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Los Derechos Jurídicos: Una Introducción

Por Pedro A. Caminos

Universidad de Buenos Aires

El concepto de derecho, entendido como derecho subjetivo, es eminentemente

relacional pues se refiere a una relación entre dos sujetos.1 Típicamente, se afirma que la

relación representada por el concepto de derecho subjetivo es una en la cual un sujeto,

llamado deudor, tiene un deber frente al otro sujeto, denominado acreedor. Un derecho

subjetivo es jurídico cuando el deber en cuestión es impuesto por una norma jurídica. Esta

primera presentación tiene el defecto de que existen muchas situaciones normativas en las

cuales un sujeto tiene un deber y, sin embargo, no se dice que otro tenga un derecho

correlativo a ese deber.

La Teoría de la Elección

Por esa razón, se sostuvo que lo que diferencia a la situación en que una persona tiene

un deber “desnudo” de aquella en la cual el deber es correlativo de un derecho consiste en

que el acreedor está autorizado, en virtud de ser el titular de un derecho, a reclamarle al

deudor el cumplimiento del deber. En cierto sentido, sostiene el argumento, el deudor está

sujeto al poder del acreedor. Dicho poder consiste en la facultad del titular del derecho de

realizar una elección: puede elegir hacer el reclamo o no hacerlo. En caso de que decida

hacerlo, intimando al deudor al incumplimiento, por ejemplo, tiene luego otra elección

ulterior: la de formalizar el reclamo ante una autoridad, por ejemplo, un tribunal, en caso de

1En lo que sigue, utilizaré la expresión “relación jurídica o normativa ” como sinónima de “situación jurídica o
normativa ”.
que el deudor siguiera sin cumplir. Finalmente, existe una última elección que el titular del

derecho podría realizar: la de requerirle al deudor que repare los daños que su incumplimiento

hubiera causado.

En cada uno de esos supuestos, dado que el acreedor puede realizar una elección,

podría renunciar a efectuar el reclamo, o a interponer una acción o a exigir una

indemnización. De ese modo, aunque el deber viene impuesto por una norma jurídica, si ese

deber es correlativo de un derecho, entonces también existe otra norma jurídica que le otorga

al acreedor la facultad de extinguir el derecho, la acción o el reclamo indemnizatorio. Por eso

es que la subsistencia del deber, en su totalidad o en algunas de sus dimensiones, depende de

la voluntad del acreedor y, por ello, el deudor está, en cierto sentido, sujeto al poder del titular

del derecho. A esta aproximación se la conoce como teoría de la elección o de la voluntad.

La Teoría del Interés

Esta caracterización de los derechos subjetivos constituye un avance respecto de la

primera presentación. Sin embargo, ella tiene el defecto de que parece limitar la noción de

derechos subjetivos a las relaciones jurídicas en las que los derechos involucrados son

disponibles, que es lo que suele ocurrir con los derechos patrimoniales. Esto resulta

contraintuitivo porque existen muchas otras situaciones normativas en las que el titular del

derecho no cuenta con todas las facultades que propone la teoría de la elección. Un ejemplo

clásico son los derechos de los niños: un niño no puede elegir no alimentarse (i.e., liberar a

sus padres del deber alimentario) ni tampoco pueden optar por no recibir ninguna educación.

Sin embargo, todos creemos que los niños tienen un derecho a los alimentos y a la educación.

Ellos pueden plantear reclamos para que los deudores cumplan con los deberes respectivos,

aun cuando no cuenten con el poder para elegir no hacer el reclamo.


Frente a esta insuficiencia de la teoría de la elección, se propuso un enfoque

alternativo, denominado teoría del interés. La teoría del interés más que describir la

estructura de la relación jurídica pretende entender la justificación que subyace a ella. De ese

modo, para esta teoría, se está en presencia de un derecho cuando la razón que justifica la

imposición de un deber a un sujeto es que su cumplimiento satisfaga algún interés del titular

del derecho vinculado con su bienestar. Un derecho jurídico se da cuando la norma jurídica

que impone el deber está basada en una razón como la antedicha. Esa norma puede ser

acompañada por otra que le otorga al acreedor todas o algunas de las facultades sugeridas

por la teoría de la elección, en la medida en que se considere que el titular del derecho está

en condiciones adecuadas para decidir por sí mismo cuáles son los medios adecuados para

su bienestar. También podría ocurrir que tales facultades no sean concedidas si existe algún

otro interés que así lo justifica.2

Las Categorías Jurídicas Fundamentales de W. N. Hohfeld

Una última clarificación conceptual es necesaria antes de avanzar. En los párrafos

anterior, la noción de derecho subjetivo fue entendida exclusivamente como correlativa a un

deber. Sin embargo, en un sentido amplio, el concepto también es utilizado en el ámbito

jurídico para referirse a otras situaciones normativas en las que el vínculo no tiene como

objeto a un deber. El trabajo más ambicioso de clasificación de las relaciones jurídicos que

suelen ser englobadas bajo la etiqueta “derechos subjetivos” fue realizado a principios del

2 Un ejemplo de ello es la aparente paradoja del derecho al sufragio en aquellos países en los que el sufragio es
obligatorio. En estos supuestos, la legislación impide que el ciudadano se abstenga de ir a votar, es decir, de
realizar la elección entre participar o no del acto electo ral, porque tiene en cuenta el interés que existe en un
régimen republicano de contar con una amplia participación ciudadana que legitime al proceso político (o que
evite la pérdida de legitimación).
siglo veinte por W. N. Hohfeld. Este autor sistematizó las relaciones jurídicas a las que se

suele aludir como derechos subjetivos en cuatro categorías o conceptos jurídicos

fundamentales: derecho (en sentido estricto), libertad, poder e inmunidad. Cada categoría

viene acompañada de un concepto correlativo y, al mismo tiempo, también existen relaciones

de oposición entre ellas.

CONCEPTOS CORRELATIVOS

DERECHO ----------------------------- DEBER

LIBERTAD ---------------------------- NO DERECHO

PODER --------------------------------- SUJECIÓN

INMUNIDAD ------------------------- INCOMPETENCIA

CONCEPTOS OPUESTOS

DERECHO ---------------------------- NO DERECHO

LIBERTAD --------------------------- DEBER

PODER -------------------------------- INCOMPETENCIA

INMUNIDAD ------------------------ SUJECIÓN

El derecho (en sentido estricto) del acreedor es correlativo de un deber del deudor. El

deber es la calificación deóntica de una acción como obligatoria o prohibida. La libertad de

un individuo de realizar una acción es correlativa a la inexistencia del derecho de otro sujeto

de exigirle la realización de la acción. En general, aunque no es así necesariamente, la libertad

de realizar la acción significa que tanto ella como su abstención están calificadas

deónticamente como permitidas. El caveat de que “no es necesariamente así” se basa en que
sólo podría estar calificada deónticamente como permitida la realización de la acción, pero

podría omitirse la calificación deóntica de su abstención. En tal caso, podría ocurrir incluso

que la omisión esté calificada deónticamente como prohibida, de modo que el titular de la

libertad tendría permitido realizar la acción pero prohibido omitirla. 3 La libertad no se refiere

a la mera ausencia de regulación: ella requiere que exista una norma jurídica que establezca

la permisión y que indiquen contra quién el titular de la libertad puede reclamar que se

abstenga de interferir con la realización de la acción respectiva.

Las nociones de derecho (en sentido estricto) y de libertad son de primer orden pues

se refieren directamente a la calificación deóntica de las acciones de las partes en la situación

normativas. Los conceptos de poder e inmunidad, en cambio, son de segundo orden ya que

tienen como objeto a las situaciones normativas en sí mismas y, así, se refieren sólo

indirectamente a las acciones de las partes.

Un poder es la capacidad de crear, modificar o extinguir situaciones normativas. El

poder es autónomo cuando el titular lo ejerce con respecto a sí mismo y heterónomo cuando

lo hace respecto de otro sujeto. Se denomina sujeción al concepto correlativo al de poder.

Una persona está sujeta al poder de otra, en el supuesto de heteronomía, mientras que la

autonomía consiste en estar sujeto al poder de uno mismo. La norma que instituye un poder

normalmente identifica a la persona o clase de personas que lo titularizarán, estipula los pasos

o el procedimiento que se debe seguir para ejercerlo, regula su alcance material, es decir, las

clases de situaciones normativas que puede alterar y, en su caso, si puede crearlas,

modificarlas o extinguirlas (o hacer sólo una o algunas de esas cosas) y, finalmente, delimita

la clase de personas que están sujetas al poder (alcance subjetivo). Una inmunidad consiste

3Esta sería una reconstrucción posible del derecho al sufragio cuando la legislación impone su obligatoriedad:
una norma permite la realización de la acción y otra prohíbe su abstención.
en que su titular no está sujeto al poder de otra persona o, lo que es lo mismo, que esta última

es incompetente para alterar una situación normativa en la que es parte el primero. Las

normas que instituyen una inmunidad excluyen a un sujeto o a una clase de sujetos del alcance

subjetivo de una norma constitutiva de un poder o, alternativamente, excluyen a cierta

situación normativa, o a alguna decisión sobre una situación normativa (creación,

modificación, extinción), de su alcance material.

Recapitulación

Con las categorías de Hohfeld en mente, es posible reconstruir lo sostenido en las

primeras secciones. En tal sentido, la elección que, según la teoría de la voluntad, resultaría

un rasgo necesario del concepto de derecho subjetivo no sería otra cosa que un poder

hohfeldiano. La existencia de la relación jurídica entre el acreedor y el deudor, o de alguna

de sus modalidades, depende de la decisión del titular del derecho quien puede extinguirla.

Como vimos al analizar la teoría del interés, asignarle este poder al acreedor d epende, entre

otros factores, de considerar que esté en condiciones adecuadas de tomar las mejores

decisiones respecto de su bienestar. Por lo tanto, la razón que guía tal asignación es la misma

que la teoría del interés sostiene que es el fundamento de los derechos, es decir, la

constitución de una relación jurídica entre individuos que tenga en cuenta el interés vinculado

con el bienestar de una de las partes en dicha relación.

De ese modo, es posible generalizar esta conclusión y sostener que estamos ante un

derecho subjetivo (en sentido amplio) siempre que una norma jurídica regule o instituya un

deber, un “no derecho”, una sujeción o una incompetencia respecto de una persona para

satisfacer el interés, vinculado al bienestar, de otra persona que será la titular del correlativo

derecho (en sentido estricto), libertad, poder o inmunidad.

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