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26 Joaquín Díaz

PISANDO FUERTE
JOAQUÍN DÍAZ de patrones, pero también en Este es el ambiente que va a
un recargamiento de detalles encontrar en España el men-
Christoph (o Cristoffel) Wei- superfluos que llega incluso a cionado Christoph Weiditz,
ditz fue un dibujante y acua- embrollar los dibujos y traza- que llega a nuestro país acom-
relista nacido en Estrasburgo dos. Como consecuencia de pañando a Johannes Dantis-
que ejerció el oficio de platero. esa exuberancia, de ese gusto cus, embajador del rey de Po-
Precisamente en el viaje que por lo recargado, se produce lonia y posteriormente obispo
realizó a España a fin de ob- un uso exagerado del adorno de Clelmno y de Warmia.
tener la firma de Carlos V en por parte de oficiales y me- Dantiscus, protector de Wei-
un privilegio para la fabricación ditz, intervino ante el Empera-
nestrales de costura, viéndose
de medallas, pudo realizar los dor Carlos para favorecer con
precisados los gobernantes a
dibujos que constituyen uno sendos privilegios al joyero y
publicar pragmáticas que ven-
de los primeros ejemplos co- grabador a quien comenzaban
drían a actualizar otras ya dic-
nocidos de un libro de trajes a incomodar las acusaciones
tadas antes. Se quería evitar
españoles (1529). El tomo que de sus colegas, maestros pla-
gastos superfluos a quienes
contiene todas esas estampas teros que le achacaban no ha-
preferían vestir aparente-
fue donado al Museo Nacional ber justificado suficientemente
mente bien antes incluso que
Germánico de Nuremberg y su magisterio o incluso haber
comer, derivándose de esa ac-
consta de 154 hojas. usado plata de calidad ínfima
titud un desorden social y eco-
en sus medallas. La juventud
En muchos aspectos, es el nómico, pues era de todo pun-
de Weiditz en el momento del
siglo XVI la cumbre de una to descabellado que las gentes
viaje a España con el séqui-
escalada artística y estética llanas quisieran engalanarse y
to del embajador polaco que
en la que toman parte y se usar el oro, la plata y los broca-
acompañaba al emperador, no
esfuerzan diversos reinos de dos con la misma prodigalidad
le impide realizar un trabajo
la Europa de la época. Lo que que algunos nobles. Por eso
extraordinario que constituye
sucedía en la arquitectura, la las Cortes de Valladolid, con la
un documento único conser-
música o la literatura no po- excusa de que quienes se em-
vado en el Museo de Nurem-
día por menos que ocurrir en pobrecían de ese modo ya no
berg desde 1868, fecha en la
la indumentaria, y así, las pri- podían contribuir a la Hacienda
que el médico alemán Johan-
meras décadas de la centuria pública, suplicaron a su Majes-
nes Egger lo donó a la insti-
pueden considerarse como las tad que acabase con esa ne-
tución. De Dantiscus se ha
mejores en técnica, diseño y fasta costumbre. La respuesta
escrito mucho no sólo por su
resultado final de las telas. Ese del rey a esta demanda, pu-
relación con Copérnico sino
apogeo de la industria textil blicada en una Pragmática de
se traduce en una abundancia 1537, fue de circunstancias. (continúa en la página siguiente) ../..
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(viene de la página anterior) ../.. Tras el matrimonio, aparece a troso para Valladolid y que
pie un “esclavo” que lleva en en el XVIII apenas aumentó la
por sus aficiones –la poesía y
las mujeres- que pudo desa- su mano derecha el cíngulo población en 3.000 personas,
rrollar a su gusto en España que utilizará su señora para pero en esa centuria, al me-
donde parece que, además subirse el vestido y evitar que nos, algunos ilustrados trata-
de recibir tierras de Carlos se manche, y en la izquierda ron ya de acelerar el progreso
V, tuvo una hija –la Dantisca- los chapines que tendrá que de la población proponiendo
con una tal Isabel Delgada o calzar a su ama cuando ella la plantación de arboledas
Delgado, de Toledo. Pero vol- pretenda bajarse de la cabal- (la que se hizo en el campo
vamos al manuscrito. Son 77 gadura y pisar en el barro. de Marte que hoy conoce-
hojas dobladas, al estilo de la
La costumbre de arrojar aguas mos como Campo Grande),
que se muestra, que se con-
mayores y menores al Esgue- la creación de numerosas in-
vierten en 154 hojas en papel
va desde las llamadas “tribu- dustrias y la educación de las
de hilo y algodón. La imagen
nas”, que se mantuvo hasta clases más populares con el
más interesante de la colec-
el siglo XIX nos recuerda que incremento de los maestros
ción está numerada en dos
páginas con los números 24 Quevedo criticó las calles de y el adecentamiento de sus
y 25, y anotada por el propio la ciudad por su mal estado salarios. Lo de la esclavitud
Weiditz que escribe: “Así pa- y por estar enfangadas (y no tardaría todavía en desapare-
sean a caballo acompañados siempre de lodo). Es verdad cer pero la ciudad empezaba
de sus mujeres en Valladolid”. que el siglo XVII fue desas- a pisar fuerte.

Fotografía de un grabado del libro El códice de los trajes (1529), de C. Weiditz. Anotación traducida: “Así pasean a caballo acompañados de sus mujeres en Valladolid”

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