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Ensayo Santo Tomás de Aquino

Por: Griselda López García

El leer sobre Santo Tomás de Aquino resulto todo un contraste, ya que el pensamiento de este era
totalmente religioso y basado en la fe, sin buscar fundamentos científicos o filosóficos de sus
creencias, pues reflejaban un conjunto de ideas acerca de la realidad y un conjunto de preceptos
cuyo cumplimiento permite al fiel la vida y felicidad tras su estancia en este mundo. Por ello, la
separación de razón y fe, teología y filosofía, ha estado muy presente a lo largo de la historia, ya
que para muchos estudiosos son totalmente opuestas. Sin embargo, para Santo Tomás ciencia y
religión, son dos ámbitos distintos, pero no opuestos ni contradictorios sino complementarios: la
ciencia procede de la razón humana, de su necesidad de conocer el origen y la verdad todo lo que
existe, incluido al hombre y posee leyes y métodos propios, que son susceptibles a ser
demostrados. Por su parte la religión, procede de la revelación y de la fe, de la necesidad del
hombre de conocer el origen y la verdad de todo lo que existe, al igual que la ciencia, pero su
interés va más allá del plano tangible, pues se enfoca al plano espiritual, a lo esotérico y toma
como origen de las cosas a un ser superior:”Dios.

Dichas afirmaciones, resultan muy polémicas, y atrevidas por parte de éste teólogo, sobre todo si
consideramos que su propia madre hizo que se le encarcelara por un año, sólo por el hecho de
que su familia no estaba de acuerdo con su deseo de ingresar a la Orden de los Hermanos
Predicadores. Sin embargo, son indudables sus aportaciones sobre todo porque manifiesta que
entre las dos esferas de conocimiento cabe incluso la colaboración: la revelación puede servir a la
razón como orientadora. Por su parte, la razón puede servir a la fe para aclarar, explicar y
defender los misterios de la revelación.

En este sentido, no puedo dejar de estar de acuerdo, pues definitivamente existen algunas
creencias y sucesos que nunca podrán ser demostradas si nos guiamos únicamente por la razón,
comenzando por los milagros de Jesús, así como todo lo relacionado a los fenómenos
paranormales, la aparición de ovnis, la vida después de la muerte (si es que existe), las figuras de
dimensiones enormes que aparecen en una sola noche en diversos cultivos del mundo, etc, con
esto no pretendo decir que debemos inclinarnos hacía la religión, pues sin duda existen muchos
fanáticos que aceptan o creen en situaciones o “milagros”, sin analizar primeramente, con la razón
dichas situaciones y llegan al grado de lo absurdo venerando un comal con la silueta de la
virgen(según ellos).

En otro punto en el que estoy de acuerdo con Santo Tomás es en la necesidad de la fe pues “no
todo hombre puede llegar a la verdad por la razón, bien por falta de tiempo, bien por falta de
capacidad; además, la fe debe guiar a la razón para evitar el error”, ya que en la actualidad los
valores y la fe en nosotros mismos se han perdido, mucho más en la religión, pues la sociedad
quiere algo o alguien en que creer, pero desea que ese algo le solucione la vida y de no ser así
simplemente no creen, lo que genera que haya cada vez más cambios de religión, surgimiento de
nuevas “religiones” o figuras de adoración como la “santa muerte”. Pero si alguien tiene fe, tanto en
el mismo como en su religión cualquiera que sea, y si ésta se basa en hacer el bien o fomentar los
valores humanos, será desde mi punto de vista una mejor persona.

Otro aspecto que me pareció bastante interesante es como en base al razonamiento demuestra la
existencia de Dios, afirmando que puede ser mostrada como verdadera con la mera comprensión
del término "Dios" y de la esencia de dicho término, ratificando que la proposición "Dios existe" no
es evidente para nosotros, pero es evidente en sí misma (pues es verdad que la existencia se
incluye en la esencia de Dios).
A pesar de ello, Sto. Tomás manifiesta que es posible la demostración de la existencia de Dios a
partir de lo más conocido para nosotros, es decir, la experiencia sensible y lo realiza mediante lo
que denomina las cinco vías que parten de los efectos de la actuación de Dios en el mundo para
remontarse a Él como causa última. Dichas vías presentan un esquema argumentativo similar:
el punto de partida es un dato real de experiencia, fijándose en distintos aspectos de la realidad del
mundo físico; en un segundo momento, introducen un principio metafísico (nada puede ser causa
de sí mismo, lo perfecto no puede tener su origen en algo menos perfecto...); en el tercer momento
coinciden en la afirmación de que en una serie causal concatenada no se puede proceder
indefinidamente sino que es necesario detenerse en un término; y concluyen en la necesidad de la
existencia de un ser supremo trascendente.

La primera vía la hace “Por el movimiento” y comenta que existe el movimiento; todo lo que se
mueve es movido por otro motor; si este motor se mueve, necesitará a su vez otro, y así hasta el
infinito; esto es imposible, porque no habría ningún motor si no hay un primero, y este es Dios.

En la segunda vía “Por la causa eficiente” afirma que hay una serie de causas eficientes: tiene que
haber una primera causa, porque si no, no habría ningún efecto, y esa causa prima es Dios.

En la tercera vía “Por lo posible y lo necesario” asegura que la generación y la corrupción muestran
que hay entes que pueden ser o no ser; estos entes, alguna vez no han sido, y habría habido un
tiempo en que no hubiera nada, y nada hubiera llegado a ser; tiene que haber un ente necesario
por si mismo, y se llama Dios.

En la cuarta vía “Por los grados de la perfección” asevera que hay diversos grados de todas las
perfecciones, que se aproximan más o menos a las perfecciones absolutas, y por eso son grados
de ellas; hay, pues, un ente que es sumamente perfecto, y es el ente sumo; este ente es causa de
toda perfección y de todo ser, y se llama Dios.

La quinta vía “por el gobierno del mundo” Los entes inteligentes tienden a un fin y un orden, no por
azar, sino por la inteligencia que los dirige; hay un ente inteligente que ordena la naturaleza y la
impulsa a su fin, En conclusión, debe existir una Inteligencia Ordenadora y ese ente es Dios.

Sin ánimo de ser peyorativa considero que lo dicho y estudiado por Santo Tomás, debido a que es
religioso y a la época en que vivió, tuvo como era de esperarse grandes influencias católicas, pues
dichas conclusiones siempre llegan al mismo fin: Dios.

Lo que debo reconocer es que pensó, reflexionó y obtuvo premisas que para él y sus
contemporáneos resultaron satisfactorias, pues usó el conocimiento que tenía para poder
elaborarlas de una manera lógica, aunque a mi parecer sea incorrecta, con esto no intento decir
que Dios no existe, sólo que debemos creer en él por otros motivos fuera de la filosofía de Santo
Tomás.

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