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Rolando Ivan Medrano Chavez - 2113301 Contabilidad Financiera Grupo I10 Dom.

Débora A. García Morales


Genero en la vida cotidiana

Sábado 2 de abril de 2022


La desigualdad de género se define como
un fenómeno social, jurídico y cultural en
el que se presenta discriminación entre
las personas a razón de su género. Ocurre
cuando un colectivo tiene privilegios por
encima del otro, vulnerando los derechos
de este último. La desigualdad de género
emanaría de las concepciones sociales
sobre los roles de las mujeres y los
varones y estaría fuertemente imbricada
en leyes, regulaciones y políticas públicas.
Es estructural:

Una construcción social, determinada por el


sistema heteropatriarcal de sexo/género binario,
que regula las relaciones sociales a partir de las
diferencias percibidas y asignadas a hombres y
mujeres.

Es transversal:

Afecta al conjunto de las mujeres, es decir, una


mayoría social (52%). Por el hecho de ser
socialmente leídas como mujeres, viven
discriminaciones, vulneración de derechos y
subordinación respecto a la otra mitad de la
humanidad.
Está atravesada por desigualdades múltiples:
La clase social, el origen, la etnia, la
orientación sexual, la identidad de género y la
religión, configuran un sistema complejo de
opresiones múltiples y simultáneas que
producen formas de subordinación y opresión
específicas y diferenciadas.
Está configurada por el modelo económico: 
Un modelo capitalista que presenta como
separadas la esfera productiva y la
reproductiva. El capitalismo heteropatriarcal
se sustenta en la división sexual del trabajo,
que atribuye a los hombres el trabajo
productivo -el propio del espacio público,
socialmente reconocido y remunerado- y el
trabajo reproductivo, el de cuidados y
doméstico, a las mujeres. Es el trabajo
invisibilizado, sin reconocimiento simbólico ni
económico, no reconocido como trabajo real
y, por lo tanto, no vinculado a derechos y
protección social.
Estudio
La discriminación de género en la educación se da también
una vez adentro del sistema educativo y afecta muy en
particular a las mujeres pero también a los varones,
estando además relacionada con otras variables, como la
pertenencia étnica, religiosa, social o la orientación sexual.

“Los problemas relacionados con la escolarización de las niñas no


se encuentran desligados del contenido de la educación. Por el
contrario, los estereotipos de género, las amenazas a la
seguridad emocional de las niñas y el currículo insensible a las
cuestiones de género conspiran directamente contra la
realización del derecho a la educación”. V. Muñoz Villalobos. “El
derecho a la educación de las niñas. Informe del Relator
Especial sobre el derecho a la educación”
Empleo
Las mujeres siguen teniendo un 30% menos de
probabilidades que los hombres de tener un
empleo, y una mayor probabilidad de ser pobres y
llegar a la vejez sin una pensión decente. Todo esto
perjudica el ejercicio de los derechos humanos y la
eficiencia económica, y exige un cambio urgente.

El salario medio anual de una mujer es un 22,17% más


bajo que el de un hombre, un buen ejemplo de la 
desigualdad de género. La tasa de empleo en mujeres
es del 44% mientras que la de los hombres es del
55,7%.
Conciliación
En cuestiones de conciliación también se aprecia
desigualdad de género. De entre las personas que no han
podido costear servicios para el cuidado de los hijos y,
por ello, no buscan empleo, el 35,8% son mujeres y solo
el 9% son hombres. En el caso de que solo decidan
realizar un recorte de jornada, el 95% de los ocupados a
tiempo parcial por estos motivos son mujeres. Además,
las cifras relativas a trabajadores que han dejado de
ejercer por un periodo mayor de un año con motivo del
nacimiento de un hijo también son esclarecedoras: en el
caso de los hombres, el porcentaje es de un 7,4%,
mientras que el de mujeres es de un 38,2%
Hogar
Los quehaceres de los hombres y las mujeres tienden a
dividirse entre lo que se hace al aire libre y en interiores. Las
mujeres hacen la mayoría del trabajo dentro de casa —como
cocinar, limpiar y lavar la ropa— mientras que los hombres se
dedican más al trabajo en el exterior, como cortar el césped
o sacar la basura.

Las tareas del hogar se reparten también de forma poco


equitativa. En general, las mujeres dedican una media
semanal de 20 horas a poner a punto su casa, mientras que
los hombres solamente una media de 11 horas. Además, la
tasa de riesgo de pobreza también es mayor en la población
femenina, un 21,3% frente al 20,1% de los hombres.
Politica
La desigualdad de género en la política es un
rémora discriminatoria que persiste y que impide
a más de la mitad de la población, las mujeres, una
participación equitativa en la esfera política.

La participación de las mujeres en cargos ejecutivos


de los principales partidos políticos se cifra en un
38%. Y según datos de la ONU, el 90% de los jefes
de estado del mundo son hombres, y, en cuanto a las
personas que conforman los parlamentos,
¡encontramos que la cifra de hombres es del 76%!
La violencia machista
Se sustenta en la discriminación y la opresión de
las mujeres, simplemente, por el hecho de ser
socialmente leídas como mujeres. Es una
expresión del poder masculino.

Es utilizada para reproducir y mantener el


estatus de los hombres y su autoridad sobre las
mujeres. Es una violencia instrumental al sistema
patriarcal.

Permite perpetuarlo: La violencia contra las


mujeres resulta, así, causa y consecuencia del
sistema patriarcal.
No solo es física. 

Puede adoptar forma de violencia psicológica,


sexual, económica, social e institucional. No existe
ningún ámbito de la vida de una mujer que no esté
expuesto a amenazas o manifestaciones de violencia.

No es exclusiva de una cultura, región o país, ni de


grupos particulares de mujeres en la sociedad.

Es un fenómeno estructural arraigado en las


relaciones de poder desiguales entre hombres y
mujeres, un desequilibrio que caracteriza las
sociedades patriarcales.
La violencia también condiciona la posición que pueden ocupar
las mujeres en la sociedad, puesto que tanto los hechos
concretos de violencia en si, como la existencia de una amenaza
latente, mantiene a las mujeres en posición subordinada.

Además, la violencia tiene consecuencias en todas las esferas


de la vida de las mujeres: la salud, la participación laboral, las
relaciones y la vida social, la vivienda, su situación económica y
su relación con la justicia. La violencia reduce las capacidades
de desarrollo y bienestar de las mujeres e impide vivir en
seguridad.
Accones Positivas de Igualdad de
Genero
.

En los últimos años parece que esta brecha


de desigualdad de género se está reduciendo
poco a poco, aunque todavía queda mucho por
hacer, especialmente en los países del sur
donde además del reto del desarrollo existe
el reto de la equidad entre hombres y
mujeres.

Pero podemos mejorar realizando las


siguientes acciones:
Compartir el cuidado

¿Alguna vez escuchaste el dicho "el trabajo de una mujer nunca se termina"?
Bueno, es verdad: las mujeres se ocupan tres veces más del trabajo
doméstico y de cuidado no remunerado que los hombres. Esto se traduce en
tiempo y energía que se les quita a las mujeres para avanzar en sus carreras,
ganar más dinero y disfrutar de las actividades de ocio.

Demuestra que te importa: comprométete a repartir por igual las tareas

domésticas, las responsabilidades de crianza y otro trabajo no remunerado. A

continuación, te ofrecemos algunas estrategias para que te pongas en marcha:

Empieza por tener una charla con tu familia. Identifica las necesidades de

cuidado y las responsabilidades domésticas.

Considera y analiza tus fortalezas cuando compartas las responsabilidades de

cuidado.

Organiza las actividades domésticas mediante una lista de tareas. 

Desde poner la mesa hasta cocinar, alienta a las niñas y niños a colaborar por

igual en las tareas domésticas.

Si uno de los cónyuges de la familia trabaja a tiempo completo, reconoce y

admite el valor de su trabajo.


Denunciar los casos de sexismo y acoso 

Desde los piropos y la macho explicación hasta las bromas sexuales


inapropiadas, las mujeres se enfrentan a diario a todo tipo de
comportamiento sexista e irrespetuoso en lugares públicos y privados.

Puedes ser un observador activo al romper el status quo y desafiar a


tus pares. Empieza por denunciar cualquier comportamiento inadecuado
de manera segura y respetuosa. Cuestiona cualquier noción
estereotipada de género, como "una mujer debería saber cuál es su
lugar" y "no te pongas sensible", mediante un diálogo abierto. Cuando se
trate de entablar una conversación, conoce los hechos, de modo que la
próxima vez que alguien te haga comentarios como "¡La brecha salarial
es un mito!", puedas acallar en seco y con elocuencia esa información
falsa.

Si eres testigo de un caso de acoso, denúncialo y da un paso adelante.


Busca la ayuda de otras personas si tienes miedo de hacerlo. Tómate el
tiempo de escuchar a la víctima y pregúntale de qué manera la puedes
Exigir una cultura de igualdad en el trabajo  

Desde el acoso sexual hasta la brecha salarial de género, las mujeres

enfrentan una lista completa de prácticas discriminatorias en lo que se

refiere al lugar de trabajo. Exige un ambiente de trabajo progresista a

través de la representación equitativa de mujeres en los altos cargos y

juntas directivas, la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor y

el dictado de cursos de formación sobre igualdad de género.

Las mujeres suelen hacer grandes sacrificios profesionales para tener

una familia, lo que repercute en su bienestar personal y económico. Una

manera de igualar las condiciones es luchar por la aprobación de políticas

unificadas de licencia parental que ofrezcan un período amplio de licencia

remunerada a las madres y los padres biológicos y adoptivos. Es

importante alentar a los padres a desempeñar un papel activo en la

crianza de sus hijas e hijos. Los programas de reinserción laboral también

pueden ayudar a las mujeres a recuperar la formación que pudieran haber

perdido cuando están listas para reincorporarse en el mercado laboral. 


Enseñarles a las niñas lo valiosas que son

Incluso antes de llegar a la pubertad, las niñas de todo el mundo ya han internalizado

creencias sobre su lugar, valor y papel en la sociedad como personas dependientes,

vulnerables o incapaces, y se les enseña que deben actuar de esa manera, lo que

refuerza los estereotipos de género y les impide desarrollar todo su potencial.

Es difícil desaprender este tipo de creencias. Por este motivo, es muy importante

abordarlas desde temprana edad. Recuérdales a las niñas que forman parte de tu vida

que son fuertes, capaces y se merecen el mismo respeto que los niños. Asegúrate de

que entiendan de que son mucho más que su apariencia: elógialas por su inteligencia,

fortaleza, capacidad de liderazgo, destreza física y muchas áreas más.

Anima a las niñas a alzar la voz y hacerse valer. Contrarresta las narrativas y el

lenguaje que las persuada de no hacerlo: diles que son "audaces", no "mandonas".

Demuéstrales que sus pensamientos importan pidiéndoles su opinión y escuchándolas

cuando hablen. Y si eres madre/padre o profesor/a, invierte en juguetes, libros y

películas que sean neutrales en materia de género. Muéstrales a las niñas las

posibilidades de su potencial y permíteles jugar como deseen. Hazles saber que no

existe una manera correcta o incorrecta de ser una niña.

 
Ejercer tus derechos políticos 

Por desgracia, las mujeres siguen estando insuficientemente representadas en los

cargos políticos más altos. Hasta 2020, las mujeres sólo ocupan el 25 % de los

escaños en los parlamentos nacionales y representan menos del 7 % de la

dirigencia mundial. ¿Cuál es la manera más fácil y directa de marcar una

diferencia? ¡Votar! Y considera votar por las mujeres.

Infórmate sobre las próximas elecciones y difunde cuáles son las candidatas

fuertes. Regístrate para votar si no lo has hecho y consulta con tus amistades y

familiares para asegurarte de que también se hayan registrado. Posteriormente,

asiste a las elecciones. (Es lo menos que puedes hacer, teniendo en cuenta lo

mucho que lucharon las mujeres por el derecho al sufragio).

Asimismo, puedes causar un impacto donando tiempo o dinero. Ayuda a correr la

voz con el mínimo esfuerzo mediante la realización de llamadas o el envío de

mensajes de texto en favor de tu candidata preferida. Si estás lista o listo para

asumir un mayor compromiso, participa a tiempo completo en una campaña política,

alienta a las mujeres que conozcas a postularse para un cargo o lanza tu propia

campaña.
.

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