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TEMA 4: DESAMORTIZACIONES Y CAMBIOS AGRARIOS

1. INTRODUCCIÓN

La población española aumentó mucho (siglo XIX), a pesar de la alta mortalidad y las
crisis agrarias. La economía del siglo XIX se desarrollaba lentamente y estaba atrasada
respecto a Europa. Tras una etapa de estancamiento, hubo una lenta recuperación (a partir de
1840). No hubo grandes innovaciones técnicas agrarias ni aumento de productividad. El sector
industrial se implantó en algunas regiones (Cataluña). El comercio no funcionó por el escaso
poder adquisitivo. Se implantó una sociedad de clases. Las clases populares, aunque pronto
protestaron, adquirieron conciencia de su situación por influencia del socialismo marxista y el
anarquismo (1868).

2. PROCESO DE DESAMORTIZACIÓN

Destaca la de Juan Álvarez de Mendizábal. Asimismo, las de Isabel II tienen un


antecedente en las de Carlos III, Carlos IV y de José I Bonaparte, motivadas por la
necesidad de recaudar fondos (luchas y guerras continuas).

2.1 Definición y mecanismo desamortizador


La desamortización fue un largo proceso histórico-económico desde el siglo XVIII, con
Godoy (1789) hasta el siglo XX, con el Estatuto municipal de José Calvo Sotelo (1924)
durante la dictadura de Primo de Rivera.

Consiste en poner en el mercado, mediante subasta pública, las tierras y bienes no


productivos en poder de las llamadas “manos muertas” (Iglesia u órdenes religiosas). Su
finalidad fue incrementar la riqueza nacional y crear una burguesía y clase media que se
convirtieran en propietarios. Además, el Estado recibía ingresos para saldar la deuda
pública.

En el Antiguo Régimen la propiedad de la tierra estaba vinculada a instituciones como la


nobleza, la Iglesia, los Ayuntamientos y el Estado. Este sistema era muy poco productivo,
generaba poca riqueza, creaba desigualdad en la sociedad y el pueblo pasaba hambre. La
desamortización supuso:
- El paso de la propiedad institucional, a la propiedad individual
- La abolición de los señoríos, eliminando privilegios.
- La supresión de los mayorazgos. Los bienes podían ser vendidos.

2.2 ¿Cómo se realizaba este mecanismo desamortizador?


La desamortización consta de dos pasos:
- La nacionalización de los bienes de las manos muertas (con indemnización, o sin
ella).
- Esos bienes desvinculados son vendidos a propietarios privados, con beneficios
para el Estado. Objetivos:
o Solucionar los problemas de la Hacienda Pública española, que pretendía
invertir en infraestructura e industrialización.
o Financiar las guerras (coloniales y carlistas).

3. CRONOLOGÍA DE LA DESAMORTIZACIÓN

Las medidas legislativas desamortizadoras coinciden con gobiernos progresistas,


caracterizadas por sus reformas económicas: Cortes de Cádiz, Trienio Liberal, Mendizábal o
Madoz. No obstante, desde el reinado de Carlos III (Ilustración), ya surgió la necesidad de
desamortización.

3.1 Legislación desamortizadora de Carlos III

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Aplicada a bienes municipales y tiene su origen en la crisis agraria (1766). El conde de
Aranda propuso que los baldíos se arrendaran a jornaleros. Sus fines eran: beneficio común,
fomentar la agricultura y facilitar a jornaleros terreno propio que cultivar. Esta fue anulada por
la oposición de los terratenientes (1770).

3.2 La desamortización durante Carlos IV (1789)


El objetivo fue erradicar el enorme déficit y endeudamiento de la Hacienda Real como
consecuencia de la Guerra del Rosellón (1793-1795) y de la guerra contra Gran Bretaña (1796)
porque esta cortó las comunicaciones con las colonias de América, de donde procedían los
principales ingresos (metales preciosos, derechos de aduanas).

Los bienes desamortizados fueron los pertenecientes a los Colegios Mayores, los de los
jesuitas y los de las instituciones benéficas de la Iglesia.

3.3 Las desamortizaciones de José I (1809), de las Cortes de Cádiz (1812) y del Trienio
Liberal (1820-1823).
La desamortización de José I (1809), afectó, por primera vez, a los bienes del clero
regular y sobre las propiedades secuestradas a la nobleza desafecta, con objetivos de:
eliminar o consolidar la deuda pública y recompensar a los adictos a la causa. Sus repercusiones
fueron pocas por la derrota en los acontecimientos bélicos, que obligaron a acabar con el
proceso.

La desamortización de las Cortes de Cádiz (1812) y de poca duración, no tuvo grandes


repercusiones por la vuelta del absolutismo con Fernando VII. No obstante, se
desamortizaron tierras durante el Trienio Liberal: de los bienes de la Inquisición; se
abolen los señoríos jurisdiccionales; se suprimen algunos mayorazgos; se venden
tierras y municipios de baldíos, bienes comunales..., es decir, va a afectar a muebles e
inmuebles de monasterios, conventos y colegios, y también a bienes de la aristocracia.
La novedad es que estos se pueden pagar con vales reales.

3.4 La desamortización de Mendizábal (1836) y de Espartero (1841).


También fue denominada “desamortización eclesiástica”, debido al importante volumen de
bienes pertenecientes a la Iglesia a los que afectó.

La desamortización de Juan Álvarez Mendizábal fue la más rápida, grande e irreversible.


Objetivos:
- Conseguir fondos para ganar la primera guerra carlista y de paso castigar a la iglesia
que los apoyaba.
- Disminuir la deuda pública.
- Convertir a la incipiente burguesía en liberales.
- Cambiar la estructura de la propiedad eclesiástica, creando una nueva generación de
propietarios rurales que, de ser amortizada e institucional, pasaría a ser libre e
individual.
Estos motivos permitieron legitimar la desamortización de los bienes del clero regular
(1836) (frailes y monjas) y los del clero secular (1837). Sin embargo, la caída de los
progresistas retrasó esta última hasta 1841 (en la Regencia de Espartero).

Las consecuencias fueron la ruptura con la Santa Sede, mejora de resultados agrícolas, los
favorecidos fueron los especuladores y grandes propietarios, la deuda pública no
disminuyó, y algunos historiadores consideran que aumentó.

3.5 La desamortización de Madoz (1855).


También denominada “desamortización eclesiástica y civil”, a través de la Ley de
Desamortización General (1 de mayo de 1855), se pusieron en venta los bienes eclesiásticos no
afectados anteriormente y los bienes de los pueblos (bienes de propios), con cuyo

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arrendamiento se pagaban los gastos de los concejos, y los bienes comunales o baldíos,
aprovechados libremente por los vecinos.

Prácticamente, la desamortización de Madoz afectó a casi todas las instituciones:


ayuntamientos, Estado, clero, Órdenes Militares (Santiago), cofradías, obras pías, santuarios,
ex-infante Don Carlos, los propios y comunes de los pueblos, la beneficencia y la instrucción
pública, con las excepciones de las Escuelas Pías y los hospitalarios de San Juan de Dios,
dedicados a la enseñanza y atención médica respectivamente.

Solo se aceptó el pago en metálico. El campesinado participó más en las compras. En líneas
generales, esta fue la de mayor volumen de ventas, permitiendo la obtención de recursos
económicos para el desarrollo del Ferrocarril.

4. CONSECUENCIAS DE LAS DESAMORTIZACIONES

Las consecuencias fueron amplias:


- Políticas: algunos estaban adheridos al régimen liberal por estar ligadas a él sus
fortunas; pero, también, esta causa generó la separación de Iglesia-Estado que se
acentuó (1836-1851), hasta la firma del Concordato con la Santa Sede. Estos acuerdos
generaron una radicalización del liberalismo español, convirtiéndose en anticlerical.

- Económicas: la Hacienda Pública no mejora, ni cambió la estructura de la


propiedad, ni aumentaron los propietarios minifundistas (se mantuvieron los
latifundios). Desaparecieron las limitaciones al uso de los montes, al pasto de
ganados y a los privilegios medievales.

- Sociales: los beneficiados fueron la nobleza, adquirió tierras y transformó las suyas de
institucionales a individuales, y la burguesía comercial y agraria, que adquirió gran
parte de las tierras puestas en venta o subasta.
Los perjudicados fueron la Iglesia, que perdió su principal base económica, los
Ayuntamientos y el campesinado, ya que con la desaparición de los bienes de propios y
comunes, perdieron una gran fuente de financiación y una de las bases de su sustento,
respectivamente. Socialmente, aumentó el protagonismo de la burguesía y apareció el
jornalero, que en áreas muy latifundistas (región andaluza), iban a ser una fuente de
problemas.

- Artísticas: la desaparición de instituciones eclesiásticas supuso la destrucción o el


deterioro de edificios históricos y la dispersión de su patrimonio. Se produjo una gran
pérdida de un valioso patrimonio cultural.
Muchos conventos fueron abandonados, otros demolidos, y sus obras de arte vendidas a
precios bajos saliendo hacia otros países. Los cambios generados por la desamortización de
Mendizábal (1835 y 1840) provocaron la disolución de un valioso patrimonio artístico.

5. LA DESAMORTIZACIÓN EN ANDALUCÍA

En los campos andaluces, representó la consolidación de la gran propiedad bajo nuevas


fórmulas jurídicas por la desaparición de los señoríos eclesiásticos y nobiliarios del Antiguo
Régimen, y la reducción de los bienes del común y de propios.
Los andaluces dieron la base a las luchas campesinas y jornaleras. Asimismo, se produjo una
expansión de las tierras cultivadas (cereales, olivares).
En las ciudades la desamortización de los bienes eclesiásticos provocó transformaciones y
reformas urbanas de importancia (por ejemplo, la creación de mercados o aperturas de nuevas
plazas públicas)

6. LOS CAMBIOS AGRARIOS


6.1 La persistencia de la tradición

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El retraso agrario español fue una constante del siglo XIX, debido a:
- La deficiente calidad de las tierras.
- La escasez de agua.
- La falta de infraestructuras.
- La escasez de la demanda y del consumo.
- El desigual reparto de propiedad.
- El poco interés por mejorar las técnicas y la productividad de la tierra.

Por todo ello, la desamortización no trajo consigo innovaciones de las técnicas agrícolas,
porque los nuevos propietarios mantuvieron los sistemas de explotación tradicionales.
Por ello, el rendimiento de la tierra no aumentó y solo se incrementó la producción porque
se cultivó más cantidad de tierras tras la desamortización. Esta expansión tuvo también un
efecto negativo, la deforestación, porque se produjo tala masiva de árboles para obtener
beneficios de estos.

La desamortización supuso también la decadencia de ganaderos, porque muchas tierras


que habían servido de pastos ahora serían cultivadas. Por otro lado, el trigo y otros cereales
siguieron siendo los productos fundamentales y la base de la alimentación de la mayoría de la
población. Esta aumentó lentamente y se mantuvo como población jornalera con salarios
muy bajos. De hecho, la población agrícola se mantuvo en permanente amenaza de hambre a
causa de las crisis agrarias.

La transformación de la agricultura española fue lenta e insuficiente, lo que explica la


marginación de España en la industrialización europea. Por su parte, los gobiernos
moderados defendían los intereses de los propietarios y realizaron una política comercial
proteccionista, reservando para ello el mercado nacional que permitía a los propietarios
conseguir enormes ganancias, sin invertir en la mejora de la producción.

6.2 Transformaciones de final de siglo


Con la introducción del liberalismo económico (1870), de las desamortizaciones y la
mejora de los transportes, el sector primario se desarrolló, creándose una agricultura
moderna. Se tomaron medidas como el crecimiento de la superficie cultivada, implantación de
mejoras técnicas, el aumento de la demanda interna y de las exportaciones. Algunos de los
sectores que progresaron fueron el de los cereales, olivar, ganadería (favoreciéndose la
ganadería intensiva) y viñedos como consecuencia del aumento de producción y exportaciones
por una epidemia en Francia.

Se incrementó la producción agraria (s.XX) mejorando la productividad, aunque en general


España seguía teniendo un sector agrario basado en la tradicional trilogía mediterránea,
enriquecida poco a poco con cultivos frutales, entre otros.

7. CONCLUSIÓN

La desamortización fue la medida económica más revolucionaria de todas las tomadas por
los gobiernos liberales, aunque no fue suficiente. Al atraso de la agricultura española, se unió el
aumento de las diferencias sociales entre una burguesía enriquecida y un campesinado cada vez
más pobre. De este modo, la oligarquía rural será importante en el plano político y
económico (caciquismo).

Por otro lado, a pesar de los cambios agrarios, la agricultura española siguió en general
estancada. Por ello, ni suministraba mano de obra a la industria, ni mercado suficiente para los
productos industriales, ni capitales para invertir. En conclusión, la agricultura frenará el
desarrollo de los demás sectores productivos en España.

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