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ALEGACIONES
PRIMERA.- Niego los hechos denunciados. Existe infracción de los artículos 19 y 20 de la Ley
1/92 sobre Protección de la Seguridad Ciudadana, que indican:
“Artículo 19.
1. Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán limitar o restringir, por el tiempo
imprescindible, la circulación o permanencia en vías o lugares públicos en supuestos de
alteración del orden, la seguridad ciudadana o la pacífica convivencia, cuando fuere necesario
para su restablecimiento.
“Artículo 20.
1. Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán requerir, en el ejercicio de sus
funciones de indagación o prevención, la identificación de las personas y realizar las
comprobaciones pertinentes en la vía pública o en el lugar donde se hubiere hecho el
requerimiento, siempre que el conocimiento de la identidad de las personas requeridas fuere
necesario para el ejercicio de las funciones de protección de la seguridad que a los agentes
encomiendan la presente Ley y la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.”
Todas estas sentencias que indico a continuación anulan sanciones y sientan cátedra sobre la
ilicitud de identificaciones, controles, cacheos y registros en busca de meras sanciones
administrativas:
Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana sentencias 1.320 de 18 de diciembre
de 1997, 15 de septiembre de 1998, 3 de julio de 1997 (Rec. Nº 1953/1995) y Sentencia nº
460/01 de 21 de marzo de 2001, sec. 3ª, Rec nº 2610/97. Sentencia delTribunal Superior de
Justicia de Andalucía-Sevilla-de fecha 12 de enero de 2000, Tribunal Superior de Justicia de
Navarra, sentencia de 14 de septiembre de 1999. Rec. Num. 1664/1996, TSJ Castilla La Mancha
, secc. 2ª , Sentencia de 2 de noviembre de 1999, nº 934/1999, Rec. 995/1997, Sentencias del
Tribunal Superior de Justicia de Murcia de fechas 24 de diciembre de 1996 y 22-12-2000,
Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, de fecha 11 de octubre de 1996.
He citado sentencias de lo contencioso-administrativo, las cuales tienen mucho más valor que
las sentencias del orden penal en que se suelen basar los que mal justifican controles
“preventivos” haciendo identificaciones, cacheos y registros de bienes personales. Estamos en
ámbito administrativo y ya es hora que el Estado haga caso a los jueces, pues las fuerzas de
seguridad llevan 2 décadas delinquiendo buscando “chinas” en los bolsillos ajenos para poner
multas y así ellos cobrar un “plus de productividad” jugoso en su nómina mensual.
“…Por su parte, su artículo 20, dispone en su punto 1, que “los Agentes de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad podrán requerir, en el ejercicio de sus funciones de indagación o
prevención, la identificación de las personas y realizar las comprobaciones pertinentes en la vía
pública o en el lugar donde se hubiese hecho el requerimiento, siempre que el conocimiento
de la identidad de las personas requeridas fuese necesario para el ejercicio de las funciones de
protección de la seguridad que a los agentes encomiendan la presente Ley, y la Ley Orgánica
de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”. Y en el supuesto ahora enjuiciado se ha ido más allá de lo
dispuesto en referido precepto, toda vez que según se desprende de la propia denuncia de la
Guardia Civil, el expedientado, ni estaba consumiendo droga, ni tan siquiera llevaba visible la
ínfima cantidad de hachís que se le intervino, ni menos aun hacía ostentación del mismo; por
el contrario, lo que sí se afirma literalmente en aquella sólo estaba cerca de las dependencias
personales del recurrente en una cajetilla de tabaco.”.
“…Nuevamente, ello autoriza a pensar que no se investigaba ningún hecho delictivo o, lo que
es lo mismo, que no concurrían al efectuarse el registro estas circunstancias que legalmente lo
autorizan.
Resta añadir sobre esto, en contestación a lo alegado por la Administración demandada, que
las comprobaciones que el art. 20 de la Ley 1/1992 autoriza están referidas, exclusivamente, a
la determinación de la identidad de las personas.
“…el actor se encontraba al momento del “cacheo” en el interior de un vehículo, en una zona
rural sin concurrencia de persona alguna salvo un acompañante y sin consumir, lo que en
modo alguno es subsumible en la norma aplicada.”
SEGUNDA.- Infracción del artículo 25.1 de la Ley 1/92 por no constar fehacientemente que la
sustancia incautada es “droga” a efectos sancionadores. El Informe de Sanidad obrante en el
Expediente no indica la existencia de tetrahidrocannabinoles.
Hay que tener en cuenta que las palabras “marihuana” o “hachís” no figuran en ningún
Convenio Internacional ni ley nacional, no siendo un término técnico, y que los Informes de
Sanidad dan como resultado “hachís” o “cannabis sativa” a simples extractos de la planta de
cannabis u hojas grandes, no siendo esto correcto.
La palabra “hachís” la utilizamos todos para referirnos a una mezcla con polen o resina de las
sumidades floridas de la planta de cannabis, de color marrón, compacto, y está definida
técnicamente como “resina de cannabis” en el citado artículo 1 del Convenio de 1961.
Es muy importante saber que el Convenio de 1977 sobre psicótropicos solo establece como
droga prohibida el principio activo Delta9 THC.
Que el Informe de sanidad diga “marihuana”, “cannabis” o “hachís” no demuestra que sea
droga, sustancia estupefaciente o psicotrópica, no está prohibido en los Convenios
Internacionales si no se hace analítica de THC.
Los Informes de Sanidad, y todos nosotros, sólo debemos llamarle “marihuana” o “hachís”
cuando apreciemos la existencia de tetrahidrocannabinoles en las sumidades floridas secas, o
la resina de las sumidades floridas de la planta de la cannabis,y eso sólo puede saberse si se
consume o se realiza un análisis químico específico.
La planta de cannabis, cualquier género, es una planta totalmente legal. Puede verse en el
artículo 28.2 del Convenio de 1961 al decir que la fiscalización de la planta no se aplicará a
fines hortícolas. Sólo las sumidades floridas, con las hojas tiernas unidas a ellas, la “resina” de
las sumidades florales, los extractos de la planta y las tinturas,con el principio activo
tetrahidrocannabinol (THC), están en las Listas Internacionales (artículo 1.b, c y d, de la
Convención Única de 1961) no figurando en los hechos denunciados que exista un análisis de
THC.
Un hachís realizado con extractos de plantas de cannabis, sin THC, no está prohibido, por lo
que siempre habrá que saber si ese trozo de “presunto hachís” o presunta “resina de
sumidades floridas” tiene tetrahidrocannabinoles. Una marihuana sin THC no es marihuana, es
cáñamo perfectamente legal.
TERCERA.- Solicito el archivo del Expediente y para el hipotético caso de que no se archive,
solicito alternativamente una sanción mínima consistente en incautación sin sanción
económica, con amparo en lo establecido en el artículo 28.1 c) de la Ley 1/92 y el artículo 131
de la Ley 30/92, que indica:
“Principio de proporcionalidad.
En el presente caso se puede aplicar el artículo 28.1 c) de la ley 1/92 sobre Protección a la
Seguridad Ciudadana, dejando la sanción en lo mínimo legal: incautación de la sustancia.
Recuerdo que el artículo 28.1 dice “una o más”, por lo tanto la sanción mínima no son 301
euros, es “la incautación” de la sustancia (Texto del art. 28.1: “Las infracciones determinadas
de acuerdo con lo dispuesto en la Sección anterior podrán ser corregidas por las autoridades
competentes con una o más de las sanciones siguientes”) (Y la letra c) dice: “Incautación de
….las drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas”).
Esta sentencia es un caso similar al mío, pues la presunta sustancia estaba guardada en lugar
privado e íntimo (en este caso de la sentencia el bolsillo del pantalón, aunque es igual donde
se encuentre), y es demostrativa que la guardia civil lleva desde 1992 coaccionando,
vulnerando la ley, derechos fundamentales, registrando en busca de meras faltas
administrativas para imponer multas con afán recaudatorio. Cosa prohibida.
4.- Testifical: Que se solicite a las siguientes personas presentes el día de los hechos una
declaración jurada por escrito que exprese las circunstancias que vieron sobre los hechos
denunciados, pudiendo el sr/a. Instructor/a pedir información sobre los extremos que desee.
Esta parte se encargará de solicitarles la declaración jurada por escrito, a modo de testifical, si
el Sr/a. Instructor/a admite la prueba. Persona/s:
Miedo a los Guardias. Buscar infracciones administrativas en los bolsillos ajenos. Existen zonas
de España con la gente aterrorizada por los policías “busca chinas”. La última moda es que te
metan un “chucho” al que no se le tiene cariño en el coche y te lo llene de pelos, olisquenado
todos los rinconcitos típicos donde se puede guardar un poquito de droga. Y olisquee tu ropa y
objetos personales. Lo hace hasta la policía local. Los Órganos Instructores y Resolutorios no se
interesan por estas circunstancias. No fundan sus Resoluciones. Vulneran sistemáticamente el
derecho a valerse de pruebas. No se hacen analíticas rigurosas. Vulneran sistemáticamente el
principio de proporcionalidad. Y provocan que los sancionados recurran a mentir con falsas
solicitudes de tratamientos de deshabituación y enormes gastos y perjuicios sociales, por no
abonar la sanción económica.