Está en la página 1de 16

Prevención del delito.

 
ALLANAMIENTO, REQUISA Y DETENCION 
SIN ORDEN JUDICIAL. 
Límites a la persecución penal

(Segunda entrega)

  
Continuamos hoy con la segunda entrega del número especial de referencia,
pudiéndose completar así la publicación de los antecedentes jurisprudenciales más
relevantes de nuestro país y del extranjero.

Jurisprudencia Nacional
 
 
>> Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal
 
Cuestión: allanamiento sin orden judicial – nulidad
Se sostuvo que el "allanamiento" que menciona el texto constitucional, significa entrar por la
fuerza a una casa ajena o contra la voluntad de su dueño. Por consiguiente, si existe
voluntad de permitir el ingreso, no hay allanamiento ni necesidad de orden que lo
disponga. Sin embargo, no puede razonablemente considerarse como una expresión
de voluntad genuina, el no haberse opuesto a que la policía ingresara en la vivienda,
cuando su hija se encontraba detenida desde unas horas antes y los agentes estatales no
preguntaron si se los autorizaba a ingresar, sino que directamente expresaron "que tenían
que revisar el departamento".
Los magistrados entendieron entonces, que no debía admitirse la validez probatoria de los
elementos secuestrados, debido a que se trataba de una actividad violatoria de garantías
constitucionales.
El descubrimiento de la verdad debe ser efectuado en forma licita, no sólo porque hay de
por medio un principio ético en la represión del delito, sino porque la tutela de los derechos
del individuo es un valor más importante para la sociedad que el castigo al autor del delito.  

"Monticelli de Prozillo, Teresa B." - CNCRIM Y CORREC FED - SALA I - 10/08/1984

  
  Cuestión: requisa y detención sin orden judicial – nulidad  
En el presente caso, el personal policial procedió a requisar a los imputados debido a que
“por su apariencia denotaban ser del norte del país”.
No podría convalidarse una requisa en base al aparente origen geográfico de los
imputados, cuando de acuerdo con la pertinente documentación éstos no realizaron
acción externa alguna que constituyera motivo de sospecha para el personal policial
interviniente.
El Tribunal cita algunos presentes análogos al presente, en donde la Corte Suprema de
los Estados Unidos sostuvo que “la mera buena fe por parte del oficial que origina el
arresto no basta. Si la buena fe subjetiva fuese el único test, las protecciones
dispensadas por la Cuarta Enmienda (que proscribe las búsquedas y secuestros
irrazonables) se evaporarían, y el pueblo se sentiría seguro en sus personas, casas,
documentos y efectos, todo de acuerdo con la discreción de la policía.”
Subraya que “el Estado no solamente no ha de actuar contra legem, sino que además
únicamente ha de actuar secundum legem, es decir, con arreglo a las normas previas,
generales, claras y precisas, no contradictorias con aquellos supuestos apriorísticos
sobre los que se construye el Estado.
Aclara que no se trata de “maniatar” a la policía, ni de obligarla a asistir impasible a la
comisión de delitos, sino de establecer con claridad que su intervención tiene como
presupuesto las acciones de los individuos y no su pertenencia a un estereotipo de
“delincuente” en base, por ejemplo, a su color de piel, vestimenta o manera de hablar.

"Hurtado Arce, Bismark y otro s/nulidad” – CNCRIM Y CORREC FED – 23/12/1993

              
Cuestión: requisa y detención sin orden judicial - nulidad
Aquí el Ministerio Público sostuvo que, por tratarse del delito de tenencia de
estupefacientes, es decir, de un delito de peligro abstracto, la flagrancia se determina con
la mera tenencia; y que, por lo tanto, el procedimiento se llevó a cabo en un supuesto de
flagrancia, considerando que, en el caso, la orden judicial hubiera constituido un
"formalismo ritual".
El Tribunal, en cambio, sostuvo que lo sostenido por el Fiscal, resulta inadmisible. Desde
el punto de vista del lenguaje natural, flagrante es, efectivamente, aquello que se está
ejecutando actualmente, y en ese sentido podría decirse que los delitos de tenencia, en
  general, siempre se están ejecutando (tal como lo entiende la Fiscalía), pero no es ese  
el concepto procesal de flagrancia, el cual se vincula a otra de las acepciones : “de tal
evidencia que no necesita pruebas”.
La flagrancia que permite prescindir de orden judicial se da sólo en tanto y en cuanto la
comisión del delito sea exteriormente reconocible

"Rosental, Alejandro s/ nulidad" – CNCRIM Y CORREC FED – 19/03/1996

              
Cuestión: requisa y detención sin orden judicial – nulidad
El Tribunal sostuvo que “Dentro de nuestro ordenamiento jurídico, la búsqueda de cosas
relacionadas con un delito en el cuerpo o ropas de una persona, se halla sujeta a fuertes
restricciones en virtud de encontrarse en juego el ámbito personal de intimidad
constitucionalmente protegido (artículo 18 de la Constitución Nacional y Pactos
Internacionales). Se trata de un acto gravemente restrictivo de la libertad
personal, que exige la existencia de una clara justificación que legitime los
motivos de un proceder como el referido.
El personal policial omitió referirse a los motivos que originaron su intervención y el
  Tribunal tampoco logra dilucidarlos.  
También se hace hincapié en la forma en que los agentes requisaron al imputado
(bajando los pantalones y hasta las prendas íntimas del mismo) violando, según los
magistrados, lo preceptuado por el art. 230 del CPPN acerca del respeto por el pudor
de las personas.

C. 27.416 - "MEDINA, Angel Carlos s/ nulidad" - CNCRIM Y CORREC FED - Sala I -


21/03/1996

              
Cuestión: requisa y detención sin orden judicial - validez
El imputado intentó alejarse del lugar apurando la marcha al advertir la presencia de
los preventores, y esta actitud fue considerada por el Tribunal como suficiente para crear
un estado de sospecha razonable.
   
C. 29.506 - "VIDALES. Juan Pablo s/ nulidad" - CNCRIM Y CORREC FED - Sala I -
17/03/1998

              
  Cuestión: requisa y detención sin orden judicial - nulidad  
Los imputados fueron requisados en virtud de que se desplazaban rápidamente a pie,
eludiendo las miradas de los transeúntes.
A diferencia de lo dictaminado en Vidales, para el Tribunal, la requisa se presenta aquí
como infundada por no existir acción externa alguna que constituya motivo de
sospecha. Se ha violado, de tal forma, la garantía constitucional del debido proceso
previsto en el art. 18 de la Constitución Nacional.
Por otra parte, se afirma que “un procedimiento ilegal en su inicio, tal como ocurre en
autos, no se legitima por lo que resulte de él.”

C. 31.652 - "García Castro, John s/ Nulidad de la requisa" - CNCRIM Y CORREC FED -


Sala I - 12/05/2000

              
Cuestión: requisa de automotores / inspecciones vehiculares – validez
El Tribunal analiza, por un lado, la detención del automóvil, y por el otro, la requisa del
vehículo y de los imputados.
Entendió que la primera era válida en tanto los agentes se encontraban en un operativo
de control vehicular de rutina; y la segunda también lo era, debido a que existieron
circunstancias previas concomitantes que razonable y objetivamente motivaron el
accionar del personal policial.
La detención del automóvil se realizo en forma correcta, y fue precisamente durante el
transcurso de este control que el personal policial advirtió la concurrencia de ciertos
elementos -tales como el nerviosismo de uno de los imputados y su pedido de que lo
dejaran ir, entre otros- motivándolos a requisar el interior del vehículo y el cuerpo de sus
ocupantes.
  El Tribunal entiende que al comienzo del operativo de prevención no habría motivos  
para requisar, pero que estos se presentaron durante el procedimiento.
Ahora bien, con relación a la requisa practicada sobre el cuerpo de la imputada
mujer (inspección vaginal efectuada en la caja de un camión), el Tribunal resuelve
su nulidad. “Existían en autos medidas alternativas, las que hubieran conducido al mismo
resultado, tales como haber trasladado a la encausada a un lugar más decoroso, darle
aviso al Juez de turno que correspondiera, y haber sido practicada por profesionales de la
salud, entre otras.”

C. 33507 - "LA ROSA LANDA, José y otra s/nulidad" - CNCRIM Y CORREC FED - Sala I
- 19/10/2001

              
Cuestión: requisa y detención sin orden judicial - nulidad
En el caso, los preventores se encontraban recorriendo el radio con fines de prevención
de ilícitos cuando encontraron a tres personas sentados en un bar “en actitud
dubitativa”.
Más allá de esto, los agentes sostuvieron que, el origen de su intervención se debió a que
"por el momento de inseguridad que se vive se debe prestar especial atención a los
restaurantes en horas de la noche.”
El Dr. Vigliani, en su voto, sostiene que “no es posible avizorar en el caso, que existieran
los indicios vehementes de culpabilidad que prevé el artículo 284, inc. 3º, del Código
Procesal Penal de la Nación para proceder a su detención, como así tampoco flagrancia,
peligro inminente de fuga o el supuesto amparado por el artículo 1º de la ley 23950,
que autoriza al personal policial a detener a una persona si existiesen circunstancias
  debidamente fundadas que hagan presumir que alguien hubiese o pudiere cometer algún  
hecho delictivo o contravencional.” Agrega que “no existiendo elementos que permitan
establecer otra fuente investigativa y probatoria independiente y distinta a la de la
investigación de autos, que hubiese permitido arribar al correcto secuestro del material
estupefaciente, y en consecuencia a la sustanciación de un procedimiento subordinado a
la garantía del debido proceso, es que propongo se declare la nulidad de todo lo actuado
en la presente causa.”

C. 36.989 - "CIPOLATTI, HUGO s/procesamiento" - CNCRIM Y CORREC FED –


08/06/2005

              
  Cuestión: requisa sin orden judicial - nulidad  
En circunstancias en que personal policial se encontraba recorriendo su radio de
jurisdicción, observó la presencia de tres personasdel sexo masculino, sentados en el
umbral de un edificio conversando, motivo por el cual procedió a su identificación. El
hecho de que los sujetos manifestaran  no conocerse entre ellos, despertó las
sospechas de los efectivos policiales que, en presencia de dos testigos, procedieron
a requisarlos.
Los magistrados declararon la nulidad de tal proceder, apoyando fundamentalmente su
resolución en la “ausencia del requisito de objetividad”. Requisito incorporado por el
legislador en la redacción del art. 230 bis del CPPN (ley 25.434) para apuntalar de
manera limitativa y verificable el actuar policial; es decir, la exigencia de que dicho obrar
se vea respaldado por elementos objetivos, y no por meras “corazonadas”
(frecuentemente incluidas dentro del vago concepto “olfato policial”) que no superan el
ámbito interno, y por tanto subjetivo, del funcionario.
En forma unánime afirmaron que “no se advierte que se hayan configurado los extremos
exigidos por el artículo 284 del CPPN para proceder a la detención, ni por el artículo 230
bis para efectuar la requisa. No se verifican las razones de carácter objetivo que permitan
arribar a una sospecha concreta, donde manifestaron que "sólo estaban charlando, sin
observar ningún tipo de movimiento o intercambio entre los mismos", aclarando que "con
motivo de verlos hablando, los fueron a identificar", ocasión en la que dijeron
desconocerse entre sí.”

C. 37.711 - "REAL CARTAGENA, Jimy Erik..." - CNCRIM Y CORREC FED - Sala I -


29/06/2005

              
Cuestión: requisa y detención sin orden judicial - nulidad
La presente causa se inició como consecuencia del procedimiento llevado a cabo por
personal policial al observar a una persona caminando por la vía pública, quien al advertir
la presencia del móvil policial trató de "alejarse rápidamente del lugar". El agente de la
prevención detuvo al sujeto con el fin de identificarlo y, acto seguido, tras palparlo de
armas lo requisó.
Los magistrados entendieron que, tal circunstancia, “el alejamiento”, a lo sumo
podría convalidar la detención con fines identificatorios, mas de allí a la requisa
hay un salto cualitativo que no encontró sustento objetivo, máxime cuando según
admite el policía la actitud del imputado fue de colaboración. Consideraron entonces que
fue evidente el exceso en el desempeño policial.
  Se sostuvo además que, como paso previo y concomitantemente, la detención de una  
persona no sólo requiere cumplir con los recaudos que prevé el artículo 230 bis,
sino también con aquellos abarcados por el artículo 284 del código de rito. No se
trata de personas que son aprehendidas y conducidas sin más en presencia de la
magistratura sino que, inmediatamente después de lo primero son sometidas a una
segunda injerencia: la requisa e inspección de los efectos personales que cargan. Por
ello, estamos ante la sumatoria de dos situaciones concebidas como excepciones.

C. 37.727 - "Sidero, Fernando s/procesamiento" - CNCRIM Y CORREC FED - Sala I -


29/06/2005

              
  >> Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la  
Capital Federal
 
Cuestión: requisa y detención sin orden judicial – validez
Aquí el Tribunal habla de “flagrancia presunta” y sostiene que “la premura injustificada
con que se desplazaban los imputados con los numerosos atados de cigarrillos en su
poder, y que despertó la atención, encuadra en lo que podría denominarse flagrancia
presunta.”

C. 5847 - "PASSARELLI, Leonardo" - CNCRIM Y CORREC DE LA CAPITAL FEDERAL -


Sala IV - 10/12/1996
              
Cuestión: requisa de automotores / inspecciones vehiculares y detención sin orden
judicial - validez
El Tribunal considera que el procedimiento desarrollado por el personal policial es válido,
debido a que previo a dicho accionar, existieron motivos suficientes que lo ameritaban.
Esa sospecha o motivos suficientes fueron creados por el intento de fuga de los
imputadosal ver a los agentes.
Aquí además, el Tribunal le da importancia al resultado de la operación y sostiene que “el
  resultado positivo del procedimiento debe ser considerado como un dato  
coadyuvante "ex post"”

C. 19750.- "TORRES OMAR s/nulidad." - CNCRIM Y CORREC DE LA CAPITAL


FEDERAL - Sala IV - 24/10/2002

              
Cuestión: requisa domiciliaria sin orden judicial - nulidad
En el caso, funcionarios policiales ingresaron al domicilio en cuestión entendiendo que
posiblemente se trataba de una casa de regenteo.
No obstante, más allá del aviso clasificado, inicio de esta investigación, en donde se
ofertaba actividad sexual (hecho no punible por la ley), los funcionarios policiales no
pudieron explicar qué razón o motivos los llevaron a elegir a este domicilio entre
los otros existentes en las publicaciones; no pudieron justificar los criterios de
selección de la técnica denominada “explotación de prensa”.
Los magistrados entendieron que el procedimiento fue claramente violatorio de la
esfera de intimidad que garantiza el art. 19 de la Constitución Nacional, y citando a
  Gordillo sostuvieron que “la ausencia de control judicial oportuno de este tipo de actos
 
arbitrarios constituye el caldo de cultivo de la corrupción...que la comunidad
internacional exige controlar”.
El igual sentido: C. 24.411 "M., M. R. s/ ley 12331 Sobreseimiento C. 10/ 76" - CNCRIM Y CORREC DE LA
CAPITAL FEDERAL - Sala IV - 04/11/2004 [Fallo en extenso: elDial - AA26D2]

C. 20740 - "CABILDO 3093, 1er. Piso s/Sobreseimiento y nulidad" - CNCRIM Y CORREC


DE LA CAPITAL FEDERAL - Sala I - 29/09/2003

              
Cuestión: allanamiento sin orden judicial – validez
El inc. 3° del art. 227 del CPPN establece uno de los supuestos en que la policía puede
proceder al allanamiento a pesar de no contar con la orden judicial correspondiente;
autorizando tal accionar cuando algún imputado de delito a quien se “persigue” para su
aprehensión se introduce en una casa o local.
En el caso que se analiza, el funcionario policial no perseguía al imputado, sino que
encontró en la vía pública a una persona que acababa de ser su víctima, indicándole el
lugar exacto en el que se hallaba el victimario quien, además se encontraba armado
dentro de un inmueble donde se hallaban otras personas.
El tribunal entendió entonces que, de todas formas, el accionar policial se encontraba
amparado por la norma en cuestión.
  Sostuvo que se presentaba una situación de emergencia que claramente impedía esperar  
una orden judicial.
Por otro lado, se analiza el tema del “consentimiento”, y sostiene que “la edad de la
madre, per se, no puede constituir un obstáculo puesto que por más avanzada que sea,
es perfectamente posible que una persona de 82 años se halle en condiciones psíquicas
y físicas adecuadas para discernir actos de la naturaleza aquí cuestionados y dar su
consentimiento.”

Y. 22.228 - "Pianini, Norma Esther s/ Inc. de nulidad" - CNCRIM Y CORREC DE LA


CAPITAL FEDERAL - Sala IV - 14/04/2004

              
  Cuestión: requisa y detención sin orden judicial - nulidad  
En el caso bajo análisis, el agente avistó un vehículo cuando recorría la jurisdicción a su
cargo. En el automotor se desplazaban cuatro personas del sexo masculino. Luego de
dar alcance al vehículo, indicó a sus ocupantes que descendieran y se colocaran contra
la pared ya que "era un procedimiento de rutina", que iban a ser identificados y de no
poseer impedimento legal, continuarían su recorrido.
El Tribunal resolvió que el procedimiento era arbitrario y declaró su nulidad.
Sostuvo que no sería constitucional habilitar a la policía para detener a cualquier
ciudadano a los meros efectos de su identificación, si no concurren sospechas sobre su
posible participación en un hecho delictivo, y además, no aportar la documentación no
constituye delito alguno, por lo que los ciudadanos que requeridos por la policía no
muestren los documentos acreditativos de su identidad sólo podrán ser detenidos si
existen sospechas fundadas sobre su participación en los hechos realmente tipificados
como delito.
Entendieron que no puede primar la aplicación de un “derecho de autor” por sobre el
“derecho penal de acto”, avasallando garantías constitucionales fundamentales.

C. 24904 - "ORTIZ, Cristian Eduardo s/Nulidad" - CNCRIM Y CORREC DE LA CAPITAL


FEDERAL - Sala I - 24/11/2004

              
Cuestión: requisa domiciliaria sin orden judicial – nulidad
En el mismo sentido que los precedentes arriba citados, el Tribunal confirma la nulidad
del procedimiento llevado a cabo por los funcionarios policiales. Si bien éstos sostuvieron
que la requisa fue fruto de sus tareas de investigación, más precisamente tarea de
“explotación de prensa”, dicha mención no es suficiente, a criterio de los magistrados
intervinientes, para habilitar válidamente un proceso penal; agregando que, los
funcionarios policiales no pueden mantener in pectore las tareas de investigación
  desarrolladas o sus motivaciones sino que, por el contrario, deben exponer expresamente  
y en forma clara la totalidad de las circunstancias para que posteriormente, puedan ser
analizadas y comprobadas judicialmente.

C. 25.661 - "Calefatti, María Esther Liliana y otro. S/nulidad" - CNCRIM Y CORREC DE


LA CAPITAL FEDERAL - Sala I - 05/05/2005

              
   
Otros Tribunales

             
Cuestión: allanamiento sin orden judicial – validez
En el caso, la policía se encontraba apostada en inmediaciones del inmueble y el
imputado salió de su vivienda y se dirigió al personal policial manifestando su
conformidad al ingreso de la policía pese a no contarse aún con la respectiva orden de
allanamiento. Expresión que luego exteriorizó a viva voz ante la presencia de dos testigos
de actuación.
Aquí se analiza entonces que sucede si, ante un allanamiento sin orden judicial, el titular
del derecho de exclusión presta su consentimiento para el ingreso de los
funcionarios policiales a su domicilio. ¿Puede reputarse válido ese
consentimiento?
El tribunal a quo optó por la negativa, pero la Cámara le otorgó validez.
Afirmó que, “así como el derecho individual a la privacidad del domicilio resguardado en
los artículos 18 y 19 de la C.N. y la consecuente garantía de su inviolabilidad resulta
oponible a cualquier extraño, sea particular o funcionario público, no puede desconocerse
la facultad que tiene el titular de dicho derecho de renunciar a la garantía constitucional
establecida en su favor y permitir el ingreso de personas (sea cual fuere su calidad) a su
recinto. Lo contrario implicaría reconocer un paternalismo estatal.
Además se sostuvo que, del examen de las circunstancias que rodearon la situación en
concreto, puede afirmarse que no existió vicio en la voluntad del imputado.
No obstante, los magistrados aclararon que la solicitud de allanamiento presentada por
los preventores, debió haberse requerido con habilitación horaria y para practicarse
con urgencia, lo que no se hizo por razones que no se alcanzan a comprender, por lo
que indefectiblemente allí nace toda la situación de la demora hasta el día siguiente para
su proveimiento y diligenciamiento y el consiguiente mantenimiento de la consigna policial
alrededor del lugar durante toda la noche.

C. 7.961 - "Silva, Maximiliano Alberto. Encubrimiento agravado" - CAMARA FEDERAL DE


APELACIONES Y GARANTIAS EN LO PENAL DE MAR DEL PLATA - Sala I -
17/02/2005

              
Cuestión: detención y requisa vehicular - validez
Comenzaron las actuaciones con la denuncia anónima de un ciudadano, quien afirmaba
haber escuchado a dos personas expresar su decisión de cometer un robo.
Los preventores encuentran a un sujeto que respondía a la descripción brindada en la
denuncia, el cual asciende a un vehículo con vidrios polarizados. Al intentar identificarlos
aproximándose con señales lumínicas y sonoras, los ocupantes del rodado hacen caso
omiso, siendo luego forzados a detenerse.
Una vez que descendieron del auto, uno de los oficiales ve "a simple vista", "que debajo
del asiento del acompañante asomaba la empuñadura de un arma de fuego y
seguidamente, entre los asientos del conductor y del acompañante se percibe otro arma.
La defensa argumentó que los preventores no se encontraban autorizados para requisar
el vehículo una vez que los imputados se encontraban esposados, no pudiendo generar
riesgo alguno. Lo que correspondía hacer, en opinión del letrado, es requerir la
correspondiente orden al Juez, ya que en manera alguna se acredita la existencia de
urgencia como para prescindir de ese paso.
  Sin embargo, el tribunal declaró la validez del procedimiento y entendieron que en el caso  
se da claramente lo que la doctrina ha denominado, en seguimiento de la jurisprudencia
norteamericana, como plain view doctrine, la cual "juega cuando el policía advierte, sin
necesidad de nada adicional a sus sentidos, que está en presencia de indicios o pruebas
de un delito". Cierto es que dicha doctrina ha sido elaborada para situaciones en las
cuales la orden de allanamiento ha sido debidamente expedida, generalmente con la
finalidad de proceder al secuestro de elementos determinados, y es en el marco de ese
procedimiento que ocurre el hallazgo casual. Pero nada obsta a su aplicación a
situaciones análogas en las cuales la intervención policial se justifica por motivos de
urgencia. Resulta aplicable lo normado por el artículo 294 inciso 5º del CPP.

C. 8692 - "Sosa, Samuel P. y ot. s/ten.arma y mun. de guerra" - CAMARA FEDERAL DE


APELACIONES Y GARANTIAS EN LO PENAL DE MAR DEL PLATA - Sala I -
10/06/2005

              
  Cuestión: allanamiento sin orden judicial - validez  
En el caso, se discute el alcance del inc. 2º del art. 222 del Código Procesal Penal de la
Provincia.
Personal policial, tras una persecución a dos personas –quienes habían cometido un robo
a mano armada- observan que estas sustraen un rodado y luego las pierden de vista.
Posteriormente, dicho vehículo es divisado por personal policial en el interior del domicilio
allanado. Al advertir manchas hemáticas cerca del automóvil, y atento que las puertas del
lugar se encontraban abiertas, presumiendo los funcionarios policiales que los
malvivientes podían encontrarse en la planta superior de la vivienda, ingresan a la misma,
requisándola y secuestrando gran cantidad de objetos.
La defensa sostuvo que no se daban en el caso las razones de urgencia mencionadas en
el inc. 2º del C.P.P. para violentar sin orden judicial el derecho de propiedad, señalando al
respecto que la norma impone la necesidad de que algún funcionario policial -o testigo-
advierta por sus sentidos el ingreso de algún sospechoso en algún domicilio o local
mientras se halla en marcha la persecución. No como en el caso en estudio en el cual,
circunstancialmente fue observado un vehículo sospechado en el interior de domicilio.
Sin embargo, el tribunal sostuvo que el inc. 2º del art. 222 del CPP resultaba aplicable al
caso, ya que se trataba de una persecución que había culminado en el domicilio en
cuestión, y que no excluía su aplicación el hecho de que los imputados no hayan
sido vistos ingresando al mismo. Se dijo que “La norma no exige que los imputados a
quienes se persigue se estén introduciendo al domicilio o que los mismos hayan sido
vistos mientras se introducían, sino que autoriza el allanamiento cuando indicios serios
hagan suponer que en el interior de la vivienda puedan encontrarse los sujetos

C. 8319/II - "M. R. V., D. A. V. y O. A. V." - TRIBUNAL DE CASACION PENAL DE LA


PROVINCIA DE BUENOS AIRES - Sala II - 24/02/2004

              
Cuestión: allanamiento sin orden judicial – validez
El accionar policial comienza cuando el oficial recibe la noticia de que en determinado
lugar había una vivienda en la que varias mujeres ejercían la prostitución, y eran
regenteadas por dos o tres hombres.
Por otro lado le fue confirmado por varios transeúntes que visitaban con asiduidad el
lugar que allí había mujeres que cobraban una suma determinada de dinero para ofrecer
sus cuerpos, existiendo dos sujetos que las promocionaban.
El oficial detalla igualmente que, en un reconocimiento del lugar, observa una especie
de bar, con mesas y sillas, la entrada y salida de varias mujeres y varones, y la existencia
de varias habitaciones donde se desarrollan las actividades denunciadas en una zona
rural, en la que no hay viviendas cercanas.-
El Tribunal llega a la conclusión, entonces, de que mediaron en el caso circunstancias
  objetivas que llevaban a sospechar que en el lugarse realizaba una actividad que, cuanto  
menos, implicaba la comisión de las faltas en cuestión, por lo que la concesión de la
orden de allanamiento que se cuestiona, contó con la debida fundamentación,
permaneciendo invariable la respuesta, cuando las circunstancias de la diligencia
permitieron comprobar la comisión de un delito (delito de promoción y facilitación de la
prostitución de menores), pues los policías intervinientes no incurrieron en una
extensión del objeto que los condujo al lugar.

C. 1103 - "P., J., A., M. H. y C., M. d. C. s/ Recurso de Casación" - TRIBUNAL DE


CASACION DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES - SALA III - 27/07/2004

              
  Cuestión: requisa y detención sin orden judicial – validez  
Los preventores fueron comisionados para recorrer el radio de la jurisdicción en la tarea
de la prevención del delito y en ese contexto -en horas de la noche - interceptaron al
encartado cuando en compañía de otros sujetos se encontraba en una zona de alta
conflictividad en la que frecuentemente transitan sujetos armados sin contar con
autorización legal para ello.
Los magistrados entendieron que, esta circunstancia (peligrosidad de la zona en donde
se desarrollaron los acontecimientos), sumada a la apariencia de los
identificados, constituyeron extremos fácticos valorados en forma razonable para
proceder a la identificación de los individuos en un procedimiento que se mostraba
idóneo y proporcionado con la actividad legalmente encomendada a las fuerzas
policiales; y en esas circunstancias fue cuando los funcionarios advirtieron la presencia
de un elemento de grandes dimensiones en la cintura del imputado lo que motivó su
requisa personal, suficientemente justificada en la necesidad de preservar la integridad
física de los policías intervinientes y de terceros.
El defensor particular, adujo que no medió en el caso en examen orden de detención
emanada de autoridad competente, ni existieron indicios vehementes para detener,
resultando que "la facha" de los ciudadanos no constituye un extremo legitimante del
obrar policial. Sin embargo el tribunal no hizo lugar a sus agravios.
Resolvió que a los efectos de determinar si resulta legítima la medida cautelar que tuvo
por sustento la existencia de un ESTADO DE SOSPECHA de la presunta comisión de un
delito, ha de examinarse aquel concepto a la luz de las circunstancias en que tuvo lugar
la identificación y requisa personal del encartado, extremos que permiten determinar
la razonabilidad de la medida adoptada a través de la prueba que surja durante la
sustanciación del debate. Y que, la presunción del “estado de sospecha” respecto
del individuo sometido a requisa personal por parte de la prevención, debe existir
en el momento mismo en que se lo interceptaen la vía pública en razón de que es allí
cuando la policía debe tener ya razones suficientes para suponer que una persona está
en posesión de elementos que demuestran la comisión de un delito, siendo además
necesario que el personal se haya encontrado impedido de solicitar la orden judicial
previa respectiva.

C. 1535 (8409) - "D., A. O. s/ Recurso de Casación" - TRIBUNAL DE CASACION PENAL


DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES - Sala III - 10/05/2004

              
Cuestión: allanamiento sin orden judicial - validez
La mayoría sostuo que, a pesar de no existir una orden judicial que autorizara el ingreso,
existió una “situación justificante”: se trataba de un taller mecánico abierto al público y la
actividad desarrollada por el dueño del mismo se halla bajo inspección policial – fue en
esa circunstancia que los agentes advirtieron el ilícito. Por otro lado, existió
consentimiento del mismo para ingresar a inspeccionar el taller.
El Dr. Sal Llargués, sin embargo, votó en disidencia, entendiendo que los jueces de la
anterior instancia expresaron los motivos por los cuales el consentimiento del imputado
no puede suplir a la orden judicial, plasmaron los requisitos con que debería contar dicho
consentimiento en caso de entenderse que la orden judicial puede ser suplida por el
  mismo, señalando cuáles eran los pasos que legalmente debería haber seguido la  
comisión policial, para concluir en la ilegitimidad de la diligencia. Sin embargo, sostuvo,
ninguno de estos argumentos ha sido suficientemente controvertido por el recurrente,
quien se limitó a señalar -dogmáticamente- que el consentimiento del imputado bastaría
para que el allanamiento fuera legítimo.

C. 18706 - "Recurso de Casación interpuesto por M.P.F. en causa N° 3966 seguida a O.,
H. H." – TRIBUNAL DE CASACION DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES – Sala I -
11/05/2006 

              
Cuestión: allanamiento sin orden judicial - nulidad
El art. 59 del C.P.P de la Provincia de Buenos Aires permite al agente fiscal ordenar
directamente un registro, postergando la actividad judicial a la ulterior convalidacion de
dicha orden, cuando exista "peligro en la demora".
En el caso, se confirmó la nulidad de la orden de allanamiento y todo lo obrado en
consecuencia por considerar que no se verificó en el caso el requisito del art. 59 C.P.P.,
"peligro en la demora." Tal declaración conllevó al sobreseimiento de los imputados.
Los magistrados sostuvieron que "debe entenderse que la posibilidad que otorga al
  Agente fiscal el art. 59 del C.P.P. debe ser de interpretación restrictiva, más aún teniendo  
en cuenta que la misma limita las garantías reconocidas a los particulares frente al poder
del Estado."

C. 17243 – “A. A. C. y M. D. L. A. M. s/recurso de casación” – TRIBUNAL DE CASACION


PENAL DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES – Sala II – 22/05/2007  

              
  Cuestión: requisa y detención sin orden judicial – validez  
En el presente caso, personal policial interceptó la marcha de sujetos que salían del local
del imputado, quienes manifestaron haber efectuado en el lugar jugadas de quiniela y
entregaron el formulario que daba cuenta de tal circunstancia.
El policía que interviniera en esa actuación declaró: "...Recorríamos el radio y vimos salir
una persona del sexo masculina, el cual llevaba un papel y paso por el lado y vi
anotaciones numéricas, no de Lotería Nacional oficial. Solicité documentos y me dijo que
hacía la jugada en ese local. Se consultó con el fiscal y se labró el acta
contravencional...el hombre salió, era de edad, sosteniendo un papel, observándolo
camino hacia nosotros. Iba muy despacio y miraba el papel. Observé el papel y le pedí el
documento. Me dijo que lo había jugado en el local...La actitud de frenar y observar, el
papel por el tamaño me pareció sospechoso. No coincidía con lotería oficial, el
color...Hemos hecho otros procedimientos y a veces se traslada a la persona que efectúa
la jugada para declarar..."
Del otro lado, el planteo de la defensa fue que los policías no tenían motivación suficiente
-pues no puede ser considerada tal la del simple "olfato policial"- para detener la marcha
de los apostadores ni para retener las constancias de las apuestas.
El Tribunal entendió que “no existe en el proceder policial una irregularidad que amerite la
declaración de nulidad de lo actuado, por aplicación de la teoría de los frutos del árbol
envenenado, y que no surge la existencia de la requisa [art. 230 CPPPN] a la que alude
la defensa. Es claro que la policía insistió para obtener la entrega del documento
agregado a esta causa y que su portador lo entregó de forma voluntaria, sin "violencia".
El nerviosismo en modo alguno da cuenta de una circunstancia que pudiera viciar la
voluntariedad del acto; ese suele ser el estado normal de los sujetos involucrados en un
procedimiento policial, por simple que sea éste.”
Además agregó que el "olfato policial" al que alude la defensa -que puede ser vinculado
con alguna forma de intuición, de pálpito subjetivo sin mayor basamento objetivo- no
puede ser confundido con la experiencia. En este caso, el personal policial advirtió
unconjunto de circunstancias que le llamaron la atención y que le indicaron que
podría haber tenido lugar una infracción a la ley 255 y requirió del presunto apostador
aclaraciones respecto de ello, conducta que se ajusta a las previsiones del art. 183 del
CPPN.

Expte. 2620/03 - "Ministerio Público - Defensor Oficial en lo Contravencional nº 1 - s/


queja por recurso de inconstitucionalidad denegado en `Oniszczuk, Carlos Alberto s/ ley
255 - apelación´" - TSJ DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES - 13/05/2004

              
Cuestión: requisa y detención sin orden judicial - nulidad
En el caso, en circunstancias en que la policía se encontraba recorriendo la jurisdicción,
observó la presencia de tres sujetos del sexo masculino, quienes se encontraban
reunidos en la intersección de dos calles protegiéndose de la lluvia con un paraguas.
Según manifestaron en el acta inicial de procedimiento, estas personas eran conocidas
en la localidad como "gente de mal vivir", y que además, no supieron dar una
explicación lógica sobre su permanencia en el lugar.
La Cámara entendió que no existió en el caso una "sospecha razonable" que justificara la
detención y posterior requisa; y que resultaba absurdo deducir que la actitud de los
detenidos, hiciera suponer objetivamente a los agentes públicos, la vivencia de actos
demostrativos de la intención, por parte de aquellos, de "ir a cometer inmediatamente un
delito".
  Se añadió que "resulta dificultoso establecer el concepto de mal vivir" y que "el concepto  
discrimina, en verdad, al imputado. Le atribuye una condición inherente de inferioridad
con relación a las personas de buen vivir, con lo cual extrema ratio pretende justificar la
persecución, detención y requisa no por un acto ilícito cometido o a cometer, sino por una
característica, naturaleza o forma de ser de la vida del autor." "Partir de ese concepto
hace espurio el comienzo de la investigación y debe ser evitado para no desembocar en
el llamadoderecho penal de autor.".

Expte.3494 -"H. P. N. s /Inf.Ley 23.737" - CAMARA FEDERAL DE LA PLATA - Sala III -


18/10/2005 

              
  Cuestión: requisa y detención sin orden judicial - nulidad   
Se trató de un típico procedimiento policial, donde los agentes interceptaron a dos
jóvenes “que se hallaban recostados sobre un árbol del lugar” (una plaza) con el objetivo
de requerir su identificación personal. Según reza el acta policial labrada en su
oportunidad, a continuación “y a los fines preventivos”, se inició una requisa sobre los
jóvenes, práctica a resultas de la cual se encontró en el bolsillo del pantalón de uno de
ellos un envoltorio que contenía, presumiblemente, cannabis sativa (marihuana).- 
Los magistrados sostuvieron que la autoridad policial omitió toda motivación de sus actos,
y que resulta absurdo deducir que la actitud de los detenidos, en las circunstancias de
personas, del tiempo y del lugar, hiciera suponer objetivamente a los agentes públicos, la
vivencia de actos demostrativos de la intención, por parte de aquellos, "de ir a cometer
inmediatamente un delito". La situación así descripta no revela, como prescribe la ley
procesal, "indicios vehementes de culpabilidad", "peligro inminente de fuga", o "serio
entorpecimiento de una investigación"(art. 284, inc. 3, del CPP).

Expte. 3658 - "Dr. Ricardo Alberto González, Def. Of. s/ Promueve incidente de nulidad" -
CAMARA DE FEDERAL DE APELACIONES DE LA PLATA - Sala III - 14/02/2006

              

>> Comentario a fallo


Detenciones y requisas: volviendo a la regla constitucional
   
Por Juan Paulo Gardinetti

              

Jurisprudencia de la Corte Suprema de los EEUU


             
En el derecho norteamericano, la vaguedad de la fórmula empleada en
la Enmienda IV de su Constitución, cuando se limita a prohibir los
“secuestros y registros irrazonables”, ha obligado a sus tribunales a
caer en una enorme casuística.
Aquí algunos ejemplos
 
Cuestión: requisa de automotor - validez
La Corte desarrolla aquí la llamada “excepción de los automotores” y habló de
la menor expectativa de intimidad que importa el uso de un medio de locomoción como
un automóvil.
  Se convalidó la requisa, sin mediar orden u autorización judicial, de un automóvil sobre la  
base que los funcionarios policiales tenían "causa probable" para sospechar la existencia
de elementos relacionados a una actividad ilícita. Fundamentó su decisión el máximo
tribunal de aquel país en la diferencia que se advierte entre la inspección de un negocio,
residencia u otra construcción similar -en los que la orden de allanamiento puede ser
rápidamente obtenida- y la requisa de un barco, vagón de carga o automóvil con
supuesta mercadería en su interior procedente de un delito, en los cuales no es factible
obtener una orden judicial, porque el rodado puede ser sacado rápidamente de la
localidad o jurisdicción en el cual el mandamiento judicial debe ser obtenido, añadiendo
que la legalidad de la medida queda supeditada a la existencia de "causa probable" para
creer que el vehículo transporta mercadería procedente de actividades delictuales.-

“Carroll v. United States” - 267 U.S. 132 - Supreme Court of the United States - March 2,
1925

              
  Cuestión: requisa y detención sin orden judicial – validez  
Este precedente autoriza a la policía de allí a llevar a cabo requisas corporales aun
cuando exista una situación menos comprometida que la de "causa probable" que es el
estándar previsto en la Cuarta Enmienda de la Constitución.-
Se convalidó la requisa y detención sin orden judicial efectuada por un policía al advertir
que extraños actuaban de "manera sospechosa", ocasión en que se les aproximó y luego
de identificarse y girar alrededor palpó sus ropas y encontró una pistola en el bolsillo del
accionante, habiendo sido condenado y admitiéndose el arma como prueba, pese a las
objeciones de la defensa. El Tribunal sostuvo que "cuando un oficial de policía advierte
una conducta extraña que razonablemente lo lleva a concluir, a la luz de su experiencia,
que se está preparando alguna actividad delictuosa y que las personas que tiene enfrente
pueden ser armadas y ser peligrosas, y en el curso de su investigación se identifica como
policía y formula preguntas razonables, sin que nada en las etapas iniciales del
procedimiento contribuya a disipar el temor razonable por su seguridad o la de los demás
en la zona, a efectuar una revisación limitada de las ropas externas de tales personas
tratando de descubrir armas que podrían usarse para asaltarlo. Conforme con la Cuarta
Enmienda, tal es una revisación razonable y las armas que se incauten pueden ser
presentadas como prueba en contra de esas personas".
En el caso “Waltta” de nuestro máximo tribunal nacional, el Ministro Maqueda en su voto
disidente, sostuvo que la CSJN, al elaborar su doctrina jurisprudencial respecto a este
tema, hizo una interpretación forzada de la jurisprudencia de su par norteamericana. Y
afirma que “el precedente “Terry” autoriza a la policía que está investigando un delito -aún
cuando las circunstancias no hayan llegado al punto de causa probable que exige la
Cuarta Enmienda- a "cachear" al sospechoso para quitarle el arma y de este modo
preservar su seguridad física o la de un tercero en el curso de una investigación. Para ello
el policía debe demostrar cuáles eran las circunstancias sospechosas y que además el
individuo podía tener un bulto entre las ropas o en otro lugar donde ocultaba un arma.
Pero en modo alguno Terry v. Ohio otorga un poder a la policía para llevar arrestos al
mayoreo fuera de la ley. En otras palabras, la Corte de EE.UU. fue más que clara en
enfatizar que el propósito de la búsqueda queda limitado a encontrar el arma."

Terry v. Ohio, 392 U.S. 1 - No. 67 Supreme court of the United States - Decided June 10,
1968
  >> Traducción del sumario al castellano

Este caso presenta serias cuestiones en relación al papel de la Cuarta Enmienda en


el enfrentamiento en la calle entre el ciudadano y el policía que investiga
 
circunstancias sospechosas. 
“Terry v. Ohio” - 392 U.S. 1 - No. 6- Corte Suprema de los Estados Unidos –
10/06/1968.

              
  Cuestión: requisa y detención sin orden judicial - nulidad  
El presente es un célebre caso resuelto por la Corte Suprema de Justicia de los Estados
Unidos donde se impugnaba la constitucionalidad de una ordenanza de Jacksonville que
convertía en delictivas actividades que, conforme a estándares modernos, son por lo
general inofensivas. "Caminar de noche" era una de ellas. El tribunal consideró que la
ordenanza fomentaba arrestos arbitrarios, por cuanto muchas personas caminan de
noche, así como aquellos que tienen dificultad para dormir, aquellas personas
desempleadas que están fuera del mercado, ya sea por la recesión o en razón de
desplazamientos tecnológicos o estructurales. Y que ese tipo de normas abiertas eran
redes que permitían atrapar fácilmente a los llamados indeseables. Pero recordó que el
estado de derecho implica igualdad y justicia en su aplicación. Y que las leyes sobre
vagancia de tipo de Jacksonville enseñan que las balanzas de la justicia están tan
inclinadas que hacen imposible una aplicación equitativa de la ley. Recordó además que
aplicar la ley equitativamente tanto a las minorías como a las mayorías, a los pobres
como a los ricos, es el cemento que mantiene unido a la sociedad

“Papachristou v. City of Jacksonville” - 405 U.S. 156 - Supreme Court of the United States
– February 24, 1972
  >> Traducción del sumario al castellano
La ordenanza municipal de Jacksonville que regula la vagancia, por la cual los
demandantes fueron condenados, es nula por su vaguedad, ya que “no consigue que
una persona de inteligencia media se de cuenta de que la conducta contemplada está
prohibida por la norma”, incita a arrestos y condenas arbitrarias e irregulares,
  transforma en delictivas actividades que para el estándar moderno son generalmente
inocentes, y coloca en manos de la policía un criterio sin restricciones. 
“Papachristou v. City of Jacksonville” – 405 U.S. 156 – Corte Suprema de los Estados
Unidos – 24/02/1972
              

Cuestión: El juez Powel hablando en nombre de la Corte observó lo siguiente “La


aplicación de la norma (de exclusión) desvía el proceso de búsqueda de la verdad y a
menudo libera al culpable. La disparidad que se observa en casos particulares entre el
error cometido por el funcionario policial y el regalo que se concede a un acusado
culpable por la aplicación de la norma es contraria a la idea de proporcionalidad que es
esencial para el concepto de justicia. Así, aunque se entiende que la norma ha de
  disuadir la actividad policial legal en parte acentuando el respeto por los valores de la
 
Cuarta Enmienda, si se la aplica indiscriminadamente bien pude tener el efecto contrario
de suscitar falta de respeto por la ley y la administración de la justicia.”

“Stone Warden v. Powell” - 428 U.S. 465 – Supreme Court of United States - July 6, 1976

              
Cuestión: detención y requisa vehicular
Aquí fue desarrollado en concepto de la “totalidad de las circunstancias” (`the whole
pictore´), estableciéndose que “la valoración del actuar de la prevención policial, basado
en la existencia de una “causa probable” o de una “sospecha razonable”, debe
contemplar la “totalidad de las circunstancias” que rodearon esa actuación”
Este criterio, "...no implica que la ley permita al policía elaborar un esquema mental
basado en subjetividades que den lugar a un posterior proceso mental de 'sospecha' que
conduzca a una detención, que luego derive en la obtención de la prueba. Lo que ese
  concepto quiere decir es que la representación mental que hace el agente de la ley, debe  
tener una base particularizada y objetiva para sospechar la existencia de actividad
criminal respecto de una persona en particular ('a particularized and objetive basis for
suspecting the particular person stopped of criminal activity').

“United States v. Cortez” – 449 U.S. 411 – Supreme Court of United States – 21/01/1981

              
Cuestión: Veinticinco años después de “Terry”, aquel tribunal ratificó la vigencia de ese
precedente y recordó que si la búsqueda de protección va más allá de la necesaria para
determinar si el sospechoso está armado, esto no es válido bajo "Terry". En este caso se
discutió si cuando el policía, en base a inferencias razonables y demostrables, sospecha
que un individuo podría portar un arma que pone en peligro su vida -en el transcurso de la
investigación- lo palpa y, del tacto advierte que no es un arma, sino algún elemento
vinculado con el crimen, como por ejemplo droga, si, ya en esa instancia, aún continúa
estando autorizado a avanzar en la requisa o no.

“Minnesota Petitioner v. Timothy Dickerson” - 508 U.S. 366 - Supreme Court of the United
  States - June 7, 1993  
  >> Traducción del sumario al castellano

En este caso, se considera si la Cuarta Enmienda permite la incautación de


contrabando detectado mediante el sentido del tacto de un agente policial en una
 
requisa preventiva. 
“Minnesota Petitioner v. Timothy Dickerson” – 508 U.S. 366 - Corte Suprema de los
Estados Unidos – 7/06/1993

              
  Cuestión: requisa de automotor - nulidad  
El caso se desarrolló de la siguiente forma: en los caminos de la ciudad de Indianápolis
se habían dispuesto puestos de control vehicular a fin de investigar y reprimir la
tenencia de drogas ilegales. La Corte Suprema sostuvo que esos puestos de control
destinados a esos fines violaban la cuarta enmienda. Estipuló que la regla es que una
inspección de ese estilo no es razonable si no existe sospecha previa determinada. En
ese marco diferenció otros casos en que la misma Corte había avalado estos controles.
En efecto, señaló que esas breves intervenciones efectuadas en un punto de
comprobación fijo resultaban atendibles si estaban diseñadas para interceptar a
extranjeros ilegales en cercanías de la frontera (United States v. Martinez-Fuerte, 428 U.
S. 543), para determinar la alcoholización de conductores, quitándolos del camino
(Michigan Dept. of State Police v. Sitz, 496 U. S. 444), o bien para controlar licencias y
registros en pos de un interés de la seguridad vial (Delaware v. Prouse, 440 U. S. 648,
663). Sin embargo, destacó que la Corte nunca había aprobado un programa de puestos
de control con el propósito primario de detectar evidencia de casos de criminalidad
ordinaria. Precisó además que el programa de puestos de control no se ve justificado
ni siquiera por la naturaleza severa e insuperable del problema de la droga.

“City of Indianapolis v. Edmond” – Nº. 99-1030 - Supreme Court of the United States -
November 28, 2000
  >> Traducción del sumario al castellano

En “Michigan Dept. of State Police v. Sitz”, 496 U.S. 444 (1990), y “United States v.
Martinez-Fuerte”, 428 U.S. 543 (1976), sostuvimos que las detenciones breves sin
sospecha previa en controles de carretera a los fines de combatir la conducción en
  estado de ebriedad y de interceptar inmigrantes ilegales eran constitucionales. En
este caso evaluamos la constitucionalidad de un programa de controles en una
carretera cuyo objetivo principal es el hallazgo y la incautación de estupefacientes. 
“City of Indianapolis v. Edmond” – Nº 99-1030 – Corte Suprema de los Estados
Unidos – 28/11/2000

              
  Cuestión: requisa de automotores – validez  
La Corte tuvo oportunidad de rever la regla incluida en el precedente “Indianápolis v.
Edmond”. Efectivamente “Illinois v. Roberto S. Lidster”, fue un caso en el que personal
policial instaló un puesto de control en carretera donde el fin de semana anterior, a la
misma hora de la noche, se había verificado un ilícito automovilístico en el que un
vehículo había atropellado a una persona y se había fugado, ocasionando la muerte de
aquella. En ese puesto de control el personal policial se dedicó a parar a los vehículos por
unos diez a quince segundos, preguntando a sus conductores si habían visto alguna cosa
relacionada al hecho investigado. Al detener el vehículo que conducía Lidster, éste salió
del camino y casi atropella al oficial, quien luego olió alcohol en la respiración de Lidster.
Ante ello otro oficial efectuó un test de alcoholemia y después arrestó Lidster. Cuestionó
su detención, pero la Corte Suprema la convalidó sosteniendo que el precedente
“Edmond” no gobernaba este tipo de casos. Allí la Corte dijo que sin circunstancias
especiales –que sí se daban en este caso- la cuarta enmienda prohíbe al policía hacer
paradas sin la sospecha concreta. Sin embargo, aquí, el objetivo del puesto de control no
era determinar si el conductor de algún vehículo confesaba un crimen, sino que
importaban interrogarlos como miembros del público para ayudar en la investigación
sobre un ilícito ya ocurrido. Agregó que una regla como la establecida en el precedente
“Edmond” no podía ser de aplicación automática. Añadió la Corte que en esas paradas
para buscar información es menos probable que se provoque ansiedad o sensación de
intrusión, puesto que las preguntas no se diseñan para sacar la información
autoincriminatoria y los ciudadanos reaccionan a menudo positivamente cuando el policía
pide ayuda.

Illinois v. Robert S. Lidster - 02-1060 Supreme Court of the United States - January 13,
2004
  >> Traducción del sumario al castellano
Este caso de la Cuarta Enmienda se centra en un control en una carretera donde la
policía detenía a los automovilistas para pedirles información acerca de un accidente
  reciente en el que el conductor se había dado a la fuga. Sostenemos que las
detenciones de la policía fueron razonables y, por lo tanto, constitucionales. 
“Illinois v. Robert S. Lidster” – 02-1060 - Corte Suprema de los Estados Unidos –
13/01/2004

              

Corte Interamericana de Derechos Humanos

             
Cuestión: detención sin orden judicial y sin flagrancia de delito
La Corte sostuvo que “Nadie puede ser sometido a detención o prisiones arbitrarias ni
privado de su libertad.”
La detención fue ilegal y arbitraria, en contravención de lo dispuesto por el artículo 7.2 y
7.3 de la Convención Americana, que exigen que estos actos sean realizados por orden
de autoridad competente de acuerdo con las formalidades y plazos establecidos por ley.
Entre otros puntos sostuvo que “En el presente caso no fue demostrado que el señor
  Suárez Rosero haya sido aprehendido en delito flagrante. En consecuencia, su  
detención debió haberse producido en virtud de una orden emitida por una
autoridad judicial competente. Sin embargo, la primera actuación judicial respecto de la
privación de libertad de Suárez Rosero, fue de fecha 12 de Agosto de 1992, es decir, más
de un mes después de su detención.”... “La Corte considera innecesario pronunciarse
sobre los indicios o sospechas que pudieron haber fundamentado un auto de detención.
El hecho relevante es que dicho auto se produjo en este caso mucho tiempo después de
la detención de la víctima.

“Suárez Rosero c. Ecuador” – Corte Interamericana de Derechos Humanos - 12/11/1997

              
 
Tribunal Europeo de Derechos Humanos

             
Cuestión: detención sin orden judicial
La búsqueda de parámetros objetivos exteriorizables y, por ello, constatables, llevó al
Tribunal Europeo de Derechos Humanos a construir un test de esas características para
utilizarlo como estándar mínimo del artículo 5, inciso 1º (c) de la Convención Europea de
Derechos Humanos en cuanto se refiere a la privación de la libertad de la persona. Se
sostuvo que las sospechas no sólo deben ser auténticas y sinceras, sino que deben
ser “racionales”... “la «racionalidad» de las sospechas en que se funde una detención es
una parte fundamental de la protección que proporciona el artículo 5.1.c) contra las
privaciones de libertad arbitrarias. La existencia de sospechas (o indicios) racionales
presupone la de hechos o informes adecuados para convencer a un observador
imparcial de que el individuo de que se trate pueda haber cometido el delito. Sin
embargo, lo que puede considerarse «racional» dependerá del conjunto de las
circunstancias.”
Y si bien el Tribunal comprendió que la delincuencia terrorista se incluye en una categoría
especial, en donde ante el peligro de los sufrimientos y de la pérdida de vidas la policía debe
actuar con urgencia para aprovechar informaciones, muchas veces procedentes de fuentes
secretas que no se pueden dar a conocer ni aportar en juicio en apoyo de la acusación; sin
embargo, las necesidades de la lucha contra el terrorismo no justifican que se
extienda este concepto hasta lesionar lo fundamental de la garantía que proporciona
el artículo 5.1.c)
Debemos tener en cuenta (y vale aclararlo) que la Corte Suprema de Justicia de la Nación
ha destacado la importancia de la jurisprudencia de ese tribunal internacional como
"parámetro válido para la interpretación de las garantías constitucionales que se hallan
biseladas por disposiciones de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos" ("Quiroga, Edgardo Oscar s/ causa Nº 4302". 23/12/04 -Voto del Dr. Carlos S. Fayt- [Fal lo en extenso: elDial
- AA26C7]) ; "Gómez Vielma, Carlos s/ extradición". 19/08/99 [F allo en extenso: elDial - AA364] entre otros.

"Fox, Campbell y Hartley v. Reino Unido" - Tribunal Europeo de Derechos Humanos -


30/08/1990

              

También podría gustarte