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Preguntas orientadoras para la elaboración del texto:

Texto argumentativo

 ¿Ustedes son iguales a los estereotipos que la sociedad dice? ¿Por qué?
  ¿Consideran que podemos ser mujeres y/o varones saliendo de estos
estereotipos? ¿De  qué manera?

 ¿Creen Ud. (como futuro educador/ra) que es necesario incorporar en las


prácticas educativas la perspectiva de género? ¿Por qué? Para responder
tener en cuenta la importancia de superar el sistema binario del género
(modelo que establece dos únicos géneros, el masculino y el femenino, y los
atribuye a dos únicos sexos posibles: el sexo femenino va unido
al género mujer, y el masculino, al género hombre.)

 falta hacer

  ¿Qué actitudes y habilidades será preciso promover desde la escuela?

 Según su criterio, ¿Cuáles creen que son los nuevos desafíos de la ESI
respecto a la perspectiva de género?

Si bien la diferencia entre el macho y la hembra humanos es evidente, que a las


hembras se les adjudique mayor cercanía con la naturaleza supuestamente por su
función reproductora es una idea, no una realidad.

Ambos somos seres humanos igualmente animales o igualmente seres de cultura .El
problema de asociar a las mujeres con lo natural y a los hombres con lo cultural es que
cuando una mujer no quiere ser madre ni ocuparse de la casa, o cuando quiere
ingresar al mundo público, se la tacha de antinatural, porque se quiere salir de la
esfera de lo natural. En cambio los hombres se definen por rebasar el estado natural.

A nadie le parece raro que el hombre viva en el ámbito público, sin asumir
responsabilidades cotidianas del ámbito doméstico. En cambio, la valoración cultural
de las mujeres radica a la capacidad reproductiva. Cuando al principio del siglo XXI
cuando los adelantos científicos en materia de reproducción asistida están desligando
cada vez más a las personas de la función biológica, siga vigente un discurso que
intenta circunscribir la participación de las mujeres a cuestiones reproductivas. Ese
discurso naturalista tiene tal fuerza porque reafirma las diferencias de hombres y
mujeres y, a lo, reafirma la situación de desigualdad y discriminación.
Se puede reivindicar la existencia de características diferentes de los seres humanos,
pero una mirada cuidadosa nos muestra diferentes de los seres humanos pero una
mirada cuidadosa nos muestra la existencia de hombres femeninos, mujeres
masculinas, travestis, transexuales, hombres masculinos que aman a hombres,
mujeres femeninas que aman a mujeres.

Lo interesante es comprender que muchas de las actividades y los papeles sexuales


han sido adjudicados hace miles de años y ahora ya no operan.

Si comparamos algunas sociedades en donde se establece que tejer canasta es una


actividad exclusivamente masculina, y que solo los hombres , por su destreza lo
pueden realizar , , y a las mujeres les está totalmente prohibido , con sociedades
donde ocurre totalmente lo contrario , donde tejer canasta es oficio femenino , y no
hay hombres que quieran hacerlo lo que salta a la vista es lo absurdo de la
prohibición . El tabú se construye a partir de una realidad: la diferente anatomía de
hombres y mujeres, pero la valoración cultural es totalmente distinta. Y si comparamos
a esas dos sociedades con otras, donde tejer canastas es asunto de habilidad, u lo
pueden hacer hombres y mujeres, entonces tal vez podemos vislumbrar un mundo
diferente, sin reglas rígidas de género.

Una perspectiva de genero desde la educación abarca varios ámbitos, desde el diseño
de libros de texto y programas no sexistas hasta desarrollo de políticas de igualdad de
trato y oportunidades entre maestros y maestras. Así como en el ámbito laboral es
importante suprimir la discriminación que afecta a la población femenina, en el
terreno educativo es crucial eliminar las representaciones, imágenes y discursos que
reafirman los estereotipos de género. La tendencia va en aumento, ya que es más fácil
que las mujeres traten de ingresar a trabajos masculinos a que los hombres busquen
desempeñarse en trabajos femeninos, fundamentalmente por razones económicas,
aunque también pesan las razones culturales de género. La desigualdad tiene su
correlato salarial las mujeres ganan menos que los hombres. Esto no permite defender
el principio de igual trabajo igual salario .La segregación de la fuerza de trabajo excluye
a las mujeres de los empleos mejor pagados y prestigiosos. Aunque cada vez más
mujeres ocupan altos puestos técnicos y científicos, e importantes cargos políticos y
administración pública, todavía representa un porcentaje pequeño de estos.

La desvalorización del trabajo femenino está vinculada con la invisibilidad del trabajo
doméstico y de atención y cuidado humanos. El trabajo no asalariado de las mujeres
está estrechamente entretejido con su trabajo asalariado. Las condiciones en que las
mujeres entran al mercado formal e informal de trabajo están ligadas a las condiciones
en que realizan o se resuelve su trabajo doméstico. Las consecuencias del
entrecruzamiento que se da entre el trabajo doméstico y el trabajo remunerado van
desde la carga física y emocional de la doble jornada, pasando por una restricción
brutal de sus posibilidades de desarrollo personal, de sus vidas afectivas y sociales, y
de su participación política como ciudadana, hasta llegar a la vulnerabilidad laboral;
así, son ellas, y no ellos, quienes faltaran al trabajo para resolver cualquier problema
doméstico o familiar.

La perspectiva de género reconoce este contexto cultural y diseña acciones para


garantizar la inserción de las mujeres en el mundo del trabajo y para promover su
desarrollo profesional y político. La perspectiva de género supone revisar todo, desde
como organizamos los tiempos y los espacios, hasta las creencias más enraizadas.

En síntesis podemos decir que en siglo XVIII el concepto de mujer y de varón difiere
ampliamente hay que hoy podemos tener, al menos en la sociedad occidental. Los
varones al igual que las mujeres pueden hacerse cargo de las actividades hogareñas.

Las diferencias a través de los tiempos en las características asignadas a varones y


mujeres, los roles ampliamente diferenciados, que delimitaron tareas y actividades a
cada uno de ellos, otorgaron un papel dominante a los varones y de sumisión a las
mujeres. De este modo los trabajos de las mujeres se restringieron a las tareas
domésticas, atención de la casa y cuidado de niños y enfermos, y la de los varones
transcurrieron en los espacios públicos , trabajos remunerados, funciones políticas y de
gobierno .En la actualidad esto se modificó .De modo , se puede afirmar que a partir de
un hecho biológico , como es el sexo que se trae al nacer, socialmente se construyen
modelos de comportamiento que se estiman pertinentes para varones y mujeres y que
no responden a características naturales o innatas sino que se construyen
socialmente , se aprenden en la familia , en la escuela y en las interacciones sociales en
general .

De este modo se puede afirmar que a partir de un hecho biológico como es el sexo que
se trae al nacer, socialmente se construyen modelos de comportamiento que se
estiman pertinentes para varones y mujeres y que no responden a características
naturales o innatas sino que se construyen socialmente, se aprenden en la familia, en
la escuela, y en las interacciones sociales en general.

La importancia de la escuela:

La primera etapa de la escuela puede enriquecer el mundo social del niño y ofrecerle la
oportunidad de recibir asistencia educativa más planificada y profesional que la
recibida en la familia.

Con la incorporación a las instituciones educativas debe cuidarse especialmente el


periodo de adaptación, familiarizándoles previamente con el lugar y las educadoras,
aumentando progresivamente el tiempo d estancia, incorporando poco a poco los
niños nuevos, apoyar y vigilar las interacciones de unos niños con otros, y planificar, de
forma muy flexible experiencias adecuadas, que favorezcan el desarrollo físico, motor,
cognitivo, lingüístico y social.
Podemos afirmar así que desde distintas perspectivas se enfatiza la importancia de las
relaciones padres, hijos en estas edades de cara a la constitución de la personalidad
infantil.

Un tema de indudable interés tanto para la Psicología como para las Ciencias de la
Educación es el desarrollo del conocimiento de sí mismo.

Se ha demostrado que la autoconfianza, la autoestima, la seguridad, la capacidad de


compartir y amar, e incluso las habilidades intelectuales y sociales, tienen sus raíces en
las experiencias vividas durante la primera infancia en el seno familiar. En un hogar
donde se respira un ambiente de cariño, de respeto, de confianza y de estabilidad, los
niños o niñas se crían y se desarrollan psíquicamente más sanos y seguros y se
relacionaran con el exterior de la misma forma, con una actitud más positiva y
constructiva hacia la vida.

. La perspectiva de género como herramienta de análisis de ESI “El concepto de género se


refiere a la construcción social y cultural que se organiza a partir de la diferencia sexual.
Supone definiciones que abarcan tanto la esfera individual, incluyendo la construcción del
sujeto y el significado que una cultura le otorga al cuerpo femenino y masculino, como a la
esfera social, que influye en la división del trabajo, la distribución de los recursos y la definición
de jerarquías y relaciones de poder entre hombres y mujeres” (Faur, 2007; 31). La perspectiva
de género es una herramienta que permite reflexionar, problematizar y de construir los
mandatos socialmente adjudicados y revisar estereotipos del ser varones y mujeres,
promoviendo cambios tendientes a garantizar la igualdad de derechos y responsabilidades
entre los distintos sexos. 15 Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje
Cuando se habla de género, de construir implica revisar las estructuras o cimientos sobre los
que se erigen las sociedades para encontrar los mecanismos y lógicas invisibles de lo que se
conoce como pautas de comportamiento, costumbres y modos de ver y sentir el mundo, de
relacionarse con los demás y de dimensionarse a uno mismo. Entonces, de construir no es
destruir ni seguir construyendo sobre la base de exclusiones. Es revisar las estructuras sociales
determinadas, con una mirada crítica y poniendo en cuestión aquellos roles preestablecidos y
estereotipos de género. De construir: “Consiste en deshacer sin destruirlo, un sistema de
pensamiento hegemónico o dominante” (Derrida, 2001; 9). Es así que un sistema de género
(Lamas, 2007) es un conjunto de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores
sociales que las sociedades elaboran a partir de la diferencia sexual – anatómica y fisiológica- y
que da un sentido general a las relaciones entre personas sexuadas. Esta construcción
simbólica que en las ciencias sociales se denomina género, reglamenta y condiciona la
conducta objetiva y subjetiva de las personas. En otras palabras, mediante el proceso de
constitución del género cada sociedad fabrica las ideas de lo que deben ser los hombres y las
mujeres, de lo que se supone es “propio de cada sexo”. 3 El género es, por definición, un
concepto multidisciplinar, que no es homogéneo: está atravesado por otras categorías
sociales, como la etnia, la pertenencia a una clase social, a una comunidad religiosa, etc. Todas
estas características impactan en el modo de existir y se traducen en determinadas
condiciones de vida de mujeres y hombres, en su forma de ser y de vivir. Desde la perspectiva
psicológica, el género es una categoría en la que se articulan tres instancias básicas: a. La
asignación de género: esta se realiza en el momento en que nace el bebé a partir de la
apariencia externa de sus genitales. b. La identidad sexual: es una parte de la identidad de las
personas que implica pensar, actuar, percibirse y ser percibido/reconocido por otros como
varón o como mujer. Se va construyendo desde el nacimiento a través de deseos y mandatos,
visibilizados en el trato de los adultos cuidadores. (Imberti- Groisman, 2007) Es una convicción
íntima y profunda de pertenecer a uno u otro sexo, más allá de las características biológicas 3
Por ejemplo, los varones adolescentes suelen aprender las formas de comportamiento
consideradas “masculinas”: ser fuerte y dominante, no mostrar emociones, ejercer autoridad
sobre la mujer, ser exitoso y competitivo. Se les exige saber todo sobre “sexo” y tomar la
iniciativa para tener relaciones sexuales. Incluso el grupo de pares y la familia, muchas veces,
no ven con buenos ojos que a cierta edad los jóvenes no se hayan iniciado sexualmente. Las
adolescentes, por su parte, aprenden que la mujer es considerada un ser más “emocional”. En
general está mal visto que desarrollen ciertos deportes o actividades consideradas masculinas
o que tomen iniciativas para acercarse a los chicos. Se les enseña a ser obedientes, sumisas y
“maternales”. 16 Educación Sexual Integral. Conceptualizaciones para su abordaje c. El papel
de género: el papel o “rol” de género se forma con el conjunto de normas y prescripciones que
dicta la sociedad y la cultura sobre el comportamiento femenino o masculino. Es el conjunto
de expectativas acerca de los comportamientos sociales apropiados según el sexo. Es la
estructura social la que prescribe la serie de funciones para el hombre y la mujer como propias
(Bleichmar1985). Existen variantes de lo femenino y lo masculino, según características
culturales, étnicas, sociales y generacionales, que establecen estereotipos rígidos, los cuales
condicionan los papeles y limitan las potencialidades humanas de las personas. (Lamas, 2006 )
En la constitución del sujeto según su contexto histórico y social cada persona cumple
múltiples roles. Según Ana Fernández (en Greco, 2008, 9) “que alguien pueda saber qué quiere
en su vida y cómo lograrlo, que se sienta con derecho a decir no, a incidir en su realidad para
lograr sus proyectos, necesita un tipo de subjetividad cuya construcción no depende
exclusivamente de su psiquismo”. Cada decisión depende de un contexto que lo habilite, de su
propia posición como sujeto conocedor de sus derechos y de sus posibilidades de reconocer el
propio deseo y desplegarlo en relaciones de reconocimiento de otros. Para muchos niños/as y
adolescentes ésto depende de los espacios que se les ofrezcan, a partir de la acción de adultos
comprometidos, de miradas habilitantes, de palabras y sostenes institucionales. Todas éstas
son cuestiones que pueden ser generadas desde procesos educativos que forjen una
subjetividad responsable. “Es así que devenir sujetos sexuados, hacerse mujer o varón no es
un dato inicial biológico ni individual psicológico, sino una producción a lo largo de una historia
personal, social, cultural, política que se va entramando con el correr del tiempo.” (Greco,
2008:10) Incluir la perspectiva de género como parte de la propuesta de trabajo en educación
sexual implica poder reducir los grados de vulnerabilidad y sometimiento a patrones culturales
que no respetan la igualdad de trato y de oportunidades para varones y mujeres. La posibilidad
de generar modificaciones en los patrones socioculturales estereotipados y eliminar prácticas
basadas en el prejuicio de superioridad de cualquiera de los géneros constituye una premisa
necesaria para trabajar en la prevención y la promoción de la salud 17 Educación Sexual
Integral. Conceptualizaciones para su abordaje Para sintetizar:  Se entiende por sexo las
diferencias biológicas entre mujeres y hombres. Por otra parte, el concepto de género es una
categoría más abarcativa que hace referencia a aquellos roles y funciones esperados que una
sociedad atribuye al hecho de ser varones o mujeres, en un momento y cultura determinados.
 El género, por lo tanto, no remite a las categorías biológicas - mujer u hombre -, sino a las
categorías sociales -femenino y masculino-. De esta forma, pone en evidencia el hecho de que
los roles femeninos y masculinos no vienen determinados por el sexo, sino que son
construidos social y culturalmente.  Estos roles están influenciados por percepciones que se
derivan de factores culturales, políticos, ecológicos, económicos y religiosos. Como así también
de costumbres de la clase social, de la etnia y de prejuicios individuales o institucionales
enmarcados por las leyes existentes.

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