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INTRODUCCIÓN

Aquellos que somos docentes comprometidos con la profesión,


siempre estamos en la búsqueda de variedad de actividades en el aula.
Nuestro objetivo principal -en conjunto con el de la escuela- es que
nuestros alumnos aprendan. Desde el surgimiento de la educación
formal, muchas corrientes y disciplinas han emergido y desarrollado en
pos del aprendizaje, y han caminado codo a codo con cada situación
coyuntural.

Entre aquellas disciplinas vinculadas al aprendizaje, la Neurología


es una de ellas que, además, ha demostrado un prominente desarrollo
en los últimos tiempos. Es así que la Pedagogía se ve íntimamente
relacionada con la Neurología, surgiendo, por lo consiguiente, la
Neuropedagogía.

La aparición de esta disciplina nos va a facilitar, por un lado, la


manera de entender los diferentes estilos de aprendizaje de nuestros
alumnos y sus inteligencias múltiples; y por el otro, nos presentará las
distintas formas de enseñar y que, además, todo eso que queremos que
ellos aprendan, sea asimilado significativamente.

ETIMOLOGÍA Y SIGNIFICADO
La palabra neuro implica “cálculo nervioso que activa nuestro
comportamiento”1. Es decir, es el proceso neurológico ligado al mundo
que nos rodea a través de los cinco sentidos. Ese vínculo es el que da
significado a los objetos, cosas e informaciones, a la parte intelectual de
la persona.

En cuanto a la definición etimológica de Pedagogía, proviene de


las palabras griegas, Paidos que significa “niño”, y Agogus que significa
“conducir guiar, dirigir y formar”. Esto quiere decir que, al poner en
práctica la Pedagogía, estamos aplicando un conjunto de acciones

1
http://wwwneuropedagogia.blogspot.com.ar/
estratégicamente diseñadas para guiar y dirigir el proceso de
aprendizaje de los alumnos en el aula.

Por lo tanto, de la comunión de los dos conceptos surge la


NEUROPEDAGOGÍA. Esta nueva disciplina se ocupa de estudiar el
proceso de activación de las neuronas para facilitar y favorecer el
aprendizaje de los niños, considerando además las reacciones
emocionales de los mismos, los diferentes tipos de aprendizaje y los
variadas clases de contextos áulicos donde estos aprendizajes tienen
lugar y en los cuales los niños se ven inmersos.

CAMPO DE ESTUDIO Y PRÁCTICA


Antes de la puesta en práctica de la Neuropedagogía, existían, y
existen aún, estrategias de enseñanza que resultan obsoletas o quizás,
no sean las adecuadas para el aprendizaje de todos los educandos por
igual. Esto se debe al hecho de no tomar en cuenta no solo el ambiente
que los niños necesitan para su desarrollo, sino también, las diferentes
potencialidades que cada individuo posee. Tal como lo señala Howard
Gardner en sus libros acerca de las Inteligencias Múltiples.

Al ser una ciencia que une el conocimiento que se tiene del


cerebro con la educación, la Neuropedagogía, estaría en condiciones de
proporcionar soporte y, quizá, por qué no, la solución para fortalecer y
favorecer el aprendizaje en los niños; incluso aquellos que sufren
trastornos neurológicos como: discalculia, dislexia, disgrafía, e incluso,
trastornos específicos del desarrollo del lenguaje. 2

PLASTICIDAD CEREBRAL Y APRENDIZAJE

Un recién nacido ya posee la suficiente cantidad de neuronas con


sus conexiones o redes neuronales cuyo número se va modificando a
medida que ese individuo crece. Dichas redes neuronales se van

2
https://es.wikipedia.org/wiki/Neuroeducación
modificando y regenerando constantemente. Es decir, cada vez que el
cerebro realiza un cálculo matemático o simplemente une palabras para
producir oraciones, se generan cientos de miles de contactos
neuronales, lo cual muestra el gran laberinto cerebral en el acto de
pensar o hablar. Esto es la neuroplasticidad. En otras palabras, es la
capacidad que nuestro sistema nervioso tiene de incrementar la
cantidad de ramificaciones interneuronales y sinapsis, a partir de
estímulos, sensaciones, emociones, percepciones que actúan sobre el
córtex cerebral en donde se encuentra la mayor cantidad de neuronas
asociativas.

Si entendemos esto, estaríamos en condiciones de comprender la


base estructural del aprendizaje desde el punto de vista de la
Neuropedagogía o desde las Neurociencias.

Por lo dicho anteriormente, esta es la razón principal por la que,


en la primera etapa escolar, los maestros debemos ser conscientes del
desarrollo cerebral de un niño. De esta manera, podremos estar mejor
preparados al momento de presentar cualquier conocimiento o
información a ser incorporada por los educandos, y en donde los
cerebros, tanto racional como emocional, entran en juego
conjuntamente sin olvidar la importancia del cerebro reptiliano.

El aprendizaje desde este punto de vista se activa por medio de la


repetición de impulsos nerviosos a través de procesos pedagógicos
conductuales, como se sigue llevando adelante en la educación
tradicional. Del mismo modo, mediante el juego, el aprendizaje se
puede fortalecer de una forma mucho más productiva. Al incluir en
nuestras planificaciones procesos lúdicos recreativos, lo resultados
serán mucho más eficaces metodológicamente hablando.
Desde las Neurociencias, el aprendizaje refuerza la sinapsis3,
siendo esto la base fundamental de la memoria tanto implícita como
explícita. En cambio, desde la Neuropedagogía, el aprendizaje está
relacionado más con los procesos de comprensión, que con la
asimilación de información. Entonces, la comprensión necesita
relacionar / asociar, a nivel mental, información significativa y
contextualizada.

Se desprende de lo anterior que, un proceso educativo que logre,


por medio de actividades lúdicas, producir más ramificaciones de
dendritas y, por consiguiente, más sinapsis, eventualmente, logrará
mayor aprendizaje en los alumnos.

El ser humano no aprende a jugar. Toda la información asociada


a lo lúdico y el aprendizaje se encuentra en la memoria filética4. Es por
eso que nacemos con la capacidad de saltar y jugar con el cordón
umbilical. Somos lúdicos por naturaleza. Por lo tanto, no debemos
aprenderlos, sino más bien, debemos desarrollarlos y ejercitarlos para
que lleguen a su máxima expresión. Una vez que asociamos capacidad
de jugar con creatividad e inteligencias múltiples, se obtendrán nuevos
saberes para el desarrollo escolar y, por extensión, el desarrollo de
nuestra sociedad y cultura.

Aprender no es un acto para cambiar a las personas, se puede


afirmar que, es un proceso de comprensión y transformación. Aprender
implica que el procesamiento de la información que hace el cerebro se
haga en forma holística, y pueda producirse, así, la neuroplasticidad.

Como expresa el científico argentino Estanislao Bacharach: “A


medida que aprendemos, el cerebro cambia la organización y

3
La sinapsis (del griego σύναψις [sýnapsis], ‘unión’, ‘enlace’)1 es una unión (funcional) intercelular
especializada entre neuronas, ya sean entre dos neuronas de asociación, una neurona y una célula
receptora o entre una neurona y una célula efectora (casi siempre glandular o muscular). En estos
contactos se lleva a cabo la transmisión del impulso nervioso.
4
La memoria filética es la memoria innata, transmitida por los padres. Contiene información propia
de nuestra especie, incluso de especies que nos precedieron en la escala evolutiva.
reorganización de su estructura. Y, al estar en constante aprendizaje,
podríamos decir que el cerebro está cambiando su cableado todo el
tiempo. [...] Lo que hagamos con nuestras vidas cambia literalmente
nuestro cerebro”5

EL PAPEL DEL JUEGO EN EL NEUROAPRENDIZAJE

Es bien sabido que aprendemos de manera amena todo aquello


que implica el disfrutar y gozar mientras incorporamos conocimiento,
utilizando técnicas de aprendizaje relacionadas con lo lúdico, más aún si
la actividad a realizar se ve acompañada por toda una atmósfera
cargada de afecto y empatía. Es por esto que la Educación debe ser
interpretada como un proceso donde se ponen en práctica el apoyo
entre pares y la participación, dejando de lado la erudición y donde la
comunicación fluye de tal manera que no existe dominio alguno entre el
emisor y el receptor, ya que todos los participantes se ven involucrados
en ambos roles; siempre y cuando el acto comunicativo se realice en un
ambiente escolar.

Como parte de las transformaciones que tienen lugar en el


cerebro, el juego, cumple un papel importante en los procesos de la
mente, al igual que las emociones. Durante la etapa de juego entran en
juego la producción de sustancias (neurotransmisores, hormonas,
péptidos, moléculas de la emoción) los cuales estimulan ciertas zonas
del cerebro. Si logramos ser conscientes de este proceso, evitamos la
creación de entornos amenazantes y en consecuencia el proceso de
downshifting6.

Por otra parte, y dado que las emociones juegan un papel muy
importante durante el acto educativo, y dentro del aula, deberemos
tenerlas en cuenta y mencionar que algunas son primarias y otras
5
Bacharach, E. (2014), “ÁgilMente”, 20* ed., Buenos Aires, Sudamericana, Noviembre de 2014.

6
Proceso durante el cual no llega suficiente sangre y oxígeno al cerebro racional como para que éste
trabaje eficazmente. Es una respuesta al entorno amenazante durante la cual nuestros cerebros
primitivos se refugian en una etapa evolutivamente anterior como una defensa pro supervivencia.
secundarias. Mencionaremos también que las primeras están
genéticamente predeterminadas, en tanto que las segundas, si bien
poseen una predeterminación genética, se ven fuertemente moldeadas
por la cultura en que los niños viven.

Al referirnos a las emociones y su papel dentro del aprendizaje,


debemos tener en cuenta que los estímulos percibidos por los sentidos
de cada alumno se ven afectados por las áreas del cerebro por donde
pasa la información (tálamo, hipocampo y amígdala) para que de esta
manera al almacenar conocimiento haya aprendizaje. Siguiendo a la
Profesora Rosana Fernández Coto, “Las emociones no son buenas ni
malas, ya que se despertarán siempre antes de podamos ser
conscientes de ellas”. Aunque no podemos eludirlas, sí podemos
guiarlas respecto de nuestras reacciones emocionales.

EL SISTEMA EDUCATIVO

Creemos que entre los errores más comunes del presente sistema
educativo podemos nombrar dos: no ser capaces, la mayoría de las
veces, de captar la atención de los alumnos; y penalizar el error. Las
equivocaciones forman parte del proceso de construcción del
conocimiento, pero, ¿por qué hay que castigarlas?

Si vamos hacia una educación basada en estrategias lúdicas,


podríamos obtener importantes logros. No solamente, capturaríamos la
atención de los alumnos - solucionando así el primero de los errores
mencionado anteriormente - sino que, además, al utilizar el juego en el
aula, tendríamos una invaluable herramienta para fortalecer los valores,
el afecto, la creatividad y la solidaridad. Estos últimos, pilares
fundamentales en la formación de ciudadanos sanos y preparados para
los desafíos que todo individuo debe sortear en la vida.
El científico Facundo Manes, en su libro “Usar el cerebro”7,
expresa un interesante resumen de la relación Sistema
Educativo-Neurociencia: “La relación entre las Neurociencias y la
Educación puede dar lugar a una transformación de las estrategias
educacionales que permitirán diseñar nuevas políticas educativas y
programas para la optimización de los aprendizajes. Así muchas
preguntas sobre la política educacional pueden ser nuevamente
abordadas: ¿Cuál es la mejor edad para iniciar la educación formal?
¿Existe una edad crítica más allá de la cual resulta más complejo
alcanzar el alfabetismo? ¿Por qué algunos niños aprenden más
fácilmente que otros? Las neurociencias pueden contribuir a la
búsqueda de estas respuestas y los educadores no deben temer sus
aportes, ya que muchos de estos seguramente amplían, e, incluso,
respaldan sus saberes y prácticas cotidianas de la enseñanza.
asimismo, los neurocientíficos deben trabajar de manera mancomunada
con los docentes, ya que son ellos quienes mejor conocen la realidad
del aula.”

EL AULA
El aula como un espacio crucial donde tiene lugar el proceso de
aprendizaje es, también, de suma importancia y es donde además la
Neuroeducación debe facilitar instrumentos adecuados para lograr un
satisfactorio proceso de aprendizaje en todas las dimensiones del
término.

La emociones y los sentimientos van de la mano del contexto


áulico. Estas funcionan como disparadores del interés y del curioseo de
los alumnos, las cuales deben ser empleadas por los docentes de todas
las disciplinas por igual. De lo contrario, corremos el peligro de que se
produzca un apagón emocional del alumno al desligar la emoción del
aprendizaje.

7
Manes, Facundo y Niro, Mateo. “Usar el cerebro”. 24a ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Planeta, 2016
LOS PROFESORES

Los docentes tenemos un papel preponderante dentro de la


Neuropedagogía y al igual que nuestros alumnos también tenemos
desafíos. Nuestro lema debe ser “repetir con novedad”. De lo contrario,
si la clase resulta monótona o aburrida, los alumnos se distraen con
más rapidez. Una herramienta muy útil para que esto no suceda es el
efecto sorpresa. De esta manera, se podrá mantener la concentración
de los niños y se podrá lograr un aprendizaje efectivo, tal como lo
subraya en sus textos la Prof. Rosana Fernández Coto.

Por otro lado, no debe dejar de mencionarse que los docentes


debemos crear oportunidades continuamente. Si se logra variedad para
captar la atención, los alumnos tendrán una gama interesante de
situaciones para que practiquen y fijen lo aprendido.

CONCLUSIÓN

Muchas fueron las corrientes pedagógicas que irrumpieron en el


sistema educativo. Pero, lamentablemente, no todas cubrieron las
necesidades de todos y cada uno de los cerebros de los alumnos.
Cuando la Pedagogía se une a la Neurología, un nuevo campo aparece.
Entender cómo funciona el cerebro humano y cómo usufructuarlo para
favorecer el binomio enseñanza-aprendizaje, es el quid de la cuestión.

El estímulo y sus características son las bases fundantes para el


desarrollo de la neuroplasticidad que le permitirá a los alumnos
aprender, un sin fin de diferentes tipos de conocimiento. Si los docentes
implementamos la repetición con variedad en nuestras aulas, seremos
testigos en la práctica del impacto del uso de la Neurociencia como guía
para fortalecer el desempeño del docente y experimentaremos, además,
cómo los cerebros ávidos de conocimiento aprenderán por estar
sumergidos en contextos resonantes. Es muy importante enfatizar que
ese estímulo debe ser siempre novedoso y placentero; y cabe recordar
también que, la constante repetición con novedad son factores que
ayudan a prevenir el “endurecimiento cerebral”, dicho de otra manera,
favorecen el aprendizaje y la pérdida progresiva de la información de los
programas mentales. Entonces, si no queremos que enfermedades
degenerativas del cerebro, como el Parkinson y el Alzheimer, nos
atormenten hacia el final de nuestras vidas y las de nuestros alumnos,
es necesario aprender a conservar nuestra plasticidad cerebral; la cual
todos nuestros alumnos deberían conocer y por ende ser conscientes
de la misma.

Para finalizar, sabemos que, en muchas de nuestras aulas, el


número de alumnos no siempre es el ideal para poner en práctica
holgadamente y exitosamente nuestras ideas y tales cambios
innovadores respecto de la enseñanza y el aprendizaje. Pero lo cierto
es que la Neuropedagogía llegó para quedarse. Está en nosotros,los
docentes, aplicarla en la práctica cuanto antes y así, contribuir a
modificar la enseñanza y optimizar el aprendizaje. El futuro es hoy.
BIBLIOGRAFIA
● https://es.wikipedia.org
● http://wwwneuropedagogia.blogspot.com.ar/
● Bacharach, E. (2014), “ÁgilMente”, 20* ed., Buenos Aires,
Sudamericana, Noviembre de 2014.
● Fernández Coto, Rosana. Material de lectura del curso “Las
Neurociencias entran en el aula”, CePA, primer cuatrimestre, 2016
● Manes, Facundo y Niro, Mateo. “Usar el cerebro”. 24a ed. Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. Planeta, 2016

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