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SISTEMA PENITENCIARIO, DERECHO COMPARADO

HIDALIA MERCEDES MORALES ORREGO


KAROL DANIELA ALBA SANDOVAL
MARÍA JOSÉ VARGAS BOHORQUEZ
JHOELY KATHERINE URIBE RAMOS

DOC. GLADYS ROJAS VILLAMIZAR

GRUPO: B.DE 3

UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS CAMPUS BUCARAMANGA


FACULTAD DE DERECHO

BUCARAMANGA, SANTANDER
2023
CUBA VS COLOMBIA, DERECHO COMPARADO EN EL SISTEMA
PENITENCIARIO

Para referirnos a las diversas comparaciones que surgen entre la República cubana y
colombiana respecto a su sistema penitenciario, es fundamental desglosar el contexto
social y político que corresponde a cada una de manera independiente.

Por un lado, Cuba, es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano,


organizado colectivamente en una República unitaria y democrática con una población de
alrededor 11 millones de habitantes.

La política social en Cuba, hasta 1989, logró avances muy notables en educación,
salud, seguridad social, empleo y distribución, pero el colapso del campo socialista y
otros factores internos y externos como el crecimiento de la economía cubana durante
mucho tiempo y su posterior enfrentamiento a ciclos de ralentización y recesión,
provocaron una severa crisis que tocó fondo en 1993 y deterioró casi todos los
indicadores sociales originando un crecimiento masivo en la pobreza y la desigualdad.

Asimismo, el tema de la justicia social ha ocupado un lugar principal en la sociedad


y el sistema político cubano desde 1959, debido a que, más allá de los mecanismos de
represión y control, la permanencia e inmutabilidad del régimen cubano han descansado
y descansan en la efectividad de sus mecanismos de legitimación, que en su dimensión
simbólica construida a legitimar un orden político autoritario, centralizado y verticalista
que ha conducido a la opacidad, cuando no a la oclusión, de la autonomía social.

Colombia, por su parte, es un país soberano que se constituye en un Estado unitario,


social y democrático de derecho cuya forma de gobierno es presidencialista bicameral y
posee una población de alrededor 52 millones de habitantes.

La realidad del país ha venido cambiando significativamente y a un ritmo acelerado,


la situación sociopolítica colombiana actual, gira en torno a asuntos como la unidad
política y social, la manifestación de la sociedad civil reclamando sus derechos, el
desprestigio de la clase política y la corrupción, la construcción de un país libre de
violencia y conflicto armado, y la necesidad de volver a retomar instituciones y principios
que son fundamentales en la construcción de la sociedad.

Además de esto, la exclusión social, la vulnerabilidad y la discriminación, son


problemáticas sociopolíticas acentuadas que caracterizan a la sociedad colombiana y que
se desarrollan en su mayoría a causa de, falta de oportunidades, diferencia de ideología u
opinión, indebida administración del gobierno, razones religiosas, sexuales, de género, y
la condición o situación económica de las personas, esto, fundamentado en el estudio de
pobreza del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), que señaló
que “entre 2018 y 2022 ha habido un fuerte incremento de la pobreza monetaria en
Colombia. A diciembre de 2021 se registró que 19.621.000 personas (39,3 % de la
población) vivían con menos de 11.801 pesos al día, y 6.111.000 personas (12,2 %) con
menos de 5.730 pesos”.

De otra manera, para empezar a relacionar en concreto los sistemas penitenciarios de


los países anteriormente mencionados; es imprescindible tener en cuenta el reglamento
normativo de cada país como se describe en el siguiente cuadro comparativo:

REPÚBLICA COLOMBIANA REPÚBLICA CUBANA

CODIGO PENAL Esta señala las CODIGO PENAL Esta es aquella que
(LEY 599 Y LEY normas rectoras, (LEY 151 DEL refleja la esencia a
600 DEL 2000) principios y 2022) la lucha contra el
características delito y la
generales del delincuencia
sistema penal atendiendo a las
colombiano, este condiciones
determina las políticas,
conductas económicas y
punibles, indica los sociales del país.
bienes jurídicos
protegidos y da la
clasificación de los
delitos según su
gravedad.

CODIGO DEL Esta es aquella que CODIGO DEL Tiene el fin de


PROCEDIMIENTO le brinda los PROCEDIMIENTO establecer un
PENAL (LEY 906 principios rectores PENAL (LEY 143 método judicial
DEL 2004) y las garantías DEL 2021) uniforme en la
procesales a cada interpretación y
una de las personas aplicación de la
que están siendo ley.
investigadas o
juzgadas

CODIGO Es la que regula el REGLAMENTO Este tiene la


PENINTENCIARIO cumplimento de DEL SISTEMA misión de
(LEY 65 DE 1993) todas las medidas PENITENCIARIO establecer
de aseguramiento, regulaciones para
de las medidas de garantizar le
seguridad y la ejecución de
ejecución de las sanciones.
penas privativas de
la libertad personal
De igual modo, podemos ver que en el ordenamiento Colombiano, han surgido
diversas leyes y actos que modifican las normas anteriormente mencionadas; unos de
estos son:

Ley 1709 de 2014. Esta tiene el fin de reformar algunos artículos de la ley 65 de
1993 y de la ley 599 del 2000, como el artículo 2 del código penitenciario (Ley 65 de
1993) el cual nos habla sobre la legalidad, el cual indica que toda persona es libre y que
la una excepción que tienen detención preventiva son aquellas personas que están siendo
investigadas o juzgadas.

Decreto 2770 de 2004. El cual corrige aquellos errores o gazapos que se tuvieron
al momento de la elaboración de la ley 906 del 2004.

Ley 890 del 2004. Modificó yerros que tuvo la ley 599 del 2000 además que le adiciono
ciertos vacíos que tenía la misma.

Ahora bien, otro tema fundamental del sistema penitenciario en ambos países, hace
énfasis en la resocialización y esta podemos sintetizarla en dos dimensiones:

I) La resocialización como fin de la pena o de la sanción penal.

El eje principal de esta dimensión, son las denominadas teorías de la prevención;


estas sostienen que la pena debe cumplir necesariamente una función social, no tendiente
a la retribución del hecho pasado, sino a la prevención de futuros delitos. Proclaman que
la función de la pena es motivar al delincuente y a los ciudadanos en general a no lesionar
o poner en peligro bienes jurídicos penalmente protegidos.

La llamada teoría de la prevención parte también de la motivación de la pena, pero


entiende que este efecto no se dirige a la colectividad, sino específicamente al
delincuente. Se ha planteado que no se trata de una teoría de la norma sino de la
ejecución penal.
Esta clase de prevención consiste en impedir la reincidencia delictiva ya que los
mecanismos generales preventivos no fueron suficientemente efectivos y la evitación de
la comisión de nuevos delitos debe producirse a través de la reeducación, rehabilitación o
corrección del delincuente para que viva en sociedad y respete el ordenamiento jurídico.
A diferencia de la prevención general, “la prevención especial se origina mediante la
declaración jurisdiccional de la responsabilidad penal y la consecuente individualización
de la sanción, autorizada legalmente según el delito cometido

De tal modo resulta viable sostener que la Resocialización aparece como un tipo
de prevención, en este caso especial, dirigida a lograr a través de la sanción la corrección
del delincuente en función de que no cometa en el futuro nuevos ilícitos penales.

II) La resocialización como estrategia funcional del Control Social

De esta dimensión, podemos afirmar que la Resocialización se ha concebido


históricamente dentro de la estrategia represiva o como consecuencia de ella, partiendo
de que la represión aplicada a un individuo por su actuar delictivo trae aparejada una
necesidad resocializadora.

De ahí que reconozca una interactividad evidente de las estrategias represiva y


resocializadora, aunque defendiendo de forma congruente la independencia de ambas
como estrategias controladoras, pues “aún cuando puedan coexistir temporalmente y ser
consecuencia una de otra, las funciones y trascendencia para el control se encuentran
diferenciadas”. En tal sentido resulta determinante el criterio de plantearse que, la
represión persigue que mediante el castigo se logre un efecto preventivo-disuasorio de
alcance defensivo social e intimidatorio individual, y a tales efectos direcciona los
mecanismos y agencias del aparato jurídico-penal; mientras que la resocialización parte
de la perspectiva de utilidad individual y reconocimiento de la esencia social de esa
conducta criminal, con posibilidad de ser modificada removiendo los elementos
criminógenos de la personalidad.
De esta manera, ante la distorsión conductual provocadora de lesiones a bienes
jurídicos penalmente protegidos e imposibilitada de ser controlada por las agencias del
control social informal, se desata la estrategia represiva. La misma será operada por
agentes a través de mecanismos extracomunitarios, los que con carácter reactivo-
coercitivo destinan su funcionamiento (entre otros fines) a producir una corrección
socializadora especial, conocida tradicionalmente como Resocialización

La función de la pena está reglamentada en Colombia en el artículo 4° de la Ley


599 de 2000. La función general es la de prevenir; situación que demuestra que no
siempre la condena va a ser el encierro o privación de la libertad de un individuo. En el
caso de los jóvenes menores de edad, por ejemplo, la privación de la libertad es
excepcional, es decir, que es muy poco probable que un menor reciba esta condena por
un delito que haya cometido, ahora bien, la corte constitucional tiene la teoría que la pena
buscan justificar de manera racional la existencia del derecho penal, que a través de la
administración de justicia imponen en nombre de la sociedad las sanciones a los
infractores de la ley penal. Corolario de lo anterior, se tiene que la teoría de la pena se
justifica a partir de su función y finalidad.

La primera función de la pena es la retribución justa; que la condena de una persona


sea equivalente al daño causado. Situación que a veces desde la vista exterior del caso
resulta ser injusta. En estos casos, el juez determina cómo el implicado va a retribuir el
daño cometido; Dos funciones adicionales son la prevención especial y la reinserción
social. El primero, como su misma palabra lo indica, busca prevenir que el condenado
vuelva a cometer el mismo delito; la segunda es que con la pena haya una inserción
favorable a la sociedad del implicado; Finalmente, la última función de la pena es
proteger al condenado de amenazas o retribuciones de las víctimas de sus actos
delictivos.

Las funciones que debe cumplir la pena según la Corte Constitucional (2016) en
Sentencia C-261. M.P. Alejandro Martínez Caballero, son la prevención general como
función general, en donde queda demostrada que no siempre la condena debe
corresponder a la privación de la libertad del individuo; la retribución justa en donde la
condena impuesta a una persona infractora de la ley penal sea equivalente al daño que
causo; la prevención especial que busca prevenir que el condenado reincida el mismo
delito; la reinserción social determina que con la imposición de una pena exista una
resocialización efectiva y el condenado pueda reintegrarse a la sociedad y por último la
protección al condenado función del Estado de verificar que el condenado no sea víctima
de amenazas o retribuciones de las víctimas con ocasión a sus actos delictivos.

El Código penal cubano regía la función de la pena y este anteriormente utilizaba


inadecuadamente el principio de proporcionalidad, pues existen sanciones cuyo límite
mínimo es excesivamente alto, lo que en la práctica de su aplicación limita el arbitrio. Se
instituye la posibilidad de sustituir sanciones privativas de libertad por otras alternativas
de acentuada influencia social.

La doctrina penal contemporánea bajo el rótulo de Determinación de la pena,


engloba toda una serie de aspectos que deben ser tenidos en cuenta en el momento de
imponer la sanción penal y se utilizan término tan conocidos, como la pena-tipo , para
significar la voluntad del legislador en cuanto a la medida a imponer en relación directa
con el grado de peligro que representa la conducta descrita, y que equivale a la penal
legal en abstracto y que reviste diversas modalidades, por la unidad o diversidad de
castigos que la integran y puede entonces estar constituido, por lo que se ha dado en
llamar:

- Pena única, esto es un solo castigo, es decir las conductas solo penalizadas con
privación de libertad como es el ejemplo de la legislación cubana en el delito de
Corrupción de menores,

- Penas disyuntivas, de modo que el órgano sentenciador por uno de los dos castigos
que se ofrecer por ejemplo algunas de las modalidades delictivas de las que protegen el
Patrimonio cultural en nuestra legislación que acoge la fórmula de privación de libertad o
multa.

- Penas conjuntas, es la compuesta por varias formas de castigos, todos los cuales
pueden ser impuestos en un mismo sistema de penalidad, que las combinaciones de
multa, privación de libertad y hasta la accesoria de confiscación de bienes

La pena en cuba tiene como fin la enmienda, que quiere decir, que es el castigo
que se le da al delincuente por el daño ocasionado y así lograr su arrepentimiento;
también tiene el fin de la readaptación social del delincuente, es decir, lograr con la pena
que el delincuente, después de haber cumplido con la pena, vuelva a reinsertarse en la
sociedad y continuar con una vida normal, a través de la enseñanza y la educación. La
pena debe cumplir la función preventiva en general, es decir, que debe intimidar a la
colectividad de la sociedad imponiendo la ley y así mismo la pena para aquel que cometa
algún acto delictuoso; también debe cumplir una función preventiva especial, es decir,
que mediante la educación que se la da al delincuente en los centros penitenciarios, y así
lograr que este se aleje de la comisión de nuevos delitos, para que pueda reinsertarse en la
sociedad.

La Doctrina de la Corte Constitucional de Colombia exalta la universalidad de los


derechos de las personas que están privadas de la libertad, principio según el cual, toda
persona por el simple hecho de serlo merece trato digno y la garantía de gozar de sus
derechos fundamentales, independientemente del crimen que haya cometido. Sin
embargo, a la hora de penalizar a una persona, la medida en que ésta pueda gozar de sus
derechos se va a ver limitada.

Para ello, la Corte Constitucional colombiana ha desarrollado el concepto de


“Relación especial de sujeción “que existe entre las personas privadas de la libertad y el
Estado, y en virtud de la cual, el Estado colombiano puede exigirle a los internos que se
sometan a condiciones que restringen y limiten ciertos derechos fundamentales con el
propósito de contribuir al proceso de resocialización y garantizar la disciplina, siempre y
cuando esta suspensión se realice bajo los criterios de la razonabilidad, necesidad y
proporcionalidad.

Para poder realizar esta limitación, se ha clasificado los derechos fundamentales de las
personas privadas de la libertad en tres grupos:

1. Derechos suspendidos como – Libertad de locomoción


consecuencia de la pena impuesta
– Derecho al voto.

2. Derechos limitados en virtud de la – -Libre desarrollo de la personalidad


Especial sujeción del Interno al Estado.
– -Intimidad personal y familiar.

– Unidad familiar.

– Libertad de expresión.

– Libertad de trabajo

– Educación.
3. Derechos intocables – Derecho a la vida.

– Integridad personal

– Derecho a la salud

– Igualdad

– Libertad religiosa

– Debido proceso

– Acceso a la administración de justicia.

No obstante, pese a que el sistema penal de Colombia intenta ser garantista con las
personas procesadas, acusadas o recluidas, la realidad es que los centros penitenciarios ya
no dan abasto, y se han convertido en centros de hacinamiento de personas. Según cifras
otorgadas por el INPEC, a junio del año 2022, la capacidad de las cárceles colombianas
estaba en 81.175 personas y la población de ese entonces era de 97.425 personas, es
decir, un hacinamiento del 20%.

Estas condiciones en que viven las personas privadas de la libertad degradan y


vulneran los derechos fundamentales catalogados como intocables, tales como el derecho
a la salud, a la igualdad, integridad personal y dignidad humana, pues estas personas no
tienen un lugar decente para cumplir con su sentencia. Esto también impide lograr el
objetivo de la resocialización, porque para lograr esto, evidentemente se necesita del
espacio apropiado y decente para la realización de actividades, para que las personas
privadas de la libertad puedan acceder a la educación como parte del plan de
resocialización, entre otras cosas.
Ahora, hablando del caso cubano, encontramos muy poca información, debido a las
restricciones de prensa internacional que ha tenido el país. Sin embargo, encontramos
que, en la formalidad, el funcionamiento de la función judicial en la República de Cuba
no dista mucho del de nuestro país, toda vez que ambos sistemas poseen principios
similares. Tanto en Cuba como en Colombia, todos los procedimientos judiciales se
deben realizar bajo la presunción de inocencia de la persona que se acusa, el derecho de
todas las personas a ser iguales ante la Ley y, por ende, ante los Tribunales, y el derecho
a obtener una defensa.

Sin embargo, hay una diferencia entre el sistema penitenciario colombiano y el


cubano, y se trata de la sanción de muerte. En Colombia, la pena de muerte quedó
proscrita con el nacimiento de la Constitución Política de 1991, la cual consolidó a la
República como un Estado Social de Derecho, fundado en el respeto de la dignidad
humana. Como consecuencia de ello, el sistema penitenciario pasó a tener una función
más humanista, partiendo del objetivo principal de la pena: la resocialización de la
persona. Esto quiere decir que, en Colombia, la pena impuesta a las personas que
cometieron un delito tiene el objetivo de prepararlas para que puedan volver a vivir en
sociedad, respetando los derechos ajenos, darles una nueva oportunidad, no condenarlos
de una manera absoluta.

Por otro lado, en la República de Cuba se habla de la sanción de muerte como una
pena de carácter excepcional, que es aplicada solo en los casos de comisión de delitos
más graves. Esta sanción de muerte no puede ser impuesta a personas menores de 20 años
ni a mujeres que cometieron el delito en estado de embarazo o que lo estén al momento
de dictar sentencia.

Ahora bien, hablando del sistema carcelario y de los derechos de los reclusos en
Cuba, la realidad está totalmente alejada del formalismo que se plantea en las Leyes y la
Constitución. La última vez que la República de Cuba permitió a la prensa documentar
las prisiones del país fue en el año 2012 y, según la recopilación de datos hasta ese
entonces, Cuba sería el quinto país a nivel mundial con mayor tasa de personas recluidas,
y también el segundo país con más hacinamiento en establecimientos carcelarios de
América.

Cuba tiene un largo historial de violaciones a Derechos Humanos, especialmente


sobre sectores que se reconocen como disidentes o disconformes con el sistema político
actual. Aunque Cuba haya firmado y ratificado la Convención de Naciones Unidas contra
la Tortura y Otros Tratos Crueles e Inhumanos desde 1995, hasta el día de hoy no hay
congruencia entre el formalismo de la Ley y la realidad que viven los reclusos en Cuba,
sobre todo para sancionar conductas relacionadas a los que son considerados delitos
políticos.

Referencias bibliográficas

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T-5177320, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio; 10 de febrero de 2016.

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