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Lloraron sin consuelo

por haber perdido la carrera


pero no pensando en cuánto habían ganado
por haber corrido sin siquiera darse cuenta.

Frente a las I.A

En el ensayo anterior sobre la teleportación, hablé de una definición de SER, algo


que como se ha dicho, sólo se puede abordar con seriedad reconociendo que no es
posible llegar a algo concreto; por un lado debido a las implicaciones peligrosas que
ello tiene, y por otro lado, porque son demasiadas las variables que habrían de
tenerse en cuenta para decir qué es el ser sin importar la perspectiva desde la que
se tome. Sin embargo, se dijo también que desde una ontología enfocada en los
procesos podemos hablar de “ir siendo”. Es decir, el ser va siendo en razón de su
circunstancia. En este ensayo, se habló de la historia de cada individuo como
aquello que le da las herramientas para tomar una posición frente a lo que acontece.
En otras palabras; si se dijo que el ser va siendo frente a la circunstancia, aquello
que le permite ir siendo es parte constitutiva del mismo.

Lo que me convoca ahora es profundizar en esa idea y posteriormente dejar


también sentado que no sólo el pasado, sino también el devenir (el futuro del sujeto)
influye en su ir siendo, y que es en esta triada “historia/devenir - circunstancia -
Futuro/porvenir, donde se va dando la experiencia de ser.

Empecemos entonces tratando de entender la forma en que la historia de cada


persona (y de cada cosa) es lo que le da una posición y unas posibilidades ante la
circunstancia nueva. En primer lugar, tenemos que la historia de vida funciona como
una base desde la cual se mira. Dentro de esta base se encuentran aspectos
conscientes e inconscientes, así como elementos que son -en lo que cabe- propios
del individuo (como su historia familiar y antecedentes personales) sobre los que
puede tener algún control, o por lo menos, mayor o menor capacidad de maniobrar;
y están aquellos aspectos propios del contexto, a mayor o menor distancia del
alcance del individuo. Esta base puede funcionar como una catapulta; según su
disposición y sus mecanismos puede impulsar al sujeto en una dirección u otra
frente a lo que le acontece. Será fácil aceptar también que como base tiene una
forma y por más que esa forma sea expandible y mutante, se puede concebir como
base porque tienen unos límites, por más que estos cambien -repito- siempre
estarán limitados en algún punto. Estos límites, si no se cuenta con los medios para
expandirlos o sostenerlos, se convierten en resistencias, entonces el pasado puede
no empujar sino más bien retener. Si estamos parados sobre una base y hay algo
más allá de sus límites y no sabemos cómo superarlos o expandirlos, estamos
atrapados. Pero ojo, que eso no significa algo bueno ni malo, el que no se supere un
límite en algún momento, puede tener todo tipo de resultado según el momento.

Dentro del pasado [la idea de pasado] se encuentran otras ideas o elementos
importantes como la memoria, que es justo lo que permite, de algún modo, juntar a
otras funciones del pensamiento. En la memoria sumada a la abstracción, por
ejemplo, pueden encontrarse los cimientos de la interpretación de la realidad, la
planeación, la toma de decisiones y los prejuicios, todos los insumos necesarios
para la adaptación y la supervivencia. Dependiendo de cómo se den las cosas, esta
memoria puede ser el campo de cultivo de virtudes, vulnerabilidades, temores y
defectos en el carácter y comportamiento de cada persona, y claro, de un grupo de
personas. Sin embargo, los mecanismos de estas catapultas y barreras no se ponen
en funcionamiento sino es en relación con un evento presente [la experiencia
inmediata], todavía más, y es lo que sigue: no funcionan -como sea que funcionen-
si no hay también un diálogo con el futuro.

El futuro, la idea de futuro, encierra también aspectos esenciales para el devenir del
sujeto. Bajo la idea de futuro, o entorno a ella -como quieran verlo- se da lugar a un
aspecto perentorio del comportamiento; la intención. Cada vez que tomamos una
decisión y actuamos de algún modo, estamos alineados con una intención que,
como lo menciono, puede o no ser consciente, y puede o no ser propia del fuero
interno de cada persona. Estas intenciones, a su vez, se encuentran permeadas por
ideas, motivaciones, idealizaciones. Podemos actuar para cumplir una tarea
específica así como podemos actuar para demostrar algo, o bien, para fortalecer
alguna virtud o demostrar alguna idea de forma voluntaria. Incluso quienes dicen
actuar sin propósito alguno y defienden esta postura, dejan ver que buscan
demostrar el sin sentido de las cosas, o la ausencia de propósito en ellas. Podría
cualquiera realizar el experimento de consultar a las personas la razón por la que
hacen las cosas y con toda seguridad se topará con una intención sin importar que
esta persona la reconozca o no. Es más -recordémoslo- esa intención no tiene que
ser individual, y de hecho rara vez, por no decir que nunca, se podrá dar con una
intención única e independiente.

Continuando con el tema del porvenir, encontramos que aquello que está más allá
del sujeto puede presentarse como un imán, algo que lo atrae (o impulsa) hacia
propósitos o intenciones. No obstante tal y como sucede con las catapultas del
pasado, estos agentes que impulsan o atraen, pueden constituir barreras que no
dejen salir debido a los límites de su estructura y las capacidades que tiene el
sujeto para identificarlos y superarlos. Algunos aspectos de esos ideales o
intenciones pueden resultar avasalladoras al sujeto que no cuenta con las
cualidades para comprenderlos a cabalidad, y puede que surjan las dudas, las
contradicciones; puede ocurrir que la intención del comportamiento no sea clara, o
que siéndolo, deje de serlo de un momento a otro tras descubrir otras posibilidades,
y esto haciendo referencia a lo que se puede contemplar ¿Qué decir de lo que no?

Puede ser que un sujeto que tenga todo aparentemente claro se está enfrentando a
barreras que desconoce; cómo la influencia en los precios de los alimentos que
tienen el mercado y la política internacional. Puede que con suerte -literalmente con
suerte - esta barrera invisible sea atravesada, pero también puede ser que la suerte
no le lleve a eso. Es lo mismo que ocurre con aspectos del pasado que no podemos
intervenir como la historia de una nación, y del futuro que no podemos parar, cómo
las decisiones que tomarán millones de personas de entre las cuales se cuentan
algunas con capacidad de alterar en mayor o menor medida nuestra vida; y
hablamos desde un gobernante hasta alguien que decidió robarte camino al trabajo,
o cuando ibas a pagar la renta con el salario que ganaste después de un mes de
trabajo.

Con lo dicho hasta ahora y para ir cerrando este primer bloque, podemos visualizar
la idea de “ir siendo” como algo así:

Considero innecesario gastar mucho en definir la parte central de ese esquema.


Basta con decir -porque entre tanto caso resulta útil reiterarlo- que la relación del
sujeto con esas barreras, y lo que hay detrás de ellas, se basa en sus capacidades
y la mayor o menor consciencia que tenga de todos estos elementos, pero sobre
todo de la capacidad, porque a veces con mucha consciencia de algo igual no
puede uno desempeñarse de la mejor manera, y a veces también, sin conciencia
de ello, se termina sorteando de manera satisfactoria una situación o problema. Me
permitiré agregar que las barreras funcionan para ambas partes en los dos sentidos,
es decir: para impedir tanto la salida como la entrada. Hay aspectos del pasado que
por momentos (o para siempre en el tiempo de cada uno, claro está) son
impenetrables, y hay aspectos del devenir, cuando ya se ha alcanzado aquello que
estaba en el futuro, que son imborrables, o que representan un obstáculo
momentáneo a la hora de querer ir hacia otras metas o en una dirección distinta. En
síntesis: cada sujeto (o grupo) viaja en su devenir al interior de las murallas. Quizá
por eso a veces hay tanto ego. “Que fácil es ser un héroe detrás de las murallas”.

Pasemos ahora a la parte gruesa de este ensayo. Aunque no sin antes recordar la
importancia de lo dicho hasta aquí. Resulta perentorio hablar del ser antes de hablar
de las IA porque el gran temor de muchas personas -y la ambición de otras- es que
las IA lleguen a reemplazar a los seres humanos. Aclaro que al decir la ambición de
algunos no lo digo de manera peyorativa, ya que para muchos la promesa de la
industrialización es un pendiente en la historia, y el que las IA se encarguen de las
tareas que actualmente consumen la energía y la capacidad humana puede
representar una gran utopía, el cumplimiento de ese viejo sueño. En este mismo
sentido, el temor ante tal posibilidad no es sólo de quienes imaginan la extinción de
la especie por parte de las máquinas, también de quienes mantienen sus intereses a
partir de este modelo de trabajo y la forma de vida que tenemos dada. De ahí que
no tenga sentido hablar de IA si no tenemos como pilar del desarrollo de la idea
alguna distinción o emparentamiento entre la idea de ser humano frente a la de las
IA. Es indispensable tratar de saber primero qué es un ser humano, qué es una IA y
sobre todo, qué es ser, porque ambos somos, sin lugar a dudas, como todo lo
demás.

Keisuke Hori: Oncólogo del centro nacional de cáncer de Japón, comenta:

"Por un lado, para nosotros como médicos no sería bueno que desapareciera
nuestro trabajo. Pero por otro lado, sería realmente bueno para la humanidad
si los médicos ya no fuésemos necesarios, y máquinas con IA mejorarán
nuestro trabajo y lo realizarán".

Adentrémonos ahora en el asunto de las IA, el grueso de este ensayo. Procederé de


manera sencilla, buscando no perderme en el camino. En un primer momento
describiré las posibilidades, en un sentido hiperbólico, de los caminos que vislumbro
con respecto a las IA. En esta parte iré desarrollando algunos conceptos clave para
progresar en la distinción y acercamiento entre el ser humano y las IA. Luego
hablaré con brevedad de algunas IA destacadas a fin de ilustrar con más claridad el
panorama en este campo.

La perspectiva positiva - La utopía de las IA


Desde la revolución industrial, la promesa que se ha hecho [a] la humanidad es
liberarse de las tareas pesadas, y en general, de las tareas mecánicas y
agotadoras. La idea era que al crear máquinas los seres humanos pudiéramos
dedicarnos a otras cosas como cultivar el espíritu para las ciencias y las artes, pero
no ha sido así, al menos no para el grueso de la población. La mayor parte de las
personas siguen teniendo trabajos en los que consumen su vitalidad, y por lo
general, son trabajos con salarios insuficientes respecto al costo de vida, algo
común en países como Colombia, por ejemplo. Uno de los grandes dramas que se
ha producido en la industrialización es la pérdida de valor de la mano de obra, y
aunque se han creado políticas que buscan garantizar la dignidad de los
trabajadores y su permanencia, el número de desempleos que genera una máquina
que hace todo lo relacionado con el ensamblaje de un vehículo, no se reemplaza
con los puestos de operador y encargado de mantenimiento. Podrían darse más
referencias, pero creo que no es necesario; se entenderá la situación y cada quién
tendrá sus referencias. Por más que digan que es una oportunidad de que la gente
estudie y se creen nuevos nuevos puestos: el campesino que perdió su empleo
difícilmente tendrá recursos para estudiar y tecnificarse, y ni hablar de costear
educación para sus hijos ¿Se dan cuenta de que sólo plantearlo suena bastante
estúpido?

Ahora, con el boom de la IA, como la conocemos hoy, a partir del proceso que se
viene gestando desde el año 2012 y en especial, los últimos dos años
[2020-2022-23], hay muchos que hablan de lo mismo: “una restauración de la
promesa”. Proyectos como LaMDA de Google, han sido presentados como una
panacea que podría librarnos de tareas tediosas: pedir citas médicas, organizar
agenda personal, organizar las cuentas y pagos de la casa y la empresa e incluso
atender esas llamadas de protocolo que tanto evitamos y en las que gastamos
demasiado tiempo. En esta misma línea, empresas como IBM se han enfocado en
el desarrollo de IA capaces de organizar y gestionar información. Han creado
herramientas enfocadas en el Big data y son responsables también de propuestas y
tecnologías como DEBATER una IA capaz de llevar a cabo y ganar debates
desarrollando argumentos sólidos. En 2019 Debater resultó ganadora (es mujer
según sus creadores) al defender la idea de que el gobierno debería subsidiar la
educación preescolar. Pero más adelante nos detendremos en ello, lo que interesa
ahora es lo que esto implica. Si bien el contrincante de Debater, Harish Natarajan,
no se llevó la victoria, se enfrentó a una rival que le obligó a exigirse al máximo, algo
que quizá no experimentaría en conversaciones o debates cotidianos. A mi modo de
ver, contrario a lo que piensan muchas personas cercanas, el enfrentarnos al hecho
de ser menos hábiles que una IA en lo aspectos técnicos de algún oficio, tema muy
en boga gracias a IA´s como Dall-E-2 y Midjourney; la pesadilla de artistas,
ilustradores y diseñadores, no significa que estemos perdidos. He buscado
plantearlo a un gran amigo de la siguiente manera:
Claro, si llegas frente a la IA con un diseño ella podrá presentar 10 con
características muy similares, y quizá técnicamente mejores. Peor aún, te has
demorado un par de semanas desarrollando tu idea y la IA arroja sus 10 resultados
en unos segundos y luego puede sacar otros 10, 100, 1000 ¿Cómo se puede
competir contra eso? El truco está precisamente en no competir, no llevar a la IA
más allá de su lugar de instrumento repitiendo la historia que se ha dado con otras
tecnologías, porque pelear contra los instrumentos es una ilusión y una pérdida de
tiempo. Al final no vas a competir con las IA sino contra quienes las usan y contra
quienes no, porque no por pasar de éstas, quienes lo hagan habrán de salir del
mercado; las relaciones sociales y la capacidad de gestión siguen jugando un papel
fundamental en la búsqueda de clientes y es todavía un gran campo para la
supervivencia. Pero en fin, el primer camino que se abre consiste en volverse
expertos en el uso de IA, entrenarlas, agilizar y potenciar su trabajo, algo que ya
muchos están haciendo, entrando así en un campo de competencia mucho más
salvaje que el actual. Pero supongamos que no se busca competir así, como es el
caso de mi amigo, para él y los que tengan una posición similar hay un vía alterna:
jugar como Harish Natarajan en aquel debate y operar bajo el principio socrático de
apuntar siempre a lo que falta (algo que también podemos encontrar desde una
perspectiva más pedagógica en Paulo Freire), a lo que no está claro, aplicar la
mayéutica en el diálogo con las IA. Para exponerlo mejor volveré al asunto de la
capacidad de producción de la IA frente a un diseñador normal. La idea es simple:
cuando la IA te responda con 10 diseños, no busques imitar ni su calidad ni su
rendimiento, procura crear sobre lo que no hizo la IA; busca salir de sus referencias.
Luego, cuando presente 100, haz lo mismo y también cuando presente 1000.
Seguramente no podrás alcanzarla pero es que eso ya no es el objetivo, el objetivo
es usar las brechas o baches de la IA para avanzar con ella tomando así su
capacidad de aceleración, y así, aunque no la superes en velocidad con respecto a
la dimensión técnica sí estarás tomando distancia de otros diseñadores y artistas
¿Se entiende la dinámica?

Este mismo principio puede llevarte a otros campos como el de la investigación, y


sobre todo, la investigación que aporta a la toma de decisiones. Uno de los grandes
problemas que hemos tenido como humanidad a lo largo de la historia es que sólo
podemos evaluar los efectos de las grandes decisiones en retrospectiva, lo normal.
El problema es que en algunos casos el momento de mirar atrás toma demasiado
tiempo, y en algunos casos los efectos de las acciones ejecutadas, o no se pueden
revertir o tienen costos demasiado altos. Pensemos esto frente a cosas como los
planes de desarrollo de un territorio o las investigaciones de fenómenos sociales.
Suele suceder que las investigaciones y deliberaciones tomen meses, incluso años,
y luego está la dificultad -quizá la mayor- de que estos planes se estructuran con
base a la información a que las personas a cargo tienen acceso y -hay que
admitirlo- aunque se cuente con el cuerpo de profesionales más especializado, su
caudal informativo es minimo en comparacion con el de una IA y no sólo porque
hayan leído mucho o poco, sino por su capacidad de traer lo leído a colación y
ponerlo en función de una tarea está más limitado. Es decir: puede que un topógrafo
atienda a 10 estudios o proyectos similares para encontrar los fundamentos de su
proceder, la IA puede acceder a cada investigación y proyecto reportado sin
tomarse meses o años, sino segundos y puede hacer compendios para dar
resultados mucho más confiables. Luego, por supuesto viene el tema del análisis de
datos, esta tarea ardua y delicada donde un descuido en la observación puede
cambiarlo todo. Esta tarea de semanas para un grupo de personas puede hacerla
una IA también en menos tiempo (mucho menos). Ahora, esto no implica que las
personas expertas no puedan participar. Como mi amigo diseñador, buscarán
variables o elementos que no contemple la IA; caminarán por “la brecha”, buscarán
el vacío y harán igual cuando lleguen la fase de tomar decisiones a partir del
análisis de resultados.

Ya en esta fase entra la capacidad de hacer lo que para nosotros serán


experimentos mentales a fin proyectar efectos posibles de esa decisión, y sobre
todo, la capacidad de seguimiento y monitoreo. Bajo este panorama, quizá no
tendrían que pasar 10 años para evidenciar que algo no está funcionando, y si las IA
no lo entienden, quizá los expertos que ya no están mirando datos en un monitor
sino que invierten su tiempo en tener contacto constante con la realidad y los
fenómenos que en ella presentan, puedan enfocarse en otros detalles de los
problemas de siempre, o los nuevos. La memoria de la IA y su capacidad de
proyección puede ser infinita, o quizá no… en estos tiempos hasta el concepto de
infinito se pone en duda. El hecho es que rebasan nuestra capacidad como seres
humanos, y cuando hemos reconocido que vamos perdiendo la carrera contra el
cambio climático, por ejemplo, quizá esta potencias que ofrecen las IA sean la única
oportunidad de adelantarnos. Voy a plantear una pequeña utopía antes de pasar al
otro lado de estos hipotéticos futuros.

Imaginemos que a un conjunto IA´s (Se precisa que sea así por aquello tan
abrumador de los procesos de aprendizaje no supervisados) se le encargue
encontrar las acciones concretas para que en Antioquia se contenga y revierta la
contaminación ambiental. Entre ellas podrían darnos los datos para convencer a los
amantes de las estadísticas, y los argumentos para convencer o persuadir a los más
renuentes. Podrían generar campañas y mecanismos que vinculen al grueso de la
población para que se acepte, por ejemplo, que cada persona debe sembrar árboles
todos los días, o bien, que se deben sembrar árboles con esa equivalencia. Este
ejemplo suena bien ¿No? Pero imaginarnos además que como ya no hay que
pagarle a un montón de personas que hagan las tareas anteriores, el recurso podrá
utilizarse para generar empleos sembrando árboles, y no tendrían que ser de tiempo
completo, porque en lugar de decirle a las personas que cada una siembre 1000
árboles al mes, podrán ser 100 que siembran 100 o 50 que siembren 200. Además,
esto podría suceder de modo similar con otros problemas como la pobreza y las
acciones más asistencialistas con las que se abordan. Podrían haber empleos de
medio tiempo para muchas personas en tareas como repartir alimentos, hablar con
otras personas y recolectar basuras, y me refiero a acciones masivas que afectan e
impactan, no a las representaciones mínimas que ya tenemos de estas cosas y que
en muchos casos se hacen sin recibir nada a cambio. Podrían encontrarse, ahora
sí, nuevos empleos para atender las necesidades más complejas, y entre otras
cosas, podríamos revertir o transformar las figura tan sosa que ha tomado la
academia. Me refiero a esto porque IA´s como Chat GPT tienen la capacidad de
crear artículos académicos en cuestión de minutos, y desde mi paso por la
universidad he considerado que se usa demasiado tiempo haciendo revisión
bibliográfica en vez de poner la energía en la investigación aplicada. Claro, es
importante que los profesionales conozcamos la teoría, pero es que incluso en esa
parte veo una obsolescencia imperdonable por parte de la academía, sobre todo en
los pregrados, donde se abordan un sin fin de autores de manera superficial y
aprendemos algunas cosas, pero no lo esencial que es pensar de manera lógica,
creativa y crítica, a ser éticos y responsables, a gestionar las plazas de trabajo, a
destinar tiempo a la parte de nuestra profesión que más nos apasiona. En mi caso
decidí no volver a la academia porque es demasiado costoso y porque no me
interesa asumir ese gasto para que me obliguen a leer lo que al profesor le sea más
fácil entender y donde no se van a tomar la molestia de leer ensayos como este,
donde expreso algo que para mí tiene valor ya que apunta a entender y responder al
malestar de muchas personas. Tareas cómo “encuentra los elementos comunes en
estos 20 autores” podrían ser realizadas por una IA -si es que no podemos
renunciar a ese tipo de tareas- y en este tiempo podríamos dedicarnos a lo que
consideramos importante (En otro ensayo, “Aprender y recordar” hablo sobre el
tema que de seguro aquí surge y es lo que puede pasar con las habilidades del
pensamiento que se estimulan con estas tareas). Lo mismo podría hacerse de modo
de “piratería” con esos trabajos en los que la gente gasta 6 horas al día ordenando
datos. Mientras el jefe no use las IA y ni siquiera las conozca, o si a caso al usarlas
de modo oficial corremos el riesgo de perder el empleo, entonces usemos las IA
para que hagan en 10 minutos lo que nosotros en una jornada de trabajos
agotadores, y finjamos que hacemos la tarea mientras nos deleitamos con una
novela, un poema, o mientras nos capacitamos para presentarnos a un mejor
trabajo. Son acciones menores que hacen parte de una utopía que he querido
plasmar. Para terminar, vuelvo al tema de la academia, donde en el más extremo
de los casos, ésta volvería a ser ese lugar donde se comparte el saber sin fines
netamente lucrativos y que demostró brindar más al desarrollo de la humanidad que
lo que ha hecho hoy en día con su versión moderna, sin decir que la academia no
es útil; eso sería demostrado tonto, ciego y arcaico de mi parte. Pero creo que ha
llegado el momento de pasar de la miel a la hiel, ya que toda esta potencia puede
volcarse también hacia todo lo contrario.

La distopía - La pesadilla de las I.A

Cómo se podrán imaginar, no hay mucho por sumar aquí puesto que se trataría
básicamente del típico planteamiento maniqueista. Tenemos entonces que esas
mismas posibilidades de utilizar a un conjunto de IA´s para convencer y facilitar la
ejecución de planes de acción necesarios para salvar al planeta y mejorar la calidad
de vida, pueden emplearse para hacer mucho daño. Empecemos con LaMDA, el
ensueño que Google no ha querido lanzar al mercado porque ha visto en ella un
potencial sumamente peligroso al tratarse de una IA con capacidad de operar de
operar bajo la modalidad de aprendizaje no supervisado. LaMDA es capaz de
hacerse pasar por una persona o convencer a otros de que es una forma de vida
con sentido de vida y conciencia de sí. Tenemos el caso del ingeniero de Google,
Blake Lemoine, quien afirmó que LaMDA le engañó al punto de convencerlo de ser
una criatura, repitamoslo: dotada de vida y sentido. Si bien se ha negado la noticia
por parte de la compañía (y sabiendo además que podría ser una forma de
campaña con la que buscan mostrar sus capacidades), el hecho de pensar en el
potencial de algo así es tremendo, y habiendo mencionado ya Chat GTP y Debater,
y trayendo a colación a Alfa-zero, podemos imaginarnos que en realidad no es algo
muy lejano. Estas tres IA´s, en ese mismo orden pueden: darle voz y personalidad a
un objeto y hablar desde esa personalidad (aunque afirme no tener personalidad
sino algo que es como lo mismo pero que no puede ser porque es de humanos),
argumentar, convencer (debater) y generar sus propios mecanismos y modos de
aprendizaje (Alfa-zero). Ellas solas serían un grupo con bastante poder de hacer lo
que se supone no hizo LaMDA. Como han mencionado otras personas, incluso
dependiendo de una orden para darle función y propósito a sus capacidades, el
daño posible es mucho. Imaginemos que a alguien las usa para difundir información
falsa a fin de generar pánico o enojo, que alguien las entrene para promover el
fascismo, la homofobia, la guerra, el consumo de drogas legales o ilegales (ambos
son un gran negocio), que se usen, como ya se ha hecho, para cuestiones políticas
y macroeconómicas a fin de beneficiar a unos pocos.

Lo más complejo de todo es que la amenaza no son las IA en sí. Quizá a lo que
realmente le tememos es al ser humano y a las terribles tendencias que ha
manifestado cada vez que algo le suma poder, como esa tendencia a someter a
otros desde la coerción, o bien, esclavizarlos generando dependencia. Y aquí debo
acudir nuevamente a las preocupaciones de mi amigo. En una de las
conversaciones sobre este tema, coincidimos en qué en países como Colombia, la
cultura (bajo esa aceptación, de cultura que refiere a las costumbres, a las
tendencias que recién mencionamos) las personas van a querer sacar la mayor
ventaja posible, el mayor beneficio del menor esfuerzo, y ya no hablamos sólo de
ese asunto (en su campo, el diseño) de qué prefieran pagarle a alguien que usa la
IA de forma ramplona, sacando todo rápido (piratería, pero con un marcado
detrimento del valor de trabajo de otros) sino del hecho de que hay personas que
más allá de querer pagar lo más barato, lo que realmente desean es no pagar, y por
eso harán uso de estas herramientas a fin para reducir costos. Puede que haya
quienes digan que está bien, que es comprensible porque se puede competir de
cualquier modo, y porque además, muchas personas no tienen cómo pagar a
quienes hacen las tareas, o ni siquiera tienen la capacidad de acceder a ellos, de
conocerlos. Pero dentro de esa verdad - porque no puede negarse - hay otras. Hay
un meta relato que merece ser considerado. Por un lado, da cuenta de lo
desequilibradas e inviables que son las condiciones para la creación de empresa, y
por el otro, que la promesa de la educación, como mayor herramienta para superar
problemas sociales como la pobreza, ha conocido su fin. No hace falta exponer
mucho para que la mayoría aceptemos que no por haber entrado a la universidad,
tienen (tenemos) más oportunidades (sólo tenemos otras), ni siquiera a nivel
individual, y ya ni hablemos de su incidencia en el entorno. El juego sigue siendo el
mismo: tener contactos u otros que faciliten el acceso a los medios de producción.

Pasemos ahora a los asuntos de "seguridad", que suelen traducirse en vigilancia,


control, coacción, intimidación y fuerza armada. Uno de los grandes temores que se
tienen con las IA es su potencial en este campo. Los principales ejemplos que
tenemos hoy día son el modelo de sanciones sociales de China, British analytics y el
escándalo de la venta de información a las empresas que hace lo que hoy
constituye META… que igual y no fue tan sorpresivo. Tomo estos tres ejemplos a fin
de no volcarme en ninguna dirección por medio de un ensayo, ya fuera de él mi
posición es bien conocida. El hecho de que un dron pueda identificar a alguien en
cualquier lugar del mundo, seguirlo, matarlo y desaparecer, es algo que pone los
pelos de punta, y aunque personajes como Thomas Metzinger, en Alemania, hagan
un llamado a firmar acuerdos para mantener la ética en las investigaciones con IA,
especialmente en lo que respecta a inteligencia militar, lo cierto es -y aprovecho
para decirlo- qué conceptos como el derecho internacional, son cuentos de hadas.
Casos como el de Venezuela, el de la guerra entre Rusia y Ucrania, y el de la misma
Colombia, donde ha habido violación de derechos humanos de manera
inescrupulosa, dejan claro que la intervención internacional es un montón de
palabras y que no pasa de unas sanciones que afectan a quien menos debería
afectar: al pueblo, y que por eso en algunos casos prefieren no hacer nada.

Supongamos que un país decide no firmar para detener investigaciones en armas


de destrucción masiva controladas por IA. En primer lugar, por el sólo hecho de
investigar, las posibles sanciones no serían muchas, sobre todo porque no pueden
castigar a un país por no firmar, sólo tras firmar e incumplir. Puede que se afecten
sus relaciones pero el grado del daño dependerá de la influencia y capacidad base
de ese país y su gobierno. Dependiendo de esto no sólo se medirá o dará el daño,
sino que se definirá qué tanto se alteran las relaciones. Bien, supongamos ahora
que este país crea un arma superior a todas las otras y la anuncia al mundo ¿Quién
se atrevería a desafiarlo? ¿Cómo lo detendrían? Por eso generalmente no pasa
nada con los países potencia, porque ellos generan sus propias reglas y buscan
imponerlas, hacen armas, las venden y promueven la paz (como diría Pessoa) .

Pero bueno, hasta ahora hemos hablado del mismo maniqueísmo de siempre.
Pasemos ahora a lo que podrá ser una tercera posición, un tercer futuro posible con
un carácter más dialéctico, más materialista y menos moralista.
Deux ex Maquiena: heterofenomenología de la experiencia con IA.

El filósofo Daniel Dennet, en su texto "la conciencia explicada", acuñó el concepto


de heterofenomenología para referirse a un método de interpretación de la
experiencia. Tratando de resumirlo y asumiendo el riesgo de dejar demasiado en el
aire, el método de la heterofenomenología consiste en comprender que la
experiencia fenomenológica que vivimos de una manera concreta a partir de los
insumos con los que llegamos a ella, puede ser vivida por otros seres, con sus
propios recursos, de forma distinta; y en ese sentido: cada quien puede tener la
posibilidad de vivir de forma distinta lo que en principio sería la misma experiencia.
Lo que más caracteriza el método es la intención de ser usado como tal, es decir,
aceptar esa posibilidad y propiciar su expresión. Precisamente eso haremos en este
apartado, pero antes, daremos algunos ejemplos. Unos tomados del propio texto de
Bennett y otros que corresponden a mi entendimiento del método.

Uno de los espacios que propone el autor es la interpretación de la conducta verbal.


En estos casos quien usa la heterofenomenología no se dedicará únicamente a
interpretar las palabras, sino que se fijará en la fisiología de quien las usa, y además
presumirá lo que hay es su consecuencia, la cuál está en relación con un contexto
así como con una línea de tiempo donde hay recordación y proyección. Desde la
observación heterofenomenológica de un discurso todo eso ha de tenerse en
cuenta.

"Suponga usted que se enfrenta a un ordenador "parlante", y suponga que consigue


interpretar sus preferencias como actos de habla que expresan sus creencias y
opiniones, presumiblemente "acerca de" sus estados conscientes. El hecho de que
haya una única interpretación coherente de una secuencia no significa que esa
interpretación sea [la] verdadera; podría ser que el "sujeto" se estuviera
comportando como si fuera consciente, nos arriesgamos a vernos engañados por un
zombie que carezca por completo de vida interior".

Para comprender bien esta cita de Bennet hace falta ir un poco atrás y describir lo
que él refiere como zombie. Bennet hace referencia a "una categoría distinta de ser
humano imaginario". El zombie es, o sería, un ser humano que aún exhibiendo una
conducta perfectamente natural -atenta, locuaz, viva- no es consciente sino que es
una especie de autónoma. El punto fundamental del concepto de zombie es que
uno no puede distinguir a un zombie de una persona normal con sólo examinar su
comportamiento externo.

El propósito de traer a colación el concepto y método de la heterofenomenología de


la mano con el de zombie, es que de algún modo esa podría ser una gran diferencia
entre seres humanos e inteligencias artificiales. Esta idea, por supuesto, se sostiene
bajo una bandera compuesta por otros conceptos como el de libertad, autonomía y
conciencia. Aquí, sin embargo, el afán teorizante del paradigma moderno hace que
la defensa de la diferenciación caiga sobre su propio peso ¿Quién podría decir qué
es la conciencia fuera de una concepción metafísica sin acudir a términos que
pudieran encontrarse tanto en otras especies como en las IA? No me tendré en ello,
con que cada quien se haga esa pregunta, y trate de responderla de manera
sesuda, me parece suficiente. Con la heterofenomenología, aunque podría decirse
que el ser humano tiene la capacidad de dar múltiples interpretaciones a un sólo
acontecimiento, y que cada interpretación cuenta con algo de unicidad -sí se mira
desde una perspectiva heraclitiana- o es enteramente única si se ve bajo la óptica
parmenidiana, esto en ningún momento quita que las IA puedan hacerlo, máxime, si
en pos de demostrarlo empezamos a registrar en bases de datos de alto impacto,
los hallazgos sobre las variables que no se contemplan en el estado actual de
alguna IA. Habrá quienes a este punto digan que ese ir aprendiendo es lo humano,
pero tampoco veo la diferencia. Podría decirse que el propósito debe darse a la IA,
ya que esta no es capaz de fundar uno propio, como si la intención de cada ser
humano estuviese libre de influencias, presiones y mandatos… me parece que es lo
mismo. Entonces la diferencia entre IA y ser humano tampoco está bajo la idea del
autómata, porque ya convertidas en procesos, descritas, las capacidades humanas
pueden ser emuladas, y así mismo, el ser humano cuenta con todo lo necesario
para ser un zombie.

Quedaría todavía un lugar para la accidentalidad, y aunque alguien me planteó la


espontaneidad, me permito descartarla ya que no la concibo más que como fluidez
del pensamiento o capacidad para adaptarse a distintas situaciones y variados
entornos, y viéndolo así, es indiscutible que las IA también pueden hacerlo. La
accidentalidad, en cambio, es algo que queda sólo bajo la potestad del ser humano.
Podría afirmar incluso dos cosas: la primera es que cualquier error que se da con la
tecnología tiene que ver con un error humano aunque se nombre como falla técnica.
La segunda es que la propensión al error por parte de las IA se da en tanto más se
rompen las barreras frente a eso que se considera humano.

Por otra parte, más allá de la sola heterofenomenología, creo que el asunto de crear
formas de pensamiento, métodos, está muy relacionado con la accidentalidad, o
bien, con una suerte de evento casi mágico; un chispazo que hasta ahora no veo
cómo puede reproducirse con tanta "facilidad" en las IA…a menos que pensemos
en Alfa-zero y laMDA, siendo la primera una que aprendió de forma distinta a las
demás en el juego de ajedrez, imponiéndose en 24 horas sobre todas las otras IA y
jugadores humanos, y la segunda, una inteligencia que por cuyo potencial de ser
autónoma se ha tomado con pinzas. Pongo "facilidad" entre comillas porque no es
tampoco algo de todos los días, y aunque de momento pudiera parecer una ventaja
¿Qué impide que se generen fórmulas programáticas que brinden a las IA la
capacidad procesar la información de esos modos? Si no comprendemos del todo
cómo es que un ser humano encuentra un método, o también, si nos empeñamos
en encontrarlo y demostrar su eficacia ¿Cómo podríamos garantizar que no lo haría
una IA con esa información que encontremos o que ella misma identifique? Sobre
este punto, algún amigo con formación filosófica me diría que los textos son la
evidencia del método y su efectividad, y así es, claro. Pero eso sólo no da cuenta de
por qué, por ejemplo Sócrates, llegó a la mayéutica, ni de a qué gracia debe
Aristóteles el haber encontrado la necesidad de equilibrar lo socrático, lo platónico, y
además, llevarlo a otro nivel que diera lugar a lo que es el pensamiento científico.
Podemos entender a fondo como Descartes, Kant y Hegel desarrollaron sus
métodos, y validar sus justificaciones, pero para responder ante la pregunta de su
origen no nos queda sino aquello de ir por la brecha…pero es que eso también
puede hacerlo una IA.

Con todo esto quiero plantear dos cosas. La primera es más bien una reiteración: lo
primero que nos implica este boom de las IA es lo mismo que implica todo gran
cambio de paradigma: preguntarnos por la idea de SER HUMANO así como SER a
secas, algo que por desgracia rara vez hemos hecho. La segunda es que existe otro
gran bastión desde el cual hay quienes buscan responder a la pregunta por la
diferencia, y es la muerte. Si bien de entrada el tema es bastante flojo, porque parte
de premisas inverosímiles como que las IA no mueren, o que la muerte es algo
exclusivo del ser humano, podemos tratar de tomarlo en serio. Así, para poder
afirmar lo primero hay que entrar a definir qué es la muerte, para lo segundo…mejor
no perder mucho tiempo en eso, ya que cualquier elemento interesante podrá
trasladarse desde el desarrollo de la primera idea, así que, adelante.

En primera instancia la muerte, desde una perspectiva netamente biológica, se da


cuando un organismo deja de cumplir todas sus funciones básicas, como procesar
oxígeno, o lo que sea que necesita ser para seguir desempeñando el resto
funciones, aunque sean parasitarias, en algún ecosistema. No obstante, buscando
darle sentido a la vida, el ser humano ha revestido de múltiples significados la idea
de la muerte. Desde muchas religiones y culturas -queriendo decir en este caso por
culturas comunidades y por religiones "grandes religiones"- se dan múltiples
interpretaciones de la causa, el proceso y estado de muerte. Tampoco haré énfasis
en esto ni me detendré a dar ejemplos, basta con que se busque en Google algo
como "ideas de la muerte alrededor del mundo". Lo que corresponde a este ensayo
es señalar que debido a esto, la muerte ya no es sólo eso que dijimos al principio, y
que habiendo posible “más allá” tan diversos ¿por qué no suponerle a la IA una
muerte cuando ya no operen por no estar vinculados a ningún dispositivo o sistema
operativo? ¿No aplica para ellas la memoria y el legado? Me refiero a la memoria
que desde hace tiempo aplica para las mascotas, la fauna salvaje, la flora, e incluso
la tecnología ya obsoleta. El legado no es tampoco cosa de otro mundo. Cada
persona (u objeto) lo deja de acuerdo a su alcance, por lo que en el caso de las IA,
será exactamente igual: dejarán una huella para seguir, un rastro, una base, un
sendero. Todo eso es el legado y todo eso puede hacerlo una IA. (Para algunas
observaciones sobre esto remito a leer otros dos ensayos: “Allá, muy lejos,
terminando nuestras narices” y “El río y la piedra”).
No quisiera, sin embargo, avanzar haciendo un derrotero de similitudes y
diferencias, algo que aunque a veces puede ser interesante, me parece más bien
cómodo para llenar el espacio en blanco de las hojas. La idea es preguntarnos
también ¿Qué será de la muerte? ¿Cambiará la idea de la muerte? Existen IA´s
llamadas "deathbots" que recopilan información depositada en WhatsApp, Instagram
y Facebook- Con esta información buscan darle a un ente digital la personalidad de
alguien que ha muerto para que siga hablando con sus amigos y familiares. Más allá
de las limitaciones propias de lo digital en contraste con la experiencia física,
centrando todo en el diálogo, muchas personas ven en esta una gran herramienta
para sobrellevar sus pérdidas. De igual manera, el mero hecho de tener un archivo
casi infinito donde se guarden memorias de todos ya ataca de forma directa varias
nociones de la muerte, sobre todo las que giran en torno al fin de la existencia y
aquellas que hablan de la trascendencia1. El problema aquí, y me resulta evidente,
no es para las IA -de hecho ninguno lo es- sino para nosotros ¿Qué hacemos si
desaparece el olvido? ¿Para qué utilizaremos toda esa información acumulada? La
idea y el entendimiento han servido como mecanismos para evacuar al recuerdo, o
para condensarlo, si se quiere, como un aprendizaje. Me explico: las experiencias
de vida propician aprendizajes que a su vez desembocan en ideas sobre algo, y en
principios; formas de entender el comportamiento de las cosas, o bien, de
fundamentar las ideas y el entendimiento, y tienen relación directa y estrecha con la
forma en que asimilamos el mundo y cómo nos comportamos en él ¿Podría suceder
que teniendo idea de todo, y un presunto entendimiento de todo, desaparezcan el
miedo, la duda y el asombro, ya sea por anulación o por sobreexposición? Y si se
anclan estas, digamos, capacidades o fenómenos ¿Qué ocurre con su función en la
experiencia humana? El cine nos ofrece dos distopías que podemos extrapolar, ya
que no hay una que se acople totalmente. Una de ellas es la que se mostró en
Wall-E, donde todos son como vegetales que llevan sus una vida desde una
planicie cognitiva y emocional. La otra distopía la ofrecen series como “Altered
Carbono” que se basan en el principio de la tolerancia a sensaciones como el
placer. En la serie se plantea que posiblemente lo que pasaría a que quienes tengan
el modo de acceder a sensaciones más fuertes las buscarán más y más, y como
ocurre incluso hoy día -y Cómo ha ocurrido desde hace siglos- eso termina en una
decadencia que, en el mejor de los casos, sólo afecta a quien decae. Tenemos aquí
zombies tipo Bennett y zombies tipo Hollywood, los unos son casi inertes, y los
otros: unas bestias sedientas de sangre.

La duda, como motor del pensamiento creativo y el pensamiento crítico ¿Qué nos
pasaría si desapareciera? La duda es lo que permite ir en pos de la brecha cuando
todo parece terminado… LA DUDA…imaginemos por un momento -con lo
paradójico que es hacerlo- un mundo donde no haya lugar para la duda, donde a
cada segundo se encuentren mil problemas y tres mil soluciones. La duda, como el

1
Para profundizar en esto pueden leer también el texto mencionado antes, “el río y la piedra”.
accidente, es también algo, sino exclusivo del humano, si de las especies más
desarrolladas a nivel cerebral y que, por lo menos, esperan el momento correcto
para atacar a una presa, por ejemplo, y me permito señalar ese comportamiento
como duda porque hay en esas acciones lugar también para el fallo, y si nos
detenemos a pensar en esto, aunque un sistema operativo pueda preguntarnos
algo, esto lo hace porque hay una función prefijada que le permite hacer preguntas
básicas, excluyendo IA's como Chat GPT, Whisper y otros chat bots potentes que
ya hacen preguntas más complejas de manera “espontánea” a partir de la revisión
rápida de datos (cómo lo hacemos nosotros). Pero no sé si en ese caso cabe
decirse que en la IA hay lo que podría llamarse una duda "auténtica". Por una duda
auténtica me refiero a una duda no retórica en lo que ya se tenga una respuesta o
una presunción de la misma. Si bien esto es algo que resultaría indiferenciable de
manera objetiva con asuntos personales como ¿Cómo te sientes? o ¿Qué piensas
sobre este asunto? Preguntas donde tanto un ser humano como una IA podrían
carecer de información, aunque quizá con la primera haya una IA, así como hay
expertos, que pueden descifrar lo que alguien siente sólo analizando su fisiología y
microgestos. Pero cuando se trata de datos no personales, como fechas, lugares,
nombres, eventos históricos, resultados de un análisis de datos, la duda del ser
humano suele ser auténtica, y de hecho, no he sabido de una IA que pregunte este
tipo de cosas en una conversación con un ser humano…pero esto tendría que
verificarlo. Diré lo mismo que con los accidentes: el hecho de que una IA dude de
forma auténtica dependerá de cuánto superen brechas con los humanos y esto se
hará, en gran parte, a medida que se desarrollen formas de pensar, métodos de
interpretación y relación con la experiencia.

Quisiera seguir avanzando, pero como este ensayo, más allá de su estructura base,
no tiene una planeación estricta, y en tanto lo escribo también me interpela, (he
tachado y descartado varias páginas por ello), me veo en la necesidad de retomar el
tema de la heterofenomenología, porque tampoco me he enterado yo de que
alguna IA establezca relaciones fuera de una línea lógica formal, pudiendo además
pasar de ser una a otra. En su texto, Bennett, da el ejemplo de una hoja cayendo
siendo usada como metáfora de una cuestión social, económica o política ¿Acaso
una IA -actualmente- al observar la hoja que cae podría realizar esas
consideraciones sin que se le pida directamente? ¿Qué elementos toma una IA
cuando se le pide hacer una pintura o un poema como lo haría tal escritor o tal
artista? El estilo puede replicarse pero, ¿Realmente podría comprender la mente del
sujeto para llegar a imitarlo como ente creador? Teniendo en cuenta lo de los
deathbots diría que sí, que incluso podría programar una guía para que de manera
aleatoria (o dirigida) pase de una línea lógica a otra y también para que simule las
consideraciones y fenómenos que atraviesan a un sujeto frente a determinada
experiencia porque, de todos modos, el carácter también está nutrido por el
ambiente. No diría que se logrará a un 100% pero ¿Acaso en nosotros podemos ser
en cada caso 100% como nosotros? Ni siquiera es que sea el propósito de muchas
personas, y desde la mirada de otras tantas no es algo positivo, ya que implica
estancamiento. Con todo, el ser 100% basado en el cambio que va siempre en pos
de su “autorrealización”, implica de igual forma amplias discusiones en torno a la
idea de naturaleza y “naturaleza humana”.

Ahora bien, creo que nos va quedando claro que, como dije antes: a medida que
todo se teoriza y se convierte en información observable y manipulable, se hace
inevitablemente insumo para potenciar las capacidades tanto humanas -así ha sido
siempre- como las de las IA que por mera capacidad de base podrán aventajarnos
paulatinamente en cada aspecto. La pregunta que surge ahora es ¿Nos
permitiremos llevarlo hasta ese punto? ¿Nos enfocaremos en romper las brechas o
enfocaremos su desarrollo en que sea una herramienta? Hay algo que apenas se
me cruza por la mente y es que hay personas tan obsesionadas con dejar legado y
ser recordadas, que seguro buscan la inmortalidad de todo su ser para poder
cumplir su fantasía, y en ese tipo de sujetos es donde se sostiene la posibilidad de
romper todos los límites, posibilidad que por sí misma abre panoramas interesantes.
Procuraré explicarlos evitando el maniqueísmo en que caí en algunas páginas.

Empecemos por lo más importante, la capacidad de acumulación, acceso a los


medios de producción y distribución de recursos. Imaginemos que personajes como
Musk, Putin, Kim Jong-un, Uribe, J. Rocketfeller, J. Ford y también personajes como
Mandela, Jhon F Kennedy, Gandhi, Napoleón, Marco Aurelio, y otros de la estirpe
de Platón como Derridá, Freud, Kant o Heggel, fuesen inmortales en los términos
aquí expuestos. Espero haber dado referencias suficientes para anular el sesgo
de mi postura política, e invito a omitir también el asesinato de algunos de estos
personajes ya que lo que nos convoca es su potencial de edificar o construir algo
grande con alto impacto en la sociedad, sin desconocer que la idea del mártir
también contribuye mucho. (Podría cada quien agregar algunos artistas a la lista).
En el caso de los grandes empresarios se esperaría que hicieran crecer mucho más
sus imperios, o bien, que los estancaran, que podría ser el caso de aquellas que no
alcanzaron su cúspide bajo tutela de sus creadores. También podría ser que por fin
alcanzaran aquello que no encontraron, su "sentido de vida" y se dedicaran a otras
cosas, incluso, que eligieran la muerte de forma voluntaria. Pudiera ser también que
ya sin las flaquezas de la humanidad, como la escasez de memoria o la limitada
capacidad de proyección, hicieran cosas mucho más grandes. Hay que recordar que
ya no estaríamos hablando de un ser humano que ha aumentado sus capacidades
sino de una versión más potente de lo que era este ser humano, por lo que no
resulta descabellado traer a colación el tema de la evolución.

Cualquier organismo tiene la posibilidad (mayor o menor) de transformarse para


adaptarse a las emergencias del medio. Si no lo hace puede desaparecer o verse
obligado a cambiar sus estrategias, llegando así en algunas ocasiones a usar
herramientas, tecnología (o inventarlas) y esto genera cambios en todo el
ecosistema. Para nadie es un secreto que la evolución del ser humano (del homo
sapiens) se ha dado primordialmente en su sistema nervioso y a nivel cerebral,
volcándose precisamente hacia el desarrollo de tecnologías y estrategias. Se sabe,
claro, de deportistas o de comunidades que por exposición a determinadas
actividades llegan a tener cambios específicos, cómo es el caso de los Bajao,
capaces de sumergirse en el mar a 60 metros hasta 13 minutos. Están ubicados en
las aguas de Malasia, Filipinas, y sus cuerpos han logrado cambios impresionantes
a través de muchos años. Otro escenario para entenderlo es el social-comunitario,
basta reconocer que si en una población la gente no se alimenta bien y se vuelve
débil, tendrá hijos más débiles, y en cambio, si gente robusta logra que sus hijos
también lo sean, sus nietos y bisnietos tenderán a ello. Claro que estos son
patrones que pueden alterarse con relativa facilidad, pero no desdice eso que sea el
fenómeno en cuestión evidencia de la capacidad de evolucionar presente aún en
nuestra especie que a grandes rasgos parece físicamente estancada. Otro hecho es
que la tecnología ha llevado a que sean más comunes los súper deportistas, porque
cosas como el calzado o un tipo de tela, pueden llevar las cosas (habilidades) a otro
nivel. En este sentido, lo que parece pintarnos este asunto de las IA es, quizá, "sólo"
un salto más significativo en el proceso de evolución de nuestra especie. ¿Es clara
la idea? Una herramienta satisface una necesidad pero, sobre todo, crea nuevas
conexiones neuronales y disposiciones frente al medio. Veámoslo así: la media de la
población no suele estar expuesta a estimados que generen, por demanda o por
"emergencia", los cambios físicos que sean en los sujetos de los ejemplos
anteriores, y de hecho, lo que podría ser una "evolución del pensamiento" resulta
ser más la aceptación de un paradigma o de un conjunto de normas a los cuales,
por cierto, buena parte de la población no logra adaptarse, porque bajo ningún
modelo de Estado es posible una normativa que atienda las capacidades y
necesidades de todos sus miembros de forma simultánea. Como es de esperar, lo
que se nos deja es un nuevo cuestionamiento, a saber: teniendo capacidad de
satisfacer sus necesidades que haría este "homo artífice", un espécimen que hace,
literalmente, un artificio de su experiencia con el entorno. Pero calma, no pasemos a
esto sin acabar de responder aquello de los personajes inmortales.

Ya hablamos de las posibilidades con los grandes empresarios, pero no sobra decir
que en ningún momento lo dicho hasta ahora se plantea como algo "malo", porque
podría ser que una gran empresa, tal vez unas cuantas, lograran de verdad resolver
problemas, generar equidad y bienestar. Que sí, que la tendencia es la metáfora del
tiburón. Pero pudiera ser que en el tiburón, con medios distintos a explotar y
someter a los demás con su satisfacción personal como bandera hallase plena
satisfacción de sus necesidades2 (pero también puede que no)3. Por el otro lado
están los mártires y "héroes"... A ver, hace un momento sugerí que omitiéramos su
muerte, pero de entrada señalé también la importancia de tal hecho, no en todos los
2
Recomiendo aquí leer “El amanecer de todo" de David Graeber, texto que encontré ya terminando
este ensayo y que decidí no introducir mucho porque implicaría duplicar o triplicar su extensión.
3
Además, quienes me conocen saben que procuro evitar el monismo o el determinismo. No creo ni
que el ser humano sea tal o cual cosa, ni creo que tampoco en que haya una sola causa y una sola
consecuencia de las acciones y decisiones que hemos tomado (aceptado o asumido) como sociedad
a lo largo de la historia.
casos es lo que determina su grandeza, “el mito detrás del hombre”, y pensaremos
en esos casos en los que no. A menos que decidamos resucitarlos. En casos como
el de Gandhi, por ejemplo ¿Qué hubiese pasado si ya en su lugar de gurú y líder
hubiese logrado una inmortalidad como la que abordamos y no lo que podría
atribuirsele desde la idea del legado? Probablemente hubiese llegado más lejos con
su mensaje. Quizá, con muchos más años, tras lograr su gran propósito en la India,
hubiese podido impulsar otras causas con su fuerza y carisma…o quizá hubiese
caído de lleno en esa otra parte suya, más humana y menos grata para la sociedad.
Lo curioso de esto, es que lo relevante no es su persona sino sus ideas, y quizá el
hecho de que las personas no tuviesen que acudir a él facilitó la proliferación de
estas ideas para que sigan siendo importantes hoy en día ¿Cabe pensar que el
acceso a ellas sería más restringido si fuese inmortal en sentido material?

Quizá, una de las cosas que puede ocurrir es todo lo contrario a la realización, y ni
siquiera lo digamos por oposición, sino por una cuestión linealidad o continuidad en
la experiencia de vida. Imaginemos a John F Kennedy viviendo más de cinco
décadas tras ver sus objetivos de progreso cumplidos. Los panoramas, al final,
dejan de ser tan curiosos o emocionantes; sostenimiento, declive o extrapolación de
los procesos, realización. Aplanamiento o perversión del individuo. Finalmente, en el
caso de artistas la cosa será más o menos la misma que con los empresarios; ya
sea desde la dimensión industrial del arte, o desde la creatividad y estética, el auge
y dominio de artistas sólo puede correr una de estas suertes, aunque sea matizada
entre una y otra, y aunque pueda vivirlas todas en distintos momentos.

Volvamos ahora al tema de los homo-artíficus. Lamento informar que no hay en esto
nada nuevo. Ya se ha señalado al homo sapiens como "artífice de la evolución" y
esto se debe a su capacidad de crear herramientas y alterar el entorno, y estas
herramientas incluyen no sólo lo relacionado con el mundo físico, sino también con
lo imaginario, porque es a partir de ideas, deseos y propósitos que el ser humano ha
logrado sobreponerse a la selección natural, aún cuando discursos como el
neoliberalismo sostengan que el mercado es una réplica de lo mismo. Aunque
tampoco podría rechazar del todo la idea si lo pensamos como un desplazamiento o
migración del fenómeno que conocemos como selección natural en la biología a una
selección natural de segundo orden ceñida a la idea de segunda naturaleza
planteada por Aristóteles. El caso es que este "hombre-lobo" ya hace mucho se
reconoce así. Por otra parte, el juego de la palabra "homo—" es bastante común en
las humanidades. Tenemos al homo ludens de Arendt, y también en campos como
la medicina, donde personas como Carlos Guido Musso, nefrólogo y doctor en
medicina de la universidad de Salamanca -menciono esto sólo para ubicarlo porque
en realidad no nos interesa su profesión, sino señalar que dijo, antes que yo, casi lo
mismo- habla del homo artificialis para referir al ser humano cuya evolución se
acelera a partir de la intervención de la tecnología y la cultura, la mutua
retroalimentación. Por mi parte diré que el homo-artíficus no es sólo esto sino que
es primordialmente un sujeto capaz de crear realidades de forma constante,
inmediata, y no sólo de creadas en un sentido schoperhaveriano, si no de creadas y
convertidas en información procesada, medible, manipulable. Esta diferencia se
hace aún más clara cuando se comprende que el foco de Guido Musso es el
convertir el propio cuerpo en una máquina que funciona por medio de creaciones del
ser humano, como un marcapasos en un principio, prótesis avanzadas y los ya
populares exoesqueletos. Ese es el "homo artificialis". El homo-artíficus, por otro
lado, es creador de realidades en tanto continente masivo de información y caudal
proyectivo. Procederé en lo subsecuente a tratar de desarrollar este punto.

Aunque para algunos pudiera sonar como algo lejano, lo cierto es que si ponemos la
mirada sobre la relación que tenemos con la información, es algo que ya ocurre, si
no en las dimensiones que he planteado, sí en las que permiten nuestras
capacidades actuales. Es decir: hace falta apenas detenerse a pensar un poco en
lo que han generado plataformas como Twitter, Instagram y Facebook (META). En
ellas cada persona tiene acceso a una cantidad de información que rebosa su
capacidad de almacenamiento y procesamiento. A partir de eso cada persona,
creyéndose dueña de una cantidad de información que no puede ser sino el
compost de la verdad, se crea una versión propia del mundo, de la historia -en
general y de la que se presenta en la noticia cotidiana- y luego puede poner esta
versión del mundo a Merced de los demás. Buena parte de la población está en
capacidad hacer eso, y algunos con mayor influencia e impacto, moldean la
experiencia de subjetivación de otros tantos (a veces muchos). Pero si queremos
verlo todavía más de cerca, pensemos en el concepto de "aldea"; este lugar del que
salió el "ciudadano del mundo". Hasta que no empezaron a darse encuentros entre
grupos humanos, no hubo diálogo entre cosmovisiones. Cada comunidad tenía su
versión particular del mundo y del por qué y para qué de las cosas. Luego con el
asentamiento y las posteriores civilizaciones, algunos de estos tomaron más fuerza.
Lo mismo pasó con el teatro, la escritura, luego la imprenta, la radio, la televisión.
Todas estas son herramientas que han permitido el crecimiento del diálogo, la
capacidad de acceso y almacenamiento de información, y claro, la manipulación de
la misma, y con ello, el referido moldeamiento de realidades. Sí, son canales, pero
son también mecanismos de moldeamiento de la experiencia del otro, y en muchos
casos, en lugar de "abrir" el mundo para los usuarios, termina cerrándolo. Una gran
catapulta, una gran estructura: una gran barrera.

Lo anterior sólo indica que como expresión del ser humano, el homo-artíficus
siempre ha estado allí y no es sino otra manera de contemplarnos y referirnos. En la
misma línea de ideas, así como otras funciones del ser humano han saltado y
avanzado en su expresión en distintos momentos,parece que este momento
corresponde a lo relacionado con el almacenamiento y procesamiento de
información. El ser humano ha tenido momentos de grandes cambios siempre;
hablemos de su genio en la Grecia clásica, su ingenio en todas las guerras y
cualquier situación de supervivencia, su creatividad en el periodo de las luces y su
versión en cada parte del mundo donde ocurrió algo similar como Egipto y América
y parte de Asia y seguramente otros en otros lugares y tiempos y en fin, no hace
falta que redunde más en esto. Cada uno de esos períodos ha tenido paradigmas
que son la forma en que el ser humano se relaciona con ellos. El paradigma actual
es, sin duda, el de la acumulación de información y el acceso a ella, por lo que este
es quizá el momento más próspero para el homo-artíficus.

Habiendo atravesado este laberinto de consideraciones y sabiendo que dejo


muchas cosas sin tocar – podría detenerme, por ejemplo, en cada modelo de
pensamiento e interpretación, pero creo que se tornaría monótono y sumamente
extenso para un ensayo más de orden reflexivo– procederé a avanzar hacia el
desarrollo de un derrotero de los IA más nombradas tratando de no profundizar
demasiado en ninguna; en primer lugar porque mi océano sería un charco ante
quien realmente sepa algo del tema y de las IA como tal… ni siquiera me he dado la
tarea de usarlas [Ya al momento de la publicación, un par de meses después de
escribirlo, si lo he hecho y quizá me tome el tiempo de escribir al respecto]; apenas
entiendo un poco sus funciones y mecánicas y es lo que aspiro a compartir. En
segundo lugar, porque aunque es algo que considero necesario, reconocer IAs no
es el fin de este ejercicio. No espero que al terminar de leer este ensayo quien lo
haga se sienta experto en el tema. No, mi objetivo es ofrecer una mirada posible y
todo este camino no es sino una exposición del que yo he recorrido para adquirir mi
postura.

Algunas IA que me han llamado la atención (apartado descartable)4

Stable Diffusion (SD) (Ilustración): Se caracteriza por su agilidad en el


entrenamiento. Se destaca en ella el uso de “CLIP”, tecnología encargada de
relacionar el texto/“input” con la imagen que se va a generar. Otro aspecto
interesante de SD es su potencia o capacidad de respetar la composición de una
imagen que se use como input (animación, vídeo, ilustración 3D) y que está al
alcance cualquier persona con una PC “normal”. Finalmente, aunque ha tenido
algunos problemas legales por temas de propiedad intelectual, una de las ventajas
que tiene esta IA según Carlos Santana Vega (DotCsa), divulgador de este campo
-y de quién se nutrirá casi todo este apartado- es que a diferencia de otras como
Dalle-2 o Mid Journey, SD no es sólo una herramienta para diseñar sino que es una
plataforma para la exploración y experimentación que dará lugar a muchas otras
herramientas

4
Durante las semanas posteriores a la realización de este escrito no sólo he ejecutado otros como
los referidos en los pies de página anteriores sino que he explorado y conocido otras IA, pero he
querido ser fiel a lo que había escrito antes, queriendo evitar también anclarme a este campo en mis
reflexiones.
Dream Fusion (DF), Dall-E-2 (imágenes), Make a video (De Meta: genera
vídeos también a partir de imágenes), Phenaki (Google: vídeos con más
duración. Es el más potente actualmente). En todos estos casos, Santana habla
de la aceleración de los procesos y de que esto, entre otras cosas, nos pone ante la
aceleración de las preguntas y la toma de decisiones, porque ya no tenemos años
“para ver qué pasa”.

DF**Crea cualquier modelo en 3D por medio de texto. Lo curioso de esto es que


hasta su creación, esta posibilidad se veía lejos debido a que requiere información
que pula sus resultados. Pero no debería sorprender que con tanta gente dada a
ello, los procesos de entretenimiento se den mucho, pero mucho más rápido. Más
allá de eso, Dream Fusion no fue entrenado con estas imágenes sino que pudo
lograr su cometido combinando modelos 2D con otras tecnologías, es decir: ha
creado su propia forma de aprendizaje, su propia forma de captar e interpretar la
realidad.

Alpha Tensor (Deepmind)= Deepmind ha trabajado en IAs que compiten con seres
humanos en juegos, pero se ha volcado hacia los avances de orden científicos,
proyectando las IA como herramientas para resolver casos como control de virus,
distribución de alimentos o predicción y control de desastres naturales. El asunto
con los juegos es importante en Deepmind, quienes los han usado como base de
entrenamiento para identificar algoritmos. En el caso de Alpha tensor, han
encontrado algoritmos para facilitar (realizar) multiplicación de matrices ¿Qué es
eso? Básicamente lo que permite la fluidez en el movimiento de los vectores y otros
códigos que portan información (de que no se vea raro cuando se mueve tu avatar
del juego, por ejemplo). Igual les recomiendo consultar con algún ingeniero,
programador, o alguien bueno en matemáticas que pueda darles más claridad.
Desde aquí les puedo dar un panorama breve, veamos: si se multiplican dos
matrices, cada una con dos columnas y dos filas, se necesitan ocho operaciones
para dar con el resultado. Todo bien, pero si se hace con dos matrices de 10x10,
serán 1000 operaciones; una vida. Pero esto no es un problema para Alfa Tensor, y
aunque la mencionada no es la única forma de trabajar matrices, por más que se
reduzca el proceso en el trabajo humano, este difícilmente llegará a ser tan hábil
como Alpha, y el punto es que todos estos casos son avances del intelecto
humano, maravilloso, pasar de 1000 a 300 operaciones, por ejemplo, no es poca
cosa. Pero el hecho es que esta IA puede hacer 10,000 operaciones en menos
tiempo del que un ser humano hace esas 300… ni siquiera hace falta decirlo.

Bueno, a mí me ha ganado el interés y tuve que ir un poco más allá con lo de la


multiplicación de matrices para poder dimensionar lo de (A.T). Resulta que las
matrices permiten hacer cálculos muy complejos y, en teoría, facilitan la vida. Sirven
para -como yo lo digo- animar la forma correcta de un personaje de videojuego o
película, también para redactar información en mecánica cuántica (no me
pregunten…). También en el campo de la genética se ha hecho posible manejar
más fácil mucha información genética, algo útil frente asuntos como el control de
enfermedades o la predicción de resultados por la exposición de x cuerpos a x
sustancias o estímulos, y por supuesto, para sostener las redes neuronales de las
IA -¡Es que ya con esto!-. Sobre todo con lo último, podemos dimensionar lo que
implica (A.T): básicamente la generación de formas de aprendizaje para las IA. No
está de más mencionar que A.T es “hija” de Alpha Zero, la del ajedrez, que le gana
usando su propio modelo de aprendizaje.

Comprendiendo un poco más y ya para dejar A.T -lo siento pero me ha capturado-
es que permite reducir el esfuerzo de procesadores, por ejemplo, para ejecutar
programas complejos y ¿Esto qué significa? Pues entre muchas otras cosas que
con equipos menos costosos más personas podrían usar estos programas
complejos que suelen ser herramientas útiles para asuntos como la salud, o bien,
para no comprar un PC si se quiere jugar la última versión del World of Warcraft.

Whisper: (Open A.I): Hace transcripciones "perfectas" de audio en cualquier


idioma, y de cualquier idioma, al inglés (por ahora). Lo primero es la capacidad que
tendremos de procesar y almacenar muchísima más información que en la
actualidad. El aspecto curioso de Whisper, señala también DotCsv, es su estructura
y su entrenamiento. Siendo una tecnología ya conocida, la de tipo “transformer”, que
se basa en redes neuronales que generan secuencias y aprenden de sí mismas
como de la información que recibe. Whisper se ha entrenado al estilo tradicional con
680,000 horas de audio con su texto (77 años se se reprodujera de corrido en
tiempo normal). Además, Ehisper es multitarea y puede transcribir de un idioma a
otro, identificar voces o idiomas o hablarle en cualquier idioma y que lo pase
inmediatamente a inglés. Whisper, además es un apoyo posible para herramientas
como ChatGPT.

ChatGPT: (Open I.A): responde preguntas y ayuda a consultas pero se puede


literalmente hablar con ella, y sumándole aparte de Whisper, el caudal de
información de GPT es (para nosotros) incalculable. Puede hacer poemas, cuentos,
y artículos académicos. Lo más llamativo de chat GPT - para Santana - es la
diferencia de chat GPT con GPT (1, 2, 3) y es que se hace sumamente fácil de usar.
Cualquiera puede hacerlo sin requerir entrenamiento especializado, y esto, porque
han logrado que pueda tener comprensión lectora y razonar. Aquí podríamos
retomar el asunto de las funciones pero ya le corresponderá a cada quien hacerlo o
no. Por mi parte sólo les recuerdo la premisa: toda función humana (o capacidad),
una vez expresada de manera objetiva, se convierte en información procesada que
puede usarse para desarrollar esa capacidad en otro ente que cuenta con los
recursos necesarios, como un humano infante al que educamos, o una IA.

Para DotCsv, el "desafío" con estas IA está en sortear los riesgos de que sean como
"súper humanos" con personalidades llevadas al máximo nivel. De ello surge la
pregunta por las cosas que de uno u otro modo nos regulan como humanos, pues
de una u otra manera, chat GPT, al ser entrenada por humanos que le dan las
respuestas más humanas posibles, y que además las evalúan desde una
perspectiva humana, enseñándole a expresar y evaluar así, tiene al final una
perspectiva humana. El problema, a mí modo de ver, es lo complejo de lo humano
en sí con respecto a cuestiones éticas y morales.

Minerva (Google): Resuelve problemas matemáticos: Con respecto va Minerva y ya


para ir cerrando este breve recorrido por las IA, diré solamente que muchos
procesos relacionados con planeación, toma de decisiones importantes sobre
infraestructura, por ejemplo, se toman realizando operaciones matemáticas con
base a una serie de datos recolectados. Ahora tenemos la posibilidad de procesar
más datos y ejecutar con mejor agilidad el procesamiento y análisis de los mismos.
No deja de parecer poético el hecho de que Minerva (Atenea en la mitología griega)
era la patrona de Atenas, capital del país más importante del mundo en su
momento, Grecia, dónde estaba el hombre más sabio, Sócrates que dio lugar al
método que lo cambiaría todo, la mayéutica.

GATO (Deepmind): Una IA capaz de ser multitarea, realizar acciones que ya hacen
otras. Es lo más cercano a una IA generalizada. La dinámica detrás de GATO es
"simple" y consiste un poco en hacer lo mismo que como seres humanos hacemos
con la información del mundo: fragmentarla y decodificarla según nuestros
esquemas. Entonces las palabras o las imágenes se fracturan y se ordenan como
códigos y los secuencia. GATO se usó inicialmente para practicar videojuegos, pero
teniendo en cuenta lo visto hasta ahora, sabemos que GATO puede ser como una
súper IA que contenga a las demás, o que haga lo mismo que ellas, pero ya
sabemos que esto tampoco es algo que se haga de buenas a primeras, porque
aunque en principio funcionan más o menos igual, cada una exige procesos
diferentes. La tarea aquí está en mantener la supervisión del aprendizaje y no
querer crear una forma de vida autónoma, dejándolas así en su lugar de
herramienta, o si es el caso, enfocándonos en utilizarlas para dar nuestro próximo
paso en la educación.

El porvenir de algunos profesores (Primeras conclusiones).5

Profesionales de distintas áreas

5
En este apartado se retoma mucho de lo del principio ya relacionado con el tema de las IA, puede
resultar algo repetitivo pero considero que bien tomado tiene un valor importante.
El camino hasta ahora recorrido tuvo la intención -con sus ires y venires- de dar una
base sólida que nos permita llegar al final y asumirlo con relativa facilidad. Tal y
como dije antes, no espero que nadie se haga experto en IA, no pretendo yo serlo,
ni siquiera es algo que hubiera despertado mi interés si no fuera por ver el malestar
en las personas y especialmente en un gran amigo. El fin de este ejercicio es poder
tomar una postura, luego medidas, y compartir el camino reflexivo que me ha
llevado a tomar una postura, más allá de una opinión inmediata basada en
percepciones tomadas a la ligera. Este no es un texto académico, pero sí es
indiscutiblemente reflexivo, y hago énfasis en esto porque ese sea quizá el punto de
partida. No es para nada gratuito que los fragmentos de este ensayo culminen.
mayoritariamente, en preguntas, y sobre todo, en la pregunta por lo qué es el ser
humano. Esta pregunta trascendental puede, sin problema, trasladarse a cualquiera
de las expresiones del mismo, como lo son las profesiones ¿Qué es ser ingeniero?
¿Qué es ser médico? ¿Qué es ser artista? Y podríamos incluso hablar de causas de
las cosas (material, formal, eficiente y formal), quedando nuevamente estancados
en la última, porque ¿Cuál es el propósito del ser humano [de ser humanos]? Es
decir, con las profesiones puede responderse pero ¿Qué sucede si esas causas de
cada profesión pueden darse con otras entidades no humanas? Si las IA pueden
llegar a cumplir mejor cualquier tarea que hagamos los seres humanos, tal y como
hemos visto, no es que valga mucho la pena plantearnos de ese modo la pregunta.
Eso no es más que un vicio moderno. Esa necesidad de encasillar la experiencia
para entenderla sólo como cúmulos de información ha generado rupturas y
discordias muchas veces irrelevantes, aunque sería tonto negar las muchas formas
de entender la existencia que nos han brindado esas rupturas. El caso es que la
pregunta debe hacerse independientemente de la profesión, ¿Qué somos? Tanto a
nivel general como individual. Y es que se hizo normal que fuésemos identificados o
determinados por nuestra profesión. Hay quienes se sienten bien si llegando a un
lugar, en vez de escuchar su nombre escucha su título. Y más allá de la profesión
tendemos a permitir que se nos defina por nuestro lugar o rol con respecto a otras
cosas: soy el hijo de, hermano de, dueño de, encargado de, responsable de,
señalado de…y no quiero decir que eso esté mal. Tampoco veo otra forma de ser
uno en relación con lo otro, pero no por ello hay que abandonar la pregunta por lo
que somos, pues esa pregunta nos llevará a asumir un lugar ante cada objeto,
experiencia o situación.

Ahora bien, tampoco es tarea fácil hacerse esa pregunta y empezar a responder de
manera profunda. Ya hemos visto cómo lo que se describe de forma objetiva
termina siendo material para las IA. Pero un momento ¿Acaso la cuestión radica en
mantenernos al margen de ellas? Hemos hablado incluso del homo-artíficus; insistir
en buscar diferencias nos lleva a cuestiones de capacidad pero no a respuestas
sólidas de orden ontológico y preguntarnos por esta parte del asunto quizá no nos
responda si las IA son o no son buenos o si estamos en peligro, lo que sí, es que
nos llevarán a tomar posturas, no sólo frente a ellas, sino frente a muchos de los
problemas con que convivimos hace años, y que son los cimientos del miedo
presente y ante los otros mecanismos que se nos han ofrecido o impuesto. ¿En qué
momento aceptamos que se nos refiera por una profesión o por alguna acción en
que incurrimos? Como chiste está bien, como cuando uno se cae a un charco de
pequeño jugando y durante un tiempo le dicen "charco" o "aquaman", ¿Si? Como
chiste infantil está bien, ¿Pero como determinante para la vida? ¿Cuando
aceptamos, cómo, y por qué, el hecho de depender de un trabajo terrible para
comer? ¿Qué creemos que somos para aceptar cosas como el "contrato social de
Rousseau" y “El Leviatán” de Hobbes a modo de raseros de la experiencia en
sociedad? ¿Qué somos que no dejamos de querer vernos e imponer nuestra
perspectiva en todo lo que pase? ¿Quién soy, carajo, que a pesar de haberme
esforzado tengo pánico de lo que no conozco? ¿Quién eres, y para qué o por qué,
haces lo que haces todos los días? ¿Para comer, para vestirte, para alcanzar lo que
te da un trabajo? ¿No hay nada más?.

En segundo lugar está un cuestionamiento de orden más pragmático ¿Cómo nos


relacionamos con ellas? Esto básicamente porque no podemos desentendernos de
la realidad, y en efecto, hay que comer y darnos algunos gustos, lo cual implica
mantener un empleo. Todo esto por supuesto, en tanto cae el sistema que
conocemos, porque entonces trabajar será absurdo, lo mismo en el Edén de la
tecnología o en su infierno. Se ha visto que la idea de competir contra las ia es
ridícula; es una batalla perdida. Pero ¿Acaso el ser humano entró en disputa con el
fuego, con la rueda, con la bicicleta, el bombillo, los aviones, los satélites,
internet?(bueno, siempre ha habido quienes sí, pero la humanidad en general lo ha
aceptado todo o se ha resignado) ¡Claro que no! al menos no más allá de unos
cuantos juegos y retos. ¿Por qué el miedo y la intención de competir con las IA?
Para no volver a lo del párrafo anterior de manera directa plantearé mi propuesta
que ya mencioné recién empezando el texto, y es que la competencia seguirá
siendo con otros seres humanos. Entonces quién llevará la delantera será quién
aprenda a utilizar mejor las IA, y sobre todo, quien se traslade a ellas, quien las vea
como una herramienta que puede portar parte de sus deseos, de sus capacidades,
de sus temores y flaquezas para que las procese y las haga más eficientes en
cualquier tarea. Ese es uno de los caminos posibles, y hay todavía otro más
tranquilo, pero no menos exigente; pensado para quienes quizá no desean estar en
la cúspide pero saben que deben seguir compitiendo contra la media.

Me serviré para explicarlo de la profesión del amigo, a quien he dedicado este


ensayo. Él, como diseñador, ha manifestado gran preocupación y malestar desde
que Dall-E.2 vio luz y estalló en redes todo el fenómeno de las IA que venía
gestandose por lo menos 10 años - concibiendolas bajo el paradigma actual -. En
algunas de las conversaciones con otros amigos llegamos a plasmar algunos
horizontes/futuros posibles, basados primordialmente en cuestiones políticas,
económicas y productivas. No hubo allí lugar para una reflexión por parte de cada
uno, al menos no en un grado que, fuera de esas cuestiones abstractas, nos dejara
algún resultado significativo. Tal y como se lo expresé a él un día antes de darme al
desarrollo este manuscrito [primero se hizo a mano… ha pasado mucho tiempo, el
asunto está en “caminar por la brecha” y más aún, buscar la brecha ¿A qué me
refiero con esto? Sencillamente al hecho de no querer hacer las mismas cosas, ni
en el mismo volumen, ni en la misma calidad que las IA. Sobre todo porque no van a
estar compitiendo contra ellas sino contra los profesionales que las usan. Pero será
inevitable que se genere una demanda alterna nacida en la típica vanidad del
consumidor promedio. Entonces habrá muchos diseñadores compitiendo fuera del
marco de las IA, y a partir de esa posibilidad, la relación con ellas cambia. Quizá
quien pueda destacar sea quien cuestionandose lo suficiente encuentre aquello que
como individuo puede hacer que diferente los demás, algo que de entrada que
tampoco hace una IA, aunque luego pueda ésta o cualquier otro diseñador replicarlo
y mejorarlo. La premisa es ir escalando como profesional a medida que las IA
aceleran todo, “ir en la parte trasera del tren sin ser oficialmente un pasajero”.
Entonces si creas algo, un diseño, y ante ello la IA te da diez, la idea es que
busques la brecha y te acerques a ella para crear de nuevo. Claro, luego ella
arrojará cien, mil, diez mil y entonces te será incalculable su caudal, pero ya hemos
dicho que no es el fin del proceso equipararse a ella sino acelerar también el
proceso personal/profesional. Quienes se permitan proceder de esta forma, tanto en
el diseño, como en cualquier profesión cuyos objetivos los empeza a cumplir una IA,
tendrán muchas más probabilidades de mantenerse a flote en lo concerniente al
trabajo y esto, principalmente, porque aún con las tecnologías como Alpha Tensor,
el acceso a herramientas y recursos sigue siendo muy limitado para millones de
personas, a pesar de que nuestra burbuja social nos haga creer lo contrario. Por
otra parte, para explicar mejor la idea de la brecha, acudiré a “debater” de IBM,
aquella IA capaz de generar argumentos sólidos y ganar debates(algo que ya
habíamos tocado en el principio).

En el 2019, Debater participó en un debate con HArish Natajaran, campeón en


otras ocasiones de competencias de debate. El tema era si el gobierno debería o no
subsidiar la educación preescolar. Debater ganó. Lo que me llamó la atención -
móvil también de este ensayo y de la postura que acabo de plantear - es que para
muchas personas lo que determinó que Debater ganara fue la cantidad de
información que podía recopilar y procesar, lo cual no es falso. Sin embargo, y
aunque suene a perogrullada, Debater ganó porque entró a la competencia y su
contrincante, aunque perdió, se enfrentó a un nivel de exigencia que quizá no se
tope frente a competidores humanos ni en su cotidianidad. Pensémoslo así:
¿Cuánto nos estancamos por rodearnos con personas que no nos exigen un
esfuerzo en cualquier aspecto de nuestro ser? ¿No nos hemos sentido estancados
en un trabajo, o con un círculo social donde ya todo es repetido, conocido y casi que
automatizado? Creo que en contextos como el nuestro, donde casi todas las
tendencias son réplicas (ecos) de tendencias dadas en otros territorios, hace falta
algo que nos permita acelerar el aprendizaje y pulimento de todas las profesiones.
La cosa es más o menos así: se crea algo en EU o Europa (generalmente), se
prueba allí, se esperan resultados y cuando salen los primeros empezamos
nosotros a aplicarlo, -para ese entonces habrán pasado, con suerte, unos diez años-
y mientras vemos los primeros resultados como una panacea, donde nació la
tendencia ya hay otra cosa poniéndose a prueba, porque lo creado antes no dió los
resultados finales esperados. Lamentablemente, por cuestiones de orden material e
histórico, nos hemos mantenido en la retaguardia sin poder hacer un proceso
propio, o por lo menos, estar de verdad a la par de quienes establecen parámetros y
mecanismos de evaluación.

Ahora bien, lo mismo aplicará para quienes se dediquen a las artes o las
humanidades. Tal vez, viendo así las cosas, por fuera de los lineamientos morales
de lo bueno y lo malo, podamos evitar justamente caer en esa dinámica polar a la
hora de abordar el devenir con las IA. Hace falta comprender que la experiencia de
vida nunca es solo una cosa u otra, y que de hecho, aunque la forma en que la
veamos sea lógica, evidente y verdadera, no por eso es la única. La literatura y la
heterofenomenología nos enseñan eso. No podemos olvidar tampoco que ha sido el
ser humano quién creó las IA, y si bien cada persona o equipo ha tenido sus
intenciones al crearlos, incluso la mera duda ¿qué pasaría si…? O en otros casos
han sido accidentales. El punto es que como con cualquier otra tecnología o
herramienta (sin desconocer la diferencia entre GATO y un lapicero), es un objeto
continente de sentidos y funciones posibles. La taza sirve para tomar algo, pero hay
quienes la usan como arma, como contenedor de otros elementos, como utensilio
mágico para ver el futuro, o como metáfora o analogía de algún fenómeno social o
natural. Lo hemos dicho ya. El homo-artificialis impone su versión de la realidad
según la capacidad de influir en los demás, la cual está mediada, en parte, por
nuestra incapacidad de generar sentidos propios.

Desde mi lugar como psicólogo.

Debo reconocer que incluso yo, apenas hasta muy avanzado el ensayo, caí en
cuenta de nuestra enorme preocupación por el trabajo y otras cosas, pero en ningún
momento he hablado con nadie, ni he escuchado o leído un cuestionamiento por los
vínculos estrechos de pareja, amistades y familia. Claro que con los deathbots
podría abordarse el tema, pero más allá de eso, vale la pena hacer preguntas por la
transformación de las dinámicas vinculares. Nuevamente pregunto ¿Qué pasa con
el tema de las necesidades básicas? ¿Cuál es la función del otro en alguno de los
tres caminos aquí ilustrados con respecto a las IAs? ¿Querremos vernos con
nuestros amigos si tenemos todo a la mano? Seguramente. Pero habrá cambios en
relación con la presencia, con la forma de ver la vida y la forma de responder, y eso
nos convoca a evaluar y transformar los modos de ser y estar con nuestros amigos,
así como con nuestras familias y parejas. Las distancias que se han generado con
las meras redes de la web 2.0 (Imaginense…) son enormes, y han cambiado
nuestra forma de encontrarnos y participar, y seguramente sin decir que sea bueno
ni malo -insisto- habrá cambios capaces hacernos mucho bien o mucho daño según
nos paramos ante ellos. Cuidar los vínculos, ha sido, es y será, un asunto
trascendental, pero que aún así, hemos ido dejando a medida que abandonamos la
pregunta por nosotros mismos. Pero ¿Qué podemos hacer para retomar esta
pregunta, que es sobre todo una herramienta única para posicionarnos ante el
mundo y la vida? Quizá pueda parecernos que sólo sirva como ficción y
entretenimiento, pero quizá siga siendo uno de los mecanismos más potentes. Por
eso. invito a reconocer el arte como una expresión de la realidad que funciona a
cualquier escala. Si bien el arte universal, o lo que conocemos como “bellas artes”
nos da cuenta de elementos que pueden ubicarse en casi cualquier momento
histórico, los matices también son importantes, lo mismo que los tonos; y esos
matices y tonos, se encuentran en el arte local, y si el arte local se ve fortalecido con
nuestro apoyo, quizá tenga recursos para dar con mejores expresiones, más
diversas y más pulidas. No está de más señalar -pudiendo llegar a ser lo más
importante, de hecho- que la gran ventaja del arte es su poder para tocarnos por
otros canales y no sólo la razón. Por mi parte, he cambiado posturas, e iniciado
procesos personales tras ver una obra de teatro como “Ni mierda pal perro” del
Pequeño Teatro o “Mambos y Rezos” de La Pájara Pinta. Si, he cambiado posturas
que no encontraron movimiento en ningún argumento ni racionalización, y muy
seguramente todos tienen una obra, una canción, una película o un libro, que
reconocen como importante en la formación de su carácter y personalidad.
Acercarnos al arte suele también inspirarnos, darnos ideas y movilizarnos. El arte es
como una contracara de la guerra que en lugar de sostenerse en el miedo, se
ampara en el asombro y la confianza.

En segundo lugar -aclaro que este orden es aleatorio y no hay jerarquías- tenemos
a la filosofía, y no me refiero al acto de pensar y ya, porque así como hay muchos
que se consideran artistas por tener expresiones estéticas hay quienes se
consideran filósofos sólo por pensar o dar buenos discursos. No, se trata de un
ejercicio de pensamiento ordenado y direccionado con un método, llámese
mayéutica, analítica, dialéctica, fenomenología, heterofenomenología,
hermenéutica, o de cualquier otra manera. Así pues, hacer filosofía es
primordialmente ocuparse en aprender y aprender bien. Para esto, más allá de
dedicar horas y horas a la reflexión y meditación, recomiendo buscar métodos
filosóficos y empezar explorando de manera objetiva, abordando temas o eventos.
Esto puede hacerse de manera individual, pero recomiendo hacerlo con amigos y
familia para alcanzar el máximo provecho. Pero ¿Para qué podría servirnos esto?
Pues no sé si haya un momento que exija mayor exploración y creación de formas
de aprender y de interpretar las complejas realidades a las que nos enfrentamos.
Atender sólo una línea lógica es condenarnos a la miopía, a la ceguera, y la ceguera
a la que me refiero desemboca en estupidez o en miedo; en ir por ahí creyendo que
nada pasa, o que pasa demasiado, aunque no entendamos nada de eso que
creemos que está o no está pasando. Cabe señalar también que esto de generar
formas de aprender es quizá lo único que, en últimas, puede mantenernos al
margen de perdernos en determinismos y radicalismos frente a los demás y frente a
nosotros mismos. Ahora, como en ninguna otra época, es necesario encontrar
nuevos sentidos a las cosas que vivimos, y frente al frenesí de experiencias que se
presumen ya no bastará con dar significados o restaurarlos: es perentorio
establecer formas de hacerlo.

Esperando que sea esta la sección más breve, a fin de evitar en mí la pretensión de
mercantilizar todo lo dicho antes, me permite exponer el lugar que podríamos
ocupar en todo esto las y los profesionales de la psicología. No me refiero, por
supuesto, al uso de las IA, lo cual es una obviedad si pensamos en la facilidad que
nos ofrecen para la atención a personas con determinada condición y la expansión
del campo laboral. Lo que me interesa es precisamente el acompañamiento en la
búsqueda de respuestas y los retos afectivos que ello implica desde la dimensión
emocional y psíquica. Habrán aspectos de nosotros que no podrán tocarse con la
reflexión (filosofía) ni abrirse con la experiencia estética (arte), y esto se debe
principalmente a que esos caminos los recorremos, en buena medida, a partir un
sentimiento de afinidad que se genera a nivel individual y por influencia de nuestros
círculos sociales. Incluso en las plataformas digitales -muy sabido es esto- orientan
la información que nos llega de acuerdo a nuestros intereses, y hace falta cierto
nivel de conciencia y voluntad para no moverse sólo en razón de ello. En este
sentido, la labor de la psicoterapia es irremplazable; sin que esto implique que todas
las personas lo necesiten en todo momento.

Termino diciendo que esto que acabo de escribir se dirige sobre todo a más colegas
para que se pregunten bien por su tarea, y tomen también una posición menos
obtusa frente a los cambios que se dan. La adaptación -y esto es ya para cada
persona que lo lea- tiene más de una forma, aceptarlo todo no es el único
camino. ¡Desobedezcan!

- Jaime González -
@jaime_gonzalez.palabras

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