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5.- 6.2 EL REINADO DE ISABEL II (1833-1868): Las desamortizaciones de Mendizábal y


Madoz. De la sociedad estamental a sociedad de clases.

La gran transformación económica de este período fue el proceso de desamortización de los bienes
eclesiásticos iniciado en 1835 por el progresista Mendizábal, que luego vino a ser completado por el también
progresista Pascual Madoz durante el Bienio progresista con la desamortización de los bienes de los
municipios.
Juan Álvarez de Mendizábal, bien desde el cargo de ministro de Hacienda o presidiendo el Consejo de
Ministros, inició la desamortización de los bienes y tierras eclesiásticas amortizadas en 1836, además de
suprimir las órdenes religiosas (clero regular).
La desamortización consistió básicamente en la apropiación por parte del Estado de bienes inmuebles
pertenecientes a «manos muertas»; venta de los mismos por subasta al mejor postor y asignación del importe
obtenido con las ventas a la amortización de los títulos de la deuda.
La desamortización tuvo tres objetivos:
- El objetivo principal fue financiero. Buscar ingresos para pagar la deuda pública del Estado, además se
conseguirían fondos para la guerra carlista.
- Había también un objetivo político: ampliar la base social del liberalismo con los compradores de bienes
desamortizados. Además, buena parte del clero regular apoyaba a los carlistas.
- Finalmente, se planteó de forma muy tímida un objetivo social: crear una clase media agraria de campesinos
propietarios.
Los resultados no fueron todo lo positivos que se podría haber esperado:
- No solucionó el grave problema de la deuda pública
- En el terreno político, el liberalismo ganó adeptos, pero también se creó un foso que perduró largo tiempo
entre el liberalismo y la opinión pública católica.
- En el terreno social, la mayor parte de los bienes desamortizados fueron comprados por nobles y burgueses
urbanos adinerados. Los campesinos pobres no pudieron pujar en las subastas.

La desamortización no sirvió para mitigar la desigualdad social, de hecho, muchos campesinos pobres
vieron como los nuevos propietarios burgueses subieron los alquileres.
Los resultados de la desamortización explican por qué la nobleza, en general, apoyó al liberalismo, y
por qué muchos campesinos se hicieron antiliberales (carlistas), al verse perjudicados por las reformas.
La Iglesia vio desmanteladas las bases económicas de su poder. A cambio de la expropiación el
Estado se comprometió a subvencionar económicamente al clero. El primer ejemplo presupuestario fue la
Dotación de Culto y Clero de 1841.
La última gran desamortización se inició en 1855 mediante una ley elaborada por Pascual Madoz, que
afectó esencialmente a las tierras de los municipios y supuso la liquidación definitiva de la propiedad
amortizada en España: arruinó a los ayuntamientos que, entre otras cosas, estaban al cargo de la instrucción
pública, no solucionó el sempiterno problema de la deuda pública y perjudicó a los vecinos más pobres que se
vieron privados del aprovechamiento libre de las tierras comunales.
Pese a sus insuficiencias y errores, las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz cambiaron de
forma radical la situación del campo español. Baste con señalar que afectaron a una quinta parte del conjunto
del suelo. Lamentablemente, el atraso técnico y el desigual reparto de la propiedad de la tierra siguieron
siendo problemas clave de la sociedad y la economía españolas.

De la sociedad estamental a la sociedad de clases.


Durante el siglo XIX, en España se desarrolló la sociedad de clases, que sustituyó a la sociedad
estamental del Antiguo Régimen. Los fundamentos de esta nueva sociedad eran la libertad de todos los
individuos y la igualdad ante la ley. En este tipo de sociedad era posible la movilidad social de clase según el
mérito de cada persona.

La clase alta era el nuevo bloque social dominante: aunque minoritario en número, acumuló grandes
propiedades y controló el poder político. Estaba formado por:
- La alta nobleza. A finales del siglo XIX va a perder parte de su poder económico e influencia
política debido al auge de la industria y a la influencia política y económica de la burguesía. Debido a esto la
nobleza va a empezar a invertir en industria e incluso se emparentó con burgueses adinerados.
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- La nueva burguesía de los negocios (industriales, financieros, banqueros). Este grupo se enriqueció
notablemente durante el siglo XIX. Una vez conseguido el poder económico, los burgueses van a buscar la
influencia política. (Van a querer emparentarse con los miembros de la alta nobleza)
- Altos cargos del Estado y mandos militares.
- La Iglesia. El clero perdió gran parte de su poder económico como consecuencia del proceso de
desamortización, pero mantuvo su poder e influencia social, sobre todo gracias a su amplia presencia en la
enseñanza. La jerarquía eclesiástica mantuvo un estilo de vida similar al de las clases altas.

La clase media urbana fue escasa en número (5%). Estaba integrada por pequeños comerciantes, funcionarios,
profesionales liberales, propietarios rurales acomodados, artesanos y pequeños fabricantes. Se mostraban
partidarios de las reformas liberales moderadas, siempre que no pusiesen en peligro su status social.
Participan de la vida cultural de la época, asistiendo a ateneos, casinos y a la zarzuela y a los toros como
forma de ocio.

La clase trabajadora, que eran la inmensa mayoría de los españoles:


- Campesinos: era el grupo más numeroso, con dos tercios de la población total. No se beneficiaron de
la desamortización, ya que no pudieron comprar tierras por falta de recursos y perdieron los comunales.
Muchos emigraron y otros se convirtieron en jornaleros, sobre todo en el centro y sur peninsular. Sus
condiciones de vida eran muy precarias debido a los bajos salarios, la mala alimentación y el paro estacional.
- Población urbana: era menos numerosa, pero muy importante. En ella se integraban los criados, los
trabajadores de los talleres artesanales, los mendigos, etc. El proletariado industrial era aún escaso y se
concentraba en Barcelona, Bilbao y Asturias. Vivían en condiciones infrahumanas, en barrios de chabolas,
degradados e insalubres, con largas jornadas laborales y salarios ínfimos. Poco a poco entre ellos se fueron
difundiendo las ideas socialistas y anarquistas, dando pie al nacimiento del movimiento obrero.

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