 13.013 regulaal Ministerio Públicodela Acusación y en suart. 52, inc. 2"
establecequeseconsidera"falta grave"violarel deberde reserva de losasuntosqueasílo requie-
ran, estoes, siempreque lo hiciera másallá de las partesconautorizaciónaver el legajoy, porotro
lado, ensu inc. 6"considera que el fiscal que oculte informaciónenforma injustificada o de infor-
mación errónea. incurre en este tipo de faltas.
La confección del recibodebe contener la fecha, el CUlJ de la causa. el fiscal a cargo de la
investigación y el nombre del defensor que retira el legajo, ya sea para mirarlo en sede del Minis-
terio Público de la Acusación o para retirarlo y sacarle copias. Asimismo, se deben enumerar las
actuacionesque hasta ese momento componen el legajo. En el CUIJ 21-06059583-3, "Ojeda, Mai-
ra Valeria y otros s1Homicidio agravado en concurso real con lesiones". la defensa. luego del ale-
gato de apertura planteó la incorporación de nuevas pruebasfundamentando en que era la ter-
cera defensa de los imputadosy seencontraban "sorprendidos". La Fiscalía, a su turno, pudofun-
damentar y dejar en evidencia que no era cierto este planteo basándose en el recibo en donde
constaba todo lo que había sidoentregado al nuevo defensor.
Ellegajo fiscaly la investigación dela defensa 139
Así las cosas, podemos afirmar que, cuando la normativa autoriza a que la de-
fensa forme carpeta de investigación -lo que es propio de un sistema bilateral-
y ofrezca prueba que no fue controlada por la Fiscalía, el derecho decontrol debe
hacer entenderse como general, siendo comprensivo de todas las partes. Es decir,
'O El ari. 6'de la ley 13.014del Servicio Público de la Defensa Penal establece que: "Todo fun-
cionario o autoridaddel Estado, desusentesdescentralizadosyde losórganosdecontralordela fun-
ción pública se encuentran obligados a prestar colaboraciónsin demora y a proporcionar los docu-
mentos e informesque le sean solicitadosporun defensorpenalen ejerciciode sus funciones...".
Ellegajo fiscaly la investigación dela defensa 141
Tampoco hay que olvidar que, para que el debate sea enriquecedor y se pueda
realizar unefectivocontrol dela producción de la prueba, es necesariosaberquién
es el testigo para poder evaluar su credibilidad, como así también el contenido de
su declaración para así criticar su percepción de los hechos, o bien evidenciar con-
tradiccionest4. Por último, resta aclarar que no se pretende que el querellante0 la
defensa ventilen su investigación completa, sino más bien la prueba que se va a
ofrecer duranteel juicio oral como evidencia desu teoría del caso.
l2 En este sentido, el art. 132 del CPP-Santa Fe regula el deber de lealtad entre partes, y ex-
. , como ~rinci~iodeactuación
de la ~rovinciadesanta Fevfiia Dara losfiscales la obietividadvdice:
"El Ministerio Público de la ~ c u s a c i óejercerá
i sus funcione; con arreglo a los siguientes princi-
pies: l . Objetividad. Requerirá la justa aplicación de la ley,. resquardando
. la viqencia equilibrada
de todosloi valoresjurídic~scon&~rad~s en la Constitución yla ley ..."
l4 Baytelman - Duce, Litigaciónpenal, juicio oralyprueba. 2004, explican el procedimiento
que el abogado debe utilizar cuando el testigo en su declaración en el debate está siendo incon-
sistente con su declaraciónanterior, esdecir, con una declaración previa en cualquier grado defor-
malización (policía, Ministerio Públicode la Acusación, etcétera).
El debido proceso penal
l1 Lo dicho debecomplementarsecon los arts. 3"del CPP-Sanra Fe, 7"de la ley 13.014~ 7"de
la ley 13.018, en tanto enumeran los principios del sistema acusatorio. Toda la normativa es clara
al regular el principio de contradicción en referencia a la prueba que ha de producirse y no hay
dudasque para realizarundebidocontroldela misma, las partesdebencontarcontodaslasactua-
cionesy elementosque se llevarán a juicio para poder ejercereste derecho.
El debido procesopenal
5 4. Consecuenciasdel no descubrimiento
Como ya se ha mencionado, en caso de que el fiscal haga caso omiso a esta obli-
gación de "descubrir" su legajo de investigación, podría incurrir en una falta gra-
ve por la que puede ser sancionado con la sustitución o la suspensión, dependien-
do de la gravedad. El fiscal, regido por el deber de objetividad, no puede ocultar
ninguna documentación de la investigación que contenga el legajo.
En cuanto a la defensa, si bien también es una falta graveI5 el ocultamiento de
la información, esevidente que no tiene la obligación deventilar al órgano acusa-
l5 En estesentido se encuentra regulado el art. 37, inc. 4*de la ley 13.014deServicio Público
de Defensa Penal de la provincia de Santa Fe en tanto expresa que se consideran faltas graves:
"Ocultarinformación en forma injustificada o darinformación errónea a laspartes".
Ellegajo fiscaly la investigación dela defensa
l6 El art. 132 del CPP-Santa Fe regula la actuación de las partes dentro del proceso, estable-
ciendo comoeje principal la buenafey evitar conductassorpresivas,a saber: "Deberde lealtad. Es
deber de las partes y de sus representantes comportarse en el curso del procedimiento penal de
acuerdoa losprincipiosde lealtad, probidady buena fe, evitando incurriren actitudessorpresivas
o en conductas que impliquen un abuso del derecho procesal.
Superado el período de reserva, los integrantes del Ministerio Público Fiscal deberán permitir
a laspartesya susolicitud, todosloselementosde convicción, de cargo yde descayo quese hubie-
ran reunido o conocido a lo largo de todo el procedimiento penal, considerándose falta grave su
ocultamiento".
l7 En cuanto a los principios procesales que se deberán observar en el proceso. están deta-
lladosde manera imperativa en el CPP-Santa Fe y asien su art. 3'se detallan: "Durante elproceso
se observarán los principios de oralidad, publicidad, contradicción, concentración, inmediatez,
simplificaciónyceleridad". Porotro lado, la ley 13.018que regula la actuaciónde losjuecesduran-
te el procedimiento penal. en su art. 7" obliga a los magistrados a velar por el cumplimiento de
estos principios: "Eljuezgarantizará durante eldesarrollo de lasaudienciasel ejercicio razonable
del derecho de las partes a exponer su posición sobre las cuestiones a debatir, con respeto irres-
tricto del principio de contradicción. No podrá suplir la actividad de las mismasy deberá sujetarse
a lo que hayan discutido".
Ellegajo fiscaly la investigación dela defensa 145
ten o causas que la justifiquen. Un defensor que no vaya a juicio a especular qué
beneficios puede conseguir para su defendido, sino que lo sepa anticipadamente,
producto del trabajo previo.
El juicio oral no es un espacio para que las partes se sorprendan, sino que es un
ámbito para exponerle al juez el caso que ya es conocido y estudiado por comple-
t o por el fiscal, la defensa y la querella -si la hubiere-.
Por último, y para finalizar, parece de gran importancia resaltar algunos datos
deactualidad en cuanto a la investigación llevada a cabo por la Fiscalía y por la de-
fensa en los juicios ocurridos en los tribunales penales de Rosario, Santa Fe, hasta
el 18 de noviembre de 201 5. Hasta dicha fecha y en lo que respecta a la ciudad de
Rosario, se celebraron 20 juicios orales (201412015) y en 20 de ellos, se obtuvieron
17 sentencias condenatorias. De las 20 causas, solamente en 6 casos la defensa no
presentó testigos, lo que permiteconcluir queen la mayoría delascausas, ladefen-
sa ha tenido un legajo de investigación.
Ahora bien, de esos legajos de investigación, la cantidad de personas presenta-
das a declarar corresponden a dos grupos de testigos, por un lado, testigos que
también pertenecen a la investigación de la Fiscalía (es decir, testigos a los que se
adhieren, o testigoscompartidosqueson por logeneral médicoso el personal poli-
cial), y por el otro, familiares y amigos de las personas imputadas.
Con lo dicho, solo resta deducir que si de un promedio de 6 testigos que pre-
senta la defensa 5 son familiaresde la persona queseasiste, másallá del legajo de
investigación, lo cierto es que no cuenta con una investigación propia, objetiva y
paralela a la Fiscalía. A esta conclusión se arriba, porque en la mayoría de los jui-
cios ocurridos en Rosario los testigos ofrecidos por la defensa concurren a hablar
sobre las características del imputado, las condiciones de vida y a describir su per-
sonalidad.
Capítulo 7
La regla de la exclusión probatoria
desde la concepción
de los organismos internacionales
de derechos humanos en casos de tortura
Rornán De Antoni *
pueda ser invocada como prueba en ningún procedimiento, salvo en contra de una
persona acusada de tortura como prueba de quese ha formulado la declaración".
Por su parte, la Convención lnteramericana establece en su art. 10 que: "Ningu-
na declaración que se compruebe haber sido obtenida mediante tortura podrá ser
admitida como medio de prueba en un proceso, salvo en e l que se siga contra la
persona opersonas acusadas de haberla obtenido mediante actosde tortura y úni-
camente como prueba de que por ese medio e l acusado obtuvo tal declaración".
Al prohibirse otorgarlevalor probatorio a este tipo de declaraciones, se des-
prenden ciertas obligaciones específicas y -especialmente- normativas para los
Estados, las cuales implican que deben contemplar la regla de exclusión en todos
sus aspectos positivos. Esto lleva a suponer que, incluso, cuando existe un Código
Procesal Penal a nivel nacional que establece que el veredicto de un tribunal no
puede basarse únicamenteen la confesión del acusado, aun asísiguesiendo nece-
saria la existencia de una disposición legal clara que prohíba que las confesiones
obtenidas mediante el uso de la tortura sean aceptadascomo pruebas3.De hecho,
aun cuando no exista dicha norma, es responsabilidad de los funcionarios a cargo
de la judicatura asegurarse que las pruebas admitidas en el caso no se hayan obte-
nido por medios ilícitos. Incluso cuando el acusado no ha presentado ninguna de-
nuncia, losjuecesdeben estar preparados para exigir que sedemuestre que lasevi-
dencias presentadas no se han obtenido por medio de la tortura, o que la confesión
no se ha obtenido mediante ningún otro método decoacción4.
La "regla de exclusión", en su faceta procesal, viene a imponer un límite a la
libertad probatoria y determina quetodoacto procesal que se haya incorporado al
proceso en violación a una garantía constitucional, convencional o de las formas
procesales dispuestas para su producción, debe ser excluido. Por lo tanto, al ser la
"regla deexclusión" parte, o un derivado, de la prohibición absoluta de la tortura,
debe vedarse toda incorporación de elementos de prueba obtenidos mediante
actos de tortura o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Como bien indica el experto argentino Juan Ernesto Méndez-Relator Especial
contra IaTortura de Naciones Unidas-:
"El fundamento de la regla de exclusión es múltiple e incluye, entre otras
razones, impulsar políticas públicas que tengan por objetivo la eliminación
de cualquier incentivo para llevar a cabo la tortura en todo el mundo desa-
lentando a las fuerzas del orden a recurrir al uso de la tortura, tanto para
prevenir tortura y otros malos tratos. Por otra parte, las confesionesy otras
en el art. 8' de la CADH y que aseguran, entre otros, el efectivo derecho a la de-
fensa.
En ese contexto, una de lasgarantíasadjetivasqueaseguran con mayor cultura
de humanidad el correcto ejercicio de la defensa es aquella queveda toda posibili-
dad de que una persona sometida a un proceso sea obligada a autoincriminarse.
Esta máxima ha traspuesto lasfronterasde los Estados nacionales para formar par-
te del sistema internacional de protección de los derechos humanos, como lo
demuestran, interalia, el PIDCP, art. 14.3.g), y la CADH, art. 8°.2.g)1. El ejemplo
paradigmático de la violación a esta garantía ocurre cuando la autoincriminación
viene precedida por formas ilegales de coerción, como la imposición de torturas.
Desde la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948,
se ha comprendido universalmente que la prohibición de la tortura significa que:
"Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degra-
dantes" (art. So). La prohibición de la tortura también secomplementa con la obli-
gación de prevenir la tortura, y ambos se reconocen internacionalmenteen la Con-
vención contra la Tortura y otrosTratos o Penascrueles, Inhumanos o Degradantes
(en adelante, "Convención de Naciones Unidas") y su Protocolo Facultativo y, en la
región, a travésde la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar IaTor-
tura (en adelante, "Convención Interamericana").
La prohibición de la tortura esabsoluta yjamásesjustificable bajo ninguna cir-
cunstancia. Su negativa es inderogable, lo que implica que no está permitido que
ningún Estado ponga límite temporal a la prohibición de la tortura bajo ninguna
circunstancia pese que estéen guerra, exista inestabilidad política interna u ocurra
cualquier otra emergencia pública. Además, dicha prohibición posee un carácter
de norma imperativa de derecho internacional consuetudinario, o jus cogens. En
otras palabras, tiene primacía sobre toda disposición incompatible de cualquier
otro tratado o norma consuetudinaria2.
En el derecho internacional, de la prohibición absoluta de la tortura derivan, a
su vez, obligaciones específicas a los Estados con el fin de prevenir y erradicar su
comisión. Una de estas tiene que ver con la prohibición de incorporar como prue-
ba toda información obtenida medianteactosdetortura: la "regla deexclusión".
Este mecanismo seencuentra contemplado en el art. 15 de la Convención de Na-
ciones Unidas, que reza lo siguiente: "Todo Estado Partese asegurará de que nin-
guna declaración que se demuestre que ha sido hecha como resultado de tortura
Sin embargo, dado que la regla proviene de una norma de derecho internacio-
nal consuetudinario, existeen lajurisprudenciadeorganismosinternacionalesdo-
cumentosdesoftlawque marcan importantesavancessobre la regla deexclusión.
Entre ellas, sedestaca las Directrices de Robben lsland para la Prohibición y la Pre-
vención de la Tortura en Africa, adoptadas formalmente en octubre de 2002 por
medio de la resolución de la ComisiónAfricana y aprobadas en julio de 2003 por los
jefesde Estadoy losgobiernosde la ComisiónAfricana, lascualesotorgan un carác-
ter más extensivo a la prohibición sobre la exclusión de las pruebas obtenidas
mediante el uso de tortura y otrasformas de malos tratos, que expresan: "29. [Los
Estados deberían] asegurarse de que cualquier declaración obtenida mediante el
uso de tortura u otro trato o pena cruel, inhumano o degradante, no será admiti-
da como prueba en ningún proceso salvo en contra de una persona acusada como
prueba de que se ha formulado la declaración" 16.
Son varios los estándares que también han concedido un significado más am-
plio a la regla de exclusión y que han servido de guía para los actores del sistema
penal. Anivelde NacionesUnidas, sedestacan las Directricessobrelafunciónde los
fiscales de 1990 que, en su art. 16, han dispuesto lo siguiente: "16. Cuando losfis-
cales tengan en su poder pruebas contra sospechosos y sepan o tengan sospechas
fundadasdeque fueron obtenidas por métodos ilicitosque constituyan una viola-
ción grave de los derechos humanos del sospechoso, especialmente torturas, tra-
toso castigoscrueles, inhumanoso degradantes u otrosabusos de losderechos hu-
manos, se negarán a utilizar esas pruebas contra cualquier persona, salvo contra
quienes hayan empleado esos métodos, o lo informarán a los tribunales y adopta-
rán todas las medidas necesarias para asegurar que los responsables de la utiliza-
ción dedichos métodoscomparezcan ante la justicia" 17.
La regla de exclusión, por su lógica, requiere de una especial atención del Esta-
do a las pruebas obtenidas mientras las presuntas víctimas se encontraban bajo
custodia policial, especialmente si aquellas fueron efectuadas sin la asistencia de
un defensor oficial, lo que atenta de manera directa contra los arts. 8O.2.d) y 8O.2.e)
de la CADH. En su jurisprudencia, la Corte lnteramericana ha acudido a otros ins-
trumentos normativos, relativos a este tema, como los Principios Básicos sobre la
Función de los Abogados, sobre el cual se indica: "El numeral 8 de los Principios Bá-
sicos sobre la Función de los Abogados relativo a las salvaguardias especiales en
22 SPT, Informe sobre la Visita a Maldivas del Subcomité para la Prevención de la Tortura y
bJ Etapa dejuicio
CJ Etapa recursiva
una regla que impone la carga de probar la culpabilidad a quien acusa, es decir,
modifica el onusprobandi. Para la Corte IDH "... se presumirá la inocencia de toda
personasospechosaoacusada deun delito y se la tratarácomo tal mientras no haya
sido probada su culpabilidad conforme al derecho en un juicio público en el que
haya gozado de todas las garantías necesarias para su defensa" 29.
Según Maier, esta garantía tienecomo consecuencia que: "El imputadogoza de
la misma situación jurídica que un inocente. Se trata en verdad de un punto de par-
tida político que asume -o debe asumir- la ley de enjuiciamiento penal en un
Estado de derecho, punto de partida que constituyó, en su momento, la reacción
contra una manera de perseguir penalmente que, precisamente, partía desde el
extremo contrario. El principio no afirma que el imputado sea, en verdad, inocen-
te, sino, antes bien, que no puede ser considerado culpable hasta la decisión que
pone fin al procedimiento, c o n d e n á n d o l ~ " ~ ~ .
En opinión de Trechsel, "presunción" debe entenderse en el sentido de linea-
miento que exige cierto tratamiento de las personas que no han sido condenadas,
y dichas personas "deben ser tratadas de una manera compatible a la posibilidad
deque sean inocentes", inocencia entendida como libertad decuIpa3'.
Contemplada en los principales instrumentos internacionales de derechos
humanos, los cuales-en su mayoría-asumen la definición del estado de inocen-
cia hasta que no se dicte sentencia definitiva de acuerdo con la ley, cabe decir que
en la actualidad no todas lascausas iniciadasen el sistema penal mixto, y sobretodo
en el acusatorio, alcanzan esa etapa. En efecto, Maier señala que durante el pro-
cedimiento existen actos procesales que admiten la probabilidad positiva acerca
de la imputación, una de ellas es la confesión o autoincriminación, quesi bien difi-
culta justificar la presunción de inocencia, no la destruye32.Ahora bien, en el caso
29 Corte IDH, 7/9/04, caso "Tibi v. Ecuador", Excepciones Preliminares. Fondo, Reparaciones
y Costas, párr. 33. Comentario deautor: para una mayor comprensión del uso de la presunción de
inocencia por la Corte IDHvercasos: Corte IDH, 23/6/05, caso"Lori Berenson Mejíav. Perú. Deman-
da de Interpretación de la Sentencia de Fondo y Reparaciones y Costas", Serie C. no 128, párr. 160,
citandocaso"Tibi", párr. 182; caso"RicardoCanese", párr. 153; ycaso"Cantora1 Benavides", párr.
120.Asimismo.véasetambién: (/)caso "LoayzaTamayov.Perú", párr. 63; (11)CorteIDH, 2511 1/05,
caso "García Asto y Ramírez Rojas v. Perú", Serie C, no 137, párr. 159, citando ONU, Conjunto de
Principios para la ProteccióndeTodas las Personas Sometidas a Cualquier Forma de Detención o
Prisión, Adoptado por la Asamblea General en su res. 431173. de 9de diciembrede 1988, Principio
36; y (111) Corte IDH. caso "Suárez Roserov. Ecuador", Fondo, ReparacionesyCostas, sentencia del
12de noviembrede 1997, párr. 77; entreotros.
Maier, Derecho procesalpenal, 2004, t. 1, p. 491,
' Véase Hernández Pliego, El proceso penal mexicano, 2002, p. 273. Según el autor, en el
proceso penal el término "inocencia""notiene un significado ético sino exclusivamentejurídico".
32 Maier, Derecho procesalpenal, 2004, t. l. ps. 496 y 497.
El debido proceso penal
tados policiales carecen de valor probatorio de cargo" y, por lo tanto, las declara-
ciones autoinculpatoriasefectuadasen sede policial no tienen valor alguno36.
Asimismo, otorgarle validez probatoria a las declaraciones efectuadas en sede
policial desechando las manifestacionesformuladasante un juez para condenar a
una persona, afectaa losestándaresquemarca la regla deexclusión, dado quefaci-
lita la comisión de torturas y, por consiguiente, la práctica de confesiones involun-
tarias. Esta selección probatoria, más allá de las afectaciones al principio de ino-
cencia implicadas, resulta prohibida como derivado del deber de prevención que
surgede manera directa de la prohibición universal de la tortura, que como tanto
se ha reiterado en el presente comentario, resulta una norma imperativa y obliga-
toria para todos los Estados.
Por otra parte, el principio de inmediación como expresión del sistema acusato-
rio requierecontacto directo entre el imputado y el juez. Este enunciado no impli-
ca que el juez sea quien tome la declaración indagatoria al acusado, las cuales
deben ser a cargo de la parte acusadora, pero lo que se requiere es que el magis-
trado, único actor que se encuentra investido de poder jurisdiccional en marco del
debido proceso, pueda oír de manera directa lo que este declara. De esta manera,
el juez ejerce un contralor garantizador de las exigencias formales y sustanciales,
no solo en defensa de la garantía individual de todo imputado, sino también para
el avance legítimoy eficazde lasdistintasetapasdel proceso criminal, deforma tal
que evita errores o defectos que puedan ocasionar nulidades futuras en el desa-
rrollodel juicio, viciosestos, que pueden lesionary hasta extinguirla pretensiónfis-
cal, con grave menoscabo, también, a un definido sentimiento d e j u ~ t i c i aEn~ ~to-
.
do caso, si el juez estima que pese a existirdeclaracionescontradictorias-siempre
ante sede judicial- y10 encuentra elementos de cargo que por su convicción des-
virtúan la presunción de inocencia y revelan la participación del imputado, deberá
motivar su sentencia de manera fundada.
El deber de motivación es una de las garantías mínimas incluidas en el art. 8O.1
de la CADH para salvaguardar el derecho a un debido proceso que tiene por obje-
t o marcar un límite a las decisiones discrecionales del Estado. En ese sentido, esa
Corte IDH ha señalado que la motivación "... constituye la exteriorización de la jus-
tificación razonada que permite llegar a una c o n ~ l u s i ó n " Como
~ ~ . afirmaTaruffo,
en el derecho comparado hay acuerdo en considerar que la obligación de motivar
Serie C. no4. párr. 64). Asimismo. para que se preserve el derecho a un recurso efectivo, en los tér-
minos del art. 25 de la Convención, es indispensable que dicho recurso se tramite conforme a las
reglasdeldebido proceso.consagradasenelart. 8'dela Convención, incluyendoelaccesoa la asis-
tencia letrada (Corte IDH, 21/6/02, caso"Hilaire, Constantiney Benjaminy otrosv.Trinidad yToba-
go". Fondo, Reparacionesy Costas).Además, la sola previsión normativa de un recurso idóneo no
garantiza su efectividad, sino que también es necesario que existan prácticas judiciales que con-
viertan dicho instrumento legal en una efectiva tutela de losderechosfundamentales (Corte IDH,
26111108, caso"TiuTojinv. Guatemala", Fondo, Reparaciones y Costas, p. 99).
SSTC 182/1989; 51/95; 31195; 6712001; 115512002; 9512002; 18712003; 112006; 34512006;
6812010; 13412010; 5312013; 16512014; 3312015; y TEDH, 20111189, caso "Kostovsky v. Holanda";
19/12/90, caso "Deltav. Francia"; 26/4/91, caso"ASCHv.Australia"; 27/2/01. caso"De Luca"; 1/6/10,
caso "Gafgen v. Alemania".
La regla de la exclusiónprobatoria.. .
39 Taruffo, La motivación de la sentencia civil, trad. por Lorenzo Córdova Vianello, 2006, p.
332 y SS.;Colomer Hernández, La motivación de las sentencias: sus exigencias constitucionalesy
legales, 2002, p. 72 y siguientes.
Corte IDH, 5/8/08, caso "Apitz Barbera y otrosv.Venezuela", ExcepciónPreliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas.
41 TEDH, 1/7/03. "Suominenv. Finland", no37.801/97, 5 34.
42 Corte IDH, 1/7/11, caso "Chocrón Chocrón v. Venezuela". Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas, párr. 118.
43 Corte IDH, 1/9/11. caso "López Mendoza v. Venezuela", Fondo, Reparaciones y Costas.
párr. 148.
TEDH. 1/7/03, caso "Suominen v. Finland", n037.801/97, 5 34.
El debido proceso penal
45 Refiere Andrés Ibáñez, Sobre el valor de la inmediación (una mirada crítica). en "Jueces
para la Democracia", no46, mar. 2003, p. 66, que existe un derecho fundamental a que las resolu-
cionesjudiciales se encuentren "tan motivadascomo sea necesario".
46 E x D ~Dall'Anese.
~c~ Falta de fundamentación de la sentencia v violación de realas de la
sana crítica, en ~ w . c i e n c ~ a s ~ e n a l e s . o r ~ l ~ ~ ~ 1 ~ ~ ~ % 2 0 0 6 / d a lla
l afalta
0 6 . de
h t rfundamen-
n,~~ue
tación puede darse por la ausencia del hecho histórico (fundamentación fáctica), por defecto en
el resumen de la pr;eba o referencia a la prueba documental (falta defundamentación probato-
ria descriptiva), por pretermisión de la valoración de la prueba (falta de fundamentación proba-
toria intelectiva), y, desde luego, por omisión de la cita e interpretación de normas jurídicas (falta
la fundamentación jurídica).
47 CSJ de Guatemala. en sentencia del 13/7/11 (expte. 1719-2011).
La regla de la exclusiónprobatoria.. .
5 4. Conclusiones
a) Sobre la regla de exclusión en los procesos penales
reciben las autoridades elegidas por el pueblo en elecciones libres. Así también se
cumplen los compromisos internacionales asumidos por el país en temas como el
narcotráfico, el terrorismo, la trata de personas, el lavado de activos y la corrup-
ción pública.
En esta línea se presentan las múltiples evidencias reales de que la acción des-
tructiva que tiene el crimen asociativo en la sociedad en su conjunto se encuentra
en alza.
El auge del narcotráfico y los restantes delitos ya mencionados, su mayor poder
lesivocon relación a los bienes personales más importantescomo son la vida y la sa-
lud, especialmente en los sectores más vulnerables de la sociedad, son innegables.
Por ello el sector público seve arrastrado ante la necesidad de elaborar una res-
puesta, pues, "algo hay que hacer". El estadodeemergencia ha dejado deserlo pa-
ra transformarseen un mal endémico quecondiciona las basessobre las que sees-
tructura una sociedad: la salud; la juventud; la economía en general.
El primer problema que tiene la delación que favorece este tipo de normas, en-
globadas todas bajo el sugerente nombre de "ley del arrepentido" (que viene del
pentismo, tal como se lo conociera en Italia) es que evoca inexistentes connotacio-
nesmorales, lascuales se deben deslindar desde el mismo inicio del análisisde nor-
mas afines.
En efecto, en la casi totalidad de las delacionesque se producen en el ámbito del
crimen asociativo al amparo de las normas delpentismo, lo que racionalmente bus-
ca el delator queasume un alto perfil-muchasveces mediático-y enfrenta laspo-
sibles reprimendas de sus antiguos cómplices, es una ventaja procesal tangible. Es-
ta sola circunstancia lotransforma en un testigo necesariamenteinteresado, a quien
no le resultarán ya indiferentes lasconsecuenciasqueproduzca en la investigación
su propia declaración. De esta manera, se convierte, por definición, en un testigo
sospechoso, según la indiscutida doctrina devaloración de la prueba judicial.
La primera consecuencia procesal que produce lo afirmado en el párrafo ante-
rior esque, buscando la delación ser en sí misma una fuente probatoria, debe nece-
sariamente apoyarse en otros elementos de prueba para así dar cuenta de una
verosimilitud que por sí misma carece. Y esoselementosde prueba deberán ser sos-
tenidos, a su vez, por algo diferente al mismo dicho que corroboran, comenzando
a generarse así una espiral de conflictos de interés que puede que no tenga fin,
ante la cual, si no se tiene cuidado, se puede suscitar la primera víctima, esto es, la
búsqueda imparcial deverdad. Se puedediscutir si esválidotener como únicoobje-
tivo la obtención de la "verdad histórica" en el proceso penal, pero de lo que no se
puede dudar esque lo sea de manera imparcial.
El segundo problema que enfrenta este tipo de normasesel modelo normativo
práctico a seguir. Al respecto, no resulta para nada indiferente el ámbito penal en
el que se establezca la delación, ni la forma en que se la instrumente, tampoco los
límites personales y temporales que tenga, y por último, las consecuencias proce-
Eldelator sarrepentidon en elmarco delprocesopenal 169
salesque conlleve para el delator que, por definición, debeser parte, al menos po-
tencial, de la investigación penal o juicio en el que se produce.
Finalmente, a partir de la justificación que acompañó su adopción, las normas
que consagran la "ley del arrepentido", en el ámbito sustancial en el que se lo ha-
ga, cargan con el peso de enfrentar un juicio consecuencialista quevalore si la pre-
tendida mayor eficacia procesal, que prometen siempre estas normas, efectiva-
mente se logra. Y esto es importante para el derecho argentino: todas las normas
- -
tación como para la relación que se establece con los fiscales con los que se trabaja
durante mucho tiempo3.
Los argumentos a favor del sistema deplea barganing en los EE.UU. se apoyan
básicamenteen que sería muy difícil prescindir deél por la complejidad y duración
que tienen losjuicios penales en el sistema norteamericano-en comparación con
los juicios penales en Europa, más breves y simples-. El sistema así se vería colap-
sado de tener que transitar un juicio en todos los casos penales, a lo que se suma la
gran confianza que se deposita en la actuación de los fiscales que tienen un gran
poder de mensuración de la calidad del delito y de las cualidades del autor4.
Sancinetti, Ponencia ante el Honorable Senado de la Nación, del dia 2/9/97.en "Cuader.
nosde Doctrina y Jurisprudencia Penal", año III, n"7, p. 816.
El delator sarrepentidon en elmarco delproceso penal 175
a todos los efectos, en relación a las personas indicadas". Señala el autor que "en
una dinámica criticable, el arrepentido-coimputado formula acusaciones a las que
puede seguir formal imputación delictiva y el auto de prisión. La palabra arrepenti-
do-colaborador procesal, en una lógica de falta de investigación yverificación de lo
quedebería ser tan solo una denuncia, puede convertirse en arma al servicio de los
más inconfesablesfines. Por lo demás, la instrucción puede ser construida y agiliza-
da (estees unode losfinesdeclaradosdela introducción de lafiguraen 1talia)alhilo,
y casi al dictado de la palabra de un coimputado que ni siquiera tiene la obligación
de decir la verdad. Las garantías procesales, la presunción de inocenciay, en defini-
tiva, los clásicos parámetrosde una investigación judicial, si no policial o comisarial,
son fulminados por lo que no es más que la palabra del arrepentido" 14.
Volviendo a Ziffer, señaló que algunos han admitido la atenuación de la pena
en caso de confesión, pues el imputado, al asumir su propia responsabilidad está
reduciendo los daños a lavigencia de la norma, lo que reduce, además, el riesgo de
que recaigan sospechas sobre inocentes y las cargas para otros intervinientes en el
procesoT5.Según Ziffer -que no obstante es personalmente contraria a la figu-
ra-el punto devista decisivo para reconocer a la confesión efecto atenuante de
la pena debe verse en su aptitud para contrarrestar el efecto de deslegitimación
de la norma generado por su quebrantamiento; para eso no es necesario que exis-
ta una intención particular vinculada al arrepentimiento, pues quien confiesa se
somete a la norma y a sus consecuenciasy colabora con el tribunal como represen-
tante de la norma. Las razones por las cuales se confiesa serían en principio irrele-
vantes, en tanto no revelen una confirmación del hecho. Quien confiesa hacealgo
que el derecho no leexige: colaborar en su propia imputaciónT6.
Al final daré mi punto devista sobre la cuestión tratada en este punto.
La ley brasileña 12.850, del 2 de agosto de 2013, define qué debe entenderse
por "organización criminal" 17; cómo debe ser su investigación criminal con rela-
mente. ventajas de cualquier naturaleza mediante la realización de delitos que tengan prevista
una pena superiora cuatro años de prisión, que sean de caráctertrasnacional o que participe de
actos de terrorismo internacional.
El delator sarrepentido~en elmarco delproceso penal 179
l9 Conforme surge de los fundamentos de la sentencia puesta en crisis. los jueces del tribu-
b) La situación en la Argentina
21 En el informe se cita como delitos para prever la figura del "arrepentido", los delitos de
cohecho; tráfico de influencias; malversación de caudales públicos; negociaciones incompatibles
con el ejercicio defuncionespúblicas; exacciones ilegalesy enriquecimiento ilícito defuncionarios
y empleados. Secitan las Convencionesdelas Naciones Unidascontra la Delincuencia Organizada
Trasnacional (Convención de Palermo) que consideró la posibilidad de mitigación de penas en
casos de personas acusadas que presten colaboración sustancial (art. 26); y la Convención de las
Naciones Unidascontra la Corrupción (art. 37). Ibídem, op. cit. en nota 20.
El debido procesopenal
Se ha sostenido que normas como la del arrepentido son inmorales por cuanto
el Estado se rebaja a la altura del delincuente, lo que desquicia el Estado de dere-
cho. Hassemer afirma que el testigo de la Corona (como se lo conoce en Alemania)
"... constituye un ataque central a los principios propios del Estado de derecho del
derecho procesal penal. Esta persona es beneficiada jurídicamente por la traición,
y el beneficio no tiene nada quever con el arrepentimiento o el desistimiento, sino
con un interéscriminalístico; losinculpadosson tratadosen forma desigual; lacon-
fianza de la población en una administración de justicia que pacta con delincuen-
tes graves no puede ser ilimitada" 24.
En sentido inverso el legislador italiano Luciano Violante -presidente de la
Comisión Parlamentaria Antimafia- ha señalado que "es moralmente correcto el
objetivodeacabarcon la mafia, provocarla inestabilidad desusorganizaciones, sal-
varvidas humanas, obstaculizarel tráficodearmasy de drogas. Para perseguir estos
objetivos es esencial valerse de colaboradores. Como es obvio, esto no significa que
haya quevalersedeellos en forma inescrupulosa, acrítica o superficial. Existen rigu-
rosas normas de procedimiento para establecer si una persona puede resultar útil
para la investigación que se está llevando a cabo, si tiene cosas importantes que
declarar, si puede adaptarse con idoneidad al programa de protección" 25.
Delitos contra la Administración Pública (OCDAP), Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia
(ACIJ) y el Centro de Investigacióny Prevenciónde la Criminalidad Económica (CIPCE). Disponible
en: http://acij.org.ar/b1og/2012/09/06/informe-~obre-ca~~as-de-~0rr~pcion-en-argentina/. Másallá
de lasteorizacionesquese hagan, y opinionesaisladasen contrario, tal como está estructuradoen
la práctica el enjuiciamiento penal federal vigente al día de hoy, sería impracticable, por ejemplo,
que se dejase de aplicar el instituto del "juicio abreviado", que al igual que la figura del delator
"arrepentido"lleva insita la autoincriminaciónvoluntariadel imputado. y porello plantea losmis-
mos reparos. En él se condena en base a prueba recogida antes del juicio oral -al que se renun-
cia-y a una aceptaciónvoluntaria deculpabilidad. Salvando lasenormesdistanciasentreel com-
monlawy el civillaw(según la terminologia deaquel)se puedeafirmarqueel juicio abreviadodel
ordenamientofederal argentinoes el plea barganing local; ellosi se observa queambossuponen
aceptar una condena acordada en base a una negociación legítima entre acusador y defensor-
imputado.
Sin embargo, la figura establece una dinámica particular que, mal aplicada por
los operadores del sistema, puede fácilmente dar pie a la práctica de posibles abu-
sosquees necesario prevenir y evitar.
La colaboración premiada requiere una negociación, pues si bien está conteni-
da en la norma penal de fondo, es necesario que el imputado interesado en apro-
vecharsede la disminución de pena, ofrecida por la ley, entable un diálogo previo
a su declaración con los operadores de la investigación, y es allí donde la vigencia
del nemo tenetur-contenidoen el derechoa ladefensa en juicio-puededepen-
der de cómo se lleve a cabo un procedimiento que debe ser formal y aplicado con
suma prudencia.
Comodijeen el punto anterior, es indispensable que la negociación sea llevada
adelante exclusivamente por el Ministerio Público y que el juez se mantenga aje-
no; y además que toda negociación o contacto del imputado, formal o informal,
con el Ministerio Público requierasiempre la presencia del abogado defensor.
Nino señala, cuando se refiere a algunos modelos de acciones colectivas que
plantean problemasde eficiencia, precisamenteal "dilema de los prisioneros". Este
suponeel casodedosprisionerossometidosaproceso por un delitograve,A y B,que
no pueden comunicarse entre sí y tienen las siguientes opciones: a) si uno de ellos
confiesa la participación de ambosen el delito, quedará libre porsu cooperacióncon
la justicia, y el otro recibirá la pena máxima dediez añosde prisión; b)si amboscon-
fiesan, serán castigadoscon una pena intermedia decincoañosdeprisión, y c) si nin-
guno confiesa, solo podrán ser castigados por un delito menor, y tendrán cada uno
dos años de prisión28.Afirma Nino que, dada la estructura de interacción, cada
uno de los prisioneros, si es racionalmente autointeresado, va a confesar aunque
siempretengan derechoa mantenersecallados. Señala queel prisionero piensa que
si el otro no confiesa a él le conviene confesar, porque en ese caso quedará libre en
vez de recibir dosaños de cárcel, que es lo que ocurriría si él tampoco confesara. Y si
ocurre que el otro prisionero confiesa, al primero también le conviene confesar, ya
queasítendrácinc~añosdecárcel,en lugar de losdiezque tendríasi él soloesquien
no confiesa. Por ello sostiene Nino el curso quetieneen cuenta solo el interés racio-
nal siempre lleva al prisionero a confesar sino se arriesga a la peor opción.
Podríadecirsequeel comportamiento ineficientepara losprisionerosocurre por-
queellosnosecomunican entre síy no pueden acordar cómoactuar, sin embargo, no
5 7. Pinceladas finales
5 l.Introducción
En una sociedad democrática, la regulación de las facultades policiales debería
ser una de las principales preocupaciones a la hora de establecer los modos en los
que el Estado puede intervenir con su fuerza en lavida de losciudadanos.
En el caso del sistema penal -la manifestación más fuertedel uso de esa fuerza
frente a las personas- esta tarea reviste una importancia fundamental, en tanto
"las agencias judiciales y penitenciarias se limitan apenas a administrar aquellos
casos y personas que fueron criminalizados efectivamente por las policías, convir-
tiendo así a estas en una de las principales agencias de control social" '.
En relación a ello, es posible advertir que, al aproximarnos al estudio del gran
abanico de facultades que los Estados tienden a otorgar a las fuerzas policiales,
existe una que se ha instalado en el debate público de los últimos meses luego de
una preocupantedecisióndel Tribunal Superiordela Ciudad de BuenosAires:el ca-
so de las detenciones por averiguación de identidad2.
negado en Vera, Lucas Abel sllnfr. art. 85, CC"). Tuvimos oportunidad de analizar y criticar los ar-
gumentos de dicha sentencia en Larsen - Martín, Facultadespolicialesampliasy estado de dere-
cho, en "Revista de Derecho Penal y Criminología", año VI, no l.feb. 2016, ps. 129 a 155.
nada a facilitar la fundamentación de los planteos que puedan realizarse para im-
pugnarlas, y tomando como base los estándares del sistema interamericano de
protección de derechos humanos8, en los siguientes apartados expondremos los
argumentos por loscualesestasconstruccionesdebenser rechazadasypor losque,
en definitiva, nosencontramos frente a una facultad quedebe ser considerada in-
constitucional.
a) La pretendida nnimiedadn
Más allá de que existe una consolidada corriente jurisprudencia1 que sostiene que los cri-
terios interpretativosde la Corte IDH sonobligatorios para los Estadosque ratificaron la CADHy la
competencia de dicho órgano jurisdiccional (véase, por ejemplo, Corte IDH, 26/9/06, caso "Almo-
nacid Arellano yotrosv. Chile". párr. 124: yCSJN, 7/4/95, "Giroldi", CSJN-Fallos, 318:514. entre mu-
chos otros), estos no deben ser utilizados como una mera cita de autoridad en la argumentación
jurídica, sino que deben ser considerados un punto de partida sumamente útil para delimitar el
contenido de las cláusulas de la CADH-cuya obligatoriedad y operatividad, por ser parte del de-
recho constitucional positivoargentino, ya ha quedado fuera de discusión-.
El debido proceso penal
interna establezcan al efecto, siempre y cuando esta sea compatible con la Con-
vención"".
Adicionalmente, puede resultar esclarecedor ver el modo en que este tipo de
medidas son denominadas por las distintas leyes que las regulan en el ámbito na-
cional y provincial -aspecto sobre el que volveremos en detalle en el siguiente
apartado-. En estesentido, el hechodequevariasdeellaslascoloquen dentro de
las facultades que posee la policía para "limitar la libertad de las personas" (Bue-
nos Aires), "detener a toda persona" (Río Negro), "aprehender a toda persona"
(Mendoza) o "demorar a toda persona" (Chubut), implica un reconocimiento por
parte del legislador que reafirma que nos encontramos frente a privaciones de la
libertad ambulatoria de aquellossobre lasque recaen.
Por otro lado, es necesario resaltar otro aspecto crítico que presenta el argu-
mento de la "nimiedad". Aun cuando ese dato pueda ser considerado cierto-algo
en lo quedifícilmentese pueda coincidir, especialmentesitenemosen consideración
las graves consecuencias en las que muchas veces estas detenciones derivan 12-,
-
l1 Corte IDH, 2618111, caso "Torres Millacura y otrosv. Argentina", párr. 76. Esta afirmación
resulta consecuente con lo precisado por este órgano jurisdiccional cuando, al esbozar un concep-
to de "libertad personal" en los términos del art. 7" de la CADH, ha dicho que "en sentido amplio
la libertad sería la capacidad de hacer y no hacertodo lo que esté lícitamente permitido. En otras
palabras, constituye el derecho de toda persona de organizar, con arreglo a la ley, su vida indivi-
dual y social conformea sus propiasopcionesy convicciones" (Corte IDH. 21111/07, caso"Chaparro
Álvarez y ~ a ¡ñiguezv.
~ o ~cuadbr",párr. 52). yque "en lo queal art. 7"de la Convención respecta,
este protege exclusivamente el derecho a la libertad física y cubre los comportamientos corpora-
lesque presuponen la presencia física del titulardel derecho y queseexpresan normalmenteen el
movimiento físico. La seguridad también debe entenderse como la protección contra toda inter-
ferencia ilegal o arbitraria de la libertad física" (ibídem, párr. 53).
l2 Al respecto, no es posible pasar por alto el hecho de que estasfacultades han sido el pre-
textodel que muchasvecesse hanvalido lasfuerzas policialespara llevaradelante procesos pena-
les fraguados (véase Rafecas, Procedimientospoliciales fraguados. Una seria disfunción en el sis-
tema penalargentino, en "Revista de Derecho Procesal Penal", no2006-2). ni que una detención
en un espacio públicoquecomienza con el pretextode "identificar" a la persona que la sufre mu-
chasvecestermina con el traslado deesta hacia una comisaría o dependencia policial.
l3 Véase, entre otros, Binder, Introducciónalderechopenal,2004, ps. 185 a 201. Aún podría
mencionarse, nosin una pequeña dosis de cinismo, una respuesta adicional: la propia CSJN, al re-
vocar una sentencia que había decidido absolvera una persona imputada con base en la escasa re-
Razonespara sostenerla inconstitucionalidad delas detenciones ... 193
En el mismosentido,Garcíasostieneque"nonecesariamenteserequiereel usodelafuer-
za física comocondición necesaria para determinarsi existe0 no una privaciónde la libertad: bas-
ta con que se verifique una cierta coerción psicológica que haga generar en la persona la impre-
sión de que no se puede ir, pues si lo intenta será retenida por la fuerza" (Dime quién eres, pues
quiero saberen quéandas.Sobre loslímitesde las facultadesde la policía para la identificaciónde
personas. Los claroscurosdel caso Tumbeiro. LL, 2003-A-470).
lo Magariños, La detención de personassin ordenjudicial escrita de autoridadcompetente
yla Constitución Nacional. LL, 1999-D-662.
Razonespara sostenerla inconstitucionalidad delas detenciones ... 195
6) Su posible nlegalidadn
l4 En estesentido. la legislación a nivel nacional (ley 23.950, art. lo, inc. lo), y la de provincias
como Buenos Aires (ley 13.482, art. 15. inc. c), Catamarca (decr.-ley4663. art. 8". inc. b), Chaco (ley
4987. art. 7". inc. c). Chubut (ley 4123, art. 10, inc. b), Córdoba (ley 6701. art. 8". inc. c), Corrientes
(decr.-ley 33/00, art. 84 inc. t), Entre Ríos (ley 5654, art. 5'. inc. b), Formosa (ley 428, art. 10, inc. b),
Jujuy (ley 3757, art. 10, inc. b), La Pampa (ley 1064, art. 94 inc. c), La Rioja (ley 6943, art. 17). Mendo-
za (ley4697, art.4', inc. a), Misiones (ley 3389, art. 11). Río Negro (ley 1965, art. 11, inc. b), Salta (ley
6192, art. 10, inc. b), Santa Fe (ley 7395, art. 10, inc. b), Tierra del Fuego (ley 263, art. 54 inc. d)y Tu-
cumán (ley 3656, art. 10. inc. b). Lostextoscompletosdeesta normativa puedenserconsultadosen
Martín. Detencionespoliciales ilegalesy arbitrariasen lajurisprudencia de la Cámara Nacional de
Casación Penal 1994-2007.Sobre las improntas del Estado de policía en la agenciajudicial, 2010,
ps.405a413; y en la recopilación elaborada porel Centrode Estudios LegalesySociales(CELS), dis-
ponible en www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2016/0l/miscelaneas42758.pdf
l5 NOabordaremos aquí, por ser un tema ampliamente tratado por la teoría constitucional
y la filosofía política, el debateacerca de cuáles son losfundamentos por losqueel poderdel Esta-
do que posee menos legitimidad democrática - e s decir, el PoderJudicial- puede dejar sin efec-
t o leyes que gocen de un respaldo democrático considerable. Al respecto, véase. entre muchos
otros, Nino, La constitución de la democracia deliberativa, 1997, ps. 258 a 296.
Razonespara sostenerla inconstitucionalidad delas detenciones ... 197
permitan establecer a cualquier persona bajo qué supuestos puede un sujeto serle-
gítimamente detenido, sin que tales resoluciones queden a exclusiva discreciona-
lidad del funcionario que las lleve adelanteT7.En otras palabras, seexigeque toda
detención sea legal y que, además, no sea arbitraria, siendo necesario que ambos
requisitosse presenten de manera acumulativa.
Lo dicho hasta este punto permite demostrar la debilidad del argumento de la
mera "legalidad", ya queeste, por notener en cuenta lascaracterísticasque deben
reunir estas leyes-el requisito de la "no arbitrariedadu- tiene el defecto de pre-
tender parcializar el análisis que debe realizarse en este tipo de casos. Pretender
que la difícil tarea de justificar la constitucionalidad de esta facultad se soluciona
con satisfacer solo el requisito de la legalidad es, a todas luces, un claro error.
Tal como se puede apreciar al analizar las leyesque regulan esta facultad, loses-
tándares que incluyen para que las fuerzas policiales se encuentren habilitadas pa-
ra llevarla adelante padecen de una indeterminación ovaguedad tan grande que
hace que no secumpla con el mencionado requisitode la no arbitrariedad. Fórmu-
las tales como "circunstancias debidamente fundadas que hagan presumir que al-
guien hubiese cometido o pudiese cometer un hecho delictivo o contravencional"
(Nación)I8, "circunstancias que razonablemente lo justifiquen" (Buenos Aires),
27 Para un desarrollo más profundo de este tema, véase Larsen. ¿Porqué debemos respetar
lasgarantíaspenales?Unenfoqueconsecuencialista, en "Revista Lecciones y Ensayos", no95,2016
(en prensa).
28 Corte IDH, 29/7/88. caso "Velásquez Rodriguezv. Honduras", párr. 154.
29 Corte IDH. 3015199, caso "Castillo Petruzzi y otrosv. Perú", párr. 204.
Razonespara sostenerla inconstitucionalidad delas detenciones ... 199
vaciarlo de contenido: el Estado puede hacer lo que la ley le permitey también "al-
go más", sin que se pueda conocer de manera previa el contenido de esto último.
De este modo, la contención a la manifestación del poder represivo del Estado se
torna ilusoria.
Adicionalmente, aplicar dicha construcción en el marco de las detenciones iría
también en contra de los estándares específicos de "legalidad" y "no arbitrarie-
dad" del art. 7"de la CADH, en los términos mencionados con anterioridad. Es cla-
ro que si el requisito de "legalidad" exige la presencia de una ley que expresamen-
te habilite al Estado a detener a una persona, extraer un permiso que se encuentre
"implícito" en una ley no satisface dicha exigencia; y que si, además, es necesario
queen funcióndel requisitode la "no arbitrariedad" secuenteconestándarespre-
cisos y determinados queden cuenta decuándo las fuerzas policiales pueden dete-
ner a una persona, la existencia de una habilitación para detener no sujeta a nin-
gún tipo de estándar también va en dirección contraria a este segundo requisito.
Esto último, también, implicaría adoptar medidas contrarias a las garantías de
no repetición que la Corte IDH exigió al Estado argentino luego de condenarlo en
el caso " ~ u l a c i o " ~ ~ .
En suma, nos encontramos frente a una facultad que, si bien satisface el requi-
sito de "legalidad", nosupera la exigencia de la "no arbitrariedad" en cuanto a su
contenido y, portal motivo, debe ser considerada inconstitucional por violar el art.
7" de la CADH.
Esta curiosa forma de pretender "esquivar" los estándares que incluyen las le-
yes mencionadas anteriormente -los cuales, pese a ser por completo arbitrarios,
representan al menos un intento de limitar la discrecionalidad dequienes la lleven
adelante-y, de ese modo, intentar legitimar la posibilidad deque losagentes po-
liciales detengan a una persona con la finalidad de averiguar su identidad, sin la
necesidad de contar con algún tipo de motivo previo que lo justifique, carece de
fundamentos jurídicos aceptables.
Sintéticamente, el argumento de las "facultades implícitas" puedeser rebatido
repasando una de las pautas elementales que deben guiar el funcionamiento del
sistema penal de un Estadodederecho: habilitar la actuación del poder penal-del
cual la policía es unadesus principales manifestaciones-sin contar con un respal-
do legal expreso colisiona con el principio de legalidad que, en función de losarts.
19 de la CNy 9"de la CADH, rigeen la materia. En términosde la Corte IDH: "En un
Estado de derecho, los principios de legalidad e irretroactividad presiden la actua-
ción de todos los órganos del Estado, en sus respectivas competencias, particular-
mente cuando viene al caso el ejercicio del poder punitivo en el que se manifiesta,
con máxima fuerza, una de las másgraves e intensasfuncionesdel Estado frente a
los seres humanos: la r e p r e ~ i ó n " "Cualquier
~~; limitación o restricción debe estar
prevista en la ley, tanto en sentido formal como material. Ahora bien, si la restric-
ción o limitación proviene del derecho penal, es preciso observar los estrictos re-
querimientos característicos de la tipificación penal para satisfacer en este ámbito
el principio de legalidad. Así, deben formularse en forma expresa, precisa, taxati-
va y previa. El marco legal debe brindar seguridad jurídica al ~ i u d a d a n o " ~ ~ .
Reconocer la existencia de determinadas facultades "implícitas" en cabeza de
las fuerzas policialesva en dirección contraria a las finalidades del principio de le-
galidad, e implica reformularlo de una forma en la que rápidamentese acaba por
la ejercite razonablemente" (consid. 5"del voto de la jueza Weinberg); "La facultadde requerir la
identificación de las personas, en lugares
- .públicos o de acceso público, .por .parte de la autoridad
policial noexige la concurrencia decircunstan~iassos~echosaso indiciariasacercade la hipotética
comisiónde un ilícito quedeba serconjurado, sinoquedicha facultad razonablemente se justifica
en la propia función de prevención y disuasión que les concierne como funcionarios públicos en-
cargados de hacer cumplir las leyes y de velar por una convivencia pacifica de todas las personas
que transitan libremente porestos lugares" (párr. 6"del voto de la jueza Conde); "La competencia
Dara reauerir el documento de identidad está im~lícitamentereconocida a la PFen la levsiem~re
que su ejercicio constituya una 'actividad de seg;ridad'-de prevención del delito-" (ionsid. 7'
del voto del juez Lozano). Para un análisisespecífico de este punto,véase Larsen - Martín, Faculta-
despolicial~sampliasyestadode derecho, en "Revista de ~ e r e c h oPenal y Criminologia", añoVI,
no 1,feb. 2016, ps. 135a 140.
22 Corte IDH, UUO1, caso "Baena Ricardoy otrosv. Panamá", párr. 107.
23 Corte IDH, U5108. caso "Kimel v.Argentinaf', párr. 63.
200 El debido proceso penal
25 Corte IDH, 2111 1/07, caso "Chaparro Alvarez y Lapo íñiguezv. Ecuador", párr. 93
26 Destacamoseste aspecto ya que, una vez que se demuestre que no se trata de una medi-
da idónea. necesaria y proporcional para alcanzar dicha finalidad, solo queda considerar que su
verdaderoobjetivoes llevaradelantecontroles poblacionalesquede ningún modo superarían un
análisis constitucional.
El debido proceso penal
34 Al decir de Binder, "nada nos indica que debamos disminuir la histórica sospecha ante el
abuso del podero bajar la guardia en la defensa de las libertades públicas, siemprefrágilesante el
Estado Leviatán" (Tensionespolítico-criminales en el proceso penal, en "Jueces para la Democra-
cia". n"60.2007, p. 21).
Razonespara sostenerla inconstitucionalidad delas detenciones ... 203
construcciones jurídicas como las aquí criticadas debe ser una tarea obligada para
evitar caer en un aislamiento sumamente contraproducente.
En el caso del sistema penal, no es aventurado afirmar que es una de las áreas
del derecho en las que con mayor nitidez se advierte la distancia que existe entre
las normas que lo regulan y el impacto que estas tienen en la realidad cotidiana de
los distintos actores del sistema en su relación con los ciudadanos. El estado de las
cárceles, la vigencia real de la oralidad en lossistemasde enjuiciamiento y el respe-
t o por la presunción de inocencia de aquellas personas que son a diario privadas
preventivamentedesu libertad son merosejemplosde una listaque podría engro-
sarse por muchos párrafos más.
Si tomamos este dato como punto de partida para analizar las construcciones
jurídicas que deben regular el desempeño de las fuerzas policiales, podemos for-
mular la siguiente reflexión crítica: nos encontramos frente a una institución que,
por su propia naturaleza-la cual comparte, con seguridad, con la de todas las ma-
nifestaciones del poder punitivo- siempre busca deshacerse de los Iímites que se
le imponen desde el plano normativo, losque muchasvecestienen, másallá desus
buenas intenciones, un impacto siempre inferior al buscado35;y en el caso de las
detenciones sin orden judicial previa -ya sea con fines de averiguación de identi-
dad, de antecedentes, o simples detenciones sin otra finalidad más que el simple
ejercicio arbitrario del poder-, estamosfrente a prácticasque, con mayor o menor
variación a lo largo del tiempo, siempre fueron llevadasadelantecomo manifesta-
ción de un poder ejercido "al margen de la ley".
Si tenemosen cuenta lo anterior, ¿quéresultado cabeesperar cuando losencar-
gados de fijar límites claros al desempeño de una fuerza que siempre busca desha-
cersedeellos, en lugar detomar seriamente el problema, optan por no prestarle la
debida atención o, lo quees peor, deciden legitimar los límites ineficientesqueac-
tualmente existen odirectamentedar "chequesen blanco" para que estos puedan
ser pasados por alto?36.
producto de la modernidad, queseextendió por una parte limitada del planeta, pero que no hizo
desaparecer al poderejercido conformeal modelo del estado de policia. La lucha entreel modelo
del estado de derechoy el estado de policia continúa en todo el mundo, pero no solo frente a los
autoritarismos instalados, sino también en el seno de las democracias L..) En la medida en quees-
ta tendencia esté controlada y contrapesada, el estadodederechoexistey controla, encierra o en-
capsula al estado de policia, que no desaparece, sino que queda en su interior, en constante pul-
sión. Encuantoelestadodederechosedebilita (fallan loscontroles) las pulsionesdelestadodepo-
licía perforan la coraza que le coloca el estado de derecho e incluso pueden reventarla" (Manual
de derecho penal. Parte general, 2" ed., 2012. ps. 21 y 22).
36 Sobre la falta de interés que muchas veces la academia jurídica ha demostrado por las
prácticas policiales, Ferrajolisostieneque"elderechode policia, justamente porser underecho in-
f e r i o r ~incluso un no-derecho, representa, en efecto, el sector quizá más olvidado por los estudios
Razonespara sostenerla inconstitucionalidad delas detenciones ... 205
ria, tal como lo han señalado algunos autores, la propia Corte Interamerica-
nade Derechos Humanosy los mismos textos legales que la regulan, y b) el
hecho de que ella pueda ser "insignificante" -másallá de que, tal comose-
ñalamos, difícilmente pueda entenderse que ello sea cierto en la gran ma-
yoría de los casos en que esta medida se presenta- tampoco posee ningu-
na relevancia ni permite sustraer a estas prácticas del ámbito de garantías
propio de las detenciones, ya que el argumento de la insignificancia tiene
por finalidad restringir el poder punitivo del Estado pero jamásampliarlo.
4. Estas facultades tampoco pueden ser defendidas con el pretexto de que
existen leyes que las regulan expresamente. ~ s t argumento
e tiene el incon-
veniente de pretender "parcializar" el análisisquedebe realizarse respecto
de la constitucionalidad de las facultades policiales para detener personas
sin orden judicial previa, ya que siempre debe tratarse de facultades consa-
gradas expresamente en una ley (aspecto formal) que, además, debe cum-
plir con determinados requisitos (aspecto sustancial) que hacen a que esta
nosea arbitraria. Si analizamos la legislación argentina en la materia, es cla-
roque,si bien secumplecon el primerodeestosrequisitos, nosucede lomis-
mo con el segundo, ya que los estándaresquese prevén para poder detener
a una persona y exigirle que se identifique son sumamente vagos y permi-
ten, en suma, que se proceda con una discrecionalidad intolerable.
5. La crítica anterior tampoco puede ser evadida ensayando, en el sentido de
las pretendidas "facultades implícitas" de las fuerzas policiales, un argu-
mento que busquedesprender a estas prácticas de la necesidad deque exis-
ta un estándar previo que las habilite. Esta alternativa, además deviolar los
estándares señaladosen el punto anterior, también implica unaviolación al
principio de legalidad penal según el cual toda intervención punitiva debe
encontrarse habilitada expresamente y de manera clara por una ley previa.
6. Tampoco puede considerarse válido el intento de justificarlas con el argu-
mento de que resultan necesarias para llevar adelante una mejor preven-
ción del delito, fundamentalmente, porque resulta una medida que, ade-
más de no poder cumplir adecuadamente con dicho objetivo, acarrea una
serie de consecuencias negativas que son aún contraproducentes respecto
de este. En suma, se trata de una restricción de derechos que no supera un
análisis jurídico ni pragmático que permita considerarla constitucional.
Sin embargo, y aun cuando el análisis realizado pueda ser suficiente para desle-
gitimar los argumentos jurídicos que se han brindado para intentar justificar este
tipo de facultades, creemos necesario resaltar que nos encontramos frente a una
discusión en la que limitarse exclusivamente a los razonamientos técnicos puede
traer como consecuencia indeseada perder devista el escenario más amplio en el
cual esta se inserta. Analizar el contexto social y político en el cual se presentan
Razonespara sostenerla inconstitucionalidad delas detenciones ... 207
académicos. Aparece por doquier en esta materia una especie de esquizofrenia de la ciencia juri-
dica. tan atenta a los límites entre derecho penal y derecho administrativo a propósitode lascon-
travencionesy de los ilícitosde bagatela como desatenta e irresponsablefrenteal enorme univer-
sode las medidas policialesy administrativas restrictivas de la libertad personal (...) Pareciera que
cuanto máscontaminado está el derecho por la violencia y cuanto más incierta essu legitimación,
será menos merecedorde estudio y de reflexión teórica y axiológica" (Derechoy razón. Teoría del
garantismo penal, 1995, p. 767). Lo dicho también vale por el preocupante hecho de que muchas
veces los6rganosjurisdiccionalesdecidan legitimar o incluso ampliareste tipo defacultades poli-
cialesarbitrarias.Al respecto, cabe recordar que "la función judicial debe estar orientada a la rea-
lización de losvaloresconstitucionales,en particular losde libertad. justicia e igualdad; y en gene-
ral, a dar satisfacción a las exigencias de principio representadas por los derechosfundamentales
y las libertades públicas" (Andrés Ibáñez, En tornoa lajurisdicción, 2007, p. 54).
El debido proceso penal
Que esta situación coyuntural incierta, no debe ser un impedimento para que se
difundan diversas opiniones técnicas de los emergentes institutos procesales del
nuevoordenamiento procesal penal nacional, quesi bien no resulta novedosoa nivel
comparado, puedetener un impacto en losoperadoresjudicialesde la justicia nacio-
nal de la Ciudad Autónoma de BuenosAires y de la justicia federal de todo el país.
Entre las nuevas prácticas que introduce el Código Procesal Penal de la Nación
-según ley 27.063-seencuentran trestiposdeprocedimientosabreviados. El pri-
-
mero, establece un acuerdo pleno en que las partes pactan sobre los hechos, la cali-
ficación legal y la pena, siempre que se reúnan los requisitos legales de admisibili-
dad (art. 288, CPPN). El segundo, el acuerdo parcial, se limita a la convención de los
hechos y la calificación jurídica del mismo, quedando sujeto a un marcodecontra-
dicción en audiencia, la culpabilidad y el monto de pena (art. 291, CPPN). Y el ter-
cero, denominado juicio directo, en que se abrevia la etapa inicial de investigación
preliminar para llegar en forma rápida a un juicio oral, para en ese marco, tomar
una decisión de fondo sobre el caso (art. 292, CPPN). Sobre este último procedi-
miento, es al que me voy a dedicar a analizar en el presente trabajo.
El acuerdo de juicio directo, como está contemplado en el nuevo ordenamien-
t o procesal, tienedos modalidades. En la primera, le permite a las partes de mediar
acuerdo expreso, sin excepción detipos penaleso monto punitivo, reducir la etapa
preparatoria para lograr la rápida celebración de la audiencia de juicio; concen-
trando todas decisiones jurisdiccionales necesarias para arribar a ella, en una sola
audiencia inicial. Este tipo de acuerdo permite a las partes concentrar la audiencia
deformalización (art. 221 y concs., CPPN) y la de control de la acusación (art. 246,
CPPN) en un solo acto procesal. La materialización del acuerdo elimina la etapa de
investigación preparatoria, medida que tiene gran impacto en la reducción de la
duración del proceso.
Esta supresión no implica que las partestienen que omitir las funciones propias
de esa etapa, sino por el contrario, tienen que hacerlo más rápidamente. En espe-
cial el órgano acusador, deberá individualizar y recopilar información a travésde
distintos mediosde prueba, para tomar la decisión desi podrá acreditar en el juicio
oral, que un hecho se ha cometido, que tiene relevancia penal y que uno o varios
de los imputados han sido responsables del mismo. Será una decisión estratégica
de cada una de las partes pretender realizar el juiciooral en forma inmediata. Este
procedimiento es beneficioso para el fiscal cuando cuente, desde el inicio, ele-
mentos suficientes para sostener la acusación y para la defensa, cuando opte por
noasumir una estrategiade litigio indirecto, asumiendoqueladefensa material la
ejercerá en el marco del juicio3.
51. Introducción
La sanción de la ley 27.063 resulta ser un hito, al aprobar un nuevo Código Pro-
cesal Penal de la Nación, decorte acusatorio e incorpora numerosos institutos pro-
cesales con la finalidad de permitir el ejercicio de derechos ya reconocidos endis-
tintos cuerpos normativos supralegalesl. Sin embargo, por el decreto presidencial
25711 S2 se postergaron aquellos aspectos vinculados con su implementación, en
base a los contenidos de los informes elaborados por la Comisión Bicameral de
Monitoreo e Implementación del Nuevo Código Procesal Penal de la Nación y por
la Unión de Empleadosde la Justicia de la Nación. El diferimiento, por ahora inde-
finido, quedará sujeto al cronograma de implementación progresiva que esta-
blezca la aludida Comisión Bicameral, previa consulta con el Ministerio de Justicia
y Derechos Humanosy el Consejo de la Magistratura, ambos.de la Nación.
* Docente e investigador de INEClP y CEJA. Docente UBA. Funcionario del Ministerio Pú-
blico Fiscal de la Nación.
' De modo notaxativo,. se .uuede mencionar: auorta claridadv. .urecisión en los rolesde las
partes;fortaleceel poderde los jueces reservandosu'intervención soloa lojurisdiccional;valori-
za el juicio como instancia institucional para la resolución de los conflictos; procura eficacia qlo-
bal del sistema, al acortary controlar lo; plazosde investigación (art. 113, CPPN), prevé investi-
gaciones para casoscomplejos(art. 293 y SS.,CPPN); favorece la mayor participación de lavíctima
(art. 78, CPPN); establece nuevasformas composicionales del conflicto (art. 34, CPPN); extiende
la oralidad a todas las etapas del proceso y evita la delegación de funciones (art. 2O y concs.,
CPPN); estipula medidas de coerción personal morigeradas; estipula como causal de recurso de
revisión la nueva jurisprudencia de organismos internacionales (art. 318. CPPN); se modifica el
régimen de nulidades; incorpora la cesura del juicio(art. 250. CPPN); garantiza la publicidad y el
ingreso de los medios de comunicación (arts. 253 y 254, CPPN); etcétera.
Procedimientosabreviados. Juicio directo
g 2. Estudio comparado
La búsqueda de procesos más breves sin que implique la privación de derechos
delosimputadosy brindar rápidasrespuestasalasvíctimas,hasidounodelosmayo-
res desafíos de los procesos de reforma procesal penal y se ha materializado de dis-
Cfr. Guatemala (decr. 51-92.1992); Costa Rica (ley 7594,1996); Paraguay (ley 1286,1998);
Honduras (decr. 9-99-E, 1999); Bolivia (ley 1970, 1999); Chile (ley 19.696 y modif.; publicación
1U10/00; promulgación 29/9/00; última modif. ley 20.830, 21/4/15); Ecuador (R.O.S. 360, 2000);
Venezuela (ley 5558,2001); Nicaragua (ley 406,2001); Perú (decr.-legis. 957,2004); Colombia (ley
906,2004); Panamá (ley 63,2008); El Salvador (decr.-legis. 733,2008); México (2014); y República
Oriental del Uruguay (ley 19.293,2014).
Código Procesal Penal de Venezuela, art. 373: "Flagrancia y procedimiento para la pre-
sentación del aprehendido. El aprehensordentro de lasdoce horassiguientesa la detención, pon-
drá al aprehendido a disposición del Ministerio Público, quien dentro de las treinta y seis horas
siguientes, lo presentaráanteeljuezdecontrola quienexpondrácómose produjo laaprehensión.
y según sea el caso. solicitará la aplicación del procedimiento ordinario o abreviado, y la imposi-
ción de una medida de coerción personal, o solicitará la libertad del aprehendido. En este último
caso, sin perjuicio del ejerciciode lasaccionesa que hubiere lugar. El juezdecontrol decidirá sobre
la solicitud fiscal, dentrode las cuarenta y ocho horas siguientes desde quesea puesto el aprehen-
dido a su disposición. Si el juezdecontrol verifica que están dados los requisitos a que se refiere el
articulo anterior, siempre que el fiscal del Ministerio Público lo haya solicitado, decretará la apli-
cación del procedimientoabreviado,y remitirá lasactuacionesaltribunal unipersonal, el cual con-
vocará directamente al juicio oral y público para que se celebre dentro de los diez a quince días
siguientes. En este caso, el fiscal y la víctima presentarán la acusación directamente en la audien-
cia del juicio oral y se seguirán, en lo demás, las reglas del procedimiento ordinario. En caso con-
trario, el juez ordenará la aplicación del procedimiento ordinario y así lo hará constar en el acta
que levantará al efecto".
Código Procesal Penal del Perú, "Sección l. El proceso inmediato". art. 446: "Supuestosdel pro-
ceso inmediato. l . El fiscal podrá solicitar lavia del proceso inmediato, cuando: a)el imputado ha
sido sorprendido y detenido en flagrante delito; o, 6 )el imputado ha confesado la comisión del
delito, o c) loselementosdeconvicción acumuladosdurante las diligencias preliminares, y previo
interrogatorio del imputado, sean evidentes. 2. Si se trata de una causa seguida contra varios
imputados, soloserá posibleel proceso inmediato si todos ellos se encuentran en una de lassitua-
ciones previstas en el numeral anterior y estén implicadas en el mismo delito. Los delitos conexos
en losqueestén involucradosotros imputados nose acumularán. salvo queello perjudiqueal debi-
do esclarecimiento de los hechos o la acumulación resulte indispensable". Art. 447: "Requeri-
Proced~mientosabreviados. Juicio directo 213
miento del fiscal. l. El fiscal, sin perjuicio de solicitar las medidas de coerción que correspondan,
sediriqirá al juezde la Investiqación Preparatoria formulando el requerimiento de proceso inme-
diato.Él req;erimientose ~u~~odeculminarlasdili~enci~s preliminareso, ensudefec-
to, antes de los treinta días de formalizada la Investigación Preparatoria. 2.Se acompañará al
requerimiento el expedientefiscal".Art. 448: "Resolución. l. El juezde la InvestigaciónPrepara-
toria, previo trasladoal imputadoy a los demássujetos procesalespor el plazo de tres días. decidi-
rádirectamenteen igual plazodetresdías. si procedeel proceso inmediatoosi se rechazael reque-
rimientofiscal. La resoluciónqueseemita esapelableconefecto devolutivo. 2.Notificadoel auto
que dispone la incoación del proceso inmediato, el fiscal procederá a formular acusación, la cual
será remitida por el juezde la Investigación Preparatoria al juez penal competente, para que dic-
te acumulativamente el auto de enjuiciamiento y de citación a juicio. 3.De ser pertinente, antes
de la formulación de la acusación, a pedidodel imputado puede instarse la iniciación del proceso
de terminaciónanticipada. 4.Notificado el auto que rechaza la incoacióndel proceso inmediato,
el fiscal dictará la disposiciónque corresponda disponiendo la formalización o la continuación de
la InvestigaciónPreparatoria".
Código Procesal Penal de El Salvador, "Título VI. Procedimiento sumario. Competencia". art.
445: "Losjuecesde paztendrán competencia paraconocerdel procedimientosumarioporlosdeli-
tos siguientes: 1)Conducción temeraria. 2)Hurto y hurto agravado. 3)Robo y robo agravado.
4) Tenencia, portación o conducción ilegal o irresponsable de armas de fuego. 5) Posesión o
tenencia a que se refiere el inc. lo del art. 34de la Ley Reguladora de las Actividades Relativasa las
Drogas". "Procedencia". art.446: "Seaplicará este procedimientocuando en los casos indicadosen
el artículo anterior se hubiese detenido a una persona en flagrante delito. Este trámite no proce-
derá: 1)Cuando el delito se hubiese cometido mediante la modalidad de criminalidad organiza-
da. 2)Cuando roced da la acumulación o el delito sea de es~ecialcom~leiidad. . . 3)Cuando deba
someterse a la aplicación de medidas de seguridad. 4)En eliaso de proceso contra los miembros
de los concejos municipales. Cuando el juez advierta la existencia de alguna de las circunstancias
anteriores cóntinuará i o n el trámite dél procedimiento ordinario". " ~ e ~ u e r i m i e nfiscal",
to art.
447: "La solicitud para el procedimiento sumario contendrá: 1)Las generales del imputado o las
señas para identificarlo. 2)La relación circunstanciada del hecho con indicación, en la medida de
lo posible, del tiempo y modo de ejecución. las normas aplicables. y la calificación jurídica de los
mismos. 3)La indicación y oferta de losactos urgentes decomprobación que se hayan realizado y
losaue resulten necesariosrealizardurante la investiaaciónsumaria .Dara .robarlos hechosen iui-
cio. '4)El ejercicio de la acción civil. con la indicación y oferta de las pruebas para demostrar'los
dañosmaterialeso moralesy el montode la pretensión. Si fuere procedentesolicitará, ademásque
sedecreteo mantenga en detención provisional uotra medida iautelaral imputado. Si falta albu-
no de estos requisitos, el juezordenará que se completen durante la audiencia inicial". "Convoca-
toria". art. 448: "Recibido el requerimiento fiscal, el juez de paz convocará a las partes a una
audiencia inicial dentro del término de inquirir". "Audiencia inicial". art. 449: "En cuanto sean
aplicables. regirán las reglas de la vista pública. adaptadas a la sencillez de la audiencia. Luego de
escuchar a las Dartes v en su caso de recibir la declaración indaaatoria.. el .iuez resolverá las cues-
tiones planteadasy ségún corresponda podrá: 1)Decretarla detención provisional del imputado
o su libertad con o sin restricciones. 2)Suspender condicionalmente el procedimiento. 3)Resol-
ver conforme al procedimiento abreviado. 4)Autorizar la conciliación. 5) Resolver sobre cual-
quier otro incidente. Se levantará un acta de la audiencia en la que solamente consten las resolu-
cionesque el juettome en relación a los puntosque lesean planteados. El acta será leída al finali-
zar la audiencia y firmada por las partes, quedando notificada por su lectura". "Investigación
sumaria", art.450: "En el plazo que no podrá exceder de quince días hábiles posterioresa la reali-
zación de la audiencia inicial, a peticiónde las partesse autorizarán losactos urgentesdecompro-
bación que no se hayan realizado, se requerirán los informes y documentos que correspondan.
El debido proceso penal
Durante este plazo las partes también podrán ofrecer otras pruebas. Cuando se trate de prueba
testimonial el ofrecimiento de los mismos deberá hacerse dentro de los cinco dias hábiles poste-
rioresa la audiencia inicial, conforme lodispone este Código. El plazo previsto en el inc. l ode este
articulo podrá prorrogarse hasta pordiezdias hábilescuando por causa justificada la investigación
no se haya podido completar". "Vista pública, sentencia y recurso. Art. 451. Concluida la investi-
gación sumaria. el juicio se celebrará en un plazo no menor de tres dias ni mayor de diez. Para la
celebración de la vista pública, redacción de la sentencia y recursos se aplicarán las reglas del pro-
cedimiento común en loque fuere pertinente" (decr.-legis.733).
Código Procesal Penal de Panamá, "Procedimiento simplificado". art. 454: "Procedencia. En
adición a los supuestos previstos en este Código, cuando se trate de delitos cuya pena a imponer,
encasodecondena, nosea superiora lostresaños, se regirán porel procedimiento previstoeneste
Capitulo". Art. 455: "Procedimiento. El fiscal presentará requerimiento ante el juezde Garantías,
el que contendrá: 1. La individualización completa del requerido. 2. Los hechosen que funda su
requerimiento. 3. La calificación jurídica que hacedeesoshechos. 4. Una exposición breve de los
antecedentes que lo fundan. 5. La proposición de la pena concreta que solicita". Art. 456: "Cita-
ción deaudiencia. El juezde Garantiascitará al requerido en libertad a una audiencia en un plazo
de diez a quince dias posterior al recibimiento del requerimiento, adjuntándole copia integra de
este y señalándole que debe comparecer acompañado de un defensory notificando de la fecha y
la hora deesa audiencia al fiscal y a lavictima". Art. 457: "Opciones del requerido. En esta audien-
cia el requerido puede aceptar los hechos del requerimiento y los antecedentes de cargo que la
fundamentan. En tal caso, el juezdeGarantiasdictará sentencia de inmediato, con losanteceden-
tes probatorios que le acompañe el fiscal. pudiendo rebajar la pena solicitada hasta en un tercio.
Esta sentencia deberá contener los requisitosdel art. 133deesteCódigo".Art.458: "Negacióndel
reauerido. Si el reauerido no aceDtara en esa audiencia los hechos del reauerimiento del fiscal. se
celebrará la audiencia intermedia, discutiéndose la exclusiónde prueba. Esta audienciaterminará
con la dictación del respectivo auto de apertura del juicio oral simplificado". Art. 459: "Auto de
apertura del juiciooral ;implificado. EI juizde~araniíasaldictarel autodeapertura del juiciooral
simplificado citará a los intervinientes, testigos y peritos a una audiencia para juicio oral simplifi-
cado en un plazo posteriordeentredieza quincedias. El juicio será conocido poreljuezdeGaran-
tias como juez unipersonal y se tramitará de acuerdo con las reglas del juicio oral ordinario". Art.
460: "Sentencia. La sentencia que se dicte en este juicio oral simplificado no podrá imponer una
pena mayora la sugerida por el fiscal en su requerimiento y deberá cumplir con los mismos requi-
sitos de la sentencia dictada en el juicio ordinariooral. Esta sentencia será susceptible del recurso
de anulación y se sujetará a su tramitación. Procedimiento directo". Art. 461: "Oportunidad y
requisitos.Seaplicará el procedimientodirecto para conoceryfallar los hechosrespectodeloscua-
lesel fiscal requiriera imponer al acusado una pena no superiora cuatro años de prisión. Este pro-
cedimientoseaplicaráencualquier momento, previoa laapertura del juicio,cuandoconcurran las
siguientes circunstancias: 1. Que el imputado conozca los hechos materia de la acusación y los
antecedentes de la investigación que la sostengan y consienta la aplicación de este procedimien-
to y acuerdeel monto de la pena y de la reparacióncivil. encaso dequese hayandemandadoestos
últimos. 2. Que el defensor acredite, con su firma, que la persona imputada ha prestado su con-
sentimiento de modo voluntario y consciente sobre los puntos del acuerdo. 3. Que el imputado
sea detenidoen flagrancia, acepte su participación en el hecho y se encuentre sujeto a detención
preventiva o medida cautelar equivalente". Art. 462: "Inadmisión de solicitud. Si el juez no admi-
te la aplicacióndel procedimiento directo ordenará al Ministerio Público quecontinúe el procedi-
miento. En este caso, la admisión de los hechos por parte de la persona imputada no se tendrá
como reconocimiento de culpabilidad".Art.463: "Procedimiento. Lavista oral sedesarrollará con
la participación de las partesy, una vezconcluida, se decidirá sobre su admisibilidad o inadmisibi-
lidad de la solicitud. Acto seguido celebrará la audiencia ordinaria".
Proced~mientosabreviados. Juicio directo 215
Código Procesal Penal del Uruguay. "Del proceso extraordinarioen materiadecrimenesy deli-
tos". Art. 272. "Procedencia. Si el Ministerio Público entendiere suficiente la ~ r u e b areunida Dara
fundar la acusación, al solicitar la formalización de la investigación o en la audiencia preliminar
podrá pedirqueel procesosetramite por la vía extraordinaria. Si la defensa noseopusiere, el juez
deberá acceder al pedidodel fiscal. E" casocontrario, el juez resolverá de acuerdoion el literal b)
del art. 269.6deesteCódigo".Art. 273. "Procedimiento. l . Si todos los imputados hubieran acep-
tado la tramitación por lavia del proceso extraordinario, no habrá declinación decompetencia en
el supuesto previstoen el art. 269.7 deestecódigo. 2. Laacusacióny la defensaseformularánver-
balmenteenaudiencia. luegodel diligenciamiento de la prueba; el tribunal nootorgará prórroga
a las partes a tales efectos. 3. El tribunal dictará sentencia con sus fundamentos en la misma
audiencia. pero en los casos complejos podrá prorrogar la audiencia hasta por diezdías, al efecto
indicado" (ley 19.293).
Art. 315, Proyecto CPPN, expte. 2589-D-04, presentado bajo la autoría de la por entonces
presidentadela ComisióndeJusticiadela Honorablecámara de Diputados, María del Carmen Fal-
bo. con el acompañamientode las diputadas Marcela Rodríguezy Margarita Stolbizer.
Provecto de Códiao Procesal Penal de la Nación elaborado Dor la Comisión Asesora cons-
tituida por él Poder ~jecutivoNacional en el seno del Ministerio de'lusticia y Derechos Humanos
(decr. PEN 115, del 13/2/07). De acuerdo a ese decreto, estuvo integrada por los siguientes miem-
bros: Carlos Beraldi,Alberto Beccani, Fernando DíazCantón, Luis M. ~arc.ía,~ilma¡. Ibarra,Ange-
la E. Ledesma, Luis F. J. Cigogna, Adrián Marchisio, Miguel A. Pichetto, Rosario Romero; Marcos G.
Salt y Ernesto Ricardo Sanz.
Art. 293, Proyecto CPPN, expte.4050-D-2010, trámite parlamentario072 (916110). Firman-
tes: OscarAlbriu. JuanCarlosVega, Margarita Stolbizer, Raúl Enrique Barrandeguy,AlejandroRos-
si y OscarAguad.
El debido proceso penal
Esta regulación del CPP-La Pampa fue modificada por la ley 261713:
Art. 386. - "Procedencia. Cuando una persona haya sido detenida en fla-
grancia, o hubiese aceptado la autoría de un hecho, y en ambossupuestos
elmáximo punitivo aplicable no exceda de quinceaños, e l Ministerio Públi-
co Fiscal, puede ordenara la Policíaque eldetenido sea puesto a disposición
del Presidente de la Audiencia de Juicio, quien resolverá en forma oralacer-
ca de la procedencia de la medida coercitiva impuesta, en la audiencia fija-
da inmediatamente y a l efecto p o r la Oficina Judicial, la que siempre debe-
rá hacerlo dentro de las veinticuatro horas.
S i la flagrancia no es convalidada, igualmente se podrá procederporjuicio
directo a petición del fiscal.
Deberá procederse, indefectiblemente, a l juicio directo cuando hubiere
acuerdo para ello entre elimputado y elMinisterio Público Fiscal, aún en los
supuestos de que no se hayan impuestos medidas coercitivas".
5 3. Juicio directovoluntario
El juicio directo voluntario "es el acordado por las partes para cualquier delito
en laaudiencia deformalización de la investigación. se evitar casi todos
los trámites de la investigación. El acuerdo, al homologarlo, dicta auto de apertu-
Existen otros procesos con el mismo espíritu de lograr la reducción de los plazos,
pero ningunocon las mismasreglas,dadoquetodoscuentan con una etapadeinves-
tigación (generalmentedetreinta díasdeduración) o notienen carácter consensual,
a pesar de que en la práctica se tornen excepcionales, como resultan ser los procesos
de flagrancia de las provincias de BuenosAiresT7,Formosa18,Santiago del EsteroI9y
Misioneszo;citación directa de Córdobaz1,Mendozaz2,Entre Ríosz3O La Pampaz4
l7 Ley 13.183 (60, 16/4/04) y modificaciones leyes 13.260 (BO.7/12/04), 13.811 (B0.7/4/08) y
13.943 (60, 10IUO9).
l8 CPP-Formosa (ley 696187 y modificaciones. En el caso concreto, ley 1209, BO no 5866, del
12/2/97). "Título l. Instrucción reducida", art. 499: "Procedencia.La instrucción judicial por delitos
de acción pública, podrá abreviarse en algunos de los siguientes casos: l. El imputado hubiese
sido sorprendido en flagrancia; 2. Las pruebas recogidaspor los funcionarios policiales en el pro-
ceso de prevención o las existentespor incorporación legal fueren suficientespara elevarla causa
a .iuicio,. sin necesidadde otra diliaencia. 3.El imoutado hubiese reconocido ante el iuez la comi-
sióndeldelito". Art. 500: "Excepciones.~oobstantelodis~uestoen elartículoanterhr, nocorres-
ponderá la abreviación de la instrucción cuando: l. El asunto fuere complejo o las pruebas fal-
t a n t e ~ n o ~ u d i e r completarse
an en pocasyrápidasmedidas. 2. Existieren obstáculos fundadosen
privilegios constitucionales. 3.Correspondiere la aplicación de a r t 69 de este Código". Art. 501:
"Trámite. Cuando eljuezestimare que procede la abreviación de la instrucción, de oficio o a pedi-
do del fiscal o la defensa, después de recibirle declaración indagatoria alimputado y en el plazo de
tres días, dispondrá fundadamente que la causa se ajuste al procedimiento de ese título, notifi-
cando al defensor vlasoartes necesarias". Art. 502: "Ooosición. El fiscal vla defensa oodrán ooo-
nersea la abreviación de la instrucción exclusivamente~orlosmotivospr~vistosen elart 500,¡;di-
cando en su caso, las diligencias de prueba cuya . ejecución
. se pretende durante la instrucción y las
razonesque hacen impo<ible o inconveniente su produccióndurante eljuicio. La oposición débe-
rá deducirse en el término de tresdías.
Eljuez resolverá la oposición de inmediato por auto y sin sustanciación, aceptando o recha-
zando la pretensión.
So10 en caso de rechazo y en el plazo de tres días, podrá deducirse apelación.
Sino hubiereoposición o esta hubierasido rechazada, eljuezcorrerá la vista delart 313.Elpro-
cesamiento no será necesario cuando proceda la instrucción reducida". Véase también Acuerdo
2650 del 2411 1/10 del ST Formosa.
l9 CPP-Santiagodel Estero, ley 6941 (BO,11/5/09), art. 31 1: "Regla general. Elprocedimien-
to de flagrancia que se establece en este Título, es de aplicación en los supuestosprevistospor el
art 175,tratándose de delitos dolosos cuya pena máxima no exceda de quince años de prisión o
reclusión, o tratándose de un concurso de delitos ninguno de ellossupere dicho monto. El fiscal,
de no ser procedente la detención, según lo establecido por el a r t 172,dispondrá la inmediata
libertad del imputado ...".
20 CPP-Misiones, IeyXIV. Última modif. 10/10/13. art. 455 y siguientes.
21 CPP-Córdoba (1939-1940), arts. 420 y siguientes
22 CPP-Mendoza, ley 1908 del 28/10/50, art. 371 y siguientes.
23 CPP-Entre Ríos, ley 4843 del 9/12/69, art. 440 y SS.Novigente
24 CPP-La Pampa. ley 332, arts. 166,313 y siguientes.
Procedimientos abreviados. Juicio directo
dj Oportunidad
La etapa de presentación del acuerdo resulta ser muy precisa, en el marco de la
audiencia de formalización de la investigación (arts. 221 y 225, CPPN), lo que con-
vierte dicha audiencia en multipropósito, ocasión en que se analiza los presupues-
tos de procedencia del instituto, para luego tratar la admisibilidad de la prueba
(art. 246, CPPN), suprimiendo así la etapa de investigación preparatoria (art. 232,
CPPN). A su vez, dependiendo de cómo se inició las actuaciones o si se pretendió
restringir la libertad ambulatoriadeun individuo, será el lapso de tiempoqueten-
drán las partes para recolectar evidencia suficiente para analizar y gestionar el
acuerdo. El plazo mínimo podrá ser de setenta y dos horas, prorrogable por otro
plazo igual (art. 183, CPPN) y un máximo de ciento noventa días (arts. 215, párr. 1O,
y 220, párr. 3", CPPN).
a) Presupuesto
6) Partes involucradas
Para su procedencia debe haber una convención expresa del fiscal, querella y
del imputadocon su defensa. Adiferencia del procedimiento abreviado30,el que-
rellante debe prestar indefectible e insustituiblemente su voluntad para que pro-
ceda la aplicación del instituto, sea adhiriéndose a la acusación del Ministerio
Público Fiscal o deforma autónoma.
En el supuesto de imputados múltiples, también todos ellos, deben prestar su
voluntad en ese sentido inequívoco. Si esa solución no es de común acuerdo, por
existir opiniones encontradas entre una o varias defensas, la única opción para los
individuos que pretendan la realización de un juicio rápido, es plantear ante el
órganojurisdiccional una separación del juicio, invocando yjustificandoalguno de
los tres supuestos establecidos expresamente: que se torne conveniente por la
naturaleza del caso, evitar el retardo procesal ofacilitar el ejercicio dedefensa3'.
CJ Alcance delacuerdo
29 Pastor, Lineamientos del nuevo Código Procesal Penal de la Nación. Análisis crítico, 201 5.
p. 103.
30 Art. 289. párr. 2'. CPPN.
31 Arts. 51 y 246, inc. f), CPPN.
El debido proceso penal
e) Trámite
35 Vale reiterar, que en este supuesto, seexcluye lossupuestos deflagrancia cuya pena mini-
ma no supere los tres añosen abstracto, porser obligatorioel proceso especial de juiciodirecto.
Proced~mientosabreviados. Juicio directo 225
Sin embargo, también hay normas que relativizan esa postura del juez porque
lo definen para que:
1. Resuelva el conflicto dando preferencia a las soluciones que mejor se ade-
cuen al restablecimiento de la armonía entre sus protagonistas y a la paz
social (art. 22,CPPN).
2. Procure que las partes arriben a convenciones probatorias o a determinar
hechos notorios (art. 128,inc. e, CPPN).
3. Controle el cumplimiento de los principios y garantías procesales (art. 199,
CPPN), en particular para la aplicación del instituto, que sea fruto de la
voluntad libre, expresa y directa del imputado (art. 289,párr. lo, CPPN).
4. Evite que se discutan cuestiones que son propias del juicio oral, resolviendo
exclusivamente con la prueba que las partes presenten (art. 246,CPPN).
A partir de estas reglas, una interpretación plausible es que asuma una postura
totalmente pasiva en los supuestos en que implique restricción de derechos o
ámbitos de plena contradicción (por ejemplo, imposición de una medida de coer-
ción) y sea un facilitador en el marco de las decisiones consensuales. Estas dos pos-
turasse pueden marcar en una misma audiencia.
Definido el auto de apertura del juico, será remitido a la oficina judicial, para
queseefectúeel sorteodel juezenfunción dejuiciooel tribunal colegiadoy sefije
dentro de los diez días, la fecha para el inicio de la celebración de audiencia de
debate (art. 248,inc. b, CPPN).
fJ Otras cuestiones
En lo que respecta a las restantes cuestiones, se regirán por las normas comunes
(art. 292,párr. So, CPPN);en especial, en loqueserefierea la realización del juicio (art.
248 y SS., CPPN) o el control de la decisión judicial (arts. 297,309y concs., CPPN). No
debe asumirse diferencias cuando el procedimiento no lo establece expresamente.
a) Presupuestos
dad de impedir que el delito produzca consecuencias. La persona aprehendida será entregada
inmediatamentea la autoridadmáscercana ..." (art. 183, párr. 2". CPPN).
Art. 183. CPPN.
39 Pereyra. "La detenciónde personasenelesquema constitucional", en Garantíasconstitu-
cionalesen la investigaciónpenal, p. 134.
Proced~mientosabreviados. Juicio directo 229
prevista sea grave? Solo un legislador miope puede confundir flagrancia o grave-
dad de la pena con dificultad para investigar y, eventualmente, acusar"47.
Lo que si valida dejar de lado su aplicación, como se tratará más adelante, es la
complejidad de la investigación. Y a pesar de no haber sido establecida expresa-
mente, otro obstáculo para aplicarla sería que genere un perjuicio al ejercicio del
derecho de defensa, si restringe la posibilidad de preparar con tiempo y medios,
una adecuada estrategia de defensa.
La pauta de razonabilidad para imponer un proceso especial no debería ser el
monto punitivo sino que se debería emplear otros presupuestos. A modo de ejem-
plo, se podría establecer que la duración de la etapa preliminar al juicio, en todo el
universo de casos, debe ser justificada en forma inicial (y eventualmente, prorro-
gable), obligando a las partesa establecer deantemano (en audiencia unipersonal
o bilateral ante el juez), qué necesidades temporales deben contar para preparar
la acusación o la defensa. Si el órgano acusador tiene la posibilidad de pronosticar
la conducta futura de una persona para solicitar una medida de coerción personal,
con más razón podrá proyectar su propia actividad en el caso y contextualizar la
carga de trabajo general que debe afrontar.
El análisis sobre la justificación de la duración del proceso al final del camino
solo permiteque el órgano judicial reconozca la violación de un derecho pero nun-
ca contará con la capacidad de evitarlo. Como sostuve antes, en todos los casos, se
debería realizar de modo inicial y lo que está diseñado como especial, se convierta
en algo genérico. Debería ser una decisión judicial sujeta a que las partes justifi-
quen el plazo de duración del proceso concreto, teniendo en consideración la can-
tidad y10 dificultad en la obtención de los medios de prueba; el volumen de la mis-
ma para desarrollar un análisis de la información colectada; la cantidad de impu-
tados o víctimas involucradas; si se han impuesto medidas restrictivas de libertad,
etcétera.
Otra observación que se puede mencionar, e importar del otro lado de la cordi-
llera, apunta a que "... la existencia de procedimie~tossimplificadospareciera ine-
vitable ante la gran cantidad de delitos de bagatela que debe enfrentar cualquier
sistema de justicia criminal hoy en día. Su enjuiciamiento en todos los casos con-
forme a las reglasdel procedimiento ordinario resulta imposible, y no pareceapro-
piado desde el punto de vista del principio de proporcionalidad. Sin embargo, no
deben desoírse los reclamos que contra ellos suele formular la doctrina, entre los
cuales están los siguientes: las penas serían pronunciadas de forma precipitada y
sin que el imputado sea oído suficientemente; los afectados no se defienden con-
tra pronunciamientosinjustos por losmotivos másdiversos(indiferencia, ignoran-
47 Pastor, Lineamientos del nuevo Código Procesal Penal de la Nación. Análisis crítico, 201 5.
p. 103.
Procedimientos abreviados. Juicio directo
Esta regla fija una pauta estática0 en abstracto del delitoconsumado. Paramar-
car diferencias, hay otros supuestos en que específicamente se considera la pre-
tensión punitiva concreta del representantedel Ministerio Público Fiscal (arts. 5445
45 "... Cuando elrequerimiento de pena estimado fuera superiora tresañose inferiora seis,
cia, temor); los fiscales y los tribunales prefieren estos procedimientos para aho-
rrarse trabajo y los primeros solicitan intencionalmente penas bajas para evitar la
oposición del imputado ..."48.
Esta regulación no fue parte de la versión original del proyecto de ley presenta-
do al Congreso Nacional por partedel Poder Ejecutivo, sino fue un agregadocuan-
do tuvo tratamiento en la Cámara de Senadores. Su justificación vino de la mano
del senador Rodolfo Urtubey quien dijo: "... Variosexpositores-recuerdoa Fede-
~ ~
tificados, se hará conocer a los imputados la aplicación del presente procedimiento: la participa-
ción que se les atribuye en el hecho, su derecho a contar con asistencia letrada, sin perjuicio de la
intervención desde el inicio de la investigación del defensor oficial, tiene derecho a declarar con-
forme a la disposición de este Código como asimismo de ofrecer las pruebas que estime corres-
ponder. Si hubiere menoresel fiscal los pondrá a disposición del juezcompetentey a su respecto el
proceso continuará según las normas correspondidas. La investigación sumaria, mediante decre-
to fundado, se informa de inmediato al juez y se remite el expediente para control. El Estado se
decreta la remisión al Tribunal de Juicio, el que citará inmediatamente a las partes para la realiza-
ción del juicio-inmediatamente a las partes para la realización del juicio-( ...) Entonces, yocreo
que tenemos que distinguir. No podemos tener el mismo procedimiento para un caso de un ata-
que terrorista que para un casocomúno para uncaso deflagrancia, un casoque no tieneotra cosa
quédiscutirsequeel montode la pena. Entiendoqueesfácil incorporarconestas normasestosdos
procedimientos, para loscasos menoreso loscasos sencillos-llamémosleasí-o para losgrandes
cas0s.Y muchísimo más si lo hacemosconfiscaliasespecializadas ...". (Cámara de Senadores. Reu-
nión plenaria de IasComisionesde Justicia y Asuntos Penalesy de PresupuestoyHacienda; Cáma-
ra versión taquigráfica, 411 1/14). p. 37.
Como sostienen los profesores Riego y Duce, haciendo referencia a los delitos contra la
propiedad cometidos en la vía pública, "( ...) se cometen normalmente por personas que buscan
apropiarsede bienes pertenecientesaotros, sinque lesimportemayormentela identidaddelavic-
tima. Por el contrario, la selección de la misma tiene que ver con la oportunidad, el lugar donde
transita, suvulnerabilidad y otrosfactoressimilares. pero noexiste regularmente unvinculoespe-
cífico de conocimiento previoentre autor y víctima. Es precisamente esta falta devinculaciones lo
que hace que las posibilidades de identificación del sospechoso. su captura y la producción de
Druebasensucontra esté muvfuertementecondicionadoal hechodeaue la ~olicíaintervenaa en
n; momento coetáneo o inmediatamente cercano a su comisión. AS;, el elemento centralpara
esclarecer estos delitosviene determinado por la posibilidad de que la policía, como producto de
actividadesdevigilancia ode una capacidad muy ;ápida de re~~uestafrentea un llamadodeauxi-
lio, pueda en un momento muy cercano a la comisión del hecho intervenir; atrapar al sospechoso
o lograrantecedentes precisos para su identificación, obtenertestimoniosde suactuación porpar-
tede lavíctima y otras personas, encontraren su poder los bienesrobadosy, eventualmente, obte-
ner del mismo declaraciones inculpatorias. En la práctica. si este tipo de situación no se produce,
. .
las ~ers~ectivasde una identificación ~osteriorv. la ~roducción
. de Drueba Droductode una inves-
tigación detectivesca son bastante limitadas. En general, la obtenión de algún resultado poste-
rior a los primeros momentos después de ocurrido el hecho, se limita a la posibilidad de que el
autor sea atrapadoen flagrancia en otra ocasión y se lo pueda vincu~arretr~s~ectivamente i o n el
delitoquese persigueoal desarrollodel manejode una grancantidaddedatosquepermitenesta-
blecer ese mismo tipo devinculaciones ..." (Duce- Riego, Proceso penal, 2007, p. 362).
56 " ... Desde muytemprano, el fiscaltiene la posibilidad de evaluarel material que la policia
le hace llegary con que esta evaluación puede ser bastante definitiva en cuanto a determinar las
posibilidades de un procesamiento exitoso. En la práctica, tanto los policías como los fiscales de
cierta experienciason capacesdediferenciar, desde muytemprano, entreaquellos casosen losque
existen buenas posibilidades de avanzar en un procesamiento, de aquellos en que este muy difí-
cilmente entregará frutos. Pensemos en que, finalmente, los medios de prueba hará que las per-
sonas involucradas puedan perder motivación, perder la memoria de lo ocurrido o simplemente
noencontrarsedisponiblepordiversasrazonesprácticas(...)pareceIógicoqueenestetipodedeli-
tos la estrategia más coherente del fiscal sea siempre la de buscar una definición rápida ..." (Duce -
Riego, Procesopenal. 2007, p. 364).
Proced~mientosabreviados. Juicio directo 239
59 Sobre el punto, hay que mencionar una reciente investigación internacional, en la que se
obtener inmediatamenteen el mismo lugar del hecho, y para las restantes, se debe-
rá generar mecanismos efectivos, prácticos y estandarizados para su concreción
(por ejemplo, pericias, informes técnicos, informes de registros, etcétera)57.
En el marco de una correcta intervención policial, se podrá obtener: la identifi-
cación de la persona imputada y la de la víctima; a esta última, se le podrá realizar
una entrevista para que reconstruya total o parcialmente la mecánica del suceso,
en especial hasta la intervención policial o de terceros; entrevistar al personal poli-
cial interviniente como a testigos presenciales, incluso en el mismo lugar del suce-
so (arts. 90, inc. b o 53, ley 27.148); contar con el objeto que se pretendió sustraer y
con los demás rastros que haya dejado el hecho (a través de procedimientos estan-
darizadosde no contaminación, búsqueda y levantamiento deevidencia y con una
adecuada cadena de custodia). Podrán restar otras medidas, vinculasa constatar el
estado psicofísico del imputado; su domicilio o lugar de residencia habitual; algu-
nos informes de registros públicos (como Registrode Reincidencia; Registro Nacio-
nal de Armas; etcétera); material fílmico de cámaras instaladas en áreas públicas
por distintas instituciones públicas o privadas; o alguna pericia de fácil desarrollo.
Esta última, para contar con ella en un acotado plazo, deberá ordenarse y ejecu-
tarseen el menor tiempo posible, debiendo posibilitar a que el imputado propon-
ga puntosde pericia o designe la intervención de un perito de parte.
En forma paralela a ello, los fiscaleso fiscales auxiliares, deben contar con apo-
yo estratégico para cumplir con otrasfunciones propias del Ministerio Público Fis-
cal, como la atención de víctimas (sus familiares) y testigos para garantizarles el
derecho de orientación e información general; o brindar un abordaje interdiscipli-
nario y especializadoa víctimasde ciertosfenómenos delictivosviolentos, traumá-
ticos o que afecten a colectivos vulnerables.
La Corte IDH tienedichoqueuna investigación no reviste ningunacomplejidad
cuando está plenamente identificado el autor del hecho, la víctima y el lugar don-
de ocurrió el hecho; a la vez que las autoridades tuvieron libre acceso a la escena
del hecho y las circunstancias del mismo no presenta características particularmen-
te complejas58.
Distintasexperiencias han revelado un problema generalizado, la relación exis-
tenteentreel Ministerio Público Fiscal y lasfuerzasde seguridad. El mayor de todos
Esta lógica de trabajo deja de lado la defensa pasiva, que actúa por litigación indi-
recta, dilatoria, o que intervienen recién activamente a partir de la acusación.
Tampoco se puede pasar de un extremo a otro, de plazos laxos a plazos insufi-
cientes. El límite de celeridad procesal para evitar las dilaciones o la violación del
derecho al plazo razonable es contar con tiempo y medios adecuados para la pre-
paración de una defensa (arts. 8".2.c, CADH y 14.3.b, PIDCP). Esta situación se ve
agravada cuando el imputado resulta privado de su libertad, ya que dependerá
íntegramente de la labor de la defensa técnica. Si resulta justificado un mayor pla-
zo de actuación, esta se convertirá en una causal no escrita, que permitiría excep-
tuar la realización del juicio directo obligatorio.
62 Si bien no fue aprobado. es un marco de referencia al igual que el resto de los documen-
tos elaborados por la ONU con especialistas de todas partes del mundo y ha sido tenido en consi-
deración por el Ministerio Público Fiscal en los dictámenes ante la CSJN, "González" (319109) y
"Diesser" (2OOQ.
242 El debido proceso penal
fijará la fecha de debate en un plazo que no podrá exceder deveinte días desde su
radicación. En todos los casos sometidos al procedimiento de flagrancia, el juzga-
miento lo realizará un único magistrado (art. 353 septies, CPPN).
2 - Algunas observaciones
Corte IDH. 21/6/02, caso "Hilaire, Constantine y Benjamin y otros v. Trinidad y Tobago",
Fondo, párr. 112.
"...esdeanotarloqueP. Nikkencalificade'irreversibilidad'de losderechoshumanos:cuan-
do un derecho ha sido reconocido por una ley, untratado, o por cualquier otro actodel poder públi-
co nacional como 'inherente a la persona humana', la naturaleza de dicho derecho se independiza
del acto por el que fue reconocido, que es meramente declarativo ..." (Gialdino, Derecho interna-
cional de losderechos humanos:principios, fuentes, interpretacióny obligación. 2013, p. 112).
El debido procesopenal
Los delitos contra la propiedad son los que más se cometen, pero solo una por-
ción minoritaria se detecta ante una situación flagrante y son estos conflictos los
-
5 5. Conclusión
Es posible el desarrollo de nuevos procedimientos especiales que permitan
reducir la duración de los procesos, sin que provoque una merma en el reconoci-
~ ~
vos o que se obtengan loselementos necesarios para que el fiscal promueva el jui-
cio; a la par que la defensa prepare su estrategia, que puede implicar incluso el
desarrollo de una investigación propia y autónoma. El tiempo quese requiere para
llevar adelante una investigación puede variar según las particularidades concre-
tas de cada caso, además del volumen de recursos materiales humanos y materia-
les que se le destinen. Por lo cual, para su determinación, cuando ya se encuentre
individualizadoel imputado,esmásconvenienteestablecerjudicialmenteyenfor-
ma previa, el plazo de la investigación.
Por último, para cerrar el nuevo proyecto de procedimiento de flagrancia que
sustituiría al juicio directo obligatorio (a pesar de sus críticas), resulta ser un retro-
ceso por muchas razones. Entre ellas, la demora en la aplicación progresiva del sis-
tema acusatorio, e incluso resulta ser regresivo, dado que la actual regulación del
art. 353 bis del CPPN contempla que la investigación esté a cargo del Ministerio
Público Fiscal y ahora, se lo pretende sustituir por el juez.
-2
Análisis
jurisprudencial
El debido proceso penal
informe [de] fondo, emitido por [la] Comisión, en lo que respecta a lasviolacioneses-
tablecidasen perjuicio del señor José Agapito Ruano Torres y su familia".
1 - Hechos
El 9deoctubrede2OOO la Divisiónde InvestigaciónCriminal de la Policía Nacional Ci-
vil entrevistó a una persona, queseencontraba privada de la libertad por la comisión
del delito de extorsión en contra de un cooperativista y manifestó tener información
sobre el secuestro de Jaime Ernesto Rodríguez Marroquín puesto que también ha-
bría participado en el mismo. En el transcurso de su declaración en la sede de la Uni-
dad de Delitos Especiales de la Fiscalía General de la República, mencionó a las per-
sonas Quehabrían participado en el secuestro individualizándolas por su nombre v
apellido. Asimismo, se refirió a un individuo a quien "únicamente conoc[ía] como
'Chopo' ". El señor Amava Villalta describió a "El Chopo" como un individuo de 24
añosde edad y de 1.55 metros de estatura, quien residía en el Cantón Colón de Gua-
zapa.
El 16 de octubre de 2000 el Juzgado de Paz deTonacatepeque concedió a dicha per-
sona el criteriodeoportunidadde la acción pública por el términodedosmeses, afin
de que proporcionara toda la información necesaria y eficazcon relación al secues-
tro del señor Rodríguez Marroquín. En la declaración brindada ese mismo día en se-
de judicial, dicha persona señaló nuevamente los nombresde las personassupuesta-
mente involucradas en el secuestro, especificando respecto a la persona conocida
con el sobrenombre de "El Chopo" que su "nombreverdadero esJosé Agapito Rua-
no Torres, deveinticuatro años de edad, aproximadamente, de un metro cincuenta
y cinco de estatura m[á]s o menos, residente en [la] Lotificación Monte Cristo".
Ese mismo 16 de octubre de 2000, la Fiscalía General de la República decretó la de-
tención administrativa de los presuntos implicados en el secuestro del señor Rodrí-
guez Marroquín, entre ellos José Agapito Ruano Torres. En la madrugada del 17 de
octubrede2OOOla Policía Nacional Civil realizóel llamado "Operativo Guaza", enel
que se procedió al arresto de los supuestos partícipes. El señor Ruano Torres fue de-
tenido mientras se encontraba en su inmueble de habitaciónjunto con su cónyugey
su hijo de dos años de edad.
Al momento en que los agentes policiales efectuaron su detención, el señor Ruano
Torres fue sometido a los siguientes actos: 1) lo golpearon; 14 lo arrastraron; sl) lo
golpearon con el tacón de la bota hasta desangrarleel pulgar del pie derecho; IV) lo
amenazarondemuerte; v) lecolocaron unasogaalcuelloal punt~delaasfixia~y VI)
le restregaron la cara cerca de un montículo de estiércol. El 30deoctubrede 2000 Pe-
dro Torres Hércules, primo de José Agapito Ruano Torres, denunció ante la Unidad
de InvestigaciónDisciplinariade la Policía Nacional Civil que la detención deeste ha-
bía sido realizada mediante "abuso de autoridad, maltratosfísicos, morales y psico-
lógicos".
El 20 de octubrede2OOOse llevó a cabo la audiencia inicial ante el Juzgado de Pazde
Tonacatepeque. Los defensores públicosfueron designados para asistir y represen-
tar en la defensa técnica a José Agapito Ruano Torres y otros cuatro imputados. La
defensa solicitó el sobreseimiento definitivo de todos sus representados al conside-
rar que no habían sido individualizados cada uno de los imputados y que no existía
Fallo 1
((Ruano Torres y otros v. El Salvador))
Nicolás Javier Ossola *
El 13 de mayo de 2002 el señor Ruano Torres presentó ante el Jefe del Departamen-
to de InvestigaciónJudicial de la Corte Suprema de Justicia una denuncia contra el
Juzgado de Primera Instancia deTonacatepequey el Tribunal Segundo de Sentencia
de San Salvador que participaron en el proceso penal. Alegó que el Juzgado y Tribu-
nal citados no tomaron ninguna medida positiva a pesar de presentarles numerosos
escritosaclarandoque él no era "El Chopo", sino su hermano. Indicó que el Tribunal
Segundo de Sentencia de San Salvador negó, durante la audiencia de vista pública,
que su hermano rindiera declaración como testigo. El 22 de octubre de 2003 la Pres-
idencia de la Corte Suprema de Justicia declaró inadmisible la denuncia presentada
puesto que "no se encontraron elementos que den lugar a una causa probable para
que se aperture informativo disciplinario".
El 11 de agosto de2003, el 24deseptiembre de 2003 y el 22de noviembrede 2006Jo-
sé Agapito RuanoTorres interpuso recursosde revisión de sentencia anteel Tribunal
Segundo de Sentencia de San Salvador, los que fueron declarados inadmisibles.
El 19 de septiembre de 2014el Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador, tras
realizar una audiencia especial de revisión de sentencia firme, confirmó la sentencia
condenatoria en contra de José Agapito Ruano Torres en el contexto de un recurso
de revisión de decisiónfirme interpuesto por la defensa pública con posterioridad al
informe de fondo de la Comisión.
El 26 de junio de 2015 el señor Ruano Torres habría cumplido con la totalidad de la
sentencia impuesta.
11 - Fondo
La Corte IDH procedió a precisar las violaciones a los derechos humanos que se en-
contraban abarcadas por el reconocimiento de responsabilidaddel Estado, asícomo
la procedencia y alcance de aquellas invocadas por los representantesen forma au-
tónoma respecto a los derechos a la integridad personal y la prohibición de la tortu-
ra, la libertad personal, la presunción de inocencia y la protección judicial, con res-
pecto a José Agapito Ruano Torres.
La Corte IDH notó que la Comisión lnteramericana concluyó en su informe de fondo
no 8U13 que los actos de violencia a los que fue sometido el señor Ruano Torres al-
canzaron un nivel de intensidad suficiente como para satisfacer el elemento de tor-
tura relacionado con la existencia de un daño intenso o severo, lo que seve reforza-
do por la ausencia de una investigación diligente por parte del Estado. Para la Comi-
sión el usode laviolencia en contra del señor RuanoTorresno era necesaria, sino que
partía de una presunción a priori por parte de las autoridades policialesque diseña-
ron el operativo respecto de la supuesta peligrosidad del señor RuanoTorres. De es-
te modo, las acciones realizadas por los agentes policiales no tenían la finalidad de
neutralizar un riesqo- o resistencia que se hubiera presentado al momento de los he-
chos. Por el contrario, según la Comisión, "el objetivo era disminuir la resistencia fí-
sica y. .psicolóqica
- del señor RuanoTorres, e incluso obtener su confesión o auto-iden-
tificación como 'El Chopo' ". Dichas conclusionesfueron aceptadas por el Estado en
su reconocimiento de responsabilidad. En razón de lo expuesto, la Corte IDH aceptó
el reconocimiento de responsabilidaddel Estado en el sentido de que los actos efec-
tuados por las autoridades policiales al momento de la detención constituyeron en
El debido proceso penal
sa pública solicitó la nulidad del anticipo de prueba, lo que fue declarado improce-
dente por el Juzgado de Primera Instancia deTonacatepeque.
El 18 de junio de 2001 José Agapito Ruano Torres presentó un escrito ante el Tribu-
nal Segundo de Sentencia de San Salvador donde solicitó una audiencia especial de
revisión de medida y que se decretara "la nulidad del acto de identificación y locali-
zación". Dichos planteamientosfueron rechazados por el Tribunal Segundo de Sen-
tencia desan Salvador debidoa que la etapa investigativa había preclido por lo que
ello debió haber sido solicitado oportunamente por su defensor. Asimismo, resolvió
no hacer lugar a la nulidad solicitada.
El 6 de septiembre de 2001 el señor Ruano Torres volvió a presentar un escrito ante
el Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador, alegando que su defensa pública
lo había perjudicado con cada una de sus intervenciones, y ofreció prueba testimo-
nial. El 17 de septiembre de 2001 el Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador
resolvió que en cuanto a "la prueba testimonial ofrecida (...) este Tribunal conside-
ra que será en el momento procesal oportuno que se resolverá sobre la admisión de
dicha prueba". No consta en el expediente judicial que posteriormente dicho órga-
no hava hecho referencia a estas solicitudes.
El l o d eoctubrede2001 se inició la vista pública anteel Tribunal Segundo de Senten-
cia deSanSalvador,en la cual losdefensorespúblicosactuaronen representacióndel
señor RuanoTorres.Al comienzo de la misma se preguntóa los procesados, incluyen-
do a José Agapito Ruano Torres, si deseaban presentar su declaración indagatoria.
Consta en el audio de la vista pública que el señor RuanoTorres indicó "me sostengo -
a declarar". Sin embargo, luego de su respuesta le preguntaron a otro de los proce-
sados si deseaba declarar, por lo que no fue escuchado.
Adicionalmente, diversos testigos manifestaron que, el día del secuestro del señor
Rodríguez Marroquín, el señor Ruano Torresse encontraba trabajando con un her-
mano en la reconstrucciónde una escuela hasta altas horas de la noche, y que el so-
brenombre "El Chopo" correspondea otro hermano de José Agapito. Durante el in-
terrogatorio al señor Rodríguez Marroquín, nombró y señaló como responsablesde
su secuestro a todos los procesados que se encontraban en la audiencia, incluyendo
a José Agapito Ruano Torres.
El 5deoctubrede2OOl elTribunal SegundodeSentenciadeSanSalvadordictósenten-
cia condenatoria en contra deJosé Agapito RuanoTorresy otras personascomocoau-
toresdel delito de secuestro del señor Rodríguez Marroquín, imponiéndole una pena
dequinceañosde prisión, la pena accesoria de pérdida dederechosdel ciudadano y el
pago de cinco mil colonesen concepto de responsabilidadcivil. La defensa pública de
José Agapito RuanoTorres no interpuso recurso contra la sentencia condenatoria.
El 15 de octubre de 2001 José Agapito Ruano Torres presentó una denuncia ante la
Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos. El 9 de junio de 2003 la Pro-
curaduría para la Defensa de los Derechos Humanosemitió una resoluciónen la que
establecióla violación del debido proceso en perjuicio de José Agapito ~ u a n o ~ o r r e s
y recomendó al Departamento de Defensoría Pública de la Procuraduría General de
la República que, dadas las irregularidades en el proceso, convalidadas por omisión
de losjueces, f iscalesy defensores públicos, se promoviera una revisión de su senten-
cia condenatoria.
El debido proceso penal
su conjunto tortura. Por lo tanto, la Corte IDH declaró que el Estado violó el art. 5O.1
y 5".2de la CADH, en relaciónconel art. l0.1de la misma, en perjuiciodel señorJosé
Agapito RuanoTorres.
La Corte IDH recordó que, de conformidad con el art. 1°.l de la CADH, la obligación
de garantizar los derechos reconocidosen el art. 5O.1 y 5O.2de la CADH implica el de-
ber del Estado de investigar posibles actosde tortura u otrostratoscrueles, inhuma-
nos o degradantes. Este deber se sustenta en el presente caso en los hechos estable-
cidos previamente, los cuales correspondía a los tribunales internos investigar. La
Corte IDH constató que, a pesar de que dichos actosfueron puestos en conocimien-
to de las autoridades, estas no iniciaron de oficio y de inmediato una investigación
imparcial, independiente y minuciosa que garantizara la pronta obtención y preser-
vación de pruebasy que permitiera establecer lo que había sucedido al señor Ruano
Torres. En esta línea, la Corte IDH advirtió que el Juzgado de Primera Instancia deTo-
nacatepeque no permitió la realización de una evaluación psicológica solicitada por
el fiscal, luego de lo cual no se prosiguió con las investigaciones sobre los hechos de
tortura. Por lo tanto, la Corte IDH aceptó el reconocimiento de responsabilidad del
Estado en el sentido de que no inició de oficio y con la debida diligencia una investi-
gación sobre los actos de tortura y malos tratos a los que ha sido sometido el señor
Ruano Torres después de que se presentara una denuncia ante la Unidad de Investi-
qación
- Disciplinaria de la Policía Nacional Civil por estos hechos, de modo tal que el
Estado incumplió el deber de garantía del derecho a la integridad personal recono-
cido en el art. 5O.1 y 5O.2 de la CADH, en conexión con el art. 1°.l de la misma, en per-
juicio del señor José Agapito RuanoTorres.
Las determinaciones de la Comisión en relación con la presunción de inocencia se
remiten a dosámbitos interrelacionadosamparados bajo este derecho quese refie-
ren al nivel decerteza requerido como presupuestode la legitimidad de una conde-
na. Por un lado, respecto a la individualización e identificación de una persona an-
tes de vincularla a una investigación y proceso penal. La otra cuestión se relaciona
con el onusprobandiy la prueba con base en la cual se impuso la condena en el pre-
sente caso.
Sobre el primer aspecto, la Comisión determinó en su informe de fondo que existen
múltiples elementos que, desde la investigación inicial y a lo largo del procedimien-
to, generan dudas sobre la identidad de José Agapito Ruano Torres como "El Cho-
DO".No obstante. el señor Ruano Torresfue condenado sin aue las autoridades DO-
liciales, de investigación y judiciales, adoptaran medidas mínimas para responder a
-
lasdudas qeneradassobre su identidad. Lo anteriorfue reconocido por el Estado. La
-
Corte IDH resaltó que, en efecto, el Estado debería haber aqotado los medios nece-
sarios para investigary determinaren forma fehaciente la persona quecorrespondía
al sobrenombre de "El Chopo". Sin embarqo, la Fiscalía nada hizo por investiqar los
hechos indicados por losé Ágapito ~uanoyorrespara descartar su' participación en
el hecho punible endilgado o para asegurar la comparecencia de la persona quese-
gún se indicaba sería "El Chopo". Por su parte, las autoridades no dieron una res-
puesta de fondo a lo planteado en cuanto a si se había superado el estado de duda
respecto a este aspecto fáctico. En situaciones como las del presente caso en que se
presentan alegatos razonables sobre la no participación de uno de los imputadosen
Fallo ((Ruano Torresy otros v. El Salvador»
ción del art. 8O.2 de la CADH que reconoce la presunción de inocencia, en relación
con el art. 1°.l de la misma, en perjuicio deJosé Agapito RuanoTorres.
La Corte estimó que en el presente caso la violación del art. 25.1 de la CADH no se
configuró por el merodesacuerdocon una decisión desfavorablesinoque se relacio-
na con la falta de respuesta de las autoridades sobre el mérito de los alegatos, pues
no se realizó un análisis por parte de las autoridades judiciales a fin de establecer si
había sucedido o no unaviolación a losderechos humanos, tales como la presunción
de inocencia y el derecho a la defensa, y, en su caso, proporcionar una reparación
adecuada. En suma, los recursosde revisión no constituyeron un recurso efectivo pa-
ra remediar lasvulneraciones de derechos humanos y, en particular, para controlar
el respeto a la presunción de inocencia y al derecho a la defensa. En virtud de lo ex-
puesto y tomando en cuenta el reconocimiento de responsabilidadefectuado por el
Estado, la Corte IDH concluyó queel Estadoes responsable por lavulneración del art.
25.1 de la CADH, en relación con el art. 1°.l de la misma, en perjuicio deJosé Agapi-
to RuanoTorres.
Además, la Corte IDH aceptó el reconocimiento de responsabilidaddel Estado en el
sentido de que la privación de libertad de José Agapito RuanoTorresdevino arbitra-
ria, enviolación del art. 7O.3 de la CADH, todavezque la sentencia se basó en un pro-
ceso penal en violación de las garantías judiciales, en los términos desarrolladosen
esta sentencia. En lo que se refiere al inc. 6"del art. 7O. segúnfueestablecido por la
Comisión y aceptado por el Estado, la acción de hábeas Corpus presentada resultó
ineficaz para tutelar el derecho a la libertad personal del señor Ruano Torres, dado
queel órgano judicial no realizó lasdiligencias mínimasa fin dedeterminar si la de-
tención había sido arbitraria, de modo tal que no reconoció violación alguna de de-
rechos constitucionalesy ordenó mantener la detención, a lo que se suma que su re-
solución demoró nueve meses, lo que constituye un plazo irrazonable, que se agra-
va tomando en consideración la situación de privación de libertad del señor Ruano
Torres. Asu vez, la Corte IDH recordó que cualquier violación de los numerales 2 al 7
del art. 7" de la CADH acarreará necesariamente la violación del art. 7O.1 de la mis-
ma, tal como fue solicitado por los representantes. Por consiguiente, en este caso se
declaró igualmente una violación del inc. lo del art. 7Ode la CADH. S i bien los repre-
sentantestambién invocaron el art. 7O.2 de la CADH, reconocieron al mismo tiempo
que la privación de libertad fue legal, por lo que la Corte IDH estimó que no concur-
rían loselementos para pronunciarseal respecto. En consecuencia, la Corte IDH con-
sideró que el Estadovioló el derecho a la libertad personal reconocido en el art. 7O.1,
7O.3 y 7O.6 de la CADH, en relación con el art. l0.1 de la misma, en perjuicio de José
Agapito Ruano Torres.
El Estado reconoció su responsabilidad internacional por la violación del derecho a
la defensa establecida en el art. 8O.2.d) de la CADH, como fueestablecido por la Co-
misión lnteramericana en su informe de fondo. Los defensores incluyeron también
en sus alegatos los arts. 8O.1 y 8O.2.e) de dicho tratado. Al respecto, lacorte IDH ana-
lizó los diferentes aspectos que planteaba el presente caso en relación con el dere-
cho a la defensa, para determinar y precisar los alcances de la responsabilidadesta-
tal respecto dealgunos planteamientosque no habían sido abordados previamente
en la jurisprudencia de este tribunal.
Fallo ((Ruano Torresy otros v. El Salvador»
La Corte IDH sostuvo que el derecho a la defensa es un componente central del de-
bido proceso que obliqa - al Estado a tratar al individuo en todo momento como un
verdadero sujeto del proceso, en el más amplio sentido de este concepto, y no sim-
plementecomoobjetodel mismo. El derechoa la defensa debe necesariamente po-
der ejercerse desde que se señala a una persona como posible autor o partícipe de
un hecho punibley solo culmina cuando finaliza el proceso, incluyendo, en su caso,
la etapa de ejecución de la pena. Agregó que el derecho a la defensa se proyecta en
dos facetas dentro del proceso penal: por un lado, a través de los propios actos del
inculpado, siendo su exponente central la posibilidad de rendir una declaración li-
bre sobre los hechos que se le atribuyen y, por el otro, por medio de la defensa téc-
nica, ejercida por un profesional del derecho, quien cumple la función de asesorar
al investigado sobre sus deberes y derechos y ejecuta, inter alia, un control crítico y
de legalidad en la producción de pruebas. La Convención Americana rodea de ga-
rantías específicas el ejercicio tanto del derecho de defensa material, por ejemplo,
a través del derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo (art. 8O.2.g) o las
condiciones bajo las cuales una confesión pudiera ser válida (art. 8".3), como de la
defensa técnica, en lostérminosque se desarrollarán a continuación. Dentro dees-
te último ámbito, que es el que interesa en el presente caso, los literales d) y e) del
art. 8O.2 expresan, dentro del catálogo de garantías mínimas en materia penal, que
el inculpado tiene derecho de "defenderse personalmente o de serasistido por un
defensor desue1ección"y que si no lo hiciere tiene el "derecho irrenunciable deser
asistido por un defensorproporcionado porel Estado, remunerado o no según la le-
gislación interna".
La Corte IDH indicó que, si bien la norma contempla diferentes alternativas para el
diseño de los mecanismosque garanticen el derecho, cuando la persona que requie-
ra asistencia jurídica no tenga recursos esta deberá necesariamente ser provista por
el Estado en forma gratuita. Pero en casos como el presente que se refieren a la ma-
teria penal en la cual se consagra que la defensa técnica es irrenunciable, debido a la
entidad de los derechos involucradosy a la pretensión deasegurartanto la igualdad
de armas como el respeto irrestricto a la presunción de inocencia, la exigencia de
contar con un abogado que ejerza la defensa técnica para afrontar adecuadamente
el proceso implica que la defensa que proporcione el Estado no se limite únicamen-
te a aauellos casos de falta de recursos.
En esta línea, la Corte reconoció que un rasgo distintivo de la mayoría de los Estados
parte de la Convención es el desarrollo de una política pública e institucionalidad
que garantiza a las personas que así lo requieran y en todas lasetapas del proceso el
derecho intangiblea la defensa técnica en materia penal a travésde lasdefensorías
públicas. promoviendo deeste modo la garantía de acceso a la justicia para las per-
sonas más desaventajadassobre las que qeneralmente actúa la selectividad del pro-
ceso penal. La Corte ¡DH sostuvo que.la institución de la defensa pública, a travésde
la provisión de servicios públicosy gratuitos de asistencia jurídica permite, sin duda,
compensar adecuadamentela desigualdad procesal en la que seencuentran las per-
sonas que se enfrentan al poder punitivo del Estado, así como la situación devulne-
rabilidad de las personas privadasde libertad, y garantizarles un accesoefectivo a la
justicia en términos igualitarios.
Fallo ((Ruano Torresy otros v. El Salvador»
Sin embargo, la Corte IDH ha considerado que nombrar a un defensor de oficio con
el solo obieto de cumplir con una formalidad procesal equivaldría a no contar con
defensa técnica, por ; 1 que es imperante que dicho defensor actúe de manera dili-
gente con el fin de protéger las Procesales del acusado y evite así que sus
derechossevean lesionadosy se quebrante la relaciónde confianza. Atal fin, la Corte
IDH estimó necesario que la institución de la defensa pública, como medio a través
del cual el Estado garantiza el derecho irrenunciable de todo inculpado de delito de
ser asistido por un defensor, sea dotada de garantías suficientes para su actuación
eficiente y en igualdad de armas con el poder persecutorio. La Corte IDH ha recono-
cido que para cumplir con este cometido el Estado debe adoptar todas las medidas
adecuadas. Entre ellas, contar con defensores idóneosy capacitadosque puedan ac-
tuar con autonomía funcional.
En El Salvador, el mandato constitucional de asegurar a "[tloda persona a quien se
impute un delito, (...)todas lasgarantías necesarias para su defensa" se hace efecti-
vo a través de la asistencia técnica que brinda la Unidad de Defensoría Pública a soli-
citud de toda persona que esté privada o amenazada de su libertad individual, sin
distinción de nacionalidad, sexo, religión0 condición económica. Segúnel art. 33 de
la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, "[lla Unidadde Defenso-
ría Pública tiene porfunciónejercer la defensa técnica de la libertad individual a per-
sonas adultas y menores, a quienes se les atribuye la comisión de una infracción pe-
nal". Por consiguiente, en el diseño institucional de El Salvador, la Unidad de Defen-
soría Pública se inserta dentro de la Procuraduría General de la Repúblicay puedeser
asimilada a un órgano del Estado, por lo quesu conducta debeser considerada como
un acto del Estado en el sentido que le otorga el proyecto de artículossobre respon-
sabilidaddel Estado por hechos internacionalmenteilícitosrealizados porauxiliares
de la administración de justicia.
La Corte IDH notó que en el presente caso los defensores públicos ejercieron la de-
fensa del señorJosé Agapito RuanoTorresdurante el proceso penal no77-2001-2,en
el cual se emitió una sentencia condenatoria en su contra. A diferencia de casos an-
teriores, en los cuales la violación del derecho a la defensa reconocida a todo incul-
pado del delito dentro del catálogo de garantías contemplado en el art. 8O.2 de la
CADH, se configuró por los impedimentos de las autoridades policiales, fiscales o ju-
diciales para que la defensa técnica participara asistiendo al imputado en actos cen-
trales del proceso, como por ejemplo recibiendo la declaración del imputado sin la
asistencia de su abogado defensor, en el presentecaso los argumentos se refieren a
la alegada deficiente actuación de la defensoría pública. Esto es, que la defensa téc-
nica provista por el Estado no habría actuado deforma eficiente.
Toda vez que la defensa pública corresponde a una función estatal o servicio públi-
co, pero aún así se considera una función que debe gozar de la autonomía necesaria
para ejercer adecuadamentesus funciones de asesorar según su mejor juicio profe-
sional y en atención a los intereses del imputado, la Corte IDH estimó que el Estado
no puedeser considerado responsabledetodas lasfallasde la defensa pública, dado
la independencia de la profesión y el juicio profesional del abogado defensor. En es-
te sentido, la Corte IDH consideró que, como parte del deber estatal de garantizar
una adecuada defensa pública, es necesario implementar adecuados procesosde se-
El debido proceso penal
111 - Reparaciones
Ruano Torres y sus familiares; VI) realizar las publicaciones dispuestas; VII) colocar
una placa en un lugar visible de la sede de la Unidad de Defensoría Pública con el
propósito de despertar la conciencia institucional para evitar la repetición de he-
chos como los ocurridos en el presente caso; VIII) implementar, en un plazo razona-
ble y con la respectiva disposición presupuestaria, programas o cursos obligatorios
y permanentessobre los principiosy normasde la protección de losderechos huma-
nos, en particular las normas internacionales establecidasen los principios relativos
a la investigaciónydocumentacióneficacesdela tortura y otrostratoso penascrueles,
inhumanos, o degradantes dirigidos al personal de la Policía Nacional Civil y de la
Fiscalía General de la República:. IX). reforzar. en un plazo razonable. lossistemasde
selección dedefensores públicosqueaseguren la designación de personasquecum-
plan con los requisitos de idoneidad v. capacidad
. técnica comprobada, así como de-
sarrollar controles a través de protocolos para asegurar la eficacia de la gestión de
la defensa pública en materia penal; x) implementar, en un plazo razonable, si no
existieran actualmente o, en su caso, fortalecer los programas de capacitación, co-
mosistemadeformacióncontinua, dirigidosa losdefensorespúblico$ XI) pagar las
cantidadesfijadas por concepto de indemnización de los daños materiales e inma-
teriales, y x l l ) reintegrar al Fondo de Asistencia Legal de Víctimas de la Corte Inte-
ramericana de Derechos Humanos la suma erogada durante la tramitación del pre-
sente caso.
La Corte IDH supervisará el cumplimiento íntegro de la Sentencia, en ejercicio de sus
atribuciones y en cumplimiento de sus deberes conforme a la Convención America-
na sobre Derechos Humanos, y dará por concluido el presente caso una vezque el Es-
tado haya dado cabal cumplimiento a lo dispuesto en la misma.
El debido procesopenal
g l.Palabras iniciales
En estas breves líneas propongo realizar algunas consideracionescon relación
a la resolución adoptada por la Corte lnteramericana de Derechos Humanosen el
',
caso "Ruano Torresv. El Salvador" ligado principalmente al ejercicio inefectivo
de la defensa pública penal provista por el Estado.
Se trata de un caso en el que el citado órgano internacional reconoce en la ma-
yoría de los Estados Partes de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
"el desarrollo de una política pública e institucionalidad que garantiza a las per-
sonas que así lo requieran y en todas lasetapas del proceso el derecho intangible
a la defensa técnica en materia penal a través de lasdefensorías públicas, promo-
viendo de este modo la garantía de acceso a la justicia para las personas más desa-
ventajadas sobre las que generalmente actúa la selectividad del proceso penal" 2.
En tal contexto, la sentencia constituyeel primer pronunciamiento en el ámbi-
t o interamericano de protección de derechos humanos en el que se establecen los
criterios de efectividad -o inefectividad- de la prestación del servicio de asis-
tencia técnica, la metodología de abordaje de la temática y el deber decontralor
de garantías que recae sobre los órganos judiciales3. Vale aclarar que ello se en-
marca en los servicios estatales de provisión de defensa -perspectiva que tam-
bién guiará a este comentario-, aunque, en definitiva, los estándares fijados
puedan extenderse a otro tipo de supuestos.
' Corte IDH, caso "Ruano Torres y otros v. El Salvador". Fondo, Reparaciones y Costas,
5110115, Serie C. no303.
Caso "Ruano Torres", párr. 156. "Si bien podría asegurarse que hay casi tantos modelos
de asistencia legal como países. el derecho comparado ofrece dos modelos primarios de asisten-
ciajurídica:o la prestacióndependeenforma principal deabogadosasalariados(modelodestaff
de servicio, o servicio legal); o la prestación se realiza a partir de la utilización de abogados en
práctica privada (modelojudicare).A la vez, la tendencia en un número importante de paises es
hacia un sistema mixto, que busca integrar las ventajas de los dos modelos reseñados" (López
Puleio, Justicia penaly defensa pública. La deuda pendiente, en "Pena y Estado. Defensa Públi-
ca", año 5, no5,2002. p. 40).
Hasta el momento solo contábamos con decisoriosen los que la Corte IDH había declara-
do responsabilidadesporel reconocimientosoloformal del derechodedefensa (cfr.casos "Tibi",
"ChaparroAlvarez", "Cabrera García y Montiel Flores" y "J.").
Fallo ((Ruano Torres y otros v. ElSalvador»
técnica eficaz, en "Revista del Ministerio Público de la Defensa de la Nación. 20 años de autono-
mía", 2015, p. 12.
l1 Art.3"de la Ley Orgánica de la Procuraduría Generalde la República de El Salvador.Orga-
nismo que se encuentra conformado también por la Unidad de Defensa de la Familia, Niñez y
Adolescencia, la Unidad de Defensa de los Derechos del Trabajador, la Unidad de Derechos Rea-
lesy Personales, la Unidad Preventiva Psicosocial, la Unidadde Mediacióny Conciliación,asícomo
por otras áreas de apoyo e intervención específica.
l2 Corte IDH, 31/1/01, caso "Tribunal Constitucional v. Perú", Fondo, Reparaciones y Costas,
Bajo esta perspectiva, la Corte IDH reconoce al derecho de defensa como "un
componente central del debido proceso" 18, que se proyecta como defensa mate-
rial y defensa técnica. La primera se integra "a travésde los propiosactosdel incul-
pado"; concepto que no solo debe comprender los actosformales que se materia-
lizan duranteel desarrollo del proceso, sinotambién aquellosque forman parte de
la interacción entre el defensor y el defendido, aunque nunca lleguen a conoci-
miento de las autoridades jurisdiccionales, o lo hagan por medio de la asistencia
técnica. Precisamentesobreesta última, sediceen el falloquedebe integrarsecon
funciones de asesoramiento y de "control crítico y de legalidad en la producción
de las pruebas".
Pero además, resulta innegable que el derecho de defensa, "supone, como con-
tenido mínimo el derecho a conocer en forma detallada la imputación en su contra;
el deser oído expresándose librementesobre losextremosdeaquella imputación; el
de la existencia de necesariacorrelación entre la imputación y el fallo; el de poder
controlar la prueba de cargo, producir prueba de descargo, y valorar la prueba
producida para obtener del tribunal una sentencia favorable; finalmente, el de-
recho a la asistencia jurídica letrada, todo a fin de encontrarse en una situación
procesal de paridad con el acusador público, garantizándoseel contradictorio" 19.
Ahora bien, no puede objetarse que el derecho en cuestión pertenece al impu-
tado, quien es su exclusivo titular; de ahí que se consagre como primera alternati-
va la autodefensa20.Sin embargo, en la mayoría de los casos, "[ulna característica
distintiva de este derecho es su ejercicio dual: lo ejercita el propio imputado, pero
cuestión, aunque proveen evidencias de que estamos ante una obligación positi-
vade1 Estado queexcede lavoluntad del imputado, quien igualmentemantendrá
la alternativa de defenderse a sí mismo para los casos excepcionalesen que resul-
te admitido24.
24
Según Maier, "el imputado, al menos cuando la defensa técnica es obligatoria, es consi-
derado por la ley un incapazrelativo. en el sentido de que puede, normalmente, obrar por sí, pe-
ro, para completar su personalidad en el procedimiento, necesita del auxilio y participación en él
de un defensor" (Maier, Derecho procesalpenal. Partegeneral, 2011, t. II, p. 265). Ello podría jus-
tificarse también en la exigencia convencional, irrenunciable, de garantizar una defensa técnica
efectiva: como derecho del imputado y como condición de desenvolvimiento legitimo del proceso.
25 Caso "Ruano Torres", párr. 157. Dicho estándar ya había sido expuesto en otras oportu-
nidades (véase caso "Cabrera García y Montiel Flores v. México", Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas, del 2611 1110, Serie C. no220, párr. 155. Véase también en ese sentido Cor-
te IDH, 21111107. caso "Chaparro ÁIvarez y Lapo iñiguezv. Ecuador", Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Serie C. no 170).
El debido proceso penal
21 López Puleio, Justicia penal y defensa pública. La deuda pendiente, en "Pena y Estado.
Defensa Pública", año 5, no5,2002, p. 30.
22 Esta fórmula se diferencia de los términos utilizados en otros instrumentos internacio-
nales, en losque la provisióndeasistencia jurídica gratuita debe hacerseefectiva "siempreque el
interés de la justicia lo exija" (arts. 14.3.d. PIDCP; 6O.3.c. Convenio Europeo de Derechos Huma-
nos). Según Medina Quiroga, "[el1 art. 8O.2.e) establece el derecho a tener asistencia jurídica
como un derecho irrenunciable. a pesar de que podría discutirse si. desde el punto devista de los
derechos humanos, esapropiadoqueeltribunaltenga siempre la facultadde nombrar un defen-
sor a un inculpado que se niega a tenerlo o si ello debe hacerse cuando el interés de la justicia lo
requiera, como sugiere el art. 14 del Pacto Internacional. Los trabajos preparatorios de la Con-
vención no aportan muchas lucessobreel punto:el delegadode Estadosunidos llamó la atención
sobre esta disposición, sosteniendo que era contradictoria con la letra anterior del artículo, pero
la Presidencia le aclaró que'en la legislación de los países latinoamericanos aunque el inculpado
noquiera defenderse tiene que estar siempre asistido. Si no quiere defenderse, el Estado pone a
su servicio un abogado aunqueel inculpadono loquiera'. La norma, porlotanto, pretendía man-
tener esta modalidad del sistema continental de la región" (La Convención Americana: teoría y
jurisprudencia. Vida, Integridadpersonal, Libertad personal, Debido proceso y Recursojudicial,
2003, p. 328).
23 Caso"RuanoTorres", párr. 155.Aquítambién laCorteIDH,dealgún modo. poneenesce-
na eldebateligadoa ~aa~lica~iónenámbitosno penalesde lasgarantiaIdelart. g0.2dela CADH.
En efecto. de los precedentes del tribunal podía extraerse una tendencia a extender la conside-
El debido proceso penal
Esta exigencia propone, por un lado, que se aseguren los medios para el adecua-
do desarrollo de la asistencia técnica y, por el otro, que el abogado defensor se
desempeñe con idoneidad y compromisof~ncional~~.
En lo que respecta al ámbito interno, como señala Hegglin, "[el1 deber de ga-
rantizar a toda persona sometida a un proceso penal un adecuado asesoramien-
t o legal, como derivación del derecho de defensa en juicio, ha sido históricamen-
te reconocido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación"27,tanto para lo que
incumbe a la asistencia letrada particular como a la otorgada subsidiariamente
por el Estado. Ya en 1941 aquel órgano judicial aludía en el conocido precedente
"Rojas Molina" al derecho a ser oído y a la exigencia de garantizar una "defensa
efectiva" 28.
Bajo esa misma perspectiva, el reconocimiento de la garantía de defensa en jui-
cio implicó remediar situaciones en las que la intervención letrada fue solo formal
o simbólica29,lo que deja al descubierto un menoscabo en el desarrollo del juicio
en paridad decondiciones respectodequien ejerce laacción pública y quien debe
soportar la i m ~ u t a c i ó ndesde
~ ~ ; sus primeras intervencionesen torno a esta cues-
tión, la Corte suprema puso el acento en el respeto hacia "un verdadero juicio
contradi~torio"~~.
36 Corte IDH, 2611 1110, cas0"Cabrera Garcia y Montiel Floresv. México", Excepción Prelimi-
nar, Fondo, Reparaciones y Costas, Serie C. no 220, párr. 156. En el mismo sentido, Corte IDH,
20111/14, caso "J. v. Perú", interpretación de la sentencia de Excepción Preliminar, Fondo, Repa-
racionesy Costas, Serie C. n0291, párr. 205.
37 CSJN-Fallos, 308:1557; 308:1386; 313:1031. Lo que cobra mayor relevancia frente a per-
sonasauetransitan el Droceso ensituación de detención.Asi.. "Illa.. asistencia iuridica eficaz inclu-
ye, enGe otras cosas, el acceso irrestricto de las personas detenidas a los pro;eedores de asisten-
cia iurídica, la confidencialidad de las comunicaciones, el acceso a los expedientes de los casosy
la disponibilidad del tiempo y los servicios adecuados para preparar S; defensa" (Principios y
directricesde las Naciones Unidas sobre el acceso a la asistencia jurídica en los sistemas de justicia
penal. Nueva York, 2013, Principio 7).
38 Binder-Ca~e-Namoradze.Defensaoenalefectiva en América Latina. 2015. D.9. En refe-
..
rencia a este cúmuio de exigencias; y como eje central de las mismas, el conoimiento efectivo y
oportuno del reproche delictivo que fundamenta la persecución penal constituye un elemento
eiencial para qu.e el derecho de defensa no devengaen una manifestación merámente formal,
quede modo alguno podría sostener la contradicciónenel proceso y, en general. el derecho a ser
oído (arts. 8O.1 y 8O.2.b. CADH). Es por esta ratón que "[ell Estado debe informar al interesado no
solamente de la causa de la acusación, esto es, las acciones u omisiones que se le imputan. sino
también las razonesque llevan al Estado a formular la imputación, los fundamentos probatorios
de esta y la caracterización legal que se da a esos hechos. Toda esta información debe ser expre-
sa, clara. integral y suficientementedetallada para permitiral acusadoque ejerza plenamentesu
Fallo ((Ruano Torresy otros v. El Salvador» 271
32 CSJN-Fallos,324:2632.
33 CSJN-Fallos, 311:2502; 319:192; 319:1496; 320354; 310:150; 321:1424; 321:2489; 327:
5095; 329:1209; 329:1794; 330:3526; 330:1016; 330:4471: 331:2520; 332:1095; 333:1789.
34 Ley 27.149, ari. 8".
35 Ley 27.149, ari. 16.
Fallo ((Ruano Torresy otros v. El Salvador» 273
derecho a la defensa y muestre al juez su versión de los hechos" (Corte IDH, 27111113, caso "J. v.
Perú", Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, SerieC, no275, párr. 288). Se trata, en
todo caso, de una garantía convencional que rige incluso antes de que se formule una "acusa-
ción" en sentido estricto (Corte IDH, 27111/13, caso "J. v. Perú", Excepción Preliminar, Fondo, Re-
paraciones y Costas, Serie C. n0275, párr. 195).
6) Deberes de contralor
42 LOque reconduce también a una garantía para el correcto ejercicio de la asistencia téc-
nica. Sobreel punto, los Principios Básicossobrela Función de los Abogadosde la ONU sostienen
que "[llas autoridades competentes tienen la obligación de velar por que los abogados tengan
acceso a la información, los archivos y documentos pertinentes que estén en su poder o bajo su
control con antelación suficiente para que puedan prestar a sus clientes una asistencia jurídica
eficaz. Este acceso se facilitará lo antes posible".
43 Corte IDH, 17/71/09, caso "Barreto Leiva v. Venezuela", Fondo, Reparaciones y Costas,
Serie C, no206, párr. 45.
Caso "Ruano Torres", párr. 168. En el caso, se habían verificado reiterados reclamos del
imputado con relación al ineficazejercicio de su defensa técnica.
Fallo ((Ruano Torresy otros v. El Salvador» 275
Dealguna manera, la Corte IDH toma nota deesta situación al sostener que "si
es evidente que la defensa pública actuó sin la diligencia debida, recae sobre las
autoridades judiciales un deber de tutela o control"45. Como se observa, se agre-
ga un requisito habilitante para que el juez pueda interferir en la relación entre
defendido y defensor con el propósito de recomponer la posible violación de la
garantía: la deficiencia debe ser evidente, término que, según la Real Academia
Española, significa "cierto, claro, patente y sin la menor duda"46.
Con ello, queda claro que no se trata de una autorización para invalidar el de-
sempeño técnico del letrado frente a cualquier acción o inacción que, a criterio
del órgano judicial, no resulta apropiada como expresión dedefensa. Elloesasíen
tanto la idoneidad de los medios para canalizar los intereses de los imputados,
quesolo devienen comprobablesenel marcodelvínculodeconfidenciaquesege-
nera entre aquellos y sus abogados, se encuentra habitualmente sujeta a múlti-
plesfactores-algunos puramente personalesdequien resiste la acusación-que
complejizan el abordaje de la cuestión.
En conclusión, nosetrata de "autorizar cualquier injerencia estatal en loscasos
que el tribunal, como observador, juzgue que, en el lugar del defensor, habría
obrado distinto, sino en aquellos excepcionales en los que hay fácticamente un
abandono de la representación o en los que la incapacidad del abogado resulta
m a n i f i e ~ t a " lo
~ ~quese
; encuentra íntimamente ligado a aquello quese entiende
por defensa técnica efectiva, temática que se tratará oportunamente.
Asimismo, es de resaltar que la Corte IDH también sostiene su posición en los
criterios establecidos por tribunales superiores de diversos Estados, entre ellos,
por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Efectivamente, esta última ha sos-
tenido en forma reiterada el deber bajo consideración, indicando que la protec-
ción de la garantía incumbe a todas las instanciasjurisdic~ionales~~.
Quedaclaroqueel objetivodeestedeber nosecircunscribea laobservanciade
la deficiencia en el ejercicio de la asistencia técnica, sino que exige adoptar las
medidas necesarias para reparar la situación y evaluar las consecuencias de cara a
la legitimidad de la investigación.
Para ello, resulta esencial tomar en consideración que "la negligencia del abo-
gado defensor no puede acarrearle perjuicios al imputado, ni se puede sancionar
López Puleio, Justicia penal y defensa pública. La deuda pendiente, en "Pena y Estado.
Defensa Pública", año 5. no 5. 2002. p. 34. Sostiene también que "el defensor no sustituye la
voluntad de su representado, ni pasa a ocupar su lugar. Porque nadie podría arrogarse la facul-
tad de ejercicio de un derecho que se estructura a partir de la idea de dignidad de la persona
humana" (López Puleio, El acceso a un defensor penal y susámbitos especialmente críticos. en
"Revista Das Defensorías Públicas Do Mercosul", no3,2013, p. 9).
Garcia, El derecho del imputado a la asistencia legal en los instrumentos internacionales
dederechoshumanos.Una visiónamericana, enl'Nueva Doctrina Penal", 200118, p. 539.
66 Maier, Derecho procesalpenal. Parte general, 201 1. t. II. p. 267.
Fallo ((Ruano Torresy otros v. El Salvador» 281
75
"Velázquez, Antonio s1Recurso de casación", causa no14.863, V. 55.XLIX.REX
76 CPPN, ley 23.984.art. 109; CPPN, ley 27.063, art.77; ley 27.149,art. 19.Asimism0, el Códi-
go de Ética del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal - d e aplicación para todos los
matriculados en el ejercicio de la profesión en CABAylo ante tribunalesfederale-establece en
su art. 19, inc. g) que el abogado debe "[albstenerse de representar, patrocinar y10 asesorar,
simultánea o sucesivamente, intereses opuestos, en la misma causa".
284 El debido proceso penal
5 8. A modo de cierre
A partir de la sentencia recaída en el caso "Ruano Torres" de la Corte IDH se
expusieron algunos de los aspectos relevantesque integran la discusión acerca de
los parámetros de efectividad de la asistencia técnica en el enjuiciamiento penal.
Sin ánimo de agotar las distintas problemáticas que pueden presentarse, las
consideraciones efectuadas por el citado órgano interamericano contribuyen a
esclarecer los estándares aplicables a la temática, a la vez que ponen en escena la
obligación de los Estados de resguardar una garantía primordial del concepto
integral de defensa en juicio.
El debido proceso penal
este tipo significaría 'restringir la amplia latitud que debe tener la defensa para
tomar decisiones tácticas', pues 'el acto u omisión de un defensor que (...) es
impropio en un caso puede ser legítimo e incluso inteligente en otro"'71.
Todo ello sugiere que, dentrodesu ámbito funcional, "el defensor puedeeva-
luar como más conveniente omitir plantear o desarrollar determinada cuestión,
aun cuando en esta se vea involucrada una garantía c o n s t i t ~ c i o n a l " ~ ~ .
En los sistemas procesales adversariales lo dicho se vuelve más visible, pues la
elección de una determinada teoría del caso como Iínea de defensa puede pres-
cindir de planteamientos jurídicos que, en términos abstractos, resultarían con-
ducentes para enfrentar la hipótesis a c ~ s a t o r i aTambién
~~. muestra incidencia en
los ejes de litigación, en la información a obtener y comunicar, en el tratamiento
de las evidencias; es que la aludida teoría "es, por sobre todas las cosas, un punto
de vista" de cómo sucedieron los hechos74,capaz de convivir con otros tantos. La
determinación de esa específica visión del caso va a encarrilar el contenido de la
asistencia técnica, de modo que solo se realizarán los actos que contribuyan a su
demostración y sedejarán de lado losque carezcan de algún significado en pos de
dicha finalidad, aun cuando desde una posición neutral pareciera observarse
algún tipo de desprotección de derechos.
En definitiva, debecompartirseque, másallá dealguna excepción a la regla, es
el contexto integral del casoel queservirá para debatir acercade laefectividad de
la defensa. Por su parte, el resultado de la persecución penal de cara a los intere-
ses del defendido será una información a tener en consideración, pero nunca un
que no podrán concurrir al debate'como estableceel art. 200del CPPN, no hay obligación
de notificación durante la instrucción y, de ocurrir y no comparecer la defensa para efec-
tuarel control correspondiente, su incorporación, en principio, tampocosevería legitima-
da en esa previsión.
En la mayoría de los casos no se da la situación de excepción y son esos supuestos los que
planteanel mayor número de conflictos. Cuandoel sumariono seencuentra en secreto, la
declaracióntestifical ante el juez de instrucción o ante el agente fiscal cuando se aplica lo
dispuesto en el art. 196 del CPPN, aunque nada obsta a que se haga, no son notificadas a
las partes. Frentea esta situación, quese repiteen infinidad desumarios, sedetecta queen
algunos casos los fiscales -incluso las querellas- solicitan que se cite a los testigos, con
notificación a la defensa, para poder incorporar luego, en el debate, esos testimonios por
lectura, lo que desnaturaliza, por un lado, el objetivo de abreviar, agilizar y hacer menos
formalista la instrucción y, en proyección, afecta la etapa principal del procedimiento, por
la oralidad e inmediación quedebe existir en el debate en lo que hace a la valoración de la
prueba quedebe ser oída en ese contexto" (voto del juez Bruzzone, al que adhiere el juez
Días).
"Reprocharlea la defensa,fuera de lossupuestos del art. 200 del CPPN, no haberconcurri-
do a una declaración testifical que le fue notificada o, como en este caso, donde no se lo
hizo, indicando que debió compulsar el expediente para, eventualmente, solicitar una
ampliación deesa declaración para confrontarla, si bien resulta un dato avalorar, es uncri-
terio que no contempla la estrategia que la defensa puede tener sobre cómo llevar a cabo
su tarea, toda vezque de asistirestaría, anticipadamente, y de acuerdoa la lógica expues-
ta,'legitimando'la incorporación por lectura de esos dichos, lo que podría ir en contra del
interés que representa, toda vezque es en la audiencia oral y pública donde el examen de
la declaración debe llevarse a cabo, frente a los jueces que habrán de dictar la sentencia"
(votodel juez Bruzzone, al que adhiere el juez Días).
"Reprocharlea la defensa que nada hizo antesdel debate para confrontar losdichosdel tes-
tigo no es pertinente, en tantofueofrecidocomo tal para el juicio, nosólo por la fiscalía [...],
sino también por el Sr. Defensor Oficial [...] lo que evidencia la intención de esa parte de
hacerloenesemomento.Sieltestigo [...] nocomparecióal juicionoesalgo reprochablea las
partes, porque se trata -hasta donde se puede analizar- de una circunstancia fortuita,
imprevista para ellas, extensiva especialmente al fiscal, que tiene a su cargo el onus proban-
di, pero que por razones igualmente ajenas a él el testimonio no pudo servalorado en la
audiencia.
[...l
Frente a esta situación objetiva, de incomparecenciadel testigo, la incorporación por lec-
tura de lo Quedeclarara en la instrucción, solicitada por la fiscalía a lo Quela defensa se
opuso, y qu'efue utilizada como prueba de cargo en ;u alegato, no es legalmente plausi-
ble .porque
. no fue debidamente controlado por la defensa "en otro momento del proce-
so"y, porello, noesaplicaciónalcaso loestablecidoenel inc. 3"del art.391 del CPPN,por
lo que la defensa lleva razón y esa prueba debe ser excluida" (voto del juez Bruzzone, al
que adhiere el juez Días).
"[Sli nose ha ofrecido a la defensa una oportunidad útil y efectiva para interrogar o hacer
interrogar a eventuales testigos de cargo que ya no están disponibles para ser interroga-
dos en la audiencia de juicio, entonces sus declaraciones no controladas por la defensa no
Fallo 2
((Torres, Juan José))
María Virginia ~arreyro*
declaracionesformuladas antes de los debates [...] no puede privar al inculpado del dere-
cho que le reconoce el art. 6: 5 3 d. de examinar o hacer examinarde manera contradicto-
ria todo elemento de prueba sustancial de cargo" ("Bracci v. Italia", 36822102, sent.
13/10/05; 55 59,60)" (voto del juez Garcia, que adhiere a la solución propuesta por el juez
Bruzzone, por su propio fundamento).
"Cómojuzgarsi enel casoel acusadoosudefensa hantenido unaoportunidad útil de inte-
rrogar o hacer interrogar en alguna etapa del procedimiento al testigo que no se presen-
ta en el juicio, es una cuestión problemática, que exige un examen tópico, porque no hay
una regulación legal exhaustiva que se refiera a la posibilidad de esa interrogación" (voto
del juez García, que adhiere a la solución propuesta por el juez Bruzzone, por su propio
fundamento).
9 1. Introducción
El caso en análisis ofrece un rico desarrollo sobre los problemas que plantea la
incorporación al juicio oral de declaracionestestimonialesdadasdurante la etapa
preparatoria del proceso penal, particularmente cuando se trata de prueba de
cargo.
Losvotos que integran la decisión -cada uno con sus matices-si bien retoman
análisis previos de la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos e,
incluso, de los propios jueces, sistematizan las reglas aplicables. Es esto último lo
que me propongo desagregar en los párrafos que siguen pues, entiendo, constitu-
ye un aporte superador al estado de la cuestión.
52. El caso
El 23 de junio de 2015, J. J. Torresfue condenado por el Tribunal Oral en lo Cri-
minal n027de Capital Federal a la pena detresaños de prisión de efectivo cumpli-
miento, como autor penalmente responsable del delito de robo agravado por su
comisión con arma, en grado de tentativa.
Los hechos, deacuerdo a la convicción a la que llegó la mayoría del tribunal dejui-
cio, habrían sucedido de la siguiente manera: el 14 de marzo de 2014, alrededor de
las00:45 horas, H. O. G. estaba esperando a su novia-en la puerta de un local de co-
midasrápidas-y fueabordado por J. J.T.,quien blandió una botella devidrio rota y
Fallo ~Torres,
Juan José» 287
pueden ser tomadas como base de la sentencia, lo que no implica necesariamente que la
sentencia que las tenga en cuenta deba ser revocada o anulada. En definitiva se trata de
examinarcuálesel peso relativoque pudieron habertenidoesasdeclaraciones para lacon-
vicción de condena.
L...]
Este abordaje se encuentra próximo al estándar designado como «sole and decisive rule»,
desarrollado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, para la aplicación del art. 6O.3
de la Convención Europea para la Salvaguardade los Derechosdel Hombrea partirdel caso
'Doorson vs. Paises Bajos'(Recueil 199611), y en su formulación másactual en la sentencia
'AIKhawaja y Taheryvs. Reino Unido'(Gran Cámara, sent. del 911 1111). Según ese estándar,
si la condena del imputado está basada solamente, o principalmente, en la declaración de
untestigoqueelacusadono ha podidointerrogaren ninguna etapa delosprocedimientos,
entonces sus derechos de defensa han sido indebidamente restringidos (sent. citada,
122124).Al respecto ha aclaradoelTEDH que, mientrasqueel término'sola'enelsentidode
'única'prueba encontra delacusado no parecedar lugaradificultadespara laaplicacióndel
estándar, el término 'decisivo'o'determinante' exige precisión. Ha dicho que'en este con-
texto decisivo (odeterminante) significa másque probatorio, significa másque eso, estoes,
auesinesa prueba laschancesdeunacondenacederían,vlaschancesdeunaabsolución pro-
gresarían' (sent. citada, § 131). De suerte que lo relevante es determinarsi se hubiese podi-
do lleqar a la convicción sobre la culpabilidad sin el uso de lasdeclaraciones respecto de las
cualeila defensa no ha gozado deóportunidad útil de control" (voto del juez~arcía,que
adhiere a la solución propuesta por el juez Bruzzone, porsu propio fundamento).
"Es útil destacaraquíque, tanto el art. 6O.3, letra d, CFDH, como losarts. 14.3, letra c, PIDCP,
y 8O.2, letra f, CADH, conceden al imputado o a su defensa un derecho de 'interrogar' o
'hacerinterrogar'a lostestigos,y nomeramente underechodecontradeciro ponerencues-
tión sus dichos por otra vía que no sea el interrogatorio. El TEDH, en el caso'Barbera, Mes-
seguey Jabardovs. España', ha sostenidocon respectoal derechodel art. 6".3.d, CFDH, que
esa disposición 'implica nosolamente la existencia, en la materia, de un equilibrio entre la
acusación y la defensa [...] sino también que la audición de los testigos debe, en general,
revestir un carácter contradictorio'(SerieA, vol. 146,O 78). A ese respecto no basta la posi-
bilidad de alegaro someter lasdeclaracionesa la confrontación crítica con otros elementos.
En otros casos el TEDH ha señalado que 'sin poner en duda que los tribunales domésticos
han llevado acabo unexamencuidadosode lasdeclaracionesdel[testigo] y handadoal pe-
ticionario una oportunidad decontestarlasen el juicio, [...] esto difícilmente puedesercon-
siderado un sustituto adecuado de la observación personal del testigo principal cuando el
testigo da su evidencia oral'('Vladimir Romanovv. Rusia', petición no41461102, 105, sent.
2417/08;'BocosCuesta v. Países Bajos', petición no54789100,O 71, sent. 10111/05; vertb.'Hul-
qui Gune$c. Turquía', 28490195, sent. 19/6/03,§ 95)" (voto del juez Garcia, que adhiere a la
solución propuesta porel juez Bruzzone, por su propio fundamento).
"De modo que, si se trata de un derecho de interrogar o hacer interrogar, que no se satis-
facecon la mera posibilidad decontestaro poner en cuestión lasdeclaraciones leidasen el
juicio, se plantea un problema específico adicional cuando la ley doméstica prevé la lectu-
ra porimposibilidaddel Estadode interrogaraltestigo.Así, ha dichoelTEDHque"el hecho
dequeel derecho nacional prevea que,frentea la imposibilidadde reiterar unacto ya rea-
lizado en el curso de las investigaciones preliminares, sean leídasy utilizadas porel juez las
El debido procesopenal
un adoquín, y lo increpó: "dame algo, plata, damealgo que estoy re jugado, dame
plata, dame t u celular, dame algo".
En respuesta, H. O. G. contestó que no le daría su teléfonocelulary que no tenía
dinero. Entonces, J. J. T. colocó el extremo cortante de la botella rota en el cuerpo
de su víctima, lo que motivó que se trabaran en una lucha en la que el imputado
arrojó el trozo de baldosa en el pecho del damnificado. Esto fue observado por el
personal policial que intervino en ese momento, impidió la consumación del robo
y secuestró tanto la piedra como la botella rota.
Para llegar a tal convicción, los jueces que integraron la mayoría, se apoyaron en
las declaraciones de los policías que intervinieron en la detención de Torres -que
ratificaron en el juicio el acta de procedimiento,aunqueadvirtieron que no habían
presenciado el intento de robo, sino una pelea entre el imputado y el denuncian-
te- y, centralmente, en la declaración dada por este último en instrucción, incor-
porada al debate en los términos del inc. 3"del art. 391 del CPPN-por decisión de
la mayoría del tribunal, pese a la oposición de la defensa del imputado-, por ha-
ber resultado imposibledar con él para quecompareciera al juicio.
Por último, se valoró la declaración indagatoria de Torres, quien reconoció al-
gunosextremos-su presencia en el lugar de los hechos, quearrojó una piedra a H.
O. G., quetenía una cerveza en la mano-, pero afirmó que no rompió la botella y
adujo queelforcejeoentreambosse había trabado a raízdeuna agresión dequien
se presentaba como víctima, y que no hubo intento de robo sino una pelea.
Al respecto, la mayoría del tribunal contrapuso estosdichos a lo expresado por
el denunciante en la etapa instructoria, y asignóaestosúltimosunacredibilidad de
la que, entendió, IosdichosdeTorres carecían.
marzo de 2014fue un intento de robo con arma, y menosaún, que J. J. T. deba res-
ponder penalmente por tal delito.
En este punto, elvoto seapoyóen lavaloración hecha por la minoría del tribunal
oral4y, por el estado de inocencia, los jueces Bruzzone y Días absolvieron al acusa-
do, por aplicación del principio in dubiopro reo (cfr. art. 3', CPPN).
una prueba de cargo, lo que podría ir en contra del interésque representa, toda vez
queesen la audiencia oral y pública donde el examen de la declaración debe Ilevar-
se a cabo.
De hecho, en el caso que nos ocupa, ambas partes ofrecieron al testigo en cues-
tión para el debate, lo cual evidencia la intención de la defensa de confrontarlo en
ese ámbito.
Si el presunto damnificado no compareció al juicio, no es algo reprochable a las
partes. Ahora bien, es el fiscal quien tiene a su cargo el onusprobandi, en tanto el
acusado goza de la presunción de inocencia.
Todoestovadicho, sin perjuiciodequeaun cuando partimosdela basedequeto-
do acusador público realiza su labor con la objetividad que le esexigible3-que se
traduce en el estricto apego y cumplimiento de la ley, guardián como es de la lega-
lidad del proceso-, la eventualidad de que un testigo acuda o no a la audiencia
constituye un imponderablequenadie, ni el fiscal, puedeanticipar.Ahora bien, des-
de la perspectiva de loselementos queel tribunal necesita para llegar a tener certe-
za, corresponde sí-tratándose de un testigo de cargo-extender a la acusación la
consecuencia de la ausencia: que, por el motivo que fuera, este testimonio no pudo
ser valorado en la audiencia.
Así las cosas, en el caso que se analiza no es aplicable lo establecido en el inc. 3"
del art. 391 del CPPN, y no resulta legalmente plausible la incorporación de la decla-
ración testimonial dada en instrucción -utilizada como prueba de cargo-en tan-
t o no fue debidamente controlada por la defensa "en otro momento del proceso":
esa prueba debe ser excluida.
Por otra parte, en cuantoa lavaloración del restodelaspruebasventiladasen jui-
cio, compuesta por la tarea de prevención llevada acabo por personal policial, que
se ratificó y testificó en juicio. En las respectivas declaraciones de los dos policías
que intervinieron, quedó claro que no recordaban nada del hecho, porque no lo
presenciaron, y solo hablaron -sin mayores precisiones-sobre una agresión física
entre dos personasy la referencia del presunto damnificado respecto dequeTorres
habría intentado robarle.
Surge, asimismo, de esas declaraciones que había otras personas en el lugar al
momento en que ellos arribaron, que inexplicablemente no fueron convocadas
como testigos. Dicha omisión no puede perjudicar al imputado.
Entonces, nos encontramosante un supuesto deduda insuperable, pues la acu-
sación no cuenta con apoyo probatorio para acreditar acabadamente la subsunción
que se le otorga al altercado que se produjo: que lo que ocurrió la noche del 14 de
Véase sobre la objetividad exigible al fiscal: Bruzzone, Proyectos de reforma del Código
ProcesalPenal de la Nación en salvaguarda deljuez imparcial, en "Cuadernos de Doctrina y Juris-
prudencia Penal", añov. t. 9-B. ps.470 y 471.
Fallo ~Torres,
Juan José» 295
Art. 6'.3, letra d. CEDH, arts. 14.3. letra c. PIDCP, y r . 2 , letra f. CADH, conf. interpretación
dada por el TEDH. en el caso "Barberá. Messegué y Jabardov. España".
CYN-Fallos, 328:3399.
El debido proceso penal
El juez García compara el criterio adoptado por la Corte en "Benítez" con el es-
tándar designado comosoleanddecisiverule, desarrollado por elTribunal Europeo
de Derechos Humanos, para la aplicación del art. 6O.3 de la Convención Europea pa-
ra la Salvaguarda de los Derechos del Hombre5, que puede sintetizarse de la si-
guientemanera: "... si lacondenadel imputadoestá basada sola mente,^ principal-
mente, en la declaración de un testigo que el acusado no ha podido interrogar en
ninguna etapa delos procedimientos, entoncessusderechosdedefensahan sido in-
debidamente restringidos" 'j.
Para fijar un estándar en este aspecto, es interesantever cómo el TEDH parecie-
ra trazar un juego de palabras, cuando en verdad aporta criterios claros para anali-
zar esta clase de conflictos, caso a caso. Así, cuando la condena está basada princi-
palmenteen este tipo de declaraciones-de manera tal quefuedecisiva o determi-
nante aesa convicción-, es porquesin esaprueba laschancesdecondenacederían,
y las chances de absolución progresarían.
Aquíesdondese puedeapreciar lo ricodel desarrollodeGarcía, ya que, según su
idea, lo relevante es determinar si se hubiese podido llegar a la convicción sobre la
culpabilidad sin el uso de las declaraciones respecto de las cuales la defensa no ha
gozado de oportunidad útilde control.
Sobre su tesis enunciada en intervenciones anteriores7, puede sintetizarse el
criterio aplicable al decir que, si no se ha ofrecido a la defensa una oportunidad
útily efectiva para interrogar a eventuales testigos de cargo que ya no están dis-
ponibles para ser interrogados en la audiencia de juicio, entonces, sus declaracio-
nes no controladas por la defensa no pueden ser tomadascomo base de la senten-
cia, lo que no implica que la sentencia que las tenga en cuenta deba -necesaria-
mente-ser revocada o anulada. En definitiva, se trata de examinar cuál es el pe-
so relativo que pudieron haber tenido esas declaraciones para la convicción de
condena.
En cuanto a la naturaleza del control que la regla asegura al imputado o a su de-
fensa, deja en claro que consisteen el derecho de interrogar0 hacerinterrogara los
testigos, y no solo el derecho a contradecir o poner en cuestión sus dichos por otra
Así las cosas, el juez García decidió absolver al acusado, por aplicación del art. 3'
del CPPN.
lo Cfr. TEDH. "Unterpertingerv. Austria". Serie A, vol. 110; "Barbera, Messegué y Jabardov.
España", Serie A, vol. 146; "Isgrov. Italia", Serie A, vol. 194-A; "Asch v. Austria", Serie A, vol. 203;
"Artnerv. Austria", Serie A, vol. 242-A; "S. N. v. Suecia", petición no34209196, sent. sobre el fondo
. . decisión
de U7102: "S. E. v. Italia", decisión sobre admisibilidad. 12/1/99; "Verdam v. Países Baios".
sobre admisibilidad, 31/8/99; "Raniolov. Italia", decisión sobre admisibilidad, 21Bl02; "Carrozov.
Italia", decisión sobre admisibilidad, 2016102. Véasetambién Comisión EDH, casos "Baeqenv. Países
Bajos", petición 16.696190. informe del 20110194; "Finkensieper v. Países Bajos", petición no
19.525192. informe 1715195. y "M. K. v. Austria", petición 28.897195. decisión sobre admisibilidad,
5/10/95. Sobre la incorporación de declaracionesescritas o de procedimientosconexos, o relaciona-
dos, véaseTEDH, "Calabrov. Italia y Alemania". decisión sobre admisibilidad. 2113102.
l1 Cfr. Fallo"Benítez" ya citado.
Fallo ~Torres,
Juan José»
5 6. A modo de conclusión
Forma parte de un cierto estado de la cuestión en materia procesal penal, que la
oralidad representa un estadio superador del proceso escrito del que ya nadie pro-
pone bajar y que es pertinente -y obligado- mirar las reglas convencionales y su
interpretación por partede lostribunales internacionalescompetentescreados por
los sistemas de protección de derechos humanos, para decidir si los procedimientos
previstos en las reglas domésticas se ajustan a los estándares mínimos de garantías
propuestos por estas para asegurar el derecho de defensa de aquellos acusados en
procesos penales.
No se discute que el juicio oral y público es la etapa principal del proceso, ni que
el imputado tiene derecho a proponer, a controlar la producción y a alegar sobre la
prueba que el tribunal valorará en su decisión.
Sin embargo, no son unívocos los criterios para determinar, en las situaciones
concretas, en qué consiste exactamente, o qué alcances tiene ese "control".
Puntualmente, la aplicación del inc. 3" del art. 391 del CPPvernáculo es proble-
mática.
Un ejemplo claro de ello lo constituye el voto mayoritario del tribunal oral que
condenó a Torres por entender que estaba garantizado el derecho a controlar la de-
efectosdel debido proceso a esa etapa previa, que no puede quedar al margen de
la tutela pública traducida en la observancia de derechos y garantías.
Si entendemosqueel Estadodederecho implica el reconocimientoy la protección
de los derechos de los seres humanos -por supuesto, también de las personas co-
lectivas-~ la limitación y ordenación de los poderes del Estado, en el marco de la
actuación legítima deeste propia de una sociedad democrática, podremosconcluir
que la observancia del debido proceso se halla en el centro mismo del Estado de de-
recho. Esinstrumento, condición, medio para lavigenciaefectiva del Estadodedere-
cho, en la medidaen queatiendea lasexigenciasmencionadas:tuteladelosderechos
de las personas y contención del poder público en el espacio de sus atribuciones
legítimas.
mas que será necesario remover o resolver adecuadamente. Esta es una de las tar-
eas más importantes del proceso de recepción en marcha. Pero también ha habido
pasos adelante, que muestra una renovada disposición por parte de los órganos
nacionales de justicia. De ello es ejemplo el "iberoamericano de actuación judicial
para mejorar el acceso a la justicia de personas con discapacidad, migrantes, niñas,
niños, adolescentes, comunidades y pueblos indígenas" (2014).
Muchos altos tribunales han señalado clara y directamente que la jurispruden-
cia dela Corte Interamericana esvinculante en el plano interno, y no pocos han re-
conocido queesafuerzavinculante-que establece lo que en otraslatitudessede-
nomina la "cosa interpretadau- provienede la autoridad conferida al órgano in-
ternacional intérprete del tratado -que de esta suerte adquiere la condición de
órgano supranacional- y se recoge en los diversos pronunciamientos de aquel a
propósito de las disposiciones sujetas a interpretación y aplicación, que tienen vi-
gencia regional (todos los Estados Partes en la Convención internacional). Esto im-
plica el carácter vinculante de los criterios jurisprudenciales que figuran tanto en
las opiniones consultivas como en las sentencias dictadas por la Corte Interameri-
cana. En este sentido avanza la jurisprudencia interna, aunque todavía no se haya
logrado la uniformidad y la aceptación que son condiciones para la formación de
un verdadero jus commune de los derechos humanos.
imputados, las víctimas y otros agentes del proceso "efectivo", que pudiera con-
vertir en "irreal" al proceso concebido en la oficina del gobernanteoen el gabine-
te del académico. Mientras llega la siguiente reforma.
Ciudad Universitaria,
México, mayo 2016
-4
Fallos
fundamentales
l. PRUEBATESTIMONIAL. INCORPORACIÓN POR LECTURA
1. TEDH, 15/12/15,
i<Schatschascwiliv. Alemania))
"De acuerdoa los principiosdesarrollados en el ca- al evaluar la credibilidad de los testigos, también
so'Al-Khawaja andTaheryv. Reino Unido'es nece- se refirió adistintosaspectosdesu conductaen re-
sario examinaren tres pasos la compatibilidadcon lación a sus declaraciones. Tomó en consideración
el art. 6O.1 y 3.d)de laconvención de aquellos pro- el hechodequelostestigos no habianreportadoel
cedimientos en donde las declaraciones de testi- delitoala policiainmediatamentey que habianes-
gos no presentes y controlados en el juicio se utili- tadoausentes durante el juicio sin una excusaváli-
zancomoevidencia. LaCorte debeexaminar: 1)si da. Consideró que habia explicaciones para tal
existía una buena razón para la no asistencia del conducta -v. gr., los testigos tenían miedo de te-
testigoy por lotanto para la incorporación por lec- ner problemas con la policiao de actos devengan-
tura de sus dichos; 2) si la prueba brindada por el za de los perpetradores, y su intranquilidad sobre
testigo ausente fue la base única y decisiva para tener que rememorary ser interrogados a propósi-
fundar la sentencia de condena. y 3) si existiansu- to del delito-que no afectaron su credibilidad"
ficientes factores de compensación, incluyendo (párr. 149).
fuertes garantías procesales, para compensar las "En vista de lo expuesto, la Corte considera que la
desventajas de la defensa" (párr. 107). Corte Regional examinó la credibilidad de los tes-
"LaGran Cámara(...)consideraque laausenciade tigos ausentes y la fiabilidad de sus declaraciones
buenas razones para la inasistencia de un testigo de un modocauteloso. Nota que, en esecontexto.
no puede, porsimisma,serconclusiva de la injusti- la tareade rever elabordajeque ha hechoeltribu-
ciadel juicio.Ahora bien, lafaltade una buena ra- nal dejuicioa laevidencia no probadaesfacilitada
zón para la ausencia de un testigo de la Fiscalía es por el hecho de que la Corte Regional, como es
un factor muy importante para poner en la balan- usualen unsistemadederechocontinental.diora-
za al momento de considerar la justicia del juicio zones para suvaloración" (párr. 150).
en términos genéricos y que puede inclinar la ba- "A pesar de esto, lasautoridades fiscales nodieron
lanza a favor de encontrar una violación del art. al peticionario la oportunidad -que podrian ha-
6O.l y 3.d)" (párr. 113). berle dadobajo lasprevisionesdelderechodomés-
"Lacorte( ...) no puedesino notarque0.y P.fueron tico-de interrogara lostestigos0.y P.en laetapa
los únicos testigos del delito en cuestión (párr. 144). de investigación através de un abogado que lo re-
"LaCorteobsewaque lacorte Regional[alemana], presente.Al proceder de este modo, asumieron el
El debido procesopenal
riesgo previsible, que luegose materializó, de que por medio de su defensa, constituye una impor-
ni el acusado ni su defensa tuvieran oportunidad tante salvaguarda procesal del derecho de defen-
de interrogar a O. y P. en ninguna etapa del proce- sa del acusado, cuya ausencia tiene un gran peso
dimiento" (párr. 160). en la balanzaal momentode examinar la equidad
"Alevaluar la legitimidaddeljuicio, IaCorteconsi- generaldel procedimientodeacuerdoalart.64 5 5
derará losfactoresdisponiblesquevistos en totali- 1y 3.d)"(párr. 162).
dada la luzdelefectoque la evidencia provista por "Es cierto que el tribunal de juicio evaluó la credi-
O. y P. fue decisiva para la condena del peticiona- bilidad de los testigos ausentes y la fiabilidad de
rio" (párr. 161). sus declaracionescuidadosamente,intentando asi
"LaCorteobservaqueeltribunaldejuiciotuvoan- compensar la falta de contraexamen de los testi-
te s i alguna evidencia incriminatoria adicional en gos, y que el peticionario tuvo la oportunidad de
relación al delito respecto del cual fue hallado cul- dar su propia versión de los hechos en Gottingen.
pable el peticionario. Sin embargo, la Corte nota Sin embargo, en vista de la importancia de las de-
quenose hatomadocasi ningunamedida procesal claraciones de los únicos testigos presenciales del
paracompensar Iafaltadeoportunidaddecontra- delito por el cual fue condenado, lasmedidascom-
examinar a los testigos en el juicio. Desde la pers- pensatorias tomadas fueron insuficientes para
pectiva de la Corte, otorgar al acusado la oportuni- permitir una evaluación justa y apropiada de la
dad de interrogar a lostestigos claves de lafiscalia credibilidad de la evidencia no probada" (párr.
por lo menos en alguna etapa anterior al juicio, 163).
"La Corte consideraque, en estas circunstancias, la nas de ellas. para esclarecer las versiones contra-
ausencia de una oportunidad para que el peticio- dictoriassobre la privación de lavida, generó una
narioexamineo hayaexaminadoa lostestigos 0 . y carencia de elementos técnicos certeros e impres-
P. en cualquier etapa del procedimiento hizo que cindibles ante dichas versiones y no procuró ge-
el juicio. generalmente considerado, fuera injus- nuinamente el esclarecimiento de toda la verdad
to" (párr. 164). de lo ocurrido, incidiendode manera determinan-
"Concordantemente, hubo una violación del art. te en la calificación de los hechos contenida en el
6". 55 1 y 3.d) de la Convención8'(párr. 165). voto de la sentencia al que se otorgó carácter de-
"En el presente (...) la investigación penal no re- finitivoendicho procesoy, porendesenlamotiva-
vestia complejidad alguna puesto que estaban ción de la misma. En este sentido, el tribunal en-
plenamente identificados el autor de los hechos y cuentra que el Estado es responsable por la falta
la victima, así como el lugar donde ocurrió el he- de debida diligencia en la investigación de los he-
cho. Por ello, másallá de que en efecto hayan sido chos relacionados con el presente caso" (párr.
practicadas determinadas diligencias probatorias 143).
(autopsia. reconocimientodel lugarde los hechos. "[Lla Corte constata que el caso no revestia com-
declaraciones de testigos), en este caso la debida plejidad alguna, puesestaban plenamente identi-
diligencia en la investigación debeevaluarse en re- ficados el autor y la victima del hecho, asi comoel
lación con la necesidad de determinar laveracidad lugardondeocurrió. El proceso penal seguidocon-
de las versiones consideradas en el marco del pro- tra el policia autor de los hechos no se trataba de
cesosobre loocurrido,esdecir,si permitió unescla- un caso en donde existiera una pluralidad devicti-
recimiento judicial de los hechosy unaeventual ca- mas o autores ni involucraba aspectos o debates
lificaciónjuridicade los mismosacordecon losuce- juridicos que justificaran un retardo de más de
dido8'(párr. 139). nueveañosen razónde lacomplejidad del asunto.
"La Corte considera que la ausencia de las referi- Asimismo. los hechosfueronconocidos inmediata-
dasdiligencias, o la realización deficientede algu- mente porel Estadoy elautordeldisparofue iden-
Fallos fundamentales
II. ARREPENTIDO
"[Lla disposición legal estatuye una reducción pu- servancia de los principios rectores propios del Es-
nitiva en favor a aquellos imputados que colabo- tado democrático de derecho, al grave y pernicio-
rencon lasinvestigacionesde los hechosinvestiga- so protagonismo que en la sociedad contemporá-
dos u otros conexos, aportando información útil y nea poseen distintos grupos criminales dedicados
pertinente.seaque permitael progresode las pes- a delitos tales como los que se investigan en esta
quisas, sea que posibilite el secuestro de bienes o causa.
sustanciasen infracción a la ley deestupefacientes. La acción de estas bandas-entre las que se des-
Dicha disposición reconoce su origen en la necesi- tacan, por su organización. los recursos que ma-
dad de utilizar las herramientas que -dentro del nejan y el grado de violencia que despliegan.
marco constitucional estrict-ofrecen las moder- aquellas que tienen entre sus actividades habi-
nastécnicasde investigación para enfrentarunde- tuales el comercio ilicito de estupefacientes, y el
lito de significativa gravedad y trascendencia so- tráfico de seres humanos para su explotación se-
cial,como lo esel tráfico ilicitodeestupefacientes, xual o laboral- ha generado la reacción de la co-
en susdistintas modalidades. munidad internacional. que en forma cada vez
[E][ legislador ha establecidoque frente adetermi- más notoria alerta sobre los riesgos queentrañan
nadascircunstanciasel tribunal interviniente pue- estosgrupos para la pacificaconvivenciade los in-
da aplicar una sanción morigerada -o incluso dividuos.
prescindircompletamentedeella-, noconstituye Es precisamente en esa convicción, que existe un
sino el ejerciciode las prerrogativas que la Consti- consenso generalizadoenorden a la necesidad de
tución Nacional le acuerda al Congreso de la Na- enfrentar esta problemática con herramientas efi-
ción como representante de la soberanía popular caces para la lucha contra el crimen, que permitan
para la sanción de leyes de naturaleza penal, y la penetrarenelvelode intimidadenel que lasorga-
consecuente determinación de las penas que en nizaciones criminales desarrollan sus actividades,
cada caso corresponde aplicarse. naturalmente ocultas y clandestinas.
De alli que no pueda ser cuestionable la utiliza- Es asi que técnicas de investigación tales como la
ciónde la referidapotestaddemanerataldefavo- utilización de agentesencubiertos. métodos devi-
recer que las personas que poseen información gilancia electrónica y la utilización de estimulos
valiosa decidan libre y voluntariamenteaportarla punitivos para aquellas personas que estando in-
a los órganos del Estado encargados de la lucha volucradas en sucesos delictuales opten luego por
contra el crimen, cuando en definitiva tales pre- prestar colaboración a las agencias encargadas de
rrogativas son discrecionales y ajenas -salvo en hacer cumplir la ley, se han constituido en formas
supuestos de excepción al escrutinio jurisdic- de llevar adelante las pesquisas que son estlmula-
cional. das por el concierto de las naciones. ello en el en-
La norma en estudio, además, se inscribe dentro tendimiento generalizado que lasmismas noafec-
de un conjunto de disposiciones legales que se tan ni restringen los derechos y garantías de las
vinculan a la necesidad de dar respuesta, con ob- personas sometidas al proceso.
Fallos fundamentales 323
"[EII primer acto del juicio que contiene a su vez ciones (impulso estatal y control jurisdiccional).
una pretensión de impulsar el juicio por parte del Conformea loexpuesto [sostengolque no hay du-
Ministerio Público y un control jurisdiccional de das en el caso que. entre la fecha de comisión del
esa pretensión, es el acto de apertura del debate. hecho y el momentoen quese hizolaapertura del
puesél importauncontrol previodela requisitoria juiciotranscurrióel plazodedoceañosexigido por
fiscal y comprendeasíen susignificadoambasfun- la ley" (voto del juez Magariños).
Fallos fundamentales 325
Asi, aún hoy, pueden perfilarse dos grandes gru- queen "Demaria" la Corteespecificamente señaló
pos:quienessostienen latesisampliay los que pos- que era incorrecta, por locual no resultaaplicable
tulan la restrictiva. Para la primera, casi cualquier al caso
acto procesal tiene el poder de interrumpir el cur-
so de la prescripción de la acción penal (auto de d. Por nuestra parte, en otros precedentes mien-
procesamiento, citación a juicio, fijación de fecha tras cumpliamos otra función jurisdiccional4, se-
de debate, declaración de rebeldía, por citaralgu- ñalamos que la ley 25.990 era más benigna frente
nos ejemplos). Por su parte. la tesis restringida, a las interpretaciones que abarcaban otros actos
postulada principalmente por Zaffaroni, resuelve procesales (por ejemplo, la declaración de rebel-
la cuestión mediante la interpretación estricta de dia). Además, esta nueva ley fijaba con certeza la
la palabra 'secuela', según esta posición. lo único cuestión. Enestemismo sentido, lacorte Suprema
quequeda después del desarrollode un juicio es la en el caso "Demaria" citado afirmó "...que loan-
sentencia, por lotanto, la única secuela admisible teriormente expuesto otorga el marco interpreta-
es la sentencia condenatoria no firme. Esta inter- tivo del concepto 'secuela del juicio'. a lo que de-
pretación fue receptada por la Sala II de la CNCPy ben sumársele los términos de la reciente ley
desechada por la CSJN en el caso "Demaria" (D. 25.990, modificatoria del art. 67 del CP, párrs. 4"y
749.XLVlll, del 8/4/14)...". 54 a la que esta Corte consideróde maneraexplici-
ta como más benigna (CSJN-Fallos, 328:4274) que
c. En el presentecaso, lasdiferentes interpretacio- poneenevidenciaellimiteeneldesarrollode late-
nes propuestas pueden resumirse del siguiente máticaaquiabordada,entantosineliminar la idea
modo: de laexistencia de actos interruptores de laacción
penal consagra una enumeración taxativa de cuá-
l. La Fiscalia postula que resulta innecesaria la dis-
lesson los que asumen tal naturaleza, superándo-
cusión en torno a qué ley aplicar pues, según su
se asi la imprecisión que laanterior ley podria pre-
opinión, de aplicar la ley 25.990 o su versión ante-
~entar"~.
rior, laacción penal nose encuentra prescripta.
De esta manera. descartada la interpretación pro-
II. Eltribunaldeméritoadhirióa loquedenominó puesta porladefensay encoincidenciaconlaplan-
una "tesis intermedia" respecto del alcance que teada por los colegas de la instancia anterior, en-
debe otorgársele a los actos que constituyen se- tendemos que en el caso debe aplicarse la ley
cuela de juicio. Estasolución coincide con la adop- 25.990 loque conduce a rechazar el recursode ca-
tada por ley 25.990, por locual, bajocualquierade sación en este punto.
ambas reglas, la acción penal no ha prescripto, en
tanto el último acto interruptor de la prescripción 2. Laviolación de la garantía del plazo razonable
fue la citación de las partes a juicio, del 19 de di-
Tal como hemos resumido, el segundo agravio de
ciembrede2006(fs. 3128).
la defensa se dirige a reclamar la vulneración del
III. A su turno, la defensa ha postulado la aplica- plazo razonable (cfr. punto II, c).
ción de la interpretación restringida del concepto
de secuela de juicio, en los términos planteados a. En trabajos anteriores y sentencias6, nos referi-
porZaffaroni. mos al tema y destacamosque en los últimos años
Con respecto a esta última interpretación, en el la discusión acerca del plazo razonable de dura-
mismo precedente "Melián Massera",destacamos ción del proceso penal adquirió nuevo vigor, pro-
desde la perspectiva de la prescripción y del plazo de duración razonable del procesopenal, en "Cuader-
nos de Doctrinay Jurisprudencia Penal.Casación",Año4, n04, p. 193 y siguientes.
Véanselos casos "Fregosini" y "Moyano", del 10B/05, Tribunal de Juicio en lo Criminal Distrito
Judicial Norte, Tierra del Fuego, registros nros. 5 y 6, folios 44/47 y 48/50, respectivamente, protocolo
2005.También "Juárez", del 11/8/05, reg. no28,folios41U414, entremuchosotros.
5 Consid. 14, sentenciacitada.
Cfr. Sarrabayrouse, La duración razonable delprocesopenalyla distinción entreplazosordena-
toriosy perentorios:¿ una forma de tornar inoperante la garantía? Un análisisa partir de la legislación y
324 El debido proceso penal
III. El recurso fue declarado admisible por la Sala cales'Maraha','Scorpions'y 'Lilit', oaledañas(esel
deTurnodeesteTribunal (fs. 29). caso del comercio'Sheila'), se desarrollaban, habi-
IV. En la audiencia prevista en los arts. 454 y 465 tualmente, prácticas sexuales a cambio de un pre-
cio, entre las meretricesy clientes, por las cuales el
bis. CPPN (fs. 34), compareció el defensor particu-
acusadoluan José Pérez cobraba el cincuenta por
lar de Pérez, doctor Rodrigo Leandro González,
ciento de lo recaudado por las mujeres que'traba-
quien, sustancialmente, reprodujo los argumen-
jaban' en sus locales (...) Estos hechos fueron de-
tos plasmados en el recursodefs. 14/22.
tectadosel 19/6/01,fecha en la que se iniciaran es-
V. Finalizada la audiencia, el tribunal pasó a deli- tasactuaciones, aunquetodo indica que dichasac-
berar, en uso de la facultad que otorga el art. 455, tividades se venían desarrollando con anteriori-
último párrafo, CPPN, de todo lo cual se dejó cons- dad. Finalmente,fue con losallanamientos practi-
tancia en el expediente. cados el 15/9/01 cuando se corroboraron tales ex-
Efectuada ladeliberación y conformea lo allideci- tremos ...".
dido, el tribunal resolvió del siguientemodo. El hecho asi descriptofue calificado como promo-
ción y facilitación de la prostitución de mayoresde
Considerando: edad previsto en el art. 126 del CP, cuyo plazo de
El juezSarrabayrouse dijo: prescripcióndeacuerdoal máximode la escala pe-
nal aplicable, opera a los diez años.
1. La prescripción de laacción penal En cuanto a lafecha de comisión del hecho, según
a. El hecho atribuido, su calificación legal y la fe- hemosvistoy de acuerdo con lo dicho en el reque-
cha de comisión. rimientotranscripto, los lugares donde se habrian
De ac~erdocon el req~erimientode elevación a cometidoioss~cesosf~erondetectadosel19dej~-
j ~ i c i odefs.3076/3088, re le i m p ~ t a "... J ~ aJosé
n nio de 2001. aJnqJe yaoc~rriancon anterioridad.
Pérez haber promovidoyfacilitado la prostitución
de mujeres mayores de dieciocho años de edad. b. En el caso "Melián Massera"', hemos de abor-
mediando abuso de relación de poder, violencia y dar lacuestióndecuál es la ley aplicable para defi-
amenazas, ello con la colaboración indispensable nir los supuestos que interrumpen el curso de la
de Pablo Daniel Cabrera, Julio Ariel Ledesma. Raúl prescripción de la acción penal: si lavigentealmo-
Ricardo Galván, Fernando Marne Correas, Alicia mentode los hechos investigados (ley 25.188) o la
Esther Rodriguezy Fernando Enrique Sirimarco. sancionada con posterioridad (ley 25.990) y qué ac-
"Asi al nombrado Pérezse le atribuye haber mon- tos debían considerarse con esa capacidad inte-
tado y administrado distintas casas de tolerancia rruptora. Se trató de definir entonces qué se en-
enmascaradas a modode pub, en lascuales las mu- tendía por "secuela de juicio".
,ieres oue , 'trabaiaban' allí v clientes consumaban Previo a adentrarnos a la cuestión señalada, reco-
actos sexjaies dentro de ,os locales, en j n a finca rrim0S Orevemente .aevo.J~iÓnlegislativa del in5-
lindera o en ~naaledaña. t i t ~ t de
o la prescripción2y .Jego nos centramos en
"Es decir Pérez regenteó seis 'casas de tolerancia' la interpretación otorgada por los tribunales al
ubicadas en distintossectores deesta ciudad, asa- término "secuela de juicio".
ber: 'Sheila', sitoen Av. Sánez 1363; 'Marilyn' ubi- Sostuvimos que esta expresión "...fue interpreta-
cado en Av. Ricardo Balbin 4785; 'Maraha' sito en da por la jurisprudencia tanta cantidad de veces
Av. Juan B. Justo 5152; 'Scorpions' emplazado en como debió aplicarse la regla en el caso concreto,
Av. Juan B. Justo 5553; 'Lilit'sito en Av. Rivadavia al puntoque algunosautores consideran inconsti-
8823, y 'Betty Boop' ubicado en Echaurri 1551. tucional el art. 67 del CP, según ley 25.188, porque
"Cabe destacar que en el interior de tales comer- en este aspecto vulneraría el mandato de certeza
cios oen fincas linderas. como en el caso de los lo- derivado del principio de legalidad (art. 18, CN)3.
Sentencia del 3/9/15, reg. no415/15, Sala II, jueces Bruzzone, Sarrabayrousey Morin
Véase punto2 del precedente antescitado
Cfr. Pastor, La Casación nacionaly la interrupción de la prescripción por actos del procedimiento
¿Uncasode tensión entre la cienciay la praxis?, en "Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Penal". Año
2, no3, ps. 209 a 232; FinkelsteinNappi, Eleterno retorno delindescifrable enigma de la secuela deljuicio
El debido proceso penal
ducto, por un lado, de la lentitud crónica que pa- rodedias, mesesoaños"("Kipperband", CSJN-Fa-
dece la administración de justicia en casi todas las Ilos, 322:360; "Barra". CSIN-Fallos, 327:327. entre
latitudes; y por el otro, del surgimiento de nuevos otros).
trabajos que expusieron los alcances de este pro- En virtud de esa indeterminación inherente a la
blema, lo desentrañaron y propusieron diversos garantia, la Corte haestablecidoque, afin deveri-
caminos para superarlo. ficar si en el caso concreto el derecho se ha visto
Afin de aproximarnosa unadefinición del concep- afectado, se debe tomar como estándar el criterio
to, debemos entender al plazo razonable desde adoptado por la Corte lnteramericana de Derechos
dosperspectivas:como un presupuesto procesal (o Humanosconformeal cual "... el concepto de pla-
un impedimento), el cual frente a su comproba- zorazonablealquese hace referencia enel art. 8",
ción torna inadmisible todo el procedimiento y inc. l o d e la CADH. debe medirse en relación a una
como unagarantiaconstitucionaldel poder.del Es- serie de factores tales como la complejidad de la
tadoa partir de las disposiciones contenidasen los causa, la conducta del inculpado y la diligencia de
tratados internacionales de derechos humanos las autoridades competentes en la conducción del
con jerarquía constitucional (arts. 75, inc. 22. CN; proceso ..." (casos 11.245. resuelto el 1/3/96, párr.
7°.5y80.1,CADH;90.3y 14.3.c,PIDCP). 111 y "López Alvarezv. Honduras", del 1/2/06) ..."
Una vez afirmado el carácter que reviste el plazo (cfr. CSJN-Fallos. 330:3640, entre otros).
razonable, el punto siguiente es el de establecer De esta manera, se estableció un criterio coinci-
qué alcance tiene, es decir, cuál es concretamente dente con los informesde la ClDH en loscasos"Gi-
eltérminoque abarcay cumplecon elmandatode ménez", "Bronstein" y "Garcés Valladares" suma-
realizar el proceso penal dentro de un plazo razo- do a la jurisprudencia de la Corte lnteramericana
nable. Si bien es cierto que resulta muy dificultoso (casos "Genie Lacayo", del 29/1/97; "Suárez Rose-
crear una reglaante lafaltade una previsión legis- ro", del 12/11/97) donde "la complejidad del ca-
lativa general. intentaremos construirlaa partir de so". "la conducta del inculpado" y "la debida dili-
las distintas pautas que pueden extraerse de la ju- gencia de las autoridades judiciales" resultan cri-
risprudencia marca por la Corte Suprema de Justi- terios adecuados para medir el tiempo razonable
cia. de duración del proceso penal7.
En esa línea, nuestro más AltoTribunal examinó la Por su parte, si bien el CPPN contiene diversas re-
cuestión por primera vez en el fallo "Mattei" glas que establecen los plazos en que deben dic-
(CSJN-Fallos, 272:188). donde se reconoció el fun- tarse ciertos actos o cuánto dura la instrucción, y
damento de los principios de progresividad y pre- leyes especiales han establecido un término de
clusión en la necesidad de lograr una administra- duración de la prisión preventiva, lo cierto es que
ción de justicia rápida dentrode lo razonable, evi- el ordenamiento procesal carece de una regla ge-
tando que los procesos se prolonguen indefinida- neral que regule el plazo razonable. Por esta ra-
mente. zón, su fijación dependeráde lascaracteristicasde
Luego en diversos precedentes, sostuvo que "la cada caso particular, solución a la que está conde-
propia naturaleza de la garantia de ser juzgado nado el plazo razonable mientras no se lo fije le-
en un plazo razonable impide determinar con gislativamente.
precisión a partir de qué momento o bajo qué cir- En el mismo precedente "Melián Massera" citado,
~~nstanciascomenzaria a lesionarse, pues ladura- el juez Bruzzone enumeró distintos precedentes
ción razonable de un proceso depende en gran donde la Corte Suprema concluyó que la garantia
medida de diversas circunstanciaspropias de cada habiasidoviolada, loque permiteestablecerel pa-
caso, por lo que el derecho a ser juzgado sin dila- rámetrode razonabilidaddeduracióndel proceso
ciones indebidasno puedetraducirse en un núme- penal.
la jurisprudencia de Tierra delFuego, en "Revista Juridica UCES", 2011, ps. 212 a 227; caso "Sandoval",
del 1814111, reg. no 10, t. I,folios 61/65; "Filosa", del 13/2/08, reg. no24,folios301/307, entreotrosprece-
dentes.
Los casos son los siguientes: tuyendo la doctrina actual de la Corte respecto de
a) "Oliva Gerli", sentencia del 19/10/10, CSJN-Fal- esta cuestión.
los, 333:1987. Hecho: importación irregulardedos Como puede advertirse, la doctrina establecida
por la Corte se asentó sobre supuestos de hecho
máquinas retorcedoras de hiladosy un sistema de
que presentan una doble calidad: casos en los que
computación. Duración del trámitede la causa: 18
el trámite del proceso se extendió durante un lar-
años.
go tiempoy de sencilla investigación.
b) "Barroso", sentencia del 31/8/10, CSIN-Fallos,
333:1639. Se trataba de un hecho de robo con ar- 3. El presentecaso
mas. El procedimiento recursivo se habia extendi-
do por 10 años. Para responder el planteo efectuado por la defen-
sa. debemos realizar un repasodeldesarrollo de la
C) "Bobadilla", sentencia del 24111/09. CSJN-Fallos, presente causa:
3322604. Hecho: homicidio en riña. Duración del
proceso: 16 años. a) La causa se inició el 19 de junio de 2001 (fs. 1) y
el 13 de marzo de2006se declaró clausurada la ins-
d) "Santander",sentenciadel28/10/08,CSJN-Fallos, trucción (fr. 31 14).
331:2319. Hecho: roboconarmas. Duracióndel pro-
ceso: 15 años. b) El19dediciembrede2006,anteelTribunalOral
en lo Criminal no9, se citó a las partes a juicio (fr.
e) "Cuatrin", sentencia del 8/4/08, CSJN-Fallos, 3128).
331:600. Hecho: importación irregular de unvehi-
culo con franquicia para discapacitados. Duración C) El 18 de julio de 2007, el fiscal general ofrece
del proceso: 15 años. prueba 4 e n t o sesenta y ocho testigos- (fs.
319113197). Correctamente notificadas, lasdefen-
f) "Acerbo", sentencia del 21/8/07, CSJN-Fallos,
sas ni losimputadosofrecieron prueba. Noseorde-
330:3640. Hecho: importación irregular de un au- nó la realización de una instrucción suplementaria
tomóvil. Duración del proceso: 15 años. en los términos del art. 357 del CPPN.
g) "Egea". sentencia del 9/11/04, CSJN-Fallos, d) El 11 demayode2009sefijófecha dejuiciopa-
327:4815. Hecho: once operaciones presuntamen- ralos dias 21,22,23 y 24deseptiembre de ese año
te fraudulentas cometidas en perjuicio de un ban- (fs. 3202/3205). Entre el 18 de julio de 2007 y el 11
co. Duración del proceso: 16 años. de mayo de 2009, obra un oficio del Juzgado Na-
h) "Barra", sentencia del 9.2004, CSJN-Fallos, cional en lo Criminal de Instrucción no 14 quesoli-
327:327. Hecho: maniobras fraudulentas cometi- cita la causaadeffectum videndietprobando, re-
dasen perjuiciodeahorristas(noseespecificacan- mitida el 21/8/08 y devuelta el 10/9/08.Actosegui-
tidad). Duración del proceso: 14 años desde la ini- do, se fija la audiencia recién reseñada, la cual pre-
ciación~11 desdeel inicio hasta laacusaciónfiscal; veia la participación de sesenta y seistestigos.
a la hora de resolver, todavía no habian concluido e) El4deseptiembrede2009,luegodealgunasdi-
lostraslados a las defensas (Código Obarrio). ficultades para notificar a los imputados, "...por
i) "Amadeo de Roth", sentencia del 4/5/00, CSJN- cuestiones de orden interno del tribunal ..." se
Fallos,323:982. Hecho: lesionesculposas. Duración postergóla realizacióndeljuicioparalosdias9,10,
del proceso: 18años(la imputada habia estado re- 11 y 12demayode2010(fs.3267).
belde lamayor parte de ese lapso). f) El 9 de marzo de 2010 se suspendió el debate a
j) "Kipperband".sentenciadel16B/99, CSJN-Fallos, pedidodelfiscal Alberto RuiIópez(fs. 3350)y laso-
322361. Hecho: estafasmediante el usode pagarés licituddesuspensióndeljuicioa prueba planteada
falsificados(noseespecificacantidad).Duracióndel por cinco imputados (no de Juan José Pérez; fr.
proceso: 11 años desde su inicio hasta la acusación 3351).Conanterioridad, laProcuraciónGeneralde
fiscal y aún no habian concluido los traslados a las la Nación habiadesignadoen lugardelfiscalgene-
defensas(Códig0 Obarrio). Se debedestacar que en ral Julio César Castro a la doctora Alicia Ana Ben-
este caso la Corte no hizo lugar al planteo de pres- sousan. Luego, el fiscal general solicitó la avoca-
cripción porviolación del plazo razonable, pero los ción del de instrucción, pero esto pidió al tribunal
juecesquequedaronenminoria-Fayt,Bosserf Pe- de juicio que no se hiciera lugar (véase los oficios
tracchi y Boggian* sentaron allí las bases de lo defs. 331813319 y la presentación de fr. 3321B326
que. con una integración diferente, terminóconsti- y siguientes).
328 El debido proceso penal
ponden a otros factores; del mismo modo, los pe- Consideramosasique en el caso hasidovulnerada
didos de suspensión del juicio a prueba y los plan- la garantía del plazo razonable.
teos de prescripción de la acción formulados con
anterioridad, tampoco los efectuó este imputado 6. La forma de hacer valer el plazo razonable es
(véase puntos 3, f,g, h. 1, r). considerarextinguida laacción penal porprescrip-
Con respecto a la "debida diligencia de las autori- ción, pues en este caso concreto el tiempo que ha
dades judiciales" surge que la tramitación de la durado el proceso excede el marco de razonabili-
causa tuvo períodos de inactividad prolongados: dad establecido por la Constitución Nacional y el
véase el lapso transcurrido entre el ofrecimiento derecho internacional. En consecuencia, debemos
de prueba y la primera fijación de audiencia (pun- dictar el sobreseimientode Juan José Pérez (resul-
tos3,cyd:másdeunañoy nuevemeses)yentre los tan aplicables analógicamente los arts. 336, inc. lo
indicados como r y S, más de un año y dos meses. y 361, CPPN). Enestesentido, el plazo razonablees
Asimismo.durante2012, noseadviertequelacau- un presupuesto procesal cuya inexistencia se tra-
sa tuviera movimiento (véase fr. 390013904). duce en lafalta deacción para continuar adelante
Como puede apreciarse. las demoras en la trami- con la persecuciónpenal.
tación de la causa, en particular durante la etapa Finalmente, queremos destacar que nose tratade
del juicio, no se han debido a la complejidad del distribuir culpas o inculcar formas de trabajo a
asunto, sino a otras razones vinculadas con pro- nuestroscolegas.Quizásel problema radique en la
blemasfuncionales: discusiones entre los fiscales necesidad de una reorganización de la administra-
que debían intervenir en el proceso, suspensión ción de justicia y una reforma procesal que permi-
de audiencias de debate fijadas por razones aje- ta, entre otras cosas, agilizar el proceso penal.
nas al imputado, planteos realizados por otros Por las razones expuestas, proponemos a nuestros
acusados. colegas, hacer lugar al recurso de casación inter-
En el punto, corresponde analizar el argumento puesto porladefensa,casar lasentenciadefs.9113,
sostenido por los colegas de la instancia anterior, declarar extinguida la acción penal por prescrip-
en cuanto señalaron que el Convenio para la Re- ción en relación con Juan José Pérez y dictar su so-
presión de la Trata de Personas y de la Explotación breseimiento.Sincostas(arts.336, inc. 1:361,456,
de la Prostitución Ajena (ratificado por ley 14.467). inc. 13465 bis,470,530y 531, CPPN).
la Convención sobre la Eliminación de Todas las Tal es nuestrovoto.
Formas de Discriminación contra la Mujer (con je-
rarquía constitucional, art. 75, inc. 22, CN), y la La jueza Garrigós de Rébori dijo:
Convención lnteramericana para Prevenir, Sancio- Dos son los pilares en los que se sustentó la articu-
nar y Erradicar Toda Forma de Violencia contra la lación. Por un lado, en que la subsistencia de laac-
Mujer, establecen el compromiso del Estado Ar- ción penal debiaanalizarse a la luz de la redacción
gentino de actuar con la debida diligencia para anterior a la introducida por la ley 25.990 (ley
prevenir, investigar y sancionar laviolencia contra 25.188), dado que los hechos objeto del proceso
la mujer, lo que obliga a examinar la duración del habríanocurrido antes desuentradaenvigenciay
procesoenesemarcoyjuntocon lacomplejidadde por resultar más benigna para el imputado, y, asi-
la causa, permiten rechazar el planteo. mismo, en laviolación a lagarantía de serjuzgado
En estesentido, la obligación asumida por el Esta- en un plazo razonable.
do nacional en los conveniosmencionados, no sig-
nificaen modoalgunoquese hayacomprometido 17 Siguiendo el orden en que las cuestiones fue-
aalterarlostérminosenquedebe realizarseesa in- ron tratadas por el colega que lidera el acuerdo,
vestigación o que se ha establecido alguna cláusu- debomencionar quecomo jueza de la Cámara del
la especial referida a la imprescriptibilidad de esta Crimen sostuve en diversas oportunidades que la
clase de hechos,comoocurre, porejemplo, con los ley 25.990 en modo alguno resulta más benigna
delitos de genocidio. Por lo demás, los mismos co- para el imputado, pues, en mi opinión, en el siste-
legas han señaladoquea cuatro de los siete impu- ma procesal mixto que actualmente nos rige son
tados se les otorgó la suspensión del juicio a prue- actos de impulso, y, por lo tanto, "secuela de jui-
ba, lo cual demuestra que la índole de los delitos cio", aquellos que provienen de laactividad del ti-
imputados no implica una disminución de las ga- tularde laacción penal, esdecir,el pedidofiscalde
rantías del proceso penal ni la imposibilidad deac- instruccióny el requerimientodeelevaciónajuicio
ceder amedios alternativos a la pena. (conf. causa n037.081, "Kaiser, Maximiliano". Sala
330 El debido proceso penal
VI, CNCC, rta. 4/5/09; causa no 27.398, "Vera, Ro- en lo sustancial en este punto al voto del juez Sa-
que", Sala IV, CNCC, rta. 31/10/05; causa no24.653, rrabayrousey emito el míoen idéntico sentido.
"Pérez, Diego", Sala IV, CNCC, rta. 6/9/04; causa no Por último, propongo al acuerdo remitir testimo-
24.432, "Roncadelli, Alexander", Sala IV, CNCC, nios de las partes pertinente al Consejo de la Ma-
rta. 21/9/04, entre otras). gistratura a fin de que se evalúe las posiblesfaltas
Entonces, en atención a que la figura en estudio, en las que pudieron haber incurrido los operado-
según la redaccióndelaleyvigentealmomentode res judiciales.
sucomisión, estipula una penadediezaños de pri-
sión, y que el requerimiento de elevación a juicio El juez García dijo:
de lacausadatade121 defebrerode2006(conf.fr. 1. Quesi bienlasdecisionesquedenieganlaexcep-
307613088 vta.). ya sea bajo la óptica de la ley ción de prescripción de la acción no son suscepti-
25.990 o en su anterior redacción, es claro que la
blesde revisión por lavíadel recurso decasación,en
acción penal noseencuentra prescripta.
tanto no están comprendidas entre las enunciadas
en el art.457 del CPPN, no puede oponerse ese óbi-
2")n lo relativo a la violación de la garantía de cea laadmisibilidaddel recursodecasacióncuando
serjuzgado en un plazo razonable, al igual que el la cuestión de prescripciónse presenta en relación
colegaSarrabayrrouse.entiendo que si bien resul- con elderechoaserjuzgadoen un plazo razonable
ta difícil fijar una regla que determine cuando y laduración del proceso penal permite considerar
aquella sevulnera, en el presentecaso se afectóel prima facie la posibilidad de su afectación (conf.
derechodel recurrente. mutatis mutandis doctr. de CYN-Fallos, 327:327 y
La Corte lnteramericana de Derechos Humanos, si- 481 5, y más recientemente, CSJN-Fallos, 330:3640).
guiendo los lineamientos trazados por su similar Entiendoque en el caso el recurrente ha dadopri-
europea. ha dicho que al evaluar el concepto de ma facie suficientes argumentos para considerar
plazo razonable se deben tomar en cuenta tres admisible el recurso de casación.
elementos: a) complejidad del asunto; b) la acti-
vidad procesal del interesado. y c) la conducta de 2. Al imputado Juan José Pérez se le atribuye, con-
las autoridades judiciales, criterioque fue recepta- formeel requerimiento deelevaciónajuicio,el "ha-
do favorablemente por nuestrostribunales (Corte ber promovido y facilitado la prostitución de muje-
IDH, caso "Suárez Roserov. Ecuador"; CSJN, causa res mayores de dieciocho años de edad, mediando
"Barra, Roberto Eugenio", CSJN-Fallos, 327:327, abusode una relaciónde poder,violenciay amena-
entre otros). zas. ello con la colaboración indispensable [de los
Apesardequeresulta innegablequelainstrucción coimputados]". En ese sentido, se leachaca "haber
de la causa fue compleja, de la detallada reseña montado v administrado distintascasas de toleran-
qde se e f e c t ~ óen ei pJnto 3 de. votoqJe idera e cia enmascaradas a modo de pub. en las c~aleslas
ac~erdo.s ~ r g e q ~ e d e s d e11
e .demayode2009se m~jeresq~e'traoajaoan'a 1' y clientescons~maoan
estáencondicionesdecelebrareIjuiciooral, públi- actossexualesdentrode los locales, en una finca lin-
co y contradictorio, y que se frustró, por diversos derao [eln una aledaña", conductasquefueron en-
motivos, en distintas oportunidades. Ahora bien, marcadasen la figura prevista porel art. 126del CP.
no aprecio que ello obedezca a una actitud obs- El Ministerio Público consideró suficientemente
tructiva de Pérez, ya que no existen indicadores acreditado para elevar las actuaciones a juicio que
que demuestren que fue su actividad la que difi- en diversos locales "se desarrollaban, habitual-
cultó el normal desarrollo del proceso. Por el con- mente, prácticas sexuales a cambio de un precio.
trario, la injustificada demora recae en la morosi- entre las meretricesy clientes, por lascualesel acu-
dad en laque incurrieron losoperadoresjudiciales. sado Juan José Pérez cobraba el cincuenta por
En mi opinión, la displicenteforma de trabajar del ciento de lo recaudado por las mujeres que'traba-
aparato estatal en modo alguno puede ser óbice jaban'en sus locales". Los hechos. detectados el 19
para el ejercicio del derecho enunciado, pues. lo de junio de 2001 con el inicio de las actuaciones,
contrario, sería convalidar una postura en la cual fueron corroborados, conforme el requerimiento
las garantías individuales resultan vacías de conte- de elevación a juicio, con los allanamientos efec-
nido,criterioajenoal principio deafianzar lajusti- tuadosel15 deseptiembre de 2001 (fs. 307613088).
cia postulado pornuestraConstitucional Nacional. Dos son los agravios planteadospor la defensa de
Conestasconsideraciones,y porcompartireldesa- Pérez. Por un lado, pretende la extinción de la ac-
rrollo de los puntos 5 y 6 desu propuesta, adhiero ción penal por prescripción respecto de su asistido.
Fallos fundamentales
fue introducida al Código Penal vigente por la ley mora de la misma, de manera que al plantearse la
13.569, en tanto el texto en vigor desde 1922 no cuestión debe decidirse entre dos soluciones posi-
preveía tal causa de interrupción, al momento de bles: la una consistente en aumentar considerable-
elegir debe descartarse la primera de las acepcio- mente lostérminos para la prescripcióny la otra en
nes, pues constituiria una interpretación de mala apresurar los trámites de las causas y resolverlas
fe la que sostuviese que la reforma ha querido re- dentro de plazos prudenciales. El primer sistema
ferirse a la sentencia que pone fin al juiciocomo la sanciona la inercia, elsegundo la hacedesaparecer"
secuela del juicio, pues, en ese caso, la reforma ca- (Moreno, Rodolfo, El problema penal, Buenos Ai-
recería de objeto. Es a todas luces obvio que una res, 1933. p. 112, el subrayado noestáeneloriginal).
vezquese hadictado lasentenciaque ponefinde- En ese pasaje aparece evidente la tensión que en-
finitivamentealjuicioantesdeoperados losplazos cubre toda discusión sobre el término "secuela de
ordinarios de prescripción del art. 62, queda fuera juicio8'enel contextodelart. 67delCP: ensuobra,
de toda consideración la prescripción de la acción Moreno habia criticado el sistema del ProyectoTe-
y comienzaentodocasoacorrereItiempode pres- jedor, y losque lesiguieron, y destacadoel acierto
cripción de la pena. del Proyectode 1916, coronado en 1921, que pres-
Habréentoncesdeentenderqueeltérmino "secue- cindió de la causal de interrupción por actos del
ladeljuicio"alude a laactividad del Estado,dirigida procedimiento.
formalmentea Ilevaradelanteeljuiciocontrael sos- Asi expresóque "[alntes de la reforma iniciada en
pechoso de haber cometido un delito, promovien- 1916. todo acto directo del procedimiento contra
do el proceso contra él. o manteniendo por actos la persona del delincuente, dentro del término de
inequívocos la voluntad persecutoriaya expresada. la prescripción. la interrumpía. De maneraque ini-
Conesto pocoseavanzaen lacuestión, tan pronto ciada una causa podia mantenerse viva la acción
seobservaquetanto puedenconstituirsecuela del por tiempo indeterminado, siempre que se reali-
juicio losactos depromocióndelaacción.comoto- zaran de tiempo en tiempo actos de procedimien-
dos aquellos ulteriores que implican una declara- to en el proceso contra la persona acusada o con-
ción del interés en la persecuciónya iniciada con- denada.Esos actosdebíanserdirectoscontraalen-
tra una persona determinada. causado o penado, no considerándosetales las di-
Adelanto, desde ya, que considero erróneoel pun- ligencias de otro carácter que se produjeran en la
t o devista sostenido por una importante parte de causa. El sistema tenia en mi concepto graves in-
la doctrina y de la jurisprudencia que, para definir convenientes desde que podia alargar indefinida-
la cuestión, vuelve a una consideración semántica, mente las causas, producir en casos iguales conse-
tratandode asignara la palabra "juicio" un alcan- cuencias distintasy provocar sanciones capaces de
ce más restrictivo que el de proceso, y remitiendo aparejar perjuicios socialesen Iugarde beneficios"
al ordenamiento procesal aplicable en cada caso (ibidem, ps. 10By 109).
para distinguir los actos de promoción y persecu- En la preocupación de Moreno apareceevidente la
ción anteriores al juicio, de aquellos que pertene- relación antagónica que este veía entre la secuela
cen a loque se designa comoetapadejuicio. del juiciocomoacto interruptivode la prescripción
Puesto que se trata de la subsistencia o feneci- y la necesidad de no prolongar indefinidamente
miento de una acción, con pérdida sustancial del las causas y de resolverlas dentro de plazos pru-
derechode persecución penal, la cuestión no pue- denciales. Eltítulodel CapítuloX, al que pertenece
de quedar relegada al tratamiento discrecional lacita,eselocuente: "Laprescripciónpenaly lalen-
que hagan los distintos Estados provincialescuan- titud de los procesos".
do. conforme a la práctica establecida de modoca- El mencionadoautor destaca la influencia de Julio
si pacífico desde las primeras interpretaciones Herrera en su comentario al Proyectode 1906, que
constitucionales, han dictado sus respectivos mo- se había manifestado contrario a la interrupciónde
delos de enjuiciamiento criminal conforme a su la prescripción por actos del procedimiento dirigi-
propia discreción político-criminal. doscontrael imputado,^ que habríasido unadelas
El término "secuela de juicio" parece remontarse a fuentes del Códigoqueentróenvigoren 1922.
Rodolfo Moreno, paradojalmente, uno de los más Ahora bien, tan pronto comose lee la obra de He-
tenaces opositores a la interrupción del curso de la rrera, que sirvió de base a la discusión del primer
prescripción como la que aquise trata. Sostenía es- Código Penal nacional. se observa que este duda-
te que: "La prescripción de la acción durante la se- ba acerca de si el Proyectode 1906 habria querido
cuela de la causa solo puede tener lugar por la de- efectivamente prescindir de la causal de interrup-
El debido proceso penal
ción por actos del procedimiento, de manera in- introdujo la causal de interrupción de la prescrip-
tencional, o si setrataria de una mera laguna u ol- ción por la secueladeljuicio. Peroelactodel legisla-
vido.Al punto deque, después deargumentarcon dor no havencido la ideadeque en efectoexiste la
la cita de autoridad de Carrara (Programa, 5 718). tensión destacada por Moreno y Herrera, y el intér-
subsidiariamente proponía una solución de com- prete, frente a un texto tanvago, está autorizadoa
promiso: si se admitía el efecto interruptivo de los elegirdetodas lasinterpretacionesposiblesaquella
actos del procedimiento, la ley debería declarar quetratede resolverlacuestióndel modomássatis-
que lasinterrupciones no podrán prolongarel tér- factorio para todos los intereses en conflicto.
mino de la prescripción más allá de la mitad sobre En primer lugar considero relevante destacar que
eltérminoordinario(Herrera,Julio. Lareformape- en el curso del plazo de la prescripción deben dis-
nal.BuenosAires, 1911.§361,ps.600y 601).Sead- tinguirse dos etapas claramente diferenciables. La
vierte aqui también la preocupación por resolver primera, comienza a contarse desde la mediano-
latensiónentre la interrupciónde la prescripcióny che del dia en que se cometió el delito, o, desde
la duración indefinida de los procesos. que este cesóde cometerse (art. 63. CP). La segun-
Solo a partir de lo expuesto se entiende la visión da, desde que el Estado toma conocimiento de la
politica de Moreno, que trata de mostrar que la existencia del delito, y señala inequivocamente a
cuestión de la prescripción no se ciñe a una cues- una persona, imputándoladeél.
tión técnica sobre el modo discrecional en que el Mientras el Estado no ha tenido una notitia crimi-
Estado puede autolimitarse. Su opinión es clara- nis, nada puede hacerse para que obre con celeri-
mente unatomade partidopor la reformageneral dad procesal, de suerte tal que en esta etapa la
del sistema de enjuiciamiento penal, en el que no prescripción no tiene relación alguna con la dura-
solosedebetenerencuenta uninterés perenneen ción de los procesos. Pero cuando ya ha tenido co-
la persecuciónde losdelitos. Ensuobrase lee: "Los nocimiento de un posible hecho delictivo. y se lo
preceptos sobre prescripción que han motivado imputa de manera inequivoca a una persona, en-
criticas posterioresfueron colocados en la ley, pre- tran a surtir efecto otras reglas del ordenamiento
cisamente para que sirvierandeacicatea unamodi- jurídico que le imponen la elección de una inter-
ficación procesal civilizadora" (El problema penal, pretación del término "secuela de juicio" respe-
cit., p. 108); y sigue: "El Congreso argentino cuando tuosadeotros intereses preponderantes.
suprimió los preceptosrelativos a la interrupciónde Por cierto, una interpretación que, de entre todos
la prescripción, siguiendo los consejos que diera en los significados posibles del término "secuela de
suobra Lareformapena1,el doctorJulioHerrera, lo juicio" comoacto procesal dirigidocontrael impu-
hizo contrayendo un compromiso que permanece tado,eligeeldel requerimientode elevación ajui-
incumplido y relacionado con la reforma procesal. cio, oel de fijación de la audiencia de juicio, pena-
Se entendió que esta vendría de inmediato, que lizaenmuchoscasosal Estado, por desidiasque no
lostrámitesde lascausasseapresurariany que por ha tenido. Por ejemplo, hay muchos casos en los
tanto la prescripcióndel procesoen marcha no po- cuales los órganos competentes del Estado toman
dria tener lugar" (ibidem, ps. 114y 115). conocimiento de la existencia de hechos delictivos
Asi propugnaba que cualquier cambio legislativo remotosenel tiempo, sin desidiadesu parte. El sis-
debia considerar que: "Los procesos criminales en temadedenunciafacultativa. uotras razones, dan
marcha se prescriben debido a las largas demoras lugaraqueconfrecuenciarnuchos hechos nosean
en la tramitación. La prescripción no debe evitarse denunciados, o sean denunciadostardiamente. En
alargando los términos. o autorizando interrupcio- otros casos, son lasvictimas u otros interesados los
nes. sino simplificando los procedimientos y acor- que toman conocimiento tardio de probables he-
tando las soluciones" (ibidem, p. 115)y que "[clon chos que los perjudican. En muchos de tales casos,
procedimientos rápidos, la prescripción no podrá es probable que el Estadojamás esté en condicio-
operarse. la solución para cada acusado se tendrá nes de llegar a determinar la procedencia de la re-
dentro de términos adecuados y las situaciones de misiónde uncasoajuiciocontra una personaantes
injusticia que se producen con los pronunciamien- de que se agote el término de la prescripción. Las
tos muy alejados del momento en que tuvieron lu- interpretaciones formales que ven en la palabra
gar los sucesos, no podrán tener lugar" (ibidem, p. "juicio" una alusión estricta a actos de la etapa in-
116). termediaodeldebatemismo. amimododever no
La visión común de Moreno y Herrera fue parcial- alcanzan a dar un justificativo satisfactorio de por
mente vencida por la reforma de la ley 13.569, que qué razón debe penalizarse al órgano estatal que
Fallos fundamentales
manifiesta interésen la persecuciónpenal antesde 3/5/99; "Galleli, Andrés A,", del 2911 1/04; Sala 111,
transcurridoel plazoordinario de prescripción. causas "Patat, Juan Carlos", del 13/2/95, "Mezza,
En el otro extremo, las interpretaciones que asig- Raúl Ramón", del 18/4/97, "Empresas Exportado-
nan el carácter de secuela de juicioa cualquier ac- ras/lmportadoras Krubia S.A.", del 7110197, "Oliva
t o dirigido contra el imputado y permiten inte- Gerli, Carlos Gustavo y otros", del 8/3/99, "Longo-
rrupciones sucesivasy cumulativas, tienen virtual- bardi, Marcelo", del 19/4/99, "Alemañy, Luis Elías",
mente un efecto derogatorio de la regla general del 27/5/99, "Ludueña.CarlosMartin". del 14/6/00;
del Código Penalsegún la cualtodos losdelitosco- "Rodriguez de Novaro sIAmparo", del 9/6/03; Sala
munes en él previstos están sujetos a la regla de IV, "Ferrero de Morand, Haydeé", del 30/3/98,
prescripción de la acción penal. En efecto, basta "Aguilera. Enrique Manuel" y "Maldonado, Ro-
considerar que el órgano competente podria to- berto Mario" del U10/98. "Cirulli,Andrea Mariel".
marse respiros entre laformulaciónde los cargoso del 1/3/99, "Branda, Mario Jorge", del 5/4/99, "So-
intimación del hecho, el auto de procesamiento sa, Luis Raúl y otros", del 23/10/99, "Barrionuevo,
(cuandoloexige la ley),el requerimiento deeleva- Javier R.", del 29/4/04, entre muchas otras).
ción, el decreto de fijación de audiencia del deba- El término "secuela de juicio" es susceptible, sin
te. el dictado de la sentencia no firme, eventual- embargo, de ser interpretado de otro modo, que
menteeldeunasentencia revisoraantes de la final permita una sola oportunidad de interrupción.
según el ordenamiento procesal de que se trate, después de la cual, ningún otro acto podria tener
paraver que, de hecho, el plazode prescripciónse efectos interruptivos.
duplicaria, triplicaría, cuadruplicaría. quintuplica- Al respecto, destacoque ya con relación al Proyec-
ría, etcétera, según la mayor o menor diligencia tode 1881,secriticaba la laxitudcon laqueseasig-
que el órgano competente mostrara para concen- naba efecto interruptivo a los actos del procedi-
trar tales actos. miento, al punto de que en su discusión se propo-
Por lo demás, una interpretación tal no podría po- niaadmitirla interrupción unasolavez(conf. De la
ner a salvo a los imputados del riesgo adicional de Rúa, Jorge, Código PenalArgentino, 2'ed., Depal-
un desviode poder. Si se admiten tantos actos inte- ma, BuenosAires, 1997, comentario al art. 59 y SS.,
rruptivos, afalta de diligencia losórganos del Esta- 5 11. p. 1060).
do se puedenvertentados aformular cargos, pro- Ahora bien, cuando se trata de examinar si se ha
mover o dictar autos de procesamiento, solicitar operado la prescripción unavezque hay una perro
elevaciones a juicio. etcétera, no con la finalidad naqueapareceformalmenteimputadaen el proce-
paralacualesosactos hansido previstos,sinoalso- so, la interpretación deltérmino "secueladejuicio"
lo fin de producirelefecto previstoenelart.67del debe hacersede un modo tal que noenerve el dere-
CP, esto es, la interrupción de la prescripción. Con- cho detodo imputadode un delitoa serjuzgadoen
tratalclasededesvíosde poderse ha pronunciado un plazorazonable(arts.8".1, CADHy 14.1..PIDCP).
la Corte Suprema en el caso de CSJN-Fallos, En tiempos relativamente recientes ha advertido
316365. Esta clase de desvíos, por lodemás,se pre- Maier que "[l]os plazos del procedimiento, en es-
senta de modo insidioso, porque a diferencia de pecial el tan debatidoderecho del imputado a ser
aquel caso. raravez está expreso que loquese bus- juzgado en un plazo razonable (CADH, 8,' no 1;
ca es el efecto interruptor de la prescripción. Estas PIDCP, 14, no 3, c) o, según lenguaje de nuestra
razones me persuaden para no seguir los numero- CSJN, a obtener un pronunciamiento definitivo,
sos pronunciamientosde lasdistintas Salasde la ex del modo más breve posible, que ponga fin a la si-
Cámara Nacional de Casación Penal, que han pre- tuación de incertidumbre y restricción de la liber-
ferido una interpretación tan amplia que termina tad que comporta el procedimiento penal, están
admitiendo innumerables interrupciones rayanas destinados a influir, algunavez, la instituciónde la
en la imprescriptibilidad (asi, por ejemplo: Sala 1, prescripción en el Código Penal" (Maier, Julio B. J.,
causas "Percunte, Mario Dario", del 7/3/95, "Graf- Derecho procesal penal, 2" ed., Editores Del Puer-
figna Latino, Carlos", del 18/4/96; "Facello, Mar- to, Buenos Aires, 1996, t. l. p. 160).
tin", del 19/8/97, "Guerin s/Rec. casación", del Porcierto, elderechodetoda persona,y encuanto
14/10/97; "Lobo, Juan Carlos". del23/12/04; Sala II, aqui interesa. el de todoimputadodedelito deser
causas "Andrada, Nicolás", del 9/3/95, "Cetra, Luis oido dentro de un plazo razonable para la deter-
Maria", del 17/10/97, "Andrade Arregui, PedroAl- minación de cualquier acusación penal dirigida
varo", del 7/4/98, "Giugliani, Néstor Fabián", del contra él. no se confunde con el instituto de la
24/4/98, "Coria LópezTorres, Alfonso Ramón", del prescripción.
El debido proceso penal
ble exigible según los arts. 8O.1 de la CADH, y 14.1 Lamismacorte haseñaladoque unode losmodos
del PIDCP. de hacer efectivo ese derecho, mediante un pro-
Por cierto, un proceso que no hubiese agotado ya nunciamiento judicial, puede consistir natural-
en su duración el plazo de prescripción nodeberia mente en la declaración de prescripción de la ac-
serconsideradonecesariamenteconformea laga- ción penal, tal como la Corte lo resolvió en el caso
rantia que emana de esos instrumentos interna- "Mozzatti" (CSJN-Fallos, 300:1102, consid. 89 y en
cionales. pues aun asi podria ser ya de duración elcaso "Sudamericanade lntercambioS.A.C.1. y F."
irrazonable conforme a los criterios fijados por la (CSJN-Fallos, 312:2075, consid. 5").
Corte IDH. Pero entodocaso,todoprocesoqueex- Sentado ello, entiendo que en el marco de ambi-
ceda el plazode prescripcióndeberá serconsidera- güedad que ofrece el término "secuela de juicio"
dodeduración irrazonable, porque noesconcebi- para las diversas interpretaciones ensayadas solo
bleque un proceso puedadurar másallá del plazo seria compatiblecon lasmencionadasgarantiasde
que se ha fijado el legislador para la subsistencia los instrumentos internacionales una interpreta-
de la acción penal. ción de los arts. 62 y 67 del CPque admita una úni-
La pretensión deque ese derecho, y el instituto de ca oportunidadde interrupción por lacausal dese-
la prescripción, serían institutosdedistinta natura- cueladejuicio.
lezaquenoguardan rela~iónalgunaentresi~y que Queda pues pordeterminarcuál es el actodel pro-
por ende los tiempos a que se refieren uno y otro cedimiento al que debe asignársele el carácter de
corren de manera paralela, sin superponerse, par- efecto interruptivo como secuela de juicio.
te de ignorar que, precisamente, es el instituto de A ese respecto, entiendo que. a más tardar, desde
la prescripciónal que recurrea puntosdeconexión el momento en que un órganodel Estado formula
procesales-secuela de juicio en la ley anterior y oficialmentecargoscontrael imputado, notificán-
actos procesales concretos ahora vigente-, para dolo de los hechos de la imputación, empieza a
fijar la interrupción. Las acciones no prescriben, y computarse para el Estadodel deber de diligencia
elcursode la prescripciónse interrumpecuandose de decidir dentro de un plazo razonableesa impu-
promueveosigue un procesn contraalguien (secue- tación penal, y en consecuencia. es ese acto el que
la de juicio), pero el proceso debe en algún mo- fija el comienzo del cómputo del plazo de dura-
mentoconcluir,amástardar,y afaltade reglasque ción del proceso, a los finesde controlarel respeto
fijen un periodo más breve, en el plazo máximode de lagarantia(conf. McGoldrick, Dominic, The Hu-
la prescripción. man Righh Committee. Ih role i n the Develop-
Suele oponerse la objeción de que el derecho in- ment o f the lnternational Convenan on Civil and
ternacional admitiría la imprescriptibilidad de Political Rights, Clarendon Press. Oxford, 1994, p.
ciertosdelitos, pero esa objeción noes decisiva. Si 408; Stavros, Stephanos, The guarantees for accu-
retratara deestos,entoncesel institutode la pres- sed persons under article 6 o f the European Con-
cripción noserá unaviadisponiblepara hacervaler vention on Human Rights, Nijhoff Publishers, Dor-
del derecho a ser juzgado en un plazo razonable, drecht - Boston - Londres, 1993, p. 79, con cita del
peroello nosignificaque los procesos portalesde- casodelTEDH, "Fotiv. Italia",SerieA,vol. 56.5 52).
litos puedan durar cualquiertiempo. El control de Digo que el acto de intimación de los cargos es a
duración de los procesos, se hace por referencia a mástardar el acto que debesertomado en cuenta
la prescripción,soloafaltade una reglamásestric- para fijar el momento a partir del cual nace el de-
ta queordeneconcluirloen un plazo menor. recho a serenjuiciado en un plazo razonable. por-
Las relaciones que señalo existen entre el instituto que, según las circunstancias de cada caso, puede
de la prescripción y el derecho del imputado a ser haber actos anteriores que tengan igual conteni-
juzgado en un plazo razonable tienen en mira la do de información y de promoción de la persecu-
jurisprudencia de la Corte Suprema inaugurada a ción contra una personadeterminada. Nótese, por
partir del caso "Mattei" (CSJN-Fallos,272:188. con- ejemplo, que en el caso "Suárez Rosero" la Corte
sid. 14) que ha reconocido el derecho de todo im- IDH ha tomado al acto de la aprehensión misma
putado a obtener-después de un juicio tramita- con motivo de la imputación como punto relevan-
do en legal forma-un pronunciamientoque, de- te parael comienzo del examen de laduración del
f i n i e n d o ~posiciónfrente
~ a la leyy a la sociedad, proceso (loc. cit., 5 70). No ha habido sin embargo,
pongatérminodel modomás rápido posible a lasi- en el caso de autos, una actuación análoga.
tuación de incertidumbre y de innegable restric- Ese acto es también el que, como declaración for-
ción que comporta el enjuiciamiento penal. mal del Estado. presenta al imputado por primera
Fallosfundamentales 339
vez una imputación circunstanciada dirigida con- 25.990 promulgadacon posterioridad al tiempoen
tra él, y por ello debe ser tenido como acto inte- quesegún lafiscaliase habriacometido el hecho.
rruptivo de la prescripción comosecuela de juicio. También resulta inoficioso pronunciarse respecto
A partir de alli puede decirse propiamente que se de la petición subsidiaria de la defensa, en razón
le sigueel juicio. de la solución propuestaal caso.
6. Establecido el marco teórico desde el cual en- 7. Por este camino voto, pues, porque se haga lu-
tiendo debe examinarse si ha mediado interrup- gar al recursodecasación deducido por ladefensa
ción del curso de la prescripción por la secuela del particulardel imputadoy, enconsecuencia, secase
juicio observo que, en las circunstancias particula- ladecisióndefs.9/13,declarando laextinciónde la
resdel caso. eseldecretofs. 2683, defecha 8de ju- acción penal, por prescripción. promovida contra
nio de 2004, por el que se dispuso citar a Juan José JuanJosé Pérezy, en consecuencia, dictarsobresei-
Pérez para comunicarle los hechos imputados y miento en su favor por la imputación del delito
darle oportunidad de prestar declaración indaga- previstoenel art. 126delCPque ledirigióel Minis-
toria, el que ha operado el efecto interruptivo de terio Público, sin costas(arts. 62, inc. 24 67. 126 y
la prescripción a su respecto. En las circunstancias 336, inc. 1: 530,531, CPPN).
del caso. no advierto aue hava habido otros actos Tal esmivoto.
a
procesa¡es anteriores losq;e pudiera asignárse-
Amérito del acuerdo que antecede. la Sala I de la
le el mismoefecto.
Ahora bien, desde el dictado del decreto de cita- Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Co-
rreccional de la Capital Federal RESUELVE:
ción a indagatoria ha transcurrido el plazo de diez
años que resulta del art. 62, inc. 2", en función del HACER LUGAR al recurso de casación interpuesto
art. 126 del CP, sin que se hubiesen acreditado por la defensa, CASAR la sentencia recurrida, DE-
otrascircunstanciasinterruptivasosuspensivasdel CLARAR la extinción penal por prescripción pro-
curso de la prescripción distintas de la secuela de movida contraJuan José Pérezy, en consecuencia.
juicio, entendida esta con las limitaciones y alcan- DICTAR su sobreseimiento por la imputación del
ce queaquiexpreso. delito previstoen el art. 126 del CPque ledirigióel
Por estas razones, entiendo que aplicando la ley Ministerio Público Fiscal.Sincostas (arts.62, inc.2:
67,126 y 336. inc. 1: 530,531, CPPN).
-
viaenteal momentodel hecholaacción penal de-
be tenerse por extinguida respecto de Juan José do.: EugenioC.Sarrabayrouse; María LauraGarri-
Pérez. gós de Rébori; Luis M. Garcia
Ello torna insustancial examinar cuál es el efecto
que habría tenido la aplicación al caso de la ley Ante mi: Paula Gorsd, Secretaria de Cámara
"Consideroque lacorrecta interpretación del art. tinguido la acción penal al momento de haberse
62, inc. 2" del CPes la propiciada por el recurren- vencido el plazo en cuestión, pues para que la co-
te. entanto desde el primer llamadoa indagatoria misión de un nuevodelito obre comocausal de in-
- q u e data del 20 de abril de 2007-, hasta el re- terrupción de la prescripción de la acción resulta
querimiento de elevación a juicio -fechado el 24 necesario que, no soloel nuevo hecho delictivose
de abril de2015-, transcurrió el máximo de dura- ubique dentro del máximo del plazo legal, sino
ciónde la penade prisión posibleaimponer parael que, además, se haya dictado una condena firme
delito por el cual fue acusado Carlos Javier Ripoll, que hagacosajuzgada de tal ilicito"(votodel juez
es decir, seis años. Luego, corresponde subsanar la Niño, al que adhirieron losjueces Sarrabayrouse y
omisión del juezdegrado, cifrada en no haber ex- Morin).
Fallos fundamentales
rir a transeúntes, escogidosal "azar", la exhibición Ese planteoconstituye una cuestión federal, como
del documento de identidad de la policía federal lo es la interpretación de lasnormasfederales invo-
(enadelante, también, "PF")quesuperóel ámbito cadas, quecorrespondeaestetribunal, por imperio
desuscompetencias.En esteordende ideas. relató de la doctrina de C9N-Fallos, 31 1:2478. resolver.
que "... el día 14deabrilde2Ol4,siendoaproxima-
damente las 15:20 hs., al encontrarse identificando 4. Comencemos por señalar que en elsublite no se
personas al azar en el lugar, el preventor solicitó a discute la legitimidad de unaactuación de la PFfun-
LucasAbelVeralaexhibicióndesu documento per- dada en la observación de un hecho que objetiva-
sonal, quien en ese momento comenzó a demos- menteconstituye lacomisiónde unaconductatípi-
trar un cierto nerviosismo. En ese instante, defor- ca,o permite presumirla-v.gr.,elart. 53 inc. lodel
ma espontánea manifestó poseer un arma de fue- decr.-ley 333158 (y sus modificatorios), el art. 112
go en lacintura. Enconsecuencia, el policía lecolo- del CPP, el art. 86 del CPP, entre muchos otros-.
có en sus manos esposas y pidió cooperación del Sedebatesi la PF puede actuar(ene1 caso, requerir
personalde la brigada. Finalmente. ante la presen- la exhibición del documentode identidad) sin que
cia de dos testigos -Jonatan Ezequiel González y exista como antecedente un hecho de la especie
Darío Fabián Baptista- palpó al sujeto entre sus mencionada.
ropas, pudiendo determinar que tenía un elemen-
toen la cinturaque resultóser una pistola decolor 5. La policía de laseguridada cargo de los agentes
gris conteniendo en su almacén un cargador con de la PFconstituyeelejerciciode unafunciónadmi-
cuatrocartuchos de bala.Actoseguidose le leyóal nistrativa, razón por la cual tiene que estar respal-
nombradosusderechosy garantías quienmanifes- dadaen unaley,que,debidoa laley 24.588(en par-
tó llamarse LucasAbelVera. Por último, se labraron ticular, a suart.7: modificado por ley 26.288), pue-
lasactascorrespondientesy se lo trasladóal localde deserdel Congreso (d. elart.75, inc. 20, CN, alque
la dependencia policial" (cf. fr. 103). Concluyó di- sumael inc.32) ode la Legislaturade laCABA(d.el
ciendoque "... atendiendo a la descripción de la ac- art.80,inc.Z: puntoede laCC8A.asícomoelgené-
tuación del personalde prevención reseñada, coin- ricoinc. lo).
cidimos con el a quoen que la facultad de impedir No existe ni en una ni en otra Constitución ungené-
la libre circulación -aunque fuese por un tiempo riconpoderdepolicía"del Poder Ejecutivoo de una
m í n i m ~ dey exigir la exhibición de documenta- de susdependenciasque pudiera albergarconcep-
ción noson potestadesde la policíasi nocuentacon tualmente poderes de esta especie distintos de
un motivoválido para hacerlo" (d. fs. 103). aquellos que confieran sus Poderes Legislativos.
Debido aqueconstituye unafunciónde naturaleza
2. Asiste razón al Ministerio Público Fiscal en que típicamente administrativa, el llamado poder de
corresponde equiparar a definitivo al pronuncia- policía (seguridad pública).omejor, los poderes de
miento recurrido porque noseobservaque,frente policía, siguen la regla según la cual son creados
a la nulidad decretada. exista un cauce indepen- por el Poder Legislativo, pero estesolo puede inves-
diente de investigación que permita al Ministerio tirlos enel Poder Ejecutivo.
PúblicoFiscalejercerla acción. Enesteorden de ide-
as, el MinisterioPúblicoFiscal señalaque" ... lasen- 5.1. Asicomonocabeinferircompetenciassinode
tencia recurrida reviste el carácter de definitiva y la ley, incumbe al Poder Legislativo escoger el mo-
causaal MinisterioPúblico Fiscal un gravamen irre- do de atribuirlas. Puedetanto hacerlo en términos
parable ya que, al nulificarse el procedimiento po- expresoscomo implícitos, específicoso muy genéri-
licial inicialytodo loactuadoen consecuencia, en el cos, si lo estima más oportuno; el límite está en que
caso la incautación del arma, y no existiendo cauce el texto no puede sertan laxoquevenga aconferir
independiente másallá del mismo, se levedaa esta una indebida delegación de la potestad legislativa
parte la posibilidad deejercer la acción contraven- quedejelibradoal PoderEjecutivoosusdependen-
cional contra LucasAbelVera"(d.fs. 111). ciar la posibilidad de establecer sus propias compe-
tencias.
3. El Ministerio Público Fiscalsostiene que la PFtie- Interpretar que una competencia está implícita-
ne, con arreglo a lo previsto en su Ley Orgánica (el mente conferida por la ley, no es lo mismo, reitero,
decr.-ley 333158), lafacultad pararequerira lasper- quesostenerqueexistenfacultades implícitasinhe-
sonas su identificación en lascondicionesen que se rentera la noción de poderde policía. ¿Cuándouna
ejercióenelsublite (cf.fs. 113). facultad fue acordada por el Poder Legislativo im-
340 El debido proceso penal
potestad noequivale, en Marshall, a una implican- Prevenir losdelitosde la competenciade los jueces
cia lógica. aun cuando establecerlo pueda requerir de la Nación"; y el mencionado decreto reglamen-
una concatenaciónde inferencia5 de esta especie. tario dispone que "[plor 'prevención de delito'de-
Esto essolamente ilustrativo. porque, comodije. es be entenderse toda actividad de observación y se-
el legislador quien escoge cómo expresar que guridad destinada a impedir la comisión de actos
acuerda una competencia, siempre que lo hagade punibles y a recoger elementos de juicio sobre las
un modo comprensible. actividades de las personasde quienes se suponga
f~ndadamente'ntenten cometerlos o nagan del
6. LaCamararelatóq~elaact~ac~óndelosagentesd e i i t o r ~profesión nao:t~a"(&.e art.64del decr.
de la PF, que entendió ilegítima por carecer desus- 6580158, ni el subrayado ni la cursiva pertenecen al
tentoen laley,tuvo lugaren unestablecimientode original),
utilidad nacional, la estación "Constitución" de la ~ ~ d i c t ~ ~ ~ l ~ p p ~ , ~ l
línea del Ferrocarril Roca. ría facultada para inspeccionarvehículosenel mar-
code unoperativode prevencióndestinadoa impe-
7. Ciertamente la Ley Orgánicade la PFnoenuncia
dir la comisión de actos punibles. Significativamen-
explícitamente la competencia que, de existir, am-
te,elúItimopárrafodelart.230delCPPNdice"[t]ra-
pararía el obrar de sus agentes. El decr.-ley 333158
tándose de un operativo público de prevención
que las organiza emplea un lenguaje amplio que
podrán proceder L los funcionarios de la policia y
debe ser interpretado conforme esta voluntad de fuerza de seguridad,] a la inspeccióndevehículos".
brindar un grado de discrecionalidadacorde con el
Elart. 230 ha sido derogado. Pero,siguesiendo útil
cumplimiento de los fines para los que el cuerpo
como interpretación auténticade la ley de la PF.Allí
fue creado, y teniendo permanentemente presen-
asume que las normas genéricas de competencia
tes el limite que imponen lasgarantias constitucio-
permiten organizar "operativos públicos de pre-
nales que resguardan a las personas, particular-
vención". El caso que nos ocupa es precisamente
mentesu libertad e intimidad.
uno de esta es~ecie.
7.1. Estas afirmaciones encuentran apoyo no solo Enesemarco, ¡acompetencia pararequerireldocu-
en el decreto-ley, concebido, como dije, en térmi- mento de identidad está implícitamente reconoci-
nos deliberadamente comprensivos, sino en la cir- da a la PFen la ley siempreque su ejercicio constitu-
cunstanciamismadeque no prohibe interpretar la ya una "actividaddeseguridad" (de prevenciondel
existencia de facultades implicitas, en un marco lin- delito). Ciertoes que esa competencia, al igual que
güístico en que es natural buscarlas. Acorde con el resto que leacuerda la ley, debeserválidamente
ello, su decreto reglamentario expresamente las ejercida; cuestión, esta última, de la que me ocupo
reconoce. Asi. el art. 94 de dicho reglamento dice en los puntos8 y 9 de este voto.
que "[llar facultades expresamente enunciadas en
la Ley Orgánica de la Policía Federal no excluyen 7.3. También supone la facultad de requerir docu-
otrasque. en materia no prevista, sea imprescindi- mentos de identidad lafunción de "llevar un regis-
ble ejercer por motivos de interés general relacio- trodevecindad" que le impone a la PF el art. :5 inc.
4"del decr. 333158. El artículo dice: [slon facultades
nados con el orden y seguridad públicos y la pre-
vencióndeldelito". La prevencióndeldelitoyvelar de la Policía Federal para el cumplimiento de sus
por el orden y seguridad pública son "funciones" funciones:( ...) Llevar registrodevecindad en laca-
expresamenteacordadaspor la ley a la policiafede- pitalde la Nación; en laszonasde lasfronterasdon-
ral (cfr. el punto que sigue a continuación). Desde de nosean organizados por otra policía nacional;^,
luego, este texto debe ser interpretado con pru- en elterritoriode las provincias, en los lugares suje-
dencia. Por un lado, debe observarse el propósito tosa la jurisdicción nacional y sus adyacencias, has-
de que el cuerpo encargado de la seguridad tenga ta donde sea necesario a los fines de seguridad de
medios de responder a escenarios novedosos; por los mismos".
el otro, las garantías constitucionales deben ser ri- Llevar un registro devecindad de las características
gurosamente observadas como vallas al posible reseñadas supone. como dije, la competencia para
desborde que autoridades dotadas de un grado obtener los datos de quienes viven o transitan por
significativo de discrecionalidad. determinados lugares para armarlo y mantenerlo
actualizado.
7.2. Porsu parte, el art. 34 inc. l o d e la Ley Orgáni- Nuevamente, hay que recordar que el ejercicio de
cadiceque: "Sonfuncionesde la PoliciaFederal: 1. estas facultades suscita riesgo de invadir zonas ve-
Fallos fundamentales
tencia definitiva(art. 27, ley 402).Al respecto, el re- partedel agente intervinientese redujo únicamen-
currente ha expuesto los motivos por los que dicha te al tiempo estrictamente necesario para solicitar-
resolución pone en juego la continuidad de la in- le que exhibiese su documentación personal. Tal
vestigación que impulsa. conduciendo de manera como lo señala la señora jueza de trámite, doctora
inexorable a ladesvinculación de la persona impu- Inés M. Weinberg, la detención posterior del joven
tada. En esesentido, se denuncia la invalidación de no se relacionó con dicho requerimiento, sino que
actos procesales irreproducibles de los que derivó se motivó en un hecho disimil -la alegada mani-
el secuestro del arma cuya portación se imputa al festación espontánea, por parte del imputado, de
señorveraen lostérminos del art. 85del Cód. Con- la portación de un arma-y no es la validez de di-
travencional, circunstancia que implicó la extirpa- choacto la que sediscute en esta incidencia.
ción del proceso de un elemento de prueba esen- De esta manera, el estudio efectuado por losjueces
cial, que constituye el presupuesto objetivo de la de mérito aparece desacertado a la luz de las cir-
contravención cuya comisión se investiga. cunstancias del caso y las reglas aplicables, pues no
confierevaloralguno al hechodeque la injerencia
3. El recurso de inconstitucionalidad también debe estatalenelámbitode libertaddeuna personaque
prosperar. Los jueces de la Cámara, con sustento en importa su arresto resulta significativamente ma-
unaargumentaciónsimilara laensayada porel ma- yor a la que se deriva de la sola interrupción de su
gistrado de primera instancia, confirmaron la inva- marcha a los efectos de solicitar su identificación.
lidación del procedimiento policial que dioorigen En definitiva, lo decidido por la Cámara importó
a estas actuaciones. Según sostuvo el tribunal de equiparar, sin razones suficientes, estándares de
alzada, "la facultad de impedir la libre circulación motivación aplicables a situacionesdesiguales.
-aunquefueseporuntiempominim~ydeexigir Porotra parte, repáreseenque IaCámaratampoco
la exhibición de documentación no son potestades argumentó por qué razón resultaba inviable deri-
de la policia si no cuenta con un motivo válido para var la facultad policial aqui discutida de las normas
hacerlo" (fr. 93). Entendiópuesque. enestaclase de que regulan la actividad de esa fuerza de seguri-
casos, "el personal policial necesita algún elemento dad.Al respecto.cabeadvertirque pesea la inexis-
adicionaldesospechaparaactuar", esdecir, para re- tencia de una consagración legal expresa de la po-
querir la identificaciónde untranseúnte(fs.93). sibilidad de requerir la identificación de un transe-
En primer lugar, cabeseñalar que losjueces de mé- únte, elcarácter nimiodeesa injerenciaestatal per-
rito noofrecieron las razonesque los llevaron a rea- mite razonar válidamente que aquella puede ser
lizar dichas afirmaciones. En efecto. no indicaron derivada de las funciones y competencias asigna-
cuál es el estándar de motivación o sospecha que das por la legislación aplicable a la Policia Federal
resultaba necesario, según su criterio. para habili- Argentina. Sobre el punto, comparto la alusión
tar la intervención policial enel presentecaso.Este efectuada por la señora jueza de trámite. doctora
defecto de fundamentación de la resolución recu- Inés M. Weinberg, y elseñorjuez. doctor Luis Fran-
rrida impide conocer el razonamiento que le sirvió cisco Lozano, aldecr.-ley333158~sucorrespondien-
de base y, por ello, la perjudica como actojurisdic- te reglamentación (decr. 6580158). Estas normas
cionalválido. dan cuenta deque la posibilidad de requerir docu-
Al margen de ello, lo cierto es que la solución pro- mentación en lavia pública a los efectosde acredi-
puesta por la Cámara parece haber partido de la tarla identidadde untranseúnte puedeser recono-
equivocada equiparación de la mera intercepta- cidacomounafacultad implicitade lamencionada
ción de una persona en lavia pública al solo efecto fuerza derivada, cuanto menos, de su función de
de solicitar su identificación con su detención o la prevención del delito y mantenimiento del orden
eventual requisa de sus pertenencias. De hecho, público (ver, por caso, arts. 33 inc. 1: 43 inc. 1:
para invalidar el procedimiento policial, los jueces decr.-ley 333158 y 94, decr.-regl. 6580158).
presumieron la existencia de una situación de pri- Ensuma, la invalidación del procedimientoseasen-
vación de la libertad que exigia una "sospecha" tóen unaargumentación insuficientey unalectura
previa(fs. 93)y, sobreesa base.asimilaronsituacio- equivocada de las circunstanciasdel caso y las nor-
nes claramente diferenciables. A mi juicio, los ma- mas aplicables que impone dejar sin efecto el pro-
gistradosincurrieron en un claro excesoal subsumir nunciamiento recurrido.
el acto invalidado,sinmás, enel conceptodearres-
to, puesconello pasaron poraltoque la restricción 4. Ahora bien, el reconocimientode la facultad an-
a la libertad de circulación de Lucas Abel Vera por tesmencionadaen cabeza de lasfuerzasde seguri-
El debido proceso penal
dadas por garantías constitucionales. En su res- la ventaja que para cada pasajero implica que los
guardo mediante el ejercicio de la función jurisdic- demás ocupantes de la aeronaveseanrequisados.
cional no cabe trocar derechos personales por efi- En quinto lugar, la medida no puede ser de las pro-
cacia en la prevención. hibidasporla ley o porotras normasquegobiernen
la actuación policial.
8. Lo dicho hasta aqui no importa sostener lavali-
dez de toda medida consistente en solicitar la exhi- 10. lncumbealosjuecesexaminar,apedidodepar-
bición del documento de identidad. La medida que te legitimada, lavalidezdelamedidadequesetra-
sedecida realizar, para resultar legítima. debecum- te. es decir, ejercer la competencia que tienen. co-
plir con la finalidad para cuya consecución acuerda mo principi0,frentea la impugnacióndecualquier
el legislador competencias a la PF (v. gr., la de pre- otro actoadministrativo.
vención o la de llevar un registrodevecindad, rese-
11. En virtud de lo dicho hasta aqui, corresponde
ñadas supra, u otras que pudieran extraerse de la
revocarlasentenciadefs. 1O2ll04,ydevolverlasac-
ley), perovelando por lasgarantiasconstitucionales
tuaciones a la Cámara para que se dicte un nuevo
y lasemanadasdeconvencionesinternacionales.
pronunciamiento con arreglo a la doctrina aquí
9. Con alcance general, cabe decir que, primera- sentada.
mente, la medida policial debe estar dentro de la Por ello,voto por hacer lugar a la queja y al recurso
competencia (en razón de la materia, grado, tiem- de inconstitucionalidad; revocar la sentencia de fs.
poy espacio) que habilita la ley. La ley puede estar 10U104; y devolver las actuaciones a la Cámara pa-
concebida entérminos másgenéricosomásespecí- raquesedicteunnuevo pronunciamientoconarre-
ficos, más abstractos omásconcretos, más amplios glo a la doctrina aquisentada. Costasa lavencida.
o más restringidos, pero no puede constituir una
delegación inconstitucional de atribuciones legis- El juezjosé Osvaldo Casás dijo:
lativas.
1. El representante del Ministerio Público Fiscal
Ensegundo lugar, por constituir un ejerciciode una
vieneen quejaanteestetribunal contra la decisión
función administrativa, la medida tiene que estar
que declaróinadmisibleel recursode inconstitucio-
guiada por un propósito previsto en la ley (v. gr., nalidad que cuestionaba, asuvez, la resolución de
prevención del delito, etcétera), esto es, no perse- IaCámaraqueconfirmóel pronunciamientodepri-
guirotros ni privados ni públicos (arg. art. 7". inc. f.
mera instancia por intermedio del cual sedeclaró la
ley 19.549~modificatorias).
nulidad del procedimiento policial de identifica-
Entercer lugar,debeestarinscriptaenelámbitode
ción efectuado el día 14 de abril de 2014, respecto
competenciadequien ladispone, loque, porlasca-
de Lucas Abel Vera (fs. 92/94).
racteristicas jerárquicas de organización de los
cuerpos que la ejercen y el modo en que habitual- 2. La presentaciónfue interpuesta en legal tiempo
mente se someten a protocolos y reglas de actua- y forma (cfr. art. 33. ley 402) y por quien se encuen-
ción. imponen verificar la observancia de estas re- tra legitimado paraello.
glas mediante las cuales la superioridad asegura el Al propio tiempo, la queja expone una critica con-
cumplimiento uniformede lafunción. creta y desarrolladaque logra poner encrisisel au-
En cuarto lugar, la medida adoptada no puedevio- to denegatorio del recurso de inconstitucionali-
lar una garantía constitucional. Típicamente, no dad. En efecto, la representante del Ministerio Pú-
debe discriminar, no debe asumir solapadamente blico Fiscal presenta con éxito un caso constitucio-
criterios de sospecha por notas de las personas que nalen tantoseñalaque ladecisión de lacámara no
harian odiosa una distinción (v. gr., color de la tez, se ajusta al desenvolvimiento natural que debe im-
nivel económico revelado por la indumentaria, ju- ponerse al debido procesoycontiene una interpre-
ventud, género, etcétera). No debe ser injustifica- tación irrazonable de los arts. 13.1 de la Const. CA-
damente invasiva. Esto puede estar medido en re- BA y 18 de la CN que conllevó la prohibición de
lacióna lamayor omenor capacidad decontrol y al "una mínima injerencia como la solicitud de docu-
nivel de riesgo. Por ejemplo, el mayor control pue- mentación personal a meros fines identificatorios
de estarjustificadoen los pasajerosquesubena un por parte de la prevención. exigiéndole a este ac-
vuelo. Noveo que el derechoa la intimidad pueda cionar requisitosque le resultan ajenos8'(fs.112).
verse soslayado apelando al consentimiento del Finalmente resta señalar que. en las particulares
pasajero, cuya voluntad está intensamente condi- circunstancias del caso, la decisión del tribunal su-
cionada.Sí,encambio, cabetomarenconsideración perior de la causa puede serequiparada a una sen-
El debido proceso penal
dad en modo alguno importa habilitar que sus En resumen, IaSalaII, alconfirmarlanulidaddecla-
agentes se encuentren autorizados, en cualquier rada poreljuezde primera instancia,sostuvoqueel
caso, a indagar la identidad de los habitantes. Muy quid de la cuestión, sometida asu análisis, fincaba
por el contrario. la propia reglamentación aplica- en dilucidar,si, en lugares de libre acceso para cual-
ble ofrece pautasque sugieren que dicha potestad, quier transeúnte y "sin que mediara ninguna sos-
lejos de ser ejercida discrecionalmente. debe suje- pecha en particular", la policíaseencontrabafacul-
tarse a determinadas limitaciones que garanticen tadaparaprivarbrevementeaunapersonadesu li-
su ejercicio razonable (ver, por caso, arts. 95 y 96, bertad ambulatoria y si podía requerirle que exhi-
decr.-regl. 6580158). biera su documento para acreditar su identidad; o
En este sentido, entiendo que para determinar si si, "porel contrario,el personal policial necesitaal-
esa facultad ha sido ejercida legítimamente, debe- gún elemento adicional de sospecha para actuar"
ráanalizarsesiestasupera unexamende razonabi- de dicha manera (fs. 92 vta.193). A su turno, luego
lidad y proporcionalidad. Para ello corresponderá de indicar que el agente policial estaba "identifi-
identificar,en primer lugar,elfin perseguidocon la cando personas al azar en el lugar", el tribunal a
intervención policial y su legitimidad. Por hipótesis, quo concluyó que el procedimiento habría estado
en el caso que nos ocupa. se impondria indagar si, viciado, desde suorigen, porque "la facultad de im-
de acuerdo con las circunstancias que rodearon la pedir la libre circulación -aunque fuese por un
actuación policial, la identificación del imputado se tiempomínimo-y deexigir laexhibición dedocu-
encuadró adecuadamenteen lafunción de preven- mentación no son potestades de la policía si no
cióndeldelitoy mantenimiento del orden público, cuenta con un motivo válido". so riesgo de desco-
antes mencionada(arts. 34 inc. l o y4: inc. lo, decr: nocerse "su intimidadsinjusta causa" (fs.93).
ley 333158). A su vez, se impondrá determinar si la La cuestión propuesta por el Ministerio Público Fis-
invasiónen laesfera de protección del derechofun- cal naturalmente no remite a la discusiónsobre los
damental de libertad ha sido proporcional con el hechos de esta causa, sino al alcance de lasgarantí-
objetivo perseguido o si, por el contrario, ha resul- asconstitucionalesque la Cámara entendió afecta-
tado excesiva. Finalmente, será preciso asegurar das,envirtuddelainteligenciaqueaquella leacor-
que la injerencia estatal no haya redundado en la dó a las normas que rigen la actuación de los agen-
afectación de otra garantía constitucional. Sobre tesde la Policía FederalArgentina.Ahora bien, la in-
este punto, tal como lo señala mi colega preopi- terpretación que en el casose ha efectuado con re-
nante, doctor Luis Francisco Lozano, resultará ne- lación a las facultades de losfuncionariosdel orden
cesariodescartarquelaactuación policial haya sido aparece descalificable, en tanto,frente a la recono-
guiada porparámetrosdiscriminatorios, en contra- cida inexistencia de una situación de flagrancia. las
dicción con el principio constitucional de igualdad. instancias inferiores parecen haber fundado sus
Ensuma, la legitimidad del ejercicio de la facultad conclusiones exclusivamente en el art. lo de la ley
habilitada por la regulación antes indicada depen- 23.950 (en cuanto sustituyó el inc. lo del art. 5" del
deráde unestudio de las circunstanciasquela rode- decr.-ley 333158, ratificado por la ley 14.467)-que,
aron, a la luzde los parámetros antes establecidos, por cierto, ni siquiera han mencionado-, pero han
queaún no hasidoefectuadoenestasactuaciones. omitido la consideraciónde otras disposicionesati-
nentes, que permitirian respaldar, cuanto menos
5. Teniendo en cuenta lo expresado hasta aquí, co- prima facie, la posible legitimidad del trámite de
rresponde hacer lugar a los recursos de queja e in- identificación cuestionado en autos. La conclusión
constitucionalidad interpuestos con el alcance an- del tribunal a quo. en tales condiciones, aparece a
tes señaladoy dejar sin efecto la resolución recurri- priori exagerada y dogmática.
da y devolver las actuaciones para que otros jueces Al respecto, coincidocon el recurrentey con mi co-
se pronuncien sobre la validez del procedimiento lega preopinante, el doctor José Osvaldo Casás, en
de identificación de Lucas Abel Vera con arreglo a cuantosostienen que en esta causa parecen haber-
lo aquí decidido. se asimilado, irracionalmente, dos situacionesque
Así lovoto. resultan diferentes; esto es, se habrían equiparado
de maneraarbitraria y sin sustentosuficiente loses-
La jueza Ana María Conde dijo: tándaresde motivación quecorresponderíaaplicar
Adhiero, en lo sustancial, a los desarrollos conteni- antesupuestosdearresto,detencióny/o requisasin
dos en los votos de los doctores Weinberg, Lozano orden judicial-referidosa la existencia de circuns-
y Casás. tanciasfundadas. razones urgentes, indicios vehe-
Fallos fundamentales
mentes, sospecha razonable o causa probable, res- ser tildado en abstracto de espurio e insostenible.
pecto de la comisión de una contravención o deli- bajo el argumento de que aquel limitaría de una
tc-a la nimia injerenciaestatal, enel ámbitode la manera poco significativa la circulación de los ciu-
libertad de circulación de las personas. que impor- dadanoso su intimidad; máxime, cuandode loque
ta la mera interceptación con fines identificatorios aquí se trata es de la mera exhibición del documen-
por parte de laautoridad poli~ial~fundadaen razo- to público que toda persona de existencia visible
nes de seguridad pública ocon miras en la preven- quese domicilie en el territorioargentino- bien
ción general de delitos o contravenciones(arts. 33 que sea argentina sea cual fuere el lugar en donde
inc. 1: y 43 inc. 1: decr.-ley 333158 y 94 del decr. se domiciliare- legalmente debe, cuanto menos.
6580158). tramitar e incluso presentar en cualquier circuns-
En estesentido, lacircunstancia de que una autori- tancia en que resulte necesario acreditar, fehacien-
dad de prevención lleve adelante procedimientos temente, la identidad parael ejerciciodeciertosde-
identificatorios de personas al azar en lugares pú- rechos uobligaciones(ley 17.671).
blicosodeacceso público-también denominados Se ha dicho, con un criterio que suscribo. que
usualmente "controles poblacionales"-noes,per "[clonstituye un exceso contrarioa la buena fe del
se, violatorio de ninguna garantía constitucional, lenguaje decir que una persona interceptadaen la
siempre que esa identificación encuentre apoyatu- via pública por la autoridad [policial.] para que
raen laconsecucióndelasfuncionesque le resultan acredite su identidad ha sido 'arrestada'o privada
inherentes para el mantenimiento del orden públi- de su libertad", pues "ninguna persona interpreta-
coyseargumenteencondiciones razonablesy pro- riaque, en esas condiciones, ha sido arrestada ode-
porcionales que no resulten contrarias a los dere- tenida; del mismomodo( ...) quecuando [el art. 18
chosgarantizadosenlaConstituciónNacional,oen del la CN declara que '[nladie puede ser (...) arres-
la Constituciónde IaCABA, ni suponga untrato dis- tadosinoenvirtud deorden escrita(...)'. noestádi-
criminatorio, desigual o arbitrario para las perso- ciendoquetalordensea necesaria paraquela poli-
nas demaneratal que no lascoloque ensituaciones cia pueda preguntar a una persona por las señas
de inferioridad o indefensión, respecto de otras que permitan determinarsu identidad(...) Entodo
personas que circulen libremente por el lugar. Es caso, serán las circunstancias que rodean a la inda-
que, enmiconcepto,estaminimay "razonable res- gación misma, en particular, los medios y el modo
tricción. encuentra justificación en la protección elegido(...) [de] llevarlaa cabo, losque permitirán
quecorresponde dispensara la sociedadenfunción resolver sobre su calificación como 'privación de li-
del bien común y en lo que (...) constituye el más bertad'". Elloes asi, todavez que una "mera inter-
elemental y legitimo ejercicio del poder de policia ceptación fugaz en la vía pública no constituye un
que debe reconocerse a esa autoridad (...) en res- arrestoodetención,enlostérminosdelart. 18de la
guardo de la tranquilidad y el orden públicos por CN, o una privación de la libertad en los de losarts.
los que también debe velar" (cfr. dictamen de la 7"de la CADHy 9'del PIDCP, bajodoscondiciones:
PGN. i n re "Tumbeiro". Cí/N-Fallos, 325:2485). de que no pasede unasimple interrupción momen-
Consecuentemente, a diferencia de lo expresado tánea de la circulación y [también] de que la perso-
porel tribunalaquo, lafacultadderequerirlaiden- na requerida para identificarse tenga la libertad
tificación de las personas, en lugares públicos o de [de] irse una vez que lo haya hecho" (Garcia. Luis
acceso público, porpartede laautoridad policial no M., Dime quién eres, pues quierosaber en qué an-
exige la concurrencia de circunstancias sospechosas das. Sobre los límites de las facultades de la policía
o indiciariasacerca de la hipotética comisión de un para [/alidentificación de personas. Losclaroscuros
ilicito quedeba serconjurado, sinoquedichafacul- del caso "Tumbeiro", LL, 2003-A-470y sr.).
tad razonablementesejustificaen la propiafunción En sintonia con lo expuesto, aunque considero que
de prevención y disuasión que les concierne como la actuación de la fuena de prevención, como toda
funcionarios públicos encargados de hacer cumplir expresión del ejercicio del poder de policia, tiene
las leyes y de velar por una convivencia pacifica de que respetar los limites que le imponen los princi-
todas las personasquetransitan libremente por es- pios de razonabilidad y proporcionalidad, lo rele-
tos lugares. El genuino control que. en determina- vante es que -tal como lo indican mis colegas. los
dos lugares, ejerce la autoridad de prevención con jueces Lozanoy Casás(en los puntos9 y4desus res-
fines disuarorios, afin de resguardar en mayor me- pectivosvotos)-esteanálisis, por laformacomo ha
dida las legitimas expectativas de seguridad que la sido resuelta la cuestión, aún no habriatenido lugar
población deposita en ella, ciertamente no puede en autos. Nótese, por ejemplo, que el a quo ha sos-
El debido procesopenal
"El Ministerio Público Fiscal es -en nuestro siste- seguirpenalmente por partedel Estado; poresa ra-
ma-elórganoestatalespecifico previstoparaper- zón no se trata de un acusador que persigue y de-
El debidoproceso penal
223:430; 231:432; 289:95; elo); regla que ha queda- acusadoa serjuzgado por sus conciudadanos(arts.
do limitada por la reforma constitucional de 1994 24,75, inc. 12, y 118, CN) con la de recurrir el fallo
que consagra expresamente el derecho del incul- condenatorio (arts. 14.5, PIDCP; 8'.2.h, CADH). En
pado de'recurrirdelfalloantejuezotribunal supe- otras palabras: el reconocimiento de una garantía
rior'(art~.8~.2.h,CADH; 14.5, PIDCP), de suerte que no puedeanular, al mismotiempo,otra.
'... esvoluntaddelconstituyenterodearaestesuje- En resumen, el Ministerio Público Fiscal es un órga-
todemayoresgarantiassinqueseaposibleconcluir no del Estadoque, portal, noes titularde lagaran-
queestadiferenciavulnere lacarta Magna, pueses tíaque invoca;su posibilidadde recurrirse hallasu-
una norma con jerarquía constitucional la que dis- peditada al diseño procesal que el legislador local
pone tal tratamiento' (por todo, cfr. i n re 'Arce', instituya. Más sencillamente: el recurso es para el
consid. 8" del voto mayoritario). Estado una potestad legal que, en este tipo de ca-
Lacircunstanciaquese haya posibilitadoel supues- sos, no ha sido concedida (arts. 20, inc. 3". 371 quá-
to inverso, que el imputado recurra el veredicto ter, inc. 7.' i n fine, 450 y 452, i n fine, CPP)" (voto del
condenatorio, persigue conciliar la garantía del juez Maidana, alqueadhirió el juez Kohan).
"El Ministerio Público Fiscal sostiene, en losustan- Público Fiscal el órgano acusador del poder perse-
cial, que durante el debate que culminó con el cutorio estatal, no lo ampara tal aquiescencia.
veredicto absolutorio dictado por un Tribunal de Al respecto ha sostenido la Corte Suprema de Jus-
Jurados, sevieron afectadas las garantíasdel debi- ticia de la Nación que '...Las garantías emanadas
do proceso y defensa en juicio, con perjuicio para de los tratados sobre derechos humanos deben
los intereses del acusador público. entenderse en función de la protección de los
A partir de esa afirmación, sostiene que debe derechos esenciales del ser humano y no para
determinarse la nulidad del fallo absolutorio, pre- beneficio de los Estados contratantes ...' (CSJN-
via declaración de inconstitucionalidadde losarts. Fallos, 320:2145), como así también que '...cabe
371 y 452 del CPP, en cuanto niegan legitimidad al concluir que en tanto el Ministerio Público es un
órgano acusador para impugnarelveredictode no órgano del Estado y no sujeto destinatario del
culpabilidad. beneficio, noseencuentraamparado por la norma
Comienzo por destacar, en cuanto a la potestad de rangoconstitucional,sin que elloobsteaqueel
recursiva del Ministerio Público Fiscal, que en pro- legislador, s i lo considera necesario, le conceda
nunciamientos anteriores a la entrada en vigencia igual derecho...' (CSJN-Fallos, 322:2488).
de la ley 14.543-queinstauróeljuicioporjurados Ahora bien.en el marcodel procedimiento instau-
en la Provincia de Buenos Aires-, sostuve que el rado a partir de la reforma que concretó la regla-
derecho al recursodel fiscal no es asimilable al del mentación del juicio por jurados populares, el
imputado, siguiendo la doctrina establecidaen tal legislador estableció la irrecurribilidad del vere-
sentido por la Corte Suprema de Justicia de la dicto absolutorio.
Nación en el precedente 'Arce'. La razón o fundamento de tal regulación se
La jurisprudencia dominante ha sido pacifica en encuentra en que el veredicto emana del pueblo,
afirmar que la garantíafundacional del doblecon- de la soberanía popular, revistiéndolode una legi-
forme estipulada en los tratados, pactosy conven- timidadtalque importaquesudecisióncierredefi-
ciones internacionales incorporados como bloque nitivamente el caso traído a su consideración.
constitucional federal (art. 75, inc. 22, CN), no se En esa líneade ideas, se ha explicado que:'El vere-
dirige -al menos en p r i n c i p i w al poder estatal dicto del jurado es una decisión judicial y política
de los Estadospartes,sin perjuiciode la posibilidad emanada directamente del soberano. Por prove-
que puedan conceder las regulaciones internas. nir de manera directa de una representación del
pero en este caso han de ser interpretadas de Pueblo -único titular del poder político en una
modo taxativo; por lo que siendo el Ministerio democracia-, el veredicto del jurado goza de un
Fallos fundamentales
estatus muy particular, reconocido constitucional- condujo el debate -doctor Matias Mariano Dea-
mente. Esta es una de las razones por la cual, en ne-, destacó que la fiscalía realizó este mismo
prácticamente todas las latitudes, el veredicto del planteo, durante al interrogatorio a dos testigos
jurado es irrecurrible' (Andrés Harfuch, El juicio que comparecieron al debate.
por jurados en la Provincia de Buenos Aires, ps. De la compulsade la grabaciónacompañada por la
2951296). Fiscalía, se advierte que la cuestión fue introducida
Alreferirsealcontenido políticodelainstituciónen durante la declaracióndel testigoG. D. L. l., y desa-
cuestión. Julio Maier destaca que el jurado 'no es rrollada con mayor amplitud por el órgano acusa-
otra cosa que la exigencia, para los funcionarios dormientras brindabasu testimonio C. O. (registra-
permanentesquetienenensusmanosla aplicación do en el mencionado CD, carpeta TOC5-387-15.
del poder penal del Estado, de lograr, para tornar 14-09-2015; Debate; parte 2, minuto 1:09:50 en
posible la coerción estatal (la pena), máxima herra- adelante).
mienta coactiva del Estado de Derecho, la aquies- En esta última oportunidad, el señor juez respon-
cencia de un número de ciudadanos mínimo, que dió acertadamente el cuestionamiento del fiscal,
simboliza,delamejormaneraposible~nnuestra refiriéndose en concreto al funcionamiento de la
sociedad de masas-, política y no estadísticamen- norma contenida en el art. 452 del CPP para los
te. la opinión popular'(Derechoprocesalpena1.t. 1, casos de testigos ofrecidos por ambas partes.
Fundamentos, Editores del Puerto, 2004, Za ed., p. Así, señaló que en ese supuesto, el interrogatorio
787). al testigo común comienza por la Fiscalía, y a con-
En ese marco conceptual, entiendo que los argu- tinuación ladefensa tiene la posibilidad de contra
mentos desarrollados por el recurrente no resul- examinarlo en aquellos puntos sobre los que fue
tan eficaces para poneren duda laconstitucionali- consultado por laacusación,con lafacultaddefor-
dad de las normas quecuestiona. mular preguntas sugestivasenlostérminosdel art.
De acuerdo a lo señalado más arriba, la regulación 342 bis, inc.4: párr. 3'del CPP.
legislativa que no le concede legitimidad al Minis- Asimismo, por tratarse de un testigo común, la
terio Público Fiscal para impugnar la absolución defensa podrá realizar un interrogatorio directo
del acusado por parte del tribunal de jurados, se sobre aquellos puntos no abordados por lafiscalía,
enmarca en la reforma integral que reglamentó y el órganoacusadortendrá igual derecho de con-
esa forma de enjuiciamiento en el ordenamiento traexaminaraltestigosobretalesextremos, bajoel
procesal de la provincia de Buenos Aires, sin que mismo parámetro establecido en el art. 342 bis inc.
exista norma constitucional alguna que se encuen- 43 párr. 3"del CPP(autorizaciónparaformularpre-
tre en pugna con esta pauta. guntas sugestivas). Ningún argumento ofreció el
Asimismo. cabe señalar que la validez constitucio- recurrente en ese momento, ni luego al presentar
nal de la normativaen pugna,fuesostenida pormi la queja en examen, que controvierta la lógica y
actual colega de Sala, doctor Ricardo Maidana, en razonable decisión del magistrado de la instancia.
causa no71.912 'López, Mauro Gabriel s/ Recurso Como se dijera anteriormente, tampoco desarro-
deQueja(art.433, CPP) interpuesto poragentefis- lló el impugnante fundamento alguno para de-
cal',sentenciadel4defebrerode2016del Registro mostrarcómoes que laconductaque leatribuyeal
de la SalaVI de esteTribunal de Casación Penal. juez afectó, en el caso concreto, las garantias del
Por lodemás,tampococomparto lacríticadel recu- debido proceso legal y defensaen juicio.
rrente contra la actuación del juez que condujo el En puntoa los argumentossostenidos por el recu-
debate. En efecto, el representante del Ministerio rrente. en torno a la-a su juicio-errónea intro-
Público Fiscal sostiene que ladefensa pudoformu- ducción en el debate de 'testigos de oídas', cabe
lar preguntas sugestivas a ciertos testigos, cuando señalar que en la pieza recursiva se identifica a M.
ello nocorrespondía(conf.art.342 bis, ~ ~ C . ~ ~ . C P PN.) G.
. -tío del imputad*, como la persona que
Sin embargo, de laatenta lectura de la pieza recur- habría declarado durante el debate en la condi-
siva f...], nosurge en ningún momento de quétes- ción denunciada por el órgano acusador...
tigosse trata, cuáles fueron las preguntas sugesti- Sobre esta cuestión, el magistrado doctor Deane
vas, y en definitiva, de qué manera todo esto señaló que la Fiscalía no objetó el interrogatorio
habría tenido la incidencia significativa que el del testigo G. por ser 'de oídas' [...], cuando tuvo
recurrente pregona. plenas posibilidades de hacerlo, con lo cual tam-
Peseaesafalencia, nopasoporaltoque,eneldeci- poco en este caso se advierte la afectación a las
sorio de fs. [...] de este legajo, el magistrado que garantias constitucionales invocadas.
352 El debido proceso penal
Por último, en loquese refierea las'presiones'que sidente, hicieron saber al final del juicio que nin-
-según la Fiscalía- habrían recibido los ciudada- guna molestia habíansufrido, ello alser interroga-
nos que conformaron el Tribunal de Jurados, el doren lostérminosdelart.371, incs.4'~5Odel rito'
magistrado señaló que en ningún momentose le [...l. El impugnante no esgrimió fundamentos
informo que las personas que se reunieron en la sobre este punto, que demuestren el error del
puerta del edificio donde se desarrolló el debate magistrado y elvicio en el procedimientoque ale-
'hayan intimidadoo incidido en modoalgunoa los ga como base de su pretensión" (voto del juez
jurados, quienes por lo demás, y a través desu Pre- Carral, al queadhirió el juez Maidana).
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Notas
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