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Es preciso, por lo tanto, esbozar cuáles son entonces las características del
escenario, sugerido por el término “actualidad”, en el que reformularemos la
pregunta sobre la significación de una psicología del desarrollo.
Por ejemplo, las grandes narrativas que, hasta el siglo pasado, funcionaron
como fundamentos para la intelección del mundo circundante han caído como
formas de pensamiento único y totalizador.
Ese mundo dejó de ser estable y previsible para dejar paso a la complejidad y a
lo imprevisto. Debieron encontrarse nuevas herramientas para dar cabida a lo
que anteriormente era sencillamente rechazado o ignorado, como ser lo
diverso, lo diferente, lo no domesticable. Esto permitió considerar la
multidimensionalidad de los fenómenos y los acontecimientos: las propiedades
ya no están en las cosas sino “entre” las cosas. (Najmanovich, D, 2005)
Tenemos, en esta enunciación, varios puntos para indagar, entre los que se
destacan: Qué entendemos por psiquismo humano, qué significación puede
tener hoy en día el término evolución y si es posible, y en todo caso con qué
advertencias, podemos hablar de normalidad.
Tal comos sostiene Sara Pain (1985) no es posible estudiar al ser humano
como un sistema cerrado. Y esto no es solo por sus condicionamientos que
provienen del medio socio cultural al que pertenece, sino también y esto es lo
que nos interesa en este caso, desde un punto de vista estrictamente
psicológico. Esta autora compara al psiquismo humano con un aparato
telefónico. En este sentido el aparato telefónico no solo depende de una red de
comunicaciones, sino que el rasgo distintivo de un teléfono es la dimensión del
llamado: esto es en llamar y ser llamado. Por ejemplo, si alguien intentara
llamarse a si mismo discando su propio número telefónico sólo encontraría el
tono de “ocupado”. En este punto, podemos decir que el psiquismo humano
está en función de lo que se puede denominar alteridad. Este término, que la
escueta definición del diccionario sólo dice “condición de ser otro”, señala,
cuando hablamos del psiquismo humano, la imposibilidad de ser pensado si no
es bajo la condición de referirlo siempre en relación con otro. Un Yo que se
piensa, a diferencia del cogito cartesiano, es yo que se piensa diferenciándose
de otro.
Entrados en siglo XXI resulta insostenible la ilusión objetivista del tiempo único
y lineal, y por lo tanto debemos renunciar a la tranquilidad que nos garantizaba
la posibilidad de predictibilidad que las viejas concepciones de una psicología
del desarrollo de modelo biologista nos brindaba.
Nada garantiza, por ejemplo, que un buen desarrollo infantil produzca una
adolescencia saludable. O bien a la inversa, que en tiempos constitutivos de la
adolescencia se conquiste, de otro modo, lo que se esperaba en la niñez.
Todos aquellos que de alguna u otra manera nuestra labor está relacionada
con la vida psíquica sabemos que no podemos marginar los avances de las
ciencias descriptivas del desarrollo. Sin embargo cuando debemos operar
concretamente (sea el aula, el consultorio, en la elaboración de planes
comunitarios, para citar algunos ejemplos), estos resultados y estos
conocimientos nos resultan francamente insatisfactorios. Infinidad de manuales
nos enseñan las pautas esperables desde lo biológico, lo cognitivo o lo social
para un infante, un niño o un adolescente. Pero nada dicen de las capacidades
subjetivas de quienes no las cumplen, o lo que es más riesgoso, muchas veces
esconden verdaderos sufrimientos de quienes cumplen a rajatabla con lo
esperable.
De una forma más sencilla Stern sintetiza el conflicto que estamos planteando:
Gerardo Prol
Es común pensar en el desarrollo, el cual no sólo se da por la edad. Determina los caminos correctos de
aquellos que no lo son: porque se dan de manera diferenciada, por fuera de los cánones establecidos;
nombrados como anormalidades o patologías, dan cuerpo a una psicopato basada en mal desarrollo del
psiquismo.
El desarrollo sirvió para pensar el patrón del desarrollo esperable, normal para establecer cuándo es que
las cosas no suceden bien. Sin embargo, se aparta en algún punto de lo normal, psicopatológico. Es
posible pensar un desarrollo que incluya al sujeto y que no sirva solo como desarrollo de patrones, que
establece el disciplinamiento social.
Debe tener un discurso hegemónico, que establece lo bueno y lo malo, que asienta y determina los
patrones para discriminar lo normal y lo patológico. Hoy, ¿funciona?
Partiendo de la definición misma, que es la rama que estudia la evolución normal del desarrollo
humano. Está muy ligada al positivismo. Necesita explicar la ciencia del alma, en la actualidad (Denisna,
Manovich):
Psiquismo humano: ligado a lo observable, muy ligado a un pisiquismo que debería tener las
mismas leyes, unificado, visión acotada y estructurada. No es previsible. El que hablamos hoy
es:
o Alejado del modelo biológico
o No sustancial
o Abierto al otro (alteridad)
o Imprevisible
Evolución: en el psiquismo humano no podemos pensar según etapas. Dentro del psiquismo
humano no es lineal. Se debe pensar en idas y vueltas, de recursividades, de repeticiones, no
hay un fin pensado, se caen las certezas. No puede ser teleológico. El desarrollo del Psiquismo
es singular e irrepetible.
Normalidad: la evolución normal, establecida. Se definen patrones, para definir patrones. Debe
ser observable. Es una idea de disciplinamiento social, diferenciando lo normal de lo patológico,
debemos entender la diferencia con el sufrimiento humano. Podemos entender los
sufrimientos a través de los trabajos del psiquismo.
Debemos criticar, poner en duda los conceptos, tenemos que pensar un desarrollo que permita la
alteridad, el suplemento lo esperado, etc.
Esquema