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NOMBRE:

Brisly Mariela Vásquez Barrios.

LICENCIADO:

Luis Guillermo Masaya Lorenzana.

CARRERA:

Licenciatura en Administración Educativa.

SEMESTRE:

Primero

CURSO:

Diseño curricular y planteamiento educativo.

CARNÉ:

9614- 17-17698

2023
CURRÍCULO, ¿CÓMO PREPARAR CLASES DE EXCELENCIA? “EL ESTUDIANTE
Y LA ESCUELA QUE QUEREMOS”

La institución educativa debe establecer el perfil del estudiante a partir de los


problemas que identifica en el contexto, los cuales permiten hacer una caracterización
del estudiante (competencias, conocimientos, habilidades y valores que debe tener el
estudiante al egresar de la institución educativa y/o en cada nivel educativo). Aquí se
deben responder las siguientes preguntas: ¿cómo debe ser?, ¿cómo es?, ¿cómo
desea ser?, ¿cómo puede ser?, y finalmente define el modelo de escuela
preguntándose cuál es la escuela que visionamos.

¿QUÉ ESTUDIANTE QUEREMOS HOY?

La educación moderna se ha olvidado del niño, se habla de pedagogía, currículo,


didáctica y evaluación, cada día proliferan más teorías y modelos pedagógicos, pero se
ha dejado al margen el desarrollo del niño, sus necesidades e intereses son ignorados,
siempre se le ha exigido al profesor el conocimiento de la materia que desarrolla, y esto
es importante, pero no es más importante que el conocimiento de sus estudiantes. El
profesor no es un impartidor de asignaturas, no es un dictador de clases, es un
formador de hombres y mujeres para mejorar el mañana y transformar el futuro, el
conocer la asignatura es importante, pero más importante es conocer a los estudiantes,
no se puede educar a quien no se conoce y no se debe desarrollar la asignatura sin
tener claridad del modelo de ser humano que pretendemos formar, para ello es
necesario hacer una caracterización del futuro egresado abarcando competencias,
conocimientos, habilidades y valores que debe formar el estudiante en su proceso de
enseñanza-aprendizaje, mediante la cual los docentes podamos respondernos a la
pregunta ¿cómo debe ser nuestro estudiante?, ¿cómo es?, ¿cómo desea ser?, ¿cómo
puede ser?. La identificación y formulación de estas interrogantes es muy importante
porque permiten definir las competencias que deben desarrollar los estudiantes y
constituyen un valioso insumo para la definición de las intenciones formativas y la
delimitación de los contenidos curriculares que deben ser abordados en clase, a través
de las cuales se puedan precisar las principales competencias que debe formar el
estudiante, que definen su perfil, la determinación de conceptos que le serán
brindados, el desarrollo de destrezas, habilidades, actitudes y valores que serán
formados en su proceso de enseñanza- aprendizaje. Ahora bien, la integración de
conceptos, actividades, metodologías, desarrollo de destrezas, habilidades y actitudes
de los estudiantes le permitirán al docente identificar y solucionar los problemas que los
estudiantes presentarán en su formación educativa. De hecho, un estudiante puede
tener mucha información y conocimiento y no ser competente, puede saber mucho y no
mostrar competencias, siendo así una configuración compleja y sistémica de las
configuraciones cognitiva, afectiva e instrumental del ser humano, basados en ¿Qué
debe saber y saber hacer el estudiante y cómo debe ser y convivir para poder
solucionar los principales problemas de su entorno y aprendizaje?

El estudiante debe ser un ciudadano democrático que tenga un pensamiento


configuracional, encaminado a interrogar e interrogarse, con una alta capacidad de
análisis y reflexión. Debe potenciar sus competencias éticas y ecológicas que le
permitan cuidar la biosfera, respetar a sus semejantes y amar a la Tierra y a los seres
vivos, basándose en la vida, salud física, integridad física, sentidos, imaginación,
pensamiento, emociones, razón práctica y control sobre el propio entorno. Porque no
tiene sentido que configuremos modelos pedagógicos desarrolladores, activos,
participativos y creativos, si nuestros niños y niñas no aman la vida o no tienen una
adecuada alimentación y nutrición que les garantice vivir lo que le permita su
naturaleza humana y formar redes y circuitos neuronales consolidados y fuertes,
sólidos para el aprendizaje exigente del siglo XXI. Tener una alimentación adecuada y
un lugar apropiado para vivir de manera digna y decorosa, garantiza una buena salud
física y una larga vida. Un cerebro adecuadamente configurado garantiza un
aprendizaje a ritmos más elevados y niveles más profundos, un aprendizaje que
combine todos los órganos de los sentidos, más holístico, auténtico y configurador.

Hoy en día urge fomentar competencias democráticas tales como la representatividad,


la igualdad y la libertad, que constituyen garantías adquiridas por el individuo por ser
parte de la sociedad. El tercer milenio demanda seres humanos resilientes, que sean
capaces de adaptarse a los cambios vertiginosos de una sociedad que fluye de manera
constante y acelerada, y no sólo adaptarse a los cambios de la sociedad sino provocar
cambios, modificar contextos y realidades, transformar entornos, para lo cual se
requiere una alta capacidad de imaginación creativa, no basta con tener muchos
conocimientos. Es importante que el estudiante se convierta en un individuo altamente
creativo, que continúe creciendo e innovando a pesar de ya no estar en la escuela.
Debe ser una persona curiosa, solidaria, colaboradora, humanitaria, comprometida, con
un alto desarrollo de su pensamiento crítico, creativo y reflexivo. Necesitamos personas
que disfruten los retos, problemas y desafíos, que se diviertan buscando soluciones
nuevas y originales a problemas cotidianos, que tengan confianza en sí mismas para
explorar, indagar, crear, inventar y cuestionar. Queremos que nuestros jóvenes sean
capaces de confortarse a sí mismos y de encontrar tranquilidad personal, incluso frente
a los acontecimientos más angustiosos y potencialmente depresivos. Deseamos formar
seres humanos con unas grandes capacidades de empatía, seres afectuosos,
compasivos, con una autoestima adecuada y una vida armónica, equilibrada y
coherente, que amen a sus semejantes y que se amen a sí mismos. Aspiramos a
formar ciudadanos del mundo, capaces de civilizar las relaciones humanas.
Necesitamos formar personas capaces de afrontar su responsabilidad social, que
dominen el difícil arte de actuar en circunstancias de ambivalencia e incertidumbre.

LA ESCUELA QUE QUEREMOS

La escuela debe garantizar una configuración curricular mediante la cual los


conocimientos, destrezas, valores y actitudes declarados en su currículo, sean
aprendidos por todos los estudiantes sin distinción, llevando a la practica la equidad en
el aprendizaje de saberes conceptuales, instrumentales y axiológicos o actitudinales,
tomando en cuenta una función social especifica que es la de gestionar el aprendizaje
que le es brindado a los estudiantes, abarcando los contenidos de todas las áreas del
saber, que tienen un potencial educativo, formativo, axiológico, e incluso político e
ideológico, que los profesores debemos estimular y potenciar. No debemos ignorarlo es
evidente que la escuela por sí sola no forma al ser humano, por cuanto toda la
sociedad es educadora y el estudiante recibe múltiples influencias que configuran su
mente. La escuela es un medio de socialización, es mediadora de la formación
humana, es un agente educativo a través del cual la sociedad cumple su función. La
finalidad de las instituciones educativas modernas es formar en cada sujeto la
capacidad de ser feliz, de manera que, con la formación general ofrecida por la
escuela, cada persona pueda valorarse a sí misma y configurar su propio proyecto de
vida, para lo cual es necesario transformar totalmente la escuela, su organización,
funciones, estructura, sentido y significado. El actual sistema educativo tiene sus raíces
en la Edad Media y está muy lejos de responder a las demandas y expectativas de la
sociedad postmoderna. La escuela del siglo XXI debe ser amena, atractiva, hermosa,
que provoque en los estudiantes deseo y placer de estar en ella.

La escuela es una entidad única y especial, maravillosa, es uno de los grandes


inventos de la historia de la humanidad, y debemos salvarla de su extinción, porque
cada día la escuela pierde adeptos y defensores, y si no se repiensa, si no se reforma,
si no se resignifica y se reconfigura, la escuela, tal como la conocemos hoy, podría
desaparecer. Las escuelas no son sólo lugares para enseñar a pensar críticamente a
los estudiantes, sino que además son lugares en los que los profesores debemos
pensar críticamente sobre la enseñanza.

La institución educativa es una configuración teleológica, su proceso se orienta a un fin


previamente pensado: educar, formar. Como se aprecia, la escuela es una
configuración compleja de configuraciones complejas, es una red de interacciones y
entramados de emociones y sentimientos humanos que contribuyen al desarrollo del
proceso educativo, integrados con el intelecto. La sociedad será mejor si todos los
ciudadanos nos comprometemos, nos interesamos, nos preocupamos y ocupamos por
tener una mejor escuela.

En efecto, la escuela puede ser un factor de injusticia social si no cumple de manera


armónica y coherente con su encargo social. La escuela debe ser una institución
cultural, pero no institución que adoctrina mediante la cultura, sino que emancipa
culturalmente, para lo cual, la cultura no debe ser un fin sino un medio, un boomerang
hacia la libertad, mediante la seguridad, que sólo la ofrece el conocimiento, el talento y
la potenciación de un pensamiento crítico, reflexivo y creativo. Esta es la tarea de la
instrucción como medio para la educación.
-Conteste con su opinión personal respondiendo las siguientes preguntas al final
de su resumen (Considerando como base de su respuesta el perfil del estudiante
guatemalteco en el siglo XXI):

¿Qué estudiantes queremos hoy?

En base al perfil del estudiante guatemalteco, cómo docentes, queremos estudiantes


que siempre pregunten cuando no saben realizar una tarea o cuando algún contenido
que le ha sido brindado no ha sido fácil de comprender, que preste atención en
clases, que comparta los conocimientos que posee con sus compañeros, un estudiante
el cual Incentive la educación inclusiva en clases y sienta empatía frente al contexto de
sus demás compañeros, que pueda desarrollar sus destrezas y habilidades, y pueda
adquirir los conocimientos que le son brindados en clase llevando a la práctica sus
valores, su creatividad, siendo así participativo crítico, reflexivo y analítico.

¿Qué escuela necesitamos?

Necesitamos una escuela apta para brindarle una educación de calidad a los
estudiantes, contando con un buen ambiente, infraestructura, compañerismo y
docentes capacitados profesionalmente, docentes innovadores que se interesen por
formar a estudiantes críticos, reflexivos, participativos y analíticos. Una escuela la cual
promueva la inclusión de los estudiantes y la cual pueda responder a las necesidades
de los estudiantes, ayudándolos así a que los mismos puedan adquirir todo tipo de
conocimientos que le sea brindados, y se interesen por aprender más investigando,
indagando, leyendo y analizando.

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