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Iniciamos aquí el abordaje científico de lo social. Tanto de manera espontánea como a partir
del estudio de otras materias, seguramente se han detenido a pensar que desde que
nacemos, los seres humanos convivimos unos con otros y juntos creamos y transformamos
nuestra realidad. Podríamos incluso afirmar que lo que nos hace humanos es precisamente
esa convivencia con otros seres semejantes a nosotros/as. De allí que sea imposible
conocer y comprender al ser humano si no es teniendo en cuenta cómo éste se relaciona
con la sociedad en la que vive y se desarrolla.
Las ciencias sociales en general intentan conocer y explicar esta dimensión del ser humano,
es decir su dimensión social. Cabe preguntarnos: ¿A qué nos referimos cuando decimos
social?
Llamamos sociales a los procesos y productos materiales y simbólicos que los seres
humanos creamos y recreamos, voluntaria o involuntariamente, día a día en
interrelación con otros. Esto puede ocurrir, tanto de manera conflictiva como
armoniosa, en presencia o en ausencia de esos otros.
El objeto de estudio de las ciencias sociales está constituido por los productos y
representaciones sociales y los procesos que los generan.
A veces se presenta la imagen del científico como la de un hombre con delantal blanco,
que encerrado en su laboratorio realiza experimentos, aísla los elementos que pretende
estudiar y finalmente arriba a grandes descubrimientos… o hace explotar tubos de ensayo
en intentos fallidos. Sin embargo, junto con la figura del “científico loco” que vemos desde
chicos en películas o en dibujos animados, en nuestra cultura, al conocimiento científico se
le reconoce un valor de verdad casi indiscutible.
Ahora bien, volvamos a la imagen del científico y de la ciencia que veníamos analizando:
nos encontraremos con que el modelo de ciencia que manejamos es, la mayoría de las
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veces, el modelo de las ciencias naturales. Cabe entonces la pregunta ¿Puede el/la
cientista social encerrarse en un laboratorio y “aislar” los factores que pretende estudiar
para comprender, por ejemplo, la adhesión a un determinado partido político o las
transformaciones en las familias?
Las ciencias sociales se han enfrentado durante mucho tiempo a este supuesto dilema
basado en la imposibilidad de aplicación de los métodos de las ciencias naturales, y
podríamos pensar que incluso hoy, ante determinadas situaciones, se cuestiona el carácter
“científico” de algunas investigaciones en ciencias sociales, precisamente por no
corresponderse con los parámetros de otras ciencias.
Desde mediados del siglo XIX e incluso hasta los inicios del XX perseveró el intento de
constituir el método de las ciencias sociales a imagen del método de otras ciencias más
“duras”, el método empírico. Intento que diera lugar a la corriente epistemológica conocida
bajo el nombre de positivismo.
Aplicado por primera vez por Saint Simon, pero sistematizado por Comte, el
término “positivismo” designa un tipo de método de conocimiento que se aboca a
lo medible, observable y cuantificable.
Si bien tuvo varias derivaciones en distintas escuelas de conocimiento, podríamos
decir que los elementos centrales del positivismo son:
a. Recurre a lo empírico: los “hechos” son tanto la fuente como la prueba última del
conocimiento.
b. Sostiene la existencia de “leyes” que comandan tanto el orden natural como el
social. Así, para el positivismo, el cientista social debe “descubrir” las leyes de la
sociedad como el astrónomo entiende el movimiento de los planetas.
c. Cree en el progreso a través de la razón científica.
d. A partir de lo anterior, para esta postura la metodología de las ciencias sociales
debería ser la misma que la empleada (indiscutidamente con éxito) por las ciencias
naturales.
Adapt. Notas Introductorias a la filosofía de la ciencia, La tradición anglosajona de
Glavich, E.; Ibáñez, R.; Lorenzo, M.; Palma, H.
Dada la complejidad del estudio de los procesos sociales, la sociología ha ido definiendo
otros modelos de explicación que no restringieran el análisis al uso de instrumentos o
métodos de conocimiento de las ciencias naturales. Los otros criterios que se han
considerado son:
- Las ciencias sociales trabajan con enunciados que pueden ser puestos a prueba y a
partir de los cuales se elaboran teorías. Por ejemplo, un/a politólogo/a puede poner en
relación dos o más elementos, como el nivel educativo de las personas y su adscripción
a un determinado partido: si encontrara una cierta regularidad (“la gente de mayor nivel
educativo se inclina por los partidos con tales y cuales características, mientras que
aquellos que tienen niveles más bajos lo hacen por partidos que en cambio se
caracterizan por...”) podrá elaborar enunciados e incluso teorías que sean luego puestos
a prueba o reutilizados por otros/as investigadores/as en otras situaciones.
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- El/la cientista social sostiene una posición a la que se llama neutralidad valorativa. Es
decir, controla que sus propias experiencias o valores no sean lo fundamental al abordar
su objeto de estudio. Elige un marco conceptual y determina qué elementos de la
realidad son significativos para su análisis. Por ejemplo, como veremos más adelante,
un/a cientista social puede analizar los hábitos alimentarios de distintos grupos sociales
para desde allí poder describirlos y explicarlos, pero posiblemente no tome en cuenta
en su análisis (o al menos sería un error hacerlo) si la comida que unos u otros
consumen es rica al paladar de quien investiga, o incluso si es “buena” solo por el hecho
de ser semejante a la que él/ella está habituado/a. Este tipo de “errores” se los encuentra
cuando, por ejemplo, ante un pueblo que está habituado a comer con las manos y no
con tenedor y cuchillo, quien investigada califica ese hábito como “primitivo” o “grosero”:
en ese caso, en vez de intentar comprender esas costumbres, el/la investigador/a está
realizando juicios de valor desde sus propias costumbres.
ACTIVIDAD 1
A continuación, encontrará dos textos: uno de Emile Durkheim y otro que pertenece a Max
Weber. Leánlos con atención para responder las preguntas.
“En efecto, puede afirmarse que todo objeto de ciencia es una cosa, con excepción quizás,
de los objetos matemáticos(…) pero en el momento en que se trata de hechos propiamente
dichos, cuando tratamos de hacer con ellos ciencia, son necesariamente para nosotros,
incógnitas, cosas ignoradas, pues la representación que se haya podido tener de ellas en
la vida, como se han formado sin método ni crítica, carecen de todo valor científico y deben
ser tenidas en nada. (…) Nuestra regla no implica, pues, ninguna concepción metafísica,
ninguna especulación sobre el fondo de los seres. Lo que sí exige es que el sociólogo ponga
su espíritu al nivel del físico, del químico, del fisiólogo, cuando se aventuran en una región,
todavía inexplorada, de su dominio científico. Es preciso que al penetrar en el mundo social
se haga cargo de que penetra en lo desconocido; es necesario que se sienta en presencia
de hechos cuyas leyes son tan poco sospechadas como podrían ser las de la vida, cuando
la biología no estaba constituida”.
Durkheim, Emile (Francia, 1858- 1917), Prefacio de la segunda edición de Las reglas del
método sociológico, Ed. La Pléyade, Buenos Aires, 1987.
“Puede resultar útil o necesario para otros fines de conocimiento pensar al individuo, por
ejemplo, como una asociación de “células”, o como un conjunto de reacciones bioquímicas
(…) se obtienen de ese modo, indudablemente, conocimientos valiosos (leyes causales).
Pero nos es imposible “comprender” el comportamiento de esos elementos que se expresa
en leyes. Ni siquiera en el caso de tratarse de elementos de carácter psíquico; y mucho
menos cuanto más se los conciba en el sentido de las ciencias naturales; éste nunca es el
camino para una interpretación derivada del sentido intencionado. Ahora bien, aprehender
la conexión de sentido es precisamente el objeto de la sociología (tal como la concebimos
aquí)
“Fundamentos Metodológicos” en: © Weber, Max, Economía y Sociedad, Buenos Aires,
Fondo de Cultura Económica, 1992.
Respondan en su carpeta:
a. ¿Qué postura expresan en los textos cada uno de los autores frente al método de las
ciencias naturales?
b. ¿Cuál de estos dos autores le parece más acorde a una mirada positivista sobre las
ciencias sociales? Justifique su respuesta.
c. ¿Por qué las ciencias sociales no pueden usar los mismos métodos que las naturales?
¿Qué consideraciones sí tienen en cuenta las ciencias sociales para producir
conocimiento? (usen el ejemplo de la sociología).
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1.3. Ciencias sociales y sentido común
Tenemos aquí un ejemplo de cómo nuestro sentido común a veces entra en conflicto con
el conocimiento científico. Sin dudas, esto sucede mucho más a menudo con el
conocimiento producido por las ciencias sociales que por otras ciencias como la física o la
bioquímica. Tod@s, de una forma u otra, interpretamos de algún modo el mundo social en
que vivimos, pero posiblemente no tendríamos mucho que decir acerca de los átomos o del
proceso de fotosíntesis.
Veamos un ejemplo: si entregamos una carta al empleado del correo damos por sentado
que esa persona no la leerá y que la colocará en la bandeja correspondiente para que llegue
a destino porque además suponemos que:
a) es un trabajador que cumple su tarea,
b) su fin o propósito no es hurgar en nuestra intimidad sino cobrar su salario,
c) sabe cómo hacer para que nuestra carta llegue a destino.
Atribuimos a las personas y objetos que nos rodean, así como a los procesos sociales que
observamos - y de los que participamos - un sentido sin el cual sería imposible interactuar
y que no constituye un “acto de fe” o presuposición personal, sino que es asimismo
construido y aprendido intersubjetivamente, es decir, entre-sujetos.
Este sentido al que hacemos referencia, es producto del aprendizaje y, por ello mismo, es
compartido por los otros miembros de esa determinada sociedad, aun cuando no esté
distribuido de la misma manera entre todos los individuos.
Volvamos ahora al ejemplo anterior, en el que afirmábamos que siempre, cuando
interactuamos con otro, suponemos “algo” de él. El empleado de correo, por su parte, hace
suposiciones acerca de cuáles son nuestras expectativas cuando le entregamos una carta.
Sabe que:
a) no esperamos que él la corrija,
b) no es él el destinatario, porque nos “ve” como un cliente que tiene una cierta motivación
para acercarse a la oficina del correo: que la carta llegue a destino.
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Se trata entonces de un sentido construido y compartido en y con otros, de allí que digamos
que es común.
En este sentido, cuando decimos que las ciencias sociales estudian los productos y
procesos sociales que conforman lo que llamamos el “mundo social” nos estamos refiriendo
a una “realidad social” en la cual juegan un papel predominante las interpretaciones que los
actores hacen de la misma. Dicho de otro modo, a las ciencias sociales no solo les interesa
explicar qué es un determinado fenómeno social, sino también (y en algunos casos,
fundamentalmente) comprender qué interpretaciones del mismo existen en una sociedad
determinada, en un momento en particular.
Es decir, sólo teniendo en cuenta que la “desocupación” es definida también (y antes que
por las ciencias sociales) por la propia sociedad, es que podemos conocer sus alcances:
tal vez, por una determinada sociedad la desocupación es explicada, desde el sentido
común, en términos de “vagancia”, mientras que para otra esté asociada al tipo de
economía de ese determinado país o región. Las consecuencias sociales y políticas serán
radicalmente distintas de acuerdo con la interpretación que el sentido común de dicha
sociedad realice.
Vemos así que en lo que llamamos el “mundo social” o la “realidad social” no existen objetos
independientemente de las interpretaciones que de él se ofrezcan.
Las ciencias sociales, por lo tanto, trabajan también con estas interpretaciones del
sentido común y de allí que afirmemos que se trata de un mundo ya dotado de
sentido.
Si tod@s, incluso quienes pretenden hacer ciencia social, compartimos ese sentido común
desde el cual comprendemos nuestro mundo, nos enfrentamos a la segunda situación que
adelantamos previamente: el desafío del/la cientista social de lograr un conocimiento que
se independice de aquel que ya posee como miembro de una determinada sociedad.
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En la costa Noroccidental de EEUU, existía una ceremonia practicada por las tribus nativas
llamada “Potlatch” en la que se reunían los distintos grupos y quemaban todo tipo de cosas:
alimentos, mantas, utensillos, etcétera.
A fines del siglo XIX, los antropólogos Ruth Benedict y Marcel Mauss (sobrino de Emile
Durkheim, a quien veremos en la próxima unidad) interpretaron esta ceremonia como un
símbolo de la importancia que estas tribus otorgaban al prestigio: la ceremonia era una
manera de competir y demostrar qué jefes o qué tribus estaban en mejores condiciones, al
punto tal de poder permitirse quemar gran cantidad de bienes.
Una ceremonia tan “anti-económica” no podía sino responder a motivos religiosos o
culturales, pero nunca económicos, “¿cómo, en beneficio de la economía, se le ocurriría a
alguien quemar mercaderías?”, podría haber sido la pregunta que guiaba a estos
antropólogos.
Sin embargo, estudios posteriores discutieron esta interpretación y llegaron a otras
conclusiones: en primer término, observaron que la reunión no tenía como único objetivo la
quema de bienes, sino que también era una especie de “feria” que permitía el intercambio
entre distintas tribus. Y, a su vez, reconocieron que esta ceremonia se realizaba más
frecuentemente en períodos de crisis por lo que comprendieron que el hecho de quemar
productos lo que generaba era, no solo prestigio para aquel que pudiera hacerlo, sino que
también favorecía la reactivación del intercambio (y por lo tanto la producción) de las
distintas tribus, especialmente de las más pequeñas.
Así vemos que los parámetros de la propia cultura de los primeros antropólogos, impidió
comprender los motivos económicos de esta ceremonia, que eran tan importantes como la
“economía de privilegio” que ellos habían reconocido.
Piddock, S.:“El sistema Potlatch de los kwawiutl del sur: una nueva perspectiva”
en:Antropología económica.Estudios etnográficos,Ed.Anagrama, Barcelona, 1981.
En el intento de desligarse del sentido común, hay quienes han planteado la posibilidad de
partir de la creación de un lenguaje neutral, despojado de los términos utilizados en el
lenguaje cotidiano, que es poco preciso y demasiado abarcativo. “¿Cómo usar –dicen los
representantes de esta propuesta- un término como “familia” si no sabemos qué es lo que
implica?”. Para algunos “familia” se define por los lazos sanguíneos, mientras que otros
resaltan el componente emotivo (“mis seres queridos son mi familia”), o se refieren a las
personas con las cuales se convive…
Por lo tanto, para hablar de las “familias” desde las ciencias sociales se plantean algunos
requisitos: abandonar el término y reemplazarlo por otro más “neutral” o bien (y esta es la
posición más extendida actualmente) explicitar claramente qué se entenderá por “familia”
cuando se utilice ese término. Sin embargo, el lenguaje neutral o “depurado” no es garantía
de neutralidad valorativa, que es lo que en última instancia pretenden las ciencias sociales.
Diremos entonces que el trabajo del/la cientista social consiste en poder “desfamiliarizase
de lo familiar”, cuestionando el sentido común que él posee y haciendo una lectura crítica
del mismo.
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ACTIVIDAD 2
a. Lean este fragmento de Alfred Schütz, uno de los autores que más ha influido en el estudio del
conocimiento en ciencias sociales. Después de la lectura subrayen una aproximación a la
definición de sentido común.
“Una teoría encaminada a explicar la realidad social debe elaborar recursos particulares ajenos a
los de las ciencias naturales, destinados a coincidir con la experiencia de sentido común del mundo
social. Esto es, en verdad, lo que han hecho todas las ciencias teóricas de los asuntos humanos:
economía, sociología, ciencias jurídicas, lingüística, antropología cultural, etcétera. Tal estado de
cosas se basa en el hecho de que existe una diferencia esencial en la estructura de los objetos de
pensamiento o construcciones mentales creados por las ciencias sociales, y los creados por las
ciencias naturales. (…) El mundo de la naturaleza, tal como lo explora el especialista en ciencias
naturales, no “significa” nada para las moléculas, átomos y electrones. Pero el campo observacional
del científico social, la realidad social, tiene un significado específico y una estructura de
significatividades para los seres humanos que viven, actúan y piensan dentro de él, quienes
mediante una serie de construcciones de sentido común han efectuado selecciones e
interpretaciones previas de este mundo que experimentan como la realidad de sus vidas cotidianas.
(…) Los objetos de pensamiento que el especialista en ciencias sociales construye para comprender
esta realidad deben basarse en los objetos de pensamiento de sentido común de hombres que
viven su existencia cotidiana dentro de su mundo social. Las construcciones de las ciencias sociales
son, pues, por así decir, construcciones de segundo grado…”
© Schütz, Alfred, El Problema de la Realidad Social, Amorrortu editores.
b. ¿Por qué decimos que las ciencias sociales son “construcciones de segundo grado”?
c. Retomando la actividad previa (Actividad 1), ¿cuál de los dos autores antes presentados
(Durkheim y Weber) se aproxima a la postura epistemológica de Schütz? Justifiquen su
respuesta.
La sociología forma parte de las ciencias sociales. Al interior de las ciencias sociales
coexisten diferentes posturas, métodos y esfuerzos por explicar disitntos aspectos de la
vida en sociedad. La historia, por ejemplo, estudia a las sociedades humanas, sus
transformaciones, rupturas y continuidades a lo largo del tiempo. La economía, por su parte,
estudia la producción y distribución de bienes y servicios. La psicología estudia la conducta
del individuo y sus procesos mentales. La pregunta que se nos presenta ahora es ¿qué
estudia la sociología?
Si bien es una tarea compleja ofrecer una única definición sobre lo que es la sociología,
aquí nos proponemos construir algunas pautas básicas para su comprensión. Puede
decirse, que la sociología es una ciencia plural y que no hay una única sociología
sino una pluralidad de teorías sociológicas.
Interrogarnos sobre qué es la sociología o para qué sirve son preguntas que nos ayudarán
a transitar la definición de su objeto de estudio. Para ensayar una primera respuesta
podríamos señalar que desde la sociología se realizan estudios vinculados a la vida social
humana, los distintos grupos sociales y la interacción de los sujetos entre sí y con esos
grupos. De esta manera, el objeto de estudio de la sociología son las sociedades y las
relaciones sociales.
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situaciones habituales (por ejemplo, dos amigos que se encuentran a tomar un café y
charlar). La sociología también se interesa en el funcionamiento de diversas organizaciones
(como una escuela o una empresa), en hechos socio-políticos (como el análisis de los
resultados de una elección) o en el estudio de problemas sociales a escala internacional
(como la globalización y sus efectos en los medios de comunicación en países de América
latina, o el aumento de la pobreza en el mundo). Por lo tanto, existen múltiples aspectos de
la vida social que competen a la sociología como campo de conocimiento.
En todas las ciencias existe un objeto de conocimiento, es decir, aquello que se estudia,
y un sujeto de conocimiento, que es la persona, el especialista que realiza el estudio. La
sociología tiene la característica de que su objeto -la persona y su vida social— coincide
con el sujeto —el/la sociólogo/a que investiga es una persona inmersa en la vida social.
Ahora bien, al estudiar a las sociedades y las relaciones sociales, el objeto de estudio de la
sociología se convierte en nuestro propio comportamiento en sociedad. Esto implica que el
ámbito de estudio de la sociología es un abanico muy amplio.
Como sujetos sociales que somos, la mayoría de nosotros/as observa y explica el mundo
en el que vivimos en función de nuestras propias ideas y valores. Sin embargo, la sociología
nos propone adoptar un punto de vista más amplio, nos invita a explicar e interpretar por
qué somos como somos y actuamos como actuamos, tomando cierta distancia de nuestras
propias ideas y valores. En este sentido, la sociología nos exige cuestionar aquello que
consideramos natural, inevitable, verdadero y nos invita a pensar que todo ello puede
ser así pero también puede ser de otra manera. Nos obliga a pensar que lo que tomamos
como «normal» en nuestras vidas y en nuestras sociedades se encuentra influenciado por
contextos sociohistóricos.
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Como señalamos, la sociología sirve para comprender las
sociedades, para esto es necesario que los/as sociólogos/as
problematicen el sentido común (del que hablamos en páginas
anteriores). El sentido común es el conjunto de conocimientos y
creencias compartidas por una comunidad en una época y lugar
determinado. Esta forma de ver e interpretar la realidad se
construye a partir de elementos provenientes de la experiencia
personal, las cosas que se hacen, la gente que se frecuenta, los
objetivos que cada persona se propone, la mirada de los otros, etc. El sentido común tiene
una influencia innegable en nuestras vidas debido a que la vida cotidiana suele ser
rutinaria y monótona: mientras se realicen los mismos comportamientos habituales y
rutinarios que constituyen la mayor parte de la vida, no se necesita demasiado autoexamen
ni autoanálisis. Cuando se las repite mucho, las cosas se tornan familiares y las cosas
familiares son autoexplicativas, no presentan problemas ni despiertan curiosidad. No
se formulan preguntas o, diciéndolo de otra manera, se tiende a aceptar que «las
cosas son como son». Rara vez se realiza el esfuerzo por ampliar el horizonte de la
propia experiencia.
ACTIVIDAD 3
Teniendo en cuenta el leído sobre conocimiento sociológico y sentido común. Respondan:
a. ¿A qué llamamos sentido común?
b. Nombre diferencias entre el sentido común y el conocimiento sociológico.
c. ¿Por qué se dice que la sociología actúa como un «intruso» y como eso puede servir para adoptar
un punto de vista más amplio?
d. Expliquen que significa que el sujeto y objeto de la sociología coincide. ¿En qué otras disciplinas
pasan y en cuáles no? Escriban algunos ejemplos. ¿Por qué creen que es importante tener esta
coincidencia?
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Para construir la mirada sociológica se parte del concepto de situación social. Este
concepto resulta útil porque incluye una de las nociones centrales de la sociología: la idea
de las personas en interacción.
Todas las acciones que realizan las personas, desde las más comunes (un niño le pide a
su mamá que le sirva un vaso de agua) hasta las más complejas (firmar un decreto para
aumentar los impuestos) se producen en una situación determinada. Una situación es el
conjunto de las circunstancias presentes en un momento.
De todas las situaciones posibles, a la sociología le interesan aquellas en las que participan
personas realizando actividades y relacionándose entre sí: dedica su atención a las
situaciones sociales.
Una situación social, cualquiera que sea, representa un momento, un corte en el tiempo.
Su duración es variable: puede ser un instante, como el que capta una imagen fotográfica,
o puede ser más extensa. Tomando como ejemplo el casamiento de una pareja, lo que
sucede en la iglesia donde están presentes los familiares y amigos de los novios mientras
el sacerdote lee los votos matrimoniales es una situación social. Forman parte de esta
situación el tipo de iglesia donde están reunidos, si está adornada con flores, si es de día o
de noche, etcétera. Cada uno de esos detalles es una circunstancia y, en conjunto, dan a
esa situación su carácter particular.
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habitantes urbanos por lo general deben trasladarse para ir a trabajar. Entonces, las rutinas
que realizan las personas varían según el contexto espacial y temporal y según las
condiciones sociales generales del medio.
Por otra parte, la vida cotidiana no fue siempre igual; ha ido variando en las diferentes
épocas históricas de acuerdo con los cambios que se van produciendo en el contexto
mediato e inmediato. Si se observa la foto de un bañista de la década de 1920 en Mar del
Plata, se ve que el traje de baño le cubría y ocultaba el cuerpo. A principios del siglo XX, en
Europa, los hombres y las mujeres se bañaban en playas separadas. En cambio,
actualmente, en Occidente, los varones usan un short y muchas mujeres usan biquinis, y la
idea de las playas separadas parece ridícula. Las ideas de decoro, de pudor y “buenas
costumbres” para el comportamiento de los varones y las mujeres en la playa se han
modificado.
En la década de 1940, el uso del traje de baño aún no se había generalizado como forma
de vestir para ir a la playa
Las infancias captan la realidad en la que viven como si fuera una realidad única, desde su
propia experiencia y desde las actividades que ven realizar a su alrededor, en su familia.
Por ejemplo, un niño aprende que debe cepillarse los dientes al levantarse y antes de
acostarse. Un compañero de la escuela le cuenta que lo hace una vez por día, cuando se
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acuerda. Para ambos, el comportamiento propio es natural y el del amigo les parece raro.
Esto es asíparque las formas en que las personas aprenden a realizar sus acciones
habituales son incorporadas como una única manera de realizar esas actividades que los
individuos ponen en práctica cada día: la rutina para vestirse a la mañana, el
comportamiento en la mesa, el tipo de comida que ingiere.
En resumen, las actividades que las personas realizan en su vida diaria son aprendidas,
vale decir, sociales. Sin embargo, las personas las tienen tan asimiladas que las actividades
y su forma de realizarlas son una misma cosa. Las consideran naturales y no sociales,
como lo son en realidad.
ACTIVIDAD 4
Para mejor y para peor, las cosas podrían ser de otra manera, y la vida cotidiana de cada uno y
cada una, así como la de los “cadaunitos”, sería bastante diferente… …las cosas no son
necesariamente, naturalmente, como son ahora y aquí. Saberlo le resultará útil para contestar a
algunos entusiastas del orden y del desorden establecidos, que a menudo dicen que “es bueno y
natural esto y aquello”, y poder decirles educadamente “veamos si es bueno o no, porque natural
no es”.
Consideremos un día en la vida del señor Timoneda. Don Josep Timoneda se ha levantado
temprano, ha tomado su utilitario para ir a trabajar a la fábrica, oficina o tienda, ha vuelto a casa a
comer un arroz cocinado por su señora, y más tarde ha vuelto de nuevo a casa, después de un
pequeño altercado con otro conductor a consecuencia de haberse distraído pensando en si le
ascienden o no de sueldo y categoría. Ya en casa, ha preguntado a los críos, bostezando, por la
escuela, ha visto un telefilme sobre la delincuencia juvenil en California, se ha ido a dormir y, con
ciertas expectativas de actividad sexual, ha esperado a que su mujer terminara de tender la ropa.
Finalmente, se ha dormido pensando que el domingo irá con toda la familia al apartamento. Lo
último que recuerda es a su mujer diciéndole que habrá que hablar seriamente con el hijo mayor
porque ha hecho no se sabe qué cosa.
Este es el inventario banal de un día normal de un personaje nomal. La vida, dicen. Pero ¡atención!,
si el señor Timoneda es un personaje “normal”, “medio” y éste es un día normal, es porque estamos,
en una sociedad capitalista de predominio masculino, urbana, en etapa que llaman de sociedad de
consumo, y dependiente culturalmente de unos medios de comunicación de masas subordinados
al imperialismo. El personaje “normal” si la sociedad fuera otra, no tendría que ser necesariamente
un varón, cabeza de familia, asalariado, con una mujer que cocina y cuida de la ropa, y con un
televisor que pasa telefilmes norteamericanos…
…Podría ser de otra manera, pero ésta es la que le ha correspondido, ya que vive aquí. Son
costumbres. ¡Atención, sin embargo! Hay quien dice que “son costumbres” como si, reconocido el
carácter no natural de las maneras de vivir, éstas fueran resultado de un puro azar, cuando en
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realidad nos reenvían una y otra vez a los datos fundamentales de la sociedad. El nombre del señor
Timoneda nos da pistas sobre la influencia de la Iglesia católica y sobre el hecho de que los padres
“pintan” más que los hijos, y el padre más que la madre…
…El señor Timoneda podría haber pasado el día de muchas otras maneras. Nada en su biología se
lo impide. Podía haber trabajado en su casa, si es que se puede hablar de casa al mismo tiempo a
propósito de un espacio de 90 m2 en un sexto piso y a propósito de un edificio que fue la casa de
sus antepasados y sigue siendo taller. La mujer del señor Timoneda podía haber estado haciendo
parte de la faena del taller y el hijo mayor también mientras aprende el oficio del padre. El más
pequeño de los críos podía haber pasado el día en la calle o en casa de otros vecinos, sin noticia
ni deseo de escuela alguna.
O bien, el señor Timoneda podía haber pasado el día cocinando para la comunidad, por ser el día
que le tocaba el trabajo de casa, mientras los demás trabajaban en el campo, en la granja o en los
talleres grandes o pequeños, todos proporcionalmente a sus fuerzas y habilidades; y hacia el
atardecer reunirse todos para reírse ante una televisión más divertida o para discutir ante emisiones
más informativas.
O el señor Timoneda, podía haber trabajado aquel día doce horas seis en las tierras del amo y seis
en las que el amo le dejaba cultivar directamente y haber regresado a la barraca donde vive
amontonado con familiares diversos para comentar que el amo le había vendido junto con las tierras
y preguntarse qué tal sería el nuevo señor. O escuchar al abuelo recitar historias, seguro de ser
escuchado, seguro de ser el personaje principal de la familia.
El día del señor Timoneda, podía haber sido, pues, muy distinto, y también el de las personas que
le rodean. Sería un error pensar que sólo podría haber sido distinto de haber nacido en otra época.
Con el nivel tecnológico actual son posibles diferentes formas de vida. Esta pequeña introducción
impresionista a una sociología de la vida cotidiana insistirá siempre sobre esa misma idea: que las
cosas podrían ser para bien y para mal distintas…
Marqué, J. V. (1982). No es natural: para una sociología de la vida cotidiana, Ed. Anagrama, Barcelona.
1. Expliquen la siguiente oración “El señor Timoneda podría haber pasado el día de
muchas otras maneras. Nada en su biología se lo impide.”
2. ¿De qué factores depende que las acciones cotidianas de las personas sean de una u
otra manera?
3. ¿Qué creen que cambia en el texto cuando se describe otras vidas posibles del Sr.
Timoneda, además de sus conductas?
3. LA IMAGINACIÓN SOCIOLÓGICA
Imagine que hubiera nacido hace 300 años, en el año 1700. Aunque este es un momento
muy reciente en términos de los miles de millones de años de existencia del planeta Tierra,
sería suficiente para que hubiera vivido en un mundo radicalmente diferente.
Probablemente habría nacido en una pequeña comunidad y no habría viajado a ningún
lugar excepto, quizás, a alguna ciudad cercana. Nunca habría entrado en una tienda, y
menos aún en un centro comercial. No habría conocido los trenes, los automóviles, los
teléfonos, las cámaras, las computadoras personales, los vídeos, los McDonald’s, las
vacaciones en el extranjero, o los DVD. Y esto no es todo, la idea de votar por su gobierno,
ir a la universidad, elegir su religión, incluso elegir su identidad habría resultado algo
excepcional. ¡Bienvenido al mundo moderno!
Pero, imagine que hubiera nacido en la República de Sierra Leona, uno de los países más
pobres del planeta. Si usted es un hombre, su esperanza de vida sería de 36 años (y, si es
una mujer, sería un poco más de 39). Por el contrario, si hubiera nacido en el Reino Unido,
sus expectativas de vida serían el doble. De hecho, en Sierra Leona, 316 niños de cada mil
mueren antes de alcanzar la edad de cinco años; en el Reino Unido, eso solo ocurre con
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seis de cada mil. Sus oportunidades de recibir educación secundaria o universitaria serían
solo de una entre cincuenta (y, virtualmente, no tendría ninguna oportunidad si usted es
una mujer, ya que el 82 por ciento de las mujeres son analfabetas). Por el contrario, en el
Reino Unido casi todo el mundo ha recibido formación secundaria. Igualmente, los medios
de comunicación están poco extendidos: en Sierra Leona, existen cuatro líneas de teléfono
y 17 aparatos de televisión por cada mil habitantes; en el Reino Unido existen 528 líneas
telefónicas y 612 aparatos de televisión para el mismo número de personas. Como en la
mayor parte de los países africanos, las computadoras personales son poco comunes.
Pero ahora demos otro salto imaginario; esta vez hasta un mundo que está por venir (el
mundo que quizá conozcan nuestros nietos o bisnietos). Por supuesto, no podemos
predecir el futuro, pero a menudo somos capaces de ver cuáles son las tendencias. Por
ejemplo, empezamos a ver «bebés probeta» hacia finales del siglo XX, una tendencia que
parece estar acelerándose. Esto podría significar que gran parte de la población del futuro
nacerá mediante algún tipo de ingeniería genética; y eso puede significar incluso el
comienzo de los «bebés de diseño». También hemos sido testigos de la miniaturización de
los dispositivos electrónicos en las nuevas computadoras, las cámaras de fotos, los
teléfonos móviles, etc., su tamaño permite llevarlos en el bolsillo y son omnipresentes en
los países ricos. ¿Podría esto llevar a que en el futuro crezcan los conflictos entre aquellos
que tienen acceso a estas tecnologías y los que no lo tienen? ¿Quizás en un futuro se
implantarán estas tecnologías en nuestros hogares, incluso en nuestros cuerpos? Muchos
están convencidos de que será así. Y podríamos imaginar muchas otras características del
mundo futuro.
El poder de la sociología radica en demostrar exactamente la capacidad de las fuerzas
sociales para organizar la sociedad de muchas maneras diferentes. A lo largo de esta
materia, una y otra vez, tendremos la oportunidad de ver la variedad de las sociedades y
las diferentes oportunidades que las personas tienen en ellas. Simplemente el lugar donde
ha nacido (y cuándo) han definido de manera radical mucho de lo que sabe y de lo que es
capaz de hacer. Una vez se haya topado con la sociología, no volverán a ver el mundo con
los mismos ojos.
¿Qué es lo que distingue esta manera de ver las cosas propia de la sociología? Las
siguientes definciones pueden resultar de utilidad para comprender este modo de ver.
14
- Ver lo general en lo particular
¿Cómo podemos estar seguros/as de que es la sociedad y no la biología la que define estas
pautas que relacionamos con cada etapa de la vida de una persona? Investigando las
sociedades del pasado y las sociedades actuales de otros lugares del mundo,
comprobamos que no todas las sociedades definen las etapas de la vida de un individuo de
la misma manera.
Estas respuestas dependen de las circunstancias personales de quien las expresa, pero,
¿es esta toda la verdad? La perspectiva sociológica aporta implicaciones más profundas
que pueden resultar menos evidentes.
15
Si pensamos sociológicamente acerca del hecho de recibir una formación universitaria, nos
daremos cuenta de que, en la mayor parte del planeta y para la mayoría de las personas
esta opción está, simplemente, fuera de su alcance. Es más, si hubiéramos vivido hace uno
o dos siglos, la «elección» de ir a la universidad era una opción solo para una reducidísima
elite. Pero, incluso aquí y ahora, un vistazo a los estudiantes de un aula universitaria sugiere
que las fuerzas sociales aún tienen mucho que decir a la hora de si un individuo decide
asistir o no a la universidad. Por lo general, los estudiantes universitarios son relativamente
jóvenes (entre unos 18 y 24 años de edad). ¿Por qué? Porque en nuestra sociedad se
asocia ir a la universidad con esta etapa de la vida de un individuo. Pero esto no tiene por
qué ser así necesariamente, como lo atestigua el crecimiento del número de «estudiantes
maduros». Por otro lado, realizar estudios universitarios implica asumir ciertos costes
económicos, de modo que los estudiantes suelen pertenecer a familias con ingresos
superiores a la media. Los/as jóvenes que tienen la suerte de pertenecer a familias que
ejercen su actividad laboral en el sector servicios (clase media) tienen una probabilidad diez
veces mayor de ir a la universidad que aquellos que pertenecen a familias de la clase
obrera. También existen diferencias según la etnia y el género de los estudiantes.
De modo que, en una primera aproximación, la sociología se propone mostrar las pautas y
los procesos por los cuales la sociedad determina aquello que hacemos.
Ciertamente, en las sociedades dominadas por los hombres que estudió Durkheim, estos
disfrutaban de más autonomía que las mujeres. Durkheim llegó a la conclusión de que,
independientemente de las ventajas que suponga la libertad para los hombres, la
autonomía implica una integración social menor, lo cual contribuye a una tasa de suicidios
16
más alta entre los hombres. Lo mismo ocurre con los protestantes, cuya individualidad les
predispone más al suicidio, a diferencia de los católicos y los judíos, cuyos rituales
fortalecen los lazos sociales. Los ricos, evidentemente, tienen más libertad de acción que
los pobres, pero también una tasa de suicidio más elevada. Finalmente, los solteros, con
lazos sociales más débi- les que los casados, también corren un riesgo más elevado de
suicidarse.
En Estados Unidos:
• Mueren más personas por suicidio que por homicidio.
• En 1997 hubo 1,5 veces más suicidios que homicidios.
• En total, el suicidio es la octava causa de muerte entre los norteamericanos; la tercera entre
los jóvenes de 15 a 24 años.
17
• Es cuatro veces más probable que un varón se suicide a que lo haga una mujer; sin
embargo, es más probable que una mujer intente suicidarse a que lo haga un varón.
En el Reino Unido:
• El 75 por ciento de los suicidas son hombres. GnEl suicidio supone el 18 por ciento de las
muertes entre los jóvenes.
• La tasa de suicidios creció significativamente desde 1885 hasta los años noventa. Desde
entonces, ha disminuido aproximadamente un 10 por ciento.
• Durante el año 2004 y en todo el Reino Unido e Irlanda se suicidaron 37 hombres menos
que en el año anterior (4.479 suicidios masculinos se documentaron en 2003). Los suicidios
femeninos crecieron de 1.529 a 1.569. (Fuente: Befrienders International, www.
befrienders.org/ (2007); http://www.samaritans.org/.)
• Convendría que analizara estas cifras y considerara qué tendencias sociales se pueden
deducir a partir de ellas, así como los problemas que representa su interpretación. Las tasas
de suicidio ponen de manifiesto pautas sociales generales en las acciones más personales
de los individuos.
ACTIVIDAD 4
1. Siguiendo el ejemplo de Durkheim y los datos que un un siglo más tarde siguen en el centro del
debate, en grupos de 2 debatan y expliquen con sus palabras como el tema del suicidio puede servir
de ejemplo para explicar las formas que tiene la sociología de ver el mundo “lo general en lo
particular” y “la individualidad en el contexto social”.
2. Lean el texto del sociólogo inglés Anthony Giddens, prestando atención a los ejemplos que utiliza
para mostrarnos por qué el contexto social es fundamental para comprender la forma en las que
entendemos el mundo y nos comportamos. En grupos de a 2 contesten:
a. Identifiquen en cada texto el contexto social que condiciona la manera de comprender cada uno
de los temas de los que trata el ejemplo. Expliquen por qué los factores sociales influyen en la
manera que tenemos de percibir cada una de estos temas.
b. Investiguen cómo fue cambiando el concepto de salud a lo largo de la historia. Resuman
brevemente los principales cambios que hallaron. Busquen cómo se considera la salud en Oriente.
Extraigan conclusiones de cómo la salud, que parece ser un factor asociado a la naturaleza y
aspecto biológicos, está determinada socialmente.
c. ¿En qué sentido ambos ejemplos nos muestran la perspectiva de la sociología de “ver lo extraño
en lo familiar”? Desarrollen explicando y citando ejemplos del texto.
¿DE QUÉ TRATA LA SOCIOLOGÍA? ALGUNOS EJEMPLOS
Amor y matrimonio
¿Por qué se enamoran y se casan las personas? La respuesta parece obvia a primera vista. El
amor expresa una atracción física y personal que dos individuos sienten el uno por el otro. Hoy en
día, muchos de nosotros podemos ser escépticos ante la idea de que el amor «es para siempre»,
pero el «enamorarse», nos inclinamos a pensar, deriva de sentimientos y emociones humanos
universales. Parece del todo natural que una pareja que se enamora desee formar un hogar, y que
busquen su realización personal y sexual en su relación.
Sin embargo, este punto de vista, que parece ser evidente de por sí, es de hecho bastante
raro. La idea del amor romántico no se extendió en Occidente hasta fecha bastante reciente, y no
ha existido jamás en la mayoría de las otras culturas. Sólo en los tiempos modernos el amor, el
matrimonio y la sexualidad se han considerado íntimamente ligados entre sí. En la Edad Media, y
durante siglos después de ella, las personas se casaban sobre todo para perpetuar la posesión de
un título o de una propiedad en las manos de la familia, o para tener hijos que trabajaran la granja
familiar. Una vez casados, puede que en ocasiones llegaran a ser compañeros muy unidos; sin
embargo, esto sucedía después del matrimonio, pero no antes. Existían relaciones sexuales fuera
del matrimonio, pero en éstas no intervenían demasiado los sentimientos que asociamos con el
amor. El amor se consideraba «en el mejor de los casos, como una debilidad necesaria, y, en el
peor, como una especie de enfermedad» (Monter, 1977, p. 123).
El amor romántico hizo aparición por vez primera en los círculos cortesanos, como una
característica de las aventuras sexuales extramaritales en las que incurrían los miembros de la
18
aristocracia. Hasta hace unos dos siglos estaba totalmente confinado a tales círculos, y se mantenía
específicamente separado del matrimonio. Las relaciones entre el marido y la mujer en los círculos
aristocráticos a menudo eran frías y distantes..., comparadas, claro está, con nuestras expectativas
matrimoniales actuales. Los ricos vivían en grandes casas. Cada uno de los esposos tenía su propio
dormitorio y sus sirvientes; puede que raras veces se vieran en privado. La compatibilidad sexual
era una cuestión de azar, y no se consideraba relevante para el matrimonio. Tanto entre los ricos
como entre los pobres, era la parentela quien tomaba la decisión del matrimonio, no los individuos
interesados, que tenían poco o nada que decir al respecto (éste sigue siendo el caso en muchas
culturas no occidentales actuales).
Como vemos, ni el amor romántico ni su asociación con el matrimonio pueden entenderse
como características «dadas» de la vida humana, sino que están conformadas por influencias
sociales más amplias. Éstas son las influencias que los sociólogos estudian y que se hacen sentir
incluso en experiencias que, en apariencia, son puramente personales. La mayoría de nosotros ve
el mundo desde el punto de vista de nuestras propias vidas. La sociología demuestra la necesidad
de adoptar una perspectiva mucho más amplia sobre las razones que nos llevan a actuar como lo
hacemos.
Salud y enfermedad
Normalmente consideramos la salud y la enfermedad como cuestiones relacionadas
únicamente con la condición física del cuerpo. Una persona siente molestias y dolores o tiene fiebre.
¿Cómo podría tener esto algo que ver con influencias más amplias de tipo social? Sin embargo, los
factores sociales tienen de hecho un efecto profundo sobre la experiencia y la aparición de las
enfermedades, así como sobre el modo en que reaccionamos a la enfermedad. Nuestro mismo
concepto de «enfermedad» como mal funcionamiento físico del cuerpo no es compartido por todas
las sociedades. Otras sociedades piensan que la enfermedad, e incluso la muerte, están producidas
por hechizos, no por causas físicas susceptibles de tratamiento. En nuestra sociedad, los miembros
de la Christian Science rechazan muchas de las ideas ortodoxas sobre la enfermedad, en la
creencia de que en realidad somos seres espirituales y perfectos hechos a la imagen de Dios, y que
la enfermedad proviene de un mal entendimiento de la realidad, de «admitir el error».
El tiempo que uno puede esperar vivir y las probabilidades de contraer enfermedades graves
como afecciones cardíacas, cáncer o neumonía están muy influidos por características sociales.
Cuanto mejor posición económica tenga las personas, menores son las probabilidades de que
sufran enfermedades graves en un momento cualquiera de sus vidas. Además, existen roles
sociales muy definidos acerca de cómo se espera que nos comportemos cuando caemos enfermos.
Una persona enferma queda excusada de muchos o de todos los deberes normales de la vida
cotidiana, pero la enfermedad tiene que ser reconocida como «lo suficientemente grave» para que
pueda exigir estas ventajas sin ser criticado o reprendido. Es probable que, si se piensa que alguien
sufre sólo de una forma de debilidad relativamente benigna, o su enfermedad no se ha identificado
con precisión, se considere a esa persona un «enfermo fingido», sin que realmente tenga el derecho
de sustraerse a las obligaciones diarias.
Anthony Giddens [selección], SOCIOLOGÍA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS, 1991
19
poseen la cualidad mental para percibir la interrelación del hombre y la sociedad, de la
biografía y la historia, de yo y el mundo.
Lo que necesitan, y lo que ellos sienten que necesitan es una cualidad mental que les ayude
a usar la información y a desarrollar la razón para conseguir recapitulaciones lúcidas de lo
que este ocurriendo dentro de ellos.
La imaginación sociológica es una capacidad que posibilita a su poseedor comprender el
escenario histórico más amplio en cuanto a su significado para la vida interior y para la
trayectoria de una diversidad de individuos.
El primer fruto de esa imaginación y la primera lección de la ciencia social que la encarna
es la idea de que el individuo sólo puede comprender su propia experiencia y evaluar
su propio destino ubicándose a sí mismo en su época: de que puede conocer sus pro-
pias posibilidades en la vida si conoce las de todos los individuos que se hallan en sus
circunstancias.
La imaginación sociológica nos permite captar la historia y la biografía y la relación
entre ambas dentro de la sociedad.
La distinción más fructífera con que opera la imaginación sociológica es quizás aquélla
entre “las inquietudes personales” y ‘los problemas públicos de la estructura social”.
Consideremos en esos términos el desempleo. Cuando en una ciudad de 100.000
habitantes sólo carece de trabajo un hombre, eso constituye su inquietud personal, y para
aliviarla nos fijamos apropiadamente en el carácter de aquel hombre, en sus capacidades
y en sus oportunidades inmediatas. Pero cuando en una nación de 50 millones de
trabajadores 15 millones carecen de trabajo eso constituye un problema y no podemos
esperar encontrarle solución dentro del margen de oportunidades abiertas a un solo
individuo. Se ha venido abajo la estructura misma de oportunidades. Tanto el enunciado
correcto del problema como el margen de soluciones posibles nos obligan a considerar las
instituciones económicas y políticas de la sociedad, y no meramente la situación y el ca-
rácter personales de individuos específicos.
Veamos el matrimonio. En el matrimonio el hombre y la mujer pueden experimentar
inquietudes personales, pero cuando la proporción de divorcios durante los cuatro primeros
años de matrimonio es de 250 por cada 1.000, esto es prueba de un problema estructural
que tiene que ver con las instituciones del matrimonio y de la familia y con otras
relacionadas con ellas.
Esos son problemas estructurales; hacerles frente y resolverlos nos obliga a
examinar los problemas políticos y económicos que afectan a innumerables medios.
Mientras una economía esté organizada de manera que haya crisis, el problema del
desarrollo no admite una solución personal. Mientras que la familia como institución
convierta a las mujeres en esclavas adorables y a los hombres en sus únicos proveedores
infantilmente dependientes, el problema de un matrimonio satisfactorio no puede tener una
solución puramente privada. Lo que experimentamos es efecto de cambios estructurales.
En consecuencia, para comprender los cambios de muchas situaciones personales,
nos vemos obligados a mirar más allá de ellas, a considerar la estructura social, y
ser capaz de eso es poseer imaginación sociológica.»
Fuente: adaptación en base a Mills, C. Wright. La imaginación sociológica. México: Fondo de Cultura Económica,
1961.
ACTIVIDAD 5
Lean el siguiente texto y subrayen las ideas principales. Luego contesten:
a. ¿En qué se diferencian los problemas estrucutrales de las inquietudes personales?
¿Cuáles son las que le interesan a la sociología? Justifiquen su respuesta.
b. ¿Qué es la imaginación sociológica?
c. A partir de la propuesta de Mills, ¿Cuál sería los aportes de la sociología en la vida de
los individuos?
20
4. LA INVESTIGACIÓN SOCIAL Y EL MÉTODO CIENTÍFICO
Hay muchas maneras de conocer las realidades: observar, leer una nota periodística,
conversar con un amigo. También las expresiones artísticas interpretan la sociedad: un
cuadro, una novela histórica, una escultura, etc. Pero las ciencias sociales tienen su propio
método científico. ¿Qué es un método? Un conjunto de pasos a seguir para asegurar
que el conocimiento producido tenga rigurosidad.
21
1. Definición del marco de referencia: está compuesto por teorías y el conjunto de valores
e intereses del investigador en un contexto social e histórico determinado. Una teoría es
una organización sistemática de conceptos. En las próximas unidades desarrollaremos
algunas teorías sociológicas clásicas y contemporáneas.
Los conceptos son palabras que representan parte de un fenómeno de la realidad. Por
ejemplo, el concepto de «molécula» en química, el concepto de «espacio social geográfico»
en geografía, el concepto de «tribu» en antropología. Cada concepto evoca, a través de
una palabra, ideas generalizadas. Los científicos se valen de estos conceptos para poder
describir sus teorías.
Una variable es una cualidad o característica de aquello que se quiere investigar. Las
características pueden ser, por un lado, cuantitativas, es decir, características que se miden
en números, como por ejemplo la edad, cantidad de hijos. Por el otro, pueden ser
características cualitativas, por ejemplo, tipo de trabajo, calidad de atención en hospitales.
Volvamos al problema del ausentismo escolar que Clarisa investiga. Entre las
variablescuantitativas involucradas se encuentran: asistencia a la escuela; edad; horario de
la cursada. Entre las variables cualitativas: problemas familiares; cuidado de niños y niñas;
trabajo en el hogar; trabajo fuera del hogar; forma de enseñanza de los maestros; falta de
interés en los estudiantes; falta de transporte, entre otras.
A partir de su marco de referencia la investigadora puede hacer esta hipótesis: «un
porcentaje de las mujeres se ausentan de sus clases por no contar con espacios y/o adultos
que cuiden de sus hijos cuando ellas concurren a la escuela. En este caso, la investigadora,
pone en relación dos variables: ausentismo escolar y cuidado de los/as niños/as».
22
4) Diseño de la investigación: es la planificación de las tareas del investigador y su
elaboración requiere de decidir: dónde quiere investigar, en qué periodo de tiempo y cómo.
La investigadora decide estudiar el problema en la ciudad de Rosario durante el año escolar
2015.
Las estrategias metodológicas cuantitativas son aquellas que generan los datos que
servirán para la investigación con el objeto de procesarlos y analizarlos numéricamente. La
elección de este tipo de estrategia implica una investigación estructurada y un diseño rígido,
permite trabajar con una gran cantidad de casos y hacer generalizaciones. Es decir, brinda
un conocimiento abarcativo.
Por ejemplo, en el problema planteado, la socióloga trabaja para saber cuántas estudiantes
mujeres se ausentan de forma prolongada de la escuela secundaria en la ciudad de Rosario
durante el 2015 y cuántas de este grupo se ausentan por cuidar a sus hijos.
La investigadora, en esta oportunidad, puede buscar las causas del ausentismo escolar
asociadas al cuidado de sus hijos. Para esto recurre a entrevistas donde pregunta a
diferentes actores involucrados –estudiantes, docentes, familia, directores– por qué el
cuidado de los niños y niñas recaen en las estudiantes mujeres.
Las estrategias metodológicas mixtas combinan a los dos tipos de estrategias explicadas
y permiten tener un conocimiento abarcativo y profundo de los problemas sociales.
5) Recolección de información: en este paso el investigador busca los datos del problema
a estudiar. A todas las tareas asociadas a recabar información se las llaman también trabajo
de campo. Hay variados instrumentos de recolección de datos, entre ellos:
* Instrumentos utilizados en las estrategias cuantitativas:
23
* Instrumentos utilizados en las estrategias cualitativas:
Entre las conclusiones de su investigación, Clarisa identifica que en una escuela de la zona
sur de la ciudad de Rosario, el ausentismo escolar de las mujeres es casi nulo porque es la
única institución con salas de nivel inicial en simultáneo con el cursado de secundaria para
jóvenes y adultos.
ACTIVIDAD 6
La sociología como toda ciencia construye un método de estudio para elaborar sus
investigaciones. Recordemos que un método son pasos a seguir que permiten garantizar
la rigurosidad en la investigación. ¿Cuál es la opción que menciona la secuencia correcta
del método de estudio utilizado en las investigaciones sociológicas? Marquen con una cruz.
24
4.2. La investigación en las ciencias sociales
Es posible clasificar una investigación social de acuerdo con su intención principal y las
fuentes de información que utiliza el investigador. Así, podemos distinguir la investigación
directa de la investigación documental.
c) Las investigaciones explicativas tienen por objetivo probar hipótesis, es decir, determinar
las causas de los problemas sociales estudiados y establecer predicciones.
25
El circuito del proceso de investigación puede esquematizarse de la siguiente manera:
El método, por lo tanto, no es único. La elección de la metodología más adecuada para una
investigación social dependerá de múltiples factores, entre los cuales podemos destacar: el
tema seleccionado, el problema a investigar, el tiempo y los recursos económicos con los
que se cuenta y el marco teórico del cual parte el/la investigador/a.
La “objetividad” proviene del concepto “objeto”. En el caso de las ciencias, objeto designa
a aquello que se estudia, la entidad sobre la cual deseamos saber algo.
Objetividad significa, por lo tanto, el intento de obtener un conocimiento que concuercon “la
realidad” del objeto, que lo describa o explique “tal cual es”, lo más alejado posible de
nuestros deseos y percepciones sensibles inmediatas.
26
Lo contrario de la objetividad es la “subjetividad”, las ideas que nacen del prejuicio, de las
costumbres, las opiniones o impresiones del sujeto.
ACTIVIDAD 7
Lean el artículo “Algunas observaciones sobre el analfabetismo”1 y contesten:
1. ¿Por qué consideran que este artículo es producto de una investigación social?
2. ¿Cuál es la intención del artículo?
3. Identifiquen las fuentes de datos que utiliza. ¿Son fuentes directas o documentadas?
Justifiquen.
4. Lean el subtítulo de las fotocopias de la Unidad 1: “Ver lo extraño en lo familiar” que señala
la diferencia entre circunstancias personales y la perspectiva sociológica a la hora de explicar un
fenómeno social (la formación universitaria). ¿De qué modo podemos aplicar esta perspectiva
sociológica utilizando la información que nos proporciona el texto sobre el analfabetismo?
5. Lean el siguiente subtítulo: “La individualidad en el contexto social”. Siguiendo el ejemplo del
sociólogo Durkheim, ¿por qué creen el contexto social es importante para entender el problema
del analfabetismo? Fundamenten y ejemplifiquen.
6. Con la información del subtítulo anterior, ¿Qué tipo de investigación (según intención y
fuente) realizó Durkheim sobre el suicidio? Fundamenten.
1
http://www.lecturayvida.fahce.unlp.edu.ar/numeros/a8n1/08_01_Engelbrecht.pdf
27
Algunas observaciones sobre el analfabetismo
Guillermina Engelbrecht*
(profesora asociada de la Universidad de Nuevo México, Alburquerque, Estados Unidos)
1. Introducción
El analfabetismo es reconocido mundialmente como uno de los problemas más graves que puede
sufrir un país. Se habla de analfabetismo como si fuera una enfermedad que es necesario erradicar,
y de índices de analfabetismo como de grados termométricos que nos dan una idea de la salud de
un país. La importancia de la alfabetización reside fundamentalmente en el poder que brinda al
alfabetizado. Poder para obtener información, comunicarse personalmente por escrito y
desarrollarse dentro de contextos sociales que exigen la habilidad de leer, escribir y comprender
como requisito para participar activamente en los procesos y decisiones de la misma sociedad.
Este artículo informa brevemente sobre el contexto del analfabetismo como problema
mundial, distingue entre el problema social e individual y analiza la noción del alfabetismo funcional.
Finalmente, se sugieren cinco principios para guiar la acción del maestro de instrucción primaria y
de alfabetización a cualquier nivel.
2. El contexto del problema
El dictamen de la Unesco en el Proyecto Principal de Educación de “eliminar el analfabetismo antes
del fin de siglo y desarrollar y ampliar los servicios educativos para los adultos” (CNTE, 1982) parece
inalcanzable. En la actualidad solamente las dos terceras partes de los niños en todo el mundo
están escolarizados y hay, aproximadamente, 814 millones de adultos analfabetos (CNTE, 1982).
Esta situación tan crítica ha causado renovado interés académico por las cuestiones
relacionadas con la alfabetización a la vez que los programas nacionales de alfabetización cobran
gran importancia política (IDRC, 1979). “Ninguna ideología, partido político, fuerza social o individuo
promulgará públicamente la necesidad de contar con una masa de individuos analfabetos. Por el
contrario... erradicar las trabas que los individuos tienen para llegar a niveles de educación básica,
luchar contra la ignorancia...” (CNTE, 1982 p. 12) son metas que se proponen una y otra vez. Pero,
como “del dicho al hecho hay mucho trecho", la realidad es que dado el aumento de la población
mundial y el deterioro de las economías de muchos países, el analfabetismo continúa existiendo y
en algunos casos ha aumentado. Aun en los países altamente industrializados como los Estados
Unidos de Norteamérica, el analfabetismo subsiste (Kozol, 1986).
3. Analfabetismo social e individual
Desde el punto de vista de las sociedades, el analfabetismo es la falta de habilidades de uno o más
grupos para obtener y descifrar la información escrita que se considera esencial para su
participación en los procesos de avance de un país. Hay sociedades que tienen bajísimos índices
de alfabetismo y escolarización aunque en ellas existan individuos que poseen altos grados de
escolarización y de cultura académica. Existe también el caso contrario, sociedades altamente
escolarizadas en las que se da un gran acceso a la información escrita pero que cuentan con grupos
de individuos analfabetos y de individuos que teniendo la habilidad para leer y escribir casi no la
utilizan.
Mientras que al referirnos al alfabetismo social hablamos de números de analfabetos y
escolarizados, de su rendimiento en el campo de trabajo, de niveles socioeconómicos y su relación
con la distribución de la habilidad; al referirnos al individuo, el analfabetismo cobra un cariz muy
distinto. Desde el punto de vista del individuo el analfabetismo es una condición personal que lo
sitúa en posiciones de gran desventaja social y económica. De hecho, la mayoría de las personas
analfabetas tienden a describirse a sí mismas más como pobres que como analfabetas (CNTE,
1982). Hay que reconocer que el significado mismo de la palabra “analfabeto” pone al individuo en
una posición desfavorable, como si toda su experiencia y la información oral que ha adquirido a
través de su vida valiera menos por no poder leerla o escribirla. Esta condición personal tiende a
conducir a los individuos, y por extensión a los grupos, a la marginación al no poder utilizar su
acceso a la información escrita.
4. La alfabetización de los adultos y de los niños
Cada adulto analfabeto fue niño. Cada adulto analfabeto lo es debido a las condiciones de su historia
personal que en la mayoría de los casos no le permitieron aprender a leer y a escribir por falta de
acceso a la escolarización, de motivación o por razones socioeconómicas familiares.
Mientras no se solucione el problema de acceso y retención en la escolarización de los
niños, el analfabetismo de los adultos persistirá. La alfabetización de adultos es recuperación que
tal vez pudo haberse evitado. Padua (1979) propone que “incorporar a la población en edad escolar
28
al sistema primario, asegurar la permanencia de los niños en todas las regiones y clases es la
primera prioridad que se debe fijar si existe alguna pretensión de promover un alto grado de
distribución equitativa de derechos en la población. En términos de costo social y económico es
mucho más onerosa y difícil la recuperación del alfabetismo a través de los programas de educación
de adultos.” (p. 178)
Aunque los procesos de adquisición y enseñanza de la lectoescritura de los niños y de los
adultos son semejantes, las condiciones de motivación en las que ocurre la enseñanza y las
oportunidades para utilizar lo aprendido difieren enormemente. El tiempo que unos y otros pueden
dedicar al aprendizaje es necesariamente diferente. La metodología, por lo tanto, debe adaptarse a
las necesidades de los alumnos y estar basada en las características de su período de desarrollo
ya sea la niñez, la adolescencia o la edad adulta.
5. Analfabetismo funcional
El analfabetismo funcional consiste en la falta o insuficiencia de la habilidad para leer y escribir para
poder participar adecuadamente en una sociedad compleja. Sin embargo, la definición de
funcionalidad varía de acuerdo con las sociedades a que nos referimos. Lo que es funcional en una
localidad puede no serlo en otra. La funcionalidad no reside en el individuo sino en las cosas,
depende de la capacidad que tenga el individuo para utilizar las cosas dentro de su contexto social.
Por ejemplo, podemos decir que una computadora es funcional, pero si yo no sé cómo usarla, no
me servirá aunque tenga acceso a ella. Lo mismo se puede decir de una biblioteca o de un libro, su
funcionalidad como medio para transmitir información dependerá de la capacidad del lector para
manipular y procesar la información a que tiene acceso.
Cada sociedad define lo que es alfabetismo funcional de acuerdo con sus necesidades, y
define las habilidades mínimas que un individuo debe alcanzar para poder realizar las funciones
requeridas en cada contexto. Un in-dividuo alfabetizado es entonces “un sujeto capacitado para la
utilización de la lectura y la escritura como instrumento social y cultural para su aplicación efectiva
en las esferas de las relaciones tanto de trabajo como de comunicación...” (Padua, 1979 p. 18).
La alfabetización consiste en proveer al individuo con dos instrumentos: la lectura y la
escritura con los que puede transformar su mundo, entenderlo mejor y tal vez entenderse mejor a
sí mismo. Además de enseñar la lectoescritura alfabetizar es también, hasta cierto punto, enseñar
a pensar.
El analfabetismo está relacionado con la ignorancia en la medida en que al no ser alfabeto
el individuo carece de la información que necesita. El sólo hecho de saber leer y escribir no garantiza
que uno no sea ignorante pues la ignorancia es también funcional. La ignorancia está directamente
relacionada con lo que se necesita saber y es relativa a la situación en que se vive.
Los niños llegan a la escuela analfabetos pero no ignorantes. Sin embargo al salir de la
escuela ya sabiendo leer y escribir y teniendo un mínimo de conocimientos básicos, a menudo no
pueden o no saben cómo utilizarlos de acuerdo con las funciones del contexto en que viven.
Alfabetizar requiere mucho más que enseñar a memorizar, requiere enseñar cómo utilizar la
lectoescritura como un instrumento del pensamiento.
Frank Smith (1983) propone que “la ignorancia no consiste necesariamente en no saber
algo sino en no saber que no se sabe o en creer equivocadamente que uno ya sabe todo lo que
necesita y que si no lo sabe, siempre le puede preguntar a algún experto... la ignorancia no es no
saber las respuestas sino no saber las preguntas; consiste en no saber pensar...” (p. 1) El cambio
tecnológico mundial ha traído consigo el problema de que lo que se aprende en la escuela ya ha
sido rebasado por la enorme cantidad de información a la que tenemos acceso a través de los
medios masivos de comunicación. Los sistemas escolares no siempre desarrollan las capacidades
necesarias para desenvolverse fuera de la escuela. Es frecuente que la enseñanza escolar no sea
funcional porque existe una gran discrepancia entre lo que se necesita y lo que se adquiere.
6. Sugerencias para el maestro
¿Qué puede hacer un maestro para reducir el analfabetismo y la ignorancia? En primer lugar es
necesario que cada uno de nosotros comprenda la diferencia entre el analfabetismo social y el
individual. Un maestro por sí solo no puede pretender erradicar el problema social pero sí puede
contribuir enfocando sus esfuerzos hacia el desarrollo del alfabetismo funcional del pequeño grupo
de individuos con quienes tiene contacto.
También necesitamos desechar algunas ideas y prácticas tradicionales que han
entorpecido nuestra labor y reemplazarlas con prácticas basadas en conocimientos científicos
29
actuales. A continuación expongo cinco principios comprobados y sugerencias para los maestros
de lectoescritura a cualquier nivel.
Esta lista no pretende ser exhaustiva ni definitiva. Muchos maestros con experiencia encontrarán
que estos principios simplemente corroboran lo que ellos ya habían descubierto a través de la
práctica docente y tal vez deseen añadir sus propias observaciones.
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