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Maddy Thaniela Quintero Burbano

Bitácora final de cuarto semestre


Interpretación 3
2020 -1

En el siguiente documento hablaré sobre el proceso de creación que se dio en la


clase de interpretación III a lo largo del periodo académico 2020 – 1.  En esta clase
desarrollamos el montaje de la obra Final de partida de Samuel Beckett, dirigida
por la maestra Julie Cuellar.
Dentro de este proceso de creación y exploración, abordamos los siguientes temas:
trabajo de mesa, acción física, cubo de Laban, gesto, voz, referentes, comunicación
grupal, y trabajo cinematográfico.
Cabe aclarar que este documento no tiene un orden cronológico, está en orden
temático más no de fechas, así que hay algunos sucesos que se devuelven o se
adelantan durante el tiempo del proceso. 
En primer lugar, hicimos un trabajo investigativo sobre el teatro del absurdo.
Hablamos un poco de las vanguardias, ya que de allí surge este género teatral; como
es un movimiento que surge en la posguerra, habla de muchos sucesos y vivencias
humanas a raíz de la guerra; como la desolación, el tema del tiempo, un dios que
nunca llega a salvarlos, la espera constante, la miseria, el miedo de reconocerse a sí
mismos, la soledad, el silencio, la desesperanza, la resignación por todo lo que
viven día a día, a partir de esto también surge la incomunicación entre las personas,
y también surge la metáfora como un lenguaje de protesta contra el régimen
impuesto, los diferentes movimientos artísticos como el jazz, el expresionismo, el
cubismo, el dadaísmo, el surrealismo, etc.
En segundo lugar, investigamos sobre algunos autores de la época, principalmente
hablamos de Jean Genet; un poeta, novelista y escritor francés. Vimos un
cortometraje llamado Una canción de amor, escrita y dirigida por Genet. Posterior a
esto, leímos Las criadas, escrita por Genet. Comenzamos a acercarnos a lo que
podría ser el trabajo con esta obra; hicimos una lectura interpretativa en grupo.
Posteriormente escogimos la primera escena, que es un monólogo para mostrarla en
la siguiente clase. Cuando mostramos la escena la maestra nos empezó a dar
indicaciones, teníamos que abrir más el cuerpo, hacer todo más grande, exagerado.
Esto era necesario, ya que las obras escritas por este autor tenían un peso en cuanto
a la rebelión, la protesta y el expresionismo.
 Para entender un poco a los personajes de Las criadas y también al autor, la
maestra nos dijo que debíamos fijarnos muy bien las drag queens, personas con
rasgos exagerados y extrovertidos y que muchas veces, estas personas, vivían
situaciones complicadas y lo que nosotros conoceríamos como "miseria"
Este trabajo me ayudó mucho a entender cómo abrir el cuerpo y hacer las acciones y
movimientos más grandes; de tomarme el tiempo necesario para hacer cada acción,
darme mi tiempo y a los otros para que puedan ver realmente que pasa, y no pasar
por encima de las cosas. y de la misma manera también dejar de ensimismarse,
haciendo las cosas con inseguridad o con temor que es algo que aún prima un poco
en mi proceso como actriz.  
 
Luego empezamos a investigar acerca de Samuel Beckett, escritor, dramaturgo, y
poeta irlandés. Fue uno de los representantes más importantes del teatro del
absurdo. Vimos algunas películas que fueron dirigidas por el mismo autor como:
Film, Catástrofe, La última cinta de Krapp, Esperando a godot y Acto sin palabras.
También leímos varias obras como: esperando a godot, Días felices, la última cinta
de krapp, y final de partida.  Conversamos un poco acerca de estas películas y obras
de Beckett que resaltan temas como: el existencialismo, la soledad, la miseria, el
desamparo. Pudimos denotar que generalmente existe una incomunicación entre los
personajes; el vocabulario es intermitente y escaso de argumentos, las expresiones
de los personajes son neutras, además de que tienen un fuerte lenguaje metafórico,
llenos de un humor negro. 
Posterior al trabajo de investigación, escogimos la obra final de partida e iniciamos
con el trabajo práctico, que partió de una acción física y el cubo de Laban. 
El personaje que tuve que trabajar se llama Hamm, es un viejo ciego, egoísta,
malgeniado, imponente, egocéntrico, y arrogante… En fin, a lo largo de este
documento iré describiendo un poco más a este personaje.
 
 Trabajo de acción física y cubo de Laban 
Iniciamos este ejercicio buscando una pintura de las vanguardias que nos gustara o
con la que nos sintiéramos identificadas. A partir de esta pintura la maestra nos
pidió que la detalláramos muy bien; sus colores, su forma, la intensidad, “¿Que nos
decía esa pintura?” “¿Con que la relacionábamos?” entre otras preguntas..

Hecho esto, la maestra nos indicó que creáramos una acción física que se nos
ocurriera a partir de la pintura. Mi acción física era recoger unos binoculares, ver a
través de ellos unos niños comiendo y volverlos a colocar en el suelo. La maestra
me pidió que pasara al frente y mostrara mi acción, empezó a dar indicaciones
como; parar y ver el detalle, cambiar de esfuerzo o energía en cada micro acción,
darme el tiempo para hacer cada cosa, dejar que se desarrollara un poco más la
acción, etc. Al final de la clase la maestra nos pidió que trabajáramos la acción con
los esfuerzos de Laban. También teníamos que buscar darnos el tiempo para las
reacciones, acciones, es decir, que hiciéramos una micro acción y miráramos al
público para compartírsela. Finalmente nos dieron a cada una un punto específico
del cuerpo del que debíamos partir para trabajar la acción, o sea que el movimiento
debía nacer desde esa parte del cuerpo. Mi parte del cuerpo para trabajar fueron los
ojos.
En la siguiente clase mostramos nuestras acciones con el trabajo que habíamos
hecho. La maestra nos empezó a dar indicaciones para que la acción fuera más
amplia. Comenzamos a usar las direcciones del cubo de Laban. Formamos un
cuadrado grande entre las cuatro estudiantes. Y en cada punta de ese cuadro cada
una tenía su cuadro personal. Nuestro monitor, Sebastián Cubillos, comenzó a
darme indicaciones para que jugara un poco más con el gesto y las reacciones; que
podrían ser más grandes con los ojos, que tuviera en cuenta que mi columna,
jugando con esta como si fuera una fuente de energía que acompaña cada
movimiento, mi espacio no se reducía solo en una dirección y que podía moverme
en varias direcciones. Al finalizar la clase, la maestra nos pidió que nos
aprendiéramos las acciones de todas con cada detalle.
En nuestro siguiente encuentro, trabajamos un poco más con los esfuerzos de
Laban. Nos empezamos a mover por el espacio y a interactuar con los otros dando
pie a que se creara una escucha entre todos. Poco a poco fuimos llevando los
movimientos al contacto físico entre nosotros permitiendo que se dieran situaciones
y empezamos a jugar con los ritmos, las atmósferas, las distancias, y los tamaños;
poco a poco la comunicación entre nosotros se hacía más clara. Era muy importante
saber escuchar al otro y ceder a las propuestas que nos brindamos entre todos,
también fue fundamental el no imponer, sino escuchar tanto nuestros impulsos
como los de los demás. Al final la maestra nos pidió que cada una tomara la
posición en el cubo de Laban y que empezáramos a hacer nuestra acción
involucrarnos en el espacio de la otra; fuimos encontrando un lenguaje en el que
había movimientos que hacían parte de las acciones de todas y que no
necesariamente estaban en orden, sino que nos dejábamos llevar por la escucha y los
impulsos. Después la maestra nos indicaba el nombre de quien iba a comandar el
espacio, y que en ese momento todas nos debíamos dejar moldear por esa persona
que debía transformar a las otras en un haiku que la maestra nos había otorgado a
cada una, el mío era: “lo que los ojos de bueno no vieron bien los dedos dejaron de
bien hilar agárralo bien los dedos los ojos vuelve lo bueno mucho mejor”. En este
ejercicio primaba la escucha, la comunicación corporal que teníamos entre todas y
el cómo podríamos moldear a las demás o cómo nos dejamos moldear por las otras. 

En la siguiente clase trabajamos de nuevo el cubo de Laban. Calentamos corriendo


por el espacio en fila india y la maestra nos iba indicando quién pasaba a dirigirla.
Empezamos a subir el ritmo y a jugar en el espacio. Pasamos a explorar el cubo de
Laban, formado un gran cubo en el espacio con las respectivas direcciones de las
esquinas y las líneas. Teníamos que caminar por las líneas y cambiar de dirección
en cada esquina del cubo, poco a poco empezamos a jugar más con el cambio de
direcciones (arriba, abajo, medio, oposiciones, etc.), todo esto buscando la
interacción con los demás en el espacio, cargar o entregar el peso de quien me
encontrara en el camino sin irrumpir en su trayecto sino haciendo parte del mismo.
Seguido de esto la maestra nos pidió poco a poco que fuéramos buscando nuestros
respectivos lugares en las esquinas del cubo; estando allí nos dijo que imagináramos
que estábamos dentro de nuestro propio cubo y empezáramos a hacer nuestra
acción. La maestra nos fue dando indicaciones para imaginarnos cómo podría ser
nuestro cubo y cómo ese espacio nos afectaba a nosotras, en el cuerpo y con la
acción. 
Mi cubo era de paredes calientes y el piso se movía de un lado a otro, cuando
empecé la acción tenía los ojos cerrados y decidí seguir así, eso me puso en otra
disposición. La maestra nos pidió que leyéramos nuestros haikus, pero como yo no
podía ver me empecé a dejar llevar por esta situación de no poder abrir los ojos. En
este ejercicio empecé a sentir un poco de desesperación por la situación en la que
me encontraba, entonces empecé a dejar que mis impulsos me guiaran y así mismo
que mi cuerpo respondiera. Poco a poco fuimos soltando y yo me fui quedando con
los impulsos de la acción física y con los que habían surgido dentro de este
ejercicio.
Esta exploración fue muy importante ya que esos impulsos y sensaciones que
quedaron en mí, de la ceguera, la frustración, la incomodidad y la inestabilidad me
ayudaron para empezar a construir una parte de mi personaje que era el estar ciego y
postrado en una silla de ruedas. 

Tiempo después cuando empezamos a montar la obra tuve un primer acercamiento a


mi personaje. Podría decir que mi trabajo de creación de personaje partió desde
estos impulsos que habían quedado en la exploración de las clases anteriormente
nombradas. En ese primer acercamiento mi maestra me formuló las siguientes
preguntas: “¿Cómo su columna se transforma y hace que su voz cambie al estar
sentada? ¿Cómo puede hacer que la repetición de las acciones que hace su personaje
no se vuelvan mecánicas, sino que evolucionen? ¿La máscara facial parte de los
ojos? Y si es así ¿Cómo puede llevar la expresión facial al extremo? ¿Qué cambia
en una persona cuando no puede ver?”. 
Ese día después de la clase me fui trabajar en cada cosa que la maestra me había
mencionado, pero no encontraba el camino para poder explorar de un amanera
profunda y clara; no me sentía cómoda con lo que estaba haciendo. Al otro día me
senté a ver de nuevo algunas películas como: Final de partida y Film de Samuel
Beckett y la ley de la hospitalidad de Buster Keaton. Me quede pensando en que los
personajes de estas películas tenían ciertos patrones en la expresión; por ejemplo, en
la película Film hay dos señores que tienen miedo y su rostro lo demuestra (el ceño
fruncido, los cachetes encogidos, la boca tensionada, y los hombros encogidos).
Bueno pues así fui encontrando varios patrones de gesto en los personajes de cada
película, entonces empecé a explorar haciendo mi acción física y dejando que estos
patrones gestuales entrarán. Después de explorar un rato deje que algunos patrones
desaparecieran y que solo quedaran los que yo recordaba en primera instancia.
Posteriormente empecé a trabajar sobre la línea de acciones y pensamientos que
tenía mi personaje en la primera escena, pero sólo los manifestaba por medio de los
impulsos gestuales que había explorado anteriormente. Así bien mi trabajo de
creación empezó a coger rumbo desde la gestualidad y lo físico; empecé a encontrar
mañas del viejo cuando refunfuñaba con sus manos, cuando pensaba se tocaba los
dientes con la lengua, cuando se quitaba las gafas fruncía el ceño, cuando estaba
enojado tensionaba la boca hacia abajo, sus labios se sobre articulaban para hablar,
cuando estaba desesperado mostraba inquietud con las manos y usaba sus manos de
un amanera particular, cuando gritaba alzaba las cejas, cuando se iba a burlar
tensionaba sus cachetes, cuando despreciaba algo daba toque ligeros con sus
manos… En fin.
Por otra parte, quisiera dar un pequeño salto en el proceso y hablar de unos meses
en los que tuvimos que trabajar a distancia por que nos encontrábamos en medio de
un confinamiento por el virus llamado COVID 19. La maestra nos indicó que
volviéramos a trabajar una acción física íntima del personaje y nos grabáramos para
que ella nos pudiera ver y dar indicaciones. Mi acción física era pintar a escondidas,
un cuadro de lo que yo más extrañaba de mi pasado, pero aquí cambiaron muchas
cosas porque debíamos trabajar a través de la cámara así que nuestra maestra nos
fue dando indicaciones para que encontráramos un lenguaje más cómodo y creativo
con la cámara.
Claramente ya había una creación de personaje previa que partía de la gestualidad,
pero el hecho de poder verme en una cámara y trabajar una acción física que hacía
parte de la intimidad del personaje, hizo que me diera cuenta de que era necesario
transformar todos estos patrones gestuales exagerados que anteriormente había
creado, en algo un poco más orgánico y realista. El trabajo con esta nueva acción
física me hizo entender más la interioridad de mi personaje; sus sentimientos,
pasiones, pensamientos, etc. Así fui opacando un poco lo caricaturesco que había en
el personaje en algo un poco más sencillo y natural pero que seguía siendo lo
suficientemente visible al exterior. Además, con esta nueva acción física trabajé en
la relación que el personaje tenía con el cuadro que pintaba ¿Qué significaba para
él? A partir de eso, como lo cogía, lo sentía, lo manejaba, etc. Gracias a esto
comprendí que así mismo necesitaba trabajar en las diferentes relaciones de mi
personaje con los objetos que tenía en la obra. Partiendo de los impulsos que ya
había explorado con la acción física del cuadro empecé a trabajar con pequeñas
acciones físicas para relacionarme con los objetos: el pañuelo, las gafas, la cobija, el
pito y la silla. 
Considero que este trabajo de las acciones físicas, cubo de Laban y la gestualidad,
fueron de suma importancia para darle historia y vida a mi personaje, ya que hay
constantes descubrimientos y transformaciones que hacen que el trabajo del actor se
desarrolle de manera que vaya encontrando una organicidad y sensibilidad a través
de diferentes vías de exploración y partiendo desde el exterior que no es
necesariamente actuado, sino que es necesario para crear un punto de partida.

 Trabajo de la voz del personaje 

Para dar inicio a lo que fue el trabajo de la voz, retomaré un poco el tema de la
acción física ya que, si bien es cierto lo que nuestra maestra de voz Andrea García
nos dice todo el tiempo: “el cuerpo y la voz son uno mismo, si el cuerpo cambia la
voz cambia”. Pues exactamente eso fue lo que me paso, con mi personaje que ya
tenía ciertos matices físicos e interiores pues así mismo la voz respondía de una
manera diferente, pero esta voz era muy tímida y descuidada. La maestra Julie me
dijo que tenía que ir más allá con la voz, porque no era proporcional al estatus y
carácter que este personaje tenía. 
Dicho esto, empezamos a trabajar partiendo desde los impulsos vocales que había
descubierto posteriormente. Primero la maestra nos indicó a todas que debíamos
tomar el texto de la obra y dibujar las diferentes imágenes que nos producía cada
palabra o idea; al realizar este trabajo me sentí más cómoda y cercana al texto,
empecé a sentir que lo que decía no era ajeno a mí, sino que realmente hacían parte
de un recuerdo o un sentimiento propio. Posterior a esto la maestra me dijo que
debía preguntarme algunas cosas sobre la voz: ¿Cuál era el centro vocal y corporal?,
¿Cuál era el color de la voz?, ¿Cuáles eran los diferentes tonos y resonadores que
utilizaba en cada circunstancia o cuando se dirigía a alguien? ¿Cuál era la edad de la
voz? ¿Cuál era el registro vocal? y ¿Cómo era la respiración? 
Así que decidí recurrir a mis referentes de personaje (de los que hablaré a
profundidad más adelante), en una clase de voz la maestra Andrea García nos
insistió en que el trabajo del actor era entender el comportamiento humano y así
mismo que el trabajo de la voz también era observar y entender cómo funciona la
voz en nosotros en la vida real. Así bien, empecé a observar con más detalle a mis
referentes para así mismo poder empezar a buscar ese comportamiento orgánico de
la voz a través de los matices y descubrí que el centro vocal de mi personaje estaba
ubicado debajo de costillas por su postura tan pesada y su carácter amargo.
 
En la siguiente clase trabajamos los resonadores a partir de los centros vocales y
corporales que habíamos encontrado; la maestra Julie nos indicó que nos acostamos
en el piso boca arriba, colocáramos nuestras manos un poco más abajo del ombligo
y con cada respiración nos liberáramos. Después nos pidió que cerráramos los ojos e
imagináramos que la voz viajaba como si fuese el mar. Seguido de esto empezamos
a trabajar el apoyo de la voz dejando que la respiración entrara en 10 tiempos,
manteníamos en 5 y la dejábamos salir en ocho. Cada vez iba disminuyendo más el
tiempo hasta que llegábamos a la reparación habitual. 
Luego entramos en el trabajo de los resonadores, Julie me pregunto qué cuál era el
elemento natural con el que relacionaba la voz de mi personaje, yo le respondí que
con la tierra, entonces me dijo que podía explorar la voz teniendo en cuenta los
diferentes estados en los que puede estar la tierra, también me dijo que me sentara
con los pies recogidos, con la cola y las plantas de los pies totalmente puestas en la
tierra, y que en esa posición empezara a explorar con las indicaciones que me había
dado. 
Con este trabajo de exploración empecé a encontrar diferentes matices que me
llevaron no solamente a la creación de la voz sino a la creación del personaje en
general; con la voz encontré la picardía del personaje, logré encontrar esa
corporalidad del viejo sentado en su trono mandando a todo el mundo, estaba cada
vez más centrada gracias a este trabajo de la voz y empecé a entender mucho más a
mi personaje. Sentía que llegaba a “cogerle el alma” como nos dicen en la escuela.  
Pero empecé tener problemas porque me estaba lastimando la garganta cuando
trabajaba con el personaje y me sentía tensionada en los ensayos, así que le comenté
a mi maestra lo que estaba pasando. En la siguiente clase la maestra nos pidió que
lleváramos un vaso con agua y un pitillo; cuando empezó la clase nos pidió que nos
hiciéramos masajes por todo el rostro, el cuello y los hombros, luego tuvimos que
soplar el pitillo haciendo burbujas con el agua, buscando que cada vez la respiración
nos durar más tiempo, poco a poco dejamos salir la voz y empezamos a jugar con
diferentes tonos y resonadores soplando el pitillo, e incluso la maestra nos pidió que
cantáramos una canción mientras hacíamos las burbujas, y que jugáramos también
glissando la voz, es decir variando de un tono alto a uno bajo.  Después de un rato la
maestra no dijo que cuando quisiéramos podíamos empezar a explorar sin el pitillo;
al cantar sin el pitillo sentía que mi voz salía potente, centrada, y además estaba
libre de tensiones.

Considero que todo el trabajo que hicimos respecto a la voz me ayudó a encontrar
mucha más organicidad en el personaje, pero además de esto entendí que era
necesario el calentamiento previo a los ensayos, que debía preparar mi herramienta
de trabajo que era mi cuerpo y voz, así que empecé a crear mi propio entrenamiento
tomando algunas de las herramientas que la maestra Julie nos había compartido en
cada sección. Cuando empecé a entrenar antes de los ensayos eran mucho más libres
y divertidos para mí e incluso empecé a soltarme un poco más dejándome llevar por
mis impulsos dentro de la creación y lo más importante es que ya no me lastimaba
innecesariamente.

 Trabajo de referentes 

Cuando iniciamos con todo el proceso de creación, la maestra nos pidió que
escribiéramos en nuestras bitácoras algunas preguntas que le quisiéramos hacer a
alguien que estuviera en las mismas condiciones de nuestros personajes y que poco
a poco en el proceso íbamos a obtener algunas respuestas a esas preguntas. Posterior
a esto nos citó en una cafetería, nos dijo que iríamos a caminar por la séptima del
centro de Bogotá, y que debíamos observar con detalle a las personas que se
asemejaran a nuestros personajes; yo me encontré con un señor ya de edad que
llevaba una bolsa de mercado, tenía dificultad al caminar y eso hacía que su
columna estuviera un poco erguida, sus ojos estaban atentos a todo, no usaba su
dedo pulgar para agarrar las cosas, su cabeza se inclinaba un poco hacia el lado
derecho, de pronto se dirigió de manera muy brusca a un señor para comprarle un
tinto, pero de repente se acordó que debía hacer algo y siguió caminando, de pronto
se sentó con la mirada perdida y luego empezó a acomodar las bolsas del mercado
de manera muy organizada, parecía que se había acordado de algo que le daba
mucho afán así empezó a ser mucho más rápido y se fue. Así bien todas estas
observaciones me ayudaron para complementar la acción física de la que hablé
anteriormente en este documento, para iniciar mi creación de personaje. 

Tiempo después empecé a encontrar mis propios referentes cercanos y personales, e


incluso la maestra me dio varios referentes cinematográficos; los referentes me
ayudaron a crear las particularidades de mi propia interpretación del personaje que
hacían que cada vez fuera más real y menos superficial. A continuación, nombraré
algunos referentes y lo que cada uno me ofrecía: 

1. Nuestra película (un documental de un artista colombo alemán llamado Lorenzo


Jaramillo quien se encontraba ante su muerte inminente de sida), este hombre se
encontraba en su cama sin visión, casi inmóvil y hablaba de sus sentidos, de lo
que le gustaba, de lo que pensaba de su estado y eso me aportó para profundizar
en las condiciones en que se encontraba mi personaje. 
2. Algunos videos y fotos de Samuel Beckett: el usaba sus manos de una manera
sutil y acogedora, además su cuello se alargaba como imponente y seguro.  
3. En la clase de historia del arte leímos El Rey Lear de William Shakespeare, este
personaje fue con el que más trabajé, me fijé en su corporalidad, sus actitudes,
su voz y el cómo se relacionaba con los demás. Además, estuvimos hablando un
poco con la maestra de historia Patricia Jaramillo sobre lo que decía la obra, las
pasiones y la humanidad de este personaje.  
4. En la película Campanadas a medianoche dirigida por Orson Welles hay un
personaje llamado Falstaff, de él pude observar un poco más la actitud de un
viejo burlón, lleno de vida, con una corporalidad pesada, una presencia
imponente y una voz terrenal. 

 Trabajo cinematográfico 

Cuando entramos en el confinamiento decidimos grabar la obra, y tuvimos que


empezar a trabajar en un lenguaje cinematográfico, por lo que vimos varios
referentes de películas de Samuel Beckett y otras películas como: la gente de la
universal, la celebración, Laura y el viento, y gritos y susurros.
Con estas películas empezamos a tener algunas ideas de planimetría, el juego con la
cámara, y la iluminación, además hicimos un trabajo de plan de rodaje para
encontrar un orden y un mismo lenguaje entre todas, debido a la distancia que nos
alejaba. El trabajo cinematográfico fue muy importante ya que aprendimos a
relacionarnos con la cámara sin necesidad de perder los cuerpos que ya habíamos
creado, además el hecho de podernos ver en los videos nos llevó a un trabajo más
cuidadoso con cada lo que hacíamos y cómo se veía. Aprovechamos de igual
manera esta situación para crear un lenguaje de imágenes y juegos que creaban un
ambiente diferente en la obra. 

 Conclusión 

Para cerrar quisiera resaltar el trabajo tan profundo de creación de personaje que
tuve gracias a las distintas herramientas que pude adquirir. Fue un trabajo muy
completo y cercano al personaje y al contexto de la obra. Por otra parte, el hecho de
estar encerrada en medio de un confinamiento me hizo tomar más autonomía en el
trabajo, lo cual creo que fue uno de los aspectos más importantes en este proceso, ya
que tuve que crear mi propio entrenamiento conforme a mis necesidades, tuve que
buscar la manera de entrar en otra disposición para el trabajo de creación, tuve que
probar varias cosas y de cada una aprendía algo nuevo. Mi proceso de creación no
se basó en buscar un resultado final sino en la exploración, en la constancia, en la
transformación y en el trabajo del detalle. Siento que este proceso me enseñó más
que nunca a obsesionarme por querer entender la humanidad de un personaje, el
significado de una obra, las pasiones de los autores. Creo que este proceso no tuvo
pretensiones de hacer por hacer o por querer mostrar algo, al contrario, fue un
proceso de total aprendizaje de una constante pasión por entender, por jugar, por
probar y por apropiarme de cada cosa que mi maestra me enseñaba. Finalmente
quiero decir que en este proceso logre llevar a mi cuerpo todo lo que tenía en mi
cabeza, logre ir más allá de lo que podía ver con los ojos, llegué al alma del
personaje y aunque por cuestión de tiempo no pude llegar tan a fondo en el proceso,
sé que si sigo por este camino durante un buen tiempo lo puedo lograr, ya que
llegué a sentir la carne y el alma del personaje y eso no me había pasado tan
profundamente a lo largo de mi proceso de formación como en este semestre.

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