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BLOQUE I.

CREATIVIDAD

LA CREATIVIDAD Y EL PENSAMIENTO CREATIVO

Creatividad es

La capacidad Para generar Soluciones


Soluciones Originales y novedosas

Ver lo que Pensar lo que Hacer lo que nadie


todos ven nadie más ha se ha atrevido a
pensado hacer

El desarrollo de la creatividad supone tener en cuenta: la imaginación, el conocimiento del


entorno, la libertad de pensamiento. Todo ello dará lugar al desarrollo de nuevas ideas.

Gutenberg asoció una prensa de vino con una máquina de acuñación y descubrió la imprenta.
Dalí unió sueños y arte y creó el surrealismo. Alguien asoció el fuego a la comida y creo la
cocina. Newton pensó en los movimientos y la caída de una manzana de un árbol y descubrió
la gravedad. Darwin unió los desastres de la humanidad con la proliferación de las especies y
descubrió la selección natural. Hutchins asoció una alarma a un reloj e inventó el
despertador,...

Todos deberíamos ser creativos porque serlo nos hace la vida más fácil, interesante y divertida,
y lo que es más importante nos llena de éxitos. Se trata de una habilidad clave para el triunfo.
Sin creatividad, ¿qué nos queda? Repetición, rutina, monotonía,… Necesitamos la creatividad
para cambiar, mejorar y abrir nuevas direcciones.

Veamos algunas definiciones que se han dado al término CREATIVIDAD:

La creatividad es la capacidad de CREAR, de producir cosas nuevas y valiosas. Es la posibilidad


del ser humano de llegar a conclusiones nuevas y resolver problemas de una forma original.
(Rodríguez Estrada, 1995).

Es evidente que si yo funciono bien, también lo hará mi entorno, por lo que podemos decir
que la creatividad mejora la calidad personal y la de la sociedad. Se trata de un proceso que se
desarrolla en el tiempo y que se caracteriza por la originalidad, la adaptabilidad y por sus
posibilidades de realización concreta.

También se entiende como


- Forma de elaborar o manipular mentalmente la información para dar lugar a objetos,
productos o servicios que recogerán esa originalidad y calidad, vinculada con una
motivación;
- Habilidad de coger objetos existentes y combinarlos con nuevos propósitos
- Habilidad de generar nuevas ideas y soluciones, útiles en los problemas y retos
cotidianos

Según Sternberg y Lubart (1997) está relacionada con la generación de ideas que sean
relativamente nuevas, apropiadas y de alta calidad. Arnold Toynbee (citado en Taylor 1996)
afirma que, “el talento creativo es aquel que, cuando funciona efectivamente, puede hacer
historia en cualquier área del esfuerzo humano”.

Todas las definiciones del término coinciden en que el talento creativo y la creatividad aúnan
una serie de conceptos que son: novedoso, original, resolución de problemas y
replanteamiento de situaciones. Ayuda a entender mejor las cosas; en combinación con otra
información, forma nuevas ideas. Ideas que resuelven problemas, que ayudan a las personas,
que suponen un ahorro. Ideas que iluminan y dan fuerza.

Se considera que la creatividad es misteriosa porque produce ideas nuevas que no sabemos
bien de dónde han salido. Y además no ofrece originalidad, aventura, audacia, riqueza de
opciones, alternativas de solución, productividad talentosa e imaginación para ir más allá de la
realidad.

Si adoptamos el término como generadora de ideas, se considera que no es algo


descontrolado y de inspiración loca. Se puede aprender, desarrollar y aplicar. Como jugar al
fútbol, cocinar, aprender a tocar un instrumento,…

Las personas más creativas tienen una ventaja sobre las que no lo son tanto. Dado que el
creativo lo es en todos los aspectos de su vida podemos afirmar que la creatividad es un
aspecto que define la personalidad del sujeto.

MITOS Y REALIDADES EN TORNO A LA CREATIVIDAD

MITO REALIDAD
La creatividad Todo ser humano dispone de una cuota de
Solo existe en los genios creatividad potencial (genética) al nacer, que se
puede desarrollar a partir del entorno cultural
La creatividad no se puede enseñar Cualquier ser humano puede a innovar por
desarrollo sistemático de su creatividad
potencial
La creatividad Es necesario cultivar la creatividad,
Se desarrolla por sí sola en un ambiente capacitándose de forma adecuada
estimulante

La creatividad es independiente de la La creatividad es una forma de inteligencia


inteligencia
La creatividad La verdadera creatividad es científica,
Necesita únicamente la frescura intuitiva de la disciplinada y sistemática
inocencia
La verdadera creatividad es artística, bohemia y La calidad de la creatividad potencial, bien
rebelde trabajada, resulta en ideas innovadoras
¿SOMOS CREATIVOS?

La mayoría diréis: “No. Soy la persona menos creativa del mundo”. Picasso dijo que todos los
niños son artistas. Lo difícil es seguir siéndolo cuando nos convertimos en adultos,…

Aunque todos digáis que no sois creativos, todos lo somos. El problema es que, a medida que
crecemos, la mayoría de nosotros aprendemos a inhibir la creatividad. Nos educan
linealmente, para relacionaron bien en el trabajo, comportarnos de forma aceptable y
ajustarnos al modelo de adulto.

A partir de este momento, empezamos a confundir la creatividad con una habilidad creativa
pero no es así. Responde a las siguientes preguntas y sorpréndete:

- ¿Alguna vez has resuelto un problema en casa?


- ¿Alguna vez has encontrado una forma nueva o mejor para hacer algo?
- ¿Has inventado una buena excusa alguna vez?

Ser creativo requiere cambiar la longitud de onda en la que nos movemos normalmente. Es
necesario si queremos dar con una nueva idea, cambiar la forma de trabajar y pensar. Difícil,
pero existen técnicas que ayudan en este proceso.

El abuso del pensamiento crítico desarrolla una tendencia a observar los aspectos negativos de
las cosas que, aunque sea útil, resulta infructuoso cuando la intención es construir y no
destruir.

El creativo tiene fe, posee la capacidad de creer, sentir pasión por la vida y por lo que hace. Es
perseverante y frente a las frustraciones encuentra un camino para seguir adelante. Tiene la
capacidad de hacer combinaciones y crear síntesis originales; asociar y coger ideas de un sitio y
de otro. Asimilan el fracaso como parte del proceso.

Para entender la creatividad hay que estar en un proceso constante de autodescubrimiento,


de remodelación de nuestra propia identidad y de encontrar significado en el universo en el
cual vamos a crear

EL PERFIL DE UN BUEN CREATIVO

- Sensibilidad abierta a cualquier experiencia. Si carecemos de ésta, trabajemos nuestro


perfil en este sentido

- Soñar, apostar y comprometerse. ¿Recuerdas la frase de Martin Luther King, ‘I have a


dream’? El mundo necesita personas con visión de futuro, con proyección.

- Imaginar. Proyectar es imaginar. La imaginación es el proceso que más popularmente


se asocia a la creatividad.

- No seguir los caminos habituales. Intentar realizar cambios.


- Encontrar una aplicación inédita a una idea y descubrir nuevas ideas de una aplicación
conocida. Esto es la asociación

- Detectar analogías entre ideas diferentes

- Escuchar, integrar y adoptar opiniones ajenas en una solución propia

- Enfocar los problemas de raíz

- Conectar imágenes, recuerdos, historias, conocimientos,… Esta es la materia prima de


las buenas ideas

- Saber preguntar. Implica escuchar, analizar y sintetizar.

- Adaptarse, ser flexible, redefinir, reacomodar ideas y conceptos, personas, y objetos,


sacándolos de su funcionalidad habitual y utilizarlos de maneras diferentes.

FACTORES QUE LIMITAN LA CREATIVIDAD

- Bloqueos conceptuales. Muros mentales que bloquean la habilidad del individuo para
percibir un problema o concebir su solución.
- Bloqueo perceptivo. Incapacidad para percibir el problema mismo o la información
necesaria para resolverlo.
- Bloqueo Emocional. Puede ser el miedo de hacer el ridículo al decir o sugerir una idea
poco corriente.
- Bloqueo Cultural. Tiene que ver con los tabúes impuestos por la sociedad.
- Bloqueo Intelectual o expresivo. Como el uso de un lenguaje inadecuado para resolver
un problema (intentar resolverlo matemáticamente, cuando sería más eficaz
imaginárselo o utilizar palabras).

El gran obstáculo de la creatividad son nuestras propias limitaciones, como las inhibiciones y la
falta de aprendizajes encaminados a estimular nuestra imaginación. Las inhibiciones nos
apartan del asunto y nos impiden participar en él.

Veamos las barreras inhibidoras de la creatividad

Culturales:

- Individualismo. Somos seres relacionales. Cuando un equipo funciona bien sus


resultados siempre van a ser mejores que el mejor resultado individual posible dentro
de ese mismo equipo. Eso es lo que conocemos como sinergia.
Sin embargo, vivimos una época de enorme individualismo, competencia feroz a
cualquier precio, en lo personal sobre todo, que nos deja indefensos cuando somos
débiles. Es una bobada pensar que caminando solos por la vida garantizamos siempre
tener las mejores ideas.
- Instinto de propiedad individual. Es importante que el equipo comparta valores,
objetivos, sueños y éxitos. Así la idea creativa, si bien ha podido nacer de uno de sus
miembros, en su evolución es un logro colectivo.
Sin embargo, cuando hay desconfianzas, egos en competición, ambiciones
particulares, o donde los objetivos individuales priman sobre los grupales, cada uno
tiende a tener sus propias ideas y no compartirlas y las usa no tanto en beneficio del
equipo sino como medio para destacar individualmente del resto de sus compañeros.
Como una herramienta de disociación. Su objetivo no es el grupo ni la empresa sino
sólo él mismo. Estos individuos, sin duda, prefieren una idea mediocre suya, que una
buena idea del equipo, con la consiguiente pérdida de calidad y oportunidad para el
grupo.

- La neofobia o culto al pasado y desconfianza hacia lo nuevo. El miedo a lo nuevo, a lo


desconocido. Como emoción la sentimos todos, aunque sea en forma de “gusanillo” en
el estómago solo al principio. Después hay personas que se sienten estimuladas por
esa búsqueda, sin duda, y se ponen en acción. Son los exploradores. Pero hay otros, y
no son pocos, que terminan prefiriendo las soluciones ya conocidas a lo nuevo, sobre
todo por temor al riesgo. Vivir en la zona segura es sin duda una posición antagónica a
vivir estimulando nuestro potencial creativo. Vivir en el miedo a pensar y opinar es
vivir en la parálisis.

- Las reglamentaciones que bloquean la imaginación. La creatividad funciona


cuestionando los límites establecidos, por lo que una cultura muy rígida en cuanto a
normativas deja poco espacio para la búsqueda de lo nuevo. Demasiadas reglas,
incluso para lo pequeño, terminan por inmovilizar a un cerebro curioso que busca
expandirse, funciona como un corsé.

- Cartesianismo. Muchas personas le piden continuamente a la vida que sea clara:


blanca o negra, pero clara. Y la realidad es mucho más gris. Por eso, porque es difusa,
es por lo que es tan necesaria la creatividad. Porque vivimos afrontando con
frecuencia problemas que son nuevos para nosotros, situaciones que no hemos vivido
nunca, para las que no hay una solución clara y evidente, y necesitamos crear un
nuevo escenario, una posibilidad nueva

- El desarrollo de medios audiovisuales. Este es un tema controvertido ciertamente.


Nadie niega los muchos aportes de la tecnología, pero tiene también algunos efectos
secundarios no tan deseables, sobre todo en la infancia. La mente piensa en imágenes
y un libro produce muchas imágenes. Pero los niños hoy crecen conectándose
continuamente con medios que le dan ya la imagen hecha. Quizás eso produzca un
efecto de pereza mental para producir imágenes propias. Y la creatividad se nutre de
imaginación. Hay que proporcionar a los niños vías diferentes que estimulen su
imaginación. Si no lo hacemos cuando son niños será mucho más difícil hacerlo de
adultos.
- La susceptibilidad profesional. La creatividad es ante todo libertad de pensamiento e
imaginación, osadía y transgresión. Sin embargo, con demasiada frecuencia
desautorizamos una idea de otro, sin siquiera escucharla, porque no tiene la titulación
supuestamente requerida. Como si el patrimonio sobre una idea genial fuese
adquirido, exclusivamente, a través de nuestra preparación y especialización
académica.

Grupales:

- El miedo a la crítica. En una sociedad tan enjuiciadora y tan amiga de las etiquetas,
muchas veces tememos decir en público alguna inconveniencia, o cometer un error.
Eso nos lleva a veces a callar ideas, que pueden ser geniales, por el temor a que no
sean bien recibidas. Olvidamos que todos los creadores de la historia debieron
confrontarse en su momento con la verdad establecida, y lo hicieron sin temor. Así,
muchas buenas ideas, mueren antes de nacer por no haber sido siquiera expresadas
en público.

- La timidez. Muy asociada a la anterior, ese miedo a la crítica hace que nosotros


seamos nuestros mayores críticos y nos reprimamos solos antes que ser criticados en
público. Aun cuando no estemos seguros, o la idea no esté del todo elaborada, puede
ser de gran ayuda para el funcionamiento creativo del grupo. Hay que atreverse a
expresarla. Lo peor que puede pasar es que no siga adelante.

- La falta de tolerancia ante el error. Vivimos unos tiempos que con frecuencia
confunden error con fracaso, y acierto con éxito, y nada está más lejos de la realidad.
Julio Verne dijo “la ciencia se compone de errores, que a su vez son los pasos hacia la
verdad.” Cometer un error no es fracasar, dejar de intentarlo sí lo es… En las nuevas
culturas, los errores son el piso desde el que avanzamos, no el techo que nos limita.

- Las estructuras jerárquicas. Muy asociada a las reglamentaciones. La jerarquía es


estructura y cuando ésta es muy rígida, nada, ni una idea puede salirse de los canales
establecidos. Por ello, grandes ideas han dormido históricamente el sueño eterno,
perdidas en los recovecos de estructuras gigantescas.

- La presión del conformismo. Confundir el paradigma del Consenso con la Verdad (si
todos dicen que es cierto…lo será!) ha sido un freno histórico al que han debido
enfrentarse todos los pensadores creativos. El conformismo nos conecta con la
impotencia y la inacción. No es lo mismo el conformismo que la aceptación. Aceptar la
realidad es solo el primer paso para ponerse en acción y cambiarla. Conformarse con
ella es quedarnos donde estamos, pensando que ya no hay otro camino u otra
posibilidad.

- La barrera del ridículo. Al contrario de lo que se suele pensar, a veces hacer el ridículo
es una actividad muy sana. Nos conecta con la humildad, la desvergüenza y el sentido
del humor. Nadie tiene siempre razón, ni todo lo que piensa es acertado. Temer el
ridículo es, de nuevo, temer el juicio ajeno. Así como la mejor manera de no
equivocarse nunca es no hacer nada, la mejor manera de evitar el ridículo es no
exponiéndose jamás, no mostrarse, no aportar. Lo peor que puede pasar es que los
demás se rían un poco, y la risa es muy sana, sobre todo si yo soy el primero capaz de
reírme de mí mismo. De hecho, el sano sentido del humor es un magnífico caldo de
cultivo para la generación de ideas.
 
Individuales:

- La costumbre. Los seres humanos nos movemos entre fuerzas opuestas con mucha
frecuencia, siempre a la búsqueda de equilibrio. Dos de ellas son la tendencia a buscar
y descubrir, la curiosidad; y la tendencia a mantener, a conservar. Es bueno tener
hábitos establecidos, pero cuando son rutinas o puras costumbres damos
predominancia al “siempre se ha hecho así” por encima del “¿se puede hacer mejor o
diferente?”. Y dejamos de buscar. Hay que separar las costumbres que, desde una
decisión consciente, queremos mantener, de las costumbres que se mantienen por
rutina y nos están haciendo perder eficiencia en la actualidad. Lo que nos sirvió en su
tiempo, quizás hoy ya no nos está sirviendo para nada bueno. Por ello conviene revisar
cuáles de nuestras costumbres son hoy un lastre para nuestro potencial creativo.

- La falta de capacidad de observación. Con demasiada frecuencia vemos, pero no


miramos. Ya hemos dicho que la imaginación y la creatividad se nutren de imágenes
que asociar a nuestro problema para producir una idea. Pero a veces,  lo más
importante es descubrir el problema que realmente tenemos, y para ello, ser un buen
observador resulta fundamental. De hecho entre las técnicas que se utilizan para
descubrir problemas a nivel de empresa, una de las principales se llama “la visita”, que
no es otra cosa que organizar una visita por nuestras instalaciones de personas ajenas
a ellas, sin hablar, solo anotando deficiencias que vayan observando: está comprobado
que ven muchas más que las personas que pasan ahí cada día. Nuestra mirada
cotidiana se acostumbra a los defectos y los integra y acepta como parte de la
realidad, deja de cuestionarlos.

- La falta de confianza en nuestra imaginación. La inteligencia se revela en dos procesos:


el pensamiento lógico, racional, y la imaginación. Así, cuando no nos fiamos de nuestra
imaginación acudimos a la lógica, y a veces esto nos juega malas pasadas. Cuando
pensamos que lo lógico es lo que está sucediendo, dejamos de pensar en nuevas
formas o maneras de lograr lo mismo por otras vías.

- Los esquemas mentales. Nuestros esquemas mentales o prejuicios, nos ponen muchas


veces límites que la vida misma no nos está poniendo. Son límites que suponemos que
existen pero que nadie ha dicho que existan realmente. Cuenta una leyenda urbana
que los norteamericanos dedicaron mucho tiempo y dinero a diseñar un bolígrafo
capaz de escribir en el espacio, en condiciones de ingravidez… mientras los soviéticos,
con menos dinero, hicieron viajar a sus cosmonautas con… un lápiz!!

- El problema de la comunicación. Se basa en nuestras creencias. Y cuando éstas son


limitantes, producen de inmediato un efecto inhibidor de mis posibilidades, tanto a la
hora de creer que puedo tener buenas y originales ideas, como a la hora de actuar. Yo
no sirvo para pensar; si esta idea fuera buena ya la hubiese tenido otro más
inteligente; no sé pensar; no tengo estudios ni preparación…; no se me ocurre nada…;
quien soy yo para mejorar lo que hay… Nuestras creencias, pensamientos y acciones se
hacen siempre desde alguna emoción, por lo que hay que saber cuáles son los estados
internos que propician la creatividad y limitan la presencia y la fuerza de estas
barreras. Y resumiendo, se pueden resumir en curiosidad permanente (ser espíritus
buscadores, hacerse preguntas.); confianza, libertad (no temer pensar ni expresar
ideas nuevas.); ambición (ser inconformes. Lo ya logrado es solo el punto de partida de
lo que está por lograrse.); liviandad (pensar con creatividad no es peligroso, no tiene
efectos secundarios nocivos, y puede ser muy divertido)

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