AÑO XXV. M A D R I D , 15 D E A G O S T O D E 1 8 8 1 . NtJM. XXX.

¿ENTRARA?
CUADRO DE D. FEDERICO GIMENFZ, NÚMERO 2 4 ° ^^''' «CATÁLOGO». (EXPOSICIÓN DE BELLAS ARTRS DE i S S l . )
 8^ LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICAKA.
SUMARIO.
TEXTO. — Crónica general, por D, José Fernandez Bremon.—
Nuestros grabados, por D. Ensebio .Vlarlinez de Velasco.—
Quincena parisiense, por D. Pedro de Prat. — Congreso inter-
nacional de americanistas en Madrid, por D. Juan Pérez de
Guzraan. — Mis Memorias intimas | continuación |, por el ex-
celentísimo 5r. D. Fernando ]-'ernan<Íez de Ciirdova, marqués
de Mcndigorría.—Rosas y perlas, poesía, por Vi. G. Belnion-
le Muller.^lU abate Mnij^no, por O. Josií J. Landerer. — [.as
Ciudades modernas r Linares, por D. Modesto Fernandez y
González. — Costumbres del si^lo xvií: El Corral de las co-
medias (continuación), por D. Julio Monreal.— Libros pre-
sentados á esta Redacción por autores ó editores, por V.—
Suelto, —Anuncios.
GHADADOS.—Exposición de Bellas Artes de iSSi en Madrid:
¿Sntraráf. cuadro de D, Federico Jiménez, núm. 340 del
Cií/íí/íi^.—Viaje de SS. MM. y A.'\. á la costa cantábrica : Vis-
ta general del puerto de Comillas ; Salida del túnel que da ac-
ceso á la playa ; Horno y lavadero de las minas de calamina;
Vista del colepio de primera y segunda enseñanza ; Palacio de
la Coteruca; Casa-palacio del Sr. D. A. López, donde se hos-
pedan SS. AA, líR.; Caseta de baño montada sobre rails, para
1I30 de SS. A.V. (De fotografías de los Sres. Courbon y Zenon
y Leandro, de Santander.]—CAdiz : Incendio del Gran Teatro
en la madrugada del (j del actual. (De croquis remitido por
D. M. S.) — Bellas Artes : El Nacimiento tie V/iiits, cuadro
de A. Bouguereau, existente en el Museo del Luxemburgo, de
París.—Imperio del Brasil : Catarata de P.iii/o Alonso, vista
eti el punto de unión de las aguas,—Isla de Cuba: Familia de
guajirosÁ la puerta de un potrero. (Copia de un cuadro de
Landaluce : de la obra Tipos y costumbres, publicada por el
editor Villa, de la Habana.] — Retrito del abate Francisco
María Moigno, sabio matemático y astrónomo francés. — La
insurrección tunecina : Sfax. Asalto y voladura déla puerta de
la Kiishah por la marinería de la .S'«/'a'íjV/r¡«/íí.^Marina militar
de la República Argentina : El A!miranl¿ Brir.u't, nueva cor-
beta acorazada, de doble hélice, construida recientemente en
Inglaterra.—Problema de ajedrez.
CRÓNICA GENERAL.
,oiJK.\ estar todavía lejaao el fin del mundíi
ciigan lo qtie quieritn los profetas legos, pero
es indudable quü cunde de cerebro en cere-
bro hi idea de destruir todo lo que existe y
concluir, si no la obra de Dios, las obnis do
los hombres. Ntiestra civilización, que pa-
recía asegurada contra los bárbaros con sus
enormes cañones, buques acoriizados, torpedos,
baterías rasantes y bombas prodigiosas, se encuen-
tra amenazada por enemigos subterráneos, que mi-
nan sus ciudades, y contra los cuales no hay defen-
sa. Los procedimientos nihilistas, adoptados en principio
por los Icnianos y la Internacional, concluiráa por ser la
estrategia de todos los descontentos. Y éste es el instante
en que los sabios, que leían de corrido en el port'enir, cal-
culando por lo presente lo futuro, no pueden decirnos si
el progreso de q u e nos admiramos, dando á nuestro siglo
una impürtancia que no sabemos si le darán los venideros,
scguiríi su marcha ó se detendrá con espanto ante una
horrible lucha de que no hay ejemplo en las historias de
los hombres.
Los feniatios han declarado ya ptíblicamonte t[ue es pre-
ciso volar los niunumentos y palacios é incendiai' los al-
macenes, los but[ues y los arsbnalcs ingleses; que la ame-
naza no es fingida empiezan á probarlo las m;k¡uinas
infernales descubiertas, y las que probablemente estarán
fabricándose ó navegando hacia Inglaterra. El mar r í a s
escuadras, que eran las murallas inexpugnables de a([uella
gi-an nación, constituyen sti peligro, de lo cual va resul-
tando q u e , mientras para destruir á los beduinos seria
preciso volar el desierto, para destrozar á Inglaterra no se
necesitan sino algunos centenares de enemigos y algimos
kilogramos de dinamita, q u e , colocados sabiamente en los
depósitos de niercaucías, en los centros industriales y en
los parques, difundan c! terror y esparzan en toda la so-
ciedad el grito tremendo de «¡ Sálvese el que pueda!»
Espautosa es la guerra, pero aterradora cuando el ene-
migo es invisible y desaparece la confianza en la casa que
guarda nuestros bienes y ampara nuestros cuerpos. La ciu-
dad es imposible, si el procedimiento que van adoptando
algunas asociaciones, que aumentan de dia en dia, se gene
raliza. No hacer bulto será una de las precauciones más
rudimentarias en un mundo donde existe el propósito de
hacer saltar todo lo alto. No es absurdo temer que los
hombres amendrentados prefieran algún dia la soledad á
la sociedad d e s ú s hermanos, y el mundo resulte inhabi-
table.
Esto no es negar los adelantos humanos, sino fijarnos
en que no sólo se adelanta en lo bueno, sino en lo malo;
de manera que la resta entre uno y otro da una mi.sma
diferencia en todas las edades, por lo cual, aunque parezca
que adelantamos, permanecemos dentro de una misma
órbita ; avauzamos sin cesar, no es posible dudarlo, pero
también avanza nuestro planeta por el espacio á toda má-
quina y vuelve siempre al mismo sitio.
Sería acaso más prudente q u e , en vez de decir «prof;re-
samos», dijéramos con modestia : «nos movemos.»
Roma ha presenciado un nuevo escándalo contra el pon-
tificado. El mecíiiuráe los enemigos de la ley de garantías,
única que conserva la iglesia, ha tenido un carácter brutal
y vergonzoso. Insultos al Pontífice muerto y al vivo ; gri-
tos de ¡ al Tíber I cada ven que se liablaba de uno ú otro ;
insultos, groserías y blasfemias, todo esto en medio de una
gritería infernal y ante un comisario del Gobierno de Ita-
lia. Dos adfiesiones se leyeron entre frenéticos aplausos:
la de Víctor H u g o , que dejando l:is regiones de la poesía*
donde habita ordinariamente, no habia tenido reparo en
descender hasta aquel a n t r o ; la de José Garibaldi, general
del ejército italiano y stibdito oficial del rey Humberto,
cuyo Gobierno tan escrupuloso como el nuestro, ha pedi-
do explicaciones por parte de nuestros prelados, y no da
satisfacción alguna, por respet'j á la conciencia y á los de-
rechos de todos los católicos, del insolente é inculto es-
pectáculo, que autorizó en Roma con su presencia un re-
presentante de la autoridad.
Por la simple enunciaciím de los hechos se compi^ende
fácilmente de qué parte están la razón y la cultura,
Los católicos, para quienes la memoria lie Pío W es ve-
nerable, siguen con hachas su féretro, rezan sus responsos
é iluminan sus casas para r e n d i r á un muerto el liltimo tri-
buto.
Los anticatólicos silban la pniccsion y tratan de oponer-
se rabiosamente á un acto inofensiv!) y respetable.
Protestan los católicos p^r medio de alocuciones ó es-
critos serios y razonados.
Protestan los anticatólicos en un ineeüng bochornoso,
suficiente para deshonrar mejores causas.
En mala ocasión llegó á Italia la nota de nuestro Gobier-
no dando satisfacciones al del rey H u m b e r t o , como correc-
tivo de las frases vehementes, pero justas, de tos prelados
españoles.
Por lo demás, si nos duelen, no noí< amedrentan los
conflictos que envuelven y amenazan á la Iglesia. Xacida
en el Calvario, criada en las Catacumbas, la desgracia, en
vez de anonadarla, la purifica y da vigor. O e e m o s que
está llamada á grandes pruebas, y que los dias presentes
son serenos y apacibles comparados con ios que se prepa-
ran ; pero tenemos confiauzíi, y contra ella no prevalece-
rán sus enemigos. Dominan á éstos sentimientos de hosti-
lidad, que se endurecen cada d i a , y a l g i u i a vez, viendo
cómo crecen los odios, tristes prescntimient<is nos acDmc-
ten de que acaso ha de reproducirse en Europa la era de
los mártires. Por de p r o n t o , se empiezan á oir los rugidos
de ¡as fieras.
Mistcr B r a d l a u g h , c l animoso diputado inglés que ha
intentado varias veces asaltar la Cámara de los Comunes,
ha vencido.
El jefe del Gobierno, Mr. Gladstone, ha parlamentado,
prometiendo arreglar tan desagradable asunto.
Mister liradlaugh, entre tanto, se halla gravemente en-
fermo de resultas de su último c(jmbate.
Su muerte seria un conHicto grave en estas circunstan-
cias , pues reconocido en principio que tiene razón, resul-
tada el gran escándalo de un diputado inglés muerto á
consecuencia de una paliza administrada por la policía y
los dependientes de la Cámara.
. El Emperador de Austria, después de conferenciar con
el de Alemania, ha visitado al Gran Duque de Badén y á
los soberanos de Wurtemberg y de Baviera.
j Q u c se dirán al oido tantos r e y e s : Todo hace presumir
que habrán gastado el tiempo en darse expresiones ó rcca-
tlitos de familia.
Es verdadeiumente lastimoso tener que contentarse, al
dar cuenta de ciertos hechas, con lo (]ue buenamente quie-
ren referirnos los i[uc no están mejor enterados que nos-
otros : optamos en estos casos por no decir nada, dejando á
la imaginación del lector que haga los cálculos q u e guate;
pues cuando no se sabe la verdad, es más grato ])ara todos
que cada cual suponga lo que le parezca.
Desde el cuento de los setenta y tres reyes, todos pues-
tos en batalla, que nos desesperaba siendo niños, no recor-
damos otro rompecabezas que contenga mayor número de
r e y e s ; pues st bien el Gran Duqtie de Badén no tiene ese
título, parece acordado ya su ascenso, y será dentro de
poco Federico I , rey de Badén. En cuanto á Luís II de
Baviera, irá en breve á París, dejando á su hijo la regen-
cia del reino, acaso por mucho tiempo, pues no ha de ser
fácil que trueque ese hombre singular y excéntrico la in-
dependencia de la vida parisiense por la sujeción y cuida-
dos de la corona,
T e m e m o s , sin embargo, verle el mejor día comparecer
ante el Jurado por descolgarse del balcón can una sábana
para huir de un importuno, ó por cazar leones en las jaulas
municipales de París, ó por alterar el orden público á las
altas horas de la noche con ios trozos más formidables del
maestro Wagner.
La crónica de Luis II de Baviei-a será uno de los libros
más curiosos del siglo xix.
[Lástima í[ue no pueda escribirla Domas padre! .
¿Eran cinco reyes F Tenemos que hablar de otro todavía;
de Kalakana, rey de Sandwich, que viaja por Europa y
visitará á Madrid probablemente. Hace menos de un siglo,
los habitantes de su país no usaban traje alguno, sino que
se pintaban á su gusto sobre la piel. Hoy toman su,s modas
de los figurines de París , tienen escuelas, beben cerveza,
bailan el canean , y si se comieran unos á otros, lo cual
ya está mal visto, sería con trufas y rociados con Burdeos.
La civilización cunde en las ciudades y hasta en los
campos : en éstos se usa mucho el traje antiguo, pero usan
ciertos titiles que suponen CU1LIU"I y adelanto. Por ejem-
plo, el reloj, q u e , por falta de bolsillos, llevan colgado'en
las orejas.
La verdad es q u e , tanto en la capital como en las Islas
principales del reino, la civilización se ha difundido con
gran rapidez, y el Estado de Sandwich no tiene mucho
que envidiar á algunas naciones europeas.
La visita de la corte al Ferrol para ver flotar la fragata
Navarra y el cañonero Paz, y las fiestas navales con que
aquel importante departamenío ha celebrado la llegada
de SS. M M . , es el acontecimiento principal que registra
la crónicii en estos dias. Por nuestra p a r t e , m;ís qtic ale-
gría , sentimos tristeza cada vez que nos acordamos de
nuestra escuadra. Hacia el año 6 1 , la atención pública,
fijándose en los asuntos marítimos con desusaílo interés,
hizo esperar el renacimiento de nuestro poder naval, y
N." XSX
hasta los gobiernos comprendieron que era una buena oca-
sión de adquirir popularidad y prestigio dedicarse á aque-
lla obra de reparaciíui. La aritmética, con la frialdad de
sus cálculos, düinaslróen las regiones oficiales qtie ei"a im^
posible realizarlos gastos de aquella empresa colosal; pero
boy no es posible dudar que \:,\m los millones malgastados
en cambios políticos y mala Administración durante lüS
veinte años trasctirridos podriam-js tener acaso la escua-
dra de Inglaterra. Coniparandr), por consiguiente, lo qtie
podíamos tener con lo (¡ue tenemos, bav motivos sobrados
para apartar la vista con tristeza de nuestros puertos. Aun-
qtie España tiene tanta costa , es hoy una potencia pura^
mente terrestre, y no ¡lor falta tic marinos inteligentes e
ilusli-ati<is, sino por !;i preferencia (|ue damos á cuestiones
insignificantes sobre lo t|ue afecta al porvenir y á la fuer-
za de la patria.
Es indis]iensablc pensar seria y eficazmente en el aunicii-
to de los buques encargados de proteger nuestro comercio,
nuestras ci>lonias y nuestras costas. De lo contrario, va a
llegar día en que tengamos que habilitar de pontón el
Bureo de Avila.
»
**
La Exposición eléctrica de París se ha abierto y^-»*''
driamos, copiando las relaciones de los periódicos france-
ses, describir los interesantes y curiosos aparatos que mas
han llamado la atención; pero eii estos asuntos tiene e'
lector derecho á q u e le ¡lustre un testigo inteligente. Nues-
tro siglo debe estar orgulloso, con razón , del ingenio con
que ha s;iiJÍdo utilizar esa fuerza, cuya existencia estaba l^i
Natiu-aleza revelando al hombre sin t¡ue éste lo notase. La
electricidad, rasgando las nubes á relámpagos, nos enseñaha
un sistema tle alumbrado público; el rayo, destrozando ar-
boles, nos mostraba una j'uer/,a prodigiosa, y la celeridad
de sus movimientos nos daba lecciones de actividad q"^
no entendíamos.
i Q u é nos dirá el t r u e n o , dando desaforadas voces desde
las nubes ? Oyendo sus cadencias, nos parece algunas ve-
ces que hace versos.
Dia llegará en que el rayo, tan temido antiguamente, se
le dis])uten las madres de íamilia ]íara almacenarle en el ib'
gon, y en que el suicida, en vea de comprar revólver, snl-
ga al tejado en un dia de tempestad con un para-rayos en
la frente.
* »
Estamos en el periodo electoral. Los candidatos viajaií
se mueven sus agentes y se cruzan por el correo progí^"
mas, recomendaciones, promesas y amenazas. El qtie n*^
tiene distrito tiesea ser elegido por el sistema de acuintila-
cion. El Dr. Garrido es de los últimos, y espera que le
voten todos los desahuciados. Desgraciadamente, la may"'
ría de ellos están en cama y no pueden votar. .
Uno de los candidatos entró muy enfadado en una ofi^i'
na pública.
— J N O me dijeron ustedes — exclamo—que mi distrito
es el de 11..'
— Sí, señor, ,
— Pues bien, ese distrito no existe : le he buscado en "^
Diccionario de ¡a Lengua y no le encuentro.
En algunos lugares se inventan medios ingeniosos p'^'''
inutilizar al adversario : im candidato voló una vez u
puente para que no pasaran los partidarios de su comp^
d o r , pero éste se arrojo al rio y los llevó á nado á la oi^'^
orilla. • j.
E n una elección muy reñida, que iba á ganarse acaso 1"^
un v o t o , entró al colegio un elector barbilampiño.
^ P r o t e s t o de'ese voto — é;tclamó uno de sus contrario -
—El señor uo es elector.
—J Cómo que no? Aquí está mi papeleta.
— Esa papeleta es de su marido de usted. ; Desde cua
do votan en España las mujeres ? . ,
El elector '[w^ preso, y cuando demostró su inocencia j
su sexo varonil habia pasado la hora de votar. Hubo L'"-^
compensación en aquel contratiempo ; su señora había y
tadü por otro disfrazada de hombre : un vecino t[ue a y
lo que iba á suceder fué causa de q u e , por prender a
mujer, prendiesen al marido.
J o s é FERNAXDKZ BREMON-
NUESTROS GRABADOS.
EXPOSICIÓN OE B E L L . \ S ARTES DE MAOKlí''
{Entrarif Cuadro de D, Federico Jimi'iicK.
El piaiur madrilefio Sr. Jiménez y Fernandez fia ^^l'i^j ^.//,i
el último concurso artístico tres caprichosos cuadros ;_ El AS^
_y ¿/£íCí-ií-tj/jrtyD,'interpretando lii nonocidií Cdbula de ^•^"^'^^'i'nri-
un Gallinero, de bien dispuesta iiompuaicion y agradable '•'' ¡^
do, y el intenciíjnadu cuadro ¿Entrara f \ el mejor de los f f.^
uuestro juicio |, que reproducimos en el grabado de la pl^n^ "
"lera. p;
Hl asunto es un poema de terror y una carcajuda de sarca
la cabeza de un zorro se aparece |ior entre las ¡ij^rietadas p^ ^
su atribulada madre, cuyo cacareo parece como que resue
el espacio.
Hs una composición feliz y bien ejecutada.
VIAJE DE SS. MM. V AA. k LA COSTA CANTAUlíIt^-*"
No es nueva, seguramente, para nuestros lectores ''f "V^-jas
del viaje de los lieyes, la Princesa de Asturias y las In ' .]j¡^
I>." Paz y D.^ l-íuhilia li In costa Kiintrtbrica : la augusí^ ü» ^^
salió del [lalacio lie .San Ildefonso (La Granja I en ' ^ ' " j " ^ ' ¡]j¡ff
5 del actual , y después de ¡ornada felicisima, en hi^cuat I ^^^j
el homenaje de respeto de las autoridades y del pueblo ^".Í^J -1
todas lis estaciones de la linea, llegó al pueblo de Loni ' j^^.
las seis de la tarde del siguiente dia, y se dirigió ¡I la '-'(^'^'jijjs,
CÍO del Üxcnio. Sr. D. Antonio López, marques de Cou^
donde se habia preparado espléndido hospedaje.
 N.- XXX LA
^ o cabe en esta sección del periódico ima e^tensn reseiia de
todos lo5 fesieioH que ias provinci:iE de SaiUander y las del anti-
Sno y nüliJB reino de Galicia lian celebrado y celebran en lionor
de sus a u ^ s i ü s hudspedes ; por eso la. concret;ir¿iiios TI expiíciir
con la mayor exacliUid pasible los grabados que á la regia expe-
dicion se relleren , y que son copia de fotografías directas envia-
Q^s por nuestros activos corresponsales.
Hállase el puerto de Comillas (véase el grabado correspon-
diente en h p i g . S4 \ en la costa cantábrica, á unos jS lulúnietros
de Saniaiider, capital de la provincia, y ¡^ "lenor distancia de la
'inda villa de San Vkenie de Ja lí.irquera, capiíal del partido;
su ctiinu es i.emplado. y sus aires muy puros y s a n o s ; su caserío
es muy niüdestü, como ei de toda población pequeña apartada de
ios erandes centros de comercio y de industria, siendo, empero,
muy notable ía irf]e¿ia parroquial, dedicada á San CnsLóbal, y
construida en el año 162; á expensas del piadoso vecindario,
, 1^1 puerto no es ancho, y quizá su plava no es bastante como-
J ? . por bailarse encerrada entre escollos y no e.^enta de rom-
pientes ; pero, conio dice exactamente uno de nuestros correspon-
sales, en ninguno de los de aquella costa existe alojamiento mds
espjc-ndido para la Real familia: csie alojamiento es la casa-pa-
laeio, y i citada, del Sr, Marqués de Comillas. . Inauguróse con la mayor solemnidad en la noche del 28 de
„ Dentro de ma,?niiko p a r q u e , que en pocos dias ha sido embe-
llecido admirabremente por su propietario. háUanse tres lindos
^Weles : el primero, de U. Amonio López, destinado áresidencia
•^«Sb. MM. los R e v e s : e l segundo, de O. Claudio L ó p e z , h e i -
matio del Sr. Marqu'cs de Comillas, á SS. AA. R R . ias Infantas;
el tercero, de D. Patricio de Satrustegui, á la alia servidumbre
El hotel destinado A tos Reyes no puede ser más lindo ; tiene
a su entrada un precioso salón, rodeado de acacias y jazmines;
o^ro salón interioí, decorado al estilo Luis X I I I , con mobiliario
«e roble tallado y magníficas obras de a r l e ; un saloncito, estilo
' ompadour, adornado con acuarelas de Suarex LUnos y sober-
b'iis porcelanas: un comedor, estilo Enrique I I . y luiXübmete
".'iíoi/eííí.Ezis\'pis.o principal está el dormitorio de 5 b . iM.M,,
ncaijienie decorado, v en cuyo testero principal se ostenta una
^l^«/;rr amai://s, debida al pincel de IJouguereau (el autor del
cuadro £!N<icimie,ifo d<: vSitis, que leproduciraos en las pagí-
ñas SS y 8 9 1 , y otras preciosidades artísticas; una galería acris-
í=il?da, estilo ^Renacimiento, con lienzos v acuarelas de dislin-
JTiidos pintores catalanes; bronces, e s t a t u a s , elegantes muebles,
>• un tocador de hierro, talla j a p o n e s a ; un ¿WÍÍ/O»-delicioso, de
faso blanco y encaje de I n g l a t e r r a ; cuarto-tocador, gabinete de
baiio y otras p i e z i s . suntuosamente decoradas. Hn el piso se-
p n d o están las habitaciones para la t'rincesita de Asturias, des-
J-ollando entre todas la alcoba, de raso blanco, muebles de talla-
do bambíi, V preciosa cuna con colchones de seda rosa y pabellón
Je finJsimo'encaje
HI hotel de las Infantas no es menos bello; las habitaciones
^e cuarto bajo están reservadas para S. A. 0.=- Isabel, y en las
f e ' piso principal se lian instalado S S . AA. D " Paz y D." Eula-
'•a' Un uno y otro cuarto tiav sillones espléndidamente dtícora-
",°s> sobresaliendo el cabinete de estudio, que tiene un mobilia-
n o d e fantasía, acuarelas, piano, órgano expresivo, caballetes
'^e pintura, hermosos paisajes, bronces y porcelanas.
, »;ibido es que los jardines son deliciosos; iluminados p o r d i e z
'Vt^es eléctricas la noche de la llegada de la Real familia, ofre-
" a n yn aspej-j^ encantador v fantástico,
•"-n la p l a v a , para mavor'comodidad de las Infantas, se h a n
i n s t r u i d o dos kioscos,'destinados A casa de baños; uno por el
departamento de ^Earina. y otro á expensas del Sr, López. Nos-
otros damos u n a vista del primero (véase el grabado en la páíp-
fr-.pi' el ctial está montado sobre rails v puede ser empujado-
iciiniente hasta la misma orilla del agua ; y como vía de acceso
¿«^de la casa.palado á la playa, el Sr Marqués de Comillas h a
lecho construir un largo túnel ¡cuyo punto áe salida reproduci-
dos en un grabado de la página S4I.
'-n las inmediaciones de Comillas h a y puntos dignos de men-
!,'"" .• el palacio de ¡a Coieruca (véase el grabado en la pág. 84),
Pi^opiedad del Dr. D. Fermin de R i e r a , es un lindo edificio, en
^ ^ o e.UerÍor se combina la forma ligera de los modernas cAa/,:ís
^on el severo aspecto de las antiguas casas solariegas de Castilla
^«1 s i g l o x v H , y ' c u y o i n t e r i o r c o r i W p o n d e A l a o p u l e n c i a v a l buen
t.osio de su propietario; las minas de calamina, que explota u n a
W p a ñ í a hispano-íranceía, la Socifi/a,^ dg las Minas, ]a cual ha
^echo construir en el término del pueblo y en honor d e SS. M M.
í '^A. un arco de triunfo cuya base está formada de montones
l^^_^^ongtomeradús [ca!am)nf\ y adornado artísticamente j:on
di
Jn, de prrra''érry"^gunda"ensenanza', '¡nco'?po''rádo'arin''slituto
Pro^'indal de Santander, ciue se eleva en u n o de los sitios más
P'"^orescos del pueblo.'
, ^ fundación d e este colegio es debida á la testamentaria de
^ " p i a d o s o Arzobispo de Santiago de C h i l e , hijo de Comillas,
3"e legó cuantiosos bienes para Tnstiiuir muchas obras d e bene-
"íencia en su país n a t a l , y en las aulas del establecimiento re-
^'^^e selecta educación y ¿n'señanza gran iifimero deiovenes de la
'rovincia de Santander, habiendo no pocas becas de gracia para
'OS hnos d^ familias pobres. El ediiicio consta de tres secciones,
"escollando la destinada A local de enseñanza y hospedaje
Í ; V ° J ^ ' " ™ " O S por su elegante construcción y por las reformas
'"^Toducidas úUrmamente con arreglo al progreso de la época,
, 1 - 0 5 grabados de la pág. 84 son copi^. de fotografías que nos
f/^fi remitido los Sres. t o n r b o n y Zenon . de Santander, y los de
fj'^^- Ss, de otras fotografías que debemos á la amabüidad del
^"or Leandro, de la misma población.
I.N'CENDIO DEL «Gli.'^N THATlíO » DE CÁÜJK.
. Hacia la una de la madrugada del 6 del actual, los vecinos de
f?s plazas de Fragela y D, Alfonso X I I , en la belía ciudad de
^/laíz, se despertaban ante el siniestro resplandor de un incen-
'o, V- poco d e s p u é s , la \Í\Z de ¡fii/go.'. las campanas de los
coí?*^ y el toque de alarma de la torre municipal llamaban
n sus ecos fatídicos tí impünentes al vecindario a l a r m a d o , que
fe, 'Í^;Í^1 PUiío en confuso tropel hdcia el sitio de la catástro-
arin 51 ^^" ^ ^ ^ ^ f o . u n o de los mejores edificios modernos de
'loeíla culta población, era pasto de asoladoras llamas.
Ignorase cuál fuá el accidente que dio origen al incendio ; ig-
een ^ ^ i - " " ' " l y "O se explica sin admitir u n a triste versión, muy
e . ^ ^ l ' ^ ü d a entre los gaditanos} en breves momentos el fuego
Uro ^ ° " rabiosa violencia en los cuatro ángulos deí edificio, se
cub^^^'^ instantáneamente por los salones del interior y por la
de ú^''''^'i-' ^' ¡""tísticD coliseo ofreció en poco tiempo el aspecto
t(j^ "^'olcan en erupción, quedando Ititígo convertido en mon-
'nforme de calcinados v humeantes escombros,
sep ^^'''''eron con presteza los honrados vecinos, las autoridades,
la V, ".'^^ considerables de todos los institutos del ejército y de
nep-n^'"^'"^' ^ ^°^° lo que pudieron hacer, á pesar de su noble a b -
de ] f"' ^^ hercúleo brazo del pueblo v el discii>linado servicio
G r a n a r ^ " ^ ^ militares, no bastó para librar de l'a destrucción al
pi j ^ ^ , ^ " ^ " ' "V^^ ^rdia como un horno inmenso, en medio de la
íu,.^!; ^^ '•^fi*'''' elevando hacia el espacio afiladas lenguas de
"^go y densas columnas de humo, . . -
ILUSTIÍ.ACION ESPAÑOLA Y AMEEICAKA.
A las dos horas el gallarda edificio, desplomándose con es-
trépito su inmensa cubierta de pizarra y hierro, era como ancha
alberca de rojas b r a s a s , sobre la cual se levantaban algunos só-
lidos pii:-s de manipostería, á la manera de tristes siluetas de
imponentes ruinas.
Era el Gran T e a t r o , aunque de madera en su mayor parte,
de elegante y bien entendida construcción, que ocupaba u n a
superhcie de 1.757 metros cuadrados, y A cuyas o b r a s , hábil-
mente dirigidas por el arquitecto D. .Manuel García del Álamo,
se dio principio en Mayo de 1870 : habíanse reunido previamen-
te varios distinguidos vecinos de Cádiz, amantes de su ciudad
natal y del arte lírico y dramático, para d a r forma y vida al pro-
yecto de fundar un nuevo coliseo, digno de la ¿pota y la cul-
tura g a d i t a n a , y de aquella reunión se puede decir que surgiü el
primero y más sólido cimiento del Gran Teatro.
Asemejábase éste, en su disposición interior, al de Jovellános
de esta corte, si bien tenía mayores dimensiones y era más bello,
lujoso y elegante, por no haberse omitido esfuerzo ni dispendio
en su excelente decorado, modelo de buen gusto artístico, ;i fin
de que resultase en conjunto y en los detalles un ediiicio verda-
deramente suntuoso.
j u n i o de ifi7r, poniéndose en escena la ópera Fauíio p o r u ñ a
compañía áeprimsssimo cavUllo, en la que liguraban la inimita-
ble diva Sra. O r t o l a n i , los te lores Nicoliní y Corsi, el barítono
Ouintili Leoni, el famoso bajo Petit, y una orquesta de "5 pro-
fesores. ^ de un t a b u r e t e , y riéndose con franca alegría, escucha la plática
Actualmente pertenecía el destruido coliseo al opulento capi-
talista gaditano Sr. Lasanta,
El sentimiento ha sido tan unánime, que al dia siguiente del
siniestro, y bajo la iniciativa y en la casa del Sr. Marqués de
Santo Domingo de Guzraan, se celebrij. una reunión de las perso-
nas más acaudaladas de la ciudad, con el objeto de allegar re-
cursos para construir otro coliseo digno de la hermosa Cádiz,
acordándose al efecto reunir la cantidad de un millón de pesetas
en 4.OD0 acciones de á 250, para hacer extensiva la suscricion á
todas las clases que querían contribuir con su óbolo á la inme-
diata construcción del nuevo teatro, habiendo sido colocadas en
el primer dia de colecta cerca de rail acciones,
Muchos amantes de Cádiz, que residen en Madrid y provin-
cias, h a n mostrado deseos de figurar en la suscricion , y creemos
que pronto h a n de empezar las obras para el nuevo edificio en
otro sitio más céntrico y espacioso, como lo es la plaza de los
Descalzos.
Nuestro segundo grabado de la pág, 85 representa el incendio
del Gran T e a t r o , según croquis remitido por D- M. S.
BELLAS ARTlíS.
iV Naíiviieiúc de Venus, cuadro d t A. Bo 121,11 ereau.
La leyenda mitológica de \'éiius era t a l vez la más generali-
zada, aunque de diverso modo, entre loa pueblos de la antigüe-
dad pagana : Vtínus fué la primera diosa de los fenicios, que la
llamaban Asíni-íí, diosa de los rebafios, y la consideraban como
símbolo del amor; luego la rindieron culto los griegos , denomi-
nándola A/rodiía, hija de la e s p u m a , y Homero, en su inmortal
poema, la presenta como nacida de Ouratms, el Cielo, golpeado
por Kroniis, el Ciempo, su hijo, y adornada con maravilloso ce-
ñidor que ocultaba las sonrisas, "los ardientes suspiros, las tier-
ñas lágrimas, las artes y las caricias de la seducción.
E^l nacimiento de la diosa revistióse de poéticos detalles; cuan-
do ella salió de las ondas del m a r , entre rizados crespones de
blanca espuma, y dotada de la forma humana más bella que
hasta entonces había existido en el m u n d o , recibióla una enorme
concha de nácar y perlas, resplandeciente con el suave fulgor de
los colores diáfanos de la aurora; tiraban de la concha obedientes
delfines; guiábanla geniecillos alados; dábanle amorosa escolta
centauras y ninfas; resonaban en el aire los dulces cantos de
traviesos amores.
Desde «ntónces, la diosa Afrodita ó Venus púdica fué también
llamada por los griegos Anadyúmenn, la que sale de las ondas
del mar, y su culto era un delirio, u n a locura de pasiones desen-
frenadas, lo mismo en los templos de la Amalhonia y la Jdalia
que en Paphos, en Cytherea y en Cnido.
El distinguido pinturAdoKo W . Bouguereau h a d a d o vida artís-
tica á ía leyenda mitológica, en su magnifico cuadro La A'aissaiice
di Venus, que hoy se guarda en el .viuseo del Luxemburgo, en
París, y que esí i reproducido en el grabado de las págs. 88 y 8 9 ;
no h a s.eguido el artista, para representar A la diosa del Amor,
ía manera veneciana de envolver el desnudo_en trasparente gasa,
quizá para que mejor se v e a : sino la antigua escuela de la esta-
tuarla helénica, la escuela de Praxitíles, que retrató á la diosa
enteramente desnuda,, con las mórbidas y esculturales formas de
Phriné y de C r a d n a , famosas cortesanas de Grecia,
La aparición de este cuadro fué el vérilaldé (venhment artístico
de la época : la corrección del dibujo, la ciencia de la composi-
ción, la pureza de las líneas y los contornos, la brillantez del
colorido, todo, en u n a palabra, concurría por igual d que se
considerase aquella obra como la más notable de todas las del
aestro, ¡iun teniéndose en cuenta que el pincel de Bouguereau
í/ií Jesucristo.
I M I ' E K l ü DEL UH.431L : LAS CATARATAS DE PAULO AFFQNSO.
>'a hemos dicho poco h i (véase el n ú m . X X V I , p á g , i g j l o
que son estos prodigios de la iVaturaleza, en el rio San Francis-
co, cuando el rugiente cauce ae despeña etitre abruptas rocas des-
de u n a altura de gó pies : hoy d a m o s , en el primer grabado de
la pág. 9 3 , una vista de la última catarata, por el lado del Sud,
en el punto de unión de la gran masa de agua, que camina des-
de allí lentamente hasta la confluencia del rio Preto.
Añadiremos que las cataratas de Paulo Affonso están situadas
en el valle denominado Boa-Vista, en el límite oriental de la
provincia de Pernambuco.
TIPOS Y COSTUMBRES DE LA ISLA DE CUBA ; LOS GUAJIROS.
Con ese nombre (que procede sin duda alguna del primítivü
idioma de lo^ cubanos ] es conocido un tipo especial de tos cam-
pesinos de Cub-i, un tipo que nació en los dias de la conquista
y se formó en los de ln esclavitud, y que va desapareciendo en
nuestra época al impulso vigoroso de la cii'iliziicion y progreso
modernos, que tienden ;l destruir las diferencias sociales.
Los ¡ifKíí/jVüj de hny no son aquellos esbeltos jí'/rír-is.T y tstaa-
duros, que iban siempre en mangas de camisa, y cuya blanca
fhíiinai-rf/n ostentaba u n a pechera con bordados de colores bri-
llntites y esmaltada de botones de oro y p l a t a ; que cubrían su
cabeza con sombrero iSt yarey, v encerraban sus pies en finos
escarpines de becerro, con h e b i l l a s ; que llevaban al cinto, en
ancho talabarte de cuero negro, un machete (espada mejor di-
83
cho) de tres cuartas de largo, de afilado corte y agudísima p u n -
ta, de puño d s concha ó de labrada p l a t a ; que amaban á su ca-
ballo como si fuera un miembro de su propia familia, y que se
complacían en poner de relieve su fuerza, su agilidad y su b r a v u - •
ra por atraer las miradas de las guajiras y conquistar un a p l a u -
so en las crueles y características carreras de patos.
Ese tradicional tipo del guajiro va desapareciendo ; ahora los
guajiros, cuando van al pueido (nombre que dan á todas las po-
blaciones), visten ajustada americana, y ¿un levita de lustroso
paño negro, y las guajiras na se desdeñan de usar falda y sobre-
falda de vaporosa tela, con bullones y cintas y adornos.
Hoy el tipo tegllimo del guajiro no se encuentra sino en el
interior de la isla, en punios donde no resuena el silbido de la
locomotora y no existen los alambres del telégrafo eléctrico; hay
que buscarle en el departamento del Centro, y acaso en el Orien-
tal, como le cantaron los poetas B e l m o n t e , Palma y Véiez de
H errera.
Pero no tenemos necesidad de ir tan lejos, y a que el viaje s e -
ría bien penoso en la estación presente; para formarse idea
exacta de una familia de guajiros, basta examinar el segunda gra-
bado de la pág. 92, copia de u n o de los más bellas cuadros del
distinguido pintor habanero Landaluce,
La familia está reunida en el colgadizo de la casa ásXpoirero;
el p a d r e , que acaba de desmontarse, fuma tranquilamente un
buen tabaco ; la madre se afana en tejer un sombrero d e yarey,
y vuelve la cabeza hacia su hija; é s t a , apoyada en el espaldar
de su galán , q u e , caballero en negro potro, la enseña el bravo
gallo que piensa_/;íffi?' en la cercana temporada de p e l e a s ; á lo
lejos, en fin, hay dos morenos que vienen del sitio de las vian-
das, con la batea de iiani-'s y hoiiialos.
Con el cuadro del Sr. L i n d a l u c e y con las preciosas décimas
de Ñapóles Fajardo ( Cnculaml'é), que refiere tremenda historia
de amor y celos de u n veguero de H o l g u i n , no hay temor de
que se olvide el tipo del guajiro.
Y menos todavía desde que el editor h a b a n e r o , D. Miguel de
Villa, ha tenido el arierto de publicar el magnífico libro Tipos y
cosiitmbres de Cuba, escrito por los mejores literatos de la isla, é
ilustrado con excelentes láminas.
FL A B A T E M O I G N O . {Véase la pág. 90.)
«*
ASALTO Y TOMA D E Sl'AX.
No es necesario que recordemos aquí el bombardeo de Sfax, el
16 de Julio último, por la escuadra francesa de Uriente, al man-
do de los almirantes Conrad, Garnault y Martin.
Abatido el pabellón que los insurrectos tunecinos hablan izado
en el parapeto de la piafa, y desplegado el francés s ó b r e l a s
ruinas de la balería r a s a n t e , dióse á burdo de los buques la or-
den de desembarque, para llevar á cabo el ataque de la ciudad
sublevada.
T é n g a s e en cuenta, por lo mismo que nos apartamos algo en
esta breve descripción de las reseñas generalmente conocidas,
que seguimos las precisas notas de un testigo presencial, tenien-
te de navio de la fragata SurveUlante.
Los marineros de este buque y del Tridoü son los primeros
que ponen el pié en la costa, bajo una lluvia de balas ; después
les siguen la compañía d^Y Marengo, los fusileros del Colberi, de
la Revanclií y del friedUtid; en seguida acometen con arrojo los
tripulantes de la Galissounisre, ác\A!ri¡a y de la Reine Blaiicke.
Las granadas de la Surveiiiante incendiaron el enorme parapeto
de haces de esparto que ocultaba la batería de los insurrectos, y
cuando, al ver las llamas y el humo, vacilan por un momento los
árabes, los valientes marineros se l a n z a n á la carrera hacia Sfax,
por un espacio descubierto de más de 300 metros, y consiguen
penetrar en la Strada R e a l e , la calle principal de la población
europea , y cuya puerta habia sido derribada por los proyectiles
de los acorazados.
Desde aquel momento fue necesario un sitio en regla para cada
casa ; pero los marineros, armados de h a c h a s , rompen l a s cerra-
duras, y hacen saltar las que resisten, con torpedos de algodón
fulminante.
Aun habia que e n t r a r e n \'¿,Kasha!i, ó ciudad árabe, cuya puerta
principal estaba custodiada por 40 árabes, que hacían nutrido fue-
go; mas ios franceses lanzaran sobre ella algunos torpedos, y á 50
metros de distancia, oprimiendo el botón de u n a pila ekctrica,
pudieron ver cómo aquella sólida puerta saltaba en cien pedazos:
nuyen los insurrectos ó se esconden en los sótanos de las casas;
asoman los cañones, desembarcados mitíntras tanto, por el inte,
rior de la ciudad ; los á r a b e s , que se emboscan en montones de
esparto, dirigen certeros tiros á los sitiadores; caen muertos y
heridos algunos valientes marineras; los soldados del regimiento
93." de línea se apoderan, en fin, de los altos muros, y la ciudad
insurrecta del Bey de Túnez cae en poder de los soldados de
Francia,
A las diez iodo habia concluido : el pabellón tricolor ondeaba
en las murallas y en los minaretes de las dos mezquitas.
Nuestra segundo grabada de la pág. 93 representa la voladura
de la puerta de la Kashah por u n a sección de marineros de la
SurvifiHanie.
EL « A L M I R A N T E DROWN»,
niicv.T corbL'ta acorazada, de doble hélice, de la marina de guerra art'entiiia.
Pocas semanas hace fué botado al a g u a , en el T á m e s i s , el g a -
llardo buque nombrado Almirante Brown | e n honor del insigne
marino de gual apellido), que el Gobierno de la República ^ -
gentina ha hecho canstruir á todo coste en el astillero de los 6p-
ñores S a m u d a , hermanos, de L o n d r e s , y el cual reproducimos
en el grabado de la pág, 96.
El Almirante Brmtm es sólida y poderosa máquina de guerra;
su eslora es de 240 pies {distancia entre p e r p e n d i c u l a r e s ) : su
m a n g a , de 5 0 ; su p u n t a l , de 21,11 ; su calado, de 2 0 , y su des-
plazamiento se eleva á 4.200 toneladas.
Tiene dos hélices y dos m á q u i n a s , que desarrollan u n a fuerza
indicada de 4.500 caballas; su andar se acerca á 13 '^¡^ nudos por
hora ; su coraza consiste en planchas de aceru (sistema Siemens)
de nueve pulgadas de espesor sobre la linea de flotación, y de seis
dentro del agua, en unti longitud de i3o pies ; su armamento, en
baterías blindadas, consta de seis cañones Armstrong, calibre de
ocho p u l g a d a s , y otros seis de cuatro y media, más dos girato-
rios en un reducto central, blindado'con planchas de diez pulga-
das de espesor.
Terminados ya los tiltimns detalles del armamento, así como
el seveio decorado interior, el Almirante ¿Irown se dispone á
cruzar el Atlántico para dirigirse á las iiguas del Plata,
El Gobierno argentino ha dotado á la nación de un hermoso
buque de g u e n a ; y merece por ello los más sinceros plácemes.
EusEiJio MARI'JNE?; DI: VELASCO.
84 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMEEICANA. N.» XSX

V I A J E D E SS. MM. Y A A . A L A C O S T A CANTÁBRICA.

COMILLAS (SANTANDER). — VISTA GENÜRAL DEL PUEIÍTO.—SALIDA DEL TÚNEL QUE DA ACCESO A LA PLAYA.
HORNO y LAVADERO DE LAS MINAS DE CALAMINA.—VISTA DEL COLEGIO DE PRIMERA Y SEGUNDA ENSEÍJANilA.—PALACIO DE «LA COTERUCA».
(De íotograíiaa remitidas por los Sres. Courbon y Zenon, de Santander,}
 LA ILUSTRACIÓN ESPAÍÍOLA Y AMERICANA. 85
K." XXX

. AA. RR.—CASETA DE BAÑO, MONTADA SOBRE RAILS, PARA USO DE SS. AA.
C O M I L L A S . - C A S A - P A . A C I O HHL SR. . . A. . O P H . . - - ^ J ^ ^ ^ ; ; ^ ^ ^ Uandro, d . S . n c a . d e .

^ « * v TFATHO» EN LA MADRUGADA DEL 6 DEL ACTUAL.

CÁDIZ—INCENDIO DEL «GRAN TEATRO», b-N , . , , q ^
(Decrciquis remitido por 1>. ivi.^.j
 86 LA ILUSTIÍACION ESPAiVOLA Y AMERICANA. N.« XXS

QUINCENA PARISIENSE. Rossiní la consagró Ruiseñor imniauo, y destic entonces al

dia no han cesado sus triunfos escénicos. La Patti calcula
ri(]ue IV, ha abierto el acto, pronunciando un excelente,
correcto y erudito discurso, cuyo tema era : lujluenciay
haber ganado con su garganta sohrc 13 millones de fran- 11 tiHilad (te In.t estudios filosóficos. El orador, en su arenga, ha
SUMARIO. cos; no ha conservado, ni con mucho, tan enorme suma, usado , y áim tal vez abusado, de las dos palabras eterna-
París sin parisienses. — Las tribus d e forasteroí co Paris. — I-i vida que aquí mas disponiendo de un capital crecido, se propone aumen- nienlc explotadas por sabios é ignorantes, filósofos y amo-
hacen. — Parinteáis ile fies can so ¡'período d e t e s t a c i ó n . — Losrítinwí'íi'í'-.. tarlo en su futura campaña en los Estados-l'nidos, para tinadores : p<i/ria y ¡ihrrtad. A M. Marión ha contestado
yageurí poUlicos. AmaLiilidnil de' los candidatos. — Opinión de la.s ardiUas donde -se embarcará á lines del próximo Octubre. Dará, M. Ferry : su respuesta ha sid<i elocuente; mas, siguiendo
í^fe/iíra/íí sobren! Tcsiiltado del ai lie Agosta. — Seguro triunfo de Giim-
hella. — Sus probaBlesfqsnítailoa. — Proj,Tama poUlica del ex^dictador si a-Méndc el Atlántico , un concierto por semana, de ¡noviem- las huellas del eminente profesor, el Ministro, gran maes-
llega á laniiar üabintítc.^—Adelina Pallj, — Su vida j - aventuras, — Lo q^ue bre bi Marzo, á razón tle 50.000 francos cada concierto ; re- tre lie hi Universidad, ha añadido i\. patria y libertad Á sus-
ha Bnnadg.ca.nlandi'-'-rSus propi'isiios. — Su viaje ñ AmÉHca. — Dic/, mil gresará en Abril á E u r o p a , irá en i88j| á Madrid, Milán, tantivo república, y ha repelido ccni tanta insistencia SUB
duros por cpricic-rtu. — Su retirada do l.n escenrt. — El Hoiel Continental.—
Kl rey KaTaliaü.-i. — Su BiSijuito.— Respuesta ile S. M. á los que solicitan Londres, San Pecersburgo y N'á])olcs; concluirá su íoitr- modismos, que se dudíiba si se asistía á una ceremonia es-
dc'¿l antliene¡as.^".\líd;cai:¡on del RL-V de Baviera. — Ascenso jerárquico niie íiXi Paris, y después de haberse despedidf) para siem- colar ó á una reunión electoral en xxn club poh'tico- Su Ex-
del Gtan Duqutíde Rndcn.—Proycctai.la nueva unían enlre Us familias Rúa- pre de la escena, ?>^ retirará á s u niagnílico castillo del país
les de España' y 'Austria.— [„i Exposición AK ElectriddiLii, — Inauguración celencia ha dado, sin embargo, una noticia, que ha sido,
oficial. — El Uattv, CR casa', i— Lo q a e sé veril, ananciado en los pcriódica-í de Gales, donde vivirá, según su ex]?resion, como una acogida con una salva de aplausos : ha antmciado que ^el
en Iweve-— Disiriliucion de premios en la Sorbona. — El concurso del Cou- tendera retirada de los negocios. Tal ha sido c! principio; Gobierno y la ciutlad de París, cada cual por mitad, han
servatorio ; E l cspiiflol Calndo, primer premio de pi.^no. tal sera el fin de la estrella del teatro lírico moderno. reunido los fondos necesarios para la reconstrucción de la
~ ParU. 12 dt Ag^istif d¿ iSfií.
Sorbonne. Acto continuo se procede á la lectura de los
nombres de los estudiantes premiados. Kl momento es so-
, V A CüSLialidad me hace icchar mi carta en Pa- lemne : el silcnci;i, general; los agraciados contienen á du-
5 ' i ^ ris, no mi deseo; que un cronista concien- Al despedirme de la reina del canto, la primera perso- ras penas su emoción :
zudo no ha ele buscar en esta época á orilla.s na á quien avisté en el patio del Hotel Continental fué al
del Sena las impresiones que tiene el grato soberano de las islas Sandwich Kaiakaua 1 : S. M. caco- « Un pleur huméele la prutielle
deber de comunicar á sus lectores. La .so- fónica (t[ue su augusto nombre es por demás revesado) Des papa."!, des mamims. des sreurs,
ciedad heterogénea que constituye el núcleo viaja acompañado de su mayordomo mayor, conde Von Lorsijuarriv' l'heure solennelle
intelectual de esta grnn ciudad ; los que escri- Ochlhaffen ; del jefe do su cuarto militar, coronel .Tudd; de Oii l'on proclame les vainiinenrs.
,,_ ben, gobiei"nan, inventan trajes ó máquinas, C'eM W I'espoirde la patrie.
su primer ayudante, coronel d'Armstrong; de seis ayudan- La graine des tirillanLí KUJCIS.
•^^ estiidiun, pintan, cantan, catequizan, hablan ó di- tes de órdenes, y de un séquito numeroso de criados, cor- Combien d'eux , rians l'iípicerie,
' y ' ' vierten , han abandonado sus lares; descansan en el reos y palafreneros, E! rey Kala etc. permanecerá en Mettrun! leur Virjple en coméis!ii
campo, ó se zambiillen en el mar, ó y^ en manantiales Paris cinco ó seis dias, é irá á Lisboa y Madrid. S. M. no mas hoy los laureles lozanos son el orgullo de los ]>adreS,
más ó menos termales, París ha perdido su fisonomía pro- habla una palabra de francés, pero posee con perfección el la sutisláccion de los educandos, y unos y otros, ellos de
pia ; ul bullicio discreto, al ordenado desorden de la gente inglés ; varios periodistas y hombres politices que han frac y corbata blanca; las madres, las hermanas, las arnt-
conocida ha sucedido la turba magna de forasteros, que van querido visitarle no han logrado su objeto; el Rey de los
y vienen como abejas .sorprendidas en l;t colmena, tropie- gas de la dichosa familia, ataviadas con sus trajes de cris-
emparedados (Sandwich y emparedados s<m sinónimos) tianar, se encajonan como pueden en los iniideiiux de a'"
zan, resbalan, miran al cielo, se detienen extasiados ante les ha agradecido la visita; mas, sabedor, sin duda, de lo
tos escaparates, caen de los ómnibus y de los tranvías, ([uiler y van á celebrar la victoria del Sobresaliente al res-
ocurrido con e! Sliah de Persia y con e¡ primer ministro taurant más afimado del barrio: la comitiva parece uiia
ruedan por el suelo; verdaderos palominos atontados, vic- de Túnez Mustafá, ha hecho saber por su mayordomo ma-
timas de cocheros, de fondistas, de cicerones; guardacan- boda ; en esta unión intelectual, la novia es invisible', nías
yor á los que solicitaban audiencia, que «aun no habia fiel que la más constante de las Evas : es la ciencia.
tones del boulevard, que van de la Magdalena á la Porte creado condecoraciones en sus dominios»; advertencia pre-
Saint-Martin, de¡ Obelisco al Arco de la Estrella, que pa- ventiva, que prueba que S. M. conoce ia debilidad del pue-
san la noche en Mahíllc ó en los Ainhas^adeurs^ la tarde en blo francés.
los almacenes del Louvre ó del Bou Marche, la mañana en El Conservatorio ha tenido también su distribución de
el Jardin de las Tullerías ó en el patío del Grand Hotel, En breve son esperados también en el Continental : don
Amadeo de Saboya, el Rey de Dinamarca,'el rey Luis de premios: España, tierra bendita de ¡as artes, ha ocupado
que comen en un BouiÜon Duval, y que á los ocho dias de preferente lugar en tan solemne acto; un modesto joven
vida tan agitada como insípida, suelven á su tierra con- Baviera, coya abdicación en favor de su hermano el prín-
cipe Leopoldo parece le será impuesta por los emperado- español, D. Mario Calado, hijo de un grabador en metales
vencidos de conocer á fondo la capital de la inteligencia y de Barcelona, ha obtenido el primer premio del concurso
del buen tono. res de Austria y Alemania, y el Gran Duque de Haden,
que recibirá, el dia que celebre el 35." aniversario de su de piano. Sin conocerle, ni aun de vista, envío al ya "*'
Tal es el París del dia; los que me honren leyéndome casamiento, el título de rey. signe artista, al que sus condiscípulos apellidan el moder-
comprenderán que el presente momento psicológico (frase no Listz, mi más cordial enhorabuena ; que los triunfos de
Y ya que de soberanos t r a t o , cúmpleme hacerme eco de la patria en el extranjero se consideran cual si fueran
obligada) no da mucho de sí, ni vale la tinta que se emplea una noticia que persona que debe saberlo me ha dado
en su descripción. propios.
como cierta. Refiérome al proyectado enlace de S. A. R. la
infanta D." Eulalia con el archiduque Carlos de Austria, . -. P E D R O DE PR-A-T.
hermano de S. M. la reina D." Cristina. La boda tendrá lu-
Mas, por fortuna, aunque diseminada por cerros, veri- gar en Madrid, y los egi-cgios desposados se establecerán
cuetos, playas y bosques, la sociedad parisiense existe, y en Viena. El emperador Francisco José, el rey D. Alfonso CONGRESO INTERNACIONAL
cada cual en su estancia veraniega hace su agostt) de y la reina Isabel han dado, según se me asegura, su con-
ideas ó proyectos que se propone poner en práctica tan sentimiento á esta unión. D E AMERICANISTAS E N MADRID. '
luego como cese este paréntesis de descanso, que es al La grenl aiimciioii, la novedad única que hace olvidar
propio tiempo periodo de gestación. que Paris está desierto, es la Exposición de Electricidad,
Los únicos que no cejan en su actividad febril .son los inaugurada oficialmente ayer por el Presidente de la Repú- o.virüii.ME se aproxima la fecha de la celebra-
hombres políticos : especie de viajantes, de comuiis voyagenn blica, y digo oficialmente, porque lo menos en quince dias ción de esta solemnidad, tfue ha de tener
de la cosa pública, recorren sus distritos, van y vienen, no se podrá formar idea exacta de lo que será este concur- lugar en Madrid en los dias 25 á 38 de Se-
pasan su vida perorando, comiendo con sus electores, es- so científico internacional. Hoy por hoy sólo se ve/>/'/f tiembre [u-üximo, son más numerosas é iw-
cribiéndoles, prometiéndoles maravillas; hacen de los va- í/íf'/,? una serie interminable de locomotoras eléctricas, de '^•~i'^^ portantes las adhesiones que se reciben, uSJ
gones dormitorios, y sólo cuando viajan descansan. relojes eléctricos, de lámparas eléctricas, de telégrafos í^í de la Península y provincias de UltramíH"
En mis excursiones por Saboya, por la líorgotla, por eléctricos, de teléfonos; y en medio de esta aglomeración "pTí^^pi como de! extranjero. Ün solo delegado, el seño''
Turena, he hallado más de tres docenas de candidatos á homogénea se ven objetos [¡ue aparentemente son absolu- "^^'' ^ Anatolio líamps, que desempeñó el cargo de se-
. padres de ia patria, todos con la sonrisa en tos labios, con tamente extraños á la electricidad , tales como los produc- \ ^ cretario general en el último de Bruselas, ha solicitado
el sombrero en la tnano, dulces, linos, seductores, amabi- tos de una lábrica de aceite de hueso, botones de puños y i de la Comisión organizadora de Madrid que se le pe'"
lísimos 1 i más de uno he tenido que recordar que mi ca- pecheras, de nácar, rosarios y abalorios de maríil, y mil mita extender su propaganda personal por Alemania?
lidad de español, si les obligaba á ser corteses, íes permi- ehuc/teriíss más, propias á lo sumo de un bazar de cova- Bélgica j Holanda y el ducado de Luxeniburgo, habiendo
tía ser conmigo naturales. «¡ A h , perdone V., es cierto; le chuelas, y no de! templo de la ciencia. Las cuatro salas de pedido 400 tarjetas para igual número de adhesiones de
tomaba á V. por un elector!»- Tal ha sido la contestación audición de las representaciones del teatro Francés y de los cuatro países referidos. Las últimas circulares que pc""
que he ido recogiendo desde Ai.x á París de los melifluos la Opera están perfectamente instaladas, cubiertas con ta- medio del Ministerio de Estado se trasmitieron á nuestros
aduladores del sufragio universal. pices y alfombras, para amortiguar todo ruido y hacer que representantes diplomáticos en el extranjero no han d<5'
La opinión general entre estas aniiHizs electorales conce- reine en ellas el más absoluto silencio. jado de dar los resultados más satisfactorios. El Empera-
de de antemano completa victoria á Gambetta; el oportu- dor del Brasil, los reyes de Portugal y de Bélgica, el P í ^ '
Cuatro hilos eléctricos se destacan de las paredes y van sidente de los Estados-Unidos, Mr. (iarfield, y el de W
nismo será dueño absoluto de las futuras Cámaras, y como á reunirse en una placa de metal. Al entrar Mr. Grévy y
consecuencia de la nueva legalidad parlamentaria, el Mi- su comitiva en una de tas salas, se dio la señal telefónica república de Costa Rica, general Tomás Guardia, por este
nisterio Ferry-Saint-Hilaire serásustitudo por un Gabine- á la Opera, y á los cinco minutos se oyeron en el encan- medio han enviado sus adhesiones al acto científico de qu^
te presidido por, ó identificado con, eXkadcr de la mayoría. tado recinto las melodiosas notas de La Mnlia di Por/ici y S. M.el Rey D. Alfonso XII es protector. E s probable qui^?
Si Gambetta persiste en reservarse para suceder legaímen- coincidiendo con la inauguración del Ojugreso America-
el coro de cazadores de La Flauta encantada. Los sonidos, nista otra solemnidad industrial que juntamente han os
te á Mr. Grévy, continuará presidiendo la Cámara de dipu- al principio un poco confusos, fueron paulatinamente ga-
tados, y aconsejará ai jefe del Estado que encargue de presidir los soberanos de España y Portugal, el rey Luis
nando en volumen y en claridad, llegando á ser perfec- venga también á Madrid, en compañía del rey .llfonso, ¡i
constituir Ministerio á M. Brisson, situación en taque en- tamente perceptibles. El problema de tener la ópera en
trará en Negocios Extranjeros M. Challamel Lacour, ac- casa^ ha quedado completamente resuelto. Con el tiem- festejar un acto científico de comunes glorias para los dos
tual embajador en Londres; mas es probable que, á pesar pueblos protectores de ¡as brillantes empresas marítimas
po, el abono al teiitro caíiero oyendo cómicos y ca'ntantes de Vasco de Gama y de Cristóbal Colon. E n t r e las adhe-
suyo, el ex-dictador se vea obligado á formar Gabinete ; si de veras, se generalizará tanto como el abono del agua
así fuera, su programa es bien conocido: separación de la siones de los Estados-Unidos también se cuenta la deleí^'
adomicilio. Todo casero que se resjiete comprenderá en )iresidente Rutherford B. Hayes, la del general de'brigu-
Iglesia y del E s t a d o ; escrutinio de lista; enseñanza obli- su alquiler un turno á cada uno de los teatros municipa-
gatoria y laica; modificación de la organización del Senado, les, y veremos en la cuarta plana de los periódicos anun- da J o h n Pope, comandante genera! del departamento de
suprimiendo la inamovílidad en la alta Cámara; suspen- Missouri ; la del coron el Charles Whihterey, la del poeta
cios asi redactados : •(•Se alquila un piso tercero, aimpucslo Levi Bishop, las de los honorables J. Cox y M. T. Forcé,
sión de la ley de inamovitidad de la magistratura; impues- de catorce hnbilacivnes, con agua, ascensor, luz eléctrica, telé-
to sobre el capital; el libre-cambio elevado a la categoría fono, telégrafo, teatro y ainbas Cámaras, y correspondencia jueces supremos respectivamente de las cámaras del Coni"
de dogma económico. Es decir, trasformacion completa de mon Plces y de Cincinati; la del caballero -Tules Dexti^r >
con ferro-car riles y tranvías'»; y desde su cuarto el 'dichoso ¡as de los honorables Gustav Bruhl y George Hoaddley.
la organización actual politico-admínistrativa y financiera inquilino asistirá á los debates parlamentarios, charlará
del Estado. Ademas del honorable ministro de los Estados-Unidos en
con su amada y su banquero, enviará á paseo á sus acree- esta córte> el gabinete de Washington envia otro delegadp
dores, escuchará las representaciones teatrales, y desde su especial en el Sr. Albcrt S. Gerschet. Por último, la infati-
balcón saltará en el camino de hierro eléctrico, que le con- gable periodista Miss Franc. E . Babbilthaceen diversos pe-
De Aix á Paris he tenido la fortuna de ser compañero ducirá á San Pctersburgo, á Pekin, al país desierto d e los riódicos de los Estados de la Uníon una tan activa conio
de viaje de Adelina Patti. Xuestra afamada compatriota, krumiros, tal vez á la Luna. espontánea propaganda en pro del Congreso de Madnclj
que habla tan bien y tan fácilmente como canta, me ha liácia el tjue ha manifestado en varias comunicaciones las
E n mis próximas cartas dedicaré preferente sitio á esta más ardientes simpatías. ..
contado al pormenor sus aventuras. Según ella, nadie has- Exposición, entre todas interesante; cúmpleme hoy tan
ta el dia ha logrado ser su biógrafo fiel. Voy á relatar sólo dar cuenta de su inauguración oficial.
lo q u e d e su propia boca he oido. Adelina nació en Madrid, IVo son pocas las adhesiones llegadas también de M*^J''
en la calle de Fuencarral, en 1843. Era su madre ia mezzo c o ; pero Guatemala, después de los Estados-Unidos, es •
soprano Tossi, que hacia por aquel entonces las delicias de república que ha manifestado mayor calor en pfo °
la gente filarmónica de la villa y corte, prodigando sus La distribución de premios del Concurso general del Congreso de Madrid, De algunos hombres ilustres de
gorgoritos en el teatro del Circo, de que era empresario curso académico de 1880-81 ba tenido lugar, con la solem- aquella república y de la de Honduras hay noticia qti£ 3''1
D. José de Salamanca. Concluidos sus compromisos, pasó midad de costumbre, en el paraninfo de la Sorbonne, el 3 se han puesto en marcha para el viejo continente, y e
la Tossi á América, y á los diez años cantó Adelina por pri- del actual, bajo la presidencia del Presidente del Consejo, Ministro d e ' F o m e n t o , doctor Sanche», y el representante
mera %'ez en pijblico, en la Habana; á los trece empezó Ministro de Instrucción pública. Por vez primera en Fran- diplomático guatemalteco U. José CaVreras, '^'^^S'}^?^,
verdaderamente la diva su carrera artística en Xueva-York, cia se ha suprimido este año la plática en latín, sustituyén- nuevo cónsules acreditados en diversas capitales del In
recorrió los Estados-Unidos, alguna de las repúblicas his- dola una oi'acion en francés. ral de la Península, se han hecho inscribir en la secretar,
pano-americanas, debutó en Paris en el teatro Italiano, de la Comisión organizadora. Desde Argel ha escrito en e
Monsieur Marión, profesor de Filosofía en el Liceo E n -
 N.° XSX
-— "lisino sEiiüdo el Barón de Hobeii, cónsul general de los
listados de Colombia, y el Sr. Eslnriishio Zebíiltos por í:t
lítipúhlica Arfienlina, \' los Sres, tiamn _v Peralta por el
|-Íras:lyCast;i-líÍca, rcspeclivnmenCti, han demandada se les
mcluyci en ol núinero de IciB delef^aciones americanas. No
laltarán Ids representantes tle diversos otros Estados de
Ainéricaj sigiiicnd<i el ejemplo í|ue principalmente lian
dado IDS Estados-UnidoK, bien que kaya repúblicas, como
la de Santo Domingo, donde iníkíencias extrañas se estén
ejerciendo en favor de la abstención, en vez de aprovecliar
la ocasión que tan propicia se manitiesta á monseñor Coc-
chia y á sns adep(:os para venir á España á debatir en el
terreno de !a ciencia los hechos liistóricos contra que han
levantado el edificio de mañosas supercheriasj que, aunque
llegasen á triimfar en el espíritu de los fanáticos, jamas
arrojarán un rastro más de lux sobro la Historia, ni hasta-
rán á manchar sn ])uro limbo. ,
C.omo no nos pruponemos aglomerar nombres, nada di-
remos de laK adliesiones del viejo continente, que son mu-
chas y valiosas, habiéndose anunciado ademas diversas
Mtnioriíis que se han de presentar al (Congreso, muchas de
ellas con arreglo a los temas propuestos.Adenias de estas
Memorim, algunas de las cuales ya han llegado, se.están
preparando varios libros de evidente oportunidad. Algu-
nos autores extranjeros se han adelantado á enviar ejem-
plares de los suvíhs li la secretaria del Congreso; en este
número se encuentra el Sr. A. Asher, de Berlin, el cual
bailase imprimiendo á todo coste, en gran folio y con ricas
ilustraciones, ima interesante lílnogrufm'ik¡ Períi, Mon-
• sieur Paul íiaffarci, profesor de la facultad de letras de Di-
jon, en Francia, y secretario que habla sido del Congreso
tic Xancy, ademas de haber olrecido Maaoria pfopiii¡ ha
remitido otros dos lihros ; su Jitmie MU- ks. yapporls de
VAmi-riqm e¡ de tunden conlinenl ttvanl Clirislophe Cohmh
( P a r í s , i86y), y La Mir des 5argctSf.es.> otra obra q u e editó
en 1873. Aun más importante que éstas es un Cancianero
timcriauío, en lengua Taensa, que desde Epinaí ha envia-
do el abate Perinot. Este raro libro comprende siete lindas
composiciones populares, cuyos títulos castellanos son : Z<?
Ntwegacinn,- L¡] Gtsu del esposo; La Mujer enferma; Canto
de ¡a vmer/e; El /•¿¡o e/iveneinuío/ La Comida de ¡os guerreros
y Ei Canil) de! iiialrimniiio. El abale Perinot Ua hecho pre-
ceder este libro, impreso recientemente en Epinal, de una
pequeña Memoria manuscrita, en que se da idea de !a len-
gna Hastri ó 'l'aensa, en q u e se encuentran escritas dichas
composiciones, y ademas ha olrecido presentar al (Con-
greso la traducción castellana de todas ellas, pues el erii-
tlito colector es tan familiar en la lengua española como
en \\\ francesa, que le es jiropia. No sen'in menos curiosos
lf>'í trabajos q u e desde el gran lineado de Finlandia, en
ííusia, han ofrecido los profesores de la universidail de
Helsingfors, de que era canciller el Gran Duque heredero
ticl Imperio, y actual Emperador reinante : ]rjo Koskinen,
MLic explica Hisforia genera/, y Otto Donner, catedrático
*Je sánscrito y de lengilistica comparada.
Por nuestra parte, tan"i])oco nos descuidamos. Entre las
Memorias escritas en España, de q u e ya tenemos noticia,
se cuentan la del bibliotecario de S. M. el Rey, Sr. Zarco
t3el Valle, cuyo Caiiilogo hibUográftco sobre trabajos practi- Monseñor Cocchia ha pretendido del mismo modo arran-
cados acerca de los idiomas de América anteriores al des-
cubrimiento y la conquista ofrecerá la particularidad de
'10 anotar sino los que se bailan manuscritos é intiditos,
pues de los libros publicados sobre la materia hay ya es-
tudiado mucho. De Grado, en Asturias, vendrá, con, el tido nunca en ceder sus gloriosos títulos de protección á
"bjeto de presentar otra Memoria, :l pesar de sus ochenta
anos de edad, el Sr. D. José Arias de Miranda, de antiguo
'icroditado en España en esta clase de estudios, pues por
ellos ha recibido el laurel de nuestras Academias, y un ca- te, no como el decoro de la patria que le vio nacer, sino
tedrático de la universidad de Valladolid también traerá
"ti'a Memoria, en lengua latina, sobre algunos ídolos hace
pocos meses descubiertos cerca de Méjico, cuyos ejempla-
•"es serán exhibidos para el examen del Congreso ilespnes
tic la lectura del trabajo crítico y descriptivo. El Sr. Hamps, lo que ciertamente era más fácil, en pleno siglo x i x , en
que tanta solicitud viene demo'strando por el Congreso de
Madrid, ofrece del mismo modo varias Memorias de diver-
sos americanistas extranjeros, de que se le ha comunicado
"oticia por sus autores.
Entre los trabajos preparatorios de t¡ue tenemos cono-
cimiento deben contarse los de la colección cartográfico-
americana , que están muy adelantados; los de la diplomá-
tica y bibHográhca, q u e dispone desde Sevilla, á cuyo
Árdtivo <fe Indias ha ido expresamente con este objeto, el
Keñt)r .Jiménez de la Espada; los del Jardin Botánico, cuyo
flistinguido director, el Sr. D. Miguel Colmciro, no bien
lis concluido de clasificar y disponer la rica, varia y nu-
merosa colección de semillas y frutos americanos, se ocupa
en preparar la Exposición de la preciosa colección de dibu-
jf^s de plantas del Nuevo M u n d o ; y por último, ios de la
t^oniisLon que entiende en la Exposición de antigiicdiuies
americanas, que preside el Sr. Duque de Veragua, y á la
que pertenecen personas tan competentes como los seño-
fes Fabié, Saavedra, García Gutiérrez, Rosell y otros._ Ca-
torce grupos comprenderá la clasificación de los objetos
q u e se exhiban : será el primero de trajes anteriores, coe-
táneos y posteriores al descubrimiento y primeras con-
quistas hasta fines del siglo .vvi; el segundo, de armas
«fensivasy defensivas; el tercero, de aUiajxisy adornos de me-
tal, madera,plumas, lelas, conchas, /¡uesosr otras jnalerias;
el cuarto, de cerámica; el c|uinto, de utensilios religiosos,
domésticas, agrícolas, industriales, de navegación, de pesca y
otros; el sexto, de insiriinienlos de mitsica; el sétimo, de
disfraces y máscaras; el octavo, de ¡dolos y represen/aciones
animadas en pintura y escultura; el noveno, de banderas,
i'isig}iiasy atributos; el décimo, de manuscritos y códices,
qiiipposy signos musicales; el undécimo, de inscripciones y
jerogiificos esculpidos o pintados, de calendarios, etc.; el duo-
décimo, de ieias, tejidos de diferentes materias y cueros; el
decimotercio, de modelos, píanos, reprdducciones de bulto,
pinturas, lanünas, fotografías, etc., de los monumentos arqui-
tectónicos de la América primitiva, asi como de sns chulpas,
túmulos, montículos artificiales y obras de los Mound-BuHdcrs,
y el decimocuarto, de momias y restos de la raza indígena,
anligiiay nioderita, en partiailar cráneos. La Exposición de
LA ILUñTTíACIOK E S P A K ' O L A Y AMERICANA.
estos objetos .constará¿e.ujiA.segunda sección, destinada i
los objetos de tos descubridores, misioneros y conquista-
dores en el siglo x v i , en particular ios de aquellos que ad-
quirieron lama y renombre, siendo preferibles las armas,
trajes, bantleras, instrumentos náuticos, medalíqs conme-
morativas, retratos, modelos de buques, piezas de su apa-
rejo, y cuanto contribuya á hacer conocer la naturaleza y
condiciones de los descubrimientos, entradas y conquistas
alcanzadas por los europeos en las regiones americanas
hasta fines del siglo xvi. La Comisión encargada de esta
Exposición no se ha limitado á contar con las copiosas
colecciones etnográficas de nuestro opulento Museo Ar-
queológico, sino que, por medio de circulares impresas, se
ha dirigido á todos los particulares de quienes en la Pe-
nínsula hay noticias de que poseen cualquier clase de estos
preciosos objetos.
La ya enfadosa cuestión sostenida desde el 10 de Setiem-
bre de 1S77 por la tena?, obcesion padecida en Santo Do-
mingo sobre los verdaderos restos mortuorios del insigne
navegante, descubridor del Nuevo Mundo, al frente de
cuya propaganda, y como director de todo, tuvo el mal gus-
to de ponerse el antiguo obispo de Orope, actual arzobispo
de Sirace, monseñor Roque Cocchía, olvidando, acaso por
un momento, la extrema pureza que no bastan á templar
las intenciones con q u e el culto de la verdad tiene que ir
inseparablemente unido á la dignidad del sacerdocio, sobre
todo en las altas jerarquías de la Iglesia, no ha dejado de
refluir en nuestro modesto nombre ]>remaíuramente y an-
tes de que tomásemos, como babiamos ofrecido en artícu-
los anteriores, una parte activa en el ya superfino debate.
No hay dato de peen' especie para condenar con mayor
fuerza todo el sandio edificio de la mistificación dominica-
na sobre la verdadera sepultura y los verdaderos restos de
Colon I que el extremado calor con que el Sr. Cocchia no
sabe disimular siquiera, para dar á su obra cierta aparien-
cia exterior de sinceridad, el efecto que le produce todo
propósito que parezca poder apagar el estrépito de su obra,
tan deleznable y estéril. Al Sr. Cocchia, por exceso de ita-
lianismo y dominicanismo, ha cabido una triste gloria : la
de haber manchado, arrojándola en el campo de la duda,
al menos para la conciencia de ios espíritus vulgares, una
verdad reconocida sobre los venerandos restos del gran
h o m b r e , sin que por este hecho, cualquiera que fuese la
última consecuencia, ni monseñor Cocchia, ni nadie, hu-
biese de poder alterar el curso de ia Historia, ni oscure-
cer los espléndidos timbres que en ella alcanzan las rele-
vantes virtudes de aquellos espaftoles que acogieron á Co-
lon en su regazo, le acompañaron en la insegura empresa
de su audaz navegación, y honraron y ho]iran después de
cuatro siglos su sepulcro en medio de los abares políticos
que el curso del tiempo ha traído sobre el antiguo domi-
nio de la primera Antílla que Cokm abordó. Monseñor Coc-
chia, en su extremo italianismo y en su extremo dominica-
nismo, fué, sin duda, del número de aquellos que trataron
de convertir primero al gran hombreen un santo vulgar,
La Iglesia romana ha tenido un sentido más recto de las
cosas, y, estimando en sus relevantes méritos la heroica
piedad de aquel noble varón, no ha consentido, sin em-
bargo, íiri'ebatarlo al olimpo de su gloria, toda humana.
carlo del espléndido limbo de las grandezas de F2spaña para
restituirlo al honor de Italia, al honor de una patria que
le fué ingrata , q u e desconoció su fe y su genio, y que lo
abandonó á sus desventuras. Tampoco España ha consen-
la otra península mediterránea, por el accidente fortuito
de haber sido la cuna del gran hombre, por tjuien nada hi-
zo, y el mundo entero iiclama el nombre del gran navegan-
d é l a que llenó su alma de las inefables satisfacciones del
éxito en sus temerarias empresas. Ahora monsefior Coc-
chia, espíritu de inquietud y travesura extraordinarias, ha
tratado de despertar otros fanatismos en Santo Domingo,
aquella desgraciada Antilla que en Koma, Genova y T u -
rin en sus anteriores conatos. La verdad es que no se hace
envidiable en el terreno de ninguna especulación formal el
triste papel que el diligente prelado desempeña.
Su carta de 18 de Octubre de 1880, dirigida al Sr. Di-
rector de L A ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA, inser-
ta en El Eco de Santo Domingo de 5 de Noviembre último,
no fué escrita para que se leyera por nosotros, á quienes
impugna y contradice, ni siquiera en Europa : fué un ins-
trumento casero, que se reservó para el uso de sus adeptos
dominicanos, en la seguridad de que no habla de trascen-
d e r á la Península. No falta aquí, sin embargo, quien co-
nozc;L hasta las pequeñas maquinaciones con que el señor
CLocchia, con impertérrita constancia, sigue y cultiva el
hilo de la curiosa trama de su invención , sobre todo desde
que se siente como inspirado de un nuevo aliento con la
agradecida colaboración que ahora le presta Mr. Pinard, ese
arqueólogo viajero, que recientemente ha aparecido por
aquella Antilla, como llovido del cielo, para arrogársela
facultad de emitir un voto como en representación de la
crítica francesa, y que sin duda pretenderá tener más auto-
ridad que la de los principales cuerpos científicos de Fran-
•cia, cuyo fallo ha sido trasmitido á nuestra Academia de
la Historia, Por nuestra parte,ninguna nueva combinación
estratégica de monseñor Cocchia nos espanta. Para defen-
der su verdad, sóbrale á España el inapreciable tesoro de
su sinceridad v buena fe; y cuando sea la hora de discutir
nuevamente, si ésta llega, pues después d é l o s trabajos
practicados, principalmente por el Sr. Colmeiro á nombre
de la Real Academia Española de la Historia, todo resul-
tará ya casi superfino y superabundante, las razones serias,
los d'atos científicos en que monseñor Cocchia se haya
apoyado en su última impugnación formal, si en su opúscu-
lo se contienen, serán contestados de la manera victoriosa
que ya se hizo en los eruditos trabajos publicados en la
isla de Cuba y en Madrid. Todos los elementos serios de
la cuestión serán los que se aporten al Congreso Interna-
cional de Americanistas, s i , en efecto, á él se lleva de al-
gún modo el asunto; aunque, lo repetimos, para el íalio
En tan larga marcha, separándose cada vez más
del ejército, y ocultándose de nuestra vista por las
87
de lo que nos es propio y de lo que hemos defendido los
españoles, sin ningún otro ínteres q u e el de la sinceridad
y el de la verdad histórica, que está por encima del cálculo
de cualquier otro interés, nos basta y sobra con nuestra
propia razón,
N o concluiremos este largo articulo sin insistir en dos
asuntos de la mayor importancia para los propios y extra-
ños que se propongan asistir á la próxima solemnidad
científica del Congreso Internacional de americanistas de Ma-
drid. Todas las empresas de los ferro-carriles españoles,
defiriendo generosamente á las indicaciones del Sr. Presi-
dente de la Junta organizadora del cuarto Congreso de
americanistas, han acordado rebajará la mitad de su pre-
cio los billetes de los socios que á él concurran. E n cuanto
á los temas para las Memorias y debates del Congreso,
tampoco nos parece inútil reproducir los que oficialmente
están acordados y se consignan en el Reglamento impreso
que profusamente se ha circulado. Helos aquí ;
HISTORIA V GEOLOGÍA, — Comparación de los tres reinos
del Cuzco, de Trujillo y del Quito, q u e formaban el im-
perio de los Incas a! tiempo de la conquista. Diferencias
que presentaban su religión, legislación , lenguajes , arqui-
tectura , costumbres, etc.
— Nacionalidades que existían en la América central
antes de la invasión de los Aztecas y de otros pueblos sep-
tentrionales y de la formación del imperio mejicano,
— Emigraciones'del pueblo Chibcha ; sus relaciones con
Méjico y Perú.
— La música v la danza de los indígenas americanos.
— Estado militar de los imperios de Méjico y del Perú
antes del descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo, y
Su coninaracion con el de otros pueblos de la antigüedad.
— líxpediciones precolombianas de tos vizcaínos á Ter-
ranova y á los países del litoral inmediato.
— i Son apócrifos los viajes de .Tuan de Euca y de Loren-
cio Ferrer Maldonado?
— Infiuencia de las misiones en los adelantos de la geo-
grafía americana.
— Progresos de la cartografía americana.
— Pruebas geológicas de la existencia de la Atlántida;
sti faima y su ñora.
— ¿Cuáles han sido, ya en los tiempos precolombianos,
ya después del descubrimiento del Nuevo Mundo, las mu-
danzas y otros efectos producidos por la influencia de las
fuerzas plutónicas del globo ó para otras causas naturales
en la situación, curso y cantidad de las aguas del interior
de América? Estudiar la cuestión, no sólo bajo el punto
de vista histórico, geográfico y climatológico, sino tam-
bién del interés que pueda tener paralas poblaciones ac-
tuales americanas en el sentido de su desarrollo, bienestar
y civilización.
—¿Puede deducirse de la historia y del estudio de los
fenómenos geológicos que ofrece la isla de Cuba q u e ésta
haya estado unida ó no al continente de América en los
tiempos precolombianos ?
AROIÍEOLOGÍA.—Arqueología prehistórica americana.
— Valor religioso y emblemático de los diversos tipos
de ídolos, efigies y figuras que se hallan en los sepulcros
peruanos ; clasificación de las conopas por tipos.
—Estudio sobre ios nsnus, xayhuas, sayanas j otros mo-
numentos análogos del antiguo Perú, que contienen figu-
ras, signos ó inscripciones.
— D e las investigaciones arqueológicas que han tenido
lugar en nuestros días en la isla de Cuba, y del tipo de al-
guno de los ídolos encontrados en ella, j puede inferirse
qtie éstos hubieron de pertenecer á otros terrícolas cuba-
nos que los que allí encontró Colon ?
ANTROPOLOGÍA Y E T N O G R A F Í A . — Antropología prehis-
tórica americana.
—¿Cuáles son las principales enfermedades contagiosas
que recíprocamente han cambiado entre sí los pueblos del
antiguo y del Nuevo Mundo ?
— Nomenclatura de los pueblos y pobladores de Améri-
ca antes de la conquista; carta etnográfica del territorio
ocupado por cada uno de ellos.
— ¿Existen afinidades etnográficas entre las razas de
América y Oceanla?
— Influencia del descubrimiento del hombre fó^il de la
isla de Cuba en el estudio de la antropología americana. '
LiNGüísTtcA Y PALEOGRAFÍA,—Los t/uippos considerados
especialmente en sus relaciones con los antiguos sistemas
de escritura. Posibilidad de la traducción de los i¡uippos en
escritura gráfica, y recíprocamente.
—Lenguaje de los hombres y de las mujeres en los idio-
mas americanos.
— Determinar si fuera de! territorio mejicano hay idio-
mas afines á alguno de los que se hablan en aquella región.
—¿Se ilegaal cabal conocimiento del organismoy textu-
ra de los idiomas indígenas de las Amérícas por medio de
las gramáticas neo-latinas, con que han sido estudiados
por los investigadores y ñlologos europeos ?
—Gramática comparada del Aymará y del Quichua.
— Bibliografía de los vocabularios, gramáticas y diccio-
narios de las lenguas americanas.
Por último, la solemne inauguración de las sesiones,
presidida por S. M. el rey D. Alfonso, se verificará en
el paraninfo de la Universidad de Madrid, y las demás se-
siones se verificarán en el salón de la Real Academia E s -
pañola de la Historia. Así quedó acordado en la última re-
unión de la Comisión organizadora, presidida por el señor
Riaño.
JUAN P É R E Z D E GUZMAN.
MIS MEMORIAS ÍNTIMAS.
PÜENTK DK A R Q U I / A S .
(CONTINL-ACION-,)
 BELLAS ARTES.

E L NACIMIENTO DE V E N U S .
CUADRO DE A. BOUGUEREAU, EXISTENTE EN EL MUSEO DEL LUXEMBURGO, DE PARÍS.
 90 LA ILUSTRÁCIOK ESPAÑOLA Y AMERICANA.
montañas qtie lo ciibrian, quedaba cada momento
más cortado por la posición misma de Zumalacárre-
gai, que, sin moverse, se interponía a Córdova. No
se sabe á dónde Oráa hubiera ido á parar en su des-
concertada marcha, y en la que se perdía en medio
d e las mon tañas, si el jefe carlista qne desde Zúñiga.
en posición central, é interpuesto entre Oráa y Cór-
dova, no viese á éste sin poderse mover y á. aquél
errante en las montañas, juzgara conveniente atacar
á Oráa con la mayor parte de sns fuerzas. Así lo hizo,
empeñando un combate al anochecer y atacando las
tropas Cristinas, que tomaron posiciones, rechazando
los ataques de Zumalacárregui. que hubo de retirar-
se del valle y de aquellas montañas durante la noche,
refugiándose en las posiciones más escabrosas de las
Amezcoas. Sin la previsión de Córdova, que dio á
Oráa las fuerzas que pudiera necesitar para bastarse
á sí propio y vencer con ellas, Oráa, que por su mo-
vimiento quedó cortado y más separado de su jefe á
cada paso, hubiera sido batido, y en tan difíciles mon-
tañas obligado á rendir las armas ó á sufrir pérdidas
considerables. No era Oráa militar que desconociera
la guerra ni el pais en que la hacía, ni la estrategia,
para dejar de cumplir sus instrucciones, en momen-
tos tan importantes y solemnes, por ignorancia ó
desconocimiento de sus deberes. Al maniobrar como
lo hizo, quedando cortado y empeñado en un com-
bate que debió serle desventajoso y fatal, lo hizo con
la pretensión de dejar inactivo á su jefe, recoger para
si toda la gloria de la victoria y satisfacer esa presun-
tuosa vanidad á que se entrega con frecuencia un
jefe, con menoscabo d é l a disciplina, cuando por ri-
validad expone el éxito de las empresas mejores y
más bien combinados planes. El deber de la obedien-
cia es más grande á medida que la inobservancia de
ella en el inferior puede traer á un ejército á más fa-
tales consecuencias : Oráa, al pasar el Ega por Ace-
do, debió volver á la izquierda para envolver las de-
fensas deArquijas, antes de la mitad del día, de cujo
lado oia el fuego, y cualquiera cambio ó trasgre-
sion de sus instrucciones en la ejecución de las órde-
nes que habia recibido era una falta tanto más cen-
surable y punible, cuanto la cometía un jefe que de-
bía conocer su gravedad y consecuencias. Si hubiese
cumplido sus instrucciones, á las doce del día se hu-
biera presentado en medio del valle, envolviendo á
Arquijaa. El ejército todo entero, del cual él hubiera
formado el afa derecha, hubiese atacado á Zumala-
cárregui en su posición de Zúñiga, y no sabemos á
qué resultados más ventajosos nos hubiesen conduci-
do las peripecias de la luqha y de las operaciones es-
tando á nuestro lado la iniciativa, la mayor inteli-
gencia en la dirección, la fuerza en todas las armas,
la moral, la instrucción y el espíritu que con noble
valor exaltaba al ejército de la Reina. No se hubiera
derramado inútilmente aquella preciosa sangre que
se vertió en Arquíjas y Valdelanas, sin mayores re-
sultados para la causa de D,^ Isabel. Zumalacárregui
dijo en su boletín, al dar cuenta del combate y del
movimiento de Oráa, que vsic buscaba hs Jlnm^nem
¡tara eviüir ¡os cambatcs. No era así. Oráa era un va-
liente soldado, que estaba á todas horas dispuesto á
empeñar los más rudos y expuestos combates, y á pe-
lear en ellos en primera fila con marcado denuedo;
pero aquel jefe, de imperecedera memoria, de tan
acreditada fama y de tan singulares méritos y servi-
cios , sólo pensó en satisfacer aquel día los instintos
de su ambición, siquiera fuera ésta de gloria. Calcu-
lando que Córdova, de tan acreditada intrepidez é
impaciencia, tomarla por si solo el puente de Arqui-
jás, como lo hizo, y que atacaría á Zúñiga sin e.spe-
rarlo á él, sólo pensó en sacar todo el fruto marchan-
do á ocupar las comunicaciones y línea de retirada
de Zumalacárregui. interponiéndose entre Zúñiga y
la Amezcoa por el camino que une estos dos puntos;
pero, repetimos. Oráa se separó desús instrucciones,
y por bueno que fuese su plan y sus deseos, en la
guerra el inferior debe conformarse con las órdenes
del superior, si no se quieren ver destruidos o anula-
dos los planes más bien pensados y concertados.
Otra causa contribuyó al desconcierto de aquella
combinaciotí de Arquíjas. No la expondría ahora,
después de cuarenta y .seis años que han pasado, si
su conocimiento no pudiera servir de alguna ense-
ñanza para el que manda como para el que obedece,
que es el fin plausible y ventajoso para que sirve
principalmente la historia. El general Córdova, que,
por su juventud, su valor y sus muchas otras condi-
ciones militares, era en el ejército querido y respe-
tado de jefes, oficíales y tropa, era envidiado, y por
lo tanto, poco estimado al principio de sus campañas
en el Norte por los generales y brigadieres. No le
perdonaban éstos ni ia popularidad de que gozaba
en las filas, ni su rápida carrera, ní las victorias y
condiciones que ya revelaba para el mando en jefe.
No se conformaban tampoco con la reputación que
tenia ganada tan brillantemente y en tan corto tiem-
po, ni podian imaginarse que un buen general se
formara fuera de los cuerpos de guardia y de la ru-
tina del servicio en los cuarteles, y del mando en
N." XXS
los empleos inferiores. No podian comprender tam- de dos á tres.leguas hasta alcanzar Arquíjas, Tam--
poco que quien no habia mandado una compañía ni bien dejó de recoger resultados en jirlsioneros por el
un regimiento pudiera dirigir una división, y menos falso movimiento de C^ráa. Si este jefe se hubiera
u[i ejército en campaña. Se equivocaban ; eí don de presentado en su puesto de cita, es más que probable
mando con que se distingue un general entre sus que, envueltos por él los carlistas que defendían Ar-
compañeros lo tía la naturaleza, como cualidades su- quíjas, al ser arrojados por Córdova de la posición
periores que nacen con el hombre. Los años en el que defendían en el puente, la mayor parte hubieran
servicio no crean estas condiciones, ní íiacen al gene- caído en poder de su caballería. .Mayores resultados
ral las guardias, los ejercicios y la práctica rutinaria. todavía en la batalla que el caudillo carlista nos
Faltábale ésta, es verdad, a! general Córdova; pero ofrecía en la defensiva delante del pueblo y posicio-
tenia las jirincipales dotes que constituyen el mérito nes de Zúñiga. Lo que puedo asegurar es que Cor-.
del jefe. Sobre el valor sereno, comunicativo y ar- dova se murió sin saber que tuvo émulos y detrac-
diente, que peligro alguno amenguaba, habia en él tores, que, negándole su gloria en estas operaciones,
un talento superior, sin el cual no es posible practi- lo hubieran supuesto batido en Arquiias, Sus con-
car el mando, y al que reunia el celo, la actividad y trarios escribieron contra él cuando ya había falleci-
la energía, haciéndose simpático y querido. Si falta- do. De otra suerte, él hubiera tratado esta cuestión
ban al general Córdova las condiciones que le ne- bajo tal punto de vista en su Jlícmoria Jusfificniwa^
gaban sus émulos, tenía la educación é instrucción que hubiera dejado bien probado lo contrario. Mina
militar que habia adquirido en algunos años de aca- quedó contento y satisfecho, como lo demostró pof
demia en la de Guardias españolas, que era la pri- una proclama que dirigió al país y por las comum-
mera del ejército, y el aprendizaje del arte de la caciones que, ya de oficio como en correspondencia
guerra durante muchos años en las primeras poten- particular, dirigió á Córdova desde T^amplona, y
cías militares de Europa, especialmente en Prusia, días más tarde, cuando, un tanto más restablecido,
en donde hoy todavía su memoria es estimada, y del pasó revista á su división en Cirauqui, con demostra-
Emperador recordada después de cincuenta años. Su ciones de amíst.íd , afecto y elogios.
aplicación al arte de la guerra la acreditaría en todo
caso la interesante y rica biblioteca militar que dejó FKIiNANnO F R I Í N A N D R Z nR CÓlíDOVA,
á su muerte, y que yo heredé, sirviéndome para mnnjuíh (k- ML'rid¡gi>nC.i.
aprender lo que él conocía, con gran ventaja sobre (.Se (ouliiiiiará.y
aquellos rutinarios que creían saberlo todo con sólo
el conocimiento de alguna pequeña parte de lo que
constituye el saber y los deberes del general.—-Oráa, ROSAS Y PERLAS <rj.
que en un principio se creyó superior á su jefe en
Á S. \ . T!. LA INFANTA DOÑA MARÍA ISAiJFT
Mendaza y Arquíjas, y estaba engreído con su propio
mérito, tuvo después que reconocer su inferioridad
cuando, jefe de su Estado Mayor, estuvo á punto de Hnlre 1;IM blonda.s uevnilüs,
juzgar el mérito de Córdova, ya en el gabinete como Y en el suno de iin;i litimios.i,
en el campo de batalla, con la espada como con la Mnllábansc caloc;idns,
pluma, manteniendo la disciplina como eí buen es- Corno de el!;) emimonidiis,
píritu del soldado, y capaz de resistir las fatigas, con Una perlii y una rosa.
un cáncer que devoraba su existencia, como el hom- Vieníío á la flor, sin desvío
bre de más robusta salud resistía la más penosa guer- Dijo hi perhi : «líien mío,
ra, Asi fué que, cuando, ya al frente del ejército, des- ¿Quién te; drc'i el bello arreboi?
plegó tantas condiciones de mando, Oráa fué uno de — Ctia %QU\ de rocío
los muchos que, rendidos á la evidencia, tributaron Y un tibiu niyo de sol.»
sus respetos y el reconocimiento de superioridad ha- Y la rosa, al termin¡tr,
cía aquel que, para que brillara entre los generales \ñ prücjutitó : «Y Jquién á tí
como uno deles primeros, no fué necesario más que 'l'ul brillo le supo dar.'
su genio, la aplicación y demás condiciones de que — Yo de l;i lierida salí
hizo alarde. E n España ha sido necesario que las De unii cünchu de la mar, *•
batallas ó combates tuvieran resultados muy deci-
Y exclamaron al mnnietito :
sivos y trascendentales para que, el espíritu político «Somos, con if,'ual fortiinuj
tomando parte en las versiones que sobre ellas se De hi Ineldad orniíinetito,
han hecho, no se atribuyeran los partidos las venta- La cuiíl nos da con su aliento
jas. En nuestras guerras civiles no ha habido una ac- Su blanco seno por cuna.:"
ción en que los carlistas no se dieran por victoriosos,
porque necesitaban sostener el espíritu público de Palpitante y encendida,
Sin ccinseguir .sus anhelos,
su partido, principalmente en el extranjero. Al ver La j[')ven, antes querida,
los boletines carlistas se ve, pues, sin admiración, Salióse del baile , licrlda
que Zumalacárregui se atribuía la victoria en Men- í^on el puñal de ios celos.
daza, de cuyo campo de batalla fué arrojado, sin un
batallón ó escuadrón que no resultara vencido en su Y enfrente del tocador,
posición y disperso, E n Arquíjas también quisieron Viendo en .su rostro el reflejo
De uti corazón sin amor,
suponer á Córdova vencido, cuando bastaría, para Tiró la joya y la llor
probar lo contrario, decir que el puente de Arquiias (Cintra el cristal del espejo.
fué tomado á viva fuerza dos veces por compañías
sueltas, como hemos ya probado, y que si no lo pasó Cuando su mano insensata
todo el ejército, fué en la espera de que se ejecutaran Las rompió con fiero encono,
movimientos que debían operarse, y que, verificados Jixclamó la perla : «¡ hif^rata!*,
ó no, tampoco dieron al enemigo la victoria, como Y la rosa ; «¡ La perdono,
•Porque es ella quien me mata !»
lo prueba la retirada de los carlistas del valle de
Santa Cruz de Campezu, que la misma noche del 15 G. BRT,MON-TE Mui.i.r,K.
evacuaron, buscando un refugio en la Amezcoa.
Venció, pues, Córdova en aquellas operaciones, lla-
madas de Arquíjas, dos veces; una sobre el mismo EL ABATE MOIGNO.
puente, una y otra vez tomado y octipado. y la otra
con Oráa, q u e , aunque separado de sus instruccio- ^^^^.
nes, quedó dueño del terreno, obligando á su con- t>^íí^\C!^t:n':N" no ha oído nombrar alguna vez al
trario á retirarse, evacuando el valle de Santa Cruz ^. ^"(-BlCft,' abate Moigno.?
de Campezu. Y que los carlistas lo evacuaron está ,,- La respuesta á esta pregunta habl^i'
acreditado por la marcha y los movimientos del co- ^'- ría muy alto en favor de la ilustración
ronel Gurrea. que con sólo tres batallone:^ y 300 ca- jj "V- científica de un pueblo, .si fuese hecha
ballos pudo, sin tirar un tiro, atravesar el valle desde . . _ " en Francia, en casi todo el Korte de i'-y'
su punto de cita de Santa Cruz hasta Zúñiga, pasando c V p ^ ^ ropa, en Suiza, en Austria ó en Italia,
por Orbízu, para reunirse con las fuerzas del briga- fO" donde la ciencia tiene templos y sacerdotes nu-
dier Oráa. <> merosos. En España ya es otra cosa, pues po^
un conjunto de causas, cuya enumeración y
examen da pena repetir, hay que reconociir que los
nombres de las celebridades contemporáneas pernia-
No quedó satisfecho el general Córdova del resul- nccen ignorados, y. continuarán siéndolo sí un siste-
tado general de las operaciones de Mendaza y de Ar- ma de instrucción bien meditado no viene á inau-
quíjas. verificadas en los dias 12, 1 3 , 14 y 15 de Di- gurar una nueva era para la educación ínteleclua^
ciembre de if^34, porque de ellas hubiese resultado de nuestro pueblo. Mucho pueden contribuir á faci-
batido el ejército que mandaba, pues ya hemos vi.sto litar y apresurar este resultado la revista y el per'O^
cuáles fueron las operaciones ejecutadas, y cómo los dico; pero hasta ahora, si se exceptiva L A IT-USTR
carlistas en todas partes fueron batidos y obligados á noy EsFMÑot.A Y AMKIÍIC.'VNA, que, sin ser un
retirarse, dejándonos el campo de batalla; pero es publicación de carácter técnico, íbre sus columnas
verdad que estuvo muy distante de quedar satisfecho ia propaganda de vulgarización de la ciencia^ al ^ ^
de sus resultados, puesto que no alcanzó la caballería tudin de las cuestiones relacionadas con lainstru,^
en Mendaza á aprovecharse del éxito de nuestra in- cion pública, ningún diario se ha impuesto 1^'^ •
fantería, cuando, si hubiera cargado á tiempo, hubié- sion de destinar sistemáticamente una sección
ramos hecho algunos miles de prisioneros al ejército
enemigo en su desbandada, recorriendo una llanura í i j LeitJiL por ul auiM anic SS. MM. y AA. —(.¥. il-: !a fí.¡
 N." XSX LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMEEICAlíA.
aquella propaganda, y mucho'meaos de mirar con
especial Ínteres eytas cuestiones.
AjusLándome, pues, al plan que de-tiempo-há-me
"e trazado, y que ios lectores asiduos de L A ILUS-
TRACIÓN ya conocen, voy á presentar hoy la biogra-
fía de un anciano respetable, cuya vida toda entera
se ha consagrado á difundir los conocimientos y los
descubrimientos modernos, y á popularizarlos bajo
todas sus fases, habiendo merecido, por el talento
'^on qut; ha sabido llevar á íeViz término tan ardua
empresa, ocupar un lugar distinguido en el catálogo
°e hombres eminentes de nuestros tiempos.
Francisco María Moigno nació en Guemené-sur-
^corf, departamento del Morbihan, en Francia, el
^5 de Abril de 1804, habiendo ingresado, á. la edad
de diez y ocho años, en la Compañía de Jesús, en
t^Liya Orden permaneció, fiel guardador de las reglas
y de la observancia, hasta el i : de Octubre de 1843,
en cuya época se separó de la Compañía, por uno de
esos secretos designios de la Providencia, que se vale
Siempre de medios tan adorables como suyos para
conducir al hombre á la realización de sus destinos.
^ i abate Moigno habia de brillar desde las alturas
de la ciencia hermanada con la Revelación; y como
para elío debia aparecer independiente, autónomo,
gozando de su libertad de acción en la más amplia
plenitud, su restitución al siglo, que él miró como
una desgracia, y que lo hubiera sido ciertamente en
cualquiera otro caso, no fué sino el cumplimiento
inconsciente de una misión gloriosa, de la que tan-
tas ventajas habia de reportar más tarde la concor-
dancia admirable de la ra/on y de la fe.
_ I-os primeros doce años que siguieron á su separa-
ción fueron de angustias y de privaciones, llegando
^ un estado de penuria que casi podía llamarse de
profunda miseria. E n 1848 Monseñor Sibour, á la
sazón arzobispo de París, le nombró limosnero del
i-iceo de Luis el Grande, con lo cual mejoró algún
tanto su posición; más tarde pasó á desempeñar el
cargo de coadjutor en la iglesia de San Sulpicio, con
ja módica asignación de cuatrocientos francos anua-
les, trasladándose poco después á desempeñar este
niísmo cargo en la iglesia de San Germán de los
rados. Allí, en la apacible soledad de una modesta
casita pegada á las paredes del templo, ha visto tras-
currn- una gran parte de su existencia, consagrándose
a llevar los últimos Sacramentos á los moribundos
durante la noche, y aprovechar todos los momen-
tos que le dejaban libres las funciones de su sagrado
'Tunisterio, en redactar sus trabajos originales, sus
fii^nierosas traducciones, y en desarrollar sin descan-
•Q ^y ^'asto plan de la vulgarización, inaugurando en
aríSj en 1.S72, con los exclusivos recursos de su ta-
^rito, un establecimiento considerable, que denominó
'^'[ i^c^ Progreso , en donde daba lecciones y confe-
^fiicias públicas sobre ciencia pura y sobre las aplica-
ciones á la industria; conferencias que le han valido
justa nombradla.
Hacía años que el abate Moigno sentia ardiente
deseo de pasar los últimos años de su vida en la que
y llama su santa y gloriosa madre, la Compañía de
esus^ y al efecto, en Agosto de 1872 pidió al gene-
^1 de la Orden, y obtuvo inmediatamente, el anhe-
lado permiso, quedando libre de poner en ejecución
su deseo cuando lo estimase conveniente. No lo ha
pahzado, sin embargo, porque el consejo de sus co-
"^gas le ha hecho ver que los intereses de la Religión
sanan todavía manteniendo la posición que ha sabi-
^ci conquistarse al frente de una propaganda cientí-
^ca tan seria y tan autorizada cual es la que expone
^nsii revista ¿¿'íri/o;;f/í'í, fundada en 1863, y en las
producciones que sin cesar emanan de su pluma. E n
^^"í^ un decreto del Presidente de la República le
"ornbró canónigo del Capítulo de San Dionisio, dig-
D,idad muy elevada en la jerarquía eclesiástica de
I" '•ancia. Desde entonces vive en la población de este
"ombre, cerca de París, adonde ha trasladado la im-
Pi'esion de sus Motidcs, que vigila siempre muy de
cerca para que no desmerezcan, ni por un momento,
"^ la importancia ni del interés de actuahdad. de
^^ constantemente ha sabido revestirlos. Hasta hace
poco el pesn de la redacción de la Revista gravitaba
'P°i' completo sobre él; mas siendo ya excesiva la
^^rgapara su edad, ha compartido el trabajo con
'"a persona tan instruida como entusiasta por el
Pj'ogreso científico, el abate Valette, que está lia
"}ado á ser. con el tiempo, director de la publica-
ción.
A *^"'P'^''e y Cauchy fueron los primeros maestros
e Atoigno. Inspirado en las sublimes ideas de este
^"signe geómetra, escribió sus Lccons de calad diffc-
^^md ef de calcnl des variations ^ y su Mécaniqíie
^"¡(¡lytiquc, en donde ha dado pruebas de un talento
atemático superior. A estas publicaciones han se-
guido sucesivamente los trabajos originales Rcper- con la antigua amistad del abate Moigno, creyese
^^^•c foptiqtie moderne; Tclcgraphic ékctriqíie;_ Ac- que esta circunstancia puede hacerle sospechoso de
volites scicntifiques, que comprenden : Les Eclm- parcialidad, no tendría sino citar el testimonio de
^Jff^s modcrncs, La Science auí^laise cu 1868, Les los hombres que ocupan los primeros rangos en la
¿'"fíi/j exphsi/s }}ioderi2cs ct Icñrs applicatÍQns. Ré- jerarquía de la alta ciencia. Dumas, el químico in-
''St07i et patrie, Optiqjte molccnlaire. La FQÍ et la comparable, secretario perpetuo de la Academia de
scjcnce, Le R. P. Sccc/ii, VArt des projeciions, Phy-
siqíic vmlccnlnire^ Manuel de Mneuiofechme; vein-
tiún volúmenes de la revista El Qjsmos, que luego
vino á ser Les Mandes; Les ^plendeurs de ¡a foi, obra
magistral, que sintetiza el fruto de todos sus estudios,
en cuya redacción ha invertido siete años de trabajo,
y capaz por sí sola de hacer imperecedero el nombre
de su autor; La F^ésieponr tous; Mciaiíges de Pliy-
siquc ei de Chimie purcs elappUquccs; Le Latitipoiir
fotis ^ Le Refour á la foi par ses splendcurs. Actual-
mente está preparando, para dar en breve á la es-
tampa, LJAllcmandpGur lous. Ademas ha-traducido
y anotado las obras siguientes : Corrclalion des farccs
physiqíics^ de Grove; La Chahiir cnnsiderdc comvie
míe forme de monvemcnf^ Le(;ons sur le son ^ y La
Lumiérc, de Tyndall; La Clef de ¡a science^ de
Brewer, de la que se han hecho ya seis ediciones. H a
sido también redactor del Univers^ de L" Union mo-
narchique ^ de IJEpoque^ de La Presse y del Paj-s;
su primer articulo de periódico data de 1829. Des-
pués de sus vSplendenrs de la foi, puede decirse que
Les Mondes es su obra favorita, y la que le ha hecho
conocer más en el mundo científico, no habiendo
apenas biblioteca de Academia, ni Observatorio de
importancia, en Europa, en América ó en Australia,
en que no figure esta Revista.
E n Diciembre de 1875 cubrió de luto su corazón
una noticia. La Congregación del índice acababa de
condenar una de sus publicaciones: La Foi et la
Science, explosión de ¡a librepensée^ en la cual com-
batía con vigor científico los discursos pronunciados
por Tyndall, duBois Reymond, Richard Owen, Hux-
ley I Hooker y Lubbock. Debe consignarse que el ana-
tema recala exclusivamente sobre la excesiva latitud
que habia dado á las citas, dejando ásalvo los prefa-
cios y las notas originales, aunque no es menos cierto
que su libro aparece en el índice, y que bajo este
concepto pudo condolerse de no haber procedido con
mayor mesura en la exposición de las doctrinas que
refutaba. De todos modos, importa hacer notar que,
no siendo personal la condenación, ni estando rela-
cionada con el escrito ni con las intenciones del au-
tor, no resulta ni el más pequeño lunar en su buen
nombre religioso.
El abate Moigno es uñ prodigio de memoria. En-
contrábase con frecuencia en el gabinete de trabajo
de su íntimo amigo y maestro, el gran Arago, y ocur-
riasele chancearse con él sobre cuál de los dos tenía
mayor facultad retentiva de datos y números._ Arago
abría la correspondencia de la Academia de Ciencias,
de la que era secretario perpetuo, y cuando caia en
sus manos alguna comunicación sobre nuevas medi-
das de las principales montañas del globo, su primer
cuidado era compararlas á las alturas ya consignadas
en el Anuario; pero á veces el Anuario habia des-
aparecido entre el laberinto de volúmenes, de folle-
tos y papeles acumulados sobre la mesa. Después de
haberle dejado buscar largo tiempo en vano, se aven-
turaba á preguntarle el nombre d é l a montaña. Sí le
nombraba el Monte Rosa, el Chimborazo, el Hima-
laya, )e contestaba á renglón seguido; 4.736 metros,
6.530 metros, i.^zi metros, a l o cual anadia Arago
sonriendo que «le haría quemar por brujo». Un dia,
como para tomar el desquite, Arago se vanagloriaba
de saber de memoria las diez y seis primeras cifras de
la relación de la circunferencia al diámetro, y se puso
á enumerarlas « jNo habéis dado en el quid, maes-
tro I — exclamó Moigno—yo sé esa relación hasta
ciento veintiocho cifras .decimales; y si me pedís las
diez que siguen á la sesenta, os diré que son : 4, 4,
=;, o, 2, 3 , 0 1 7 , 8 , 1 . » - Arago le detuvo como cor-
rido.
E l abate Moigno ha sabido hermanar la vida del
gran mundo de la ciencia con la del más austero
anacoreta. Desde su Sala del progreso y del público
selecto de sus conferencias, á su habitación desman-
telada, junto á San Germán de los Prados, mediaba
tanta distancia como del centro de la civilización al
desierto. Con solas dos ó tres excepciones, ha celebra-
do misa todos los días, y ni una vtz ha omitido su
rezo, sin que por ello se resintiese la regularidad en
las horas de estudio ; y eso que recibe y lee las pu-
blicaciones que salen á luz desde Europa hasta el
último confín de Australia, hallándose en correspon-
dencia con todos los sabios del mundo. Su escritorio
es un piélago de papeles, que cada dia se renueva.
Durante el sitio de París una granada prusiana des-
pedazó quinientos volúmenes de su rica biblioteca;
afortunadamente los tenia todos en la cabeza, y no
sufrió más que la pérdida material de los libros. Un
crítico del periódico Le Fran';ais pudo decir, con
este motivo, «que el abate Moigno lo ha aprendido
todo.»
Si el autor de esta reseña biográfica, que se honra
91
Ciencias, se expresaba en estos términos, en la ses'on
del l o d e Setiembre de 1872- «Mr, Moigno marcha
desde hace cincuenta años al frente del movimiento
científico. Por sus diarios y sus libros ha prestado 4
la ciencia incesantes servicios, y á él se debe el mé-
rito de haber introducido entre nosotros el gusto ha-
cia los estudios serios y las lecturas científicas.»
El nombre de Moigno figura en el Catálogo de
matefudticos disíingjiidos, de Lenoir, publicado bajo
la protección de la Academia de Ciencias de Viena;;
en el Diccianarin biográfico^ de Poggendorff, de Ber-
lín, y en el de Webster, publicado en los Estados-
Unidos. La astronomía inglesa ha dado su nombre
al cráter de la L u n a , señalado con el número 408,.
honra muy preciada, que no han alcanzado todas las
notabilidades del saber. Sólo faltaba que figurase tam-
bién su nombre en los catálogos paleontológicos, y al
efecto, el autor de estas líneas bautizó con el nombre
Lepton Moignii una especie nueva, descubierta en.'
el horizonte 2.° del tenéncico, y descrita en su Mono-
grafía paleontológica del piso aplico de Toriosa, p u -
blicada en 1872.
Tal es la vida del más sabio de los vulgarizadores
contemporáneos.
JOSÉ J . LANCERER.
LAS C I U D A D E S MODERNAS.
LIN.IKES.
diferencia! Linares hace algunos
años era una población humilde y de
rp escaso vecindario; Linares es hoy una
f¿"- ciudad industrial, con establecimientos,
-•-o.ícj^" • ^^ beneficencia, de enseñanza y de ca-
'~]"'ir^^ ridad, que llaman la atención del viajero y
^^^^^i revelan la cultura de sus habitantes. Antes
^(CX de ahora eran contadas las escuelas y'Ios maes-
^ tros ; en los momentos presentes la niñez reci-
^ be una educación esmerada. Aquellas calles
angostas, y aquellas plazas y aquellos mercados, se
trasformaron, por la sola iniciativa particular, en
vías anchurosas, en casas elegantes, en amenos jar-
dines y en extensos y bien cuidados paseos. Y para
colmo de felicidad, el ayuntamiento salda su presu-
puesto con sobrante, satisface con religiosa puntua-
lidad sus haberes al magisterio, y atiende con dili-
gencia á todos los servicios municipales,
i Qué diferencia de ayer á hoy!
La vida industrial desarrollada por los elementos
de riqueza que entraña aquel suelo; el espíritu de
empresa asociando el capital y el trabajo; la labo-
riosidad innata en los hijos del país y en los extran-
jeros que allí residen han cambiado en pocos años
la faz de un pueblo. Por otra parte, los estableci-
mientos de educación, que sostienen el municipio y
las asociaciones particulares; los hospitales, que re-
cogen y amparan en sus dolencias á centenares de
enfermos, y los templos abiertos al culto, indican que
Linares vive la vida del trabajo, de la inteligencia^
de las creencias y de la caridad.
Ciudad nueva y pulcra, ofrece un aseo y un cui-
dado dignos de elogio en la vía pública v en las vi-
viendas de los particulares. Sus casinos, liceos y tea-
tros ; sus escuelas, hospitales é iglesias; sus calles, pa-
seos, mercados, plazas-y jardines, son superiores á.
los de muchas capitales de provincia, y pueden com-
petir algunos servicios municipales con los de las.
poblaciones de primer orden.
Un presupuesto sin déficit, un sobrante en Teso-
rería y una voluntad enérgica para el bien; hé ahí
los medios utilizados por Linares para trasformar la
villa en ciudad, la ciudad en cabeza de partido ju-
dicial, y quién sabe si después del juzgado ó juzga-
dos de primera instancia vendrá, como consecuencia
lógica é indeclinable, por su trabajo, por su riqueza
y por su vecindario, á constituir, andando el tiempo,
la capitalidad de una nueva provincia.
Linares tiene á su servicio, con desinterés notorio,
inteligencias y voluntades predispuestas al trabajo y
deseosas de contribuir al progreso de la ciudad. Las
mejoras materiales están al orden del dia; la magni-
ficencia del Culto se observa en los templos; los ade-
lantos en la instrucción popular son mayores de año
en año. No hay proyecto útil que deje de acogerse
con entusiasmo, ni hay gasto, por cuantioso que sea,
que retraiga al vecindario. Todos los partidos políti-
cos sostienen una verdadera competencia, no para
destruirse y debilitarse en la lucha, sino para llevar
á cabo las adelantamientos^que exige el espíritu de
la época y las necesidades, cada dia más crecientes,
de aquella localidad. La emulación es para el bien;
el rico y el pobre, el comerciante y el industrial, el
propietario y el minero, todos . sin distinción de opi-
niones, contribuyen con su honrada iniciativa al
beneficio general.
Entre los que consagran una parte de su fortuna
al engrandecimiento de la población descuella un
moderno título de Castilla, á quien no conoce per-
92 lA ILÜSTEÁCIOIÍ ESPAÑOLA Y AMEIIICA:^A. K.* 5XX

IMPERIO DEL BRASIL.—CATARATA D E « P A U L O A F F O K S O » , V I S T A E N E L P U N T O D E UNION DE LAS AGUAS.

ISLA DE CUBA.—FAMILIA DE «GUAJIROS» A LA PUERTA DE UN POTRERO.

Copia de un cuadro de Landaluce. — (De la obra Tipos y coiiumhr/s, publicnda por el editor Villa, de la Habana.;
 K.* XXX
sonalmente el que estas líneas escribe.
*il hombre opulento que se acuerda de
los pobres, de los dolientes y de los ni-
ños, y les proporciona albergue, ali-
mento, medicina y educación, bien me-
i'ece que el escritor público consi|íne su
nombre como recuerdo de gratitud.
. ¡Qué felicidad taa grande socorrer al
indigente, enseñar al que no sabe y dul-
cificar la desgracia del que yace en el
lecho del dolor! ¡Qué meritoria y cris-,
tiana tarea la de imponerse espontánea-
mente algún sacrificio en favor de los
pobres, de los que piden pan y no tienen
alimento, de los que tiritan de frió y no
t'enen albergue, de los que se hallan en-
fermos y no tienen recursos, de los que
^?^san trabajo y no tienen ocupación!
iQué satisfacción para la propia concien-
cia el hacer bien, practicando la caridad
entre las clases menesterosas, sin osten-
tosos alardes y sin aparatosas demostra-
ciones !
Los Marqueses de Linares, según h e
oído en aquella ciudad, llevan el consue-
lo á los desgraciados y trabajan por la
educación popular. No h a y más que vi-
sitar aquellos asilos, y al punto os dirán
quién es el generoso donante y á quién
^^ben tan singulares y agradecidos fa-
_Las obras más importantes del hos-
P'tal, que las constituyen dos salas-mo-
^e'o; los instrumentos de cirugía, que
lorman una selecta colección, y la ropa
que conserva en depósito el estableci-
""'ento, aparte d e las limosnas á los en-
'ermos, representan valiosas cantidades,
que los Marqueses facilitaron y facilitan
^on verdadera vocación.
c-l Monte de Piedad y la Caja de Ahor-
l^os, instituciones ambas que se comple-
tan y desarrollan á impulsos de la cari-
*^ad, recibieron, al instalarse, el primero
seis mil reales, y la segunda mil duros,
sin ínteres.
Las sociedades de San Vicente tienen
señalada una pensión anual para cum-
Pi'rcon las más urgentes necesidades.
•c-l Instituto de segunda enseñanza pre-
L A INSURRECCIÓN- T U N E C I N A ( S F A X ) . - A S A L T O Y VOLADURA DE LA PUEKTA DK LA « K A S B A H » , POIÍ LA MARINERÍA DE LA «SURVEILLANTE».
tA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. 93
senta magníficos gabinetes de física y
química, s o b r e s a l i e n d o una máquina
eléctrica d e doble disco, que los inteli-
gentes admiran, y que los establecimien-
tos oficiales se enorgullecerían de po-
seerla.
Los templos de la población ofrecen
vestigios de la liberalidad de los mar-
queses.
Pero, sobre todo , los pobres os hablan
de las limosnas que reciben y de las aten-
ciones que les dispensan sus verdaderos
protectores.
Los breves dias que permanecí en L i -
nares bastaron para recibir las más gra-
tas impresiones del alma. L a enseñanza
utilií^ando los métodos pedagógicos más
adelantados; las instituciones de previ-
sión estableciendo las cajas de ahorro es-
colares; la minería presentando en Ar-
rayadles, por iniciativa del Sr. Villanova,
la maquinaria más potente que se cono-
ce en extranjera tierra; la caridad exten-
diéndose y desarrollándose al calor del
sentimiento religioso; las obras munici-
pales emprendidas y hermanadas con
acierto; en una palabra, todo revela en
Linares vida, animación, movimiento y
cultura.
El gas alumbra las calles de la ciudad,
el agua es conducida á todas partes, y
las vías públicas están cuidadas con es-
mero.
Hasta las preocupaciones populares
tienen su natural asiento en una plaza
de toros, recientemente construida. Con
el tiempo la plaza desaparecerá, y la afi-
ción á las corridas será menor. E n cam-
bio, la escuela, el taller, las conferencias,
las lecturas públicas, los certámenes ar-
tísticos, científicos é industriales y el li-
bro obtienen cada dia mayor número de
admiradores.
Grandes progresos h a realizado Lina-
res, y no pocas mejoras ha conseguido.
^•- - f ^ ^
Siguiendo así, llegará á ser en breve, si
el mercado de los plomos se mantiene
E L ABATE FRANCISCO M A R Í A M O I G N O ,
en alza, una délas primeras poblaciones
sabio matemático y astrónomo francés. de España,
MODESTO FERNANDEZ Y GONZÁLEZ.
 94 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA
COSTUiMBRES D E L SIGLO XVII.
EL CORRAL DE LAS C0MEDL4S.
C(:o^Tl^•l;ACION.)
.Q^v.:S¿^^
Aio que el puesto de cobrador de come-
dias es más peligroso que el de una /tos-
ía en Flándes (]).
— Otros pretenden, aunque por más
suaves medios , no pagar, y son los
poetas de comedias, que quisieran ex-
cusar, no sólo las puertas primeras, sino
también la limosna de los hospitales en
la segunda (2).
— ¡ Medrados iban d quedar los recitantes con
oyentes de bolsa tan franca!
Aquí será bueno que yo haga presente al lector
cómo y cuándo se pagaba entonces por entrar al co-
liseo.
Dicho queda que todo concurrente habia de pa-
gar tributo por dos diferentes conceptos. Daba, ante
todo, su óbolo en la puerta primera al cobrador, y
era para el autor y arrendador, desde que este ul-
t i m ó s e introdujo ( 3 ) , y ya dentro, en la segunda
puerta, volvia á dar lo que llamaban la ¡hiiosjia de
los hospitales {4).
E n el año 1606 (5) se fijaron los precios en ló
maravedís cada hombre en las gradas^ y cada mujer
en la cazuela^ 20. Por un hanm^ 34 maravedís, dán-
dose por un aposenta con celosía 12 reales. Dispúsose
también que el Hospital general cobrase en la puer-
ta por cada persona 4 maravedís.
Antes de este tiempo, por sitio y asiento, sólo se
pagaban 20 maravedís (6), que, juntos con el cuar-
to que se daba á los hospitales, hacían seis cuartos,
y así j en la comedia de Rojas, Lo que son mujeres^
extraña D. Marcos,
« que ahorre el mosquetero
seis cuartos de su ciudalj
Y que se vaya al corral
A silbarse su dinero» (7).
Referido queda que en 1621 se arrendaron los cor-
rales por cuatro años á Luis Monzón, y en la escri-
tura se dice que se pagaban ires cuartos en la s€<^iin-
dapuerta ^ de.'^pues de dojidc cobra el autor; al subir
á las gradas, cuatro cuartos; cada mujer que entra-
ba á ver las comedias, siete cuartos, dándose por
cada aposento 17 '/a reales, de los que 13 eran para
el arrendador, y el resto para el autor.
Vemos por todo esto que no se habia Inventado
por entonces entrar con billetes, sino entregando á
los cobradores el dinero en las puertas, aunque á las
veces entraban por él á los sitios que ocupaban los
oyentes, según testimonio de autores contemporá-
neos (S).
El Marqués de Villanueva del Rio y sus camara-
das tenían alquilado para aquella tarde un aposento;
así que, entrando por la primera puerta, que ya he
dicho era la que á ellos conducía, subieron todos.
Entonces observó el forastero D. Jerónimo lo que
era el tan renombrado corral del Príncipe. Ríen me-
recía conservar todavía aquel nombre de corral, pues
no era en realidad otra cosa, hallándose sin tejado y
á cielo abierto lo que constituía el patio.
En su parte frontera estaba el tablado para los co-
mediantes, cubierto entonces con una cortina tosca-
([) Poslíi, lo mismo que centinela.
{3| Entre los privilegios que Apolo Lucido envió i. Cervan-
t e s , por conducto del Sr, Pancracio de Roncesvalles, segun re-
W^r&znzií Aitjunta ai Payníi5o.s&\eK el siguiente ; « I lein , que
todo poeta cómico que felizmente hubiese sacado á luz tres co-
m^ál-i.^. piteda enlriif sin pagar eit ¡os teatros, si ya no fuere la
limosna de la segiiHxlapitei-ta, y Aun ¿ s t a , si pudiese ser, la ex-
cuse. »
(3) Al testinnonio d e Cervantes que contiene la nota anterior,
respecto á cómo se pagaba en las p u e r t a s , añadiré otro de Bena-
vente, en su entremés £i Talego, d o n d e , dirigtíndose el gracioso
al públito, dice :
H Nn se vayan ác dqiil. en acabando,
Que Rw/ue. en ¡ilbricias qui; V.T mejorando,
No cobra man^ma LVJ laa pnerlits pi i/'renis, n
En una Sátira conira el conato lie halier •ntielto otra ve¡r tus nmií-
litas, que manuscrita existe en la Eib. l^íac., S.-140, que parece
escrita por un D. Vicente Ponce de León, se dice á propósito de
la limosna:
« La limosna gm; d.in por las enltudas.,
Junto con la du K-ineOM y a posen loa,
Me parere que son bioo ctnplEadas.
I^rque, los que Ins dan, las dan contemos,
V casi los más dellos en ciperii
De cobrarlas después ttin más aumentos, clt.n
[4) Seguti Peliicer, llegaban á sacar loa hospitales de la li-
mosna hasta trescientos reales cada larde,
{51 Así se diapuso por auto del licenciado Silva de Torres, á
21 de Marzo de aquel año.
|6l Pellicer cita un dictamen d e los teólogos de Alcalá, Cárni-
ca, Pérez y Montesinos, de 6 de Marzo de 159S, favorable á
las comedias, en donde exponen su opinión de q u e cint:o ciiar/os,
por el sitio y asiento en los corrales, no era caro, cotno decian.
(7) Este mismo precio de seis cuartos referia ser el que se
agaba, cierto fiamenco, cuyo relato sobre las cosas uue vio cu
E ladrid copia rcllicer. Decia el tal ; « P o r J ¿ / J CMH;-/W le cantan,
bailan y representan al mosquetero.»
iSl Así lo refiere Zavaleta en su Dia defitsta (capitulo de In
Come,dia\, donde dice que los cobradores entraban en la cazuela
a recaudar el dinero de las mujeres.
N." SSX
mente pintada. A dereclia é izquierda, algo levanta- la, hasta señoras principales y de título, que se ocul-
dos, corrían entrambos tablados, ó %^ZXÍ\ZS, gradas, tan detras de las celosías de los aposentos; y desde
á las que nada más iban hombres, aquellos que no los plebeyos y menestrales, que ocupan inquietos el
querian confundirse con los del patío, y entre una y patio y gradas, hasta caballeros en los aposentos y
(itra grada se hallaba la cazuda ó corredor de las desvanes, no hay en la corte quien no se alborote y
mujeres. salga de quicio cuando, pasada la Cuaresma, se abren
Sobre estos sitios se levantaban \o5 Apose7itos altos los corrales (12).
y bajos, equivalentes á nuestros palcos, donde se co- — Zozobras sin cuento deben agitar en tales días
locaba la gente de calidad; y de algunos títulos, que á comediantes y poetas, pensando en contentar pa-
los tenian alquilados, habían recibido los nombres ladares tan diversos.
de Pastrana, Uceda, Aragón, Carpió, Almirante, de
— Asi es, que tal gusta de los discretos razona-
la Sra. Protectora, y otros. mientos y elevados conceptos de damas y galanes,
Varios eran denominados por el sitio en que esta- cual otro de las sales apicaradas, con frases de mos-
ban ó alguna particularidad que tenian, y de éstos taza, de los graciosos; aquél se paga de los lances de
eran los llamados Rincón, Esquina, Tablas, Coje- amor, y se muere el otro por las chaconas y rastros
esto, Interesado, Compatiero, Reja grande 6 chica, de los diestros.
Reja nueva y Rejilla. — No monta tanto-^dijo D. Luis—escribir para
La Villa tenía también su aposento, como hoy los desvanes que, si son doctos, tienen no poco de
aun lo conserva, por el que pagaba trescientos escu- iremcndos, como para los bancos, cuyos criticp^^
dos; y pocos años antes al que nos ocupa, daba el ingeniosos oyentes parece que tienen el privilegio de
opulento Duque de Lerma cien ducados por uno en hacer utia comedia buena ó mala {\i)\ y si las/?-^''^-
el corral de la Cruz y otros tantos el arrogante don sas barandillas y los nobles aposentos suplen callan'
Rodrigo Calderón por el suyo en el Príncipe. do las faltas de los recitantes, no así las bch<^os¿t3
Estos aposentos estaban cerrados con celosías ó re- gradas, que no pican de bien intencionadas, ni m^'
ías, tras las que se ocultaban las damas de calidad y nos la cazuela, donde el gremio mujeril, con pitos
los hombres graves, dejando asi burlada la curiosi- y llaves, suele dar por la tarde alboreada no niénos
dad de lá gente menuda que en los otros sitios se á poetas que á farsantes (14).
hallaba : unos tenian balcones, y otros nada más ven-
— No os dejéis en el tintero los mosgueteros—'p^^'
tanas, y así se los'llamaba {q). siguió el Marqués —-cuya alborotada y tremenda
Encima de los aposentos estaban los desvanes, muchedumbre, que veis apiñada en el patio á nues-
adonde aciidian los hidalgos y caballeros, quienes tros pies, es un verdadero monstruo, que devora co-
ocupaban también los bancos de barandilla ó delan- medias, poetas y farsantes : tribunal sin apelacionr
icros. que eran unos ciento. no siempre regido por la justicia, sino cohechado
Había también dos aposentos situados debajo de la las más veces por la pasión, la ignorancia ó el lO"
cazuela, casi al nivel del patio, conocidos por el nom- teres.
bre de Alojeros, tal vez porque arrimados á ellos co- Y tenía en esto razón sobrada el de Villanueva
locaban sus puestos los vendedores de aloja. del Rio, porque el patio de los corrales era coco, q^^
Los bancos y aposentos eran los únicos sitios que puso espanto á todos los que en cosas de comedias
se repartían con anticipación, dándose unas tarjetas, intervinieron. Asístiah á él hombres solos; peroeran,
que se enviaban á las diez á las casas, para devolver por regla ordinaria, lo más maleante, sacudido V
y venderse las que no se despachaban (lo). Por cier- avalentado de la corte ; lacayos al quitar, oficiales de
to que no todos los caballeros que tomaban los apo- todos los oficios mecánicos, escuderos con hidalgLuas
sentos solían pagarlos puntualmente, bien que en raídas en los solares de sus montañas, pajes rencoro-
esto cumplían como quienes eran, al decir de los sos contra su sarna, de la que se vengaban en la co-
murmuradores (i i). media ; rufianes de bigote de guardamano y barbas
— ¿Qué os parece, primo y amigo D. Jerónimo— de ganchos, como sus dagas ; en fin , la granuja del
dijo D. Pedro de Contamina—el alegre concurso que auditorio, como se atrevió á llamarla Benavente, se-
hoy llena el corral ? gún hemos visto.
— Digo que no tendrá quejael buen Roque de la JULIO MONREAL.
prisa que los madrileños demuestran por oírle : por ( J í co'ttiiiuaTii,')
cada puerta veo entrar un río de gente, amén de la
que se ha derramado por todos los sitios.
—Advertid que á nadie le duele gastar su dinero sar(i3i Tan extendida estaba la afición ¡i las comedias, q u e , li P^'
de ciertas censuras, lleg^aron á representarse hasta en I"
en ver comedias, y que desde fregonas, busconas y conventos. Así, cuando Felipe i U fuú :L Lisboa en l 6 l 9 i ^°^ J^'
damas de medio mogate, que se estrujan en la cazue- suitas representaron una comedia en su presencia, en el convenj"
de San ;\nCünio. C u a n d o I'Yay Gaspar de Villaroel, obispo o
Santiapu de C h i l e , luéí^o de Arequipa, y, por fin, arzobispo de
.(9) Por eso dijo D. Antonio de Mendoza, describiendo una Lima, fué presentado para la m i t r a , quiso obsequiar á los reU-
representación ; [jiosos sus compañeros con dos comedias en el convento, y P"
tt Cfiosliii recoletas cierto que las papó á los cómicas, aunque no llejíaron á verifif-^f"
l-'uuron campana }' verjel s e ; pero antes se habian hecho otras en la sacristía de San 1'^,"'
De la ini'is cuerda malrona pe el Real de Madrid. Estos casos los relata Pellicer; el del obis-
V del más rí(,'¡do juez.» po, refiriéndose d lo que tíl mismo cuenta.
( l o | A s í l o d i c e P e l l i c e r . P o r c i e r t o q u e A l a r c o n , zn Mudarse (13) Los que ocupaban los tiancos delanteros abrogábanse gran-
fivr mejorarse, m s dejó consignado el nombre J e quien entonces de autoridad en la aprobación ó censura de las comedias. \<y>s
hacía el reparto de los sitias en el teatro, con estos v e r s o s : cótuo lo dice líenavcnle, en su entremés de Casqniliosy la Votí"'
aElíü.VDl).
dera, hablando de uno de estos mequetrefes .•
B Don lí.ibilds se llama, citlrílíaido.....
E n Ina aasas de Juego ; homlire de asiento
Comedia vi yo llamaila De banco delaníera en la comedia,
De los sabios e7ci.rL-ir,ad.T, Desio-i ijue Ijunun ya el liacer, por ga.\a,,
^' rendjr la viiia al quinto; Que sea una comedia buena ó mala.»
V vi en otra que r'i millares
l ^ s disparates tenía, Rn cuanto rl los calificativos que aplico á los sitios, son IfS P^
Renir al quinceno dia les dio Benavente en sus loas, en hoca de los representantes, p ^ ^
Can Jarava, por lugares.» que los enderezasen al auditorio. Así le decia í i o q u e :
(Act. t , ése. SI-1
aSabiex y críticos bancus;
(III Pellicer copia unos apuntes de los diputados de l;i> Co- Gradas bün inicncionadns;
fradías, de 18 de Mayo de 1602, que dicen ; « Debe el Correi,'idor
Piadosas banindillns;
Doctos desvanes dt'l alma;
un aposento ; el regidor, tres ventanas ; el teniente (de currefíi- Apnaentua (|iic, caHitiido,
dor) Antonio R^ídrimiea, un aposento : el Principe de Marrue- Sabéis suplir nuestras faltas;
cos , una ventana. * Era este principe Mulev X e q u e , el cual se Infanterí.i. española.
bautizó y estableció en Madrid con ei nombre de D. Felipe de Porque y.i c» co.sa muy rancia
África. El llamaros mo.siiueteroi:
])amas, i^ue en aquesn jaula
Tenian entonces los caballeros ¡mal p e c a d o ! fama de poco Nos d.iis coa pitos y l l a ^ t i
puntuales para pagar sus deudas. En un arancel para caballeros Por la tarde alboicnda.
indianos, que en ¿a Dorotea de Lope lee a q u é l l a , h a v esta cláu- A serviros lie venido, etc. »
sula : « sii]¡tiereparecer señor, no pague lo que debiere, ó por
lo m¿nos lo dilate tanto que se muera de pesadumbre el que lo Hn otra ocasiojí hacia decir á los comediantes de la compan
de Hurtado ¡
pide,» (Act. I I , esc. i v ) .
hn El Examen de maridos, de Alarcon, dicen, hablando de otro «. I Piedad, /ngír/j/MM bancos!
¡Perdim. « I Í J Í M aposentosl
galán; ¡favor, belicosas gradosl
HELTRAX. ¡Quietud, desvunca tremendos!
¡.\tención, iiii.'i baratidilliusl
,- No es puntual f ¡Carisimos ra 05 que te ras.
INÉS. Granuja del auditorio.
Defensa, ayuda, silencio;»-
Hs scfior,
BKLTRAK, (14I Ya hemos visto en la nota anterior que ¡loetas y cóniíc"^
ini'ot:aban muy espetiatmente á las mujeres de la cii-:uela. q*' •
; Mal pagador ?
más levanti.scas que las de ahora, contribuían :t la silha ' ' ^ !
comedias con pitos y llaves. Asi también en otra de las lojí»^
Caballero, aquel poeta dicen los cómicos al temido púE)Eic3 de la cazuela :
[ AcU TI, esc, Kiv.")
n Hermosuras corle sanas.
En cuyos rajiis suje'ns
También en Ei Socorro de tos i/iaiiios, de Lei\'a, pregunta
La ljelle?;a y discreción
Compilen con el iiseo
Así el iiliril de Irui aiíoi
; Nu pnynri'i liberal ííea en voMitros eterno ,
'J'u amor don J u a n de Rivero?
. _ _j^noSA LEO.VOK.
Sin <|ue el tiempo ijue Tenéis
No se sepa ea nintrun tiempo....,-
Que p¡aJD=a.s y corteses
No, hermana, que es (aballíro Confiáis perixituo .íilcncio
V sabrá pagar muy mal. A las llaves y k los fitas.
. \ . - í . t^ ^ !•• S i V i a J e varios sucEaofi.B
(Jor.i.)
 LA ILUSTRACIOJÍ ESPAÑOLA Y AMERICANA.
N.« XXX
LIBROS P R E S E N T A D O S
A ESTA líKDACCION POlí AUTOiíES Ó EDITORES.
I > c l UHU d e luH ]inrkO!4 d e n i i i r e n 1<IH IIÍÜOM , por el
T i j í n s V *--»í^tuiiilu'os se tiliil;L uun ohr.i. espléx\d\d:ímsnle:
ilusifiídLi. que vieiiíi piibliü:indo eu l;i lI:ib:Liia el inteligeriie
y a a i v u e d i t u r l>. Mi^'uelde Villa, represenUnte en iiqaelliL
l^^pilal J e L A iLUiTKAClUN líál'AÑOLA V AMEKICANA. Las
üiiw entregas que hasta la fedia hiiti apareciJu pErniUen ase-
Rurar á la obra tiue aiuinciamüs un ¿xiia lisonjero, que, a ¡-Í
verdad, no seria inmerecidu. Correctos dibujos de Landaluce.
iiupiesüs pur medio de lus iirocedimienlos más ciuevus y '''^•'e-
diíados; chispeantes artículos de T r i a y , Gelabert, Bachiller,
N u r e ñ a , I'-eruaiidea Carrillo y ulros disiinguidüs escritores
W e n de 7Vte r CJJ/«W/ÍÍ'ÍÍ u n a galería Interesantisuiia dign .
de fi^rurar en tudas las buenas bibliotecas. Treno de cada en-
trega, ,ni6,:-.v, iü/eU-!. Dirigirse ;i D. Mifjuel de Villa, liDre-
ría ( O b i s p o , s o , H a b a n a ) , única agencia de L A ¡LbSiKAUON
l'-Bl'AÑOLAYAilElilL-ANAyde L A M O P A Ll-EGANlt ILUS-
TRADA.
liemos recibido el níim. i de esta publicación, que contiene :
Acta de la reunión de la J u n t a general, celebrada el 12 de J u -
nio; Memoria y lista de socios, y balance general. Expéndese
este Boleíi'i en el Deposito Hidrográfico, Madrid (Alcalá, 56).
doctor Brochard, profesor de Higiene y enfermedades de la
infancia en la Escuela práctica J e París. ('I'raduccion de don
Rafael LHecia, ] Contiene lus siguientes capitulas : \. Genera-
lidades sobre los baños de mar, — 1 1 , Hl Ucúano y la atmósfe-
ra maritiaia. — í l U De la utilidad de los baños de mar en lus
niños.— IV, yVccion fisiológica j ' t e r a p é u t i c a de los baños de
mar y de la atmósfera niuritiaia. — V. Fenómenos patológicos
propios de la infancia, que reclaman el empleo de la' medica-
ción marítima. — \M. p e la elección de la playa.— V l I . R e -
Jas que deben seguirse en el empleo de los baños de mar,—
•'IIl. Jliüiene de los niños á orillas del Üc¿anú.
f l.'n volumen de 262 páginas ; su precio, íi reales en toda Es-
paña, en U Administración de la Ktivhta t¿¿ Medicina ( C a b a -
llero de Gracia , 9 , 2 . " , Madridj.
95
ARTÍCULOS DE PARÍS RECOMENDADOS.
Presentamos h o y á nuestras lectoras u n a lista da cosméticos
para viaje, con los cuales podrán resistir y desafiar al aire vi\'0
de las montañas y del campo, y también al de las orillas del
mar, que produce impresión desagradable en el rostro, Escogé-
moslos en casa de M. Guiílíl-AiN j ¡ 5 , me de ¡a Paie, en I'arís),
á fin de tener coñnpleta seguridad de su buena eficacia.
Para el rostro, la crema di fresas, que no se altera con el calor
y se conserva indelinidamenle, y la hKÍo>¡ dá Gaeriain, de la q u e
se hará uso por la tarde durante uno ó dos meses , para lo cual
suele bastar un frasco; como aguas de hile-tíe, el Agua de Judía,
de laurel alcanforado, para el rostro, y después el polvo de C h i -
p r e ; para las manos, el jabotí Sapocetti y la Amidina de G u i -
mauve, con base de pistachos, a n á l o g a , pero muy superior, á ia
de almendras a m a r g a s ; para la l/oca, el alcoholato de berros y
de cochlearia i. la q u i n i n a , excelente dentífrico, q u e conserva el
esmalte de los dientes, fortifica las encías y da á la boca y al
aliento u n a frescura a g r a d a b l e ; por ú l t i m o , el Agua ds Colonia
imperial rusa es el mejor y m i s exquisito perfume para disipar
el dolor de cabeza.

eí»w/¿r>«íí, i l ' a r i s , tWc/e <ü la Liiraim. i l 7 . ütiulevara

Saint.Gerrnaín.) lis imposible de todo punto encerrar en hre^e AJEDREZ. 1875.-ExposÍQOB Oniveml de París,—1878.
espacio una reseña, por concisa que sea , He las iiinumenibles
bellezas tipof;r:lfii;as y artísticas de esta mag.-iiíini obra, a u e
viene á ser como ñel trasunto y bellísima leproduccion de os SOLriCION AL PKOIiLEMA KIJM. I .
objetos que estAn esniíesLos al examen del público en 1"^ ele-
gantes salones del CWC/Í <le la Uhrairk.. de P a i í s ; baste decir
Bue á la confección de este lihro han concurrido los edi ores,
impresores, grabadores y dibuiantes más distiuííuidüs, > / i u e A c 1 — ü 3-
en su conjunto y en sus detalles resulta una obra maestra, 1 U u 4 — V. 1, MORANE J E U N E ; casa especial p a r a las p r e n s a s d e r o s -
R F 4 — ü 5. l o m a T .
digna de los primeros nombres de Francia en las diversas a r . 3 T E 7 — E 5,
Cualquiera. en, de palancas é hidráulicas, c o m o para el material
les que concurren á fuimar en su com|iletü el ramo üe ja y i - 3 D c 1 —.\ S , j.niuc.
d e fábrica d e bujías y d e c u r t i d o s . — MED^VLLAS D E
h r c n a . - C o m o hemos de ücuparnos en examinar fleten üa- 4 D .\ : — I' 5 . jaque-matL'.
ORO, DIPLOMAS D E HOXOR, Y GRAN PREMIO E N LA
'nente este Catalogue, diríamos hoy que las personas de buen H a y algunas varíanlEs fácilc.
gasto pueden adquirirle desde luígo, al precio ^^ SO peseuis E X P O S I C I Ó N U N I V E R S A L D E 1878.
eieinplar, dirigietido'el pedido al citado lertU tU ¡a Lit>> <ti> le, Ni) liLiflos recibido ningima solución t x a t l a . L:L dt; ü . R. M. 1'-, i k Cirta- 23j ''Mí Jcnncr, Parts.
l a r í s 1117, Boulevard Saint-GermainJ. (fCna, es improcmlunle desde la prirnera jugada; sí la primera jugnii,! de la.i
— H'f
•blaiieiis es R it 3 —11 j , las negr.Li conjcslan con C e 8 — F 6 , y qutda lies-
1 M H ^ , „ . S , > pronunciado por D. joaquin W^^^^'f!' ^ " 1 ^ ? . ? l í iruida la coaibiaaciun. P. M O R A J N E AíiNK. P r e n s a s litográficas m a r c h a n d o p o r
Sociedad de obreros I Watia (¿Í Aríisias, áe Míl^g^, el ü u 17 p e d a l e s . Se r e m i t e e! p r o s p e c t o franco d e p o r t e . —
de Julio de iSSi. Folleto de 23 páginas en S."; imprenta de £,¿
Ah-diodia, Málaga.
P R O B L E M A N Ú M . 2. 10, rué dií Banquier, París.
í-;is Ceniz;»*» «le C i - i s t ú l > : t l C o l o n suplantadas en la cate- --<)°-
dral de Santo Domingo, estudio histórico crítico, por don
J- 1. de Armas. Dcmutstr^se en este folleto, de una manera ir- BOULET F B E R E S , LACROIX e t C.^^ ( M E D A L L A D E O R O ) .
recusable, «suhre lo inconmovible de la v e r d a d » , que las ce- Especialidad e n máquinas para
nizas del insigne almirante Cristóbal descansan desde el ano TEJAS Y LADRILLOS.
1795 en h catedral de la H a b a n a ; nosotros nunca Lo hemos
d u d a d o . — U n voUunen de 72 páginas en 4." menor, en L a r a - 2 8 , rii¿ des Eduses Si. Aíartía, Parts,
'-'S, imprenta de la Gacela Oficial. E n v í o del c a t á l o g o i l u s t r a d o á q u i e n lo pida e n
l'"íl»ÍniU»rt e n víiiíi»;''*'» colección de composiciones festivas carta franqueada.
en verso, de D. Kalae'l García Saniist¿ban. Pertenece este li-
-«^h
^^o á la Galeriu hiimoríslica que publica en esta corte el edi-
'01- Sr. San .Martin, v contiene muchas y bellas poesías, escri- ALPHse. FOUUUET ( M E D A L L A D E o u o , 1 8 7 8 ) , — F á b r i c a
tas con el ciiiapeante gracejo de que ha dado tan gallardas d e j o y e r i a - b i s t i t e r i a . — 3 5 , Avenuc del'Opera, i."'piso.
"luestras su distinguido autor. U n tomo de 33S p.iginas en S.°,
que se vende, á u n a peseta, en las librerías del citado editor, ={^ •
Madrid ( i ' u e r t a del S o l , 6, y Carretas 39)- L. 0UMONT ( M E D A L L A DE PLATA). Bombas centrifu-
gas : tínico p r e m i o c o n c e d i d o á las b o m b a s e n la clase
¿ emus recibido un ejeamlar del núm. i [tomo -\t I de esta pu-
5 4 , m e c á n i c a g e n e r a l . — 5 5 , ruc Seduine, París.
blicación, que contiene : Z í f . f / í / ( í í M i « ' " ' , P^r el Sr. Beltran
y l ' l o z p i d e ; El /simo'ü TeManUpec, por el Sr. Arrriiigoiz, y -c^ Jo-
fXh-Mto d¿ ¡as actas, e t c . , y le acompaña u n a lAmin.i de las
'slas llauaii. Continúa abierta la suscricion en la Secretaria MONDOLLOT fils, M E D A L L A D E O R O . P A R Í S , 1 S 7 S . — A p a -
de la Sociedad, Madrid ¡calle de L e ó n , 21). ratos y sifones para b e b i d a s g a s e o s a s . — 72 , rué dii
ii '"'íi i l u l a H p I r n n l ü ;i p r o e u r a i l o r , por D. P.' R- R- í^ste Ckxiteau d'Eau, París. Aí. C a s a d e m u n t , A r i b a u , 1 1 ,
libru es de mucha utilidad para las personas que deseen obte- Barcelona, depositarlo general en España.
ner el titulo de procurador y eíercer la profesión, toda vez cjue ^^
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B E L V A L I J E T T E herraailOB. — F a b r i c a n t e s d e c o c h e s . —
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tonifican, reírcscan y blanqutan el ciilis, que miuilieiicn t u
un estado constanie de bi;Íle:í-i y de frcícura, y se iinponen
á las damos para la conwrvacicín de su juventud. por la Iii-
f^ícne, quL- tan nisl librada saJc de W pastan y afeites ele
todo (¡¿ncro. — No nos exl^•^f^a, pues, que el í)r. Riciicn,
de lo. Facultad du Mc-diclna dtí Paris. iifirme en su dictamen
que los P o l v o s d e O a n d o r <rs¡án llama<lcis á reemplazar
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