Está en la página 1de 12

160 REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO

JOSÉ JOAQUÍN DE OLMEDO IÓt


por todo el litoral de Culombia hasta el golfo de Urabá y
parte del Istmo de Panamá. O<! allí, Bastidas hizo rumbo
hacia la Española, en donde el Qober�ador de dicha Isla le JOSE JOAQUIN DE OLMEDO
Je puso pleito, el cual ganó el Escribano de Sevilla, y regresó
I
felizmente á España con buen acopio de perla,; y de oro'.
Pero desde antes de qne regresase Bastidas á España, POESÍAS ÍNÉDITAS
Alonso de Ojeda había obtenido licencia para ir á poblar
la Península de la Goajira, descubierta por él dos años antes, En la introducción al -tomo tercero de la Antología de
y en Enero de 1502 zarpó de Cádi� llevando dos caravelas, Poetas hispanoamericanos, publicado en 1894 por la Real
y tot:ando en las costas de tierra firme que ya conocía, de Academia Española, dijo D. Marcelíno Menéndez y Pelayo:
donde arrebató alguno;. indios que le sirvieron de intér­ "De todos los poetas clásicos de nuestro siglo, Olmedo es
pretes, se dirigió á la Península de la Goajira. En Bahía­ -quizá el único que á duras penas puede dar materia para
honda saltó á tierra y tomó solemnemente posesión· del te­ un pequeñísimo volumen. Entre buenas y malas, largas y
rritorio en nombre de los Reyes de España, bautizándolo cortas (una de ellas tiene tres versos), traducidas y origi­
Santa Cruz. nales, ensayos de la primera mocedad y tardíos conatos de
Desgraciadamente como Ojeda no tuviese dinero sufi­ la vejez, apenas llegan á veinte las composicione� suyas
.ciente para atender á los gastos de la expedición, había he­ que ha podido recoger la diligencia de sus apasionados, ni
,cho compañía con dos hombres de m.1la ley, que le pro­ hay esperanza de encontrar más, porque probablemente
porcionaron lo necesario con la condición de que los lle­ no existieron nunca. Aun de éstas hay que descartar más
vara consigo. Estos, que se llamaban García de Ocampo .de la mitad por endebles é insignificantes.... "
y Juan de Vergara ( 1) pretendieron desde un principio En l a edición de Poesías de Olmedo, ordenarla por Cle­
.arrebatar para sí cuan to oro y perlas se conseguían, en mente Ballén, la más completa y mejor de todas, publica­
tanto que Ojeua les obligaba á que dejaran todo en el fon­ da en París (Garni'er Hermanos, 1S96), el número de esas
do común para repartirlo después equitativamente. Las composiciones asciende á veintiséis; sin que por ello deje
reyertas entre los Jefcis fueron envenenándose hasta que de ser exacto en todas sus partes lo que advirtió el sabio
Ocampo y Vergara lograron poner de su parte ·á los su­ r<:oleccionador de la Antología.
balternos, y éstos, obede�iendo á las sugestiones de los ene­ Lo cierto, empero, es que existen composiciones inédi­
migos de 0jeda, se apoderaron de éste, le encadenaron y tas de Olmedo, aunque no añadan gran cosa á la reputa­
le llevaron preso á la Isla Española, en donde le siguieron ción del cantor de Bolívar ; pero que no son tan insi'!11D'ni-
.causa y lo arruinaron completamente. ficantes ni tan endebles como casi todas las que se han
ido :agregando á la edición primera, dada á luz en 1848
SOLEDAD AGOSTA DE SAMPER
por el literato argentino Juan María Gutiérrez, en Valpa­
(Continúa).
rafso, base de todas las posteriores. No se incluyeron en
la edición de Ballén, sin duda por haber llegado tarde á
( 1) Algunos cronistaa han dicho que Américo Vespucio también manos de éste, pues precisamente entre la masa de ma­
.bacía parte de la expedición, pero ésta es una equivocación. nuscritos ó impresos referentes á Olmedo que tenía él reu­
nida, fue donde, después de su fallecimiento, se encontra-
3
REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO JOSÉ JOAQUÍN DE OLMEDO

ron.·Tuve ocasión de examinar esos papeles al revisar, por Bastaría simplemente leer una vez esta composición
encargo de mi amigo el Sr. Crisanto Medina, las pruebas para quedar convencido de que es obra de nuestro poeta.
de imprenta del interesante ensayo biográfico, que lleva a1 Acaso ninguna otra de la misma época, ni la oda En la
_
frente la edición. No había tiempo ya de incorporarlas, m muerte de la Princesa de Asturias ni El Arbol, escritas en
aun como apéndice del tomo, y me reduje á sacar copia, 1807 y 1809, respectivamente, muestran con tánta claridad
para que de todos modos quedase un duplicado de e� as el germen del estilo futu�o de los célebres cantos á Bolívar
composiciones, que paredan inéditas, pues el manuscri�o Y á Flores. Pero hay prueba irrecusable de que es de Ol­
era de indudable autenticidad, de letra de Olmedo mis­ medo y no de otro esta poesía anónima, pues él mismo re­
mo. Después, Medina, "amigo, pariente y albacea testa­ conoció la pat�rnidad, tomando de ella más adelante no
mentario" de Ballén, aunque no ignoraba que muchos, sólo versos sueltos, sino pasajes enteros, para insertarlos
si no casi todos esos papeles, eran propiedad de Ballén en una Alocucüfn, compuesta treinta y cuatro años después,
(quien toda su vida había estado reuniendo recuerdos de para ser recitada por una actriz la noche de la apertura del
su compatriota Olmedo), supo también que algu�os de Nuevo Teatro de Guayaquil (20 de Agosto de 1840),y que
ellos le habían sido enviados de Guayaquil por el h1JO del se encuentra en Ja co]ección de Ballén y en otras. Héla
gran poeta, y decidió de vol ver unos y otros, en montón aquí:

tales como se encontraban; remitiéndolos al Ecuador. Mi LOA (1)
precaución de copiar las composiciones á que me refiero
La escena se abrirá con una obertura de música altgre y estrepitosa.
resultó muy oportuna, pues todos los papeles devueltos
El lea/ro bien z7umz'nado,y la decoraci"ón correspondiente. El acf�r
desaparecieron _luégo consumidos por el fuego, durante el
_ aparecerá en el medio,y concluz'da la mtísi'ca se dirigirá á S. Exc.
gran incendio que en 1896 destruyó gran par�e de la cm­
dad de Guayaquil. El hijo de Olmedo falleció poco des-- COMEDIANTE

�L Brilló Señor, al fin el fa1,1sto dia


. .
Pero antes que estas poesías, cuya procedencia impor- Que el Comercio, las Armas y las Letras
taba indicar, voy á insertar otra, que se publicó el año de Tantos tiempos ansiaron;
1806 en Lima, que muy pocos probablemente conocen, que Y con noble porfia
es también de OlmeJo y que nunca se ha incluido entre Su Protector, su Padre Te aclamaron;
sus escritos. Imprimióse en forma de cuaderno, su tamaño Y sus bienes, sus glorias, sus tareas,
145 por 98 milímetros, compuesto de trece páginas no fo. Encendidos de amor Te consagraron.
liadas, y cuyo título es éste: Loa II al II Excmo. Señor Don ¿Y no podrá igualmente
José rl Fernando Abascal y Soasa, Caballero II del orden de Llegarse á Vos el Teatro reverente,
Santiago, Mariscal de II Campo de los Reales Exércitos, Pintar su sjtuacion, encarecerla,
Virey II y Capitán general del Reyno del II Perú, etc. 11 En Y pedir proteccion, y merecerla?
la Tercera Comedia que le II dedica el 27 de Noviembre 11
· El Teatro de 11 Lima I Imprenta real de Expósitos. Año de ( 1) Al reimprimir ésta, así como al publicar las Qtraa c.omposicio­
1806. nes inéditas, sigo én lo posible, es decir, en todo lo que no sea eviden­
temente errata, la ortografía, hiin del texto impreso, bien de los ma­
nuscritos.
REVISTA DEL COLEGIO
DEL ROSARIO
________________________.___,
JO&É JOAQUÍN DE OLMEDO

"j O quien virtuoso fuera


Tiempo fué en que la Escena Y en su mal estos llantos mereciera 1 "
s llena,
De honor, de magestad, de luce Y á los brabos que mueren en la guerra,
Se miró prótegida de las Ley es.
Víctimas de la Patria,
Allí los Ciudadanos y los Reyes Dan lágrimas y honor : único premio
y los fuertes varones, Que alcanza la virtud sobre la tierra.
Tomaban las lecciones
De v1v . y mandar y las centellas
. 1r Por vos, grande Fernando,
an
Que del Teatro salian, excitab Pueda volver el Genio del Teatro
Mil heroycas pasiones, A su gloria pri�era,
Movían, inflamaban Y el mágico podér de vos espera
El amor á la Patria, Con que pudo algun dia
oro,
El valor, la constancia y el dec Con verdades, 6 gratas ilusiones,
ai y la ter nur a,
E;l amor conyug Despertar y alentar nuestras pasiones,
El desprecio del _oro, . . Vuestro grande talento
pedta,
y quando el bien del Pueblo lo Y gusto por la escena
Aquel ánimo fuerte Puede abrirnos la senda del acierto,
muerte.
De amar menos la vida que la Que está de espinas y de abrojos llena.
La sencillez, la magestad, el arte,
·Renovad estos tiempos venturosos, El decoro, la gracia, la noblez�,
manos
Generoso Abascal, en vuestras De nuestro Teatro huyeron,
or de los Per uanos,
La gloria está, y hon Y á las leyes que di6 Naturaleza,
El Teatro proteged, vere is las M �sas, Las leyes del capricho sucedieron.
enc ogid as,
Si humildes hoy y tristes y No así se encenderá la hermosa llama
Mas ufanas, alegres y atrevidas, De las grandes virtudes ...
adas
Reir, llorar, increpar; bien ya calz
Y pues que .Padre y Protector te aclama
Con el Zueco gracioso,
Este Pueblo, feliz baxo tu mando,
Burlar en tono irónico y jocoso
Y su bien y su dicha te desvela,
Las costumbres dañadas,
Haz, 6 caro Ft:rnando,
Los vulgares defectos,
y los baxos afectos Si Ciudadanos quieres
Que inspiran las pasiones desregladas, E11emigos del ocio y los placeres,
La mala educacion 6 la costumbre. Si intrépidos soldados,
Buenos Amigos, Esposos muy honrados,
0 yá mas graves, las verás calzarse Haz que el Teatro Peruano,
El coturno dorado, Que á complacerte solamente anhela,
Y llorar al virtuoso desgraciado. Sujeto al Arte, mas sin ser su esclavo,
Su terrible dolor, su pesadumbre, Culto, decente, noble, decoroso,-
Llegan al corazon ; y todos sienten De las buenas costumbres
El placer de llorar ; y todos claman : Sea y de honor y de virtud escuela .•.
ROSARIO JOSÉ JOAQUÍN DE OLMEDO
166 REVISTA DEL COLEGIO DEL
Aquel ánimo fuerte
Mi mente se adelanta De amar menos la vida que la muerte ( 1) .••
A estos días de gloria. .•. Lágrimas } honor : único premio
ta
Ya veo de la Verdad la firme plan Que alcanza la virtud sobre la tierra,
Hollar nuestra ignoranc ia,
,
Y á la luz de sus vivos resplandores y en varios otros, se anuncia ya el poeta moralista que
Disipar, ilustrar nuestros erro res ... acuñaría tantos versos, sólidos y finos como medallas, que
La escena me parece <;;e graban en la memoria:
a, qué bella l
1 Qué noble, qué magnífic Quien no espera vencer, ya está vencido.
ella.
Esta es tu obra, Abascal: g6zate en
..• Lidiar con valor y por la patria
Y vosotros, Peruanos, Es el mejor presagio de victoria ..•
Mis amables y dóciles Paysanos,
Que si mengua 6 escándalo resulta
Aprovechad tan útiles lecciones,
Honra más la verdad quien más la oculta.
Algun tiempo serán vuestras acciones
De los Genios Teatrales argumento De Jas tres compoa,iciones inéditas siguientes, las dos
Para inspirar virtud, como en el día primeras no tienen en el manuscrito la fecha al pie, pero
Lo son las de los Griegos y Romanos. como una de ellas revela por uno de sus versos haber sido
Y pues el Teatro ha sido -éscrita en Lima, y Olmefo dejó á Lima en 1809 con in­
Donde el sabio Viajero tención de establecerse definitivamente en Guayaquil, su
Los usos, las costumbres de los Pueblos, ciudad natal, es claro que ambas, escritas en un mismo
La ilustracion y el gusto ha conocido,
euadernillo, con letra y tinta iguales, no pueden ser poste­
Aprovechad las útiles lecciones
riores, y que hemos de considerarlas contemporáneas de
Que de hoy mas nuestras Musas,
De tan sabio gobierno protegidas, la Loa y de las otras de la misma época citadas antes.
Van á dictar; y el EKtrangero vea La tercera está fechada: 1825; y aun sin expresarlo l o
Que teneis aptitudes sabríamos, pues es la despedida del poeta á su esposa
Corazon y talentos y virtudes. cuando se preparaba á partir para Europa nombrado
Agente Diplomático del Perú. en Inglaterra, Francia y
Y en retorno á los bienes otros países. Debió, p()r consiguiente, haber sido escrita
Que Tú, A basca! amable, nos previenes, en Julio de aquel año, pues la partida tuvo efecto en los
Sus dones Te consagren á porfía primeros días de Agosto. Es poesía de carácter íntimo y el
Las tres Gracias que reynan en la escena,
vivo afecto del poeta corre y se dilata expresado con una
La Comedia, la Música y Poesía.
sencillez, una nai"ueté verdaderamente encantadoras. Gom­
rgo, lánguida por préndese que tuviera Olmedo en aquellos mismos días, y
Es, como bien se ve, poesía de enca
que no des�un�a t_odavía el
partes; declamación oficial en 1rana al can­
amor de libertad que tan vigorosamente msp
(1) Variado y mejorado eu la Alocución de este modo:
ciertos finales,
tor épico-lírico ; pero en ciertns versos, en Y aquel áuimo grande, firme, fuerte,
De preferir al deshonor la muerte.
como éstos:
168 REVISTA OOL COLEGIO DEL ROSARIO
JOSÉ JOAQUÍN DE bLMll<:DO 169

Mas, si en la selva umbrosa blanco como yo misma,


aun después, escrúpulo de comunicar al público secretos
dos palomitas vieres, en una selva umbrosa
de su alma ; pero es evidente que ahora, á los ochenta
acariciarse tiernas, entré, y me ví perdida.
años de escrita, cuando él y la esposa y los hijos duermen
el tiro, cruel, suspende ; Que un cazador amable
todos el sueño de la muerte, la posteridad ha de acoger perdon á sus caricias ; que allí por caso babia
y apreciar con respetuoso interés tan sincera efusión de y diles quando vuelen : nos mira, y nos asesta
aquel corazón nobilísimo. Es, además, y será siempre, in­ "Si acaso sois de aquellas su cañon homicida.
comparable emoción estética leer estos versos tan dulces, que en Chipre tiran siempre Mas se contubo luego,
tan tiernos, tan cariñosos, y confrontarlos en la memoria el carro de la madre no sé por qué ; y con risa
con todo lo que hay de duro, de férreo, de inflexible, de de amor y del deleyte ; como que algo recuerda
implacable y de violento en la magnífica apoteosis que, id allá desaladas, of que me decía :
diez años después, hizo del General Juan José Flores en Palomas inocentes, "Si acaso eres de aquellas
el campo de Miñarica, empapad? en sangre ecuatoriana. y en vuestro dulce arrullo que allá en la Chipre tiran
que Venus sola entiende, el carro de la madre
decidle : tu Poeta de amorosas delicias;
nos libró de la Muerte." vuela allá desalada,
HIMNO A DIANA cándida palomita,
LA PALOMITA
Dedicado al amable cazador,�m i amigo J. R. O. y en tu arrullo que entiende
(Anacreóntt'ca) solo Venus divina,
Ven, hermosa Di'ana, Dame las saetas dile : que su poeta
,, dá al cazador de tu arco certero, ¿ Dime de donde vienes ? te rescató la vida."

• (]Ue tus leyes sigue


tu gracia y fu favor.
ó haz que el plomo fiero
alcanze y traspase,
dímelo por tu vida ;
¿ donde vas? ¿ de quien eres, Agena ya del susto
. quando al monte pase, amable Palomita ? volé alegre y festi va
Ven que tu en los campos á referirle á Venus
el ciervo veloz.
fuiste la primera -El amoroso Olmedo lo de la selva umbría,
Ven, hermosa Diana ...
que agitó la fiera, á su Nise me envia, En su caliente seno
y las tiernas aves, (Falla el resto de este Himno) á la graciosa Nise, me acoge y me decia :
que cantan suaYes su amor y su delicia . "Ya estás en mi regazo
. DEDICATORIA ¿ qué temes, cuitadilla ?
al nacer el sol. Yo antes era de Venus,
Ven, hermosa Diana .•• Y ttl, mi dulce amigo, y de las más queridas, no mas de susto tiemblen
que con la caza alegre yo su carro tiraba tus cándidas alitas.
Al viento vagaba
el afanoso estudio y en todo la servía. Pero yo premiar quiero
tu liJ:\re cabello,
alternas y entretienes : Mas del calor huyendo al que debes la vida.
y del hombro bello
sigue, sigue gozando en un estivo dia, Vé á mi tierno poeta,
la aljaba pendia,
el placer de los Reyes;. 6 por buscar la sombra, dile que soy su amiga�
y el pie te lamia
la Diosa de los bosques que es del amor amiga, y ofrécete mi gracia
el can corredor.
su gracia te promete, con mi amante palomo, y proteccion divina.''
Ven, hermosa Diana •••
170 REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO- JOSÉ JOAQUÍN DE OLMEDO I.7I

De entonces dexé á Venus, ya s-:! acerca, ay I el día, Así con ambos cumplo, No temas, amor mío,
dexé á Chipre por Lima, que nos va á dividir. dando en serena calma, mi palomita amada,
y vine á ser de Olmedo Solo tristes memorias .al amor toda mi alma, que haya en el mundo nada
que es la ternura misma. y recuerdos fatales ... y el cuerpo á mi deber. que me haga vacilar,
De entonces soy su esclava, de amor todos los males Pues vivir en tu pecho,
y le sirvo muy fina : me quedan que sufrir. Yo parto,oh I qué tormento 1
que es mi único deseo,
suya soy, y son suyas -oh I que terrible ausencia;
vale más que un empleo,
estas letras que miras. Como Tórtola viuda dame, 6 Dios, resistencia
vale más que reynar.
Libertad quando torne que triste á toda hora -para tan gran dolor.
dixo que me daría : gime, suspira y llora Yo l)arto, y conjurados Yo veré mil bellezas
mas yo sin él no quiero por su perdido amor; veré á cada momento mas con ojo tan fria,
ni libertad ni vida. Así yo inconsolable, -contra mi, al mar, al viento, que nunca al pecho mio
la ausencia y el amor. llegará su impresion.
Con mi arrullo le aJuermo, ausente de mi amada,
Porque tus ojos solos
mi pico le acaricia, tendré siempre clavada Y tu, hechizo de mi alma,
con un arte divino
le cubro con mis alas la espada del dolor. mi único amor, mi vida,
en las mañanas frías. conocen el camino
despues de mi partida
que va á mi <;orazon.
Comer quiero y el grano Mi corazon de pena .¿ te acordarás de mi ?
pico en su mano misma : dentro del pecho muere ••• Yo, de noche y de día No tendré allá, aunque quiera,
y si dormir, me arrulla Mas la patria lo quiere siempre estaré penando, ningun afecto nuevo
con su amorosa lira. y es fuerza obedecer••• Rosita, en ti pensando, pues conmigo no llevo
Pero ... ingrato me engaña, Pide á Dios, vida mia, pensando solo en ti. ni alma ni corazon.
con ruegos incesantes Que el corazon y el alma
todo, todo es mentira, Qua! sombra inseparable
sus melosas palabras, que me traiga quanto antes que antes tenia conmigo
mi amante pensamiento se quedan ya contigo
sus besos y caricias. al nido del placer•
-siempre, á todo momento, como en dulce prision.
Yo estoy, ó pasagero,_ estará junto á ti.
de los zelos perdida, Con mil dulces razones
el Amor me detiene .•• Asi pues, siempre, siempre, Sin tí, ¿ qué haré, mi vida?
pues mi amo so\o quiere aunque me creas distante, siempre ay I como demente,
y el deber me previene
á una niña muy linda ; podrás decir: mi amante qual si fueras presente,
lo que es forzoso hacer.
y aun conmigo estos versos delante está de mí, clamaré con fervor :
le manda á mi enemiga, ¿ Que haré, pues, amor mio,
"Ven, palomita mía,
á la graciosa Nise, siendo en este momento Recogeré el aliento
ven al caliente nido,
su amor y su delicia. igualmente violento -que tu boca respira ...
que aquí en mi pecho herido
mi amor y mi deber ? mi cuerpo se retira,
Á SU ESPOSA te ha formado el amor.
pero mi alma jamas.
Pues bien, cumplir con ambos Sabré tus pensamientos, "Ven, mi única esperanza,
Sra. Doiia Rosa Icaza
ts duro, y buen consejo y oiré tus palabras ; mi. único pensamiento,
Ya se acerca, amor mio, y aunque de ti me alejo, quando tus labios abras ven, mi único contento,
ay I Palomita mia, contigo quedaré. los míos encontrarás. ven, mi única pasion."
-------�
REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO
JOSÉ JOAQUÍN DE OLMEDO 1 73
Y al ver que no me oyes Mas ¿ qua! es mi de-lirio ?
ni que estás á mi lado, Ay de mí! en mi tardanza l)ital, su obra maestra; y aun quizás pudiera también sin
seré mas desgraciado ni el bien.de la esperanza miedo agregarse q ue, aislad amente considerado, es la éom­
por mi dulce ilusion. me podrá consolar.•• l)Osición poética más notable hasta el prtsente brot ada en
Cree, mi alma, que es un pecho,· ·suelo americano. Otros poetas, más fecundos, más nuevos
Otras veces teniendo
muy tierno y amoroso 'Ó más variados en la forma, a parecen t al vez ante la pos­
tu retrato delante,
qual frenético amante donde el amor hermoso '
teridad como figuras más sed u ctoras más interesantes · '
mil cariños le haré. te ha erigido un altar. ninguno p uede disp u tar á Olmedo su carácter de poeta na-
Creeré que con mi fuego cional, de cantor épico americano, porq ue sólo él logró
Piensa que por ti vivo; 'Cantar digna, heroicamente, el instante crítico, el momen­
tus labios animados
piensa que sin ti muero; to heroico fin al, q ue aseg uró la libertad y la independen­
me vuelven duplicados
que eres mi amor primero cia al Continente hispanoa mericano.
los besos que te dé,
y mi último serás,
A Dios.•. ay I no te olvides. Es muy nat ural, por consig uiente, q ue h aya sido t am­
Otras ;eces mas necio,
como el que algo ha perdido, que eres objeto eterno bién este C anto más est udiado q u e ning u no por la crítica,
á todos distraído, de este amor dulce y tierno,. tanto española como americana. El primero de s us críticos
por ti preguntaré : de este amor inmortal. foe Bolívar mismo, q u e fue uno de los primeros también
¿ Donde está mi paloma, en leer, esa s u a poteosis, por Olmedo mismo enviada en
causa de mis placeres ? Piensa que de tí ausente manuscrito apenas la concl u yó, y q u e recibió en campaña,
si no la conocieres, no es vida la que vivo, -cuando exting uí a las últimas llamaradas de la defensa es­
las se,ñas te daré, y que siempre recibo pañola en l as sierr as del Cu zco. En contestación dirigió el
aumento e1í mi dolor. néroe á Olmedo dos cartas extensas, q u e h asta mucho des-
" Es.-.. lo que yo no puedo, Piensa que esta gran pena,.
ni nadie explicar puede... p u és no se p u blicaron: l a primer a, incompleta, por Torres
piensa que este tormento
la qu':! á todos excede, Caicedo, en París, 1863 ( 1); la seg unda más adelante- en
aun me quita el aliento
la rosa de Abril. un periódico de G ua yaquil. El j uicio nos importa hoy so­
para decirte .. á Dios.
"Es la rosa que espera nre todo por ser de Bolívar, pero literariamente apreciado
en su botón gracioso no vale m u cho; d a en rostro al poeta con preceptos ó ejem­
pro­
un calor amoroso plos de Hor acio, Boileau , Voltaire y otros, para desa
q ue
para empezarse á abrir." bar ciert os r asgos, é insiste en despleg ar, en la parte
'
Personalmen te le concierne u n exceso de
modestia, q ue in-
algo q ue semeJ a
.
-evitablem ente comunica al juicio todo
ni t uvo para
-demasiado falta de sinceridad. Bolívar ni fue
11
alía q uien, como él,
El año de 1825 en que compuso Olmedo estos melancó­ ,qué ser modesto; sabía bien lo q ue v
tá, al brindar al­
licos heptasílabos, más sentidos, no menos suaves, q ue Jos .en un banq u ete q ue le ofrecieron en Bog�
vVáshmgton de Colom-
de Meléndez, es también eJ mismo en q ue escribió el Canto.. ,guien llamándolo el Napoleón y el
lírico-épico dedicado á Bolívar con motivo de los triunfos
1803
de J unín y Ayacucho, canto q ue es sin d uda iU obra ca- literaria, tomo I, Parí '
(•) Ensayo, biogrdficos y de crítica
174 REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO JOSÉ JOAQUÍN DE OLMEDO 175

bia, respondió inmediatamente: "Ni tan ambicioso com0, El Ecuador también, que en los años revueltos que pre­
el uno ni tan mal militar como el otro " ( 1). cedieron y siguieron á la muerte de su gran poeta, apenas
Entre cuanto& luégo han disertado sobre el poema des, tuvo tiempo de enaltecerlo y de hon�ar su memoria cual
cuellan Miguel Antonio Caro y Rafael Pombo. Caro, en correspondía, no ha olvidado hacerlo después en momen­
tres artículos llenos de sólida y brillante erudición, publi­ tos menos aciagos. Erigióle en Guayaquil suntuoso monu­
cados en el Repertorio Colombiano (2), estudia la obra mento, obra del escultor Falguiere; y León Mera y Pablo
bajo todos sus aspectos; mientras Pombo, en un articulo Herrera y Pedro Carbo y otros han escudriñado y fijado
de El Mundo Nuevo de Nueva York ,(1872) y después en ya la mayor parte de los datos necesarios para la biogra­
la Reseña anual que como Secretario de la Academia Co­ fía completa y definitiva, que está aún por hacerse. He ha-:
lombiana leyó en 1882 (3), condensa en frases felicísimas blado antes de la edición de las poesías publicadas por Ba­
elogio rápido y vibrante, que directamente responde á llén, y ahora mismo acaba de aparecer en París un libro
ciertos cargos formulados por Caro, y es á mi parecer fa. escrito por el guayaquileño Sr. Víctor M. Rendón, poeta
llo definitivo que enumera méritos y deficiencias con elo� y diplomático, educado en Francia, que traduce cuidado­
cuente precisión. Más adelante, en España, el en su tiempo samente en verso francés las poesías principales de su ilus­
muy estimado crítico Manuel Cañete reparte ge_nerosa­ tre conterráneo, al mismo tiempo que las comenta, y sigue
mente un tomo entero de la Coleccidn de Escritores Caste­ paso á paso la historia de su vida en narración exacta é
llanos entre el Duque de Rivas y Olmedo, reservando á interesante.
éste algo más de la mitad. Buscó y reunió cuantos datos Es claro, pues, que está ya dicho cuanto más. importa
estuvieron á su alcance, insertó y estudió numerosas car­ saber sobre el poeta y sobre su mejor obra. Tal vez falte
tas de Olmedo á Bello, á Fernández Madrid, á otros, sin únicamente compulsar y determinar ciertos datos biblio­
olvidar por supuesto las de Bolívar; y su crítica, aunque gráficos, á cuyo esclarecimiento pretendo ayudar por me­
generalmente superficial y .sin novedad, es correcta y bien dio de estas breves observaciones.
intencionada. Años después, el coleccionador y prologuis­ Olmedo no corrigió ni publicó él mismo más que dos
ta de la Antología hispanoamericana de la Academia Es­ ediciones de La Victoria de Junín: una impresa en Gua­
pañola, D. M. Menéndez y Pelayo, aplica con empeño real yaquil el año de 1825, y otra en Londres al siguiente, 1826.
de imparcialidad su singular instrucción y su vigoroso ta­ Veinte años después, al preparar Juan María Gutiérrez en
lento crítico á la obra de Olmedo, en páginas dignas de Valparaíso su América Poética y al mismo tiempo la pri­
ser leídas y meditadas. mera colección publicada de poesías de Olmedo, le comu­
nicó éste dos cambios únicos de alguna importancia que
(r) Vida de Rufino Cuervo, por Angel y Ruf:ino José Cuervo. deseaba introducir en el Canto á Junín. Por esta razón es
Tomo I, París, p. 70. No creo haber leído esta respuesta de Bolívar en el te:xto de Valparaíso el definitivo; pero la edición prín­
ninguna otra parte, y tengo entendido que los Sres. Cuervo la recogie,
ron de boca de una persona presente en el banquete. cipe e� la de Guayaquil, y la im.portante es la de Londres,
(2.) El Repertorio Colombiano, números 10, 12 y 1 4, 1379. En uno que agrandó la composición y completó su carácter esen­
d.e elloi: ta m_bién se encuentran las cartas entre Holívar y Olmedo, re­ cial, no ya simplemente perue.n.o, argentino ó colombiano,
producidas igualmente e11 la edición de C. Ballén. sino· americano, invitando al lírico symposi'on otras regio­
(3) El Mando Nuevo, tomo I, p. 332. Nueva York, 18 ¡:.i . El Re­ nes del continente: Méjico, los Estados Unidos; hasta In-
pertorio Colombiano, 1882.

I 'J'Ó REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO
JOSÉ JOAQUÍN DE OLMEDO 1 77
ateria-
glaterra misma, en agrade cimiento á lo s auxiT�os m brada, estos dos versos inar
mónicos, qu e en el man uscrit o
re-
les y m orales con que tau eficazmente contribuy al ó eran así:
sultado final. , n· 0 sé Que al Mag:lalena y al Rímac bulli
El Sr. Menéndrz llama, en la citada A�tologia,
cioso ...
Del triunfo que prepara glorios
ra -
p or qué segunda á esa e d.ici'ón de Guayaquil' que con
o...
roble-
critica en re alidad a vide par
zón califica además de " rarísima." Los datos del _P el manuscrito, pues amb
a nosotros, que no conocimos
. md ados os versos están en la edición de
ma me parecen ' sm embargo , perfect amente . desl Guayaquil sust ituidos por e
como
en las cartas que entre Olmedo y Bolívar mediaron' rrectos:
stos otros, prosódicamente co­
vamos á ver lo.
rta de
En 31 de Enero de 1825, fecha de la segunda ca Que al Magdalén y Rlmac bullicioso ...
Olmedo dice éste que ha conceb.d i O e1 Plªn de una oda Dei triunfo que magnifica prepara ...
entra
inspirada por el triunfo de J unín, plan en que no Tengo la fort una de poseer un ejemplar de esa prim er a
ados
Ayacucho ni figura Sucre, y para el que tiene ya acab. -edición, que tan d uramente calificaba Olmedo. No puede,
unos cincuenta versos. En la tercera, Abril 15, an uncia ya �n efecto, ser peor : papel miserable, tipos gastadísimos,
· · En
· compuestos, baj o nuevo plan, qumientos ve inte versos. Justificación imperfecta. Mi ejemplar, que carece de cu­
· Abril 30 avisa envío del manuscrito c·ompleto. En Mayo
·um· endo en una bierta, é ignoro si originariamente la tuvo, forma un c ua­
15 dice á Bolívar que la o da se e stá impr derno en o ctavo grande, sin indicación d e signat ura, com­
imprenta de Guayaquil, y en la carta d e J unio 3° le a�- puesto d e veintiocho páginas, pero numeradas solamente
. . .
vierte' rem1tiéndo 1e ya u n eJ e mp lar, que lo hace con moti-,, veinticinco ; de las otras tres, la que debiera sea la 27, lle­
. . .
vo de " las variaciones y ad1c10n' es de diez ó doce versos
va, con tít u lo de Advertencia, una nota de cuarenta líneas
que ha introducido, pero que la impresión no merec�a e�e en bastardilla sobre el vaticinio del Inca. Al pie este co­
·
honor, p ues ha salido tan mala que casi toda se ha rnutl· lofón:
lizado , por lo cu al, añade, "es muy pr obable que se haga
e n Londres una impresió n regular ." Para Lo ndres , e n
GUAYAQUIL

efecto ' preparaba su viaj e en esos momentos, nombrado Imprenta de la ciudad, por M. l. Murillo. 1825
Ministro Plenipotenciario del Perú en vanos · P aíses de
El Canto en esta forma se compone de 824 versos.
Europa.
Apenas lle gó Olmedo á Londres halló tiempo, á pesar
N o hubo, por consiguiente, hasta su partida más que
del tum u lto de s us _nuevos quehaceres y ocupaciones di­
dos textos conocidos de la oda: el manuscrito, al cual se­
plomáticas, para cumplir la promesa de imprimir limpia y
refieren únicamente las observaciones d e las cartas de B o­
elegantemente el Canto, después de haberlo corregido, y
lívar; y el impreso de Guayaquil, que por n o hallarse el
aume ntado notable mente durante la larga y fatigosa tra­
héroe en Lima llegó á sus manos un p oco tarde. L a críti­ vesía. De lo s reparos de B olívar estaban ya subsanados los
ca de Bolívar no p o día concordar p or tant o con el texto
<¡Ue eran simples deslices, que e l deseo de co municarle
impreso ni tampoco la numeración de los verso s, cual era pronto el manuscrit o había hecho pasar p or alto ; de los
n atural, dadas las alteraciones y añadiduras de Olmedo á
demás no p o día hacer ya caso sin trastornar varias e�tro­
última hora. P or eso al desaprobar Bolívar, con r azón S8• _
fas, muy pro bablemente sin mejorarlas. Lástima, por eJe -
:
178 REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO
JOSÉ JOAQUÍN DE OLMEDO 1 79

plo, hubiera sido alterar la magnífica entrada, que el Li­


primera edición y conmemora los compañeros que ha de­
bertador, en marcado sén de reproche, declara '' rimbom­
bante," y que sin embargo parece bien estar allí en su
jado en el Empíreo, sus " caros hermanos" '
puesto, insustituible, como si el lírico latino, por decreto El gran Guatimoz{n y Motezuma...
providencial, hubiera dehido escribir los primeros versos. Y la devastación del grande imperio
de una célebre oda sólo para que pudiese Olmedo ampliar­ En riqueza y poder igual al mío...
los y aplicarlos con tan brillanté efecto al triunfo america­ Hoy con noble desdén ambos recuerdan
no. No niego Jo arrogante de su tono, pero lo encuentro El ultraje inaudito y entre fiestas
bien oportuno; y lo que más me extraña es que chocase Alevosas el dardo prevenido,
por rimbombante ese sonoro y magistral preludio á quien, Y el lecho en vivas ascuas encendido.
como Bolívar, supo encontrar tántas frases y palabras re­ También es él quien evoca á los Estados Unidos del
tumbantes en sus proclamas militares para hacerlas reper­ Norte Y menciona especialmente el nombre del Estado ea
cutir por todo el continente. Esa estrofa inicial es una de que nació Wáshington :
las muy contadas que Olmedo no retocó en la edición de
Londres, salvo el suprimir al final el sonsonete de sierra El pueblo primogénito dichoso
con tierra y guerra demasiado cerca, justamente desapro­ De Libertad, que sobre todos tanto
Por su poder Y gloria se enaltece·
bado por Bolívar.
Como entre sus estrellas
La bellísima estancia que en ambas edicio1es empieza La estrelia de Virginia resplandece,
con este verso: Nos da el ósculo santo
Tal el joven Aquiles, De amistad fraternal...
Mas para establecer gráficament; y de manera que no
constituida por una comparacióµ, que Menéndez y Pelayo .
d�J� �uda 1a superioridad de Ja segunda edición, basta á
califica de "asombrosa," y que puede considerar�e como -
mi JUICIO escoger una estrofa entre ]as mejores y poner
la estrofa más literaria y más clásicamente pura de todas, ambas formas en inmediato parangón. En 18 2· 5 describe
apar�ce en la segunda mejorada, hermoseada; y sería exce­ así el encuentro de Ayacucho: .
lente lección poética para estudiantes de literatura poner­
las una al lado de la otra é ir notando las alteraciones su­ Lo grande y peligroso
Pára al cobarde, incita al animoso.
geridas por la reflexión al buen gusto del artista.
1 Qué nuevo ardor I Ya cede en toda parte
Pero, como ya apunté, más que en la superior perfec­
El número al valor, la fuerza al arte.
ción de la forma, fúndase el valor de la ·nueva versión en El jinete impetuoso
su carácter amplio y profundamente americano, que procla­ Lánzase á tierra con el fierro en mano
ma en magnífico desarrollo ia hermandad de las naciones Pues le parece en trance tan dudoso
en América nacidas antt!s y después de la gran campaña co­ Lento el caballo, perezoso el plomo.
ronada en Ju nin y en Ayacucho. El Inca, Huayna Cápac> Ya el español rendido desfallece'
que surgiendo sobre el campo de Junfn vaticina la victo­ Pierde el valor, mas no las iras pierde,
ria próxima decisiva, es el que ahora salva olvidos de la Y en sangriento furor mordiendo el suelo
En vano un vengador demanda al cielo.
JOSÉ JOAQUÍN DE OLMKDO 181
I 80 REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO
· Acusa, insulta al cielo: y de sus labios
Pensó después el poeta que este pequeno - cua dro ' á pe-
. . . Cárdenos espumosos,
prime, es
sar de la energía que su misma b revedad le im Votos y negra sangre y hiel brotando,
tas propor•
demasiado estrecho para contener en sus vas En vano un vengador, muere, invocando.
de y de-
ciones y su s inmensos resu1 tados suceso tan gran . .
. . camp ra so del últim o eJºérc1- El Canto en esta edición consta de 909 versos, va acom­
cisivo como la rend1c1 ón n
·u .
e o
Castl �' pañado de may or número de notas, y lleva al frente, fina­
to que enarboló en el continente• el estandarte de
fica pm- mente grabado sobre acero, un retrato de Bolívar, muy
y !-ansformó el prim er bo squeJO en esta ma gní
tura: diferente de l que circula hoy en Venezuela, aceptado como
oficial y definitivo. Me he figurado siempre que este gra ­
Lo grande y peligroso bado es el que re produce más fielmente las facciones del
Hiela al cobarde, irrita al animoso.
grande hombre, pues fue hecho á la vista misma de Ol­
1 Qué intrepidez l qué súbito coraje
El brazo agita y en el pecho prende medo, que �cababa de separarse de él y que tánto lo co­
Del que su patria y libertad de� ende ! nocía. Al remitir á B o lívar s u ejemplar le escribe Olmedo
El menor resistir es nuevo ultra3e. estas palabras: ·' Lleva el retrato del héroe al frente, me­
El jinete impetuoso, dianamente parecido: lleva la medalla que le decretó el
El fulmíneo arcabuz de sí arrojando, Congreso de Colombia y una lámina q u e representa la apa­
Lánzase á tierra con el hierro en mano, rición y oráculo del Inca e n las nubes. 'Todas estas exte­
Pues le parece en trance tan dudoso rioridades necesita el Canto para aparecer con decencia
Lento el caballo, perezoso el plomo. entre gentes e xtrañas." Antes del des-:ubrimiento de Da­
Crece el ardor.-Ya cede en toda parte guerre, á 1111 "mediano parecido" es lo más á q ue podía
El número al valor, la fuerza al arte. aspirarse en un simple grabado, copiado probablemente de
alguna miniatura; y quizás Olmedo se valdría del modes•
y el ibero arrogante en las memorias
De sus pasadas glorias, to adverbio pensando cuán raro es que un retrato en tales
Firme, feroz, resiste: Y ya en idea condiciones pa.rczca bien al retratado. El grabado tiene
Bajo triunfales arcos, que alzar debe mucho caráct er, y la fisonomía llena de expresión no pa•
La sojuzgada Lima, se pasea. rece en desacuerdo con la idea que por s u historia y sus
Mas su afán, su ilusión, sus artes ... nada, escritos podemos hoy formarnos del famoso hijo de Ca­
Ni la resuelta y numerosa tropa racas.
Le sirve. Cede al ímpetu tremendo: El texto permaneció el mismo, srn que interviniese el
Y el arma de Baylén rindió cayendo po eta en ninguna otra edición ó reimpresión, hasta que
El vencedor del vencedor de Europa. en 1846, u n año antes de su fallecimiento, cumunicó á G u­
Perdió el valor, mas no las iras pierde, tiérrez, para su publicación de Val paraíso, el deseo de su­
Y en furibunda rabia el polvo muerde.
primir los dos versos en que alude á las crueldades come­
Alza el párpado grave, y sanguinosos
Ruedan sus ojos y sus dientes crugen ; tidas durante la conquista para impone r á los Indios el
Mira:1a luz; se indigna de mirarla: bautismo y la fe de los conquistadores :
REVI$TA DEL COLEGIO DEL ROSARIO LA TOLERANCIA CRISTIANA

. No estableció la suya con más ruina �ntre los clásicos españoles de las tres centurias preceden­
El mentido profeta de Medina, -tes. Lo que era hoguera extinta en la antigua metrópoli
revivía y brillaba durante algunos años más en la antigua
sin duda por juzgar �emasiado invero5ímil qu� estuviese
<:olonia, hasta apagarse después de nueva y fulgenté ilu­
el Inca tan bien enterado de la historia de Mahoma y el
mi�aci6n. Las silvas de Andrés Bello, los cantos épico­
mahometismo. También estos otros dos :
líneos de Olmedo, no tienen rival que los venza en toda la
Tal el astro de Venus refulgente literatura castellana.
Brilla de modo en la azulada esfera,
ENRIQUE PIÑEYRO
quedaron entonces convertidos en uno solo, en esta forma: (Concluirá).

Tal se ve Héspero arder en su carrera,


para evitar lo insólito de la construcción primera de 1825, LA TOLERANCIA CRISTIANA (1)
que olvidó corregir en la segunda edición. PSr esto cuen­
ta la tercera solos 906 versos. -Señor Gobernador, señor Cura, señores.:
Es de esperarse que algún día se haga edición comple­
Cada año celebra nuestra Sociedad, en honor de su San­
ta de los escritos de Olmedo, verso y prosa, poesías y car­
to Patrono, este acto con el objeto de dar gracias al Todo­
tas, anotando, analizando minuciosamente todo, como se
-poderoso por los beneficios recibidos é impetrar nuevos
hace con los autores clásicos en las ediciones de los eru­
para el venidero; presentar informe del curso que ha segui­
ditos. Mi deseo aquí ha sido, además de añadir algo al cau­
dal de lo hasta ahora inédito, indicar uno ó dos de los �o su obr� de caridad ; hacer un balance de los socorros y
J1mosnas impartidos, de los que quedan por realizar y de
puntos de comparación indispensables.
los recursos allegados; y para que los socios, '' consoldndo­
Olmedo fue poeta clásico, pura y únicamente clásico.
.se mutuamente por la fe que les es común," alienten y esti­
A pesar de la fecha en que escribió sus mejores obras,
mulen su espíritu para proseguir adelante en su trabajo.
una en 1825, otra en 1835, no se descubre en ellas ningu
Tal costumbre se ha practicado con regularidad año por
no de esos destellos de luz extraña y nueva que, ya desde
año, á pesar de las contrariedades é inconvenientes de las
fines del siglo anterior, se veían iluminar y teñir con mati­
épocas; y plegue á los Cielos que así continúe haciéndolo
ces antes desconocidos algunos ver¡;os y pasajes, de Cien­
la Sociedad de San Vicente de Paúl en el decurso de los
fuegos, por ejemplo. En cambio está como reunido en ellas
tiempos, con lo cual se asemeje siempre más á su Santa Madre
en profusión admirable, con esplendor insuperable, cuan­
to de más alto había alcanzaJo y desplegado nunca el arte la Iglesia católica, en cuyo seno se desarrolla y amamanta.
Porque ésta, que cuenta sus días por las fiestas de sus
neoclásico en lengua castellana.
Es bien curioso, bien digno de tomarse en cuenta, que santos, nunca se olvida de ninguno, ni del último de sus
cuando la poesía clásica había fenecido ya en España, mártires, ni del último de sus niños, ni del último de sus
mue�tos todos sus grandes cultivadores, en profundo si­ mendigos, ni del último de sus ancianos. Bien pueden des­
l �ncw desde 1808, el genio de Quintana, viviesen y flore-
01esen y cantasen dos vat1 s americanos cuyas obras maes­
---
plomarse las montañas del mundo con estruendo y con fra-
( 1) Discurso en la sesión s:>lemne de la Sociedad de San Vicente do
tras en nada d¿smerecen al lado de cuanto hubo de mejol"" Paúl en Zipaquirá.

También podría gustarte