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DERECHO CIVIL – CONTRATOS

LECCION 1 - EL CONTRATO
EVOLUCION DE LA NOCION DE CONTRATO.
Etimológicamente proviene del latín “contractus” que significa contraer, unir,
estrechar, juntar en un punto. Atar. Se entiende por contrato al acto jurídico bilateral y
patrimonial en el cual están en presencia dos partes que formulan una declaración de
voluntad común con directa atinencia a relacione patrimoniales que se traduce en crea,
conservar, modificar o extinguir obligaciones.
Históricamente, la noción del contrato ha correspondido siempre a la de
vinculaciones jurídicas establecidas voluntaria o intencionalmente, acuerdo mediante. Pero
no todo acuerdo constituye un contrato.
Gayo, en sus institutas, habría utilizado por primera vez los términos generales
“contractus” “delictus”. En su libro de Ética “Aristóteles” enseñaba que la justicia puede
ser distributiva de honores y dinero, conmutativa o rectificadora en las transacciones.
Esta última vuelve a subdividirse en voluntarias e involuntaria. La primera se
origina en actos voluntarios como los intercambios, el deposito o el préstamo; en tanto la
involuntaria deviene de actos clandestinos, como el robo, el adulterio o el asesinato.
Dentro de esta concepción de justicia conmutativa quedan, comprendidos, lo que
modernamente se trata en el derecho de contratos y de la responsabilidad civil.
DERECHO ROMANO
No existían en roma principios generales con relación a los contratos. La historia del
derecho romano fue el desarrollo de categorías de convenios a lo que gradualmente se fue
reconociendo virtualidad jurídica, hasta inclusive en los últimos tiempos de Roma,
constituían solo un limitado número de acuerdo que, satisfacían en su mayor parte las
necesidades del comercio de la época. Ellos fueron reunidos en el Courpus Civilis del Siglo
VI. Este cuerpo legal, elabora por el emperador del Justiniano, y después de la caída del
imperio de occidente, se encuentran sintetizadas las distintas reglas romanas en su estado de
máxima evolución. Es en la versión justinianea que dan sido objeto de recepción en las
edades media y moderna la mayor parte de las reglas romanas, sobre todo en el digesto.
1)Contratos Nominados en Roma: En la versión justinianea solo constituían contratos los
acuerdos que se insertaran en tres categorías:
a) Estipulaciones o stipulaciones (verbis): era el contrato formal que sobreviviera a los
tiempos de la macipatio, la in iure cesio y otras formas solemnes de concertar, era el
único acuerdo que podía tener cualquier objeto o contenido; es decir, podía ser
utilizado para fines o propósitos casi ilimitados. La forma se cumplía en la stipulatio
con la pronunciación de palabras solemnes, bajo el formato de pregunta y rspuesta
durante una ceremonia.
b) Reales (re): no se requería un mero intercambio reciproco de promesas. Quedaban
perfeccionados con la ejecución de las obligaciones de al menos una de las partes,
por medio de la entrega de la cosa o res que había sido materia del convenio. Debía
preceder siempre un acuerdo, la responsabilidad contractual no provenía del mero
consentimiento sino de dicha ejecución.
Los contratos reales se hallaban limitados en número a 4. Eran: * El préstamo para
consumo, el préstamo para uso, el depósito y la prenda.
c) Consensuales (consensu): 4 eran los tipos de contratos: compraventa, locación,
sociedad y mandato. En primer lugar, eran bien formales pues podían ser concluidos
en forma oral, escrita a través de mensajes, En segundo lugar, obligaban desde el
momento en que existieran el mero consenso entre las partes, sin necesidad que
mediara ejecución de obligaciones por las partes. No necesitaban de formalidades
especiales ni tampoco la entrega de la cosa; el solo consentimiento lo hacía
jurídicamente vinculantes.
2) Contratos Innominados En Roma: Pasaron a equipararse a los contratos del derecho
clásico romano todos los demás acuerdos en que hubieran ejecución o cumplimiento de las
obligaciones de al menos una de las partes, independientemente de que se tratara de:
* entrega de la cosa (obligaciones de dar) Eran estos
* efectuar o abstenerse de hacer lo pactado (oblig. de hacer o no hacer) los contratos
Estos acuerdos eran contratos y tales exigibles ante el magistrado, lainnominados
naturaleza de las
prestaciones podía variar infinitamente, no se llegó a dividirlas por categorías, razón por la
cual todos los acuerdos que reunieran el requisito de ejecución de obligaciones por una de
las partes, hacían dentro de lo que se entendía como innominados.
A la ejecución de la prestación u obligaciones en los contratos innominados se denominó
causa data, la que, además del mero acuerdo, paso a ser también un elemento o requisito de
formación.
3) Los pactos en Roma: Los contratos nominados e innominados, otros fueron
gradualmente investidos de exigibilidad por medio de acciones, Tales son llamados pactos
vestidos o pacta vestita.
Todos los convenios que, técnicamente, quedaran excluidos de la categoría de contratos
eran reputados meros pactos, que daban derecho a que fueran puestos como excepciones o
defensas. Los pretores y más tarde la legislación imperial reconocieron virtualidad jurídica
a algunos de estos pactos. Para distinguirlos de los no ejecutables, se denominó a estos
últimos pactos vestidos. Se pueden distinguir 3 clases en la versión justinianea:
a) Pacta adiecta: o acuerdos colaterales a contratos exigibles, que, por el hecho de
figurar anexos a estos, fueron interpretados como exigibles en buena fe.
b) Pacta pretoria: o distintos acuerdos por los cuales el pretor fue reconociendo
virtualidad jurídica, tales como el convenio informal de pagar suma de dinero,
accionable cuando el derecho estricto no proveyera de un remedio especifico.
c) Pacta legitima o acuerdos específicos hechos exigibles por legislación imperial de
los últimos tiempo como las donaciones hasta un monto fijo, o el otorgamiento de
dote o dos.
La regla siguió siendo hasta el final, que los pactos nudos o meros acuerdos no eran
exigibles, a lo sumo, podrían ser invocados como eventual defensa por un reclamo ante
el magistrado, pero nada más.
EDADES MEDIA Y MODERNA
Se generaliza el principio de que el mero acuerdo de partes, o consentimiento,
bastara para perfeccionar el contrato. Ello en tanto existiera justa causa o causa.
Causa data: a la ejecución de obligaciones en los contratos innominados. Dicha
ejecución o cumplimiento o causa data, se erigía en el factor necesario, adicional al
consentimiento, para que se consolidara un vínculo contractual en casos específicos en que
si hubiera ocurrido.
La doctrina medieval europeo sistematiza el derecho de contratos en torno a
interpretaciones y actualizaciones de los glosadores. La causa pasa a concebirse a partir de
entonces como el requisito general necesario para que cualquier tipo de acuerdo y no solo
el especifico tipo romano de contrato innominado sea considerado contrato.
Otras fuerzas en juego durante el medioevo contribuyen a moldear los perfiles del
requisito de la causa, tales son el cristianismo, la filosófica y el derecho mercantil. El
cristianismo, respecto a la palabra señalada, a través de escritos de Santo Tomas de Aquino,
hacen que se articule el derecho medieval de contratos en torno a las tres virtudes
aristotélicas de fidelidad, liberalidad y justifica conmutativa.
Ante el caos normativo de la época, se entendía que la noción del contrato fuera
buscada en principios superiores como la moralidad religiosa o la razón de los
iusnaturalistas.
La fidelidad implica mantener la palabra empeñada, es decir los pactos deben ser
cumplidos, conforme reza en latín la máxima pacta sunt servanda. Ello en tanto que
liberalidad y justicia conmutativa pasan a ser las dos clases de arreglo o causas por las
cuales deberían ser reconocidos como contratos los compromisos asumidos.
En las enseñanzas aristotélica, liberalidad consiste no meramente en dar recurso,
sino hacerlo de manera razonable, a la persona correcta, en el monto justo y a momento
oportuno. Y la justicia conmutativa en transacciones voluntarias implica intercambiar
recursos de valores equivalentes, de modo que ninguna parte se enriquezca a costa de la
otra.
Todo acuerdo, para ser reconocido como contrato, requerirá de una causa justa, y tal
puede ser: una de dos: el intercambio de valores equivalentes o la intención de efectuar una
liberalidad.
EL CONTRATO EN EL CODIGO CIVIL FRANCES Y EN EL CODIGO CIVIL
ALEMAN.
CODIGO FRANCES: Este cuerpo legal del año 1804, conocido como el código napoleón,
debido a su influencia, el monumento más importante de nuestra era. En materia
contractual, el código civil francés se inspira abiertamente Pothier, inspirado en la división
de las institutas de gayo, el código civil francés, luego de regular en su libro I a las
personas. En el segundo a los bienes, y en el libro III trata de los contratos. El code apenas
dedica cinco art. A la responsabilidad civil, y no contiene una regulación independiente de
los hechos y actos jurídicos, ni una parte general, como la del código civil alemán.
CODIGO ALEMAN: El mundo civilista se encuentra influenciado por la escuela
pandectista de doctrinarios alemanes, cuyos estudios se centraron en el derecho romano,
con adaptaciones, estaba a la sazón toda vía vigente en el territorio teutón. Estos juristas
habían consolidado la abstracción de una categoría más amplia de los contratos: la de los
actos o negocios jurídicos, que comprendía, además de aquellos, los testamentos, el
matrimonio, el reconocimiento de filiación y otros actos voluntarios encaminados a la
producción de efectos jurídicos.
El código civil alemán se ha dividido en dos grandes partes, general y especial, la primera
comprende normas de aplicación al universo de las relaciones jurídicas (sujeto, objeto,
hechos y actos jurídicos) en tanto que la segunda parte especial, se refiere a los distintos
institutos (contratos, derechos reales, etc.) Varias normas contractuales se encuentran en la
parte especial, los principios más amplios se extraen también de la parte general, en el lugar
relativo a la declaración de voluntad de los actos jurídico y a los contratos en gral.
Los art. 305 y sgt del código alemán se refiere a la formación de contratos. Ni la causa ni
concepción similar algunas encuentran allí, como tampoco lo hallan en la normativa
general referente a actos jurídicos dentro del mismo cuerpo legal. El único requisito a que
hace referencia es la declaración de voluntad, debe tener un contenido legal y moral.
UNIFICACION DE LOS CONTRATOS CIVILES Y COMERCIALES EN EL
CODIGO CIVIL ITALIANO.
Se ha limitado aquí el código civil italiano a regular acabadamente los actos en particular,
como los abstraer principios relativos a la generalidad de ellos. El código civil italiano
tiene una división más parecida al código francés, no distinguiendo entre una parte general
y una parte especial como el código alemán.
Una peculiaridad del código italiano es que se unifican las obligaciones civiles y
comerciales, a diferencia de lo que ocurre en Francia y en Alemania, que cuentan en
paralelo con un código de comercio.
EL CONTRATO EN EL COMMON LAW.
El código civil para la organización social de occidente se peponderan dos sistemas:
El derecho civil y el common law.
El common law: se encuentra aún hoy fuertemente manifestado en precedentes
jurisprudenciales que son tenidos como law of the land (o derecho) por jueces de inglaterra,
estados unidos, y otras jurisdicciones del commonwealth.
En el Common Law los intercambios simultáneos no son considerados contratos, y
tampoco lo son los actos gratuitos. Ellos son regidos por otras normas, como los atinentes
al property law o derecho de propiedad. Los anglosajones se concentran en la naturaleza de
las relaciones entre las partes antes que en el tipo de contrato. Entre profesionales los
acuerdos se celebran, cumplen o exoneran de manera diferente que entre consumidores.
En el mundo civilista subyace la idea de que el contrato obliga por el imperativo moral del
pacta sunt servanda; mientras, en el common law, ocurre lo propio con la idea económica
de bargain o negociación como mejor medio para llevar adelante intercambios de valor. Los
civilistas son más abstractos en sus razonamientos, en tanto que en el common law puede
notarse una fuerte influencia de las necesidades prácticas del comercio en la manera de
perfilar el derecho contractual.
De allí la insistencia en cumplir lo pactado, como moral, subyacente en el derecho
civil, en tanto que en el derecho anglosajón se brinda la alternativa de cumplir el contrato o
pagar los daños. Por eso no adoptaron los anglosajones las astreintes (penalidades
procesales del derecho francés) ni cláusulas penales diseñadas para sancionar a la parte que
no cumple.
El common law da mucho mayor peso a las consecuencias económicas. Está,
además, más abierto a permitir que cada parte proteja sus propios intereses y menos a tomar
en cuenta inquietudes entre las partes, especialmente sobre informaciones o conocimientos
tecnológicos, salvo en lo que se refiera a protección a los consumidores. De allí que se haya
dicho, confrontándose los dos sistemas, que el derecho civil es más moral y dogmático, en
tanto que el common law es más económico y pragmático.
LECCION 2 – DESARROLLOS RECIENTES
ESFUERZOS MUNDIALES DE HOMOGENEIZACIÓN DEL DERECHO DE
CONTRATOS EN LA ESFERA PÚBLICA Y PRIVADA.
El desarrollo económico mundial, el avance en las comunicaciones, la relevancia que
sigue adquiriendo el transporte y la revolución informática, dan lugar a la Globalización
como resultado de los “efectos del proceso en lo económico, cultural, político y social”
(Jurgen Basedown). Globalización es un término usado para describir el hecho de que el
creciente número de problemas sociales de hoy tiene una dimensión global y no puede ser
resuelto por soluciones nacionales. La dilución de fronteras en materia comercial cada vez
con mayor ímpetu relaciones contractuales de diversa índole, como compraventa de
mercaderías, operaciones bancarias y financieras servicios varios, distribución de
productos, etc., estas transacciones se ven fuertemente resentidas cuando entran en
conflicto regímenes jurídico disimiles, y ello se refleja en las inseguridades que acarrea o
en que directamente se evitan las relaciones comerciales ante un trasfondo jurídico, por eso
se ha señalado que la materia de contratos constituye la ramas más urgente del derecho que
necesita armonización.
Unificación: implica todo tipo de adopción de normas jurídicas comunes en más de un
país o región, Armonización denota mayor flexibilidad, pues alude a la aproximación de
criterios jurídicos apoyándose en bases comunes, leyes modelos o doctrinas uniformes.
Con mucho tiempo en el mercado tenemos a los tratados internacionales, que son
instrumentos a través de los que los Estados convienen la adopción de normas comunes.
En esfuerzo por obtener ratificaciones se idea varios mecanismos como las reservas,
que terminan atentando contra la unificación. Las conveciones internacionales en materia
de derecho privado buscan cristalizar normativamente, usos, costumbres, practias del
comercio.
Tienen gran eficacia para lograr la unificación, aunque su inconveniente ineludible – a
nivel interno – tiene que ver con la ratificación. A su vez, plantea serios problemas todo lo
relacionado a su inflexibilidad para adaptarse a las mutaciones de la actividad mercantil.
Uno: que para producir el efecto pretendido deben interpretarse uniformemente en los
distintos países que las ratifican.
Dos: muchos son desconocidos en la práctica, incluso por jueces.
Tres: que envejecen y son más difíciles de modificar que una ley interna.
Otro mecanismo ideado, el de las leyes uniformes, como ejemplo las de Ginebra
relativas a letra de cambio, parece descartado en la actualidad dado lo radical de su
planteamiento que implica una renuncia del estado soberano de su potestad legislativa al
tener que adoptar íntegramente el texto propuesto. Para paliar el inconveniente se logra se
concibió la figura de las leyes modelo, redactadas por organismos de prestigio que las
recomienda, no obstante lo cual muchas veces no se logra con ellas una adecuada
homogeneización. La armonización también se logra, de manera cuasi- coactiva en
procesos regionales, al imponerse la obligación a los estados miembros de ciertos bloques
como la unión europea de adoptar texto conforme a determinadas pautas o bases a través de
las denominadas Recomendaciones.
El ROL de UNCITRAL
Papel preponderante en favor de la homogeneización normativa del comercio mundial lo
cumplen los organismos internacionales como las Naciones Unidas a través de su
Comisión de Naciones Unidas para el Desarrollo del Derecho Mercantil Internacional
La UNCITRAL fue creada en 1965, siendo integrada por representantes de países de los
cinco continentes.
Este organismo ha propiciado importantes textos de diferente índole en distintas áreas del
derecho comercial, como comercio electrónico, arbitraje, transporte, garantías, insolvencia,
etc. , siendo la que más interesa a nuestra materia contractual, ésta la Convención de Viena
de 1980, sobre compraventa internacional de mercaderías, que establece normas para el
contrato preponderante del comercio internacional. Fue establecida por la Asamblea
General en 1966 (resolución 2205 XXI, del 17 diciembre de 1966).
La Asamblea General de la ONU, al establecer la Comisión, reconoció que las
disparidades entre las legislaciones nacionales que regían el comercio internacional creaban
obstáculos al comercio, y consideró que la Comisión constituiría la instancia idónea para
que las Naciones Unidas pudieran desempeñar un papel más activo en la reducción o en la
eliminación de esos obstáculos. Hoy por hoy la convención de Viena rige en más de 80
países tanto del mundo desarrollado como en desarrollo y más de 1700 decisiones que la
aplicaban han sido reportadas. Cabe agregar que UNCITRAL se ha abocado en generar
instrumentos que no sean necesariamente tratados o leyes modelos, tales como guías
legislativas con meras indicaciones de regulaciones, incluso con alternativas con mera
indicaciones de solución en un sentido u otro para algunos casos, además de
recomendaciones, notas e incluso interpretaciones.
Pues la UNCITRAL, con ingenio ha logrado reunir a principales juristas mundiales
para la elaboración de sus textos.
PRINCIPIOS UNIDROIT Y LOS PRINCIPIOS EUROPEOS DE DERECHO
CONTRACTUAL.
Se concentra en el derecho privado, pero no se limita a ella ni a alguna rama en específico,
y tiende a la búsqueda de un derecho uniforme, ocupándose sólo excepcionalmente de
temas de “conflicto de leyes”.
Los Principios de Derecho Contractual de UNIDROIT. La versión ’94 cuenta con un
preámbulo y 119 reglas, divididos en 7 capítulos relativos a:
1. Disposiciones generales
2. Formación del contrato
3. Validez del contrato
4. Interpretación del contrato
5. Contenido del contrato
6. Cumplimiento del contrato
7. Incumplimiento del contrato
Estos principios consagran la libertad contractual según la regla pacta sunt Servando,
conforme al cual los acuerdos también pueden ser modificados o terminados. Tienen una
notable apertura hacia la aplicación de los usos y costumbres, así como fórmulas amplias de
buena fe y lealtad (principios), lo que ayuda a darle más flexibilidad para adecuarse a los
avances tecnológicos y económicos de la práctica internacional. Por debajo de estos
principios, también hay reglas bien detalladas de aplicación rígida y bien específica.
Igualmente, la Unión Europea ya publicó sus Principios de aplicación en la materia,
similares a los de UNIDROIT, pero en el año 2000.
En numerosos fallos judiciales y arbitrales se alude a los Principios UNIDROIT y PECL
como expresión de lex mercatoria, principios generales del Derecho, usos relevantes del
comercio, etc. Los PECL están claramente inspirados en los principios UNIDROIT y
claramente ninguno de los dos debe entenderse dentro del concepto “principios generales
del derecho”, sino que se trata de normas de características generales opuestas a normas
concretas o casuísticas, con fórmulas abiertas.
Los principios UNIDROIT fueron citados en al menos 117 casos, 94 arbitrales y 23
judiciales, tocando las citas los siete capítulos de los principios de 1994.
Las reglas más utilizadas son las relativas a la buena fe, interpretación, cooperación y
hardship o excesiva onerosidad sobreviviente.
En el Paraguay existen ya a la fecha, al menos 10 pronunciamientos judiciales inclusive de
la corte suprema que expresamente recurre a los principios UNIDROIT en materia de
interpretación.
USOS Y COSTUMBRES INTERNACIONALES Y LA NUEVA LEX
MERCATORIA.
La costumbre como la tradición, es hacer las cosas, una, otra y otra vez, se emplea en
materia de derecho internacional público, alusivo a la práctica estatal. En esfera privada de
la contratación internacional, a los entendimientos comerciales, como lo reflejan las
prácticas contractuales, antes se los llamaba costumbre, ahora usos. Por ejemplo: los
principios de INIDROIT, en su art. 9, establecen que las partes están obligadas por
cualquier uso en que hayan convenido y por cualquier práctica que hayan establecido ente
ellas.
El uso es particular a una forma de comercio internacional u otra actividad contrctual
ligada. Pero, una vez que ha adquirido aceptación general, cesa de ser uso y para constituir
principio general. Los principios,, usos y costumbres del derecho comercial internacional
suelen ser referidos como lex mercatoria o nueva lex mercatoria.
En la Edad Media los mercaderes europeos desarrollaron un régimen jurídico aplicable a
sus vinculaciones revestido de un fuerte carácter consuetudinario, llegando a denominarse
lex mercatoria, y siendo calificada de universal por trascender las divisiones territoriales de
la época. En sus inicios, la lex mercatoria denotaba específicamente un conjunto de reglas
derivadas del comercio internacional y adaptado al mismo, por lo que ha sido confundida
también con “usos comerciales”, que son cosa distinta. El uso comercial está incluido en el
acuerdo de las partes (a menos que haya sido excluido), por lo que se espera que los
contratos que concluyen se ejecuten conforme a la práctica usual de la esfera de sus
negocios, salvo acuerdo en contrario. Por ende, el uso comercial, según estos autores, es
interno.
En el Paraguay se cuenta con un marco normativo, a partir de la propia constitución de
1992, que contiene en su texto disposiciones de significativa implicancia positiva para el
arbitraje y para la admisión del derecho transnacional o nueva lex mercatoria, la
constitución acepta el principio de solidaridad y cooperación internacional, “el Paraguay
admite un orden jurídico supranacional”
En Paraguay se unifico las fuentes del Derecho Civil pero no incluye las del Derecho
Mercantil (que debería).
INCIDENCIA DEL ARBITRAJE INTERNACIONAL Y DEL DERECHO
COMPARADO.
Los contratantes, para asegurarse de que las estipulaciones serán respetadas,
recurren masivamente a sistemas de resolución de conflictos sustraídos de la órbita estatal,
como el arbitraje. Por el principio de la autonomía de la voluntad las partes pueden, en sus
vinculaciones transfronterizas, determinar libremente el contenido de sus acuerdos, al
tiempo de convenir en ellas el derecho que les será aplicable y el foro que les juzgará, todo
ello dentro de límites marcados por normas imperativas. A consecuencia de que el
mecanismo conflictual del Derecho Internacional Privado lleva en muchos casos a que
“quien elige el juez, elige el derecho” – por la natural inclinación de los juzgadores locales
a aplicar sus propios sistemas y razonamientos – y en la búsqueda de asegurarse ese respeto
a la voluntad, los comerciantes optaron por el arbitraje como mecanismo para resolver las
disputas generadas por sus vinculaciones internacionales. La publicación que, con el debido
resguardo de la confidencialidad, han tenido en décadas recientes los fallos arbitrales, ha
contribuido también a que fueran uniformándose criterios sobre diversas cuestiones que se
presentan en ésta área. El arbitraje ha servido para filtrar y generar toda una doctrina de
principios en materia contractual internacional, dando pie a trabajos destacados como el
que ya referimos, de Lord Mustill. Visto así, el arbitraje no sólo llena vacíos, sino que fija
los principios que operan, muchas veces, como correctivos importantes cuando en
vinculaciones transfronterizas acaba aplicándose el derecho nacional, sobre todo si éste se
aparta notoriamente de cuanto se encuentra reconocido a nivel internacional y considerando
el carácter eminentemente doméstico de la regulación local. A todo esto, no podemos dejar
de mencionar que la homogeneización, en todos los casos, será insuficiente, aún si se trata
de soft law o hard law, cuando ella no se acompaña con una interpretación armónica y
realizada desde una amplitud comparativa. Tanta regulación armónica y unificada puede
quedar en la nada cuando leemos e interpretamos los textos desde nuestros preconceptos
caseros.

LECCION 3 – PROBLEMAS DE LA TEORIA DEL CONTRATO


FUNDAMENTO DE LA FUERZA OBLIGATORIA DEL CONTRATO.
PROBLEMAS QUE PLANTEAN.
El contrato se erige pues, en un formidable instrumento de organización de la
sociedad en sistemas que conjugan la libertad para disponer de los recursos propios de la
manera en que los particulares mejor lo consideren, con responsabilidad que debe asumirse
por las decisiones voluntariamente asumidas. De allí la garantía de asumir compromisos
inherentes a libertad individual, lleve la correlativa consecuencia la coacción que brinda el
derecho como mecanismo de consagración de dicho postulado ante hipotéticos
incumplimientos. En épocas que precedieron al mundo civilizado no existían reglas de
convivencia entre grupos e individuos, el caos imperante, la llamada ley del más fuerte, se
sustituyeron luego las luchas por el reconocimiento de derechos sobre lo que cada uno
detentaba, del caos al orden , al status, se aceptaban reglas orales, con el tiempo el trueque,
los individuos transfieren así todo cuanto les sobra a cambia de bienes que desean, incluso
intercambiaban inmuebles o sus parcelas, se pasa del status en el contrato, de una sociedad
estática organizada con base en el reconocimiento de derechos fundamentales de propiedad
que admite el acuerdo para el intercambio de bienes.
La “fuerza obligatoria” del contrato radica en que, dentro del sistema completo y
cerrado, éste crea una norma de derecho que se distingue de otras porque es creación de los
contratantes en aplicación del orden jurídico y tiene carácter individual o concreto. El
contrato, así entendido, designa tanto un acto o procedimiento determinado como su
producto que es la norma contractual.
DISTINTAS POSICIONES: FUNDAMENTO MORAL, FUNDAMENTO
POSITIVISTA, UTILITARISMO, ANALISIS ECONOMICO DEL DERECHO.
INTERACCIÓN ENTRE PRINCIPIOS Y REGLAS.
FUNDAMENTO MORAL: Se enfatiza a partir del derecho canónico en la edad media,
quien falta a su palabra viola una regla moral, cual es la obligación de no mentir. El código
civil francés, tiene por ej. Una moralidad rigurosa, que exige respeto a las promesas y la
fidelidad del contrato a la par que el respeto a la propiedad privada. Es relativa, ya que, de
situación de incumplimiento sin culpa de la parte infractora, en que se admiten cáusales de
exoneración.
FUNDAMENTO POSITIVISTA: Busca en la ley el fundamento del contrato. El contrato
solo existe porque así lo autoriza y dentro de los límites de ella. Ej: en la posición italiana,
sostenían que la voluntad solo era un supuesto jurídico, y que el acto solo será reconocido
si se persiguen los fines económicos – social ínsitos en dicho sistema, la voluntad en si
carece de poder para crear relaciones jurídicas. Llevo a propugnar sistema cerrado de
acuerdos para la cual se ensayan incluso un listado de contratos que podrían ser celebrados,
los cuales los únicos que podrían celebrarse eran las que surgen del ordenamiento y sus
distintas combinaciones; en contraposición estaba el sistema abierto, en que en principio
todo contrato será reforzado, salvo que se encuentren elementos en contravención a la
licitud y la moralidad.
Debe reconocerse que la ley juega un rol capital en materia contractual en cuestiones
relacionadas con lo imperativo o el orden público.
UTILITARISMO: resaltan las enseñanzas del inglés Bentham en el siglo XIX, para quien
el derecho refuerza contratos para que las preferencias de las personas puedan ser
satisfechas de la mayor manera posible. Lo que vale entonces es la satisfacción o el placer
de los individuos, representa tener satisfechas las preferencias personales, que se lo
denomina utilidad. Se maximiza al permitirse a las personas que puedan elegir por sí
mismas, pues ningún hombre puede ser tan buen juez como el afectado mismo sobre que le
da placer o no.
ANALISIS ECONOMICO DEL DERECHO: Se alude a una corriente de pensamiento
peculiar que recurre a métodos prestados de la economía para el abordaje de cuestiones
jurídicas. Antes de enfocarse en la justicia, se centra más bien en la eficacia, esta pasa a ser
la clave de la interpretación. Por eso se dice que los juristas no deberían preocuparse en
dividir la torta sino en agrandarla, puesto que al hacerlo introducen objetividad y
neutralidad a sus preferencias personales de valoración. El derecho como consecuencia, se
analiza no como un sistema de coerción sino como un sistema de incentivos. La justica,
según propugnan los lawyer- economists, es un valor subjetivo, en tanto que la eficiencia,
objetivo. En definitiva, el análisis económico del derecho en sus distintas vertientes busca
resolver dos problemas: uno descriptivo, relacionado con las reglas jurídicas y su incidencia
en el comportamiento de las partes y en los resultados. Otro evaluativo, referente a la
convivencia social de los efectos de las reglas jurídicas, tal cual se encuentran diseñadas.
PRINCIPIOS CONTRACTUALES ACEPTADOS INTERNACIONALMENTE:
LIBERTAD CONTRACTUAL
Goza de amplios reconocimientos, al respecto los principios UNIDROIT, expresa en su art.
1.1 “las partes son libres para celebrar un contrato y para determinar su contenido”. En
nuestro país, el art. 669 del código civil paraguayo, reconoce la libertad contractual, al
prever que “los interesados pueden reglar libremente sus derechos mediante contratos, en
consonancia con el 715 y 305 que consagra el principio de la autonomía de la voluntad”.
LIBERTAD DE FORMAS
En el sentido de que excepcionalmente deberá, observarse alguna solemnidad determinada
para el acto de que se trate. Se reconoce en los principios de UNIDROIT en su art. 1.2,
también nuestro código en su art. 302, al cual “en la celebración de los actos jurídicos
deberán observarse las solemnidades prescritas por la ley, a falta de una regla especial, las
partes podrán emplear las formas que estimen convenientes.”
CARÁCTER VINCULANTE DEL CONTRATO
Tal es así el principio pacta sunt servanda, es decir, los contratos son para ser cumplidos. El
art. 1.2 de los principios de UNIDROIT prevé que “todo contrato válidamente celebrado es
obligatorio para las partes. Solo puede ser modificado o extinguido conforme a lo que el
disponga, por acuerdo de las partes o por algún otro modo conforme a estos principios”.
Nuestro código, art. 715, establece que las convenciones hechas en los contratos forman
para las partes una regla a la cual deben someterse como a la ley misma, y deben ser
cumplidas de buena fe. Ellas obligan a lo que este expresado y todas las consecuencias
virtualmente comprendidas.
ORDEN PÚBLICO
Nos encontramos al límite de la libertad contractual. Constituye aquellos que inspiran un
ordenamiento jurídico determinado, el cual el estado reprime las convenciones particulares
que puedan atentar contra sus intereses esenciales. En nuestro país, el art. 669, en lo
pertinente que los interesados deben observar las normas imperativas de la ley y en
particular, las contiendas en este título y en lo relativo a los actos jurídicos. Se encuentran
reguladas además en el código: art. 22, 9, 299, etc. Muchas veces el juzgador deberá
evaluar si una regla es imperativa, es decir, si es de orden público o si puede ser dejada de
lado por los particulares.
BUENA FE Y LEALTAD COMERCIAL
Se concentra en definición de los derecho y deberes de las partes en el contrato en todas sus
fases; es decir; formación, efecto vinculante y cumplimiento del contrato interpretando o
reinterpretando los derechos y deberes de las partes en cada estadio.
Los Principios de UNIDROIT consagran en su art. 1.7 la buena fe y lealtad negocial
señalando que las partes no pueden excluir ni limitar este deber. Ejemplo típico de lo
contrario sería, el abuso de derecho, cuando una parte ejerce un derecho meramente para
dañar a la otra, o cuando el ejercicio de un derecho es desproporcionado al resultado
originalmente pretendido; una parte no puede obrar contrariamente al entendimiento que ha
causado a la otra que razonablemente actuó en confianza, sufriendo un detrimetro.
El código civil recoge diversos elementos del derecho comparado y consagra la buena fe en
sus dos aristas, identificándose como objetiva y subjetiva. La faceta subjetiva de buena fe –
creencia implica un estado de conciencia como resultado del cual, aunque el proceder sea
objetivamente ilícito, puede el derecho considerarlo legítimo, en atención a la convicción
de que se actúa sin lesionar el interés m jurídico ajeno. Varios art. 363, 1918, 1990 y 1994.
Desde la óptica objetiva, la buena fe lealtad constituye un modelo de conducta social, un
estándar jurídico de ineludible observancia que exige honestidad y probidad en las
transacciones, relejado en una actitud de cooperación recíproca. Esta faceta adquiere
particular preponderancia en el derecho de las obligaciones u contratos u se halla recogida
por los art. 372 (buena fe en el ejercicio de derechos, 689(buena fe en el desarrollo de las
negociaciones), 715 (buena fe en el cumplimiento de los contratos) y 714 (buena fe como
pauta de interpretación).
CONDUCTA RAZONABLE
El código civil de la razonabilidad art. 711. Constituye pues este principio una poderosa
herramienta de interpretación para los juzgadores a fin de establecer el real alcance del
compromiso asumido por las partes con el contrato.
Hacen expresa alusión a la razonabilidad los PECL, en su art. 1:302 “para los presentes
principios, lo que se entienda por razonable se debe juzgar según lo que cualquier persona
de buena fe, que se hallare en la misma situación que las partes contratantes, consideraría
como tal, en especial, para determinar aquello que sea razonable, habrá de tenerse en cuenta
la naturaleza y objeto del contrato, las circunstancias del caso y los usos y prácticas del
comercio o del ramo de actividad a que el mismo se refiera.”
COSTUMBRES, USOS Y PRÁCTICAS.
Si bien el código dispone que el uso, la costumbre o la practica solo tendrán
virtualidad como principio cuando la ley se refiera a ellos, la consagración expresa y
reiterada del principio de la buena fe da un amplio margen que aquellos sean reconocidos
en un importante número de supuestos, aun cuando no exista disposición legal expresa.
El código Civil, hace también expresa remisión a los usos en contratos mercantiles.
Así, por ejemplo, al regular, las clausulas especiales de la compraventa, el art. 786 del
citado cuerpo legal dispone: “En la venta sobre documentos, el vendedor se libera de la
obligación de la entrega por la remisión al comprador del título representativo de la
mercadería y los otros documentos establecidos por la ley, por el contrato y en defecto, por
lo usos”.
Art. 787: salvo pacto o usos contrarios, pago del precio y de los accesorios debe realizarse
en el momento y en el lugar en que se verifica la entrega de los documentos indicados en el
artículo anterior.

LECCION 4 – REGULACION DEL CONTRATO EN EL CODIGO CIVIL


PARAGUAYO
FUENTES.
Vigente a partir del 1 de enero de 1987, el código civil paraguayo vino a sustituir al de
Vélez Sarsfield, importado de la argentina, y de centenaria vigencia en nuestro país.
Reconoce una diversidad heterogénea de fuentes, el anteproyecto de Gásperi, elaborado por
este reconocido jurista a instancias de la comisión nacional de codificación. Entre ellas cabe
mencionar las principales legislaciones civiles del derecho comparado. En general el código
civil constituye un cuerpo legal de avanzada de cuyo texto pueden derivarse soluciones
incluso para situaciones que no pudieron haberse previsto cuando se lo redactaba, como
temas relativos a la contratación electrónica, que si bien amerita regularlos en detalle
siguiendo tendencias como la marca, ejemplo, la UNCITRAL encuentran respuestas
satisfactorias en preceptos felices del código que dan lugar a la apertura de medios formales
para concesión del contrato.
METODOLOGIA DEL CODIGO CIVIL PARAGUAYO PARA TEMAS QUE
ATAÑEN AL CONTRATO.
El código civil paraguayo unifica el régimen jurídico aplicable a las obligaciones civiles y
comerciales. El derecho de contratos se encuentra diseminado en diversos libros del código
civil. Normas relativas a la capacidad y el domicilio se encuentran en el Libro I, El código
civil contiene una regulación general de los hechos y actos jurídicos en su libro II, como
también normas generales relaciones a los efectos de las obligaciones y su extinción. En el
libro III, se prevén reglas aplicables a los contratos y se incluyen, además, normas de
responsabilidad civil contractual, aplicables por remisión. El código civil recoge una
concepción amplia del contrato, el contrato no se limita a reflar derechos, sino que
transformarlos (novacion), transferirlos (cesion) y extinguirlos (pago por entrega de bienes,
compensación, distracto).
En nuestro Código civil el contrato constituye una especie dentro del género de hechos y
actos jurídicos. El contrato es pues, el acto humano, licito que se realiza con la finalidad de
producir efectos jurídicos. Lo peculiar que distingue de los demás actos jurídicos, es que
deben participar al menos dos o más partes. Contienen todos los actos jurídicos, incluido el
contrato, requisitos que les son comunes, ejemplo, capacidad o aptitud que se exige de los
celebrantes, la voluntad que sean fruto de voluntades sanas, sin vicios o defectos y la
exigencia de que sean lícitos, acordes con la moral. Aunque el código omite incluir una
definición del contrato, en el art. 1137 preve: hay contrato cuando varias personas se ponen
de acuerdo sobre una declaración de voluntad común, destinada a reglar sus derechos.
Requisitos:
Art. 673: son requisitos esenciales del contrato: a) el consentimiento o acuerdo de las
partes, b) el objeto, c) la forma, cuando fuere prescripta por la ley najo pena de nulidad.
PRINCIPIOS Y REGLAS. NORMAS IMPERATIVAS Y NORMAS SUPLETORIAS.
Gran parte de las normas previstas en el código civil son supletorias o dispositivas es decir
encuentran regulación al solo objeto de suplir alguna falta de estipulación de los
contratantes. Solo las disposiciones imperativas o en cuya observancia estén interesados el
orden público, la moral, las buenas costumbres no podrán ser dejadas de lado por la
voluntad de las partes. (art. 699, 9 y 299, inc. c, código civil). Los privilegios prevalecen
sobre las reglas. Ello porque comúnmente las reglas son meramente supletorias y los
principios se encuentran en un plano axiológico superior. La excepción se da cuando la
regla es imperativa en cuyo caso sobre el principio. Art. 1213 inc. asegún las cual las
donaciones sobre inmuebles deber hechas en escritura pública, prevalecen sobre el
principio de libertad de formas, por tratarse aquella de una norma imperativa.
CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS: SU UTILIDAD PARA LA
APLICACIÓN DE NORMAS DEL CÓDIGO CIVIL.
En materia contractual la distinción famosa de Domant entre contratos sinalagmáticos o
bilaterales, reales y gratuitos. Contratos sinalagmáticos o bilaterales son acuerdos en que las
partes tienen obligación reciprocas, en oposición contratos unilaterales, donde la obligación
recae en una sola de las partes, los contratos reales, se forman con la entrega de la cosa u
objeto del acuerdo, en posición los contratos consensuales para cuya concreción se requiere
del mero acuerdo de las partes. Los contratos gratuitos son aquellos en que contrariamente
a los contratos onerosos, falta el intercambio. A diferencia del código de Vélez, nuestro
código no contiene preceptos de carácter doctrinario relativo de estas categorías en normas
dispersas.
CONTRATOS UNILATERALES Y BILATERALES
El código del argentino Vélez, dispone que los actos jurídicos son unilaterales cuando basta
para formarlos la voluntad de una sola persona como el testamento. Son aquellos en que
una sola de las partes se obliga hacia la otra sin que esta le quede obligada. Son bilaterales,
cuando requieren el consentimiento unánime de dos o más personas. Cuando las partes se
obligan recíprocamente la una hacia la otra.
Ejemplo de contratos unilaterales: testamento, el reconocimiento de hijos,
reconocimiento de deuda, la confirmación de un acto anulable, revocación de un contrato,
la renuncia de un derecho, etc.
Ejemplo de contratos bilaterales: matrimonio, novación de las obligaciones, constitución
de derechos reales sobre cosa ajena, etc.
Nuestro código no contiene un precepto doctrinario, pero por ejemplo tenemos, cuando se
refiere a la pluralidad de ejemplares, para los instrumentos privados que contengan
convenciones bilaterales. (400)
Se refiere a los contratos bilaterales cuando hace viable la exceptio dde non admpleti
contractus, según la cual solo podrá una parte demandar el cumplimiento del contrato si
ella, a su vez, ha hecho lo propio lo sí lo ofreciera. (art 719). La clasificación hace
virtualidad para exonerar de cumplimientos en ciertos casos de terminación, como
imposibilidad, pacto comisorio, rescisión contractual e irrevocabilidad del mandato (721,
725, 726,97).
Son contratos bilaterales ejemplo: compraventa, permuta, locación, contrato de servicios
mandato. Son unilaterales: donación, mandato, fianza, renta vitalicia, mutuo, comodato.
a) Bilateral o Sinalagmáticos Perfectos: son aquellos que desde su nacimiento originan
obligaciones para ambas partes.
b) Sinalagmáticos Imperfectos: son aquellos que nacen unilaterales, pero con el tiempo
por alguna circunstancia se convierten en bilaterales, engendrando obligaciones para una y
otra parte, es lo que puede ocurrir con el mandato, el depósito regular, el comodato, etc.
Así, puede ocurrir que el cumplimiento del mandato imponga gastos y perjuicios al
mandatario, que el mandante se verá obligado a indemnizar.
CONTRATOS GRATUITOS Y ONEROSOS
Onerosos: son cuando la prestación es seguida de una contraprestación, hay prestaciones
reciprocas, la ventaja que el contrato procura a una de las partes encuentra su razón de ser
en la prestación que la otra parte le ha hecho o se obliga a hacer, ejemplos: compraventa,
permuta, locación, etc.
Gratuitos: son cuando una persona procura a otra una ventaja económica, beneficio o
servicio, sin que el agraciado se obligue a ninguna prestación. No hay prestación de quien
recibe la ventaja, ejemplo: contrato de donación.
El código civil pyo.se entiende a criterios mas específicos, ejemplo: el art. 1213 que
impone la forma de escritura publica, bajo pena de nulidad, a los actos gratuitos sobre
inmuebles, con cargo, o que tuvieran por ejemplo prestaciones periódicas o vitalicias, en
defectos de formas las promesas de actos gratuitos, requieren a veces la entrega de la cosa,
ejemplo las donaciones.
CONTRATOS NOMINADOS – INNOMINADOS (TIPICOS O ATIPICOS)
Dice el art. 670 del código, que las reglas de este título serán aplicables a todos los
contratos, los innominados se regirán por las disposiciones relativas a los nominados con
los que tuvieran más analogía. Hoy en día contrato es nominado cuando la totalidad de sus
cláusulas esenciales se adecua a un tipo legal, sin que tenga importancia el nombre dado
por las partes. En este caso el acuerdo se rige por las reglas imperativas impuestas por el
ordenamiento jurídico, y además para no lo previsto por las partes, se integran con las
normas supletorias.
Su regulación legal, salvo disposiciones excepcionales, solo tiene carácter
supletorio, pero las partes tienen libertad para prescindir de la solución legal y reglar de una
manera distinta las relaciones. Por lo tanto, el propósito del legislador no es sustituir la
voluntad de las partes por la de la ley, sino que simplemente desea evitar conflictos para el
caso de que las partes no hayan previsto ciertos eventos, lo cual es muy frecuente. Así, para
nuestro Código son contratos nominados el de locación, compraventa, el mandato, la
donación, el transporte, y los demás contratos regulados en el título II del libro III del
Código Civil.
Son contratos innominados todos los demás. Estos contratos son también
plenamente exigibles en la medida que pueda acreditarse su celebración y contenido, lo que
puede representar un problema tratándose de actos inusuales o atípicos.
Son los que no encajan en ninguno de los legislados en el código, el código regla
que los innominados se regirán por las disposiciones relativas a los nominados con los que
tuvieren más analogía. Pueden ser: los de garaje, publicidad, servicios fúnebres, hospedaje,
caja de seguridad, agencia, concesión, suministro, prestación de servicios médicos,
remolque de un automotor, alojamiento de ancianos en un instituto geriátrico, leasing,
Factoring, etc.
CONTRATOS NEGOCIADOS DE ADHESION
Es aquel en el cual una de las partes fija todas las condiciones en tanto que el otro solo tiene
la alternativa de aceptar o rechazarla.
No existe pues, discusión acerca de las condiciones y características a ser observadas por
las partes. Ejemplo: el contrato de pasaje en empresa de transporte aéreo, fluvial, marítimo
o, terrestre, etc.
Se caracterizan por que se apartan de la forma clásica de realizar oferta y la aceptación
eliminando toda discusión previa de las partes respecto a las condiciones del contrato.
El contrato es la obra exclusiva de una de las partes, la que establece prolijamente todas y
cada una de las cláusulas, de tal modo que la otra puede únicamente adherirse o no
adherirse a ellas sin tener la posibilidad de formular una contraoferta. Otro rasgo de estos
contratos es que la oferta está dirigida a un gran número de personas y la aceptación en
cambio es individual.
Las condiciones del contrato se hallan contenidas en formularios impresos para mayor
estandarización y menor pérdida de tiempo.
CONTRATOS CONMUTATIVOS ALEATORIOS
Esta es una subespecie de los contratos onerosos.
En los contratos conmutativos las contraprestaciones deben resultar económicamente
equivalentes, al momento del nacimiento, por más de que ulteriormente se vuelvan más
gravosa.
A su vez, en los contratos aleatorios el monto de una de las prestaciones o de ambas no esta
determinado de manera fija sino depende de un acontecimiento incierto. Se presenta, en
este caso, cierta analogía (y a veces hasta coincidencia) con la condición como modalidad
de los actos jurídicos. De hecho a veces coinciden ambas figuran, sin embargo en la
coincidencia está en juego la existencia misma de los derechos, en tanto que en los
contratos aleatorios, la mayor o menor extensión de los mismos. Se distingue entre
contratos aleatorios por naturaleza o por regulación legal y por decisión de las partes. En el
primer caso, sería ejemplo: la apuesta y la renta vitalicia, en tanto que, en el segundo caso,
la compraventa de cosas existentes sujeta a algún riesgo o la compraventa de cosas futuras.
La clasificación entre contratos conmutativos y aleatorios interesa porque, en principio,
solo conmutativos podrían ser objeto de revisión por inequidad entre las prestaciones
(lesión e imprevisión).
CONTRATOS DE EJECUCION DIFERIDA. CONTRATOS DE EJECUCION
INMEDIATA
Los primeros se cumplen en el momento mismo de su celebración, como por ejemplo una
compraventa al contado con entrega inmediata del bien mueble transferido. Los de
ejecución diferida por su parte, se cumplen total o parcialmente luego de su celebración. La
distinción es importante y la recoge el art. 692 que hace aplicable la teoría de la
imprevisión para los contratos de ejecución diferida.
LECCION 5
MODO DE PERFECCIONAMIENTO
Un contrato se perfecciona a través del consentimiento, es decir, un acuerdo de voluntades.
Este consentimiento debe manifestarse mediante oferta y aceptación, tal como lo dispone el
Art. 674, primera Parte, del Código Civil.
Esto es notorio en contratos entre ausentes o que se forma sucesivamente en el tiempo, en
los que puede distinguirse claramente al momento de la oferta y de la aceptación, a cuyo
respecto el Código Civil, como se verá, tiene reglas puntuales.
Pero entre presentes o en muchas situaciones contractuales es difícil hacer el distingo. Ello
deberá tenerse en cuenta al evaluarse varias de las reglas expuestas más abajo, concebidas
mayormente para regular contratos entre ausentes.
OFERTA
DEFINICIÓN
La oferta, o invitación a contratar, se configura en tanto el contrato pueda quedar
perfeccionado con la sola aceptación de la otra parte, sin necesidad de una nueva
manifestación de quien hizo la proposición.
La oferta es un acto jurídico unilateral, y por tanto el sujeto debe tener, en abstracto,
capacidad para hacerla (Arts. 36 y concordantes, Código Civil), y en concreto la voluntad,
libre de vicios (Arts. 277 y concordantes, Código Civil) al formularla.
RETIRO DE LA OFERTA
El art. 680 del Código Civil establece que "la oferta deja de ser obligatoria si la retira el
oferente, y el destinatario recibe la retractación antes de expedir la aceptación. El
destinatario de la oferta puede retractar su aceptación con tal que la retractación llegue a
poder del oferente conjuntamente con el aviso de aceptación, o antes de él
La solución del Código va en consonancia con instrumentos predominantes del derecho
comparado. Por ejemplo, el Art. 2.1.3, inc. 2 de los Principios UNIDROIT de derecho
contractual establece que la oferta, aun cuando sea irrevocable, puede ser retirada si la
notificación de su retiro llega al destinatario antes o al mismo tiempo que la misma". De
igual modo lo determina el Art. 15 de la Convención de Viena.
RETIRO Y REVOCACIÓN
Debe distinguirse el retiro de la revocación. El retiro intercepta la oferta antes de que tenga
efecto jurídico. En tanto que la revocación busca revertir una declaración que, antes de ella,
tiene ciertos efectos.
Una oferta siempre puede ser retirada antes de que surta efectos, mientras que la cuestión
de si puede ser revocada solo surge después que la oferta ha surtido efectos, como bien se
expresa en el comentario al Art. 2.1.3 de los Principios UNIDROIT Como se ha dicho, la
distinción es crucial en el caso de declaraciones que, comunicadas a la otra parte, no son
revocables, Como en el caso de la oferta en firme. En este supuesto ella puede ser retirada
antes de su recepción por el destinatario.
RECHAZO DE LA OFERTA
Este tema ha sido expresamente tratado en instrumentos modernos del derecho comparado.
Al respecto, el Art. 2.1.5 de los Principios UNIDROIT dispone que "la oferta se extingue
cuando la notificación de su rechazo llega al oferente". En consonancia con los
Principios mencionados, se encuentra, entre otras soluciones modernas, la del Art. 17 de la
Convención de Viena.
Esta solución puede hacerse extensiva a la interpretación de nuestro Código Civil que no
contempla una disposición similar, por compadecerse con las demás reglas de oferta y
aceptación que contempla nuestra legislación.
ACEPTACIÓN
ASENTIMIENTO EXPRESO Y TÁCITO
Del Art. 674 del Código Civil surge que con la aceptación, o el asentimiento del receptor de
la oferta, se perfecciona el contrato. Según esta norma, el consentimiento puede ser expreso
o tácito. En este último caso se lo presume por el recibo voluntario de la cosa
Ofrecida o pedida o porque quien haya de manifestar su aceptación hiciere lo que en caso
contrario no hubiere hecho o dejare de hacer lo que habría hecho si su intención fuere la de
rechazar la oferta. Como se aborda en la materia de los actos jurídicos, 1la declaración de
voluntad no solo puede ser expresa sino también tácita o presumida por la ley, y el silencio,
si bien en principio no tiene valor, puede ser "... juzgado como asentimiento a un acto o a
una pregunta, cuando exista deber legal de explicarse, o bien a causa de la relación entre el
silencio actual y la conducta anterior del agente..." (Art.
282 del Código Civil). En la misma línea que estas disposiciones de nuestro Código se
encuentran instrumentos preponderantes del derecho comparado Así, el Art. 2.1.1 de los
Principios UNIDROIT prevé, en cuanto al modo de perfección, que el contrato se
perfecciona mediante la aceptación de una oferta o por una conducta de las partes que
manifieste un acuerdo.
ACEPTACION ENTRE PRESENTES Y AUSENTES.
Es obviamente distinta la formación de contratos entre presentes y ausentes. En el primer
caso debe mediar conformidad instantánea de las partes. El Código Civil en su Art. 675
determina a este respecto que "para que exista consentimiento, la oferta hecha a una
persona presente deberá ser inmediatamente aceptada. Esta regla se aplicará especialmente
a la oferta hecha por teléfono u otro medio que permita a cada uno de los contratantes
conocer inmediatamente la voluntad del otro".
Ahora bien, en el caso de aceptación entre ausentes, el Art. 676 del Código establece que
"entre personas ausentes, el consentimiento podrá manifestarse por medio de agentes, por
correspondencia epistolar o telegráfica u otro medio idóneo". Debe tenerse presente que el
agente (o nuncio o mensajero, según la terminología arcaica) no tiene mandato es solo un
instrumento, portavoz o vehículo de la voluntad ajena-. De modo que si se
esta ante un representante o mandatario, el contrato debe considerarse "entre presentes".
Bajo el nombre de "representante", el Art. 2.2.1 de los Principios UNIDROIT señala que
este ejerce las funciones de actuar en nombre de una persona, en virtud de un contrato.
Siguiendo esta misma idea, aluden a la figura del "representante" los PECL y el MCR en
Dus Arts. 3:101 v 6:101, respectivamente. La Convención de Viena no se refiere al punto.
MOMENTO DE LA CONCLUSIÓN DEL CONTRATO.
1) Importancia
EI momento en que el contrato entre ausentes queda Concluido o perfeccionado se
relaciona con el instante en que termina el poder de revocación del oferente o retractación
del aceptante. Obviamente disminuye la importancia práctica del problema –de si la
aceptación surte efecto al depositarse la carta en el correo, o al arribo de ella- en la medida
en que modernas técnicas de transmisión de datos permiten despacho y arribo simultáneos,
aun cuando las partes estén lejos.
La solución de nuestro Código Vélez Sarsfield había resuelto esta cuestión en el Art. 1154
de su Código Civil, previendo lo siguiente: "la aceptación hace sólo perfecto el contrato
desde que ella se hubiese mandado al proponente Siguió así la teoría de la expedición.
En esta línea, el Art. 688 de nuestro Código Civil establece que "los contratos entre
ausentes se perfeccionan desde que la aceptación sea expedida, salvo que haya sido
retractada oportunamente, o no llegase en el plazo convenido.
PLAZO PARA LA ACEPTACION
ART 679, ART 681
LA ACEPTACIÓN TARDÍA
Solución del Código Civil Este dispone lacónicamente en su Art. 681 que "la aceptación
tardía o cualquier modificación introducida en la oferta al aceptarla, importará la propuesta
de un nuevo contrato". En otras palabras, no es admisible para el Código Civil la aceptación
tardía de la oferta. Por su parte, el Art. 684 dispone que "si por alguna circunstancia, la
aceptación llegare tardíamente a conocimiento del oferente,
este lo comunicará sin dilación al aceptante, bajo pena de responder por los daños y
perjuicios". La norma no tiene precedentes en el Anteproyecto De Gásperi ni en el Código
de Vélez ni proyectos argentinos. Tampoco se halla resuelta expresamente esta cuestión en
Francia y en España. En Alemania e Italia sí se prevé que la aceptación tardía opera como
una nueva oferta que requiere la aceptación del oferente
DEMORA EN LA TRANSMISION.
ART 685: el oferente no queda obligado si ha hecho reserva expresa, o si su intención de no
obligarse resulta de las circunstancias o de la naturaleza del negocio. El envío de tarifas o
listas de precios no constituye oferta. La exposición de mercaderías al público, con
indicación del precio, importa oferta.
ART 686: el que promete públicamente una recompensa a cambio de una prestación se
obliga a cumplir la promesa, si retira la promesa antes de que la prestación le sea
suministrada, debe reembolsar los gastos hechos de buena fe hasta la concurrencia de los
prometido salvo que pruebe que la prestación no podía haberle sido suministrada.
ART 687: el contrato se considera celebrado en el lugar en que se formule la oferta.
RETIRO DE LA ACEPTACIÓN
Está visto que, según el Art. 688, los contratos entre ausentes se perfeccionan desde que la
aceptación sea expedida, salvo que hay ya todo retractada oportunamente o no llegase en el
plazo convenido. Dispone además la norma que "para retractar una aceptación ya
remitida, debe emplearse un medio más rápido a fin de que la retractación sea conocida por
el oferente antes de conocer la aceptación".
Ello implica que la aceptación puede ser retractada con tal de que llegue a conocimiento del
receptor, y una interpretación prevaleciente hoy en el derecho comparado es que ello se
logra cuando entra en su esfera de influencia. Ello significa que no es necesario el
conocimiento efectivo, sino que el receptor debió conocer la retractación porque, por
ejemplo, llegó a su empresa aunque no haya sido lo suficientemente diligente como para
leerla a tiempo. La persona que envía la declaración elige el medio y camino de
comunicación y consecuentemente debe cargar por los riesgos, pero los riesgos de la esfera
de influencia del destinatario deben ser soportados por los mismos.
En el derecho comparado dispone el Art. 2.1.10 de los Principios UNIDROIT que la
aceptación podrá ser retirada cuando su retiro llegue al oferente antes o al mismo tiempo
que la aceptación se vuelva efectiva. De igual manera se expide el Art. 22 de la Convención
de Viena.
LECCION 6 - RESPONSABILIDAD PRECONTRACTUAL
Tratativas contractuales
En general como regla general, las partes no solo cuentan con amplia libertad para decidir
cuándo y con quién entablar negociaciones con miras a perfeccionar un contrato, sino
también para optar cómo y por cuánto tiempo proseguir con los esfuerzos por llegar a un
acuerdo. Esto se desprende del principio básico de libertad de contratación, esencial
para garantizar la sana competencia. Así lo establece el comentario al Art. 2.1.15 de los
Principios UNIDROIT, cuya norma reza que "las partes tienen plena libertad para negociar
los términos de un contrato y no son responsables por el fracaso en alcanzar un acuerdo”.
En el mismo sentido se expiden los PECL en su Art. 2:30, el Marco Común de Referencia
Europeo (Art. II-301) y los Principios Translex en su Art. Nº IV.8.1.
Sin embargo, en la fase de negociación se impone la observancia de diversos deberes
precontractuales. Entre ellos se encuentran los de cooperar y de brindar información
sobre ciertas cuestiones relevantes, como así también de observar el secreto cuando las
circunstancias lo ameritan, además del deber de custodia que se asigna –por ejemplo, a la
persona que desea adquirir un vehículo y lo lleva para probar.
La responsabilidad precontractual puede surgir, asimismo, de la ruptura intempestiva de
negociaciones avanzadas.
Pendencia de un acuerdo sobre cuestiones específicas o de una forma determinada
Se considera que un contrato es celebrado cuando las partes se ponen de acuerdo sobre las
cuestiones esenciales del mismo. De modo que los asuntos de menor importancia pueden
ser integrados posteriormente al contrato. Sin embargo, durante las negociaciones puede
ocurrir que una de las partes haga expresa reserva del carácter esencial que reviste un
determinado asunto del contrato, situación en la que este no debe considerarse
perfeccionado.
En relación a ello, expresan los Principios UNIDROIT en su Art 2.1.13 que "cuando en el
curso de las negociaciones una de las partes insiste en que el contrato no se entenderá
perfeccionado hasta lograr un acuerdo sobre asuntos específicos o una forma en particular,
el contrato no se considerará perfeccionado mientras no se llegue a ese acuerdo". Los PECL
van por el mismo camino en su Art. 2:103, en consonancia también con el Marco Común
de Referencia Europeo (Art. II-4:103).
Si bien el Código Civil no contiene una regla parecida, sus normas sobre oferta y
aceptación, ya tratadas en un capítulo anterior llevan a este mismo resultado.
Los comentarios al Art. 2.1.13 de los Principios UNIDROIT nos traen el siguiente ejemplo:
"A" acuerda con "B" sobre todos los términos esenciales de un contrato de distribución de
las mercaderías de"A"."B" manifiesta reiteradamente que la cuestión acerca de quién debe
absorber los costos de la campaña publicitaria debe ser expresamente convenida. A pesar de
llegar a un acuerdo sobre todos los términos esenciales del contrato, no existirá en este
supuesto un contrato entre "A" y "B", puesto que "B" ha insistido en que el
perfeccionamiento del contrato se condicione a llegar a un acuerdo sobre un aspecto en
particular.
También se expiden los comentarios al artículo citado con respecto a la conclusión de un
contrato condicionado a una forma determinada. Se expresa que es bastante frecuente en la
práctica comercial, especialmente cuando se trata de operaciones de considerable
complejidad, que después de prolongadas negociaciones las partes firmen un documento
informal al que llamen "contrato preliminar", "memorándum de entendimiento", "carta de
intención" o expresiones similares, que contienen los términos del contrato desea bien los
documentos formales.
Contratos con términos dejados abiertos deliberadamente
Hay circunstancias en que se ha arribado a un acuerdo sobre los puntos principales de una
negociación pero sin cerrarse todavía el contrato en sí. A los documentos resultantes suelen
denominarse contratos preliminares, minuta o carta intención, que en principio no
obligan pero pueden generar responsabilidad precontractual.
La minuta registra anotaciones durante el transcurso de las negociaciones. Ella no pasa de
ser una prueba de la existencia de tratativas y no pierde ese carácter si la firman las partes,
salvo que de su contexto o de las declaraciones de las partes surja que ellas hayan
querido quedar vinculadas con el instrumento. A su vez, la carta intención documenta el
progreso de las negociaciones y recientemente muchas veces se la reemplaza por un acto de
negociar de buena fe, que, a diferencia de la minuta, no unilateral ni tiene solo una finalidad
probatoria.
Los acuerdos parciales o contratos preliminares, por su parte, documentan el contenido que
tendrá el eventual contrato a ser celebrado sea cual sea la terminología empleada, los
Principios UNIDROIT de derecho contractual -cuyas disposiciones bien pueden servir de
auxilio interpretativo con relación al Código Civil Paraguay prevén en su Art. 2.1.14,
alusivo al contrato con términos "abiertos", cuanto sigue:"(1) Si las partes han tenido el
propósito de celebrar un contrato, el hecho de que intencionalmente hayan dejado algún
término sujeto a ulteriores negociaciones o a su determinación por un tercero no impedirá el
perfeccionamiento del contrato. (2) La existencia del contrato no se verá afectada por el
hecho de que con posterioridad: (a) las partes no se pongan de acuerdo acerca de dicho
término, o (b) el tercero no lo determine, siempre y cuando haya algún modo razonable
para determinarlo, teniendo en cuenta las circunstancias y la común intención de las
partes". Los comentarios al citado artículo expresan que cuando la intención de celebrar el
contrato no ha sido manifestada expresamente, ella podría inferirse, a pesar de la existencia
de términos que han quedado abiertos, de otras circunstancias, tales como el carácter no
esencial de los términos en cuestión, el grado de precisión del con trato en su conjunto, el
hecho de que los términos que han quedado abiertos se refieran a materias que, dada su
naturaleza, solo pueden ser determinadas con posterioridad, el hecho de que el contrato ya
haya sido cumplido en parte, etc.
Uno de los ejemplos mencionados por UNIDROIT es el que sigue: "A", una compañía
naviera, celebra un convenio detallado con "B", un operador de estación, para el uso de una
terminal de contenedores. El contrato determina el volumen mínimo anual de cia de dicho
du
Negociaciones de mala fe
La buena fe en materia precontractual consiste en no defraudar las expectativas generadas
por la conducta durante las tratativas.
El Código Civil italiano -al que sigue el Art. 669 del Código Civil paraguayo- es el primero
en contener una norma general de buena fe en la etapa precontractual (artículo 1337).
Según académicos italianos, este deber general es base de varios otros más específicos,
como el deber de confidencialidad y el de informar-a ambos se alude más abajo-, a pesar de
que los tribunales italianos aplicaron el Art. 1337 solo para negociaciones rotas.
El Art. 2.1.15 de los Principios UNIDROIT se ocupa específicamente de las negociaciones
contrarias a la buena fe, al expresar que "(1) Las partes tienen plena libertad para negociar
los términos de un contrato y no son responsables por el fracaso en alcanzar un acuerdo. (2)
Sin embargo, la parte que negocia o interrumpe las negociaciones de mala fe es responsable
por los daños y perjuicios causados a la otra parte. (3) En particular, se considera mala fe
que una parte entre en o continúe negociaciones cuando al mismo tiempo tiene intención
de no llegar a un acuerdo'.
Deber de confidencialidad
Existen dos formas de violar el deber de confidencialidad: divulgar información al público
o usarla para propósitos propios. Debe considerarse que durante el curso de las
negociaciones puede obtenerse información de la otra parte relativa, por ejemplo, a know-
how, estrategias comerciales, listas de clientes, balances más elaborados que los expuestos
al público, resultados de auditoría o investigación de due diligence expresión alusiva a la
salud jurídica en general de la empresa-. Así también puede conseguirse información de si
la otra parte resulta competidora o potencial competidora.
Resarcimiento
¿Responsabilidad contractual, extracontractual o sui generis?
Esta cuestión es relevante por dos razones. Una, por el régimen diferente que tienen la
responsabilidad contractual y la extracontractual, por ejemplo, en cuestiones de
prescripción o de extensión del resarcimiento. Otra, porque en materia de derecho
internacional privado las reglas de conflicto y de jurisdicción son distintas en uno
y otro caso. Las teorías extracontractuales rechazan la ficción de la existencia
implícita de un pacto sobreentendido de negociar de buena fe, y utilizan a la culpa aquiliana
como sustento teórico. Así lo entiende un sector de la doctrina comparatista.

La cuestión, sin embargo, no resulta pacífica en el derecho comparado.


¿Responsabilidad contractual, extracontractual o sui generis?
Esta cuestión es relevante por dos razones. Una, por el régimen diferente que tienen la
responsabilidad contractual y la extracontractual, por ejemplo, en cuestiones de
prescripción o de extensión del resarcimiento. Otra, porque en materia de derecho
internacional privado las reglas de conflicto y de jurisdicción son distintas en uno
y otro caso. Las teorías extracontractuales rechazan la ficción de la existencia
implícita de un pacto sobreentendido de negociar de buena fe, y utilizan a la culpa aquiliana
como sustento teórico. Así lo entiende un sector de la doctrina comparatista
La cuestión, sin embargo, no resulta pacífica en el derecho comparado.
Enriquecimiento sin causa
En principio debería indemnizarse según las reglas del enriquecimiento sin causa cuando la
información recibida durante las negociaciones fue utilizada en beneficio propio. Ello en
aplicación de las normas generales de esta figura, particularmente el Art. 1817 del Código,
según el cual "el que se enriquece sin causa en daño de otro está obligado, en la medida de
su enriquecimiento, a indemnizar al perjudicado la correlativa disminución de su
patrimonio.
Responsabilidad extracontractual
Un supuesto de responsabilidad precontractual que genera consecuencias
extracontractuales es el previsto en el Art. 690 del Código Civil, según el cual "la parte que
conociendo, o debiendo conocer, la existencia de una causa de invalidez del contrato, no
hubiere dado noticia de ella a la otra parte, será obligada a resarcir a ésta el daño
que sufriese por haber confiado, sin su culpa, en la validez del contrato.
LECCION 7 – CONTENIDO, FORMA Y EFECTOS DEL CONTRATO.
DEL OBJETO DEL CONTRATO, CONCEPTO: es otro de los elementos esenciales del
contrato, es la referencia material, es decir, la realidad material y ultima en que se objetiva
el contrato; siempre son las cosas, bienes, derechos o hechos que las partes persiguen con
la celebración del contrato. Prestaciones que pueden ser objeto de los contratos; cosas o
hechos.
REQUITITOS: a) debe ser posible, física o jurídicamente b) debe ser lícito c) debe estar
determinado o ser determinable.
INDETERMINACION DE CANTIDAD, PRESUNCIONES DE LA LEY: La
indeterminación de su cantidad no será obstáculo siempre que ella pudiere ser fijada sin
nuevo acuerdo entre las partes. Art 692
CONTRATO DE PRESTACIONES IMPOSIBLES: Art.694.- La imposibilidad de la
prestación no impedirá la validez del contrato si dicha imposibilidad pudiera ser suprimida
y el contrato hubiere sido concluido para el caso de que la prestación fuere posible. Si una
prestación imposible fuere subordinada a una condición suspensiva o a un plazo
suspensivo, el contrato será válido si la imposibilidad es suprimida antes del cumplimiento
de la condición o del vencimiento del plazo.
CONTRATO DE PRESTACIONES FUTURAS: Art.695.- La prestación de cosas futuras
puede ser objeto de los contratos. Si la existencia de ellas dependiere de la industria del
promitente, la obligación se considerará pura y simple. Si la existencia de ellas dependiere
en todo o en parte de fuerzas naturales, se considerará subordinada la eficacia del contrato
al hecho de que llegasen a existir, a menos que la convención fuere aleatoria. Art 697: no
pueden ser objeto de contrato la herencia futura, lo cuales serán nulos cuando hubieren sido
concluidos a cambio de una sola prestación, salvo que el deudor de esta ultima aceptare que
ella se aplique íntegramente el pago de los bienes presentes.
PRESTACIONES DE COSAS LITIGIOSAS, GRAVADAS O EMBARGADAS:
Art.696.- Son anulables los contratos que tuviesen por objeto la entrega de cosas litigiosas,
gravadas o embargadas, si se hubiese ocultado su condición al adquirente.
Art.692.- Las cosas para ser objeto de los contratos deben estar determinadas en cuanto a su
especie. La indeterminación de su cantidad no será obstáculo siempre que ella pudiere ser
fijada sin nuevo acuerdo entre las partes.
Art.693.- La cantidad se reputa determinable cuando su fijación se deja al arbitrio de un
tercero, cuya decisión será definitiva. Si éste no cumpliere por cualquier causa su cometido
dentro del plazo fijado, o del que razonablemente será suficiente para hacerlo, el contrato
quedará sin efecto. Cuando se señalaren al tercero designado pautas para proceder a dicha
determinación, su decisión será recurrible ante el juez si se apartare de las directivas
impuestas por los contratantes. Si no procediere a la determinación en el plazo fijado, ella
se hará por el juez, atendiendo a la intención común de aquéllos.
Art.694.- La imposibilidad de la prestación no impedirá la validez del contrato si dicha
imposibilidad pudiera ser suprimida y el contrato hubiere sido concluido para el caso de
que la prestación fuere posible. Si una prestación imposible fuere subordinada a una
condición suspensiva o a un plazo suspensivo, el contrato será válido si la imposibilidad es
suprimida antes del cumplimiento de la condición o del vencimiento del plazo.
Art.695.- La prestación de cosas futuras puede ser objeto de los contratos. Si la existencia
de ellas dependiere de la industria del promitente, la obligación se considerará pura y
simple. Si la existencia de ellas dependiere en todo o en parte de fuerzas naturales, se
considerará subordinada la eficacia del contrato al hecho de que llegasen a existir, a menos
que la convención fuere aleatoria.
Art.696.- Son anulables los contratos que tuviesen por objeto la entrega de cosas litigiosas,
gravadas oembargadas, si se hubiese ocultado su condición al adquirente.
Art.697.- No puede ser objeto de contrato la herencia futura.
Art.698.- Los contratos hechos simultáneamente sobre bienes presentes y sobre los
comprendidos en el artículo anterior, serán nulos en el todo, cuando hubieren sido
concluidos a cambio de una sola prestación, salvo que el deudor de esta última aceptare que
ella se aplique íntegramente el pago de los bienes presentes.
FORMA Y PRUEBA
FORMA DE LOS CONTRATOS, CONCEPTO: Gasperi: la forma puede ser concebida
como el molde en que la voluntad sustancial del acto se vacía y se hace sensible,
adquiriendo un sentido, mediante el cual pueden los terceros reconocerla, ponderar sus
alcances y prever sus consecuencias. Forma es el elemento exterior y sensible que
necesariamente envuelve cualquier manifestación de voluntad, para que puede ser
reconocida como tal. Puede ser definida como el conjunto de solemnidades que prescribe la
ley, y que deben realizarse al tiempo de la formación del contrato, tales como que se haga
por escrito, en presencia de testigos, por escritura pública.
LIBERTAD DE FORMAS: ART. 302: en la celebración de los actos jurídicos deberán
observarse las solemnidades prescriptas por la ley. A falta de regla especial, las partes
podrán emplear las formas que estimen convenientes. Esta disposición impera el principio
de la libertad a las formas. Pero no es cierta tal afirmación porque el código se encarga de
demostrar que casi todos los actos jurídicos o contratos de alguna importancia se exige una
determinada forma, lo que en realidad rige, es la no solemnidad de los contratos, que no
debemos confundir con las formas simples de los actos. En la actualidad el fin de las
formas es promover de una prueba frente a terceros; ella revela la voluntad de los
contratantes de modo fehaciente y publico los actos.
CLÁUSULA DE INTEGRIDAD (MERGER CLAUSES).
Si un contrato escrito contiene una cláusula negociada de manera individual que establece
que en el texto constan todos los términos del contrato (cláusula de integridad),
cualesquiera otras declaraciones, compromisos o acuerdos previos no incluidos en el escrito
no forman parte del contrato.
Una cláusula de integridad que no se haya negociado de manera individual, únicamente
permite presumir que las partes pretendían que sus declaraciones, compromisos o acuerdos
anteriores no formaran parte del contrato. La presente regla no puede excluirse ni
restringirse.
Las declaraciones anteriores de las partes pueden utilizarse para interpretar el contrato.
Esta regla sólo puede excluirse o restringirse a través de una cláusula negociada de manera
individual.
Las declaraciones o el comportamiento de una parte pueden provocar la pérdida del
derecho a alegar una cláusula de integridad si la otra parte se ha basado en ellos de manera
razonable
ESTIPULACIÓN DE MODIFICACIÓN POR ESCRITO.
Un contrato escrito que disponga en una de sus cláusulas que toda modificación que se
acuerde o el mutuo disenso deberán constar por escrito, únicamente permite presumir que
cualquier acuerdo de modificación o resolución sólo vinculará jurídicamente si se ha hecho
por escrito.
Las declaraciones o el comportamiento de una parte pueden provocar la pérdida del
derecho a alegar dicha cláusula si la otra parte se ha basado en ellos de manera razonable.
CONTRATOS QUE DEBEN SER HECHOS POR ESCRITURA PUBLICA: Art.700.-
Deberán ser hechos en escritura pública:
a) los contratos que tengan por objeto la constitución, modificación, transmisión, renuncia o
extinción de derechos reales sobre bienes que deban ser registrados;
b) las particiones extrajudiciales de bienes, salvo que mediare convenio por instrumento
privado presentado al juez;
c) los contratos de sociedad, sus prórrogas y modificaciones, cuando el aporte de cada socio
sea mayor de cien jornales mínimos establecidos para la capital, o cuando consista en la
transferencia de bienes inmuebles, o de un bien que deba ser registrado;
d) la cesión, repudiación o renuncia de derechos hereditarios, en las condiciones del inciso
anterior, salvo que sean hechas en juicio;
e) todo acto constitutivo de renta vitalicia;
f) los poderes generales o especiales para representar en juicio voluntario o contencioso, o
ante la administración pública o el Poder Legislativo; los conferidos para administrar
bienes, contraer matrimonio, reconocer o adoptar hijos y cualquier otro que tenga por
objeto un acto otorgado o que deba otorgarse por escritura pública;
g) las transacciones sobre inmuebles y los compromisos arbitrales relativos a éstos;
h) todos los contratos que tengan por objeto modificar, transmitir o extinguir relaciones
jurídicas nacidas de actos celebrados mediante escritura pública, o los derechos procedentes
de ellos;
i) todos los actos que sean necesarios de contratos redactados en escritura pública; y
j) los pagos de obligaciones consignadas en escritura pública, con excepción de los
parciales y de los relativos a intereses, canon o alquileres;

OMISION DE ESCRITURA PUBLICA: Art.701.- Los contratos que, debiendo llenar el


requisito de la escritura pública, fueren otorgados por instrumento privado o verbalmente,
no quedarán concluidos como tales, mientras no estuviere firmado aquella escritura.
Valdrán, sin embargo, como contratos en que las partes se hubieren obligado a cumplir esa
formalidad. Estos actos, como aquéllos en que las partes se comprometieren a escriturar,
quedan sometidos a las reglas sobre obligaciones de hacer.
El presente artículo no tendrá efecto cuando las partes hubieren convenido que el acto no
valdría sin la escritura pública.
Art.702.- En el caso del artículo anterior, la parte que rehusare cumplir la obligación podrá
ser demandada por la otra para que otorgue la escritura pública. Si el comprador pidiere el
embargo del inmueble materia del contrato, el juez lo decretará, previo depósito del precio
que corresponda pagar en el acto de la escrituración. Cuando la sentencia condenare a
escriturar, y alguna de las partes no hubiere concurrido al otorgamiento, el juez, llenadas las
condiciones del contrato, podrá firmar el instrumento.
PRUEBA DE LOS CONTRATOS: Art.704.- Los contratos que tenga una forma
determinada por las leyes no se juzgarán probados si no revistieren la forma prescripta, a no
ser que hubiese habido imposibilidad de obtener la prueba designada por la ley; o que
hubiese un principio de prueba por escrito en los contratos que pueden hacerse por
instrumento privado, o cuando una de las partes hubiere recibido alguna prestación y se
negare a cumplir el contrato. En este caso son admisibles todos los medios de prueba.
Art.705.- Se juzgará que hay imposibilidad de obtener o de presentar prueba escrita del
contrato, cuando hubiese sido celebrado en circunstancias imprevistas en que hubiese sido
imposible formularlo por escrito.
Se considerará principio de prueba por escrito cualquier documento público o privado que
emane del adversario, de su causante o de parte interesada en el asunto, o que tendría
interés si viviera y que haga verosímil el hecho litigioso.

CONTRATOS QUE DEBEN PROBARSE POR ESCRITO: Art.706.- Los contratos que
tenga por objeto una cantidad de más de diez jornales mínimos establecidos para la capital
deben hacerse por escrito y no pueden ser probados por testigos.
Art.707.- El instrumento privado que alterase lo que se hubiere convenidos en un
instrumento público, no producirá efecto contra tercero.
DE LA FORMA Y PRUEBA
Art.699.- La forma de los contratos será juzgada:
a) entre presentes, por las leyes o costumbres del lugar en que hubieren sido concluidos;
b) entre ausentes, cuando constaren en instrumento privado suscripto por alguna de las
partes, por las leyes del lugar en que haya sido firmado; y
c) si el acuerdo resultó de correspondencia, de la intervención de agentes o de instrumentos
firmados en distintos lugares, se aplicarán las leyes más favorables a la validez del acto.
Art.700.- Deberán ser hechos en escritura pública:
a) los contratos que tengan por objeto la constitución, modificación, transmisión, renuncia o
extinción de derechos reales sobre bienes que deban ser registrados;
b) las particiones extrajudiciales de bienes, salvo que mediare convenio por instrumento
privado presentado al juez;
c) los contratos de sociedad, sus prórrogas y modificaciones, cuando el aporte de cada socio
sea mayor de cien jornales mínimos establecidos para la capital, o cuando consista en la
transferencia de bienes inmuebles, o de un bien que deba ser registrado;
d) la cesión, repudiación o renuncia de derechos hereditarios, en las condiciones del inciso
anterior, salvo que sean hechas en juicio;
e) todo acto constitutivo de renta vitalicia;
f) los poderes generales o especiales para representar en juicio voluntario o contencioso, o
ante la administración pública o el Poder Legislativo; los conferidos para administrar
bienes, contraer matrimonio, reconocer o adoptar hijos y cualquier otro que tenga por
objeto un acto otorgado o que deba otorgarse por escritura pública;
g) las transacciones sobre inmuebles y los compromisos arbitrales relativos a éstos;
h) todos los contratos que tengan por objeto modificar, transmitir o extinguir relaciones
jurídicas nacidas de actos celebrados mediante escritura pública, o los derechos procedentes
de ellos;
i) todos los actos que sean necesarios de contratos redactados en escritura pública; y
j) los pagos de obligaciones consignadas en escritura pública, con excepción de los
parciales y de los relativos a intereses, canon o alquileres;
Art.701.- Los contratos que, debiendo llenar el requisito de la escritura pública, fueren
otorgados por instrumento privado o verbalmente, no quedarán concluidos como tales,
mientras no estuviere firmado aquella escritura. Valdrán, sin embargo, como contratos en
que las partes se hubieren obligado a cumplir esa formalidad. Estos actos, como aquéllos en
que las partes se comprometieren a escriturar, quedan sometidos a las reglas sobre
obligaciones de hacer.
El presente artículo no tendrá efecto cuando las partes hubieren convenido que el acto no
valdría sin la escritura pública.
Art.702.- En el caso del artículo anterior, la parte que rehusare cumplir la obligación podrá
ser demandada por la otra para que otorgue la escritura pública. Si el comprador pidiere el
embargo del inmueble materia del contrato, el juez lo decretará, previo depósito del precio
que corresponda pagar en el acto de la escrituración. Cuando la sentencia condenare a
escriturar, y alguna de las partes no hubiere concurrido al otorgamiento, el juez, llenadas las
condiciones del contrato, podrá firmar el instrumento.
Art.703.- Los contratos se probarán de acuerdo con lo establecido en las leyes procesales, si
no tuvieren una forma prescripta por éste Código.

Art.704.- Los contratos que tenga una forma determinada por las leyes no se juzgarán
probados si no revistieren la forma prescripta, a no ser que hubiese habido imposibilidad de
obtener la prueba designada por la ley; o que hubiese un principio de prueba por escrito en
los contratos que pueden hacerse por instrumento privado, o cuando una de las partes
hubiere recibido alguna prestación y se negare a cumplir el contrato. En este caso son
admisibles todos los medios de prueba.

Art.705.- Se juzgará que hay imposibilidad de obtener o de presentar prueba escrita del
contrato, cuando hubiese sido celebrado en circunstancias imprevistas en que hubiese sido
imposible formularlo por escrito.
Se considerará principio de prueba por escrito cualquier documento público o privado que
emane del adversario, de su causante o de parte interesada en el asunto, o que tendría
interés si viviera y que haga verosímil el hecho litigioso.

Art.706.- Los contratos que tenga por objeto una cantidad de más de diez jornales mínimos
establecidos para la capital deben hacerse por escrito y no pueden ser probados por testigos.

Art.707.- El instrumento privado que alterase lo que se hubiere convenidos en un


instrumento público, no producirá efecto contra tercero.
 PRUEBA.
Hay dos sistemas probatorios: el de la prueba legal y el de la libre convicción. Según el
primero, solo debe admitirse como prueba suficiente la que indica la ley, de acuerdo con el
segundo el juez puede admitir todo género de pruebas y tendrá como suficientes aquellas
que según su ciencia y conciencia sean suficientes para tener por acreditado los hechos. En
el derecho moderno el sistema imperante, es el de la libre convicción; las limitaciones al
libre arbitrio judicial para la apreciación de la prueba tienen carácter excepcional. Sin
embargo, debe decirse, que las excepciones son importantes y numerosas.
Efectos
Carácter vinculante del contrato para las partes
Este tema ya fue desarrollado en el capítulo III. La norma básica al respecto es la del Art.
715 del Código, que alude a la buena fe, ya que los contratos "obligan a lo que esté
expresado, y a todas las consecuencias virtualmente comprendidas".
Obligaciones expresas e implícitas
Las obligaciones implícitas, o implied conditions del derecho inglés, en los sistemas de
derecho civil son consideradas como derivación del principio de la buena fe, ya aludido en
diversas ocasiones en este libro. Ellas podrían ser, por ejemplo, el deber de colaboración, de
custodia de la cosa, en su caso.
De esta distinción se ocupa expresamente el Art. 5.1.1 de los las partes Principipios
UNIDROT, al prever que "las obligaciones contractuales obligaciones implícitas pueden
derivarse de: (a) la naturaleza y la finalidad del contrato; (b) las prácticas establecidas entre
las partes y los usos; (C) la buena fe y la lealtad negocial; (d) el sentido común". pueden ser
expresas o implícitas".
COOPERACIÓN ENTRE LAS PARTES
Aunque el deber de colaboración no se encuentre explícitamente enunciado en el código
civil se rige en una derivación del deber de conducirse con buena fe a lo largo de la relación
contractual.
Los principios de UNIDROIT se encargan de regular el deber de cooperación entre las
partes en su art 5.1.3, según el cual: cada una de las partes debe de cooperar con la otra
cuando dicha cooperación puede ser razonablemente esperada por el cumplimiento de las
obligaciones de esta última.
OBLIGACIÓN DE RESULTADO Y OBLIGACIÓN DE MEDIOS
Al respecto prevé el art. 5.1.4 de los principio de UNIDROIT: en la medida en que la
obligación de unas de las partes implique un deber de alcanzar un resultado específico, esa
parte está obligada a alcanzar dicho resultado. En la medida en que la obligación de unas de
las partes implique un deber de emplear los mejores esfuerzos en la ejecución de la
presentación, esa parte está obligada a emplear la diligencia que podría en circurtancias
similares una persona razonable de la misma condición
Reza el comentario a esta norma que el grado de diligencia que se exige a una parte en el
cumplimiento de una determinada obligación varía considerablemente de acuerdo a la
naturaleza de la obligación. Algunas veces una de las partes está obligada únicamente a
emplear su mejor diligencia. En ese caso, dicha parte debe emplearla diligencia de una
persona razonable de la misma condición colocada en circunstancias similares, sin
garantizar la obtención de un resultado específico. En otros casos, sin embargo, la
obligación es más onerosa pues se garantiza la obtención de un resultado específico. La
distinción entre "obligaciones de resultado" y "obligaciones de emplear los mejores
esfuerzos" se corresponde con los diversos grados de severidad perfilados en la práctica
para valorar el cumplimiento de una obligación contractual, aunque no contempla todas
las situaciones que se pueden presentar. En un mismo contrato pueden coexistir
obligaciones de ambas especies. Por ejemplo, puede considerarse que una compañía que
arregla máquinas descompuestas asume una obligación de emplear los mejores esfuerzos en
lo que respecta la calidad de la reparación en general y una obligación de resultado en lo
que se refiere a la reposición de ciertas piezas.
El ejemplo de obligación de resultado que traen estos principios es el siguiente: "A", un
distribuidor, se obliga a alcanzar la meta de15.000 ventas al año en una determinada zona.
Si al final de dicho período "A" solo consigue vender 13.000 artículos, no hay duda de que
ha dejado de cumplir su obligación.
CONTRATOS A FAVOR O A CARGO DE TERCERO0S
1) Efectos relativos
Los contratos tienen efectos relativos, que solo se extienden a quienes son partes del
mismo. La regla expresa que lo actuado entre unos, a los otros ni lesperjudica ni les
aprovecha.
El Código Civil recoge el principio de la res inter alios acta en el libro relativo a los
contratos, al afirmar que "los contratos no pueden oponerse a terceros ni ser invocados por
ellos, salvo los casos previsto en la ley" (Art. 717).
Del artículo trascrito surge que los actos no solo serán inoponibles a terceros no o obligarán
o perjudicarán a terceros sino también no podrán ser aprovechados por ellos.
Sin embargo, los actos bilaterales, esos contratos pueden producir efectos con relación a
terceros cuando el objetivo o finalidad principal de los mismos es la atribución directa de
determinadas ventajas a favor de terceros.
Es lo que ocurre con la estipulación por otro o contrato a favor de terceros (Arts. 730-736
del Código Civil) como, por ejemplo, el seguro de vida en beneficio de terceros (Arts.
1678, siguientes y concordantes), por el cual se pacta que el capital o renta que debe pagar
el asegurador en caso de muerte se abone a un tercero sobreviviente, determinado o
determinable al momento del evento; o a la renta vitalicia (Art. 1434), que es un contrato
por el cual una persona que recibe un capital o una cosa apreciable en dinero se
compromete a pagar a otra-en este caso, un tercero-una renta periódica de por vida.
Pero-debe reiterarse-en todo caso deberá ser Siempre un interés plausible por el cual se
atribuya a un tercero derechos y no se le impongan obligaciones.
Autocontrato
Las partes de un contrato son aquellas para las cuales se produce un nacimiento,
modificación o extinción de derechos, poderes y deberes. Vale decir, las personas a quienes
se imputan las consecuencias del acto. De modo que no hay que confundir parte con
signatario. Signatario es quien ha Suscrito el contrato. Por lo general será la propia parte.
Pero puede no serlo. El signatario del acto puede también ser un representante: alguien que
actúa en nombre de otro, en lugar de otro.
El representante no será parte del acto: no le serán imputados sus efectos, salvo, claro está,
que exista extralimitación. Puede Ocurrir, pues, y de hecho acontece no pocas veces, el
fenómeno del autocontrato: que una persona suscriba un contrato consigo mismo, en su
carácter de parte por un lado, y por el otro de representante. En principio no existe
impedimento teórico alguno al autocontrato, siempre y cuando se aplique correctamente la
figura de la representación, ya que de ser así no se trataría en realidad de un "con-
trato consigo mismo", pues el acuerdo tendría dos sujetos -el representante y el
representado-, recayendo los efectos de la relación contractual sobre patrimonios diferentes.
Sin embargo, el Art. 348 del Código prevé que el representante deberá "...b) abstenerse de
formalizar consigo mismo un acto jurídico, sea por cuenta propia o de
un tercero, si el representado no lo hubiera autorizado, a menos que Se tratare de cumplir
una obligación. Si así lo hiciere, ello no obligara al representado (Art. 348, última parte,
Código Civil)
LECCION 8 – INTERPRETACION
INTERPRETACION: Consiste en desentrañar el sentido y fijar el alcance de las cláusulas
que contiene, es decir, el contenido exacto de la declaración de voluntad. Amplio: todo
contrato debe ser interpretado, por más claras y precisas que sean sus cláusulas. La
ejecución de un contrato presupone su interpretación. Estricto: se hace necesaria la
interpretación cuando en el contrato existen clausulas a las cuales las partes les asignan
distinto significado y alcance, cuando difieren en el significado que cabe dar a lo
convenido, sea porque la cláusula es incompleta o contradictoria con otra, o porque las
palabras empleadas son ambiguas, equívocas, dudosas o imprecisas.
 INTENCIÓN DE LAS PARTES. INTERPRETACIÓN DE
DECLARACIONES Y CONDUCTAS. CIRCUNSTANCIAS RELEVANTES
Art.708.- Al interpretarse el contrato se deberá indagar cual ha sido la intención común de
parte y no limitarse al sentido literal de las palabras. Para determinar la intención común de
las partes se deberá apreciar su comportamiento total, aun posterior a la conclusión del
contrato.
 INTERPRETACIÓN SISTEMÁTICA DEL CONTRATO.
INTERPRETACIÓN ÚTIL.
INTERPRETACION CONTEXTUAL: Art.709.- Las cláusulas del contrato se interpretan
las unas por medio de las otras, atribuyendo a las dudosas el sentido que resulte del
contexto general.
INTERPRETACION RESTRICTIVA EN LAS EXPRESIONES USADAS: Art.710.- Por
generales que fueren las expresiones usadas en el contrato, éste no comprende sino los
objetos sobre los que las partes se han propuesto contratar.
INTERPRETACION EXTENSIVA DE CASOS NO MENCIONADOS: Art.711.- Cuando
en un contrato se hubiere hecho referencia a un caso con el fin de explicar un pacto, no se
presumirá excluidos los casos no expresados, a los que, de acuerdo con la razón, puede
extenderse dicho pacto.
INTERPRETACION FAVORABLE A LA VALIDEZ: Art.712.- Las cláusulas
susceptibles de dos sentidos, del uno de los cuales resultaría la validez, y del otro la nulidad
del acto, deben entenderse en el primero. Si ambos dieren igualmente validez al acto, deben
tomarse en el sentido que más convenga a la naturaleza de los contratos y a las reglas de la
equidad.
INTERPRETACION FAVORABLE AL DEUDOR: Art.713.- Las cláusulas insertas en las
condiciones generales del contrato así como en formularios dispuestos por uno de los
contratantes, se interpretarán, en caso de duda, a favor del otro.
INTERPRETACION EN CASO DE SUBSISTIR LA OSCURIDAD: Art.714.- Si a pesar
de la aplicación de las normas precedentes, subsistiere la obscuridad del contrato, deberá
este ser entendido en el sentido menos gravoso para el obligado, si fuere a título gratuito; y
en el sentido que realice la armonización equitativa de los intereses de las partes, si fuere a
título oneroso.
 REGLA CONTRA PROFERENTEM. DISCREPANCIAS LINGÜÍSTICAS.
El principio de interpretación “contra proferentem”, también denominado "interpretatio
contra stipulatorem", establece que cuando no es posible hacer una interpretación literal de
un contrato por causa de cláusulas ambiguas o contradictorias, la interpretación no deberá
beneficiar a la parte que redactó esas cláusulas, ocasionando la oscuridad.
 INTEGRACIÓN DEL CONTRATO.
este proceso consiste en llenar las denominadas lagunas del contrato cuando determinadas
situaciones no se han previsto por las partes. Para estos casos el juez deberá determinar a
que especie corresponde el contrato en cuestión para aplicar sus leyes supletorias, de no ser
posible se aplicarán los usos y costumbres o la intención común de las partes.
 CONTRATO A TÍTULO ONEROSO Y A TÍTULO GRATUITO.
ONEROSOS: Se denominan onerosos aquellos contratos en que la ventaja que obtienen de
ellos las partes, les resulta de una contraprestación que la otra parte ha realizado o que se
obliga a realizar. Son contratos onerosos la compraventa, el contrato de sociedad, el de
trabajo, el de edición, etc.
GRATUITO: Es contrato gratuito cuando el beneficio obtenido no requiere una
contraprestación. Son contratos a título gratuito, en primer término la donación, luego la
fianza, el depósito no remunerado, el préstamo sin interés y el comodato.
Es importante destacar que no deja de ser gratuito el contrato por la circunstancia de que
eventualmente pueden surgir obligaciones a cargo de la parte que nada prometió como por
ejemplo cuando el donatario está obligado a no incurrir en ingratitud para con su donante so
pena de excluírsela la liberalidad otorgada.
 BUENA FE.
ART 174: El contrato debe ser interpretado de acuerdo con la buena fe. Constituye un
criterio básico en cuanto se vincula con el comportamiento legal y honesto de las partes.
LECCION 9 - HERRAMIENTAS PARA RESGUARDAR EN LA EQUIVALENCIA
EN LA FORMACIÓN DEL CONTRATO
En el derecho comparado se ha recurrido a diversos mecanismos para atacar los
desequilibrios congénitos o de formación de los contratos sinalagma genético-. Entre ellos
se encuentra la teoría de la causa (que nuestro Código rechaza expresamente en su
Exposición de Motivos). Otras figuras, que recoge nuestro Código, son las siguientes:
A. La buena fe
Constituye -está visto- un amplio principio de conducta e interpretación. Se ha dicho que
desde la óptica objetiva la buena fe, lealtad constituye un modelo de conducta social, un
estándar jurídico de ineludible observancia que exige honestidad y probidad en las
transacciones, reflejado en una actitud de cooperación recíproca. Esta faceta adquiere
particular preponderancia en el derecho de las obligaciones y se halla recogida por los Arts.
372 (buena fe en el ejercicio de derechos), 689 (buena fe en el desarrollo de las
negociaciones) y 714 in fine (buena fe como pauta de interpretación) del Código Civil
paraguayo.
El principio de la buena fe -sobre todo la objetiva- brinda elementos con los cuales puede
interpretarse de manera ampliada, con Justeza, la voluntad de las partes, exteriorizada a
través de su conducta, y medida también desde la óptica de la confianza recíprocamente
generada, en atención a las circunstancias del caso. La figura se erige así en una poderosa
herramienta de resguardo del sinalagma, al momento de la interpretación.
B. El ejercicio abusivo del derecho
Una de las figuras incorporadas por el Código Civil paraguavo constituye la del ejercicio
abusivo de los derechos, que, conforme a la fórmula legal, "... no está amparado por la ley y
compromete la responsabilidad del agente por el perjuicio que cause, sea cuando lo ejerza
con intención de dañar aunque sea sirn ventaja propia, o cuando contradiga los fines que la
ley tuvo en mira al reconocerlos.."(Art. 372).
La disposición tiene precedentes en el derecho comparado ya de principios del siglo XX, en
los Arts. 226 y 826 del Código Civil alemán y 2° del Código Civil de Suiza. La figura ha
sido usada en el derecho comparado, en ocasiones, para invalidar contratos injustos.
En instrumentos modernos del derecho comparado -como los Principios UNIDROIT- está
visto en el capítulo III que se considera al ejercicio abusivo de los derechos como una de
las derivaciones del principio de la buena fe.
C. El objeto moral de los actos
Se ha tratado en el capítulo VII este tema, señalándose allí que según el Art. 299, inc. c) del
Código Civil no podrán ser objeto de los actos los hechos contrarios a la moral y las buenas
costumbres. Ambos quedan equiparados debido a su alusión indistinta en diversos pasajes
del Código Civil y se sitúan, a su vez, dentro del orden público, según surge de lo dispuesto
por el Art. 9° de dicho cuerpo legal.
La moralidad del objeto ha sido invocada, por ejemplo, en la Argentina antes de la reforma
de 1968 a su entonces vigente Código Civil, para invalidar contratos por inequidad, como
se ejemplifica más abajo.
D. Lesión
El Art. 671 del Código Civil paraguayo regula el instituto de la lesión exigiendo dos
presupuestos: uno objetivo, que importa la seria ruptura de la equivalencia de las
prestaciones; y otro subjetivo, o el aprovechamiento de la situación en particular en que se
encontraba la víctima al momento de celebrar el acto.
Pese al categórico rechazo de la lesión por parte de Vélez Sarsfield-codificador civil
argentino- hacia mediados de este siglo los tribunales, solapadamente, la admitieron en
diversas oportunidades. Y ello, en aplicación del Art. 953 del Código Civil de su autoría,
referente al objeto de los actos, que no debe contrariar el orden moral. Evidentemente,
repulsa a la moral y las buenas costumbres todo acto de aprovechamiento de la inferioridad
del afectado para imponerle obligaciones desmedidas, por cuya razón el negocio celebrado
en estas condiciones -según algunos fallos argentinos, con apoyo también de la doctrina-
resulta ineficaz.
CONSECUENCIAS DE LA APLICACIÓN DE ESTAS FIGURAS
La buena fe se utiliza como herramienta de interpretación para morigerar -
excepcionalmente-el desequilibrio de las cláusulas en perjuicio de las partes que puedan
resultar afectadas.
Por su parte, la moralidad del objeto y el ejercicio abusivo del derecho deberían acarrear la
nulidad del contrato, sin perjuicio de la reparación que corresponda conforme a los
principios de responsabilidad civil. Como consecuencia el perjudicado no podría optar por
confirmar el acto si así lo desea.
La figura de la lesión produce consecuencias distintas, y de allí la trascendencia de su
regulación autónoma, como una opción para la parte afectada. Ello puesto que el Art. 671
del Código Civil paraguayo dispone que la eventual sanción es la anulabilidad -y no
ineludiblemente la nulidad-y que el demandado puede evitarla ofreciendo la modificación
equitativa del contrato, "que será judicialmente establecida, tomando en cuenta las
circunstancias al tiempo del contrato y su modificación".
DENOMINADOR COMÚN DE ESTAS FIGURAS: LA RUPTURA DE LA
EQUIVALENCIA MEDIANTE ABUSOS EN LA FORMACIÓN.
La facultad de revisión del contrato en resguardo del sinalagma cuando no mediaron abusos
en el proceso de su formación se halla sumamente controvertida y-entendemos- no tiene
cabida en el derecho paraguayo.
Es criticable un fallo relativamente reciente del Tribunal de Casación en Francia que,
haciendo alusión a la ausencia de causa, rechazó hacer desaparecer la obligación de
contribuir a las reparaciones impuestas al arrendador, por suficiencia del arrendamiento.
Uno de los peligros de esta concepción de causa-contraprestación es que viene a exigirse la
equivalencia objetiva en las prestaciones, lo cual, por sí solo, no constituye exigencia
siquiera de la lesión, puesto que los particulares son los que mejor valoran su propio interés
y pueden aceptar así una contraprestación, por más mínima que sea a los ojos de terceros.
Nuestro Código felizmente ha prescindido de esta peligrosa figura de la causa. El problema,
empero, no se ha presentado exclusivamente con ella. En un reciente fallo argentino, ante la
invocación del esquema fundado en el abuso del derecho, se sostuvo que esta figura no
debe ser utilizada en forma indiscriminada y que "si bien es apreciable el sinalagma
contractual, también debe revalorizarse el axioma del respeto por la palabra empeñada,
cuyo amparo conduce al marco de seguridad esencial para el desenvolvimiento de la vida
en sociedad... Es inadmisible pretender ampararse en la laxa figura del abuso del derecho
cuando se conoció debió conocerse de antemano que la excesiva onerosidad era una de las
perspectivas que gobernaba a la economía del negocio.
EL RESGUARDO DE LA EQUIVALENCIA LUEGO DEL PROCESO DE
FORMACIÓN
La teoría de la imprevisión, o excesiva onerosidad sobreviniente, admite que el contrato
sea revisado ante un cambio drástico de circunstancias que modifique sustancialmente la
posición inicial de las aun partes, alterándose así el equilibrio en su ejecución-o sinalagma
funcional.
En Francia el Consejo de Estado la ha aceptado en materia administrativa, no así los jueces
civiles, que ante un supuesto de cambio de circunstancias solo admiten la extensión de los
principios de la fuerza mayor. Sin embargo, los alcances de la fuerza mayor son mucho más
restringidos que los de la imprevisión: los tribunales han requerido que el evento sea
imprevisible al momento de la contratación e insuperable por naturaleza, con lo cual,
consecuentemente, dificultades sobrevinientes como las de una huelga o una guerra no
pueden ser consideradas, como tampoco cambios en la situación económica, por más
graves que sean. Situación análoga se ha presentado ante la legislación argentina antes de la
reforma de 1968 en aquel país.
En Alemania, si bien la imprevisión fue rechazada por los calificadores, la doctrina ha
penetrado sobre todo a través del principio de la buena fe, que da lugar a la doctrina de las
bases del negocio. Similares derivaciones se dan en el derecho americano (Uniform
Commercial Code, sección 2.615) y en el derecho inglés.
TEORÍA DE LA IMPREVISIÓN. REQUISITOS Y EFECTOS
El Código Civil paraguayo ha recogido la teoría de la imprevisión, y su aplicación produce
como consecuencia la resolución de los efectos del contrato pendientes de cumplimiento. El
demandado podrá evitar la resolución del contrato ofreciendo su modificación equitativa
(Art. 672 in fine). De modo que, al igual que con la lesión, se puede producir aquí una
revisión del acuerdo.
A. Requisitos
Los requisitos previstos en el Art. 672 del Código Civil son, en concreto, los siguientes:
1)Que se trate de circunstancias imprevisibles y extraordinarias sobrevenidas
El comentario al Art. 6.2 de los Principios UNIDROIT –cuyo razonamiento resulta
plenamente extensivo al Art. 672 del Código Civil-expresa a este respecto que los eventos
que derivan en la excesiva onerosidad deben presentarse O ser conocidos por la parte en
desventaja después de la celebración del contrato. Si ya conocía los hechos al celebrar el
contrato, dicha parte habría podido tomar las medidas oportunas y necesarias, por lo que no
podría invocar la excesiva onerosidad.
Aclara también el comentario de UNIDROIT que los eventos no debieron haber podido ser
razonablemente tenidos en cuenta por la parte en desventaja. Como ejemplo, se menciona
el siguiente: "A pesar de las tensiones políticas en la región, 'A acuerda surtirá B' de
petróleo crudo del país 'X' a un precio estipulado para los próximos cinco años. Dos años
después de celebrarse el contrato estalla una guerra entre países vecinos. La guerra ocasiona
una crisis energética en todo el mundo y el precio del petróleo se incrementa drásticamente.
'A' no tiene derecho a invocar la excesiva onerosidad, porque el aumento del precio del
petróleo crudo no era imprevisible".
2)Que la prestación se haya vuelto excesivamente onerosa
Ello no procederá, aclara el Art. 672 de nuestro Código, cuando la onerosidad sobrevenida
estuviera dentro del alea normal del contrato o si el deudor fuere culpable.
Aquí también son muy útiles -y plenamente extensivos- los comentarios de los Principios
UNIDROIT. El comentario al Art. 6.2 enfatiza expresamente que el principio general es
que el cambio de las circunstancias no afecta la obligación de cumplir, por lo que la
excesiva onerosidad solo puede invocarse cuando la alteración del equilibrio de las
prestaciones sea fundamental. Ello dependerá de las circunstancias del caso en concreto.
EFECTOS
Las consecuencias de la imprevisión son las siguientes:
1) Resolución de los efectos del contrato pendientes de cumplimiento
Ello a petición del deudor.
No procede la figura si el contrato ya se ha cumplido en su totalidad, ante alguna pretensión
que pudiera tener una parte de haber soportado costos excesivos para ello.
Esto se aclara expresamente en el comentario de UNIDROIT, en el cual se expresa que una
vez que una parte ha cumplido, ya no tiene derecho a alegar un incremento fundamental
del costo de su prestación o una disminución sustancial del valor de la prestación,
ocasionadas por un cambio de circunstancias posterior al cumplimiento. Si la alteración
fundamental del equilibrio de las prestaciones acaece al haberse cumplido con solo una
parte de la prestación, la excesiva onerosidad solamente podrá aplicarse al resto de la
prestación.
Se incluye, al respecto, el siguiente ejemplo: "A" contrata con"B", una compañía que
recicla basura en el país "X", para ocuparse del acopio y depósito de la basura recolectada
por "A". El contrato Contempla una duración de cuatro años y un precio fijo por cada
tonelada de basura. Dos años después de celebrarse el contrato, el movimiento ecológico en
el país "X" gana terreno frente al gobierno, que establece precios por el acopio de basura
que son diez veces másaltos que los precios anteriores. "B" podría invocar excesiva
onerosidad solo en lo que respecta a los dos años que restan a la vigencia del contrato.
2)El demandado podrá evitar la resolución del contrato ofreciendo su modificación
equitativa
Esto se encuentra previsto también en el Art. 6.2.3 de los Principios UNIDROIT.
En cuanto a la potestad de los tribunales de restablecer el equipo del contrato, el Art. 6:111
de los PECL aclara que ello debe hacerse de manera equitativa, no cargándose únicamente
a una de las partes.
Como ejemplo se menciona el siguiente: "En un ayuntamiento se ha celebrado un contrato
de suministro de energía con una empresa privada por un precio fijo. Si el precio del carbón
utilizado para producir la electricidad aumenta de forma drástica como consecuencia de
restricciones, el pago extra exigir al ayuntamiento no deberá cubrir la totalidad del coste
adicional del carbón.
3) Si el contrato fuere unilateral, el deudor podrá demandar la reducción de la prestación
o modificación equitativa de la manera de ejecutarlo.
Esto lo establece el Art. 692 en atención al carácter especial que presentan los contratos
unilaterales, en los que las obligaciones pendientes recaen en una sola de las partes.
LECCION 10 – EL PROBLEMA DE LAS CLAUSULAS ABUSIVAS.
Contratos "negociados" y contratos "de adhesión"
A. En general
Las cláusulas abusivas pueden presentarse tanto en el contrato individual negociado -
conocido también como paritario, discrecional como en los contratos de adhesión, que
incluso favorecen la posibilidad de incluirlas, abierta o subrepticiamente. En estos últimos
las cláusulas se encuentran predispuestas por quien las impone, de modo tal que los
interesados se limitan a adherido rechazar el convenio en su conjunto, sin posibilidad de
negociar Sus términos o influir en su contenido. El fenómeno encuentra gran expansión en
el siglo XX, en que prolifera la contratación en masa, en distintas órbitas, como, por
ejemplo: seguros, transporte terrestre, marítimo o aéreo, bancos, compraventas en masa,
suministros de luz, agua, telecomunicaciones, hospedaje y turismo, depósitos en almacenes
generales, publicidad, espectáculos públicos (cine, teatro, deportes), etcétera.
La denominación contratos de adhesión -adoptada circunstancialmente por Saleilles-ha sido
propagada en países como Francia e Inglaterra (contracts of adhesion, standard form
contracts), en tanto que en Alemania, Italia y España ha proliferado la de condiciones
generales de los contratos o condiciones negóciales generales. Instrumentos modernos del
derecho comparado como los Principios UNIDROIT (Arts. 2.1.19, 2.1.20, 2.1.21) hacen
referencia a este tema utilizando la denominación cláusulas estándares. Por su parte, los
PECL se refieren
a las cláusulas abusivas no negociadas individualmente (Art. 4:110), siendo la misma
denominación utilizada por el MCR (Art. 1:110). El comentario a los referidos Principios
reza, entre otras cosas, lo siguiente: "...Lo que es decisivo no es su presentación formal (vg.
si se incorporana un documento independiente o si forman parte del contrato mismo,
utilizadas en formularios impresos o simplemente incorporadas en archivos electrónicos,
etc.), ni quién las ha elaborado (la parte misma, una asociación profesional o comercial,
etc.), ni su extensión (si consisten en un conjunto de disposiciones que incluyen casi todos
los aspectos pertinentes del tipo de contrato del que se trate, o si solo se refiere a una o dos
disposiciones, por ejemplo, a la exclusión de responsabilidad y al arbitraje). Lo que sí es
decisivo es que hayan sido predispuestas para el uso generalizado y repetido de una de las
partes y sean usadas en el caso concreto sin ser negociadas por la otra. Este último requisito
se refiere solamente a las cláusulas estándar que la otra parte debe aceptar como un todo,
por lo que no incluye a los otros términos del mismo contrato que pueden negociarse"
Dice además el comentario: "Las reglas generales sobre formación del contrato suelen ser
aplicables independientemente de si una o ambas partes utilizan cláusulas estándar... ". "De
lo que se sigue que las cláusulas estándar propuestas por una parte obligan a la otra parte
solamente en caso de aceptación y que depende de las circunstancias del caso si es
necesario que ambas partes se refieran a las cláusulas estándar expresamente o tácitamente.
Por lo tanto, las cláusulas estándar incorporadas al contrato escrito obligan a las partes por
la simple firma del documento contractual entendido en su conjunto.
l. Cláusulas sorpresivas
Como se verá más abajo, ellas pueden resultar ineficaces, en aplicación del Art. 691 del
Código Civil. Los Principios UNIDROIT aluden expresamente a las cláusulas sorpresivas
en su Art. 2.1.20, entendiéndose por tales a aquellas que la otra parte no hubiera podido
prever razonablemente, salvo que las hubiera aceptado expresamente. También contiene
una previsión al respecto el Principio Trans-lex IV.3,3. entre otras cosas, dice el comentario
de UNIDROIT a este respecto: "Lo sorpresivo o inesperado de una cláusula en particular
incorporada a cláusulas estándar puede resultar, en primer lugar, del contenido mismo de
dicha cláusula. Este sería el caso cuando una persona razonable de la misma condición que
la parte adherente no hubiera podido esperar dicha estipulación dentro del tipo de clausula
estándar de que se trate.
Expresa además el comentario de UNIDROIT: "trata de las razones para que una
estipulación contenida en cláusulas estándar resulte sorpresiva para la parte adherente
puede ser la terminología empleada para expresarla, que puede ser oscura, o la manera en
que se presenta tipográficamente, por ejemplo con caracteres muy pequeños. Para
determinar si este es el caso, debe tomarse en consideración no tanto la formulación y
presentación comúnmente utilizada en este tipo de cláusulas estándar, sino sobre todo a la
práctica profesional y la experiencia de aquellos que se encuentren en las mismas
condiciones que la parte adherente. Así, una misma expresión puede resultar al mismo
tiempo obscura o clara, dependiendo de si la parte adherente pertenece a la misma categoría
profesional que aquella que utilizo las cláusulas estándar.
Il. Incompatibilidad entre cláusulas estándares y no estándares
El Código Civil no contiene una previsión expresa, y un tribunal paraguayo ha utilizado al
respecto la solución del Art. 2.1.21 de los Principios UNIDROIT, según el cual "en caso de
conflicto entre una cláusula estándar y una que no lo sea, prevalecerá esta última".
En efecto, en el capítulo VIII se mencionaron dos juicios promovidos por la Dirección
General de Aduanas contra El Comercio Paraguayo S.A. de Seguros Generales (Acuerdo y
Sentencia N° 17 y 18 de 2013) en los que se recurrió al Art. 2.1.21 de los Principios
UNIDROIT. Allí dice el Tribunal que precisamente el fundamento de esta regla, con-
forme a los comentarios oficiales de los Principios, es: "la distribución de obligaciones de
las partes para el cumplimiento del contrato.
Aunque esta obligación se refiere principalmente al deber de no obstaculizar el
cumplimiento de la otra parte, también juega como un llamado a una cooperación activa
entre las partes". Resulta lógico, por lo tanto, que cuando las partes negocian
específicamente algunas disposiciones del contrato, tales disposiciones prevalezcan por
encima de aquellas cláusulas estándar que disponen otra cosa, ya que es más probable que
las primeras reflejen la intención de las partes acerca del punto en cuestión".
Incompatibilidad entre formularios (battle of forms)
Este problema no recibe regulación expresa en nuestro Código. EI Art. 2.1.22 de los
Principios UNIDROIT-a los que, está visto, ya se recurrió en nuestros tribunales como
auxilio interpretativo en materia de contratos de adhesión-dice: "Cuando ambas partes
utilizan cláusulas estándar y llegan a un acuerdo excepto en lo que se refiere a dichas
cláusulas, el contrato se entenderá perfeccionado sobre la base de los términos acordados y
de lo dispuesto en aquellas cláusulas estándar que sean sustancialmente comunes, a menos
que una de las partes claramente indique con antelación, o que con posterioridad y sin
demora injustificada informe a la contraparte, que no desea quedar obligada por dicho
contrato". CLÁUSULAS ABUSIVAS EN LA GENERALIDAD DE LOS
CONTRATOS
Algunas de las cláusulas abusivas en la generalidad de los contratos como se verá se
encuentran proScriptas por la propia ley. Otras deben ser identificadas a través del prisma
de la moralidad en las transacciones por medio de los mecanismos generales abiertos
previstos en el Código Civil (buena fe, abuso del derecho, etcétera). Sin embargo, una
enumeración de las cláusulas abusivas resulta impracticable, y todo ensayo al respecto
resultará omisivo.
CLÁUSULAS EXONERATORIAS
Las condiciones que eximen de responsabilidades emergentes del contrato, aunque lo sean
a favor de una sola de las partes, son en principio válidas en la generalidad de los contratos
negociados, salvo excepciones taxativamente previstas en la ley, como aquella de que no
puede efectuarse dispensa anticipada del dolo u obrar malicioso (Art. 421, Código Civil).
Sin embargo, en diversos supuestos el Código Civil prohíbe cláusulas limitativas de
responsabilidad, a saber: hotelería (Art. 1263), transporte terrestre (Art. 924), ruina de obra
(Art. 860) y transporte por agua y aéreo (Art. 1266). Tampoco se admiten cláusulas de
reducción del plazo de prescripción (Art. 640).
CLÁUSULA PENAL EXCESIVA
En el Código Civil paraguayo existe una norma expresa al respecto, la del Art. 459, la cual
dispone que el juez reducirá equitativamente la pena cuando sea manifiestamente excesiva
o cuando la obligación principal hubiese sido en parte o irregularmente cumplida por el
deudor.
CLÁUSULAS QUE PERMITEN LA MODIFICACIÓN UNILATERAL DEL
CONTRATO
La fijación del contenido contractual, o su modificación, no puede quedar al arbitrio de una
sola de las partes. El objeto del contrato debe hallarse claramente determinado, o ser
susceptible de determinación sin que sea necesario un nuevo acuerdo (Art. 692, Código
Civil), pudiendo ello, a lo sumo, quedar librado al arbitrio de un tercero (Art. 693, Código
Civil).
PRECIO CIERTO
Ello se relaciona con la determinabilidad del objeto, a que se hace alusión líneas arriba. El
precio al arbitrio de una de las partes podría resultar, pues, abusivo. La regla, que no es
absoluta, debe atemperarse cuando se efectúa una indicación exhaustiva de las causas que
podrían motivar el alza, como el aumento del costo de las materias primas. Tampoco sería
abusiva una cláusula que someta el Contrato a precios del mercado, sujeto a Oscilaciones,
siempre que puedan producirse en ambos sentidos y ello no dependa de la voluntad de la
vendedora.
Resolución unilateral del contrato
El Código Civil paraguayo admite la rescisión de común acuerdo (Art. 718), la resolución
por imposibilidad de la prestación (Art. 721) y la resolución por incumplimiento de la otra
parte (Arts. 725 y Siguientes). Nada dispone, sin embargo, con respecto a la resolución, Sin
expresión de causa, por voluntad unilateral de alguno de los Contratantes, la cual-
entendemos-no sera abusiva en cuanto se deje dicha facultad a ambas partes, puesto que en
caso contrario la suerte del contrato queda al arbitrio de una sola de ellas.
LIMITACIONES A LA FACULTAD DE RESOLVER.
En ocasiones la ley limita la libertad de resolver los acuerdos Por ejemplo, el Art. 782 del
Código Civil impide la resolución del contrato cuando el precio debe pagarse por cuotas,
toda vez que el comprador haya abonado el veinticinco por ciento del precio o
efectuado mejoras por dicho valor. AsI también, la Ley 1295/98, de leasing o
arrendamiento financiero, impide que pueda pactarse la facultad de dejarlos sin efecto
durante su vigencia Art. 11).
LA CONDICIÓN ABUSIVA
El Art. 319 del Código Civil paraguayo prohíbe las condiciones de hechos imposibles,
contrarios a la moral o las buenas costumbres, o prohibidos por las leyes, y en particular las
que imponen: a) habitar siempre un lugar determinado, o sujetar la elección de domicilio a
la
voluntad de un tercero; b) mudar o no mudar de religión; c) casarse con determinada
persona, o con aprobación de un tercero, o en cierto lugar o en cierto tiempo; pero será
válida la de contraer matrimonio; yd) vivir célibe perpetua o temporalmente, o no casarse
con persona
determinada, o divorciarse.
OTRAS CLÁUSULAS PREVISTAS EN LA LEY
Existen varias otras cláusulas abusivas combatidas en la legislación Asi, el Art. 770 del
Código Civil prohsbe los pactos de retroventa y reventa. Por su parte, el Art. 2368 del
Código Civil fulmina con la nulidad las cláusulas abusivas en las hipotecas que, entre otras,
u
porten prohibiciones de oponer excepciones, o de vender o gravar bien hipotecado, o las
que faculten al acreedor el derecho de queda se con la propiedad en caso de falta de pago.
Por otro lado, las cláusulas de inenajenabilidad, si bien se encuentran permitidas, no pueden
tener carácter general (Art. 768, Código Civil). En fin, puede apreciarse en estos ejemplos -
no exhaustivos que la legislación paraguaya se ha ocupado en particular de cláusulas
abusivas que podrían quebrantar la justicia contractual.
CLÁUSULAS NO PREVISTAS QUE PODRÍAN RESULTAR ABUSIVAS
Amén de las expresamente contempladas en las leyes, otras cláusulas que rompan el
sinalagma pueden ser invalidadas por los jueces, en aplicación de fórmulas abiertas como
las de la buena fe, el ejercicio abusivo del derecho y la moralidad del objeto. Dos tipos de
cláusulas merecen destaque: las sorpresivas y las engañosas. Como se ha visto ya, las
cláusulas sorpresivas son aquellas fuera de los usos corrientes, que inadvertidamente
imponen gravámenes adicionales al obligado, como por ejemplo la adquisición de otros
objetos no deseados o el pago de un mayor precio sin prestación adicional alguna. Así
también, puede resultar sorpresiva una cláusula de prórroga automática del contrato en caso
de que no se formule voluntad en contra, como suele ocurrir muchas veces en el suministro
de bienes o en los contratos de seguros, de prestación de servicios o de suscripción a
periódicos, por citar ejemplos. Estas cláusulas deben ser abusivas, pero no toda cláusula
abusiva, puesto que esta ultima se puede presentar a plena luz, sin artilugios ni
ocultamiento, es decir, sin efecto inesperado si es sorpresiva, puesto que esta última se
puede presentar a diferencia estriba en el mayor grado de peligrosidad de las cláusulas
sorpresivas por el efecto de su engaño y trampa.
Por su parte, se habla de cláusulas engañosas cuando por su tamaño, forma de presentación
lugar donde se las ubica, queda claras el engaño ante la "maraña tipográfica", tanto con
respecto al contenido real del acto como en relación a la forma utilizada para disminuirlo
(maquillaje).
Las cláusulas sorpresivas y engañosas pueden ser combatidas mediante la aplicación de las
reglas del dolo, contenidas en los Arts 290-292 del Código Civil paraguayo, o
eventualmente de la buena fe u otras fórmulas abiertas.
EFECTOS
Por regla general, en el derecho paraguayo cuando un acto contraviene la ley -y lo hace
también, está visto, cuando resulta inmoral-se impone la nulidad, que como tal debe ser
declarada de oficio por el magistrado, es imprescriptible y no admite confirmación. De
modo que tal será la sanción a toda cláusula abusiva que contraríe una prescripción legal o
sea inmoral, salvo que a su vez se caiga dentro de una figura particularizada, como la
lesión, o la de los contratos de adhesión, en que se admite la revisión del acuerdo y no
necesariamente su invalidez (Arts. 671 y 691, Código Civil paraguayo). Esto último ocurre
también con los supuestos de excesiva onerosidad sobreviniente o imprevisión (Art. 672,
Código Civil paraguayo). Excepcionalmente, la ley también permite la revisión-en lugar de
la invalidez-de ciertos actos que pueden resultar abusivos, como Reducción de donaciones
inoficiosas o disposiciones testamentarias que afectan la legítima. La nulidad puede ser
expresa o implícita
la nulidad parcial inválida totalmente los actos entre vivos a menos que de su contexto
resulta que sin esa parte también se hubieran concluido o que el perjudicado optar por
mantenerlo.
LECCION 11 - CONTRATOS DE ADHESIÓN Y CONTRATOS DE CONSUMO.
CLÁUSULAS ABUSIVAS EN LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN:
PRECEDENTES LEGISLATIVOS.
Es aquel en el cual una de las partes fija todas las condiciones en tanto que el otro solo tiene
la alternativa de aceptar o rechazarla.
No existe pues, discusión acerca de las condiciones y características a ser observadas
por las partes. Ejemplo: el contrato de pasaje en empresa de transporte aéreo, fluvial,
marítimo o, terrestre, etc.
Se caracterizan por que se apartan de la forma clásica de realizar oferta y la aceptación
eliminando toda discusión previa de las partes respecto a las condiciones del contrato.
El contrato es la obra exclusiva de una de las partes, la que establece prolijamente todas y
cada una de las cláusulas, de tal modo que la otra puede únicamente adherirse o no
adherirse a ellas sin tener la posibilidad de formular una contraoferta. Otro rasgo de estos
contratos es que la oferta esta dirigida a un gran número de personas y la aceptación en
cambio es individual.
Las condiciones del contrato se hallan contenidas en formularios impresos para mayor
estandarización y menor pérdida de tiempo.
PRECEDENTES LEGILATIVOS: el código civil italiano protege a la parte débil en el
contrato al disponer que las condiciones generales son válidas si al momento de la
conclusión del contrato eran conocidas o podían serlo con diligencia ordinaria, exigiéndose
la aprobación d diversas clausulas como las que establecen a favor de quien las ha
predispuesto, limitaciones de responsabilidad, facultades de rescindir el contrato o bien
sancionan a cargo del otro contratante plazos de caducidad o de suspender el ejercicio del
contrato, limitaciones a la facultad de oponer excepciones, restricciones a la libertad
contractual en las relaciones con terceros, prorroga tacita o renovación del contrato,
clausulas compromisorias o derogaciones de la competencia de las autoridad judicial. En
Alemania enumera clausulas prohibidas con posibilidad de valoración y clausulas
prohibidas sin posibilidad de valoración que son ineficaces sin excepción, también una
norma abierta de aplicación subsidiaria, que admite la revisión de las clausulas contrarias al
requisito de la buena de en los contratos, la ley preserva el objetivo final del adherente
 LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN EN EL CÓDIGO CIVIL PARAGUAYO.
FÓRMULA ABIERTA.
Art.691.- Cuando los contratos por adhesión contenga cláusulas restrictivas de carácter
leonino, la parte adherente podrá ser dispensada de cumplirlas, o pedir su modificación por
el juez. Considéranse tales especialmente las siguientes cláusulas.
a)  las que excluyen o limitan la responsabilidad del que las impuso;
b)  las que otorgan la facultad de disolver el contrato o cambiar sus condiciones, o de
cualquier manera priven al adherente de algún derecho sin causa imputable a éste;
c)  las que condicionan al consentimiento de la otra parte el ejercicio de algún derecho
contractual del adherente;
d)  las que obligan al adherente a recurrir al otro contratante o a un tercero determinado, en
caso de cualquier necesidad no directamente conexa con el objeto del contrato, o
condicionan cualquier derecho contractual del adherente a tal recurso, o limitan su libertad
al estipular con terceros sobre cualquier necesidad de la naturaleza expresada;
e)  las que imponen al adherente renuncia anticipada a cualquier derecho que podría fundar
en el contrato en ausencia de tal cláusula;
f)  las que autorizan a la otra parte a proceder en nombre del adherente o en su substitución,
para obtener la realización de un derecho de aquél frente a éste;
g)  las que imponen al adherente determinados medios probatorios, o la carga de la prueba;
h)  las que sujetan a plazo o condición el derecho del adherente de valerse de las acciones
legales, o limitan la oponibilidad de excepciones, o la utilización de procedimientos
judiciales de los cuales el adherente podría hacer uso; e
i)   las que permitan la elección unilateral del juez competente para resolver una
controversia entre las partes.
Formula abierta: atacan las clausulas de manera general no los menciona de manera
enunciativa.
 REGLAS RELATIVAS A LOS CONTRATOS DE CONSUMO.
La ley del consumidor y usuario tiene como objetivo principal atacar las anomalías
generadas por la contratación en masa, a través de los contratos de adhesión, al
caracterizarlo como aquellos cuyas clausulas han sido aprobadas por la autoridad
competente o establecidas unilateralmente por el proveedor de bienes o servicios, sin que el
consumidor pueda discutir o modificar substancialmente su contenido al momento de
contratar, regula también las clausulas abusivas para las cuales prevé como sanción la
nulidad de pleno derecho, a diferencia del código civil en la que dichas clausulas no
resultan ser invalidas, pudiendo ser meramente revisadas por el juez para que el contrato
siga vigente. Las clausulas abusivas en la ley del consumidor son:
 Desnaturalización de las obligaciones o eliminen o restrinjan la responsabilidad por
daños.
 Importen renuncia o restricción de los derechos del consumidor o amplíen los
derechos de la otra parte.
 Contengan cualquier precepto que imponga la inversión de la carga de la prueba en
perjuicio del consumidor.
 Impongan la utilización obligatoria del arbitraje.
 Permitan al proveedor la variación unilateral del precio o de otras condiciones de
contrato.
 Violen o infrinjan normas medioambientales.
 Impliquen renuncia del consumidor al derecho a ser resarcido o reembolsado de
cualquier erogación que sea legalmente a cargo del proveedor.
 Impongan condiciones injustas de contratación, exageradamente gravosas para el
consumidor, o causen su indefensión.
 CONTRATOS DE ADHESIÓN Y DE CONSUMO.
En los contratos de adhesión existe el fenómeno de la desaparición del consentimiento y la
sustitución por la mera adhesión, el derecho de consumo es más amplio, puesto que en
muchos supuestos no hay adhesión sino consentimiento. En la adhesión el presupuesto
constituye la generalidad, que no es requisito en el contrato de consumo.
 TENDENCIA EN EL DERECHO COMPARADO EN LA PROTECCIÓN AL
CONSUMIDOR Y LAS CLÁUSULAS ABUSIVAS.
Al igual que en los contratos de adhesión el derecho comparado nos presenta formulas
abiertas, que atacan las clausulas de manera general, cerradas, que se las enumera, y mixtas.
La legislación argentina de protección al consumidor contiene tres formulas con carácter
general. En Inglaterra y Chile no existen formulas abiertas, sino una enumeración de las
clausulas ineficaces. España, La directiva de la unión europea y el reglamento del Mercosur
acogen el sistema mixto de una clausula general y luego una enumeración enunciativa de
clausulas particulares. En el Codigo civil Italiano acoge un sistema de enumeración de
clausulas en principio presuncional admitiéndose prueba en contrario por parte del
predisponente. En Peru se ha considerado que se ha considerado mas propio que sea el
código civil y no la ley especial del consumidor el cuerpo normativo de estas cuestiones.
 REGULACIÓN DE LAS FORMALIDADES DE LOS CONTRATOS DE
ADHESIÓN.CONTROL LEGAL, JUDICIAL O ADMINISTRATIVO.
La tendencia actual es no solo combatir las clausulas abusivas en cuanto a su contenido en
si, sino también atacar otros artilugios de orden formal, como por ejemplo la utilización en
los acuerdos de letras pequeñas, de difícil lectura, o el empleo de una terminología y
redacción complejas y oscuras, que hagan inasequible su contenido al común de la gente.
De tal manera todo contrato de adhesión presentado en formularios, en serie o mediante
cualquier otro procedimiento similar, deberá ser redactado con caracteres legibles a simple
vista y en términos claros y comprensibles para el consumidor, las clausulas contractuales
serán interpretadas de la manera mas favorable al consumidor, las clausulas insertas en las
condiciones generales del contrato asi como en formularios dispuestos por uno de los
contratantes, se interpretaran, en caso de duda, a favor del otro.
La cuestión ha sido abordado no solo a nivel legal, sino reglamentario.
LECCION 12 – CUMPLIMIENTO E INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO.
CUMPLIMIENTO
El contrato está para ser cumplido (pacta sunt servanda). Como se expone a
continuación, diversas cuestiones deben ser consideradas con relación al cumplimiento,
sobre todo cuando se lo difiere en el tiempo.
MOMENTO DEL CUMPLIMIENTO
Al respecto, el Art. 561 del Código Civil prevé que el pago debe hacerse en el día
del vencimiento de la obligación y que si no hubiere plazo ni resultare de las circunstancias,
será exigible inmediatamente.
De modo que, ante la falta de estipulación expresa, el cumplimiento podrá ser
reclamado inmediatamente por el acreedor.
Distinta es la situación cuando nos encontramos ante contratos de ejecución
diferida, en los que la obligación debe cumplirse en la fecha o en el plazo determinado por
el acuerdo, en aplicación del principio pacta sunt servanda consagrado en el Art. 715 del
Código Civil, coincidente con la regla relativa al pago de las obligaciones establecida en el
Art. 561 del Código.
Ello lo dicen de manera expresa los Principios UNIDROIT en su Art. 6.1.1, que
rezan: "Una parte debe cumplir sus obligaciones: (a) si el momento es fijado o determinable
por el contrato, en ese momento; (b) si un período de tiempo es fijado o determinable por el
contrato, en cualquier momento dentro de tal período, a menos que las circunstancias
indiquen que a la otra parte le corresponde elegir el momento del cumplimiento; (c) en
cualquier otro caso, en un plazo razonable después de la celebración del contrato”. En el
mismo sentido se expiden diversos instrumentos modernos, como por ejemplo la
Convención de Viena sobre Compra Venta de Mercaderías(Art. 33).
Con relación a la determinación del plazo, el comentario al Art 7:102 de los PECL
expresa que el plazo es determinable cuando se da una fecha determinada con arreglo al
calendario en el momento de la conclusión del contrato. Al respecto traen el siguiente
ejemplo ilustrativo: “A” y “B” han acordado que “B” comenzará a recoger la cosecha de A
una semana después de A le haya avisado. El momento puede determinarse conforme al
contrato.
Cuando no existe un plazo establecido o determinable, en nues tro país debe plicarse
la regla general del pago, según el Art. 561 del Código Civil.
De acuerdo al Código Civil, las obligaciones son, pues, con regla, exigibles
inmediatamente.
Ahora bien, esto está sujeto a que un diferimiento en el tiempo no resulte de las
circunstancias del caso. Oué se entiende por tales no se encuentra expresado en el Código.
Sobre el particular, en el derecho alemán, por ejemplo, se recurre al principio de la
buena fe y en instrumentos modernos del derecho comparado a la razonabilidad. Ambos
principios se encuentran expresamente recibidos por nuestro Código, por lo que aquí
pueden ser también tenidos en cuenta a los efectos interpretativos.
Con respecto a la razonabilidad, el Art. 33(b)(c) de la Convención de Viena dispone
que "el vendedor deberá entregar las mercaderías: "...b) cuando, con arreglo al contrato, se
haya fijado o pueda determinarse un plazo, en cualquier momento dentro de ese plazo,a
menos que de las circunstancias resulte que corresponde al comprador elegir la fecha; o c)
en cualquier otro caso, dentro de un plazo razonable a partir de la celebración del contrato."
Se encuentra también la exigencia del cumplimiento dentro de un plazo razonable como
solución, en los Principios UNIDROIT (Art. 6.1.1 (c), además de otros instrumentos
modernos del derecho comparado.
CUMPLIMIENTO PARCIAL
Si el contrato no lo autoriza expresamente, el acreedor estará facultado pero no
estará obligado a aceptar el cumplimiento parcial. Prevé al respecto el Art. 558 del Código
Civil que "cuando los pagos parciales no estuvieren autorizados, no podrá el deudor exigir
del acreedor que acepte en parte el cumplimiento de la prestación". En consonancia, el Art.
719 del Código dispone, en su parte final, que "si un contratante ha efectuado prestaciones
parciales puede negarse la contraprestación, a menos que, según las circunstancias, deba
juzgarse que es contrario a la buena fe resistir la entrega, por la escasa importancia de la
parte adeudada".
Entonces, si una parte cumple únicamente en forma parcial su obligación, la otra
parte puede negarse a cumplir con la suya. Esta regla tiene una excepción, que se da cuando
lo incumplido es de escasa importancia en comparación al total. En ese caso la parte que
recibió la prestación parcial no se podrá negar a cumplir con su obligación so pretexto de
que solo se ha cumplido parcialmente lo que le fue prometido. En esta línea, el Art. 6.1.3 de
los Principios UNIDROIT expresa que "el acreedor puede rechazar una oferta de un
cumplimiento parcial efectuada al vencimiento de la obligación, vaya acompañada o no
dicha oferta de una garantía relativa al cumplimiento del resto de la obligación, a menos
que el acreedor carezca de interés legítimo para el rechazo".
Los mismos Principios nos dan un ejemplo práctico de un cum plimiento
parcial:"A" adeuda US$ 1.000.000 a un banco, habiéndose acordado que "A" pague US$
100.000 el primer día de cada mes, a partir del mes de enero. El primero de abril "A" ofrece
pagar solo US$ 50.000, y el resto dos semanas más tarde. En principio, el banco está
facultado a rechazar la propuesta de "A".
Los Principios UNIDROIT también nos dan un ejemplo de en qué caso no
correspondería rechazar el cumplimiento parcial: "Una línea aérea promete transportar diez
automóviles de Italia a Brasil y entregarlos todos juntos en una fecha determinada. Cuando
debe cumplirse la obligación, ciertas circunstancias hacen difícil, aunque no imposible, para
la línea aérea encontrar suficiente espacio en un solo vuelo. La línea aérea sugiere cumplir
su obligación en dos entregas sucesivas durante la misma semana. Se comprueba que este
proceder no causaría ningún inconveniente al comprador de los automóviles, quien en
realidad no los necesita sino hasta el mes próximo. En este caso el acreedor carece de
interes legitimo para rehusar el cumplimienti parcial"
SECUENCIA DEN EL CUMPLIMIENTO
Si las partes nada ñrecen al respecto, nuestro codigo civil tampoco contiene una
solucion.
Si consagra el Código, en su Art. 779, la exceptio non adimpletius, conforme a la
cual "en los contratos bilaterales una de las partes no podrá demandar su cumplimiento, si
no probare haberlo ella cumplido u ofreciere cumplirlo, a menos que la otra parte debiere
efectuar antes su prestación".
Esto indica que siempre según las circunstancias, y que no sea pactado lo contrario-
si las prestaciones pueden ser realizadas eI mismo tiempo, las mismas deben darse de
manera simultánea.
El tema de la secuencia en el cumplimiento sí se encuentra tratado expresamente en
el Art. 6.1.4 de los Principios UNIDROIT, que dice: "(1) En la medida en que las
prestaciones de las partes puedan ser efectuadas de manera simultánea, las partes deben
realizarlas simultáneamente, a menos que las circunstancias indiquen otra cosa. (2) En la
medida en que la prestación de sólo una de las partes exija un período de tiempo, esta parte
debe efectuar primero su prestación, a menos que las circunstancias indiquen otra cosa".
Análoga solución adopta el Art. 7:104 de los PECL, que dan el ejemplo de una
persona que reserva por teléfono unas entradas para el teatro con antelación y pasa a
recogerlas por la taquilla. El teatro puede exigir el pago antes de admitir a esa persona en el
espectáculo.
La nota comparativa a dicha norma europea explica que si bien en algunas
legislaciones -como la paraguaya-la regla no se encuentra regulada expresamente, esta
deriva y se basa en el principio de exceptio non adimpleti contractus consagrada en los
códigos civiles dePortugal e Italia, por ejemplo. Específicamente, esta solución es
consecuencia de la aplicación del Art. 1460 del Código Civil Italiano.
Dicha norma jtaliana sirvio de base pafa nuestro Art. 719. en ma misma línea que
nuestro codigo, pero regulando expresamente la secue cja del cumpmimiento, se encuentra
otras legislaciones europeas, como las de Austrias,Alemania,Francia y España.

CUMPLIMIENTO ANTICIPADO
En principio, los contratantes deben cumplir con sus prestaciones en el tiempo
establecido en el contrato. Sin embargo, ¿qué sucede si una de las partes decide cumplir de
manera anticipada? Al respecto, el Art. 561 del Código establece que "el pago debe hacerse
en el día del vencimiento de la obligación. Si no hubiere plazo ni resultare de las
circunstancias, será exigible inmediatamente." Por su parte, el Art. 568 del Código prevé
que "si el deudor quisiere realizar pagos anticipados, y el acreedor recibirlos, éste no podrá
ser obligado a hacer descuentos".
De modo que, según el Código Civil, el cumplimiento anticipado solo resulta
factible de mediar conformidad del acreedor. Sobre el punto, en derecho comparado se
pueden observar dos soluciones distintas:
1. Que el acreedor tiene la obligación de aceptar una oferta de cumplimiento anticipado,
fórmula adoptada por las legislaciones de las legislaciones de España, Portugal, Austria e
Italia por ejemplo.
2. Que el acreedor tiene la posibilidad de rechazar una oferta de cumplimiento anticipado,
regla que es tomada de las legislaciones de Francia y Alemania, entre otras.
Esta es la solución que adopta nuestro Código, según se des- prende del Art. 568
citado. Para poder realizar pagos anticipados el acreedor debe estar de acuerdo con
recibirlos.
Dicha postura ha sido expresamente adoptada por distintos instrumentos del derecho
comparado, de manera expresa. Así, el Art. 6.1.5 de los UNIDROIT dispone: "(1) El
acreedor puede rechazar el cumplimiento anticipado de la obligación a menos que carezca
de interés legítimo para hacerlo. (2) La aceptación por una parte de un cumplimiento
anticipado no afecta el plazo para el cumplimiento
de sus propias obligaciones si este último fue fijado sin considerar el momento del
cumplimiento de las obligaciones de la otra parte. (3) Los gastos adicionales causados al
acreedor por el cumplimiento anticipado han de ser soportados por el deudor, sin perjuicio
de cualquier otro remedio que le pueda corresponder al acreedor". Los mismos principios
dan el siguiente ejemplo sobre la cues-
tión: "A" acuerda prestar el día 15 de octubre el servicio anual de todos los ascensores del
edificio donde se encuentran las oficinas de "B". Los empleados de "A" llegan el día 14,
cuando se lleva a cabo en ese edificio un encuentro importante al que concurren muchos
visitantes. "B" puede rechazar el cumplimiento anticipado ofrecido por "A" el 14 de
octubre, debido a los obvios inconvenientes que ocasionaría.
IMPOSIBILIDAD DE CUMPLIMIENTO
En el capítulo IX se abordó el problema de la excesiva onerosidad sobreviniente o
imprevisión. El problema a tratar ahora no es que la prestación a cumplir se ha vuelto
sumamente onerosa, sino totalmente imposible de cumplir.
De acuerdo al Art. 721 del Código Civil, "si por un hecho posterior a la celebración
del contrato bilateral, y sin culpa de ninguna de las partes, la prestación se hiciere
imposible, las obligaciones reciprocas de ambos contratantes quedan sin efecto. Si la
contraprestación hubiere sido efectuada en todo o en parte, se la restituirá según las reglas
generales de este Código".
En este caso, el incumplimiento es excusable. La norma concuerda con la del Art.
628 del Código, según el cual la obligación se extingue cuando por una causa física o
jurídica no imputable al deudor, anterior a su constitución en mora, se hace imposible la
prestación que constituye el objeto de ella. Si la imposibilidad es solo temporal, el deudor,
en tanto ella exista, no es responsable del retardo de su cumplimiento. No obstante, la
obligación extingue si la imposibilidad perdura hasta que, en relación al título o a la
naturaleza de su objeto, el deudor no puede ser considerado obligado a ejecutar la
prestación o el acreedor no tenga ya interés en conseguirla."
Por su parte el Art. 722 del Código establece que "si la prestación a cargo de una de
las partes se hace imposible por su culpa, la otra podrá cumplir su obligación, exigiendo
daños e intereses, o resolver el contrato resarciéndose de aquellos".
En este último caso se está ante un incumplimiento no excusable.
por mediar culpabilidad del deudor.Ahora bien, en el derecho comparado existen
divergencias en cuanto a los requisitos y efectos que puede tener el hecho de que una
prestación sea de cumplimiento imposible. Así, por ejemplo en Francia, ello se regula bajo
la figura de la force majeure, en tanto que en Alemania se sigue la línea de la unmöglichkeit
y en el derecho inglés la doctrina de frustration.
Nuestro Código Civil sigue la noción francesa de la fuerza mayor. ¿Por qué? Pues,
en primer lugar, porque nuestra regulación no encuadra dentro de frustration inglesa, que
no admite la imposibilidad parcial: es todo o nada. En cambio nuestro Código, al igual que
el alemán y el francés, sí permite la imposibilidad parcial.
Por otro lado, de acuerdo a la noción de unmöglichkeit alemana, la parte acreedora, más
allá de que le sea alegada la imposibilidad, tiene el derecho de solicitar la resolución del
contrato, en tanto que bajo la noción de force majeure, al existir una imposibilidad, las
obligaciones quedan directamente sin efecto, de pleno derecho, según lo regula nuestro
Código.
También, en la noción alemana el juzgador se encuentra facultan adaptar el contrato
al cambio de las circunstancias y, en lugar declarar que existió imposibilidad, resolver que
existió imprevian. Es decir, la cuestión se entenderá como imposible en última instancia, ya
que si la obligación es posible, el juzgador podría determinar que existió imprevisión y no
imposibilidad.
Esto último sería factible en nuestro derecho de darse los presupestos de
aplicabilidad de la teoría de la imprevisión y de reunirse también los recaudos de las
normas procesales que rigen la acción.
Los artículos arriba referidos de nuestro Código (721, 722 y 628) siguen al Código
Civil italiano -que deriva de la legislación francesa en este punto. De modo que, a fin de
que la imposibilidad sea oponible, y de esta forma el incumplimiento excusable, deben
darse los siguientes requisitos:
1) El hecho debió acontecer después de la celebración del contrato. Esto se entiende en
virtud a que si la imposibilidad fuera anterior, se regirá por el régimen de las nulidades de
los actos jurídicos, en aplicación del Art. 357 inc. b) del Código.
2) El hecho debió ocurrir antes de la constitución en mora del deudor
En atención al Art. 628 citado, para que pueda excusarse el incumplimiento, el deudor no
debe estar en mora, ya que allí mediará culpa del deudor.
3) El hecho puede ser temporal. La temporalidad del impedimento, aun cuando venza el
plazo de observancia, no constituye en mora al deudor, en tanto aquella suspension exista.
4) El hecho no debio haber sido previsible para las partes y debio estar ajeno a su control
moral. Art. 426 de C.Civil.
5) Los riesgos no deben haberse transmitido a la otra parte. Asi con relacion a la compra
venta. Artv. 761 del C.Civil.
SEÑAL
Se da en varios casos que una de las partes exige una señal o garantia, también
denominada arras, para asegurar que la otra parte, vaya a cumplir el contrato.
El Código Civil regula esta figura en el Art. 723 y establece que "si se hubiere dado
una señal para asegurar el contrato o su cumplimiento, quien la dio puede arrepentirse del
contrato o dejar de cumplirlo, perdiendo la señal. Puede también arrepentirse el que la
recibió, y en tal caso debe devolver la señal, con otro tanto de su valor. Si el contrato se
cumpliere, la señal debe devolverse en el estado que se
encuentre. Si ella fuere de la misma especie que la que por el contrato debía darse, la señal
se tendrá como parte de la prestación".
Obviamente esta disposición rige en caso de que las partes no hayan estipulado una
consecuencia distinta, pues primará en su caso la autonomía de la voluntad, salvo --por
supuesto- que la cláusula resulte abusiva, conforme se ha expuesto en capítulos anteriores.
La señal o arras constituye una figura contractual antiquísima, cuya correcta
conceptualización se ha ido cargando de problemas en el transcurso de los siglos.
Básicamente existen dos tipos de señal o arras:
1) Como garantía del cumplimiento de un contrato, en cuyo caso se habla de una señal
confirmatoria.
2)Como “derecho de arrepentimiento" para que una de las partes se retire del negocio,
perdiendo la seña. A esta se la denomina penistencial.
En este último caso el arrepentimiento puede ejecutarse mientras quien lo haga no
se encuentre en mora ni haya existido principio de ejecución del contrato, según se ha
resuelto en la jurisprudencial argentina.
En este mismo sentido, pero refiriéndose a un desistimiento en lugar de un
arrepentimiento, los comentarios al Art. 5:101 del Marco Común de Referencia Europeo
(MCR) dicen que el desistimiento tampoco está relacionado con la existencia de errores,
dolo u otras conductas contrarias a la ley. El desistimiento pone fin a las obligaciones
contractuales sin necesidad de que existan motivos concretos, siempre que se hayan
satisfecho los requisitos relativos al derecho y
su ejecución, tales como el cumplimiento de los plazos.
INCUMPLIMIENTO
DEFINICIÓN
Nuestro Código no define el incumplimiento propiamente dicho. Sí lo hacen los Principios
UNIDROIT en su Art. 7.1.1, según el cual "el incumplimiento consiste en la falta de
ejecución por una parte de alguna de sus obligaciones contractuales, incluyendo el
cumplimiento defectuoso o el cumplimiento tardío".
INTERFERENCIA EN EL CUMPLIMIENTO
¿Qué sucede si una de las partes interfiere en el cumplimiento de la prestación de la
otra? Es decir, si una parte no puede cumplir con su prestación porque la otra ya sea actuó o
no actuó de tal modo que la prestación no pueda ser cumplida.
Si bien no se cuenta en el Código Civil con una regla que regule expresamente este
supuesto, el principio de la buena fe allí consagrado debería llevar a la misma solución que
la de los Principios UNIDROIT. Estos disponen en su Art. 7.1.2 que "una parte no podrá
ampararse en el incumplimiento de la otra parte en la medida en que tal incumplimiento
haya sido causado por acción u omision en la primera o por cualquier otro acontecimiento
por el que ésta haya asumido el riesgo".
Los comentarios de los Principios UNIDROIT expresan que este articulo contempla
dos hipótesis que excusan el incumplimiento. Sin embargo, la norma va más lejos. Cuando
este artículo es aplicable la conducta pertinente no se convierte en un incumplimiento
excusable sino que pierde la condición de incumplimiento. De lo que se sigue que la otra
parte no estará facultada para resolver el contrato por incumplimiento. Los mismos
Principios nos dan el siguiente ejemplo ilustrativo:"A" conviene en realizar trabajos de
construcción en el terreno de "B" a partir del 1 de febrero. Si "B" cierra con llave el acceso
al terrena v no permite entrar a "A", "B" no puede quejarse de que "A" no ha comenzado
los trabajos. La conducta de "B" suele equipararse a un incumplimiento no excusable, ya
sea porque existe una disposición expresa facultando a "A" a acceder al terreno, o porque la
conducta de "B" contraviene los deberes de buena fe y cooperación. Este resultado, sin
embargo, no depende de que el incumplimiento de "B" sea excusable. El resultado será el
mismo, independientemente de la excusabilidad del incumplimiento de "B", por ejemplo,
en el supuesto de que el acceso al terreno fuera obstaculizado por huelguistas.
SUSPENSIÓN DEL CUMPLIMIENTO
La exceptio non adimpleti contractus se encuentra consagrada en el Art. 719 del Código,
según el cual "en los contratos bilaterales una de las partes no podrá demandar su
cumplimiento, si no probare haberlo ella cumplido u ofreciere cumplirlo, a menos que la
otra parte debiere efectuar antes su prestación". Para este efecto, el incumplimiento de la
otra parte debe ser lo Suficientemente grave. Bien expresa la Exposición de Motivos del
Código Civil que la exceptio non adimpleti contractus no aplica en casos de
incumplimiento de escasa importancia, en atención al principio de buena fe que rige en las
relaciones contractuales.
Además, el incumplimiento no deberá ser imputable a quien pretende argüir esta
defensa, ya que en ese caso estaríamos ante lo expuesto en el punto anterior.
SUBSANACIÓN DEL INCUMPLIMIENTO
En materia de obligaciones en general, cuando el deudor no cumple con la
prestación prometida, en la forma establecida, incurre en un incumplimiento. Prevé el Art.
557 del Código que "el deudor debe entregar la misma cosa o cumplir exactamente el hecho
a que estuviere obligado. No puede substituirlos con los daños y perjuicios de la
inejecución, o mediante otra cosa u otro hech0, aunque fueren de igual omayor valor". Sin
embargo, tratándose específicamente de contratos, según el Art. 724 del Código no procede
la terminación del contrato si el incumplimiento no es esencial. Con base en ello, se puede
concluir que una parte que cumple el Contrato de manera defectuosa pero no esencial,
efectivamente se encuentra en incumplimiento. Sin embargo, dicha parte podría subsanarlo.
Sobre el particular, el Art. 7.1.4 de los Principios UNIDROIT establece que "la
parte incumplidora puede subsanar a su cargo cualquier incumplimiento, siempre y cuando:
(a) notifique sin demora injustificada a la parte perjudicada la forma y el momento
propuesto para la subsanación; (b) la subsanación sea apropiada a las circunstancias; (c) la
parte perjudicada carezca de interés legítimo para rechazarla; y (d) dicha subsanación se
lleve a cabo sin demora."
Los Principios UNIDROIT también dan un ejemplo del caso: "A" Conviene
construir un camino en la propiedad de "B". Cuandoo el trabajo ha sido terminado, "B"
descubre que la superficie del camino tiene una inclinación mayor que la permitida en el
contrato. "B" también descubre que durante la construcción, los camiones de "A" han
dañado sus árboles. "A" notifica a "B" su intención de subsanar, nivelando el camino como
lo exige el contrato. Aun siendo apropiada la subsanación en esas circunstancias, "B"
podría encontrarse legitimado a rechazarla a fin de evitar que los árboles continúen siendo
dañados.
En la misma línea se encuentra el Art. 8:104 de los PECL, cuyo comentario expresa
que el precepto dispone el derecho de corregir o sanar un ofrecimiento de pago no
conforme, a través de un nuevo ofrecimiento conforme si todavía hay tiempo para hacerlo.
La parte que haya hecho la oferta no conforme estará todavía a tiempo de sanear ese
defecto si hace un nuevo ofrecimiento, bien antes de la fecha fijada para el cumplimiento o
en cualquier otro momento siempre que el retraso no constituya un incumplimiento
esencial. Esto dependerá de si el tiempo pertenece a la escancia del contrato o ha pasado a
formar parte de ella. Este derecho a subsanar el incumplimiento defectuoso puede ser
aplicado en general, pero ciertos contratos en particular cuentan con disposiciones
específicas peculiares a los mismos, como ocurre con la compraventa (vicios redhibitorios),
compraventa internacional (Art. 48 de la Convención de Viena) y los contratos de obras
(Arts. 855 y 856 del CCP), por citar ejemplos.
PERÍODO SUPLEMENTARIO PARA EL CUMPLIMIENTO
El Código Civil, en su Art. 728, otorga a la parte que se encuentra en
incumplimiento un plazo de quince días para cumplir, previa intimación de la otra parte,
salvo pacto en contrario. Además, dispone la norma que no será necesario el otorgamiento
de plazo cuando el moroso hubiere manifestado su decisión de no cumplir el contrato
Si no existe el pacto en contrario, esta intimación es obligatoria para nuestro
Código, en tanto que resulta facultativa, por ejemplo, para los Principios UNIDROIT. El
Art. 7.1.5 de este instrumento expresa que en caso de incumplimiento la parte perjudicada
podrá conceder un período suplementario para que cumpla. Durante este período
suplementario la parte perjudicada puede suspender el cumplimiento de sus propias
obligaciones y reclamar el resarcimiento, pero no podrá ejercitar ningún otro remedio.
Mientras que la parte perjudicada puede ejercitar cualquiera de los remedios previstos si la
otra parte le notifica que no cumplirá dentro del período suplementario si este finaliza sin
que la prestación debida haya sido realizada.
El mismo artículo expresa que en caso de que la demora en el cumplimiento no sea
esencial, la parte perjudicada que ha notificado a la otra el otorgamiento de un periodo
suplementario puede resolver el contrato al final de dicho período. Finalmente, la parte
perjudicada puede establecer en su notificación que el contrato quedará resuelto
automáticamente si la otra parte no cumple. Sin embargo, este último supuesto no se
aplicará cuando la prestación incumplida. Sea tan solo una mínima parte de la obligación
contractual asumida por la parte incumplidora.
CLÁUSULAS DE EXONERACIÓN
Al igual que en Italia y Francia, nuestro Código declara nulas las cláusulas de
exoneración de responsabilidad por el incumplimiento de mala fe. Así lo dispone el Art.
421 del Código, que en su parte final dice que "la responsabilidad por dolo no podrá ser
dispensada de antemano".
Este problema y el de las cláusulas de exoneración en los contratos de adhesión
fueron tratados en los capítulos IXa XI.
DERECHO A RECLAMAR EL CUMPLIMIENTO
De acuerdo al Art. 725 del Código, "en los contratos bilaterales, el incumplimiento
por una de las partes autoriza a la que no sea responsable de él, a pedir la ejecución del
contrato, o su resolución con los daños e intereses, o ambas cosas.
A este respecto cabe distinguir los siguientes casos:
1)Obligaciones dinerarias: En este supuesto es exigible la suma adeudada con sus
correspondientes intereses, en atención a lo dispuesto por los Arts. 424, 475 del Código
Civil.
2)Obligaciones no dinerarias: En las obligaciones no dinerarias la cuestión es un
poco más compleja. En este caso, a fin de determinar los parámetros para exigirlas rigen las
normas en materia de obligaciones, respectivamente,de dar cosas ciertas (Arts. 463 al 468),
de dar cosas inciertas (Arts. 469 al 473) y de hacer y no hacer (Arts. 476 al 483). Sobre el
tema, en los países del sistema civil -como el nuestro- el término "exigir el cumplimiento"
contempla la posibilidad de requerir que el deudor de por sí cumpla con su obligación,
como también de que un tercero lo haga a expensas del otro contratante. Sin embargo, en el
common law, si la parte quiere que la obligación sea cumplida por un tercero, el acreedor
debe terminar el contrato original y recuperar del deudor el costo de obtener el
cumplimiento del tercero mediante una demanda de indemnización.
3)Ius Variandi: La parte que reclama el cunmplimiento del contrato puede,
posteriormernte, cambiar el reclamo por la resolución del contrato, o pedir ambos al mismo
tiempo (la resolución en forma subsidiaria). Este derecho es llamado ius variandi.
INCUMPLIMIENTO DE ESCASA IMPORTANCIA
En los Contratos normalmente unas obligaciones son más importantes que otras. Por
ejemplo, una parte puede estar obligada a prestar un servicio informático tres veces por
semana a una empresa y, adicionalmente, a enviar un informe mensual de los trabajos
realizados. Evidentemente, la prestación principal son los servicios, pero ¿qué sucede si la
otra parte incumple con la prestación accesoria, la menos importante? De acuerdo al Art.
724 del Código, no procederá la resolución del contrato si el incumplimiento de una de las
partes reviste escasa importancia y no compromete el interés de la otra. Esta disposición fue
tomada del Art. 1455 del Código Civil italiano y se encuentra en concordancia con las
disposiciones de los
Principios UNIDROIT y los PECL, que exigen un incumplimiento esencial para que
opere la terminación de un contrato, como se expondrá más adelante.
Tanto los Principios UNIDROIT como los PECL llegan a esta conclusión con base
en la fundamental non-performance del common law. Esta solución no se encuentra en la
generalidad de los países del derecho civil. Sin embargo, en algunos derechos, como el
francés y el alemán, pese a no haberse recibido legislativamente esta noción, hoy ala se
considera mayoritariamente que el incumplimiento de las obligaciones secundarias o
auxiliares resulta sancionado únicamente con la responsabilidad por daños, pero el contrato
continúa vigente para las partes. Como ejemplo, en un caso nacional la Corte Suprema de
Justicia ha dicho, dentro del marco de un contrato de compraventa de un automóvil, que, en
virtud de lo establecido por el Art. 724 del CC, la mora en la omisión de designar escribano
público no puede ser considerada como un incumplimiento de esencial importancia que
justifique la resolución del contrato, según las características concretas de la relación
contractual y en virtud del principio de buena fe en la ejecución de los contratos. Tal
omisión podría autorizar, en todo caso, un reclamo compensatorio por los daños
provocados por el atraso, pero no la resolución del contrato, dados el desinterés y la
tolerancia mostrados por el comprador, quien se sirvió de la cosa en todo ese tiempo
(Turbaux, Pierre Yves c. Ayala de Giménez, Gloria del Carmen s/Resolución de contrato y
cobro de Dólares Americanos, Ac. y Sent. N1595, 05/11/2012).
RESCISIÓN
Así como las partes pueden concertar libremente sus derechos mediante contratos,
ellas pueden desobligarse, también de esa forma, mediante el distracto0 -o mutuo acuerdo-,
y es esta la rescisión, una de las facetas de la autonomía de voluntad. En este sentido, dice
el Art. 718 que "las partes pueden extinguir por un nuevo acuerdo los efectos de un contrato
anterior, pero la rescisión acordada no perjudicará en ningún caso los derechos adquiridos
por terceros, a consecuencia del contrato rescindido". Para producirse la recisión de un
contrato debe, pues, mediar una nueva voluntad mutua para terminarlo. Como las partes,
también en ejercicio de la autonomía de la voluntad, pueden pactar la rescisión inclusive
con retroactividad en cuanto a sus efectos, es importante la aclaración de la norma de que
ello, desde ningún punto de vista, puede perjudicar derechos legítimamente adquiridos por
terceros. La rescisión solo se concibe en contratos no agotados por cumplimiento, es decir,
en vías de ejecución, continuada o tracto sucesivo, en que los efectos aún no han empezado
a producirse..
En nuestro derecho la palabra recisión se encuentra utilizada en más de una ocasión
para casos de terminación de un contrato por la voluntad unilateral de una de las partes. Por
ejemplo, el Art. 59 de la Lev N° 2051/2003, de "Contrataciones Públicas", establece que la
contratante podrá rescindir administrativamente los contratos por incumplimiento del
proveedor o contratista.
También se halla la terminología de la recisión en el propio Código Civil, para los
contratos de locación, cuando el locatario fuere turbado en el uso y goce de la cosa, de
acuerdo al Art. 824 incs. a), f)y g). Asimismo, se usa la palabra para otros casos en los
contratos de locación (Arts. 837, 841); en los contratos de seguro (Arts. 1556,1562, 1563 y
1564); el depósito (Art. 1250) o el comodato indefinido Art. 1281), entre otros, en los que
la ineficacia -a diferencia de la resolución, que es retroactiva- opera para el futuro (ex
nunc).
RESOLUCIÓN
Se entiende por resolución la extinción del acto, con retroactividad al momento de su
formación (ex tunc), debido a circunstancias sobrevinientes, previstas en la ley o en el
contrato. El más típico ejemplo constituye la condición resolutoria (Arts.
318-327, Código Civil); tanmbién pueden citarse a la señia de arrepentimiento o
arras (Art. 723, Código Civil), ya tratada, y al pacto comisorio (Arts. 725 y 726, Código
Civil).
Se llama pacto comisorio a la cláusula que autoriza a la parte cumplidora a la
resolución el contrato en caso de incumplimiento de la otra.
Pacto comisorio no es condición resolutoria. Esta última, que deviene automática,
requiere el acaecimiento de un hecho futuro e incierto acordado, en tanto que el pacto
comisorio opera ante un incumplimiento imputable que autoriza a la otra parte a terminar el
Contrato. De modo que esta podría optar por demandar el cumplimiento y no requerir la
terminación del contrato.
El pacto comisorio puede ser expreso o tácito. El Art. 725 se refiere al pacto
comisorio tácito. Señala la norma que "en los contratos bilaterales, el incumplimiento por
una de las partes autoriza a la que no sea responsable de él, a pedir la ejecución del
contrato, o su resolución con los daños e intereses, o ambas cosas". En concordancia a
referido artículo se debe tener en cuenta el Art. 724.
Los objetivos buscados con la incorporación del pacto comisorio tácito en la
regulación del Código Civil son básicamente dos: suplir el silencio o la omisión de las
partes, facilitando una "salida" al contratante cumplidor; y, a la vez, simplificar los
procedimientos resolutorios, evitando tener que ir a una demanda.
La cuestión es un poco más simple cuando estamos ante un pacto comisorio
expreso. En él las partes expresamente mencionan en el contrato el incumplimiento de qué
obligación da derecho a solicitar la resolución del acuerdo.
Sin embargo, ¿cuándo no existe tal cláusula, qué incumplimiento da derecho a
resolver el contrato? A fin de contestar la pregunta, se debe interpretar el Art. 725 en
consonancia con lo dispuesto por el Art. 724. Así, el incumplimiento que dará derecho a
resolver el contrato deberá ser esencial.
En este sentido, según la Corte Suprema, para que opere la resolución el
incumplimiento de la prestación debida por una de las partes debe privar a esta del interés
económico que se tuvo consideración al momento de contratar.
NOTIFICACIÓN DE LA RESOLUCIÓN
De realizarse la intimación a la parte en infracción y de, pese a ello, no cumplirse
con la obligación convenida, el Art. 728 establece que el contrato se tendrá por resuelto con
la sola comunicación fehaciente hecha al moroso de haber optado por la resolución. Esta
disposición consagra la facultad de resolver el contrato sin que sea necesaria la intervención
judicial o arbitral para tal efecto. En el mismo sentido se encaminan los Principios
UNIDROIT, Art. 7.3.2 y el Art. 9:303 de los PECL.
La esencia de esta provisión proviene del Código Civil alemán, en tanto que difiere
de los ordenamientos jurídicos de Francia, Italia y España, donde es necesaria la
declaración judicial para tener por resuelto el contrato.
INCUMPLIMIENTO ANTICIPADO
Ahora, ¿qué sucede si una de las partes ya sabe que la otra incurrirá en un
incumplimiento del contrato? ¿Puede resolver el contrato de antemano?
En este aspecto en Alemania existe la opinión unánime de que si la negativa a
cumplir es concreta y definitiva, la resolución es procedente. Esta posición se consagra en
nuestro Art. 728, tomado del Código alemán, al establecerse que "no será necesario el
otorgamiento de plazo cuando el moroso hubiere manifestado su decisión de no cumplir el
contrato"
Dicha solución difiere de la francesa, que no contempla la posilsilidad de un
incumplimiento anticipado del contrato. Siguiendo la línea de nuestro Código, aunque con
mucha mavor amplitud -basándose en el common law-, se encuentra el Art. 7.3.3 de los
Principios UNIDROIT, según el cual si antes de la fecha de cumplimiento de una de las
partes fuere patente que una de las partes incurrirá en un incumplimiento esencial, la otra
parte puede resolver el contrato.
Pues, ¿en qué difieren las dos nociones dadas? Realmente poco, únicamente en la
amplitud del incumplimiento anticipado.
De acuerdo a nuestra noción de incumplimiento anticipado, el deudor debe
reconocer o manifestar que no cumplirá. Ello es, pues, restrictivo, en tanto que para los
Principios UNIDROIT y los países del common law la noción de que el incumplimiento
acontecerá es más amplia.
Los Principios UNIDROIT traen el siguiente ejemplo sobre la cuestión: "A"
promete a "B" entregar petróleo transportado por el buque M/S Paul en Montreal el 3 de
febrero. El 25 de enero el M/S Paul se encuentra a 2.000 km. de Montreal. A la velocidad
que hace no llegará a Montreal el 3 de febrero; como pronto lo haría el 8 de febrero. Como
el tiempo de la entrega es esencial y ha de esperarse un retraso significativo, "B" puede
resolver el contrato antes del 3 de febrero.
No está de más recalcar que dicho incumplimiento anticipado debe ser esencial,
como toda violación que dé pie a la resolución del Contrato.
GARANTÍA ADECUADA DE CUMPLIMIENTO
Una parte puede exigir a la otra que garantice su obligación en caso de que
sobrevenga a esta una disminución en su patrimonio capar de comprometer o tornar dudoso
el cumplimiento de la prestación (Art. 720 Código Civil). En la misma línea, el Art. 7.3.4
de los Principios UNIDROIT dice que una parte que crea razonablemente que habrá un
incumplimiento esencial de la otra parte puede reclamar una garantía adecuada del
cumplimiento y, mientras tanto, puede suspender su propia prestación. Si esta garantía no
es otorgada en un plazo razonable, la parte que la reclama puede resolver el contrato.
EFECTOS GENERALES DE LA RESOLUCIÓN
En caso que el contrato haya sido resuelto de manera justificada, ¿qué efectos tiene
esto para las partes? El Código no señala expresamente cuáles son los efectos generales de
la resolución de un contrato, limitándose a decir en su Art.726 que desde el momento en
que se resuelve el contrato, este quede extinguido. Sobre el particular, el Art. 7.3.5 (1) de
los Principios UNIDROIT dispone que "la resolución del contrato releva a ambas partes de
la obligación de efectuar y recibir prestaciones futuras". Esta norma establece la regla
general de que la resolución del contrato tiene efectos para el futuro, por lo que las partes se
liberan de su deber de efectuar y recibir prestaciones futuras. El contrato se extingue.
Además, dice el Art. 7.3.5 (2) que "la resolución no excluye el derecho a reclamar una
indemnización de los daños y perjuicios causados por el incumplimiento". El hecho de que
en virtud de su resolución el contrato llegue a su fin no priva a la parte perjudicada de su
derecho de reclamar el resarcimiento por el incumplimiento, como se expone más adelante.
RESTITUCIÓN
Una vez resuelto el contrato, las obligaciones futuras se extinguen para las partes.
¿Pero, y las obligaciones ya realizadas? ¿puede solicitarse la devolución de lo pagado o del
bien entregado? De acuerdo al Art. 729 del Código, la resolución por incumplimiento
tendrá efecto retroactivo solo entre las partes, pero en los Contratos de tracto sucesivo las
prestaciones ya cumplidas y las cuotas vencidas quedarán firmes. Debe, pues, efectuarse el
distingo entre contratos de efecto inmediato y de tracto sucesivo.
RESARCIMIENTO
El Art. 725 del Código Civil, en consonancia con el Art. 451, establece que la parte
que resuelve con justa causa un contrato puede reclamar a la otra los daños e intereses
causados por la resolución. A su vez, según el Art. 421 del Código el deudor responderá
por los daños y perjuicios que su dolo o su culpa irrogare al acreedor en el cumplimiento de
la obligación.
Estos artículos consagran el derecho que tiene la parte que resolvió el contrato -a
causa de un incumplimiento de la otra- a solicitar el resarcimiento por los daños causados.
Pero, ¿qué debe resarcir la parte incumplidora? ¿Hasta dónde llega su obligación de
resarcir? A fin de responder las preguntas, se debe determinar previamente qué comprenden
los daños.
DERECHO AL RESARCIMIENTO. REPARACION INTEGRAL.
El Art. 450 del Código establece que los daños comprenden el valor de la pérdida
sufrida y el de la utilidad dejada de percibir por el acreedor como consecuencia de la mora
o del incumplimiento de la obligación. Su monto será fijado en dinero, a menos que la ley
dispusiere otra forma. Además de ello, el Art. 451 establece que habrá lugar al
resarcimiento, aunque el perjuicio no fuera patrimonial.
En consonancia, el Art. 7.4.2 de los Principios UNIDROIT dice: "(1) La parte
perjudicada tiene derecho a la reparación integral del daño causado por el incumplimiento.
Este daño comprende cualquier pérdida sufrida y cualquier ganancia de la que fue privada,
teniendo en cuenta cualquier ganancia que la parte perjudicada haya obtenido al evitar
gastos o daños y perjuicios. (2) Tal daño puede ser no pecuniario e incluye, por ejemplo, el
sufrimiento físico y la angustia emocional". En esta línea se encuentran también los PECL
en sus Arts. 9: 501, 9:502 y 9:503; y el MCR Europeo, en su Art. III. -3:701. En concreto,
los daños que pueden reclamarse en materia contractual son los siguientes:
1) Daño emergente: Es la pérdida sufrida por la parte que resolvió el contrato ante la
prestación que efectivamente no se cumplió. En este sentido, la Corte Suprema definió el
daño emergente en una relación contractual como aquel que "envuelve cercenamiento,
disminución real, descuento efectivo de un valor determinado. Algo que existía y ahora
falta, como consecuencia de no incorporarse al patrimonio del acreedor el objeto mismo de
la obligación. Es emergente porque emerge, nace y tiene principio de otra cosa, que es
precisamente el incumplimiento; como resultado de éste, es una relación de causa y efecto.
El patrimonio afectado debió percibir algo y en realidad eso no ocurre..." (Corte Suprema
de Justicia del Paraguay, Sala Civil y Com,. Duarte, Rolando José c. Fast Food
Sudamericana S.A. Ac. y Sent. N° 797, 14/09/2005) El daño emergente, en definitiva,
consiste en los gastos en que incurrió la parte que resolvió el contrato para cumplir con su
prestación, asi como en los perjuicios materiales que efectivamente sufrió la parte afectada
por el incumplimiento.
2) Lucro cesante:Se entiende por tal la ganancia dejada de percibir. Ha dicho nuestra
Corte Suprema que "el lucro cesante está constituido por las ganancias concretas que el
damnificado se vio privado de percibir a raíz el incumplimiento de la obligación. Es, pues,
una ganancia cierta y esperada..." (Corte Suprema de Justicia del Paraguay, Sala Civil y
Com., Zawadska, Mario Jorge Michel c. Ramírez Irazábal, José Miguel y Larre Quiñónez,
Alfredo Rafael s/ Indemnización de daños y perjuicios, Ac. y Sent. N° 984, 01/10/2014).
También ha expresado la Corte que en los contratos de tracto sucesivo el lucro
cesante es lo que la parte hubiera recibido si el contrato no se hubiera resuelto.
Específicamente se ha dicho que "de haber seguido la ejecución del contrato su curso
natural, el actor habría obtenido lógicamente ciertas ganancias, de las que se vio privado
por la intempestiva decisión unilateral de la demandada de suspender el suministro de los
productos" (Corte Suprema de Justicia del Paraguay, Sala Civil y Com., Duarte, Rolando
José c. Fast Food Sudamericana S.A., Ac. y Sent. N° 797, 14/09/2005)
3) Daño moral: El daño moral en una relación contractual, Pues sí.
Si bien se trata de una cuestión debatida, el Art. 451 establece Esta posibilidad, aunque la
tendencia en el derecho comparado constituye interpretar esto de manera restrictiva. Solo
excepcionalmente deberían otorgarse daños morales en relaciones ni índole contractual y
como cuando existen daños a las personas-.
LECCION 13- EVICCION Y VICIOS REDHIBITORIOS.
Evicción
Concepto
Se entiende por garantía de evicción la obligación que asum etodo aquel que
transmite a título oneroso, de asegurar la legitimidad y existencia del derecho transferido y
la consiguiente posesión, dominio o goce del bien (Art. 1760).
El Código Civil regula el instituto de la evicción en el Art. 1759 diciendo que
"habrá evicción cuando quien adquirió bienes a título oneroso los dividió con otro, fuere en
virtud de fallo judicial y por causa ignorada, anterioro contemporánea a la transferencia o
división, privado total o parcialmente del derecho adquirido...". Dicha disposición continúa
señalando que "responderán tanto quien transmitió o dividió los bienes, como los
antecesores en el título traslativo del dominio". Además, el Código establece que la
turbación debe ser confirmada por fallo judicial (Art. 1759), puesto que de lo contrario
cualquier reclamación podría ser objeto de evicción. En un caso ante nuestros tribunales se
sostuvo que "toda demanda fundada en la evicción promovida antes de que el comprador
haya sido desposeído o turbado en su posesión fundada en una sentencia debe ser
desestimada" (Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial de Asunción, Sala 1,
Talavera, Angel E. c. Matiauda, José F. (Ac. y Sent. núm. 63) 14/08/1980. LLP 1981 LLP
1981, 78. PY/JUR /60/1980).
Por su parte, dispone el Art. 1759 que, "si la sentencia fuera arbitral, solo producirá
efecto en el caso en que el enajenante hubiese firmado el compromiso". Esta última
disposición debe considerarse derogada por la Ley 1879 de 2002, de Arbitraje y Mediación,
que equipara la vía judicial a la arbitral en cuanto a sus efectos y el arbitraje se interpreta
como extensivo no solo a partes signatarias sino a terceros, en supuestos como este en que
los terceros estén vinculadosal negocio jurídico que dio origen a la contienda. Sin embargo,
la Condición que debe cumplirse es que al tercero se le haya dado la posibilidad de
intervenir en el procedimiento arbitral y que haya podido ejercer su defensa en él. Por
ejemplo, "A" y "B" incluyen una cláusula arbitral a un contrato de donación con cargo de
un bien. "B" incumplió con el cargo y, según el contrato, debía devolver el bien a "A". Sin
embargo, "B" enajenó el bien a "C", quien lo adquirió de buena fe. Las partes recurrieron al
arbitraje de conformidad con el contrato. El laudo arbitral dispuso que "B" debía devolver
el bien en cuestión a "A". Sin embargo, el laudo arbitral no podía ser impuesto a "C" ya que
este no ejercicio sus derechos en juicio. Ahora bien, la garantía de evicción parte de "C"
puede hacerse valer en sede judicial en virtud a la decisión arbitral aun cuando no haya
intervenido en el juicio, ya que la turbación del derecho se dará efectivamente cuando "A"
intente recobrar el bien en virtud al fallo arbitral.
Asimismo, podría darse el caso de que "C" firme un acuerdo de arbitraje con A, de
modo a resolver el diferendo. Esta hipótesis plantea la situación de que el enajenante ("B")
no haya firmado el compromiso arbitral -conforme lo requiere el Código, en el Art. 1759, in
fine- En este supuesto, deberían aplicarse los criterios establecidos en cuanto a la
obligación de citar al enajenante (Art. 1770, inc. a). Es decir, si el adquirente no citó al
enajenante para salir en su defensa durante el procedimiento arbitral, no podrá
posteriormente hacer valer la garantía.
En cuanto a la compraventa internacional, garantizando al comprador de cualquier
turbación por parte de un tercero, la Convención de Viena señala en su Art. 41 que "el
vendedor deberá entregar las mercaderías libres de cualesquiera derechos o pretensiones de
un tercero, a menos que el comprador convenga en aceptarlas sujetas a tales derechos o
pretensiones.
Requisitos
1) Que se trate de la turbación "de un derecho"
La turbación, en virtud a la sentencia judicial -o sentencia arbitral, según se expuso
antes-, debe ser sobre un derecho (Art. 1760) y no sobre un hecho. Esta diferencia es
importante puesto que la responsabilidad por evicción no comprende las turbaciones de
hecho.
Por ejemplo, el enajenante no es responsable de las turbaciones materiales que
pueda sufrir un comprador por hechos de terceros, que no le permiten usar el bien conforme
a lo pactado; por las molestias de los vecinos, etcétera. Ante estas turbaciones, el adquirente
debe defenderse por sí solo.
Ahora, cuando esta turbación trate de un derecho anterior contemporáneo, que era
ignorado por el adquirente, existe responsabilidad por evicción (Art. 1759).
En un caso ante nuestros tribunales se presentó básicamente el siguiente esquema:
"A" vendió un automóvil a "B" a través de un contrato privado; y luego "C” reclamó un
mejor derecho sobre "por "B" citó en garantía de evicción a "A". Según la Sala Civil de la
Corte Suprema, en este caso, que requiere la formalidad registral, no opera la evicción si no
se ha realizado la inscripción. En razonamiento de la Corte no puede operar la garantía de
evicción a favor de "B", en virtud de que no hay titularidad del bien registral; es decir, no
hay un derecho de propiedad (Corte Suprema de Justicia, Sala Civil y Comercial, Rosa I.
Ferreira c/ Esteban Avalos Fretes s/ Indemnización de daños y perjuicios, Ac. y Sent. N°
853 del 04 de septiembre de 2008). Lo mismo puede darse tratándose de derechos reales,
creditorios o derechos intelectuales. Lo importante para que pueda configurarse la
responsabilidad por evicción, es que la turbación sea de derecho, salvo que la turbación de
hecho provenga del mismo enajenante (Art. 1765).
2) Causa ignorada
El Art. 1759 establece que la causa de la evicción debe ser ignorad por el
adquiriente. Asimismo, el Art. 1767 del Código estipula que "si al transmitírsele el bien
conoció el adquirente el peligro de la evicción, no tendrá derecho a ser indemnizado, ni
podrá exigir al enajenante que le defienda en juicio, salvo convenio expreso en contrario".
Por su parte, el Art. 1764, inc. d) del Código exonera de responsabilidad por evicción al
enajenante si "conociendo o debiendo conocer el adquirente al efectuarse el acto el peligro
de la evicción, hubiere consentido en que la garantía se excluyere".
3)Que se trate de una causa anterior o contemporánea a la adquisición
El Art. 1761 del Código Civil establece que, si el derecho que causó la evicción
fuere de origen anterior a la transferencia de la cosa, pero adquirido ulteriormente, no
responderá el que transmitió o dividió los bienes.
La exigencia de que la turbación de derecho tenga una causa anterior o
contemporánea a la venta significa que el autor de la evicción debe accionar en virtud o
invocación de un derecho adquirido antes de la venta, por una causa preexistente y que
significa falta, deficiencia o defecto en el derecho del vendedor. Esto es razonable puesto
que mal podría reclamársele al vendedor por derechos adquiridos con posterioridad a la
venta, dado que no se trataría de un vicio inherente al derecho del enajenante.
Evicción total o parcial
La turbación del derecho, que generalmente tiene origen en el ejercicio de una
acción reivindicatoria, puede ser total o parcial (Art. 1759 y Art. 1760).
La primera hipótesis se da cuando el comprador sufre la pérdida total de la cosa
adquirida en razón de una sentencia judicial o situación asimilable.
La segunda tiene lugar cuando la privación de la cosa es parcial o una simple
turbación en el uso, goce y posesión plena de la misma. En este último caso se produce un
despojo jurídico de una parte de la cosa adquirida o de algunos accesorios o de uno de los
objetos comprados cuando se recibieron varios.
Ahora bien, ¿cómo responde el vendedor ante una evicción total o una parcial?
1) Evicción total
La solución para el caso de evicción total es dada por el Art. 773. De acuerdo al
mismo, el enajenante tiene una obligación principal, la de devolver el precio sin intereses,
aunque la cosa hubiere disminuido de valor, sutriendo deterioros o pérdidas, por culpa del
adquirente o por caso fortuito.
2) Evicción parcial
En los términos del Art. 1776 del Código, si la evicción fuere parcial el comprador
podrá optar entre que se le indemnice proporcionalmente a la pérdida sufrida o rescindir el
contrato, cuando la parte que se le ha quitado, o la carga o servidumbre que resultare,
fueren de tal importancia que, de haberlo sabido, no habría comprado la cosa. Le asistirá
igual derecho si versando el contrato sobre varios objetos comprados conjuntamente, se
demostrare que no se hubiera adquirido el uno sin el otro (Art. 1776).
Sin embargo, en caso de evicción parcial, si el contrato no se rescindiere, el
resarcimiento se determinará por el valor que al tiempo de aquella tuvo la parte de que se
privó al comprador. Pero si no cubriere a la que correspondería proporcionalmente al precio
total de la operación, se fijará con referencia a este (Art. 1777).
Estos artículos se deben interpretar conforme al Art. 745 del Código, según el cual
si la cosa que el comprador creía ser de propiedad del vendedor era solo en parte de
propiedad ajena, podrá el Comprador pedir la resolución del contrato con el resarcimiento
del daño, a tenor del artículo anterior, cuando, según las circunstancias, pueda considerarse
que él no habría adquirido la cosa sin aquella parte de la que no ha llegado a ser propietario,
e igualmente puede obtener solo una reducción del precio, además del resarcimiento del
daño.
3) Acciones que se puede ejercer
4) Cargas Ocultas
5) Tercer adquiriente
6) Defensa en juicio
Vicios redhibitorios
Concepto
En su aspecto etimológico redhibere es una palabra proveniente del latín que
significa "retomar, volver atrás o restituir". Los vicios redhibitorios son defectos materiales
no aparentes del bien que autorizan a dejar sin efecto el contrato y retrotraer el estado de
cosas al estado inicial, o a reducir el precio por el valor del bien producto del defecto
oculto. Su importancia debe ser tal que, de haberlos conocido, el comprador no habría
adquirido el bien o habría dado menos por él.
La garantía por vicios redhibitorios se funda en la necesidad de que la cosa vendida resulte
apta para cumplir los fines previstos por los contratantes. Los defectos ocultos en el objeto
deben impedir a las partes lograr los fines que habían tenido previstos o a que se encuentre
en la cosa obsolescencia respecto a su valor.
Los ejemplos sobre vicios ocultos se dan generalmente en obligaciones de dar cosas
ciertas. Así, en la compraventa de vehículos usados, el motor puede tener averías que hagan
que el costo de las reparaciones supere el valor mismo del vehículo. Asimismo, puede darse
en problemas de bomba de inyección de los vehículos, cuyo repuesto es desproporcionado
al valor del vehículo mismo. Otro ejemplo podrían ser defectos en el vehículo que hagan
que el adquirente deba llevarlo reiteradamente al taller para reparaciones, etcétera.
Ahora bien, no todo vicio por sí constituye un vicio oculto; muchas veces los vicios
son aparentes y el adquirente, tras una prueba, podría detectarlos. En estos casos no cabe
aplicar la figura de vicios redhibitorios, porque estos podrían haber sido conocidos por el
adquirente.
Elementos configurativos
Según la Corte Suprema de Justicia (siguiendo al jurista argentino López de Zavalía), los
vicios redhibitorios deben reunir las siguientes características para su configuración: a) de
hecho; b) oculto; ignorado; d) grave; y e) existente al tiempo de adquisición. (Corte
Suprema de Justicia, Sala Civil y Comercial, Idmar Agustinho Michelán cl Agro Colonial
S.A.I.C. s/ Indemn. de D. y P., Ac. y Sent. N° 1025 del 08 de octubre de 2014).
Antes de analizar en detalle los elementos configurativos cabe recalcar que -al igual
que en la evicción- rige aquí el principio dela autonomía de la voluntad. Así, el Art. 1792
dispone que las partes podrán renunciar, restringido ampliar su responsabilidad por los
vicios redhibitorioS, siempre que no mediare dolo en el enajenante. Aclara la norma que la
exoneración en términos generales, no eximirá a este, respecto de los que hubiere conocido
y no los declaró al adquirente. De modo que aquí se debe ser bien explícito.
Además, el Art. 1793 expresa que será permitido a las partes Crear por el contrato
vicios redhibitorios que naturalmente no lo fueren, siempre que el enajenante garantice la
no existencia de ellos, o la calidad de la cosa, supuesta por el adquirente. Esta garantía
tendrá lugar, aunque no se exprese, cuando el primero afirme positivamente en el acto que
la cosa estaba exenta de defectos o que tenía ciertas calidades, aunque al segundo le hubiere
sido fácil conocer dichas circunstancias. En las ventas sobre muestra o modelo se entenderá
que las calidades respectivas han sido garantizadas.
Entrando ya a analizar los elementos configurativos de los vicios redhibitorios
vemos que deben reunir las siguientes características:
1. De Hecho
2. Oculto
3.Ignorado
4.Grave
5.Existencia al tiempo de la adquisición
La acción redhibitoria
La acción redhibitoria es una demanda resolutoria, para dejar sin efecto la venta,
restituyéndose las partes las respectivas prestaciones. A través de ella el adquiriente ejerce
los derechos que nacen a 1a de los vicios ocultos, de acuerdo al Art. 1794 de nuestro
Código.
El Art. 1799 asimismo dispone que "la acción redhibitoria es indivisible. Ninguno
de los herederos del adquirente podrá ejercerla solo por su parte; pero será permitido
demandar a cada uno de los herederos del enajenante, por la cuota que le corresponda". Es
decir, los herederos del adquirente son sujetos activos solidarios de la obligación que nace
de la redhibición, en tanto la acción se ejerce por la totalidad; sin embargo, los herederos
del enajenante son sujetos pasivos mancomunados simples, puesto que responden por la
cuota que corresponda.
En cuanto a la carga probatoria, el Art. 1791 expresa que incumbe al adquirente
probar que el vicio existía al tiempo de transmisión. No acreditándolo, se juzgará que
sobrevino después.
Derecho comparado
Históricamente, la evicción y los vicios redhibitorios han sido concebidos como
garantías y efectos naturales y propios de un contrato. Es decir, se los consideró
consecuencia del contrato mismo de manera implícita o explicita salvo que las partes, en
uso de la autonomia de la voluntad, excluyan los efectos que se deriven de su aplicación.
La regulación de la evicción y de los vicios redhibitorios proviene del derecho
romano, cuya concepción influenció en Pothier, a partir de allí, en la codificación
decimonónica.
Bajo inspiración del derecho anglosajón, en la actualidad, tanto la evicción como los
vicios redhibitorios tienden ya a no ser objeto de regulaciones específicas, sino que entran
dentro de los supuestos generales de incumplimiento del contrato.
Esto se debe fundamentalmente a la importancia que ha tomado la Convención de
Viena sobre Compraventa Internacional de Mercaderías, que no los regula específicamente,
sino que entran dentro de los presupuestos de incumplimiento y falta de conformidad. Es
decir, hoy día se entiende el incumplimiento de forma amplia como toda desviación del
objeto contractual, no solo el dar, hacer o no hacer, sino también el cumplimiento
defectuoso o tardío. Ya no se abordan entonces por separado a la mora, los vicios de la cosa
y la evicción, cada una con sus presupuestos, plazos de prescripción y efectos, sino que se
concibe a todos comprendidos dentro del marco general del incumplimiento.
Nuestra legislación adopta este concepto de incumplimiento unitario como se
expuso en el capítulo anterior. Sin embargo, difiere ligeramente con la Convención de
Viena en la regulación de los remedios, pero en esencia ambos regulan los mismos
problemas Soluciones parecidas, aunque con nomenclatura distinta. Así, en nuestro Código
hablamos de la evicción y vicios redhibitorios, en tanto que en la Convención se alude a las
pretensiones de terceros y de conformidad de las mercaderías.
LECCION 14 – CONTRATOS NOMINADOS.
COMPRAVENTA
CONCEPTO
El contrato de compraventa se encuentra regulado en los Arts. 737 a 798 del Código
Civil. Según el Art. 737, "es aquel que tiene por objeto la transferencia de la propiedad de
una cosa, u otro derecho patrimonial, por un precio en dinero que debe pagar el
comprador".
La Convención de Viena de 1980, que regula específicamente el contrato de
compraventa internacional, no contiene una disposición que lo defina. Puede extraerse el
concepto de compraventa a partir de sus Arts. 30 y 53, que disponen acerca de las
obligaciones del vendedor y del comprador. Así, un contrato de compraventa será, en el
contexto de la citada Convención, aquel en virtud del cual un vendedor se obliga a
transferir la propiedad de un bien y entregarlo, en conjunto con todos los documentos
relacionados al mismo, reciben do a cambio por parte del comprador el precio de los
bienes.
CARACTERES
De las definiciones expuestas podemos extraer los siguientes caracteres del contrato
de compraventa:
A. Bilateralidad
De la denominación misma del contrato de compraventa, surge que importa
obligaciones para ambas partes. La parte vendedora se obliga a transferir la propiedad de un
bien mientras que la parte compradora se obliga a pagar un precio en dinero a cambio.
B. Consensualidad
El contrato de compraventa queda perfeccionado con el mero consentimiento de las
partes.
Como se expuso en el capítulo VII, el Código Civil se aparta de su precedente
argentino, pues elimina la regla de la tradición acto traslativo independiente al contrato-
como requisito substancial de los contratos de compraventa.
Al respecto, el Art. 716 del Código dispone que, salvo estipulación en contrario,
toda creación, modificación, transferencia o extinción de derechos reales produce efectos
entre las partes desde que el consentimiento se haya manifestado legítimamente.
No obstante, esta disposición se contradice con otras: por ejemplo, el Art. 2062
prevé que en materia de bienes muebles la entrega hecha por el propietario del bien mueble
a un adquirente tiene el efecto de transferir su dominio cuando exista acuerdo entre ambas
partes de transmitir la propiedad. En materia específica de bienes muebles debe, pues,
tenerse presente esta regla especial contenida en el Art. 2062
En la misma línea de eliminar la tradición como elemento necesario para
perfeccionarse el contrato, el Art. 23 de la Convención de Viena dispone que "el contrato se
perfeccionará en el momento de surtir efecto la aceptación de la oferta conforme a lo
dispuesto en la presente Convención". La disposición más importante que se relaciona con
el artículo transcripto es el segundo párrafo del Art. 18, que se encarga de establecer la
regla general acerca del momento de perfeccionamiento del contrato, cual es que la
aceptación de la oferta surte efectos cuando llegue al oferente.
C. Onerosidad
La prestación que realiza una de las partes se da con miras a la contraprestación que
debe efectuar la otra: una parte entrega la propiedad de un bien a cambio de un precio y
viceversa.
CAPACIDAD
Para que las partes puedan otorgar su consentimiento a un contrato necesariamente deben
reunir el requisito de la capacidad. La Convención de Viena no regula cuestiones
vinculadas a la capacidad de las partes, que quedan reservadas entonces al dominio del
derecho internacional privado.
En cuanto al Código Civil, sus Arts. 739 al 741 disponen acerca de quiénes tienen
prohibido, en razón del cargo o función que detentan, celebrar contratos de compraventa.
En otras palabras, estipulan quiénes están incapacitados para comprar o vender ciertos
bienes, "...aunque sea en remate, por sí o por interpósita persona..." (Art. 739). Los
supuestos son los siguientes:
A. Los esposos entre sí, aun separados de bienes
La regla se halla contemplada en el Art. 44 de la Ley 1/92, el cual dispone que los
esposos no pueden contratar entre sí respecto a los bienes propios y de la comunidad.
La prohibición se funda en que la compraventa puede prestarse a maniobras de los
esposos para sustraer del patrimonio de uno de ellos, los bienes que podrían garantizar las
obligaciones contraídas con terceros, es decir, burlar a los acreedores.
No obstante, esta prohibición no rige para las adjudicaciones de bienes que, por
liquidación de la comunidad conyugal, se hagan los esposos en pago de aportes o del haber
de uno de ellos.
B. Los representantes legales o convencionales, de los bienes comprendidos en su
representación
Representantes legales son los padres respecto de sus hijos, los tutores respecto de
sus pupilos y los curadores respecto del interdicto. Representantes convencionales son los
apoderados o mandatarios, que actúan en representación de sus mandantes en virtud a un
contrato de mandato.
La prohibición responde a la necesidad de proteger al incapaz, pupilo o al interdicto,
evitando que el representante realice operaciones abusivas en su propio beneficio y en
detrimento de a quien representa. Evita además que el representante compre para sí un bien
de propiedad del representado que se le encargó vender, a un precio menor del que
realmente vale.
El Art. 741 dispone que “los padres, tutores y curadores pueden adquirir los bienes de
sus hijos, pupilos o de los incapaces, cuando en ellos tuvieren derechos como partícipes en
la propiedad o usufructo, o los tuvieren como acreedores hipotecarios por título propio, o
por subrogación legal, y la venta hubiere sido dispuesta por juez competente, con la
intervención de un tutor especial, nombrado antes de disponerla, y de los funcionarios
tutelares de menores".
C. Los albaceas, de los bienes correspondientes a la testamentaria en que
desempeñasen su cargo
El albacea, también conocido como ejecutor testamentario, es la persona designada por
el testador para que, después de su muerte, ejecute sus disposiciones de última voluntad.
La prohibición se funda en las mismas razones que las expuestas en el inciso anterior.
Se pretende evitar que el albacea perjudique a los herederos adquiriendo un bien parte del
patrimonio que debe ejecutar, a un precio inferior a su valor real.
El Art. 740 del Código menciona que se exceptúa de esta prohibición al albacea que sea
coheredero o que sea cesionario en pago de créditos o de garantías a que estén afectados
bienes de su propiedad.
D. Autoridades y funcionarios públicos
Los incisos d) y e) del Art. 739 prohíben la compraventa de los bienes del Estado, de las
municipalidades, o de los entes descentralizados de la administración pública, al Presidente
de la República a sus ministros, a funcionarios y empleados públicos.
La fundamentación de las prohibiciones contenidas en estos incisos vuelve a recaer en
el interés de evitar que ciertas personas, en razón de un cargo que desempeñan, se
encuentren en una posición de connivencia. Es decir, evitar que se abuse del cargo que se
posee para adquirir bienes del Estado en beneficio propio y en detrimento de la sociedad
En cuanto al inciso e), la prohibición se refiere a los funcionarios y empleados públicos
encargados de administrar los bienes objeto de la compraventa. Es decir, los mismos se
encuentran habilitados a comprar otros bienes del Estado, de las municipalidades o de entes
descentralizados, de cuya administración no estén encargados.
E. Magistrados, fiscales, defensores de incapaces y ausentes y otros funcionarios,
abogados, procuradores, escribanos y peritos
A ellos les alcanza la prohibición de celebrar compraventas que tengan por objeto los
bienes en los juicios en que intervengan o hayan intervenido.
La prohibición se funda en razones de moral. Las personas contenidas en este inciso
podrían obviar su misión y aprovechar sus funciones o profesiones para su lucro personal,
ante la posibilidad de especular con los bienes de los litigantes.
Con esta prohibición se pretende evitar toda duda acerca de influencias perniciosas por
razón del cargo que una persona desempeña, en la determinación de la suerte de un
determinado juicio.
El Art. 740 del Código establece una excepción relativa a este Inciso, en el sentido de
que los magistrados, fiscales, defensores, abogados, procuradores, etc., pueden adquirir los
bienes de los juicios en los que intervengan o hayan intervenido en defensa de sus propios
derechos hereditarios o de sus derechos creditorios.
OBJETO DE LA COMPRAVENTA
COSAS QUE PUEDEN SER OBJETO DE COMPRAVENTA
El Código de Vélez Sarsfield, en vigencia en nuestro país con anterioridad al actual
Código Civil, establecía que solo podían ser objeto de compraventa los bienes corporales.
En ningún momento mencionaba la posibilidad de que los bienes inmateriales sean
susceptibles de venderse y comprarse.
No obstante, en línea con el crecimiento de la variedad de bienes que son aptos para
el comercio a nivel mundial, el Código Civil paraguayo incluyó a los bienes inmateriales,
además de los corporales, como objeto del contrato de compraventa. En este sentido, el Art.
737 del Código Civil dispone que a través del contrato de compraventa puede ser
transferida tanto la propiedad de una cosa como de otro derecho patrimonial.
Esta corriente de incluir a las cosas inmateriales como posibles objetos del contrato
de compraventa fue introducida inicialmente por el derecho francés, donde el Código de
Napoleón ya expresaba que todo lo que se encuentra dentro del comercio puede venderse,
salvo que existan leyes particulares que lo prohíban.
COSAS QUE NO PUEDEN SER OBJETO DE COMPRAVENTA
El Art. 742 del Código Civil establece taxativamente en nueve incisos cuáles son tales
cosas y derechos que "no pueden ser objeto de compraventa:...".
1) Las acciones fundadas en derechos inherentes a la persona o que comprenden
hechos de igual naturaleza
Esta disposición contempla las acciones fundadas en derechos que están íntimamente
ligados a la persona misma del vendedor, Por ejemplo, derechos cuyo contenido se
relacione al estado del vendedor, domicilio, honor, derechos emergentes de su patria
potestad, entre otros.
2) Los derechos que en caso de ser ejercidos por otro alterarían su contenido en daño
del deudor
Hace referencia a los derechos cuyo ejercicio corresponde exclusivamente al titular, los
denominados "intuitu personae".
3) Los bienes inembargables, en su totalidad, o en la parte en que lo sean
Para comprender esta norma debemos partir de la base de que los bienes pueden ser
embargables o inembargables. Cuando un bien es inembargable, el mismo se encuentra
fuera del comercio y, por lo tanto, no puede ser enajenado ni existe la posibilidad de
celebrar un contrato de compraventa sobre él. No obstante, el Art. 1897 del Código Civil
contempla las categorías de inaljenabilidad absoluta e inajenabilidad relativa. Por ejemplo,
el bien de familia no puede ser enajenado mientras se halle afectado al régimen. Así
también, los lotes agrícolas adquiridos por el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la
Tierra (Indert) son inembargables y, por ende, no pue den ser objeto de compraventa.
4) Las cuotas alimentarias, devengadas o no
El Art. 258 del Código Civil establece quiénes se encuentran obligados a la
prestación de alimentos. Razones de humanidad hacen que la ley prohiba la enajenación de
las cuotas alimentarias, a fin de asegurar al individuo y a su familia lo mínimo para vivir.
5) Las pensiones y otras asignaciones declaradas inembargables por la ley, salvo la parte
embargable
Si bien no pueden ser enajenadas, la ley admite, sin embargo, que sea objeto de
compraventa la parte de las asignaciones que la ley declare son embargables.
6) El usufructo, aunque sí el ejercicio del mismo
Si bien está vedado por ley enajenar el usufructo, el Art. 2242 del Código Civil sí
admite que el usufructuario pueda ceder el ejercicio del usufructo o darlo en arriendo.
7) Los derechos de uso y de habitación
Al igual que el usufructo, el uso y la habitación son derechos reales sobre una cosa
ajena y no pueden ser objeto del contrato de compraventa. No obstante, el Código no
admite ni siquiera la enajenación del ejercicio de los derechos de uso y de habitación pues
son constituidos exclusivamente a favor de una persona determinada.
8) Aquellos derechos cuya transferencia esté prohibida por la ley, por el título constitutivo,
o por un acto posterior
Esta disposición contempla tres posibilidades. La primera, el hecho de que la ley
expresamente prohíba la enajenación de ciertos derechos. Dentro de esta prohibición
encontramos al bien de familia, a los lotes del Indert, la herencia futura, el usufructo, el uso,
la habitación, etcétera. La segunda, la posibilidad de que el título que otorga el dominio de
un derecho al propietario contenga una prohibición de transferir la propiedad del mismo en
el futuro. La tercera posibilidad contemplada en este inciso hace referencia a que, si bien el
título constitutivo de dominio de un derecho puede no contener una prohibición de volver a
enajenarlo, su transferencia pudo haber sido vedada en un acto posterior.
9) Los bienes que no pueden ser objeto de contratos
Existen bienes que por su naturaleza o por mandato de la ley no pueden ser objeto
de contratos. Por ejemplo, los bienes de dominio público del Estado, la indeterminación de
una cosa en cuanto a su especie, la herencia futura, etc.
PRECIO
CONCEPTO
El precio es la contraprestación fijada en una suma de dinero que efectúa el
comprador por la cosa o el derecho que el vendedor le transfiere en propiedad. Partiendo de
esta definición, se hace evidente que el precio es un elemento fundamental en una
operación de compraventa. Ya los romanos decían que “sine precio nulla venditio est", es!
decir, sin precio no hay compraventa.
REQUISITOS
En un contrato de compraventa el precio debe reunir las siguientes condiciones:
1) Debe estar fijado en dinero
Ciertos ordenamientos jurídicos, como el español y el argentino, expresamente disponen
que el precio debe ser fijado en una suma de dinero. Otros, como el italiano y el nuestro, lo
presumen, ya que el pago en dinero es precisamente la diferencia esencial entre la
compraventa y la permuta.
Nuestro ordenamiento jurídico distingue entre la compraventa y la permuta según la
forma en la que se pague el precio. En otras palabras, la forma de determinación del precio
condiciona el tipo de contrato que se celebra.
En este sentido, el Art. 756 del Código Civil establece que si el precio es mixto, es
decir, si se fija parte en dinero y parte en otro bien el contrato será de permuta. En cambio,
si el precio se fija exclusivamente en dinero, el contrato será de compraventa.
2) Debe ser determinado o determinable
Este requisito hace referencia a la diferenciación entre lo que se conoce como precio
cierto y precio incierto. Los contratos de compraventa efectuados con la fijación de un
precio cierto cumplen con el requisito de que el mismo sea determinado o determinable. Si
bien un precio incierto no es en principio determinado ni determinable, la ley suple su
determinabilidad mediante una presunción de cuál fue la voluntad de las partes.
Al respecto, el Art. 754 del Código Civil dispone sobre tres posibles supuestos en
los cuales se configura una compraventa con precio cierto:
En primer lugar, cuando las partes determinan el precio en una suma de dinero que
el comprador debe pagar. Por ejemplo, las par-tes pactan que Juan se obliga a transferir la
propiedad de una casa a Pedro contra el pago de G. 100.000.000.
En segundo lugar, cuando el precio fuere fijado con referencia a una cosa
determinada. Por ejemplo, siguiendo con la misma hipótesis, Juan vende su casa a Pedro
por el mismo precio en que Pedro le vendió la suya a María.
En tercer lugar, cuando la determinación del precio se encomienda a un tercero. Por
ejemplo, Juan vende su casa a Pedro por el precio que fije la escribana María.
No obstante, el Código Civil no hace una clara mención a las condiciones así como
a las consecuencias que los actos u omisiones del tercero pueden tener sobre la
compraventa. Al delegar la determinación del precio surge la posibilidad de que el tercero
se rehuse a fijarlo. El Código Civil argentino, por ejemplo, resuelve la hipótesie
invalidando la compraventa. La misma consecuencia acaece en el caso de fallecer el tercero
a quien se encomendó la determinación del precio.
Esta tercera forma de fijar un precio está comprendida dentro de lo que en doctrina
se denomina "precio abierto" que hace referencia a la falta de determinación del precio al
momento de celebración del contrato.
En este sentido, el Art. 755 del Código Civil, que trata sobre una compraventa con
precio incierto, también constituye un caso de "precio abierto", pues dispone que si una
cosa mueble se hubiere entregado al comprador sin haber determinado el precio o si
existieren dudas sobre el precio determinado, se presume que las partes se sujetaron al
precio corriente del día en el lugar de entrega de la cosa.
Respecto al requisito de que el precio sea determinado o determinable, la
Convención de Viena contempla la posibilidad de que el contrato se haya celebrado
válidamente a pesar de no haberse fijado el precio ni expresa ni tácitamente y no haberse
estipulado un medio para determinarlo. La solución que otorga no se inclina por la
invalidez del acto sino que, análogamente a la solución de nuestro Código Civil, presume
que las partes se obligaron por el precio generalmente cobrado en el momento de la
celebración del contrato por iguales mercaderías, vendidas en circunstancias semejantes.
3) Debe ser serio
Si bien este requisito no está exigido expresamente en el Código Civil, la doctrina
coincide en que si no hay precio "serio" no hay compraventa.
El precio no es serio en los siguientes supuestos:
a) Cuando es simulado o ficticio: por ejemplo, se estipula la compraventa de un vehículo
por G. 10.000.000. Se transfiere el vehículo pero el precio nunca se paga. En este caso, no
estaríamos frente una compraventa sino frente a una donación.
b) Cuando es irrisorio: al hablar de precio irrisorio se hace referencia a un precio demasiado
bajo, uno que equivale a nada, un absurdo. Por ejemplo, se estipula la venta de una estancia
por G. 1.000.
En este punto, se hace necesario diferenciar el precio irrisorio del precio vil. Un
precio se caracteriza de vil cuando es notoriamente inferior a lo que algo vale, cuando
existe una desproporción evidente entre el valor de la cosa y el precio fijado. En estos casos
el vendedor asume una obligación que no es proporcional a la que asume el comprador.
No obstante, el desequilibrio entre las prestaciones no supone la falta de precio y no
hace nulo el contrato a diferencia del precio irrisorio que si anula la venta. Un precio vil es
un precio serio, pues tanto el vendedor como el comprador se han propuesto hacer la
ventaja seriamente sobre esa base. Lo expresado no significa, sin embargo, que el contrato
no pueda impugnarse y eventualmente obtenerse una declaración de nulidad por el vicio de
lesión.
OBLIGACIONES DE LAS PARTES
El cumplimiento del contrato se presenta como la fase más importante de la compraventa,
en la medida en que en ella se transmutan. tan las intenciones presentes al concluir el
contrato, en actos. La valoración del grado de cumplimiento de la relación contractual exige
la previa concreción de cuáles sean las obligaciones del vendedor y del comprador.
OBLIGACIONES DEL VENDEDOR
Ellas se encuentran en el Art. 759 del Código Civil, que menciona textualmente las
siguientes: a) hacer adquirir al comprador el derecho vendido, si su adquisición no es efecto
inmediato del contrato; b) entregar al comprador la cosa vendida o el título que instrumenta
el derecho enajenado, si no surge lo contrario de lo estipula do, o de las circunstancias del
negocio; c) recibir el precio en el lugar y tiempo pactados; y d) garantizar al comprador,
conforme a las reglas de este Código, por la evicción y los vicios de la cosa.

Al igual que el Código Civil, la Convención de Viena contempla la obligación del


vendedor de transmitir la propiedad, amén de hacer entrega de los bienes vendidos y de los
documentos representativos o relacionados con ellos. Además, la Convención de Viena
regula dentro de las obligaciones de las partes, la conformidad o no de las mercaderías con
el contrato.
Se exponen-seguidamente, de manera comparativa las obligaciones principales del
vendedor:
1) Hacer adquirir al comprador el derecho vendido
La obligación de transmitir la propiedad es inherente al propio concepto de contrato
de compraventa; si las partes no incluyen esta obligación, su contrato no se considerará, en
general, uno de compraventa de bienes.
En la mayoría de casos, luego de celebrado el contrato de compraventa, los
contrayentes cumplen su parte de forma inmediata. Es decir, el vendedor entrega la cosa y
el comprador paga el precio. No obstante, en algunas ocasiones el "hacer adquirir" al
comprador el bien vendido se difiere a un momento ulterior. Por ejemplo, en el caso de la
venta de una cosa ajena, el vendedor debe primeramente adquirir la cosa de su verdadero
propietario para luego transmitirla al comprador o bien lograr la ratificación o
convalidación de la venta. También podría darse el caso de que el vendedor de un inmueble
ocupado por un tercero, deba-previamente tener el dominio pleno de la cosa para luego
poder transferirla libre de toda posesión.
Si bien la Convención de Viena especifica que una de las obligaciones del vendedor
es la de transmitir la propiedad, no se encuentra entre sus dispoSiciones ninguna norma que
regule ese deber. La razón es que no se llegó a un acuerdo sobre ese punto debido a que
existen ordenamientos jurídicos, como el nuestro, el de Francia, Italia v Portugal, que
adoptan un sistema consensualista y otros, como el de España, Alemania y Austria, que
exigen además la tradición, es decir, la entrega de la cosa. Por su parte, en los países
anglosajones se sigue el principio de que las partes son libres para pactar el momento en
que se produce la transmisión de la propiedad.
En este sentido, debe tenerse en cuenta que el Art. 4 b) de la Convención de Viena
estipula que excluye del ámbito de aplicación del texto convencional aquellos temas
relacionados con los efectos que el contrato pueda producir sobre la propiedad de las
mercancías vendidas. No obstante, si el vendedor no cumple con la obligación de transmitir
la titularidad, el comprador tiene derecho a los remedios previstos en la misma Convención.
2) Entrega de la cosa vendiday de los documentos relacionados
La entrega es la transferencia de la posesión de la cosa por el vendedor al comprador, la
cual tiene por objeto poner al adquirente en condiciones de obtener de la cosa el provecho
que corresponde al propietario. La falta de entrega de la cosa vendida constituye el
incumplimiento de una obligación principal del contrato, habilitando la acción de
incumplimiento o la de resolución.
En determinadas circunstancias, tal como prevé el Art. 759 inc. b) del Código Civil, el
vendedor puede tener la obligación de entregar el titulo o el documento que instrumenta la
propiedad de la cosa vendida.
Si bien de la redacción del artículo podría entenderse que el vendedor tiene la obligación de
entregar al comprador la cosa vendida o, a falta de ella, el título que instrumenta el derecho
enajenado, hay casos en los cuales, por la naturaleza del bien vendido, el vendedor debe
entregar tanto el objeto transferido como un título o documento que instrunmenta su
propiedad. Como ejemplo podríamos citar la venta de un animal pedigree, en cuyo caso el
vendedor debe entregar el animal al comprador y así también los documentos que
justifiquen la pureza de la raza.La Convención de Viena expresamente contempla la
obligación del vendedor de entregar los documentos relacionados con las mercaderías
vendidas y establece la facultad del vendedor de subsanar cualquier falta de conformidad de
los documentos cuando se los haya entregado al comprador anticipadamente.
3)Momento y lugar de entrega
El Art. 760 del Código Civil, en consonancia con la Convención de Viena, establece que las
circunstancias del momento y lugar de entrega de los bienes son las determinadas por el
contrato.
Según el Código Civil, en defecto de disposición al respecto, deben entregarse cuando el
comprador lo exija. Por su parte, la Convención de Viena establece que, a falta de
disposición contractual, debe determinarse si de las circunstancias resulta que corresponde
al comprador elegir la fecha, en cuyo caso sería esa la solución. En cualquier otro cas0, el
vendedor debe entregarlas dentro de un plazo razonable a partir de la celebración del
contrato.
En cuanto a la entrega de los documentos relacionados con las mercaderías, la
Convención de Viena dispone que deben serlo en el momento, lugar y forma fijados por el
contrato.
4)Modo de entrega
De conformidad al Art. 760 del Código Civil, el vendedor debe entregar el bien con
todos sus accesorios y los frutos pendientes. Es decir, se debe entregar el objeto con todas
aquellas cosas que la integran y que son puestas en ella para su uso y comodidad. Además,
trata de un campo que al momento de la venta está a punto de lograr una cosecha, estos
frutos pendientes pasan a propiedad del comprador.
El mismo artículo establece que debe entregarse la cosa vendida libre de toda
posesión, lo cual significa que el comprador debe tener el dominio pleno sobre la cosa que
compra, y no lo tendría si la cosa estuviese poseída por otra persona. No obstante, no
significa que si se vende una casa que está ocupada por inquilinos se incumple la regla de
vender "libre de toda posesión", ya que el locatario no tiene la pretensión de ser dueño del
bien. Esto no obsta a que el comprador tenga que estar al tanto de que la casa está dada en
locación antes de aceptar la oferta de venta.
Respecto de la calidad de los bienes entregados, el Art. 769 del Código Civil
dispone que si se pactó la venta de bienes de una determinada calidad, y el vendedor prueba
que se entregaron los bienes de la calidad contratada, el vendedor no puede rehusar el
recibo de la cosa comprada y puede ser exigido a pagar el precio.
En este sentido, la Convención de Viena hace especial hincapié en la conformidad
de las mercaderías, en cuanto a su cantidad, calidad, tipo, envase o embalaje con lo pactado
entre las partes. La falta de conformidad de las mercancías posibilita que el comprador pue-
da acudir al amplio espectro de acciones que se prevén en la Convención, por ejemplo,
reducción del precio o falta de conformidad de las mercancías.
A falta de acuerdo entre las partes respecto a las características de los bienes a ser
entregados, la Convención de Viena establece sus propias reglas dispositivas, ya que el
principio es que, aun cuando nada se haya pactado, el comprador tiene derecho a recibir
mercaderias que correspondan a unas determinadas calidades o que estén embaladas en una
forma que sea suficiente para su protección. Por ello se establece que las mercaderías deben
ser aptas para: a) Los usos a que ordinariamente se destinen mercaderías del mismo tipo.
Por ejemplo, si se trata de una compraventa de televisores, el comprador cumple
entregando aparatos de televisión que sean apropiados para su uso normal. No obstante, no
estaría obligado a
entregar televisores con conexión de USB ni DVD incluidos.
b) Cualquier uso especial que expresa o tácitamente se haya hecho saber al vendedor en el
momento de la celebración del contrato. Un caso práctico se daría si un comprador pide
botellas de vino para ser servidas en la boda del Príncipe de Asturias a realizarse en el
Palacio Real, en cuyo caso el vendedor no estaría cumpliendo los estándares de calidad si
entrega botellas de vino de calidad estándar.Las mercaderías deben además:
a) Coincidir con la muestra o modelo que el vendedor presentó al comprador o viceversa.
b) Estar envasadas o embaladas en la forma habitual o, en su defecto, en una forma
adecuada para conservarlas y protegerlas.
En lo que respecta a la cantidad, la Convención de Viena dispone que el comprador no está
obligado a aceptar una cantidad mayor, pero si las acepta deberá pagarlas al precio
estipulado en el contrato.
5) Recibo del precio
Según dispone el inc. c) del Art. 759 del Código Civil, el vendedor está obligado a
recibir el precio en el lugar y tiempo convenidos por las partes. Se trata de un deber
secundario de conducta referido a la obligación del comprador de pagar el precio. El
comprador tiene una obligación de dar una suma de dinero y, como contrapartida, el
vendedor tiene la obligación de aceptar el pago. En el caso de que el vendedor se niegue de
forma injustificada a recibir el precio, caerá en mora y procederá el pago por consignación.
Si no se hubiesen pactado el lugar y tiempo del pago, debe distinguirse si la venta es
al contado o a crédito o plazo. Si es al contado, el precio debe pagarse en el momento y
lugar en que debe entregarse la cosa, Si la venta no es al contado, y es a crédito o plazo, el
precio debe pagarse en el domicilio del comprador. La Convención de Viena no contempla
expresamente entre las obligaciones del vendedor la de recibir el pago por los bienes
vendidos. No obstante, esta obligación es la consecuencia necesaria de la obligación que
pesa sobre el comprador de pagar el precio por la propiedad adquirida.
6)Obligación de garantía
El vendedor debe garantizar al comprador que podrá gozar de la cosa adquirida
conforme a su destino y a la naturaleza del derecho de propiedad que le ha transmitido.
Tanto la garantía por evicción como por vicios de la cosa, contempladas en nuestro Código
Civil, son efectos naturales de los contratos onerosos. Por dicha razón, existen, aunque los
contrayentes no lo hayan previsto de forma expresa.
No obstante, el Código Civil admite su modificación o supresión por el hecho de
que no se encuentran en juego normas de orden público. En este sentido las cláusulas
limitativas deben ser interpretadas restrictivamente, debido a que modifican los efectos
naturales del vínculo.
OBLIGACIONES DEL COMPRADOR
Tanto el Código Civil como la Convención de Viena identifican dos principales
obligaciones a cargo del comprador: el pago del precio y el recibo de la cosa comprada.
1)Pago del precio
Es la obligación principal a cargo del comprador y uno de los factores del contrato
de compraventa. El Art. 763 del Código Civil dispone como regla general que el precio
debe ser pagado en el lugar y fecha que hayan determinado las partes. La Convención de
Viena sigue la misma línea, y solo a falta de acuerdo entre las partes establece reglas
dispositivas para regular la obligación.
El Código Civil dispone que si las partes no estipularon al respecto, el precio debe
ser pagado en el lugar y acto de entrega de la cosa objeto del contrato. Conforme a la
Convención de Viena, si es que las partes pactaron que el pago se tenga que hacer contra la
entrega de mercaderías, se adopta la misma solución del Código Civil. De conformidad al
Código Civil, si la venta se ha realizado a crédito o plazo, el precio se debe pagar al
vencimiento del plazo en el domicilio del comprador. Por su parte, la Convención de Viena
expresa que si no se pactó otro lugar para el pago, el comprador debe hacerlo en el
domicilio del vendedor. En cualquier caso, el comprador no está obligado al pago mientras
no haya tenido la posibilidad de examinar los bienes adquiridos.
2)Recibo de la cosa comprada
Sobre el vendedor pesa la obligación inherente a la compraventa cual es la de
entregar el bien cuya propiedad fue transferida. Consecuentemente, sobre el comprador
pesa la obligación de recibir el bien adquirido.
El Código Civil dispone que, salvo que las partes hayan estipulado de forma
diferente, el comprador debe recibir la cosa comprada al concluirse el contrato. Es decir,
salvo que las partes hayan señala do que la entrega de la cosa haya de verificarse con
posterioridad, el comprador está obligado a recibirla en el acto de la compra.
Para la Convención de Viena la obligación del comprador de recibir la cosa
adquirida comprende dos obligaciones derivadas. La primera, consiste en que el comprador
debe realizar todos los actos que razonablemente quepa esperar de él para que el vendedor
pueda efectuar la entrega. Evidentemente, las condiciones contractuales de cada caso
particular determinarán de qué manera debe darse esta cooperación. Si el lugar de la
entrega de la cosa es en el establecimiento comercial del comprador, el mismo deberá
facilitar el acceso al vendedor a fin de que sus dependientes puedan ingresar al local y
poner la cOsa a disposición de aquel. Mayor responsabilidad aún tendrá el comprador si
inclusive se pactó que el vendedor debía instalar la cosa en el establecimiento del
adquirente.
La segunda, consiste en la obligación del comprador de "hacerse cargo" de la cosa
adquirida, la cual nace a partir del cumplimiento de la obligación del vendedor de entrega
de la misma. La forma en que el comprador se debe hacer cargo depende de lo que haya
sido
pactado entre las partes. Por ejemplo, si en el contrato de compraventa se pactó la entrega
de la cosa de acuerdo con la cláusula INCOTERM "FCA" (franco transportista), el
vendedor cumple con su obligación de entrega de la mercadería cuando la pone a
disposición del transportista principal contratado por el comprador en el punto acordado.
Por tanto, en este caso el comprador debe "hacerse cargo" de la mercadería desde que el
vendedor la puso a disposición del transportista contratado por el mismo comprador.
CLÁUSULAS ESPECIALES EN EL CONTRATO DE COMPRAVENTA
INTRODUCCIÓN
El principio general que rige el ámbito contractual y se aplica en nuestro Código
Civil es el de la autonomía de la voluntad. Los contratos de compraventa no son la
excepción y, en aplicación del prin-cipio, las partes son libres de modificar los efectos del
corntrato y el alcance de sus obligaciones pactando las cláusulas y modalidades que crean
convenientes.
Así lo confirma el Art. 766 del Cóódigo Civil al establecer que "las partes podrán,
por cláusulas especiales, subordinar a condiciones, cargos o plazos, o modificar de otra
manera los efectos normales del contrato".
Por supuesto que esa libertad no es absoluta, y la intención de las disposiciones
contenidas en la Sección V "De las cláusulas especiales" dentro del Capítulo I de la
compraventa, además de ratificar la autonomía de la voluntad, es la de establecer las
limitaciones dentro de las cuales la libertad de las partes pueda ejercerse.
Estas cláusulas especiales pertenecen a lo que se conoce como "elementos
accidentales" del contrato, precisamente porque queda al arbitrio de las partes incluirlas o
no y no hacen a la esencia del Contrato.
Ahora bien, nuestro Código Civil se refiere a las cláusulas especiales de uso más
frecuernte, lo que no significa que la enunciación sea taxativa, ya que las partes, en
ejercicio de la autonomía de la voluntad y dentro de los límites establecidos por ley, pueden
crear cualquier otra cláusula que consideren conveniente.
VENTA CON PACTO DE PREFERENCIA
El Art. 771 del Código Civil dispone que "puede estipularse el pacto de preferencia,
facultando al vendedor para recuperar el bien vendido con prelación a cualquier otro
adquirente, cuando el comprador quisiere venderlo o darlo en pago. El derecho de
preferencia es personalísimo".
Si bien el Código Civil prohíbe el pacto de retroventa o pacto de reventa, sí admite
la posibilidad de pactar una preferencia a favor del vendedor original para el caso de que el
comprador desee volver a vender la cosa adquirida o entregarla como dación en pago.
Este derecho de preferencia es personalísimo, es decir, intransferible. No se
transtiere a los herederos del vendedor ni puede ejercerse por los acreedores del vendedor
en ejercicio de la acción subrogatoria. No obstante, hay quienes sostienen en doctrina que
nada impediría a las partes estipular la cesibilidad y transmisibilidad hereditaria del derecho
de preferencia.
El Art. 772 prevé que "si se estipuló pacto de preferencia, el deudor sólo podrá
ejercer su derecho dentro de tercero día, tratándose de cosas muebles o incorporales, y en el
plazo de diez días, respecto de inmuebles. Perderá la preterencia si no pagare el precio; a si
no satisface las otraS ventajas que el comprador hubiere obtenido".
Esta disposición fija los plazos dentro de los cuales debe ejercitarse el pacto de
preferencia a favor del vendedor. Si se trata de una venta de cosas muebles o incorporales,
debe ejercerse dentro del plazo de tres días. Si se trata de una venta de bienes inmuebles,
den tro de diez días.
La norma también dispone que si dentro de ese plazo el vendedor no paga el precio
o no satisface las ventajas que el comprador hubiese obtenido de venderlo a un tercero,
pierde automáticamente el derecho de preferencia que le fuere otorgado.
Del Art. 772 surge que para que el comprador pueda efectivamente hacer uso de su
derecho de preferencia debe estar al tanto del precio al que el comprador desea volver a
vender la cosa y de las ventajas que pretende obtener de la venta, así como también de las
demás circunstancias necesarias para que se configure la venta.
En este sentido, el Art. 773 dispone que "el comprador debe hacer saber al vendedor
el precio y las ventajas ofrecidas, así como el lugar y momento en que habrá de verificarse
el remate, en su caso no haciéndolo, responderá por los daños y perjuicios que la nueva
venta ocasionare el primitivo vendedor".
Conforme a la norma transcripta, el comprador debe comunicar al vendedor el
precio de la cosa, las ventajas otrecidas y, en su caso, el lugar y momento en que se
realizará el remate. Ahora bien el comprador no está obligado a informar acerca de quién
sería el nuevo comprador.
En lo que concierne al incumplimiento de la comunicación, la norma claramente
dispone que el comprador deberá indemnizar al vendedor por los daños y perjuicios que le
genere la venta a un nuevo comprador. Es decir, el incumplimiernto de la comunicación no
ocasiona la nulidad de la nueva venta; sino que tiene un efecto indemnizatorio.
PACTO DE MEJOR COMPRADOR
Dice el Art. 774 del Código Civil que "el pacto de mejor comprador autoriza la resolución
del contrato si un tercero ofreciere un precio más ventajoso. Sólo podrá convenirse
tratándose de inmuebles, y por un plazo no mayor de tres meses".
El pacto de mejor comprador es la cláusula a través de la cual se faculta al vendedor a
resolver el contrato de compraventa en caso de encontrar un nuevo comprador que
ofreciese un precio más ventajoso, lo cual le permite enajenar el bien inmueble en mejores
condiciones. La figura del pacto de mejor comprador ha perdido su utilidad a través del
tiempo y se encuentra en desuso, principalmente debido a que genera incertidumbre en las
inversiones inmobiliarias, cada vez más dinámicas y onerosas.
¿Por qué genera incertidumbre? La compraventa que incluye un pacto de mejor
comprador se considera celebrada bajo condición resolutoria. Es decir, si dentro del plazo
de tres meses que preve la norma transcripta, el vendedor encuentra un comprador que le
ofrezca condiciones más ventajosas, la venta original queda deshecha.
El Art. 775 del Código Civil dispone que "el vendedor debe hacer saber al
comprador quien sea el mejor comprador, y que ventajas le ofrece. Si el comprador
propusiere iguales ventajas, tendrá el derecho de preferencia; si no, podrá el vendedor
disponer de la cosa a favor del nuevo comprador.
No habrá mejora por parte del nuevo comprador, que dé lugar al pacto de mejor comprador,
sino cuando hubiere de comprar la asa o recibirla en pago, y no cuando se propusiere
adquirirla por cualquier contrato".
La norma transcripta estipula que al surgir un nuevo comprar el vendedor tiene la
obligación de comunicar al comprador original el nombre del nuevo comprador y las
condiciones bajo las cuales se ofrece a comprar el inmueble. Una vez informado, el
comprador original puede evitar la resolución del contrato de compraventa original
ofreciendo las mismas ventajas. En caso de que lo haga, el vendedor, en virtud al pacto de
preferencia a favor del comprador original, debe preferirlo en la venta del inmueble. Solo si
el comprador original no puede ofrecer las mismas ventajas el vendedor puede disponer del
inmueble a favor del nuevo comprador.
Ahora bien, ¿qué se entiende por mejoras condiciones de venta? Las mismas
podrían consistir no solo en la mejora del precio sino también en la disminución de los
plazos estipulados para el pago, el pago del precio al contado o en un lugar más útil al
vendedor. Se ha dicho que puede incluso darse el caso de que el precio sea inferior al
primitivo, pero esté acompañado de otras ventajas o prestaciones que en su conjunto
superen el precio original, u ofrezca mayores garantías.
Comprador solo es aplicable cuando el nuevo comprador hubiere de Comprar la
cosa o de recibirla en pago. Es decir, no se aplica la figura si el nuevo comprador quiere
adquirir la cosa mediante otro tipo de La segunda parte del Art. 775 establece que el pacto
de mejor de Contrato0s, como una permuta, por ejemplo.
VENTAS ALEATORIAS O DE BIENES EXPUESTOS A RIESGO
Dice el Art. 779 del Código Civil: "En la venta de bienes expuestos a riesgos que el
comprador tomare a su cargO, podrá exigirse el precio, aunque la cosa no existiere en todO
o en parte en la fecha del contrato. Sin embargo, el acto será anulable como doloso siempre
que el vendedor hubiese conocido el resultado del riesgo a que los bienes estaban sujetos".
La venta aleatoria se produce cuando el comprador asume el riesgo de la
adquisición de una cosa futura total o parcialmente inexistente.
El artículo transcripto prevé en su primer pate que de darse el caso de la venta de un
bien sujeto a riesgos-es decir, que al momento de perfeccionarse el contrato no existe
certeza acerca de si va a existir total o parcialmente, y sea el comprador quien asuma esos
riesgos, el vendedor puede exigir el pago del precio a cambio. Cabe resaltar que el
comprador debe pagar íntegramente el precio, aunque la cosa futura nunca llegue a existir,
pues precisamente ese el riesgo que asumió.
Por ejemplo, puede darse el caso en que se venda una cosecha de maíz y el
comprador asuma el riesgo de que la cosecha se pierda total o parcialmente antes de que el
maíz pueda ser efectivamente cosechado.
Ahora bien, la segunda parte de la norma prevé el supuesto de que el vendedor haya
conocido desde el momento de efectuar la venta el resultado del riesgo asumido por el
comprador. Siguiendo con el ejemplo, se daría el supuesto de si el vendedor siempre supo
que nunca iba a poder cosecharse el maíz, porque en el campo se había derramado una
sustancia química que evitaría su crecimiento.
La solución de la norma como castigo a la mala fe del vendedor es la posibilidad de
anular el contrato, calificando su conducta como dolosa. Es decir, además de la anulación
de la venta, el vendedor estaría obligado a la restitución del precio más los daños y
perjuicios ocasionados al comprador.
LA CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE LOS CONTRATOS DE
COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE MERCADERÍAS DE 1980
Más de ochenta países forman parte en la actualidad de la Convención de las
Naciones Unidas sobre los contratos de compraventa internacional de mercaderías,
conocida como Convención de Viena ( o en su acrónimo inglés CISG, Convention on
International Sale of Goods, o en su acrónimo español CNUCCIM), ya que fue aprobada en
esa ciudad el 11 de abril de 1980.
La Convención de Viena fue redactada con miras a la unificación del derecho en
materia de compraventas internacionales. Atendiendo a la cantidad de adopciones que ha
tenido, puede decirse que ha alcanzado en gran medida su objetivo, ya que se estima que
dos
tercios del conjunto del comercio internacional quedan regulados por sus disposiciones.
Nuestro país la ha adoptado por Ley 2611 del año 2005, entrando la Convención en vigor a
partir del 1 de febrero de 2007.
La difusión de la Convención de Viena ha actuado como un importante factor de
desarrollo del comercio internacional ya que la misma brinda dos elementos claves: certeza
y seguridad. Certeza sobre el derecho que rige la relación, y seguridad para las partes
Contratantes de que, sea cual fuere la corte que entienda en una eventual disputa, no serán
sometidas a una ley extraña a las mismas.
La Convención de Viena establece el conjunto de normas substantivas reguladoras
del contrato de compraventa y se encuentra dividida en cuatro partes. La Parte I trata del
ámbito de aplicación y las disposiciones generales. La Parte II contiene las normas que
rigen la Formación de contratos de compraventa internacional de mercaderías. La Parte III
se refiere a los derechos y obligaciones sustantivos de comprador y vendedor derivados del
contrato. La Parte IV contiene las disposiciones finales de la Convención relativas a asuntos
tales como el modo y el momento de su entrada en vigor, las reservas y declaraciones que
se permite hacer a los estados contratantes y la aplicación de la Convención a las
compraventas internacionales cuando ambos estados interesados se rigen por el mismo o
semejante derecho en esta cuestión.
CONTRATO DE PERMUTA
CONCEPTO
El Código Civil legisla el contrato de permuta en cuatro artículos (Arts. 799 a 802),
ubicados seguidamente a las disposiciones que regulan el contrato de compraventa.
El Art. 799 del Código Civil expresa que "por el contrato de permuta las partes se
transfieren recíprocamente la propiedad de cosas u otro derecho patrimonial". Por lo tanto,
la permuta consiste en un intercambio de cosas o de un derecho patrimonial por otra cosa u
otro derecho patrimonial.
ANALOGÍAS Y DIFERENCIAS CON EL CONTRATO DE COMPRAVENTA
ANALOGÍAS
El contrato de permuta presenta características similares al contrato de compraventa. La
afinidad entre ambas figuras se evidencia desde que se rigen por las mismas normas, salvo
algunos casos regulados específicamente.
Sobre este punto, el Art. 802 del Código Civil estipula que la permuta se rige por las
disposiciones concernientes a la compraventa, en todo lo que no esté determinado en los
artículos que regulan específicamente la permuta, que, como dijimos anteriormente, son
solo cuatro.
En esencia, esta restricción afecta a aquellas relativas al precio y cuestiones
conexas, como la posibilidad de que el comprador pueda aplicar una reducción del precio
como remedio disponible.
Siguiendo con las similitudes entre ambos contratos, es preciso destacar que tanto la
compraventa como la permuta implican la transmisión de la propiedad de los bienes de una
parte a la otra a cambio de una contraprestación -si bien difieren en cuanto a la naturaleza
de la contraprestación, como se verá a continuación.
DIFERENCIAS
La diferencia primordial entre ambas figuras constituye la naturaleza de la
contraprestación.
Un requisito fundamental del contrato de compraventa es que el precio que paga el
comprador a cambio de la transmisióón de la propiedad de un bien, debe estar fijado en una
suma de dinero.
Al contrario, en el contrato de permuta la contraprestación no Consiste en dinero, sino en
otro bien u otro derecho patrimonial. Al respecto, el Art. 756 del Código Civil estipula: "Si
el precio consistiere, parte en dinero y parte en otro bien, el contrato será de permuta, Si es
igual o mayor el valor en especie, y de venta en el caso contrario".
Del artículo transcripto podemos llegar a dos conclusiones.
La primera, que el derecho local diferencia al contrato de compraventa del contrato
de permuta con base en el carácter de la con contraprestación: si está fijada en dinero
estamos frente a un contrato de compraventa, mientras que si está fijado en un bien,
estamos frente a un contrato de permuta.
La segunda, que si tenemos un contrato en el que el precio se fijade forma mixta es
decir, parte en dinero y parte en otro bien, será necesario identificar la proporción que
representa cada uno con relación al total, para concluir si va a ser considerado de
compraventa o de permuta. Si la parte del precio fijado en un bien es de igual o mayor valor
que la parte del precio fijado en dinero, el contrato va a ser de permuta. Al contrario, si es
de menor valor, el contrato va a ser considerado como una compraventa.
Otra diferencia entre el contrato de compraventa y el de permuta es que en el
primero las partes intervinientes son o compradores o vendedores. Es decir, el que
transmite la propiedad del bien es el vendedor y el que paga la suma de dinero es el
comprador.
En el contrato de permuta las partes intervinientes actúan al mismo tiempo como
compradores y vendedores. Tal como expresa el Marco Común de Referencia, en una
permuta, cada una de las partes se considera comprador de los bienes que recibe y vendedor
de los bienes u objetos que transmite.
DERECHOS Y OBLIGACIONES EMERGENTES DEL CONTRATO
Como al contrato de permuta se aplican las disposiciones legales que regulan el
contrato de compraventa, los derechos y obligaciones de las partes son los mismos. Ello
siempre y cuando los artículos que regulan específicamente la permuta no estipulen algo
diferente.
Por lo tanto, nos referimos a lo anteriormente desarrollado con relación al contrato
de compraventa en cuanto sea pertinente y, a Continuación, pasaremos a analizar
disposiciones particulares del Contrato de permuta, en cuanto reconozcan derechos o
impongan obligaciones a las partes.

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