Está en la página 1de 12

El Derecho Subjetivo es el derecho facultad, es el poder que me otorga el Derecho

Objetivo para reclamar ante la autoridad competente el cumplimiento de un deber jurídico


contraído por otra persona. Por eso los actos humanos, los productos de espíritu y las
cosas del mundo exterior son entidades que pueden ser objeto de derecho subjetivo. Los
derechos subjetivos pueden ser absolutos y relativos, transmisibles e intransmisibles,
principales y accesorios, patrimoniales y no patrimoniales. Una cosa es todo objeto
material susceptible de tener un valor, un bien es toda cosa y objeto inmaterial susceptible
de tener valor. Las cosas pueden ser corporales e incorporales, específicas y genéricas,
consumibles y no consumibles, fungibles y no fungibles, divisibles e indivisibles, simples
y compuestas, principales y accesorias, partes integrantes y pertenencias, muebles e
inmuebles. Es notorio el recordar que una cosa debe ser útil, debe tener existencia
autónoma y apropiabilidad para ser llamada cosa en sentido jurídico.

Podríamos decir que el derecho como concepto tiende a estar caracterizado por un
conjunto de reglamentaciones y reglas que buscan regir al hombre cuando este vive
en sociedad. Ese mismo orden puede ser visto en diferentes ámbitos; por ejemplo si
tomamos las reglamentaciones para regir relaciones entre comerciantes veremos que este
es el Derecho Comercial. Ese derecho comercial es el orden que rige las relaciones entre
comerciantes, orden deseado por ellos y también protegido por los órganos del estado que
buscan que ese orden existente y deseado impere.
Desde tiempos pasados el hombre en su afán de crecer constantemente, ha experimentado
cambios que le han permitido subsistir hasta nuestros días, cambios en la naturaleza que
le obligaron a buscar refugio en las cuevas y más tarde que le llevaron a construir
viviendas para mantenerse en un solo sitio; cambios en el ámbito social donde se
desenvolvían que les permitía relacionarse con los demás y así poder vivir en grupos o
clanes, pero la evolución del raciocinio les dio la facultad de pensar en mandar sobre los
demás, y al mismo tiempo les dio a los demás la facultad de pensar en defenderse de
quienes querían dominarlos o de liberarse del yugo de quien los oprimía. Se establecía así
la primera línea divisoria entre gobernantes y gobernados. Hay derecho subjetivo, en el
sentido especifico de la palabra, cuando entre las condiciones de la sanción figura una
manifestación de voluntad, querella o acción judicial, emanada de un individuo lesionado
en sus intereses por un acto ilícito. Mientras que para la teoría pura el deber jurídico no
es otra cosa que la misma norma jurídica considerada desde el punto de vista de
la conducta que prescribe a un individuo determinado; es la norma en su relación con el
individuo al cual prescribe la conducta, vinculando una sanción a la conducta contraria;
el deber jurídico es pues, la norma jurídica individualizada, y por este hecho no tiene
ninguna relación con la noción del deber moral.
Derecho Subjetivo:
Concepto:
1.- En sentido amplio, podemos decir que, Derecho Subjetivo es: "La facultad o poder de
hacer valer sus propios derechos, limitar los ajenos, poseer o exigir algo conforme a la
norma jurídica". Existen dos elementos:
El interno de "poder" o "señorío", que consiste en la posibilidad de hacer o querer
conforme al imperativo jurídico y dentro de sus límites. Por ejemplo, el dueño de una
finca puede explotarla, arrendarla, venderla, según la ley.
El formal o externo de "pretensión", que consiste en posibilidad de exigir de
otra persona el respeto de su poder o señorío y, consecuentemente, en la posibilidad de
reaccionar contra toda perturbación que se le ocasione en el ejercicio de aquél, también
dentro del límite del ordenamiento jurídico.
En todo Derecho Subjetivo existen ambos elementos, aunque aparezca más
inmediatamente uno u otro según el derecho de que se trate. Así, en el derecho
de propiedad se destaca más el elemento de poder o señorío sobre la cosa, mientras que
en los derechos internos de crédito u obligación sobresale el externo de "pretensión", ya
que se hacen valer contra una persona determinada. Esta pretensión puede hacerse de dos
maneras:
Dirigiéndose directamente a la persona perturbadora para exigirle
el comportamiento debido (de abstención o respeto, o bien, de cumplimiento de su
obligación, según los casos: derecho "a la prestación")
Ocurriendo a un órgano del Estado para que ponga en movimiento, o en defensa propia,
el mecanismo coactivo del Derecho "a la acción".
2.- En sentido restringido, no incluye el elemento interno de poder o señorío; se perfila
únicamente en relación con su reverso –el poder jurídico- y con la protección brindada
por la norma; o sea, se reduce y coincide con el elemento externo y en él, más
concretamente, con el derecho "a la acción".
Respecto del valor o bien protegido por la norma (bien jurídico), las personas se pueden
encontrar interesadas en él de tres maneras:
De una forma pasiva, en caso de que no puedan nada para que la norma sea aplicada o
para que se aplique la pena en caso de transgresión; o sea, cuando la persecución jurídica
es incumbencia de los órganos del Estado, que actúan de "oficio".
En forma de cooperación adicional con los actos jurídicos estatales para hacer valer sus
intereses. Por ejemplo, el derecho del ofendido a ser oído en un procedimiento penal.
Dicho acto no le da ningún influjo decisivo sobre el acto de autoridad o sentencia.
En forma de cooperación activa: existe esta situación cuando la declaración de la
transgresión jurídica hecho por el interesado, ocasiona en los órganos del Estado la
obligación de aplicar la sanción extrema coactiva. Por ejemplo, la demanda judicial hecha
por el acreedor contra el deudor moroso para cobrar su crédito. En este caso, la persona
interesada no es un espectador pasivo (A) ni tiene un papel accesorio de cooperación (B),
sino que es "el sujeto autónomo de una cooperación activa en la realización de la sanción
jurídica". Solamente en este caso existe el derecho subjetivo en sentido restringido. De
aquí la definición:
"Derecho subjetivo (en sentido estricto o restringido) es el poder exclusivo conferido a
una persona para actuar en su ventaja la tutela jurídica"
De igual forma se puede decir que el derecho subjetivo presupone de normas objetivas
donde se encuentren establecidos los supuestos de hecho o hipótesis legales, que
sustenten la acción que el sujeto pretenda ejercer. Sabemos que el Derecho Subjetivo en
una mezcla abigarrada de facultades, libertades, restricciones y posibilidades de acción,
e igualmente, que implicaba e implica protección de intereses humanos, y en este aspecto,
la protección del sujeto jamás puede exceder o desvirtuar el ordenamiento objetivo,
cuando éste ha tutelado determinado asunto, bien se trate de algo material o moral. Toda
persona ejercerá su derecho subjetivo, toda vez, que para esas excepciones se cuenta con
las llamadas "Fuentes Indirectas", (la analogía, la jurisprudencia, la doctrina, la
costumbre, los principios generales del derecho), en fuerza de que el derecho viene
obligado a solucionar cualesquiera controversia que se presente dentro de su ámbito. Ese
es su cometido y razón. Dicho de otra manera, en eso casos, se considerará como existente
una norma objetiva, que, si bien no fue prevista o fue omitida, respaldará el ejercicio
legítimo de ese derecho subjetivo.
La legitimidad para ejercer el derecho subjetivo se refiere al conjunto de condiciones que
la norma objetiva exige a los sujetos que pretendan accionarlo. Es la propia disposición
legal, en su contexto con las demás del mismo ordenamiento jurídico, las que indica y
condiciona los requisitos que debe reunir la persona para que por sí misma pueda tener la
legitimidad que la ley exige para ejercer validamente su derecho. Por ejemplo, (articulo
772 del Código Civil), para ser poseedor legítimo la ley presupone: Que el sujeto haya
poseído de manera pacífica, esto es, sin violencia publica, o lo que es lo mismo, no
clandestinamente o a escondidas. No equívoca, lo que se traduce en poseer la misma cosa
objeto del asunto, sin confusión con otra. Continúa, ininterrumpida, y con la intención de
tener la cosa como suya propia. En fin, como podrá notarse, la ley indica el conjunto de
condiciones que deberá reunir el sujeto que pretenda acreditarse como poseedor legitimo.
La oportunidad para ejercer el derecho la fija la ley, de manera tal, que si ese derecho no
se acciona en los momentos determinados por las disposiciones legales o si se deja de
acreditarlo dentro de los lapsos establecidos, el derecho subjetivo no podrá ser
reconocido, y más aun, determinara por extinguirse si opera la prescripción. Ejemplo: el
artículo 359 del Código de Procedimiento Civil indica que la contestación de la demanda
deberá efectuarse dentro de los 20 días a partir de la fecha de la citación del demandado.
Por su parte el artículo 1977 del Código Civil preceptúa que las acciones reales se
prescriben por 20 años y las personales por 10...,etc.
De los ejemplos señalados evidenciamos que si se dejase consumir el lapso previsto sin
contestar la demanda, se entenderá que el demandado habrá aceptado los hecho que se le
reclaman, habrá quedado confeso, cofesion fictia, y solo podrá probar cuestiones de
derecho, aunque en realidad, su derecho subjetivo sea el verdadero.
En el segundo caso notamos que si no se ejerce una acción real, vale decir, aquella
relacionada con una cosa, dentro de los 20 años, ese derecho subjetivo se habrá extinguido
por carecer, después de ese lapso, de oportunidad legal para accionarlo. Tal es el caso de
permitir un invasor dentro de nuestro terreno por más de 20 años.
Clasificación de los Derechos Subjetivos:
1.- Por la condición de los sujetos en la relación jurídica derechos publico y privado: La
división fundamental de todo Derecho, objetivo y subjetivo, es la que distingue en él dos
ramas caracterizadas por la actuación o no actuación del Estado en ejercicio de su
autoridad: Derecho Público y Privado.
En primer lugar es bueno precisar las distintas formas de actuación del Estado, el cual
puede actuar de dos maneras:
Como poder público, por medio de actos en los que ejerce plenamente su soberanía, sin
que nadie pueda reclamar contra ellos; Ej. Promulgar una ley, suspender las garantías etc.
Lo que caracteriza este modo de actúa es su unilateralidad: de acuerdo con
la Constitución y las leyes (no en forma arbitraria) el Estado actúa como poder, sin que
exista una relación jurídica entre él y otras personas y, por lo tanto fuera del campo de los
derechos subjetivos.
Como persona. Al llevar a la práctica las consecuencias de sus actos de poder, nace la
relación de Derecho con los particulares, y el Estado actúa como persona. Aparecen ahora
los derechos subjetivos, ya de parte del Estado, ya de parte de las personas frente a él,
para reclamarle el cumplimiento de las normas que regulan su actividad. Todavía, en este
ámbito de los derechos subjetivos, el Estado puede aparecer:
Revestido de cierta autoridad, Ej. Al exigir el pago de impuestos,
Como persona jurídica privada, en situación idéntica a los demás. Ej. Cuando compra,
cuando transporta, realiza operaciones de Bolsa etc.
En ambos casos e Estado ejerce derechos subjetivos propios de su personalidad jurídica;
y los particulares se encontraran en relación de "subordinación" o de "coordinación" con
él, según actué o no revestido de cierta autoridad.
Principales derechos subjetivos públicos:
Del Estado frente a los particulares. Constituyen las prestaciones o "cargas públicas" que
deben prestar las personas sometidas al Estado, bien sean patrimoniales (impuestos,
contribuciones) o de otra índole (servicio militar, obligación de integrar las mesas
electorales, etc.); el Estado puede exigirlos en virtud de la justicia general o legal.
De los particulares frente al Estado. Sabemos que en virtud de la justicia orgánica
particular distributivo, las personas privadas tienen derechos subjetivos frente al Estado.
Siguiendo la clasificación de Jellinek, los particulares se encuentran frente al Estado en
tres situaciones distintas:
Status libertatis. Comprende la esfera de libertad, más o menos amplia, que el Estado
reconoce a los individuos y dentro de la cual no se inmiscuye con su poder. Las
Constituciones reconocen en su parte "dogmática" los más importantes derechos
subjetivos en esta materia (libertad, inviolabilidad de domicilio, de correspondencia, etc.)
Status civitatis. Incluye aquellos derechos que permiten a los particulares reclamar la
intervención de un órgano estatal en su favor; por ejemplo, el "derecho de acción", que
asegura los derechos civiles y patrimoniales.
Status activae civitatis. Se refiere a los derechos políticos otorgados por las leyes a los
ciudadanos haciéndoles participar directa o indirectamente en el ejercicio de la soberanía,
por ejemplo al sufragio activo y pasivo.
Derechos subjetivos privados: Se refieren principalmente a las siguientes clasificaciones.
1.- Derechos Absolutos:
Derechos Absolutos, llamados también derechos de "señorío" o de "exclusión", son
aquellos que tienen eficacia contra todos (erga omnes); Los absolutos garantizan al titular
el "poder" sobre un objeto suyo "frente a todo el mundo" y tienen, como deber jurídico
correlativo, una obligación universal de respeto: por ejemplo: Pensemos en el propietario
de una casa, de un terreno, de una joya, etc. Su dominio sobre ella es indiscutible, es
absoluto.
Entre los derechos absolutos se encuentran:
Los derechos de la personalidad (identidad, derechos sobre el cuerpo, derechos relativos
a la personalidad moral, etc.)
Los derechos reales (propiedad, etc.)
El derecho hereditario (Ej. Que garantiza al heredero la parte de la herencia llamada
"legítima")
Los derechos políticos, que garantizan la participación en el ejercicio de la soberanía de
la nación. (Ej. Derecho al voto.)
Los relativos:
Los relativos le garantizan, contra una o varias personas determinadas, el poder exigir de
ellas una conducta también determinada (una acción o abstención) por Ej. El derecho de
crédito, si fulano me adeuda una suma de dinero que le presté, mi derecho subjetivo sólo
es oponible a fulano. Si se tratase de varios obligados, será oponible frente a esos deudores
individualmente determinados, los relativos, que se dirigen contra personas
individualmente determinadas (interpartes).
Los derechos de crédito u obligación.
Los derechos familiares (Ej. La pensión alimenticia; y los sucesorios, que se derivan del
parentesco.)
Derechos Principales:
Los principales existen por sí mismos, de modo autónomo, o sea, independientemente de
todo otro derecho que pueda servirle de fundamento; en cambio, no dependen de ningún
otro derecho para su existencia y validez. Tal es el caso típico del derecho de propiedad.
Derechos Accesorios:
Los accesorios, por su misma naturaleza se hallan subordinados a otros, de modo que no
pueden existir a no ser en conexión con otro derecho principal; los derechos "de garantía"
(fianza, prenda, hipoteca, etc.), la cuales se constituyen como garantías de préstamos de
dinero o para reforzar o garantizar obligaciones, son los más típicos derechos accesorios.
Derechos Patrimoniales y no patrimoniales:
Derechos patrimoniales: Son aquellos que garantizan a su titular bines (cosas o servicios)
que son pecuniariamente estimables. Pertenecen a ellos los "derechos absolutos de
contenido económico" (derechos reales, derechos sobre bienes inmateriales, derechos
de monopolio) y los derechos de crédito u obligación, los familiares de contenido
económico y los sucesorios, son aquellos susceptibles de valorización económica.
Ejemplo: El derecho de propiedad; de crédito, etc. .
Derechos no patrimoniales: Son los que garantizan a su titular intereses, ideales,
posiciones o estado no susceptibles de estimación pecuniaria, no son susceptibles de
valorización económica Entre ellos se encuentran los derechos de la personalidad,
algunos de los llamados corporativos o asociativos y los derechos familiares "puros" sin
contenido económico. Ejemplo: Los derechos de la familia, como el Matrimonio, La
Patria Potestad, La Tutela etc.
Derechos transmisibles o intransmisibles:
Los primeros admiten la posibilidad de ser transferidos de su titular a otra persona; los
segundos son inseparables de su titular, y por eso se llaman "personalísimos". La
transmisibilidad puede referirse a los actos "intervivos" (alienabilidad) o mortis causa
(heredabilidad). Ejemplo: La Cesión de Crédito, La Venta de Cosas; la Permuta, etc.
Es de suponer, que son intransmisibles los derechos de la personalidad, los poderes
familiares (patria potestad) y los derechos patrimoniales que van unidos a dicho poderes
(Ej. Usufructo legal de los padres); en cambio, la transmisibilidad es la regla general de
los derechos patrimoniales, sean absolutos o relativos, sin que deje de haber sus
excepciones

Dr. LEVI E. BENSHIMOL Q. Didáctica de la Introducción al Derecho.


NARANJO, Yury. Introducción al Derecho. Ediciones Librería Destino. 1985.
Caracas, Venezuela.
OLASO, Luis María. Introducción al Derecho. Editorial Texto, Tomo II. 1997. Caracas,
Venezuela.
TOSTA, María Luisa. Introducción al Derecho. Publicidad Gráfica León, S.R.L. 1996.
Caracas, Venezuela.
W.W.W. Monografías.com
JOSE LUIS AGUILAR GORRONDONA, Cosas, Bienes y Derechos reales. Derecho
Civil II, Universidad Católica Andrés Bello
Bermúdez, Marisela
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD SANTA MARIA
BARINAS, EDO. BARINAS
BARINAS, AGOSTO DE 2005

Derechos patrimoniales y extrapatrimoniales

Atendiendo al contenido básico del derecho subjetivo, es fundamental en Derecho civil


mantener la distinción entre derechos patrimoniales y extrapatrimoniales.
Se habla de derecho (subjetivo) patrimonial cuando el derecho subjetivo otorga a su titular
un ámbito de poder valorable o evaluable en dinero. Por lo general, los derechos
subjetivos de carácter patrimonial encuentran fundamento en las propias necesidades de
índole material del individuo y, por tanto, reflejan su situación económica.
Frente a ellos, los derechos extrapatrimoniales representan ámbitos de poder de la persona
que son reconocidos o atribuidos por el Ordenamiento jurídico en atención a razones
distintas a las puramente económicas. Entre tales los derechos de la personalidad.
La importancia de los derechos subjetivos incluibles dentro de la categoría de derechos
patrimoniales es innegable. Sin embargo, en el fondo y en los supuestos límite, la
trascendencia de los derechos extrapatrimoniales prevalece sobre la propia materialidad
subyacente en los patrimoniales en la mayor parte de los casos.
De otro lado, conviene indicar ya que la naturaleza extrapatrimonial de cualquier derecho
subjetivo no significa que, en caso de lesión del mismo, la consiguiente reparación no
pueda traducirse en indemnizaciones de carácter patrimonial.

Derechos generales o absolutos y derechos relativos

La contraposición entre ambos tipos de derechos se asienta en consideraciones relativas


al sujeto obligado al respeto del derecho subjetivo de que se trate.
Así se habla de derecho absoluto o general cuando el derecho subjetivo otorga a su titular
un ámbito de poder que, con carácter general, debe ser respetado por los demás y
reconocido por todos los demás miembros de la colectividad.
La absolutividad de este tipo de derechos se encuentra referida al (eventual) sujeto pasivo
de los mismo y no al contenido del derecho, en el sentido de ilimitado, pues
evidentemente ninguna organización social conoce derechos infinitos o ilimitados, sino
siempre circunscritos a unos márgenes de actuación de su titular que permitan igualmente
el ejercicio de los derechos de los demás. Por ello, se propone la sustitución de semejante
calificativo por el de derechos generales, al menos respecto de los derechos de la
personalidad, pues a todos corresponden y a todos obligan.
Por contraposición con los absolutos, se califica de derechos relativos a todos aquellos
que conceden a su titular la posibilidad de exigir a cualquier otra persona (in personam),
pero no a los demás en general, el desenvolvimiento de una conducta determinada. En tal
sentido, los derechos relativos presuponen la preexistencia de una relación jurídica
cualquiera con sujetos predeterminados.
Derechos principales y derechos accesorios

Las situaciones de poder otorgadas o reconocidas a las personas pueden ser de muy
diferente índole. Según la autonomía o independencia de tales situaciones, es frecuente
resaltar la distinción entre derechos principales y accesorios: cuando la pervivencia de un
derechos subjetivo depende de la existencia o inexistencia de otro derecho subjetivo que
le sirve de soporte o fundamento, el primero de ellos se denomina accesorio respecto del
derecho principal.
El ejemplo posiblemente más claro de derecho accesorio sería el de la hipoteca que, pese
a su importancia, depende del cumplimiento o incumplimiento de la obligación con ella
garantizada (normalmente préstamo de dinero).
La transmisión o extinción del derecho principal comporta paralelamente la misma
consecuencia para el derecho accesorio.

En general

El nacimiento de un derecho subjetivo, en general, coincide con un hecho o un acto que


las normas jurídicas consideran o contemplan como motivo determinante del nacimiento
del derecho.
Entre los hechos con relevancia jurídica que deberíamos considerar se encuentra en
primer lugar el nacimiento de la persona en sentido propio que determina de forma
automática que tiene derecho a la vida, a la integridad física y moral, al nombre...,
derechos todos ellos integrables dentro de la categoría de derechos de la personalidad.
Por el contrario, el mero hecho de nacer no otorga a la persona derecho patrimonial alguno
propiamente dicho. Si el nacido es propietario de una finca, por ejemplo, por habérsela
dejado en herencia uno de sus abuelos, el nacimiento es un mero presupuesto de la
transmisión hereditaria.
Otros hechos, en sí mismos considerados, darán lugar al nacimiento de una nueva relación
jurídica hasta ahora inexistente y, por consiguiente, el entramado de derechos y deberes
entre las personas implicadas en tales hechos.

Adquisición originaria y derivativa

Técnicamente, es necesario confrontar las diversas formas de adquisición de los derechos


subjetivos.
Se habla de adquisición originaria cuando la titularidad del derecho coincide con el propio
nacimiento del derecho, por no traer causa de ningún titular anterior. Esto es, el derecho
de que se trate es ostentado por su titular ex novo y sin que encuentre fundamento en
transmisión alguno: se adquiere en origen.
En cambio, la adquisición derivativa tiene lugar cuando el titular cede o transmite su
derecho a cualquier otra persona (nuevo titular), quien pasará a ostentarlo, por tanto, a
causa de la transmisión habida. Según ello, el nuevo titular ocupa la misma posición
jurídica que tenía el anterior y, por consiguiente, el contenido y extensión de su derecho
se mantiene en las mismas condiciones y circunstancias que ostentaba el titular anterior.
Ahora bien, los derechos subjetivos se encuentran normalmente compuestos por diversas
facultades y éstas pueden configurarse bien como separables o, por el contrario,
inseparables. En caso de facultades susceptibles de utilización por separado, el derecho
subjetivo en cuestión podrá transmitirse íntegramente o, en cambio, limitar la transmisión
a algunas de las facultades que lo componen.
Pues bien, para referirse técnicamente a ambas eventualidades se suele subdistinguir
dentro de la adquisición derivativa entre:

Adquisición derivativa traslativa: se transmite y, en consecuencia, se adquiere el derecho


tal y como era ostentado con anterioridad por su titular transmitente.
Adquisición derivativa constitutiva: el titular transfiere o trasmite parcialmente su
derecho, dando origen a un nuevo derecho, que se constituye mediante la transmisión
parcial del derecho subjetivo: el propietario constituye un usufructo a favor de otra
persona.
Partiendo de la noción de adquisición derivativa puede comprenderse fácilmente que la
denominada modificación subjetiva del derecho subjetivo supone el cambio de titularidad
del mismo. Esto es, manteniendo el derecho subjetivo de que se trate su naturaleza y
condiciones, el titular pasa a ser una persona distinta a la que anteriormente era titular del
mismo derecho. A este fenómeno suele identificársele, desde el punto de vista del nuevo
titular, como adquisición del derecho subjetivo. En cambio, considerándolo desde la
perspectiva del anterior titular, se habla de transmisión del derecho subjetivo o sucesión
en el derecho subjetivo.
El fondo de la cuestión consiste en que, en cuanto otorgan un determinado poder concreto
a su titular, los derechos subjetivos son transmisibles de forma general, de tal manera que
su titular puede transferir su posición de poder a cualquier otra persona y por motivos y
circunstancias bien diversas.

Sucesión inter vivos y mortis causa: en el primer caso, se trata de relaciones jurídicas que
suponen el cambio de titularidad de un determinado derecho subjetivo entre personas que
actúan en vida. Por el contrario, la denominada sucesión mortis causa supone que el nuevo
titular del derecho subjetivo accede a tal condición por haber fallecido el anterior titular.
Transmisión gratuita y onerosa: se habla de transmisión gratuita cuando el titular del
derecho subjetivo cede o transmite a otra persona su titularidad sin contraprestación
alguna, en caso de existir contraprestación, la transmisión se considera de carácter
oneroso.
Sucesión universal o particular: la transmisión a título particular se da cuando un
determinado derecho subjetivo es objeto de cambio de titular, por el contrario, se habla
de sucesión a título universal cuando el objeto de la transmisión viene representado por
un conjunto plural de derechos subjetivos o de relaciones jurídicas que se consideran
agrupadas, bien por la ley o por los particulares.
El derecho subjetivo son las facultades o potestades jurídicas inherentes a las personas
por razón de naturaleza, contrato u otra causa admisible en derecho. Un poder reconocido
por el ordenamiento jurídico a la persona para que, dentro de su ámbito de libertad actúe
de la manera que estima más conveniente a fin de satisfacer sus necesidades e intereses
junto a una correspondiente protección o tutela en su defensa, aunque siempre delimitado
por el interés general de la sociedad. Es la facultad reconocida a la persona por la ley que
le permite efectuar determinados actos, un poder otorgado a las personas por las normas
jurídicas para la satisfacción de intereses que merecen la tutela del derecho.
Un derecho subjetivo nace por una norma jurídica, que puede ser una ley o un contrato, a
través de un acuerdo de voluntades para que pueda hacerse efectivo este derecho sobre
otra persona determinada.
La cara contrapuesta de un derecho subjetivo, es una obligación. Todo derecho supone
para una o más personas una obligación de respetarlo, ya sea de forma activa (obligación
de hacer) o pasiva (obligación de no hacer).
En cuanto corriente los autores que consideran a los derechos subjetivos como la base del
ordenamiento jurídico enfatizan la primacía del consenso entre los individuos como
fuente de legitimidad, en contraposición a las que enfatizan que la validez de
las instituciones no se sujeta al libre albedrío de aquellos que nacen en su seno, también
llamadas "del derecho objetivo". La libre aceptación por parte de los miembros de una
comunidad del orden que los sujeta a la misma –representada por Jean-Jacques
Rousseau y su "contrato social"– se topa, a los ojos de los representantes del derecho
objetivo (cuyo máximo exponente es Hegel) con una dificultad que desde su punto de
vista es insalvable: los miembros de una comunidad no pueden fundar su posibilidad ni
la legitimidad de sus instituciones en algún tipo de "consenso", dado que dicha comunidad
preexiste a sus miembros, está ya ahí constituida en sus instituciones y cada persona
encuentra su Status de tal en su seno merced a su integración a las mismas. El derecho
subjetivo también designa la facultad de hacer o exigir algo que la norma reconoce a favor
de un sujeto.
1. Atendiendo a la conducta debida, se distingue entre derechos subjetivos a la conducta
ajena o propia:
A la Conducta Propia: Hacer / Omitir (no hacer lo que yo diga).
A la Conducta Ajena: Exigir una conducta positiva (que se haga algo) o negativa (que no
se haga algo).
2. Atendiendo a su efecto, se distingue entre derechos subjetivos relativos o absolutos:
Derecho Subjetivo Relativo: Se hacen valer ante otra persona o personas concretamente
identificadas.
Derecho Subjetivo Absoluto: Se hacen valer ante todas las personas que integran la
sociedad.
3. Atendiendo a su régimen jurídico, se distingue entre derechos subjetivos públicos y
privados:
Públicos: conjunto de facultades que se hacen valer frente al Estado y representan una
serie de limitaciones que el Estado se impone a sí mismo.
Privados: Facultades que se ejercen en las relaciones de los particulares entre sí o con el
Estado, cuando éste no actúa en su carácter de ente soberano.
}

PRINCIPALES ACEPCIONES DE LA PALABRA DERECHODERECHO OBJETIVO


Y DERECHO SUBJETIVO
El derecho, en su sentido objetivo, es un conjunto de normas. Es decir, de reglas
que,además de imponer deberes conceden facultades. El derecho subjetivo es una
funcióndel objetivo. Este es la norma que permite o prohíbe; aquel, el permiso derivado
de lanorma. El derecho subjetivo no se concibe fuera del objetivo.
DERECHO VIGENTE Y DERECHO POSITIVO
Llamamos orden jurídico vigente al conjunto de normas imperativo-atributivas que enuna
cierta época y en un país determinado la autoridad política declara obligatorias. Elderecho
vigente está integrado tanto por las reglas de origen consuetudinario que el poder público
reconoce, como por los preceptos de formula. La vigencia deriva siemprede una serie de
supuestos No todo derecho vigente es positivo, ni todo derecho positivoes vigente. La
vigencia es atributo puramente formal, el sello que el estado imprime alas reglas
jurídicas consuetudinarias, jurisprudenciales o legislativas sancionadas por él.La
positividad es un hecho que estriba en la observancia de cualquier precepto, vigenteo no
vigente. La costumbre no aceptada por la autoridad política es derecho positivo, pero
carece de validez formal. Las disposiciones que el legislador crea tienen vigenciaen todo
caso. La vigencia de cada ordenamiento tiene una serie de supuestossociologías. Y el primero y
fundamental es la existencia del estado.
DERECHO POSITIVO Y DERECHO NATURAL
El natural vale por sí mismo, cuando intrínsecamente justo; el positivo es caracterizado
atendiendo su valor formal, sin tomar en consideración la justicia o injusticia de su
contenido. Todo precepto vigente es formalmente valido. Derecho natural son normas
cuyo valor no dependen de elementos intrínsecos. El natural es el único autentico vigente
solo podrá justificarse en la medida en que realice los dictados de aquel. El fundamento
del derecho radica en el poder. Bajo el título de concepción sociológica del derecho
natural podemos agrupar todas las teorías que buscan el fundamento y el origen de este
en los atributos que el hombre posee como " animal político". El derecho natural
clásico de los siglos XVII y XVIII el verdadero derecho tiene su fundamento en la
naturaleza, por lo cual representa frente a los ordenamientos positivos, un conjunto
de principios estérenos e inmutables.
9
Si combinamos los tres conceptos a que hemos venido aludiendo
descubriríamos posibilidades diferentes:1- Derecho formalmente valido, sin positividad
ni valor intrínseco.2- Derecho intrínsecamente valioso, dotado además de vigencia o
validez formal, perocarente de positividad.3- Derecho intrínsecamente valido,
no reconocido por la autoridad política y desprovistade eficacia.4- Derecho formalmente
valido, sin valor intrínseco, pero provisto de facticia.5- Derecho positivo formal
e intrínsecamente valido.6- Derecho intrínsecamente valido, positivo, pero sin valide
formal.7- Derecho positiva (consuetudinario, sin vigencia formal ni valides
intrínseca)Primer sector preceptos jurídicos aislados. Sector señalado con el numero
dos es el casode normas legales justas. Tercer sector normas o principios jurídicos para
el estado notiene tal carácter, precisamente por no haberse reconocidos. El cuarto caso el
preceptodotado de validez formal se presenta, por ejemplo, cuando una ley o una
costumbre(oficialmente reconocida), son injustas. Sector número cinco representa el caso
ideal,este no puede, sin embargo, hace depender la fuerza obligatoria de los mandatos de
laconcordancia de los mismos con las exigencias de la justicia, ni menos aún facultar
aros particulares para que condicionen en tal sentido de obediencia. El sexto casocorres
ponde a las reglas consuetudinarias no reconocida por el estado, esta posibilidadexiste
tanto desde el punto de vista de la doctrina del derecho natural como desde el queadopta
la teoría romano-canoníca. La última hipótesis solo es admisible a la luz de estateoría. Las
reglas consuetudinarias que el estado no admite, carecen, desde un punto devista oficial de
significación jurídica.
¿ES EL DERECHO NATURAL UN CODIGO DE PRECEPTOS ABSTRACTOSE
INMUTABLES?
La primera tesis, ya definitivamente superada, estriba en el concebir el orden naturalcomo
un sistema acabado, de principios inmodificables y perenes paradigma y modelode todo
derecho positivo, real o posible.La doctrina contraria-única verdadera, en nuestra
opinión-ve el derecho natural laregulación justa de cualquier situación concreta. Presente
o venidera, y admite, porende, la variedad de contenido del mismo derecho, en relación
con las condiciones yexigencias, siempre nuevas, de cada situación especial; desacuerdo
con el primer puntode vista, el derecho natural es una congerie de principios abstractos;
de acuerdo con lasegunda tesis, no puede ser codificados o formulados por que ello
supondría elconocimiento previo de cada uno de los casos susceptibles de regulación.

10
Un derecho natural codificado dejaría de ser absolutamente justo.Aristóteles a explicado
esto con mayor claridad " lo equitativo y lo justo son una mismacosa; y siendo buenos
ambos la última diferencia que hay entre ellos es que loequitativo es mejor aún. La
dificultad está en que lo equitativo siendo justo, no es lo justo legal, sino una dichosa
rectificación de la justicia rigurosamente legal

También podría gustarte