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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION

UNIVERSIDAD DEL ZULIA

FACULTAD EXPERIMENTAL DE ARTE

TEMA C RAICES BILOGICAS DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

Rubén Aguirre

CI: 29.646.031

Maracaibo, 6 de Diciembre del 2022


Primeramente el capítulo empieza desarrollando la función que realiza La
Etología humana, que Según Abati.1993, la misma estudia el comportamiento
humano desde una perspectiva biológica en contextos culturales, donde su
objetivo es conocer qué es lo que pertenece a la naturaleza humana, es decir, que
parte de nuestro comportamiento es innata y, por, tanto, genéticamente codificada
y programada.

El autor del libro Kottak plantea que la etología humana investiga las relaciones
funcionales de todos los factores que intervienen en la conducta, donde el mismo
las divide en dos niveles el Fisiológico y el Filogenético. A nivel fisiológico, enlaza
con la fisiología del comportamiento, que trata de saber que desencadena un
comportamiento y el funcionamiento de las estructuras bioquímicas y neurales que
están en su base. A nivel Filogenético, se plantea cómo aconteció la formación y
desarrollo de un comportamiento

Según (Koning, 1970). La Etología humana, desde su enfoque y en relación


con la antropología, investiga también las adquisiciones culturales del hombre.

La etología humana trata de aportar a la antropología, así como a otras ciencias


del hombre como la psicología, una valoración ponderada del comportamiento
humano. Se trata de ver en qué medidas nuestro comportamiento es innato, es
decir, sigue unas directrices seleccionadas por su valor adaptativo, y en qué
medida es consecuencia de una tradición aprendida, con la posibilidad de
múltiples combinaciones.

Como primer punto, el Autor Kottak nos desarrolla la Adaptación Filogenética


y Cultural, donde nos establece que Darwin (1.872), distingue entre las
disposiciones innatas y las que el individuo adquiere a lo largo de su vida
mediante aprendizaje, refiriendo a lo innato no sólo que expresa lo no aprendido,
sino que significa adaptación filogenética, es decir, que determinados patrones de
comportamiento y capacidades de la percepción han sido seleccionada
filogenéticamente.
El autor también nos establece que Lorenz y Tibergen( 1.939), formalizaron el
concepto de coordinaciones hereditarias, las mismas frecuentemente
relacionadas con movimientos de orientación para configurar actos instintivos más
complejos. Las coordinaciones hereditarias son patrones de comportamientos
innatos y específicos, con secuencias de movimientos reconocibles y constantes
en su forma pero no rígidos, están asociadas, a menudo, a las acciones
orientativas para formar unidades funcionales superiores, que denominamos
acciones instintivas.

Dentro de este punto de la Adaptación Filogenética y Cultural el autor las


clasifica según diferentes áreas, primeramente se encuentra la Motriz o de la
Motricidad. El autor nos expresa que el niño recién nacido presenta un amplio
repertorio funcional de movimientos, incluidas manifestaciones acústicas como
movimientos de agarrarse, de andar, de natación, de gatear con las piernas, entre
otros. También el recién nacido dispone de un gran número de movimientos
reflejos específicos, que el médico utiliza para el diagnóstico de normalidad como
reflejos de Moro, de búsqueda rítmica del pecho, de succión, etc.

No todas las disposiciones tienen que estar desarrolladas en el momento de


nacimiento, algunas maduran con el desarrollo juvenil, otras con el sexual, entre
otros. Algunos de los comportamientos de la infancia se pierden con el tiempo,
mientras que otros pasan a formar parte de los movimientos expresivos del adulto.
Por otra parte, nos encontramos con la sorprendente coincidencia de la mayoría
de las expresiones faciales en todos los grupos humanos, indudablemente
independientes del ambiente cultural, como el saludo con los ojos, la cordial
inclinación de cabeza y la sonrisa, el saludo amistosos entre individuos del mismo
sexo o cuando existe coqueteo entre hombre y mujer.
Luego se encuentra el área de la Percepción: el conocimiento innato, el Autor
nos desarrolla que la Percepción ha de cumplir importantes funciones como la de
servir de base al proceso de la comunicación humana. El autor nos señala
referente a lo anterior que el hombre tiene que moverse y saber discernir los
objetos tantos fijos como móviles de su entorno, donde el procesamiento de estos
datos exige la existencia de mecanismos de acción, muchos de los cuales son
adaptaciones filogenéticas. Así, el hombre está dotado de un equipo de programas
que coordinan y orientan su comportamiento, a fin de saber que ha de hacer y que
ha de evitar.

Como siguiente área se encuentra la Reguladoras del impulso donde la misma se


divide en tres:

1. Mecanismos desencadenadores innatos, e inhibidores. Estímulos clave


y desencadenadores: Los mecanismos desencadenadores innatos (MDI)
según el autor del libro fueron señalados por Lorenz (1.943) y formulados en
su versión definitiva por Tinbergen (1.951), donde señala que se trata de
mecanismos neurosensoriales, que permiten que los impulsos centrales
lleguen a los efectores sólo cuando se presenta determinados estímulo clave,
los mismos suelen ser sencillos y análogos. Los estímulos claves como los
desencadenadores en general, activan patrones de comportamiento muy
específicos como los de la lucha y el cortejo. También existen los
correspondientes mecanismos inhibidores, como el movimiento alternativo de
búsqueda del pecho materno cede cuando el lactante toca el pezón con la
boca.
2. Mecanismos Motivadores innatos: Según el autor del libro, se trata de la
expresión de una disposición muy específica a la acción, que vivenciamos
como “Estados afectivos”, los cuales actúan sin necesidad de ser
desencadenados por un estímulo, sirven para que no sea necesario la llegada
del estímulo ambiental, a fin de satisfacer alguna necesidad, por ejemplo
cuando estamos sedientos y buscamos agua y nuestros sentidos responden
selectivamente a los estímulos adecuados, el autor en este punto resalta que
se reconocen distintos tipos de apetencias y no sólo las clásicas como son el
hambre, sed o impulso sexual, como por ejemplo, la necesidad de actividad
locomotora y la misma curiosidad.

3. Emociones: Las emociones tienen su substrato anatómico en circuitos y


redes neurales del sistema límbico. La transferencia de estados de ánimo está
relacionada con la activación de procesos neuroquímicos. La investigación
cultural comparada ha podido comprobar una amplia base de coincidencia en
las manifestaciones de las emociones y sentimientos en las distintas culturas
como el amor, odio, celos, ira, envidia, miedo, mala conciencia, etc., donde
estos comportamientos difícilmente habrían podido ser aprendidos, al contrario
parecen consecuencia de una herencia biológica común. El autor nos expresa
que podemos aprender los objetos de nuestros sentimientos, pero no el
sentimiento mismo.

Turner (1967). “La emoción, categoría marginada de la antropología, ha sido


recuperada en la construcción del significado y como acción social mediadora “
Otro punto desarrollado por el Autor en el libro el de las Raíces de la
Sociabilidad y su Evolución

Según, el autor del libro la sociabilidad se ha desarrollado en diversos pasos


evolutivos, donde sí se revisan estas formas evolutivas se encuentran los modelos
de sociabilidad como: La asociación, que consiste en agrupaciones gregarias
(peces, iguanas, etc.), cuyos individuos no se reconocen mutuamente, su finalidad
es defenderse del peligro. Luego se encuentra la unión entre individuos de distinto
sexo o unión con congénere del otro sexo que allí aparece ya en peces,
estableciéndose vínculos cada vez más fuertes. Finalmente, se desarrolla el
vínculo personal con la pareja, cuya característica es el deseo de proximidad.

Según una hipótesis, fue el desarrollo del proceso de cría en los vertebrados lo
que supuso el origen de la amistad y de lo que llamamos amor. Sólo a partir del
desarrollo de la comunicación padre – hijo, con el conjunto de señales de solicitud
y comportamientos asistenciales correspondientes, surge la posibilidad de un
vínculo más íntimo entre adultos, donde la prolongada relación madre-hijo pone
las bases de la capacidad de vinculaciones individualizada, e incluso la crianza
hace posible unir en grupo a los que no estaban emparentados, constituyéndose
formas cooperativas de vida en grupo.

El autor en este punto señala varios elementos importantes como la


Comunicación y sexualidad. El hombre dispone de un repertorio innato de
señales, dado como adaptaciones filogenéticas, que nos permite tanto emitir como
entender al recibir tales señales y gracias a ellos podemos comunicarnos por
encima de las barreras lingüísticas y culturales.
La sexualidad ejerce en el ser humano una importante función vinculante,
expresada por la insistencia con que aparece esta dimensión en las
manifestaciones artísticas. Esta contribución contribuye a mantener la estabilidad
de la pareja, al haberse liberado la sexualidad de los periodos de celo y tratarse de
una sexualidad activa durante todo el año. Desde el punto de vista de la
investigación, hasta ahora la atención se ha dirigido sobre todo al acto sexual,
pero otros momentos como el de la toma de contacto heterosexual, el galanteo y
el enamoramiento han de ser aún estudiados. Según algunas teorías, el amor
personal sería una innovación de tiempo reciente, donde al menos en los pueblos
triviales el amor tiene una profunda expresión.

Otra Elemento es el de la Jerarquía y dominancia, la misma ha sido bien


estudiada en animales, habiéndose encontrado en los primates complejas redes
de relaciones de dominancia sumisión, pero son los hombres los que más
muestran de una manera acentuada esta tendencia a competir por aumentar el
prestigio, como asimismo, tienden a aceptar y a reconocer el rango de otros. El
hecho es que cuando los humanos se reúnen en grupos, forman rápidamente
jerarquías.

El autor señala que aunque hay jerarquías en hombres como mujeres, se puede
apreciar una distinta competencia por el rango, estando las mujeres más
dispuestas a reconocer el rango de los demás.

Las jerarquías de la especie humana son dinámicas y no simplemente lineales,


extendiéndose, además a diferentes áreas de competencia, de modo que en un
grupo varias personas a la vez pueden gozar de prestigio

Otro Elemento importante que el autor nos muestra es la Identidad grupal y su


conservación, donde el autor nos expresa que los miembros de un mismo grupo
comparten un modo de actuar según unas mismas reglas y mantienen un trato
personal que proporciona una relación de confianza y una vinculación mutua
cuasi-familiar.

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