Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Bitacora de Entrenamiento y Creacion Con Cubi de Laban y Las Vanguardias
Bitacora de Entrenamiento y Creacion Con Cubi de Laban y Las Vanguardias
Hecho esto, la maestra nos indicó que creáramos una acción física que se nos
ocurriera a partir de la pintura. Mi acción física era recoger unos binoculares, ver a
través de ellos unos niños comiendo y volverlos a colocar en el suelo. La maestra
me pidió que pasara al frente y mostrara mi acción, empezó a dar indicaciones
como; parar y ver el detalle, cambiar de esfuerzo o energía en cada micro acción,
darme el tiempo para hacer cada cosa, dejar que se desarrollara un poco más la
acción, etc. Al final de la clase la maestra nos pidió que trabajáramos la acción con
los esfuerzos de Laban. También teníamos que buscar darnos el tiempo para las
reacciones, acciones, es decir, que hiciéramos una micro acción y miráramos al
público para compartírsela. Finalmente nos dieron a cada una un punto específico
del cuerpo del que debíamos partir para trabajar la acción, o sea que el movimiento
debía nacer desde esa parte del cuerpo. Mi parte del cuerpo para trabajar fueron los
ojos.
En la siguiente clase mostramos nuestras acciones con el trabajo que habíamos
hecho. La maestra nos empezó a dar indicaciones para que la acción fuera más
amplia. Comenzamos a usar las direcciones del cubo de Laban. Formamos un
cuadrado grande entre las cuatro estudiantes. Y en cada punta de ese cuadro cada
una tenía su cuadro personal. Nuestro monitor, Sebastián Cubillos, comenzó a
darme indicaciones para que jugara un poco más con el gesto y las reacciones; que
podrían ser más grandes con los ojos, que tuviera en cuenta que mi columna,
jugando con esta como si fuera una fuente de energía que acompaña cada
movimiento, mi espacio no se reducía solo en una dirección y que podía moverme
en varias direcciones. Al finalizar la clase, la maestra nos pidió que nos
aprendiéramos las acciones de todas con cada detalle.
En nuestro siguiente encuentro, trabajamos un poco más con los esfuerzos de
Laban. Nos empezamos a mover por el espacio y a interactuar con los otros dando
pie a que se creara una escucha entre todos. Poco a poco fuimos llevando los
movimientos al contacto físico entre nosotros permitiendo que se dieran situaciones
y empezamos a jugar con los ritmos, las atmósferas, las distancias, y los tamaños;
poco a poco la comunicación entre nosotros se hacía más clara. Era muy importante
saber escuchar al otro y ceder a las propuestas que nos brindamos entre todos,
también fue fundamental el no imponer, sino escuchar tanto nuestros impulsos
como los de los demás. Al final la maestra nos pidió que cada una tomara la
posición en el cubo de Laban y que empezáramos a hacer nuestra acción
involucrarnos en el espacio de la otra; fuimos encontrando un lenguaje en el que
había movimientos que hacían parte de las acciones de todas y que no
necesariamente estaban en orden, sino que nos dejábamos llevar por la escucha y los
impulsos. Después la maestra nos indicaba el nombre de quien iba a comandar el
espacio, y que en ese momento todas nos debíamos dejar moldear por esa persona
que debía transformar a las otras en un haiku que la maestra nos había otorgado a
cada una, el mío era: “lo que los ojos de bueno no vieron bien los dedos dejaron de
bien hilar agárralo bien los dedos los ojos vuelve lo bueno mucho mejor”. En este
ejercicio primaba la escucha, la comunicación corporal que teníamos entre todas y
el cómo podríamos moldear a las demás o cómo nos dejamos moldear por las otras.
Para dar inicio a lo que fue el trabajo de la voz, retomaré un poco el tema de la
acción física ya que, si bien es cierto lo que nuestra maestra de voz Andrea García
nos dice todo el tiempo: “el cuerpo y la voz son uno mismo, si el cuerpo cambia la
voz cambia”. Pues exactamente eso fue lo que me paso, con mi personaje que ya
tenía ciertos matices físicos e interiores pues así mismo la voz respondía de una
manera diferente, pero esta voz era muy tímida y descuidada. La maestra Julie me
dijo que tenía que ir más allá con la voz, porque no era proporcional al estatus y
carácter que este personaje tenía.
Dicho esto, empezamos a trabajar partiendo desde los impulsos vocales que había
descubierto posteriormente. Primero la maestra nos indicó a todas que debíamos
tomar el texto de la obra y dibujar las diferentes imágenes que nos producía cada
palabra o idea; al realizar este trabajo me sentí más cómoda y cercana al texto,
empecé a sentir que lo que decía no era ajeno a mí, sino que realmente hacían parte
de un recuerdo o un sentimiento propio. Posterior a esto la maestra me dijo que
debía preguntarme algunas cosas sobre la voz: ¿Cuál era el centro vocal y corporal?,
¿Cuál era el color de la voz?, ¿Cuáles eran los diferentes tonos y resonadores que
utilizaba en cada circunstancia o cuando se dirigía a alguien? ¿Cuál era la edad de la
voz? ¿Cuál era el registro vocal? y ¿Cómo era la respiración?
Así que decidí recurrir a mis referentes de personaje (de los que hablaré a
profundidad más adelante), en una clase de voz la maestra Andrea García nos
insistió en que el trabajo del actor era entender el comportamiento humano y así
mismo que el trabajo de la voz también era observar y entender cómo funciona la
voz en nosotros en la vida real. Así bien, empecé a observar con más detalle a mis
referentes para así mismo poder empezar a buscar ese comportamiento orgánico de
la voz a través de los matices y descubrí que el centro vocal de mi personaje estaba
ubicado debajo de costillas por su postura tan pesada y su carácter amargo.
En la siguiente clase trabajamos los resonadores a partir de los centros vocales y
corporales que habíamos encontrado; la maestra Julie nos indicó que nos acostamos
en el piso boca arriba, colocáramos nuestras manos un poco más abajo del ombligo
y con cada respiración nos liberáramos. Después nos pidió que cerráramos los ojos e
imagináramos que la voz viajaba como si fuese el mar. Seguido de esto empezamos
a trabajar el apoyo de la voz dejando que la respiración entrara en 10 tiempos,
manteníamos en 5 y la dejábamos salir en ocho. Cada vez iba disminuyendo más el
tiempo hasta que llegábamos a la reparación habitual.
Luego entramos en el trabajo de los resonadores, Julie me pregunto qué cuál era el
elemento natural con el que relacionaba la voz de mi personaje, yo le respondí que
con la tierra, entonces me dijo que podía explorar la voz teniendo en cuenta los
diferentes estados en los que puede estar la tierra, también me dijo que me sentara
con los pies recogidos, con la cola y las plantas de los pies totalmente puestas en la
tierra, y que en esa posición empezara a explorar con las indicaciones que me había
dado.
Con este trabajo de exploración empecé a encontrar diferentes matices que me
llevaron no solamente a la creación de la voz sino a la creación del personaje en
general; con la voz encontré la picardía del personaje, logré encontrar esa
corporalidad del viejo sentado en su trono mandando a todo el mundo, estaba cada
vez más centrada gracias a este trabajo de la voz y empecé a entender mucho más a
mi personaje. Sentía que llegaba a “cogerle el alma” como nos dicen en la escuela.
Pero empecé tener problemas porque me estaba lastimando la garganta cuando
trabajaba con el personaje y me sentía tensionada en los ensayos, así que le comenté
a mi maestra lo que estaba pasando. En la siguiente clase la maestra nos pidió que
lleváramos un vaso con agua y un pitillo; cuando empezó la clase nos pidió que nos
hiciéramos masajes por todo el rostro, el cuello y los hombros, luego tuvimos que
soplar el pitillo haciendo burbujas con el agua, buscando que cada vez la respiración
nos durar más tiempo, poco a poco dejamos salir la voz y empezamos a jugar con
diferentes tonos y resonadores soplando el pitillo, e incluso la maestra nos pidió que
cantáramos una canción mientras hacíamos las burbujas, y que jugáramos también
glissando la voz, es decir variando de un tono alto a uno bajo. Después de un rato la
maestra no dijo que cuando quisiéramos podíamos empezar a explorar sin el pitillo;
al cantar sin el pitillo sentía que mi voz salía potente, centrada, y además estaba
libre de tensiones.
Considero que todo el trabajo que hicimos respecto a la voz me ayudó a encontrar
mucha más organicidad en el personaje, pero además de esto entendí que era
necesario el calentamiento previo a los ensayos, que debía preparar mi herramienta
de trabajo que era mi cuerpo y voz, así que empecé a crear mi propio entrenamiento
tomando algunas de las herramientas que la maestra Julie nos había compartido en
cada sección. Cuando empecé a entrenar antes de los ensayos eran mucho más libres
y divertidos para mí e incluso empecé a soltarme un poco más dejándome llevar por
mis impulsos dentro de la creación y lo más importante es que ya no me lastimaba
innecesariamente.
Trabajo de referentes
Cuando iniciamos con todo el proceso de creación, la maestra nos pidió que
escribiéramos en nuestras bitácoras algunas preguntas que le quisiéramos hacer a
alguien que estuviera en las mismas condiciones de nuestros personajes y que poco
a poco en el proceso íbamos a obtener algunas respuestas a esas preguntas. Posterior
a esto nos citó en una cafetería, nos dijo que iríamos a caminar por la séptima del
centro de Bogotá, y que debíamos observar con detalle a las personas que se
asemejaran a nuestros personajes; yo me encontré con un señor ya de edad que
llevaba una bolsa de mercado, tenía dificultad al caminar y eso hacía que su
columna estuviera un poco erguida, sus ojos estaban atentos a todo, no usaba su
dedo pulgar para agarrar las cosas, su cabeza se inclinaba un poco hacia el lado
derecho, de pronto se dirigió de manera muy brusca a un señor para comprarle un
tinto, pero de repente se acordó que debía hacer algo y siguió caminando, de pronto
se sentó con la mirada perdida y luego empezó a acomodar las bolsas del mercado
de manera muy organizada, parecía que se había acordado de algo que le daba
mucho afán así empezó a ser mucho más rápido y se fue. Así bien todas estas
observaciones me ayudaron para complementar la acción física de la que hablé
anteriormente en este documento, para iniciar mi creación de personaje.
Trabajo cinematográfico
Conclusión
Para cerrar quisiera resaltar el trabajo tan profundo de creación de personaje que
tuve gracias a las distintas herramientas que pude adquirir. Fue un trabajo muy
completo y cercano al personaje y al contexto de la obra. Por otra parte, el hecho de
estar encerrada en medio de un confinamiento me hizo tomar más autonomía en el
trabajo, lo cual creo que fue uno de los aspectos más importantes en este proceso, ya
que tuve que crear mi propio entrenamiento conforme a mis necesidades, tuve que
buscar la manera de entrar en otra disposición para el trabajo de creación, tuve que
probar varias cosas y de cada una aprendía algo nuevo. Mi proceso de creación no
se basó en buscar un resultado final sino en la exploración, en la constancia, en la
transformación y en el trabajo del detalle. Siento que este proceso me enseñó más
que nunca a obsesionarme por querer entender la humanidad de un personaje, el
significado de una obra, las pasiones de los autores. Creo que este proceso no tuvo
pretensiones de hacer por hacer o por querer mostrar algo, al contrario, fue un
proceso de total aprendizaje de una constante pasión por entender, por jugar, por
probar y por apropiarme de cada cosa que mi maestra me enseñaba. Finalmente
quiero decir que en este proceso logre llevar a mi cuerpo todo lo que tenía en mi
cabeza, logre ir más allá de lo que podía ver con los ojos, llegué al alma del
personaje y aunque por cuestión de tiempo no pude llegar tan a fondo en el proceso,
sé que si sigo por este camino durante un buen tiempo lo puedo lograr, ya que
llegué a sentir la carne y el alma del personaje y eso no me había pasado tan
profundamente a lo largo de mi proceso de formación como en este semestre.