Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Aclaro que estas notas no son producto de apuntes o de una grabación, sino que obedecen a la
memoria, siempre imprecisa, por lo tanto pueden contener muchas cosas no tan exactas.
Luego de la charla con la estructura de Colombia, el Negro me sugiere buscar un lugar en donde
podamos hablar tranquilamente. La charla que tuvimos él y yo, se dio informalmente, no fue propiamente un
monólogo sino un diálogo, por ello hay puntos que no se desarrollan en forma sistemática. Trataré en la
medida de lo posible, de reconstruir lo más fielmente lo hablado.
Le entregué al Negro un libro: “Pensar a Foucault”, en el cual aparece un artículo mío; este texto se hizo
en forma independiente de las influencias de los medios académicos filosóficos. Se hizo mediante el trabajo
de varias personas, entre éstas el hijo de Manuel Cepeda, el senador asesinado el año pasado. Este libro
ha sido concebido como respuesta a la necesidad de construir un ámbito en donde predomine una forma
independiente de debatir y opinar sobre los temas que son de pertinencia actual.
Seguidamente charlamos sobre las dos producciones que he realizado: “Perspectivas sobre el desarrollo
de la intencionalidad” (1991-92) y “Disertaciones críticas sobre algunos conceptos del pensamiento siloísta”
(1992). Me pregunta Mario acerca de qué voy a hacer sobre ellas, le comento que la segunda en realidad ya
está terminada y llega en sus apreciaciones hasta Contribuciones al Pensamiento. La primera está
inconclusa ya que según lo planteado consta de varias partes de las cuales dos están elaboradas y otras
dos por hacer. La idea es concluirla e iniciar otras no definidas aún, pero que sin duda se relacionarán con
las perspectivas abiertas por el Movimiento que son muy amplias.
La idea que tengo -le comento al Negro- es seguir adelante con esta tarea; le pregunto acerca de qué
forma es conveniente escribir y qué límites se van a colocar. Me responde que no hay ninguna limitante, que
me ocupe de eso del pensar y de nada más, nada de estructura, ni de apoyo, ni de administrativo... “debes
estar en eso y con resolución; con mucha fuerza, sobre todo con mucha fuerza, no hay que hacerle
reverencia a nadie, ninguna concesión con el sistema”. Ya que en estos momentos dada la
desestructuración, no se dan soluciones en los ámbitos filosóficos; ni en los medios académicos hay un
compromiso real con el cambio. En muchos de ellos hay gran pesimismo sobre lo venidero y siguen
encerrados en sus climas, fue el caso de Nietzsche, persona muy atormentada con los fantasmas, aterrado
de lo que estaba descubriendo en su época.
J: Pero para desarrollar las investigaciones que pretendo realizar me gustaría Negro, me comentaras
acerca de algunas cosas... Sobre el tema de la muerte que es algo que ronda permanentemente en la
cabeza de muchas personas, no solo la muerte que normalmente se acepta sin más, sino también el temor
a la pérdida de lo que se quiere, del empleo, del abandono de la pareja, etc... es una forma de temor a la
muerte. ¿Es real la muerte?
Me responde que no es más que un espejismo, una ilusión, una verdadera beatería de lo thanático.
¿Qué es eso? -dice- “he tratado y he hecho el esfuerzo en creer en la muerte pero no he podido, es algo
absurdo”. El hombre es un destino, una fuerza poderosa que busca cumplirse en lo humano; lo humano es
esa oportunidad de cumplir ese destino, aquí no se está hablando desde ningún punto de vista de una teoría
reencarnacionista, es otra cosa lo que se explica. Ese destino es precisamente la unión de las
subjetividades de los seres humanos, que van en una dirección que trasciende lo meramente epocal.
Le pregunto, que pasa con la muerte y dice que no es más que un tránsito. ¿Un tránsito hacia dónde?, le
pregunto.
N: No se puede pensar aquí con las categorías habituales espacio temporales, no hay una causalidad,
como se entiende cotidianamente; habría que revisar muy detenidamente eso, pues no funciona así.
Le pregunto: ¿Si el ser humano es un destino que debe cumplirse, una persona entonces, no nace
accidentalmente en un determinado lugar, sino que se cuenta con unas condiciones en las cuales se tiene
que cumplir dicho destino?
Sí..., -dice-, yo creo eso, el ser humano nace en un lugar específico para cumplir su destino.
J: Pero, ¿qué es lo humano?
N: “Es un tránsito de Dios”.
J: Negro, ¿qué es Dios para ti?
N: Es algo muy abstracto. Es precisamente eso de lo que hemos estado hablando. Esa fuerza que
impulsa.
Hace mención a Heidegger en donde se plantea el tema del ser y de los entes. Lo que se percibe son los
entes, las factualidades que están ahí delante, el ser es el fundamento de los entes, lo que permite los
entes, pero para captar el ser hay que silenciar los entes, hay que hacer silencio interno, es además la
disposición para abordar los proyectos y también las investigaciones teóricas que se llevan adelante, no hay
que dejar que las compulsiones decidan y hagan sus cosas. En el silencio es en donde se manifiesta el ser.
Le pregunto, ¿si Dios es un tránsito, entonces va para alguna parte? Ríe y dice que eso no es así, pues
es una interpretación darwinista, no se puede ver ésto de ese modo. Es lo mismo que con el tema de la
muerte, ese “tránsito” no va a ninguna parte, no hay lugar ni tiempo en el sentido habitual. No podemos
seguir pensando con esas categorías ya en desuso que muestran solamente lo mecánico que interpreta la